Semana Juventud 2014

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INTRODUCCIÓN

Las bienaventuranzas son el itinerario de Fe que el Señor Je-sús entregó a sus discípulos y en ellos a los cristianos de todos los tiempos. En ellas encontraremos nuestra identidad como miembros de su cuerpo. Él fue el primero que las tomó como norma de vida, y las dejó como testamento a todos los que junto con Él quisieran emprender el viaje a la verdadera feli-cidad.

Las bienaventuranzas es la felicidad que haya el cristiano que es incomprensible para el mundo. Pero es una felicidad que nada en el mundo nos la podrá arrebatar. El Señor Jesús en el capítulo 5 del Evangelio según San Mateo nos presentará ocho bienaventuranzas. En esta semana de la juventud comen-zaremos con la primera de ella: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. A lo largo de esta semana trataremos de ir adentrándonos poco a poco en la comprensión de esta propuesta de Jesús, explorando su significado a nivel personal y comunitario y a hacerla vida en forma práctica.

El Papa Francisco refería al respecto de las bienaventuranzas como camino seguro hacia Dios: “¿Qué tenemos que hacer pa-dre? Mira, lee las bienaventuranzas que te van a venir bien y si querés saber qué cosa práctica tienes que hacer, lee Mateo 25 que es el protocolo con el cual nos van juzgar. Con esas dos cosas tienen el programa de acción: las bienaventuranzas y Mateo 25 no necesitan leer otra cosa, se los pido de cora-zón.”

TEMA 1 - DOMINGO:Soy Bienaventurado

Cita bíblica “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los Cielos” (Mt 5,1)

Objetivo: Hacer sentir al joven dichoso por todas las gracias que Dios le ha dado.

Ambientación y acogida

Colocar en el lugar de reunión el lema que enmarcará toda la semana: “Bien-aventurado los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los Cielos”.Procurar realizar el encuentro en un ambiente festivo y dinámi-co. Ayudarse de cantos de animación con dinámicas incorporadas.Realizar dinámicas rompe hielo que ayuden a la integración de los jóvenes.

Desarrollo del tema

Dios es el que me da su bienaventuranza

Dios con su infinito amor nos ha atraído a Él, no es por lo mucho que hemos hecho, ni por lo guapos o inteligentes que somos, Dios nos ha escogido y somos unos privilegiados al ser tomados en cuen-ta por El, que dicha más grande es contar con el Señor en nuestras vi-das, no hay profundidad ni altura, no hay oscuridad ni brillantez, no hay vida ni muerte que puedan apartarnos de Él, somos suyos.

¿Qué es ser bienaventurado? Nos referirá el Papa Francisco: Pero, ¿qué significa “bienaventurados”? Bienaventurados quiere decir felices. ¿Buscas de verdad la felicidad? En una época en que tantas apariencias de felicidad nos atraen, corremos el riesgo de contentarnos con poco, de tener una idea de la vida “en pequeño”. Si de verdad dejas emerger las aspiraciones más profundas de sus corazones,

te darás cuenta de que en ti hay un deseo inextinguible de felicidad, y esto te permitirá desenmascarar y rechazar tantas ofertas “a bajo precio” que encuentras a tu alrededor. Cuando buscamos el éxito, el placer, el poseer en modo egoísta y los convertimos en ídolos, podemos experimentar también momentos de embriaguez, un falso sentimiento de satisfacción, pero al final nos hacemos esclavos, nunca estamos satisfechos, y sentimos la necesidad de buscar cada vez más. Es muy triste ver a una juventud “satisfecha”, pero débil.

Debemos de buscar las cosas grandes, porque Dios nos ha creado para las grandezas. No dejarnos vencer, luchar siempre por lo que hemos encon-trado en Jesús, la Felicidad Verdadera. ¡Ensanchad vuestros corazones! Como decía el beato Piergiorgio Frassati: «Vivir sin una fe, sin un pa-trimonio que defender, y sin sostener, en una lucha continua, la ver-dad, no es vivir, sino ir tirando. Jamás debemos ir tirando, sino vivir» San Juan, dice a los jóvenes: «Sois fuertes y la palabra de Dios per-manece en vosotros, y habéis vencido al Maligno» (1 Jn 2,14). Los jó-venes que escogen a Jesús son fuertes, se alimentan de su Palabra y no se “atiborran” de otras cosas. Atrévete a ir contracorriente. Se capaz de buscar la verdadera felicidad. Di no a la cultura de lo provisional, de la superficialidad y del usar y tirar, que se te considere capaz de asumir responsabilidades y de afrontar los grandes desafíos de la vida. Sobre todo de ser testigo de Cristo en un mun-do que se destruye y le da la espalda a la verdadera felicidad.

