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UE en su apartamento, situadofrente al carismático ParqueCentral de Nueva York, donde

este joven divulgador y filósofo es-cribió su magnífico y profundo ensa-yo El Universo Holográfico en el que,con una prosa sencilla y bella, expu-so su remarpable y novedosa teoríade la realidad que explica las habili-dades de la mente, los enigmas aúnno resueltos del cerebro y del cuer-po y las últimas maravillas descu-biertas en las fronteras de la Física.Pero lo sorprendente de esta obrano es sólo la proeza intelectual queha permitido con tanta destreza ten-der un puente entre la mente Y lamateria, entre el alma Y el cuerPo,sino el carisma, el baraca, la graciacon la que está escrito. Es un libroaudaz y alegre en el que no se dudaen manejar los conceptos más abs-tractos o más complejos para expli-car un mundo con el que todos, an-tes o después, hemos estado encontacto -trayendo a la vida diariaesos conceptos brillantes e inespe-rados de la Física Cuántica y de laMatemática- y que viene imbuido deun mensaje reconfortante, al fin, deesperanza, de compañía y, Poi queno decirlo, de Amor.

Pero una mente como la de Mi-chael Talbot no podía detenerse;por eso, y apenas sin poder saborearel éxito que supuso su obra, consi-derada ya, nada más ser difundida,como un auténtico clásico, se em-barcó rápidamente en una nuevaaventura: El yo holográfico. Sin em-bargo, y como de improviso, unaduda interna lo engañó, lo debilitó yle hizo sucumbir a una vieja dolen-cia, haciéndolo emprender, harto

temprano en su valiosa vida, el viajeal Más Allá, a ese Orden lmplícitosobre el iual con tanta agudeza es-cribiera.

No puedo dejar de revivir hoy níti-damente, al transcribir aquella entre-vista, su voz articulada y su presen-cia serena, su imagen ante el Pianode cola en el que interpretó para no-sotros una de sus propias composi-ciones, sus cuadros -pues igual-mente destacó como pintor-, los ca-tálogos de su tienda neoyorkina dedietética y los variados libros quellenaban con su presencia las estan-terías de su casa, exPonentes de supropia producción literaria de ensa-yos -"El misticismo y la Nueva Físi-ca", "SLts vidas pasadas: un manualde reencarnación", "Más allá delcuánto", "El universo holográfico"- ysus novelas "La dependencia delica-da" y "El atolladero".

cÓMo SE FORJA UNA VISIÓNDEL MUNDO

-A los veinte años usted ya ha-bía escrito su primera obra de éxi-to. ¿Cómo se interesó por la Físi-ca?

-Provengo de una familia psíqui-ca. En el bachillerato tomé concien-cia de ello y de qué extraña era mifamilia. Por eso, a los diecinueveaños, al ver cuánto difería mi visióndel mundo de la de mis compañerosde clase, decidí aclarar mis concep-tos estudiando Física y pensé que larama a la que tenía que recurrir erala que trataba con las cosas másfundamentales de la realidad, quees, por supuesto, la Mecánica Cuán-

P rru ta idea hotográfica ta realidad toma dosformas, una puede ser concreta, sólida, obietiva,mientras que otra toma la forma de energía pura,hecha de frecuencias.

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tica. Un día fui a la Biblioteca de laUniversidad de Michigan y me dedi-qué a echar un vistazo a los anaque-les, sin buscar nada concreto, cuan-do de pronto me sentí inexplicable-mente atraído por una obra. La toméen mis manos; se titulaba PhysicsToday y lo abrí al azar, apareciendoante mi vista un capítulo sobre la Fi-sica Cuántica y la Realidad. Para mífue como una revelación, pues ahíencontré luego mis concepcionessobre la Realidad. Más tarde, al salirde la Biblioteca, me encontré con unamigo que venía acompañado poruna mujer que yo no conocía. Y, sinembargo, inopinadamente, me dijoque tenía una carta para mí. ¿Unacarta? ¿De quién? -le pregunté-."De un amigo que es estudiante deFísica", me respondió, con cara deno entender nada ella misma. Cuan-do abrí la carta, para mi sorpresa,contenía una fotocopia del capítulodel libro Physics Today que acababade leer en la Biblioteca. Quedé pas-mado de asombro.

