Sección - Desde Bion hasta el final.doc

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6. Cómo aprende a pensar el cerebro según Bion PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA PÉRDIDA DEL OBJETO AMADO 1. La pérdida del objeto amado genera dolor y duelo 2. El manejo del duelo y el problema de la melancolía 3. Salud, Funcionamiento y Desarrollo Mental según Klein 4. Dificultades en el tratamiento psicoanalítico ******************************** *********************** ***************** 6. Cómo aprende a pensar el cerebro según Bion A partir del propósito de construir un instrumento que apoye el desarrollo de las terapias, evitando la dispersión de información y la proliferación de teorías, Bion construye una tabla en la que propone consignar los registros de las sesiones con los pacientes, tanto de la información proveniente de ellos como de las observaciones que realiza el analista. Pero para llegar a este instrumento Bion parte de una teoría de cómo se forman los pensamientos para remontarse luego a las estrategias que podrían plantearse para enfrentar los problemas de formación de los pensamientos y las patologías relacionadas con las disfunciones del pensamiento.

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6. Cmo aprende a pensar el cerebro segn Bion

PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA PRDIDA DEL OBJETO AMADO1. La prdida del objeto amado genera dolor y duelo

2. El manejo del duelo y el problema de la melancola

3. Salud, Funcionamiento y Desarrollo Mental segn Klein

4. Dificultades en el tratamiento psicoanaltico

******************************** *********************** *****************6. Cmo aprende a pensar el cerebro segn Bion

A partir del propsito de construir un instrumento que apoye el desarrollo de las terapias, evitando la dispersin de informacin y la proliferacin de teoras, Bion construye una tabla en la que propone consignar los registros de las sesiones con los pacientes, tanto de la informacin proveniente de ellos como de las observaciones que realiza el analista. Pero para llegar a este instrumento Bion parte de una teora de cmo se forman los pensamientos para remontarse luego a las estrategias que podran plantearse para enfrentar los problemas de formacin de los pensamientos y las patologas relacionadas con las disfunciones del pensamiento.

La teora parte de concebir el pensamiento como resultado de la transformacin de las percepciones sensoriales en elementos alfa, formas elementales que pueden ser usadas para los sueos o pensamientos onricos. Para que esto sea posible debe operar sobre estas percepciones la funcin alfa. Bion en el libro Aprendiendo de la Experiencia detalla el significado del concepto de funcin en forma similar a la que se maneja en las matemticas y organiza una teora que completa su propuesta para la comprensin del proceso:

Funcin es el nombre para una actividad mental propia a un nmero de factores operando en consonancia. Factor es el nombre de una actividad mental que opera en consonancia con otras actividades mentales constituyendo una funcin. (Bion, 1997. p. 24)

El concepto de funcin es general pero Bion se centra en la funcin alfa que elabora para aclarar la generacin de pensamientos:

las percepciones de la experiencia emocional tienen que ser elaboradas por la funcin alfa antes de que puedan ser usadas para los pensamientos onricos.

La funcin alfa opera sobre las impresiones sensoriales, cualesquiera que sean y las emociones, cualesquiera que sean las que el paciente acepta. Mientras la funcin alfa opere con xito, se producirn elementos alfa y estos resultarn adecuados para ser almacenados y satisfacer requisitos de los pensamientos onricos. Si la funcin alfa es perturbada y por lo tanto resulta inoperante las impresiones sensoriales que el paciente capta y las emociones que a la vez est experimentando permanecen inmodificadas. Los llamar elementos beta. En contraste con los elementos alfa, los elementos beta no son sentidos como si se tratara de fenmenos, sino como las cosas en s mismas. (Bion, 1997. p. 31)

Esto significa que las impresiones sensoriales no contribuyen a generar pensamientos cuando se enfrentan a algn tipo de perturbacin, pero se acumulan en forma no organizada y no relacionada entre ellos, como elementos beta.

[] Los elementos beta no son propensos para ser usados en los pensamientos onricos, pero si son apropiados para ser usados en la identificacin proyectiva. [] Los elementos beta se almacenan pero difieren de los elementos alfa en que no son tanto recuerdos como hechos no digeridos, mientras que los elementos alfa han sido digeridos por la funcin alfa y por lo tanto se convierten en disponibles para el pensamiento. (Bion, 1997. p. 32)

Las perturbaciones de la funcin alfa son perturbaciones en la capacidad de generar pensamientos por la inexistencia de sus elementos constitutivos, elementos alfa y por la imposibilidad de acumulacin organizada que puede propiciar el recuerdo, el aprendizaje y la atencin. Recordando a Freud, Bion se refiere a la atencin precisamente como una forma avanzada de aplicacin de la funcin alfa. Freud no profundiz su investigacin de la atencin ms all, pero el trmino, como l lo usa, tiene un significado que investigar como un factor de la funcin alfa. (Bion, 1997. p. 28). La conclusin prctica, para efectos de tratamientos e identificacin de trastornos empieza a mostrarse a partir de entender la dinmica que podrn presentar los elementos alfa y beta en el desarrollo del pensamiento y las actitudes de las personas.

Si existen solo elementos beta, que no pueden ser hechos inconscientes, no puede haber represin, supresin o aprendizaje. Esto da la impresin de que el paciente es incapaz de discriminar. [] Los ataques a la funcin alfa, estimulados por el odio o la envidia destruyen la posibilidad de que el paciente establezca un contacto consciente, ya sea consigo mismo o con algn otro como objetos vivos. Por lo cual se refiere a objetos inanimados y an a lugares, cuando normalmente debera referirse a personas. (Bion, 1997. p. 36)

Un splitting forzado se presenta en el beb cuando se da una relacin perturbada con el pecho o sus sustitutos. El beb, acostumbrado a recibir del pecho alimento, amor y proteccin, por el temor de perderlo y por la envidia que puede experimentar, al sentirlo poderoso y ajeno, genera sentimientos intolerables que hacen que rechace al pecho y por lo tanto genere sentimientos de culpa y experimente depresin. De esta manera el beb se sigue alimentando para evitar la inanicin, pero sin relacionar el seno con algo vivo. La consecuencia de esta escisin es el surgimiento de una voracidad que se torna insaciable y que se extiende posteriormente como una dependencia desmedida, ya no del alimento sino de la comodidad material, que es igualmente insaciable. Esta naturaleza de insatisfaccin permanente inhabilita a la persona para experimentar sentimientos de gratitud que solo tienen sentido si hay satisfaccin.

As Bion hace un esfuerzo por evidenciar cmo un trastorno alimentario temprano puede provocar trastornos en la generacin de los pensamientos y repercutir posteriormente en la personalidad. En estas circunstancias se presentan en muchos pacientes comportamientos que no se corresponden con emociones reales: Una sonrisa o una frase dicha debe interpretarse como un movimiento muscular de evacuacin y no como una comunicacin de sentimientos (Bion, 1997. p.42). Como una consecuencia adicional nefasta se destruye el inters por la verdad, lo que Bion asocia como un elemento tan importante para la salud mental como el alimento para la salud fsica.

