San Benito y San Baltasar (1).pdf

25
 2008  Gustavo Goldman  San Baltasar y San Benito de P alermo: religiosidad de los afromontevi deanos

Transcript of San Benito y San Baltasar (1).pdf

  • 2008

    Gustavo Goldman

    San Baltasar y San Benito de Palermo:

    religiosidad de los afromontevideanos

  • Maestra en Historia Rioplatense

    Seminario: Construccin institucional de la Iglesia y secularizacin: el Ro de la Plata en

    los siglos XVIII y XIX.

    Docente: Roberto Di Stefano

    Maestrando: Gustavo Goldman

    San Baltasar y San Benito de Palermo:

    religiosidad de los afromontevideanos

    Apuntes para su estudio

    En las ltimas dcadas la historiografa ha avanzado en los estudios sobre los diferentes

    tipos de participacin de sectores subalternos en la sociedad colonial del Ro de la Plata, y

    particularmente de la poblacin de origen africano. Trabajos como los de George Reid

    Andrews, Norberto Pablo Cirio, Martha Goldberg, Miguel ngel Rosal y recientemente

    Marcela Andruchow, han encarado desde distintas perspectivas tericas y metodolgicas

    aspectos relativos a la poblacin negra bonaerense, y, para el caso montevideano,

    algunos investigadores como Ana Frega, Oscar Montao, Alex Borucki, Arturo Bentancur y

    Fernanado Aparicio, se suman a los clsicos y pioneros trabajos de Eugenio Petit Muoz

    Paulo de Carvalho Neto e Ildefonso Pereda Valds.

    Miguel ngel Rosal, Norberto Pablo Cirio y Marcela Andruchow han abordado el

    estudio de las relaciones entre la iglesia catlica y la poblacin bonaerense de origen

  • africano a travs del estudio de las cofradas religiosas, coincidiendo en sealar lo escaso

    del material documental. Estos trabajos retoman el concepto de sociabilidad que haba

    sido reintroducido en los estudios de Historia Social por Maurice Agulhon a fines de la

    dcada de 1960. El estudio de los diferentes tipos de congregacin de las personas abre

    una ventana para comprender la participacin de sectores subalternos en la vida poltica y

    social en el Ro de la Plata.

    La llegada forzosa de africanos para ser esclavizados en las colonias espaolas gener la

    necesidad de crear formas de integracin al modelo de sociedad impuesto por el poder

    colonial. Para el caso de los africanos y sus descendientes dos tipos de organizacin

    aparecen en la documentacin del siglo XVIII y XIX: las cofradas religiosas y las salas

    africanas de nacin. Estas ltimas eran la agrupacin de africanos segn su pertenencia

    tnica, equivaliendo a lo que en Cuba se denominan Cabildos en los que se agrupaban los

    negros de nacin (Ortiz, 1992: 4).

    Las cofradas religiosas eran instituciones laicas en las que las personas se nucleaban en

    torno a una devocin y pasaron a Amrica con las mismas funciones de integracin social

    y ayuda mutua que tenan en la pennsula. En el caso de las cofradas de negros, tenan la

    funcin de integrar a los negros libres y a los esclavos que contaran con el consentimiento

    de sus amos (Moreno, 1997: 85-86).

    La historiografa uruguaya an no ha encarado el estudio de las cofradas de negros

    libres y esclavos, a pesar de existir documentacin en algunos archivos eclesisticos. El

    presente trabajo presenta la documentacin disponible en la ciudad de Montevideo de

    dos cofradas religiosas de negros libres y esclavos: la Cofrada del Rey San Baltazar y la

    Archicofrada de San Benito de Palermo y plantea algunas lneas de trabajo a seguir en

    la investigacin.

  • La llegada de grandes contingentes de esclavos africanos negros a lo que hoy es el

    territorio de la Repblica Oriental de Uruguay, particularmente a la ciudad de

    Montevideo, alrededor de la mitad del siglo XVIII, plante a la Iglesia Catlica, imbricada

    con el poder colonial1, la tarea de evangelizarlos. Las Leyes de Indias obligaban a los

    negros, libres y esclavos a recibir la doctrina cristiana, no pudiendo sus amos y

    empleadores ocuparlos en otros quehaceres en la hora establecida por el prelado

    eclesistico para el dictado de esas enseanzas:

    ...Mandamos que en cada uno de los pueblos de Christinos de nuestras indias se

    seale por el Prelado hora determinada cada dia, en la cual se junten todos los Indios,

    Negros y Mulatos, as esclavos como libres, que hubiere dentro de los pueblos, oir la

    Doctrina Christiana, y provean de personas, que tengan cuidado de se la ensear, y

    obliguen a todos los vecinos de ellos que envien sus Indios, Negros y Mulatos la

    Doctrina, sin los impedir ni ocupar en otra cosa en aquella hora, hasta que la hayan

    sabido, s la pena que les pareciere. Y as mismo provean como los Indios, Negros y

    Mulatos que viven fuera de los pueblos ... ...Y declaramos que los que han de ir la

    doctrina cada dia, son los Indios, Negros y Mulatos que sirven en las casas

    ordinariamente, sin salir al campo trabajar; y los que anduvieren al campo, los

    domingos y fiestas de guardar, y el tiempo que los han de ocupar en esto ha de ser una

    hora y no mas, la qual sea la que menos impida al servicio de sus amos.2

    Estas Leyes tambin reglamentaban la fundacin de Cofradas, Juntas, Colegios

    Cabildos, estableciendo el control del poder colonial y la Iglesia sobre estas

    organizaciones. Dice la Ley de Indias xxv del 15 de mayo de 1600:

    Ordenamos y mandamos, que en todas nuestras Indias, Islas y Tierra firme del mar

    Ocano, para fundar Cofradas, Juntas, Colegios Cabildos de Espaoles, Indios,

    Negros, Mulatos otras personas de qualquier estado calidad, aunque sea para cosas1 Dice Roberto Di Stefano: en la sociedad barroca religin y economa as como religin y poltica- no estaban morfogenticamente separadas, sino ms bien integradas verticalmente. Eran pensadas como realidades funcionalmente complementarias.2 Recopilacin de Leyes de los Reynos de Indias. Libro I, Ley xij. Consejo de la Hispanidad, Madrid, 1943.

