SOBRE HORIZONTE DE HISTORIA - … · decirse del resto de Europa. debiendo otorgarse a la...

16
SOBRE EL HORIZONTE DE LA HISTORIA POR PABLoO MARTINEZ DEL RIO El año de 1931, así como el de 1930. ha sido verdaderamente fructífero en descubrimientos de importancia para todos los que se dedican a los estudios históricos; además. durante el mismo lapso de tie'mpo se han venido publi- cando. especialmente en revistas y anua- rios. los resultados de los trabajos lle- vados a cabo por investigadores de todo género. en fechas algo anteriores. pero todavía relativamente recientes: aparte de esta información más bien objetiva. se han dado también a la luz importantes estudios en el orden me- ramente especulativo. Atento a ese concepto integral de su misión que el curso de la investiga- ción científica viene imp'oniéndole cada vez más. aquel que se consagra a la historia vese hoy más que nunca obligado a aventurarse. aunque sea conteniendo la respiración. dentro de cercados sobre los cuales sus derechos jamás han llegado a quedar muy cla- ramente definidos. Pero el hecho es que cualquiera que pretenda intere- sarse por la vida de los hombres en épocas pasadas no puede desatenderse las enseñanzas de los arqueólo- gos. de los antropólogos. de los et- ñólogos y de los lingüistas; y sur- ge la extraña situación que. mientras por tin lado se estrecha cada día más el círculo de la especialización dentro del cual las tendencias moder- nas tratan de circuris'cribirlo. mayores. pór otra parte. resultan los cono- cifuierttos generales que d'e él se exi- gen. Quien dude d'e esta aieveración no tiene mas que recurrir a cualquiera de las qQras más importantes que se han publicado en estos últimos dos años. Citaremos. por ejemplo. ese trabajó de enciclopédica erudición "Who are the Greeks?". del profesor Myers. El autor. al abordar un pro- blema que por cierto constituye uno de los temas más seductores que pue- den hallarse en todo el campo de la historia. ha intenta:do con éxito estudiar el asunto desde todos los puntos de vis- ta posibles e imaginables. con el re- sultado que su obra viene a descom- ponerse en una serie de monografías de las cuales una podría haber sido escrita por un filólogo. otra por un arqueólogo. y así demás. Pero pocos son los que se encuentran realmente capacitados para una empresa de esa índole. y entre tanto la situación se;' ñalada. lejos de resolverse. se agrava cada día en forma palpable. sin que pueda hallársele ninguna soluci6n. Los adelantos modernos han in:fIuído en grado difícil de exagerar sobre lo's trabajos de investigación histórica. a veces en formas que ciertamente rtunca hubiesen soñado sus descubridores respectivos. En Siria. lo mismo que en Inglaterra-para citar ilólo dos casós- el aeroplano. puesto al servicio de la arqueología. ha permitido que se ha- gan descubrimientos interesantísimos. 10calizáRdose carreteras y trabajos de terracería de épocas ya muy lejanas y acerca de cuya existencia no se te- nía ni siquiera una sospecha. El auto- móvil. por su parte. ha facilitado el estudio. en los desiertos de Africa. de 281

Transcript of SOBRE HORIZONTE DE HISTORIA - … · decirse del resto de Europa. debiendo otorgarse a la...

SOBRE EL HORIZONTEDE LA HISTORIA

POR PABLoO MARTINEZ DEL RIO

El año de 1931, así como el de 1930.ha sido verdaderamente fructífero endescubrimientos de importancia paratodos los que se dedican a los estudioshistóricos; además. durante el mismolapso de tie'mpo se han venido publi­cando. especialmente en revistas y anua­rios. los resultados de los trabajos lle­vados a cabo por investigadores detodo género. en fechas algo anteriores.pero todavía relativamente recientes:aparte de esta información más bienobjetiva. se han dado también a la luzimportantes estudios en el orden me­ramente especulativo.

Atento a ese concepto integral desu misión que el curso de la investiga­ción científica viene imp'oniéndole cadavez más. aquel que se consagra a lahistoria vese hoy más que nuncaobligado a aventurarse. aunque seaconteniendo la respiración. dentro decercados sobre los cuales sus derechosjamás han llegado a quedar muy cla­ramente definidos. Pero el hecho esque cualquiera que pretenda intere­sarse por la vida de los hombres enépocas pasadas no puede desatendersedé las enseñanzas de los arqueólo­gos. de los antropólogos. de los et­ñólogos y de los lingüistas; y sur­ge la extraña situación que. mientraspor tin lado se estrecha cada díamás el círculo de la especializacióndentro del cual las tendencias moder­nas tratan de circuris'cribirlo. mayores.pór otra parte. resultan los cono­cifuierttos generales que d'e él se exi­gen.

Quien dude d'e esta aieveración no

tiene mas que recurrir a cualquierade las qQras más importantes que sehan publicado en estos últimos dosaños. Citaremos. por ejemplo. esetrabajó de enciclopédica erudición"Who are the Greeks?". del profesorMyers. El autor. al abordar un pro­blema que por cierto constituye unode los temas más seductores que pue­den hallarse en todo el campo de lahistoria. ha intenta:do con éxito estudiarel asunto desde todos los puntos de vis­ta posibles e imaginables. con el re­sultado que su obra viene a descom­ponerse en una serie de monografíasde las cuales una podría haber sidoescrita por un filólogo. otra por unarqueólogo. y así demás. Pero pocosson los que se encuentran realmentecapacitados para una empresa de esaíndole. y entre tanto la situación se;'ñalada. lejos de resolverse. se agravacada día en forma palpable. sin quepueda hallársele ninguna soluci6n.

Los adelantos modernos han in:fIuídoen grado difícil de exagerar sobre lo'strabajos de investigación histórica. aveces en formas que ciertamente rtuncahubiesen soñado sus descubridoresrespectivos. En Siria. lo mismo que enInglaterra-para citar ilólo dos casós­el aeroplano. puesto al servicio de laarqueología. ha permitido que se ha­gan descubrimientos interesantísimos.10calizáRdose carreteras y trabajos deterracería de épocas ya muy lejanasy acerca de cuya existencia no se te­nía ni siquiera una sospecha. El auto­móvil. por su parte. ha facilitado elestudio. en los desiertos de Africa. de

281

ltrande. ciudades de la época romanaque hubieron de abandonarse haceya mucha. centurias debido a la cre·ciente sequedad de e.a región y quede.de e.a fecha yacían inaccesible. eignoradas. mudo. testigo. de unaprosperidad que definitivamente lasabandonó.

Lo que decíamos acerca de la ampli.tud y la extensión de los conocimien·tos que ahora se requieren de aquellosque se consairan a la historia y a lasciencias en general. se aplica como ato·dos al arqueólogo y al prehistoriador.Ellos son. en cambio. los que logranmu·chas de las mejores cosechas. Pero se·ría injusto negarles el fruto de sulabor; una labor en que abundan fra.casos de los cuales no llegamos ge·neralmente a saber nada. y desarro·llada a veces en condiciones que mi.nan la salud y hasta ponen en peligrola existencia.

