Talitha Kum Febrero

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Hoja para la formación del catequista, n. 22 SAN ENRIQUE DE OSSÓ: PATRONO DE LOS CATEQUISTAS ESPAÑOLES En noviembre de 1998 la Sagrada Congregación declaraba patrono de los Catequistas españoles a San Enrique de Ossó y Cervelló, sacerdote español del siglo XIX. Algún catequista se habrá preguntado, quizás, quién fue este Enrique de Ossó, y en justicia hemos de presentarlo. Nació en Vinebre (Tarragona) en 1840 y murió en Gilet (Valencia) en enero de 1896. “El amor a Jesucristo le condujo al sacerdocio, y en el ministerio sacerdotal Enrique de Ossó encontró la clave para vivir su identificación con Cristo y su celo apostólico”, durante los difíciles años del Sexenio Democrático (1868-1874) y de la Restauración monárquica española (desde 1875). La ciudad de Tortosa (Tarragona) fue el escenario principal de su acción durante los primeros años de sacerdocio, extendiendo, después, su radio de acción a otras diócesis de Cataluña y del resto de España. I. ENRIQUE DE OSSÓ CATEQUISTA Tenía alma de maestro. Desde niño había manifestado el deseo de serlo “porque esto es cosa que muchas almas lleva a Dios”. Pero a la muerte de su madre en 1854, se siente llamado al sacerdocio, comprometiéndose ante la Virgen de Montserrat con una fórmula personalísima, que anuncia su misión futura: “Seré siempre de Jesús, su ministro, su apóstol, su misionero de paz y amor”. Cuando Enrique de Ossó se revela como catequista fue a partir de 1869, la época más conflictiva de todo el siglo. El joven Enrique había sido ordenado sacerdote dos años antes y destinado como profesor del Seminario de Tortosa, al que dedicó entusiasmo y energías pastorales durante el primer año. Pero la Revolución de Septiembre de 1868 paralizó la vida religiosa de aquella ciudad, hasta el punto de tener que cerrar el Seminario diocesano. Enrique de Ossó se retiró a su pueblo natal de Vinebre. En aquel obligado retiro de un año pudo compaginar la oración, el estudio, los paseos largos y la catequesis a los niños. Seguramente durante aquellos meses, Enrique de Ossó reflexionó largo sobre la situación de la sociedad española, y pensó ya entonces en la necesidad de regenerarla. Por fin, en octubre de 1869,—tras elobligado año sabático en Vinebre— regresa Mosén Enrique para reanudar el curso académico 1869-1870. Y entonces el Obispo le hace una encomienda, que él mismo cuenta: “Nos hallábamos a raíz de la revolución de septiembre, cuando nuestro celoso prelado, el Dr. Benito Vilamitjana y Vila ordenó me encargase de la enseñanza metódica y constante de la Doctrina cristiana a los niños”. Desde el primer momento, Enrique de Ossó se entrega con ilusión a la misión encomendada. Pone en juego sus dotes de maestro, de apóstol creativo y de organizador. Y en 3 años la ciudad de Tortosa y sus arrabales no tiene más remedio que reconocer la influencia benéfica en los niños y, a través de los niños, en las familias y aun en la misma sociedad. El joven Ossó había sabido ganar para esta empresa de la catequesis y comprometer en ella a bastantes sacerdotes, “algunos maestros y maestras y laicos piadosos” y, sobre todo, a muchos estudiantes del Seminario en quienes estaba despertando el gusto y la vocación por esta misión de la Iglesia.

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Hoja para la formación del catequista, n. 22

SAN ENRIQUE DE OSSÓ: PATRONO DE LOS CATEQUISTAS ESPAÑOLES

En noviembre de 1998 la Sagrada Congregación declaraba patrono de los Catequistas españoles a San Enrique

de Ossó y Cervelló, sacerdote español del siglo XIX. Algún catequista se habrá preguntado, quizás, quién fue este

Enrique de Ossó, y en justicia hemos de presentarlo.

Nació en Vinebre (Tarragona) en 1840 y murió en Gilet (Valencia) en enero de 1896. “El amor a Jesucristo le

condujo al sacerdocio, y en el ministerio sacerdotal Enrique de Ossó encontró la clave para vivir su identificación

con Cristo y su celo apostólico”, durante los difíciles años del Sexenio Democrático (1868-1874) y de la

Restauración monárquica española (desde 1875).

La ciudad de Tortosa (Tarragona) fue el escenario principal de su acción durante los primeros años de sacerdocio,

extendiendo, después, su radio de acción a otras diócesis de Cataluña y del resto de España.

I. ENRIQUE DE OSSÓ CATEQUISTA

Tenía alma de maestro. Desde niño había manifestado el deseo de serlo “porque esto es cosa que muchas almas lleva a Dios”. Pero a la muerte de su

madre en 1854, se siente llamado al sacerdocio, comprometiéndose ante la Virgen de Montserrat con una fórmula personalísima, que anuncia su misión

futura: “Seré siempre de Jesús, su ministro, su apóstol, su misionero de paz y amor”.

