sorpresas, etc.” - Arca-usa.org 2015.pdf · 2015. 9. 7. · En el Mensaje para la Cuaresma 2012,...
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¿Qué excusa podemos poner? ¿Por qué no
abrir la puerta y dejar que entre en nuestra
vida y nos conduzca hacia del Señor?
La Cuaresma se viene como un peregrino y
nos pide alojarse en nuestras casas.
¿Tenemos la estancia preparada? Bueno,
tampoco hacen falta grandes agasajos, ya
que la Cuaresma es sencilla y humilde.
La Cuaresma nos trae tres maravillosas
herramientas para trabajar unidos a Dios:
Ayuno, limosna y oración. San Ambrosio
nos dice que estas tres herramientas de-
ben trabajar unidas: Mas no basta el ayuno
sin la limosna. Tampoco basta el ayuno y la
limosna sin oración, ya que la oración nos
sintoniza con la voluntad de Dios. El ayuno
complementa la limosna, porque con él
simbolizamos el desapego a nuestras nece-
sidades. Quitarnos lo nuestro para dárselo
a quien lo necesita.
En el Mensaje para la Cuaresma 2012, Su
Santidad Benedicto XVI nos recordaba que
el itinerario cuaresmal debe estar centrado
en la caridad. Caridad que consiste en
estar atentos los unos a los otros en un
espíritu de responsabilidad y de verdade-
ra fraternidad, que nos impulse a desear el
bien de nuestro prójimo en todos sus as-
pectos (físico, moral y espiritual), en una
dimensión de reciprocidad que nos ayude a
caminar juntos en la santidad.
La limosna se suele entender desde el pun-
to de vista económico, pero seguramente
nos encontremos con buenas oportunida-
des para ayudar a nuestros hermanos de
mil formas diferentes. Se trataría de ayu-
darles y colaborar con ellos de manera
desinteresada y animosa. Queda recordar
la oración.
¿Qué haríamos sin la oración?
Los ministros de la gracia divina, inspirados
por el Espíritu Santo, hablaron acerca de la
conversión. El mismo Señor de todas las
cosas habló también de la conversión, ava-
lando sus palabras con juramento: Por mi
vida – dice el Señor –, no me complazco en
la muerte del pecador, sino en que cambie
de conducta, añadiendo además a aquellas
palabras tan conocidas: Cesad de obrar
mal, casa de Israel. Di a los hijos de mi pue-
blo: «Aunque vuestros pecados lleguen
hasta el cielo, aunque sean como la grana y
rojos como escarlata, si os convertís a mi
de todo corazón y decís: "Padre", os escu-
charé como a mi pueblo santo que
sois.» (Carta a los Corintios. San Clemente
Romano)
Si el sentido de la Cuaresma es la conver-
sión ¿Cómo podemos dejar de orar al Se-
ñor? El Señor se complace en que cambie-
mos y que le llamemos “Padre”
Tenemos por delante cuarenta días para
preparar nuestro corazón para vivir la Pas-
cual. Aprovechemos desde el primer día
esta magnífica oportunidad.
Santa Teresa de Jesús dice: "No espere el
principiante a tener virtudes para ir a la
oración, pues la oración, precisamente, es
«principio para alcanzar todas las
virtudes», y hay que ir a ella «aunque no se
tengan»" (Camino de perfección 24,3).
Una persona no termina de formarse nun-
ca. Siempre puede aprender cosas que le
ayuden a mejorar. Por tanto, la labor de los
padres tampoco termina nunca. Lógica-
mente, no es lo mismo educar a un niño de
cinco años que a un adulto de cuarenta y
padre de varios hijos.
Los niños aprenden por imitación, sobre
todo respecto al comportamiento de los
padres. Luego, las cosas cambian; pero si
los padres luchamos por mejorar, no nos
quepa la menor duda de que los hijos nos
verán y esos comportamientos, aunque ya
no por imitación, serán una referencia
directa para ellos, tengan la edad que ten-
gan.
Cuando los hijos crecen, a los padres nos
entra un peculiar complejo de inferioridad,
que hace que no nos atrevamos a hablar
de valores. Un claro ejemplo de esta situa-
ción se da cuando los hijos se van acercan-
do al matrimonio. No opinamos. No deci-
mos nada. A lo mejor es lo que tenemos
que hacer, pero reconozcamos que a me-
nudo nos dejamos llevar por una especie
de superstición extraña, que nos empuja a
justificar nuestra conducta diciendo: «No
me meto en eso, no vaya a ser que salga
mal, no quiero tener ningún sentimiento
de culpa”.
De acuerdo, se acepta: si no nos dan ningu-
na opción de opinar… no opinemos. Pero si
nos la dan, digamos con sencillez lo que
nos parezca, sin miedo, con firmeza, dejan-
do siempre las puertas abiertas para que
tengan la certeza de que, aunque no sigan
nuestro consejo, se les querrá con toda el
alma, como hasta ahora.
Curiosamente, toda esa delicadeza y pru-
dencia que hemos tenido durante el no-
viazgo parece que se olvida una vez casa-
dos. Entonces nos ponemos a dar consejos
a diestra y siniestra, nos lo pidan o no, con
ocasión y sin ella… ¡Y en los asuntos más
íntimos!: «No tengan hijos, dedíquense a
disfrutar, No sabéis lo difícil que está esto,
Niña, pon todos los medios para no llevarte
sorpresas, etc.”
Y no digamos si se trata de decidir dónde
vivir, si se debe comprar un piso u otro, y
así podríamos seguir con muchas más reco-
mendaciones de menor trascendencia.
