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Seguridad privada: ¿Ha mejorado la seguridad ciudadana? Fernando Carrión M. E l tema de la seguridad privada tiene una presencia relati- vamente reciente en el país y en América Latina. Paradó- jicamente hace su entrada de la mano del incremento de la violencia y de la reforma económica del Estado, a mediados de la década de los años ochenta del siglo pasado. La desregulación del Estado introdujo, no sólo en Ecuador sino a nivel mundial, las condiciones mínimas para la privatiza- ción de la seguridad y para el desarrollo expansivo del crimen organizado global (drogas, armas y trata de personas). Mientras el incremento de la violencia permitió justificar su existencia -ante el descrédito de las instituciones y las fallas del sector público por contro- larla- el propio delito se modernizó y desarrolló raudamente. Desde aquella época para acá se vive un crecimiento expansivo del mercado de bienes y servicios privados de la seguridad ciudadana. Según Frigo (2003) 1 “En Latinoamérica, la seguridad privada es un sector económico en rápida expansión (…) En los últimos 15 años, como sector de la vida económi- ca la seguridad privada ha ganado un lugar de relevancia tanto en el mundo como en nuestra región (…) El mercado mundial de la seguridad privada tuvo el año pasado un valor de 85.000 millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual promedio del 7% al 8%. (…) En Latinoamérica se estima un crecimiento del 11%”. Esta condición económica genera la presencia de un nuevo actor político que entra dentro de la seguridad ciudadana y lo hace desde una óptica distinta a la prestación del servicio: la rentabilidad de los capitales invertidos. En otras palabras, este sector penetra en la seguridad ciudadana desde una pers- pectiva absolutamente mercantil y ese solo hecho le otorga una cualidad inédita de actor relevante: por un lado, obtener ganancia compitiendo con el Estado, y por otro (si se tiene en cuenta que los efecti- vos de guardianía privada duplican en número a la Policía Nacional), constituirse en un actor político decisivo en momentos de seguridad pública, es decir, en la defensa del orden público interno. Uno de los cambios trascendentales que introduce la oferta privada de seguridad tiene que ver con la mutación siguiente: pasa de derecho universal que debe ser garantizado públicamen- te, a ser una mercancía producida por un conjunto indiscriminado de proveedores públicos y privados. Es tan fuerte este mercado privado que –paradójicamente- el propio Estado tiene que demandar estos servicios; de modo que, la principal demanda de guardianía privada en el Ecuador proviene del propio sector público. Es más, con el proceso de concentración de capi- tales, como ocurre en todos los mercados, hoy este sector empieza a ser manejado por pocas empresas privadas, la mayoría de las cuales vienen desde fuera del país. Así, la presencia del sector privado crea, primero, un mercado explícito y, segundo, una clara segmentación del mismo. De este modo, mientras unos sectores reciben buena seguridad, otros no pueden acceder a ella por los altos costos que tiene. Con todo esto quedan tres preguntas centrales, primera: ¿Se ha mejorado la seguridad ciu- dadana con su presencia? Segunda: ¿Seguridad privada o privación de seguridad? Y tercera: ¿El orden público en manos de sectores privados externos? 1 Frigo, Edgardo (2003). “Hacia un modelo de seguridad privada en América Latina”, Conferencia. Primer Congreso Latinoamericano de Seguridad Privada, Bogotá, 24-26 de septiembre. En: http://www.segured.com/index. php?od=2&article=526 EDITORIAL Página 1 ENTREVISTA Control estatal de la seguridad privada: aspecto imprescindible para un óptimo servicio Entrevista a Alexei Páez Página 2 Seguridad privada: contribución efectiva a la seguridad pública Entrevista a Héctor Santacruz Página10 INTERNACIONAL La seguridad privada en América Latina: un mercado en crecimiento Andrea Betancourt Página 3 TEMA CENTRAL Privatización y seguridad ciudadana Gustavo Lalama Página 4 MEDIOS Seguridad privada: publireportaje en expansión Jenny Pontón Cevallos Página 12 POLÍTICA PÚBLICA Una reorganización del control de la seguridad privada Alfredo Santillán Página 11 SUGERENCIA Página 11 CORTOS Página 3 CONTENIDO 2007 19 P RIVATIZACIÓN DE LA SEGURIDAD Internet

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Seguridad privada:¿Ha mejorado la seguridad ciudadana?Fernando Carrión M.

El tema de la seguridad privada tiene una presencia relati-vamente reciente en el país y en América Latina. Paradó-jicamente hace su entrada de la mano del incremento de

la violencia y de la reforma económica del Estado, a mediadosde la década de los años ochenta del siglo pasado.

La desregulación del Estado introdujo, no sólo en Ecuadorsino a nivel mundial, las condiciones mínimas para la privatiza-ción de la seguridad y para el desarrollo expansivo del crimenorganizado global (drogas, armas y trata de personas). Mientras el incremento de la violencia permitiójustificar su existencia -ante el descrédito de las instituciones y las fallas del sector público por contro-larla- el propio delito se modernizó y desarrolló raudamente.

Desde aquella época para acá se vive un crecimiento expansivo del mercado de bienes y serviciosprivados de la seguridad ciudadana. Según Frigo (2003)1 “En Latinoamérica, la seguridad privada es unsector económico en rápida expansión (…) En los últimos 15 años, como sector de la vida económi-ca la seguridad privada ha ganado un lugar de relevancia tanto en el mundo como en nuestra región(…) El mercado mundial de la seguridad privada tuvo el año pasado un valor de 85.000 millones dedólares, con una tasa de crecimiento anual promedio del 7% al 8%. (…) En Latinoamérica se estima uncrecimiento del 11%”.

Esta condición económica genera la presencia de un nuevo actor político que entra dentro de laseguridad ciudadana y lo hace desde una óptica distinta a la prestación del servicio: la rentabilidad delos capitales invertidos. En otras palabras, este sector penetra en la seguridad ciudadana desde una pers-pectiva absolutamente mercantil y ese solo hecho le otorga una cualidad inédita de actor relevante: porun lado, obtener ganancia compitiendo con el Estado, y por otro (si se tiene en cuenta que los efecti-vos de guardianía privada duplican en número a la Policía Nacional), constituirse en un actor políticodecisivo en momentos de seguridad pública, es decir, en la defensa del orden público interno.

Uno de los cambios trascendentales que introduce la oferta privada de seguridad tiene quever con la mutación siguiente: pasa de derecho universal que debe ser garantizado públicamen-te, a ser una mercancía producida por un conjunto indiscriminado de proveedores públicos yprivados. Es tan fuerte este mercado privado que –paradójicamente- el propio Estado tiene quedemandar estos servicios; de modo que, la principal demanda de guardianía privada en elEcuador proviene del propio sector público. Es más, con el proceso de concentración de capi-tales, como ocurre en todos los mercados, hoy este sector empieza a ser manejado por pocasempresas privadas, la mayoría de las cuales vienen desde fuera del país.

Así, la presencia del sector privado crea, primero, un mercado explícito y, segundo, una clarasegmentación del mismo. De este modo, mientras unos sectores reciben buena seguridad, otrosno pueden acceder a ella por los altos costos que tiene.

Con todo esto quedan tres preguntas centrales, primera: ¿Se ha mejorado la seguridad ciu-dadana con su presencia? Segunda: ¿Seguridad privada o privación de seguridad? Y tercera: ¿Elorden público en manos de sectores privados externos?

1 Frigo, Edgardo (2003). “Hacia un modelo de seguridad privada en América Latina”, Conferencia. Primer CongresoLatinoamericano de Seguridad Privada, Bogotá, 24-26 de septiembre. En: http://www.segured.com/index.php?od=2&article=526

EDITORIALPágina 1

ENTREVISTAControl estatal de la seguridad privada: aspecto imprescindible

para un óptimo servicioEntrevista a Alexei Páez

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Seguridad privada: contribuciónefectiva a la seguridad públicaEntrevista a Héctor Santacruz

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INTERNACIONALLa seguridad privada en

América Latina: un mercado en crecimiento

Andrea BetancourtPágina 3

TEMA CENTRALPrivatización y

seguridad ciudadanaGustavo Lalama

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MEDIOSSeguridad privada:

publireportaje en expansión

Jenny Pontón CevallosPágina 12

POLÍTICA PÚBLICAUna reorganización del control

de la seguridad privadaAlfredo Santillán

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Según su criterio ¿A qué razones se debe el augede la seguridad privada en los últimos años?El auge generalizado de la seguridad privada queviene ya desde los años 70, fue detectado por Um-berto Eco en su obra La nueva edad media; o sea,una feudalización en un contexto sumamente com-plejo, en una sociedad cadavez menos controlable porlos sistemas operativos pro-pios del Estado contemporá-neo, los cuales exigieron unaremodelación de las relacio-nes sociales y una disoluciónde los conceptos clásicos delo público y lo privado. Esopasó en los años 70 en Eu-ropa, en los años 80 en Amé-rica Latina y en el caso delEcuador es explosivo en losúltimos siete años, pues lascompañías de seguridad hantenido un índice de creci-miento de más del 11%anual, lo cual simplementemuestra la sensación de aco-so y la alta percepción de in-seguridad existente, que hallevado a una ruptura de la esfera pública y a latransformación de la seguridad en un evento priva-do. Esta situación choca con lo que es la estructu-ra básica y fundamental del Estado como poseedorde la violencia legítima, pues el rato en que la vio-lencia se privatiza, estamos en un claro ejemplo decrisis del Estado.

