Tema 2 Oriente Próximo y Egipto Hasta Finales Del III Milenio
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ORIENTE PRÓXIMO Y EGIPTO HASTA
FINALES DEL III MILENIO
1. LAS PRIMERAS COMUNIDADES CAMPESINAS Y LA PRIMERA
URBANIZACIÓN
1.1. EL NACIMIENTO DE UNA CULTURA CAMPESINA
Mesopotamia es un enorme desierto cruzado por dos ríos, el Éufrates y el Tigris, pero
estas fuentes de agua y de vida son inútiles si el hombre no sabe cómo manejarlas. Así pues, la
instalación de las primeras comunidades a orillas de estos ríos requiere primero de un cierto
dominio de las técnicas de regadío que permitan la agricultura, puesto que la cantidad de
lluvia anual es insuficiente incluso para el secano.
Es por ello que la cultura campesina nace más al norte y al oeste, a los pies del Tauro, en
el territorio conocido como Al-Yazira, y a orillas del Mediterráneo, en torno al 12000 a.C. En
esta época, a finales de la última glaciación, se produce un cambio climático que permite al ser
humano abandonar las cuevas en las que habita hasta entonces y pasar a ocupar el campo
abierto. Es en este momento cuando se han datado los primeros asentamientos, en Abu
Hureyra, Mureybet y Jericó, en torno al 9000 – 8000 a.C. La lluvia, por encima de los 250 mm
anuales, permite que las plantas crezcan de forma silvestre (plantas que el hombre recolecta),
y poco a poco, se empieza a cultivarlas, aunque esto no significa el abandono de la recolección
y la caza. Es la primera agricultura, aunque sin necesidad de una irrigación artificial.
En Abu Hureyra se ha realizado el primer estudio de paleobotánica y paleopatología de
la zona (por una misión arqueológica alemana), que demuestra que hacia el año 8000 se
comienzan a usar los cereales, a la vez que se recolecta y se caza. En Abu Hureyra están
también testimoniadas las primeras viviendas, redondas de un solo espacio. En Mureybet, el
hombre divide ya los espacios dentro de su vivienda: es el primer orden de circulación en la
vivienda.
Ciertos grupos, además de comenzar a cultivar, domestican también a los primeros
animales: es el nacimiento de la cultura campesina, que va a desarrollarse desde el 7000 a.C.
hasta el 3500 a.C., cuando aparezca la primera cultura urbana, Uruk. A lo largo de todo este
periodo, los hombres bajan lentamente a lo largo del Tigris y del Éufrates, colonizando y
controlando cada vez más los recursos, hasta que por fin dominan las técnicas del regadío, lo
que les permite un pleno desarrollo de la agricultura incluso en los ámbitos más adversos.
1.2. LAS ETAPAS CULTURALES DE AL-YAZIRA
Entre el VI y el IV milenio se empieza a hablar de culturas debido a una cierta
uniformidad cultural, aunque hasta la cultura Uruk (3500 a.C.) no empieza la historia como tal.
Cuando hablamos de cultura, nos referimos a una serie de caracteres que permiten decir que
un territorio concreto tiene una uniformidad en una serie de parámetros. Así pues, nos
encontramos con varias culturas en Al-Yazira. Estas culturas no se suceden una detrás de otras,
sino que suelen coexistir en el tiempo.
1.2.1. CULTURA HASSUNA
La cultura de Hassuna, de yacimiento epónimo (tell-Hassuna, al sur de Mosul), se
desarrolla a orillas del Tigris entre el 5800 y el 5000. Presenta viviendas regulares, hechas con
muros de tapial cubiertos por reboco. Hallamos también una cerámica grosera, que, más
tarde, se pinta. Esta cultura emplea la agricultura de secano, por lo que aún no ha desarrollado
la irrigación artificial.
1.2.2. CULTURA SAMARRA
La cultura de Samarra tiene lugar entre el 5600 y el 5000. Se extiende hacia el sur y
coloniza territorios que no son viables para la agricultura “natural” (menos de 200 mm anuales
de precipitación). Aunque la zona permite a veces la agricultura de secano, no siempre hay
agua suficiente, por lo que es necesario el desarrollo de unas técnicas de regadío artificial.
Estos avances en la irrigación se manifiestan por la disponibilidad de canales de agua y el grado
de organización de la sociedad que ello implica. Transmiten la necesidad de una mayor
producción de alimentos por un crecimiento demográfico natural y una concentración del
hábitat. Además, testimonian de la aparición de unos excedentes que podrían dedicarse al
comercio y que estarían en la base de la estratificación social.
Los primeros hallazgos se efectúan en la ciudad de Samarra, y presentan un problema de
estratigrafía debido a los niveles superiores, de origen medieval. En el yacimiento, llamado tell
es-Sawwan, al sur de Hassuna, se constata un plano urbano. Se han encontrado restos de una
arquitectura que muestra que la sociedad de Samarra está organizada: construcciones,
fortalezas, fosos, adobes regulares. Se han hallado restos de construcciones del mismo tamaño
y estilo que parecen responder a casas de clanes. Se aprecian también las primeras
ornamentaciones, casas planificadas por adelantado, calles… Todo esto da fe de la
organización de la sociedad campesina; pero todavía se trata de un pueblo y no se puede
hablar aún de mundo urbano.
1.2.3. CULTURA HALAF
Esta cultura se desarrolla entre el 5500 y el 4500 y que se extiende por toda la Alta
Mesopotamia. El yacimiento de tell-Halaf es más unitario y maduro que las culturas anteriores.
Ocupa un espacio mucho más grande, y en él se ha encontrado cerámica bellísima y de gran
calidad, decorada con motivos geométricos y con animales. Esta cerámica se ha hallado en
lugares muy distantes, lo que testimonia tanto de la extensión de la cultura como de las
relaciones comerciales, los primeros intercambios a larga distancia, especialmente el comercio
con obsidiana.
Los poblados de la cultura Halaf son más grandes que los de las culturas anteriores. En
su arquitectura destacan los tholos, de planta circular pero con evidencias de construcciones
en sus alrededores, y que al ser circulares podrían representar un retroceso en la organización
espacial de los asentamientos, aunque también se ha interpretado como lugares de
almacenamiento o de trabajo en grupo. A pesar de ser una cultura unitaria, como demuestran
los restos funerarios similares, no acaba de granar en la cultura urbana. Esta cultura se
extiende hacia el sur y acaba entrando en contacto con la cultura Obeid.
