TEMA 10. El Romanticismo y Si Conciencia de Movimiento Literario

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TEMA 10. EL ROMANTICISMO Y SU CONCIENCIA DE MOVIMIENTO LITERARIO INTRODUCCIÓN El Romanticismo es un movimiento ideológico y cultural del siglo XIX caracterizado por la libertad artística. La Revolución Francesa (1789) sienta las bases de este movimiento con las ideas de libertad, igualdad y fraternidad. A ello se añade el predominio del espíritu sobre la razón que defiende la filosofía idealista alemana de los siglos XVIII y XIX. Las primeras manifestaciones del Romanticismo (Prerromanticismo) aparecieron en Inglaterra con Young y sus Noches y Blake y con Cantos de inocencia; y en Alemania (Sturm und Drang) a finales del siglo XVIII con autores como Schiller (Guillermo Tell) y Goethe (Las desventuras del joven Werther o Fausto). Posteriormente, en el primer tercio del siglo XIX, se extendió por Francia, Italia y España. Aunque al principio fue un movimiento exclusivamente literario, su estética llegó muy pronto a otros ámbitos, como la música o la pintura. El Romanticismo dominó prácticamente todo el siglo XIX, a pesar de que en el último tercio tuvo que convivir con el Realismo. También durante este último tercio se fragmentó en distintas corrientes que se agrupan con el nombre común de posromanticismo: parnasianismo, simbolismo, decadentismo o prerrafaelismo. El Romanticismo se caracterizó desde el principio por la reivindicación del «yo», por la voluntad de los poetas de dar a conocer sus experiencias personales y de poner fin a la sensación de «poca sinceridad» de la literatura precedente. En todo momento, queda muy clara la voluntad de explorar todas las posibilidades del arte, con el objetivo de expresar los éxtasis y los tormentos del corazón y del alma. Por lo tanto, es una reacción del sentimiento contra la razón, que enaltece el misterio y la fantasía, y busca la evasión y el embelesamiento en el ensueño, lo sublime, el exotismo y el pasado. Esta definición de Romanticismo implica una serie de rasgos que ayudan a caracterizar el movimiento. CARACTERÍSTICAS DEL ROMANTICISMO a) El mal de siglo. Esta expresión designa el estado de incertidumbre y de insatisfacción de los escritores románticos, especialmente los de las dos primeras generaciones. La incertidumbre procede de la desconexión entre las esperanzas y la realidad, y se manifiesta en una alternancia entre entusiasmo y pena, en un estado de melancolía perpetuo. Es famosa la siguiente frase de Goethe: «El Clasicismo es la salud, el Romanticismo es la enfermedad». Efectivamente, la literatura romántica está llena de personajes enfermizos, con tendencia al ensueño, a la apatía, a las pulsiones mórbidas, al menosprecio de la vida o al sentimiento de vacío.

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TEMA 10. EL ROMANTICISMO Y SU CONCIENCIA DE MOVIMIENTO LITERARIO

INTRODUCCIÓN

El Romanticismo es un movimiento ideológico y cultural del siglo XIX caracterizado por la libertad artística. La Revolución Francesa (1789) sienta las bases de este movimiento con las ideas de libertad, igualdad y fraternidad. A ello se añade el predominio del espíritu sobre la razón que defiende la filosofía idealista alemana de los siglos XVIII y XIX.

Las primeras manifestaciones del Romanticismo (Prerromanticismo) aparecieron en Inglaterra con Young y sus Noches y Blake y con Cantos de inocencia; y en Alemania (Sturm und Drang) a finales del siglo XVIII con autores como Schiller (Guillermo Tell) y Goethe (Las desventuras del joven Werther o Fausto). Posteriormente, en el primer tercio del siglo XIX, se extendió por Francia, Italia y España. Aunque al principio fue un movimiento exclusivamente literario, su estética llegó muy pronto a otros ámbitos, como la música o la pintura.