Insistamos. por lo tanto. que si ahorase perlilan ante nuestros ojos con con­tornos de certeza civilizaciones y cul­turas antes casi totalmente descono·cidas. ello se debe sobre todo a esabenemérita labor. Felicitémonos. ade·más. de que. a pesar de los males queafligen al mundo. sea esta. además. unaforma de actividad que hasta ahora noparece haber tendido a reducirse o adisminuir. No se trata sólo de nuestropaís-ejemplar en ese sentido-o sinode casi todas las naciones del mundoentero. Baste citar. con grave riesgode incurrir en serias omisiones. lasexploraciones y excavaciones prac­ticadas en China y en la India. en laMesopotamia. en Siria y a orillas delNilo. Creta. Chipre. Corinto yel "ágo.ra" de Atenas. han seguido entregan­do sus secretos. y lo mismo podríadecirse del resto de Europa. debiendootorgarse a la _administración italianaun tributo muy especial con ese mo­tivo.-

Sólo por vía de información escoja.mos. casi al azar. algunos temas re.cientes:

EL 5INANTROPC>

Aunque el asunto es en realidad dela competencia de los antropólogos

282

y de los prehistoriadores. los descu.brimientos relacionados con el ya fa..moso "sinantropo". u "hombre deChinaoo. son de tal naturaleza impor­tantes que merecen aunque sea unabreve mención. Junto con el "pite.cantropo" u "hombre mono". deDubois. y el "eoantropo" u "hombrede la aurora". de Dawson. el "sinan­tropo" ocupa ya un puesto muy espe­cial en todo lo que atañe a la evoluciónhumana.

Ante todo recordemos unas cuantasfechas. Los hallazgos de Dubois. osean parte de un cráneo. _dos dientesy un fémur. se llevaron a cabo en Tri.nil. isla de Java. desde 1891. y comen­zaron a suscitar las -más vivas polémi­cas tres años más tarde, Unos cuantosaños después llegó a poder de un sabioalemán. Schlosser. un molar fósil com-

FIC¡. 1-- PITHECANTROPHUS

prado por un colega a un boticario dePekín. entre otros llamados "restosde dragón", En 1903 SchloBser hizoa este propósito una serie de atinadí­simas predicciones que el tiempo enparte ha venido a confirmar; pero aeso se redujeron. por el momento. losestudios relacionados con el •• Binan­tropo". Nueve años más adelante so·brevino el hallazgo del ..eoantropo oo.

en Piltdown. Inglaterra. seguido porotros descubrimientos llevados a caboen ese sitio por el mismo investigador.Dawson. con la colaboración del doctorSmith Woodward. Pero no fue hasta1921 que se comenzó a acometer elestudio de 105 restos de Chou Kou Tien.al principio en forma meramente ca·sual.

Posteriormente ya pudieron llevarse

a cabo las exploraciones con el desaLo­sto necesario. primero por el doctorZdansky y después por otros inve.­ti~adores. De los descubrimientospracticados en 1927, el doctor Da-

FICi. 11 -- EOANTHROPUS

vidson Black pudo anunciar con fir­meza que se trataba de una nuevaespecie de la familia humana. y eldoctor Young y el padre Chardin, a suvez, comprobaron 'que los fósiles nopodían corresponder más que a losprimeros tiempos del Pleistoceno. Nó­tese sin embar~o que el primer cráneocasi completo no lle~ó a descubrirsehasta diciembre de 1929, aunque yaantes se habían hallado diversos fra~­mentos,l

La noticia no tardó en propa~arse

por el mundo entero. Como escribe elconocido experto Elliot Smith. el crá­neo "disipó los principales elemen-

1 Una breve nota sobre el sinantropo apa­reció en esta revista, T. l., pág. 357. Cf. igualmente. Elliot Smith, Discovery 01 PrimitiveMan in China, en Antiquity, marzo de 1931,pág. 21. Los últimos descubrimientos apenassi comienzan a ser publicados, aunque un pe­queño informe ya apareció en un diario de estacapital. Cf. también el artículo del mismodoctor Elliot Smith en el Times, diciembre 17de 1931. Los croquis se han hecho de acuer­do con los originales respectivos en Antiquity,Organic Evolution, del profesor R. S. Lull, yA Text-book 01 Geology, de Pirsson y Schu­chert. Al escribir esta nota meramente infor­mativa carezco de datos muy importantes,como lo son la capacidad del cráneo, etc. Nó­tese sin embargo el espesor del mismo. En elproceso de fosilización el interior se vio inva·dido por materia calcárea.

tos de duda y la incertidumbre respectoa los otros géneros primitivos de lafamilia humana, o sea el "pitecantropo..y el "eoantropo", suscitando. por lotanto. enorme interés entre los antropó­lagos ••• Sea o no sea el hombre dePekín más antiguo que los fósiles en­contrados en Java y en Sussex (In­glaterra). no hay duda que representaun tipo más primitivo. Sus caracte­rísticas se hallan más generalizadas,

PICi. IIJ -. SINANTHROPUS

algunas de ellas recordando la ascen­dencia simiesca del hombre. y otrasanticipando. en forma extraña. lascalidades que hasta hoy se consideraban

'propias al "homo sapiens". En otrostérminos. el "sinantropo" nos permiteima~inarnos las características de losprimeros miembros de la familia hu­mana. desde el momento que nos revelaun tipo que. aunque humano. resultacon notables semejanzas con el monoy se, halla evidentemente cerca de lalínea de ascendencia directa del hom­bre moderno".

La importancia de los últimos des­cubrimientos relacionados con el "si­nantropo" radica en que ha quedadocomprobado en forma irrefutable queél y los suyos alcanzaron un grado decultura que jamás se hubiese sospe­chado en seres que. a pesar de todo.resultan anatómicamente aún bienalejados del hombre de hoy en día.Como indica el profesor Elliot Smith.ya desde hace tiempo se había halladoun pedazo de cuarzo cuya presencia enel mismo stratum fosilífero que losrestos humanos resultaba difícil deexplicar, pero otros descubrimientospracticados en 1931 y materia de la

283

comunicación dirigida por el señorPéi a la Sociedad Geológica de China.ya no dejan lugar a duda. Los ha~

llazgos y deducciones de~ señ~r Pelhan sido conlirmados por diversosantropólogos de autoridad plenamen~ereconocida. entre ellos el abate Breull.

Queda. por lo tanto. irrefutablementeestablecido. ya que lo atestiguan másde dos mil piezas de cuarzo halladashasta la fecha. que el "sinantropo"entendió de la fabricación de útiles:punzones. raspaderas y demás. Elmaterial es malo; los útiles. sin embar­go. están bien labrados. A pesa.r decierta semejanza con el mustenano.deben. no obstante. clasilicarse comoprechelenses. De los huesos de ani­males descubiertos se deduce que el"sinantropo" gustaba mucho del tué­tano. toda vez que muchos de ellos sehallan partidos a lin de permitir suextracción. Breuil también alega quese sirvió de los cráneos como de reci­pientes para beber. Déjase tambiéncompletamente establecido que estecazador primitivo (que entre sus vrc­timas contaba animales veloces. comoel ciervo) hizo uso constante del fuego.

Dadas las caractedsticas anatómicasdel "sinantropo". todo ello no dejade resultar. como se ha dicho. en altoextremo interesante. En resumen. y pa­ra citar una vez más al doctor ElliotSmith. "ya no se puede conceptuaral "sinantropo" ni al "pitecantropo"como tipos sub-humanos.•• El hechoque haya sabido convertir pedazos decuarzo en útiles demuestra la habilidadde sus manos. de la misma manera quela circunstancia de que supiese valersedel fuego nos revela su inteligencia ysu facultad de iniciativa".

LA CUNA DE LA CIVILIZACION

Ya no son solamente Egipto y Su­meria que se adjudican el honor de ha­ber sido la cuna de la civilización. Dehoy en adelante los libros de historiahabrán de consagrar. entre sus pri­meroll cáprtulos. uno poi' lo menos alos extraordinarios fenómenos cultu­rales que Ite maniliestaron en el valle

284

del Indo desde el cuarto milenio antesde Cristo. (3350-2750 a. ]. C.)