1.3. LAS ETAPAS CULTURALES EN MESOPOTAMIA: CULTURA OBEID
(ERIDU)
La cultura Obeid (o Ubaid) transcurre entre el 5000 y el 3500. Es la primera cultura
propiamente mesopotámica, ya que antes no se han encontrado restos arqueológicos en esa
zona. Esta cultura tiene un muy buen control de las técnicas de regadío, resultado sin duda de
la lenta colonización del sur sucedida durante los anteriores 4000 años. Basándose en la
sencilla cultura funeraria, también se puede hablar de uniformidad.
Las poblaciones se sitúan cerca de los ríos, cultivan el entorno y forman redes de aldeas
mediante la creación de canales de regadío, que acaban convirtiéndose en vías de
comunicación. En esta cultura se ha hallado la primera arquitectura monumental, estructuras
de planta tripartita (una nave central flanqueada por dos series de habitaciones), aunque no se
sabe si son templos (similitud con templos posteriores, presencia de altares), lugares de
reunión o un edificio destinado a otro fin. Lo que está claro es que no se trata de viviendas
normales. Sea como fuere, estas estructuras podrían testimoniar de una economía
redistributiva en la que el edificio actúa como lugar central del pueblo y principal institución
económica y política. Esta estructura tripartita también se adopta para las viviendas
posteriormente: en torno a un espacio central se organizan las demás habitaciones.
La cultura Obeid prosigue su expansión hacia el sur estableciendo relaciones comerciales
en la zona del Golfo Pérsico, como testimonian los restos de cerámica “tipo Obeid” hallados en
yacimientos de esa región. Esta cerámica está hecha de una pasta verdosa, a mano; aunque se
empieza a usar el torno manual, se le aplica pintura y se decora con motivos geométricos. Esta
expansión comercial hacia el Golfo y hacia al-Yazira se produce por primera vez con esta
cultura. También se encuentra lapislázuli, sílex y obsidiana, seguramente provenientes de
otros lugares gracias al comercio.
En esta cultura se han hallado las primeras evidencias de una administración, una
cuantificación de productos y sus cantidades mediante “fichas” que eran encerradas en bolas
de arcilla o bulae, que luego se recubren con improntas de sellos, evidencia de una
organización social, una distribución y almacenamiento de productos y excedentes.
Se cultiva principalmente la cebada, la caña, la palmera y las hortalizas. Todo el trabajo
agrícola se hace con la ayuda de hoces de cerámica (fósil director de esta cultura). A pesar de
ello, no se abandonan las actividades recolectoras y cazadoras, importantes en un marco
geográfico pantanoso como el existente por entonces en el sur mesopotámico.
El yacimiento de Eridu es uno de los más antiguos de Mesopotamia, y uno de los
primeros además. Los propios sumerios hablan de Eridu en su memoria colectiva como el lugar
elegido por la realeza para descender del cielo, por lo que este lugar va a estar siempre ligado
a una connotación sagrada, religiosa. En Eridu aparecen edificios monumentales, aunque no se
puede afirmar que sean templos a ciencia cierta, pese al hallazgo de altares y de restos de
ofrendas de pescado, las que podría recibir su principal divinidad, Enki, dios de las aguas.
1.4. LA PRIMERA URBANIZACIÓN: LA CULTURA URUK
1.4.1. CARACTERÍSTICAS
Uruk es un enorme yacimiento al sur de Iraq, en la Mesopotamia más pura y dura, y ya
llama la atención de Koldewey, quien manda a Andrae a investigar. Éste deja documentada la
existencia de la gran ciudad. Un poco más tarde (1912-1914 y 1928-1939), una misión alemana
a la cabeza de J. Jordan, A. Nöldecke y E. Heinrich comienza las excavaciones.
Uruk es una de las ciudades más grandes e impresionantes de Mesopotamia, y la aquella
en la que se ha descubierto los primeros signos escritos (tablillas pictográficas de Uruk), en el
complejo templario, el Eanna, en el cuarto nivel del templo de la Diosa Inanna (Ishtar). El fósil
director de esta cultura son unos cuencos cerámicos de borde biselado, hallados en todos los
lugares donde hay cultura Uruk.
Esta cultura es la que establece las bases sólidas de una urbanización que se desarrolla
en Mesopotamia y se extiende hacia Al-Yazira (el camino inverso que siguieron las primeras
comunidades campesinas varios milenios antes), y posteriormente, esta región adopta la
cultura urbana.
La época Uruk va del 3500 al 2900, y se divide en tres etapas:
Temprano: 3500-3200
Tardío: 3200-3000
Jemdet Nasr: 3000-2900 (transición a la época sumeria)
Durante el Uruk temprano se crean los grandes asentamientos, aparecen los primeros
signos de escritura (simples anotaciones numéricas). La escritura nace de la necesidad de tener
un control administrativo de los bines que uno tiene (intercambios crecientes). Durante el
Uruk tardío se edifican las verdaderas ciudades, la cultura urbana plena; y aparece la escritura
como tal en los primeros textos arcaicos.
En Mesopotamia se produce una auténtica explosión demográfica en torno al 3500, que
conlleva una explosión de los núcleos urbanos. Por ejemplo, entre el 3500 y el 3200, la ciudad
de Uruk cubre una superficie de 70 hectáreas, y en algún momento posterior llega a las 100. El
crecimiento de las ciudades está en estrecha relación con la aparición de élites político-
religiosas, el comienzo de la estratificación social y la especialización laboral.
En esta época se empieza a diferenciar claramente entre aldea y ciudad. En estas
ciudades aparece la primera arquitectura monumental a gran escala, incluyendo murallas (las
de Uruk son impresionantes), o los primeros templos. En Uruk hay dos complejos templarios:
el Templo Blanco (encalado), situado sobre una plataforma; y el área del Eanna, que agrupa el
Templo de Innana, diferentes edificios religiosos, cisternas, etc.
La estratificación social es posible gracias a la aparición de un excedente agrícola, del
que además testifican los documentos de la época. En Mesopotamia, el único excedente
posible es de cebada. La tierra es muy buena, pero su fuerte tendencia al salitre hace que el
único cereal que crezca sin problemas sea la cebada.
Este excedente permite a una parte de la población dedicarse a otras ocupaciones que
no sean la agricultura, y es así como se produce la estratificación social. Este fenómeno está
también vinculado con el crecimiento urbanístico. Por tanto, las familias tienen a una parte de
sus miembros que trabajan en el campo y a otra parte que va a dedicarse a una tarea
diferente: van a trabajar para el Estado. Este trabajo va a ser retribuido mediante raciones de
cebada (medidas con los cuencos biselados típicos de Uruk).
