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    CONTENIDO

    EDITORIAL 3

    APUNTESSOBREALGUNOSAPELLIDOSDELOS C ACIQUESDEM ANABEzio Garay Arellano 5

    TIMBRESYSELLOSENLA

    CONSTRUCCINDELEST ADON ACIONALManuel Eduardo Andrade Palma 26

    ELOYALFARO:EL JO VENLUC HADORHctor Villagrn Cepeda 29

    INFLUENCIADELFERROC ARRILENM ILAGROVctor Hugo Vicua Piedra 32

    PALABRADEM ANABA

    Pedro Reino 37ALZAQUETEHA NVISTOHISTORIASOC IALDELA M SIC AYLOS B AILESTRADICIONALESM ONTUBIOSWillington Paredes Ramrez * 41

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    EDITORIAL

    Manab como provincia esuna de las ms extensas dela patria. Casi veinte milkm. cuadrados la conforman, y lahabita gente que vive en ciudades, yotro grupo que ha preferido poblarel campo. Vivir en la campia mana-bita, de geografa tan dismil, con es-cassimas vas de accesos y serviciosbsicos inexistentes, ha resultado unverdadero sacricio que solo tienecompensacin cuando se siente amorpor la tierra y por la aventura de ha-cerla parir.

    El montubio manabita ha emergi-

    do de siglos de incomodidades y sa-cricios, mostrndonos una culturaque le da una identidad. Cmo?, vi-viendo sin comunicacin y poblandoun territorio extenso pudieron, en ladiversidad, mostrarnos un comporta-miento, unos modismos lingsticos,unas costumbres, en n, una identi-dad cultural propia.

    Este modo de vivir aprendido denuestros montubios, que segn losantroplogos no es fruto de la natu-raleza sino de la transferencia de cos-tumbres de padre a hijo, nos ha hechobuscar ansiosamente la sntesis delos rasgos ms preponderantes de sumodo de vida.

    Y nos encontramos con muchosautores que han resaltado en sus es-tudios esa forma de concebir la vida,

    de vivirla bajo un sistema de modelosricos y actuantes, que han descrito be-llamente esa cultura inmaterial deManab que Pedro Reino dice, de ma-nera acertada, que late entera, certe-ra y convincente.

    El estudio de la vida montubia,que es el estudio de nuestra yemaoriginal manabita, ha pasado por di-cultades: ese sistema de vida, rico ysimblico, que nos resulta bello a no-sotros, puede parecer pobre y desluci-do para otros. Por eso, alguna vez, eltrmino montubio son como ana-tema burln y despreciativo, y serlo

    representaba a un tipo vergonzoso,inculto y de costumbres bastas.Por eso Spondylus va a alentar,

    permanentemente, el desarrollo deinvestigaciones y ensayos que sigandescubriendo las riquezas de la cul-tura montubia, por eso ve con satis-faccin profunda trabajos y actitudescomo las de Eumeny lava.

    Porque sabemos de dnde nosoriginamos, sabemos que esa amalga-ma de hombre mestizo y campo puroforj el tipo de manabita que somos.Porque en esta hora de modernida-des y aculturaciones, bien vale mirarhacia atrs, ver claramente nuestrosorgenes; y, sentir que nos late en el

    alma, entera, certera y convincente,esta cultura inmaterial de montubiosque ostentamos.

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    4Documentos de la historia manabita. 1866

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    APUNTESSOBREALGUNOSAPELLIDOSDELOSC ACIQUESD EM ANAB

    Ezio Garay Arellano

    La falta de documentacin en loque es la regin Costa de la Re-pblica del Ecuador ha limita-do nuestras investigaciones histricasy solamente han llegado a nuestrasmanos, los pocos papeles que logra-ron salvarse de nuestro inclementeclima, de la humedad, la polilla y losincendios. Pocos son los escritos quelos historiadores hemos podido resca-tar gracias a nuestra rigurosidad cien-tca y capacidad de interpretacin ylectura, recreando, por su intermedio,nuestra historia autctona regional.

    La actual provincia de Manabfue descubierta por los espaoles an-tes que los territorios de las ciudadesde Santiago de Guayaquil y San Fran-cisco de Quito. La historiadora Marit-za Aruz nos dice que en Manab:

    Estuvieron asentados seoros pre-hispnicos con una organizacin

    muy avanzada y ms poblados,como es el caso de los manteos, alsur de la provincia, donde estn ubi-cados Jipijapa, Montecristi. A pesar

    de la inevitable mortandad y hudade los indgenas por la conquista, elaparato colonial s logr reducirlos.De ah que, a nales del siglo XVI,en 1591, Morales de Figueroa des-cribe los tributarios que el distrito

    de Portoviejo contaba con 1.253 tri-butarios. En los datos de Morales deFigueroa Jipijapa Baja y Alta tieneuna posicin muy ventajosa frenteal respecto de pueblos; y, si consi-deramos que Apechingue1 poste-riormente pas a formar parte de Jipijapa, obtendremos que ambospueblos eran los ms poblados de laprovincia de Portoviejo.2

    Otro documento que sabemoscontiene valiosas informaciones his-

    1. La autora consultada cita Apechingue enlos documentos que he revisado, dice:Apechinche.

    2. Maritza Aruz, Pueblos de indios en la Cos-

    ta, ecuatoriana Jipijapa y Montecristi en lamitad del siglo XVIII, Coleccin a la Costa,Guayaquil, Publicacin del Archivo His-trico del Guayas, 1999, p. 61.

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    tricas de los nativos de las provin-cias de Guayaquil y Portoviejo, queocupaban el actual territorio de laCosta ecuatoriana, es la Descripcin

    annima de la gobernacin de Gua-yaquil del ao de (1605), publicadaen la Revista del Archivo Histrico delGuayas, No. 4, de diciembre de 1973,en la que el fundador del mencionadoarchivo, el recordado historiador gua-yaquileo don Julio Estrada Icaza, ensu breve comentario, nos cita la fuentedonde reposa este importante manus-

    crito como es la Biblioteca Nacionalde Madrid con la signatura 3064=56,copia obtenida por el Dr. Abel RomeoCastillo y Castillo, a su vez propor-cionada por el Dr. Luis Vsquez deParga, transcrita por la seora Yolan-da Araujo Urrea, y revisada por elpalegrafo Dr. Juan Freile Granizo.El Sr. Estrada nos dice, adems, quefue publicada por primera vez estadescripcin annima de Guayaquilen la Coleccin de Documentos InditosRelativos al Descubrimiento, Conquista yOrganizacin de las Antiguas PosesionesEspaolas de Amrica y Oceana, sacadosde los Archivos del Reino y muy Espe-cialmente del de Indias, vol. IX, Madrid,

    1868, pp. 247-309, magnca obra dedon Luis Torres de Mendoza.Luego Marshall H. Saville la re-

    produce en The Antiquies of Manabi,Ecuador, en dos volmenes, NuevaYork, 1907-1910; el historiador ma-nabita don Wilfrido Loor Moreira lapublica parcialmente en una terceraedicin en una serie de cuadernillos

    que qued inconclusa, teniendo unacuarta edicin con una introduccindel destacado historiador Dr. Francis-

    co Huerta Rendn en la Revista del Co-legio Nacional Vicente Rocafuerte, No.55 de noviembre de 1955.

    Descripciones anteriores al ao

    de 1605 han desaparecido, solamenteexisten la de Morales de Figueroa ylas probanzas de los conquistadores,donde se describen sus hechos duran-te la conquista y poblacin de estastierras. De esta forma, denitivamen-te, es este manuscrito y el de Moralesde Figueroa, los que nos narraran bre-vemente los sucesos relacionados conlos nativos del territorio manabita du-rante los aos de 1591 y 1605, es decir,catorce aos de historia de las reduc-ciones de sus pueblos de indios, losmismos que citaremos ampliamentepara su mejor ilustracin. Continua-mos con la autora consultada quiencita a Morales de Figueroa, relatn-

    donos que los pueblos tributarios quedieron un total de 1.253 eran los in-dios que pagaban sus impuestos, en1591, en las siguientes parcialidades:

    Picoaz 252, Apechingue 122, Pipay106, Apelope 99, Pasao y Patagua78, Catarama 74, Jipijapa La Baja 80,Jipijapa La Alta 61, Tosagua 46, Ban-

    chal 42, Pillasagua 41, Lanconchipay Toal 40, Pimpaguasi 33, Indios deEl Valle 30, Manta 29, Salango 19,Xaramij y Montecristi 16, Chara-pot 15, Paiquilli 14, Pisalanceme18, Misbaique 10, Cupilde, Labiquey Malagua 18, Cama y Camilloa 16.3

    La descripcin annima nos re-lata que los indios, aborgenes o na-

    3. Ibdem, p. 62.

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    No. 24 Un encuentro con la historia

    tivos manabitas, estaban repartidosen los pueblos de San Cristbal deCatarama y El Valle, junto a la ciu-dad de San Gregorio de Portoviejo,

    suponemos que se trata de Pichota(hoy Rocafuerte), su nombre antiguoantes de los hispanos era Jagua, don-de se redujeron los repartimientos ocomunas de Catarama, Cochinchi-gua, Coalle, Pantagua, Chondana. Lesegua el pueblo de San Esteban deCharapot, llamada antiguamente

    Japot, en l se redujeron los indios

    de Charapot, Conchipa, Tosagua yPasao. Contina el pueblo y puertode San Pablo de Manta, que antigua-mente se llam Tocay, en l estabanlas comunas de los indios de Manta,

    Jaramij, Levique y Cupil, que, desdeel siglo XVI, se comienzan a trasladarsus reducciones indgenas al pueblode San Pablo de Montecristi. A estosles sigue el pueblo de Nuestra Seorade la Asuncin de Picoaz, cuyo an-tiguo nombre fue Giguiv, que tomel nombre de su antiguo cacique Pi-coaz a quien aquellas parcialicesobedecan, en l fueron reducidas lascomunas de Picoaz, Tohaya o Toala,Misbay y Solongo o Salango, reduc-

    cin ejecutada por Alonso de Almao,uno de los fundadores y primeros ve-cinos hispanos de Portoviejo. De stedeviene el pueblo de San Lorenzo de

    Jipijapa, el cual lleva este nombre enrecuerdo de su noble cacique Jipijapa,se redujeron en l las comunas de Pi-pay, Jipijapa La Baja, Jipijapa La Alta,Apelope, Apechinche, Sancn, Pilla-

    sagua y Picalanseme.4La misma autora tambin anota

    en su importante obra que:

    En la segunda mitad del siglo XVIII,la provincia o el partido de Porto-viejo era el ms extenso de los quecomponan el gobierno de Guaya-quil, 24 leguas de largo y 18 de an-cho; es decir, ms o menos 13.412kilmetros cuadrados. Bajo su juris-diccin estaban los pueblos de Man-ta, Pichota, Montecristi, Jipijapa, Pi-coaz, Charapot; cada uno de estospueblos estaba dividido en parciali-dades. Jipjapa el mejor pueblo deldistrito tena siete repartimientos:Aguas, Pajn, Sancn, Payache, La

    Baja, Apechingue y Londana. Poste-riormente, con la independencia dela Corona espaola, la ley de divi-sin territorial grancolombiana5 de1824 incorpora al partido de Por-toviejo el partido de La Canoa, yse conforma la actual provincia deManab.

    Los seoros tnicos son deni-

    dos como el linaje aristocrtico de unacomunidad ms fuerte que somete aotras comunidades, como el caso delSeoro de Manta.6

    4. Descripcin de la Gobernacin de Gua-yaquil ao de (1605), en Revista del Archi-vo Histrico del Guayas, No. 4, ao 2, Gua-

    yaquil, diciembre de 1973, pp. 77-93.5. La autora debi decir: colombiana, pues-to que est comprobado documentada-mente que la Gran Colombia no existiy fue una invencin de los historiadoresde los siglos XIX y XX. Era pues, simple-mente, la repblica de Colombia; a la quepertenecimos de 1824 a 1830 como De-partamento del Sur, compuesto por tresdistritos: Quito, Cuenca y Guayaquil,este distrito a su vez dividido en dos pro-

    vincias Guayaquil y Manab.6. Maritza Aruz Pueblos de indios en la Costaecuatoriana Jipijapa y Montecristi en la mitaddel siglo XVIII, Coleccin a la Costa, p. 61.

