Sputnik: La Guerra Fría en órbita

download Sputnik: La Guerra Fría en órbita

of 6

Transcript of Sputnik: La Guerra Fría en órbita

  • 8/6/2019 Sputnik: La Guerra Fra en rbita

    1/6

    44

    QUARK NMERO 39-40enero - diciembre 2007

    SPUTNIK: LA GUERRA FRAEN RBITA

    SPUTNIK:THE COLD WAR IN ORBIT

    Xavier Duran

    Hace 50 aos, el lanzamiento sovitico casi por sorpresa, delsatlite artificialSputnik, sacudi los medios de comunicaciny las esferas polticas. Era el resultado de una larga trayectoriade contribuciones a la historia de la aeronutica iniciada tras

    la revolucin bolchevique y marcaba el inicio de la carreraespacial. En este artculo, el autor muestra los precedentes y las

    reacciones que suscit este hecho histrico.

    More than 50 years ago, the launched by the Soviet Union oftheSputnikman-made satellite took the media and thepolitical world by storm. It was the result of a long saga ofcontributions to the history of Aeronautics and that began after

    the Bolshevik Revolution marked the beginning of the spacerace. In this article, the author shows the precedents and thereactions that led to this historic event.

    loyd Berkner, director del programa

    americano del AGI (Ao Geofsico

    Internacional), dio unas palmadas y las

    personas que se encontraban la tarde del

    4 de octubre de 1957 en la embajada de

    la Unin Sovitica en Washington guardaron silencio.

    De la curiosidad por saber qu haba provocado la lla-

    mada de atencin de Berkner pasaron a la sorpresa:

    Quiero darles una noticia dijo el director: un satli-

    te sovitico gira alrededor de la Tierra a 900 kilmetros

    de altura. Felicito a nuestros colegas soviticos por su

    remarcable xito.

    La carrera espacial empezaba, pues, no slo con un

    primer xito sovitico, sino con una curiosa irona: este

    primer experimento exitoso se anunciaba durante el cc-tel que la URSS ofreca en su embajada en Estados Uni-

    dos. Walter Sullivan, periodista cientfico del The New

    York Times, haba recibido la noticia a travs del telfo-

    no y haba ido corriendo a decrselo al odo a Berkner.

    En plena guerra fra, el hecho revelaba no sola-

    mente una victoria tecnolgica, sino que para muchos

    era tambin una amenaza militar para los soviticos era

    la demostracin de la superioridad de su sistema. Aun-

    que el presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenho-

    wer, llamara despectivamente al Sputnik una pequea

    pelota en el aire, la popularidad que inmediatamente

    consigui el nombre del satlite demuestra que era

    mucho ms. Los soviticos lo haban bautizado como

    Sputnik Zemlyi, que significa compaero de viaje de la

    Tierra. Algunos nuevos nombres tardan aos en hacer-

    se un sitio, pero el lexicgrafo Clarence L. Barnhart vio

    en seguida que ste sera una excepcin. Veinticuatro

    horas despus del lanzamiento llam a su editor para

    dictarle la definicin de Sputnik, con la intencin de que

    fuera aadida a la siguiente edicin del Comprehensive

    Desk Dictionnary.

    La musicalidad de la palabra y el objeto a qu se

    refera daba mucho juego. Un cantante de pera que

    consigui llegar muy alto en poco tiempo se llam tenorSputnik, mientras Frank Sinatra, Sammy Davis Jr. y

    otros artistas eran llamados sputniks de Hollywood. El

    nombre tambin poda modificarse: en 1958 los rusos

    anunciaron un rcord de velocidad para su reactor Tupo-

    lev 114 y los americanos lo llamaron Speednik. Y el

    fracaso del primer satlite americano, con el que se que-

    ra contrarrestar rpidamente el xito de los primeros

    Sputnik, dio lugar a algn titular tan doloroso como

    Kaputnik.

    L

  • 8/6/2019 Sputnik: La Guerra Fra en rbita

    2/6

    De Tsiolkovsky a Von Braun

    Para buscar los orgenes del Sputnikdebemos diri-

    girnos a una pequea poblacin llamada Izhevskoye,

    situada al norte de Mosc, donde viva un maestro rural

    llamado Konstantin Eduardovich Tsiolkovsky (1857-1935). Con sordera desde pequeo, debida a una infec-

    cin, se refugi en el estudio y en los sueos tecnolgicos.

