TEMA 17: LA ESPAÑA ACTUAL Y SU INTEGRACIÓN EN EUROPA (1975-2004).

1. LOS INICIOS DEL REINADO DE JUAN CARLOS I Y LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA ESPAÑOLA (1975-1982).

2. LA CONSTITUCIÓN DE 1978 Y EL SISTEMA DEMOCRÁTICO ESPAÑOL: PRINCIPIOS, INSTITUCIONES Y EL ESTADO AUTÓNOMICO. LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE CASTILLA- LA MANCHA.

3. LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS Y LA INTEGRACIÓN DE ESPAÑA EN LA UNIÓN EUROPEA.

1. LOS INICIOS DEL REINADO DE JUAN CARLOS I Y LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA ESPAÑOLA (1975-1982).

Entendemos por transición, al paso desde un régimen autoritario a un sistema político de libertades, La muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975, señala el inicio de este periodo denominado transición democrática (1975-1982).

La victoria electoral del PSOE en 1982, ha sido aceptada como el momento histórico que marcó el fin de la transición. Esta victoria supuso la llegada al poder de los perdedores de la Guerra Civil.

El panorama político español a la muerte de Franco ofrecía 3 alternativas, unos defendían la CONTINUIDAD del régimen sin Franco, otros apostaban por una REFORMA desde las instituciones que culminase en la democratización del sistema y la mayoría de la oposición se inclinaba por la RUPTURA con el pasado dictatorial y la construcción de un nuevo sistema político democrático.

GOBIERNO DE ARIAS NAVARRO 

Dos días después de la muerte de Franco, don Juan Carlos De Borbón fue proclamado rey por las Cortes, tras jurar fidelidad a las Leyes Fundamentales del régimen, pero tanto en su discurso como en el del cardenal Tarancón, (quien oficiaba la ceremonia), se incluían palabras de apertura y de reconciliación, así como su voluntad de ser el rey de todos los españoles.

Ni la oposición democrática, ni los herederos del franquismo, confiaban en él, pero la monarquía se convertirá en garante de la transición política y los españoles la identificaron con libertad, paz, concordia y futuro.

El rey confirmó a Carlos Arias Navarro, último presidente del gobierno con Franco, como primer presidente del gobierno de la monarquía (noviembre 1975-julio 1976). La oposición criticó esta designación, pues Arias Navarro representaba la continuidad del franquismo. A este gobierno se incorporaron algunos políticos reformistas como Manuel Fraga Iribarne y José María de Areilza, quienes propugnaban la evolución de la dictadura hacia un régimen más o menos democrático. Este gobierno inició una tímida apertura, legalizando las asociaciones políticas (que no partidos políticos), las cuales deberían de aceptar las leyes franquistas.

Era un gobierno para desarrollar un “franquismo sin Franco,” proyecto que fracaso debido al enfrentamiento entre Arias Navarro y el Rey, partidario de una democratización plena. El monarca fue respaldado por Torcuato Fernández Miranda y por Adolfo Suárez.

Además, los principales partidos políticos de izquierdas reclamaron una ruptura política con el régimen franquistay con el gobierno continuista de Arias Navarro. No aceptaban el nuevo régimen monárquico, exigían libertad para los presos políticos, el retorno de los exiliados, libertades políticas y sindicales, la convocatoria de elecciones libres y el reconocimiento de los estatutos de autonomía abolidos durante el franquismo. Sus aspiraciones se resumían en el lema “Libertad, amnistía y estatuto de autonomía”. 

Las organizaciones de izquierdas se habían agrupado en 2 plataformas:

 

La Junta Democrática, que fue fundada en 1974 e impulsada por el PCE (Partido Comunista de España), liderada por Santiago Carrillo.

 

La Plataforma de Convergencia Democrática, fundada en 1975 organizada por el PSOE y dirigida por Felipe González.

