Sanchez Ferlosio, Rafael - El Escudo de Jotan

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Sanchez Ferlosio, Rafael - El Escudo de Jotan

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El escudo de JotnRAFAEL SNCHEZ FERLOSIODigitalizado por kamparina para Biblioteca-irc en diciembre de 2.004http://biblioteca.d2g.comDemasiado conocedor de los humores y las seales del imperio,delasquietudesylasagitacionesdelospueblosdelarutadelaseda, de los aterradores torbellinos de polvo, de ventisca o desoldados del Kans era el caravanero que traa tan alarmantes nuevascomo para arriesgarse a no hacer caso a sus palabras cuando dabapor seguro que aquella vez los alardes y los preparativos delemperador con sus ejrcitos iban de verdad. or la e!periencia de lostiempossesabaquelosemperadoresrespetabanalospueblosyciudades que tenan reyes o "anes o #obiernos completos capaces derendirles cumplidovasallaje, quenoes lasimpleentregadeloscuerpos, sino elo$recimiento de los nombres, pero que destruan alas despreciables gentes que se dejaban vivir nicamente segn lastradiciones, sin ttulos de $undaci%n y con poca o ninguna gerenciaestablecida. & la ciudad de 'ot(n se deca) *+s nuestra perdici%n, queapenas sitenemos una c(mara de comercio, una administraci%n deazotesymutilacionesyunainspecci%ndesanidaddecaravanas.,eroun$abricantedem(scarashall%lasoluci%n)*-i notenemos"an, lo$ingiremos. si notenemos justicia, lasimularemos. si notenemossoldados, yo enjaezar ciencaballosconsus caballeros ydis$razar a quinientos j%venes como de in$antera, y con tal arte quenicamente la batalla que nunca habr(n de combatir podra llegar acomprobar si sus armas son de hierro o de madera y sus yelmos ybroqueles de bronce o de cart%n.,Dicho y hecho. /oda 'ot(n se puso en movimiento. & para laesperanza de salir adelante con su empeo no s%lo contaban con lalentitud que es connatural a todo imperio, sino tambin con laconsideraci%n de que cualquier campaa de gran envergadura en elcorredor deKans y enlaKasgaria que no quisiese abocarse a lacat(stro$etenaquesabermedirmuybiensustiemposycalcularcu(ntos hombres o millares de hombres, en qu estaci%n y debajo dequ cielos iba a tener a cada uno de los pasos del planpreestablecido. 0s pudo 'ot(n disponer de tantos meses para armarsu engao que cuando al cabo empez% la primavera y las noticias delas vanguardias del ejrcito imperial comenzaron a hacerse cada vezmenos remotas, los jotanenses se haban embebido hasta tal puntoen los preparativos, y a tal e!tremo se haban compenetrado con laidea del espect(culo, que, temerariamente, parecan tener casiolvidada la ndole ominosa y nada voluntaria ni nada placentera de lamotivaci%noriginal. +nlugardesentirse cadavezm(stemerosos,como quien ve venir elda de una terrible prueba, se demostrabancada da m(s e!citados y llenos de impaciencia como el que cuentalas horas que le $altan para la gran $iesta y no querra otra cosa queapresurar su$uga. 1nayotravez, los m(s sensatos tenanqueDigitalizado por kamparina para Biblioteca-irc en diciembre de 2.004http://biblioteca.d2g.comrecordar a los dem(s que aquellas rigurosas paradas militares,aquellas aparatosasy$ant(sticas ceremonias ciudadanas, aquellasenguirnaldadas, hier(ticas y reverenciales procesiones de doncellas,cien veces ensayadas ante un emperador de trapos viejos embutidosde heno o de borra de camello, no eran cosa de burlas ni de broma.ero las risas de n(car de las mujeres de 'ot(n restallaban cada vezm(s incontenibles contra el cielo de seda azul y blanca del Kuen 2un.2a selecci%n delque haba de hacer de "an se hizo bastantetrabajosa, pues nada hay m(s vanidoso en este mundo que un turcocincuent%n, y$uearduatareaconseguir larenunciaapapel tanprestigioso de una veintena larga de ricos prestamistas y tenderos,todos los cuales pretendan tener *una noble cabeza de mongol,. orel contrario, no hubo vacilaci%n alguna para dar el papel deajusticiado 3pues me $alta indicar que a $in de persuadir alemperador de la solidez de las instituciones de justicia de 'ot(n sehaba considerado indispensable incluir en el programa de lasceremoniasunaejecuci%ncapital3, ycomohombredeaparienciam(s abyecta $ue al punto sealado un corasmio a$incado en el oasisde 'ot(n y que tena los dientes separados y, segn juicio un(nime,una sonrisa repugnante. ero como era servicial y bondadoso,algunos que tenan un severo sentido de la dignidad le decan) */,no,, reproch(ndole que aceptase aquel papel, por juzgarlo merecedorde otro m(s honroso. a lo que l se rea, con sus horribles dientes, ydeca) *4o importa, que tendr una cabeza de reserva para elemperador y salvar la ma al tiempo que las vuestras., & es que eltruco arbitrado para la ejecuci%n era una cabeza $alsa, copiando sus$acciones allevar bajoel holgadosayodelos ajusticiados, parasoltarla, al tiempo de caer el hacha escondiendo la propia como unatortuga, y con una vejiga de sangre de ternero, que reventara enaquel instante salpicando el tablado y un poco en derredor.2leg% el emperador, con su corte militar, su guardia y unejrcito. 