  • y fines pios y espirituales, preceda licencia nuestra, y autoridad del Prelado Eclesistico,

    y habiendo hecho sus ordenanzas, y Estatutos, las presenten en nuestro Real Consejo de

    las Indias, para que en l se vean, y provea lo que convenga, y entre tanto no puedan

    usar ni usen de ellas; y si se confirmaren aprobaren, no se puedan ni hacer Cabildo ni

    Ayuntamiento, sino es estando presente alguno de nuestros Ministros Reales, que por

    el Virrey, Presidente Gobernador fuere nombrado, y el prelado de la casa donde se

    juntaren.3

    La utilizacin de santos negros y la posterior fundacin de cofradas bajo la advocacin

    de esos santos a solicitud de los propios africanos ya evangelizados- fueron instrumentos

    de control social y religioso en Amrica, constituyndose en elementos aglutinantes de la

    poblacin de origen africano.4 En Montevideo, revistieron importancia en este sentido,

    San Baltasar y San Benito de Palermo, ambos con sus correspondientes Cofradas -que

    funcionaban en la Iglesia Matriz y en la Iglesia de San Francisco, respectivamente-, de cuya

    existencia hay documentacin disponible.5

    Elisa Luque Alcalde analiza las diferentes interpretaciones historiogrficas respecto a

    los alcances de la reforma eclesistica americana lanzada por Carlos III hacia

    aproximadamente- el ao 1770. En esta discusin da cuenta de la labor del arzobispo

    Pedro Miguel de Argandoa como articulador de un proceso de relanzamiento de la labor

    evangelizadora lanzado desde Charcas y apoyado en los escritos del papa Benedicto XIV

    (Luque Alcalde, 1998: 147 -148).

    Por su parte, Marcela Andruchow sita la creacin de la cofrada de San Baltasar en

    Buenos Aires en el ao 1772, en el marco de un modelo de sociedad barroca en

    3 Ibid, Libro I, Ttulo III, Ley xxv.4 Fernando Ortiz (1992: 39) da cuenta de que los negros festejaban al Rey Mago Melchor, Santo que por ser al parecer de su raza, haban adoptado como su patrono celestial. Algn fundamento pudiera tener esta opinin, teniendo en cuenta que an hoy existen en Cuba varias asociaciones de negros bajo la advocacin de dicho santo, como la que lleva por ttulo Congos Reales del Santo Rey Melchor. 5Roberto Di Stefano seala tomando a Buenos Aires como referencia- la probabilidad de existencia de documentacin sobre la iglesia rioplatense en archivos de pases limtrofes (Uruguay, Bolivia) y en Espaa (2000: 134).

  • contraposicin al modelo ilustrado que slo alcanzara a la elite intelectual, alejada de la

    poblacin de origen africano (Andruchow, 2006: 14).

    El documento ubicado en el Archivo del Arzobispado de Montevideo, referente a la

    fundacin de la Cofrada del Rey San Baltazar por negros libres y esclavos en la Iglesia

    Matriz en 1787, es muy escueto y contiene slo unas pocas pginas con escasos datos. El

    cura prroco de la Iglesia Matriz en esos aos era Juan Jos Ortiz quien tuvo ese cargo

    entre los aos 1783 y 1815 (Apolant, 1975: 1377).

    De este libro de la Cofrada pueden deducirse pocas cosas: en 1787 un grupo de negros

    libres y esclavos fundaron en torno a un santo patrono esta Cofrada en Montevideo en la

    Iglesia Matriz, con la actuacin del Notario Eclesistico, Don Josef Eusebio Gonzalez 6. Esta

    Cofrada recolectaba dinero a travs de pedidores, el cual era entregado todos los meses y

    era utilizado en Gastos para el Santo. Por otra parte, figuran resultados de elecciones

    que se efectuaron en la Cofrada en 1795, de donde surgira un hermano maior, un

    hermano segundo, y un hermano tercero, y los dems hermanos que siguen, todos

    ellos hombres.

    En el folio 2 del documento aparece un estado de cuentas de los dineros entregados

    por los pedidores Juan Manuel y Ventura Patrn que aporta datos de las cantidades

    recibidas por el Notario Eclesistico Josef Eusebio Gonzlez en julio de 1787 y enero de

    1788. Debajo de estos datos aparece el siguiente texto firmado por Josef E. Gonzlez,

    fechado ocho aos despus:

    En 22 de Dice de 1795. Me entreg Domingo Josef Ramos, la cantidad de 20 p s. pa.

    mandar a Bs. As. pa. pagar las diligas. que se hicieren en el despacho de los papeles de la

    fundacin de la cofrada de Sn. Baltasar y pa.. que conste la firma ut supra=

    estos papeles son las constituciones que estn firmadas del Not Maior.

    6 El notario eclesistico llevaba registro de todo lo aconteca en la iglesia. Era como una especie de escribano.

  • En el folio siguiente se encuentra un listado bajo el ttulo Gastos para el santo que

    muestra tambin un enorme salto temporal: aparecen datos de setiembre de 1787 y

    luego salta a diciembre de 1795. El ltimo folio contiene el resultado de las elecciones de

    la cofrada correspondientes al ao 1795, que brinda informacin sobre algunos de sus

    miembros y los cargos jerrquicos que ocupaban:

    Oficio de los hermanos fundadores

    Hermano mayor..............................Anto Peres

    Segdo ............................................... Anto Velsquez

    3....................................................Ignacio Joaquin Rivero

    Los dems hermanos que siguen

    Domingo Josef Ramos

    Pedro de ....

    Manuel la Raya

    Franco. Callero

    Joaquin Santana

    Juan Lucero

    Franco. Duran

    Franco. Gomez

    Juan Custodio

    Estos son los escasos datos que se pueden recoger del citado documento ubicado en el

    Archivo de la Curia del Arzobispado de Montevideo; es probable la existencia de

    documentacin sobre esta cofrada en otros archivos eclesisticos, tal como sugiere

    Roberto Di Stefano (2000: 134).

