Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales siglo xxlos informes no sólo se trans...
Transcript of Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales siglo xxlos informes no sólo se trans...
Secuencia. Revista de historia y ciencias
sociales
ISSN: 0186-0348
Instituto de Investigaciones Dr. José María
Luis Mora
México
Collado H., María del Carmen
Eva Salgado Andrade, El discurso del poder. Informes presidenciales en México (1917-1946),
CIESAS/Miguel Ángel Porrúa, México, 2003, 563 pp.
Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 68, mayo-agosto, 2007, pp. 186-189
Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora
Distrito Federal, México
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127423009
Cómo citar el artículo
Número completo
Más información del artículo
Página de la revista en redalyc.org
Sistema de Información Científica
Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
jamás tomada de Pancho Villa." Tambiénañade: "El encabezado en sí mismo implica una reflexiónsobre la imagen y su pie deroto es el antecedente más temprano queconocemos sobre la importancia que alguien le concedió a esa fotografía", que yahabía sido publicada con anterioridad el 5yel 7 de febrero de 1914 por los semanarios Leslie's y Collier's, respectivamente.
Asimismo, señala que el editor de larevista Leslies's, el señor Splitstone, tal veznunca imaginó que estaba poniendo encirculación la que habría de convertirseen la fotografía más famosade Pancho Villa.
De esta fotografía se dijo que era la entrada triunfal de Villa a Torreón, luego,que era la de Zacatecas. El archivo de OrisAultman en la biblioteca pública de ElPaso, Texas, señala que es de la campañade Ojinaga y que corresponde a la salidatriunfal de la población.
De esta imagen salió la extraordinariaestatua ecuestre que estuvo en la desaparecida glorieta de Riviera y alojada actualmente en el parque de los Venados. Recuerdo que la escultura fue muy criticadaporque presenta a Villa con la rienda en lamano derecha. Inmediatamente la gentesupuso que Villa era zurdo o que el autor,Julián Martínez, había interpretado laimagen al rev és. Nada de eso ocurrió, hoysabemos que la fotografía tomada comomodelo correspondía a una cabalgata realizada específicamente para el cine estadunidense, que se tomó cerca de Ojinaga,cuando aún no se libraba la batalla quearrojaría a los federales del territorio chihuahuense.
El libro es una delicia. La edición de laEditorial Océano tiene entre sus aciertos,haber puesto las notas a pi e de página,una cronología que ubica al lector en lossucesosmás importantes relacionados con
186
Villa y la revolución, así como la serie defotografías que nos llevan a adentrarnosen trece años de imágenes de Villa: Villavisto por sus contemporáneos, recoge comentarios a pie de página de gente quelo conoció; otras en las que se describenlas circunstancias históricas bajo las cualesse produjeron -a partir de 1911-, y loshombres alrededor de Villa, que muestraa sus amigos y enemigos en distintas épocas y lugares del norte de la república odel centro del país.
Podría seguir extendiéndome en la minuciosa investigación de Migue! ÁngelBerumen sobre la fotografía a la que atribuye el mito, del estupendo seguimientoque hizo de las noticias y sus deducciones,pero creo que, como en las películas, nohay que contar el final.
Guadalupe Villa GuerreroINSTITUTO MORA
Eva Salgado Andrade, El discurso delpoder.1nformes presidenciales en México (19171946) , CIESAS/Miguel Ángel Porrúa, México, 2003, 563 pp.
Este libro de Eva Salgado aborda un temaimportantísimo para la historia política:el discurso del poder en la etapa de nacimiento y consolidación del Estado posrevolucionario mexicano, el cual mereció,como tesis doctoral, el Premio en Lingüística Wigberto Jiménez Moreno del INAHen el año 2000.
Se centra en e! discurso emitido porlos presidentes, es decir, por los actorescentrales del sistema político nacional delsiglo xx, caracterizado por los especialistas como un Estado autoritario, cuya herencia cultural está aún viva pese a la sali-
núm. 68 , mayo-agosto 2007
da del partido hegemónico en el 2000. Lodicho por los mandatarios es relevante nosólo, como bien dice Salgado, por ser emitido desde el poder, sino por reflejar lascircunstancias de toda índole en las que segeneró. Además, porque el Estado queformó la clase política revolucionaria yposrevolucionaria batió un record mundial: fue el más longevo del siglo xx, pero,sobre todo, porque se trata de un estudiointerdisciplinario que aborda parte de lahistoria del siglo xx mexicano, de unamemoria colectivaque, diría Paul Ricoeur,sufre de olvido por parte de los historiadores. Es una contribución a la historiografíadel siglo pasado.