Muerto Franco, estas dos agrupaciones se unieron en el organismo conocido como Coordinación Democrática, al que ,popularmente se le dio el nombre de Platajunta (sucesos de Vitoria). 

A las manifestaciones que demandaban libertad política y mejoras sociales, el gobierno respondió con represión, se produjeron importantes problemas de orden público, como los que sucedieron en Vitoria o en Montejurra (Navarra), entre marzo y mayo de 1976. A esta situación se sumó una oleada de huelgas por la crisis económica y atentados de ETA y GRAPO.

Finalmente en julio de 1976, Arias Navarro presentó su dimisión al comprobar que no tenía el apoyo del rey Juan Carlos.

GOBIERNO DE ADOLFO SUÁREZ 

Dos días más tarde, el rey nombró a ADOLFO SUÁREZ presidente del gobierno, este era un político joven, abogado de profesión y uno de los ministros dentro del gobierno de Arias Navarro. Su elección no fue bien acogida ni por la oposición ni por los reformistas al haber sido Suárez un hombre del régimen.

Adolfo Suárez percibía los deseos de cambio de la sociedad y formó un gobierno con personas relativamente jóvenes que habían manifestado su deseo de reformas y de concesión de libertades, políticos que comprendían la imposibilidad del franquismo sin Franco y que querían una salida pacífica de la situación.

El punto principal del programa del nuevo Gobierno fue la convocatoria de un referéndum para que los españoles decidieran sobre la reforma del régimen franquista. Si se

aprobaba, se celebrarían elecciones libres en un plazo de tiempo reducido. La oposición quedó desbordada, si no colaboraba se desprestigiaría por frenar el cambio hacia la democracia, pero si lo aceptaba, aseguraba la continuidad de la monarquía.  

Finalmente, la Ley de Reforma Política se aprobó con escasa oposición en las Cortes franquistas y se sometió después a referéndum el 15 de diciembre de 1976, y a pesar de la campaña en contra de la oposición que proponía la abstención, y de los franquistas que pedían el voto negativo, hubo una alta participación 77% y unos elevadísimos votos favorables 94%.

Esta ley marcará el final del régimen franquista y el inicio de una nueva etapa hacia un sistema democrático. Tras aprobarse la Ley de Reforma Política, Suárez eliminó el TOP (Tribunal de Orden Público) y comenzó a desmantelar las instituciones del Movimiento Nacional. 

El gobierno de Suárez toleró la celebración de un Congreso del PSOE en diciembre de 1976 y legalizó a los sindicatos UGT y CCOO, solo quedaba ya un obstáculo para que la oposición democrática de la Platajunta aceptara el proceso de reforma política, la legalización del Partido Comunista de España (PCE) de Santiago Carrillo. Pese a la presión en contra de los militares, Suárez legalizó al PCE y estos aceptaron la reforma política, la monarquía y la bandera de España, renunciando a la bandera republicana. 

En los primeros meses de 1977, la actividad política del gobierno se vio dificultada por el terrorismo, que incrementó el número de asesinatos y de secuestros. Junto al terrorismo de ETA y GRAPO, apareció el de ultraderecha contra ETA y la izquierda comunista, matando en la conocida como “matanza de Atocha” a 5 abogados laboralistas vinculados a PCE y CCOO.

En junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones libres desde 1936. Con una participación del 78% del censo, la UCD (Unión de Centro Democrático) creada por Adolfo Suárez consiguió el mayor número de votos (34%) seguido del PSOE (29%), el PCE (9%) y AP (Alianza Popular 8%). De esta manera, Adolfo Suárez constituyó el primer gobierno democrático en España después de la Guerra Civil. 

La prioridad del gobierno de Suárez, fue la de conseguir el paso de la dictadura a la democracia, lo que le había hecho dejar a un lado el problema económico internacional en el que España también se encontraba desde la crisis de 1973. 