En realidad este tipo de coinci-dencias significativas -sincronicida-des- fueron las que me iniciaron enesto de la Física, me terminaría con-fesando.

Lo curioso de la obra de MichaelTalbot, y en especial de E/ UniversoHolográfico, es que el trasfondo psí-quico y científico del escritor le per-mitió brindar un modelo científico delo paranormal, lo insólito y lo mila-groso, cosa a la que suelen ser aje-nos buena parte de los científicosconvencionales. De ahí mi curiosi-dad en saber la razón de su incur-sión en este terreno.

-¿Cómo nació su obra El Uni-verso Holográfico?

-El editor del periódico The Voiceof the Village (La Voz del Pueblo,aludiendo al barrio neoyorkino de ar-tistas, escritores y pintores "Green-wich Village") me pidió un artículosobre el paradigma holográfico, asíque se lo escribí. La respuesta fueincreíble y recibí muchísimas cartas.Como quiera que me cuesta saberqué es lo que le interesa especial-mente a los demás, ya que a mí meinteresan muchas cosas... la reac-ción del público ante la idea holo-gráfica me decidió a escribir un librosobre el tema.

-¿Sobre qué otras materiascientíficas ha escrito además delUniverso Holográfico y Más Alládel Cuantum?

-De Física he escrito Misticismo yFísica.

-¿Ha habido alguna evoluciónentre estos tres libros?

-Sí, en el sentido de que Misticis-mo y Física lo escribí encandiladopor mi primer encuentro con la Físi-ca entre los diecinueve y los veinteaños. Por eso ese libro trata sobre el

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conflicto que surg¡ó entre mi visiónmística del mundo y lo que encontréen Física. Pero este libro no tenía encuenta que los hombres de cienciacarecen de cultura general y hablabasólo sobre sus teorías. Más Allá delCuantum subsana esta falia y tratasobre ideag y descubrimientos que,en mi opinión, tienen repercusiónmística o metafísica. De manera queEl Universo Holográfico trata de ha-cer una combinación de ambos en elsentido que considera teorías, ideasy descubrimientos con su repercu-sión filosófica.

ENCUENTROS AL BORDE DE LAMUERTE

En ese momento una abeja entróen la habitación y comenzó a volarpor encima de Talbot. " ¿Pero qué esesto?", exclamó. "No sé. Pero segu-ramente tiene algo que ver con elDestino", dije, y ambos nos echa-mos a reír. Aprovechamos el inci-dente para que me mostrara sus pin-

que no encontraba un marco de re-ferencia para describir lo que descu-bren quienes han estado en los lin-deros de la muérte. "Es evidente quetodos ellos hablan de cosas muy si-milares, luego es un fenómeno obje-tivo", se decían. Pero al mismo tiem-po habían constatado que existendiferencias sorprendentes de un re-lato a otro, lo que indicaba que de-bía tratarse de un terreno, de uncampo de realidad adificial, parecidoal mundo onírico.

De hecho, la experiencia demues-tra que las diferencias dependen dela idiosincrasia del testigo: si es uncristiano, en su experiencia al bordede la muerte puede que vea a Jesús;pero si es un hindú, Io mismo ve aun sadhu, es decir a un hombre san-to que lo conduce al otro lado. Así,las diferencias son de índole cultural.Sin embargo, ése no es el caso enlas experiencias de salida fuera delcuerpo, como cuando una personasufre un accidente y puede ver sucuerpo inerte y al personal médicotratando de resucitarlo: todo el mun-

turas e interpretara una pieza de pia-no compuesta por él mismo.