Más que ninguna otra, la historia delsiglo XX sólo puede hacersedesde perspectivas interdisciplinarias. Es decir, tomandoprestados conceptos teóricos y metodologías de otras áreasdel conocimiento, comola antropología, la etnografía, la sociología, la economía y, también, este libro lomuestra ahora: de la lingüística. La autorahace un interesante análisis de ciertos textos escritos por ocho presidentes (de Venustiano Carranza a Manuel Ávila Camacho) en 18 años. La empresa exigió unaselección rigurosa que volviera manejablela investigación, pero sin perder la sustancia. Para ello, eligió como materia deanálisis la parte inicial y final de los informes que estos ex mandatarios rindieronal Congreso de la Unión. El acotamientose justificaporque el caudillismo-presidencialismo mexicano construyó con la lecturade estos mensajes uno de los riruales mássimbólicosde la vida política. Por la fuerzareal o potencial de los emisores de estosdiscursos, un simple acto republicano,consistente en rendir cuentas del rrabajodel ejecutivo ante los representantes populares, cuando estos inician su periodo or-
RESEÑAS
dinario de sesiones, se convirtió en un momento cumbre del presidencialismo. Atal grado llegó el culto a la personalidaden su versión mexicana que para finalesdel siglo xx los informes no sólo se transmitían en cadena nacional por radio y tele-visión a toda la república, sino que ademásel 1 de septiembre llegó a ser día feriadopara las filas de la burocracia. Sin dudalos textos seleccionados son "un corpusprivilegiado".
El discurso, objeto de estudio eminentemente interdisciplinario, ha sido un polode atracción para las ciencias sociales, lashumanidades, el psicoanálisis y tambiénpara la historia. Las herramientas utilizadas por los oficiantes con el fin de desmenuzado varían de disciplina a disciplina,pero sin dudarlo, la metodología usadapor Salgado, sobre todo por lo que se refiere al recorte de "material documental",resulta sugerente para los interesados en lahistoria, en especial para quienes deseantrabajar periodos más amplios.
El discurso delpoder. .. arroja luz sobrela vida política, los actores sociales, los incluidos y los excluidos, sobre las ambiciones, afanes, proyectos, angustias, dificultades, tropiezos, justificacionesy mentirasdichas desde la presidencia con objeto deganar legitimidad, de conseguir un espaldarazo. En una sociedad en la que el votoy el ejerciciode las libertades democráticasno eran las fuentes de legitimación política, el discurso y, en este caso, el convertido en un acto rirual y conmemorativo,jugaba un papel central en la construcción de una ideología, en la creación deuna "memoria impuesta". Hemos vistocasos exrremos de este abuso en los regímenes totalitarios: los mandatarios hablando durante horas ante una multitud sometida a escuchar la voz del amo del poder.
187
En México no se llegó a estos excesos, peroel informe presidencial, como se señalóantes, constituyó uno de los momentossupremos en los que el presidente en tumohacía gala de su poder.
La contribución de Eva Salgado en materia de historia política radica en deve!ar,como afornmadamente ya lo han señaladoalgunos historiadores revisionistas , quedurante los años que estudió (1917-1946)e! presidencialismo no era tan poderosoni tan fuerte como se creyó en la década delos setenta. Que no bastaban los poderesconstitucionales, metaconstitucionales, nila eliminación violenta de los adversariospara que los presidentes dominaran el escenario. Así, nos encontramos con los añosen los que se fue construyendo el Estadofuerte y la figura presidencial casi omnímoda que llegamos a tener en la segundamitad del siglo xx.
A través de la lectura de este libro podemos acceder a las diferentes modalidadese incluso a los cam inos que trataron deimponer los habitantes del Palacio Nacional con miras a una ideología construidacon e! afán de crear una identidad, capaz deunir a los gobernados con la clase política, de construir una nación profundamente dividida por la lucha revolucionaria, laguerra cristera y en controversi a casi permanente con los líderes de un ejército surgido de la revolución. En este trabajo laautora realiza un análisis acucioso de losdiscursos con las herramientas lingüísticasy nos brinda un texto muy bien escritoque, sumado al humor casi permanente,constituyen una invitación a leerlo.