Junto a la estratificación, aparece una élite emergente, aunque no se sabe bien qué
papel juega en la sociedad Uruk: reyes, jefes de clanes, sumos sacerdotes, oligarquías
aristocráticas…
Con la cultura Uruk también se produce un comercio a larga distancia, a zonas como el
Golfo, Al-Yazira o Irán.
1.4.2. LA CIUDAD DE URUK
Está excavada parcialmente, aunque ha sido excavada a lo largo de todo el siglo XX
(salvo en períodos turbulentos). La muralla está delimitada, y los estudios por georradar han
permitido descubrir una serie de canales que atravesaban la ciudad y otros tantos que la
rodeaban. Uruk posee dos áreas públicas claramente definidas:
El templo de Anu, o Templo Blanco (a causa del reboco con cal muy blanca). Está
levantado sobre un pódium y está dedicado a Anu, Padre de los Dioses, deidad
muy vinculada con Uruk.
El área del Eanna. Es un complejo administrativo dedicado a la diosa sumeria
Inanna (o la Ishtar acadia), también muy vinculada a Uruk. Tiene patios,
columnas, grandes edificios públicos, lugares de reunión, para fiestas y
festivales… Además, es aquí donde se encuentran las tablillas pictográficas
donde se consigna la escritura por primera vez. También aquí se encuentran los
famosos cuencos de borde biselado para la distribución de las raciones de
cebada; las hoces de arcilla, fósil director de esta cultura; y unos conos de arcilla
característicos de esta época que se usan para la decoración de las paredes
(conformaban una especie de mosaicos geométricos).
1.4.3. SOCIEDAD, ECONOMÍA, CULTURA.
La agricultura está lo suficientemente desarrollada para permitir un excedente. Hay dos
tipos de campos:
Cuadrados, que se riegan por sumersión. Son campos pequeños y muy bien
nivelados.
Largos, colocados oblicuamente a lo largo de un canal, de modo que el agua los
riegue y luego drenan por los laterales.
Además, se inventa el arado y se empieza a utilizar, con tracción animal, ideal para el
campo alargado (dificultades de giro). En época Uruk se hace una nueva innovación: el arado-
sembradera. Se coloca un embudo en el arado de tal manera que se introducen las semillas y
salen directamente al surco que va dejando el arado. De este modo, la pérdida de simiente se
reduce en un 50% con respecto al arado a boleo, lo cual favorece la aparición de excedentes.
La economía, agrícola, se sustenta en dos pilares:
La cebada: crece muy rápidamente y en suelos muy salinos como los de
Mesopotamia, con lo que permite un excedente. Es cierto que también hay
otros vegetales, como palmeras.
El pescado: los ríos Tigris y Éufrates tienen un pescado de muy buena calidad.
Este pescado se sala desde principios de la cultura mesopotámica, y la aparición
de un ligero excedente permite su exportación.
Una de las cosas más llamativas de esta cultura, como ya hemos visto, es la
estratificación social: existen listas de oficios (copia de las de la época Uruk), especialmente
una con hasta 130 profesiones. La estratificación social de esta sociedad a finales del IV
milenio es clara. Las profesiones aparecen en orden jerárquico: primero un jefe
administrativo (falta el encabezado, por lo que no se puede saber si hay algún rango superior),
líderes de justicia, de la ciudad, del arado, de la cebada, sacerdotes, oficiales administrativos,
sacerdotes de bajo rango, jardineros, cocineros, artesanos, panaderos, alfareros… Además, se
realizan labores de administración e interés común: canales, murallas (mítica)…
1.4.4. ESTADO, REDISTRIBUCIÓN Y CUENCOS BISELADOS
Tiene por tanto que haber un núcleo de personal que gestiona estas obras y que se
dedica de la redistribución del excedente de cebada a los trabajadores mediante los cuencos
biselados (hay lugares en los que se encuentran estos cuencos por cientos). Estos trabajadores
trabajan parte del tiempo para el Estado y son recompensados por un rígido sistema de
raciones controlado administrativamente por las autoridades.
Existen campesinos con tierras privadas, y campesinos que trabajan tierras del Estado.
Éstos últimos le entregan la cosecha al Estado, y éste lo redistribuye entre la sociedad. Por otro
lado, aquellos campesinos que tienen sus propios terrenos pueden permitirse el enviar a
miembros de su familia a trabajar para el Estado, lo que les supone un extra de alimento.
Hay una cerámica típica de Uruk, a pesar del aplastante predominio de los cuencos
biselados, que llegan a ser el 80% de la producción de cerámica encontrada. Están hechos de
forma tronco-cónica, muchas veces a molde.
La mayor parte de los cuencos biselados se fabricaron posiblemente para los grandes
banquetes de las élites, para muchos invitados; fiestas religiosas, etc.; pero llega un momento
en que no son suficientes y empiezan a usarse para el racionamiento, disociándose de su uso
como vajillas. Están estrechamente ligados a la alimentación, y su uso exclusivo es como
medida. El tamaño tiene en cuenta, además de la profesión, el sexo y la edad
(fundamentalmente el peso), según las fuentes del III milenio. Un trabajador masculino adulto
es pagado con dos litros al día; la mujer recibe la mitad; y un niño, un tercio. La lactancia
supone un sexto de suplemento para la madre. Estas “pagas” se entregan a final de mes. Para
el resto de los bienes redistribuidos, como la lana o el aceite, la diferencia no es tan grande en
cuanto a peso. Además, no sólo se paga así a los campesinos, sino también a los escribas y a
otros funcionarios. Este sistema encaja perfectamente con el sistema numérico, que es en
base sexagesimal.
1.5. LA ESCRITURA
La escritura es la fijación material del lenguaje hablado, mediante diferentes recursos.
Desde la Prehistoria, el ser humano a comunicado cosas, y para ello ha habido un emisor, un
receptor y un medio físico. Cuando ese medio es un material, se habla de escritura. En el
primer lugar donde aparece la escritura es Mesopotamia. Desde el Paleolítico superior, hay
marcas en diferentes objetos o pinturas que a veces se consideran escritura.
1.5.1. ESTADIOS DE LA ESCRITURA
Hay cuatro estadios:
La escritura pictográfica es el estadio más antiguo de la escritura. Son signos muy
simples, dibujos en realidad, que son muy fácilmente comprensibles. No
representan un fonema. Esta escritura aparece en Egipto, en Mesopotamia y en
Creta, en una gran variedad de soportes.
