Saturnito Cuento infantil - Carlos Eduardo Linares Romero
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SATURNITO Cuento Infantil
Por
CARLOS EDUARDO LINARES ROMERO
17 DE AGOSTO DE 2008.
Érase una vez un pequeño ser llamado Saturnito, vivía en el planeta Saturno y era hijo del
rey Saturnino. Un día, el rey Saturnino decidió comprar y estrenar nuevas naves de combate
para todo su ejército de guerreros. Al término de una demostración del poder destructor de
éstas naves, y mientras conocía y averiguaba el rey Saturnino cómo era cada nave, dio
indicación a su hijo Saturnito que permaneciera cerca de ahí y no se alejara de su padre.
Pero la curiosidad de Saturnito hizo que se subiera a una de las naves y tocara una de las
palancas y botones de la nave preguntándose ¿para qué servirá esto? Y, ¿para qué servirá
esto otro? Al oprimir uno de los botones, la nave comenzó a volar y Saturnito empezó a
tripularla y a jugar con la nave y todos los botones volando en todas direcciones. La nave
comenzó a alejarse del planeta Saturno hasta que salió de éste alejándose cada vez más y
más hasta que se le terminó el combustible. Saturnito tuvo que amartizar en el planeta rojo
llamado Marte donde al hacerlo ya lo estaban esperando y apuntando con armas varios
soldados del rey Martín. Cuando Saturnito descendió para averiguar dónde se encontraba,
fue apresado por los soldados del rey y llevado ante éste para que decidiera qué hacer con
él. En el camino al trono del rey Martín los soldados no dejaron de apuntar a Saturnito pues
ignoraban si era peligroso o no. Cuando llegaron ante el rey Martín, éste ordenó se le
encerrara en un calabozo y se le ejecutara al día siguiente pues no quería correr ningún
riesgo al no saber si era peligroso o no.
La hora de su ejecución se acercaba cada vez más y más, y Saturnito pensaba qué hacer
para salir de ahí hasta que resolvió utilizar su reloj transmisor con el que pidió auxilio a su
padre que se encontraba en Saturno y creía que su hijo se encontraba cerca de él. Cuando el
rey Saturnino vio la imagen de su hijo a través de su reloj transmisor jamás imaginó cuán
lejos se encontraba éste, pero Saturnito desesperado explicó a su padre dónde se encontraba
y que le quedaba poco tiempo de vida porque iba a ser ejecutado al amanecer. El rey
Saturnino y todos sus guerreros se subieron a sus naves y a la velocidad de la luz se
dirigieron al planeta Marte; cuando llegaron iban preparados para un ataque mostrando
todas sus armas pero con mucho cuidado para no cometer un error y lastimar a su hijo.
Cuando llegaron, el rey Martín junto con sus soldados también estaban listos para atacar a
las naves invasoras que se acercaban, con mucho cuidado el rey Saturnino se dejó ver a
través de una de las naves dirigiéndose al que parecía ser el líder y monarca de dichos
soldados, el rey Martín. Le explicó con señas, pues no hablaban el mismo idioma, que iban
en son de paz y que tan sólo iban por Saturnito, su hijo, que no había seguido las órdenes
de su padre y como un juego, y por accidente, había llegado hasta ese lugar. Cuando el rey
Martín comprendió el mensaje del rey Saturnino, ordenó soltaran a Saturnito y se lo
entregaran a su padre, el cuál muy feliz pero un poco molesto con Saturnito lo subió a su
nave y despidiéndose del rey Martín y sus soldados, se alejaron a toda velocidad al planeta
Saturno. Cuando llegaron, el rey Saturnino reprendió a Saturnito y le puso un castigo por
haber desobedecido deliberadamente. Le hizo prometer a Saturnito no volver nunca más a
desobedecer a su padre quien lo quería mucho y sólo deseaba su bienestar.
Y colorín, colorado…
Este cuento se ha acabado.
FIN