Era necesario detener la inflación y reducir la conflictividad laboral, por lo que los grupos políticos, los sindicatos, la patronal y el Gobierno firmaron los Pactos De La Moncloa para afrontar estos problemas. Los efectos fueron inmediatos y se redujo la inflación en 10 puntos, aunque no se pudo controlar la subida del paro.

ELABORACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE 1978Tras las elecciones de junio de 1977, las Cortes se marcaron como primer objetivo la elaboración de una constitución democrática. En su redacción intervinieron diputados de todos los partidos que tenían representación en las Cortes, menos la minoría vasca que renunció, (3 diputados centristas, 1 socialista, 1 comunista, 1 nacionalista y 1 conservador), los conocidos como padres de la constitución.

La Constitución adoptó un carácter progresista, aunque presentaba cierta ambigüedad, producto del consenso, permitiendo que en su desarrollo legislativo fuese asumido tanto por la derecha como por la izquierda.

El texto constitucional fue publicado el 6 de noviembre y sometido a referéndum el 6 de diciembre de 1978, obteniendo un 88% de los votos a favor y solo un 8% en contra. El rey juraba la Constitución y España pasaba a ser una monarquía parlamentaria.

ELECCIONES DE 1979 Una vez aprobada la Constitución se disolvieron las Cortes y se volvieron a convocar elecciones para marzo de 1979, siendo el resultado similar al de 1977. Entre 1979 y 1982 se produjeron 2 fenómenos de gran importancia, el desarrollo legislativo de la Constitución, especialmente en torno a la organización territorial y política del Estado, que se realizó con la aprobación de los estatutos de Autonomía y por otro lado, el periodo de 1979-1982 se caracterizó por la

tensión a que fue sometido el Gobierno de UCD por grupos terroristas como ETA y por grupos nostálgicos del franquismo que culminaron en el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.

La actividad terrorista se había incrementado desde el inicio de la transición de la dictadura franquista a la democracia y entre 1977 y 1982 se cometieron el mayor número de atentados terrorista desde el final de la dictadura hasta la actualidad. El objetivo de estos grupos terroristas era el de desestabilizar el nuevo orden político.

En 1982, España ingresó en la OTAN, lo que supuso una fuerte oposición de la izquierda, llegando a prometer el PSOE que cuando llegara al poder celebraría un referéndum sobre la permanecía de nuestro país en la OTAN.

DIMISIÓN DE SUÁREZ, GOLPE DEL 23-F

Adolfo Suárez dimitió el 29 de enero de 1981 por la división dentro de su propio partido UCD sobre leyes como la de educación o el divorcio. La dimisión de Adolfo Suárez fue aprovechada por un grupo de militares para intentar un golpe de Estado, el 23 de febrero de 1981, el día en que se votaba la investidura del nuevo presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, un grupo de militares y de guardias civiles asaltó el Congreso de los Diputados, quedando los parlamentarios y el Gobierno secuestrados durante más de 14 horas. En Valencia, el capitán general Jaime Milans del Bosch sacó los tanques a la calle.

Para el final del golpe de Estado fue decisivo el mensaje de Juan Carlos I por la televisión, en donde el rey, desautorizaba a los golpistas y ordenaba al ejército que respetara el orden constitucional. El resultado fue la rendición de los golpistas y la vuelta a la normalidad. La democracia se había salvado. 

Dos días después, Leopoldo Calvo Sotelo era elegido nuevo presidente del Gobierno, aunque no pudo evitar la descomposición de su partido, la UCD. Adolfo Suárez abandonó este partido y creó uno nuevo CDS (Centro Democrático y Social). Durante el gobierno de Calvo Sotelo, se aprobó el ingreso de España en la OTAN., la polémica Ley del Divorcio, un año y medio después se convocaron nuevas elecciones generales

2. LA CONSTITUCIÓN DE 1978 Y EL SISTEMA DEMOCRÁTICO ESPAÑOL: PRINCIPIOS, INSTITUCIONES Y EL ESTADO AUTÓNOMICO. LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE CASTILLA- LA MANCHA.

