Scott Lash Critica de La Informacion

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  LASH, Scott. Crítica de la información. Buenos Aires, Amorrortu, 2005. Caps. 2 y 14 2. Formas tecnológicas de vida Formas de vida Pensamos con tanta naturalidad en términos de la noción de «formas de vida» que es difícil distanciarse de ella. Ludwig Wittgenstein transformó este concepto en moneda corriente en una serie de disciplinas. Tanto en la conversación académica como en la charla cotidiana hablamos sin cesar de vida y formas de vida. Hablamos de «ciencias de la vida» y los psicólogos examinan el «curso de la vida»; organizamos nuestra identidad en términos de «historias de vida». «Llevamos» tal o cual vida. Los filósofos políticos se refieren a la «vida buena»; los biólogos moleculares, a la «vida artificial». En los debates sobre el aborto, los conservadores no se dicen a favor de Dios o Cristo, sino «pro-vida». Hablamos de estilos de vida y, con una acepción bastante diferente, del «sentido de la vida». Nos preguntamos si hay formas de vida en tal o cual planeta, tal o cual desierto, en el fondo de tal o cual océano. Estamos obsesionados con la vida y lo orgánico. Nos preocupamos por la alteración de lo orgánico en los alimentos genéticamente modificados. Si pueden darse en lujo, los progresistas de clase media compran en la sección orgánica de nuestros supermercados. Otros progresistas menos adinerados podrán aspirar a una medicina orgánica, holista. Y los conservadores considerarán la nación como un todo orgánico: un organismo. Así, nos topamos con mucho palabrerío y preocupaciones sobre la «vida». La «vida», sin embargo, es diferente de las «formas de vida». ¿Qué podrán ser estas? Una forma de vida es un «modo de vida», una manera de hacer cosas. Una cultura, en el sentido antropológico y cotidiano, es una forma de vida, una manera de hacer cosas. Por eso algunos ven en el multiculturalismo, que promueve una pluralidad de formas de vida, una amenaza a la integridad de la cultura francesa o británica, alemana o austríaca. Y una amenaza al «modo de vida norteamericano». Las formas de vida incluyen por una parte las naturales o biológicas y, por otra, las sociales o culturales. Pensamos con tanta naturalidad en términos de «vida» y formas de vida que es extraño considerar que no siempre fue así. En Las palabras y las cosas, Michel Foucault (1966) señaló que recién empezamos a entender la naturaleza y la sociedad en términos de «vida» durante la modernidad, los siglos XIX y XX. Antes considerábamos las cosas en función de las «clasificaciones». De allí que, con referencia al mundo natural, hubiera un predominio de la historia natural, cuya idea era clasificar las cosas naturales en géneros y especies. En lo concerniente a la cultura y el estudio del lenguaje, la intención era usar las categorías de clasificación de la gramática. En la ciencia económica premoderna existía el mercantilismo, el «análisis de las riquezas», en el cual las cosas también se clasificaban por palabras. Pero donde antaño hubo una clasificación, en la modernidad decimonónica están la «vida» y el organismo. En las 1

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  • LASH, Scott. Crtica de la informacin. Buenos Aires, Amorrortu, 2005. Caps. 2 y 14

    2. Formas tecnolgicas de vida

    Formas de vida

    Pensamos con tanta naturalidad en trminos de la nocin de formas de vida que es difcil distanciarse de ella. Ludwig Wittgenstein transform este concepto en moneda corriente en una serie de disciplinas. Tanto en la conversacin acadmica como en la charla cotidiana hablamos sin cesar de vida y formas de vida. Hablamos de ciencias de la vida y los psiclogos examinan el curso de la vida; organizamos nuestra identidad en trminos de historias de vida. Llevamos tal o cual vida. Los filsofos polticos se refieren a la vida buena; los bilogos moleculares, a la vida artificial. En los debates sobre el aborto, los conservadores no se dicen a favor de Dios o Cristo, sino pro-vida. Hablamos de estilos de vida y, con una acepcin bastante diferente, del sentido de la vida. Nos preguntamos si hay formas de vida en tal o cual planeta, tal o cual desierto, en el fondo de tal o cual ocano. Estamos obsesionados con la vida y lo orgnico. Nos preocupamos por la alteracin de lo orgnico en los alimentos genticamente modificados. Si pueden darse en lujo, los progresistas de clase media compran en la seccin orgnica de nuestros supermercados. Otros progresistas menos adinerados podrn aspirar a una medicina orgnica, holista. Y los conservadores considerarn la nacin como un todo orgnico: un organismo.

    As, nos topamos con mucho palabrero y preocupaciones sobre la vida. La vida, sin embargo, es diferente de las formas de vida. Qu podrn ser estas? Una forma de vida es un modo de vida, una manera de hacer cosas. Una cultura, en el sentido antropolgico y cotidiano, es una forma de vida, una manera de hacer cosas. Por eso algunos ven en el multiculturalismo, que promueve una pluralidad de formas de vida, una amenaza a la integridad de la cultura francesa o britnica, alemana o austraca. Y una amenaza al modo de vida norteamericano. Las formas de vida incluyen por una parte las naturales o biolgicas y, por otra, las sociales o culturales.

    Pensamos con tanta naturalidad en trminos de vida y formas de vida que es extrao considerar que no siempre fue as. En Las palabras y las cosas, Michel Foucault (1966) seal que recin empezamos a entender la naturaleza y la sociedad en trminos de vida durante la modernidad, los siglos XIX y XX. Antes considerbamos las cosas en funcin de las clasificaciones. De all que, con referencia al mundo natural, hubiera un predominio de la historia natural, cuya idea era clasificar las cosas naturales en gneros y especies. En lo concerniente a la cultura y el estudio del lenguaje, la intencin era usar las categoras de clasificacin de la gramtica. En la ciencia econmica premoderna exista el mercantilismo, el anlisis de las riquezas, en el cual las cosas tambin se clasificaban por palabras. Pero donde antao hubo una clasificacin, en la modernidad decimonnica estn la vida y el organismo. En las

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  • ciencias de la vida ya no hay primordialmente una clasificacin anatmica y en gneros y especies; el organismo el organismo viviente y sus funciones pasa a ser el campo de estudio de la biologa moderna. En el lenguaje ya no predomina una clasificacin conforme a los elementos de la gramtica. Se impone ahora el estudio filolgico de los lenguajes naturales, que examina una lengua como un organismo vivo en la raz de una cultura nacional. En la economa, se pasa de los principios de clasificacin del antiguo mercantilismo a la economa poltica moderna y la teora laboral del valor de Ricardo y Marx. En este caso, la economa es un organismo cuyo corazn es el trabajo. La apuesta es la reproduccin de una unidad econmica o, como lo expres Marx, la acumulacin, que es la reproduccin expandida de la economa como organismo.

    La adopcin de la vida o la metfora orgnica se extendi en el siglo XX a la sociologa y la antropologa recin surgidas. As, el funcionalismo de Talcott Parsons y el primer Emile Durkheim vea la sociedad como un organismo; y Radcliffe-Brown y Malinowski consideraban la cultura como un sistema fisiolgico autorreproductor. Este modelo orgnico era una reafirmacin de la tradicin positivista. Pero la idea de formas de vida el linaje de la nocin de Wittgenstein es intrnsecamente antipositivista. En ella, la vida no es organicista sino vitalista; es fenomenolgica. De all el lugar central de la vida o la fuerza vital en la Le-bensphilosophie: Nietzsche, Bergson, Dilthey y Simmel (y en la novela, Proust y Joyce). Se pasa aqu del yo cartesiano desencarnado a la vida del cuerpo, de la cognicin a la percepcin, del tiempo newtoniano al tiempo de la experiencia. El concepto rector es la nocin de intencionalidad de Husserl. En la fenomenologa, no comprendemos las cosas por la neutralidad sino por la intencionalidad. No conocemos ya desde la posicin neutral del observador objetivo sino desde una posicin de inters, una actitud hacia algo. Dotados de intencionalidad y una actitud estamos en el mundo, en el mundo de la vida, junto con lo que investigamos. La indagacin fenomenolgica comprende el mundo no tanto a travs de la inteleccin como de lo que Husserl y Bergson llamaron intuicin. No alcanzamos el conocimiento gracias a la abstraccin del juicio sino a la inmediatez de la experiencia. La intuicin es ms corporal y orgnica que la inteleccin; la experiencia (Erlebnis en alemn), ms similar a la vida que el juicio. El tiempo del juicio es abstracto tiempo newtoniano, mientras que el tiempo de la experiencia es la corriente (el flujo) de las impresiones de los sentidos; la corriente de la conciencia o el inconsciente. Sabemos e imponemos un orden a las cosas, pero no lo hacemos por medio del juicio y la clasificacin desde arriba. El conocimiento proviene, en cambio, de la experiencia, de abajo, en un mundo de la vida compartido con personas y cosas.

    Comprender las cosas (naturales y sociales) es adscribir significado. En el rgimen de la clasificacin (que an nos acompaa bajo las diversas mscaras del positivismo), el creador de sentido atribua significado lgico a las cosas. As suceda no slo en las ciencias humanas sino tambin en la narrativa clsica y la pintura perspectivista. De ese modo, el rgimen de la clasificacin daba sentido al mundo a travs de la epistemologa. Como seala Hans-Georg Gadamer (1976), la epistemologa se ocupa del estatus del conocimiento y los elementos que denotan un conocimiento cientfico vlido; en rigor, del conocimiento objetivo y la correspondencia entre las representaciones y las cosas. Pero en la empresa fenomenolgica comprendemos menos por medio de la lgica y la epistemologa que por medio de la ontologa. Experimentamos e interrogamos a personas y cosas no tanto con referencia a su significado lgico como a su significado existencial. Buscamos un significado ontolgico. El espacio neutral y desasido del observador cientfico puede producir, como indic Kant, conocimiento epistemolgico, de la apariencia de las cosas, esto es, causas y efectos y explicaciones. Pero su vivencia,

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  • al compartir con ellas el mundo de la vida, puede dar acceso al conocimiento de las cosas en s. Conocer las cosas en s es conocerlas no epistemolgicamente sino en sus estructuras ontolgicas. Este tipo de conocimiento de las estructuras ontolgicas ms profundas tambin resulta central en Freud, para quien la cosa en s era el inconsciente, y en Marx, para quien es la clase social (Klas-se-an-sich). De tal modo, en las formas de vida el conocimiento tiene lugar en el mundo de la vida, a travs del sujeto entendido como vida (el cuerpo, el inters de clase, el inconsciente, la voluntad de poder). Al ubicarnos, con las cosas, en el mundo, y ya no por encima de ellas, nos enfrentamos a las estructuras ontolgicas ms profundas y no a la epistemologa y las apariencias.