¡Somos contradictorios! Por una parte,
tenemos mucho miedo a que el matrimo-
nio de nuestros hijos falle, fracase. Y por
otra, con una tranquilidad inmensa, les
damos consejos que hacen que se vuelvan
más egoístas, que su comunicación sea
cada vez más pobre, que se conviertan en
seres que no sepan ni mirarse limpiamen-
te a los ojos y sonreír. Así contribuimos a
que vaya rompiendo su relación de pareja,
y vivan mal la sexualidad.
Con frecuencia proyectamos nuestras
infelicidades, con la mejor intención del
mundo, pero con poca vista. Hay que ser
muy prudentes al manejar términos en
este ámbito ya que, nuestro comporta-
miento es una referencia para aquellos que
nos rodean.
Por ello, lo que hace que fracase un matri-
monio es el apagar los espacios de diálogo,
de comunicación para comprendernos y
perdonarnos a pesar de todo.
José María Contreras
Néstor Mora Núñez
│ │
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Eventos y reunionesEventos y reuniones
La escasez en Irak es fuerte, sin embar-
go gracias a Ayuda a la Iglesia Necesi-
tada (AIN), se ha podido conseguir
alojamiento para los más de 120.000
desplazados que huyeron del Estado
Islámico (ISIS), que sin embargo no
culpan a Dios por la tragedia, porque
saben que esta viene del hombre y
porque la fe cristiana es parte de su
identidad, afirmó Mons. Amel Nona,
Arzobispo católico-caldeo de Mosul.
La pregunta de dónde está Dios en
esta persecución por la fe "tan sólo os
la hacéis en Occidente, en Oriente no
nos la hacemos jamás. Para nosotros
la fe está mezclada con nuestra identi-
dad y no se puede separar la fe de la
identidad", afirmó reciente el Prelado.
Mons. Nona dijo que aunque los refu-
giados “han perdido la fe en su tierra”
y en la sociedad musulmana, “lo único
que no han perdido ha sido la fe cris-
tiana. Estamos orgullosos, porque de
las 120.000 personas que había en esa
zona ninguno se ha convertido al Is-
lam”.
En esta situación desoladora los cristia-
nos no se quejan, no se lamentan ni
gritan a Dios pidiendo justicia.
"Cuando sucede algo así, nosotros en
Oriente agradecemos a Dios todo.
Porque sabemos bien que Dios no ha
sido el causante de este problema sino
el hombre. En esta situación la existen-
cia de Dios es más necesaria que nun-
ca, la presencia de Dios es más fuerte",
precisa el Arzobispo de Mosul.
"Cuando hay una violencia tan brutal
por parte del hombre nosotros tene-
mos aún más fuerte la presencia de
Dios porque Él es el bien. Creemos más
aún, porque es más necesario que
nunca creer en una situación tan extre-
ma como esta", asegura el Prelado.
La pregunta de dónde está Dios en
esta persecución por la fe "tan sólo os
la hacéis en Occidente, en Oriente no
nos la hacemos jamás. Para nosotros
la fe está mezclada con nuestra identi-
dad y no se puede separar la fe de la
identidad".
Estos mártires de la fe tan solo piden
que el resto del mundo no se olvide de
ellos, de su sufrimiento, de la injusticia
que sufren cada día desde hace más de
seis meses. Por eso cada vez que reci-
ben ayuda para ellos significa mucho
más que la solución a un problema de
alojamiento o comida.
“Esta ayuda no es sólo material sino
que muestra que los demás cristianos
no nos olvidan y sienten como suyas
las necesidades de los cristianos de
Irak. No podemos pedirles que se que-
den en su tierra sufriendo si no les
ayudamos”, explica el Arzobispo de
Mosul.
"No podemos saber qué ocurrirá pero
hasta ahora no hemos visto señales
positivas para liberar nuestra tierra y
nuestros pueblos. Los militantes islámi-
cos están en la ciudad de Mosul, en la
planicie de Nínive, en buena parte de
Irak, pero el ejército iraquí no hace
nada por liberar estas tierras, no sabe-
mos el motivo exacto por el que no se
liberan pero tan sólo hay bombardeos
aéreos. Hasta ahora no hemos visto la
liberación de alguna zona o al menos
un proyecto de liberación”.
(ACI/EWTN Noticias)
Obispos se manifiestan contra imposición
del socialismo marxista La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), emitió una
Exhortación Pastoral en la que advierte que “el socia-
lismo marxista es un camino equivocado, y por eso no
se debe establecer en Venezuela” y hacen un llamado a
las autoridades y ciudadanos del país a una renovación
ética y espiritual para salir de la actual crisis económi-
ca y social.
Equipara abortos con personas secuestra-
das y asesinadas Desmarcándose del apoyo del partido al que pertene-
ce -la Democracia Cristiana- a la despenalización del
aborto en Chile, el Ex-ministro de Salud del pasado
Gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994), Jorge Jimé-
nez, expresó su rechazo a esta práctica y comparó la
situación del aborto a la de los desaparecidos durante
la dictadura militar.
El urgente combate contra la corrupción “México atraviesa una severa crisis de corrupción polí-
tica, que pone en juego al sistema, de tal suerte que, o
se busca pronto la manera de erradicar la corrupción,
o en poco tiempo nuestra débil democracia quedará
hecha añicos”, señala la editorial semanario “Desde la
Fe” de la Arquidiócesis de México.
Ciudades que visitará Papa Francisco en
Estados Unidos El pontífice dijo que planeaba canonizar al misionero
del siglo XVII Junípero Serra, quien estableció nueve
misiones en California, durante su visita a Washington,
probablemente en la Basílica del Santuario Nacional de
la Inmaculada Concepción.
Durante su visita a Estados Unidos, se prevé que Fran-
cisco visite la Casa Blanca y hable ante el Congreso.
Después dará un discurso en Naciones Unidas y partici-
pará en una actividad multitudinaria familiar en Fila-
delfia.