Tras las elecciones, las Cortes elegidas se marcaron como primer objetivo la elaboración de una constitución democrática. En su redacción intervinieron diputados de todos los partidos que tenían representación en las Cortes menos la minoría vasca que renunció, (3 diputados centristas, 1 socialista, 1 comunista, 1 nacionalista y 1 conservador), los conocidos como “padres de la Constitución”, integraba desde la derecha procedente del franquismo (Fraga Iribarne) a la izquierda comunista (Jordi Solé Tura). 

La Constitución adoptó un carácter progresista, aunque presentaba cierta ambigüedad, producto del consenso, permitiendo que su desarrollo legislativo fuese asumido tanto por la derecha como por la izquierda. El texto constitucional fue publicado el 6 de noviembre y sometido a referéndum popular el 6 de diciembre de 1978, obteniendo un 88% de los votos favorables y solo el 8% en contra. El rey juraba la Constitución y España pasaba a ser una monarquía parlamentaria con un sistema democrático.

 

La actual Constitución de 1978, fue fruto del consenso, la izquierda renunció al carácter republicano del Estado y la derecha admitía la democracia y las autonomías, los nacionalistas catalanes aceptaban el término “nación española” a cambio de que se reconociera el de “nacionalidad” para Cataluña, el PNV por su parte no la aceptó por afirmar la indisolubilidad de la nación española, aunque la acató públicamente como hecho democrático. 

La Constitución de 1978 define a España como un “Estado social y democrático de Derecho”, organizado como una monarquía parlamentaria, en donde la Corona tiene funciones básicamente representativas, y en la que el ejército queda sometido al poder civil. La Constitución fija el carácter no confesional del Estado, abole la pena de muerte y desarrolla una amplia declaración de derechos fundamentales y libertades civiles y políticas que incluyen el derecho a la huelga y a la libre sindicación. 

La Constitución también recoge los principios rectores de la política social y económica, se establece una división de poderes, legislativo, ejecutivo y judicial. El poder legislativo reside en las Cortes, el poder ejecutivo lo ejerce el Gobierno y el judicial está representado en los Tribunales. La Constitución aunque reconoce la libertad de mercado, prevé la intervención del Estado en la propiedad privada por interés público.

La Constitución también establece el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones y reconoce como lengua oficial el castellano, además de las lenguas propias de las Comunidades Autónomas. La Constitución establecía la posibilidad de que todas las regiones se convirtieran en Comunidades Autónomas, siendo regidas por un Estatuto de Autonomía en el que se incluyan las competencias y las instituciones de las Comunidades

Autónomas, quedando aprobado el de Castilla-La Mancha el 10 de agosto de 1982.

DIMISIÓN DE SUÁREZ, GOLPE DEL 23-F. 

Una vez aprobada la Constitución se disolvieron las Cortes y se volvieron a convocar elecciones para marzo de 1979, siendo el resultado similar al de 1977. Entre 1979 y 1982 se produjeron 2 fenómenos de gran importancia, el desarrollo legislativo de la Constitución, especialmente en torno a la organización territorial y política del Estado, que se realizó con la aprobación de los estatutos de Autonomía y por otro lado, el periodo de 1979-1982 se caracterizó por la tensión a que fue sometido el Gobierno de UCD por grupos terroristas como ETA y por grupos nostálgicos del franquismo que culminaron en el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.

La actividad terrorista se había incrementado desde el inicio de la transición de la dictadura franquista a la democracia y entre 1977 y 1982 se cometieron el mayor número de atentados terrorista desde el final de la dictadura hasta la actualidad. El objetivo de estos grupos terroristas era el de desestabilizar el nuevo orden político.