El segundo estadio lo supone la escritura ideográfica, más desarrollada. Es la
representación pictórica de ideas. El pictograma representa algo sencillo, pero el
ideograma supones algo más complicado: está estrechamente vinculado a la cultura
en la que se da (identificar el triángulo con dios es propio de la cultura cristiana).
El tercer estadio es la escritura analítica. Es una transmisión mucho más avanzada en
donde se mezclan pictogramas e ideogramas, o bien que dos (o más) pictogramas
juntos den lugar a un ideograma (una cabeza y un cuenco significan “comer”).
El último estadio es la escritura fonética. Ésta requiere que emisor y receptor hablen
el mismo idioma. Los signos ya no expresan ideas, sino que expresan sonidos. Ahora
bien, estos sonidos, que juntos conforman un concepto, pueden ser representados
mediante escrituras silábicas o fonéticas.
Las escrituras silábicas, las menos desarrolladas, cada símbolo representa un
golpe de voz o un grupo fonético (normalmente consonante-vocal y viceversa,
o consonante-vocal-consonante). Por tanto hay un número muy grande de
signos, muy difíciles de controlar totalmente. Es el caso del sumerio y del
acadio.
El estadio más desarrollado de la escritura es la escritura alfabética, donde
cada signo representa un sonido simple o fonema, y así, el número de signos
se reduce considerablemente, entre 20 y 30. El primer alfabeto nace en Ugarit
(costa siria) a finales del II milenio a.C. El primer idioma alfabético es por lo
tanto el ugarítico. El ugarítico traslada este sistema de escritura al fenicio, éste
al arameo y finalmente éste al griego.
1.5.2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA
Todo este desarrollo tiene lugar entre le IV milenio y el II milenio a.C. Para garantizar
todo el sistema administrativo de redistribuciones, necesita controlarla. De esta necesidad
surge la escritura. Algunos investigadores afirman que estas muestras de contabilidad ya
existen desde los VII y VI milenios, y que se efectúa a través de unos objetos llamados bulae.
Son unas pelotas de arcilla huecas, de diferentes tamaños, en las que se introducen unas
fichas. En las transacciones comerciales, se entregan estas fichas con el “contenido” de la
transacción esquematizado por las fichas, de modo que sea posible comprobar la operación.
En el IV milenio, surge el sello, primero a estampa y luego el cilindro-sello, más fácil de
usar, que al hacerlo girar sobre la arcilla deja plasmado su dibujo. Su importancia es tal que
hoy se sabe diferenciar una cultura de otra sólo con saber de qué tipo de sello se trata.
Primero son de piedras blandas y de hueso, pero acaban siendo de piedras difíciles de trabajar,
como la obsidiana o el lapislázuli.
Pero estos sellos no cubren las necesidades de una sociedad tan compleja como la de
Uruk, por lo que en un determinado momento tiene la necesidad de ir más allá con la
invención de la escritura. De las tablillas encontradas en Uruk, un 90% son de carácter
administrativo-económico. Los textos se dividen en tres categorías:
Etiquetas, que comprenden algún pictograma suelto, que podrían ser nombres
de propietarios, aunque no tienen anotaciones numéricas.
Unas tablillas alargadas, que sí tienen anotaciones numéricas, con signos
pictográficos y que hablan de un objeto y de su cantidad (por ejemplo, 120
raciones de grano y 30 jarras de cerveza).
Unas tablillas divididas en varias celdas, que contienen información distinta,
aunque la mayor parte es de carácter administrativo.
1.6. LA EXPANSIÓN EXTERIOR DEL MUNDO URUK
El mundo Uruk se expande al menos en 3 direcciones: hacia el norte-noroeste, subiendo
el Éufrates; hacia el sur y el Golfo pérsico y hacia el este, hacia la llanura de la Sosiana en Irán.
A través de los restos arqueológicos, se ve que la presencia Uruk es muy diferente en las tres
regiones.
Hacia el sur, se expande hacia las regiones de Dilmun (Bahrein), Magan (Península de
Omán) y Meluha (región del Indo), según los textos mesopotámicos. Aquí no
encontramos colonias de mercaderes, debido a una variación de las aguas del Golfo
pérsico, más bajas en el IV milenio y que subieron en el III milenio, imposibilitando el
hallazgo de restos. En Magan se desarrolla la cultura Hafit, que deja unos restos
funerarios impresionantes (desde el IV milenio hasta época islámica), junto con
Dilmún, donde los sumerios creen que se encuentra el Paraíso y adonde van a
enterrarse. En los túmulos de época Hafit se encuentra cerámica local, pero también
uno, dos o incluso tres vasijas de tamaño medio que provienen sin duda de
Mesopotamia, del valle del Río Diyala. Por tanto tiene que haber algún tipo de
intercambio entre culturas cuando los habitantes de estas zonas se entierran con
vasos mesopotámicos.
En el caso del Éufrates medio, la cultura Uruk se expande subiendo por el río,
llegando a las actuales Siria y Turquía. Allí establece una serie de colonias
(establecimiento de habitantes mesopotámicos). Hay dos posibilidades: la creación
de una colonia exnovo o bien el asentamiento sobre una colonia anterior. Habuba
Kabira es un asentamiento Uruk clásico levantado sobre la nada, creado a imagen y
semejanza de Uruk (y excavado por una misión alemana). La ciudad es un calco de
Uruk en cuanto a almacenes, lugares públicos, templos, murallas, cuencos biselados,
conos de arcilla, ladrillos… Otra posibilidad es la de Malatya, establecida sobre una
población ya existente. Esta colonia está en el interior de Anatolia, en una de las muy
escasas posibilidades de establecer una población relativamente que tiene esta
región. Está habitada desde el neolítico hasta nuestros días. El tell de Malatya está
siendo excavado por una misión italiana (M. Frangipane). En este caso, el núcleo de
población Uruk llega y se mezcla con la población local. Es por ello que en las
excavaciones se halla una mezcla absoluta de elementos locales y Uruk: cerámica
local y cuencos biselados; sellos estampa y cilindro-sellos… Uruk llega hasta aquí para
acceder a las materias primas que hay en Anatolia.
Hacia el este, hacia la Sosiana, nos encontramos una prolongación de la cultura Uruk
de tal suerte que parece que aún es Mesopotamia. Los mejores yacimientos son los
de Susa y Choga Mish, que hablan de una cultura Uruk idéntica a la de Mesopotamia
extendida a toda la región y no sólo puntualmente. Es la posibilidad de extraer
estaño lo que podría impulsar esta expansión.
