Sobre El Renacimiento

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SOBRE EL RENACIMIENTO G. dijo en una oportunidad que en los Evangelios aparecen muchas cosas que se refieren a la enseñanza interior sobre la naturaleza y las posibilidades del Hombre, pero que por lo general los puntos esenciales han sido dejados de lado. O se omiten o se dan de un modo desordenado -y aparecen sin conexión alguna. En el extracto de las charlas de G. que ahora voy a citar, se habla de tres ideas principales: muerte, nacimiento y sueño. Todos saben que el Nuevo Testamento dice que un hombre puede renacer, o nacer otra vez, o nacer nuevamente o nacer desde arriba (interpretación literal). Cristo dice a Nicodemo: "Que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios." (Juan, III 3.) Quiere decir en el lenguaje del Trabajo que un hombre no puede entrar en el Círculo Consciente de la Humanidad a menos que nazca de nuevo o nazca desde el Trabajo. En rigor de verdad, el Trabajo debería decir: "A menos que nazca", porque el nacimiento físico no es nacer en el sentido esotérico. Cuando un hombre deja de ser un hombre mecánico, cuando se vuelve consciente, cuando el "Yo" Real aparece en él, entonces es un Hombre. En las 7 categorías de hombres dadas por el Trabajo, los hombres Nos 1, 2 y 3, que comprenden a la mayor parte de la humanidad, pertenecen al círculo de los hombres mecánicos, al círculo de la confusión de las lenguas, de Babel, donde nadie puede estar de acuerdo ni comprender a otra persona. Cabe decir que aquellos que han nacido están de acuerdo y se comprenden los unos a los otros, porque las dos cosas son iguales. Entre los hombres de la Humanidad Consciente hay comprensión. En este Trabajo buscamos aprender un lenguaje común con el fin de comprendernos mejor unos a otros. Por último buscamos nacer, pero para nacer es preciso morir, y para morir es preciso primero despertar. Cristo, en las palabras que se le

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Cuarto Camino. Maurice Nicoll

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SOBRE EL RENACIMIENTO

G. dijo en una oportunidad que en los Evangelios aparecen muchas cosas que se refieren a la enseanza interior sobre la naturaleza y las posibilidades del Hombre, pero que por lo general los puntos esenciales han sido dejados de lado. O se omiten o se dan de un modo desordenado -y aparecen sin conexin alguna. En el extracto de las charlas de G. que ahora voy a citar, se habla de tres ideas principales: muerte, nacimiento y sueo. Todos saben que el Nuevo Testamento dice que un hombre puede renacer, o nacer otra vez, o nacer nuevamente o nacerdesde arriba (interpretacin literal). Cristo dice a Nicodemo: "Que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios." (Juan, III 3.) Quiere decir en el lenguaje del Trabajo que un hombre no puede entrar en el Crculo Consciente de la Humanidad a menos que nazca de nuevo o nazca desde el Trabajo. En rigor de verdad, el Trabajo debera decir: "A menos que nazca", porque el nacimiento fsico no es nacer en el sentido esotrico. Cuando un hombre deja de ser un hombre mecnico, cuando se vuelve consciente, cuando el "Yo" Real aparece en l, entonces es un Hombre. En las 7 categoras de hombres dadas por el Trabajo, los hombres Nos 1, 2 y 3, que comprenden a la mayor parte de la humanidad, pertenecen al crculo de los hombres mecnicos, al crculo de la confusin de las lenguas, de Babel, donde nadie puede estar de acuerdo ni comprender a otra persona. Cabe decir que aquellos que han nacido estn de acuerdo y se comprenden los unos a los otros, porque las dos cosas son iguales. Entre los hombres de la Humanidad Consciente hay comprensin. En este Trabajo buscamos aprender un lenguaje comn con el fin de comprendernos mejor unos a otros. Por ltimo buscamos nacer, pero para nacer es preciso morir, y para morir es preciso primero despertar. Cristo, en las palabras que se le atribuyen, dijo sencillamente: "Que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios." En otro lugar dice: ""Es preciso despertar (traducido por 'estar