Adolfo Suárez dimitió el 29 de enero de 1981 por la división dentro de su propio partido UCD sobre leyes como la de educación o el divorcio. La dimisión de Adolfo Suárez fue aprovechada por un grupo de militares para intentar un golpe de Estado, el 23 de febrero de 1981, el día en que se votaba la investidura del nuevo presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, un grupo de militares y de guardias civiles asaltó el Congreso de los Diputados, quedando los parlamentarios y el Gobierno secuestrados durante más de 14 horas. En Valencia, el capitán general Jaime Milans del Bosch sacó los tanques a la calle.

Para el final del golpe de Estado fue decisivo el mensaje de Juan Carlos I por la televisión, en donde el rey, desautorizaba a los golpistas y ordenaba al ejército que respetara el orden constitucional. El resultado fue la rendición de los golpistas y la vuelta a la normalidad. La democracia se había salvado. 

Dos días después, Leopoldo Calvo Sotelo era elegido nuevo presidente del Gobierno, aunque no pudo evitar la descomposición de su partido, la UCD. Adolfo Suárez abandonó este partido y creó uno nuevo CDS (Centro Democrático y Social). Durante el gobierno de Calvo Sotelo, se aprobó el ingreso de España en la OTAN., la polémica Ley del Divorcio, un año y medio después se convocaron nuevas elecciones generales.

3. LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS Y LA INTEGRACIÓN DE ESPAÑA EN LA UNIÓN EUROPEA.

GOBIERNOS PSOE 1982-1996 

En 1982, el PSOE ganó las elecciones por mayoría absoluta con su lema “Por el cambio”, iniciando una etapa de hegemonía socialista que se mantuvo hasta 1996 durante 4 legislaturas. El triunfo del PSOE en 1982 se considera como el final de la transición, al producirse un cambio pacífico de un gobierno de centro-derecha (UCD) a otro de izquierda (PSOE), consiguiendo que un partido político antifranquista alcanzase el gobierno a través de unas elecciones democráticas. Los triunfos del Partido Popular en las elecciones de 1996 y 2000, así como los del PSOE en 2004 y 2008 reflejan la normalidad democrática y la alternancia política propia de los regímenes democráticos. 

Las líneas de actuación durante las 4 legislaturas socialistas se centraron en la modernización económica de España, mediante la reestructuración del sistema productivo, la extensión del Estado del bienestar, con una ampliación de derechos sociales y servicios básicos en cuanto a la salud, la educación y la Seguridad Social, la modernización y democratización de la Administración y sobre todo de los aparatos del estado como el Ejército y la Policía, así como la integración de España en instituciones supranacionales de Occidente, como la Comunidad Económica Europea (1985 )y la OTAN (1982).

Este cambio socialista se concretó en un amplio programa de reformas económicas cuyo objetivo era acabar con la crisis y para reactivar la economía se tomaron medidas para garantizar la estabilidad financiera, reducir la inflación y estimular la inversión privada. La reconversión industrial tuvo por objetivo la adaptación de los sectores productivos a las exigencias del mercado internacional y del ingreso en la CEE.

 

La integración de España en la comunidad económica europea era uno de los objetivos prioritarios del programa

socialista, y para ello, España tuvo que adecuarse a la normativa comunitaria. El 12 de Junio de 1985 se firmó el Tratado de Adhesión a la CEE con el consenso de todos los partidos, incorporándose a ella el 1 de enero de 1986. 

Junto a las reformas económicas, aparecieron reformas sociales, como la despenalización del aborto en ciertos supuestos, la reforma educativacon la Ley de Reforma de la Universitaria (1983) y la LODE (1985), que extendía la educación gratuita hasta los 14 años. En 1990 una nueva ley de educación, la LOGSE, prolongó la educación gratuita y obligatoria hasta los 16 años.