    En 1883 expuso los principios que permiten a un cohete

    desplazarse en el vaco. Ms tarde, en 1895, describi un

    posible satlite artificial de la Tierra y ya en el siglo XX

    empez a publicar su obra Exploracin del espacio inter-

    planetario mediante aparatos a reaccin, donde sent las

    bases de los vuelos espaciales. Entre otras cosas, propuso

    cohetes de varias fases y el uso de combustible lquido.

    Si Tsiolkovsky fue un terico que nunca puso en el

    aire ningn cohete, a Robert H. Goddard (1882-1945)

    le corresponde el honor de haber efectuado el primer

    lanzamiento. Nacido en Worcester (Massachusetts), en

    1909 ya realiz pruebas en una cmara de vaco para

    demostrar lo errneo de la idea de que un cohete no

    poda funcionar fuera de la atmsfera esto se deca por-

    que all no haba aire donde apoyarse para tener impul-

    so, puesto que el movimiento se basa en la ley de New-

    ton de accin y reaccin. El 16 de marzo de 1926 lanz

    desde Aubrun (Massachusetts) el primer cohete con

    combustible lquido de la historia. Hizo un vuelo de 56

    metros que dur 2,5 segundos, durante los cuales desa-

    rroll una velocidad media de 103 km/h. Antes, en

    1920, Goddard haba publicado un trabajo titulado Un

    mtodo para alcanzar altitudes extremas, publicado en

    una revista de la Smithsonian Institution, donde explica-

    ba cmo construir un cohete de dos fases que pudiera

    llegar ms lejos que los globos aerostticos.

    Un tercer escenario de estos primeros pasos de laastronutica lo encontramos en Alemania. El protago-

    nista es Hermann Oberth (1894-1980), nacido en Her-

    mannstadt (hoy Sibiu), en Transilvania. En 1923 publi-

    c El cohete en el espacio interplanetario, donde tambin

    sentaba las bases del funcionamiento de cohetes en el

    vaco y describi un cohete que sera, segn l, capaz de

    alcanzar las capas altas de la atmsfera. Junto a estas

    aportaciones tericas, su papel fue muy importante por-

    que consigui transmitir entusiasmo a una serie de cole-

    gas que en 1927 fundaron la Sociedad para la Navega-

    cin Espacial. Entre los miembros que entraran en esta

    asociacin se encontraban Johannes Winkler que en

    1931 lanz un cohete que alcanz los 90 metros de altu-

    ra, Willy Ley y un joven llamado Wernher von Braun,

    que ingres en 1930, cuando apenas tena 18 aos.

    Fue precisamente Von Braun quin, trabajando

    como civil para el ejrcito alemn, desarroll una serie de

    cohetes de la serie A (de Agregat). Algunos fallos obliga-

    ron a Von Braun a ir modificando los cohetes y as naci

    el A-4, que en octubre de 1942 lleg a los 83 kilmetros

    de altura, convirtindose en el primer artefacto del que

    realmente se poda decir que haba llegado al espacio

    aunque ste sea un concepto un poco difuso. El A-4

    45

    QUARK NMERO 39-40enero - diciembre 2007

    Xavier Duran

    Xavier Duran es licenciado en Ciencias Qumicas y doctor en Ciencias de la Comu-nicacin por la Universitat Autnoma de Barcelona. En su tesis doctoral analiz el

    tratamiento que hizo la prensa diaria de Barcelona del lanzamiento de los primeros Sput-

    niky del viaje a la Luna. Es director del programa El Medi Ambientde TV3-Televisi de

    Catalunya. Ha escrito diversas obras y uno de sus libros ms recientes es Franquisme via

    satllit(Lrida, 2007). Tiene adems en su haber diversos premios literarios en reconoci-

    miento por sus numerosos ensayos sobre divulgacin cientfica.

    [email protected]

  • 8/6/2019 Sputnik: La Guerra Fra en rbita

    3/6

    fue aprovechado por el ejrcito alemn para suplir a la

    bomba volante V-1. As, recibi el nombre de V-2, de

    las que se lanzaron ms de 3000 y que provocaron unas

    2700 muertes, la mayora en Londres y en Amberes.