alerta') y orar." En otro lugar Cristo dice: "Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo... (Juan, XII 24)." Han de ver en lo que sigue cmo las cosas fueron dispuestas de un modo equivocado, por cierto como si la gente que lo hizo no hubiese comprendido lo que haba odo. Supongamos que la enseanza de los Evangelios hubiera sido comprendida en el sentido de que un hombre deba despertar antes de poder hacer algo y que en ello est implcito el llegar a tener conciencia de lo que se es realmente. Cabe imaginarse que en este caso todo el curso del Cristianismo esotrico habra sido diferente. Basta pensarlo para darse cuenta de la imposibilidad de morir para s mismo a menos de despertar para s mismo, por ms penoso que sea el despertar.Agregar otra cosa aqu. Recuerden que ya hemos dicho que las influencias C, que proceden directamente de la Humanidad Consciente, siempre se convierten en influencias B cuando entran en la vida. De las escuelas que estaban en relaciones con Cristo nada emergi a la vida exterior por lo menos durante medio siglo. nicamente en la atmsfera de una escuela pueden ser verdaderamente preservadas las influencias C. Sin esta atmsfera, la gente las adapta a s misma y a su nivel de comprensin y a lo que creen que es justo o injusto. Como consecuencia de ello no reparan en los puntos esenciales, las cosas no se disponen bien, todas las verdades desagradables se descartan, y todo cuanto parece increble desde el punto de vista de la vida tambin se omite. Adems, todo es falseado por los prejuicios generales, las costumbres y los puntos de vista morales de la poca. Luego es preciso recordar que en aquellos das todos los manuscritos eran copiados a mano y que los escribas alteraban naturalmente las oraciones con las cuales no estaban de acuerdo o que no comprendan, del mismo modo que insertaban ideas que crean necesarias, etc. Las influencias C no pueden existir en la vida y siempre se convierten en influencias B. La mente del Hombre, que se fundamenta en los sentidos, debe ser elevada a tal punto que ya no pueda para dar un ejemplo seguir pensando en trminos de S o de No acerca de todas las cosas.Ahora les leer algo que G. dijo hace muchos aos: "Muchas veces me hacen preguntas en relacin con los diversos textos, parbolas, etctera de los Evangelios. Segn mi parecer no ha llegado an el momento de hablar sobre los Evangelios. Esto exige un mayor conocimiento. Pero de vez en cuando nos remitiremos a ciertos textos de los Evangelios y nos servirn de punto de partida para nuestras discusiones. Esto les ensear a discurrir sobre ellos de un modo correcto y, sobre todo, a darse cuenta de que en los textos conocidos por nosotros, por lo general faltan los puntos esenciales."Para empezar, examinemos el muy conocido texto sobre la semilla que debe morir con el fin de nacer: 'De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.' *Este texto tiene distintos significados y muchas veces nos remitiremos a l. Pero ante todo es necesario conocer el principio contenido en el texto en la ms amplia medida y aplicarlo al hombre.Hay un libro de aforismos que nunca fue publicado. Ya he mencionado antes ese libro en relacin con el significado del conocimiento, y entonces cit un aforismo de dicho libro.Con referencia a lo que ahora estamos explicando, este libro dice lo siguiente: 'Un hombre puede nacer, pero para que pueda nacer, es preciso que mueran? No quieren morir. En este punto es donde la posibilidad despierte.'En otro lugar dice: 'Cuando un hombre despierta puede morir; cuando muere puede nacer.'Es preciso descubrir lo que esto significa. 'Despertar', 'Morir', 'Nacer', estas son 3 etapas sucesivas. Si estudian los Evangelios atentamente vern que muchas veces los textos se refieren a la posibilidad de 'nacer' a la necesidad de 'morir'; y otras a la necesidad de 'despertar.' 