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    El rey de Espaa reconoci a laslites nativas; es decir, la nobleza eimportancia que tuvieron durante lacolonia los caciques, rgulos, curacas

    y dems descendientes de los gober-nantes de estos pueblos aborgenes,a quienes les concedi ttulos y lesotorg escudos con nuevos elementosherldicos. Una herldica general quese compona de un mismo escudo: encampo de plata o de oro, con un indiocon su color de piel cobriza, con tresplumas en la cabeza unidas por una

    cinta dorada, las mismas que eran decolores rojo, azul y verde, segn in-formacin del genealogista guayaqui-leo don Pedro Robles y Chambers,escudo de armas con el que graca-mos este estudio.

    Este artculo es un muestreo delo que en mis investigaciones he ido

    encontrando sobre los apellidos delos caciques del litoral ecuatoriano;habiendo seleccionado, para esta pu-blicacin, solamente a los manabitas.Los manabitas sern, en mi opinin,los protagonistas del rescate de lahistoria, la memoria colectiva de losapellidos de la toponimia nativa de loque hoy es la hermana provincia de

    Manab. He organizado estos apelli-dos en orden alfabtico, de la siguien-te forma:

    (Anzules): Don Pedro Anzules

    Nacido hacia 1580, Cacique Prin-cipal y Gobernador de Jipijapa, solici-t al virrey del Per, el Duque de laPalata, le otorgara una real provisinen la que se reglamentara el cobro delos diezmos a los naturales de Jipijapa

    para que estos no fueran explotados,la misma que le fue concedida porel mencionado virrey, presentndo-la ante el Cabildo de Guayaquil el 2

    de abril de 1624 para poderla acatar yhacerla cumplir en el territorio de sucomunidad y cacicazgo.7

    BACUSOY

    Cacique Don Luis Bacusoy

    Su pariente cercano don Maria-

    no Bacusoy, en Jipijapa el 27 de febre-ro de 1790, reclam ante la Real Au-diencia de Quito, que debera quedarlibre del ocio de barrer las calles delpueblo, por tener parentesco con estenoble Cacique y ser de familia indianoble.8

    (Chapi): Cacique Don FranciscoChapi

    Cacique Principal del pueblode Manta, en el distrito de Quito, el17.I.1706 solicit que se le haga mer-ced del ttulo de gobernador de los

    7. Juan Freile Granizo, Actas del CabildoColonial de Guayaquil, tomo VII, aos de1690 a 1694, Guayaquil, transcripcin yversin de Juan Freile Granizo, Subge-rencia del Centro de Investigacin y Cul-tura, Banco Central del Ecuador, Publi-cacin del Archivo Histrico del Guayas,1988, p. 19.

    8. Ezio Garay Arellano, Compilacin biogr-ca-genealgica de los fundadores de Santia- go de Guayaquil (1534-1605), Guayaquil,

    publicacin del Programa de RescateEditorial de la Biblioteca Municipal deGuayaquil, M. I. Municipalidad de Gua-yaquil, 1a. ed., octubre de 2006, p. 216.

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    indios de Manta, Puerto Viejo, Guaya-quil y su distrito, que se le encomien-den mil ducados por dos vidas, que sele den doce indios que le acompaen

    y que pueda llevar traje de espaol.9

    Chipe: I. Don Diego Chipe

    Nacido hacia 1758, Cacique de laparcialidad de Apipay; cas con doa

    Juana Paulina Pin y vila, nacida ha-cia 1766, India Principal del pueblo deSan Lorenzo de Jipijapa donde test

    el 12 de septiembre de 1816 ante donJos Luis de la Vega, Teniente de Go-bernador de Portoviejo; hija legtimade don Victoriano Pin, nacido hacia1741, Indio Principal de Jipijapa y deMnica vila, nacida hacia 1746; sushijos:

    Doa Andrea Chipe y Pin, nacida

    hacia 1786, fallecida nia. Doa Mara Felipa Chipe y Pin,nacida hacia 1788, cas con donAntonio Medina, nacido hacia1782; su hija:

    Doa Mara Narcisa Chipe y Medi-na, nacida hacia 1802.10

    Don Lzaro ChipeEra Cacique de Jipijapa en 1755,11

    seguramente pariente del anterior.

    Chiquito: I. Tomasa Chiquito yAnzules

    Nacida hacia 1735, hija de loscaciques Anzules de Jipijapa; tuvocon el capitn de Infantera don Gas-par Timoteo Ruiz Cano y Ramrez deArellano, bautizado en Guayaquil el 1de febrero de 1729, Alcalde Ordinariodel Cabildo el 1 de febrero de 1765;hijo legtimo del Maestre de Campodon Gaspar Ruiz Cano y Prez de

    Vargas, nacido en la villa de Ocaa,en Castilla, Espaa, hermano de donPablo Ruiz Cano y Prez de Vargas,Marqus consorte de Soto Flori-do, que pas a la ciudad de Los Re-yes donde se cas con doa NarcisaSenz Galeano, II Marquesa de SotoFlorido, sobrina y heredera de donToms Gonzlez Galeano, I Marqus

    de Soto Florido; don Gaspar se casen Guayaquil en la iglesia Matriz el24 de enero de 1718, velando su ma-trimonio en la misma iglesia el 10 de

    julio de ese ao con doa Mara Mag-dalena Ramrez de Arellano y Rome-ro Maldonado, de la misma familia delos Condes de Aguilar. Sus hijos: Don Francisco de Paula Villavicen-

    cio Ruiz Cano Ramrez de Arellanoy Chiquito Anzules, que continaen II.

    Doa Bartola Chiquito Anzules,nacida hacia 1770; fue madre de:

    Doa Jess Villandrando y Chi-quito Anzules; tuvo amores conel marido de su prima hermana

    don Juan Antonio Menndez ydel Barco.12

    9. Archivo General de Indias, en adelanteAGI, Quito, 26, No. 53.

    10. Ibdem, p. 229.11. Maritza Aruz Pueblos de indios en la Costa

    ecuatoriana Jipijapa y Montecristi en la mitaddel siglo XVIII, Coleccin a la Costa, p. 68.

    12. Archivo Histrico de la Curia Arzobispalde Cuenca, en adelante AHCA/C, Infor-maciones Matrimoniales, Caja No. 10.

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    II. Don Francisco de PaulaVillavicencio Ruiz CanoRamrez de Arellano

    y Chiquito AnzulesNacido hacia 1765, fue Admi-

    nistrador de Rentas Reales en Gua-yaquil, Baba y Portoviejo, Teniente deGobernador de Portoviejo en los aosde 1800, 1808, 1809 y 1810, con man-do poltico y militar del destacamentode Dragones a sueldo. Don Francisco

    de Paula levant un expediente de in-hibitoria ante el Escribano don AlejoGuiraldes Pereyra y Castro, contradon Jos de Aguirre Irrizari, goberna-dor de Guayaquil, que lo separ delcargo que ocupaba, alegando su natu-ralidad y origen mestizo, cuando enrealidad era descendiente de familiasnobles y principales. Consta por estedocumento que Villavicencio, pormedio del procurador Barbosa quepresent poder otorgado ante el es-cribano don Alejo Guiraldes Pereyray Castro:

    se queja de que su enemigo personaldon Jos de Aguirre Irizarri, gober-nador de Guayaquil, lo ha separadoviolentamente de su empleo de ad-ministrador de la Real Renta de Ta-baco, sin otro motivo que su falta decalidad, y presenta en su descargola sentencia en la que se lo recono-ce como noble, por ser hijo naturaldel capitn don Gaspar Ruiz Cano,sujeto de las primeras familias deGuayaquil; y que, por lo mismo,

    aun prescindiendo de la notorianobleza de su madre, doa Toma-sa Chiquito Anzules, declarada por

    Vuestra Alteza como descendientede los Caciques principales de Jipi-japa, don Francisco Villavicencio esigualmente noble que su padre con-forme las leyes.

    La segunda sentencia a que hacereferencia el procurador Barbosa, dic-tada en la causa criminal que se lesigui a Villavicencio por parte delDefensor de Naturales don AntonioVallejo, por culpables procedimientoscomo Administrador de la Real Rentade Tabaco, en agravio de varios indiosdel pueblo de Jipijapa, dice as:

    Absuelvo y doy por libre a dichoVillavicencio de todas las culpasdeducidas contra l, declarndose,por consiguiente, no corresponderleen manera alguna el indigno trata-miento que le hace dicho Protector,llamndolo mixto de mita y zam-

    bo, siendo muy diversa su calidady extraccin, como hijo natural delcapitn don Gaspar Ruiz Cano yde doa Tomasa Chiquito Anzules,India Principal, descendiente decaciques antiguos de las parcialida-des de Sancn y Payachi, segn seha probado. Se desaprueba, desdeluego, el indebido tratamiento, peroel Protector tiene una disculpa en elhecho de haber nacido dicho Villa-vicencio bajo del matrimonio quecontrajo su madre con don AntonioVillavicencio, despus de cinco oseis meses de concebido, lo cual dasuciente motivo para eximirle de lacalumnia, que no se le debera per-donar en otras circunstancias.

    Fue declarado en posesin dehidalgua por la Real Audiencia deLima. Test don Francisco de Paula,

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    el 1 de junio de 1809, el mismo quecorre insertado en los Protocolos delEscribano don Juan Gaspar de Casa-nova, donde dice lo siguiente:

    Yo don Francisco de Paula RuizCano, conocido por Villavicencio,hijo segn consta en documentos judiciales del caballero hijodalgonotorio don Gaspar Ruiz Cano, pri-mo hermano dicho seor por con-sanguinidad del seor Marqus deSoto Florido, en Lima, to polticodel excelentsimo seor Franciscode Requena, teniente general delos Reales Ejrcitos de Su Majestad,quien se ha dignado tratarme y re-conocerme por pariente poltico endocumentos reconocidos y autori-zados por el Gobierno, que existenen mis papeles de naturaleza, y re-conocido que soy de mis mayores yparientes paternos y declarado hijo

    natural por la Real Justicia en autode 22 de agosto de 1790, corrobora-do por otro de este Gobierno, Super-intendencia de Quito y Real Chanci-llera de dicha ciudad, como hijo dedoa Tomasa Chiquito y Anzules,descendiente por lnea recta de losnobles caciques Anzules de Jipijapa,como consta de sus documentos ju-diciales, amparado en dicha noble

    naturaleza por repetidas y superio-res providencias, con cuasi posesinde hidalgua por la Real AudienciaPretorial de Lima, obedecidas lasEjecutorias por el gobierno de Gua-yaquil y provincia de Portoviejo,que todo se encontrar en dichosmis papeles. Ordeno y mando a mishijos que usen sus verdaderos ape-lativos que les corresponden: RuizCano y Bravo de Brito, etc.

    Cas con doa Mariana de JessBravo de Brito y Vera; hija legtimade don Jos Mximo Bravo de Brito yBriones, que cas con doa Gregoria

    de Vera; tambin tuvo sucesin condoa Francisca de Borja Cantos y condoa Isidora de Cedeo y Manriquede Lara;13 sus hijos:

    Don Agustn Mara Ruiz Cano yVillavicencio, falleci soltero y sinsucesin.

    Doa Mara Eufemia Villavicencio

    y Bravo, cas en Portoviejo condispensa otorgada en Cuencael 26 de septiembre de 1806 condon Juan Antonio Menndez ydel Barco, teniente de Goberna-dor y Justicia Mayor de Porto-viejo y Cabo Mayor de Centinelade sus pueblos de 1806 a 1808,14alcalde primero de Portoviejo en

    1822, gobernador de Manab en1831, hijo de don Alonso Menn-dez y Rodrguez y de doa Este-fana de Jess del Barco y Loor;con sucesin.

    Doa Mara Eugenia Villavicencioy Bravo, cas con don VicenteAnastasio Menndez del Barco,

    13. Ezio Garay Arellano, Contribucin pa-ra elestudio de la sociedad colonial de Guayaquil,archivo Pedro Robles y Chambers, diri-gido, corregido y aumentado por EzioGaray Arellano, tomo III, Guayaquil, 1a.ed., publicacin del Programa de Resca-te Editorial de la Biblioteca Municipal deGuayaquil, M. I. Municipalidad de Gua-yaquil, 2008, pp. 668-679.