¿Considera que este fenómeno se produce debi-do a que el Estado no es eficiente en garantizar laseguridad ciudadana a la población?Sí, es una crisis del Estado, pero no en el tema dela seguridad como ámbito sobre-determinante, si-no que la seguridad es un problema subsidiario delo que tiene que ver con aspectos estructurales yre-distributivos; por ejemplo, el carácter de la rique-za, aspectos regionales diferenciados en términosde polos de desarrollo, entre otros. En el Ecuadorla seguridad privada se concentra fundamental-mente en Quito y Guayaquil, donde están los polosde desarrollo más fuertes, es decir, la seguridad pri-vada también obedece a una dinámica de diferen-ciación social y, es más, aporta a ésta contribuyen-

do a la formación de nuevas elites: aquellos que ac-ceden a ella y aquellos que no la tienen. Entoncestenemos una serie de cuestiones desde lo estruc-tural y socio-estructural porque no existe un mo-delo de desarrollo equilibrado, y el Estado ha per-dido la fisonomía institucional de sus capacidades

tradicionales de poder gene-rar cierto tipo de orden so-cial, o garantizar un orden so-cial mínimo en esta estructu-ra cambiante y absolutamen-te asimétrica.

El autor Adam Abelson1 plan-tea que la seguridad privadatiene externalidades positi-vas y negativas ¿Cuáles seríaa su criterio estos dos as-pectos? La negativa es que crea unanueva estratificación social,quién accede y quién no, abase del amurallamiento nosólo físico sino también sim-bólico, ya que amplios secto-res sociales son excluidos.Una externalidad negativa,

entonces, es esa: la seguridad privada aporta a unadiferenciación social crecientemente segmentada.Por eso el término de Edad Media de Eco es váli-do, o sea la seguridad se transforma en un hechoaristocrático.

Por otro lado, una externalidad positiva es quede pronto la seguridad privada podría aportar a laconvivencia social; pero sin embargo, esa seguridades pensada en términos puramente mercantiles, yen términos que no parten de lo que sería la cues-tión comunitaria, incluso puede tender a romperlas redes de solidaridad. La seguridad privada esuna respuesta absolutamente mercantil y propia deun espíritu que comienza a reinar en los años 70en las sociedades europeas, fundamentalmente, unsentimiento de acoso y una idea de que el merca-do puede suplantar las nociones básicas del Estado.Hasta donde yo sé, el Estado, si bien está en retro-ceso en muchas áreas, no puede remitir bajo nin-gún concepto lo que tiene que ver con el uso de

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Control estatal de la seguridad privada: aspecto imprescindible para un óptimo servicio

Alexei PáezProfesor – InvestigadorFLACSO sede Ecuador

El rato que se mercantiliza a la seguridad estamos

hablando de que un valor fundamental y central en laconstitución de la comunidadpolítica se transforma en unobjeto comercial.Yo pienso

que las externalidades negativas son muchísimas más

altas que aquellas positivas.

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1 Abelson, Adam. (2007). “Privatización de la seguridad en Chile”.Conferencia. Foro Privatización de la Seguridad. FLACSO sedeEcuador / MDMQ. 17 de octubre.

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la violencia legítima. El rato que se mercantiliza a laseguridad estamos hablando de que un valor fun-damental y central en la constitución de la comu-nidad política se transforma en un objeto comer-cial.Yo pienso que las externalidades negativas sonmuchísimas más altas que aquellas positivas.

¿Cuáles serían los controles necesarios para lasempresas de seguridad privada? La seguridad no es un servicio, es el fundamentomismo de la sociedad. En los términos más clásicosde la teoría política, la seguridad es lo que Hobbesen 1648 definió como Estado Moderno, el cual seconstruye sobre la dimisión de la soberanía detodos en el uso de la violencia. Actualmente, eseEstado está entregando toda su soberanía a laempresa privada, cuyo criterio no es la constitucióndel orden social o la unidad de la comunidad polí-tica, sino que sus intereses son puramente mercan-tiles. Entonces, yo creo que el Estado debe incre-mentar ostensiblemente los controles sobre estetipo de seguridad, ya que no puede ser tratada co-mo un aspecto meramente mercantil sino comoun tema sustantivo de la conformación de la socie-dad política, la comunidad nacional y la vida cotidia-na. Por lo tanto, mientras más controles tenga elEstado sobre estas empresas, mejor para la socie-dad y mejor para su operatividad; de esta manerase evitará que se desarrollen lógicas como el para-militarismo, cuyos orígenes pueden ser muy varia-bles. El rato que tenemos en este país 80.000 hom-bres con capacidades, tecnológicas de inteligencia yacceso a la información muy superiores a lo quetiene el mismo Estado, entonces estamos en unserio problema. En este sentido, el tema de la segu-ridad privada tiene que ser absolutamente contro-lado

CIUDAD SEGURA 19 - 2007 3

La seguridad privada en AméricaLatina: un mercado en crecimiento

Andrea Betancourt

La seguridad privada es un mercado que, a pesar de ser rela-tivamente joven en América Latina, ha crecido rápidamente.Actualmente emplea formal e informalmente a un impor-

tante grupo poblacional, y suple la creciente demanda de seguri-dad que las sociedades requieren y que el Estado moderno no lo-gra cubrir satisfactoriamente. El sector de la seguridad privada estácompuesto por varios tipos de servicios como son: seguridad, vigi-lancia, protección e investigaciones, los cuales son ofertados a ciu-dadanos/as individuales, empresas, instituciones y entidades guber-namentales, entre otros demandantes.

A nivel mundial, las empresas de seguridad privada han crecido subs-tancialmente. En el 2003 el mercado de este servicio alcanzó los 85.000millones USD, con una tasa de crecimiento anual del 7% al 8 %. En elmismo año, el país con el mercado más grueso en seguridad privada fueEstados Unidos, con un valor de 42.000 millones USD. América Latina esla región que más se ha expandido en esta actividad (del 9% al 11%) valo-rizándose en 4.000 millones USD durante el 2003. Esta región es tambiénuna de las que más personal intensivo emplea—parcialmente, a causa deuna falta de mayor incorporación tecnológica. En el sector formal, Brasiltiene un aproximado de 570.000 guardias, seguido por México con450.000, y en tercer lugar por Colombia con 190.000 vigilantes. Los paísescon el número más bajo de guardias legalmente registrados fueron Chile yPerú con 45.000 y 50.000 respectivamente. Así, a nivel regional, el númerode vigilantes en regla alcanza el 1.600.000; pero se estima, bajo “especula-ción fundada”, que existen alrededor de 2.000.000 de guardias informales;es decir, el sector de la seguridad privada emplea a 4.000.000 de personasen América Latina.

De acuerdo a lo que sostiene Edgardo Frigo (2003)1, dos de los gran-des problemas de la seguridad privada en América Latina consisten en lacreciente ilegalidad del sector y su falta de entrenamiento2. Las empresasilegales de seguridad privada del continente crecen a saltos más largos quelas legales. En Argentina y Brasil, por ejemplo, el número de guardias emple-ados informalmente supera a los formales; mientras que Chile, no ha logra-do identificar el número de guardias y de empresas ilegales que posee.Además, tanto la seguridad legal como la ilegal carecen de entrenamientoapropiado en toda la región (en cuanto a habilidades gerenciales y opera-tivas). La flexibilidad de la legislación de algunos países que no exigen nicontrolan niveles de capacitación, y la falta de disposición de los clientespara pagar costos más altos por guardias con entrenamiento, son situacio-nes que dificultan los procesos de capacitación dentro de las empresas deseguridad privada.

De este modo, considerando que este sector se halla en continuo cre-cimiento y posee una importante presencia en las dinámicas económicaslatinoamericanas y mundiales, el gran desafío al que está expuesto elEstado es la regulación de esta fuerza corporativa; pues si bien va cubrien-do las demandas de seguridad que exige la sociedad, también va superan-do la competencia estatal sobre la seguridad como bien público

1 Frigo, Edgardo (2003). “Hacia un modelo de seguridad privada en América Latina”,Conferencia. Primer Congreso Latinoamericano de Seguridad Privada, Bogotá, 24-26 deseptiembre. En: http://www.segured.com/index.php?od=2&article=526

2 Entre los diversos problemas que enfrenta la oferta de seguridad privada en AméricaLatina, Frigo destaca los problemas con las cobranzas, problemas normativos y la compe-tencia por el precio.

