Sinodo Arquidiocesano Limense - Jóvenes

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Parroquia Santuario “Señor de la Divina Misericordia” XX SÍNODO ARQUIDIOCESANO LIMENSE PRIORIDADES DEL SÍNODO Nuestra misión es difundir el mensaje de Cristo a todos los hombres. La difusión del mensaje y de la vida cristiana es un fenómeno de “contagio” del afán de unión con Dios, más que de mera comunicación de ideas, sobre todo en nuestros días, tan de vuelta de los sistemas y de las ideologías. El mensaje de Cristo interpela todos los aspectos de la vida humana. El discípulo misionero debe llevar la luz de Cristo a todas esas realidades. No obstante para hacer más eficaz el Sínodo, se han planteado cuatro temas, que no son excluyentes pues en la vida de los fi les todo se relaciona e implica mutuamente. Estos son: A. Matrimonio, familia y vida: la preparación para el matrimonio que incluye la formación de la fe en la familia y otros aspectos relacionados con la custodia de la vida humana. B. Llamada universal a la Santidad: la participación de los fieles laicos, llamados a la santidad en el mundo, en todos los ámbitos de la vida pública y privada. C. Sacerdotes y vida religiosa: la preparación y la formación permanente de los sacerdotes y de los consagrados y consagradas que trabajan apostólicamente en la Arquidiócesis, así como la promoción de la pastoral vocacional. D. La vía de la caridad: las obras de misericordia y servicios de caridad social en beneficio de los más necesitados. B. LLAMADA UNIVERSAL A LA SANTIDAD Sobre la participación de los fieles laicos, llamados a la santidad en el mundo, en todos los ámbitos de la vida pública y privada1 . Los fieles laicos son la gran mayoría de católicos en la Iglesia. Ellos, como lo recordó el Concilio Vaticano II, tienen una peculiar vocación, cuya finalidad es la de “buscar el Reino de Dios tratando las realidades temporales y ordenándolas según Dios2 . Se hace necesaria más que nunca la participación activa de los fieles laicos; sobre todo cuando la misma dignidad del hombre, hijo de Dios, no es reconocida en diferentes ámbitos de su existencia. Cuando ocurre esto “el ser humano queda expuesto a las formas más humillantes y aberrantes de «instrumentalización», que lo convierten miserablemente en esclavo del más fuerte. Y «el más fuerte» puede asumir diversos nombres: ideología, poder económico, sistemas políticos inhumanos, tecnocracia científica, avasallamiento por parte de los mass-media3 . Una de las poblaciones más vulnerables en esta instrumentalización son los jóvenes y los más necesitados que esperan nuestra solidaridad nacida de la fe. Sobre ellos y sobre esos campos debemos reflexionar en el Sínodo. B.1. La Juventud Hoy se tiende a ver a los jóvenes solamente unidos a sus problemas y fragilidades que caracterizan la sociedad contemporánea. Se olvida, muchas veces, su afán sincero de la búsqueda de la justicia, la igualdad y la verdad. Esa búsqueda nos lleva a presentarles la verdad sin medidas, pues “si a los jóvenes se les presenta a Cristo con su verdadero rostro, ellos lo experimentan como una respuesta convincente y son 1 Decreto de Convocatoria XX Sínodo Arquidiocesano de Lima, 16 junio del 2014. 2 CONCILIO VATICANO II, Constitución dogmática Lumen Gentium, n. 31. 3 JUAN PABLO II, Exhortación apostólica Christifidelis Laici, n. 5.

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Parroquia Santuario “Señor de la Divina Misericordia”

XX SÍNODO ARQUIDIOCESANO LIMENSE PRIORIDADES DEL SÍNODO

Nuestra misión es difundir el mensaje de Cristo a todos los hombres. La difusión del mensaje y de la vida cristiana es un fenómeno de “contagio” del afán de unión con Dios, más que de mera comunicación de ideas, sobre todo en nuestros días, tan de vuelta de los sistemas y de las ideologías. El mensaje de Cristo interpela todos los aspectos de la vida humana. El discípulo misionero debe llevar la luz de Cristo a todas esas realidades.

No obstante para hacer más eficaz el Sínodo, se han planteado cuatro temas, que no son excluyentes pues en la vida de los fi les todo se relaciona e implica mutuamente. Estos son:

A. Matrimonio, familia y vida: la preparación para el matrimonio que incluye la formación de la fe en la familia y otros aspectos relacionados con la custodia de la vida humana.

B. Llamada universal a la Santidad: la participación de los fieles laicos, llamados a la santidad en el mundo, en todos los ámbitos de la vida pública y privada.