La civilización del Indo. cuya tras­cendencia venra vislumbrándose des­de hace varios años. hasta ahora co­mienza a ser conocida debidamente.Un importante libro dedicado a lasexcavaciones practicadas en Mohenjo­daro por el Servicio de Arqueologü dela India nos la revela en forma ampliaen su alcance a la vez que minuciosa enel detalle. El libro desgraciadamen_te aun no llega a nuestras manos. pe­ro un excelente comple rendu de SirArthur Keith. 1 nos proporciona ciertavisión de conjunto de la cual se puedenademás sacar multitud de datos in­teresantes.

Mohenjo-daro yace a unas doscien­tas millas de la desembocadura delIndo. y han venido ocultando sus res­tos cerca de diez metros de aluvióndepositado por el río. La importanciaque debió haber tenido la ciudad enotros tiempos puede calcularse si setoma en cuenta que las ruinas cubrenuna superlicie de cien hectáreas. Perono se trata de un brote aislado: apartede Mohenjo-daro se han descubiertonumerosos sitios arqueológicos co­rrespondientes a la misma cultura yque se extienden desde el mar hastalos contrafuertes del Himalaya.

Las excavaciones. llevadas a cabopor un verdadero ejército de operarios.no sólo han permitido que se exhumen.como en Pompeya y en Herculano.manzanas enteras de la antigua ciudad.sino que aquí también han podido sacar­!le a la luz un sin lin de objetos de todasclases-entre ellos más de mil selloscilíndricos-mediante los cuales nosresulta ahora posible hacernos unaidea bastante aproximada acerca de lavida que llevaban los habitantes delvalle del Indo entre la trigésimacuarta

1 En el Illuslraled London News, diciembre19 de 1931. Dicho artículo se halla ilustrado connumerosas fotoO'rafías, algunas de las cualesnos han servido

opara los croquis que presen­

tamos y que son obra del profesor ValeríoPrieto. El London News, este año, como losanteriores, se ha venido señalando por la exce­lencia de su información gráfica con relacióna los últimos descubrimientos arqueológicos.

y la vigésimoctava centuria antes denuestra era. Además. aunque no sehan encontrado tumbas ni cementerios.por lo menos se ha realizado un inte­resante hallazgo de restos humanos.

Que los vecinos de Mohenjo-darohabían alcanzado un alto nivel decultura. no cabría discutirse. Desdeluego. eran verdaderos maestros encuestiones de urbanización: a lo largode las principales arterias corríancaños cubiertos para el drenaje de lascasas adyacentes. y como con jus­ticia advierte Keith. el hecho de queestas calles se conservasen rectas enuna ciudad donde se construía y re­construía continuamente. revela quedebe haber existido una rígida admi­nistración municipal capaz de hacerserespetar. Las calles son como de diezmetros de ancho. Un suntuoso bal­neario. provisto de una amplia piscinaabierta en el centro de un hermosopatio. se utilizaba sin duda alguna paralustraciones de carácter religioso.

Las casas particulares también secaracterizaban por su amplitud y con­sistían de una serie de estancias colo­cadas en torno de un patio central oaun. en muchos casos. de varios patios.Cada casa tenía su propio pozo. suscuartos de recepción. sus aposentosdestinados a albergar a los huéspedes.su cocina. piezas para la servidumbre.escaleras para las habitaciones altas y

un excelente sistema sanitario.

"IG.I-- MOHIl:NJQ-OJj.RO: SELl,.O

Desgra~iadamente.la civilización deMohenjo-daro no nos ha dejado. comQla de Mesopotamia. una document~..ción escrita, que nos proporcione in-

formes concretos sobre los hechos mássalientes de su historia. Ignoramoslos nombres de sus reyes. si los tu­vieron. y aun desconocemos cuál fue laorganización política y social de sushabitantes. Los sellos no han podidoaún descifrarse: algunos de ellos sonverdaderas obras de arte. como. por

FICI. 11-- MOHENJO-DAItO: SELLO

ejemplo. aquellos que nos muestranmagní:ficos ejemplares de ese ganadozebú que hasta hoy abunda en la In­dia. y de otros animales. pero lossignos no han revelado sus secretos.

También en el arte de la esculturalos ha_bitantes de Mohenjo-daro semostraron artistas consumados. Entreotros fragmentos se han descubiertotor~os casi dignos de un escultor helé­nico del siglo V; a juzgar por lasreproducciones que hemos visto•. animóal artista hind4 un espíritu naturalista.que lo aparta completanlente de /Ouscolegas de Mesopotamia y de Egipto.

A pesar de esta última circunstancialas ligas entre Sumeria y d Indo. yapresentidas desde h.ace tiempo. pa­recen quedar cada vez más :firmementecomprobadas. a tal grado que puedeconsiderarse ya fuera de toda discusiónque la civilización de Caldea y la deMohenjo-daro fueron. en cierto modo.civilizaciones hermanas. Sumeria yel Indo y~cen a más de dos mil kiló­metros de distancia. separados entresí por toda la planicie. del Iran; )l- esen esta región donde habría. según al­gunos. que buscar los antecedentes CQ­

munes de ambas culturas. Pero lo cierto

285

es que todo acusa ese parentesco: 1

los planos de las casas. los sellos. aunciertos indicios de sacrificios humanolpracticados. según parece. en formamuy parecida en Ur de los Caldeos yen Mohenjo-daro. 2

Flli. 111-- MOHENJO-DARO: TORSO

Por otra parte. y en palabras deldirector de la. excavaciones. debe te­nerse presente que "una civilización tandifundida como lo fue la calcolítica(que incluye la del Indo). con ramifi­caciones extendiéndose por el ponientehasta Tesalia y al sur de Italia y haciael oriente quizá hasta Honan y Chi­hli. en China. no pudo haber sido com­pletamente homogénea. Los pueblosque participaron de ella fueron devarias razas. hablaron idiomas dife­rentes. escribieron con caracteres dis­tintos. adoraron dioses diversos y deotras muchas maneras mostraron men­talidades diferentes. •• Pero entre ellos

1 Para la comprobllción de las relacionesculturales entre Sumeria y el Valle del Indo,véase el artículo Sind, Sumer and elsewhere,por Mackay, en Antiquity, diciembre de 1931.

2 cf. Woolley, Ur olthe Chaldees, Londres,1929, y The Sumerians, Oxford, s. f. Los in­formes sobre las excavaciones en Ur se encon- .trarán en diversos números del AntiquariesJournal.

286

existía una unidad fundamental deideas que con dificultad puede ex­plicarse por un mero intercambiocomercial". No hay duda que. segúndice Keith. "debemos buscar los orí­genes de la civilización en un períodomás remoto de lo que se ha pensadohasta ahora".

EL DIFUSIONISMO

Las relaciones entre Sumeria y elvalle del Indo nos traen inmediatamen_te a la memoria una cuestión que hoymás que nunca viene suscitando todogénero de discusiones; y nadie. es­pecialmente si tuvo la suerte de re­cibir ese poderoso estímulo que fuerondurante dos años consecutivos las bri­llantes conferencias dadas por el doctorPaul Rivet en el Anfiteatro de la Pre­paratoria. podrá negar la importanciay el interés del asunto que se dirime.

T rátase del difusionismo. ¿Qué­se preguntará-es el difusionismo?