'Estad alertas, porque an no conocis la hora...', etc. Pero estas tres posibilidades del hombre, despertar, morir y nacer, no estn enunciadas en relacin de la una con la otra. No obstante, en ello estriba todo. Si un hombre muere sin haber despertado, no puede nacer. Si un hombre nace sin haber muerto, no llega a convertirse en una 'cosa inmortal'. As el hecho de no haber 'muerto' le impide al hombre 'nacer'; el hecho de no haber 'despertado' le impide 'morir'; y si hubiera nacido sin haber 'muerto', esto le impedira 'ser'.Ya hemos hablado bastante sobre el significado de hacer 'nacido'; esto se relaciona con el comienzo de un nuevo crecimiento de la esencia, el comienzo de la formacin de la individualidad, el comienzo de la aparicin de un 'Yo' indivisible.Con el fin de ser capaz de lograrlo, o al menos de empezar a lograrlo, un hombre debe morir, es decir, es preciso que se libere de mil apegos mezquinos y de la identificacin que lo mantiene en la posicin en la cual est. Tiene apego a todo en su vida, apego a su imaginacin, apego a su estupidez, apego a sus sufrimientos ms que a cualquier otra cosa. Es preciso que se libere de este apego. El apego a las cosas, la identificacin con ellas, mantienen vivos a mil 'Yoes' intiles en el hombre. Estos 'Yoes' deben morir para que pueda nacer el gran 'Yo'. Pero qu hay que hacer para mueran? No quieren morir. En este punto es donde la posibilidad de despertar acude para salvarlo. Despertar significa darse cuenta de la propia nadidad, darse cuenta de su completa y absoluta mecanicidad e impotencia. Y no basta darse cuenta de ello filosficamente en palabras. Es preciso que el hombre se d cuenta de ello mediante hechos claros, sencillos y concretos, mediante sus propios hechos. Cuando un hombre empieza a conocerse un poco, ver en s mismo muchas cosas capaces de horrorizarlo. Mientras un hombre no se horrorice de s, no sabe nada acerca de s mismo. Resuelve arrojarlo fuera de s, detenerlo, ponerle fin. Pero por ms esfuerzo que haga, siente que no puede lograrlo, que todo permanece tal como estaba. Aqu ver su impotencia, su incapacidad y su nadidad. Cuando comienza a conocerse a s mismo, un hombre ve que no tiene nada que sea suyo, es decir, que todo cuanto ha considerado como suyo, sus gustos, puntos de vista, convicciones, hbitos, hasta sus defectos y vicios, todo ello no es suyo, sino que fue tomado en prstamo de algn lugar. Al sentirlo, un hombre comprende su nadidad. Y al sentir su nadidad, un hombre se ve tal como es realmente, no por un segundo, no por un momento, sino constantemente, sin olvidarlo nunca.Esta continua conciencia de su nadidad y de su incapacidad dar eventualmente al hombre el valor de 'morir', es decir, 'morir' no slo mentalmente, o en su conciencia, sino 'morir' de hecho y renunciar realmente y para siempre a aquellos aspectos de s que son innecesarios desde el punto de vista de su crecimiento interior, o que lo obstaculizan. Estos aspectos son, ante todo el 'Falso Yo', y luego todas las ideas fantsticas acerca de su 'individualidad', 'voluntad', 'conciencia', 'capacidad de hacer', poderes, iniciativa, determinacin, etctera.NOTAMe parece conveniente subrayar que en este Trabajo no tratamos de seguir siendo tal como somos, sino que tratamos de cambiar. Todo cambio es interior y tiene su punto de partida en la interioridad, su comienzo es ver lo que se es. Nadie puede ver lo que es y no cambiar. Los lmites, las actitudes, las imgenes de s, el comportamiento mecnico, las formas caractersticas de consideracin interior, la justificacin en base a los otros, nuestras ideas sobre la vida, nuestras maneras de pensar, las formas de auto-' estimacin, y sobre todo, los modos de identificacin, todas esas cosas deben cambiar en nosotros si queremos cambiar. No se puede, mientras se siga apegado a las limitaciones e impregnado de la misma manera de considerar y juzgar las cosas, de la auto-estimacin y de las reacciones caractersticas, llegar a cambiar en s mismo, aun cuando uno vaya a un desierto y viva alimentndose con un vaso de agua por da. Para cambiar es preciso que la gente trabaje sobre s y trate de separarse de lo que es, y que se observe a s misma, con arreglo a lo que dice el Trabajo.Fragmento tomado de Comentarios psicolgicos sobre las enseanza d Gurdjieff y Ouspensky de Maurice Nicoll