    Formas tecnolgicas de vida

    Qu pasa cuando las formas de vida se convierten en tecnolgicas? En las formas tecnolgicas de vida comprendemos el mundo por medio de sistemas tecnolgicos. Como creadores de sentido, actuamos menos como cyborgs y ms como interfaces de humanos y mquinas: conjunciones de sistemas orgnicos y tecnolgicos. Los sistemas orgnicos trabajan segn un modelo fisiolgico. Los sistemas tecnolgicos, segn un modelo ciberntico. Los sistemas cibernticos autorreguladores actan mediante el ejercicio de las funciones de inteligencia, comando, control y comunicacin. No nos fusionamos con ellos, pero enfrentamos nuestro medio ambiente en interfaz con los sistemas tecnolgicos. En mi condicin de interfaz orgnico-tecnolgica, digo: No puedo funcionar sin mi telfono mvil inalmbrico. No puedo vivir sin laptop, videocmara digital, fax, automvil. No puedo funcionar sin Ryanair, Amazon.com y mis canales digitales satelitales y de cable.

    Opero como interfaz hombre-mquina como una forma tecnolgica de vida natural porque debo navegar necesariamente por las formas tecnolgicas de la vida so-cial. Como naturaleza tecnolgica, debo navegar por la cultura tecnolgica. Y la cultura tecnolgica existe, constitutivamente, a distancia.1 Las formas de vida se convierten en formas a distancia. Como mis formas de vida social estn tan normal y crnicamente a distancia, no puedo navegar esas distancias ni desarrollar la socialidad al margen de mi interfaz maquinal. No puedo lograr esa socialidad en ausencia de sistemas tecnolgicos, al margen de mi interfaz con las mquinas de comunicacin y transporte. Las formas tecnolgicas de vida son vida a distancia: no slo cultura sino tambin naturaleza a distancia. El Proyecto del Genoma Humano y las distintas bases de datos del ADN humano son naturaleza a distancia. Lo que antes era interno y prximo al organismo se almacena en una base de datos externa y distante como informacin gentica. Lo que antes era interno a mi vida mental tambin es almacenable en una base de datos remota. En las formas tecnolgicas de vida, los sistemas otrora ms o menos cerrados, mi cuerpo, el cuerpo social, se convierten en constelaciones ms o menos abiertas. Mi cuerpo slo puede hacer interfaz con los sistemas tecnolgicos si est ms o menos abierto. Los cuerpos sociales slo pueden hacer interfaz entre s si tienen cierto grado de apertura. Cuando los cuerpos individuales o sociales se abren, sus rganos a menudo se externalizan a distancia. Esto tambin es vlido para las instituciones de los Estados-naciones. Las formas tecnolgicas de vida, sean naturales o sociales, son como el cuerpo sin rganos de Deleuze y Guattari (1983). Al abrirse, externalizan sus rganos y se entregan a los flujos de informacin y comunicacin.

    1 Estoy en deuda con Kevin Robins por este concepto.

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  • En las pginas siguientes argumentar que con la tecnologa las formas de vida se aplanan. Sostendr que se vuelven no lineales. Sostendr que las formas de vida se elevan en el aire.

    Aplanamiento

    Harold Garfinkel es un terico de las formas tecnolgicas de vida, que toma el temor reverencial del adentro, de la interioridad, y lo lleva al afuera de la cotidianidad, lo tcnico y lo prctico. Despoja de profundidad a las estructuras ontolgicas y las aplana en un empirismo radical de las formas tecnolgicas de vida. Tanto en la clasificacin como en las formas de vida hay una concentracin en lo vertical. Una y otras muestran cierta verticalidad. En la clasificacin tenemos la verticalidad del sujeto y el objeto, el clasificador y el clasificado, lo universal y lo particular. Las formas de vida, en cambio, nos dan una nueva verticalidad, nuevos dualismos. El dualismo ontolgico sustituye al dualismo epistemolgico. Ambos modelos de verticalidad se basan en un trmino trascendental, por un lado, y un trmino emprico, por otro. El precursor de esta divisin es, desde luego, el dualismo de la religin, con lo sagrado como trmino trascendental y lo profano como trmino emprico. Ya en el terreno de la clasificacin laica, lo trascendental comprende las categoras clasificatorias. Y lo emprico comprende las cosas que deben clasificarse. En la clasificacin (o la epistemologa), lo trascendental est por encima de lo emprico, como el sujeto sobre el objeto. En las formas de vida y la ontologa, el trmino trascendental se sita por debajo del trmino emprico (por ejemplo, el inconsciente, el significado ontolgico, la infraestructura de Marx). El dualismo desde arriba es desplazado por el dualismo desde abajo. Un dualismo de la altura, por un dualismo de la profundidad (de all ontologa profunda, estructuras profundas). En las formas tecnolgicas de vida, el trmino trascendental pierde sus relieves en el trmino emprico. El dualismo de la epistemologa y la ontologa los pierde en el monismo radical de la tecnologa.

    En las religiones mundiales, de lo trascendental se deduca el privilegio cosmolgico del sacerdote (Parsons, 1968). En la clasificacin, lo trascendental implicaba el privile-gio epistemolgico del cientfico y el filsofo (Durkheim y Mauss, 1963). En las formas de vida tenemos el privilegio ontolgico del psicoanalista, el partido proletario y el artista. En las formas tecnolgicas de vida, esos privilegios entran en crisis. Ahora, el inconsciente sale a la superficie en lo cotidiano, as como lo trascendental de la economa se disuelve en la cultura de la vida diaria y el arte se convierte en un modo ms de comunicacin. Las formas tecnolgicas de vida no sugieren positivismo, que es el pensamiento clasificatorio del tipo sujeto-objeto, sino empirismo, en el cual el observador no es, en principio, fundamentalmente diferente del observado. Consideremos con ms detenimiento la fenomenologa: el paso de la fenomenologa trascendental y fenomenolgica de Husserl y Heidegger a la fenomenologa sociotcnica y empirista de Garfinkel. En primer lugar, desaparece la reduccin trascendental. El propio filsofo reductor trascendental se aplana al papel de un actor observador emprico, que no es mejor que los procesos sociales que observa ni se diferencia fundamentalmente de ellos. Por definicin, la intencionalidad requiere un yo y un objeto. Con la desaparicin de un yo trascendental (y el Dasein de Heidegger es una variante de ello), las estructuras ontolgicas ya no tienen sentido. El significado

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  • profundo desaparece. Lo que queda es el significado emprico. Y este no es lgico (como en la clasificacin) ni ontolgico, sino cotidiano y contingente.

    Esto ocasiona una transformacin de la reflexividad, que siempre consisti en ir ms all de la clasificacin y la epistemologa, a fin de obtener algn tipo de conocimiento de las estructuras ontolgicas, aunque fuera opaco. As, Kant habl de juicio reflexionante, que a diferencia del juicio determinado apuntaba al significado ontolgico profundo; de manera similar, Hegel habl de reflexin y Husserl, de la actitud reflexiva. En cada uno de estos casos hay un distanciamiento del reflexionador con respecto a lo cotidiano, el traslado a una esfera independiente para la reflexin. El conocimiento significativo (en contraste con el conocimiento trivial), por un lado, y las formas de vida, por otro, an estn separados. Ahora bien, consideremos la fenomenologa empirista de Garfinkel. La reflexividad ya no est separada sino encarnada en las actividades. El conocimiento est reflexivamente atado a las actividades, expresiones y acontecimientos. En esa fenomenologa empirista ya no hay distancia alguna entre el conocimiento y la prctica; el conocer ya no reflexiona sobre el hacer; antes bien, el hacer es al mismo tiempo conocer. El conocimiento lgico y ontolgico deja de tener un estatus independiente del conocimiento trivial cotidiano o emprico. Esa reflexividad est ms prxima a un reflejo que a la distancia de la reflexin. En las formas tecnolgicas de vida, la reflexividad no implica una dialctica de la teora y la prctica. La dialctica supone dos niveles. La reflexividad tecnolgica presume una fusin de la teora y la prctica. La teora se encarna en la prctica. En esta fenomenologa empirista, la creacin de sentido pierde su interioridad. Hay un aplanamiento de la interioridad del sujeto. La subjetividad expresiva del artista, el analizante, el filsofo, la interioridad de la conciencia proletaria, sufren una erosin. La subjetividad expresiva supona la conciencia como un monlogo interior. En cierto modo, el significado estaba en la conciencia. Uno lo construa para s. En las formas tecnolgicas de vida, la creacin de sentido es para otros. Significa dar cuenta, glosar: es comunicacin. La creacin de sentido o el conocimiento es la glosa, el comentario de actividades cotidianas, y resulta inseparable de ellas. En la cultura tecnolgica, la reflexividad no es un proceso de reflexin independiente. Faltan el tiem-po y el espacio para esa reflexin. Hay una fusin de las palabras y las cosas, el pensamiento y la prctica. Pensar no slo es al mismo tiempo hacer; tambin es comunicar. En la cultura tecnolgica, la reflexividad se convierte en prctica: se convierte en comunicacin.

    Nolinealidad :

    Las formas tecnolgicas de vida son no lineales. Esto implica:

    1. Compresin. Son no lineales, en primer lugar, como unidades de sentido. Esto supone una compresin. En la era tecnolgica, las unidades lineales de sentido, como la narracin y el discurso, se comprimen en formas de significado abreviadas, no extendidas y no lineales, como las unidades de informacin y comunicacin. Comprendemos por conducto de unidades abreviadas de informacin. Advirtase que no hablo de sobrecargas de informacin. No digo que la informacin circulante es tanta que no podemos atribuir significado a la totalidad. El bombardeo constante de seales, los anuncios de la cultura de consumo y cosas por el estilo no constituyen informacin. Son caos, ruido. Slo se convierten en informacin cuando se les atribuye un significado. La informacin slo se plasma en la interfaz del creador de sentido y su medio ambiente. O en la interfaz del medio ambiente, por una parte, y la interfaz del creador de sentido y

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  • sus mquinas asociadas de informacin y comunicacin, por otra. Si no hay significado, no hay informacin. En ese caso, ah afuera no hay ms que caos o ruido. Richard Sennett (1998) sostuvo que la declinacin de los relatos de vida vaci a esta de significado. No estoy de acuerdo. El significado no hace sino cambiar. Se convierte en informacional.

    2. Aceleracin. En lo concerniente al tiempo, la ruptura con la linealidad implica una aceleracin. En las formas simples de vida tenemos narraciones y metanarraciones. Cierto ritmo del movimiento temporal les es propicio. Justamente el apropiado para la reflexin. Las formas tecnolgicas de vida son demasiado rpidas para la reflexin y demasiado veloces para la linealidad. No slo comprimen la linealidad, la sobrepasan. En la aceleracin, la cultura es cada vez ms efmera. El monumento dura siglos, si no milenios; la novela, generaciones; un texto acadmico, una dcada. El artculo periodstico slo tiene valor durante un da. Las pirmides tardaron siglos en construirse; el discurso acadmico de un tratado que implica reflexin requiere unos cuatro aos. El comentario periodstico sobre el ltimo partido de ftbol debe escribirse y transmitirse dentro de los noventa minutos posteriores a su finalizacin. Ese plazo no deja tiempo para la reflexin y apenas hay espacio para ella, dado que redactamos los mensajes en trenes y aviones y leemos nuestros e-mails en telfonos celulares.