El proceso del pensamiento tiene como requisito el sueo. Cuando una persona suea est teniendo una experiencia emocional que se convierte en elementos alfa y le permite tener pensamientos onricos. Adems el sueo sirve para mantener un equilibrio entre consciente e inconsciente.

El sueo tiene muchas de las funciones de censura y resistencia. Estas funciones no son el resultado de lo inconsciente, sino que son instrumentos mediante los cuales el sueo crea y diferencia conciencia e inconciencia.

Resumiendo, el sueo, junto con la funcin alfa, que posibilita el soar es fundamental para el funcionamiento de la consciencia y la inconsciencia de lo cual depende el pensamiento ordenado. [] Pero en la teora de la funcin alfa las fuerzas de censura y resistencia son esenciales para la diferenciacin de consciente e inconsciente y ayudan a mantener la diferenciacin entre los dos. [] En esta teora la capacidad para soar preserva a la personalidad de lo que es virtualmente un estado psictico. (Bion 1997. p. 44)

Avanzando en su teora Bion supone un lmite entre consciente e inconsciente denominndolo barrera de contacto, planteando que una persona, dormida o despierta, suea una experiencia emocional, transformando las impresiones sensoriales relacionadas con esta experiencia en elementos alfa que se acumulan formando la barrera de contacto.

sta barrera de contacto, de este modo en continuo proceso de formacin, marca el punto de contacto y separacin entre los elementos conscientes e inconscientes y origina la distincin entre ellos. (Bion 1997. p. 47)

La teora de las funciones, y en este caso de la funcin alfa, permite dar una versin de cmo el paciente piensa y cmo tiene sentimientos que pueden ser estructurados y expresados.

Relacionando este enfoque con las perturbaciones de algunos pacientes en su capacidad de tener pensamientos Bion plantea la hiptesis de que la incapacidad de soar, debida a la falta de elementos alfa, y por lo tanto la imposibilidad de dormir, est relacionada con funciones alfa defectuosas, de tal manera que la barrera de contacto se construye en forma frgil y no permite una diferenciacin clara entre consciente e inconsciente.

En la nueva situacin hay una divisin de clases, como suspendida entre paciente y analista, pero que no ofrece resistencia al pasaje de elementos de una zona a la otra. Esta situacin no se presta al establecimiento de consciente e inconsciente y por lo tanto puede llevar a desarrollos imperfectos o anmalos de una capacidad de recuerdo y represin. [] Clnicamente esta pantalla de elementos beta se presenta a la observacin casual como imposible de distinguir de un estado confuso. (Bion 1997. p. 53)

Para Bion esto explica algunas dificultades de los analistas con algunos de sus pacientes. stos no pueden soar y por lo tanto se encuentran en un estado en el que no pueden dormir ni estar despiertos.

Sin embargo la pantalla beta es coherente y en el tratamiento tiene el propsito de oponerse al tratamiento y provocar la respuesta que el paciente quiere, es decir que no le interesan las interpretaciones del analista. La pantalla beta es un conjunto de elementos que provocan una respuesta que pretende comprometer al analista emocionalmente. Ms que un lenguaje funciona como un proceso de liberacin de estmulos.

En una inversin de la funcin alfa no se generan elementos alfa, por el contrario el desarrollo de la barrera de contacto se destruye, lo que lleva a establecer elementos alfa despojados, equivalente a una pantalla beta, pero en este caso con el establecimiento de objetos extraos, que son diferentes a los elementos beta porque ya tienen vestigios inconsistentes del yo y del supery.

La falta de una capacidad para el pensamiento implica, por lo tanto, un fracaso doble. Se debe a la ausencia de elementos alfa y a la falta de un aparato para usar los elementos alfa si estos existen. (Bion, 1997. p. 140)

Para mayor claridad Bion elabora un resumen de su propuesta:

Repasemos los trminos que he empleado hasta aqu:

1) El yo es una estructura que, como Freud la describe, es un desarrollo especializado del ello que tiene la funcin de establecer contacto entre la realidad psquica y la externa.

2) La funcin alfa es el nombre dado a una abstraccin empleada por el analista para describir una funcin, cuya naturaleza desconoce, hasta el momento en que siente que puede remplazarla por factores de los cuales cree haber tenido pruebas en el curso de la investigacin en la que esta empleando la funcin alfa. Corresponde a aquella funcin de ciertos factores, incluyendo la funcin del yo, que transforma los datos sensoriales en elementos alfa. Los elementos alfa comprenden las imgenes visuales, los modelos auditivos, modelos olfativos, y son adecuados para ser empleados en el pensamiento onrico, el pensar inconsciente de vigilia, sueos, barrera de contacto, memoria. Desde el punto de vista clnico el objeto extrao que esta impregnado de caractersticas superyoicas se aproxima a ofrecer una realizacin para armonizar con el concepto de elementos beta. Pero el concepto de elemento beta comprende solamente impresiones sensoriales, la impresin sensorial como si fuera una parte de la personalidad que experimenta la impresin sensorial, y la impresin sensorial como si fuera la cosa en si misma a la cual corresponde la impresin sensorial (Bion, 1997. p. 60)

La trascendencia de la propuesta de Bion sobre la funcin alfa radica en que constituye la base de un modelo para la comprensin de los procesos de pensamiento y a partir de esta comprensin interpretar las perturbaciones que puedan presentarse.

La funcin alfa desempea un papel fundamental al transformar la experiencia emocional en elementos alfa, porque un sentido de la realidad importa al individuo del mismo modo que importan la comida, la bebida, el aire y la eliminacin de productos de deshecho. (Bion, 1997. p. 81)

De esta seguridad en su afirmacin Bion concluye que una falla en la funcin alfa implica un desastre en el desarrollo de la personalidad.

El pensamiento como descarga de la psique

Bion sigue la postulacin de Freud sobre la naturaleza del pensamiento a partir de aceptar que la intolerancia a la frustracin produce una tensin para la que se requiere generar un alivio que proviene del uso del pensamiento, el cual llena el intervalo entre la necesidad de liberar a la psique del incremento de estmulos y la liberacin misma. El vnculo entre la intolerancia a la frustracin y el desarrollo del pensamiento es fundamental para entender el pensamiento y sus trastornos.