Francisco dijo que le hubiera encantado llegar a Esta-
dos Unidos por la frontera con México, diciendo que
sería "algo hermoso, una señal de hermandad y de
ayuda a los inmigrantes", pero que no sería posible en
esta ocasión.
Monseñor Amel Nona, Arzobispo de Irak:
"La fe es nuestra identidad"
│ │
Dios no ha sido el causante de este problema sino el hombre
(ACI/EWTN Noticias)
│ │
Ministerio de Intercesión Miércoles 4 de Febrero 7:30 pm
Iglesia San Marcos
TLR—Retiro de Coordinadores Viernes 6 al Domingo 8 de Febrero
San Marcos—Casita San Juan Pablo II
Info: 301.996.1481
Gran Asamblea Miércoles 11 de Febrero, 7:30 pm
En San Marcos
(Encargados Mother Seaton)
Cena Romántica
Romance Carismático
Sábado 14 de Febrero
San Marcos
Info y Reservaciones : 301.523.9938
TLR—Formación para la misión
Domingo Febrero 15
San Marcos—Casita San Juan Pablo II
Info: 301.996.1481
Miércoles de Ceniza
Miércoles 18 de Febrero
Inicia la Cuaresma
Misa de Sanación
Viernes 20 de Febrero, 7:30 pm
Iglesia San Martin
17 South Frederick Ave,
Gaithersburg, MD
TLR - Décimo Aniversario
Sábado 21 de Febrero, 7 - 11 pm
San Miguel Arcángel
824 Wayne Ave, Silver Spring, MD
Info: 301.996.1481
Reunión Para Coordinadores RCC
Miércoles 25 de Febrero, 7:30 pm
San Marcos
7501 Adelphi Rd, Hyattsville, MD
El pasado Sábado 3 de Enero del 2015 la
Renovación Carismática de la Arquidiócesis
de Washington celebró en la Iglesia de Santa
Catalina Labouré la Vigilia de la Epifanía.
Una fiesta llena de oración, escucha de la
palabra de Dios y música inspiradora.
Precioso testimonio de unidad el que dieron
diferentes miembros de Ministerios de
Música uniéndose al Ministerio de casa,
D’Genesis, para alabar juntos a Jesús que se
nos manifiesta a todos, en esta bella cele-
bración de la Epifanía.
Merece especial mención la celebración de
la Hora Santa, a cargo del padre Roberto
Cortes, quien dirigiendo la oración permitió
que la gracia de Dios se derramara abundan-
temente sobre los asistentes.
Al final de la noche se efectuó la rifa del
Toyota Corolla 2015, con la que se ayuda al
Ministerio Radial a continuar su obra de
evangelización.
La feliz ganadora fue la señora Ana Packer,
con el boleto Nº 17521. El boleto fue vendi-
do en el grupo de oración del Santuario de
San Judas Tadeo en la ciudad de Rockville.
La felicitamos a ella, a su familia y por su-
puesto, a todos los que compraron sus bole-
tos y con ello colaboraron para que la Buena
Nueva se siga proclamando a través de la
Radio en este 2015. Gracias y bendiciones
para todos.
HA LLEGADO TU LUZVIGILIA DE EPIFANIA 2015
El viaje del Papa Francisco a Filipinas, un
país duramente probado por el tifón más
mortífero de la historia, ha tocado el co-
razón de todo el mundo, en especial, el del
Pontífice argentino.
En una entrevista con los periodistas desde
el vuelo papal de regreso a Roma, el Papa
Francisco abrió su corazón y resaltó los
momentos que más le impactaron de su
viaje a Filipinas, del 15 al 19 de enero.
1. Presidir la Misa más multitudinaria de la
historia
Para el Papa Francisco presidir la Misa más
multitudinaria de la historia será una expe-
riencia que jamás olvidará. Dijo que cele-
brar la Eucaristía ante seis millones de per-
sonas le hizo sentir pequeño, así como re-
cordar cuál es su misión como cabeza de la
Iglesia.
2. La conmovedora Misa junto a los sobre-
vivientes del tifón en Tacloban
“¿El momento más fuerte? La Misa en Ta-
cloban, el ver a todo el pueblo de Dios allí,
orando, después de esta catástrofe, pensar
en mis pecados y en esa gente, fue muy
fuerte, un momento realmente fuerte. Du-
rante la Misa me sentí aniquilado, casi no
me salía la voz, no sé que me ocurrió, quizá
la emoción”, dijo el Papa Francisco.
3. El cariño desbordante de los fieles filipi-
nos
El Santo Padre expresó que, una de las co-
sas que más le enternecieron, el cariño de
los fieles filipinos a su paso por las calles de
Manila. “Cada gesto cuando yo pasaba, un
papá me pedía la bendición para su hijo, lo
bendecía, y él me hacía… ¡gracias! A ellos
les bastaba con una bendición, y yo pensa-
ba… yo que tengo tantas peticiones, que
quiero esto, y quiero lo otro… me ha hecho
bien ¿no? Momentos fuertes”, explicó.
4. El llanto de Glyzelle Palomar, una niña
sin hogar
El Papa recordó uno de los momentos más
emotivos de su viaje, en la Universidad
Santo Tomás de Manila, donde Glyzelle
Palomar, una niña de 12 años que vivió en
las calles de Manila, alimentándose de res-
tos de comida, le preguntó “¿Por qué sufren
los niños?”. El llanto, es la única respuesta
posible, respondió el Papa.
“Ella, con su llanto, mujer que llora. Cuando
yo digo que es importante que las mujeres
sean más tomadas en cuenta dentro de la
Iglesia, no es solo para darles una función,
secretaria de un dicasterio -aunque esto
puede ser-, sino para que nos digan cómo
sienten y ven la realidad, porque los muje-
res ven desde una riqueza diferente, más
grande ¿no?”, añadió.