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En Irak se está dando una privatizaciónde la guerra que opera al margen delojo público. Según el Washington Post yLos Angeles Times, el número de agentesde seguridad privada contratados por elejército norteamericano y el Departa-mento de Estado supera el número desoldados del ejército militar. Actual-mente existen 100 compañías de segu-ridad privada insertas en el conflicto ira-quí, de las cuales la mitad actúan fuera

de la ley de ese país. El ejército militar estadou-nidense planea gastar 1,5 billones de dólaresen contratos a empresas de seguridad privadapara cubrir fundamentalmente cuatro tareas:protección de las bases norteamericanas, pro-visión de inteligencia para el ejército, seguridadpersonal para el cuerpo de ingenieros del ejér-cito estadounidense y protección para la re-construcción de convoyes.

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Antecendentes

El Estado y la inseguridad

Apartir de la década de los años 80 (década per-dida), en el marco de la crisis del Estado, ésteaparece reiteradamente en la opinión pública

como “ineficaz”, “obeso”, “gigantesco”, “improductivo”,“caduco”, “corrupto” y “voraz”2. Las empresas estatalesson constantemente cuestionadas y tildadas de ineficien-tes, incluidas aquellas responsables de garantizar a la ciu-dadanía el derecho a la seguridad.

Estos criterios han sido constantes y, en los últimosaños, han ido fortaleciéndose debido a los frecuentesactos de corrupción en los que se han visto envueltostanto miembros de la fuerza pública como de los orga-nismos de justicia y control estatal, con los consecuentesefectos en la impunidad, cada vez más generalizada.

En efecto, en los últimos años miembros de la PolicíaNacional y de las Fuerzas Armadas se han visto involucra-dos en actos de corrupción que han provocado la cen-sura general de su accionar. Según la encuestadoraCEDATOS, en un informe realizado a finales del 2006, laconfianza en la Policía Nacional bajó del 39% a un 23%,uno de los índices más bajos en el contexto latinoameri-cano.Asimismo, las Fuerzas Armadas, que en 1995 teníanun 76% de credibilidad, cayeron a un 54% en diciembredel 2006; es decir 22 puntos en 12 años.3

A pesar de que la Policía Nacional es la principal res-ponsable de garantizar la seguridad y el orden públicos4,es una de las que peor calificación obtiene en cuanto alservicio que brinda, pues según el Estudio deVictimización realizado por el Centro de Estudios SPEC-TRUM para el Municipio de Quito, el 68% de las perso-nas encuestadas calificaron su gestión como regular omala, mientras que el 72% afirmó que el servicio queofrecen las empresas de seguridad privada se consideraentre excelente y bueno (MDMQ – SPECTRUM 2004)5.

Una encuesta de victimización realizada por la FacultadLatinoamericana de Ciencias Sociales – FLACSO Ecua-dor, en el año 2003 demuestra también que en Quito,Guayaquil y Cuenca el 54% de encuestados/as culpa alGobierno del problema; mientras el 31.7% señala que laPolicía Nacional es la responsable. De igual manera, el50% cree que la solución se basa en endurecer las penasy aumentar los sistemas de vigilancia para disminuir la de-lincuencia. Ello explica que la solución emprendida hayasido el permanente incremento de seguridad privada ysus consecuentes dispositivos como alarmas, guardias,rejas, cámaras de televisión o blindajes.6

Agréguese al espectro presentado, que el Ecuador, aligual que muchos países de Latinoamérica, no cuenta conpolíticas de seguridad estatales y tampoco ha propiciadoestudios profundos o investigaciones que permitan com-prender el fenómeno delincuencial en forma global. Co-mo señala Andreina Torres,“existen pocas investigacionesque logren combinar la reflexión teórica y la recolecciónde datos empíricos”7, de ahí que las lecturas que se hacendel fenómeno de la delincuencia y la violencia en nuestropaís corran el riesgo de ser sobredimensionadas o erra-das.

Surgimiento de la privatización

En este contexto descrito, encontramos un Estado queha perdido legitimidad y que, en la práctica, ha dejado deser un garante de los derechos ciudadanos relativos a laseguridad. El sector privado aparece entonces como unade las alternativas de administración y gestión de lasempresas y servicios que están en manos del Estado.

Un estudio realizado por el autor Savas (1989)8, sos-tiene que el término privatización es relativamentenuevo, pues aparece por primera vez en 1983, en un dic-cionario inglés que lo definía como convertir en privado,especialmente traspasar una empresa o una industria delcontrol de la propiedad pública a la privada. Este concep-to, según el mismo autor, ha adquirido un significado másamplio: “la privatización es el acto de reducir el papel delgobierno, o aumentar la función del sector privado enuna actividad o en la propiedad de los bienes” (Savas,1989:17).

De esta manera, la privatización fue asumida comopolítica “rectora”, no sólo en Latinoamérica, sino en elmundo entero. Este presupuesto conceptual fue asumidoprincipalmente por organismos internacionales como elBanco Mundial y el Fondo Monetario Internacional -FMI,los cuales se constituyeron en entes protagónicos delproceso de privatización. Estas entidades se han maneja-do con una doble estrategia, por un lado, criticar alEstado y, por otro, sobredimensionar la eficacia de laempresa privada.

George Herbert Walker Bush9, ex presidente de losEstados Unidos, demostró ser un fervoroso defensor delas privatizaciones cuando en uno de sus discursos afirmóque “la privatización es una de las grandes fórmulas paralos años 90 y para el próximo siglo” (citado en Ojeda1992: 134)10.

FLACSO SEDE ECUADOR • PROGRAMA ESTUDIOS DE LA CIUDAD4

Privatización y seguridad ciudadanaGustavo Lalama1

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Gráfico 1Percepción sobre la Policía Nacional

Fuente: MDMQ – SPECTRUM 2004

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El director académico del Centro de Investigacionessobre Libre Empresa, Roberto Salinas, reconoció duranteun estudio de la privatización realizado en México, que elPrograma de desincorporación de las entidades estatalesiniciado por el presidente Miguel de la Madrid,“se elabo-ró oficialmente como parte de las condiciones impuestaspor el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacionaly otras instituciones acreedoras, a cambio de una reduc-ción importante de la deuda” (Ojeda 1992: 134).

Entre los criterios orientadores para la privatizaciónde las empresas argentinas se encontraba que ésta debeempezar por los núcleos centrales de la estructura delEstado, principalmente los sectores invadidos por esteaparato, como por ejemplo la energía, el transporte y lascomunicaciones. Cabe enfatizar que en la década de losaños 90 no se consideró al sector de la seguridad den-tro del proceso privatizador, y mucho menos se pensóen la seguridad privada. El fenómeno del incremento dela empresa privada de seguridad, surge como resultadode la brecha entre las expectativas de seguridad quedemanda la ciudadanía y el que consideran debe brindar-les la Policía Nacional.

A partir de la década de los años 90, frente al cre-ciente índice delictivo, la ciudadanía optó por resolver elproblema por sus propios medios. La respuesta inmedia-ta a esta demanda la dieron ex miembros de las FuerzasArmadas y de la Policía creando empresas que ofrecíanla seguridad como un servicio remunerable. En efecto,con los conocimientos adquiridos en el tiempo de servi-cio, antiguos miembros de la fuerza pública, crearonempresas que brindan un servicio alternativo de seguri-dad ciudadana más efectivo que el proporcionado por elEstado; así lo señaló, Edgardo Frigo (2003)11 durante elprimer Congreso Latinoamericano de Seguridad.

Los sectores con capacidad de pago pudieron en-frentar el problema de la inseguridad mediante la contra-tación de los servicios ofrecidos por las empresas deseguridad privada, mientras quienes carecen de poderadquisitivo continúan presionando al Estado para que seaéste el que disminuya los índices de violencia y delin-cuencia.

Los efectos sociales de este proceso serán analiza-dos más adelante, sin embargo, cabe destacar que estaprivatización significó la subordinación del ejercicio de underecho, a la capacidad adquisitiva de determinados sec-tores sociales.

La situación de la seguridad en el Ecuador

En el año 2007 se ha dado un leve aumento de muertespor causas externas en la ciudad de Quito. En total se hanregistrado 46 fallecidos/as más que en el año 2006, loscuales representan el 8.9%. El mayor incremento se tuvoen las muertes por accidentes de tránsito, con aproxima-damente un 35%; existiendo también una importante dis-minución en el número de homicidios, 27 casos con res-pecto al 2006, lo que representa un 22% (OMSC 2007)12.