Alrededor del 3000-2900, el mundo Uruk desaparece. Colonias como Habuba Kabira son
absolutamente abandonadas, sin que se vuelva a construir nada encima; mientras que en
aquellos establecimientos previos a la cultura Uruk, vuelve a emerger lo local (caso de
Malatya) desapareciendo lo Uruk. De hecho, Malatya, más adelante, será uno de los puntos
importantes del mundo hitita. En el Golfo pérsico se produce un auge de la cultura local, muy
fuerte (cultura de Umm an Nar).
2. LOS SUMERIOS (2900-2350)
2.1. INTRODUCCIÓN
El interés por los sumerios viene del desciframiento del acadio, lengua semítica, y de los
términos extraños que no son semíticos que están interpolados en los textos acadios. Además,
los reyes asirios se llaman “Reyes de Sumer y Akkad”. J. Oppert lanza una hipótesis a mediados
del siglo XIX, relacionando ambos elementos. Tras esto, el cónsul francés G. de Sarzec saca a la
luz en Tello restos de estatuas y tablillas que no están escritas en acadio. Aparece un idioma
que no se entiende, pero que se acopla mucho mejor a la escritura cuneiforme. Los
investigadores deducen que el acadio está empleando un sistema de anotación que no fue
inventado para él. Por tanto, tiene que existir otro idioma para el que fue inventada la
escritura cuneiforme. En 1905, F. Thereau Dangin publica un estudio sobre esta nueva lengua,
en el que dice que la relaciona con el pueblo sumerio. Muy poco después, comienzan a
aparecer textos bilingües sumeroacadios, gracias a los cuales se puede descifrar.
Uno de los principales problemas es hallar al grupo que origino la civilización sumerio en
el paso del IV al III milenio. Existen dos posturas: quienes consideran que los sumerios no son
autóctonos y quienes consideran que sí. Hasta hace relativamente poco, la corriente
dominante afirmaba que los sumerios tuvieron que venir de alguna parte, pudiendo ser su
procedencia el sur del Mar Caspio, Irán o el norte del Tigris y del Éufrates. Sí es cierto que
según se tiene mayor conocimiento arqueológico, parece más evidente que la población que
está en el paso del III milenio en Mesopotamia es muy parecida a la del IV milenio, ya que los
yacimientos no testimonian de cambios radicales. Actualmente, no tiene mucho sentido este
debate, porque previamente al V milenio no hay nadie en Mesopotamia. Posiblemente, hubo
una evolución a lo largo del VI milenio, con una experiencia, la cultura Uruk, en el III milenio. La
cuestión es si es las poblaciones Uruk tuvieron un desarrollo propio hasta desembocar en la
cultura sumeria o si esta evolución se debió a la intervención de algún tipo de grupo
extranjero. No hay ni indicios de conquista ni de migraciones masivas.
Periodización del III milenio en Mesopotamia (Bronce Antiguo II-IV):
Época de las Ciudades-Estado, Época Sumeria o Dinástico Temprano: DT I (2900-
2700); DT II (2700); DT III (2550-2350)
Época Acadia (2350-2150)
Época neosumeria, Ur III o Tercera Dinastía de Ur (2150-2000)
Los primeros intentos de periodización se dan en los yacimientos del Río Diyala (años 20
y 30). En este apartado nos centraremos en la Época Sumeria
2.2. LA ÉPOCA SUMERIA EN GENERAL: LAS CIUDADES ESTADO
2.2.1. ASPECTOS TÉCNICOS Y DIVISIONES
En el caso del mundo sumerio, hay un cambio radical con respecto a la cultura Uruk: es
el empleo de ladrillos plano-convexos, que no se colocan como un ladrillo normal sino como
espinas de pescado. Este tipo de ladrillo está en todos los yacimientos sumerios, pero
desaparece en Época Acadia. Son estándar, con una medida de 17 por 38 cm.
La división entre DT I, II y III se hizo en principio en tanto que división artística; pero
filológicamente, el DT I pertenece a la Prehistoria (muy poco registro escrito). Durante el DT II
surgen las primeras tablillas que ya suponen un paso hacia el cuneiforme, en el primer archivo
(Fara). Finalmente, el DT III ya es una época completamente histórica por la gran cantidad de
textos disponibles inscripciones más numerosas, más largas, no sólo son registros económicos,
sino que aparecen inscripciones reales, textos legales, documentos administrativos, literarios…
Quizá el más importante es la Lista Real Sumeria, que deja consignada las dinastías que
gobiernan en Mesopotamia desde “el principio de los tiempos” hasta los comienzos del
segundo milenio. Data por tanto de esta fecha, posiblemente de la época de Hammurabi, que
trata de legitimar su dinastía entroncándolo con los reyes míticos del III milenio. Hay que leer
esta lista con cuidado, porque le falta documentación, porque es muy posterior, etc.,
pensando siempre que es un documento de legitimación de la realeza.
2.2.2. IMAGEN POLÍTICA DEL MUNDO SUMERIO
La Época Sumeria se conoce también como la época de las Ciudades-Estado,
precisamente porque es el sistema político que caracteriza este periodo. Es una consecuencia
lógica del período anterior, resultado del trabajo del hombre de la tierra y de su entorno. En
Mesopotamia hay un grupo de Ciudades-Estado; sin embargo, ya se ha superado la teoría de
que en algunos casos pudiesen ser Ciudades-Templo.
En el mundo sumerio no existe un Reino sumerio ni un Imperio sumerio; solo un grupo
de ciudades-estado independientes entre sí, muy parecidas, con una pequeña porción de
tierra alrededor, separadas por entre 20 y 40 km; que funcionan como un Estado pero que no
forman tal.
Llama arquitectónicamente la atención las estructuras formadas por el palacio y el
templo, alrededor de los cuales gira la vida de la ciudad. Parece que al principio de esta época,
el templo tiene una gran fuerza (desde el punto de vista administrativo) que va perdiendo en
favor de una élite (la realeza), que toma posiciones y acaba gobernando la ciudad-estado. La
administración, regida primero desde el templo (DT I), acaba siéndolo por la realeza, desde el
palacio (DT III).
Los primeros palacios consignados están en las ciudades de Eridu, Kish y Mari (ésta se
encuentra fuera del ámbito mesopotámico, pero pertenece igualmente a la cultura sumeria),
datan de mediados del III milenio. La realeza levanta estos palacios; y la economía pasa a
estar en manos del templo para estar en manos del palacio. Y todo esto sin que el templo
pierda importancia, ya que cada ciudad sumeria pertenece a un Dios.