El aspecto negativo de las mayorías absolutas fue que propiciaron el abuso de poder y desvirtuaron la función de algunas instituciones fundamentales como las Cortes, que apenas pudieron ejercer control sobre el ejecutivo, quien actuaba como un “rodillo”. Además, la falta de control facilitó que muchos se enriquecieran al amparo del poder. La segunda mitad de los ochenta fue propicia en casos de corrupción y en el desarrollo de una cultura basada en el éxito y el enriquecimiento rápido, que vino a constituir la llamada “cultura del pelotazo”. A principios de los noventa aparecieron divisiones dentro del partido socialista y casos de corrupción de personas vinculadas con el gobierno (Caso Guerra, Caso Luis Roldán, Caso Mariano Rubio), a esta corrupción se sumó la “guerra sucia” contra el terrorismo con el GAL, siendo juzgados y condenados altos cargos del Ministerio del Interior.

 

La recesión económica, el aumento de paro y de la inflación, la corrupción y divisiones internas dejaron una imagen poco favorable en los dirigentes socialistas, pese a todo ello, las elecciones de marzo de 1996 fueron ganadas por el Partido Popular con una escasa diferencia de votos con el PSOE, 9,7 millones frente a 9,4.

GOBIERNOS PP 1996-2004 

Tras las elecciones, José María Aznar fue elegido presidente del gobierno, pero al no tener mayoría absoluta tuvo que buscar el apoyo de los partidos nacionalistas (CIU, PNV y Coalición Canaria).

José María Aznar fijó como tarea principal la política económica, ya que desde 1992 se había frenado el crecimiento de la economía española, se había elevado la inflación al 3,5%, el déficit del Estado al 4,4% y la tasa de paro había alcanzado la tasa más alta de la Europa industrializada, el 22´9%. 

Su mayor logro económico fue alcanzar las condiciones que exigía la Unión Europea para el ingreso de España en el primer grupo de países que implantaría el euro como moneda única en el 2002. Los criterios de convergencia exigían la disminución de la deuda y del déficit público, la reducción de la inflación y la bajada de los tipos de interés. 

Llevó a cabo una privatización de empresas públicas, que permitió recaudar lo suficiente para equilibrar el déficit de las cuentas del Estado.

Consiguió un crecimiento del empleo bajando la tasa de desempleo del 22,9% al 11%. 

España entró en un proceso de crecimiento económico sin precedentes y por primera vez en la etapa democrática, se sanearon las cuentas públicas.  

Todas estas razones hicieron que en las elecciones del año 2000, el Partido Popular volviese a ganar las elecciones, pero ahora con mayoría absoluta. Esto le permitió desarrollar su programa político sin impedimentos y modificar la legislación de la etapa socialista, elaborando una serie de leyes entre los años 2000 y 2002, la Ley de Extranjería, que regulaba la entrada y estancia de los extranjeros, la Ley Orgánica de Universidades, que reducía la autonomía universitaria, la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza LOCE que reestructuraba las enseñanzas medias y la Ley de Partidos, que ilegalizaba a los partidos que no condenasen expresamente la violencia como método para conseguir fines políticos (Herri Batasuna).

La política de aislamiento de ETA desarrollada por el Gobierno tras los terribles secuestros (Ortega Lara) y cobardes atentados (Miguel Ángel Blanco) durante la primera legislatura, chocaron con la oposición de los nacionalistas vascos, de ERC y de Izquierda Unida.

 

Pese a las bajadas de impuestos directos y del constante crecimiento de empleo, los sindicatos se quejaron del exceso de empleo precario y de la pérdida de poder adquisitivo, convocando una huelga general en junio de 2002. 

En la política exterior, el Gobierno se alineó con los Estados Unidos y el Reino Unido en la guerra de Iraq, en contra de la posición de parte de la sociedad española. 

Aznar convocó elecciones el 14 de marzo de 2004, con las encuestas favorables al Partido Popular, pero tres días antes de las elecciones generales, el atentado con 10 bombas en diversos trenes de cercanías de Atocha en Madrid cambiaron las cosas. El gobierno atribuyó la autoría a ETA, y la gestión poco transparente de la crisis fue decisiva para que el electorado votase a favor del PSOE, obteniendo así Zapatero la victoria en las urnas.