Y recordé entonces que un inves-tigador de la Universidad de Con-necticut, Kenneth Ring, ha estudia-do las Experiencias al Borde de laMuede (EBM) empleando la metáfo-ra holográfica, igual que Talbot lohace en El Universo Holográfico.Tras comentárselo, le pregunté sipodía explicarme su enfoque holo-gráfico de las experiencias cercanasa la muerte

-Kenneth Ring, al igual que otrosinvestigadores, estaba inquieto por-

do ve lo mismo. Pero cuando el indi-viduo entra en otros dominios, diga-mos más alejados, las cosas se po-nen, por así decirlo, más crepuscula-res, y la idea holográfica de que noexiste una realidad sólida permanen-te y única "allá afuera" se impone.Así que cuando Ring dio con la ideaholográfica vio que, según ésta, larealidad toma dos formas: una pue-de ser concreta, en la que las cosasparecen ser sólidas y estar hechasde objetos, pero también puedeexistir en un estado afiificial de ener-gía pura y de frecuencias, frecuen-

iff:"ü: ondas. Y se dio cuenta deque la gente constantemente se re-fería a las frecuencias. Ambos he-chos, la artificialidad de la realidadque uno encuentra del otro lado delvelo, y la omnipresencia de estos fe-nómenos frecuenciales fue la clavepara é1. A veces los testigos dicenincluso que no tienen cuerpo, queexiste sólo como una nube de vibra-clones o trecuencias de ondas. Estole hizo pensar: "Esfo suena como laidea holográfica; aunque parezca-mos só/idos es como una imagen enla TV, no tan real como pensábamosqLle era".

-¿No es real?-Sí, tiene una realidad, pero tene-

mos que especificar de qué realidadse trata, pues la realidad tiene variosniveles con reglas diferentes. Quizápor eso los científicos orlodoxos loshan descartado. Para ellos la reali-dad es una y tiene un solo nivel. Sinembargo, en la Física misma existenciertos espacios -análogos a los fú-nebres- con sus reglas que los des-criben, y resultan iguales que los do-minios más allá de la muerte, a don-de se viaja cuando se deja el cuerpofísico.

CIENCIA Y PREJUICIO

En Mecánica Cuántica el procesode observación produce una ciertaincertidumbre que no se puede evi-tar. En la ciencia, en general, sucedealgo parecido, pues la pesada mara-ña emocional somática e intelectualde los prejuicios del científico intro-ducen una incertidumbre que afectael proceso de observación.

C ra, uno de nosotros es administrador dealgo infinito y tenemos acceso a capacidadesilimitadas a través de la mente inconsciente.

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Talbot confesó a nuestro compañero Manuel Figueroa que él no creía en la mue¡'tecomo el final de la existencia del hombre

-En su libro EI Universo Holo-gráfico señala con reproche elprejuicio del que a veces hacengala algunos hombres de ciencia...

-Sí, y con razón, pues es una delas peores plagas y que más estra-gos hace en la ciencia, incluso entreprofesionales de renombre. Es algomuy extraño y, en efecto, me intere-sa mucho, hasta el punto de quepuedo hablar horas enteras sobreeste tema.

Le voy a poner un ejemplo: unavez trabajé para una agencia literariaque se ocupaba de las publicacio-nes de un montón de físicos y asíllegué a conocer a algunos muybien. Por ejemplo, conocí a HeinzPagels, que fue presidente de laAcademia de Ciencias de NuevaYork y que escribió un libro llamadoEl Poeta Cósmico. Llegamos a cono-cernos bien; él tenía confianza enmis ideas, aunque no creía en estascosas. Un buen día Ie dije: "MiraHeinz, déjame contarte una expe-riencia". Y le expliqué que había idoa ver a un psíquico con un grupo deamigos.

Este Ie dijo a una de las mujeres, ala que nunca había visto anles: "Hayun espíritu alrededor tuyo. Es un mu-chacho joven que murió a los dieci-nueve años.