2e sali% el $also "an con sus $ingidas huestes, a una jornaday da de 'ot(n, a darle la bienvenida y o$recrsele por vasallo contodalaciudad. +nunavastapraderaquehabasobrelosbarriosaltos, a la parte contraria del oasis, $ue plantada la inmensa tienda decampaa, desedaazul celeste, del emperador,yenderredor lastiendas rojas de los eunucos y las amarillas y negras de losmandarines, y, luego, el campamentodelaguardiaensucesivascircun$erencias concntricas, hasta cubrir un (rea cuatro veces mayorque la ciudad. -obre un radio de este crculo, desde la puerta alta de'ot(nhastael suntuosodosel quedaba entradaalatiendadelemperador, se $orm% una avenida de mil doscientos pasos,al$ombrada en toda su longitud y permanentemente $lanqueada porDigitalizado por kamparina para Biblioteca-irc en diciembre de 2.004http://biblioteca.d2g.comdos $ilas de lanceros inm%viles. 0 un lado de esta avenida, cerca de laciudad, los carpinteros de'ot(ntenanyaarmado, dos semanasatr(s, el cadalso para la ejecuci%n, as como una gran tribuna con unpalco cubierto parael emperador y unamplio gradero paralosdem(s espectadores. Delcentro de la tarima delcadalso arrancabaun m(stil altsimo con un sistema de cuerdas para izar r(pidamentehastalamismapuntalacabezadel decapitado, antes quenadiepudiese verla desde cerca y descubriese la $icci%n.erolaejecuci%n, al albadel dasiguiente, sali%per$ectaentodo. +lemperador sonri% benignamente alver rodar aquella nicacabeza y agradeci% la ceremonia, e!pres(ndole al "an, por intermediode un eunuco, que la $unci%n no haba desmerecido de lasejecuciones del imperio sino en la cantidad, pues all las cabezas secortaban s%lo de mil en mil. & todo sigui% per$ecto de ah en adelante,salvo que con$orme el da $ue avanzando a travs de laininterrumpida sucesi%n de agasajos y de ceremonias, los jotanenseshubieron de verse cada vez m(s sometidos al asalto del m(sreiterativo y pertinaz de los ejrcitos) el de la risa. 5leadas que ibany venan en acometidas contagiosas, que recorran la e!tensi%n de laapretada y vasta multitud como las ondas del viento por las mieses,conatos que suban y bajaban en recurrencias cada vez m(s agudas einsistentes y m(s di$icultosamente reprimidas, risas, en $in,un(nimes, constantes, quesi al principiopodanser interpretadascomo e!presi%n de una alegra sincera, aunque un tanto bobalicona ypegajosa, de los jotanenses por darse como vasallos al emperador, alatardeempezabanahacerseyaunpocodesusadas, suscitandomiradas de e!traeza, despertando cada vez m(s la suspicacia de lossoldados y o$iciales del imperio destinados a compartir durante todoel da la presencia del pueblo de 'ot(n. 0s que, cuando a la tarde, yacerca de ponerse el sol, casi toda 'ot(n se desplaz% hasta elcampamento, y una gran parte de ella $ue a engrosar hasta un puntoescandaloso elya nutrido nmero de los notables que acudan a lapropia tienda delemperador para la recepci%n que ste les o$recacomo nuevoseor a sus nuevos vasallos, yaera casi imposiblejusti$icar lasrisas, m(simposibleandisimularlas, ynodigamossiquiera contenerlas.5tro gnero muy distinto de e!traeza $ue el que, entre tanto,acometi% a unos lanceros delaguardiaal observar el inusitadocomportamiento de los cuervos con la cabeza deldecapitado izadatodava en lo m(s alto de su m(stil. uno tras otro, en e$ecto, acudana ella los cuervos volando desde lejos, pero no bien llegaban a pocospalmos de ella quebraban de pronto el vuelo, con un graznido entrederabiayburla, ysevolvanenel aire, alej(ndoseaprisa, comoDigitalizado por kamparina para Biblioteca-irc en diciembre de 2.004http://biblioteca.d2g.comenojados delinsolente cimbel. 0nsioso de averiguar aquelmisterio,uno$icial mand%al $inquesearriaselacabezayal punto$uedesvelado el simulacro. 