De acuerdo al Noveno Informe del ObservatorioMetropolitano de Seguridad Ciudadana del Municipio deQuito - OMSC, el mayor porcentaje de muertos se hallaentre las edades de 16 y 30 años, los mismos que sonvíctimas en horas de la noche y madrugada. Estas muer-tes ocurren básicamente por asaltos, robos, venganza yriñas. Las armas utilizadas en mayor porcentaje para elcometimiento de este delito son las armas blancas, segui-das por las armas de fuego (OMSC 2007: 64).

De igual manera, las denuncias por delitos contra lapropiedad han subido durante el 2007, sin embargo, este

aumento no significa que el delito se ha incrementado,sino más bien que la población denuncia con mayor fre-cuencia debido a la existencia de lugares de recepción dedenuncias cercanos a su entorno.

A pesar de ello, la ciudadanía experimenta un preo-cupante aumento de la percepción del riesgo, que nonecesariamente tiene una relación coherente con la rea-lidad. De hecho, de acuerdo con el OMSC, pese a quealgunos delitos e índices de inseguridad han crecido, losactos que más amenazan la vida de los quiteños son losaccidentes de tránsito.

Percepción de inseguridad y criminalidad real

Debería existir una relación positiva entre el porcentajede personas que hablan sobre inseguridad y la criminali-dad real, sin embargo, al explorar la correlación entreambas variables no se encontró una asociación estadísti-ca robusta entre los datos. Esto quiere decir que la per-cepción de inseguridad no está asociada a la criminalidadreal (MDMQ – SPECTRUM 2004).

El antropólogo Carlos Ossa, en una entrevista paraDiario El Comercio13, sostiene que el siglo XX fue laépoca del miedo, ya que en ese tiempo se produjeronlos más grandes adelantos tecnológicos, pero también sedesarrolló el mayor temor a la inseguridad, y enfatizaque el auge de nuevos delitos no necesariamente alteralas rutinas de los ciudadanos, sino más bien las percep-ciones de que pueden convertirse en una víctima másde las nuevas modalidad de delito (Diario El Comercio2007).

CIUDAD SEGURA 19 - 2007 5

Cuadro No. 1Muertes por causas externas

Tipo de muerte TOTAL ENERO - JUNIIO VARIACIÓN ABSOLUTA VARIACIÓN PORCENTUAL

2004 2005 2006 2007 2004-05 2005-06 2006-07 2004-05 2005-06 2006-07

Homicidio 122 96 125 98 -26 29 -27 -21,31 30,21 -21,60

Suicidio 64 63 87 88 -1 24 1 -1,56 38,10 1,15

Accidentes de tránsito 192 176 170 229 -16 -6 59 -8,33 -3,41 34,71

Accidental 115 103 120 131 -12 17 11 -10,43 16,50 9,17

Violenta por determinar 4 16 5 2 12 -11 -3 300,00 -68,75 -60,00

Indeterminada 8 5 8 13 -3 3 5 -37,50 60,00 62,50

Total 505 459 515 561 -46 56 46 -9,11 12,20 8,93

Fuente: Departamento Médico Legal - 2007Elaborado por: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana - OMSCDatos sujetos a variación

Cuadro No. 2Comportamiento mensual de muertes por accidentes de tránsito

Mes Año 2006 Año 2007 Variación absoluta Variación porcentual

Enero 33 46 13 39,39

Febrero 19 29 10 52,63

Marzo 37 48 11 29,73

Abril 19 36 17 89,47

Mayo 34 40 6 17,65

Junio 30 30 0 0,00

TOTAL 172 229 57 33,14

Fuente: Departamento Médico LegalElaborado por: Observatorio Metropolitano de Seguridad CiudadanaDatos sujetos a variación

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El miedo no sólo ha producido cambios en los hábi-tos de las personas, sino que ha llevado a que éstas asu-man medidas de diversa naturaleza para protegerse.Algunas ocasiones, las respuestas son de carácter públicono gubernamental, los vecinos en los barrios se organizanen comités o brigadas de seguridad, con la finalidad degenerar espacios de participación activa para auto prote-gerse. De ahí que esa sensación de inseguridad generali-zada provoque reacciones antes impensables, como ellevantamiento de muros y la instalación de puertas yguardias en las calles. Los linchamientos y la práctica dejusticia por mano propia son un efecto preocupante deesa desconfianza, pues son una respuesta violenta a lamisma violencia que la población denuncia.

Estos cambios provocados por el temor y las accio-nes asumidas por la ciudadanía, pueden provocar contra-dicciones en las formas básicas de interacción social, ex-presándose en reacciones de distanciamiento de los gru-pos sociales, limitar las relaciones comunitarias, exclusióno discriminación social, excesiva suspicacia o sigilo. Laadopción excesiva de medidas “preventivas” en las rela-ciones e interacciones sociales cotidianas, afectan las re-des sociales especialmente por cuanto vulneran las posi-bilidades de cooperación y la solidaridad. Los posiblesefectos de esta realidad expresada en la desconfianza,puede conducir en el futuro a un debilitamiento de losvínculos sociales, la tendencia a confiar cada vez más enel ámbito privado puede además producir un impactonegativo en la vida democrática y la participación ciuda-dana en los asuntos públicos.

La seguridad privada: características

La seguridad privada es un sector que está compuestopor una gran cantidad de actores individuales y organiza-cionales que crecen en forma exponencial, las cuales am-plían los servicios de seguridad, vigilancia, protección, in-vestigaciones y otros; relacionados a particulares, institu-ciones, empresas, instalaciones del gobierno y demás sec-tores que demandan sus servicios.

Según información de especialistas en este sector, laseguridad privada cubre especialmente cuatro segmen-tos del mercado: la vigilancia física, seguridad electrónica,transporte de fondos y alarmas residenciales. El sectortambién incluye múltiples servicios afines entre los quese pueden anotar los siguientes: (i)larmas (fabricación,provisión, instalación) y monitoreo; (ii) automación deedificios; (iii) blindaje de edificios y vehículos; (iv) circui-tos cerrados de televisión; (v) comunicaciones; (vi) cons-trucción y gestión de cárceles; (vii) consultoría y audito-ria; (viii) control de accesos - productos y servicios; (ix)custodia de mercadería en tránsito; (x) diseño e ingenie-ría de seguridad; (xi) fabricación de insumos de vigilan-cia; (xii) fabricación de insumos electrónicos; (xiii) ges-tión del riesgo; (xiv) identificación - productos y servi-cios; (xv) iluminación y señalización - productos y servi-cios; (xvi) investigaciones; (xvii) seguridad de eventos(ferias, congresos, conferencias); (xviii) seguridad de me-dios de difusión (periódicos, revistas, televisión, Internet);(xix) prevención de pérdidas; (xx) protección contraincendios; (xxi) protección personal y guardaespaldas;(xxii) seguridad bancaria y financiera; (xxiii) seguridadcon canes; (xxiv) seguridad contra robos y secuestros;(xxv) seguridad de espectáculos; (xxvi) seguridad de lainformación; (xxvii) seguridad de las comunicaciones;(xxviii) seguridad del trabajo; (xxviii) seguridad del trans-porte; (xxix) seguridad turística; y, (xxx) seguridad vial,entre otras (Frigo 2003).

Frente a las complejas características de la inseguri-dad, la “oferta” es cada vez más amplia, lo cual ha impul-sado un proceso sostenido de crecimiento, abarcando demanera intensiva a sectores que requieren aplicacionestecnológicas orientadas a la seguridad.

Internacionalmente, el crecimiento de este sector hasido tan acelerado que muchas de las pequeñas empre-sas que prestan este servicio, están siendo gradualmenterelegadas por las grandes multinacionales (como porejemplo Securitas o Segurity and Intelligence AdvicingSIA); principalmente porque la capacidad de adquirir tec-nología de punta y de capacitar al personal en estrategiasde seguridad especializadas, son superiores al de lasempresas pequeñas.

En el Ecuador, esta tendencia está apareciendo y po-demos ver varias multinacionales de seguridad privadaofreciendo sus servicios en el mercado local, por lo quees posible que en el futuro las empresas nacionales deseguridad sean cada vez más relegadas.

Por otra parte, paradójicamente, ante la incapacidadestatal de hacer frente a la delincuencia, las entidadespúblicas se han visto en la necesidad de contratar seguri-dad privada, probándose así que el Estado no tiene lacapacidad de cubrir su propia demanda de seguridad. Unejemplo de ello, es la gestión realizada por la Municipa-lidad de Guayaquil, la cual puso en marcha el “Plan MásSeguridad”, como una contribución local y de la empre-sa privada, para proveer a los guayaquileños de un dere-cho que el Estado no garantiza. Se ha tornado normalobservar guardianía privada realizando actividades de se-guridad y control de accesos en los diferentes ministeriosy otras instituciones e instalaciones estatales.