5. Los filipinos le enseñaron a llorar de
nuevo por las injusticias
“El llanto, una de las cosas que se pierden
cuando hay demasiado bienestar, o los
valores no se entienden bien, o estamos
habituados a la injusticia, a esta cultura del
descarte…
La capacidad de llorar es una gracia que
debemos pedir. Hay una oración muy her-
mosa en el misal antiguo para llorar. Decía
esto más o menos: “Oh Señor, tú que has
hecho que Moisés con su bastón hiciera
salir agua de la roca, haz que de la roca de
mi corazón salga el agua del llanto”.
¡Qué bonita oración!”, exclamó.
Queremos compartir con ustedes uno de
los discursos más bellos y concretos del
papa durante esta visita a Asia, el pronun-
ciado durante su Encuentro con las Familias
el 16 de Enero.
El texto no tiene desperdicio, así que lo
transcribimos entero, para que podamos
disfrutarlo y reflexionar sobre la familia,
sobre la nuestra, la de cada uno de nosotros
y pedirle a Dios nos ayude a caminar ilumi-
nados con la fe y la presencia de la Sagrada
familia.
“Me gusta mucho esto de soñar en una
familia. Toda mamá y todo papá soñó a su
hijo durante nueve meses.
Soñar cómo será el hijo. No es posible una
familia sin soñar. Cuando en una familia se
pierde la capacidad de soñar, de amar, esta
energía de soñar se pierde, por eso les reco-
miendo que en la noche cuando hagan el
examen de consciencia, también se hagan
esta pregunta: ¿hoy soñé con el futuro de
mis hijos, hoy soñé con el amor de mi espo-
so o esposa, soñé con la historia de mis
abuelos? Es muy importante soñar, no
pierdan esta capacidad de soñar.
│ │
Y también cuántas dificultades en la vida
del matrimonio se solucionan si nos toma-
mos un espacio de sueño, reflexión.
Si nos detenemos y pensamos en el cónyu-
ge o la cónyuge y soñamos en las cosa bue-
nas que tienen. Por eso es muy importante
recuperar la ilusión. Nunca dejen de ser
novios.
A José le fue revelada la voluntad de Dios
durante el descanso.
En este momento de descanso en el Señor,
cuando nos detenemos de nuestras muchas
obligaciones y actividades diarias, Dios tam-
bién nos habla. Él nos habla en la lectura
que acabamos de escuchar, en nuestra
oración y testimonio, y en el silencio de
nuestro corazón. Hay tres aspectos que me
gustaría que considerásemos: descansar en
el Señor, levantarse con Jesús y María, y ser
una voz profética.
Descansar en el Señor. El descanso es nece-
sario para la salud de nuestras mentes y
cuerpos, aunque a menudo es muy difícil de
lograr debido a las numerosas obligaciones
que recaen sobre nosotros. Pero el descan-
so es también esencial para nuestra salud
espiritual, para que podamos escuchar la
voz de Dios y entender lo que él nos pide.
Para oír y aceptar la llamada de Dios, y
preparar una casa para Jesús, debéis ser
capaces de descansar en el Señor. Debéis
dedicar tiempo cada día a la oración. Es
posible que me digáis: Santo Padre, yo
quiero orar, pero tengo mucho trabajo.
Tengo que cuidar de mis hijos; además
están las tareas del hogar; estoy muy cansa-
do incluso para dormir bien. Y seguramente
es así, pero si no oramos, no conoceremos
la cosa más importante de todas: la volun-
tad de Dios sobre nosotros. Y a pesar de
toda nuestra actividad y ajetreo, sin la ora-
ción, lograremos muy poco.
Crecer con Jesús y María. Esos momentos
preciosos de reposo, de descanso con el
Señor en la oración, son momentos que
quisiéramos tal vez prolongar. Pero, al igual
que San José, una vez que hemos oído la
voz de Dios, debemos despertar, levantar-
nos y actuar (cf. Rm 13,11).
La fe no nos aleja del mundo, sino que nos
introduce más profundamente en él con la
fuerza de la oración. Cada uno de nosotros
tiene un papel especial que desempeñar en
la preparación de la venida del reino de
Dios a nuestro mundo.
Del mismo modo que el don de la Sagrada
Familia fue confiado a San José, así a noso-
tros se nos ha confiado el don de la familia
y su lugar en el plan de Dios.
Lo mismo que con San José. El regalo de la
Sagrada Familia le fue dado para que lo
llevara adelante. A mí también porque soy
hijo de una familia y nos entregan el plan de
Dios para llevarlo adelante.
El ángel del Señor le reveló a José los peli-
gros que amenazaban a Jesús y María,
obligándolos a huir a Egipto y luego a insta-
larse en Nazaret. Así también, en nuestro
tiempo, Dios nos llama a reconocer los
peligros que amenazan a nuestras familias
para protegerlas de cualquier daño.
Estén atentos a la nueva colonización ide-
ológica. Existen colonizaciones ideológicas
que buscan destruir la familia. No nacen
del sueño, de la oración, de la misión que
Dios nos da. Vienen de afuera, porque eso
digo que son colonizaciones.
No perdamos la libertad de la misión de la
familia. Y así como nuestros pueblos en un
momento de su historia llegaron a la madu-
rez de decirle no a cualquier colonización
política, como familia tenemos que ser muy
sagaces, hábiles y fuertes para decir no a
cualquier intento de colonización ideológica
sobre la familia.
Y pedirle a San José que es amigo del ángel
para que nos diga cuando podemos decir si
y cuando podemos decir no.
Las dificultades que hoy pesan sobre la vida
familiar son muchas. Si, por un lado, dema-
siadas personas viven en pobreza extrema,
otras, en cambio, están atrapadas por el
materialismo y un estilo de vida que destru-
ye la vida familiar y las más elementales
exigencias de la moral cristiana. Esas son las
colonizaciones ideológicas.