Seguir el ejemplo de María

La alegría del Evangelio brota de un corazón pobre, que sabe regocijarse y ma-ravillarse por las obras de Dios, como el corazón de la Virgen, a quien todas las generaciones llaman “bienaventurada” (cf. Lc 1,48). Que Ella, la madre de los pobres y la estrella de la nueva evangelización, nos ayude a vivir el Evangelio, a encarnar las Bienaventuranzas en nuestra vida, a atrevernos a ser felices.

La mayor de las bienaventuranzas en la tierra

Pero además somos Bienaventurados, porque hemos sido in-vitados al banquete del Cordero Pascual: Felices los que

.Referencias

http://adoracioneucaristicaperpetua.blogspot.com/2012/06/bienaventurado-el-que-come-el-manjar.htmlMensaje del Santo Padre Francisco para la XXIX Jornada Mundial de la Juventud 2014

son invitados a comer la carne del Cordero del Apocalipsis.

La Iglesia proclama esta bienaventuranza que contiene y resume las bienaventuranzas de Jesús: “Felices los invitados al banquete celestial”.Es decir, los bienaventurados son quienes participan de la cruz de Cristo, luchan por la felicidad verdadera, pero son también quienes se alimentan de la carne del Cordero Pascual, la Eucaristía. Es real-mente una bienaventuranza, porque la Eucaristía no es pan, sino el mismo Cristo en Persona, que es el origen y el motivo de la ale-gría y de la bienaventuranza del cristiano, en esta vida y en la otra.En la Eucaristía es Dios mismo quien habita en nosotros y al hacer-nos uno con Él, hacemos que el Reino de Dios llegue a nuestra vida.

Compromiso o tarea

Estar alegres porque Dios nos ha llamado y transmitir a las per-sonas que están a tu alrededor la alegría de ser bienaventura-do, y hacerles ver que ellos también pueden tener esa alegría.

TEMA 2 - LUNES:En Cristo todo lo tengo

Cita bíblica: “Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdi-da a causa de Cristo. Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la subli-midad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo.” (Filipenses 3,7-8)

Objetivo: Proponer la pobreza espiritual, en contraste con las ri-quezas humanas que muchas veces resultan basura ante el inmen-so tesoro que es Cristo, mediante propuestas prácticas con las cua-les los jóvenes se animen a optar por ella y vean que es posible hacerlo.

Ambientación

Realizar un dibujo de una maleta, mochila o bolso vacío y colocar-la en el centro del lugar donde se desarrollará la actividad del día. De igual manera, ambientar con imágenes de escenas de la naturale-za, animales, personas que reflejen felicidad o bienestar y elemen-tos que forman parte del diario vivir (estudios, trabajo, familia).

Antes de iniciar la charla, a manera de dinámica, proponer a los jóve-nes a que se imaginen que irán de viaje por un mes, luego, en el tiem-po de 2 minutos (máximo), tendrán que dibujar o escribir en un pe-dazo de papel aquello que no se les puede quedar y con lo cual les es imprescindible vivir durante ese mes. Cada uno deberá colocar su pa-pel sobre la mochila de manera que se aprecie lo que pusieron en él.

La idea es reflexionar que tanto se considera llevar a Dios en la pe-regrinación de vida y cuantos optan por cosas materiales. Luego in-vitar a observar cada una de los elementos que rodean el salón y dar-se cuenta que todo eso es un regalo de Dios y que están puestos para la propia felicidad y para que se administren de manera correcta.

Desarrollo del tema:

El tema anterior, ha sido oportuno para que como jóve-nes descubramos lo dichosos que somos al recibir tantas gra-cias de parte de Dios y por tener elementos que nos acercan más a Él, como el caso de los sacramentos y en especial la Eucaristía.

El tema de esta reflexión se enfoca en el hecho de apreciar y valorar la gran-deza del amor de Dios en la vida de cada uno de los presentes. Valor que se aprecia en la medida en que se asume optar por la pobreza espiritual.

La pobreza espiritual

Ser pobre de espíritu significa asumir con alegría y valentía los mis-mos sentimientos de Cristo, quien “se despojó de sí mismo, tomó la condición de esclavo” (Fil. 2, 5-7) y alejado de su gloria elige para en-riquecernos con su pobreza. Por tanto, la pobreza mueve a la per-sona a salir de sí misma, y la levanta para que se ponga en cami-no. El pobre es el que no se resigna a estar tranquilo, el que acepta ser interceptado por la palabra de Dios y la desea poner en práctica.