    14. Archivo de don Pedro Robles y Cham-bers, en adelante APRyCh.

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    hermano de su cuado; con des-cendencia.15

    Doa Francisca Gabriela Villavi-cencio y Bravo, cas con el gene-

    ral don Jos Mara de Andradey Mateos, nacido en Jerez de laFrontera, Espaa, bautizado enla Capilla de San Juan de Letrn,de cinco das de nacido, el 24 demarzo de 1783, teniendo por suspadrinos a don Manuel de Obre-gn y doa Manuela Carrasco;hijo legtimo de don Juan deAndrade y Lpez de Balmaceda,bautizado en la misma Capillade San Juan de Letrn de Jerezde la Frontera, de tres das denacido, el 24 de marzo de 1755,siendo su padrino don Francis-co Senz de la Espuela; se casen la iglesia de San Marcos de

    Jerez de la Frontera el domingo6 de febrero de 1774 con doaPetronila de Mateos y AparicioGonzlez Cordero, bautizada enla iglesia mayor de Lebrija, deun ao un mes de nacida, el 2 dediciembre de 1752, fue su padri-no don Lorenzo Quieto. Abuelospaternos: don Juan de Andrade

    y doa Mara Lpez de Balma-ceda. Abuelos maternos: donFrancisco de Mateos Aparicio ydoa Mara Gonzlez Cordero;16

    con sucesin. Doa Mara de la Luz Villavicencio

    y Cantos.

    Don Agustn Villavicencio y Ce-deo, fue el hombre ms rico deManab, fue el padrino de bau-tizo del general don Eloy AlfaroDelgado; cas con doa Martina

    Zambrano y Vera; sus hijos: Doa Carlota Villavicencio y Zam-brano, cas con don Manuel Ar-teaga y Espinosa; con descen-dencia.

    Don Salomn Villavicencio y Zam-brano, cas con doa Mara delRosario Loor e Intriago, viudade don Juan lvarez del Barco;con sucesin.

    Don Alejandro Villavicencio yZambrano, cas con doa AnaAlarcn y Villamil; con prole.

    Don Guillermo Licurbo Villavicen-cio y Zambrano; cas con doaElosa Velsquez y Pinoargote;con descendencia.

    Don Soln Villavicencio y Zam-brano; cas con doa ClemenciaLoor y Velsquez; con sucesin.

    Doa Josena Villavicencio y Zam-brano.

    Doa Mariana Villavicencio yZambrano.

    Doa Lucrecia Villavicencio yZambrano, estas tres hermanasfallecieron solteras.17

    15. Ibdem.16. AHCA/C, Informaciones Matrimonia-

    les, Caja No. 14, Expediente 5976.17. Ezio Garay Arellano, Contribucin para el

    estudio de la sociedad colonial de Guayaquil,

    archivo Pedro Robles y Chambers, diri-gido, corregido y aumentado por EzioGaray Arellano, Ob. Cit., pp. 229-232.

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    No. 24 Un encuentro con la historia

    I. Don Francisco Chiquito

    Nacido hacia 1708; cas condoa Florencia Anzules y Chez, na-

    cida hacia 1713, hija de don Pedro An-zules, nacido hacia 1685; casado condoa Isabel Chez, nacida hacia 1688,Caciques de la parcialidad de Sancny Payache; fue su hijo:

    II. Don N. Chiquito Anzules

    Nacido hacia 1733, desconoce-mos su nombre y con quin se cas;pero sabemos que el padre de:

    III. Don RamnChiquito Anzules

    Nacido hacia 1758; en 1790 lo-gr ser liberado de la mita y el tributo

    por ser lejano descendiente de caci-ques. Present su genealoga el aosiguiente de 1791 ante las autoridadeslocales y la Real Audiencia de Quitopara obtener la posesin del Cacicaz-go que estaba vacante de Apechinche;logrando que el 6 de abril de 1795 laReal Audiencia de Quito le otorgarauna Real Provisin nombrndolo Ca-cique Provisional de la parcialidadde Apechinche. En 1801 interponenuevamente sus ocios ante la Au-diencia quitea para que se lo nom-bre a perpetuidad Cacique. El 21 deenero de 1803 era Cacique de Jipijapacuando presidi el Cabildo abiertoy ampliado de esa poblacin, junto

    al gobernador don Manuel Parralesy Guale; el alcalde mayor MarcelinoToala; el alcalde Casimiro Tigua; el

    cacique don Manuel Parrales Soledis-pa; el regidor mayor Juan Reyes; losregidores: don Raymundo Soledis-pa, Mariano Vicente Tumbaco, don

    Apolinario Soledispa, Sebastin Pin-cay, Pedro Alcntara Chele, don JuanPablo Soledispa, el procurador delCabildo don Gaspar Soledispa; donMateo Coaboy, don Pedro Chez, donManuel Pin; el escribano de CabildoFrancisco Muis; Florentino Villamar,don Agustn Bacusoy Ligua, don Ve-nancio Reyes, don Mariano Damin

    Pionce, don Juan Manuel Chez, donPedro Chiquito, don Pedro Chez,don Anselmo Parral, don Eugenio Pi-llasagua, don Esteban Chiquito, don

    Juan Apolinario Chez, don DiegoIgnacio Chez, don Jacinto Chiquito,don Juan Pibaque, don Apolinario Pi-baque, y don Mariano Chez.

    Estos vecinos principales de Ji-pijapa fueron reunidos por insistenciadel Gobernador Parrales, quien a pe-dido de los pobladores de Jipijapa yamparados por una expresa orden delVirrey de estos reinos, se deba tratarcon carcter de urgencia el asunto dela explotacin y la saca de la paja to-quilla o mocora, para evitar que se la

    lleven a otros puertos del reino, porla enorme importancia que tena esteproducto para sus habitantes, quienesconocan ampliamente cmo apro-vecharla; y, adems, representaba susustento principal. El documento ori-ginal reza lo siguiente:

    Sobre desempaar en la inmemora-

    ble industria de hacer sus sombrerosy hamacas vendindolos con mode-rados precios, tener sucientes in-

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    gresos econmicos para pagar sustributos y dems obligaciones.

    Comunicando este cuerpo edili-cio, que hace tres aos atrs los pue-blos de la Punta (hoy Santa Elena) es-taban en total abandono y no tenanel ocio de hacer sus sombreros, ne-cesitaban de la paja para la manufac-tura de dichos sombreros hechos de latoquilla, como de la mocora a la quecomnmente llamaban paja.

    Pedan los muncipes jipijapen-

    ses, que se prohibiera que la paja sa-liera de esa provincia por la va de losvalles hasta Lima, o sea por tierra, atravs del comercio de recuas de mu-las y tambin por la va martima. Yque sus habitantes se dedicasen a ela-borar sus hamacas y sus sombreros:

    Para el benecio y alivio de losindios.

    Que se impongan las penas nece-sarias para impedir que este productosaliera de Pajn; esta ordenanza fuepromulgada aquel da para todos loshabitantes de la jurisdiccin del pueblode San Lorenzo de Jipijapa, as comopara los peones y arrieros forasterosque llegaban ha recoger dichas pajas.

    Se prohiba terminantementeeste comercio con arreglo del seorVirrey quien orden al teniente de go-bernador de la ciudad de San Grego-rio de Portoviejo don Manuel Poncede Len y Coso, ordenando a este:

    Que los indios de Pajn no vendanla paja a los comerciantes sino quehagan hamacas, sombreros y demslabores que se apliquen a este traba-jo, que se publiquen por bandos en

    toda la provincia para que los obe-dezcan y quien la contrariase seracastigado con ocho das de crcel.

    Conrmaba, certicaba y ordenabaal teniente de Portoviejo esta ordenvirreinal el gobernador de la provin-cia de Guayaquil don Bartolom deCucaln Villamayor Vera y Garcs.Se comision para que hagan eje-cutar los bandos a los seores donDomingo Campe y don RudecindoGarcs. Los bandos no eran otracosa que la solemnidad de un man-

    dato con que se revesta la publi-cacin de una orden superior o seala difusin de un edicto o mandatoordenado en este caso por el virrey,el gobernador de Guayaquil y el te-niente gobernador de Portoviejo.A los ocho meses de este Cabildoque puso en vigencia la prohibicinde la saca de paja toquilla o moco-ra de la jurisdiccin de Jipijapa, en

    la ciudad de Portoviejo el 9 de sep-tiembre se aprehendi y se lo pusoen la crcel pblica de esa ciudad adon Fernando Caldern de la Barca,comerciante originario de la ciudadde San Juan de Pasto (hoy Colom-bia), que se haba establecido en lapoblacin de Jipijapa, dedicado acomercializar la toquilla o mocoraen negocios propios de este ociocon los indios productores y recoge-dores de paja.El teniente gobernador don Ma-nuel Ponce certic que Caldernde la Barca haba declarado con uninforme falso respecto a este comer-cio, aduciendo que haba dado a losindios 480 pesos para que lo prove-yeran de este artculo para llevarlo

    fuera de la jurisdiccin antes de laprohibicin del Cabildo de Jipijapade enero de aquel ao, cosa que se

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    No. 24 Un encuentro con la historia

    comprob que fue mentira y pag lapena de crcel y el pago respectivode la multa por no haber acatadoesta prohibicin como era la de nollevarse la paja fuera de la jurisdic-cin de San Lorenzo de Jipijapa, lapaja era el producto manufacturerode ese entonces que sostena la eco-noma del anejo de Pajn.18

    (Chez): I. Don Juan Chez

    Nacido hacia 1664, Cacique de

    la parcialidad de Payache, en tierrasde la jurisdiccin de San Gregorio dePortoviejo; cuando se cas dicho Ca-cique pas con toda su parcialidad deindios de su nacin a residir al pueblode Jipijapa, quedndose a gobernaren ese pueblo, las dos parcialidades lade l y la de su mujer. Cas con doaCatalina Anzules, nacida en el pueblo

    de Jipijapa hacia 1673, cacica de esepueblo de la parcialidad de Sancn;sus hijos:

    Don Pedro Anzules y Chez, na-cido en Jipijapa hacia 1693, supadre le puso el apelativo de sumadre para que heredase el Ca-cicazgo de la parcialidad de San-

    cn, que perteneca a su madre. Don Agustn, que contina en elII.

    II. Don Agustn Chezy Anzules

    Nacido hacia 1695, su padre ledej la parcialidad de Payache, paracuando tuviera la mayora de edadpudiera suceder en el cacicazgo; perosus padres murieron, quedando tan-to l como su hermano ignorando elderecho que tenan a estos cacicazgos,sin educacin, sin saber leer y escribir;por este motivo, don Agustn nunca

    se beneci con el derecho que tenaal cacicazgo, quedndose solamentecon el distintivo de Indio Principal ysin hacer caso del derecho natural quetena que su padre le haba dejado:tanto por su ojedad como no tenercodicia, ni ambicin y de ser incapazde cumplir sus obligaciones y as semantuvo hasta los 90 aos, declar

    su nieto cuando reclam ante la RealAudiencia de Quito su derecho al ca-cicazgo. Cas con doa Mara Rodr-guez, nacida hacia 1700; sus hijos: Don Toms, que sigue en el III.

    Don Diego Chez y Rodrguez, na-cido hacia 1722.Dos mujeres que se desconocen

    sus nombres. Don Manuel Chez y Rodrguez,

    nacido hacia 1727.

    III. Don Toms Chezy Rodrguez

    Nacido hacia 1720, estuvo en la

    misma situacin que su padre y abue-lo, ignor todo el tiempo el derechoque tena al cacicazgo, como hijo pri-

    18. Ezio Garay Arellano, Pajn la impor-tancia de la produccin de la paja to-quilla o mocora, en Ramiro Molina Ce-deo, edit., Manab su historia-su nombre

    II, Memorias del IV Encuentro Nacional deHistoriadores Temstocles Estrada Santos,Portoviejo, julio, 2009, pp. 158-166.