    Cuando la guerra tocaba a su fin, Von Braun era

    acusado y con razn de trabajar pensando ms en susproyectos astronuticos que en las necesidades militares

    inmediatas. Incluso estuvo en prisin. Finalmente, Von

    Braun y su equipo decidieron con qu superpotencia

    deseaban ir y una vez elegidos los Estados Unidos traza-

    ron un plan para huir, junto con buena parte de sus

    documentos. En cambio, algunos de sus compaeros

    fueron a parar a la Unin Sovitica, aunque la mayora

    fueron repatriados antes de 1958.

    Una sorpresa relativa

    Cuando se lanz el primer Sputnik, en los Esta-

    dos Unidos y en pases aliados se comentaba que hab-

    an sido los ingenieros alemanes los que haban permi-

    tido el xito sovitico. Pero esto es una simplificacin

    que olvida la larga trayectoria con la que la URSS ya

    haba contribuido a la historia de la astronutica. Fue

    despus de la revolucin de 1917 cuando el Gobierno,

    al contrario de lo que haban hecho los zares, ayud al

    desarrollo de cohetes. Un ingeniero qumico llamado

    Nikolai Ivanovich Tijomirov ya haba experimentado,

    en 1894, con plvora para cohetes, pensando en su

    aplicacin militar. Recibi el apoyo de Lenin y en 1921

    pudo montar un laboratorio en Mosc. Hacia 1929 se

    form el Grupo para el Estudio del Movimiento a

    Reaccin (GIRD en ruso), que tuvo sus ramificaciones

    en Mosc y en San Petersburgo (entonces, Leningra-

    do). Fue el grupo de Mosc, comandado por Mijail

    Tijonrakov y un joven ingeniero ucraniano de 26 aosllamado Serguei Korolev, el que lanz el primer cohe-

    te ruso de combustible lquido, el 17 de agosto de

    1933.

    El secretismo de los soviticos y la sensacin de

    liderazgo de los norteamericanos provoc que el Sputnik

    fuera una sorpresa. Pese a ello, ya se haban producido

    avisos. En 1953 el presidente de la Academia de Cien-

    cias de la URSS, A.N. Nesmeyanov, declaraba en una

    reunin internacional en Viena que la ciencia haba lle-

    46

    QUARK NMERO 39-40enero - diciembre 2007

  • 8/6/2019 Sputnik: La Guerra Fra en rbita

    4/6

    gado a un nivel que haca factible lanzar una nave a la

    Luna y crear un satlite artificial de la Tierra. En 1955

    un peridico moscovita describa planes soviticos para

    lanzar un ingenio as.

    Los Estados Unidos no hacan caso de tales anun-

    cios. Sin embargo, las alertas s que funcionaban a lainversa. En 1955 la Casa Blanca anunci que los norte-

    americanos lanzaran un satlite durante el Ao Geof-

    sico Internacional. Por eso, en enero de 1956, la Acade-

    mia de Ciencias de la URSS decidi poner en rbita un

    satlite. Incluso posteriormente anunci algunos ensa-

    yos que haban transcurrido con xito. Sin embargo, no

    se dio suficiente importancia a tales trabajos y por ello

    el lanzamiento del Sputniksacudi los medios de comu-

    nicacin y los medios polticos. Finalmente, el 4 de

    octubre un R7 el misil balstico intercontinental que

    la URSS haba lanzado con xito en el mes de agosto del

    mismo ao pona en rbita el Sputnik, un satlite de 58

    centmetros de dimetro y 83,6 kilogramos de peso que

    llevaba algunos instrumentos cientficos.

    La noticia cogi completamente por sorpresa.

    Que ningn barcelons otee estos das el cielo confian-

    do en ver elevarse un satlite artificial, podamos leer en

    un peridico el mismo da 5 de octubre en una crnica

    sobre el congreso astronutico que se celebraba en Bar-

    celona, mientras en la seccin de ltima hora del mismo

    diario se daba noticia del lanzamiento del Sputnik.

    No todos se sorprendan. Miguel Masriera (1901-

    1981), profesor de fsica y qumica en la Universidad de

    Barcelona y autor de numerosos artculos de divulga-

    cin, escriba el 11 de octubre que el hecho no le haba

    sorprendido, porque era una posibilidad que se haba

    anunciado varias veces. Y aada que es un error, que

    puede pagarse caro, el que nuestro anticomunismo nos

    haga menospreciar las posibilidades tcnicas de losrusos.