Para llegar a ser ese “pobre de espíritu”, como cita la bienaventuranza, es necesario desprenderse de las riquezas propias de la persona. Cabe aclarar que no necesariamente se habla de la riqueza material, sino que se quiere enmarcar en la riqueza del yo, del ego. De aquella riqueza que hace creer al ser humano que es autosuficiente y que se puede satisfacer consigo mismo.El fin de exaltar tan hermosa condición de vida es: observar lo in-dispensable que se hace la misma si se quiere recibir el mensa-je del evangelio y si se quiere creer (Hch 8, 27-39) para así entrar en el Reino. Puesto que, el que es pobre de espíritu, acepta el mensa-je de Jesús y cree, el que no lo es, exige pruebas, argumentos, razones.

¿Cómo alcanzarla?

Ya el Papa Francisco, en su mensaje por la XXIX JMJ, ilu-mina cuál es la manera en que como joven de PJA pode-mos asumir ese estilo de vida. El Papa nos orienta tres puntos:

a. Ser libres con relación a las cosas: Es decir, buscar lo esen-cial, aprender a despojarse de tantas cosas innecesarias que mu-chas veces nos ahogan y a la vez estar dispuestos a cambiar de estilo de vida, a evitar tanto derroche. Nos recuerda que así como se necesi-ta valor para ser felices, también es necesario el valor para ser sobrios.

b. Convertirse en relación a los pobres: Preocuparse y ser sen-sibles a sus necesidades espirituales y materiales. De igual mane-ra el Papa nos exhorta a tener que aprender a estar con los po-bres y no sólo contentarse con llenarse la boca de bellas y buenas palabras por ellos, es necesario mirarles a los ojos y escucharles.

c. Aprender de la sabiduría de los pobres: Ellos nos enseñan que una persona no es valiosa por lo que posee, nos recuerdan el valor de la dignidad humana y nos mantienen viva la imagen de la humil-dad y la confianza en Dios (cuando no se posee nada y Él lo es todo).

¿Y qué papel juegan los bienes materiales en esta pobreza?

Es necesario mencionar que en la medida en que una persona se despren-da de sus bienes poseídos o del deseo de poseer, podrá llamarse “pobres de espíritu”. En otras palabras, los ricos han de desapegarse de sus posesiones materiales y los pobres materiales del deseo de poseer los bienes materia-les que no tienen. Recordemos que Dios, sólo quiere de los ricos “mate-riales” que le amen a Él más que a sus riquezas (cosa que muchas veces es bastante difícil de lograr), y que los pobres “materiales”, le amen más a Él, que al deseo que tiene de poseer los bienes materiales, con los que sueña.

Por último, recordemos las palabras del Papa Benedicto XVI dirigidas en la JMJ de Colonia (2005): “Estad plenamente convencidos: Cristo no qui-

Referencias

Mensaje del Santo Padre Francisco para la XXIX Jornada Mundial de la Juventud (2014): http://www.laici.va/content/laici/es/sezioni/giovani/magistero/beati-i-poveri-in-spirito.html

Padre Nicolás Schwizer, Pobreza-bienaventuranza: http://es.catholic.net/escritoresactuales/854/1702/articulo.php?id=42210

ta nada de lo que hay de hermoso y grande en vosotros, sino que lleva todo a la perfección para la gloria de Dios, la felicidad de los hombres y la salvación del mundo.”. Diría el Papa, Dios no quita nada, lo da todo.

Compromiso o tarea

De manera personal, asumir un compromiso para asistir a un grupo, una familia o una persona pobre (según las posibilidades) y llevarle una ayuda. Durante se realice la visita compartir con esa persona(s) y orar por ella(s).

De manera grupal, fijarse un programa (si no lo poseen) para ir a vi-sitar y compartir con personas necesitadas y determinar que tipo de actividades se realizaran durante las visitas. Lo mejor sería co-menzar durante se desarrolla o concluye la Semana de la Juventud.

TEMA 3 - MARTES:El Reino de Dios viene a causar líos en mi vida

Hablar de que consiste el Reino de Dios o el reinado de Dios en la vida de cada uno, es optar por tener a Dios como rey. Hablar un poco de en qué consiste armar líos, que no es hacer bulla solamente, sino que es des-acomodarse, ser diferente y causar un impacto positivo en la sociedad

Cita bíblica: Mt 13, 24-30; Mt 13, 31-32; Mt 13, 33; Mt 13, 44; Mt 13, 47-50; Mt 18, 23-35; Mt 20, 1-16; Mt 25, 1-13

Objetivo: Comprender en qué consiste el establecimiento del reino de Dios en la vida de cada uno y cómo este se manifiesta en la realidad del joven.

Ambientación:

Colocar cuatro cartulinas o papelógrafos en torno al lu-gar donde se realizará la reunión, en el encabezado colocar una de las citas bíblicas que se proporcionaron para este tema.

Dinámica inicial: Formar cuatro grupos y asignarles un papelógra-fo o cartulina, cada grupo debe representar por medio de un dibu-jo la cita bíblica que les tocó, una vez terminado se hace una plena-ria en donde exponen brevemente el mensaje de lo que dibujaron.