  • Josf Eusebio Gonzlez -nacido en la ciudad de Cdiz (Apolant: 1811)- particip de un

    hecho interesante que aporta posibles pistas a seguir en la investigacin sobre esta

    cofrada. Entre 1787 y 1892 el natural de Castilla Andrs Yez llev adelante una accin

    legal contra su ex esclavo Domingo Jos Ramos que aparece en el documento de la

    cofrada- al que haba vendido a Jos Eusebio Gonzlez. Yez argumenta que la liberacin

    fue dolosa y fraudulenta, pues aparentemente habra sido una estrategia del esclavo

    para comprar su propia libertad (Bentancur y Aparicio, 2006: 29). En este episodio aparece

    tambin Pedro Segovia, a quien Jos E. Gonzlez seala como su representado, quien

    habra aportado una suma de dinero a cambio de la cual el esclavo le haba servido por

    cierto tiempo (Bentancur y Aparicio, 2006: 29).7

    En la actual Iglesia de San Francisco se encuentra un documento que se refiere a la

    fundacin, en el ao 1773 de la Archicofrada de San Benito de Palermo.8 El cura

    prroco y propietario era en ese entonces, Felipe Ortega y Esquibel, quien sostuvo ese

    cargo en forma ininterrumpida entre los aos 1769 y 1778 (Apolant: 1375).

    En primer trmino, la funcin de esta cofrada, al igual que la de San Baltasar, era la

    trasmisin de la doctrina cristiana: Por cuanto lo mas principal qe. se debe atender, es

    al culto divino, y provecho espiritual de nuestras almas; por tanto se ordena y manda que

    todos los Domingos del ao qe. legitimamente no estuvieren impedidos se reze la Corona

    de Nra. S. en la Iglesia con asistencia del Padre Capellan, qn. si le pareciere explicara un

    punto de Doctrina Cristiana, pero el Domingo del mes, que ser el siguiente, despues de el

    de los Terceros estar obligado el P. Capellan despues de rezar la estacion del SSmo.

    hacer los hermanos una Platica espiritual....9

    7 El Archivo Judicial es una fuente importante para profundizar estos estudios. Otra fuente que se debe considerar son los testamentos y las escrituras de libertad. Algunos religiosos como Dmaso Antonio Larraaga y Manuel Prez Castellanos tuvieron un fuerte papel en la obtencin de la libertad para muchos esclavos: la situacin descrita en este caso pudo tratarse de la compra por parte de la cofrada- de la libertad del esclavo.8 La archicofrada de San Benito de Palermo se crea el da 1 de noviembre de 1773, y sus constituciones son aprobadas por las autoridades eclesisticas el da 4 de marzo de 1774 (Constituciones de la Archicofrada de San Benito de Palermo, Convento de San Francisco, Montevideo, manuscrito sin clasificar).9 Idem.

  • Las cofradas se mantenan con el dinero recolectado y aportado por sus miembros,

    para lo cual la organizacin era estricta. Mirando que la conservacion y aumento de Nr.

    Archicofradia pende en las Luminarias, y limosnas que dan los Hermanos se ordena y

    manda, que todos los Hermanos y Hermanas denr. Archicofradia de cualquier condicion

    qe. sean estn obligados dr cada mes medio Rl. de Luminaria, la que recibir el

    Procurador General, el que estar obligado cobrarla todos los meses los Hermanos.

    Pero la Limosna de los asientos, que h de ser dos pesos la recibir el Mayordomo.10

    Las cuentas de la archicofrada eran llevadas celosamente: Para que todas las

    Limosnas y gastos de nuestra Archicofrada tengan debido arreglo se ordena, que todos

    los domingos del mes den cuentas al P. Capellan, asi el Mayordomo como tambin el

    Procurador gral. a las quales qentas asistirn tambin los Diputados y Secretario de la

    Archicofradia, y la limosna que en aquel mes huviere entregado la llevar el Mayordomo

    al Sindico con recibo que hira firmado del P. Capellan.11

    El dinero que se recolectaba se utilizaba tambin para pagar el entierro de los cfrades:

    ...todos los Hermanos que murieren haviendo pagado los dos ps. de asiento, y cada mes

    los medios reales correpondientes de Luminarias seobliga la Archicofrada enterrarlos,

    dandoles pao negro, ataud, seis velas pa. el cuerpo, Pendon, Misa cantada con vigilia, y

    sepultura en este Nro. Convento de N.P.S. Francisco, donde tiene la Archicofradia su

    entierro, dos Religiosos para acompaar, y la cera para la Comunidad en la Iglesia, pero si

    muriere debiendo las luminarias por lo menos dos aos, no sea enterrado hasta que pague

    lo que debiere....12

    Se tena previsto que en caso de real impedimento de realizar los aportes

    correspondientes, con tal que conste que fielmente pag cuando pudo, o que por otro

    10 Idem.11 Idem.12 Archivo de la Iglesia de San Francisco, manuscrito. Sin clasificar.

  • titulo haya hecho algun bien notable, limosna la dicha Cofradia, en tal caso le har la

    Archicofradia el entierro como al que h pagado toda su vida....13

    Estaban organizadas de acuerdo a una pirmide jerrquica, en la cual cada miembro

    tena asignadas determinadas tareas, las cuales estaban previstas en el reglamento.

    Estaban separadas por sexo, nombrndose mediante elecciones, autoridades para los

    hombres y autoridades para las mujeres, dependiendo ambas de una autoridad

    eclesistica. En el caso de la Cofrada de San Benito, esta autoridad era el Padre Capelln.

    Por debajo de esa autoridad mxima, segua el puesto de Hermano Maior en la Cofrada

    de San Baltazar 15 y el de Mayordomo Maior o Mayordoma Maior en la de San Benito.