La familia se ve también amenazada por el
creciente intento, por parte de algunos, de
redefinir la institución misma del matrimo-
nio, guiados por el relativismo, la cultura de
lo efímero, la falta de apertura a la vida.
Nuestro mundo necesita familias buenas y
fuertes para superar estos peligros. Necesi-
tamos familias santas y unidas para prote-
ger la belleza y la verdad de la familia en el
plan de Dios y para que sean un apoyo y
ejemplo para otras familias. Toda amenaza
para la familia es una amenaza para la pro-
pia sociedad. Como afirmaba a menudo San
Juan Pablo II, el futuro de la humanidad
pasa por la familia (cf. Familiaris Consortio,
85).
Así pues, ¡proteged vuestras familias! Ved
en ellas el mayor tesoro de vuestro país y
sustentarlas siempre con la oración y la
gracia de los sacramentos. Las familias
siempre tendrán dificultades, así que no le
añadáis otras. Más bien, sed ejemplo vivo
de amor, de perdón y atención. Sed san-
tuarios de respeto a la vida, proclamando
la sacralidad de toda vida humana desde
su concepción hasta la muerte natural.
¡Qué don para la sociedad si cada familia
cristiana viviera plenamente su noble voca-
ción! Levantaos con Jesús y María, y seguid
el camino que el Señor traza para cada uno
de vosotros.
Ser voces proféticas
Por último, el Evangelio que hemos escu-
chado nos recuerda nuestro deber cristiano
de ser voces proféticas en medio de nuestra
sociedad.
José escuchó al ángel del Señor, y respon-
dió a la llamada de Dios a cuidar de Jesús y
María. De esta manera, cumplió su papel en
el plan de Dios, y llegó a ser una bendición
no sólo para la Sagrada Familia, sino para
toda la humanidad. Con María, José sirvió
de modelo para el niño Jesús, mientras
crecía en sabiduría, edad y gracia (cf. Lc
2,52).
Cuando las familias tienen hijos, los forman
en la fe y en sanos valores, y les enseñan a
colaborar en la sociedad, se convierten en
una bendición para nuestro mundo. La fa-
milia puede ser una bendición para el mun-
do.
El amor de Dios se hace presente y operan-
te a través de nuestro amor y de las bue-
nas obras que hacemos. Extendemos el
reino de Cristo en este mundo. Y al hacer
esto, somos fieles a la misión profética que
hemos recibido en el bautismo.
Durante este año, que vuestros obispos han
establecido como el Año de los Pobres, os
pediría, como familias, que fuerais especial-
mente conscientes de nuestra llamada a ser
discípulos misioneros de Jesús. Esto signifi-
ca estar dispuestos a salir de vuestras casas
y atender a nuestros hermanos y hermanas
más necesitados.
Les pido además que os preocupéis de
aquellos que no tienen familia, en particular
de los ancianos y niños sin padres. No dejéis
que se sientan nunca aislados, solos y aban-
donados; ayudadlos para que sepan que
Dios no los olvida.
Cuanta gente trabaja en la Iglesia para que
ese hogar sea una familia. Esto significa
llevar adelante proféticamente una familia.
Incluso si vosotros mismos sufrís la pobreza
material, tenéis una abundancia de dones
cuando dais a Cristo y a la comunidad de su
Iglesia. No escondáis vuestra fe, no escond-
áis a Jesús, llevadlo al mundo y dad el testi-
monio de vuestra vida familiar.
Queridos amigos en Cristo, sabed que yo
rezo siempre por vosotros. Rezo siempre
por las familias. Lo hago. Rezo para que el
Señor siga haciendo más profundo vuestro
amor por él, y que este amor se manifieste
en vuestro amor por los demás y por la
Iglesia.
No se olviden de la protección de San José.
No se olviden de rezar por la familia.
No dejéis de rezar a menudo y que vuestra
oración dé frutos en todo el mundo, de
modo que todos conozcan a Jesucristo y su
amor misericordioso. Por favor, rezad tam-
bién por mí, porque necesito verdadera-
mente vuestras oraciones y siempre cuento
con ellas. Muchas gracias.”
Papa Francisco. Manila, Enero 16, 2015.
Encuentro con las familias.
│ │
│ │
Hace unos días, en un café, presencié una
conversación entre dos chicos que parec-
ían compañeros de escuela; tenían aproxi-
madamente la misma edad y mantenían a
su vez sus propias conversaciones a través
de sus teléfonos.
El primero preguntaba si ese día tendrían
que asistir a una práctica. “Ni idea”, con-
testó el segundo, sin levantar los ojos del
teléfono. Unos minutos después, el prime-
ro (aparentemente leyendo un mensaje de
texto y sin levantar los ojos de su dispositi-
vo) comentó que no, que esa era un prácti-
ca pasada, a lo que su compañero contestó
“Ni idea”.
Era muy obvio ver que ni uno ni otro esta-
ban verdaderamente conectados en un
intercambio de ideas con su amigo ahí
presente. El hecho de estar juntos y hablar
tranquilamente el uno con el otro podría
habernos confundido y hacernos pensar
que se comunicaban, aunque estaba claro
que no era así.
La misma escena por doquier
Cada vez que salgo a comer o tomar algo
por allí, me encuentro con la misma situa-
ción a mi alrededor: personas reunidas
que, en lugar de estar hablando entre sí,
pasan la mayor parte del tiempo mirando
sus teléfonos.
Es muy común ver mesas con cuatro o
cinco amigos, cada uno absorto en la pan-
talla de su dispositivo, probablemente
intercambiando con otros amigos no-
presentes mediante WhatsApp, o bien
leyendo en Facebook el estado de algún
otro amigo ubicado quién sabe en qué
lugar del planeta.