Desarrollo del tema:

El centro de la predicación de Jesús fue el Reino de Dios, pero ¿en qué consiste este reino? ¿Será que es un reino concebido en nues-tra mente como los que aparecen en los cuentos de hadas? o ¿un rei-no al cual se llegará únicamente después de nuestra vida terrena?

¿

¿Qué es el Reino de Dios?

A través de las parábolas que leímos anteriormente podemos ver que el Reino de Dios, más que ser un lugar físico es una decisión aquí y ahora de querer estar con el Señor. Precisamente el Reino de Dios es la deci-sión de tener a Dios por rey, que se demuestra en nuestra propia vida.

Consiste en tener en nuestras vidas una revolución, quitarnos a nosotros del centro y poner al Señor, nos exhortará el Papa Francisco en una de sus discursos realizados en la JMJ de Río de Janeiro: “¿en quién ponemos nues-tra fe? ¿En nosotros mismos, en las cosas, o en Jesús? Tenemos la tentación de ponernos en el centro, de creer que nosotros solos construimos nuestra vida, o que es el tener, el dinero, el poder lo que da la felicidad. Pero no es así”.

La primera y la última de las bienaventuranzas que Jesús dijo en el ser-món del monte (cf. Mt 5, 1-10) tienen como premio el Reino de los cielos, es decir, el reino de Dios, todas las bienaventuranzas, excepto estas dos, aguardan un premio futuro; pero estas dos tienen una gracia que ya es presente. Cuando Jesús dice Bienaventurados… porque de ellos es el Rei-no de los cielos, se refiere a que ya es nuestro, ya está acá a nuestro alcance.

El Reino de Dios viene a causar líos

Cuando uno pone a Dios en el centro de su vida tiende a revolu-cionarla por completo, puesto que la voluntad de Dios es lo que se antepone a cualquier cosa que nazca de nuestro propio de-seo. Es por eso que decimos que el Reino de Dios viene a causar líos.

El papa Francisco nos pedirá al respecto de esto: “quiero lío en las dióce-sis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quie-ro que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, sino salen se convierten en una ONG”

En pocas palabras el término “líos” tiene una doble implicancia: prime-ramente a nivel personal, porque el reinado de Dios tiene que impulsar a no acomodarte en un estilo de vida que no esté conforme a la voluntad de Dios y por tanto tu propia humanidad, tus propios deseos estarán liando contigo porque ya no haces “lo que te da la gana”, sino que haces lo que Dios quiere (cf. Gal 2, 20). En segundo lugar tiene una implicancia con el entorno, cuando sos diferente causas un impacto en todos los que te ro-dean, y muchas veces tendrás resistencia negativa, es aquí donde vendrán los líos, porque sos diferente, porque te tocará nadar contra corriente.

Pero en este ser diferente es que encontramos nuestra identidad y la única forma de ser realmente felices, por eso Jesús nos muestra en toda su predi-cación el Reino de los Cielos como la mayor de las dichas. Es por eso que valen la pena todos los líos, para alcanzar este tesoro precioso. (Mt 13, 44)

Dinámica: Camino al cielo

Esta dinámica ayudará a discutir con los jóvenes, una vez terminada la actividad, aquellas cosas que aceleran o retrasan nuestra “llegada al cielo”.

Materiales: una silla, bolsa plástica y unos trozos de papel.

Desarrollo: Que el grupo haga un círculo, poner una silla en me-dio. Prepara unos trozos de papel que digan cosas como “hoy fui a vi-sitar un enfermo” y ponle una cantidad de pasos por Ej: 4 pasos.

Otra podría ser “Hoy me molesté con el Padre porque no me saludó” y ponle 1 paso. Así sucesivamente... Escribes en los trozos de papel as-pectos cotidianos que hacemos, los cuales agradan a Dios y esos tienen muchos pasos (los cuales les ayudarán a avanzar hasta llegar a la silla), mientras que en otros trozos de papel escribe situaciones y actitudes que desagradan a Dios (los cuales retrasan su avance hacia la silla). Lue-go de escribir esto en los papelitos, ponerlos en una bolsa y que uno a uno saquen los papeles al azar. Al final ganará el que primero llegue a la silla que está en el medio, la cual simboliza el “cielo”. También pue-

Referencias

Discurso del Papa Francisco en encuentro con jóvenes argentinos en Catedral de San Sebastián en Río de Janeiro, Jue-ves 25 de julio 2013

des hablar sobre los obstáculos que hemos de encontrar en este cami-no -y cómo vencerlos– ya sea porque lleguen solos o por cuenta propia.