    Superman, un extraterrestre, era ms rpido que una bala. Las formas tecnolgicas de vida tambin son rpidas. A veces alcanzan la velocidad de la luz. Son ms rpidas que una metanarracin. El tiempo cclico, como seal Max Weber, es realmente lento. El tiempo narrativo sea el de una novela, el de una historia de vida o el metarrelato del progreso es mucho ms rpido. El tiempo tecnolgico no rechaza los metarrelatos; los sobrepasa. Y no cuestiona el progreso; es demasiado rpido para l. Cree en el progreso, pero para este su velocidad es excesiva. Hoy mejoramos cada vez ms, an ms rpido que en la concepcin whig de la historia. En el tiempo tecnolgico avanzamos con tanta rapidez que el avance mismo queda en entredicho.

    El tiempo tecnolgico es demasiado veloz para la causa y el efecto del tiempo newtoniano. La invencin es tan rpida que superamos la lgica de la causa y el efecto. La aletargada lentitud del tiempo cclico signific mucha seguridad. El tiempo ms rpido de la causa y el efecto nos oblig a organizar nuestra propia seguridad. El tiempo tecnolgico supera la determinacin de la causalidad; conduce a una indeterminacin radical, a una contingencia radical; a una inseguridad crnica. El resultado de esa descomposicin del tiempo lineal es la sociedad del riesgo. Cuando la linealidad del modelo marxista desaparece en Europa oriental, hay una repentina inseguridad. Al sobrepasar la previsibilidad de la lgica causal, nos lanzamos a la impredecible lgica de las consecuencias. En la tradicin de Weber, Marx y Durkheim, la sociologa se obsesionaba con las causas de la modernidad. La aceleracin tecnolgica se centra en las consecuencias de la modernidad. El lenguaje de las consecuencias es no lineal; si fueran lineales, no nos preocuparamos por ellas. Y el culpable no es el fracaso sino el xito de la linealidad.

    En la causa, buscamos el pasado para explicar el presente. En las consecuencias, vemos el presente como causante de riesgos en el futuro (Arnoldi, 2000). En las formas tecnolgicas de vida, nuestra mirada se posa con firmeza en el futuro. En un pasado distante invertamos en tierras, que eran la base de la seguridad y la continuidad (Blut und Boden) a lo largo de las generaciones. En ese caso, el valor constitua un lazo con el pasado. Ms recientemente, invertimos en acciones de empresas manufactureras cuyos

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  • activos y produccin eran aproximadamente iguales a su capitalizacin burstil. En ese momento, el valor estaba en el presente. En la era tecnolgica, el valor est en el futuro. Buscamos nuestra seguridad invirtiendo en la inseguridad ms radical, en la contingencia. Por eso Microsoft, con un movimiento comercial de aproximadamente 23 mil millones de dlares, ha tenido una capitalizacin burstil de alrededor de 225 mil millones, unas diez veces el valor de sus activos y produccin.2 En la era tecnolgica, el capital se acumula en el futuro. Lo que es cierto para el capitalismo es cierto para el bienestar. El Estado benefactor clsico apuntaba a una ingeniera social para mejorar la vida en el presente. La ingeniera gentica se orienta al bienestar en el futuro. La nueva generacin no es la generacin de hoy, sino la generacin que an no es.

    3. Expansin: discontinuidad. Las formas tecnolgicas de vida estn expandidas. En la ciudad medieval haba lazos sociales orgnicos, casi naturales y familiares, entre el aprendiz, el oficial y el maestro artesano. Haba calles serpenteantes y sinuosas, que seguan el paso natural de vacas y ovejas. El Estado-nacin moderno tiene lazos lineales. Las relaciones, y por lo tanto el lazo social, son ms especficas de los roles que difusas, dado que el contrato lineal reemplaza el estatus orgnico. Ya hay una expansin y una dilucin de los lazos orgnicos. La comunidad imaginada del Estado-nacin moderno desplaza la comunidad real de la Edad Media. Se trata de una comunidad imaginada porque es imposible que sus miembros se conozcan unos a otros cara a cara. La comunidad imaginada del Estado-nacin ya es el esbozo de una cultura a distancia. No slo los lazos sociales sino tambin los vnculos espaciales se desenredan y adquieren linealidad: en las rutas nacionales, los ferrocarriles, los cableados telefnicos y las redes elctricas. Aunque expandidos y lineales, hay una continuidad, sin embargo, de los vnculos espaciales y los lazos sociales.

    Pero las formas tecnolgicas de vida estn realmente expandidas. Son demasiado largas y se extienden en exceso para la linealidad. Tan expandidas que se hacen pedazos. El vnculo espacial y el lazo social se rompen. Luego se reconstituyen como enlaces de redes no lineales y discontinuas. La cultura tecnolgica es una sociedad red. Los enlaces de las redes son tan tenues que prcticamente no ocupan extensin alguna. Para decirlo con Bruno Latour (1993, pg. 119), son ms topolgicos que topogrficos. Las redes no estn conectadas por el lazo social per se sino por ligazones sociotcnicas. Estn unidas por enlaces que son tan tcnicos como sociales. En cierto modo, las redes son inorgnicas al mismo tiempo que orgnicas. Hay en ellas algo artificial, en nada semejante a la vida. Son cultura a una distancia mucho ms grande. Si los lazos sociales (de la nacin) se mantienen unidos gracias a los mitos de origen, los enlaces sociotcnicos de las redes estn vinculados por unidades de significado mucho ms tenues. Los unen las comunicaciones (Luhmann, 1997): el llamado telefnico, el partido de ftbol televisado para todo el planeta, el ltimo intercambio de e-mails.

    En cierto sentido, el transporte es una forma ms de comunicacin a distancia. En cada caso hay un intercambio simblico a distancia de A y B. En la era de la tecnologa, las formas de vida estn tan expandidas que la linealidad de rutas y lneas ya no es suficientemente extensa. Por lo tanto, las comunicaciones se realizan cada vez ms por medio de puertos no lineales y discontinuos: aeropuertos, telepuertos de telefona mvil, puertos de mdems, portales de Internet. Moverse de puerto en puerto no es

    2 Los datos corresponden a junio de 2001, quince meses despus del derrumbe del Nasdaq.

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  • desplazarse en lnea recta sino saltar de un lado a otro, moverse discontinuamente. En este sentido, las redes son no lineales y discontinuas. El movimiento a lo largo de ellas se realiza a menudo en varias direcciones a la vez y no por un camino recto. A travs de las redes, las cosas se tornas difusas. La sociedad red es una sociedad de flujos, una sociedad de comunicaciones globales. Los flujos transportan muchas cosas, y sobre todo informacin. Pero los flujos son tambin flujos de comunicaciones. La sociedad industrial de Marx se basaba sobre las mquinas transformadoras de la naturaleza. Las mquinas de nuestros das no se ocupan tanto de transformar la naturaleza, y ni siquiera la cultura (informacin), como de transmitir cultura (comunicaciones). La sociedad de flujos, la sociedad red, es menos una sociedad de la informacin que una sociedad de las comunicaciones.

    Las comunidades nacionales son lineales y continuas. Los vnculos entre las ciudades globales son no lineales. El multiculturalismo y el cosmopolitismo son no lineales. La idea de integracin en una comunidad imaginada nacional ya sea en el crisol de razas norteamericano, el republicanismo francs o el patriotismo constitucional alemn (el Verfassungspatriotismus de Habermas) es lineal. Funciona a partir de los relatos pedaggicos de la integracin. Pero las formas tecnolgicas de vida son menos lineales que en mosaico. Implican un mosaico de comunidades reticuladas. El cosmopolitismo es una cuestin de ciudadana y derechos universales. Pero tambin una cuestin de cultura, de multicultura, en vez de la cultura uniforme del crisol de razas. La asimilacin implica la fabricacin de lo mismo, es decir, cierto endoticismo. El multiculturalismo y el cosmopolitismo suponen un exotismo mutuo y, no obstante, la apertura de una conversacin. Suponen una nativizacin mutua. No implican la asimilacin a una norma occidental, sino el ponerse en el lugar del otro concreto y par-ticular, segn la idea de Hannah Arendt. El multiculturalismo alude aqu no slo al carcter (en mosaico) de un territorio geogrfico dado. Tambin se refiere a la identificacin plural de individuos mviles y contenidos en redes transnacionales. Cuando la dispora turca se extiende de Ankara a Berln y al Hackney de Londres, y las comunicaciones a todos estos lugares se abaratan cada vez ms, la identificacin plural supone un vnculo ms tenue con cualquier cultura en particular.3 Significa ms espacio para fuertes elementos de desidentificacin con la dispora en general. La tenuidad de las redes de las formas tecnolgicas de vida da cabida al individualismo, la contingencia, la subjetividad nmade. El multiculturalismo es tambin cultura a distancia. Es una cultura singular dada, difundida o expandida en una distancia. Significa, asimismo, el encuentro cara a cara de diferentes culturas, antes distanciadas.

    En el aire

    Las formas tecnolgicas de vida estn desarraigadas y, en cierto modo, elevadas en el aire. En esa condicin, adoptan cada vez menos la caracterstica de un lugar en particular y pueden ser cualquiera o, en rigor, ninguno. Este espacio elevado de deslocalidad es un espacio genrico. No es ningn espacio en particular, sino un espacio genrico (Koolhaas et al., 1997). No se caracteriza tanto por una multiplicidad de identidades sino por la ausencia de identidad (Auge, 1995). Su contexto es ningn contexto en absoluto. Su diferencia es la indiferencia. Los aeropuertos y, sin duda, los aviones son espacios genricos. Tambin lo son los espacios de las marcas en las grandes

    3 Esta idea surgi de conversaciones con Kevin Robins, con quien estoy en deuda.

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  • tiendas: una seccin de Ralph Lauren es intercambiable con otra, y lo mismo vale para una seccin de Boss o de Tommy Hilfiger. La gran tienda podra estar en Tokio, Londres o Chicago, al igual que el aeropuerto. Muchos parques temticos Disney, Universal son espacios genricos. Un McDonald's es intercambiable con otro, un Benetton, con otro; una Warner Village, con otra (Franklin et al., 2000). La Internet es un espacio genrico. No es un espacio en particular. A decir verdad, las redes mismas son por definicin espacios elevados en el aire. La CNN y el mundo de los Teletubbies son espacios genricos. Estos estn desarraigados y nunca vuelven a arraigarse (Knorr-Cetina, 2000). A veces esto implica estar literalmente en el aire, como en el caso del transporte areo, la telefona mvil y la televisin satelital digital. A veces significa estar bajo tierra, como sucede con las conexiones subterrneas de televisin por cable y banda ancha de Internet. En todos los casos, la interaccin social se da en un nivel diferente de las formas corrientes de vida.

    El laboratorio es otro de esos espacios genricos: se levanta en el aire con respecto a la vida normal. No est compuesto de hombres con overoles azules, sino de personas con guardapolvos blancos. En la vida normal, la gente hace cosas rutinarias. En la vida del laboratorio, descubre e inventa cosas. El laboratorio no produce ni bienes ni servicios, sino conocimiento; produce investigaciones. Es un espacio genrico. Ya se encuentre en Tokio, Pars o Los Angeles, su personal usa guardapolvos blancos. Los laboratorios estn llenos de equipos similares y las mismas publicaciones acadmicas y profesionales. En ellos, la gente debe saber ingls y conocer la tecnologa digital. En el laboratorio hay cierta descontextualidad. Hace ms de veinte aos, Bruno Latour y Steve Woolgar (1979) escribieron Laboratory Life. Veintitrs aos despus, ms y ms elementos de la vida normal comienzan a asemejarse a la vida en el laboratorio. En la poca del libro de Latour y Woolgar, el laboratorio produca artculos acadmicos. Hoy produce con igual frecuencia prototipos. La investigacin es cada vez ms investigacin y desarrollo. La ciencia de laboratorio es crecientemente tecnolgica, a medida que los especialistas en biotecnologa y los jvenes monstruos de la computacin de las universi-dades producen prototipos e instalan sus propias pequeas empresas. Hay aqu un doble movimiento. En primer lugar, la ciencia desciende, por as decirlo, de su autonoma pura para convertirse en tecnociencia. Segundo, constatamos el ascenso de las relaciones sociales cotidianas para transformarse, tambin ellas, en formas de vida de laboratorio. Al mismo tiempo, la ciencia y la sociedad se vuelven tecnolgicas.