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Gráfico 2Correlación entre percepción de inseguridad y criminalidad real

Fuente: MDMQ – SPECTRUM 2004

Gráfico 3Recaudación fiscal de las empresas de seguridad y vigilancia privada2000-2005

Fuente: SRI 2006 - Ciudad Segura No. 7

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Así, de los sectores que mayoritariamente contratanseguridad privada, los organismos públicos son los queocupan el primer lugar, seguidos de las grandes corpora-ciones, medianas y pequeñas empresas; y personas parti-culares.

Esto se explica, entre otras cosas, por qué las empre-sas de seguridad privada han superado tanto en efectivoscomo en capacidades, procedimiento y tecnología depunta, a los servicios que prestan los organismos estatalescomo la Policía. De acuerdo a lo afirmado por Pontón(2006) “el número de vigilantes registrados oficialmente enel año 2005 fue de 40.368, el cual supera considerablemen-te a los 36.907 policías nacionales existentes en este mismoaño” (Pontón 2006)14. Según algunas estimaciones, el núme-ro de guardias ya estaría llegando a 80.000 personas.

Asimismo, en 1990 la Superintendencia de Com-pañías tenía registrada 54 empresas (0.56 empresas porc/100 mil personas); en 1995 el número aumentó a 163;mientras en el 2000 la empresas llegaron a 328. A partirde ese periodo el número creció en 117% en los próxi-mos 6 años, hasta llegar a 849 empresas. De este modo,del total de compañías privadas registradas hasta el 2006,el 51.70% estaba en la provincia de Pichincha y el 28.26%en el Guayas (Pontón 2006).

El Servicio de Rentas Internas - SRI registró un au-mento de las recaudaciones en los impuestos directos eindirectos relacionados con la seguridad privada. En el2000 se recaudaron 3´274.485 dólares; en el 2005 lacifra se triplicó a 11’440.415, es decir existió una tasa decrecimiento anual de 28.4% (Pontón 2006).

En el Ecuador, la seguridad privada, al igual de lo quesucede en todo el mundo, es un sector económico enrápida expansión, que con un adecuado control y coordi-nación, puede contribuir de modo sustancial a cubrir lascrecientes necesidades de seguridad de nuestra sociedad

El papel del Estado y el Gobierno local

Frente al crecimiento de la industria de vigilancia privadaen el caso del Ecuador, el control de su actividad actual-mente representa una tarea compleja. Ante esta exigen-cia el Ministerio de Gobierno y la Policía Nacional crea-ron el Departamento de Control de la Vigilancia y Se-guridad Privada - COSP, ente encargado de controlar elcorrecto funcionamiento y accionar de las Compañías yEmpresas de Seguridad Privada que están legalmenteconstituidas; así como conocer y actuar frente a la exis-tencia de seudo compañías que laboran al margen de laLey. Estas empresas ilícitas, ante la demanda de seguridadpor parte de la ciudadanía, han incursionado en la pres-tación de este servicio en forma empírica y peligrosa,contratando personal de guardias sin ninguna prepara-ción y conocimiento en materia de seguridad, convirtién-dose en una amenaza para la sociedad.

El COSP tiene la atribución de clausurar estas em-presas de forma inmediata y definitiva a través de laIntendencia General de Policía por disposición del Minis-terio de Gobierno, y a pedido de la Inspectoría Generalde Policía Nacional - con las sanciones pertinentes a suspropietarios y administradores, de conformidad con laLey.15 Sin embargo, en la realidad, se hace cada vez máscomún observar personal de guardias privados, que noreúnen las condiciones de capacitación, filiación y perte-nencia a empresas legalmente constituidas y supervisadasadecuadamente por los entes de control. Como conse-cuencia de esta realidad, no son pocos los casos en losque se han registrado robos o incidentes delictivos inclu-so con hechos de sangre en los que han estado involu-

crados vigilantes privados. Esta circunstancia tiende aincrementar la percepción de temor de la ciudadanía res-pecto de las opciones a su alcance para solucionar las de-ficiencias oficiales de seguridad.

Marco legal

Ante el crecimiento inminente de la seguridad privada, elEstado ecuatoriano optó por regular a las empresas queprestan este servicio mediante la emisión de una Ley deVigilancia y Seguridad Privada que consta en el registrooficial No. 130 del 22 de Julio del 2003. En ella, se esta-blece que “las compañías de vigilancia y seguridad priva-da estarán sujetas al control y vigilancia del Ministerio deGobierno y Policía, conjuntamente con la Superinten-dencia de Compañías de conformidad con la Ley deCompañías” (Artículo 17)16, sin embargo, no existe un re-glamento para controlar y monitorear el trabajo de estasempresas y, aunque la ley existe hace más de cuatroaños, no se cumple.

La demanda de seguridad privada va en aumento, amedida que los delitos se multiplican y el temor a ser víc-timas de la delincuencia crece; por ende, la creación deempresas que ofrece este servicio también se multiplica.

En el país no hay un control efectivo de la situaciónlegal de las empresas de seguridad privada, lo que facilitala creación y el funcionamiento clandestino de éstas, pesea que en las disposiciones generales, numeral 8, estamisma Ley establece que “las empresas que no esténconstituidas legalmente y que, en forma clandestina, pres-ten servicios de vigilancia y seguridad privada serán clau-suradas en forma definitiva, sus propietarios y/o adminis-tradores serán sancionados de conformidad con la ley; y,sus armas y equipos serán confiscados”.

Tampoco se controla las condiciones de trabajo desus miembros, a pesar de que el artículo 13 de la men-cionada Ley señala que “el personal de las compañías devigilancia y seguridad privada, en sus relaciones laborales,estará sujeto a las disposiciones del Código del Trabajo”.Algunas de las personas que trabajan para las empresasclandestinas no tienen las garantías necesarias para cum-plir su labor y en muchos casos son subcontratadas.

Ocurre también que, frente a la creciente demandade seguridad privada, las empresas que ofrecen estosservicios tienden a contratar personal que no tiene unconocimiento mínimo en temas de seguridad. Los costosde capacitación para el personal no son asumidos por lasempresas ni por quienes los contratan, por lo tanto, elservicio que ofrecen se ponen en duda, en términos deeficiencia17.

Esto incumple con la Ley de Vigilancia y SeguridadPrivada que en su artículo 4 señala que para la contrata-ción del personal los requisitos a cumplirse son:“ser cali-ficado y seleccionado previamente por la compañía em-pleadora, de acuerdo a su competencia, experiencia yconocimientos respecto de la función o actividad a de-sempeñar; acreditar la cédula militar y; haber aprobadocursos de capacitación en seguridad, dictados por profe-sionales especializados”.

Por otra parte, frente a la creciente percepción deinseguridad, los barrios o grupos de vecinos asumen me-didas rudimentarias que buscan de alguna manera mejo-rar las condiciones de seguridad en su vecindario18. Estatendencia nos muestra que la ciudadanía no sólo cons-truye percepciones de inseguridad sino que tambiéntienden a construir percepciones de seguridad.

Esta serie de irregularidades permite entrever que laprivatización de la seguridad en el país es un tema queno forma parte de la agenda institucional del Estado y

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que el camino a recorrer para garantizar la seguridad ciu-dadana a toda la población, aún está pendiente.

Papel del municipio de Quito – MDMQ

Desde finales del siglo pasado, diversos sectores de la socie-dad demandaron la necesidad de otorgar un mayor reco-nocimiento al importante papel que los municipios vienenasumiendo en la vida política de nuestro país. Esta deman-da estuvo impulsada por los procesos de urbanización y, elincremento y transformación de la violencia en la región.

La incompetencia del Estado en garantizar la seguri-dad ciudadana ha hecho que los gobiernos locales asu-man la responsabilidad de proteger a la población. Laactual regulación de las competencias municipales enmateria de seguridad pública, se encuentra contempladaen las reformas a la Ley Orgánica de Régimen Municipal19

de agosto de 2005. Esta Ley incluye varios temas funda-mentales para la Gestión Municipal y, específicamentesobre el tema de la seguridad ciudadana establece losiguiente: colaboración y coordinación con la Policía Na-cional en protección, seguridad y convivencia ciudadana.Incorporación de un parágrafo sobre protección, seguri-dad y convivencia ciudadana, conforme al cual, la adminis-tración municipal, cooperará y coordinará con la PolicíaNacional en (i) la formulación de políticas locales; (ii)coordinación para la seguridad; (iii) contribución al finan-ciamiento de la seguridad ciudadana; y, (iv) participaciónen los procesos de evaluación, así como, elaboración deplanes de protección a la población en riesgo.