Compromiso o tarea

De manera individual escoger un defecto que sea dominante, o que sea muy concurrente y en un papel escribir un plan de cómo puede ser supe-rado. Haciendo el compromiso de trabajar en él durante el resto del año. Con el objetivo de avanzar en el camino hacia la edificación del reino de Dios en nuestra vida.

TEMA 4 - MIÉRCOLES:La Salvación ha llegado a esta casa (Lc. 19, 9)

Cita bíblica: “Cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzó la vista y le dijo: «Zaqueo, baja pronto; conviene que hoy me quede yo en tu casa» Se apresuró a bajar y lo recibió con alegría. Al verlo, to-dos murmuraban, ha ido a hospedarse a la casa de un pecador. Je-sús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa» ,(Lc 19, 5-7.9)

Objetivo: Identificar acciones que como joven puedo realizar para instau-rar el Reino de Dios en mi familia, siendo elemento de unión y armonía.

Ambientación

Dibujar varios croquis de casas con Fomis o cartulinas que sean coloridas y pegarlas en las pared del salón donde se desarrollará el tema. Entre-gar a cada participante en la entrada un pequeño papel de colores donde debe ir escrito “Familia de (nombre del miembro del grupo)”. Ejemplo: Familia de Juan, Familia de Francisco, Familia de María José. Luego se le indicará al joven que pegue ese nombre dentro del croquis de la casa.

Iniciar la reunión con una pequeña oración poniendo en manos de Dios a nuestras familias y realizar el canto: Amar es entregarse

AMAR ES ENTREGARSE

Amar es entregarse, olvidándose de sí,buscando lo que al otro le pueda hacer feliz (2)

Estribillo: Que lindo es vivir para amar,que grande es tener para dar,

dar alegría y felicidad,

darse uno mismo eso es amar (2).

Si amas como a ti mismo y te entregas a los demás,verás que no hay egoísmo que no puedas superar.(2)

Dinámica

Los organizadores deben llevar varios papelógrafos y marcadores (según la cantidad de grupos a realizar); hacer grupos de 5 personas. Cada grupo escribe o representa al lado izquierdo los aspectos positivos que obser-van en las familias de hoy y en el lado derecho las dificultades y se indi-can algunas sugerencias para mejorar cada día nuestro ambiente familiar.

Desarrollo del tema

El primer campo, y el prioritario, donde debemos construir el Reino de Dios es el propio hogar, es nuestra familia, dejando que Dios la santifi-que, que sea un espacio de paz y armonía donde Dios reine y se mani-fieste en todo su esplendor.

¿Cómo podemos realizar esto? Leamos con atención este texto escrito por Madre Teresa de Calcula “El amor empieza en casa” y encontrare-mos muchas respuestas:

El amor empieza en casa

La paz y la guerra comienzan en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias. Si queremos sembrar ale-gría en derredor nuestro, precisamos que toda familia viva feliz.

No deberíamos vivir en las nubes, en un nivel de superficialidad. De-beríamos empeñarnos en comprender mejor a nuestros hermanos y hermanas. Para comprender mejor a aquellos con quienes convi-vimos, es necesario que antes nos comprendamos a nosotros mis-

mos. Jesús, nuestro modelo en todo, lo es también en la obediencia. Yo estoy convencida de que siempre pedía permiso para todo a María y a José. En Jesús, María y José, los integrantes de la Sagrada Familia de Nazaret, se nos brinda un magnífico ejemplo para la imitación. Era aquél un hogar donde reinaban la ternura, la comprensión y el respeto mutuo. Hoy todo el mundo da la impresión de andar acelerado. Nadie pa-rece tener tiempo para los demás: los hijos para sus padres, los pa-dres para sus hijos, los esposos el uno para el otro. La paz mun-dial empieza a quebrarse en el interior de los propios hogares.

De vez en cuando deberíamos plantearnos algunos in-terrogantes para saber orientar mejor nuestras acciones.Deberíamos plantearnos interrogantes como éste: ¿Conozco a los pobres? ¿Conozco, en primer lugar, a los pobres de mi familia, de mi hogar, a los que viven más cerca de mí: personas que son pobres, pero acaso no por falta de pan? Existen otras formas de pobreza, precisamente más dolorosa en cuanto más íntima. Acaso mi esposa o mi marido carezcan, o carezcan mis hijos, mis padres, no de ropa ni de alimento. Es posible que carezcan de cariño, porque yo se lo niego. ¿Dónde empieza el amor? En nuestros propios hogares. ¿Cuándo empieza? Cuando oramos juntos. La familia que reza unida permanece unida. Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para que la felicidad llene el corazón del que amamos.

A veces, cuando tropiezo con padres egoístas, me digo: “Es posible que estos padres estén preocupados por los que pasan hambre en África, en la India o en otros países del Tercer Mundo. Es posible que sueñen con que el hambre desaparezca. Sin embargo, viven descuidados de sus propios hijos, de que hay pobreza y hambre de naturaleza diferente en sus pro-pias familias. Es más: son ellos quienes causan tal hambre y tal pobreza”.