Como ejemplo de la relacin entre los estmulos y las tensiones podemos repasar el caso en el que algo cuantitativo se convierte en cualitativo: cuando se presenta el hambre la tolerancia a la frustracin se ve compensada con el alimento, de modo que el exceso de tensin ocasionada por el hambre se compensa con la accin de alimentarse. Pero supongamos que la intolerancia a la frustracin se da con el hambre y supongamos adems que la envidia o el temor no permiten que se satisfaga el hambre en un beb. Esta separacin hace que surja la voracidad, es decir el deseo de saciar el hambre pero sin identificar la fuente de alimento. En estos casos se genera una forma de pensamiento opuesta.

La conclusin es que el pensamiento, en su origen, fue el procedimiento para descargar a la psique del incremento inmanejable de estmulos.

La identificacin proyectiva: una forma temprana de la capacidad de pensar.

Bion retoma para la sustentacin de su modelo el hecho de que en la identificacin proyectiva se produce una disociacin de las partes indeseables de la personalidad y se las coloca en un objeto.

As como el beb induce en su madre sentimientos que el quiere que ella tenga o viceversa a partir de la proyeccin, una persona puede en la realidad generar una contraparte de su experiencia frente a la realidad en la forma de una fantasa:

La capacidad de un paciente de engranar su fantasa de identificacin proyectiva en la realidad depende de su tolerancia a la frustracin. Bion plantea que si la persona no puede tolerar la frustracin se genera una identificacin proyectiva excesiva con una contraparte menor en la realidad externa; este desbalance se presenta como una huida de la realidad.

En el caso del pecho materno, la identificacin de la necesidad de un pecho bueno es un pecho malo que debe ser evacuado. El hecho de necesitar al pecho lo convierte en malo. Como la madre proporciona amor al beb a travs del ensueo (Reverie), la satisfaccin genera un equilibrio entre la tolerancia a la frustracin y la identificacin proyectiva, de modo que esta asociacin lleva a una forma incipiente de pensamiento.

La identificacin proyectiva es una forma temprana de la capacidad de pensar.

Necesidad de un sistema de notacin

Bion manifiesta su preocupacin por la forma como los analistas realizan el registro de las sesiones con los pacientes. Comenta que as como en dichos informes se cita libros para generar una acreditacin sobre el proceso, as mismo debera haber parmetros ms simplificados y estandarizados que conduzcan a un mtodo de formulacin que permita recordar y entender las anotaciones de un analista despus de un tiempo transcurrido y que permita tambin transmitir dicha informacin a otros analistas sin perder significado.

Para ejemplificar el procedimiento de nomenclatura propuesto, Bion escoge dos sentimientos que son el amor y el odio; seala que hay muchos otros importantes pero que estos se toman como extremos para postular las siguientes relaciones:

1) X ama a Y

2) X odia a Y

3) X conoce a Y

Estos vnculos se expresaran por medio de los signos A, O y C (Bion, 1997. p. 82)

De esta manera, para expresar que X, que es un individuo, conoce a Y, otro individuo, se utilizar la expresin: X C Y.

Bion plantea que a pesar de lo sencillo e ingenuo este sistema de notacin es muy til.

Valindose de esta metodologa y abstraccin, Bion plantea la posibilidad de una notacin que permita sustituir las referencias a pginas y lneas en la literatura psicoanaltica:

Por otra parte la formalizacin y la abstraccin tienen el efecto de eliminar aspectos que oscurecen la importancia de la relacin de un elemento con otro, al eliminar lo concreto y lo particular. El uso de trminos especficos notables por lo concretos, aunque conservan el background del que derivan, oscurecen el hecho de que los trminos concretos son variables cuyo valor depende del contexto en el cual estn ubicados. Esto significa que lo esencial es encontrar un grupo de signos que representen una realizacin en forma adecuada y que posibiliten mostrar la relacin de un signo con otro, su contexto. (Bion, 1997. p. 94)

El conocimiento del sistema alimentario puede ayudarnos a formar un modelo de los procesos implicados en el pensamiento y adems de los procesos implicados en el pensamiento acerca del pensamiento.

La actitud del paciente hacia el proceso de alimentacin influye en su percepcin sobre el hecho de que digerir pensamientos es procesarlos y convertirlos en heces, destruirlos.

Seala Bion que el hecho de que cualquier realizacin slo se aproxima a la representacin, sea esta abstraccin o modelo, es el estimulo para posteriores abstracciones y construccin de modelos (Bion, 1997. p. 135)

La tarea del analista es identificar cul es el modelo usado por el paciente.

Si el analista supone que el proceso de pensar del paciente no es correcto y es el origen de sus problemas, necesitara un modelo y una teora propios del proceso de pensar; necesitar un modelo para el modo de pensar del paciente, y de ste deber deducir cul es el modelo para pensar del paciente. Entonces podr comparar su modelo y abstraccin con los del paciente (Bion, 1997. p. 137)

Yendo al centro de su propuesta, que busca un modelo estandarizado del pensamiento, Bion formula una definicin del proceso de pensar en trminos de realizacin:

Pensar puede considerarse como el nombre dado a un modelo o abstraccin derivado de una realizacin; con un paciente real el problema es qu es lo que l representa con el trmino pensar. (Bion, 1997. p. 138)

Este planeamiento le permite a Bion hacer recomendaciones generales para la adopcin de lo que puede considerarse modelos de tratamiento de pacientes con trastornos de pensamiento:

En el psicoanlisis de los trastornos del pensamiento, la investigacin psicoanaltica debe dirigirse al desarrollo y naturaleza de los pensamientos, elementos alfa y beta, y luego a la naturaleza del aparato usado para tratar con los pensamientos. Solo entonces puede dedicarse la investigacin a averiguar qu contenido u otro factor contribuy a la crisis (Bion, 1997. p. 141)

El analista debe interesarse en dos modelos, uno que l debe hacer y el otro implcito en el material producido por el paciente.

[] El modelo pone de relieve dos grupos de ideas, aquellas relacionadas con el material del paciente y aquellas relacionadas con el cuerpo de la teora psicoanaltica.