Tiene una cicatriz sobre su ojo iz-quierdo. No puedo decir exactamen-te cómo murió, pero tiene que vercon su cuello y dice que tiene algo

quierdo y se ahorcó. Y el nombre demi padre es JLtde". El psíquico lepreguntó entonces: "¿Por qué tieneel pelo cortado de forma tan descui-dada?". Mi amiga le aclaró que ha-bía sido arrestado por drogas y quele habían cortado el cabello en lacárcel, donde se ahorcó. Entoncesésta le preguntó cuál era el mensajey el psíquico respondió: "Dile a Judeque estoy bien, que no sufra más pormí, y que me deje ir".

Cuando terminé de narrarle la ex-periencia, y aunque me conocía losuficientemente bien como para sa-ber que no me la estaba inventando,me contestó que él no creía en nadade esto y que todo podía ser unacoincidencia. Esa es una actitud típi-ca de los físicos, en general. Le pre-gunté: "Muy bien, pero y cómo expli-cas que el psíquico pudiera dar tan-fos datos específicos: la cicatriz en-cima del ojo, la edad, el pelo...". Yme respondió: "Bueno, hay una po-sible explicación: que hubiera alqui-lado a algunos detectives privadospara que investigaran a todo el mun-do". A lo que le repliquéi "PeroHeinz, sl só/o cobra cinco dólarespor la consulta y además no preten-dió atender a nadie más". Esta histo-

ria me parece muy interesante por-que Heinz, que ahora ya ha fallecido,no era un hombre estúpido. Perocuando se trataba de hablar de estetema era tan reacio a creer que esta-ba dispuesto a deshacerse del asun-to con las explicaciones más absur-das que se puedan pensar con talde no admitirla. En otra ocasión enque estábamos en casa de un amigoescuchando una charla de RupertSheldrake, Heinz se puso muy mo-lesto con ély dijo en voz alta ante elpúblico que lo que el conferencianteestaba diciendo era el tipo de cosaen la que no creería ni aunque fueracierta. Lo cual, como es evidente, noes una actitud muy científica que di-gamos. El problema es que nosasusta pensar en cosas que obvia-mente no podemos explicar fácil-mente. Yo, por mi parte, creo quedebemos enfrentarnos a esto abier-tamente y decir: "BLteno, si no sabe-mos lo que son /as cosas, ¿qué de-bemos hacer? ¿Negarlas? No, inves-tigar".

Pero para ilustrar este tema hayun caso muy interesante: hace unpar de días (recordamos al lectorque debe situarse en el contextotemporal en que se desarrolló la en-trevista) salió en el New York Timesun adículo sobre un descubrimientosobresaliente en lnteligencia Animal.Una doctora, especialista en coto-rras grises de Africa, presentó el ca-so de una en particular, llamadaAlex. Esta cotorra decía cosas co-moi "Me parece que quiero un pocode maí2"; o bien: "¡Mira tú qué pro-blema!". Y cosas así. Según la inves-tigadora, era incluso más brillantequerun delfín, si no más inteligente.Logró enseñar ala cotorra a recono-cer colores por un lado y formas porel otro. Pues en un experimento quehizo con ella la cotorra logró combi-nar unas formas con sus colores co-rrespondientes. Asombroso. ¿No esverdad? Pues bien, en el artículo re-produjeron la opinión de un escépti-co que dijo: 'Los animales no pien-san. ¿Por qué habría de pensar unoque los animales pueden pensar?"Cuando le mostraron la película, res-pondió: "A mí no me interesan loshechos. A mí lo que me interesa sonlas teorías". Es una vergüenza. Escomo Heinz diciendo que no lo cree-ría aunque fuera verdad. Es tristeque algunos científicos enfoquen el

-¡D,iro se puede acceder al más atlá de ta ,

realidad normal mediante un cierto nivellye.decirte.7 Jt1de. ¿Tien9 todo e.sto. inCOnSCiente, ya Sea A travéS de la hipnOSiS, de laalgún significado para usted?". Y miañisa tárespondíó: "Mi hermano te- experiencia religiosa o de la fe de la ciencianía diecinueve años cuando murió.