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    mognito; cas con doa Mara Sole-dispa, nacida hacia 1725; conocemosa su hijo: Don Pedro Chez y Soledispa, naci-

    do en Jipijapa hacia 1749, IndioPrincipal de ese pueblo quien el21 de octubre de 1789, reclamsus derechos al cacicazgo de laparcialidad de Payache, ante laReal Audiencia de Quito.19

    IV. Don Feliciano Chez

    y AnzulesNacido hacia 1714, Cacique de

    Sancn y Payache en Jipijapa, segu-ramente pariente de los citados ante-riormente; se ignora el nombre de suesposa; fue padre de: Doa Mara Dolores Anzules y

    Chez, nacida hacia 1744, Cacica

    de Sancn y Payache, cas condon Santiago Guale, nacido ha-cia 1739, cacique, Indio Principalde Huancavelica, Per, vecinode Jipijapa en 1792; sus hijos:

    Don Mariano Guale y Anzules, na-cido hacia 1760, cacique.

    Doa Ramona Guale y Anzules,

    bautizada en Colonche el 21 demayo de 1764, cas con don Ma-nuel Ignacio Cayche Tomal yBaidal, nacido hacia 1720, caci-

    que de Colonche el 13 de enerode 1749; hijo de don Diego Cay-che y Tomal, nacido hacia 1689,Indio Principal de Daule, hered

    el cacicazgo de Colonche de suabuelo el 14 de junio de 1719 yde doa Elena Baidal, nacida ha-cia 1675; nieto de doa Mara To-mal, nacida hacia 1663; bisnietode don Juan Tomal, nacido ha-cia 1633, Cacique de Colonche.20

    Don Toms Chez

    No sabemos si se trata de la mis-ma persona ya citada anteriormente;l con don Manuel Soledispa comoIndios Principales y naturales de Jipi-

    japa se presentaron ante el Virrey deSantaf; como representantes y apo-derados de los caciques de Jipijapadon Feliciano Anzules, don AntonioSoledispa, don Toms Toala, don JosTalca y don Lzaro Chipe, quienesasesorados por el protector de natu-rales don Jos de Herrera y Guzmnredactaron este poder en el que de-nunciaban los abusos cometidos con-tra los indios de Jipijapa por parte delos corregidores, tenientes, jueces de

    comisiones y aun los curas doctrine-ros, las dos denuncias fueron:

    Que los corregidores del menciona-do pueblo de Jipijapa y otros de laprovincia de Quito acostumbrabanempadronar a los indios nativosy oriundos en los parcialidades dedicho Jipijapa y se siguen varios in-convenientes y confusiones para lacobranza y percepcin de los tribu-tos de Su Majestad.

    19. Ibdem, 2006, pp. 232-234.20. Ibdem, p. 215.

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    Que los mismos funcionarios de-claran por mestizos a los hijos deindias sin proceder con prolijidady justicacin, y el intolerable abu-so con que se hallan gravados losdesdichados indios de aquella pro-vincia porque los corregidores y te-nientes hacen viajar a menudo comocorreos a los indios sin sufragarlesningunos viticos.

    Por lo que resolvi el Virrey deSantaf don Jos de Sols Folch deCardona expedir el siguiente decre-

    to fechado el 20 de marzo de 1755, elmismo que dice:

    Vistos lbrese despacho para que loscorregidores del pueblo de Jipijapay dems del distritito de la Real Au-diencia de Quito alisten a los indiosen los lugares de sus vecindarios, yno en otros. Y para que no los desti-

    nen de correos aunque sean del RealServicio sin pagarles lo correspon-diente a su viaje y para que no hayadeclaraciones de mestizos a los hijosde indios por ser privativo al SeorPresidente de dicha Real Audiencia,y ajeno del empleo de los Corregi-dores quienes cumplirn todo lomencionado so pena de mil pesos.21.

    (Coaboy): Don Simn Coaboy

    El 2 de agosto de 1666 era Alcal-de del pueblo de Jipijapa, declar enlos autos que se siguieron ante la RealAudiencia de Quito contra el corregi-dor de Guayaquil don Pedro de Sol-rzano, denunciando en este proceso

    que Solrzano compr una cantidadde fanegas de maz, manteca de puer-

    co y man, la llev al puerto de Mantay la embarc rumbo a Panam, porlo cual el cacique de Picoaz tambinmanifestaba que el Corregidor de

    Guayaquil enviaba a los naturales dePicoaz a subir a la montaa, obli-gndolos a abandonar sus cultivos,para que recolectaran zarzaparrillay cabuya, pagndoles 12 reales porarroba y los obligaba a llevar la cargaal pueblo de Jipijapa.22

    (Cruz): Cacique don Marcos dela Cruz

    El 15 de octubre 1680 se le otor-g una Real Cdula que fue enviadaal corregidor de Guayaquil don Do-mingo de Iturri y Gaztel, para queatienda la peticin de don Marcos, enla que si se le comprobaba, por docu-

    mentos, que sta era verdadera, se lerestituya el cacicazgo del puerto deManta y Charapot en la ciudad deSan Gregorio de Puerto Viejo.23

    (Jipijapa): Cacique Jipijapa

    Antiguo Rgulo que dio el nom-bre al pueblo de San Lorenzo de Jipi-

    japa.

    21. Maritza Aruz, Pueblos de indios en la Cos-ta ecuatoriana Jipijapa y Montecristi en lamitad del siglo XVIII, Coleccin a la Costa,

    pp. 68-69.22. Ibdem, p. 65.23. AGI, Real Audiencia, Quito, 213, L.9,

    F.76R-78R.

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    (Lebique): I. Don Pablo LucasLebique Marn

    Nacido en Montecristi hacia1770, Cacique de la parcialidad deLebique en el pueblo de San Pablo deMontecristi, donde el 12 de diciembrede 1800, por orden de la Real Audien-cia de Quito, redujo su parcialidad deLebique en esa poblacin.24 Casado conla cacica doa Isabel Mantuano, nacidaen Montecristi hacia 1779; su hijo:

    Don Javier Lebique Marn y Man-tuano, bautizado en Montecristi,de un da nacido el 11 de juniode 1801, fueron sus padrinos elcacique don Manuel Soledispa yParral.25

    (Ligua): I. Don Juan LiguaEl Viejo

    Nacido hacia 1667, Cacique dela parcialidad de La Baja y Alta en

    Jipijapa jurisdiccin de la ciudad deSan Gregorio de Portoviejo; renuncial cacicazgo por estar muy viejo elao de 1777; se cas con doa JosefaLoma, nacida hacia 1710; sus hijos: Don Juan Ligua y Loma, que con-

    tina en II.

    Don Pedro Ligua26 y Loma, nacidohacia 1692, le arrebat el cacicaz-go a su hermano Juan que era elprimognito y heredero; presen-t autos ante la Real Audienciade Quito para poder ser Caciquede la parcialidad de La Baja yAlta, se present una escrituraen Portoviejo el 12 de octubre de1797 ante el escribano don DiegoZedeo de Betancourt, en el quedeclar:

    Digo que desde el ao pasado de1777, mi padre por vejez que tuvoen la ocasin renunci a dicho cargoy cacicazgo y parcialidad nombradade la Baja as como Alta, hijo legti-

    mo y mayor por tener yo capacidady suciencia para esto ser que yopueda usar y ejercer dicho cargoque en efecto me renunci, por seryo, sucesor primognito al dichocacicazgo y despus de m a donCarlos Ligua, fallecido, y despusde don Carlos, don Cristbal, donBlas, doa Ins Ligua, doa Mara,

    4 despus de 3 hermanos difuntos y2 hermanas difuntas, sigue esto donJuan Ligua mi hermano el menor detodos.27

    24. Ezio Garay Arellano, Pajn la impor-tancia de la produccin de la paja to-quilla o mocora, en Ramiro Molina Ce-deo, edit., Manab su historia-su nombreII, Memorias del IV Encuentro Nacional deHistoriadores Temstocles Estrada Santos,pp. 240-241.

    25. Archivo de la iglesia de San Pablo deMontecristi, en adelante AI/M, Libro

    de Bautizos No. 1, aos de XII.1789 aIX.1804.26. La historiadora por error de transcrip-

    cin escribe el apellido Sigua, cuando esLigua su escritura original.

    27. Ezio Garay Arellano, Pajn la impor-tancia de la produccin de la paja to-quilla o mocora, en Ramiro MolinaCedeo,edit.,Manab su historia-su nom-bre II, Memorias del IV Encuentro Nacio-nal de Historiadores Temstocles Estrada

    Santos, pp.240-241; y Maritza Aruz,Pueblos de indios en la Costa ecuatorianaJipijapa y Montecristi en la mitad del sigloXVIII, Coleccin a la Costa, pp. 89-91.

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    No. 24 Un encuentro con la historia

    Pero sabemos que l no fue elprimognito si no que usurp elcacicazgo; tuvo una hija:

    Doa Juana Ligua, nacida hacia

    1720; cas con don Cristbal Jal-ca, nacido hacia 1718; su hijo:Don Juan Crisstomo Jalca y Ligua,nacido hacia 1743; cas con doaIsabel Chez, nacida hacia 1744;sus hijos:

    Don Pedro Jalca y Chez, nacidohacia 1764, hered el cacicazgode su abuelo don Pedro Ligua yLoma, pero falleci en 1786 al notener hijos lo hered su hermanoVicente.Don Vicente Jalca y Chez, nacidohacia 1740; Gobernador de losindios de Jipijapa, gan el juiciode legitimidad del cacicazgo deLa Baja a su primo don Juan San-

    tos Ligua y Soledispa, porque lalnea de sucesin del menciona-do cacicazgo la tena su ramafamiliar, desde que su abuelomaterno, don Pedro Ligua yLoma, lo usurp y se haba man-tenido en tres generaciones. LaReal Audiencia lo reconoci porcacique y le agreg el cacicazgo

    de la parcialidad de Apechincheque estaba vaco, pero fue recha-zado por no ser del pueblo deApechinche sino de La Baja; donVicente declin al cacicazgo en1788, aduciendo que las dos lo-calidades juntas eran demasiadonumerosas y que se bastaba conla de La Baja, justamente lo con-

    trario cuando las autoridades leentregaron el cacicazgo.

    Don Jos Jalca y Chez, nacido ha-cia 1743.

    Don Carlos Ligua y Loma, nacidohacia 1693.

    Don Cristbal Ligua y Loma, naci-do hacia 1694. Don Blas Ligua y Loma, nacido

    hacia 1695. Doa Ins Ligua y Loma, nacido

    hacia 1696. Doa Mara Ligua y Loma, nacido

    hacia 1697.

    II. Don Juan Ii Ligua y Loma

    Nacido hacia 1691; cas condoa Mara Tomal, nacida hacia1733; conocemos a dos de sus hijos: Don Francisco Ligua y Tomal,

    que sigue en III. Don Bernardo Ligua y Tomal, na-

    cido hacia 1720, como no tenadescendencia le dio los papelesque probaban la sucesin al ca-cicazgo a su sobrino don JuanSantos Ligua, como se ver msadelante.

    III. Don Francisco Liguay Tomal

    Nacido hacia 1716; cas condoa Josefa Soledispa, nacida hacia1720; fueron los padres entre otros hi-

    jos de:

    IV. Don Juan Santos Liguay Soledispa

    Nacido hacia 1741, el ao de1766 entabl un juicio para que se lolegitimara como Cacique de la parcia-

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    lidad de La Baja, cargo que ocupabasu primo el Gobernador de Jipijapadon Vicente Jalca y Chez; su to donBernardo Ligua y Tomal, le dio los

    documentos que lo podran haberlegitimado para ocupar el cacicazgode La Baja usurpada por su to abue-lo, que, a su vez, era abuelo maternode don Vicente Jalca. Los papeles encuestin eran dos Cdulas Reales: la1a. otorgada en 1692, que era la exen-cin de pagar tributos por ser indionoble de su abuelo el cacique don

    Juan Ligua y Loma; la 2a. dada en1706, en la que prohiba a las autori-dades de Jipijapa a que ocupasen enel servicio personal a los descendien-tes de su bisabuelo don Juan Ligua I,que dice que:

    no se ocupe a los hijos de este Ca-cique y dems descendientes nietosdel dicho don Juan Ligua El Viejoen el servicio particular y privado delos curas, corregidores y tenientes.