C. Sacerdotes y vida religiosa: la preparación y la formación permanente de los sacerdotes y de los consagrados y consagradas que trabajan apostólicamente en la Arquidiócesis, así como la promoción de la pastoral vocacional.

D. La vía de la caridad: las obras de misericordia y servicios de caridad social en beneficio de los más necesitados.

B. LLAMADA UNIVERSAL A LA SANTIDAD

“Sobre la participación de los fieles laicos, llamados a la santidad en el mundo, en todos los ámbitos de la vida pública y privada”1.

Los fieles laicos son la gran mayoría de católicos en la Iglesia. Ellos, como lo recordó el Concilio Vaticano II, tienen una peculiar vocación, cuya finalidad es la de “buscar el Reino de Dios tratando las realidades temporales y ordenándolas según Dios”2.

Se hace necesaria más que nunca la participación activa de los fieles laicos; sobre todo cuando la misma dignidad del hombre, hijo de Dios, no es reconocida en diferentes ámbitos de su existencia. Cuando ocurre esto “el ser humano queda expuesto a las formas más humillantes y aberrantes de «instrumentalización», que lo convierten miserablemente en esclavo del más fuerte. Y «el más fuerte» puede asumir diversos nombres: ideología, poder económico, sistemas políticos inhumanos, tecnocracia científica, avasallamiento por parte de los mass-media”3. Una de las poblaciones más vulnerables en esta instrumentalización son los jóvenes y los más necesitados que esperan nuestra solidaridad nacida de la fe. Sobre ellos y sobre esos campos debemos reflexionar en el Sínodo.

B.1. La Juventud

Hoy se tiende a ver a los jóvenes solamente unidos a sus problemas y fragilidades que caracterizan la sociedad contemporánea. Se olvida, muchas veces, su afán sincero de la búsqueda de la justicia, la igualdad y la verdad. Esa búsqueda nos lleva a presentarles la verdad sin medidas, pues “si a los jóvenes se les presenta a Cristo con su verdadero rostro, ellos lo experimentan como una respuesta convincente y son

1 Decreto de Convocatoria XX Sínodo Arquidiocesano de Lima, 16 junio del 2014. 2 CONCILIO VATICANO II, Constitución dogmática Lumen Gentium, n. 31. 3 JUAN PABLO II, Exhortación apostólica Christifidelis Laici, n. 5.

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capaces de acoger el mensaje, incluso si es exigente y marcado por la cruz”4. De ahí la importancia de la formación doctrinal y moral de los jóvenes; a ellos les gusta ser protagonistas de su propia formación y son sensibles al respeto, la tolerancia y el pluralismo. Por tanto deben conocer y practicar la doctrina cristiana para darle sentido a su existencia y enseñarles a vivirla en plenitud. De este modo cada joven podrá responder mejor a la vocación que ha puesto el Señor para él.

Un ámbito de formación de la juventud es la catequesis de Confirmación. Los programas de catequesis para la Confirmación deben seguir los mismos criterios de unidad de contenido en los te- mas y duración en la catequesis. En estos programas de catequesis, así como en otros programas de formación de jóvenes, hay algunos aspectos que deben orientarse mejor: educación de la sexualidad y de la afectividad; el diálogo entre la fe y la ciencia; virtudes humanas; actividades de voluntariado, entre otros.

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Cuestionario para la reflexión

B. LLAMADA UNIVERSAL A LA SANTIDAD

B.1. La Juventud

1. ¿Qué porcentaje de los jóvenes evangelizados asumen un compromiso concreto en la parroquia, movimientos eclesiales u otros grupos o proyectos de la Iglesia?

2. Sobre el método: ¿Qué puntos positivos y negativos se descubre en la organización de la pastoral juvenil? 2.1. ¿Y qué mejoras se pueden aplicar en el método utilizado para acercar a los jóvenes a Dios?

3. ¿Estamos dando a los jóvenes en la Iglesia los medios para que puedan enfrentar el relativismo moral, reconociendo el valor sagrado de la vida, el recto ejercicio de la sexualidad, el valor de la pureza en el amor, etc.?

3.1. ¿Y qué podríamos hacer, en forma realista y práctica, para que ellos puedan defenderse con mayor eficacia de estos ataques de la sociedad?

4. ¿Qué medidas se pueden tomar para que los jóvenes lleguen al matrimonio bien preparados, valorando la virtud de la castidad y el sentido auténtico del amor?

5. ¿Cree usted que la formación catequética daría más frutos si se prepara a los jóvenes en ámbitos separados varones de mujeres?

4 JUAN PABLO II, Carta apostólica Novo Millennio Ineunte, n. 9.