    Otro tanto pasa en las artes con el fenmeno del estudio. El estudio era un espacio de creatividad, elevado con respecto a las formas rutinarias de vida en su condicin de arte puro. En l se hacan pintura, escultura y msica puras. Pero en nuestros das, los sectores de nuevos medios de un editor global como Bertelsmann se han convertido en Estudios Bertelsmann. AMX Digital, una firma de multimedios de Londres, ha sido rebautizada como AMX Studios. La exitosa firma de arquitectos Libeskind de Berln es hoy Estudio Libeskind. El mayor centro universitario de Europa para la capacitacin e investigacin en medios digitales son los Estudios Malm, en la nueva Universidad de Malm. Lo que se produce en los nuevos estudios (y laboratorios) pone seriamente en entredicho la idea de genio del artista y el cientfico autnomos. Esto se debe a que la produccin es colectiva. El modelo de los nuevos estudios de tecnoarte es, por supuesto, el cine de Hollywood. El laboratorio y el (nuevo) estudio (hollywoodense) hacen prototipos. En este aspecto se diferencian de la fbrica, que hace copias, y de la oficina, que las pone en circulacin. El laboratorio y el estudio producen prototipos. Y cuando el consumo se especializa cada vez ms y los mercados de productos son cada vez ms imprevisibles, la competencia se convierte no tanto en

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  • una cuestin de copias como de prototipos. De manera progresiva, ms personas trabajan en su fabricacin. Los laboratorios y los estudios se extienden a ms y ms sectores econmicos. La vida misma se asemeja cada vez ms a la vida de laboratorio. Como la ciencia, el arte desciende de su autonoma para convertirse en tecnoarte y vender sus prototipos en el mercado.

    Insistamos: los laboratorios y estudios producen prototipos. La diferencia es que los laboratorios patentan sus prototipos. Los estudios (incluidas, desde luego, las empresas de software) amparan los suyos en el copyright. La patente y el copyright son formas de propiedad intelectual. Los prototipos materiales se patentan. Los prototipos simblicos se registran en el copyright. Los laboratorios hacen prototipos de bienes materiales para patentarlos. Los estudios hacen prototipos de bienes simblicos para obtener su copy-right. Advirtase: los estudios no slo implican trabajo simblico, como las oficinas. Inventan bienes simblicos. Toda la propiedad intelectual est elevada en el aire, desarraigada en comparacin con la propiedad real. Esta ltima se basa en la acumulacin de capital; la propiedad intelectual, en la acumulacin de informacin. La propiedad real se basa en la acumulacin de lo mismo: como dijo Marx, tiempo de trabajo coagulado homlogo. La propiedad intelectual se basa en la acumulacin de diferencia. Todo prototipo debe ser diferente del anterior. La propiedad intelectual se basa en la acumulacin de smbolos y significado. Para que haya significado, debe haber una diferencia inteligible. Hoy, la produccin de prototipos (de propiedad intelectual) se ha vuelto rutinaria. Hoy, la produccin implica la invencin crnica, la repeticin crnica de la diferencia. La patente es la invencin crnica de lo real; el copyright, la invencin rutinaria de lo imaginario.

    Los entornos creados por las marcas son espacios genricos, como elevados en el aire. Aqu entra en juego la tercera categora de propiedad intelectual, la marca registrada (Lury, 1993). Si usted obtiene el copyright de un bien material (tecnolgico o natural) y de un bien simblico, qu registra, entonces, como marca? Un logo o un nombre (como McDonald's o, ahora, Mick Jagger). Se registran marcas, sean colores, nombres o logos (Franklin et al., 2000). Registrar marcas comerciales es hacer de estas una propiedad intelectual. Es otorgar derechos exclusivos a ellas. Estas marcas [marks] y el significado asociado a ellas se conocen como marcas [brands]. Y en efecto, en francs y alemn marca [brand] se dice marque y Marke, respectivamente. Y en in-gls, o al menos en el ingls norteamericano, marcamos [brand] a un novillo con el logo de nuestro rancho. Mientras la patente y el copyright suponen la invencin de un prototipo, no es as en el caso de la marca registrada. Para estar registradas, las marcas (como las de Boots the Chemist, Virgin o Ford) y los bienes y servicios asociados a ellas ya deben tener una presencia en el mbito pblico. En algunos casos se concede la proteccin de la marca registrada a una marca que an no individualiza una serie de bienes y servicios. Por ejemplo, Mick Jagger, que al parecer tiene hoy la intencin de presentar una gama de productos con su marca. En tanto que obtenemos el copyright de un libro, disco o fragmento de software de una aplicacin que son nuevos y queremos lanzarlos al mbito pblico, la marca registrada ya pertenece a este dominio.4 Permtanme dar un ejemplo. Cuando gano un poco de dinero por haber escrito un libro maravilloso e innovador, lo debo al copyright. Cuando escribo ulteriormente un mal libro que pese a ello se vende, esto sucede tal vez porque mi nombre se ha impuesto como

    4 Las ideas de este prrafo son de Celia Lury. Soy responsable de cualquier interpretacin errnea.

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  • marca y marca registrada vigente. Si escribo un tercer libro que, aunque bastante bueno, no se vende en absoluto, la situacin puede deberse a que mi valor de marca ha cado.

    La marca registrada es propiedad intelectual, y el trabajo de creacin de marcas parece ocupar un lugar cada vez ms fundamental en los estudios. Como otras tareas realizadas en ellos, no es tanto un trabajo de produccin como de diseo. Sin embargo, a diferencia de otros trabajos de diseo, este no crea nuevas unidades de propiedad intelectual. Valoriza las unidades existentes. Estas unidades existentes son las marcas [marks] o marcas comerciales [brands] (Lury, 1999). En los estudios de nuevos medios parece haberse producido un cambio de rumbo del trabajo y la creacin orientados hacia la marca registrada. En una poca, las empresas de nuevos medios se dedicaban sobre todo a la produccin de CD-ROMs, grficas para la web y juegos de computadora, es decir, prototipos con el carcter de bienes simblicos que quedaran protegidos por el copyright. Producan nuevos fragmentos de propiedad intelectual. Ahora parecen consagrar mucho ms tiempo a trabajar en la mejora de las marcas de otras firmas. Se convierten cada vez ms en un servicio comercial que pone en valor la marca registrada como propiedad intelectual existente. Las compaas de nuevos medios crecen en su condicin de sitios de diseo y lugares de comercio electrnico (esto es, constituyen un mercado). Adems, la publicidad clsica se dedica hoy a la valorizacin de marcas en lnea. El comercio electrnico es compra a distancia; cultura de consumo a distancia. Formas de vida a distancia. Lo que sucede aqu es la valorizacin terrenal de marcas de formas tecnolgicas de vida.5

    Las plataformas son espacios elevados en el aire. El sistema operativo Windows de Microsoft es una de esas plataformas. Est amparado por la ley de propiedad intelectual, la ley de copyright. Pero las plataformas no son necesariamente una propiedad. La principal plataforma europea para las comunicaciones por telefona mvil no lo es. Nadie tiene derechos de propiedad intelectual sobre ella. Tampoco lo son el sistema operativo Linux o el Unix como sistema operativo para servidores. Las plataformas son tipos muy especiales de propiedad intelectual. Sin ellas, uno no puede tener acceso a la participacin en diversas formas de vida tecnolgica. Las plataformas pueden o no ser normas. Todava no hay norma para los conversores de televisin digital. La plataforma para las comunicaciones de voz de la telefona mvil europea es una norma. En Estados Unidos hay plataformas rivales y an no existe una norma. Cuando hay plataformas rivales, la cuestin de la propiedad o el dominio pblico es importante. Cuando hay una norma, es crucial. Si poseemos una norma amparada por los derechos de propiedad, actuamos de hecho como guardabarreras ante el mundo. A menos que nos paguen una tarifa por la licencia, los dems quedarn excluidos de las formas tecnolgicas de vida. Otras plataformas para las formas tecnolgicas de vida son los aeropuertos y el espacio en los distritos apropiados de las ciudades globales. A menudo se necesita capital para tener acceso a esas plataformas y esos espacios genricos: son costosos. Adems de capital econmico, se necesita capital cultural. Se requiere el capital social de las redes adecuadas (Leadbeater, 1999). Tal vez se juegue aqu un nuevo tipo de estratificacin social, en la cual la clase social dependa de las relaciones

    5 Agradezco a Andreas Wittel por esta observacin. Este captulo y el libro en general estn informados por las investigaciones sobre nuevos medios realizadas con Wittel, Lury, Deirdre Boden y Dan Shapiro como parte del Programa de Sociedad Virtual del Consejo de Investigacin Econmica y Social.

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  • con la propiedad intelectual y los derechos de acceso a los espacios elevados en el aire de las formas tecnolgicas de vida.

    Conclusiones, poltica

    Ya he iniciado mi conclusin. Pas de lo que podra parecer una celebracin a la crtica. En el capitalismo tecnolgico, el poder quizs acta menos a travs de la explotacin que de la exclusin. La propiedad real de los medios de produccin trae aparejado el derecho a explotar. La propiedad intelectual acarrea el derecho a excluir. La propiedad de una marca registrada prohibe a todos los dems valorizarla. As funciona el patrocinio moderno. La valorizacin de las patentes de ADN humano y vegetal procedente del Tercer Mundo es el motivo de las luchas en torno de la globalizacin en la conferencia de la Organizacin Mundial del Comercio en Seattle. La propiedad del copyright de una plataforma que es una norma motiva las constantes luchas de poder entre el Departamento de Justicia de Estados Unidos y Microsoft. Estos conflictos no slo implican la cuestin de quin es propietario de las bases de datos de ADN y quin es dueo de las plataformas, sino la de ampliar el campo de la propiedad como tal. La clase social se convierte en una cuestin de acceso a las plataformas y a la condicin en el aire de las formas tecnolgicas de vida. Se convierte en una cuestin de acceso, no slo a los medios de produccin, sino a los medios de invencin.