El Romanticismo dominó prácticamente todo el siglo XIX, a pesar de que en el último tercio tuvo que convivir con el Realismo. También durante este último tercio se fragmentó en distintas corrientes que se agrupan con el nombre común de posromanticismo: parnasianismo, simbolismo, decadentismo o prerrafaelismo.

El Romanticismo se caracterizó desde el principio por la reivindicación del «yo», por la voluntad de los poetas de dar a conocer sus experiencias personales y de poner fin a la sensación de «poca sinceridad» de la literatura precedente.

En todo momento, queda muy clara la voluntad de explorar todas las posibilidades del arte, con el objetivo de expresar los éxtasis y los tormentos del corazón y del alma. Por lo tanto, es una reacción del sentimiento contra la razón, que enaltece el misterio y la fantasía, y busca la evasión y el embelesamiento en el ensueño, lo sublime, el exotismo y el pasado.

Esta definición de Romanticismo implica una serie de rasgos que ayudan a caracterizar el movimiento.

CARACTERÍSTICAS DEL ROMANTICISMO

a) El mal de siglo. Esta expresión designa el estado de incertidumbre y de insatisfacción de los escritores románticos, especialmente los de las dos primeras generaciones. La incertidumbre procede de la desconexión entre las esperanzas y la realidad, y se manifiesta en una alternancia entre entusiasmo y pena, en un estado de melancolía perpetuo. Es famosa la siguiente frase de Goethe: «El Clasicismo es la salud, el Romanticismo es la enfermedad». Efectivamente, la literatura romántica está llena de personajes enfermizos, con tendencia al ensueño, a la apatía, a las pulsiones mórbidas, al menosprecio de la vida o al sentimiento de vacío. Friedrich Schlegel afirmó que la esencia de la poesía romántica es la insatisfacción perpetua. El carácter específico del arte romántico consiste en no poder alcanzar nunca la perfección, en renovarse continuamente. Los personajes literarios del Romanticismo se sienten atraídos por un anhelo indefinible, persiguen con un ardor desesperado un ideal recóndito y distante, buscan angustiosamente la verdad que les ilumine el abismo de la vida.

b) La importancia del «yo». El escritor romántico se complace en analizar y presentar sus estados de ánimo, y muestra cierta tendencia al análisis del paso del tiempo y de los recuerdos. Buscando consuelo, el poeta romántico se sitúa a menudo en paisajes salvajes: cerca del mar, bajo una tormenta, en bosques profundos o misteriosos, junto a volcanes en erupción, etc.El escritor romántico está encerrado en su yo, le falta la capacidad de salir de sí mismo y ponerse en la piel de los demás. Se queja de soledad, pero, en el fondo, no quiere remediarlo, y suele caer en la locura o en la enfermedad. El creador y el poeta se consideran seres superiores, genios rebeldes e incomprendidos, que adoptan una posición elitista regida solo por su propia genialidad.

c) La búsqueda de evasión. El escritor romántico quiere huir de un presente que no le gusta, por lo que el viaje se convierte en uno de los grandes temas de este movimiento. Muy a menudo, además, se trata de un viaje sin fin: lo que cuenta es el propio camino y no la llegada. Entre los países europeos, Italia y España fueron las dos grandes fuentes de exotismo romántico, por sus violentos contrastes y las pasiones exaltadas que querían verse en ellos. Fuera del continente europeo, el mito central del

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exotismo romántico fue Oriente, con su misterio, la fascinación de sus tradiciones, sus colores y perfumes. Asimismo, fue importante el viaje en el tiempo: muchas obras románticas están ambientadas en la Edad Media o en el Renacimiento, épocas, por otro lado, que resultan más idealizadas que reales. El viaje también puede tener lugar en el mundo del sueño, que satisface un deseo de espiritualidad maltrecho por un mundo contemporáneo demasiado marcado por el afán de éxito material.