2.3. EL DINÁSTICO TEMPRANO III: LAS CIUDADES-ESTADO
2.3.1. CRONOLOGÍA POLÍTICA
El Dinástico Teprano III es la fase con más información, que permite hablar ya de
realeza, de ritos funerarios, de escritura, etc. Las inscripciones dicen que este periodo está de
alguna manera dominado por dos ciudades: Umma y Lagash, sedes de dos dinastías
florecientes que entran en conflicto durante varios momentos; aunque ninguna de las dos
está consignada en la Lista Real Sumeria. La historia del periodo es la de un grupo de ciudades
que rivalizan entre ellas, a la cabeza de cada cual se encuentra una dinastía diferente: Ur,
Lagash, Shurrupak, Uruk, Umma, Kish… Existe por tanto un enfrentamiento continuo entre
ciudades, que en realidad son enfrentamientos entre los dioses de las diferentes ciudades.
Sólo hasta la llegada de Lugalzagesi de Umma (ca. 2340), que unifica gran parte del
territorio sumerio, y crea un primer Estado, muy efímero, la historia del mundo sumerio es
aquella de las diferentes ciudades, diferentes dinastías y diferentes relaciones entre ellas.
Lugalzagesi se proclama lugal kala-ma, o “Rey del país”. 20 años después, llega Sargón de
Akkad, quien le sustituye y da comienzo al periodo acadio. Es la primera vez que un Rey trata
de dominar un territorio más vasto, y no se limita sólo a la ciudad-estado. A partir de la llegada
de Sargón de Akkad, éste pasa a llamarse “Rey de Sumer y Akkad” (lugal Ki-engi Ki-vri).
2.3.2. LAS CIUDADES-ESTADO
La ciudad (Uru o Alu) funciona como una unidad política y económica independiente;
aunque desde el punto de vista religioso, siguen teniendo un especial peso Eridu (primer
descendimiento de la realeza), Kish (segundo descenso tras el Diluvio) y Nippur. Salvo estas
tres ciudades, el resto son muy parecidas. De ellas conocemos su nombre en sumerio, con el
que habitualmente las manejamos; aunque de algunas no se conoce el nombre antiguo sino
sólo el acadio.
Estas ciudades se asientan a lo largo de las vías de agua (ya sean de los propios Tigris y
Éufrates o de grandes canales), y se desarrollan como centros administrativos y religiosos, en
busca de una supremacía sobre las demás que nunca consiguen. En el DT III, las ciudades ya
están totalmente configuradas (ver mapa).
2.3.3. EL CONFLICTO ENTRE LAGASH Y UMMA
Uno de los ejemplos es el enfrentamiento entre Lagash y Umma, debido a su mucha
documentación y a su larga duración en el tiempo. La documentación proviene
fundamentalmente de Lagash, por lo que falta el otro punto de vista: Umma es siempre la
ciudad injusta y falsa. Parece que las dos ciudades se enfrentan por un territorio que debían
de compartir: el gu-edinna, una zona con abundantes pastos y con muchas posibilidades de
explotación agrícola. Lagash es quien vence constantemente, según las fuentes, aunque
muchas veces Umma contrataca. A principios del DT III los textos ya nos testimonian de este
conflicto, y de que una figura, el Rey de Kish, Mesilim, interviene en medio de la contienda y
que actúa como juez en el conflicto. Esto quizá se debe a que es el Rey de Kish, y por ello tiene
cierta importancia.
Al final del periodo, unos 150 años después (2370), los textos siguen hablando del
conflicto. El Rey de Lagash, Eannatum, nos lega la Estela de los Buitres (actualmente en el
Louvre). En esta estela, Eannatum dice haber acabado con la disputa con Umma; y habla
además de la conquista de otras ciudades, como Ur o Uruk. Cuando llega este momento, las
tensiones entre ciudades-estado pasan a ser algo más, regionalizándose los conflictos. De
alguna manera, las ciudades se agrupan para poder hacer frente a Eannatum. Ya no se trata
de peleas entre ciudades vecinas, sino que se producen conquistas, y, para hacer frente al
empuje del Rey de Lagash, se crean alianzas.
El último Rey de Lagash, Uru-inimgina (o Urukagina) (ca. 2350) es conocido
fundamentalmente por dos razones: es el rey al que se enfrenta Lugalzagesi y es quien deja
consignado por escrito el primer edicto de reforma administrativa y legislativa. En esta
época, se ve a través de los textos que el mundo sumerio entra en una especie de crisis
económica: la población está endeudada (aparecen muchos siervos por deudas), a causa de
los impuestos aplastantes…
En esta situación llega Uru-inimgina al poder, posiblemente usurpándolo, y hace una
serie de reformas para evitar los abusos del poder. Promulga un edicto que supone la
concesión de exenciones fiscales a la población para que puedan seguir adelante, y que
corrige los abusos de aquellos que sí tienen. Es la primera vez que un monarca toma una
serie de medidas para ayudar a la población y hacerles salir de la crisis.
Lugalzagesi llega poco después (ca. 2340), que agrupa a las ciudades-estado, y crea un
poder centralizado, dejando a los antiguos reyes como gobernadores, y unificando un
territorio que dura muy poco, tan sólo 20 años, hasta la llegada del semita Sargón de Akkad.
En el Estandarte de Ur se ve representado el ejército de las ciudades-estado, a la
cabeza de las cuales está el Rey.
2.4. LA REALEZA Y SU ENTORNO
2.4.1. LA REALEZA
Según la Lista Real Sumeria, la realeza proviene del Cielo tras el Diluvio. Por tanto, el
origen divino de la monarquía es evidente. Por ello, para un sumerio, la realeza es la única
forma que se puede concebir para gobernar; y además piensan que existió desde siempre. A
pesar de este origen divino, el Rey no se considera un Dios, sino que es un administrador de
los bienes de la ciudad que está gobernando. Cada ciudad está por tanto gobernada por una
dinastía local regida por un Rey cuyo título es distinto entre ciudades, aunque suele
emplearse la palabra Lugal. Lugal se usa después en acadio, al traducirla como Shar. También
se encuentran otros términos, como En (señor o rey en algunas ciudades) y Ensi (que se utiliza
sólo en la ciudad de Lagash).
Poco a poco, los reyes sumerios utilizan cada vez más la titulatura lugal kalam-ma y
lugal-kish (rey del país y rey de Kish). Es la primera vez que aparece esta figura de un rey que
gobierna un territorio amplio y no sólo una ciudad. El término de “rey de Kish” es un título de
prestigio que toman diferentes reyes (sean o no gobernantes de Kish) ya que es la ciudad de
donde proviene la realeza (justificación de la realeza).