Empieza diciendo una palabra amable a tu hijo, a tu marido, a tu mu-jer. Empieza ayudando a alguien que lo necesite en tu comunidad, en tu puesto de trabajo o en tu escuela... El mundo está saturado de sufrimien-tos por falta de paz. Y en el mundo falta paz porque falta en los hogares. El amor empieza al dedicarnos a aquellos a quienes tenemos a nuestro

lado: los miembros de nuestra propia familia. Preguntémonos si so-mos conscientes de que acaso nuestro marido, nuestra esposa, nues-tros hijos, o nuestros padres viven aislados de los demás, de que no se sienten queridos, incluso viviendo con nosotros. ¿Nos damos cuenta de esto? ¿Dónde están hoy los ancianos? Están en asilos (¡si es que los hay!). ¿Por qué? Porque no se los quiere, porque molestan, porque...

No es necesario desplazarse hasta los suburbios para tropezar con la ca-rencia de amor y encontrar pobreza. En toda familia y, vecindario existe alguien que sufre. Hacedme caso: si no prestáis un sacrificio gratuito a quienes están a vuestro lado, tampoco se lo podréis ofrecer a los pobres. La palabra “amor” es tan mal entendida como mal emplea-da. Una persona puede decir a otra que la quiere, pero inten-tando sacar de ella todo lo que pueda, incluso cosas que no de-bería. En tales casos no se trata en absoluto de verdadero amor.

El amor verdadero puede llegar a hacer sufrir. Por ejemplo, es do-loroso tener que dejar a alguien a quien se quiere. A veces pue-de incluso tenerse que dar la vida por alguien a quien se ama.

Me temo que no existe conciencia de lo importante que es la familia. Si se instalase el amor en el interior de la familia, el mundo cambiaría para bien. Los jóvenes de hoy, como los de cualquier tiempo, son generosos y bue-nos. Pero no debemos engañarlos estimulándoles a consumir diversiones.

La única manera de que sean felices es ofrecerles la oca-sión de hacer el bien. El amor comienza por el hogar. Si la fami-lia vive en el amor, sus miembros esparcen amor en su entorno.

Señor, enséñame a no hablar como un bronce que retumba o una cam-panilla aguda, sino con amor. Hazme capaz de comprender y dame la fe que mueve montañas, pero con el amor. Enséñame aquel amor que es siempre paciente y siempre gentil: nunca celoso, presumi-do, egoísta y quisquilloso. El amor que encuentra alegría en la ver-dad, siempre dispuesto a perdonar, a creer, a esperar, a soportar.

Referencias

http://www.es.catholic.net/santoral/147/2519/articulo.php?id=25410

A partir de esta lectura, reflexiona en grupo (pueden ser los mismos grupos del inicio) o un compartir grupal general:

a) ¿Qué consejos da Madre Teresa para que Dios realmente viva en cada familia?b) De forma particular, ¿qué puedes hacer vos para instaurar el Reino de Dios en tu familia?c) ¿Qué actitudes debes cambiar para que Dios se haga realmente pre-sente en tu hogar?d) ¿Qué piensas de la frase “Familia que reza unida, permanece uni-da”?

Compromiso o tarea

Identifica a un “pobre” en tu familia, es decir, aquél que está más abandonado, que está pasando por una situación difícil, y de-dica tiempo este día para estar con esta persona, que se sien-ta escuchada y amada por ti, como lo haría Jesús. Puedes es-cribirle frases de aliento y cariño y repíteselas constantemente.

TEMA 5 - JUEVES (HORA SANTA):Un pedazo del Reino de los Cielos

Ambientación

Se recomienda que la oración se haga en la presencia de Jesús Sacramentado. Entregar previo a iniciar la oración, a cada joven, una hoja o trozo de papel y lápiz. En el lugar donde se realizará la oración, a los pies de Jesús Sacra-mentado, formar el croquis de una casa (se recomienda que sea con tape)

Oración Inicial

Se sugiere iniciar con el siguiente canto: “Dios Está aquí”

Realizar una pequeña oración para agradecer la hermosa oportunidad de vivir este momento de intimidad con el Señor, agradecer por sus familias, invitando a los jóvenes a que vean a sus familias como una bendición de Dios, un espacio que ellos deben santificar llevando su experiencia de Dios.

Un compromiso por nuestras familias

Leer el texto Mateo 5, 13-16

“Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hom-bres. “Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situa-da en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

Este momento de la oración debe ir orientado a que cada joven medite el llamado de Jesús de ser constructor del reino en sus familias (como

ya se ha motivado en el tema anterior) e invitarlos a escribir tres com-promisos personales, a través de los cuales ellos se esforzarán por ha-cer posible que sus familias se conviertan en ese pedacito del Reino.