    Mayordomo Mayor: Pedro Mascario

    Mayordomo Menor: Ambrosio Prez

    Procurador General: Miguel Rodriguez

    Procurador del Culto Divino: Mateo Barrenechea

    Sacristan Mayor: Domingo Pache

    Sacristan menor: ? Llubet (el nombre es ilegible)

    Procurador y limosnero del Campo ad libitum de Padre Capelln Zelador Mayor:

    Manuel de Jesus

    Zelador menor: Gonzalo de Viana

    Procuradores de Entierro: Juan Lopes y Custodio Ramires

    Enfermeros: Juan de Errada y Josef de Viana

    Oficios de Mugeres

    Mayordoma Mayor: Victoria Baldivieso

    Mayordoma menor: Luca Durn

    Sacristana Mayor: Ana Maria Leon

    Sacristana menor: Valeria Ximenes

    Zeladoras: Maria Mivas y Catalina Viana

    13 Idem.

  • Enfermeras: Maria Pagola y Maria Herrera14

    Estas autoridades de la archicofrada surgieron de un acto eleccionario celebrado y

    aprobado el da 6 de junio de 1778.15 Al final del documento aparecen las firmas del padre

    capelln Fr. Manuel Martnez, del cura prroco Fr. Pedro Antonio Martnez y del Hermano

    Mayor y Mayordomo de la Archicofrada de San Benito de Palermo, Pedro Mascario.16

    Entre las funciones de las cofradas, aparte del adoctrinamiento en la religin cristiana,

    estaba el de ayuda a los hermanos de la cofrada que lo necesitasen, y el de asistir a las

    procesiones religiosas que organizaban, por ejemplo otras cofradas el da de su santo.

    Este da revesta singular importancia, tanto en el aspecto religioso como en el econmico,

    instancias que aparecen profundamente unidas: Asi mismo se ordena qe.el Mayordomo

    seale un Hermano que pida Limosna en la Puerta de la Iglesia todos los dias de fiesta, y

    otro hermano pa que la pida en los mismos dias por las Calles....17

    El Captulo IV de la Ley XVIII de la Recopilacin de Leyes de los Reynos de las Indias,

    establece para los esclavos, el derecho a las diversiones para los das de precepto. Con

    separacin de sexos... simples y sencillas y a presencia de los mayordomos (Petit Muoz,

    1947: 117).

    Aunque en el documento acerca de la Cofrada de San Baltasar, no aparecen

    referencias a la fiesta del da del santo, en la prensa del ltimo cuarto del siglo XIX aparece

    abundante informacin que prueba la importancia que mucho tiempo despus tena esta

    14 Libro de Elecciones de la Archicofrada del Glorioso San Benito de Palermo compuesto en el ao de 1782, Museo de San Bernardino, Iglesia de los Padres Conventuales, Montevideo.15 Idem. En este libro se encuentran los resultados de elecciones en la archicofrada de los aos 1779 a 1791.16 Idem. Respecto a los actos eleccionarios el documento de constitucin de la Archicofrada de San Benito de Palermo dice lo siguiente: Por cuanto la experiencia nos h enseado que de la multiplicidad de vocales suelen resultar varios inconvenientes en las Cofradias: por tanto se determina y manda que de aqu en adelante sean tenidos por vocales legitimos doce hermanos los cuales sean delos mas antiguos en el oficio de la Mayordomia, el Mayordomo que actualmente lo fuere y no mas, todos los quales tendrn voz y voto enlas Elecciones de la Archicofradia, y en todas las Juntas que se hicieran para entierro en ella : y si falleciere alguno algunos de los Diputados, entren en su lugar los que huvieren sido Mayordomo marcando la antigedad del oficio, y no pueda ser suplida esa falta de otra manera. 17 Idem.

  • fiesta: Fiesta Religiosa. Nos consta que el Sr. Cura de la Matriz se ha prestado

    generosamente hacer una funcin el sbado prximo, en honor de los Santos Reyes, y

    con el objeto de satisfacer los deseos de los numerosos hijos de Africa.18

    En el caso de la Archicofrada de San Benito, el material sobre la fiesta de dicho santo,

    es abundante en el documento de su constitucin, y muestra el cuidado que deban poner

    las mujeres de la cofrada en la composicin y adorno dela Iglesia y Altar para el dia de la

    fiesta del Glorioso Sn. Benito.... 19

    Por otra parte, seala la prensa: SAN BENITO. Para el da de ese santo nos aseguran

    que tendr lugar una hermosa funcin a la que asistirn todas las negras y mulatas que

    residen en Montevideo. Mas aun, nos dicen que estas ltimas sern presididas por uno de

    su color y agregan: hombre de mucha capacidad y quien cupo el alto honor de ser

    empleado por D. Jos Justo de Urquiza.20

    La relacin entre las dos devociones a San Benito y San Baltasar- abre en este punto,

    enormes posibilidades para la investigacin. En la documentacin disponible aparecen

    claras diferencias entre las dos: mientras que la devocin a San Benito de Palermo aparece

    relacionada casi exclusivamente a actividades de la cofrada dentro de la iglesia y al culto

    catlico, la devocin a San Baltasar incorpora otras instituciones externas a la iglesia (las

    salas de nacin) y prcticas que parecen tener una vinculacin con imgenes de

    africanidad que alimentarn a un catolicismo popular.

    En el semanario La Cotorrita del da 6 de enero de 1877 aparece una especie de

    adaptacin o reelaboracin del episodio de los magos del Evangelio segn San Mateo que

    marca trazos sincrticos, tal vez previstos por el poder colonial.

    18 El Siglo: 5 de enero de 186619 Archivo de la Iglesia de San Francisco, manuscrito sin clasificar.20 La Tribuna: 5 de abril de 1865.

  • Cuentan las crnicas que all por los aos 1790 vinieron estas playas los tios

    Baltazar, Melchor y Gaspar quienes desendan de las mas esclarecidos monarcas

    de las clidas rejiones africanas. Esos tres incgnitos peregrinos, segn

    referencias del difunto licenciado Molina, se ocuparon por largo tiempo y con una

    contraccin y paciencia sin ejemplo, en el comercio del apio cimarrn y la sasa

    parrilla, el primero; en la fabricacin de escobas y secadores el segundo; y en el

    arte de blanqueador y pintar frisos, el tercero.

    Muchos aos transcurrieron sin que ninguno de los virtuosos peregrinos se hiciera

    conocer debidamente entre sus compatriotas.