Desgraciadamente. en toda esta cues­tión existe una carencia tan absolutade definiciones exactas. una divergen­cia do criterio tan notable entre la ma­yor parte de los que en ella intervienen.que sería seguramente imposible daruna contestación categÓ'rica que dejasea todos satisfechos. En términos ge­nerales. sin embargo. puede decirseque. más que otra cosa. el difusionismoe s una tendencia: una tendencia aretrotraer todas las manifestacionesculturales que ahora hallaríamos dise­minadas por el mundo entero a unnúmero muy limitado de puntos deorigen. quizá a un solo punto de origen;que hubo. en otras palabras. una es­especie de foco de irradiación cultural.y que desde ese foco las ideas. usos ycostumbres deque hoy comparten todoslos pueblos del globo. llevados pordiversos grupos humanos en el cursode sus migraciones. o trasmitidos porellos a otros grupos con quienes entra­ron en contacto a causa de operacionescomerciales o por cualquier otro mo­tivo. llegaron a extenderse sobre la su­perficie del planeta hasta abarcar lahumanidad entera. Como corolariode lo anterior existiría. según ellos.

un estrecho parentesco entre todaslas civilizaciones conocidas. y los tem­plos de Angkor y los de Chichen Itzá.las pirámides de Egipto y las de T eo­tihuacán no resultarían, se pue;de decir.más que frutos de un solo árbol.

El doctor Rivet no se halla sóloen la demanda. Al contrario. militana su lado en una forma u otra muchosde los más eminentes entre los antropó­logos de hoy en día, entre ellos el doctorElliot Smith. a quien se ajudicó, entreotros, el honroso cargo de primer po­nente en una interesante controversiasuscitada no hace muchos años alrede­dor de este problema tan interesante. 1

En general podría decirse que el di­fusionismo es un producto más bieneuropeo: y contra sus campeones. aquienes tildan de románticos y deilusos. yérguese de este lado del océanouna potente falange de investigadoresadmirablemente capacitados para re­peler los ataques de sus contrarios.y resueltos a defender la ciudadela atodo trance. Aunque no todos loscombatientes han llegado a ponersede acuerdo entre ellos. ya la batalla.en sí, ha llegado a adquirir una formabien definida. y como se ha dicho, lalucha se desarrolla. en una de sus fa­ses más importantes. alrededor denuestro continente americano.

Desde su centro de irradiación cul­tural plantado allá en el suroeste deAsia o en el noreste de Africa. los di­fusionistas lanzan a sus huestes. vec­tores, según ellos. de las ideas bá­sicas de la civilización superior. a lolargo de un complicado derrotero que.partiendo desde el punto señalado.las lleva a través de la India. de laPenínsula Malaya y de diversas islasde Oceanía o de Australasia hasta nues­tras costas occidentales. No se supone.repetimos. que haya sido un solo in­dividuo o aun un solo grupo de indi­viduos que realizó esta hazaña maravi­llosa. Más bien habríamos de imagi­narnos a diversos equipos de corredorespasándose unos a otros la tea de la ci-

1 Elliot Smith, Malinowski, Spinden,Goldenweiser; Culture; a Symposium. Lon­dres,1928.

vilización en el curso de una carreraque; pudo durar varios milenios.

No es esta la primera vez que en unaforma u otra los difusionistas o susantecesores lanzan sus columnas alasalto. Durante largos años insistieronen enviarnos. encabezando a una deéstas. ni más ni menos que al apóstolSanto Tomás. quien con su larga barbablanca y revestido de una especie dedalmática ornada de cruces. hubode cruzar el océano para predicar a lostoltecas y convertirse. con el tiempo, enQuetzalcoatl. Nadie. por otra parte. sehabrá olvidado de esa supuesta in­vasión de semitas-una de las tribusperdidas de Israel-.los cuales. valién­dose de la misteriosa Atlántida. segúnse nos dice señalada en el Timeo dePlatón, atravesaron desde el conti­nente africano para, desparramarsesobre el nuestro. Periódicamente. yhasta fechas recientes. determinadoviajero chino. generalmente pertene­ciente a la carrera diplomática. hamanifestado solemnemente que ciertainscripción aborigen se halla conce­bida en uno de los idiomas que anti­guamente se hablaban en el CelesteImperio. Del parecido entre ciertosmotivos que aparecen en la arquitectu­ra maya y la trompa del elefante algúndifusionista connotado. recordando queno existen elefantes en América. hacreído sacar una serie de conclusionesde incalculable trascendencia.

Relegados todos esos mitos y fan­tasías al sitio que les corresponde.reconozcamos sin embargo. que auncasi antes de comenzar a discutir lacuestión sobre un terreno más estre­chamente científico. nos será probable­mente necesario conceder una impor­tante victoria a los difusionistas. Elhombre-todos están de acorde enreconocerlo-no es originario de Amé­rica. Todo el largo proceso de la evo­lución humana debe haberse efectuadoen otro sitio ya que en restos que acu­sen dicha evolución nuestro continenteha resultado absolutamente estéril.y si el hombre vino de fuera hay quebuscarle alguna puerta de entrada.

Resulta. en primer lugar, conve-

287

niente volver 10. ojo. hacia el nor­e.te de nuestro continente. que aúnahora sólo se halla separado de la pe­nínsula de Escandinavia por una seriede mares que. en el verano y dividido.entre sí por tierra. intermediarias. nodebieron presentar un obstáculo insu­perable a un navegante. como ya entiempo. históricos no 10 presentarona los colonizadores de Islandia y deGroenlandia (que son las estacionesde tránsito a que no. referimo.) niaun a Eric el Rojo. y a sus compañeros.'Yerdaderos descubridores. 'entre loseuropeos modernos. de la tierra-brmeamericana. La ruta Noruega-La­brador no puede. por 10 tanto. desca­libcarae tan a la ligera. especialmente.i .e toma en cuenta que en otrostiempos existió en Europa una raza pa­leolítica correspondiente al magdale­niano-la raza de Chancelade--osteo­lógica y culturalmente muy parecida alo. esquimales modernos.

¿Bastan sin embargo estas seme­janzas tan grandes para establecer so­bre bases de seguridad absoluta unaposible colonización de América poresa ruta? Del lado americano no pue­de discutirse que anteriormente lose.quimales se extendían más hacia eleste de 10 que ocurre ahora. ya queocupaban las costas orientales deGroenlandia y los litorales frente aTierra Nueva. que baña el estrechode Belle Isle. Pero del otro lado delAtlántico no han logrado hallarse es­taciones del magdaleniano arriba deCreswell. Inglaterra. Esto no deja de re­.ultar verdaderamente sensible. puesen torno de la llegada a América de¡trupos humanos de esa época se hanformulado teorías que dejarían expli­cadas al¡tunas de las diferencias queexisten entre diversos pueblos ame­ricanos. Pero faltos de indicios de supaso no tenemos más remedio que.ujetarlo a todo género de dudas. amenos que descartemos la travesíatrasatlántica y se acepte la hipótesisde que esas tribus proto-esquimales.en vez de llegar por el noreste. re-

288

corrieron todo el continente asiáti­co y llegaron a América desde ahí.

Es esa la ruta que ahora se nos pre­senta. o sea ya a través del estrecho deBering. ya valiéndose de tierras hoysumergidas que yacían al sur de dichoestrecho. y ofrece muchos más elemen­tos de certeza; aún antidifusionistas co­mo Spinden la han aceptado. Segura­mente no nos saldremos de los límitesde la prudencia si aseveramos que unaserie de invas~onesmongoloides por esecamino puede considerarse hoy día

. como un hecho comprobado.

Siguiendo las costas del Pacibcohacia el sur. los difusionistas señalanvarios posibles punto~ de desembarcopara grupos de aventureros bronceados.en esta ocasión llegados de las islasdel Pacíbco o del continente australia­no. Tales puntos son la Baja California.el Perú y la Patagonia. y señálanse.entre otros argumentos. cierto pare­cido entre las ruinas mayas y las dela Península Malaya. así como se­mejanzas lingüísticas entre algunosidiomas de las islas del Pacíbco (y másallá todavía) y determinados idiomasamericanos. De comprobarse esasrelaciones. y a pesar de las distanciastan grandes que existen entre los li­torales de América y las islas más cer­canas. habría que conceder que losdifusionistas han ganado un puntoimportante.