En el mismo ambiente de adoración eucarística, mientras se can-ta un canto que ayude a reconocer el compromiso (se sugiere “So-mos Incienso”), cada uno debe pegar sobre el croquis puesto en el suelo su compromiso, de manera que se realice la silueta de una casa.

El guía de la oración debe hacer énfasis en el significado de este signo: el hecho de que cada uno con su compromiso y esfuerzo, es capaz de hacer posible la construcción de ese hogar con presencia de Dios. Y a nivel comu-nitario, juntos son capaces de llevar luz a las familias de nuestra sociedad.

Oración Final

Se culmina la oración agradeciendo a Dios por este momen-to vivido y pidiendo su gracia para ser sal y luz en sus familias, se sugiere rezar a coro la siguiente oración a la Sagrada Familia:

Sagrada Familia de Nazaret;enséñanos el recogimiento,

la interioridad; danos la disposición de

escuchar las buenas inspiraciones y las palabras de los verdaderos maestros.

Enséñanos la necesidad del trabajo de reparación,

del estudio, de la vida interior personal,

de la oración,que sólo Dios ve en los secreto;enséñanos lo que es la familia,

su comunión de amor, su belleza simple y austera,

su carácter sagrado e inviolable. Amén

Se sugiere que cada joven tome su compromiso y se lo lleve, para ser compartido en algún momento dentro de la vivencia del grupo.

Referenciashttp://www.aciprensa.com/Oracion/sagradafamilia.htmhttp://seminariodelbuenpastor.org/pjcweb.orghttp://es.catholic.net/aprendeaorar

TEMA 6 - VIERNES:Llamado a ser constructor del Reino

Cita bíblica: “Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente; iluminando los ojos de vuestro corazón para que conoz-cáis cuál es la esperanza a que habéis sido llamados por Él.” Ef. 1, 17-18a

“Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras bue-nas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mt. 5, 13-16

Objetivo: Redescubrir el papel protagónico al que como joven están in-vitados, siendo depositarios de la confianza de Dios y convocados por Él a ser pregoneros de esperanza ante el mundo y la juventud.

Ambientación

Decorar el lugar con elementos alusivos a las citas bíblicas propuestas y a las palabras del Papa Pablo VI en su exhortación apostólica Evan-gelii Nuntiandi que dicen: “no hay humanidad nueva si no hay en pri-mer lugar hombres nuevos con la novedad del bautismo y de la vida según el Evangelio. La finalidad de la evangelización es por consi-guiente este cambio interior y, si hubiera que resumirlo en una pa-labra, lo mejor sería decir que la Iglesia evangeliza cuando, por la sola fuerza divina del Mensaje que proclama, trata de convertir al mismo tiempo la conciencia personal y colectiva de los hombres, la actividad en la que ellos están comprometidos, su vida y ambiente concretos”.

Desarrollo del tema

Durante la Semana, hemos venido fortaleciendo la confianza en Dios y nos hemos descubierto como seres dichosos en la travesía de nuestras vidas, la

cual ha estado siempre impregnada de la mano poderosa y protectora de Dios. Ha sido un espacio para reflexionar el valor de asumir un nuevo esti-lo de vida, con el cual es posible vivir más plenamente el evangelio, el don precioso de la familia y de cómo Dios pide asumir con responsabilidad los líos que suceden en cada una de nuestras vida a partir de optar por Él. Tam-bién fueron días de encuentros (con Dios, consigo mismo y con el herma-no) de manera personal y grupal. Es decir, fueron días de alegría y de Paz.

¿Después de vivir esta semana que nos queda por hacer?

Los sentimientos y compromisos asumidos nos demuestran cómo la pre-sencia de Dios (en cada una de nuestras vidas) nos transforma y nos hace canales de transformación en la sociedad, como sal, luz y fermento. Por eso la celebración de esta Semana nos llama a disponernos a ofrecer cada uno de nuestros talentos al servicio de los hermanos, a saber administrar las riquezas, sin dejarse poseer por ellas y nos convierte en esos anunciadores alegres de las maravillas que Dios ha hecho con nosotros en todo ese tiempo.

Es el momento de levantarse y agarrar el morral, la mochila o maleta en el que se llevará de equipaje todos los buenos momentos, palabras com-partidas y lo que nos ha motivado a comprometernos más con Cristo y con su Iglesia. Iglesia que confía en cada uno de los jóvenes valientes. Para ello, a continuación se detallan algunas maneras o instrumentos con los cuales evangelizar y destinos a los cuales llegar y construir ahí el Reino de los cielos, tema central del Evangelio de Jesús. Evangelización que sólo será posible, diría el Papa Francisco, por medio del contagio de la alegría.