Ahora bien, ¿No resulta esto extremada-
mente irónico? Es curioso que estemos con
personas sentadas frente a nosotros y que,
sin embargo, elijamos hablar con alguien
que se encuentra al otro lado del teléfono.
¿Acaso nos cuesta hablar con quienes
están presentes? ¿Estamos perdiendo la
capacidad de comunicarnos en vivo y en
directo? ¿Preferimos cada vez más el
“contacto” virtual?
Otros fallos en la comunicación
Pero existen otros aspectos que también
deben ser tenidos en cuenta y que pueden
ayudarnos a reflexionar sobre la calidad de
nuestra comunicación.
Por ejemplo, en algunas oportunidades, la
falta de un verdadero diálogo se hace evi-
dente porque cada uno de los involucrados
roba la palabra al otro y ambos parecen
hablar de cosas diferentes.
¿Con qué frecuencia escuchamos realmen-
te a nuestros interlocutores? Al reflexionar
sobre ello, es triste darse cuenta de que en
muchas ocasiones nos es muy difícil recor-
dar qué era lo que el otro nos decía en una
charla determinada.
De lo que nos estamos perdiendo…
No se trata solamente de la posibilidad
perdida de entrar en contacto con otro ser
humano, sino de oportunidades únicas
para negociar y evitar conflictos que, a la
larga, son muy dañinos.
Ocurre que, en lugar de escuchar activa-
mente, nos estamos escuchando a noso-
tros mismos; continuamos con nuestro
propio parloteo mental y nos perdemos la
posibilidad de generar un intercambio
sincero con el otro y de enriquecernos
mutuamente.
Cuando escuchamos a los demás y nos
tomamos el trabajo de entender sus argu-
mentos, nos damos tiempo a nosotros
mismos para elaborar nuestras ideas, expli-
car claramente lo que necesitamos y dar-
nos cuenta de forma certera de si la otra
persona comparte o no nuestro punto de
vista.
Es sorprendente el hecho de que, en innu-
merables ocasiones, nos enganchemos en
discusiones áridas con personas que desde
el principio estaban de acuerdo con noso-
tros. ¿Qué sucede, entonces? Al no escu-
charnos, simplemente no nos damos cuen-
ta…
Aprender a escuchar y a dialogar
Además de estructurar nuestro propio
argumento, escuchar nos permite captar
información en el discurso de la otra perso-
na que nos hace falta o nos es útil fuera de
esa discusión. Si no ponemos atención a las
palabras de nuestro interlocutor, estamos
en riesgo de perder datos que nos son
importantes.
Y por último, cuando no escuchamos, per-
demos una conexión importante con el
otro y es obvio que el diálogo no puede
nunca ser fluido, pues con frecuencia no
sabemos cómo responder o de qué hablar.
En el trabajo, por ejemplo, el afán de ex-
presar nuestro punto de vista puede inter-
ponerse en la negociación.
Y lo que considero más triste: en lo perso-
nal, la insistencia en hacernos oír antes que
oír a los demás puede estarnos costando
tiempo precioso para construir y alimentar
la relación con la gente que amamos.
Claudio Navarro
La Cuaresma nos dispone a celebrar mejor
la Pascua y es tiempo de penitencia. Habi-
tualmente se habla de las prácticas cuares-
males que sueles resumirse en ayuno, ora-
ción y limosna.
En la actualidad a algunos les cuesta acep-
tar el sentido penitencial de la Cuaresma.
Nuestro mundo entiende que uno se mo-
dere en la comida para cuidar su salud o su
imagen, pero es in sensible al hecho de que
tenemos alma, y que esta es espiritual.
Igualmente se ha diluido la idea de pecado
y sus funestas consecuencias para quien lo
comete.
Señalaba John Henry Newman que “los
pecadores piensan que conocen todo lo
que la religión puede dar y que, además,
conocen los goces del pecado. Pero no es
así. No conocen, no podrán conocer jamás
los dones sobrenaturales de Dios hasta que
se arrepientan y corrijan. No sabrán que es
ver a Dios hasta que se rindan a Él”.
La Cuaresma nos llama a girarnos hacia
Dios: convertirnos. Al intentar vivir de cara
a él percibimos, junto con su bondad, la
necesidad de hacer algo para que nuestra
vida cambie. Frente a la rutina de la vida la
Iglesia nos invita a entrar en la cuaresma
con un espíritu renovado.
Algunas prácticas para este tiempo.
Ayuno. La Iglesia nos dice que hay que
hacer ayuno el miércoles de ceniza y el
viernes santo. Obliga a los bautizados ma-
yores de edad y hasta los 59 años cumpli-
dos. El ayuno nos ayuda a experimentar
nuestra debilidad al tiempo que nos dispo-
ne para descubrir lo verdaderamente nece-
sario. Algunos se revelan contra esta nor-
ma, ciertamente poco exigente, que tam-
bién nos ayuda a darnos cuenta de que
pertenecemos a un pueblo.
Abstinencia. No comer carne el miércoles
de ceniza ni los viernes de Cuaresma. Obli-
ga a todos los bautizados a partir de los 14
años. Prudentemente muchas personas
extienden la abstinencia a otros días y co-
sas: escuchar música, ver televisión, fumar,
usar Internet, tomar café o postre…
Oración. La Iglesia también nos exhorta a
dedicar más tiempo al diálogo con Dios. A
escuchar lo que Él nos dice y a responderle.
San Agustín enseña que la oración engran-
dece el deseo de nuestra alma y que es
bueno, además de dedicar momentos pre-
cisos a la oración, recitar jaculatorias.
Limosna. Compartir nuestros bienes con el
necesitado es también una práctica peni-
tencial enseñada por la Iglesia, que nos
pide intensificarla durante este tiempo. La
beata Teresa de Calcuta, preguntada sobre
cuánto hay que dar, parece que dijo:
“hasta que duela”.