    Pero algunos juicios demostraban qu poco proba-

    ble o importante vean el primer acto de la carrera espa-

    cial. Un experto en armamento alertaba que la URSS

    podra haber construdo en un ao ms submarinos que

    Estados Unidos en quince y sealaba que El control del

    mar significa el control del mundo. Pese a ello, el pri-

    mer satlite artificial provoc numerosos comentarios

    que expresaban el temor de la superioridad militar que

    el hecho poda dar a los soviticos. Un artculo de Harry

    Schwartz en el Timesiba en la lnea de considerar que,

    en el plano tecnocientfico, la URSS ya era superior a

    Estados Unidos y aventuraba que esta superioridad

    podra extenderse al campo de las armas, particular-

    mente los misiles balsticos intercontinentales.Ms contundente era el artculo que el monrqui-

    co Rafael Calvo Serer publicara en La Vanguardia el da

    11 de octubre, con el claro ttulo de Tras el satlite ruso,

    la neutralidad es imposible. En l, sin ninguna valora-

    cin sobre el hecho tecnolgico, declaraba que el lanza-

    miento ha respaldado con la fuerza de los hechos indis-

    cutibles el anuncio anterior de los rusos de que disponen

    de proyectiles dirigidos de largo alcance, capaces de lle-

    var su fuego a todo el mundo.

    No era difcil prever que el primer satlite soviti-

    co causara impacto y preocupacin en Estados Unidos

    y en los pases de su entorno del mismo modo que pro-

    vocara euforia entre los pases ms prximos ideolgi-

    camente a la URSS. Ya lo deca mucho antes, en 1946,

    un informe de la institucin privadaRAND Corporation,

    que asesoraba al Departamento de Defensa de Estados

    Unidos: el primer satlite tendra unas repercusiones

    comparables a las de la primera bomba atmica y el pas

    que lo consiguiera sera considerado poseedor de la pri-

    maca militar, cientfica y tcnica. E incluso sealaba:

    Para captar el impacto del acontecimiento, slo hace

    falta imaginar la consternacin (...) que se sentira en

    Estados Unidos si otro pas fuera el primero en alcanzar

    con xito un satlite.

    Una consternacin que tendra tambin efectos

    positivos. El impacto recibido oblig a reformar el sis-

    tema educativo norteamericano y a fortalecer las ense-

    anzas tcnicas y cientficas. Entre otros frutos, hizo que

    el darwinismo recuperara terreno en las escuelas, des-pus de haber sufrido durante aos la presin de los gru-

    pos fundamentalistas religiosos que exigan la ensean-

    za de la versin bblica de la creacin del hombre.

    Ciencia y poltica en la prensa

    Bajo la censura de prensa del rgimen franquista,

    los peridicos barceloneses no tenan ninguna posibili-

    dad de ofrecer visiones diversas desde el punto de vista

    47

    QUARK NMERO 39-40enero - diciembre 2007

  • 8/6/2019 Sputnik: La Guerra Fra en rbita

    5/6

    ideolgico. Por ello, lo ms destacable es que expertos

    como Masriera o como Mrius Lleget (1919-1995)

    escritor que haba fundado la seccin interplanetaria de

    la Sociedad Astronmica Aster ofrecieran por lo menos

    unos comentarios tcnicos objetivos y claros. Lleget se

    dola en El Correo Cataln de que nuestra prensa care-ciera de comentaristas cientficos, a pesar de que la

    poca que vivimos hace cada da ms indispensables tales

    comentarios. Haba tambin periodistas que, pese a no

    ser especialistas, conseguan, con gran rigor profesional,

    transmitir los datos que los expertos o la prensa especia-

    lizada aportaban.

    Pese a ello, tanto el hecho de que el primer paso lo

    hubiera dado la URSS como el peso de ideas profunda-

    mente religiosas llevaban con ms frecuencia a un trata-

    miento distante e incluso sarcstico de la ciencia. As, J.