El rey representa al Dios de la ciudad. Tiene una serie de funciones definidas en dos
grupos: la administración y la defensa de la ciudad: es el responsable del buen estado y
funcionamiento de almacenes, defensas, canales, sistemas de distribución, tiene que estar
delante en las batallas… es el garante de que las cosas funcionen correctamente desde todos
los puntos de vista. Aun así, es el Dios de la ciudad el que decide si los bienes, la producción,
la batalla, etc. son o no propicios a la ciudad.
Para que el Dios sea propicio, hay que rendirle culto, cosa que también es función
indiscutible del monarca. Por tanto, de alguna manera, del rey depende también que el
pueblo de la ciudad esté en buena relación con su Dios tutelar. Y así va a ocurrir que hay reyes
que se enfrentan a los dioses, como Gilgamesh con Inanna, sufriendo Uruk las consecuencias.
Otra figura interesante de la realeza es la reina, Nin. Controla grandes fincas, que rige
ella misma; realiza actividades comerciales; y, desde muy pronto, mantiene su
correspondencia independiente con otras reinas e incluso con reyes.
2.4.2. EL PALACIO O É-GAL
El palacio queda consignado en los textos como é-gal. A partir del DT III ya tiene una
forma y función definidas. En el caso de Ur, destaca el Cementerio Real.
A partir del predinástico nace un sistema de gobierno laico que desplaza al religioso, y
poco a poco el é-gal se configura como sede del gobierno de la ciudad (ya que el rey siempre
es legitimado como tal por el Dios de la ciudad). El templo sigue teniendo importancia
económica, ya que tiene muchas tierras, a pesar de que cada vez más se ve menguada por la
influencia de palacio. Cuestiones como la redistribución de la comida desaparecen de los
aledaños del templo y se trasladan al é-gal. En la cara de la paz del Estandarte de Ur, se
aprecia un banquete con músicos y entrega de regalos, que se celebran en el palacio real.
2.4.3. EL CEMENTERIO REAL DE UR
El Cementerio Real de Ur es algo excepcional en el mundo mesopotámico (sólo hay algo
parecido en Kish). Es una estructura excavada por una misión inglesa en los años 20 y 30. Se
inscribe este cementerio en el principio del DT III (2600-2500). En este momento es cuando
aparecen las primeras inscripciones reales, los primeros archivos y, con toda seguridad, los
primeros palacios. L. Woolley excava cientos de tumbas, y de entre ellas hay un grupo al que
denomina Tumbas Reales, al considerar que están destinadas a la realeza. Son tumbas de
cámara, hechas en adobe. Para acceder a ellas, hay que bajar una rampa profunda, estando al
fondo la cámara con los enterramientos. Estas tumbas podrían ser las de los primeros reyes y
reinas de Ur, que quizá, en el inicio de la realeza, llegaron a ser considerados semidivinos. No
sólo está enterrado el propietario de la tumba, sino toda una corte de sirvientes sacrificados.
J. Moorgat piensa sin embargo que se trata se sacerdotes y sacerdotisas que morirían
tras representar la Hierogamia o el rito del Matrimonio Sagrado. Esto supone la unión de un
Dios y una sacerdotisa para pedir la fertilidad de la tierra. La tercera hipótesis la plantea
Frankofrt, quien plantea que en realidad se trata de sustitutos de reyes y reinas asesinados
según un ritual que desconocemos. La primera hipótesis es la más probable; pero por
desgracia no hay ninguna documentación textual que hable de este tipo de enterramientos, ni
coetáneo ni posterior.
En esta tumba aparece el célebre Estandarte de Ur, junto con la mayoría de las piezas
que hoy están en el British Museum. Entre otros, destaca un casco de oro macizo,
perteneciente al Rey Meskalamdug; o los numerosos tocados de la Reina Puabi. Algunas
tumbas tienen enterramientos con hasta 30 sirvientes o soldados enterrados (destaca el caso
de la Reina Puabi, con 60 cuerpos de sirvientes, soldados, carros…).
Además de las tumbas reales, se excavan tumbas más sencillas, las Tumbas Privadas;
aunque es cierto que en una de ellas aparece el nombre del Rey Meskalamdug junto con todo
su ajuar. Su cuerpo está solo, por lo que Wooley no la adscribe a las tumbas reales; pero esto
es evidentemente revisable.
2.4.4. EL TEMPLO COMO LUGAR ADMINISTRATIVO
En sumerio, templo se dice é, casa (la casa del Dios). Posee una entidad definida desde
época Uruk; todas las ciudades poseen al menos un templo; algunos son pequeños, y otros,
enormes complejos administrativos, como el Eanna de Uruk. En estos templos se realizan
actividades económicas y redistributivas, aunque poco a poco se produce una transición
mediante la que estas actividades pasan a ser realizadas en el Palacio. Estos templos están
regidos por un sacerdote, o en, que maneja la vida económica y política de la ciudad, hasta que
la realeza lo suplanta. Esto no quiere decir que el sacerdote y el templo pierdan su cometido
religioso, y además, también cierto cometido económico. Los templos tienen gran cantidad de
tierras y de personas trabajando temporalmente para la producción de éstas.
Según Falkenstein, las tierras de las que el templo se beneficia son tres: las tierras de los
sacerdotes, que pertenecen totalmente al templo para su producción y mantenimiento; tierras
del templo, trabajadas por personas temporalmente; y tierras en arrendamiento, que se
cultivan a cambio de una renta. Su administración está llevada a cabo por un inspector o
Nubanda, que depende de un sacerdote con autoridad administrativa, el Sanga.
Uno de los primeros templos excavados es el templo oval de Tutub o tell Khafayah, que
es paradigmático de la época sumeria, y que sirve de modelo para otros posteriores. El templo
está en el centro; alrededor se distribuyen las dependencias y cuentan con hasta dos cercos de
murallas. Destacan también las estatuillas votivas de terracota, de muy diversos tamaños.
2.5. SOCIEDAD Y ECONOMÍA
2.5.1. LA POBLACIÓN Y SU ESTRUCTURA SOCIAL
Los textos nos informan de una población que o bien habita la ciudad, o bien el campo
en pequeñas aldeas, y que ofrece un amplio mosaico de oficios. Quizá la mayoría se dedica a la
agricultura combinada con la ganadería. Los agricultores tienen pequeñas parcelas de su
propiedad, suficientes para mantener a una familia. En estos momentos, según Liverani, la
familia es la unidad básica de producción; mientras que algunos autores como Diakonof, creen
que las familias son más grandes, y que lo que se hace es cultivar tierras más grandes.