Confesión sacramental. Si bien es conve-
niente la confesión frecuente, está espe-
cialmente recomendada durante la Cuares-
ma. El sacramento de la reconciliación, nos
perdona todos los pecados, y hace crecer
nuestra vida de gracia.
Participación en la Misa y comunión fre-
cuente. Dios alimentó al pueblo de Israel
durante su peregrinación por el desierto
con maná. Nosotros tenemos a nuestro
alcance el verdadero pan de vida, en el que
recibimos al mismo Jesús. Sin su ayuda no
podemos nada y, en la Eucaristía, el se nos
da.
Lectura de la Biblia. Se está extendiendo
esta práctica entre muchos cristianos. Al-
gunos aprovechan para una lectura seguida
de toda la Sagrada Escritura. El Señor res-
pondió a Satanás: “no sólo de pan vive el
hombre, sino de toda palabra que sale de
la boca de Dios”.
Obras de misericordia. Como vía de con-
versión la dedicación al prójimo necesitado
nos ayuda a conocer a Dios a través del
ejercicio de la caridad. Visitar a enfermos o
personas solas, ayudar a quien nos necesi-
te… nos ayudan a salir del egoísmo y com-
prender mejor cómo Dios nos ama.
Examen de conciencia. No es fácil conocer-
se a uno mismo y menos irse descubriendo
en la presencia de Dios. Durante estos días,
en que podemos estar más atentos a nues-
tra alma, es bueno revisarla delante de
Jesucristo. Así se nos hacen patentes nues-
tros defectos y podemos, con la ayuda de
la gracia, enfrentarnos a ellos. Para muchas
personas resulta difícil su práctica pero es
fácil encontrar modelos a seguir o que
sirvan de inspiración.
Ejercicio del “Via Crucis”. Son muchos los
santos autores que recomiendan contem-
plar asiduamente la pasión de Cristo para
encendernos en su amor. La práctica del
Via Crucis, que en muchos templos se reza
cada viernes, nos ayuda a ello.
Es oportuno recordar que la dinámica de
ese reencuentro con el Padre que nos ama
y quiere crear un corazón nuevo en noso-
tros, se inscribe la penitencia.
La visión negativa que hoy tenemos de las
prácticas penitenciales proviene del olvido
de que Dios me ama y que yo no corres-
pondo a su amor.
Por ello, la penitencia tiene un sentido
reconstructor.
Ayuda a la conversión, que es precisamen-
te volver hacia Dios. Justamente es la es-
tructura contraria al pecado, que consiste
en dar la espalda a Dios para centrarme en
las criaturas y en mí mismo.
La penitencia tiene también un carácter
reparador por las faltas y el daño causado.
La cultura hedonista nos ha acostumbrado
a huir de todo lo que supone esfuerzo,
privación o dificultad. Parece como si fuera
suficiente con la intención.
Es como si alguien dijera: “Dios ya sabe que
quiero ser bueno, y con eso basta”, y no se
preocupara por cambiar: no diera ningún
paso para reconstruir lo que se ha roto.
Una verdadera bendición es la Cuaresma
que nos prepara para la Pascua, la celebra-
ción más solemne de la Iglesia.
En realidad es la oportunidad más bella
que nos regala la Iglesia de mirar nuestra
realidad y ajustarla a la medida de Cristo: la
del verdadero amor sin medida.
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Había una vez un pincel que era la admira-
ción de todos los demás lápices y pinceles,
pues con él habían sido pintados los cuadros
más hermosos que habían salido de ese
taller. Cierto día, un viejo plumín de tinta
china, envidioso porque nuestro amiguito
era el centro de la atención del taller,
sembró en él una inquietante cizaña. Le dijo:
"¿Tú te crees muy bueno? Pues lamento
informarte que tú solo no vales nada. Jamás
decides tú qué es lo que pintarás, o qué
colores utilizarás, sino que eres un misera-
ble esclavo del pintor que es quien te usa
como a él se le da la gana". Esto inquietó al
pincelito. ¿Sería verdad esto?
La sombra de esta incomodidad quedó flo-
tando en el ánimo del pincelito... Al día si-
guiente, cuando el pintor lo tomó en sus
manos, decidió que sería él quien dictaría
los trazos. Así cuando el pintor quería reali-
zar una línea, el pincelito hacía fuerza para
pintarla en otra dirección. Cuando el pintor
quería sopar el pincel en un color, él apunta-
ba hacia otro tarrito de pintura. El pintor no
entendía qué estaba sucediendo, puesto
que en el lienzo tan solo aparecieron man-
chones deformes. Luego de varios intentos
fallidos, simplemente dejó al pincelito de
lado y tomó otro para recomenzar su obra.
Esto puso aún más furioso a nuestro amigui-
to. ¿Quién se creía ese pintor que era para
cambiarlo a él, al mejor, por un pincel cual-
quiera? ¡Ahora mismo se pondría él solo a
pintar sin necesidad de que ese estúpido
pintor lo manosease con sus manos sucias
de pintura! Y así lo hizo. Se ubicó frente a un
lienzo y con varios potes de pintura junto a
él y comenzó a pintar. Todos observaban
absortos al pincelito, incluso el pintor, que
había dejado su trabajo, y al ver la satisfac-
ción del plumín, comenzó a sospechar qué
estaba ocurriendo. De más está decir, que
tan solo una masa informe de colores super-
puestos apareció sobre el lienzo. Y todos se
rieron de él...
Nuestro amiguito, avergonzado, deprimido y
frustrado se retiró a llorar lágrimas de pintu-
ra en su vaso. Había hecho el ridículo. Todos
se habían reído de él.