    Pero lleg un da (el 5 de febrero de 1826) en que los sbditos minas, congos y

    banguelas formaron un meeting para nombrar los tres reyes de ordenanza y

    entonces presentndose los peregrinos en sus respectivas tribus, hicieron conocer

    sus descendencias por medio de la presentacin de reales reliquias tales como un

    par de aros del prncipe Culubayoga, un rico cachimbo del rey Mangor y un

    cuero de gato del general Gambi, y en medio de la ms unnime aclamacin

    fueron nombrados reyes de Oriente.

    Por largo tiempo los tres reyes magos empuaron el gruesos bastn de tala,

    ostentando el engalonado elstico y las condecoraciones de ordenanza, siendo

    adorados y festejados por tres semanas seguidas en cada pascua de Navidad.

    A la edad de 110, 114 y 115 otoos los monarcas dejaron de existir sin perder ni

    un solo diente.21

    Los viajeros que llegaban al Ro de la Plata en la segunda dcada del siglo XIX daban

    cuenta de las ceremonias que tenan lugar el da 6 de enero. El teniente de la Marina Real

    Inglesa, L. Boutcher Halloran, visit Montevideo en cinco oportunidades entre 1823 y

    1824, dice respecto a ese da:

    21 La Cotorrita: 6 de enero de 1977. Muchos de los elementos que se mencionan en esta crnica son parte an hoy de la comparsa de negros del carnaval montevideano: la presencia del yuyero, del escobero, el cuero de gato (ahora de cuero sinttico) del mandil del escobero, el sombrero elstico del gramillero, etc. Enla seccin Materiales Especiales de la Biblioteca Nacional del Uruguay se encuentran los tres tomos manuscritos del Licenciado Jacinto Ventura de Molina, que actu como apoderado de las salas africanas de nacin entre los aos 1820 y 1840.

  • En este da los esclavos y los negros libres eligen anualmente un rey, que, de paso,

    hace las veces de un magistrado inferior en todas sus disputas insignificantes: en esta

    ocasin hay una especie de saturnal, habindoles prestado sus amos y empleadores

    ricos trajes, uniformes, espadas, etc. (pues en ese momento estn todos armados). (...)

    El rey electo vesta hoy un llamativo uniforme - azul y oro con dos charreteras, etc.- y

    su corte estaba igualmente guapa. La reina y las damas de honor estaban ataviadas

    con elegancia y gusto, habindoles permitido sus amas que usasen sus adornos

    (citado en: Barrios Pintos, 1970: 29 30).

    Poco tiempo despus, Alcides DOrbigny, testigo presencial de una danza de negros del

    6 de enero de 1827, cuenta: El da 6 de enero, Da de Reyes, fantsticas ceremonias

    llamaron mi atencin. Todos los negros nacidos en la Costa de Africa, se renen por

    tribus, cada una de las cuales elige, en su medio un rey y una reina. Ataviados de la

    manera ms original, con los vestidos ms vistosos que han podido encontrar, precedidos

    de todos los sbditos de sus tribus respectivas, estas majestades de un da, primeramente

    van a la misa, despus se pasean en la ciudad; y, en fin reunidos en la pequea plaza del

    Mercado, all ejecutan, cada uno a su manera, un baile caracterstico de su nacin. Vi ah

    sucederse rpidamente bailes guerreros, simulacros de trabajos agrcolas y figuras de las

    ms lascivas. Ah ms de 600 negros parecan haber reconquistado as por un momento su

    nacionalidad, en el seno de una patria imaginaria (citado en: Ayestarn, 1953: 70).

    La prensa de la segunda mitad del siglo XIX abunda en referencias al festejo del da de

    reyes en las salas de nacin por parte de la poblacin de origen africano; y respecto a

    San Benito de Palermo aparece informacin acerca de las funciones dadas en la iglesia el

    da del santo. A manera de ejemplo transcribo dos crnicas que retratan con claridad las

    diferentes prcticas que acontecan:

    A las 4 de la tarde ya comenzaban los candombes recibir la concurrencia.

  • No quedaba una cocinera ni una mucama morena en las casas: las matronas,

    regordetas de amplio pecho, con lbios de coral, sin una cana a pesar de sus ochenta

    aos, llevando vestidos de zaraza tapisados de grandes ramazones de flores

    estampadas, pendiente de las orejas inmensas rosetas de plata bruida y diamantes de

    vigsima agua, ddiva de un da de la seora mayor, cubierta la mota por el pauelo

    punz de seda y el cuello oprimido por un pauelito de mano le pegaban a la chicha,

    bebida compuesta de agua, faria, vinagre y azcar, manteniendo la sin hueso en

    constante agitacin, no interrumpida sin para entrarle un diente al Napolon de

    cobre la rosquita de mandioca de maz, cuando no al pan con grasa, haciendo

    rueda con los graves y alegres morenos, de edad indefinible, de anchos pantalones

    blancos cortos, y derechos, chaleco de militar y levita sopanda, restos gloriosos de las

    mocedades del abuelo del patrn, que apoyados en sus palos de escoba caas de

    tacuara engarzadas en huesos de carac, disertaban con las comadres, hacindole

    caricias la limeta de caa y dndole pitadas al cachimbo.

    Entretanto, las negritas jvenes, con vestidos blancos y cinturn celeste, collares,

    pulseras y aros de vidrio pintado, matizaban el tono uniforme de la reunin, mezclando

    sus voces frescas y alegres a la chchara general.

    Dos personajes originales hay en los candombes: el tocador del timbal y la que pide

    limosna. El msico, si con perdn de los adoradores del divino arte del violn y de la

    marimba, tal nombre puede drsele, bata sus puos de un modo terrible sobre el

    parche: de cuando en cuando se detena un momento y empapaba una sbana en el

    diluvio de sudor que baaba su reluciente rostro: cualquiera hubiera credo que iba

    caer desfallecido sobre su ruidoso instrumento, pero n: segua a la vez gritando el

    candombe gu gu: Yag Maia cang... Y el zemba moreno zemba!... que repetan en

    coro los danzantes.

    Para pedir limosna la encargada de la operacin necesitaba imprescindiblemente

    pisarse el vestido.

