Sesgo cognitivo

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Sesgo cognitivo Un sesgo cognitivo es un efecto psicológico que produce una desviación en el procesamiento de lo percibido, lo que lleva a una distorsión, juicio inexacto, interpretación ilógica, o lo que se llama en términos generales irracionalidad, que se da sobre la base de la interpretación de la información disponible, aunque los datos no sean lógicos o no estén relacionados entre sí. 1 2 3 Los sesgos sociales se denominan generalmente sesgos atribucionales y afectan a nuestras interacciones sociales de cada día, también están presentes en la probabilidad y toma de decisiones. La existencia de sesgos cognitivos surge como necesidad evolutiva para la emisión inmediata de juicios que utiliza nuestro cerebro para asumir una posición rápida ante ciertos estímulos, problemas o situaciones, que debido a la incapacidad de procesar toda la información disponible se filtra de forma selectiva o subjetiva. 4 Si bien nos pueden conducir a errores que pueden ser graves, en determinados contextos conducen a acciones más eficaces o permiten adoptar decisiones más rápidas cuando la inmediatez es el mayor valor (heurística). 5 La psicología cognitiva estudia este efecto, así como otras estrategias y estructuras que utilizamos para procesar la información, habiendo identificado una gran cantidad de ellos, con frecuencia relacionados entre sí. Desarrollo del concepto El sesgo cognitivo surge de diversos procesos que a veces son difíciles de distinguir. Estos incluyen procesamiento de la información mediante atajos (heurística), 5 motivaciones emocionales y morales, 7 o la influencia social. 8 La noción de sesgo cognitivo fue introducida por Daniel Kahneman y Amos Tversky en 1972, 9 y surgió de su experiencia con la imposibilidad de las personas de razonar intuitivamente con órdenes de magnitud muy grandes, o anumerismo (problema para entender las matemáticas en el contexto de la vida diaria) (innumeracy en inglés).

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Sesgo cognitivoUn sesgo cognitivo es un efecto psicológico que produce una desviación en el

procesamiento de lo percibido, lo que lleva a una distorsión, juicio inexacto, interpretación

ilógica, o lo que se llama en términos generales irracionalidad, que se da sobre la base de la

interpretación de la información disponible, aunque los datos no sean lógicos o no estén

relacionados entre sí.1 2 3 Los sesgos sociales se denominan generalmente sesgos

atribucionales y afectan a nuestras interacciones sociales de cada día, también están

presentes en la probabilidad y toma de decisiones.

La existencia de sesgos cognitivos surge como necesidad evolutiva para la emisión inmediata

de juicios que utiliza nuestro cerebro para asumir una posición rápida ante ciertos estímulos,

problemas o situaciones, que debido a la incapacidad de procesar toda la información

disponible se filtra de forma selectiva o subjetiva.4 Si bien nos pueden conducir a errores que

pueden ser graves, en determinados contextos conducen a acciones más eficaces o permiten

adoptar decisiones más rápidas cuando la inmediatez es el mayor valor (heurística).5

La psicología cognitiva estudia este efecto, así como otras estrategias y estructuras que

utilizamos para procesar la información, habiendo identificado una gran cantidad de ellos, con

frecuencia relacionados entre sí.

Desarrollo del conceptoEl sesgo cognitivo surge de diversos procesos que a veces son difíciles de distinguir. Estos

incluyen procesamiento de la información mediante atajos (heurística),5 motivaciones

emocionales y morales,7 o la influencia social.8

La noción de sesgo cognitivo fue introducida por Daniel Kahneman y Amos Tversky en

1972,9 y surgió de su experiencia con la imposibilidad de las personas de razonar

intuitivamente con órdenes de magnitud muy grandes, o anumerismo (problema para entender

las matemáticas en el contexto de la vida diaria) (innumeracy en inglés). Tanto ellos como

otros investigadores demostraron la existencia de varios patrones de situaciones en que los

que juicios y decisiones humanas diferían de lo predecible según la teoría de la elección

racional. Explicaron estas diferencias en términos heurísticos, procesos intuitivos pero que

introducen errores sistemáticos.9 10

Estos experimentos se extendieron más allá de los programas de investigación ligados a la

psicología académica hacia otras disciplinas como la medicina y la ciencia política.11 y fue un

factor importante en el surgimiento de la economía conductual, llevando a Kahneman a ganar

el Premio Nobel de Economía en 2002 por haber integrado aspectos de la investigación

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psicológica en la ciencia económica, especialmente en lo que respecta al juicio humano y la

toma de decisiones bajo incertidumbre.12 Todas estas investigaciones condujeron a Tversky y

Kahneman al desarrollo de laTeoría de las perspectivas como una alternativa más realista a la

Teoría de la elección racional.

Los críticos de Kahneman y Tversky, como Gerd Gigerenzer, argumentan que la heurística no

debe llevarnos a definir el pensamiento humano como plagado de sesgos cognitivos

irracionales, sino más bien concebir la racionalidad como un instrumento de adaptación que

no se ajusta idénticamente a las reglas de la lógica formal o de la probabilidad.13 Algunos

investigadores posteriores, tales como David Funder y Joachim Krueger han sugerido la

posibilidad de ver los prejuicios cognitivos no como errores, sino como atajos empleados por

los humanos a la hora de predecir y tomar decisiones, sobre todo cuando no hay mucha

información.