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Septenario de los “DOLORES de la VIRGEN” Royuela (Teruel)

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Septenario

de los “DOLORES de la VIRGEN”

Royuela (Teruel)

EJERCICIO DE LOS DOLORES

DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen. El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu. ORACIÓN: Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la Cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Canto: Contemplemos a María con afectos de ternura llena el alma de amargura, traspasado el corazón. Ya que somos siervos suyos, y sus hijos nos llamamos, sus dolores compartamos aliviando su aflicción

Haz ¡oh Madre! que tus hijos y tus fieles servidores no aumentemos tus dolores ofendiendo al Redentor.

SALVE A LA VIRGEN DE LOS DOLORES

Salve, mar de penas. Salve, triste madre.

Salve, dolorosa, llena de piedades

Ruega por nosotros,

Dolorosa Madre.

Después del destierro muéstranos afable,

a Jesús tu hijo fruto deleitable.

Ruega por nosotros

Dolorosa Madre.

Todos tus esclavos a tu pies leales

piden de sus culpas, perdón les alcances.

Ruega por nosotros,

Dolorosa Madre.

ORACIÓN FINAL. Oración a Nuestra Señora del Silencio.

Señora del Silencio,

Madre del silencio y de la humanidad; tú que vives perdida y encontrada

en el mar sin fondo del Misterio de Dios. Sin embargo, tu silencio no es ausencia

sino presencia. Estás abismada en el Señor

y, al mismo tiempo, atenta a los hermanos, como en Caná.

Nunca la comunicación es tan profunda como cuando nada se comunica.

Haznos comprender que el silencio no es desinterés por los hermanos

sino fuente de energía e irradiación; no es repliegue sino despliegue; y que, para derramar riquezas,

es necesario acumularlas. El mundo se ahoga en el mar de la dispersión

y no es posible amar a los hermanos con un corazón disperso.

Haznos comprender que el apostolado, sin silencio,

es alienación; y que el silencio, sin apostolado, es comodidad.

Envuélvenos en el manto de tu silencio y comunícanos la fortaleza de tu fe,

la altura de tu esperanza y la profundidad de tu amor. Quédate con los que quedan, y vente con los que vamos.

¡Oh, María admirable del Silencio!. Amen.

Primer dolor: LA PROFECÍA DE SIMEÓN.

.– En el Templo ostentas penas sin medida. … Yo me compadezco, Virgen afligida. Canto: Tu primer dolor y pena ¡Oh Purísima María! fue la triste profecía del anciano Simeón. Reflexión: Dios te salve, María ….

Por aquesta grande pena que el anciano te predijo, de tu amado y santo Hijo, haz que honremos la Pasión.

Segundo dolor: LA HUIDA A EGIPTO

.– Por temor a Herodes, vais a Egipto huida. … Yo me compadezco, Virgen afligida. Canto: Al Egipto presurosa apenada y afligida con Jesús, la Eterna Vida, te tuviste que marchar. Reflexión: Dios te salve, María, llena eres de gracia ...

Por aquesta grande pena ¡oh María! te rogamos que prudentes siempre huyamos del peligro de pecar.

Séptimo dolor: LA SEPULTURA DE JESÚS.

.– Dejadle sepultado, es la despedida. … Yo me compadezco, Virgen afligida. Canto: Para darle sepultura de Jesús el cuerpo entregas; y en un mar mayor te anegas de tormento y de dolor. Reflexión:

Dios te salve, María, llena eres de gracia ...

Por aquesta amarga pena, ¡oh María! te rogamos, que morir todos podamos en la gracia del Señor.

Sexto dolor: EL DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ.

.– Le miráis difunto y lleno de heridas. … Yo me compadezco, Virgen afligida. Canto: De Jesús, el santo Cuerpo de la cruz ya descendido, al mirarle tan herido, tu martirio se aumentó. Reflexión:

Dios te salve, María, llena eres de gracia ...

Por aquesta amarga pena, te pedimos confiados no seamos desechados por quien tanto nos amó.

Tercer dolor: EL NIÑO PERDIDO

.– A Jesús perdido buscáis dolorida. … Yo me compadezco, Virgen afligida. Canto: A tu dulce y tierno Niño por tres días le perdiste. ¡Ay! Que angustia padeciste, qué tormento y qué dolor. Reflexión:

Dios te salve, María, llena eres de gracia ...

Por aquesta amarga pena, ¡oh María! te rogamos, no permitas que perdamos por la culpa al Salvador.

Cuarto dolor: LA CALLE DE LA AMARGURA.

.– A Jesús cargado miráis compungida. … Yo me compadezco, Virgen afligida. Canto: Con tu Hijo te encontraste en la calle de amargura; y a tu alma, Virgen pura, una espada traspasó. Reflexión:

Dios te salve, María, llena eres de gracia ...

Por aquesta amarga pena, ¡oh María! te rogamos, que a Jesús siempre sigamos por las huellas que trazó.

Quinto dolor: LA CRUCIFIXIÓN.

.– En la Cruz al Hijo visteis compasiva. … Yo me compadezco, Virgen afligida. Canto: Las angustias que sentiste a Jesús viendo clavado en la cruz y maltratado ¿quién las puede definir? Reflexión:

Dios te salve, María, llena eres de gracia ...

Por aquesta amarga pena, ¡oh María! te rogamos, que por ti, a Jesús sigamos con fervor hasta morir.