La construccin de modelos hace posible retener la estructura de la teora psicoanaltica sin perdida de la flexibilidad necesaria para hacer frente a las necesidades de la practica psicoanaltica que aparecen a cada momento [] El modelo hace posible encontrar la correspondencia entre el pensar del paciente y el cuerpo principal de teora psicoanaltica por medio de interpretaciones que estn fuertemente relacionadas tanto con la teora como con las manifestaciones y los enunciados y conducta del paciente. (Bion, 1997. pp.143-144)

C. PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA PRDIDA DEL OBJETO AMADO

1. La prdida del Objeto amado genera dolor

La separacin del objeto amado es un acontecimiento que causa dolor en tanto se considera y se trata al objeto como al propio Yo y por lo tanto se deposita en l una gran parte de libido narcisista. La percepcin del peligro de la separacin genera angustia por temor al dolor que significa. El dolor es, pues, la verdadera reaccin a la prdida del objeto, y la angustia, la verdadera reaccin al peligro que tal prdida trae consigo y, dado un mayor desplazamiento, una reaccin al peligro de la prdida del objeto mismo. (Freud, S. 1925. p. 2882)Freud se refiere a la angustia, al dolor y a las consecuencias que conlleva la prdida del objeto amado en la vida psquica y establece la pregunta inicial sobre la naturaleza de las reacciones:Hubimos de decir que la angustia es una reaccin al peligro de la prdida del objeto. Pero conocemos tambin otra reaccin de este gnero a dicha prdida: el duelo. Cundo, pues, surge angustia y cundo duelo al perder un objeto? Al ocuparnos en otra ocasin del duelo, no logramos llegar a la explicacin de un rasgo particular: su carcter especialmente doloroso. No obstante, explicarnos perfectamente que la separacin del objeto resulte dolorosa. As, pues, el problema antes planteado se complica en los trminos siguientes: cundo la separacin del objeto produce angustia, cundo duelo y cundo, quiz, slo dolor? (Freud, S. 1925. p. 2881)

La angustia es generalmente un fenmeno pasajero pues est asociada a un temor por algo que puede ser real o ser manifestacin de una pulsin. En el caso de la prdida del objeto amado la angustia es el resultado de una tensin que no puede ser descargada. Puede anotarse que la angustia es un resultado del sentimiento de desamparo del lactante que se revive en circunstancias en las que el individuo no encuentra asidero para sus tensiones. El dolor es un hecho pasajero que se asocia a la presencia de un factor perturbador, que en el caso la prdida del objeto es la intolerancia a su ausencia. Tanto la angustia como el dolor pueden ser considerados como dificultades en el manejo de las pulsiones acumuladas que dan curso al duelo o a la melancola.2. El manejo del Duelo y el problema de la Melancola En una comparacin entre el duelo y la melancola Freud encuentra muchas analogas para relacionar las formas de presentacin y las caractersticas de estos dos procesos

La melancola se caracteriza psquicamente por un estado de nimo profundamente doloroso, una cesacin del inters por el mundo exterior, la prdida de la capacidad de amar, la inhibicin de todas las funciones y la disminucin de amor propio. Esta ltima se traduce en reproches y acusaciones, de que el paciente se hace objeto a s mismo, y puede llegar incluso a una delirante espera de castigo. (Freud, S. 1915. p. 2091)El duelo intenso, reaccin a la prdida de un ser amado, integra el mismo doloroso estado de nimo, la cesacin del inters por el mundo exterior en cuanto no recuerda a la persona fallecida, la prdida de la capacidad de elegir un nuevo objeto amoroso lo que equivaldra a sustituir al desaparecido y al apartamiento de toda actividad no conectada con la memoria del ser querido. (Freud, S. 1915. p. 2092)Freud analiza la forma como se desenvuelve el proceso del duelo, mostrando que, a pesar de lo difcil que resulta, por lo doloroso y prolongado, es algo que se supera finalmente aunque con un costo muy alto para la energa psquica.Mas, en qu consiste la labor que el duelo lleva a cabo? A mi juicio, podemos describirla en la forma siguiente: el examen de la realidad ha mostrado que el objeto amado no existe ya y demanda que la libido abandone todas sus ligaduras con el mismo. Contra esta demanda surge una oposicin naturalsima, pues sabemos que el hombre no abandona gustoso ninguna de las posiciones de su libido, aun cuando les haya encontrado ya una sustitucin. Esta oposicin puede ser tan intensa que surjan el apartamiento de la realidad y la conservacin del objeto por medio de una psicosis desiderativa alucinatoria. (Cf. el estudio que precede.) Lo normal es que el respeto a la realidad obtenga la victoria. Pero su mandato no puede ser llevado a cabo inmediatamente, y slo es realizado de un modo paulatino, con gran gasto de tiempo y de energa de carga, continuando mientras tanto la existencia psquica del objeto perdido. Cada uno de los recuerdos y esperanzas que constituyen un punto de enlace de la libido con el objeto es sucesivamente despertado y sobrecargado, realizndose en l la sustraccin de la libido. (Freud, S. 1915. p. 2092)Durante el duelo, el sujeto, enfrentado a la prdida del objeto amado, aprende a modificar su mundo personal, sus proyectos vitales y sus deseos, en funcin de esta prdida real, de modo que paulatinamente va logrando su equilibrio. Al final de la labor del duelo vuelve a quedar el yo libre y exento de toda inhibicin. (Freud, S. 1915. p. 2092)No ocurre lo mismo con el efecto ocasionado por la separacin del ser amado por causas diferentes a la muerte, que ocasiona el duelo. En una separacin se genera un sentimiento que no es claro como el duelo, debido a que no existe una conciencia clara de lo que se ha perdido, habida cuenta de que el objeto amado no ha desaparecido sino que se ha perdido como objeto. No se tiene una dimensin clara de lo que se ha perdido. Ha surgido la melancola como sentimiento que tiene un alto componente inconsciente. En una serie de casos constituye tambin evidentemente una reaccin a la prdida de un objeto amado. Otras veces, cuando las causas estimulantes son diferentes, observamos que la prdida es de naturaleza ms ideal. El sujeto no ha muerto, pero ha quedado perdido como objeto ertico (el caso de la novia abandonada). Por ltimo, en otras ocasiones creemos deber mantener la hiptesis de tal prdida; pero no conseguimos distinguir claramente qu es lo que el sujeto ha perdido, y hemos de admitir que tampoco a ste le es posible percibirlo conscientemente. A este caso podra reducir tambin aquel en el que la prdida, causa de la melancola, es conocida al enfermo, el cual sabe a quin ha perdido, pero no lo que con l ha perdido. De este modo nos veramos impulsados a relacionar la melancola con una prdida de objeto sustrada a la conciencia, diferencindose as del duelo, en el cual nada de lo que respecta a la prdida es inconsciente. (Freud, S. 1915. p. 2092)El efecto de la melancola en la vida psquica es mucho ms devastador por no encontrar un centro de descarga preciso, por lo que genera una desazn permanente. Freud, al hacer un paralelo, diferencia claramente el duelo de la melancola al establecer los efectos nocivos que se producen en una persona melanclica. El melanclico muestra, adems, otro carcter que no hallamos en el duelo: una extraordinaria disminucin de su amor propio, o sea un considerable empobrecimiento de su yo. (Freud, S. 1915. p. 2093)