Con este antecedente y sobre la base de la institu-cionalidad creada en el Municipio del Distrito Metropoli-tano de Quito, en febrero del 2007 se expidió la Orde-nanza de Seguridad y Convivencia Ciudadanas20, cuyo ar-tículo dos sobre uso de los espacios públicos en lo refe-rente a la seguridad privada, fundamentalmente estable-ce lo siguiente:

“…las compañías de seguridad privada debidamenteautorizadas para operar, se limitarán a prestar servi-cios de vigilancia en espacios privados, quedandoreservadas las actividades de control en los espaciospúblicos a la fuerza pública y a la Policía Municipal,cada una en sus respectivas áreas de competencia.Los guardias privados podrán permanecer en espa-cios públicos si cuentan con la autorización conferidapor la respectiva administración zonal, para lo cualdeberá justificarse que esa presencia es imprescindi-ble para cumplir las labores de vigilancia comprendi-das en el contrato respectivo. La autorización estable-cerá con claridad el área dentro de la cual podránprestar sus servicios los guardias privados, siendoprohibido para ellos realizar labores de guardianía opermanecer armados fuera de ese espacio, salvocasos de emergencia.”

Además, esta ordenanza contempla aspectos relaciona-dos con la autorización para la instalación de casetas opuestos de control y la necesidad de que los guardiaspertenezcan a empresas debidamente autorizadas. Así, elincumplimiento de las disposiciones contempladas, seconsiderarán como uso indebido del espacio público;cabe señalar que se excluye aquellos servicios de seguri-dad privada en los cuales se utilizan vehículos a motor.Por otro lado, esta ordenanza establece ciertas políticasde seguridad y convivencia ciudadana, y lo más importan-te, determina los mecanismos de gestión, seguimiento,control y generación de políticas para el DistritoMetropolitano y la participación ciudadana.

Conclusiones

La ineficiencia estatal para afrontar la delincuencia, ha im-pulsado la tendencia ciudadana de involucrarse a travésde diversas formas de participación, entre las que se vi-sualiza la contratación de seguridad privada por parte deciertos sectores. De esta manera, la visión tradicional queconsideraba a la Policía Nacional y la Justicia como únicosactores en el diseño y aplicación de políticas de seguri-dad ha sido superada.

El creciente incremento de servicios privados comoalternativa para lograr mejores niveles de seguridad obje-tiva y subjetiva, demanda de las instituciones oficiales unarelectura de este tema desde una perspectiva ciudadana,sobre todo evaluar el impacto de la inseguridad en losprocesos de democratización y fortalecimiento de las re-des sociales.

Si bien los datos cuantitativos respecto de la emer-gencia de la seguridad privada son importantes, es nece-sario profundizar su investigación a través de un enfoquecualitativo que permita desentrañar aquellos aspectosrelacionados con la conducta y representación de acto-res, no sólo desde la perspectiva de la desconfianza ciu-dadana en las instituciones del Estado, sino también res-pecto de la desconfianza de la ciudadanía entre sí.

La participación de la colectividad se evidencia a tra-vés de varias alternativas puntuales como alarmas comu-nitarias, brigadas y comités de seguridad, seguridad priva-da, las que no significan necesariamente espacios deconstrucción de ciudadanía.

La seguridad privada se ubica fundamentalmentecomo una opción de los sectores económicos con posi-bilidades de acceder a este servicio, mientras aquellossectores que no cuentan con recursos económicos, hanoptado por intensificar la demanda de seguridad al Es-tado y al Gobierno Local, a la vez que han optado poracciones de justicia paralela o por mano propia. Es nece-sario que el Gobierno defina la relación entre las empre-sas privadas de seguridad y la Policía Nacional, con el pro-pósito de alcanzar adecuados niveles de coordinaciónque viabilice el apoyo de la empresa privada al logro deuna seguridad eficiente, contribuyendo de manera efecti-va a la seguridad ciudadana.

La labor de la seguridad privada, por sus atribucioneslegales, es fundamentalmente de carácter preventivo ypropicia el alejamiento de la delincuencia hacia otros sec-tores sin vigilancia.

Frente a la creciente demanda de seguridad privadacomo alternativa de seguridad individual y de la comuni-dad, es necesario reflexionar respecto del rol de las insti-tuciones públicas responsables de esta competencia. Laimposibilidad del Estado de garantizar la seguridad a tra-vés de sus instituciones está atentando su legitimidad.

La presencia creciente de guardias privados en elentorno ciudadano, es una señal clara de que el Estadova perdiendo el monopolio del uso de la fuerza, cedien-do cada vez mayores espacios a la empresa privada, cuyanormativa de control o está incompleta o no se cumple.

Perspectivas

Ante la presencia de un sistema de seguridad “paralelo”y frente a la posibilidad de que los guardias privados deseguridad hagan uso de la fuerza, se estaría vulnerando elprincipio del monopolio del uso de la fuerza por partedel Estado. Es necesario evaluar con mayor profundidadesta posibilidad, ya que las evidentes experiencias deotros países en el tema nos muestran que cuando surgen

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grupos paralelos, de similar o mayor tamaño que los delEstado, se corren riesgos inevitables. Esta situación setorna grave en el caso de nuestro país, por cuanto noexiste un marco legal y normativo adecuado que reguley controle por parte de las instituciones del Estado laactividad creciente de las empresas de seguridad privada.

Frente a las condiciones de inseguridad creciente yla inexistencia de que esta tendencia cambie, se prevé unincremento importante de la seguridad privada tanto enlo cuantitativo como cualitativo. En otras palabras, seincrementarán mayores contingentes de seguridad priva-da, apoyados cada vez más con nuevas tecnologías apli-cadas a la seguridad

Notas:1 Crnel SP, Director Ejecutivo de la Corporación Metropolitana de Seguridad

y Convivencia Ciudadana.2 En el estudio sobre privatización realizado por Lautaro Ojeda, los calificativos

mencionados aparecen en forma reiterada en la prensa ecuatoriana durantelos años 1990 a 1992. En Ojeda, Lautaro (1992). “Bondad y perversidad dela privatización. Opinión pública y publicada”. Quito: ILDIS.

3 Diario Hoy (2007). En el país crece confianza en la familia. 20 de febrero, pági-na 6 a.

4 Constitución Política de la República del Ecuador (1998). Artículo 183.5 MDMQ – SPECTRUM (2004). Estudio de victimización en el DMQ. Quito:

Corporación Metropolitana de Seguridad Ciudadana.6 Diario Expreso (2007). Aumento de vigilancia no bajó índices. 8 de abril. P.

39-40.7 Torres,Andreina (2006) “La seguridad ciudadana en Ecuador un concepto en

construcción: Estado del arte de investigaciones producidas entre los años2000 y 2004”. Quito: FLACSO. Documento electrónico: http://www.flacso.org.ec/docs/estadoarte.pdf

8 Savas, E.S. (1989). Privatización: la clave para un gobierno mejor. México:Ediciones Gernika

9 Periodo 1989-1993.10 Ojeda, Lautaro (1992). Bondad y perversidad de la privatización, opinión públi-

ca y publicada. Quito: ILDIS.11 Frigo, Edgardo (2003). “Hacia un nuevo modelo latinoamericano de seguri-

dad privada: Los nuevos desafíos en la región”. En Primer CongresoLatinoamericano de Seguridad. Bogotá, 24 al 26 de septiembre. Documentoelectrónico: http://www.monografias.com/trabajos15/seguridad-priv/seguri-dad-priv.shtml

12 Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (2007). NovenoInforme (versión preliminar). Quito: MDMQ (octubre)

13 Diario El Comercio (2007: 26). El miedo altera la conducta en las urbes. 11 defebrero.

14 Pontón, Daniel (2006). “La privatización de la seguridad en Ecuador: impac-tos y posibles escenarios”. Boletín Ciudad Segura. No. 7. Quito: FLACSO.

15 La Ley de Vigilancia y Seguridad Privada Art. 17 y 19 establece que las orga-nizaciones de vigilancia y seguridad privada, estarán sujetas al control y vigi-lancia del Ministerio de Gobierno y Policía a través del Departamento deControl de la Vigilancia y Seguridad Privada de la Inspectoría General de laPolicía Nacional COSP, Superintendencia de Compañías y deTelecomunicaciones dentro de sus respectivas competencias. Para el cumpli-miento de sus funciones el COSP coordina con la Inspectoría General de laPolicía Nacional, Ministerio de Gobierno, Intendencia General de Policía,Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Superintendencia deTelecomunicaciones y Superintendencia de Compañías en lo pertinente; enlas provincias con las respectivas gobernaciones y las unidades militares de laplaza, encargadas del control de armas.