    (Lucn): I. Don Pascual Lucn

    Nacido hacia 1717, Cacique dela parcialidad de Jaramij; cas con

    doa Juana Co, nacida hacia 1722;fue su hijo:

    Don Santiago Lucn y Co, nacidohacia 1746; cas con RomualdaAnchundia, nacida hacia 1750,su hijo:

    Don Santiago Lucn y Anchundia,bautizado el 27 de julio de 1776,padrinos Victorino Chiln y sumujer Mara Pez; ante la Real

    Audiencia de Quito present unexpediente fechado en Guaya-quil el 21 de septiembre de 1800para obtener la proteccin gene-ral de esa Audiencia para poderreducir el Cacicazgo de la par-cialidad de Jaramij en el pueblode Montecristi.28

    (Parrales): I. Don InocencioParrales

    Nacido hacia 1717, cas condoa Manuela Guale, nacida hacia1720; fue su hijo:

    Don Manuel Inocencio Parralesy Guale, nacido en San Loren-

    zo de Jipijapa el 17 de junio de1745, falleci en Santa Elenael 4 de mayo de 1803. Presentun expediente ante la Real Au-diencia de Quito quejndose dela persecucin y vejaciones quehaba experimentado de resultasdel pleito que sigui hace nue-ve aos contra don Francisco

    de Paula Villavicencio, admi-nistrador de tabacos de aquellaprovincia.29 Era cacique de losindios de Jipijapa de la parciali-dad de Apelape el 15 de julio de1796, gobernador de indios de

    Jipijapa para el 21 de enero de1803; su biografa es muy cono-cida por haber luchado por losbenecios de su comunidad, quelo llev a presentarse ante el Rey28. Ibdem, p. 241.

    29. AGI, Real Audiencia, Quito, 349, No. 21.

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    No. 24 Un encuentro con la historia

    de Espaa despus de su regresode la corte de Madrid.30

    (Picoaz): Cacique Picoaz

    Rgulo del antiguo pueblo deGiguiv, su nombre le dio origen alpueblo de Nuestra Seora de la Asun-cin de Picoaz.31

    (Salca): Don Vicente Salca

    Cacique de Baja y Apechincheen el pueblo de San Lorenzo de Jipija-pa, fue padrino de varios bautizos enMontecristi el 6 de agosto de 1763.32

    (Soledispa): I. Don FranciscoSoledispa

    Nacido hacia 1685, Cacique de

    Aguas; cas con doa Mara Parra-les, n. hacia 1690; padres de:

    Don Antonio Soledispa

    Nacido hacia 1710, test en Por-toviejo en 1776 ante el capitn don

    Marcos Fernando de Vera, TenienteInterino de Gobernador de esa ciudad;cas con doa Mara Martina Zambra-no, nacida hacia 1718; sus hijos:

    Don Manuel Soledispa y Zambra-no, nacido hacia 1749, Caciquede la parcialidad de Aguas en elpueblo de Jipijapa; tuvo una litis

    ante la Real Audiencia de Quito,por este cacicazgo con don JosFrancisco Pin, quien pretendael mismo cacicazgo por haber-le pertenecido a su abuelo donPedro Asencio Villigua. Caciqueprincipal de Jipijapa para el 2de agosto de 1791. En el pueblode Montecristi, el 15 de julio de

    1796 fue padrino de conrma-cin de 37 nios. Doa Mara Soledispa y Zambrano,

    nacida hacia 1750. Don Pedro Soledispa y Zambrano,

    nacido hacia 1757, fue padrinode conrmacin de 6 nios enMontecristi en 1789.33

    Don Bernardino Soledispa

    Nacido hacia 1715, seguramentede la misma familia de los citados an-teriormente; test en el pueblo de SanLorenzo de Jipijapa el 28 de julio de1798 ante don Agustn Bacusoy y Li-gua, alcalde mayor de esa poblacin,

    y el escribano pblico don FranciscoMuiz; estuvo casado con doa Mara

    Jacinta Bacusoy; fueron padres de:

    30. Ezio Garay Arellano, Pajn la impor-tancia de la produccin de la paja to-quilla o mocora, en Ramiro Molina Ce-deo, edit., Manab su historia-su nombre

    II, Memorias del IV Encuentro Nacional deHistoriadores Temstocles Estrada Santos,pp. 242 y 243.

    31. Descripcin de la Gobernacin de Gua-yaquil ao de (1605), en Revista del Archi-vo Histrico del Guayas, p. 90.

    32. Ezio Garay Arellano, Pajn la impor-tancia de la produccin de la paja to-quilla o mocora, en Ramiro Molina Ce-deo, edit., Manab su historia-su nombreII, Memorias del IV Encuentro Nacional de

    Historiadores Temstocles Estrada Santos,p. 245.

    33. Ibdem, pp. 247-248.

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    Don Agustn de la Rosa Soledispa yBacusoy, nacido hacia 1744.

    Doa Crespina Soledispa y Bacu-soy, nacida hacia 1745, ya falle-

    cida cuando test su padre; cascon don Bernab Soledispa, na-cido hacia 1740; su hija:

    . Doa Micaela Soledispa y Soledis-pa.

    Doa Mara Soledispa y Bacusoy,nacida hacia 1746.

    Doa Marta Soledispa y Bacusoy,

    nacida hacia 1747. Doa Mara Tomasa Soledispa y

    Bacusoy, nacida hacia 1748. Don Severino Soledispa y Bacusoy,

    nacido hacia 1749.

    Don Mariano Soledispa y Bacusoy,nacido hacia 1750.

    Don Juan Gregorio Soledispa y Ba-cusoy, nacido hacia 1751.

    Don Jos Manuel Soledispa y Bacu-soy, nacido hacia 1752.

    Don Juan Andrs Soledispa y Bacu-soy, nacido hacia 1753.

    Don Francisco Soledispa y Bacus-oy, nacido hacia 1754.

    Don Julin Soledispa y Bacusoy,nacido hacia 1755.

    Doa Mara Tomasa Soledispa yBacusoy, nacida hacia 1756.34

    (Tohaya, Thoala O Toala): DonFrancisco Tohaya O Toala

    Era Encomendero en vida en elpueblo de El Valle [Portoviejo] en la

    reduccin de Catarama de ocho in-dios tributarios; no tena armas por lapequeez de la encomienda y su po-breza en el ao de 1605.35

    Don Toms Thoala

    Era Cacique de Jipijapa en 1755.36

    (Uguay): Uguay

    Nacido hacia 1510, Cacique dela nacin de los Huancavilcas en laprovincia de Portoviejo para el 5 demarzo de 1539.37

    (Villigua): I. Don Pedro Asencio

    Villigua

    Nacido hacia 1669, cas condoa Mara Pincay, nacida hacia 1672,Caciques Principales que fueron de laparcialidad de Aguas, reducidos enel pueblo de Jipijapa; fue su hijo. Don Eugenio Villigua, nacida ha-

    cia 1692, hered el cacicazgo desu padre, pero como solamentetuvo un hijo que muri demen-

    34. Archivo Histrico del Guayas, en ade-

    lante AHG, EP/J No. 6826.35. Descripcin de la Gobernacin de Gua-yaquil ao de (1605), en Revista del Archi-vo Histrico del Guayas, p. 81.

    36. Maritza Aruz, Pueblos de indios en la Cos-ta ecuatoriana Jipijapa y Montecristi en lamitad del siglo XVIII, Coleccin a la Costa,p. 68.

    37. Ezio Garay Arellano, Pajn la impor-tancia de la produccin de la paja to-quilla o mocora, en Ramiro Molina Ce-

    deo, edit., Manab su historia-su nombreII, Memorias del IV Encuentro Nacional deHistoriadores Temstocles Estrada Santos,p. 258.

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    No. 24 Un encuentro con la historia

    te, nombr heredero del cacicaz-go a su sobrino nieto don JosFrancisco Pin y Sancana.

    Doa Juana Villigua y Pincay, na-

    cida hacia 1694; cas con donAmbrosio Sancana, nacido hacia1700; padres de:

    Doa Rafaela Sancana y Villigua,nacida hacia 1719, cas con donMateo Pin, nacido hacia 1713; suhijo:

    Jos Francisco Pin y Sancana, naci-

    do hacia 1749, en 1779 tuvo unalitis ante la Real Audiencia deQuito, como heredero del caci-cazgo de la parcialidad de Agua-s en el pueblo de Jipijapa, quehaba pertenecido a su abuelo,con don Manuel Soledispa, caci-que de la parcialidad de Aguas.

    (Zama O Zaman): I. CaciqueDon Pedro De Zama

    Nacido hacia 1540, indio natu-ral del puerto de Manta en el Per,present un expediente el 28 de juliode 1588 para que se le den mil pesosde graticacin por sus servicios, y le

    den en el registro y pueblo de Chara-pot veinte indios cada ao para be-neciar unas salinas.38 El 24 de Agostode 1588 se expidi en San Lorenzode El Escorial una Real Cdula diri-

    gida al Presidente de la Audiencia deQuito, para que favorezca en lo quepueda a don Pedro en contestacina varias representaciones que haban

    llegado ante el Rey de Espaa de estenoble Cacique.39 Cas con doa Cata-lina de Pasao; fue su hijo: Don Baltazar de Zama o Zaman y

    Pasao, nacido hacia 1565, indio,natural de Jaramij; Cacique yGobernador de San Esteban deCharapot, el 5 de julio de 1594envi un expediente ante la RealAudiencia de Quito para que sele concedieran ciertas mercedesen esa poblacin.40 En Madrid, el18 de Julio de 1594 se otorg unaReal Cdula sobre las mercedesque podra hacersele a don Bal-tazar en atencin a sus mltiplessolicitudes.41 En Madrid, el 6 de

    enero 1595 se expidi Real C-dula a don Diego Ruiz Osorio,Receptor del Consejo, dndo-le orden de pago de 500 realesa don Pedro de Sedesma paraayudar a don Baltasar Zaman,cacique de Jaramij en la pro-vincia de Quito.42 El 19 de enerode 1595 se le concedi pasaporte

    para que viajara a Quito.43

    UNC ASOESPEC IALDE ASCENSOSOC IAL

    Marcelino Pionce

    No fue noble indgena, tuvo la

    ventaja de estar siempre amparadopor la Iglesia ya que, desde la infan-cia, estuvo relacionado con los curas

    38. AGI, Real Audiencia, Quito, 23, No. 22.39. Ibdem, Quito, 211, L.2, F.210R.40. Ibdem, Quito, 24, N.24.41. Ibdem, Indiferente, 742, N.179.42. Ibdem, Indiferente, 426, L.28, F.198V-199.43. Ibdem, Pasaportes, Pasajeros, L.7, E.3905.

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    de Jipijapa. Siendo eximido de lostributos por sus dones musicales, sedesempaaba en el ocio de cantor enla iglesia. Sin recibir sueldo alguno,

    movido solamente por su devocin.En otros expedientes sobre los indiosde la Costa que he investigado, haymuchos informes de los religiosos delos curatos, y doctrinas de los puebloscosteos, que se admiraba que fueramuy comn entre los aborgenes supredisposicin hacia la creatividad ylas artes, sobre todo en las virtudes

    musicales. Por estos dones especia-les, los curas los orientaban y educa-ban para que cultivasen sus voces yaprendan los instrumentos musicales,y que luego conformen los coros desus iglesias y conventos.

    Don Marcelino Pionce tocaba aveces el clavicordio o el rgano en las

    funciones de las estas y las misas delas cofradas; haba aprendido a leer yescribir con los curas; fue mayordomode la Cofrada del Seor Resucitadode Jipijapa, cobrador de los tributosde Su Majestad de la parcialidad deApechinche, tambin fue escribanodel Cabildo de Jipijapa.

    Logr una slida posicin econ-

    mica obtenida por los cargos desem-peados, que lo distingua de los de-ms indios del comn. Esto lo motivapelar ante la Real Audiencia de Quitopara ser declarado Indio Principal: l,sus hijos y dems descendientes; ade-ms, entr en contradiccin con donRamn Chiquito Anzules, solicitandoel cacicazgo vacante de Apechinche.Pero sus pretensiones fueron denega-das por dicha audiencia, dejndonos

    un ejemplo que reconstruye la verda-dera historia social de los indios cos-teos.

    Apellidos topnimosaborgenes manabitas

    Podemos armar como apelli-dos topnimos manabitas estos li-najes que son originarios del pueblode San Esteban de Charapot, astenemos a: Baren o Barren, Chichan-da, Chila, Cusme, Ganchoso, Gilces,

    Jama, Napa, Mansaba, Mera, Mero,Minaya, Nolasco, Pita, Popote, Sacn.