Instrumentos de evangelización

a) La Palabra: es llenar y llevar a los corazones el Evangelio de Jesu-cristo. Es comenzar a mejorar los momentos de encuentro con la Pa-labra y descubrir en ella la voluntad del Padre para la propia vida. Recordar que (como dijo una vez el santo Juan Pablo II) “quien se en-cuentra con Cristo, no puede tenerlo sólo para sí, debe anunciarlo”.

b) La liturgia y la Iglesia: es amar y frecuentar los sacramentos

y las celebraciones que en nuestra hermosa Iglesia tenemos. Propo-nerlas como itinerario de vida a muchos que los ven con indiferen-cia e impregnarles ese espíritu joven y creativo. Fascinar con el orgullo de sentirse y ser una sola Iglesia, con un sólo Señor y un sólo cuerpo.

c) La oración: invitar a tener estos momentos de diálogos profundos, sinceros y relacionados a los hechos de la vida personal. Donde el alma se vacía de sus necesidades ante Aquél que nos espera con los brazos abiertos.

d) La caridad: proponerla ante el individualismo, el consu-mismo del mundo. Es manifestar la bondad divina que se hace presente en nosotros y a través de nosotros (1 Cor 13, 4-7).

e) El testimonio: diría el Papa Benedicto XVI “lo que el mundo ne-cesita hoy es el testimonio creíble de los que, iluminados en la men-te y en el corazón por la Palabra del Señor, son capaces de abrir el co-razón y la mente de muchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, esa que no tiene fin”. Es ser esa sal que dé sabor cuando sea ocupada.

f) Arte y Medios de comunicación: estamos llamados a utilizar todas las expresiones (antiguas y modernas) para pregonar la belleza de Dios. Es idear nuevas técnicas con expresiones culturales y convertirse en una generación que se “conecte” a Cristo. Es por eso que Jesús (el medio de comunicación que Dios eligió para transmitir la vida), el gran comu-nicador de la vida Divina, nos invita a entrar en esta red de comunica-ción a través de la belleza del evangelio y que se explota más con el arte.

Espacios a evangelizar

Ahora bien, teniendo presente tales herramientas, es necesario cono-cer los espacios a los cuales se nos invita a pregonar el mensaje de re-dención y salvación. Ya Jesús nos los menciona como terrenos en la parábola del sembrador (Lc. 8, 5-8), pero nosotros los conocemos con otros nombres, ¿conoces los lugares donde puedes evangelizar?

a. Tu propia familia, en la realidad en la que se encuentre.

b. Tu parroquia, llamado a servir de la mano con las otras co-munidades y en comunión con el párroco y demás autoridades. Manteniendo la fraternidad y la oración de los unos por los otros.

c. Tus amigos, aquellos que tienes en tu lista de “este no es de pasto-ral o de iglesia”. Aquellos amigos del barrio, de la cuadra, del pueblo y a quienes nadie les ha dicho ni propuesto de frente la amistad de Cristo.

d. Tu novio o novia, la cual hasta el momento quizás has dejado al margen porque no quieres que te conozca en la faceta de joven de pastoral.

e. Tus compañeros de estudio, profesores y demás trabajadores del centro de estudios al cual puedas pertenecer. Es necesario que ellos tam-bién sean enseñados con la doctrina y vivencia del Evangelio y no solo con conocimientos humanos.

f. En tu trabajo, a tu jefe, a tus compañeros y demás personas que in-teractúan con el mismo.

g. Evangelizar desde la promoción de una cultura de paz, diálogo, res-peto, bien común, defensa y promoción de los derechos y deberes socia-les. No todo lo debemos dejar a la oración, es necesaria la acción para que los cambios sucedan.

h. Los enfermos, quienes esperan una palabra de aliento y de ánimo en su situación. Llevarles a Cristo para que Él sea su consuelo y salud.

i. Ser constructor en medio de los dependientes químicos, personas que necesitan de encontrar una salida. En tal caso, recuerda apoyarte de personas especialistas en el tema.

Dios confía en cada uno de nosotros, jamás ha dejado de hacerlo. Él espe-ra que llevemos su Cruz por todas partes como ese signo de amor que ha tenido con cada uno de nosotros y desea que anunciemos a todos que sólo en Cristo (muerto y resucitado) hay salvación y redención.

ReferenciasDocumento “Discipulus”. Jornada Mundial de la Juventud 2013.P. Sergio Córdova, Ser sal y luz http://es.catholic.net/aprendeaorar/103/478/articulo.php?id=231S.S. Pablo VI, Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi http://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/apost_exhortations/documents/hf_p-vi_exh_19751208_evangelii-nuntiandi_sp.html

Compromiso o tarea

Definir una manera concreta con la cual se pueda ser sal y luz.