16 Congreso Nacional del Ecuador (2003). Ley de Vigilancia y Seguridad Privada.En: http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/judicial/PAGINAS/Ley.Vig.Seguridad.Privada.htm

17 Al respecto, según el Presidente de la Asociación Nacional de Empresas deSeguridad Integral e Investigación del Ecuador - ANESI, esta organizaciónmantiene desde hace tres años un convenio interinstitucional con el Institutode Capacitación de Seguridad Integral y Asesoramiento - INCASI para capa-citar a los empleados de casi 300 empresas afiliadas a ANESI en todo el país,lo que representa sólo el 35% de las empresas legales (ya que es de libre afi-liación).

Según Marco Heredia, Director de INCASI, esta institución cuenta con unconvenio con la Escuela Politécnica Javeriana, a través del cual realizan almenos tres cursos al mes en diferentes áreas y enfocados a cada empleado:“tenemos cursos específicos para guardias, supervisores, gerentes de seguri-dad, y jefes de investigación”. Según Heredia, el objetivo es la profesionaliza-ción de los guardias de seguridad. Enfatizó que “ser guardia debe ser consi-derado como profesión y como tal debe ser tratado. En otros países hayvarias escuelas para seguridad privada y hay requisitos en cuanto a la prepa-ración de los guardias, aquí, el marco legal es muy permisivo y lo que trata-mos es de estimular los perfiles, destrezas y habilidades que debe tener unguardia profesional”.

18 En la ciudadanía abundan guardias de seguridad de compañías piratas, quetrabajan mediante acuerdos con los propietarios de viviendas y cumplen estalabor a cambio de almuerzos o el café de la tarde.

Por ejemplo, una señora (que prefirió guardar su identidad) vive al nortede la ciudad y el guardia de su cuadra cuida cerca de 20 casas sólo a cambiode 30 dólares mensuales más su almuerzo diario.

El Presidente de ANESI, Fernando Freile, asegura que este tipo de casosson comunes en la ciudad de Quito y que el mayor perjudicado va a sersiempre el usuario/a, porque no puede reclamar ante la Ley cualquier errorde la compañía pirata.

19 Congreso Nacional del Ecuador (2005). Ley Orgánica de Régimen Municipal.Quito. En:http://www.amume.org/archivos/Ley_Organica_de_Regimen_Municipal_Codificada.pdf

20 MDMQ (2007). Ordenanza Metropolitana 0201, Registro Oficial Nº 84. 15de mayo. Disponible en www.quito.gov.ec

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Valores de mercado y tasas de crecimiento de la seguridadprivada en el mundo (2003)

Fuente: Frigo, Edgardo (2003). “Hacia un modelo de seguridad privada en América Latina”. En:http://www.segured.com/index.php?od=2&article=526Elaboración: Gustavo Durán

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¿Cree usted que la seguridad privada y la públicapueden trabajar en coordinación por los mismosobjetivos?Sí, hay un mismo objetivo de carácter nacional ocomunitario pero con diferentes conceptos y diferen-tes operaciones, filosofía y doctrina; pero siempre ten-dientes a conseguir un mismo fin: el de minimizar losriesgos la inseguridad en la ciudad y en todo elEcuador.

¿De qué manera piensa ustedque el sistema de seguridadpública puede beneficiarse delos sistemas de seguridad pri-vada? La seguridad pública no puedeestar en ciertos lugares endonde está la seguridad priva-da. Hay lugares inaccesiblespara la seguridad pública –esencialmente los de propie-dad privada que dan accesosólo a la seguridad privada. Sinosotros damos esta protec-ción a bienes y personas priva-das, automáticamente estamoscontribuyendo con la seguridadpública que no tiene acceso aellos, por imposibilidad a veceslegal o a veces cultural. En defi-nitiva, creo que la seguridad pri-vada sí contribuye directa o in-directamente con un grado deefectividad en beneficio de la seguridad pública.

¿Cómo explica la contradicción que existe entre laseguridad como bien público y la seguridad privadacomo bien accesible a sólo ciertos grupos de lasociedad?Bueno, yo no pensaría que hay una disyuntiva en esto.Ciertamente, la seguridad privada va ocupando espa-cios que va dejando la seguridad pública, pero no porpresión nuestra, sino por la falta de idoneidad del nú-mero de la fuerza pública o de los elementos queestán contribuyendo a la misma, quienes al ir abando-nando estos espacios permiten que la seguridad pri-vada los vaya ocupando. No hay contradicción, es unarelación hasta natural entre la seguridad pública y laprivada. Ahora, si la seguridad privada quisiera llegar alos estamentos de más bajos recursos se la puedesegmentar. A esos sectores podemos darle seguridadelectrónica comunitaria, pero privada, pues desafortu-nadamente la pública no responde con eficiencia. Estetipo de seguridad es sumamente barata y permite lacoparticipación de la seguridad privada y la población.

¿Considera que la existencia de un número muy ele-vado de guardias privados armados (80.000 aproxi-madamente), podría convertirse en una amenazapara la seguridad misma de la sociedad?

Jamás. Estamos hablando de 80.000 guardias a nivelnacional. Las armas no son asignadas a los guardiassino al puesto; hay un arma por puesto en el quetrabajan de tres a cuatro guardias normalmente. Escierto que estos guardias están usando el arma enel puesto, pero de acuerdo a la Ley de Vigilancia y

Seguridad Privada y a la Leyde Uso de Armas, ésta nopuede salir de ese lugar. Seríailusorio pensar que alguien lespueda reunir y crear una po-tencia de oposición a la fuerzapública. Jamás están concen-trados los guardias en un sololugar y no constituyen un peli-gro.

¿Existe una capacitación previade guardias?

No todos los guardias estáncapacitados. Tienen una ciertacapacitación de la actividad, nodel uso del arma. El empeñode CASEPEC es justamentecomenzar a capacitar sin quele cueste al guardia y sin que lecueste al empresario de eseguardia. Es una mínima parte la

que está en condiciones profesionales de tomar unaacción inmediata apegada a la ley y a la vida de laspersonas. Éste es el aspecto más preocupante delservicio de guardias, pues una cosa es la parte doc-trinaria y otra es la reacción humana en el momen-to de peligro.

¿Qué pasaría si por falta de capacitación, la reacciónde los guardias afecta la seguridad de terceros?

En ese caso la ley contempla un seguro para terceros.En eso estamos presionando nosotros como Cámara,pero no sale el reglamento a la Ley de Vigilancia ySeguridad Privada. En eso somos maduros, pensamosen beneficio de la sociedad, especialmente en la vidade las personas. Como Cámara, tenemos un plan parala capacitación que no demandará menos de diezaños. Cada curso se lo llevará a cabo en los días dedescanso de los guardias, pues no podemos restar eltiempo productivo de los trabajadores o de la empre-sa. El trabajador contribuye con su tiempo y nosotrosproveemos capacitación gratuita

FLACSO SEDE ECUADOR • PROGRAMA ESTUDIOS DE LA CIUDAD10

Seguridad privada: contribución efectiva a la seguridad pública

Héctor SantacruzPresidente CASEPEC

(Cámara de SeguridadPrivada del Ecuador)

Es cierto que estos guardiasestán usando el arma en elpuesto, pero de acuerdo a la Ley de Vigilancia y Seguridad

Privada y a la Ley de Uso de Armas, ésta no puede salir

de ese lugar. Sería ilusorio pensar que alguien les puedareunir y crear una potencia deoposición a la fuerza pública.

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CIUDAD SEGURA 13 - 2007 11CIUDAD SEGURA 19 - 2007

Sánchez, Juan Jesús (2001) Seguridad privada:apuntes y reflexiones. Primera Edición. España.193 pp. ISBN: 8488910312

El presente trabajo constituye un examen globalde las diferentes dimensiones que posee la seguri-

dad privada. Los contenidos informativos y formativos de estetexto, facilitan el acercamiento a la materia sin necesidad deamplios conocimientos jurídicos; asimismo, satisfacen las necesida-des de estudiosos y profesionales que requieran profundizar enalgunas cuestiones, o disponer de una visión estratégica de esteservicio, actualmente tan demandado. Después de una breve rese-

ña histórica, se estudian los distintos factores implicados en la misma ysu relación con el servicio policial (actividades, personal, dirección y ges-tión y, control de seguridad privada). Concluye con un análisis de las ten-dencias que marcarán el futuro de la seguridad privada en España y suscondicionamientos en el marco de la Unión Europea.

Button, Mark (2002). Private Policing. Institute ofCriminal Justice Studies, University of Portsmounth. UK:Willan Publishing. 176 pp. ISBN: 1-903240-52-2

En los últimos años ha habido un gran crecimiento de laindustria de la seguridad privada en el mundo occidental

debido a la preocupación existente por el incremento del riesgo y lainseguridad; al tiempo que ha habido un gran cambio en la estructura-ción de la policía debido a su fragmentación y pluralización. Este libropresenta un conciso y actual informe sobre policías privadas, situándo-las en el debate de las políticas generales. De modo que, Private Policingexamina los orígenes de la seguridad privada, el crecimiento de la lite-ratura que busca explicar este auge, así como las formas en que ha sidodefinido y clasificado este tema; incluyendo la industria comercial de laseguridad y las funciones policiales ejercidas por diferentes actorescomo: las fuerzas armadas, las autoridades locales, los departamentos deestado y los cuerpos policiales voluntarios.