    En las formas tecnolgicas de vida, la falta de linealidad no slo es una caracterstica de la resistencia, sino del poder. En s mismo, este ya no es primordialmente pedaggico o narrativo sino performativo. La nacin no acta hoy tanto a travs del relato o la pedagoga como a travs de la performatividad de la informacin y la comunicacin. El poder acta menos por conducto de la linealidad y el argumento reflexivo del discurso o la ideologa que en virtud de la inmediatez de la informacin y las comunicaciones. Y tal vez no acte principalmente en el nivel del intelecto reflexivo o el inconsciente, sino en el plano del conocimiento tcito. El poder puede ser menos disciplinario de lo que es en s mismo, nmade en la forma de las multinacionales, sin trabas para moverse de pas en pas. En la vida tecnolgica, la poltica es tambin una poltica en la cual quienes se encuentran en la interfaz de la tecnologa y las formas de vida el nmero ya significativo y creciente de personas em-pleadas en los laboratorios y estudios jugarn un papel cada vez ms importante. Por ltimo, en las formas tecnolgicas de vida la poltica problematizar crecientemente el futuro. As sucede, desde luego, en la poltica de la naturaleza: en la poltica ambiental y la poltica del ADN y los organismos genticamente modificados. El capital mismo se acumula cada vez ms en el futuro.

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  • 14. Conclusiones: comunicacin, cdigo y crisis de la reproduccin

    Alasdair Scott es director creativo de AMX Studios, una de las principales empresas londinenses de nuevos medios. AMX tiene su sede en Soho. En 1996 realizo la primera transmisin por la web de un festival pop, el Festival de Phoenix. La compaa ha trabajado en estrecho contacto con las industrias discogrfica y del diseo. Hizo discos compactos multisesion6 para varias estrellas de la msica pop. Coparticipo en emprendimientos publicitarios y de marketing con Saatchi and Saatchi y trabajo con Tesco, una de las principales tiendas minoristas britnicas. Diseo software de vinculacin entre la empresa y el consumidor para el Barclays Bank y colaboro en proyectos para British Telecom, NewsCorp y Flextech, uno de los operadores y productores de contenidos para televisin paga mas importantes de Europa. Recientemente, AMX fue adquirida por Havas, la enorme red publicitaria internacional, que es a su vez propiedad parcial de Vivendi, hoy embarcada en un intento de adquisicin de Universal Studios. Segun Scott, los nuevos medios estn compuestos por tres elementos principales: el contenido, el cdigo y las comunicaciones. Para Scott, el contenido es el material enviado por los conductos: las imgenes, los sonidos, el texto, los relates, el flujo de videos [video streaming], la animacin, el discurso, las integraciones de aplicaciones, el diseo e incluso los anuncios enviados de un punto a otro. El cdigo es la operacionalidad, la funcionalidad. E1 cdigo te permite hacer cosas. Si el contenido es la parte frontal, el cdigo es lo que sucede en la parte trasera. Es lo que permite a los medios interactivos ser interactivos. Las tuercas y tornillos detrs de lo que hay en la pantalla. Lo que esta por detrs de la interfaz; el extremo trasero de la interfaz. En El anti-Edipo, Deleuze y Guattari hablan a menudo del cdigo y la sobrecodificacin. El concepto de cdigo de Al Scott es muy opuesto al de estos autores. Para ellos, el cdigo es semitico, representacional. Para los profesionales de los nuevos medios, es lo que desestabiliza la semitica y pone en entredicho la representacin.7 La comunicacin se refiere al transporte de contenido codificado de un punto a otro. El argumento de este libro es que el contenido, el cdigo y las comunicaciones son las tres dimensiones no slo de los nuevos medios sino, en trminos ms generales, de la sociedad de la informacin. Son las dimensiones de la informacin y la crtica de la informacin.

    Comunicaciones

    Comunicaciones es tal vez el ms importante de nuestros tres trminos. Las teoras de la informacin de primera generacin (Touraine, 1969; Bell, 1973) hablaban simplemente de una sociedad de la informacin, sobre todo, al parecer, en un nivel nacional. Los tericos contemporneos, pertenecientes a la segunda generacin (por ejemplo Castells, 1996; Virilio, 1999a), hablan de informacin y globalizacin como una misma cosa. Cul es la conexin entre estos dos elementos decisivos de la vida social contempornea, lo global y lo informacional? La comunicacin. Esta permite que la informacin tenga alcance global. Por s sola, la informacin es esttica. La

    6 Disco compacto con pistas de audio y aplicaciones de multimedios. (N. delT.) 7 La distincin, sin duda, es semntica y no debilita en modo alguno el vigor de los anlisis de Deleuze y Guattari. Los esquizotericos veran como lneas de vuelo lo que los profesionales de los nuevos medios entienden como cdigo.

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  • comunicacin le transmite una dinmica, una fuerza: una fuente de energa. La veloci-dad bsica y la extensin a larga distancia de las comunicaciones estn en el fundamento de la vida social contempornea. La comunicacin es el vnculo conector entre lo informacional y lo global. En este sentido, nuestra unidad de anlisis acaso deba ser la comunicacin y no la informacin. El desarrollo de la tecnologa de la informacin y las comunicaciones [TIC] de primera generacin fue esencialmente informacional. Los sectores clave eran los semiconductores, el software (sistema operativo y aplicaciones) y las computadoras. Sin embargo, la segunda generacin de la nueva economa es comunicacional. Por eso el papel central de Internet y el sector de la red. Por eso Cisco Systems, que hace direccionadores, los conductos para las comunicaciones por Internet, tuvo durante un tiempo una mayor capitalizacin burstil que la informacional Microsoft. Por eso el surgimiento de los nuevos medios. En ellos, a diferencia del sector de la informacin basado en el cdigo, el contenido y las comunicaciones son tan importantes como este. La TIC de primera generacin era en gran parte un asunto de California, de Silicon Valley. La segunda generacin no tiene tanto que ver con el fresco, limpio y semirrural Silicon Val-ley, como con los sucios y urbanos callejones de silicio [silicon alleys}. El callejn de silicio originario estaba en el centro de Manhattan, cerca de los viejos medios, con los cuales trabajaba: la televisin, el diseo, la industria editorial, el cine y la industria discogrfica. Silicon Valley era la I de la TIC: la informacin. Los callejones de silicio han sido los nuevos multimedios (Alien Scott, 2000). Son la convergencia multimeditica de la tecnologa de la informacin con los medios. Silicon Valley creci en la zona de la baha de San Francisco. Los multimedios, por su parte, se extendieron hacia Los Angeles en conjuncin con las industrias cinematogrfica y discogrfica. Y llegaron a Europa. Una vez que el contenido lleg a ser, si no el rey, al menos el rival del cdigo, el sector pudo prosperar en el contexto de las diversas y heterogneas culturas europeas.

    Si los multimedios (CD-ROMs, juegos de computadora) fueron un fenmeno de mediados de la dcada de 1990, los ltimos aos de esta y los comienzos del milenio actual presenciaron el desarrollo de nuevos medios. A decir verdad, en el transcurso de su existencia las firmas de multimedios se transformaron a menudo en empresas de nuevos medios.8 Las anteriores compaas multimediticas convergieron con los viejos medios y los contaron entre sus clientes. Eran sobre todo empresas de contenidos. Se ufanaban de sus sitios web con contenido. Su punto fuerte era el diseo. Las empresas de los nuevos medios permanecen en sus callejones de silicio, pero ahora no slo y ni siquiera principalmente en yuxtaposicin con los viejos medios, sino en contacto con las sedes centrales corporativas de firmas de todos los sectores. Este no es tanto el contexto del crecimiento o el derrumbe del Nasdaq o el Neumarkt, como el marco dentro del cual todas las empresas se convierten en mayor o menor medida en empresas de Internet.9 Las antiguas compaas de multimedios, al menos las que mejor sobrevivie-ron, son hoy agencias de soluciones de Internet. Han pasado de los contenidos a las

    8 Estas pginas abrevan en lo fundamental en un trabajo en colaboracin con Andreas Wittel, Celia Lury, Deirdre Boden y Dan Shapiro sobre el sector de los nuevos medios londinenses. El proyecto de investigacin titulado Silicon Alleys fue parte del Programa de Sociedad Virtual del British Economic and Social Research Council. El director del programa fue Steve Woolgar. Ninguno de los mencionados debe ser responsabilizado por los muchos defectos del captulo y del libro. 9 Una encuesta de ICM publicada en The Guardian del 23 de enero de 2001 informaba que el 49% de los britnicos estaban conectados a Internet y el 63% tenan telfonos mviles. Ambas cifras representaban importantes aumentos con respecto a enero del ao anterior. La mayora de los usuarios de telfonos mviles deca utilizar los mensajes de texto.

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  • comunicaciones, brindando oportunidades de negocios a servicios de comercializacin para el consumo e Intranets a empresas de todos los sectores. La primera generacin de la sociedad de la informacin nos dio grandes empresas de informacin: la generacin de Intel, Microsoft e IBM. La segunda generacin ha producido las grandes compaas de comunicaciones, el crecimiento de las firmas del sector de la red como Cisco, Oracle, AOL, Netscape y Yahoo. Estas empresas proporcionan una infraestructura: una infraestructura de comunicaciones para Internet.10

    Ms significativos en trminos de ingresos procedentes de la TIC a comienzos de este siglo son los dispositivos mviles, en especial la telefona. En este aspecto Europa y Japn han alcanzado el liderazgo y Estados Unidos est rezagado, sobre todo por la falta de acuerdo sobre una norma de dominio pblico para la plataforma. As, hemos presenciado el ascenso de gigantes globales como Vodafone, Nokia, Orange y Ericsson. Esta tendencia puede fortalecerse gracias a los dispositivos manuales habilitados con el protocolo de aplicacin inalmbrica, sobre todo luego de la aparicin del espectro de tercera generacin. Tampoco en este caso se trata de transformaciones del sector de la informacin sino del sector de las comunicaciones. Considrese tambin el surgimiento de la televisin interactiva. En esta materia el Reino Unido puede desempear un papel protagnico; al momento de escribir estas lneas, alrededor de cinco millones de hogares britnicos reciben la seal televisiva a travs de decodificadores11. La televisin interactiva por cable tambin est a la cabeza en la provisin de acceso de banda ancha a Internet por medio de mdems de cable.

    La nueva economa es, entonces, una economa de las comunicaciones. No tanto una economa de acumulacin de capital o informacin como una economa de flujos. Estos flujos son comunicaciones. Y lo son en el sentido ms amplio. Las guas de viaje se refieren, por ejemplo, a la calidad de las comunicaciones desde tierra firme hacia una isla, es decir, la frecuencia de partida y llegada de pequeos aviones y barcos. Las comunicaciones implican tambin el movimiento de bienes y personas. As, las teoras de los flujos son al mismo tiempo teoras de la comunicacin. Y las teoras de segunda generacin de la sociedad de la informacin suponen en efecto el predominio de la circulacin. Esta no fue destacada en absoluto por tericos de la primera generacin como Bell o Touraine, cuyos escritos datan de fines de la dcada de 1960 y comienzos de la dcada siguiente. Pero en 1989, tanto The Condition of Post-Modernity de David Harvey como The Informational City de Manuel Castells se refieren a ese predominio: de la circulacin para Harvey y de los flujos para Castells. Lo que el primero llamaba acumulacin flexible es menos un asunto de acumulacin que de circulacin, en especial del capital monetario (financiero). Harvey sostiene que en el capitalismo tardo el capital financiero es hegemnico con respecto al capital productivo. Esta circulacin de invisibles se convierte en el principio rector de la condicin posmoderna de Harvey.12 Es la hegemona del volumen dos de Das Kapital de Marx (circulacin) sobre el volumen uno. En The Informational City, Castells habl del desplazamiento de la lgica de las 10 En enero de 2001, luego del derrumbe del Nasdaq, el precio de las acciones en relacin con las ganancias era todava dos veces ms alto que en otras empresas cotizadas. En junio de ese mismo ao, la capitalizacin burstil de Cisco, Oracle, Microsoft, Intel y AOL todava era un mltiplo de sus ingresos. 11 Smart boxes (cajas inteligentes) en el original: denominacin popular de los decodificadores electrnicos. (N. del T.) 12 Como lo es para Charles Leadbeater en Living on Thin Air (1999).