Mientras el duelo hace aparecer el mundo como vaco por la desaparicin absoluta del objeto amado, En el duelo el mundo aparece desierto y empobrecido ante los ojos del sujeto (Freud, S. 1915. p. 2093), , en la melancola este empobrecimiento y vaco se proyecta sobre el Yo, El individuo que es presa de la melancola se siente impotente de emprender otra relacin y de darle sentido a su vida.Este nos describe su yo como indigno de toda estimacin, incapaz de rendimiento valioso alguno y moralmente condenable. Se dirige amargos reproches, se insulta y espera la repulsa y el castigo. Se humilla ante todos los dems y compadece a los suyos por hallarse ligados a una persona tan despreciable. No abriga idea ninguna de que haya tenido efecto en l una modificacin, sino que extiende su crtica al pasado y afirma no haber sido nunca mejor.[] Es realmente tan incapaz de amor, de inters y de rendimiento como dice; pero todo esto es secundario y constituye, segn sabemos, un resultado de la ignorada labor que devora a su yo, y que podemos comparar a la labor del duelo. (Freud, S. 1915. p. 2093)Este estado se profundiza y muestra la proyeccin que tiene la prdida del objeto en la vida psquica de una manera ms estructural: mientras en el duelo la persona deposita en el objeto desaparecido el centro de su dolor En el melanclico observamos el carcter contrario, o sea el deseo de comunicar a todo el mundo sus propios defectos, como si en este rebajamiento hallara una satisfaccin (Freud, S. 1915. p. 2093)Por otra parte la melancola hace que se resalten los problemas materiales en una forma ms notoria an que las dificultades que en otras condiciones ocuparan el centro de sus preocupaciones. En el cuadro de la melancola resalta el descontento con el propio yo, desde el punto de vista moral, sobre todas las dems crticas posibles. La deformidad, la fealdad, la debilidad y la inferioridad social no son tan frecuentemente objeto de la autovaloracin del paciente. Slo la pobreza o la ruina ocupan, entre las afirmaciones o temores del enfermo, un lugar preferente. (Freud, S. 1915. p. 2094)

Algo que llama la atencin y sobre lo que Freud hace nfasis es el hecho de que el paciente que padece de melancola se adjudica recriminaciones y acusaciones que no corresponden a l mismo, sino a la persona que ha amado o que ha perdido, de modo que es factible identificar que lo que va dirigido contra el objeto ertico afectado se devuelve contra el yo.Si omos pacientemente las mltiples autoacusaciones del melanclico, acabamos por experimentar la impresin de que las ms violentas resultan con frecuencia muy poco adecuadas a la personalidad del sujeto y, en cambio, pueden adaptarse, con pequeas modificaciones, a otra persona, a la que el enfermo ama, ha amado o deba amar. Siempre que investigamos estos casos queda confirmada tal hiptesis, que nos da la clave del cuadro patolgico hacindonos reconocer que los reproches con los que el enfermo se abruma corresponden en realidad a otra persona, a un objeto ertico, y han sido vueltos contra el propio yo. (Freud, S. 1915. p. 2094)A partir de esta actitud reiterada Freud concluye que, ante la imposibilidad de proyectar la libido a otro objeto, lo que se genera es una identificacin del Yo con el objeto perdido, de tal modo que la prdida del objeto se convierte en la prdida del Yo. La carga del objeto demostr tener poca energa de resistencia y qued abandonada; pero la libido libre no fue desplazada sobre otro objeto, sino retrada al yo, y encontr en ste una aplicacin determinada, sirviendo para establecer una identificacin del yo con el objeto abandonado. La sombra del objeto cay as sobre el yo; este ltimo, a partir de este momento, pudo ser juzgado por una instancia especial, como un objeto, y en realidad como el objeto abandonado. De este modo se transform la prdida del objeto en una prdida del yo, y el conflicto entre el yo y la persona amada, en una disociacin entre la actividad crtica del yo y el yo modificado por la identificacin. (Freud, S. 1915. p. 2095)Los episodios de recriminacin y autoacusacin pueden evolucionar haciendo que, adems del castigo infringido a s mismo, el melanclico proyecta su deseo perverso hacia las personas que, como el objeto perdido, forman parte de su entorno y son aquellas a quienes ama. Entre los variados caminos que puede tomar este proceso est el de la enfermedad en la que el doliente se refugia ante lo intolerable que puede resultar mostrar directamente su hostilidad.

De este modo, la carga ertica del melanclico hacia su objeto experimenta un doble destino. Una parte de ella retrocede hasta la identificacin, y la otra, bajo el influjo del conflicto de ambivalencia, hasta la fase sdica, cercana a este conflicto. Este sadismo nos aclara el enigma de la tendencia al suicidio, que tan interesante y tan peligrosa hace a la melancola. (Freud, S. 1915. p. 2096)Meltzer retoma los planteamientos de Freud para insistir en la forma como el sujeto se autorecrimina y autoacusa ante el evento de la prdida del objeto amado y evidencia la diferencia entre el duelo y el sentimiento de situacin irremediable en caso de separacin.

Est el sujeto ultrajndose a s mismo o est injuriando a aquella parte de s que se identifica con un objeto que, en otro nivel, es el que realmente est siendo acusado? Freud comprende que, mientras los estados de duelo pueden terminar gracias al doloroso proceso mediante el cual se abandonan todos los recuerdos, esperanzas y expectativas ligadas al objeto en el mundo exterior, la melancola solo puede llegar a su fin cuando el objeto ha sido convertido en polvo y est muerto, o ha sido tan denigrado que el yo es capaz de triunfar sobre el mismo. (Meltzer, 1990. p. 80)

Meltzer se aproxima aqu a la resolucin de las situaciones de duelo y melancola que Freud ha trabajado mostrando la dificultad inherente al manejo de la melancola. El yo no puede desaparecer pero es castigado y presa de la hostilidad que se deba al objeto perdido. Esta hostilidad representa para Freud la reaccin primitiva del yo contra los objetos del mundo exterior.

El desenlace es tortuoso y lento, mostrando la melancola como mucho ms dolorosa y prolongada que el duelo, en tanto ste tiene un objeto especfico imposible de recuperar y sin otros captulos que abrir, en cambio

las causas estimulantes de la melancola son ms numerosas que las del duelo, el cual slo es provocado en realidad por la muerte del objeto. Trbanse as en la melancola infinitos combates aislados en derredor del objeto, combates en los que el odio y el amor luchan entre s; el primero, para desligar a la libido del objeto, y el segundo, para evitarlo. Estos combates aislados se desarrollan en el sistema Inc., o sea en el reino de las huellas mnmicas de cosas (en oposicin a las cargas verbales). (Freud, S. 1915. p. 2099)Por otra parte, al hablar de la neurosis y la melancola como afecciones en las que el sentimiento de culpa es particularmente severo, Freud seala la diferencia del papel jugado por el supery, que en la melancola ataca al objeto, y en l, al yo que lo ha internalizado.En la melancola experimentamos an con ms intensidad, la impresin de que el Super-Yo ha atrado a s la consciencia. Pero aqu no se atreve el Yo a iniciar protesta alguna. Se reconoce culpable y se somete al castigo. Esta diferencia resulta fcilmente comprensible. En la neurosis obsesiva se trata de impulsos repulsivos que permanecan exteriores al Yo. En cambio, la melancola nos muestra que el objeto, sobre el cual recaen las iras del Super-Yo, ha sido acogido en el Yo. (Freud, S. 1925. p. 2723)