    Miquelarena titulaba su crnica desde Londres para el

    Diario de Barcelona Cantinflas y el satlite y afirmaba

    que a juzgar por lo que vea, lo que realmente esperaba

    el hombre de la calle eran las ediciones con los resulta-

    dos de la liga de ftbol o ver La vuelta al mundo en

    ochenta das, con David Niven y Cantinflas. Por su

    parte, Carlos Sents mostraba poca visin de futuro al

    escribir en La Vanguardia que los satlites no tienen

    otra importancia que su papel de apeaderos del espacio

    o relevos volantes en un camino ya trazado en el viaje

    a la Luna. Pero este viaje, para Sents, no merece la pena

    y para ver desfilar el rtico, el Mediterrneo o el Ama-

    zonas no es necesario ir tan lejos. Sin embargo, ante-

    riormente haba llamado la atencin sobre el uso mili-

    tar del satlite, ya que quienes han lanzado el satlite a

    novecientos kilmetros de altura pueden a voluntad

    colocar proyectiles teledirigidos intercontinentales y an

    de ida y vuelta.

    La visin distante de la ciencia por conviccionesreligiosas tiene numerosos ejemplos significativos. Entre

    ellos, un editorial de la Hoja del Lunestitulado El alma

    vuela ms lejos, en el que se afirma que observar el cielo

    para ver satlites no es exactamente mirar al cielo si el

    cielo lo consideramos como la suprema aspiracin del

    alma de los hombres, dirigida a Dios. Y se preguntaba:

    Esos falsos astros volantes que el comunismo sovitico

    ha colocado en el espacio a los cuarenta aos de la revo-

    lucin roja en Rusia, qu significan para la felicidad

    eterna del hombre? Qu incluso para su bienestar

    temporal?.

    Afortunadamente, tambin haba artculos que

    sealaban los beneficios que pronto traeran los satlites,

    como grandes mejoras en la previsin meteorolgica, la

    teledeteccin de yacimientos de minerales y de petrleoo el estudio cientfico de los rayos csmicos. ngel Zi-

    ga, por su parte, sealaba el cambio probablemente ms

    importante: la exploracin espacial que cambiar de

    pronto la mentalidad del hombre y sus mitos y esperan-

    zas, aunque en este perodo de cambio total el hom-

    bre se aferra naturalmente a lo que considera su intimi-

    dad, su mundo pequeo.

    La Luna y el fin de una etapa

    El 4 de noviembre, la Unin Sovitica, mediante

    un R7 modificado, pona en rbita el Sputnik 2, con un

    peso de 508 kilogramos. Este peso inclua a la perra

    Laika, el primer ser vivo que viaj al espacio. El satlite

    tena instrumentos para medir los efectos de la ingravi-

    dez en el cuerpo de la perra y otros para obtener datos

    sobre la radiacin en el espacio. Estados Unidos intent

    contrarrestar el segundo golpe acelerando el lanzamien-

    to del cohete Vanguard, un proyecto de la Marina. Pero

    el fracaso del 6 de diciembre hizo que, por fin, Eisenho-

    wer diera va libre a Von Braun y su coheteJuno 1, que

    el 31 de enero de 1958 puso en rbita el Explorer.

    De esta forma, los norteamericanos recuperaban la

    moral y el orgullo nacional y la prensa no contena su

    entusiasmo. Los peridicos barceloneses lo consideraban

    una victoria propia: Ha inutilizado una propaganda

    tendenciosa o bien Norteamrica, una vez puesta en

    marcha, es una mquina que puede resultar imparable

    eran algunas de las afirmaciones que se podan leer.Miguel Masriera volva a mostrar el juicio ponderado:

    No nos dejemos impresionar por los incidentes, que lo

    ms probable es que sean de suerte alterna.

    As fue. El 12 de abril de 1961 Yuri Gagarin se con-

    verta en el primer astronauta de la historia. La nueva

    victoria sovitica fue contrarrestada por el vuelo subor-

    bital de Alan Shepard el 5 de mayo. El 21 de julio otro

    norteamericnao, Virgil Grissom, realizara otro vuelo

    suborbital, mientras el 6 de agosto otro sovitico, Ger-

    48

    QUARK NMERO 39-40enero - diciembre 2007

  • 8/6/2019 Sputnik: La Guerra Fra en rbita

    6/6

    man Titov, entrara en rbita alrededor de la Tierra. No

    fue hasta el 20 de febrero de 1962 cuando un estado-

    unidense hizo un vuelo orbital: sera John Glenn.