  • De otro modo no tena gracia; era una influencia poderosa para el corazn de los

    espectadores: pareca que se iba a caer, los cobres bailaban en el plato de loza; pero

    ella circulaba, daba la vuelta danzando y recogiendo las ddivas.22

    Contrastando con esta crnica referida al da 6 de enero del ao 1883 en la que se

    hace referencia explcita a prcticas alejadas del culto catlico, el semanario El peridico

    protesta por la discriminacin que era dirigida hacia la procesin que realizaba la cofrada

    de San Benito de Palermo de parte de los sectores catlicos aristocrticos.

    Acto imponente. Ayer las tres y media de la tarde tuvo lugar en la iglesia de San

    Francisco, la procesin que la Cofrada de San Benito de Palermo celebra cada ao

    en honor al santo patrono de esa cofrada.

    Asisti al acto numerosa concurrencia, compuesta en su mayor parte de la clase de

    color, que es la que sostiene el culto de San Benito.

    Se notaba la ausencia de la high life catlica, esa que acompaa las

    procesiones que con toda pompa se celebran en la Catedral y donde se lucen ricos

    trajes y se hace gala de lujosas creencias religiosas.

    A la modesta procesin de un santo negro, no podan rebajarse asistir los fieles

    de la aristocracia; si se hubiera tratado de un concierto en el Club Catlico sera

    otra cosa. (...) En cuanto la f en el corazn no hay que dudarlo, los negros que

    acompaaban ayer San Benito en la procesin, son los mismos negros orientales

    valientes, que en los momentos de peligro para la patria, exponen su pecho las

    balas y mueren sin ser sentidos, porque son negros.

    San Benito de Palermo, pues, como negro no es reconocido como santo entre el

    catolicismo aristocrtico23 (El subrayado est en el original).

    En otro documento que originalmente se encontraba en la iglesia de San Francisco y

    que hoy est custodiado en el Museo de San Bernardino en la parroquia de los Padres22El Ferro-carril: 6.1.1883, Fiesta de Reyes... Recuerdos de antao.

    23 El Peridico: 23 de julio de 1889.

  • Conventuales aparecen datos que ponen de manifiesto una diferencia esencial en la

    conformacin de ambas cofradas. Mientras que la cofrada de San Baltasar estaba

    integrada por negros libres y esclavos tal como aparece en su libro primero-, la

    archicofrada de San Benito de Palermo aceptaba a blancos y negros:

    a los Prelados de nra Sagrada Religion facultad Appca y Poder para erigir en todas

    partes del Mundo la dicha Archicofrada del Cordon, concediendo beningnam te las mismas

    gracias, indulgencias, privilegios que la de Asis, las de nuevo erigidas. Y teniendo Nos

    noticia cierta de la tierna, y cordial devocin, que a ntro Santo havito profesan los

    habitantes de la ciudad de San Phelipe de Montevideo; y que muchos fieles de este pueblo,

    desean, sea erigida la dicha Archicofradia del Cordon, teniendo por Patrn de ella al

    Glorioso San Benito de Palermo; Por tanto, atendiendo con entraas de amor, y Charidad

    l bien de las almas, y queriendo dar, qto de ntra parte, entero cumplimiento los buenos

    deseos; por las presentes firmadas de ntra mano, y nombre, selladas con el sello maior de

    ntro oficio, y refrendadas de ntro Pro Secretario, damos y concedemos V. P. Ntra

    bendicin, y facultad, y a maior merito, selo mandamos por Obeda. que publique en vtra

    ciudad la referida Archicofrada; sus gracias, privilegios e indulgencias Vra. Y juntando

    algunos hombres, y mugeres sin distincin de linajes, exemplares de vida, y costumbres,

    darn principio vtra Archicofrada, teniendo por su patrn al Bienaventurado S. Benito

    de Palermo, y cindose la Cuerda la primera vez, de mano del P. Pr. Fr. Manuel Martinez,

    quien asignamos por Capellan de los Cofrades, darn de ello aviso l Sor Vicario de vtra

    Ciudad; Y haciendo vtros hermanos Fundadores con su Capellan las Ordenaciones y

    Constituciones, que se han de guardar en la enunciada Archicofradia, las remitirn l V l

    Definitorio, pa su aprobacin, y confirmacion. Mandando como mandamos se pongan por

    Cabeza del Libro de Constituciones estas ms Letras Patentes; y su continuacin la Bula

    del Seor Papa Clemte. X expedida el 13 de Julio de 1673 y ao quarto de su Pontificado,

    que empieza: Dudum felices recordationis Paulus Papa V. en que se nos Vobora la facultad

    de erigir las Archicofradias del Cordon, y se confirman todas las gracias, e indulgencias,

  • que concedio Sixto V. Dadas en este ntro Convto grande delas onze mil Virg.es de BSaS en 12

    de Julio de 1773.24

    En el ao 1799, a partir de una visita y revisin de los libros de la archicofrada por

    parte de autoridades eclesisticas, se ordenan algunas modificaciones y se agregan

    algunos puntos al reglamento de la archicofrada para el mejor arreglo, y mayor firmeza

    de tan piadoso y til establecimiento25, porque el no cumplimiento de algunos puntos de

    las constituciones originales no se haban cumplido: Renueva el auto de Visita de 24 de

    Diciembre de 92 que inmediatamente precede este, y hace saber S.P.M.R. haverle

    causado sumo desagrado, no haverse cumplido, puntualmte en todos sus puntos, por ser

    mui arreglados y precisos pa la legal subsistencia de vtra cofrada, y en seguida manda que

    con la posible brevedad se saque un tanto de las constituciones que corren en este libro

    con la aprobacin de la Prova y se presenten al Rl. Vice-Patronato, y al Ordinario pa. con el

    buen visto, o aprobacin de uno, y otro pr. lo pertenecte. su jurisdiccin, remitan al Rey

    Nro. Sr. en su Rl. y supremo Consejo de Indias.26

    Entre los puntos a agregar, el 5 amerita atencin: ...sera conveniente que todas las

    castas de gentes fuesen admitidas todos los oficios, honrras, preeminencias y beneficios

    de la cofrada con igualdad con los Morenos, pues de todas es una la fe, un Bautismo, una

    Iglesia, un mismo fin sobrenatural, y todas costaron un mismo precio Jesuchristo, p r lo

    que seria mui del agrado de Dios, y del Santo Patron que se retomase la Constitucion Gral

    relativa a este punto, pa lo que podrn recurrir al V. Definitorio.27

    Tal vez la insistencia en la coexistencia en el seno de la cofrada de negros y blancos

    muestra el cuidado de la iglesia en la integracin de los negros libres a las estructuras

    sociales imperantes. Isidoro Moreno seala que esta integracin converta a la iglesia en

    un espacio social comn en el que cohabitaban grupos sociales antagnicos: amos y

    24 Manuscrito, Museo de San Bernardino, sin clasificar.25 Idem26Idem.27 Idem.

  • esclavos; blancos y negros, donde de alguna manera los conflictos sociales eran resueltos

    al trasladarlos al espacio de lo simblico (Moreno, 1997: 85-86).