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  • estructuras por la lgica de los flujos. La idea de red en su obra ulterior, The Rise ofthe Network Society, y en la teora de la red de actores de Bruno Latour supone la hegemona de los flujos. Las redes son los sitios a travs de los cuales navegan los flujos (de dinero, imgenes, enunciados, personas, objetos, comunicaciones, tecnologas). Deleuze y Guattari tambin nos presentan una teora, no de la acumulacin sino de la circulacin y de los flujos. Estos, pulsiones del deseo y lneas de vuelo, son para ellos lo ms importante. Esos flujos conquistan la hegemona en la desterritorializacin general de estructuras e instituciones. Pero nunca hay una mera indiferencia de flujos. Los flujos desterritorializados acaban por solidificarse en un grupo de nuevas reterritorializaciones, algunas de las cuales se convierten en infraestructura para los propios flujos. Las redes y las redes de actores son ejemplos de esas reterritorializaciones. Tambin las normas y las plataformas. Y los aeropuertos internacionales. En lneas ms generales, la infraestructura de los nuevos sectores de la red y las comunicaciones incluye dichas reterritorializaciones.

    Las comunicaciones son una cuestin de cultura a distancia.13 En la anterior sociedad industrial, las relaciones sociales se entablaban en la proximidad. Eran ms difusas y duraderas: estaban estructuradas como narraciones. La relacin social era al mismo tiempo el lazo social. Hoy, en el orden de la informacin, la relacin social es desplazada por la comunicacin. La comunicacin es intensa y de breve duracin. Las comunicaciones rompen con la narracin en beneficio de la brevedad del mensaje. Las anteriores relaciones sociales se desplegaban en la proximidad; el lazo comunicacional se establece a distancia. Las comunicaciones no se refieren a la cultura en proximidad sino a distancia. La cultura a distancia implica la procedencia distante de la co-municacin o bien el desplazamiento desde lejos de la gente para encontrarse cara a cara (Boden y Molotch, 1994). Sus principios rectores son la intensidad, la brevedad y la ausencia de continuidad narrativa (Simmel, 1971; Sennett, 1998). La comunicacin, y acaso ya no el acto social, es la unidad contempornea de anlisis. En las teoras de la sociedad industrial, desde Weber hasta Alfred Schutz y Talcott Parsons, la unidad de anlisis era el acto social. En las teoras correspondientes al ascenso del orden de la informacin, la unidad fundamental es la comunicacin o el enunciado. Esto es vlido para Habermas (acto de habla) y Foucault (discurso), Luhmann (comunicacin), y Deleuze y Guattari (Deleuze, 1997) (enunciado). Una vez que el acto social y la institucin/estructura dejan el centro del escenario a la comunicacin y el flujo, la sociologa corre el riesgo probable de ser borrada progresivamente por una mediologa general (Kittler, 1997; Debray, 2000).14 Ese es el contexto del crecimiento masivo de la cantidad de ingresantes a los programas de medios y comunicacin en todo el mundo, no slo en algunas nuevas universidades sino en las instituciones ms elitistas, como la Universidad Hebrea de Jerusaln, en Israel, la Universidad Nacional de Tokio, en Japn, y la Universidad Nacional de Sel, en Corea del Sur. En estos momentos la mayora de esos programas ensean, en concreto, una sociologa de los medios. Pero, sobre todo gracias al aporte de la tecnologa de la informacin, es posible que se sumen a la tendencia general y desarrollen una voz propia, una lgica propia de la mediologa. Esto implica, aun en el nivel ms avanzado, tanto abrirse paso en los medios como trabajar

    13 Esta nocin se origin en conversaciones con Kevin Robins. 14 La idea de mediologa que postulo de manera especulativa como una posible direccin futura no est tomada de la obra de Debray. Sobre la mediologa, vase tambin Bourdieu (1998).

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  • sobre ellos. La sociologa tena que ver con la lgica de lo social que surgi en su plenitud en la sociedad industrial madura y encontr su propia voz con Durkheim y Weber. La mediologa tendra que ver con la lgica de los medios y las comunicaciones. Llegara a la madurez en la era de los flujos. La sociologa de Durkheim se preocupaba por la anomia, la desterritorializacin generada por la transicin del feudalismo al capitalismo manufacturero. La mediologa aborda la anomia posindustrial de los flujos. La sociologa se ocupa de las reterritorializaciones de lo social, de las instituciones y estructuras modernas de la sociedad industrial. La mediologa se consagra a las reterritorializaciones de la sociedad red originadas en la solidificacin de los flujos.15

    En 1987 John Urry y yo publicamos The End ofOrgani-zed Capitalism, un libro dedicado a la desorganizacin del capitalismo contemporneo. Esa lgica de desorganizacin es una lgica de desintegracin de instituciones y organizaciones, estructuras y sistemas. En 1994 publicamos Economies ofSigns and Space. El tema de este libro eran los flujos: de dinero, turistas, inmigrantes, imgenes, mercancas, sustancias nocivas y cultura. The End of Organized Capitalism se refera a la desintegracin, la desterritorializacin del capitalismo manufacturero organizado. Economies of Signs and Space se ocupaba del desenlace de esa situacin: la sociedad desterritorializada global de la informacin. El capitalismo manufacturero surge hacia el final de un proceso de diferenciacin de varios siglos de duracin (en realidad, extendido durante ms de un milenio): un proceso de diferenciacin estructural e integracin funcional. Es la confluencia en la cual esa diferenciacin de estructuras, sis-temas, organizaciones e instituciones alcanza su punto ms alto, su cima. Con el fin del capitalismo organizado, el proceso de diferenciacin da marcha atrs. Se convierte en un proceso de indiferenciacin, conducente a una indiferencia generalizada de los muchos tipos de flujos crecientemente digitalizados. Describe un crculo que va de la mayor diferencia a una indiferencia generalizada. Pero en cierto punto la indiferencia de los flujos empieza a solidificarse en sus nuevos territorios; acaso debera decir: en sus nuevos desterritorios (Rodowick, 1997).16 Estos nuevos (des)territorios no son nuevas estructuras, instituciones, organizaciones y sistemas orgnicos. Son, en cambio, entidades como las plataformas, las marcas, los no-lugares, el espacio chatarra y los sistemas cibernticos abiertos (Koolhaas, 2001). Nigel Thrift (Crang y Thrift, 2000) habla del recorte de costos generado por el ascenso del sector de la red, debido a un proceso de desintermediacin que afecta a bancos, libreras y disqueras. No obstante, la desintermediacin que intensifica los flujos provoca una serie de reterritorializaciones. Los viejos intermediarios inmersos en su contexto son desalojados por nuevos intermediarios descontextualizados.

    Lo que sucede en el orden global de la informacin es una tercerizacin generalizada. Las cosas hechas antao dentro del establecimiento se hacen hoy a muchos kilmetros de distancia, e incluso en otros continentes. El modelo es la empresa verticalmente desintegrada. La antigua empresa monoplica, burocrtica y jerrquica que integraba todo (compras, investigacin y desarrollo, contabilidad, funciones legales, 15 Lo cual no significa decir que esta clase de mediologa pueda ser abordada con igual facilidad en sociologa, geografa o estudios culturales que en estudios de medios. 16 Deleuze, apoyado en Bergson, habla de un flujo original que ms adelante se solidifica en sujetos y objetos. Este aspecto es fundamental en la teora bergsoniana del cine de Deleuze.

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  • marketing, ventas, fabricacin de productos intermedios) dentro de sus propias paredes, hoy subcontrata o terceriza todas estas funciones que se realizan fuera de sus instalaciones. Al mismo tiempo, muchas de las actividades se dejan en manos de subcontratistas independientes o personas que trabajan en su casa. Cuando entre fines de 2000 y principios de 2001 el conjunto de empresas privatizadas que antes conformaban British Rail empezaron a mostrar una mayor irregularidad en servicios que ya eran manifiestamente deficientes, los ingresos por la venta de pasajes sufrieron una pronunciada cada. Los pasajeros decidieron viajar con menos frecuencia al centro de Londres. Segn sugiri la prensa, una parte de este pblico estaba compuesta por personas que resolvan trabajar un da ms por semana desde sus casas. El aumento de la tercerizacin est acompaado por una densidad creciente de las redes de empresas ms pequeas. El meollo de la cuestin es una expansin de las relaciones productivas. Las relaciones laborales se convierten en un asunto de comunicacin a distancia. Y simultneamente se vuelven ms informacionales. Los medios de produccin de la industria pesada, en primer lugar las materias primas y los productos intermedios y fi-nales, tienen costos prohibitivos para manejarse a semejantes distancias. Qu pasa de un extremo al otro cuando el chip de silicio reemplaza el mineral de hierro? Cunto pesa un servicio? Cul es el peso de una unidad de software para aplicaciones?

    Esta tercerizacin y expansin generalizadas de las relaciones productivas slo son posibles en una era de capitalismo de bajas caloras y una sociedad en la cual, en buena medida, vivimos del aire (Leadbeater, 1999). As, comunicacin es la palabra clave, el hecho social cardinal para el orden global de la informacin. El paso de una lgica de estructuras a una lgica de flujos es posible gracias a las relaciones expandidas que provoca la tercerizacin generalizada. Y esta tercerizacin es una reterritorializacin. Cuando las empresas entran a la casa, la familia sale. Cuando la empresa se terceriza en la casa, la familia se terceriza en otra parte. Por eso no estamos ante la disolucin de la familia sino frente a su reterritorializacin. Tras el divorcio estn los hijos de fin de semana y las parejas a larga distancia, con los enlaces de comunicacin resultantes. Otra vez, relaciones no difusas sino intensas. Y otra vez, un paso de la relacin social a la comunicacin, ya que los miembros de la familia permanecen en contacto por correo electrnico y cualquier chico de doce aos recibe un telfono mvil como regalo de Navidad. Los vuelos a precios muy rebajados en aerolneas de reciente creacin y las agencias de viajes de Internet renen a los integrantes de la familia y las parejas a larga distancia en encuentros breves e intensos pero repetidos con regularidad. Estas son relaciones duraderas. Pero no tienen ni la continuidad ni la linealidad de la narracin. Son relaciones no lineales y discontinuas, pero duraderas. Incluyen breves eclosiones de intercomunicacin intensa. Estas relaciones perdurables caracterizan tanto a la familia tercerizada como las redes de las pequeas empresas desintegradas. El personal de estas mismas firmas pequeas se rene reiteradas veces a lo largo de muchos aos para la realizacin de proyectos a corto plazo.