    Del pueblo y puerto de San Pa-blo de Manta, que se redujeron en elpueblo de San Pablo de Montecristi;tenemos a: Albia, Anchundia, Baque,Bayln, Cajape, Catagua, Chele, Chi-ln, Chez, Espinal, Flores, Jaime,

    Laines, Lebique, Ligua, Lucn, Lucas,Majojo, Mantuano, Mero, Monserra-te, Pachay, Parral, Piguave, Piloso,Pilligua, Pincay, Posligua, Quijije,apellido que luego adoptaron comoDelgado, segn arma el historiadormanabita Eugenio de Jann Alcvar,en su obra, El Viejo Luchador, vol. 2:

    Como se sabe, Delgado ha sido elapellido ms extenso, reere quenumerosos indgenas del apellidoQuijije se enamoraron del apellido ylo adoptaron en la zona de Monte-cristi; y, este, es el apellido maternodel general Eloy Alfaro Delgado

    ex presidente de la Repblica y pieza

    fundamental del liberalismo ecuato-riano. Santana, Soledispa, Tumbaco,Villasagua, Vite.

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    No. 24 Un encuentro con la historia

    En el pueblo de San Lorenzo deJipijapa tenemos a: Alay, Anzules, Ba-que, Bacusoy, Cacao, Cantos, Chele,Chipe, Chiquito, Chez, Chompol,

    Coaboy, Gordillo, Guale, Guare, Li-gua, Marcillo, Mero, Parral o Parrales,Pibaque, Piguave, Pilay, Pillasagua,Pin, Pincay, Pionce, Posligua, Salca,Sancn o Sancana, Seguinche, Sole-dispa, Toala, Tigua, Tubay, VIilligua,Villn.

    Los apellidos que han tenidoms movilidad social en la provinciade Manab y fuera de ella son: Baque,Cacao, Chele, Chez, Delgado, Mero,Parral o Parrales, Piguave, Pincay,Posligua y Soledispa.

    Bibliografa

    Archivo de la Iglesia Parroquial de San Pablo de

    Montecristi, AI/M.

    Archivo Histrico del Guayas, AHG.

    Archivo Histrico de la Curia Arzobispal de Cuen-

    ca, AHCA/C.

    Archivo Particular de don Pedro Robles y Cham-

    bers, APRyCh.

    Aruz, Maritza,

    1999 Pueblos de indios en la Costa ecuatorianaJipijapa y Montecristi en la mitad del siglo

    XVIII, Coleccin a la Costa, Guayaquil, pu-

    blicacin del Archivo Histrico del Gua-

    yas.

    Freile Granizo, Juan,

    1988 Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil,

    tomo VII, aos de 1690 a 1694, transcrip-

    cin y versin de Juan Freile Granizo,

    subgerencia del Centro de Investigaciny Cultura, Banco Central del Ecuador, Gua-

    yaquil, Publicacin del Archivo Histrico

    del Guayas.

    Garay Arellano, Ezio,

    2006 Compilacin biogrfca-genealgica de

    los undadores de Santiago de Guayaquil

    (1534-1605), Guayaquil, Publicacin del

    Programa de Rescate, Editorial de la Bi-

    blioteca Municipal de Guayaquil, M. I. Mu-

    nicipalidad de Guayaquil, 1a. ed.

    2008 Contribucin para el estudio de la sociedad

    colonial de Guayaquil, Archivo Pedro Ro-

    bles y Chambers, dirigido, corregido y au-

    mentado por Ezio Garay Arellano, tomos

    I, II, III y IV, Publicacin del Programa de

    Rescate Editorial de la Biblioteca Munici-

    pal de Guayaquil, M. I. Municipalidad de

    Guayaquil, 1ra. ed.

    2009 Manab su historia, su nombre II, Memorias

    del IV Encuentro Nacional de Historiadores

    Temstocles Estrada Santos, Ramiro Moli-

    na Cedeo, edit., Portoviejo.

    Revista del Archivo Histrico del Guayas

    1973 Revista del Archivo Histrico del Guayas,No. 4, ao 2, Guayaquil, diciembre.

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    Introito al margen

    E

    l presente trabajo responde a lainvestigacin y recuperacin,en equipo, de 5.139 documen-

    tos de los siglos XIX y XX que, en sumomento, fueron conservados por laFundacin Manuel Andrade Uretay cedidos, temporalmente, al CentroCvico Ciudad Alfaro, para la imple-mentacin y constitucin del progra-ma Archivo de la Revolucin, quebusca recuperar y conservar los docu-mentos inherentes a Manab y al pro-ceso poltico del Ecuador, en tiemposde la revolucin Alfarista, con el ob-

    jetivo de concienciar a instituciones yprestantes ciudadanos a que muestreno cedan documentos, fotos y elemen-tos patrimoniales de esa poca, paraprocesarlos y ponerlos en valor y adisposicin de la colectividad y comu-

    nidad cientca, tanto para su estudio,como para su deleite patrimonial.

    Al mismo tiempo, se realiz unaprimera curadura para ponerlos envalor. Logro de sta fue la exposicintemporal, temtica e itinerante: Se-llos y timbres en la construccin delEstado nacional. Sin embargo, no seha realizado, hasta ahora, una inves-

    tigacin compleja que explique el usoy funcin especca de estos elemen-tos en el contexto del Estado ecuato-

    TIMBRESYSELLOSEN LACONSTRUCCINDELEST ADON ACIONAL

    Manuel Eduardo Andrade Palma

    riano. A travs de la curadura de losdocumentos manabitas que reposanen el Archivo de la Revolucin deCiudad Alfaro, inherentes a los siglosXIX y XX, se

    han identi-cado los sellosnacionales, lostimbres sca-les, los sellosparticulares,los sellos delas entidadesde la provin-cia de Manab,que aparecenes tampadosen los papelesdatados entre1864 y 1944. Par-ticularmente se seleccion un conjun-to de sellos que pudieran mostrar los

    cambios en la simbologa herldicadel Escudo Nacional. Para la mues-tra en referencia se aplicaron criterioscronolgicos, simblicos, institucio-nales y geogrcos, conscientes deque los Estados nacionales requierenconstruir una memoria colectiva decarcter emblemtica; al mismo tiem-po, una nacin debe sustentarse en

    una identidad cultural particular yfuerte. En el caso de Ecuador, ambosobjetivos se lograrn recuperando el

    Sello fscal bienio 1837-1838;

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    No. 24 Un encuentro con la historia

    por parte de los ciudadanos, estam-pando el sello ocial sobre el papel.

    El sello es un smbolo de fe le-gal impreso sobre papel, que nos re-

    vela cules fueron las primeras ins-tituciones ecuatorianas, los cambiosy tensiones en el proceso poltico y,nalmente, el lenguaje esttico de lopblico. Ellos contienen, por tanto,la historia de los smbolos patrios denuestro Estado nacional y los distin-tos conceptos de un Ecuador en cons-truccin. Los sellos, timbres y papelesimpresos surgieron en el siglo XVII enEuropa y su tradicin fue heredadapor la Repblica del Ecuador, comomedio de comunicacin entre las ins-tituciones pblicas o mecanismos deingresos o impuestos para el Estado.

    Timbres Fiscales

    Los timbres scales servanal Estado como mecanismos de re-caudacin de tasas e impuestos. Lasvietas, smbolos, colores y clasesayudaron a distinguir las diferentesediciones e identicar a la institucinemitente. Existan sellos de prime-ra, segunda y hasta octava clase que

    costaban desde reales, hasta unsucre. Los timbres scales emitidoscada dos aos estaban impresos enpapeles sellados, que eran elabo-rados en el exterior. Cuando se pro-ducan excedentes se incorporabanal papel sellado los timbres mviles,de carcter adhesivo, validados conla rma del funcionario. En algunoscasos se utilizaron para franquear co-rrespondencia y eran mataselladospor las ocinas postales.

    patrimonio documental y promovien-do la apropiacin colectiva de la histo-ria social y poltica. La concepcin delpresente trabajo es su compromiso de

    responsabilidad paradigmtica y em-blemtica en su concepcin histrica.

    Sellos y timbres en laconstruccin delEstado nacional

    Promueven un nuevo ln para

    los estudios histricos, a travs delcual se puede entender la historicidadde las instituciones, abordar la simbo-loga cvica, escudo, bandera y mone-das; las rupturas polticas y sociales,para explicar cmo se construy elsentido de modernidad en lo ocialy la nueva autoridad secular.

    La construccin delEstado nacional

    La cultura aborigen bas sus re-laciones sociales y polticas en el va-lor de la palabra oral. En cambio, lasociedad occidental que trajeron losconquistadores espaoles a Amricase erigi sobre la fuerza de la palabraescrita en el papel, que era certicadacon la rma, el escudo y el sello de laautoridad divina en la tierra, encarna-da en el monarca y la Iglesia.

    La tradicin del sello se fortalecicuando se produjo la Independencia,naci la Repblica y el Estado de De-recho, es decir, la supremaca de la ley.

    El Estado, por medio del gobierno, lasinstituciones y la burocracia, certica-ba ahora el cumplimiento de la norma

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    Sellos de instituciones nacionales

    Los sellos pblicos certicabanla correspondencia gubernamental,

    protocolaria y de gestin. Algunasinstituciones pblicas, entre ellas losministerios de Estado, emitan sus se-llos acreditando su representatividady funcin administrativa de carcterocial. Las ocinas de estas institu-ciones nacionales tenan la potestadde estampar estos sellos, en tantoportaban la representacin legal delEstado en los territorios provincia-les. Los sellos de servicio o franquiciaeran reservados a la correspondenciade ocinas diplomticas y entidadesque gozaban de la exencin del pagode la tasa postal.

    Sellos particulares

    Este tipo de sello era utilizado,generalmente, por corporaciones dederecho privado pero que tenan na-lidad pblica, comunes en la tradicincolonial y en las jvenes repblicasque venan de este proceso histricosingular. Funcionarios particulares,como los escribanos, generaban sus

    propios sellos con simbologa espe-cca para dar fe pblica de la ori-ginalidad de los documentos. Es suigneris el caso de entidades privadasque generaban un sello para certicarsu organizacin colectiva, e inclusosu carcter tnico, tal el caso de la So-ciedad de Benecencia de la ColoniaChina en Guayaquil.

    Sellos de entidades manabitas

    El proceso de construccin de lasnuevas instituciones republicanas en

    Manab puede ser observado a travsde los distintos sellos, en los cuales apa-recen los nombres de las entidades y lasfechas en las que funcionaron. Los sellosrevelan las instituciones vigentes a prin-cipios del siglo XX, tales como la Re-ceptora del Puerto de Cayo de 1905,Administracin de la Aduana de Ba-ha de Carquez de 1905, el JuzgadoSegundo de Letras de 1907, la Colec-tura scal de 1920, la Corte Superiorde Portoviejo de 1907, y la del ColegioOlmedo de 1904. Estas institucionesson consecuencia de la modernizacindel Estado producida como secuela dela Revolucin Liberal, que triunf en1895, luego de la Proclama de Chone,

    del 5 de mayo.

    El Escudo Nacional en los sellos

    En este grupo aparecen los se-llos de mayor jerarqua institucionaly simblica que contienen el EscudoNacional. No solo se puede apreciarla estructura de la nueva Repblica

    de Ecuador, sino adems los cambiosdel Escudo, uno de sus smbolos pa-trios, y, por lo tanto, la renovacinpoltica constante y la comprensinque se tena de lo que era incluso elespacio nacional, a travs de los dibu-

    jos contenidos en el emblema. Variosde estos sellos utilizaban los sellos se-cos, tcnica excepcional de alto relie-ve que garantizaba la idoneidad deldocumento.