Cuando Enrique de Ossó se revela como catequista fue a partir de 1869, la época más conflictiva de todo el siglo. El joven Enrique había sido ordenado

sacerdote dos años antes y destinado como profesor del Seminario de Tortosa, al que dedicó entusiasmo y energías pastorales durante el primer año.

Pero la Revolución de Septiembre de 1868 paralizó la vida religiosa de aquella ciudad, hasta el punto de tener que cerrar el Seminario diocesano.

Enrique de Ossó se retiró a su pueblo natal de Vinebre. En aquel obligado retiro de un año pudo compaginar la oración, el estudio, los paseos largos y la

catequesis a los niños. Seguramente durante aquellos meses, Enrique de Ossó reflexionó largo sobre la situación de la sociedad española, y pensó ya

entonces en la necesidad de regenerarla. Por fin, en octubre de 1869,—tras elobligado año sabático en Vinebre— regresa Mosén Enrique para

reanudar el curso académico 1869-1870. Y entonces el Obispo le hace una encomienda, que él mismo cuenta:

“Nos hallábamos a raíz de la revolución de septiembre, cuando nuestro celoso prelado, el Dr. Benito Vilamitjana y Vila ordenó me encargase de la

enseñanza metódica y constante de la Doctrina cristiana a los niños”.

Desde el primer momento, Enrique de Ossó se entrega con ilusión a la misión encomendada. Pone en juego sus dotes de maestro, de apóstol creativo y

de organizador. Y en 3 años la ciudad de Tortosa y sus arrabales no tiene más remedio que reconocer la influencia benéfica en los niños y, a través de

los niños, en las familias y aun en la misma sociedad. El joven Ossó había sabido ganar para esta empresa de la catequesis y comprometer en ella

a bastantes sacerdotes, “algunos maestros y maestras y laicos piadosos” y, sobre todo, a muchos estudiantes del Seminario en quienes estaba

despertando el gusto y la vocación por esta misión de la Iglesia.

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Delegación Diocesana de Catequesis y Catecumenado. C/ Obispo Valero, 1 -16001 CUENCA- [email protected] Tel. 669 15 68 94

No era un momento fácil para la catequesis. Junto al desconcierto político y las ideologías anticlericales, la Iglesia tampoco vive su

mejor momento. La mayoría católica vive una religiosidad de devociones, sin profunda conciencia cristiana y sin compromiso

temporal. Prácticas devocionales múltiples, piedad popular superficial, gran ignorancia religiosa. “Es lo más desconsolador en nuestros

días —dice Enrique de Ossó— la falta del conocimiento y amor de Jesucristo […]. Se oye pronunciar el nombre de Jesús como si fuese

una persona extraña. Los cristianos no saben qué significa ser discípulo de Cristo, desconocen su realidad bautismal, la grandeza y la

dignidad de ser hijo de Dios. Por eso viven sin coherencia, y expuestos a las corrientes ateas. Sin razones para creer, son más

vulnerables al error, a cualquier ideología laica.

Nos quedaría mucho por decir de San Enrique de Ossó, pero este breve acercamiento a su vida nos hace vislumbrar su actualidad. En el último párrafo

transcrito, ¿no parece estar hablando de la realidad que hoy vivimos?

Necesitamos acudir a él. Dejemos que encienda nuestros corazones en un vivo amor a Cristo y a los Hermanos –niños, adolescentes, jóvenes, adultos-

que nos han sido confiados en la catequesis. Que él nos ayude a trasmitir el gozo y la belleza de creer. ¡¡SAN ENRIQUE DE OSSÓ, RUEGA POR NOSOTROS!!

Del 8 al 10 de febrero en la Casa de Cristiandad de Cuenca Dirigidos por D. Francisco Julián Galván Serán días de Gracia para descubrir y profundizar el don precioso de la Fe.

¡¡¡DIOS CUENTA CONTIGO!!!, ¿¿TE ANIMAS??

Fechas para recordar:

-27 de enero, JORNADA DE INFANCIA MISIONERA

-3 de febrero, JORNADA DE FORMACIÓN PARA CATEQUISTAS EN HONRUBIA

-7 Y 21de febrero, ESCUELA DIOCESANA DE CATEQUISTAS CUENCA

-10 de febrero. CAMPAÑA DE MANOS UNIDAS

-13 de febrero, MIÉRCOLES DE CENIZA

-14 de febrero, ESCUELA DE CATEQUISTAS EN HUETE

- 15 de febrero, ESCUELA DE CATEQUISTAS EN ALMONACID

-16 de febrero JORNADA DE FORMACIÓN SOBRE EL CONCILIO VATICANO II

- 19 de febrero, ESCUELA DE CATEQUISTAS EN PRIEGO

- 28 de febrero, ESCUELA DE CATEQUISTAS EN SAN LORENZO DE LA PARRILLA

ENCUENTRO DIOCESANO DE

NIÑOS DE PRIMERA COMUNIÓN

9 DE MARZO

Será en el colegio de la Sagrada

Familia -Más información

próximamente-