6arias escuadras de soldados $ueron lanzadasa la busca y captura del reo prevaricador, que, estando desprevenidodecualquierpersecuci%n, $uehabido$(cilmenteyapresadoporelcuello en un pesado cepo de madera, que lo $orzaba a ir en pos de lossoldados como un perro llevado del collar para ser conducido ante losmandarines o tal vez ante el propio emperador./al muchedumbre haba llegado a concentrarse, en este mediotiempo, como m(s que abusivo acompaamiento de los notables de'ot(n, bajo la dilatada hospitalidad de los techos de seda delemperador, que la risa no precis% ya de las vas de la vista y el odopara correrse, e!tenderse y agigantarse, cabalgando la ola delcontagio, puesto que ahora, an antes de verse ni orse unos a otros,an sin reconocerlo como e$ecto de risa u otra cosa, ya elestremecimiento m(s leve y contenido recorra la multitud,directamente transmitido de uno en otro por el simple contacto de loscuerpos, casi en la $orma pasiva e inevitable en que las cosas inertesy sin vida se comunican la pura vibraci%n. 7uedando as $inalmenteburlado por los ciegos resortes corporales todo $reno capaz desujetarla, la risa de los jotanenses se hizo abierta, total eincontenible. 2a risa se alzaba, pues, por vencedora, y el simulacro nopoda ya desmentirse, aun a $alta de toda precisi%n sobre su alcance,ni el entredicho poda ya ser soslayado. +unucos, mandarines yo$iciales, que, comodignatariosdel imperio, estabanhaciendoloshonores de la corte en la multitudinaria recepci%n imperial, vindoseahora cada vez m(s embarazados y en suspenso, $ueron quedando ensilenciounotrasotroyvolviendo, e!pectantes, lamiradahaciaelemperador, que, inm%vil en su trono, inm%viles la mirada y lae!presi%n, a la vez pareca no ver nada y estarlo viendo todo.8omoel abrirsedeuna$lor,as delentoysuave$ueel ir$loreciendolasonrisaentreloslabios del emperador,querompi%luego en risa, vuelto hacia el $also "an y los $alsos notablesjotanenses, que se encontraban cerca de su trono, como invit(ndolosa volver a rer ahora con l. & $ue en el instante en que la risa estabayaestallandoencarcajada, cuandosevioabrirsepaso entrelamuchedumbre al o$icial de guardia que, acompaado de unaescuadra, traa al ajusticiado y su cabeza a la presencia delemperador. -e les dej% llegar hasta su trono y la imperial mirada pas%dos o tres veces de la cabeza viva que asomaba por encima del cepode madera a su gemela muerta, que el o$icial le presentabasostenindola en alto por la cabellera. y el emperador volvi% a rer, ysiempre por intermedio de un eunuco, mand% soltar al reo. 9ste, noDigitalizado por kamparina para Biblioteca-irc en diciembre de 2.004http://biblioteca.d2g.combien se vio libre del cepo, se abri% un pequeo crculo ante el trono y,rescatando de manos del o$icial su cabeza simulada, improvis%,manejandoaquellacabezaenmil posturas, conmil muecas, milburlas, mildesplantes y milreverencias, la danza o pantomima delbic$alo, quellev%al puntom(saltolahilaridadyel jbilodelamultitudinariaconcurrencia. +nestoempez%aorsedeprontounchirriar de poleas y los enormes lienzos de la carpa corrieron por suscuerdas, como un velamen que se arra, altiempo que los telonesque hacan de paredes y tabiques $ueron cayendo al suelo uno trasotro. yarriba s%lo sevieronyapalos y cuerdas contrael cieloestrellado y la lejana sombra blanca de Kuen 2un, mientras abajo, enmedio, entre lienzos arriados o abatidos, los intensos $aroles de la$iesta seguan alumbrando $uertemente a la apretada multitud de losjotanenses, ya mudos y demudados de estupor. & por primera vez seoy% la voz del propio emperador, que dijo) *:0rqueros;,, y una ruedacerradadearquerosapareci%enlasombratodoenderredor,quedispararon sus arcos una y otra vez y vaciaron sus aljabas hasta quedej% de verse todo movimiento de vida entre los de 'ot(n. &alevant(ndoseysepar(ndosedel trono, mir%el emperador por unmomento la e!planada cubierta de cad(veres, y dijo) *:7u l(stima;+ran, sin duda, unos magn$icos actores. ero yo soy mejor.,2os dem(s jotanenses $ueron muertos donde $ueron hallados,enel campamento, en la ciudad, enel oasis, huyendo hacia eldesierto, hacia el camino de amir, a lanza, a sable, a daga, sin queimportase elc%mo. -%lo alajusticiado mand% elemperador que losacasendel asaetamiento, paraquele$uesedadaaquellamismamuerte que haba hecho simulaci%n de recibir. & por eso elescudoque elemperador les concedi% a los gobernadores chinos de 'ot(nrepresenta una vara vertical de cuya punta cuelgan dos cabezas deidnticas $acciones, anudadas por la cabellera, y con un cuervoposado en una de ellas comindole los ojos a la otra.