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    Cae la noche la lluvia, apaga lashogueras; y los cuerpos quedan medio calcinar, manos piadosas, losrecogen, para darles, piadosa sepul-tura; qu queda, de Eloy Alfaro?Un tronco, medio arder, recogidode aquella hoguera; sobre cuyo em-plazamiento, maana la Libertad, lealzar, una estatua

    Jos Mara Vargas Vila*

    Todos recordamos al 5 de juniode 1895, como la jornada gloriosa, enla que distintas poblaciones del Ecua-

    dor, congregadas en asamblea popu-lar en Guayaquil, cuya acta, redacta-da por los patricios de la ciudad y los

    jefes revolucionarios en evidente re-chazo a la grave afectacin a la sobe-rana nacional producida por la ventade la bandera, desconoci el gobiernode Luis Cordero y nombr en ausen-cia por encontrarse en Centroamri-

    ca al general Eloy Alfaro Delgado,de 52 aos, como jefe supremo de laNacin.

    La historia del Esmeraldas, bar-co chileno negociado al imperio del

    Japn, utilizando nuestro pas, con elapoyo de mercaderes y polticos deaquella poca, enardeci de tal mane-

    ra a todo el Ecuador, que las procla-mas en distintas ciudades se multipli-caron hasta llegar a la ciudad cuna deOlmedo, en la fecha y consecuenciareferidas.

    La ms importante de esas ma-nifestaciones populares fue la rma-da el 5 de mayo de 1895 en Chone,un mes exacto antes que la fecha his-

    tricamente reconocida de la revolu-cin de Alfaro, fue precedida por unabatalla en Manab. El 1 de mayo de

    ELOYALFARO:ELJOVENLUC HADORHctor Villagrn Cepeda

    * Poeta y poltico colombiano, amigo per-sonal de Eloy Alfaro, en la obra La Muer-te del Cndor, escrito luego de la cons-piracin y asesinato de Enero de 1912.Publicado en Pars, en marzo de 1914.

    Rostro de Alaro por el maestro Ivo Uquillas

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    1895, se libra en el sitio Los Amarillos,actualmente del cantn Tosagua, elcombate, segn el relato de tradicinoral tomado del historiador chonen-

    se don Enrique Delgado Coppiano,descendiente directo de montoneros,quien seala que la lucha producegran cantidad de muertes. Entre losalfaristas, lidera el grupo un revolu-cionario mexicano, el coronel MauroRamos Iduarte, quien cae en combate.

    La historia cuenta que, al caerRamos Iduarte, las columnas de ma-cheteros comandada por Manuel Ma-ra Barbern entran en accin, resol-viendo el combate contra el Ejrcitocorderista. El hroe y mrtir es condu-cido a Chone, donde el pueblo ente-ro lo recibe por el afecto que se habaganado en la poblacin como mdicoy organizador de las juntas popula-

    res en cada uno de los barrios de laciudad. Se lo sepulta en el cementeriode la ciudad y su tumba (un mstil demadera en forma de obelisco, pinta-do de rojo intenso) junto con la delcapitn Guzmn, colombiano cadoen batalla son honradas hasta hoy porel noble pueblo manabita. El nombredel coronel Mauro Ramos Iduarte es

    mencionado en el Himno de Chone ycalles de la ciudad y Portoviejo.

    Las tropas montoneras de Cho-ne y Manab luego llegan a Guaya-quil para la jornada del 5 de junio y seunen al grupo comandado por Plutar-co Bowen quien se haba manifesta-do desde Los Ros, unindose princi-palmente a esmeraldeos, carchenses,imbabureos, orenses, peninsulares,lojanos. Los patricios guayaquileos

    tenan candidato propio, en virtud dela ausencia fsica del general Alfaro;sin embargo, los revolucionarios dela ciudad, acompaados por los llega-

    dos de todo el Ecuador, piden la rmageneral de la Proclama Liberal; as,cada uno de los ciudadanos, inclu-yendo los que estn esperando en lascalles, rman el documento. Sera in-

    justo, en este punto, olvidar a grandesluchadores como Luis Vargas Torres ysus hermanos los Concha Torres, enEsmeraldas, y las columnas de afro

    ecuatorianos que por miles plegarondesde el prematuro gobierno de Es-meraldas y Manab. Carchenses comoRoberto Andrade, gran escritor e his-toriador. El mismo general mencionaa cientos de guayaquileos y penin-sulares que se unen en Montecristi enlas primeras luchas libertarias.

    Pero esta breve resea se titu-la El joven luchador para generarcontraste con la reconocida sea deViejo Luchador que se le da a JosEloy Alfaro Delgado, quien haba na-cido el 25 de junio de 1842, en la ciu-dad de Montecristi, en el seno de unafamilia, formada en unin libre, entreel caballero y empresario espaol,

    don Manuel Alfaro Gonzlez y doaNatividad Delgado. El matrimoniode la pareja se produce muchos aosdespus del nacimiento de nuestrohroe nacional, situacin que produ-ce continuos roces con los prrocos dela ciudad y las autoridades civiles, es-pecialmente en el gobierno del tiranoGarca Moreno.

    Jos Eloy desde muy joven, fren-te a los continuos viajes de don Ma-

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    No. 24 Un encuentro con la historia

    nuel, tom, a pesar de no ser el ma-yor pero s el ms apto, el liderazgofamiliar y la conduccin del negociode compraventa de sombreros de paja

    toquilla, producidos principalmenteen Jipijapa y en su cantn natal. En losnegocios Alfaro demostr gran capa-cidad y honestidad que luego fueronutilizados para nanciar las campa-as revolucionarias y la administra-cin del Estado ecuatoriano, inclu-yendo la mayor obra en la historia dela Repblica del Ecuador: el Ferroca-

    rril Trasandino, cuya nanciamientoinicial se dio utilizando mecanismosde inversin a travs de casas de bol-sa de Nueva York y Londres, y cuyocosto en dlares de valor presente,hasta la fecha, no ha sido superadopor ninguna otra obra.

    Antes de cumplir los 21 aos

    viaja constantemente; utilizando la fa-cilidad del vapor llega a Lima. Se re-ne con el general Urbina, planicanuna insurreccin armada contra elgobierno de Gabriel Garca Moreno.A esa edad, Jos Eloy Alfaro Delgado,acompaado por jvenes de Monte-cristi y Jipijapa, toman prisionero a

    Jos Francisco Salazar, gobernador de

    Manab, acantonado en la capital dela provincia de la poca, precisamentela ciudad de Montecristi.

    El inicio de la Revolucin de Al-faro sucede el 5 de junio de 1864, estoes 31 aos antes de la Proclama Libe-ral de 1895. El Gobernador de Manabes capturado frente a la actual plazacvica de la ciudad y trasladado alsitio Colorado, en el mismo cantn.Intervienen mediadores, y Alfaro, con

    la promesa del conservador de unirsea la rebelin que se esperaba se gene-ralice con el liderazgo de Urbina, si-tuacin que no ocurre, lo libera con la

    nica condicin de no perseguir a suscaptores.Pocos das despus, Jos Eloy se

    traslada a Panam de manera clan-destina. Sus amigos Alvia, cuya espo-sa Isabel Muentes est esperando unnio, Reyes, Muentes, Piedra y otrosson ejecutados pblicamente en lasPlazas de Armas de Montecristi y Ji-pijapa, en el estilo acostumbrado, enel gobierno de Gabriel Garca More-no. Se produce su primer exilio. Enla mente del joven Alfaro estn susamigos y su patria. En su corazn elrecuerdo de la joven montecristenseDelgado, en cuyo vientre reposaba elfruto de su amor. Rafael Alfaro Delga-

    do nace sin poder ver a su padre, quehaba cumplido tan solo 22 aos. Esel inicio de la lucha revolucionaria dellibertador Jos Eloy Alfaro Delgado.

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    El primer intento por construiruna lnea frrea para integrarlas distintas regiones del Ecua-dor se lo debe al general Juan JosFlores en 1846.

    Por aquel entonces, el pas notena carreteras, ni siquiera paratransportar la carga entre las ciuda-des, pues stas se encontraban inco-municadas. Al respecto, el investiga-dor histrico econmico, GuillermoArosemena Arosemena, nos reereen su libro La Gran Bretaa en el desa-

    rrollo econmico del Ecuador 1820-1930,pp. 44 y 45, que un cnsul ingls de-ca: que todo se transportaba en loshombros de las personas y en las bes-tias. A manera de ejemplo, para tras-ladar un piano a Quito, se requiri de24 personas. As de difcil eran lascondiciones de nuestras carreteras enesa poca.

    Pero no es sino hasta el 23 deabril de 1861 cuando el presidenteGabriel Garca Moreno expide un pri-mer decreto autorizando la construc-cin del ferrocarril, cuyos trabajos seinician en 1872 entre Yaguachi y Mi-lagro; y, que luego habran de culmi-nar en Quito, siendo el primero que setrabajaba en el Ecuador.

    Un ao antes, esto es el 15 demayo de 1871, el gobierno de Garca

    INFLUENCIADELFERROC ARRILENM ILAGROVctor Hugo Vicua Piedra

    Moreno lleva a cabo el Primer CensoNacional con caractersticas tcnicasen el Ecuador, en el que se establecela poblacin real de la parroquia Mi-lagro en 1.191 habitantes, de los cua-

    les 609 son adultos y 582 menores deedad.

    Una poblacin bastante signi-cativa, considerando que, por aque-llos aos, Milagro se extenda desdela calle Pedro Carbo hasta el barrioSan Pedro y esto va a denotar un he-cho importante, porque a travs del

    ferrocarril se producir un intercam-bio econmico y cultural en su deve-nir histrico.

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    No. 24 Un encuentro con la historia

    Al ao siguiente el Gobierno ad-quiere un prstamo por 80 mil dlarespara la compra de locomotoras y rie-les; y, el 1 de mayo de 1874, se esta-

    blece ocialmente el trco entre laspoblaciones de Yaguachi y Milagrocon el arribo de La Redentora, pero,a decir de los cnsules extranjeros, suestado fue deplorable. La recauda-cin anual entre pasajeros y carga fuede 12.017 pesos en 1878 y 9.243 pesosen 1879.

    Milagro entonces serva de es-tacin intermedia y contaba con unacaseta desde la cual el jefe ad-honoremAlcides Andrade Manrique, padredel primer mdico milagrero AurelioAndrade Macas, diriga el trco dela locomotora y enviaba mensajes te-legrcos.

    Y es as como el 27 de enero de

    1873 se dicta el primer reglamentopara el trco ferroviario en el pascon la ruta antes sealada, denomi-nndoselo Ferrocarril del Sur, quesignicar un valioso aporte en la ex-pansin de la produccin agrcola enel pas.

    Como la expansin de la pro-duccin de cacao, en la que las tierraspara la subsistencia y la mano de obrafueron atradas a una economa deexportacin, se volvi necesario obte-ner comestibles de otros lados. Dadolos altos costos del transporte desdela Sierra, a nes del siglo XIX era msbarato importar bienes bsicos comotrigo y cebada de Chile o California

    que traerlos de la Sierra.El ferrocarril comenz desdeChobo a lo largo de la calle Garca

    Moreno, con direccin hacia Naranji-to; y, en ese mismo ao, segn mensa-

    je del vicepresidente de la Repblica,Francisco Javier Len al Congreso, se

    informaba:

    ... estar ya en estado de explotacincerca de nueve leguas de ferroca-rril, y haber una existencia de rieles,sucientes para la construccin deunos treinta kilmetros ms

    Se haba gastado, hasta ese mo-

    mento, un total de 1.107.851 pesos aocho reales.

    Entre 1875 y 1884, en los gobier-nos de Borrero y de Veintemilla, la l-nea alcanz Chimbo, recorriendo unaextensin aproximada de 60 kilme-tros, desde Yaguachi, punto de par-tida; con las estaciones intermediasde Santa Rosa de Chobo, Milagro, El

    Arenal, Venecia, Naranjito y Barraga-netal.

    Posteriormente, en el gobiernode Antonio Flores Jijn, se vio llegarla locomotora desde Yaguachi hasta laestacin de Durn, recorriendo llanu-ras y trasmontando los Andes hastasu arribo a Quito.