3. Salud, Funcionamiento y Desarrollo Mental segn KleinMelanie Klein en su contribucin a la comprensin de la naturaleza de la vida psquica en su libro Sobre el Desarrollo del Funcionamiento Mental (1958) parte de las formulaciones de Freud sobre la estructura mental basada en el ello el yo y el supery y en el descubrimiento de los instintos de vida y de muerte. Afirma su desacuerdo con que en el inconsciente no existe el temor a la muerte, como afirma Freud y dice que la ansiedad primordial con la que lucha el yo es la amenaza proveniente del instinto de muerte y que la percepcin del peligro de ser destruido por el instinto de muerte es la que origina angustia en el yo. Insiste en su propuesta del proceso de proyeccin como medio para la desviacin del instinto de muerte y de la introyeccin como proceso primario al servicio del instinto de vida. Segn Klein desde el comienzo de la vida los dos instintos se adhieren a los objetos, siendo el primero y fundamental el pecho materno, por lo que corrobora su teora que basa todos los procesos de internalizacin en la introyeccin del pecho nutricio materno ya que permite clarificar las nociones sobre el desarrollo del yo conectado con los dos instintos. Es segn la presencia de impulsos destructivos o amorosos que el pecho materno se puede sentir como bueno o como malo.

La generalizacin lleva a que todos los objetos que se internalizan se clasifiquen en correspondencia al sentimiento de un pecho bueno o malo.

Un yo en el que predomine el instinto de vida est capacitado para soportar la angustia del instinto de muerte y a contrarrestar la fuerza de los impulsos destructivos que se reintroyectan despus de haber sido sacados, como objetos peligrosos y persecutorios.

La formacin del mundo interno y las relaciones con el mundo externo van a estar determinadas por la lucha e interaccin perpetua de los dos instintos.

El objeto internalizado bueno forma el ncleo del yo, alrededor del cual ste se expande y desarrolla. Cuando el yo es asistido por el objeto bueno internalizado, se encuentra ms capacitado para dominar la ansiedad y preservar la vida, ligando con libido algunas partes del instinto de muerte que opera dentro de si. (Klein, M. 1958. p. 4)

A continuacin Klein expresa su desacuerdo con Freud sobre la etapa de surgimiento del supery a partir de los procesos de introyeccin, manifestando que la disociacin del yo por la cual se forma el supery es consecuencia del conflicto producido por la lucha de los instintos dentro del yo y por la interaccin de objetos buenos y malos introyectados y no, como afirma Freud, algo que surge desde el momento del nacimiento. De esta manera puede decirse que la introyeccin del pecho bueno y el malo es el fundamento del supery y es tambin la base del desarrollo del complejo de Edipo.

El supery despierta las prevenciones contra lo indebido y opera en forma armnica cuando no es demasiado severo, pero es posible que en etapas muy tempranas surjan las tendencias a ser una persona sometida y excesivamente disciplinada o por otra parte dominante y destructor.Hay un deseo inherente al nio pequeo -y, segn presumo, aun en el nio muy pequeo- de ser protegido, como tambin de ser sometido a ciertas prohibiciones, lo que equivale a un control de los impulsos destructivos. []No obstante, tan pronto como son despertados sus impulsos destructivos y la angustia, el supery es sentido como estricto y desptico; y el yo, tal como lo seal Freud: "sirve a tres severos amos": el ello, el supery y la realidad externa. (Klein, M. 1958. p. 5)

En los nios pequeos el supery se integra con el yo en el proceso de evadir o disociar objetos terrorficos que se hayan internalizado y en el de compartir objetos buenos. Si la disociacin es parcial o falla surge la ansiedad persecutoria y caracteriza el primer perodo de desarrollo con presencia de la posicin esquizo-paranoide, en la que el pecho bueno y el malo se mezclan y alternan contribuyendo a confundir al nio pequeo.

Las figuras idealizadas tambin son objeto de disociacin y entran, junto con las persecutorias a formar parte del inconsciente y forma la base de la vida de la fantasa.

Klein menciona que Entre los objetos odiados y amenazantes de los cuales el yo temprano intenta protegerse, se hallan tambin aquellos que son sentidos como habiendo sido daados o muertos y que por lo tanto se convierten en peligrosos perseguidores. (Klein, M. 1958. p. 6)En un acercamiento al problema del manejo de los objetos daados, como un elemento importante para el tratamiento del dolor, el duelo y la melancola, Klein muestra cmo puede surgir la posicin depresiva:

Junto con el fortalecimiento del yo y su creciente capacidad para la integracin y sntesis, es alcanzado el estadio de la posicin depresiva. En este ltimo perodo, el objeto daado ya no es predominantemente sentido como un perseguidor, sino como un objeto amado hacia el cual se experimentan sentimientos de culpa e impulsos por repararlo. Esta relacin con el objeto amado y daado ir a formar un elemento importante en el supery. [] De all en adelante, si la ansiedad persecutoria no es excesiva y la capacidad de amar es suficientemente fuerte, el yo se hace progresivamente consciente de su realidad psquica y percibe ms y ms que son sus propios impulsos destructivos los que contribuyen al deterioro de sus objetos. De tal modo los objetos daados, que son sentidos como malos, mejoran en la mente del nio y se asemejan ms a los padres reales, y el yo desarrolla gradualmente su funcin esencial de mediador con el mundo externo. (Klein, M. 1958. pp. 6,7)De esta manera el yo se sobrepone a los problemas que va enfrentando y la presencia de los objetos daados tiene un manejo en la medida en que se identifique la potencialidad del yo y se conjure sus impulsos destructivos.El xito de estos procesos fundamentales y el consiguiente fortalecimiento e integracin del yo dependen -en lo que concierne a los factores internos- del predominio del instinto de vida en la interaccin de los dos instintos. Pero los procesos de disociacin continan; a lo largo del estadio de neurosis infantil (que es el medio de expresar y elaborar las ansiedades psicticas tempranas), la polaridad entre los instintos de vida y muerte se hace sentir con fuerza en forma de ansiedades provenientes de objetos persecutorios, que el yo intenta superar mediante la disociacin y ms tarde por la represin. (Klein, M. 1958. p. 7)