Pero aún admitiendo diversas inmi-'graciones de grupos humanos a Amé­rica. como todos en cierto grado lasadmiten. queda por establecerse enqué estado cultural se hallaban losinvasores allleg'ar a nuestras costas ycuáles fueron las ideas que importaronconsigo. Existe también aquí unagran divergencia entre ambas escuelas:los antidifusionistas. de la misma ma­nera que reducen las puertas' de en­trada a América a un mínimum abso­luto. suponen que los inmigrantesvinieron en estados de cultura muyrudimentarios. pobres pescadores ocazadores incapaces de domeñar a lasfuerzas de la naturaleza para hacerlasservir a, sus propios usos. Sus con-

trarios. en cambio. con su insistenciaen la translación. de Asia a Europa. detipos arquitectónicos y otras caracte­rísticas de una cultura bastante eleva­da. se ven obligados a considerarloscomo gente ya muy adelantada en elcamino de la civilización.

Por lo que toca al campo arqueoló­gico que presenta América antes de quehaga su aparición la civilización supe­rior. debe confesarse que es muy dis­tinto al que nos ofrece el Viejo Mundo.tan rico en yacimientos de restos hu­manos y de útiles e implementos dediversas clases. Spinden cree que elhombre debió haber entrado a Amé­rica a principios del neolítico. ignoran­do todavía el arte de la agricultura.Supone que su llegada ha de haberocurrido hace por lo menos unos16.000 años. o sea cuando se lo permi­tió la recesión de los hielos que anteshubieron de extenderse sobre el norestede Siberia y el noroeste del Canadá.Diez mil años más debieron transcu­rrir. según él. entre esa fecha y los pri­meros indicios que tenem<lS acerca dela implantación de la agricultura. Detal manera. sin embargo. resulta de­nciente y discutible nuestra documen­tación arqueológica y antropológicasobre ese primer período. que no esextraño que algún difusionista hayacomparado la civilización americanaa la diosa Palas. saltando ya comple­tamente armada de la cabeza de Zeus.

Spinden. defensor del descubrimien­to de la agricultura en varios lugares dis­tintos. señala dos centros independien­tes en el Viejo Mundo. y otros dos en elNuevo. donde. según él. hubo de regis­trarse ese fenómeno. y sostiene queademás existieron diversos focos se­cundarios. Las cuatro grandes civi­lizaciones a que se renere son la queél atinadamente llama la civilizacióndel trigo. localizada en la Mesopotamiay en el valle del Nilo: la del maíz.originaria de las altiplanicies de laAmérica Central: la del arroz. surgidaen el sur de China. la Indonesia yBengala. y por último. la del cazave.vinculada con los mayas. Como éladvierte. una de estas civilizaciones

corresponde. en cada hemisferio. aun medio árido o sémiárido. y la otra.a un clima que se caracteriza por .uhumedad.

Aparte de su simétrica belleza. di­fícilmente podría encontrarse una ex­plicación que presente tanto. elemen­tos de verosimilitud cientínca. Advir­tamos de paso que los polinesios oaustralianos quedarían descalincado.como importadores de la civilizaciónsuperior a América. si. como .e ha a.e­verado. las isla. Hawaii no recibieronseres humanos hasta el año de 650d. ]. C•• y Nueva Zelandia dosciento.años después. ya que la civilizaciónamericana se remonta. naturalmente.a fechas muy anteriores: por lo tanto.la aportación a nuestro continentea través del Pacínco central y meridio­nal quedaría. de acuerdo con eso.datos y en caso de comprobarse la.conexIOnes lingüísticas ya citadas.reducida a la llegada. posterior a laprimera de esas fechas. de grupo.humanos sin gran trascendencia parael desarrollo de la cultura americana.

De todas las teorías presentada••la de Spinden. por lo tanto. parece lamás razonable: colonización de Amé­rica por el noroeste. llevada a cabo porgrupos de raza mixta. pero de caráctermongoloide. que se extendieron en di­versas ondas migratorias sobre todo elcontinente. Algunos de estos grupo.descubrieron el arte de la agricultura.escalón necesario para la civilizaciónsuperior. Concedamos. sin embargo. alos difusionistas la posibilidad-laremota posibilidad-de que cierto.otros grupos. de escaso signincativocultural. se hayan también innltradopor diversos rumbos. Pero lo últimoqueda aún por demostrarse. y entretanto. la batalla del difusionismo Be­guirá consistiendo en una serie decombates parciales.

HETITAS y AQUEOS EN LOS SlcaLOS

PREHOMERICOS

Las identincaciones de Forrer. aun­que ya lanzadas a la publicidad hacevarios años. siguen despertando el in-

289

terés que posee todo lo que se relacio­na con los orígenes de la civilizacióngriega. Cuestión abstrusa que. aunqueparcialmente despejada debido al des­cubrimiento. todavía relativamente re­ciente. de la otra civilización que an­tes que ella floreció en Creta y sobrelos litorales del Mediterráneo oriental.aun presenta problemas de importan­cia fundamental y de complejidad casiinfinita. He aquí, sin embargo. quedesde hace poco tiempo. y gracias a losarchivos hetitas hallados entre las rui­nas de la antigua capital de ese pueblo.un nuevo rayo de luz se abre paso en­tre las tinieblas e ilumina toda unaserie de acontecimientos sobre los cua­les aun las investigaciones de Evans yde sus colegas nos habían dejado aobscuras.

El redescubrimiento de aquella granfuerza política y cultural que durantemuchos años fue el Imperio Hetita esotra de las conquistas efectuadas engran parte por la arqueología. Ya des­de hace más de una generación los tra­bajos de Sayce. Perrot y otros habíanseñalado la importancia histórica delpueblo hetita. y sobre todo. de esa cul­tura hetita tan rica en monumentos ycuya influencia se extendió hasta Mi­cenas. en el Peloponeso. Pero no fuesino en 1907 que. gracias a las exca­vaciones practicadas por Winckler enel poblado moderno de Boghaz Keui.sito sobre las ruinas de la antigua ca­pital. fue posible sacar otra vez a laluz del día las tablillas qus constituíanel real archivo. y se vio la posibilidadde llenar ya con datos exactos lo quehasta entonces venía resultando unverdadero hueco en la historia. 1

Aunque ya desde 2750 a. ]. C. en­contrábase el hinterland del Asia Me­nor ocupado por diversas ciudades in­dependientes. no fue hasta cerca del año2000 que aparecen muchas de éstasagrupadas en un solo estado. con sucapital en Khatti o Hattusas. y lo su­ficientemente poderoso para adueñarse

1 Entre los libros recientes sobre los heti­tas debe señalarse, por constituir un excelen­te resumen, la obra del profesor Garstang:The Hillile Empire, Londres, 1929.

290

de Aleppo y penetrar hasta Babilonia.donde quedó derrocada la dinastía rei­nante. En tiempos en que el centro degravedad de esa parte del mundo sehallaba. ya en Egipto. ya en Mesopota_mia. el reino de Khatti. ocupando. co­mo se ha dicho. la meseta central delAsia Menor. y asomándose sobre Siriadesde los macizos montañosos que lalimitan hacia el norte. pudo organi.zarse políticamente bajo una adminis­tración centralizada y desarrollar a lavez una cultura que. aunque bajo la in­Huencia de las de Mesopotamia. nopor eso dejó de tener un carácter ente­ramente suyo.