    De acuerdo a los datos recogidospor John Uggen en su libro Tenenciade la tierra y movilizaciones campesinas,zona de Milagro, publicado por la edito-rial Aclas en 1993, p. 26, nos relata que:

    En 1888, en anticipacin de la llega-da de la lnea a Bucay, Rafael Valdezhaba adquirido la hacienda Vuelta

    del Ro, donde se estableci la po-blacin de Bucay y los talleres delferrocarril; y maniesta que: la con-

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    centracin de la propiedad pareceestar asociada con la construccindel ferrocarril, ya que las propieda-des inscritas durante la dcada delos setenta estaban ms cerca de Ya-guachi, y las que se inscribieron 20aos ms tarde estaban todas al estedel cantn Milagro.El inters de los propietarios en el

    proyecto del ferrocarril se hizo vercuando surgieron problemas nan-cieros en 1896. Entre los rescatado-res del ferrocarril constaban promi-nentes propietarios de la antiguaparroquia Milagro como HomeroMorla Mendoza, Miguel SeminarioSenz de Tejada, Lautaro Aspiazu,Antonio Madiny y Luis AdrianoDillon, quien despus se casara con

    una hija de Rafael Valdez Cervantes.

    La empresa Valdez, como sussimilares, conocieron su mximo de-sarrollo, lo que hasta entonces trans-portaban sus productos en canoas olomo de animales, pues el ferrocarrilestaba ya comenzando a transportartoda clase de carga, maquinaria para

    el Ingenio Valdez y otras empresas dela comarca. As citaremos La Milagre-a, por ser la ms antigua, que trans-

    port molinos de caf, piladoras dearroz, cacao, etc.; adems, una granfbrica para hielo, la cual lleg a abas-tecer con su producto a todo el sector,inclusive parte de la Sierra como Hui-gra, Alaus y otras poblaciones.

    Asimismo, al otro lado del ro, seinstal la piladora San Miguel, una de

    las ms grandes de la zona que estuvosituada junto a la lnea en el kilmetro36, cuyo propietario fue Hope Nor-ton, uno de los empresarios que mstarde form parte de la Guayaquiland Quito Rallway Company.

    Esto permiti que muchos case-ros ubicados a lo largo de la lnea f-rrea, incluida la centenaria parroquiaChobo, vivieran econmica y produc-tivamente con el paso del tren, pueseste medio de comunicacin popular,regulaba los costos en la transporta-cin por carretera porque era ms ba-rato el servicio de carga y pasajeros.

    Para comprender la importanciadel ferrocarril y su inuencia en los

    aspectos sociales, culturales y eco-nmicos del pas, es necesario saberque, desde la estacin de la calle Gar-

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    No. 24 Un encuentro con la historia

    ca Moreno pasando por Durn, Ya-guachi, Venecia, Naranjito, Conducta,San Rafael, Bucay, Cumand, Naran-

    japata, Huigra, Chanchn, Alaus,

    Tixn, Palmira, Guamote, Columbe,Cajabamba, todo era movimientocomercial e intercambio productivo,porque el tren dinamizaba la econo-ma de todas las poblaciones pordonde transitaba.

    De igual manera, es impor-tante sealar que los primerosmotores Worthington de 240 HP ylos generadores General Electricde 150 KW, que llegaron a Mila-gro para la construccin de la Em-presa Municipal de Luz y FuerzaElctrica, fueron trados a travsdel ferrocarril en 1948.

    As pues, fue notable la in-troduccin mecanizada al pas,

    con lo cual se mejoraba cada vez mslos mtodos de pilar granos y cultivarla tierra, dando de esta manera el im-pulso decisivo al comercio, mientrasel ferrocarril efectuaba viajes regula-res entre Yaguachi y Milagro median-te horarios ms o menos apropiados,reemplazando con ello a las balan-dras, canoas y pequeos vaporcitos

    que pasaron a la historia.Esta imponente obra trajo consi-

    go que los negros de Jamaica e inclu-sive de Inglaterra llegaran al Ecuadorpara trabajar en dicha construccin.

    La historia cuenta que muchosde estos negros ofrendaron sus vidasen tan duros trabajos, especialmente

    en La Nariz del Diablo, donde se en-cuentra lo ms complejo de la inge-niera del ferrocarril ecuatoriano.

    De los negros que sobrevivie-ron, unos regresaron a su tierra, otrosse quedaron a vivir denitivamenteen nuestro pas y algunos de ellos en

    nuestro cantn, cuyos descendientesson: los Belford, los Wilson y los Ri-chard, de algunos de los cuales meprecio en ser su amigo.

    Al igual que estas familias, tam-bin llegaron en distintas pocas, em-pujados ya sea por turismo, aventurao negocios, migrantes de otras regio-nes del pas que trajeron sus costum-bres y tradiciones, y que de a pocofueron congurando un modelo deciudad cosmopolita como parte de su

    identidad.El 24 de mayo de 1922 se inau-

    gura en la esquina de las calles GarcaMoreno, entre Pedro Carbo y Nuevede Octubre, su estacin denitiva.Pese a los aos transcurridos, an enla actualidad, se conserva su estructu-ra original como desaando al tiem-po, y mudo testigo de esas lejanaspocas, en que Milagro creca al ritmode la locomotora.

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    Sin embargo, esta majestuosaobra, que fue iniciada en el gobiernode Garca Moreno y culminada en elde Eloy Alfaro, lleg a su n en la l-

    tima dcada del siglo pasado, por lafalta de atencin de los gobiernos deturno, lo que hizo que la antigua Em-presa Nacional de Ferrocarriles delEstado (ENFE) entre en una agudacrisis por el insuciente apoyo parasu mantenimiento.

    Segn registro que conserva elJefe de Estacin de Milagro, Jos Sau-ce Saquisil, la ltima vez que arribel tren a nuestra ciudad fue el 7 defebrero de 1998, procedente de Durncon destino a Bucay; y, en marzo de2001, en la administracin municipalde Jacobo Bucaram Ortiz, se dio inicioal retiro de las rieles y durmientes envarios tramos comprendidos entre el

    Ingenio Valdez y el barrio San Pedro,donde se hallaba el intercambiadorde lneas.

    El sbado 9 de julio de 2005, elex presidente Alfredo Palacio Gon-zlez llega a Bucay invitado por elalcalde Lorens Olsen, quien junto a33 alcaldes y 9 prefectos que confor-man 9 provincias, solicitan al Primer

    Mandatario el manejo del sistemaferroviario del pas, teniendo comoobjetivo prioritario la rehabilitacindel servicio con nes esencialmentetursticos, y que el actual rgimen seha comprometido sacar adelante.

    En los actuales momentos, seencuentran avanzados los trabajos de

    reconstruccin de la lnea frrea quese iniciaron hace varios meses en elcantn Durn, por lo que se estima

    que esta obra culmine en el ao 2012en Quito.El ferrocarril aceler el progre-

    so de Milagro, permitiendo un inter-cambio comercial directo con otraslatitudes del pas, especialmente de laserrana, posibilitando el incrementode la poblacin, transformndola enun centro cosmopolita que impuls el

    desarrollo econmico, poltico, socialy cultural de Milagro que aora connostalgia aquellas pretritas pocasen que la ciudad marchaba al ritmodel tren.

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    Eumeny Candelario, porahora, est de carne yhueso entre nosotros. Lequeda bien a un manabita elnombre de un soldado de Ale-

    jandro Magno de unos 300 aosantes de Cristo, juntado en unasola signicacin a la antor-cha que est encendida desdesiempre en Montecristi paraorgullo de la patria. Quinde los manabas no es Cande-lario? Los lexemas en ario como enotras palabras, vase: campan-ario,sagr-ario, relic-ario, aluden semnti-camente a lugar en donde estn lascampanas, lo sagrado, o las reliquias,respectivamente. El candel-ario es elsitio de la candela, que, pasando a serentendido como objeto, ha devenidoen nombre propio. Por algn lado desu nombre tambin se refugian las

    Furias mitolgicas que hicieron tierrasuya las comarcas llenas de magia deesta provincia ecuatoriana. Maana,nuestro autor, ser palabra blanca, osea garza; o una valdivia agorera queanuncie cuntas palabras han muer-to o han emigrado de nuestra mentearremetida por la alienacin y la ma-sicacin.

    Qu ms nos da!, compaero,si crecimos en esta patria entre caba-llos molondros, que tienen pereza de

    PALABRADEM ANABA1

    Pedro Reino

    surgir, de hacer la obra pblica, deleer un libro. Mejor sentmonos comonios a saborear alfajores, piononos,polvorones, pollitos y vacas de harinaen el recinto El Arrastradero.

    Y a propsito de la niez, us-ted que es hijo predilecto de Cabello,cmo tengo que decirle? Es ustedun cabellense, un cabellano, un cabe-

    lleo, como los de ese recinto de Cal-ceta, que no tienen pelos en la lengua?Estamos igual en esta patria deslin-gualizada porque habemos: mama-cucharenses, pujilenses, constantin-ofernaditenses, juanbenignoveleos,pailiteos, cocanos, etc. Pero ms nos

    1. Presentacin del libro Objetos de uso delmontubio manabita del autor EumenyCandelario lava Prraga, CCE, 15 deoctubre de 2009.

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    entendemos cuando nos endilgantradiciones que se han vuelto modoscomportamentales como santu-catus(o vende santos como los de Salasaca),

    caucamotes como los de Pelileo o losde San Miguel en Bolvar; apagavelas,como los de Otavalo, blanqueamulascomo los de Mocha; o calznojos demuchas partes.

    Estoy usando la susunga paracernir hasta las palabras raras quecontiene el libro. Yo s que estn en to-dos los mates manabitas, hasta en losde las plantas con las que se confec-cionan haciendo huecos para cernirel arroz que se cocinaba con muchaagua. Deben salir buenas susungasde los mates jbaros, que no lo son porsalvajes, sino por grandes, y a los cua-les se les saca las tripas aguachen-tas, si se quiere, para hacer bototos,

    de boquitas pequeas y redondas quesirven para llevar agua por el cam-po. Pero algn bototo debi servir demodelo al abuelo de nuestro Eumeny,quien se llamaba Candelario Valen-tn Prraga Cedeo, tambin lleno denombres rebeldes. El autor conesaen el libro que es descendiente de losPrraga Bototo, pero no de los Prra-

    ga Cacaos. Por qu ser?Dgame, puede llamarse mon-

    tubio en Manab a quien no sabe demachete, garabato y espeque? Unpalo con gancho ya es un garabatoentre malezas, igual que cuando unosale de la escuela a agarrarse de laspalabras chuecas pero tiles; o se haceescritor garabateando los desmontesy las torpezas. Y a propsito, por quser que una mujer enamorada, mu-

    chas veces se pone hecha un garaba-to? Es el amor un machetazo que lorecoge el garabato? Despus vendrel espeque, para hacer con la hembraigual que con la tierra. El espeque sehace de palo de guasmo, de mate o demoyuyo, que son lisos y no daan lamano cuando al formar una como es-taca de punta algo roma, sirven parafabricar una oquedad sobre la tierra adonde ha de caer la semilla de la viday del sustento. Campia espequeada,la manabita.

    Y en esta interrelacin de lo an-dino con lo manaba, Eumeny nos con-

    versa que en su tierra alguien puedehacernos una broma y decirnos:prstame tu coso para guardar loshuevos. No pensarn que es la mo-derna cubeta de gallinero ni la canas-ta de totora andina, o la antigua shi-gra donde los indios todava guardansus huevos verdes. Los cosos tambinestn hechos del mate que en otras

    partes llaman totuma. Para hacer uncoso hay que buscar los de forma alar-gada y no muy ancha. Al quedar par-

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    No. 24 Un encuentro con la historia

    tidos por la mitad se forman tazonespara beber agua. Cuando se hacen demates ms grandes sirven para beberchicha y hasta para guardar los hue-vos en el campo. El coso, el alambiquey la piedra pmez forman el conjuntoque se llama tinajero.

    Pero vmonos a la cocina mana-bita llevados por el libro de Eumeny.

    Encontrmonos con un molinillo he-cho de un palo que termina en unascinco puntas que son ramitas que hanbrotado como dedos de gallina alre-dedor de una rama. Los montubiossaben que esa planta llamada moli-nillo da esas ramas con hijuelos, quecuando tiernos son doblados y ama-rrados con zapn para elaborar el ar-

    tefacto que sirve para batir los granos,frjoles para las menestras, yuca, pl-tano y otros. Un manabita sabe cun-do un batido de frjol verde ha sidohecho en licuadora, o tiene el embrujodel molinillo que en su madero trans-mite el sabor de su tierra.

    Y esas cazuelas y comales estn

    hechas de barro. El comal es ese comotie