    Esta situacin tiene su paralelo en una tercerizacin del Estado de bienestar y, en trminos ms generales, de las funciones del Estado. Para tercerizar, Gran Bretaa delega (tal vez sera mejor decir se autodelega) funciones en Escocia, Gales e Irlanda del Norte, as como en la Unin Europea, y adems subcontrata firmas del sector privado y organizaciones de trabajo voluntario. Hay una tercerizacin de la funcin del autor en equipos de colaboradores, y una tercerizacin de la funcin expresiva de la pintura formalista en la instalacin del arte conceptual. En este punto, el arte ya no es una cuestin de significado profundo y duracin extendida sino de operacionalidad y breve

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  • duracin. En ese sentido, el arte se convierte hoy en comunicacin. Hay una tercerizacin del flujo de la experiencia interior en los flujos de imgenes, medios e informacin del mundo externo. El mismo inconsciente se terceriza en el mundo. Los genes y la memoria se tercerizan en el hardware, el software y las bases de datos. Aun la reflexividad se terceriza y externaliza.

    Ya no es una reflexin desde el interior en una conversacin efectiva dentro del yo, sino una glosa externalizada de actividades y acontecimientos transmitida a otros. La reflexividad pasa a ser comunicacional. La reproduccin se terceriza en madres sustituas y otros. Con cada desterritorializacin hay una territorializacin. As, la esencia fenomenolgica del orden global de la informacin en la raz tanto de lo global como de lo informacional es lo que niega toda esencia: la comunicacin.

    Contra la reproduccin

    Qu es la acumulacin? Las cosas se acumulan en pilas, montones. Para Marx (y de manera implcita en la nocin heideggeriana de la tecnologa) se acumula el capital, y este es un medio. La acumulacin de capital es la acumulacin de medios. La acumulacin ms importante es, a juicio de Marx, la de medios de produccin. En el segundo y el tercer volmenes de Das Kapital abandon el capital individual para analizar lo que denominaba capital social total (gesellschaftliches Gesamtkapital) (Marx, 1977, vol. 3, pg. 172). Este capital social total se acumulaba en dos secciones: la seccin de los medios de produccin y la seccin de las mercancas de consumo. Al hablar de su acumulacin, Marx utilizaba este ltimo trmino de manera intercambiable con la expresin reproduccin expandida: los medios se convierten en funciones y el capital social total se concibe como un organismo. La acumulacin es reproduccin ex-pandida. Sin embargo, qu pasa hoy con la nueva hegemona de la circulacin, en la cual el capital monetario circulante est desvinculado en parte de la acumulacin de capital, de modo que, por ejemplo, la capitalizacin burstil de una empresa perteneciente a los nuevos sectores es parcialmente independiente del valor de sus activos y mantiene una relacin ms problemtica con l? Lo que sucede es no slo una crisis y devaluacin de la acumulacin sino, en trminos ms generales, una crisis de la reproduccin.

    La idea de reproduccin social y de lo social como un organismo es el concepto impulsor de la sociologa, tal como Emile Durkheim concibi originalmente y con el mayor vigor esta disciplina. La filosofa recin pint gris sobre gris, seal Hegel, mucho despus del surgimiento y la consolidacin de un ordenamiento dado de los asuntos humanos. As, el tipo de teora de los flujos y las comunicaciones, el tipo de mediologa a la cual este libro es un aporte, aparece muchas dcadas casi un siglo, en realidad despus de la primera manifestacin de cierto orden de las comunicaciones.17 Lo mismo es vlido para la nocin de lo social, surgida ms de cien aos despus de la cada del Ancien Rgime y el predominio de las instituciones, estructuras, organiza-ciones y sistemas caractersticos de la Gesellschaft. La idea durkheimiana de lo social (en rigor, lo social mismo) estaba compuesta de hechos. De hechos sociales. La

    17 Surgido, a juicio de analistas como Kittler (1997), McLuhan, Poster y Virilio, en los aos de la Primera Guerra Mundial e inmediatamente despus de finalizada esta, con el desarrollo del cine, las grabaciones musicales, la mquina de escribir, la guerra como movimiento y luego (1936) los primeros pasos de la tecnologa de la computadora y la televisin.

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  • sociedad era entonces un conjunto de relaciones sociales institucionales que abarcaban las poblaciones nacionales. Ya no era el tipo de sociedad que vemos en las pginas de sociales de los diarios. Esta idea proceda del anterior sentido aristocrtico de la sociedad, esto es, las personas de pro. Como indic Benedict Anderson (1989), el ascenso del Estado-nacin transforma el concepto de sociedad.

    Lo interesante en este caso es que las instituciones sociales del capitalismo manufacturero no surgen de una lucha de aristcratas y burgueses. Aparecen, antes bien, al lado y como excedente de las relaciones del Ancien Rgime. Hardt y Negri (2000) sugieren que los factores conducentes a un nuevo orden no son la lucha o las contradicciones dentro de un orden dado, sino el escape o la salida del orden anterior. Parece ocurrir lo mismo en la transicin del orden social e industrial a la era de los flujos globales de informacin. Esta no se deriva de la lucha o las contradicciones dentro de aquel orden sino como excedente de lo social. Si lo social representa, segn los trminos utilizados por Georges Bataille (1991, pgs. 19-26), la economa restringida, la lgica de los flujos es cuestin de la economa general. Lo que est en juego es la tensin entre la reproduccin durkheimiana, por un lado, y el exceso de Bataille, por otro. Es acertado identificar ms vigorosamente a este ltimo, obsesionado por la antropologa, con las vanguardias del arte conceptual y no con la ciencia social. Pero Bataille era miembro del Collge de Sociologie. Durkheim lo carcoma, y l actuaba a la sombra de una problmatique durkheimiana. Su desorden anti-Durkheim no tiene sentido en ausencia del orden durkheimiano. Kant contrarrest el escepticismo suponiendo la existencia del conocimiento. Luego se pregunt cmo era posible el conocimiento (la moralidad, el juicio esttico). Como neokantiano, Durkheim advirti que tenemos una sociedad y se pregunt, ms profundamente que nadie, qu la haca posible. Bataille, que medraba en el desorden, se pregunt en cambio qu la haca imposible.

    Durkheim, como sabemos, se preocupaba por el problema del orden y la reproduccin. En las sociedades tradicionales, el orden estaba garantizado por la solidaridad mecnica, la solidaridad recproca de las partes idnticas e indiferenciadas. Como una construccin de ladrillos, cuya argamasa constituye su conciencia colectiva y que necesita un nuevo revoque de vez en cuando. Con la diferenciacin, la solidaridad tuvo que convertirse en orgnica. Ahora, las instituciones y los individuos ya no eran iguales unos a otros pero, no obstante, eran interdependientes como los rganos de un cuerpo. Hoy podramos preguntarnos, con Deleuze y Guattari, qu pasa cuando ese cuerpo social se desterritorializa en el orden global de la informacin. Qu pasa cuando el cuerpo social pierde, expulsa sus rganos? Lo social estaba compuesto por un conjunto de subsistemas: de instituciones, organizaciones y estructuras. En cada uno de esos subsistemas, la frecuencia, intensidad y profundidad de las interacciones y comunicaciones internas deban ser de una magnitud superior a las existentes fuera de l. Los intercambios sociales de las instituciones y organizaciones de una sociedad determinada deben ser de mayor magnitud que los intercambios externos a la sociedad. Qu pasa cuando nada de esto es vlido? Qu pasa cuando los rganos ya no se mantienen unidos? Cuando se fragmen-tan? Qu pasa cuando comienzan a intercambiarse por fuera de lo social como exceso de lo social en igual o mayor medida que por dentro? Qu pasa cuando el cuerpo social se convierte efectivamente en un cuerpo sin rganos?

    Cules son las consecuencias para la cultura del surgimiento de esta sociedad desinformada de la informacin? Silo social est compuesto de normas, la cultura est

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  • compuesta de valores y smbolos. Las normas no son valores. Son reglas. Ms que creer en ellas, es preciso respetarlas de una u otra forma. Los valores y los smbolos tienen mucho ms duracin que las normas. La economa y lo social estn muy estrechamente unidos. Esto es cierto aun cuando una crisis econmica genere un rechazo de las reglas. Pero qu pasa con la cultura? Para Durkheim, esta se inscriba en una conscience collective. Esta es mucho ms un sentido [consciousness] colectivo que una conciencia [conscience] colectiva. Ms un yo colectivo, que incorpora la memoria colectiva, que un supery. Es esta conscience collective parte integrante de la sociedad? Pertenece a lo social? Parecera que no. Segn Durkheim, en las sociedades tradicionales el orden social es un producto tanto de la solidaridad mecnica como de la conciencia colectiva; en las sociedades modernas, tanto de la interdependencia de los cuerpos diferenciados como de la conciencia colectiva. Configuraciones culturales como la religin catlica, el idioma francs y, digamos, Shakespeare, abarcan una serie de rdenes sociales: el feudal, el industrial y el informacional. Talcott Parsons (1955) interpretaba los valores en trminos de mantenimiento de patrones; es decir, la transmisin de los factores que apuntalan el orden de generacin en generacin. Para l, entonces, las normas son sincrnicas y los valores, diacrnicos. En otras palabras, la cultura es cannica como jams puede serlo la sociedad. O bien: as como las sociedades son ms o menos finitas, las culturas son ms o menos universales. Aunque lo simblico, por decirlo de algn modo, es relativamente autnomo de lo normativo, contribuye en lo esencial a la reproduccin de los rdenes econmico y social. Con seguridad, no excede a ninguno de los dos. La conciencia colectiva de Durkheim se convierte luego en lo simblico tanto para Lvi-Strauss como para Jacques Lacan. En sociologa existe una tradicin de teorizacin en los niveles de los sistemas social y psquico. Pinsese por ejemplo en Parsons, que fue un gran freudiano, o en la obra de Niklas Luhmann. A decir verdad, el inters de Freud en el orden psquico no difera mucho de la preocupacin de Durkheim y Weber por el orden social. Por su parte, Lacan, al individualizar el orden simblico, explora la reproduccin de ese orden psquico prcticamente del mismo modo como Durkheim y en la actualidad Bourdieu abordan la reproduccin de lo social. Para Lacan, la resolucin exitosa del complejo de Edipo es al mismo tiempo la entrada en el lenguaje, lo simblico. As, el lenguaje es a la vez la ley. La ley del padre.