Podemos seguir el itinerario que recorrió la construcción del panteón de los héroes revolucionarios en el que los muertos,por razonesobvias, ocuparon desde un inicio un lugar destacado. En primer lugar,
188
Madero, asesinado por los " traidores"huerrisras, más tarde Obregón, exaltadopor Plutarco Elías Calles en su informede 1928 como "el gran desaparecido",quien paradójicamente ascendió al olimpopor haber muerto en un atentado cometido por un fanático religioso. Es interesante apreciar cómo mediante el elogio aObregón, Calles trata de hacer evidentesu inocencia frente al asesinato de su predecesor, de! cual parte de la opinión pública lo culpaba. La urgencia de Carranza porponerse del lado de Madero, y luego la deCalles por situarse junto a Obregón, exaltándolos, buscaban cumplir con un "deberde memoria" hacia las víctimas. De estamanera deseaban justificar la violencia y laimposición de sus proyectos e introduciruna memoria impuesta, una ideología quelograra el consenso nacional en el nombrede "la historia justiciera",
Queda claro que las proezas gramaticalesde Calles, sólo comparables con las deCarranza, obedecían a la necesidad urgentede evitar la caída del grupo en el poder.El coahuilense presentando a Estados Unidos como un enemigo qu e amenazaba laestabilidad, amenaza real que sería utilizadacomo herramienta retórica para lograrla unidad nacional. Calles vendiendo laidea de crear instituciones y partidos fuertes, capaces de dirimir las luchas por elpoder en momentos en los que los revolucionarios se aprestaban a pelear por la sillapresidencial vacante a causa del asesinatode Obregón. Los excesosretóricos contrastan , en cambio, con la parquedad de lázaro Cárdenas. Esta no fue sólo productode un estilo propio, sino que nacía de lacerteza proveniente del respaldo popular,sin intermediarios, del que el michoacanogozó después de 1935, y de la independencia que le dio no tener que apoyarse
núm. 68, mayo-agosto 2007
sólo en la fuerza del ejérciro para rnantenerse en Palacio Nacional o de dependerde la simpatía del "Jefe Máximo".
El fin del periodo estudiado culminaprecisamente con Manuel Ávila Camacho,e] último presidente militar después deAlvaro Obregón (920); es decir, con elcierre de las heridas abiertas por la revolución, la guerra conrra los católicos, las expropiaciones cardenistas, la resolución delos conflictos con Estados Unidos . De ahíque la institucionalidad y la conciliaciónpredominen en los informes presidencialesde sus años de gobierno, que aparezca larevolución sacralizada, muerta, convertidasólo en referencia obligada paralos triunfadores, y una "Patria" que lucha del lado delos Aliados contra Alemania, Italia y Japón durante la segunda guerra mundial.El discurso de la unidad nacional, plano,sin matices, se convierte en moneda corriente. Significa la exaltación de la heroicidad, del sacrificio frente a lo que hayque construir; es un tratar de borrar, olvidar las diferencias, de dejar en segundotérmino las discrepancias en aras de la"unidad fraterna".
El texto de Eva Salgado muestra congran profesionalismo una manera de abordar la hisroria de México a través del análisis del discurso, pero desde la perspectiva lingüística, aunque en realidad en e!manejo de la información e interpretaciónque hace hay mucho de oficio historiográfico. Por ello e! libro se mueve en e! ámbito de lo interdisciplinario: entre la lingüística, con su propio método de análisis,y la historia, aporrando el conocimientode las circunstancias y la interpretacióndel discurso a partir de ellas.
María de! Carmen Collado H.INSTITUTO MORA
RESEÑAS
José Juan Rodríguez Vázquez, El sueño quenocesa. La nación deseada enelckbate intelectual y político puertorriqueño, 1920-1940,Ediciones Callejón, San Juan, 2004, 524pp.
LA NACIÓN COMO SUEÑO INTELECTUAL
Un interesante trabajo de historia intelecrual que ensaya la génesis de! discurso nacionalista puertorriqueño, a partir de unenfoque no eurocéntrico, es e! que nos presenta José Juan Rodríguez Vázquez. Desde el título de la obra el autor comienza aplantearnos sugerentes reflexiones sobrela nación: antes de construir la comunidadimaginada, existe la comunidad soñada,la nación deseada.
El análisis se articula en torno a la ideade nación planteada por los intelectualespuertorriqueños, quienes generaron diversos discursos nacionalistas a partir de lainvasión estadunidense de 1898, discursosque fueron transformándose y que, durante el periodo 1920-1940, se encontraronen el centro del debate intelecrual y político.
Sin embargo, no se trata de estudiarlos discursos nacionalistas de forma aislada, sino de escudriñar cuál era la dinámicadel cambio discursivo en un contexto colonial. Para dicho propósito, e! autor siguelos planteamientos metodológicos quePartha Chatterjee desarrolló para e! estudio del nacionalismo. Básicamente, la dinámica del discurso nacional pasa por tresmomentos ideológico-políticos: arranque,movimiento y llegada. En la tase de arranque el discurso nacionalista se erige encrítica del sistema colonial, mientras queen la de movimiento busca transformarpolíticamente el orden establecido, ademásde que el letrado se convierte en político.
189