Tenía una cicatriz toloTJ "i"o¡á'¡*

aCtual,

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mundo de esa manera.-Según su teoría holográfica,

¿cómo se manifiestan las enfer-medades?. -Ése es uno de mis temas favoritos.

Se han hecho estudios muy detalla-dos y profundos sobre personas que,por ejemplp, tenían cáncer. JeanneAchterberg, por ejemplo, hacía quela gente dibujara sus cuerpos. Estu-vo monitoreándolos y cinco añosdespués descubrió que podía decirquién iba a tener cáncer después ono, y en qué parte del cuerpo, apar-tir de lo que habían dibujado cincoaños antes. Esto significa que elmensaje ya se encuentra en el siste-ma y que luego, eventualmente, va aevolucionar en un cáncer. Y esemensaje tiene que ver con lo que es-tá ocurriendo en nuestros proceSosinconscientes. Pero ni siquiera nosocupamos en averiguar cómo seproduce el cáncer y cómo evitarlo.Es io que yo denomino el Ser Infini-to: cada uno de nosotros es admi-nistrador de algo infinito y tenemosacceso a capacidades ilimitadas através de la Mente lnconsciente. Yahí es donde está el problemq, por-que nos empecinamos en ignoiarla.

Uno de los temas del libro El Uni-verso Holográfico es que al más alláde las fronteras de la realidad normalsólo se puede acceder en un ciertonivel inconsciente, ya sea a travésde la hipnosis, a través de la fe reli-giosa profunda, e incluso a través dela fe en la ciencia misma. Tal fue elcaso de una persona que tenía untumor del tamaño de una naranjaque se desvaneció en cosa de díasporque creyó en una nueva drogaque, después se supo, resultó serfalsa. Sin embargo, a pesar de habervisto lo que su creencia había logra-do, falleció porque no pudo creer ensu propia capacidad. Creyó más enla ciencia supuestamente "objetiva"que en los prodigios que realiza lacapacidad de creer. No sabía cómoacceder al Ser lnfinito dentro de é1.

El problema es que pensamos que laconciencia no es muy importante yque el mundo objetivo es todo loque hay. Hemos ignorado todas es-tas capacidades asombrosas.

EL PUENTE DE LA LUZ

El tema de la Conciencia y lamuerte es un /eitmofiv recurrente enla obra delfamoso autor. Es ahídon-de hace gala de mayor ingeniosidada la hora de fundamentar su tónicareconfortante de actitud positiva an-te esos temas.

-¿Y la inmortalidad?-Somos inmortales.-¿Quiere decir conscientemen-

te, como Michael Talbot, comopersona?

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-Quién soy y lo que soy, como Mi-chael Talbot, nunca será perdido,pero es una porción muy pequeñade Io que es miSer lnmortal.

-¿Es posible construir lo queAlice Bailey llamaba el Puente deLuz, es decir, un vínculo entrenuestra conciencia y la parte in-mortal de nosotros mismos?

-Para mí está claro que sí, pues essabido que hay técnicas para cons-truir la conciencia de los sueños lúci-dos, que se parecen mucho a cuan-do estamos bajo hipnosis; y ésta esmuy parecida a las experiencias alborde de la muerte. Esta, a su vez,se parece mucho a la de la mayorparte de la gente cuando entran en

esta vida. Por eso está claro que po-demos desarrollar esta otra concien-cia, la de la inmortalidad. Pero hayque construirla con trabajo. Esto eslo que la tradición tibetana dice tam-bién: si uno quiere que el caminosea más fácil después de la muerteo si uno quiere aprender a actuar enel estado de sueño en esta vida hayque trabajarlo.