    Entre estos vuelos, en mayo de 1961, el presiden-

    te John Kennedy hizo el anuncio de que los Estados

    Unidos enviaran a la Luna un hombre y lo devolverana la Tierra sano y salvo antes de que acabara la dcada.

    Kennedy haba utilizado la poca atencin al espacio

    como argumento contra su contrincante en las eleccio-

    nes de 1960, Richard Nixon, que era vicepresidente con

    Eisenhower. Despus de vencer, Kennedy sigui con la

    misma poltica que haba criticado. Pero probablemen-

    te el vuelo de Gagarin despert todas las alarmas y des-

    pus de un estudio de viabilidad tcnica y econmica

    dirigido por el vicepresidente Lyndon B. Johnson, rea-

    liz el anuncio citado.

    En cualquier caso, la utilidad poltico militar de los

    satlites ya se iba haciendo evidente. En 1961, unas im-

    genes obtenidas por el satlite americano Samos-2per-

    mitieron deducir que la URSS tena menos misiles inter-

    continentales de los que afirmaba. En 1963, la URSS

    tambin era consciente, gracias a los satlites, de su infe-

    rioridad, por lo que decidi apuntar algunos misiles

    directamente a Estados Unidos desde Cuba, lo que dio

    origen a un enfrentamiento poltico muy grave, quizs

    el momento ms delicado de la guerra fra.

    La carrera hacia la Luna prosigui con diversas

    alternativas, pero dificultades tcnicas y econmicas,

    interferencias polticas y rivalidades personales y profe-

    sionales entre Serguei Korolev padre del R7 y Valen-

    tin Glushko, adems de la muerte del primero en 1966,

    dificultaron el camino sovitico hacia la Luna.

    En cambio, el proyectoApolo, pese a lgicas difi-

    cultades y momentos delicados como la muerte de la

    tripulacin de la primera misin Apolo, en enero de

    1967, durante un ensayo en la plataforma de lanza-

    miento culmin con el viaje de Neil Armstrong, Edwin

    Aldrin y Michael Collins a la Luna. Nixon recoga los

    frutos del trabajo iniciado por Kennedy y Johnson y seserva del xito como la mejor propaganda poltica.

    Como sealaba el analista poltico Carlos Nadal, Nixon

    viajaba ahora a reuniones con otros gobernantes con el

    Apolo XIen el bolsillo. El prestigio estadounidense

    otra vez en el cenit, sealaba por su parte Augusto Asa,

    atribuyndolo al xito espacial y al inicio de la retirada

    de las tropas del Vietnam, cosas que hacan olvidar

    durante un tiempo las dificultades del Vietnam, con su

    nmero semanal de muertos, el estado de las minoras

    rebeldes y la decadencia de las ciudades.

    El proyectoApolo contemplaba hasta la misin 20,

    pero las tres ltimas ya no se llevaron a cabo. En total,

    doce astronautas haban pisado la Luna la misinApolo

    13 tuvo problemas tcnicos que incluso estuvieron a

    punto de impedir la vuelta a la Tierra de sus integran-

    tes. Pese a que despus de la Luna muchos vean prxi-

    mo el viaje a Marte Nixon mismo lo haba comenta-

    do, Von Braun constat que la exploracin espacial no

    proseguira. En mayo de 1972 march a una empresa

    privada. El mismo mes, Lenidas Breznev el gober-

    nante ruso que haba sustituido a Kruchev y Richard

    Nixon se reunieron en una cumbre que, segn se deca,

    marcaba el inicio de la distensin. Los dos acordaban

    una misin espacial conjunta sovitico-americana. Por la

    misma poca, el escndalo Watergate creaba a Nixon

    otras preocupaciones ms terrenales. La primera etapa

    de la carrera espacial haba llegado a su fin.

    49

    QUARK NMERO 39-40enero - diciembre 2007

    BURROWS, William E.: This New Ocean. The Story of the

    First Space Age. Random House, Nueva York, 1998.

    DICKSON, Paul: Sputnik. The Shock of the Century. Walker

    & Company, Nueva York, 2001.

    ZIMMERMAN, Robert:Adis a la Tierra. Estaciones espa-

    ciales, superpotencias rivales y los viajes interplanetarios.

    Melusina, Barcelona, 2005.

    Bibliografa