Todos... menos el pintor, que lo tomó dulce-
mente en sus manos y le dijo: "Querido
amiguito, yo sé que tú eres el mejor, pero
eres el mejor en mis manos. No eres un
esclavo en mis manos, sino que juntos, los
dos, pintamos. Así como yo te necesito a ti,
tú me necesitas a mí. Sólo dejándote condu-
cir por mis manos podemos crear juntos la
belleza. El que sea yo quien dirige tus movi-
mientos no te quita mérito, no, sino que por
el contrario te enaltece, porque yo te elijo a
ti entre todos los otros pinceles. ¿Nunca lo
habías pensado así? Yo te amo, y te elijo a ti,
entre muchos otros, cada vez que te utilizo.
Y ahora sécate esas lágrimas, y vamos a
seguir pintando".
Y el pincelito comprendió que en su natura-
leza de pincel estaba el dejarse conducir por
las manos del pintor, que sólo así podía ser
lo que él era: un pincel.
│ │
Santa Maravillas de Jesús
Publicación de la Renovación Carismática Católica de Washington, DC
P.O. Box 14832, Silver Spring, MD 20911 Gerente: Tirone Benalcázar Director: José Cortés Jefe de Redacción: Mirtha Hunter Diseño y Diagramación: José Ignacio Ramón
Colaboradores: Padre Roberto Cortés-Campos y Edwin Méndez Publicidad y Ventas: 301-339-3630 Fotografía: Oscar González; www.istockphoto.com e-mail: [email protected] Fax: 301-422-2213
Dios nos ha escogido y bendecido con un
propósito: «Para que fuésemos santos e irre-
prochables en su presencia» (Ef 1,4). Nos
eligió a cada uno de nosotros para ser testi-
gos de su verdad y su justicia en este mundo.
Creó el mundo como un hermoso jardín y nos
pidió que cuidáramos de él. Pero, con el pe-
cado, el hombre desfiguró aquella belleza
natural; destruyó también la unidad y la be-
lleza de nuestra familia humana, dando lugar
a estructuras sociales que perpetúan la po-
breza, la falta de educación y la corrupción.
A veces, cuando vemos los problemas, las
dificultades y las injusticias que nos rodean,
sentimos la tentación de resignarnos. Parece
como si las promesas del Evangelio no se
fueran a cumplir; que fueran irreales. Pero la
Biblia nos dice que la gran amenaza para el
plan de Dios sobre nosotros es, y siempre ha
sido, la mentira.
El diablo es el padre de la mentira. A menudo
esconde sus engaños bajo la apariencia de la
sofisticación, de la fascinación por ser
«moderno», «como todo el mundo». Nos
distrae con el señuelo de placeres efímeros,
de pasatiempos superficiales. Y así malgasta-
mos los dones que Dios nos ha dado jugando
con artilugios triviales; malgastamos nuestro
dinero en el juego y la bebida; nos encerra-
mos en nosotros mismos. Y no nos centramos
en las cosas que realmente importan, de
seguir siendo en el fondo hijos de Dios. En el
Evangelio, Jesús acoge a los niños, los abraza
y bendice. También nosotros necesitamos
proteger, guiar y alentar a nuestros jóvenes,
ayudándoles a construir una sociedad digna
de su gran patrimonio espiritual y cultural. En
concreto, tenemos que ver a cada niño como
un regalo que acoger, querer y proteger. Y
tenemos que cuidar a nuestros jóvenes, no
permitiendo que les roben la esperanza y
queden condenados a vivir en la calle.
Por eso el mensaje del Santo Niño es tan
importante. Nos habla poderosamente al
corazón de cada uno de nosotros.
Papa Francisco, Enero 2015
Escuche los sábados:
De Bendición en Bendición 8-8:30 a.m.
Renuévate 9-10 a.m.
Maravillas de Jesús 10– 11 a.m.
Escuche los Domingos:
Rompiendo Esquemas 12 –1 p.m.
Santa Misa 4-5 p.m.
Oveja Cien 6-7 p.m.
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Cómprelo ya en la Librería Ambulante de la Renovación Carismática
(240-505-4098)
Cómprelo ya en la Librería Ambulante de la Renovación Carismática
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“Sólo en el cielo podremos comprender
todo cuanto el Señor ha hecho por nosotros”
│ │
Amor no significa dependencia y esclavitud
sino libertad y autonomía. En este libro se
nos enseña a no ser esclavos de los deseos
del otro, a no sacrificar nuestra dignidad por
un poco de compañía y a gobernar nuestra
vida sin temor a la libertad.
El padre Linero nos brinda reflexiones profun-
das inspiradas en textos bíblicos, recomenda-
ciones prácticas para lograr una vida afectiva
plena y momentos de oración para propiciar
cambios en el corazón de cada lector.
Para ser personas
independientes y feli-
ces es necesario trans-
formar actitudes que
nos llevan a mendigar
amor. Dios nos ha
dado todo lo que ne-
cesitamos para alcan-
zar la felicidad y este
libro nos abre el cami-
no para conseguirlo.
Sin Libertad no hay amor
Padre Alberto Lineros Intercede
Quique López
En esta producción el cantautor Quique
López nos presenta 13 canciones neta-
mente Marianas, con ritmos bellos y
muy variados.
Destacamos los temas: “Que siga la
fiesta”, que nos habla de las bodas de
Caná, “Contigo me quiero quedar”,
“Voy de tu mano hacia El” y “María,
madre del amor”, temas de composi-
ción de Quique López.
También se encuentran temas de Mar-
tin Portugal :
“Tu”, y de María
Elena Cota: “Ave
María”.
Hermosa opor-
tunidad para
escuchar y orar,
o también para
regalar, hermosas canciones que nos
acercan al corazón de nuestra madre, la
Virgen María, y por Ella a Jesús.