-¿Qué otras vías de superacióntiene el hombre?

-Hay muchas. Tome las personali-dades múltiples. Hay evidenciaanecdótica de que lo más sabio queun niño hace cuando sufre un abusoes cambiar de personalidad, de ma-nera que pueda sobrevivir. No es un

E o, claro que somos inmortales y quepodemos desarrollar esa otra conciencia que nosabre horizontes increíbles. Pero ese camino no seconstruye sin arduo esfuerzo, trabajo.srn

desorden, es una estrategia.-Y qué piensa usted de la teoría

de los múltiples "yoes" que plan-tea el Cuarto Camino, la escuelade G. I. Gurdjieff y P. D. Ous-pensky.

-Creo que somos legión. Comodecía Walt Whitman: "¿Que mecontradigo? Muy bien, pues me con-tradigo; porque no soy un yo, soyuna legión". Cualquiera que hayatratado de meditar alguna vez sabeque no somos un solo "yo", sino quesomos un océano de seres, de vo-ces. Y parte de lo que será nuestraevolución espiritual es aprender quecada uno de nosotros es una comu-nidad de conciencias. Mi opinión es

que la psiquis es un sistema ecológi-co tan rico como el bosque pluvialdel Amazonas. Estamos llenos deentidades cuasi independientes:emociones, hábitos, propensiones,talentos, lo que sea. Somos comoidiotas en un bote de remos en unmar tormentoso, en el que el "yo"consciente se cree estar al mando;sin embargo, tiene poco, si no nin-guno, control sobre este océano devoces que constantemente están su-surrando cosas.

Creo que bien pronto descubrire-mos incluso evidencias fisiológicasde la diferencia entre los "yoes". Porejemplo, hay "yoes" que se preocu-pan y, como sabemos muy bien, laspreocupaciones crean diferencias fi-siológicas. No sé cuál va a ser mipróximo libro, pero seguramente queuno de ellos será un estudio de esteocéano de "yoes". Una de las cosasque más me ha interesado al res-pecto fue el informe anecdótico deque las personalidades múltiples securan más rápidamente'que las nor-males. A una de esas personas lepregunté cómo lo hacía y me dijoque ella tenía un "yo" curador que sepasaba las veinticuatro horas del díarestableciendo el organismo. Piensoque habremos de desarrollar estra-tegias para conveftirnos en persona-lidades múltiples. Hay muchos cami-nos por los que podemos expandirnuestra conciencia una vez queaceptemos que somos legión....

Sorprendente Talbot. Quise termi-

nar mi visita con una pregunta rela-cionada con su sistema íntimo decreencias, aquel al que solemos re-currir en esos momentos difícilesque inexorablemente se presentanen la vlda de todos. E incluso ahímantuvo la mirada serena y el con-cepto claro.

-¿Es usted cristiano?-Soy cristiano, pero en el sentido

de que me adhiero a los sistemas decreencias que uno emplea como ins-trumentos para comprender el Uni-verso y a uno mismo. Creo que si elcristianismo contiene algo que pue-de mejorarle la vida a uno, hay queutilizarlo; pero si el budismo contie-ne otra cosa positiva, también hayque utilizarlo. Uno debe usar el siste-ma de creencias que le ayude a unoa mejorar la calidad de vida. Lo im-portante es lo que mejora la existen-cia humana, la civilización. Somoscomo niños sentados ante la pizarrade control de un jumbo fef; nuestrashabilidades son muchísimo más vas-tas de lo que nos imaginamos; inclu-so diría que son ilimitadas. Somoslos administradores de Algo gue esinfinito. Si dejamos de hacernos losdesentendidos, y prestamos aten-ción a ese mar de voces internasque somos, acabaremos por com-prender qué es esa inmensidad eter-na y así lograremos grandes cam-bios en nuestra realidad, individual ycolectiva.

Manuel Figueroa

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