    Si la conciencia colectiva, el orden simblico, tiene que ver con la reproduccin, qu es, entonces, lo que excede lo social? Para Max Weber es el valor. Weber quera que separramos el hecho del valor: separar el hecho social del valor hermenutico, ms cultural y espiritual. Estamos aqu, por supuesto, ante la distincin kantiana entre razn pura y razn prctica. La razn pura est adentro junto con lo social cognoscible, y es entendible de acuerdo con las leyes de la naturaleza y la matemtica. En contraposicin, la razn prctica la tica, la libertad, Dios, la cosa en s, el infinito est en el afuera. Es el ser heideggeriano, en el cual la esfera de la libertad y el significado ltimo es excedente o est en el exterior, segn se filtra a travs de los seres humanos que actan en el reino de lo mismo. Este exceso tico y existencial es la sustancia de la tica de la responsabilidad de Max Weber y, en definitiva, est en el fondo de la sociedad del riesgo de Beck. En este caso, el exceso es lo que est fuera de control. Las consecuencias imprevistas. Los efectos secundarios. Para Weber, la tica de la responsabilidad supone ya el fin de los metarrelatos, la decadencia del ideal whig. Es una comprensin de lo moderno en trminos de la multiplicidad de dioses y demonios: de una modernidad caracterizada por la contingencia. Sin duda, tal es el sentido en que nuestra segunda modernidad, global e informacional, debe entenderse como la sociedad del riesgo. Y la cuestin clave es cmo nos enfrentamos a ello. Cmo lo enfrentamos

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  • responsablemente? Weber era un animal secular y se senta mucho ms cmodo que Durkheim en el mundo del exceso. Durkheim aspiraba a una religin civil que fuera esencial a lo social. Weber era escptico con respecto a la religin. Aunque estaba obsesionado con el ascenso de las religiones mundiales, en lo personal no tena odo para la religin. Era consciente de su extensin su extensin dualista en la Ilustracin y el marxismo. A su juicio, debemos considerar nuestros fines y alcanzar los alcanzables, a la vez que asumimos siempre nuestra responsabilidad por los efectos secundarios. Vivimos en un mundo de riesgo y nuestra conducta debe tener en cuenta que todo lo que hagamos en ese marco riesgoso generar ms contingencia y ms riesgos. Esto entraa la necesidad del juicio. Mientras Weber vio un generador de riesgos en la izquierda poltica y esttica, con su tica de los fines ltimos, Ulrich Beck (1988) estima que dichos riesgos son provocados por la gran industria capitalista y la gran ciencia, a las que considera envueltas en la irresponsabilidad organizada. Uno y otro, Weber como conservador y Beck como radical, llegan a una conclusin similar: necesitamos instituciones polticas que enfrenten la incertidumbre del riesgo, la contingencia y los efectos secundarios.

    Pero hay otro aspecto del exceso de lo social: otro reino de la contingencia en sus aledaos. Si el primer reino del riesgo de contingencia el de Weber y Kant es tico, existencial, y en cierto modo y con seguridad est por encima de lo social, por encima de lo cotidiano, este segundo camino hacia el exceso, la contingencia, el riesgo y el flujo aparece de alguna manera por debajo de lo social. Lo social se conecta con su arriba a travs del punto cartesiano que vinculaba mente y materia. Se conecta con su abajo por lo que Bataille podra haber llamado ano social. Por medio de este no slo excluye sino que expulsa sus detritos. Si Dios (junto con la libertad, la cosa en s y la tica) est en el reino de la contingencia kantiana, debemos deducir que ese otro reino del riesgo y la contingencia es diablico. Si la alta modernidad es el otro desde arriba, una muy baja modernidad de la contingencia es el otro desde abajo. Este es el exceso de Durkheim, muy alejado de la nobleza de la conducta de vida weberiana. Es lo patolgico, expulsado para preservar lo normal. Es el desviado de Durkheim, arrojado en la abyeccin para crear una conciencia colectiva de lo mismo. No tiene nada que ver con el juicio y menos an con la tica. Es el rechazo de la esttica, aunque el arte cumple en l un papel muy importante. Es el espacio batailleano no slo de la contingencia, sino de la contingencia a travs de lo que se expulsa de lo social y, abyecto, se echa de lo simblico. El rufin, la prostituta, el trapero de Walter Benjamin, el desamparado, el transexual, muestran este rostro de lo abyecto. En una vena durkheimiana, tanto el capital nacional como la clase obrera socialdemcrata, en su interdependencia corporativa, son los puntales de la solidaridad orgnica de lo social. Pero el lumpenproletariado de Marx y Bataille, expulsado de lo social, era harina de otro costal (Bois y Krauss, 1997).

    Si el bien, lo bueno aunque no la vida buena, est de este lado de lo social, sin duda el mal, lo diablico, est en su lado inferior. Por una parte, les fleurs du bon, por otro, les fleurs du mal. Como disrupcin del metabolismo social, en el lado inferior de lo simblico est lo viral, no slo exceso sino excreta. Es lo que Bataille (1991, pgs. 37-8) llamaba la part maudite, la parte maldita. Le maudit, en efecto, est maldito. De acuerdo con el Petit Robert, es rechazado o condenado por Dios. Pero al mismo tiempo es repouss de la socit. Les maudits son les damns. Para estar maudite, una cosa o una persona debe ser detestable, execrable, hais-sable. Ms coloquialmente, es fichue, sacre, sale, satane. Les poetes maudits es el ttulo del famoso ensayo de Verlaine de 1885. El lumpenproletario y tambin el bohme son maudits. Lo son

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  • igualmente los objetos fuera de uso de Walter Benjamin, sus desechos. Dnde estn los espacios maudits? En sus orgenes, maudire es maldire. El verbo se conjuga como dir. Para que una cosa o una persona est maudite, debe suceder algo maledicente. Pero maldire no slo es, desde luego, decir cosas malvadas de alguien: es decir, con efectos casi mgicos. En ltima instancia, es una accin performativa, cuyos efectos son proscriptivos. La desintegracin de lo social es obra de la par maudite? Proceder la crtica de la informacin de la part maudite? Si la libertad se encontr antao en las elevadas esferas de la moralidad, el valor y la infinitud, se encontrar ahora en este espacio diablico del exceso?18

    Y tambin en esa segunda regin inferior del exceso y la contingencia est el inconsciente de Freud, sus instintos del ello. Lo que est en juego aqu no es, por supuesto, la pulsin sexual sino la pulsin de muerte: no Eros o los instintos libidinales sino Thanatos. El dualismo constitutivo del aparato psquico del primer Freud contrapona yo y ello. Y Freud habl incluso de dos tipos de instinto: instintos libidinales o del ello e instintos de autoconservacin del yo. En Ms all del principio de placer, de 1919, introdujo la pulsin de muerte, vinculada al exceso. La pulsin de muerte tiene que ver con el derroche; la pulsin sexual, con la reproduccin. La pulsin de muerte, con la patologa; la pulsin sexual, con la normalidad. Tanto el yo como el ello abarcan la economa restringida. La pulsin de muerte hace posible la economa general. La par maudite de la vida es, en efecto, la muerte. Vivir es al mismo tiempo morir. La vida tambin es disipacin, decadencia, despilfarro, desorganizacin. La pulsin sexual tiende a encauzarnos hacia la organizacin; la pulsin de muerte, hacia el flujo, tanto en la personalidad individual como en el cuerpo de lo social. En el anlisis lacaniano, lo simblico est yuxtapuesto a lo real. Lo simblico arroja al esquizofrnico en la abyeccin de lo real. El esquizofrnico est incmodo en el reino del lenguaje. Lo real recibe su lgica del principio de desorganizacin: de disipacin y desintegracin. Lo reprimido no es en este caso el padre edpico sino ms bien el padre vengador (Zizek, 1989). Ttem y tab es de 1912-1913, antes de la presentacin del principio del supery en El yo y el ello, de 1923. En aquella obra, la horda de hermanos no fantasea: asesina y devora realmente al padre. Lo reprimido no es el deseo de matarlo sino el acto. La apuesta es el acto concreto de su asesinato por la horda, como violacin del tab que veda su deseo por las mujeres del padre. Los hermanos, que tienen lazos libidinales afectivos con su lder, l primus nter pares originario, matan realmente al padre. Es esa la violencia colectiva original? Es ese el origen de la comunidad?

    Las pulsiones instintivas son fuerzas. Tienen energa. El primer Freud habl de los instintos del ello y el yo, por lo que ambos eran pulsiones, generadores de energa. En su obra ulterior, las operaciones del yo se derivan de los instintos libidinales, esto es, la energa ergena, la fuerza instintiva ergena. No hay una energa independiente generada en el yo. El ello genera, el yo regula. El quid es aqu el papel central de la energa libidinal. Y esta se funda, en ltima instancia, en la reproduccin biolgica de la especie. La pulsin de muerte es una fuente independiente de energa. Sin embargo, es una fuente basada en la disipacin de energa. La lgica del ello es el principio de placer; la del yo, el principio de realidad. Por su parte, la lgica de Thanatos es el principio de nirvana, la extincin total de la energa sexual. As, los orgasmos de

    18 Mara Lakka (2000) ha sealado que en las vanguardias artsticas de la dcada de 1920 rige una concepcin similar de la libertad.

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  • Roland Barthes son pequeas muertes. Los principios de placer y realidad actan me-diante la semidescarga equilibrada de energa; Thanatos, mediante una descarga total. Tiene que ver tanto con la destruccin y la agresin como con la muerte. Volcado hacia dentro, se desintegran el aparato psquico y el cuerpo; volcado hacia fuera, el instinto se convierte en agresin y destruccin.

    El padre destructivo, el padre vengativo, el padre sexual-mente rapaz y lascivo de Ttem y tab, est en el centro de lo simblico y de la civilizacin. Al igual que la sexualidad reprimida, est en el corazn de los descontentos de la civilizacin. Este padre desobedeci la monogamia de la reproduccin edpica, posey efectivamente a todas las mujeres y fue realmente asesinado por la horda. El yo se origina en las fuerzas libidinales, y el supery, en esa pulsin de muerte y destruccin. As, la pulsin de muerte est en el centro de la civilizacin, de lo que Derrida llama el archivo. Es violenta. La pulsin sexual y la reproduccin extendida funcionan mejor en las pocas sedentarias de paz. La pulsin de muerte se vincula al movimiento de la guerra. La ideologa, la economa, la cultura y la sociedad funcionan en el interior de lo social como organismo reproductivo. La violencia y la poltica actan en el exterior. No obstante, existe esa violencia originaria de todo simblico (Grosz, 1998). A decir verdad, la memoria colectiva se basa en la violencia colectiva reprimida: no en su fantasa sino en su realidad. Lo reprimido retorna. Los muertos vuelven de lo real para asediarnos hasta quedar convenientemente sepultados en lo simblico. Si la pulsin sexual y la reproduccin sostienen lo simblico, la pulsin de muerte, con su gasto y produccin crnica, es cosa de lo real.

    El quid no slo consiste en apuntar a la violencia que es la condicin de posibilidad del organismo. Es el hecho de que el propio organismo est en crisis; la reproduccin atraviesa tal vez una crisis terminal. No slo est en juego la presencia necesaria del flujo y la desintegracin de la pulsin de muerte como base impenetrable sobre la cual se asientan la pulsin sexual y la reproduccin. Lo est tambin la crisis misma de la reproduccin. Lo est la inminente imposibilidad de la reproduccin, en cuyo reemplazo no tenemos sino produccin: produccin incesante; la produccin de flujo. De flujo. En juego estn el sistema psquico y el sistema social. Ese es el punto capital del conflicto entre las dos principales figuras de la sociologa francesa de fines del siglo XX, Alain Touraine y Pierre Bourdieu. La obra de Bourdieu (1998) se pregunt constantemente cmo se autorreproduce la sociedad. Touraine (1975, 1995), por el contrario, indaga en la produccin de la sociedad, y sostiene que en los anteriores ordenamientos sociales feudalismo, capitalismo industrial, comunismo los procesos sociales centrales se inscriban en un paradigma de reproduccin. En la sincrona de cualquier forma previa de sociedad haba reproduccin. Sl