Entrando en el tema de inters para el anlisis de las perturbaciones Klen concluye que es indispensable para la salud mental un desenlace satisfactorio de la confrontacin entre los instintos y la generacin de una divisin clara entre bueno y maloRetomando mi concepto acerca de los procesos primarios de disociacin, he adelantado recientemente la hiptesis de que para el desarrollo normal es esencial que en la ms temprana infancia tenga lugar la divisin entre el objeto bueno y el malo, entre el amor y el odio. Cuando tal divisin no es demasiado severa, pero si lo suficiente como para diferenciar entre bueno y malo, forma segn mi punto de vista uno de los elementos bsicos para la estabilidad y salud mental. Esto significa que el yo es suficientemente fuerte como para no ser abrumado por la ansiedad y que junto con la disociacin se est llevando a cabo cierta integracin (aunque en forma rudimentaria) que slo es posible si en la fusin el instinto de vida predomina sobre el de muerte. (Klein, M. 1958. p. 7)

Esta capacidad desarrollada por el yo permite hacer frente en forma exitosa a las figuras terrorficas del inconsciente que amenazan con protagonismos ante presiones externas o internas:

Las personas estables en general -y eso significa que han establecido firmemente a su objeto bueno y estn, por lo mismo, estrechamente identificadas con l- pueden superar esta intrusin de las profundidades del inconsciente dentro de su yo y recuperar su estabilidad. En los individuos neurticos, y aun ms en los psicticos, la lucha contra tales peligros, que amenazan desde las capas profundas del inconsciente, es en cierta medida constante y parte de su inestabilidad o enfermedad. (Klein, M. 1958. p. 8)

Cuando existe una barrera muy rgida producida por la disociacin, debe implicarse que el desarrollo no ha procedido normalmente, y la conclusin sera que el que predomina es el instinto de muerte. Por lo contrario, cuando predomina el instinto de vida, la integracin y sntesis pueden progresar con xito. (Klein, M. 1958. p. 9)

Klein resume su planteamiento haciendo un recorrido que parte de su concepcin de la generacin del supery, el proceso de internalizacin de objetos y la necesidad de disociarse e integrarse en el marco de la pugna de los instintos, para llegar a una percepcin de que los objetos e impulsos rechazados pueden contribuir, en la medida en que sean controlados, a la salud mental y a la creatividad.Ya he sugerido que la formacin del supery precede al complejo de Edipo y es iniciada por la introyeccin del objeto primario. El supery, al haber internalizado aspectos diferentes del mismo objeto bueno, mantiene la conexin con las otras partes del yo, proceso ste de internalizacin que tambin es de la mayor importancia en la organizacin del yo. Atribuyo al yo, desde el comienzo de la vida, una necesidad y capacidad no slo de disociarse sino tambin de integrarse.

Esta integracin, que lleva gradualmente a una culminacin de la posicin depresiva, depende de la preponderancia del instinto de vida e implica, en cierta medida, la aceptacin por parte del yo de la actuacin del instinto de muerte. Considero la formacin del yo como una entidad determinada, por un lado, por la alternancia entre la disociacin y la represin, y por otro, por la integracin en relacin con los objetos.[] Tanto ms rico se hace el yo cuanto ms puede integrar sus impulsos destructivos y sintetizar los diferentes aspectos de sus objetos, ya que las partes disociadas del s-mismo y de los impulsos que son rechazados porque despiertan angustia y causan dolor, tambin contienen aspectos valiosos de la personalidad y de la vida de fantasa, que resulta empobrecida por la disociacin. Aunque los aspectos rechazados del yo y de los objetos internalizados contribuyen a la inestabilidad, tambin se hallan en la base de la inspiracin artstica y de distintas actividades intelectuales. (Klein, M. 1958. p. 10)4. Dificultades en el Tratamiento PsicoanalticoEn el tratamiento psicoanaltico se presentan mltiples problemas relacionados con el acercamiento a la naturaleza de los problemas del paciente, bien sea por las dificultades inherentes al tratamiento, de por s laborioso y prolongado, o por las resistencias de variada naturaleza que presenta el paciente para la dilucidacin de sus conflictos.Muchos pacientes identifican la terapia como una amenaza y la curacin como un proceso riesgoso, de modo que es frecuente una oposicin inconsciente por parte de los pacientes. Freud concluye que para muchos pacientes la enfermedad es una condicin que el paciente necesita y con la que s siente seguro, de modo que en lugar de responder a los tratamientos empeora su estado. Hay personas que se conducen muy singularmente en el tratamiento psicoanaltico. Cuando les damos esperanzas y nos mostramos satisfechos de la marcha del tratamiento, se muestran descontentas y empeoran marcadamente. Al principio, atribuimos este fenmeno a una rebelda contra el mdico y al deseo de testimoniarle su superioridad, pero luego llegamos a darle una interpretacin ms justa. Descubrimos, en efecto, que tales personas reaccionan en un sentido inverso a los progresos de la cura.

Cada una de las soluciones parciales que habra de traer consigo un alivio o una desaparicin temporal de los sntomas, provoca, por el contrario, en estos sujetos, una intensificacin momentnea de la enfermedad, y durante el tratamiento, empeoran en lugar de mejorar. Muestran, pues, la llamada reaccin teraputica negativa.

Es indudable, que en estos enfermos, hay algo que se opone a la curacin, la cual es considerada por ellos como un peligro. Decimos, pues, que predomina en ellos, la necesidad de la enfermedad y no la voluntad de curacin.

Analizada esta resistencia en la forma de costumbre y sustradas de ella la rebelda contra el mdico y la fijacin a las formas de la enfermedad, conserva, sin embargo, intensidad suficiente para constituir el mayor obstculo contra la curacin, obstculo ms fuerte an que la inaccesibilidad narcisista, la conducta negativa para con el mdico y la adherencia a la enfermedad. (Freud, S. 1923. p. 2722)El sentimiento de culpa est con frecuencia asociada a este rechazo al proceso de recuperacin, aunque es ajeno a la voluntad del paciente. Freud seala que la presencia del sentimiento de culpa es una caracterstica de la neurosis y de la melancola.Acabamos por descubrir que se trata de un factor de orden moral, de un sentimiento de culpabilidad, que halla su satisfaccin en la enfermedad y no quiere renunciar al castigo que la misma significa. Pero este sentimiento de culpabilidad permanece mudo para el enfermo. No le dice que sea culpable, y de este modo, el sujeto no se siente culpable, sino enfermo. Este sentimiento de culpabilidad no se manifiesta sino como una resistencia difcilmente reducible, contra la curacin. Resulta, asimismo, muy difcil, convencer al enfermo de este motivo de la continuacin de su enfermedad, pues referir siempre atenerse a la explicacin de que la cura analtica no es eficaz en su caso.

Lo que antecede corresponde a los casos extremos, pero tiene efecto, tambin, probablemente, aunque en menor escala, en muchos casos graves de neurosis, quiz en todos. Es incluso posible que precisamente este factor, esto es, la conducta del ideal del Yo, sea el que determine la mayor o menor gravedad de una enfermedad neurtica.