ANESI Ecuadorhttp://www.anesiecuador.org/

FESESURhttp://www.caesi.org.ar/fesesur.htm

Foro de Profesionales Latinoamericanos deSeguridadwww.foroseguridad.com

Segured. El portal de la seguridadhttp://www.segured.com/index.php?od=19

Portal de la seguridad privadahttp://www.iseguridad.net/index.php?name=PNphpBB2&file=viewtopic&t=83

Infoseguridad: boletín digital de seguridadhttp://www.infoseguridad.com/

Boletín Sociedad Sin Violencia. PNUD Salvadorhttp://www.violenciaelsalvador.org.sv

Boletín + Comunidad + Prevención.Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana Chile:http://www.comunidadyprevencion.org/documentos.shtml

Revista Nueva Sociedad. Friedrich Ebert Stiftung Argentina:http://www.nuso.org/revista.php?n=207

La ausencia de políticas definidas en seguridad ciudadana porparte del Estado central, es uno de los factores fundamentalesque ha repercutido en la escasez de controles al crecimiento y

diversificación de los servicios que ofrecen las empresas de seguri-dad privada en el país. En este sentido, replantear teóricamente laregulación estatal de este servicio, que es por esencia un bien públi-co antes que un bien privado, resulta por demás obvio; sin embargo,su implementación práctica desentraña las debilidades y contradic-ciones del aparato burocrático estatal tal cual está estructurado en laactualidad.

Las compañías de seguridad privada están supeditadas a una seriede instituciones gubernamentales cuya coordinación ha demostradono ser la más eficiente. Como empresas con fines de lucro, dichascompañías están regidas por las instituciones de regulación económi-ca, como son la Superintendencia de Compañías y el Servicio deRentas Internas - SRI; como actividad que genera empleo tambiénestán sujetas a los controles de entidades como el Ministerio deTrabajo y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social - IESS; por elequipamiento que utilizan están bajo la tutela del Concejo Nacional yla Superintendencia de Telecomunicaciones; y por la especificidad delservicio que ofrecen, la seguridad, están supervisadas por el ComandoConjunto de las Fuerzas Armadas, El Ministerio de Gobierno, y laComandancia General de la Policía Nacional.

A pesar de este entramado de instituciones que controlan lasactividades de las empresas de seguridad privada, las preguntas y va-

cíos saltan a la vista. ¿Qué responsabilidad social deben tener lasempresas de seguridad privada cuando son uno de los actores que sebenefician del crecimiento de la violencia y la delincuencia? ¿Quécapacitación tienen los recursos humanos que ejercen este oficio? ¿Suinstrucción se limita a cuestiones instrumentales, manejo de armas,tecnología, inteligencia, etc.? ¿Qué disposiciones y facultades tiene estepersonal para el uso de la fuerza represiva y el control del ordenpúblico? ¿Por qué no existe un organismo que agrupe y represente losintereses y necesidades del personal de guardianía privada?

Estas son sólo algunas de las preguntas posibles ante el escenariodel actual crecimiento del servicio de seguridad privada. El criteriopara repensar las regulaciones no debería buscar un control fiscalista-impositivo, sino al contrario direccionar el servicio de seguridadprivada hacia un bien colectivo y no exclusivamente particular,tanto de las empresas dedicadas a este negocio como de losclientes que pueden dotarse de mayores protecciones. Paraesto es indispensable una instancia nacional encargada de la“gobernanza” de la seguridad ciudadana en donde se articuleny efectivicen las múltiples instancias de control; por más lideraz-go que tomen los gobiernos locales en el ámbito de la seguri-dad, este bien público rebasa ampliamente sus competencias,por ende, sin un paraguas general (estatal) que establezca lasreglas del juego, será imposible situar el aporte de las empresasde seguridad privada dentro del amplio rompecabezas queconstituye la seguridad ciudadana

Una reorganización del control de la seguridad privadaAlfredo Santillán

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FLACSO SEDE ECUADOR • PROGRAMA ESTUDIOS DE LA CIUDAD12

Durante el 2006 las noticias que difundie-ron los principales diarios del Ecuadorsobre seguridad privada, se centraron

básicamente en la descripción de diferentes actosdelictivos que involucraban a guardianes en situa-ciones dicotómicas, es decir, como víctimas o victi-marios. Como se analizó en el boletín Ciudad

Segura No. 7 este enfoqueconstituyó un punto de vistareducido de la vigilancia pri-vada, ya que si bien reflejabalas condiciones de inseguri-dad que caracteriza la pres-tación de este servicio en elpaís, nunca explicó el con-texto legal, político y socialen que crece aceleradamen-te la industria de la seguri-dad privada en el Ecuador;sector que además estácompuesto por una grancantidad de otros serviciosque no se consideraron enla información proporcio-nada.

Un año después, vemosque el tratamiento de estetema prácticamente no seha modificado en los diariosnacionales, pues la informa-ción continúa centrándoseen la narración de delitosque de una u otra manera

implican a guardias en peligrosos acontecimientosurbanos, ya que en general todos los casos presen-tados se vinculan a muertes donde los vigilantesmatan o son asesinados. No obstante, en el 2007también se han realizado difusiones que hacenreferencia a otros servicios que existen en el mer-cado, como por ejemplo guardaespaldas y diferen-tes dispositivos de protección de viviendas. En elprimer caso, las noticias se enfocan fundamental-mente en resaltar la difícil, arriesgada y eficiente

tarea que cumplen quienes se encargan de brindarresguardo personal; mientras en el segundo caso, lainformación se orienta a promocionar productos ymecanismos para impedir que las pertenencias ypropiedades sean robadas, de manera que se ofer-tan diferentes opciones y precios de acuerdo a lacapacidad adquisitiva de quienes leen los diarios (lanoticia publicada el 11 de noviembre de 2007 porDiario el Universo, titulada “Sistemas de seguridadpara viviendas cuestan de $10 hasta $1.400” es unejemplo de ello).

Este tratamiento de publireportaje, sin dudaresulta útil para que la población esté al tanto delas alternativas y última tecnología en servicios anti-delictivos; sin embargo, al mismo tiempo conllevauna problemática: legitima la seguridad privadacomo un asunto “necesario” e incluso “imprescindi-ble” del convivir ciudadano. De modo que, estetipo de realización está reduciendo un aspecto pri-mordial sobre el que se fundamenta el Estado, a unasunto meramente comercial, impidiendo así que laseguridad sea entendida por la población como underecho y no como una mercancía a la cual acce-den únicamente quienes pueden pagarla.

En este sentido, considerando el planteamientodel autor Adam Abelson (2006)1, según el cual “laexpansión de la seguridad privada en AméricaLatina ha recibido extremadamente poca atenciónacadémica y pública, particularmente en términosde responsabilidades y facultades legales que éstadebe tener”; la prensa escrita como actora socialdebe contribuir al debate, la profundización y lacomprensión de esta compleja industria como untema que efectivamente puede contribuir a laseguridad ciudadana siempre y cuando sea estrictay coordinadamente regulada por las institucionesresponsables de su control en el aparato estatal

1 Abelson, Adam (2006). “Seguridad Privada en Chile:Tema pen-

diente para el Ministerio de Seguridad Pública”. Boletín del

Programa de Seguridad y Ciudadanía. Santiago: FLACSO Chile.

No. 6 (agosto). En: http://www.flacso.cl/flacso/biblos.php?

code=1935

Seguridad privada:publireportaje en expansiónJenny Pontón Cevallos

…este tipo de realización estáreduciendo un aspecto

primordial sobre el que se fundamenta el Estado a un

asunto meramente comercial,impidiendo así que la seguri-

dad sea entendida por lapoblación como un derecho yno como una mercancía a la

cual acceden únicamente quienes pueden para pagarla.

Director FLACSO: Adrián Bonilla • Coordinador del Programa Estudios de la Ciudad: Fernando Carrión Coordinadora del Boletín: Jenny Pontón • Tema central: Gustavo Lalama

Colaboradores: Daniel Pontón, Andrea Betancourt, Alfredo Santillán, Gustavo Durán Edición: Paulina Torres • Diseño: Antonio Mena • Impresión: Ekseption

Flacso Sede Ecuador: La Pradera E7-174 y Diego de Almagro • PBX: (593-2)[email protected] • http://www.flacso.org.ec/html/boletinciudadsegura.html • Quito, Ecuador

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