    Miguel ngel Rosal, utilizando como fuente testamentos de afroporteos, da cuenta de

    la inexistencia entre los testadores, por lo tanto personas libres- de afiliados a la cofrada

    de San Baltasar, y seala la contradiccin entre esta falta y la popularidad que dicho santo

    tena entre la poblacin de origen africano. Una explicacin posible para Rosal es la

    eleccin que haran los africanos libres y sus descendientes de integrarse a cofradas de

    mayor rango social, quedando la de San Baltasar para los esclavos (Rosal, 1984: 370

    372).

    Las salas africanas de nacin elegan sus autoridades el da 6 de enero Epifana del

    Seor o da de los Santos Reyes para la iglesia catlica, y da de san Baltasar para el

    catolicismo popular de los afro-montevideanos. Las crnicas que aparecen en el ltimo

    tercio del siglo XIX reiteran sistemticamente la presencia de la imagen de San Baltasar en

    los altares de las salas de nacin (Goldman, 1998: 81).

    La devocin a San Baltasar si bien tambin se manifestaba en el espacio fsico de la

    iglesia en la funcin del santo- estaba relacionada a un espacio fsico mltiple que lo

    constituan las diferentes salas de nacin donde se bailaba, se cantaba, se beba y se

    obtena la legitimacin ante la sociedad, pues la celebracin era permitida previa

    solicitud- por las autoridades de la ciudad, y las mismas naciones africanas obtenan sus

    permisos para formarse en base a la devocin a ese santo. En los manuscritos de Jacinto

    Ventura de Molina se encuentra una solicitud de dos miembros de la nacin Congos de

    Gunga al Fiscal General del Estado de Uruguay en la que se dice: Dgnese V.E. refleccionar

    que el objeto de Nuestra Asociacin es solo la Gloria de Dios en la devocin de su Santo

    Baltasar, con el practico exemplo de que los brasos principales de las Monarquias y

    Estados, el Comercio y la Milicia son Sociedades (Acree y Borucki, 2008: 136).

  • Los miembros de la nacin Congos de Gunga que realizan la solicitud son Miguel

    Pieyro y Joaqun Martnez. Este ltimo aparece mencionado reiteradas veces en los

    documentos de Jacinto Ventura de Molina vinculado a la Archicofrada de San Benito de

    Palermo (Acree Borucki, 2008). Entre los documentos de Molina, transcriptos por Acree

    y Borucki (2008) aparece mencionada una conspiracin de esclavos ocurrida el da 25 de

    mayo de 1833, que signific como parte de las medidas de represin de las autoridades-

    el cierre de las salas de nacin. Jacinto Ventura de Molina eleva junto a otros miembros

    de la sala- varias solicitudes para la reapertura de la sala Congo de Gunga. En una de stas

    solicitudes aparecen mencionadas las autoridades de dicha sala de nacin:

    Su Regulo o Precidente Antonio de la Rosa Vrito, esclavo de Dn. Luis Ximenez; un

    Ministro, Juan Sosa, libre, oy mayordomo de Sn. Venito de Palermo (Acree Borucki,

    2008: 128).

    La coexistencia de estas devociones tambin aparece en un discurso transcripto por el

    diario El Siglo- brindado por el rey de la nacin Manguinga en una visita a los agentes

    diplomticos extranjeros con motivo del da de Reyes del ao 1871, en un momento en

    que se desarrollaba un conflicto blico que se conoci con el nombre Revolucin de las

    lanzas (5 de marzo de 1870 6 de abril de 1872):

    Napoli lisia que lo milico ela cane di ca, e nosotlo tabi semo lo memo pala lefend

    la Patlia di la Banda Olient. Lu blanco, lu cololao, tulo lo patilo glita viva lo neglo, pala

    metelo no cuat; pelo no le l un cuatiyo di sueldo, e lo sueta cuando quela lengo, pala qui

    si buca la vila di blanquialo negociate di coba e plumelo. Biba lo Gobieno tlagelo! Biba

    Sa Batas Sa Binito! (en Goldman, 2004: 57).

    La Archicofrada de San Benito de Palermo existi hasta finales del siglo XIX,

    aproximadamente hasta el ao 1892, poca en la cual se hizo insostenible su permanencia

    por falta de recursos28; nada sabemos acerca del fin de la cofrada de San Baltasar, por28 Manuscrito, Iglesia de San Francisco, sin clasificar.

  • haberse ubicado nicamente su Libro Primero que como se ha dicho- contiene enormes

    discontinuidades en la informacin; pero el festejo del da de reyes en honor al Santo Rey

    Baltasar se mantuvo hasta fines del siglo XIX relacionado a prcticas dentro de las salas

    de nacin.