Bajo Subbiluliuma (circa 1400). queabsorbe el reino de Mitanni entre elTigris y el Eufrates y avanza hasta lasregiones centrales de Siria. el imperiose acerca a su máximo de expansión yde poderío.' y ahora todos o casi todoslos pueblos del Asia Menor son vasa­llos suyos o por lo menos sus aliados.

En Khatti se hablaban diversas len­guas; tocó a Hrozny. en plena guerramundial. demostrar que una de éstas-el nasili, o sea la "lengua nues­tra"-es de innegable estirpe indoeu­ropea. Basta citar el pronombre kuis yel verbo esmi (yo soy): las afinidadesresaltan sobre todo en las declinacio­nes y conjugaciones y se relacionanmás bien con los idiomas del grupokentum, que. como es sabido. incluye ellatino el griego y las lenguas protoger-mánlcas.

El Imperio Hetita. al extenderse des­de la planicie central hasta los litora­les del Asia Menor. fue. naturalmente.englobando pueblos que después ha­bían de intervenir en la historia deGrecia. y al ensancharse en esa direc­ción. no tardó en entrar en contactocon las avanzadas de los grandes mo­vimientos migratorios que ya se des­prendían del otro lado del Egeo. Nohay duda que la colonización griegadel Asia Menor debe haber pasado poruna etapa muy semejante a la que ca­racterizó. por ejemplo. las invasionesanglo-sajonas de Inglaterra. o sea unaetapa primitiva de piraterías. de des­censos sobre puntos determinados de

la . coeta. sucedida deepués por otraetapa de franca acción colonizadoradurante la cual los aventureros. pose­sionándose de6.nitivamente de las tie­rras. se establecieron en ellas ya enforma sedentaria.

Coincide aproximadamente el reina­do de Subbiluliuma. a que ya nos refe­rimos. con la destrucción del palacio deKnossos. en Creta. y el derrumbamien­to de la talasocracia minoica ejercidapor dicha isla. En el Peloponeso subeel poder de Micenas. Durante el perío­do que se inicia. Egipto y el ImperioHetita. aunque disputándose Siria. si­siguen más o menos inconmovibles.y su historia. apoyada en documen­tos escritos. no presenta en sus gran­des lineamientos serÍas di6.cultades.No así. en cambio. la de un núme­ro crecido de pueblos menos impor­tantes. que. en medio de los distur­bios y los desplazamientos humanosque caracterizan la época en todos loslitorales del Egeo y las regiones veci­nas. conocíamos casi exclusivamentedebido a sus relaciones con la primerade las naciones citadas; luga o licios:pulesatlUL o 6.1isteos; tursha, o sean losprobables antepasados de los etrus­cos. después establecidos en Italia:slULrdina. sardos que hubieron de emi­grar a Cerdeña. y aun danauna y akai­washa, que son los danaos y aqueos.Todos 6.guran a veces como mercena­rios~ a veces como corsarÍos o aventu­reros. obrando por cuenta propia. perolo cierto es que durante los doscientosaños que dura este período de granturbulencia. o sea entre la destrucciónde Knossos y la caída de la sexta ciu­dad de Troya-la Troya d~ Homero-.adviértese ya un poder aqueo y por pri­mera vez. gracias a las tablillas delreal archivo hetita. oímos sonar nom­bres de person~je8 casi indiscutible­mente griegos.

Estas identi6.caciones. descubiertasy difundidas hace algunos años por eldoctor Forrer 1 y aceptadas por auto­ridades como Myres. han venido dandolugar a todo género de discusiones

1 En el Milleilungen der deulschen OrientoGesellschaft: 63 (1924).

entre los eruditos. No sería Posiblesaducir en este sitio todos los argumen­tos que se han ofrecido en favor y encontra. Veamos. sin embargo. cuále.son dichas alusiones. l

Por el año de 1335. a. ]. C.• segúnlas tablillas de referencia. el rey hetitaMursil ayuda a cierto rey de Akhhi­yawa llamado Antarawas. aparente­mente vasallo suyo. a reducir a unosrebeldes en un distrito que casi se­guramente debe colocarse en Pam6.lia.aunque en el tratado respectivo se ha­bla del dios de Laasba. nombre quenos hace pensar en Lesbos. Unos doceaños más tarde se dirige a Mursil. pi­diendo la con6.rmación de su título.otro rey de Akhhiyawa. en esta ocasiónun tal T agawalawas el Ayawalas. hijoy sucesor. según parece. del rey an­terior Antarawas,

De acuerdo con las identi6.cacionespropuestas. por Akhhiyawa debemosentender Aquea. Antarawas es Andreusy T agawalawas el Ayawalas. Eteoclesel Eolio. Las identi6.caciones adquie­ren mayor fuerza si se tienen presenteslas formas primitivas de estos nombres.provistos como se hallaban de digam­mas que posteriormente es perdieron,Eteocles. por ejemplo. fue en un prin­cipio 'ET(FoKEA(F1]~ cosa que lo trae.naturalmente. aun mas cerca de la{arma hetita "Tagawalawas",

La identi6.cación no deja. por lo tan­to. de ser seductora. y se hace másseductora todavía si la relacionamoscon una antigua tradición trasmitidapor Pausanias. l que nos habla pre­cisamente de un Andreus. hijo. segúnla leyenda. del río Peneius en Tesalia.y de un Eteocles. hijo de Andreus.

1 El lector encontrará una excelente re­construcción de toda la historia de esta épocaen el libro de Burn, Minoans, Philistines andGreeks, que forma parte de la edición inglesade la Bibtiothéque de Sinlh~e Historique, pu­blicada en Francia bajo la dirección de Berr.Bajo una apariencia un tanto frívola y super­ficial, Burn presenta los acontecimientos enorden cronológico y su obra constituye unamagnífica introducción para el estudio de lamateria. cr. también Bosch Gimpcra. Histo­ria de Oriente, 1927. T. l.

1 IX. 34.

291

El origen tesálico de la estirpe con·cuer~a perfectamente con el epítetode "eolio" qlle se da en el documentohetita a Eteocles. y lo mismo puededecirse acerca del título de reyes deAquea que se otorga a ambos. ya que1.. asociaciones entre Tesalia y losaqueos son demasiado numerosaspara que haya necesidad de insistirsobre ellas. Por otra parte. Myres se·ñala que la genealogía consignada porPausanias. reconstruída cronológica­mente. nos llevaría muy cerca de lafecha indicada por los· documentoshetitas. o sea a la segunda mitad deldécimo cuarto milenio. La tradicióngriega y las tablillas hetitas parecen.por lo tanto. confirmarse.2

Pero no del todo. Los héroes dePausanias. a pesar del origen tesálicode Andreus. figuran como fundadoresde Orcómenos. ciudad también enGrecia. ,aunque más al sur. si bien seencuentra a distancia relativamentecorta de Tesalia. y no hay en tal virtuddificultad que vencer por el momento.Pero el caso es que los acontecimien.tos a que se refiere el escriba hetita noocurren ni siquiera en Grecia. sino en lascostas meridionales del Asia Menor.en Pamfilia. ¿Qué tuvieron. en conse­cuencia. que ver 1015 señores de Orcó­menos. en Grecia. con ese rincón delAsia? El problema parece. a primeravista. difícil de solucionarse.