d) Interioridad y espiritualidad. Como indicó Baudelaire, el Romanticismo incluye tres tendencias: intimidad, espiritualidad y aspiración al infinito. El movimiento romántico se siente atraído por todo aquello que tiene aires de iluminismo, esoterismo y ocultismo, elementos que, al mismo tiempo, permiten una visión del universo distinta a la cristiana.En este sentido, hay que tener presente que los escritores románticos, visceralmente individualistas y ególatras, difícilmente aceptan una ortodoxia basada en un cuerpo de dogmas y garantizada por la autoridad de una jerarquía. Su religiosidad es básicamente de naturaleza sentimental e intuitiva; su diálogo con la divinidad comporta que no necesiten la mediación del sacerdote ni el formalismo del rito, y se desarrolla en la intimidad de la conciencia. Los románticos descubrieron y adoraron a Dios en los astros, en las aguas del mar, en las montañas, en el viento, en los árboles y en los animales. El panteísmo representa la forma de religiosidad más frecuente entre los románticos. Cabaña destruida por un alud en los grisones (1810), de William Turner. La visión de la naturaleza de este pintor era el emocional reflejo de un estado de ánimo, acorde con el tormentoso espíritu del Romanticismo, y dejaba atrás definitivamente la representación idealizada que había caracterizado hasta entonces al paisaje.

e) Interés por los valores patrióticos y nacionales. Una característica importante, en toda Europa, es el interés que muestra por el pasado de los pueblos y la recuperación de sus raíces. De hecho, esta característica debe relacionarse con la filosofía de la historia de Herder, según la cual cada nación es un organismo dotado de un espíritu propio que se desarrolla a lo largo del tiempo, pero sin modificar su esencia, y que constituye la base de las manifestaciones culturales de esa nación.El interés por las distintas formas nacionales debe relacionarse con el medievalismo, muy presente también durante el Romanticismo. La Edad Media, época de gestación de las naciones europeas, era en efecto la «primavera del espíritu» característico de cada nación, el período histórico en que ese espíritu se había mostrado en su pureza original, sin haber sido todavía manchado por ninguna influencia ajena. Por ese motivo, la lengua, la literatura, el arte, el derecho y las instituciones medievales eran considerados la expresión genuina y natural de cada nación, con independencia de reglas, modelos y deformaciones racionalistas. El medievalismo romántico influyó ampliamente en la poesía (baladas, romances, etc.), en la novela y en el drama histórico, así como también ejerció una poderosa influencia en los estudios históricos y filológicos. En Alemania, por ejemplo, autores como los hermanos Grimm recopilaron cuentos, leyendas o narraciones heroicas, y se preocuparon por la gramática del idioma.

Desde el punto de vista formal, el Romanticismo liberó la creación literaria de la coacción de las reglas, condenó la teoría neoclásica de los géneros literarios y reaccionó violentamente contra la concepción de los escritores griegos y latinos como autores paradigmáticos, fuente y medida de todos los valores artísticos.

Muchas formas literarias características del Neoclasicismo, como la tragedia, las odas pindáricas y sáficas, la égloga, etc., entraron en decadencia en el período romántico, mientras que se desarrollaron especialmente nuevas formas literarias como el drama, la novela histórica, la novela psicológica y de costumbres, la poesía intimista y filosófica, el poema en prosa, etc.

El lenguaje literario abandonó los artificios expresivos de origen mitológico, verdaderos tópicos de la tradición literaria, ya gastados y desprovistos de toda capacidad poética, a la vez que se aproximaba a la realidad y a la vida. La misma tendencia a la libertad se manifestó en el terreno de la versificación.

Como el objetivo primordial era conmover y excitar violentamente la sensibilidad del público, se buscaron nuevos ritmos y sonoridades, y a menudo se recurrió al contraste (lo feo junto a lo bello, lo sublime al lado de lo repulsivo), sin tampoco rehuir el aspecto sentimental. Hay que tener presente que el arte del Romanticismo ya no se dirige a una minoría culta: es un arte de masas, que aspira a interesar a una mayoría, reclutada sobre todo entre la clase media y burguesa.