    El da 7 de enero del ao 1900 el diario El Siglo publica lo siguiente:

    Antao y ogao. En la calle Santa Luca, al por el Sur ayer en casa del moreno Jacinto

    Ibez, mozambique de 98 aos de edad, el saludo de los Reyes que le fue hecho por su

    prole de ocho hijos, doe nietos y dos biznietos. Fue una fiesta ntima sin los atavos

    cortesanos del tiempo de Catorce menos 15, sin los relumbrones de esas recepciones

    improvisadas que hicieron clebres los candombes de antao, pero, en la que el moreno

    Ibez, hijo de Machambumba, el guerrero invencible que venci al almirante portugus

    Leitao Sigfredo Da Costa Moura, daba la bendicin a todos los vstagos de su real

    prosapia, y contaba proezas de sus antepasados que si no merecieron las estrofas de

    Camoes, corren todava como leyendas inmortales entre los habitantes de las selvas

    impenetrables.29

    De todas maneras, tanto la devocin a San Benito de Palermo como a San Baltasar

    marcan formas de sociabilidad de las que particip la poblacin de origen africano. En un

    trabajo reciente coordinado por Hilda Zapico (2006), Ana Mnica Gonzlez asigna a las

    cofradas importancia en la reproduccin de la jerarquizacin socioeconmica y poltica,

    por ejemplo en la idea de sentido del espacio que para los catlicos dice Gonzlez- no era

    homogneo ni simtrico, distinguiendo y privilegiando ubicaciones de reliquias, santos,

    altares, etc. (Zapico, 2006: 15).

    Este tipo de estudios, se pueden contrastar con estudios de tipo afrocentrado o con

    otros, centrados como seala George Reid Andrews (2007: 17 27)- en la experiencia

    afro-latinoamericana. En vez de utilizar como unidades anlisis principios euro-

    occidentales, fijar como punto de partida de las diferentes miradas los intereses de los29El Siglo: 7 de enero de 1900.

  • africanos y sus descendientes: cmo stos aprovecharon los espacios que la sociedad

    colonial les brindaba, para mantener vigentes algunos principios presentes an en su

    memoria; o en cmo gestaron nuevos principios en la dispora a partir de esa memoria y

    la nueva experiencia de vida. El anlisis de producciones simblicas actuales

    afroamericanas da cuenta por ejemplo en la msica y en la religin- de la presencia de

    principios culturales diferentes al occidental. La msica y la danza del candombe que cada

    6 de enero antiguo da de San Baltasar- se sigue manifestando en los barrios

    montevideanos con fuerte presencia de poblacin de origen africano es una prueba de la

    presencia de principios culturales diferentes al occidental.

    El espacio religioso colectivo, de ayuda mutua, que constituyeron las cofradas puede

    que haya significado para los africanos y sus descendientes una oportunidad consciente

    o inconsciente- para mantener vigentes algunos de estos principios dentro de un sistema

    sociocultural que los integraba y a su vez los segregaba.

    Bibliografa

    Andruchow, Marcela, 2007: mbitos y prcticas de la religiosidad afroportea, indito

    cedido gentilmente por la autora.

    Apolant, Juan Alejandro, 1975: Gnesis de la familia uruguaya, 2 ed., Montevideo, Tomos

    I-IV.

  • Acree, William y Alex Borucki (editores), 2008: Jacinto Ventura de Molina y los caminos de

    la escritura negra en el Ro de la Plata, Linardi y Risso, Montevideo.

    Christian, William, 1991 [1981], Religiosidad local en la Espaa de Felipe II, Madrid, Nerea,

    cap. I: "Introduccin", pgs. 17-38, y cap. V: "Religiosidad local: variaciones, alternativas y

    reforma", pgs. 181-217.

    Cirio, Norberto Pablo, 2002: Rezan o bailan? Disputas en torno a la devocin a San

    Baltazar por los negros en el Buenos Aires Colonial, IV ECSIM, Santa Cruz, 2002.

    Di Stefano, Roberto y Jaime Peire, 2004): De la sociedad barroca a la ilustrada: aspectos

    econmicos del proceso de secularizacin en el Ro de la Plata, Andes. Antropologa e

    Historia N 15, pgs. 117-150.

    Di Stefano, Roberto, 2005: En torno a la Iglesia colonial y del temprano siglo XIX. El caso

    del Ro de la Plata, Takw. Revista de Historia, Ao 5, N 8 (otoo de 2005), pgs. 49-65.

    Di Stefano, Roberto, 2000: Entre Dios y el cesar: el clero secular rioplatense de las

    reformas borbnicas a la revolucin rioplatense, en: Latin American Research Review, Vol.

    35, No. 2. (2000), pp. 130-159, University of Texas Press.

    Goldman, Gustavo, 2004 [1997]: Salve Baltasar! La fiesta de Reyes en el Barrio Sur de

    Montevideo, Perro Andaluz Ediciones, Montevideo.

    Kiddy, Elizabeth W., 2005: Blacks of the rosary: memory and history in Minas Gerais,

    Brazil, The Pennsylvania State University Press.

    Luque Alcalde, Elisa, 1998: Poltica eclesistica de Carlos III en Amrica: instancias de

    reforma en Charcas, en P. Garca Jordn et al. (Coords.), Lo que duele es el olvido.

  • Recuperando la memoria de Amrica Latina, Barcelona, Universidad de Barcelona, pgs.

    141-151.

    Mena, Carmen, 2000: Las hermandades de Sevilla y su proyeccin americana: estudio

    comparativo de la cofrada de Nuestra Seora de los ngeles, o de los negritos de Sevilla

    y de la cofrada de Santa Ana de Panam, en: Pilar Garca Jordn (et al) (coordinadores),

    Estrategias de poder en Amrica Latina, Universidad de Barcelona, (pg. 129 149).

    Moreno Navarro, Isidoro, 1997: La antigua hermandad de los negros de Sevilla,

    Universidad de Sevilla, Consejera de Cultura, Junta de Andaluca.

    Ortiz, Fernando, 1992: Los cabildos y la fiesta afrocubanos del Da de Reyes, Editorial de

    Ciencias Sociales, La Habana.

    Rosal, Miguel ngel, 1984: Algunas consideraciones sobre las creencias religiosas de los

    africanos porteos (1750 1820), en: Separata de Investigaciones y Ensayos, N 31 (368

    382), Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires.

    Archivos consultados

    Archivo de la Curia del Arzobispado de Montevideo

    Archivo de la Iglesia de San Francisco, Montevideo

    Museo de San Bernardino, Parroquia de los Padres Conventuales, Montevideo

    Digitalizacin de documentos

    Iglesia de San Francisco: Gustavo Goldman

    Museo de San Bernardino: Alex Borucki

  • Apuntes para su estudioBibliografa