Existe. sin embargo. una explica­ción: sin duda ya para esas fechashabía principiado ese movimiento decolonÍ:ación a que antes nos referimos yque con el tiempo hizo que los pueblosde Grecia se extendieran sobre casitodos los litorales d~1 Asia Menor; ypor lo tanto. no sería inverosímil quelos señores de Orcómenos lo fuerantambién de una colonia ya establecidaen Pamfilia. Señalemos de paso queposteriormente. y ya en tiempos his­tóricos. se hablaba en ese distrito undialecto griego más primitivo que encualquier parte del litoral del AsiaMenor; y en Chipre. que yace relativa-

1 Toda la cuestión de las genealogías helé­nicas es estudiada muy cuidadosamente porMyresen Who werelhe Greek,? Berkeley, 1930.

292

mente cerca. diversas supervivenciasterminológicas de tiempos' muy tem­pranos también nos hablan de unaantigua colonÍ:ación aquea.1 Por lotanto. aunque no aceptemos al pie dela letra la identificación propuesta porForrer. creo que debemos reconocercomo un hecho indiscutible que en lafecha indicada ya existía un poderíoaqueo y comenzaban a influir deter­minados jefes aqueos en 1015 destinosde las costas meridionales del Asia~(J;or.

EL CKRCANO ORIENTE: 1500·1200 AJC(SEGUN MYRI!S)

Unos quince años después (1310)los documentos hetitas nos hablan deun tal Alaksandus de Uilosa. o sea.según algunos. Alejandro de Ia1Y50s.el Ielusos homérico en Rodas. Estaidentificación ha sido impug"ada entreotros por Hall. 2 que de la misma ma­~era que se rehusa a creer que el nom­bre Eteocles haya podido perder susílaba inicial para convertirse en Ta­gawalawas. tampoco admite. en estecaso. la pérdida de la r.

Por más de dos generaciones nooímos hablar ya más de posibles jefesaqueos. Pero desde 1250 en adelante

. 1 En ese caso habría que suponer a An­dreus y a Eteoclcs como señores independien­tes de Orcómenos, en Grecia, y vasallos delrey hetita por lo que toca a sus tierras enAsia. Ofrecemos el plano adjunto, que estáinspirado en el de Myres, op, cit., p. 114, bajoesa y otras importantes reservas.

2 The Cillilization 01 Greece in lhe BronzeAge, Londres, 1928, p.. 251.

hay diversas ~lusiones a las hazañasde cierto personaje llamado Attarassi­yas. o Attarsiyas. jefe que arroja de sutrono al rey Wadduwattas. a quien a suvez presta auxilio el monarca hetitaDudkhaliyas III. Desde luego. esteAttarassiyas debe haber sido una per­sona importante. ya que el rey de Aqueafigura al lado de los reyes de Egipto.Asiria y Babilonia en un tratado hechopoco después con el rey de los Amo­ritas. En 1240. Attarassiyas lleva acabo otro ataque. sin éxito. en Caria:y más tarde lo hallamos de nuevo. enesta ocasión operando con un compa­ñero contr:: Chipre. El título que le danlos documentos hetitas es el de kuir­vanas. el Kolpa.vo<; homérico. o sea endorio "~pawo<;. tirano; y se le haidentificado co~ Atreo. Myres. apo­yándose en las genealogías. señala queexistiría concordancia en las fechas.Sayce. en cambio. prefiere identificarlo,con Pterseus. el "destructor". o seael legendario Perseo. tan ligado enalgunas de sus haza,ñas con el Le­vante.

Poco después. o sea antes de 1200.nuestros informes cesan por completo.Una invasión tracofrigia a través delBósforo. coincidiendo con la caída de laciudad homérica de Troya. acaba con elpoderío hetita. que se ve expulsadohacia el sur y reducido a dos distritos.en'los cuales habrá de florecer todavíadurante algún tiempo. Khatti esdestruída por el invasor. y deberánpasar más de treinta siglos antes quela pala del arqueólogo. removiendo losescombros del palacio. descubra lastablillas reveladoras. Para volver aoír hablar de los aqueos tendremosque recurrir a las páginas de Homero.

LA ESCRITURA MINOICA

y SUS ENIGMAS

Todo lo que se relaciona con la asom­brosa civilización que floreció en Cretay las regiones circunvecinas duranteel tercer y el segu'ndo milenlo antes deCristo adquiere un interés adicionalcuando se recuerda que es ahí quehemos de hallar muchas de las más

hondas raíces de la cultura occidental.Pero por íntimo que sea nuestro cono­cimiento de la vida cretense en' diversosaspectos. Minos todavía se obstina e~conservar numerosos secretos que niaun los esfuerzos de hombres de la ta­lla de Evans le han logrado arrancar.y el más importante de todos lo consti­tuye. sin duda' alguna. la escritura cre­tense o minoica. en cuya interpretaciónhasta hoy tan poco se ha podido conse-guir. '

El material no ,falta. :ya desde 2500a. ]. C. comienzan a hacer su apariciónen la isla algunos signos pictográficos.y tres siglos más tarde nos encontramoscon todo un sistema de escritura sobretablillas. Hall l sugiere que esta úl­tima idea debe ser una importaciónbabilónica llevada. según él. por co­lonos semitas. aunque los signos ensu gran mayoría han de considerarseautóctonos. y los restantes más bien se

FIG. I--BARRA INSCRITA: ESCRITURA CUR­SIVA MINOICA (ENTRE 1900 V 1710 A .1 cl

relacionan con Egipto. Lo cierto es quela evolución de la escritura se verifica.como advierte Glotz. 2 en forma se­mejante a aquella que condujo a losescribas egipcios desde la escriturajeroglífica a la hierática. De la mismamanera que existen-aparte de lastablillas. cubos ( otros obJetos debarro-un gran numero de sellos tam­bién provistos de inscripciones.' hayigualmente varios tipos de escritura.Sin duda lo más interesante de todaesta documentación son las tablillashalladas entre las ruinas del palaciode Knoss05. Este edificio. el "labe­rinto" de la tradici6n y asiento prin-

'1 Tile Civilization oj Greece in lhe BromeAge, p. 93. Para el estudio de toda estamateria la ohra indispensable es la de Evans:Scripta Minoa.

2 La Civilisation Egéenne, p. 422.

293

cipal del poderío cretense. fue des­truído por el fuego hacia 1400. duranteel saqueo llevado a cabo por los mismosinvasores. que parecen haber acabadocon la tesalocracia minoica. Graciasa esta circunstancia, las tablillas.convertidas por el fuego en ladrillos.han podido subsistir hasta nuestrosdías.

No es de suponerse que el real ar­chivo de Knossos pueda brindarnosun acopio de datos tan interesan­tes para la reconstrucción de la épo­ca como los de Boghaz Keui y T ell­el-Amarna: todo ello. más bien. parece

FICI. U··TABLlLLA MINOIC:A DE KNOSOS(FRAGMENTO)

referirse a detalles de la administraciónpalatina: 'esclavos. mercancías. ser­vicios prestados. Pero ignorando. co­mo ignoramos. el valor de casi todoslos signos y la lengua que ahí se ha­blaba en esos tiempos. la escritura mi.noica. fuera de determinados signos.como los numerales. sigue presentandoun problema que. a falta de una ins­cripción bilingüe que nos permitaestablecer equivalencias con otro idio­ma conocido. ha resultado imposibleresolver. Sin embargo. como aun enel caso de que los documentos no nosproporcionasen más que nimios de­talles sobre la vida cotidiana de esaépoca. esto ya de por sí resultaría unaconquista trascendental. no es extrañoque la escritura minoica constituyaactualmente uno de los misterios ar­queológicos que en estos momentosejer:za mayor atracción.