[] El sentimiento normal consciente de culpabilidad (conciencia moral), no opone a la interpretacin dificultad alguna. Reposa en la tensin entre el Yo y el ideal del Yo y es la expresin de una condena del Yo por su instancia crtica. Los conocidos sentimientos de inferioridad de los neurticos dependen tambin, quiz, de esta misma causa. En dos afecciones que nos son ya familiares, es intensamente consciente el sentimiento de culpabilidad. El ideal del Yo muestra entonces una particular severidad y hace al Yo objeto de sus iras, a veces extraordinariamente crueles. Al lado de esta coincidencia, surgen, entre la neurosis obsesiva y la melancola, diferencias no menos significativas, por lo que respecta a la conducta del ideal del Yo. (Freud, S. 1923. p. 2722)

Las dificultades en el adelanto de procesos teraputicos hacen necesario adoptar metodologas especiales que permitan internarse en la psique del individuo para identificar posibles causas de los trastornos. Klein en su acercamiento al mundo de la infancia como determinante de las races de la vida psquica adulta, insiste en la necesidad de la indagacin del pasado individual como clave para la identificacin de comportamientos y actitudes de los pacientes en la medida en que muchas manifestaciones son propias de rezagos o fijaciones de la vida infantil. la relacin con el analista exhibe a veces, aun en los adultos, rasgos muy infantiles, tales como excesiva dependencia y la necesidad de una gua, junto con una desconfianza por completo irracional. Forma parte de la tcnica analtica la reconstruccin del pasado a partir de tales manifestaciones. (Klein, M. 1959. p. 1)PARRAFOS POR UBICAR

Persona madura que elabora fantasias infantiles - sana peligros padres

Para Klein la persona emocionalmente madura seguramente ha conservado y elaborado las fantasas y los deseos infantiles a travs del juego en la primera infancia. Si esto no se da, lo que persisten son los deseos insatisfechos, la perturbacin de las relaciones, la suspensin del desarrollo y la prdida de contacto con la realidad.

Para Klein, aquellos padres que puedan comprender los conflictos de sus hijos y sus tristezas tendrn un profundo conocimiento de las complejidades de la vida interior del nio lo que les permitir gozar las relaciones ntimas con sus hijos y poder desarrollar relaciones que favorezcan el desarrollo y la salud mental. (Idem, pp. 274-275) De qu libro?

El ambiente para el nio, factores externos e internos defensas del nioHe mencionado la importancia del ambiente del nio, pero ste es slo un aspecto de un complejo interjuego entre factores externos e internos. Por factores internos entiendo que algunos nios, desde un comienzo, tienen mayor capacidad de amor que otros, lo que est ligado a un yo ms fuerte, y que su vida de fantasa es ms rica y permite el desarrollo de todas sus dotes. Por lo tanto podemos hallar nios que, aun en condiciones favorables, no adquieren el equilibrio que forma la base de la salud mental, mientras que otros, en circunstancias desfavorables, si lo obtienen. (Klein, M. 1960. p. 6)

En los nios estn presentes muchas actitudes que tienen su origen en las primeras etapas del desarrollo humano y que deben madurar y transformarse para dar lugar a una vida sana, por ejemplo los sentimientos de omnipotencia y la necesidad de idealizacin, que persisten en la vida adulta pero moderados a fin de garantizar equilibrios frente al amor, al odio y a la angustia persecutoria.

Cuanto ms se hayan modificado esas actitudes en la infancia y en la adultez, mayor ser el equilibrio mental. Cuando el juicio no est obnubilado por la angustia persecutoria y la idealizacin, entonces es posible una evaluacin madura.

Como las actitudes descritas nunca son superadas completamente, desempean un papel en las variadas defensas que utiliza el yo para combatir la angustia. Por ejemplo, la disociacin es un modo de preservar el objeto bueno y los impulsos buenos contra los peligrosos y terrorficos, impulsos destructivos que crean objetos retaliatorios, y este mecanismo es reforzado siempre que se incrementa la angustia.

Al analizar nios, tambin he hallado que refuerzan mucho la omnipotencia cuando estn asustados. La proyeccin y la introyeccin, procesos bsicos, son adems mecanismos que pueden ser utilizados defensivamente. El nio se siente malo y trata de escapar a la culpa atribuyendo su propia maldad a los dems, lo que significa que refuerza sus angustias persecutorias. Una manera en que utiliza la introyeccin como defensa es meter dentro de s objetos que se espera que protegern contra los objetos malos. Un corolario de la angustia persecutoria es la idealizacin, pues cuanto mayor es la persecucin, mayor ser la necesidad de idealizar. La madre idealizada deviene una ayuda contra la persecutoria. (Klein, 1960, pp. 6, 7) De todas maneras con el desarrollo del Yo, surgen y se desarrollan muchas defensas que se combinan para garantizar mayor xitoA medida que se desarrolla el yo, ms intrincadas y exitosas son las defensas, pero tambin son menos rgidas. Cuando la comprensin no es obstaculizada por las defensas, es posible lograr la salud mental. (Klein, M. 1960. p. 7)

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Para ubicar despus

Melanie Klein apoya el planteamiento de Freud en su texto sobre El Desarrollo del Funcinamiento Mental cuando enfatiza la forma integrada en que estas instancias de la mente operan:

La formulacin de Freud sobre la estructura mental en trminos del ello, yo y supery, se ha convertido en la base del pensamiento psicoanaltico. Freud aclar que estas partes no se hallan estrictamente separadas unas de otras y que el ello es la base de toda funcin mental; agregando que el yo se desarrolla a partir del ello, pero sin dar una indicacin consistente acerca del perodo en que esto ocurre. En el curso de la vida, el yo se extiende profundamente en el ello y por lo tanto se halla bajo la influencia constante de los procesos inconscientes. (Klein, M. 1958. p. 1)

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En su artculo Sobre el Desarrollo del Funcinamiento Mental (Klein, M. 1958. p. 1) Klein manifiesta que en su trabajo sobre el psicoanlisis de nios de 1932, el dominio de la ansiedades, que se pone en marcha desde el comienzo de la vida, constituye una de las principales funcines del yo. De acuerdo con mi punto de vista, la ansiedad primordial con la que lucha el yo es la amenaza proveniente del instinto de muerte. Seal en "Sobre la teora de la ansiedad y la culpa" (1948) que no estoy de acuerdo con el punto de vista de Freud respecto de que "en lo inconsciente no existe nada que pueda dar un contenido a nuestro concepto de la destruccin de la vida", y por lo tanto "el miedo a morir ha de concebirse como anlogo al miedo a la castracin". (Klein, M. 1958. p. 3)