Dos libros recientes. partiendo depremisas totalmente diferentes y lle-

gando a resultados diametralmenteopuestos. nos brindan lo que sus res­pectivos autores no vacilan en asegu­rarnos es la verdadera solución. No senecesita ciertamente gran conocimientode la materia para recibir con cautelaestas aseveraciones. pero ambas obras.a pesar de hallarse seguramente equi­vocadas en sus resultados. merecen.aunque sólo sea por su brillante me­todología y por el trabajo de larga yerudita investigación que presuponen.un serio esfuerzo de comprensión.

Estudiemos. antes de proceder másadelante. algunos antecedentes indis­pensables. La situación lingíüsticaen Creta y en los litorales del Egeo ha­cia 1400 resulta. desgraciadamente.muy obscura. Lo cierto es que antesde la llegada al Mediterráneo de gruposde habla indoeuropea. de cuya fusióncon los habitantes primitivos huboposteriormente de surgir el idiomagriego. hallábase desde hace muchossiglos extendida en toda esa :zona unalengua. o grupo de lenguas. de lascuales nos han quedado abundantestra:zas. especialmente en la toponimiay en la designación de una multitudde objetos hasta entonces desconocidospor los invasores. El fenómeno no esextraño; los nombres de lugares ge­neralmente resisten todo género detormentas: díganlo si no •'Tacubaya..y "Mixcoac" y "TIalnepantla" y unagran parte de la toponimia mexicana.El invasor toma los nombres que en­cuentra. y por idéntico motivo lo mis­mo puede decirse de los substantivosque se refieren a objetos para los cua­les carece de palabras en su propioidioma: "tomate". "chocolate" y los de­másen el caso delos españoles. Graciasa esa circunstancia. la lingüística nospermite a menudo ver con alguna cla­ridad cuando nos fallan todas lasotras ciencias históricas: la localiza­ción de la patria primitiva de los lla­mados arios. o indo-europeos. porejemplo. resultaría una empresa queni siquiera podría intentarse sin laayuda del filólogo.

Ahora bien. a ese lenguaje prehelé­nico y por medio de ciertas caracterís­ticas perfectamente establecidas (como

lo son las terminaciones en -nthos yen-sos) pueden con seguridad atribuír­sele múltiples nombres de lugares yotros sustantivos, algunos de los cualessiguen empleándose hoy día: Corinto(Kópt~8o». Knossos. Erimanto. acan­to. coloso. abismo. laberinto. etc'!A juzgar por la toponimia. el idiomadebió abarcar no sólo la región delEgeo sino hasta Sicilia y aun más allátodavía. Pero desgraciadamente. unnúmero más o menos grande de sus­tantivos. cuyo significado sólo en parteconocemos. no constituyen una lengua.ni ha resultado tampoco factible en es­te caso ligarlos con los documentos mi­noicos. Nada. por lo tanto. se ha lo­grado adelantar en su interpretaciónpor ese camino. En realidad. ni siquierapodemos asegurar categóricamente quese hallen escritos en dicho idioma.

Esta última aseveración correspondea una circunstancia muy sencilla.Ignoramos cuándo se llevó a cabo lapenetración de los grupos indoeuropeosa Creta. Lo más fácil. y seguramentelo más probable. sería pensar queesto ocurrió precisamente cuando ca­yó la ciudad de Knossos. y que losque la tomaron fueron los propiosindoeuropeos. o por lo menos losportadores del habla indoeuropea ala isla. De seguro el hecho que existacierta solución de continuidad en laescritura minoica desde tiempos an­teriores a los primeros desplazamien­tos probables de ¡los indoeuropeos.parece no sólo indicar idéntica con­tinuidad en el idioma de Creta. si­no excluir la posibilidad de penetra­ción alguna de carácter indoeuropeodurante el mismo lapso de tiempo; aun­que por otro lado. podría aducirse quenada se opondría a que la mismaescritura haya servido para idiomasdiversos. como ocurrió posteriormenteen Chipre. Ciertamente hay señalesevidentes de otra catástrofe anterioren Creta, hacia 1750, pero se ha dudadomucho que ésta haya sido producidapor uná invasión. Mucho, por lo tanto,es lo que podría discutirse; pero, des-

1 Cf. Meillet, .4percu d'une l1istoire de lalAngue Grecque, Paris, 1930, y Glotz, op cit.

pués de todo. la cosa parece clara ycreemos que puede ahrmarse. casi sinpeligro de equivocación. que el indo­europeo no penetró a Creta. en formasensible, hasta la destrucción de Knos­sos hacia 1400. y que anteriormente sehabló en la isla ese otro idioma a queya hicimos alusión.

No pensó. sin embargo. así el pri­mero de los dos autores a que noshemos referido. Ya anteriormente ha­bía dado cierta publicidad a sus teo­rías. pero éstas no han aparecido orde­nadas y recopiladas hasta últimamente.o sea bastante después de su tmuerte.1

De todas maneras. el sistema de inter­pretación de Hempl descansa sobredos hipótesis fundamentales. SegúnéL la penetración indoeuropea a Cretaes muy antigua: los indoeuropeoshubieron de emigrar. primero del c~n­

tro de Europa al Turquestán. y luegootra vez del Turquestán hacia el 1-1e­diterráneo (convirtiéndose, durante supaso por el Asia Menor, en hetitas)en una época muy remota. Despuésllegaron a Creta; :por lo tanto. las ta­blillas que se trata de descifrar estánen griego. Hempl desarrolla toda estaparte de su hipótesis. por fantásticaque parezca. junto con una serie deobservaciones sobre toponimia que nodejan de resultar en extremo suges­tivas. Notemos. por otra parte. el ca­rácter netamente indoeuropeo delhetita. que ha quedado comprobado.

La segunda parte de la teoría deHempl es igualmente curiosa. Sostieneque la escritura minoica es de carácteracrofónico. es decir. que sólo debetomarse en consideración la primerasílaba de la palabra que corresponde alsigno respectivo. para después unirtodas estas sílabas y reconstruir asíla voz que se requiere. Tomemos. paraexplicarnos mejor, una palabra es­pañola: almirante. Para expresarlaen ideogramas aCl'ofónicos habríamosde dibujar un alcatraz. un mirlo. unaanguila. y una telaraña. Mediante la

1 Hempl, Mediterranean Sludies, SlanfordUniversity, 1930.

296

aplicación de ese sistema. Hempl llegaa interpretaciones como la siguiente:

"ICI. 111·· SELLO DE TRES CARAS

Puerta: Pierna: Araña: Perro:tu- pos- ar- ka-

TV1r~ 'apx"vSello del Jefe.

Por los motivos cronológicos aduci­dos. y muchos otros más. no bastan lospocos ejemi'los presentados por Hemplpara vencer nuestro escepticismo.

. La tesis del otro autor. Gordon. l re­emita no menos extraordinaria. Sos­tiene que en el mundo egeo. antes de

1 Through Basqlle lo Minoan. Oxford, 1931.

296

la ll~gada de los indoeuropeos. sehablaba el vascuence. y también. deacuerdo con esa teoría. ofrece algunassoluciones sorprendentes. aunque in­verosímiles. El vascuence es. sin duda.un idioma con un abolengo probable­mente insuperado actuafmente en Eu­ropa, habiéndose llegado a sospecharque ésta lengua. en otros tiempos tanextendida. fue la de los hombres delCromagnon. el horno priscus del pa­leolítico. cuyos descendientes. hoy dehabla francesa. aun habitan. conformea afgunos. sus centros primitivos en laDordogne. Pero en caso de que. efec­tivamente. se hubiese hablado el vas­cuence en el Mediterráneo orientaL¿cómo es que no ha dejado huella al­guna ni en el griego clásico ni aun enla toponimia de toda esa región?

Confesemos que. por el momento. elproblema de la escritura minoica nolleva trazas de solucionarse.