Las tierras pueden ser propiedades de quienes las trabajan; o bien ser arrendadas por el
templo o por el palacio, a cambio de una retribución. Esta retribución no consiste ya sólo en
cebada, sino que empiezan a usarse los metales para el pago.
El comercio queda recogido en los textos: el palacio o el templo da una cantidad de
bienes a una persona, el comerciante, exigiéndole al cabo de cierto tiempo un pago a cambio
de la venta de la mercancía.
Los textos hablan de tres tipos de estamentos sociales, mejor apreciables en una época
más tardía:
- Las personas libres: Lu (hombre en sumerio), son las clases dirigentes, los
sacerdotes, los funcionarios y la mayor parte de los trabajadores.
- Las personas semi-libres: Mashda, o gente que parece trabajar para el rey o que
está sometida a él; u obreros y jornaleros que se alquilan durante un tiempo para
ofrecer un trabajo. Es la categoría que más problemas plantea actualmente.
- Los esclavos: Sang, no son muy numerosos, y provienen principalmente de los
botines de guerra
2.5.2. EL EJÉRCITO
En la Estela de los Buitres se aprecia cómo es el ejército en esta época. Las tropas son
muy similares en tropas, tácticas y armamento, ya que ninguna ciudad consigue imponerse
militarmente a otra. Posiblemente haya ciertas reglas establecidas en las contiendas, y se
combata por ganar ciertos terrenos. En Mesopotamia hay poco espacio para batallar, de tal
manera que nunca puede darse una gran contienda a campo abierto con una gran movilidad
de tropas; sino que sería un choque de soldados reducido, en formación hoplita, con espadas
cortas, cascos y grandes escudos cuadrados. Destaca la aparición del carro de batalla; aunque
en estos momentos no se combate en carro y ni tan siquiera a caballo; se utilizaría
posiblemente para el transporte de víveres.
El ejército, erin-ni en sumerio, está ya bien organizado en el DT III, aunque no existe
ningún documento que permita afirmar que existe un ejército permanente, sino que sería algo
temporal dependiente de cada ciudad.
La tecnología del bronce destaca en esta época: no se usa sólo en agricultura, sino que
las armas de guerra se empiezan a fabricar en este metal. Las armas en piedra o madera
desaparecen progresivamente, al mismo tiempo que aparecen nuevas armas y medios de
defensa.
2.5.3. LEYES
Las primeras medidas de legislación son tomadas por Uru-inimgina (etc, buscar antes).
Estas legislaciones solo son realmente medidas para intentar ayudar a la población.
Las primeras leyes escritas, en sumerio, se corresponden con las llamadas Leyes de
Urnamu y las Leyes de Lipit Ishtar. En el segundo milenio, aparece una compilación de leyes
mucho más amplia, las leyes de Eshnuna, escritas ya en acadio, las Leyes de Hammurabi, las
Leyes Asirias, las Leyes Neobabilónicas y las Leyes Hititas. Fuera del ámbito acadio, no se
puede olvidar la labor legislativa del Éxodo y el Deuteronomio, procedentes del mundo
hebreo.
2.6. CULTURA Y RELIGIÓN
2.6.1. CULTURA Y SABER
Desde el punto de vista de la literatura, ya se hallan auténticos archivos no sólo
administrativos, sino también textos de carácter literario, como el mito del descenso de la
Diosa Innana a los Infiernos, o la Epopeya de Gilgamesh, o el poema épico del rey Enmerkar y
el Señor de Aratta. En este último caso, este rey monta una expedición al extranjero para
conseguir bienes. La diosa Innana le pide que envíe un emisario a la tierra de Aratta para
conseguir lapislázuli que ofrecerle. Ya existen poemas religiosos, de amor, fábulas… toda la
panoplia literaria está ya desarrollada.
Los estudiantes que quieran hacerlo tienen que ir a la escuela, a la é-dub.ba.a,
especialmente los hijos de las familias más adineradas, donde se supone que permanecen
durante la mayor parte del día. Destaca que no sólo aquellos que vayan a hacer la carrera
sacerdotal acudan a la escuela, por lo que el nivel de alfabetización es bastante elevado. Se
conoce con gran detalle todo este mundo académico.
La ciencia se desarrolla también muchísimo. Existe un sistema matemático sexagesimal
que no incluye el “0”. Los sumerios conocen las cuatro reglas básicas, las potencias, las
ecuaciones… Se conservan tablillas en las que se resuelven problemas matemáticos y técnicos,
con resoluciones de álgebra y geometría. Ya hay estudios astronómicos: los sumerios conocen
como mínimo 5 planetas, sus órbitas, y establecen su zodiaco. El tiempo se mide, y se divide en
meses lunares; pero se dan cuenta de que esta medida no se corresponde con el calndario
solar, con lo que cada seis años introducen un mes más, corrigiéndose el error. Desde el punto
de vista de la medicina, ya existen medicamentos, prácticas curativas, prescripciones, recetas…
A medida que se avanza en el tiempo, estos conocimientos se amplían, aunque la base queda
asentada en este momento.
2.6.2. RELIGIÓN
2.6.2.1. LOS PANTEONES
La religión sumeria viene, desde que hay documentación escrita, completamente
mezclada con la religión acadia. Existen por tanto elementos propios del mundo sumerio y del
mundo semita, por lo que se habla de religión sumeroacadia o mesopotámica. Es de un
acusado politeísmo, fruto de la fusión de las dos religiones; aunque los dioses más importantes
son los mismos: Innana e Ishtar, Nanna y Sin (dios Luna), Utu y Shamash… Todos los dioses son
antropomorfos, aunque tienen un animal que es su símbolo: por ejemplo, Ishtar es una mujer,
y su símbolo, un león.
Estos dioses se acoplan en panteones y genealogías, formándose así triadas o
agrupaciones, que acaban teniendo relaciones muy curiosas. Se visitan (las estatuas de los
dioses) entre ellos al tener cada uno su ciudad, en las celebraciones importantes, como la
Celebración del Año Nuevo en Babilonia. En este caso, el dios Nabu, dios de la escritura, hace
un recorrido desde Borsippa hasta Babilonia para presentarse ante el dios Marduk. Se supone
que estos dioses viajan por los canales en barcos. Cada dios es protector de su ciudad; por
ello, no existe mayor agravio y destrucción que la estatua del dios sea deportada de su dios.
2.6.2.2. EL MUNDO Y SU CREACIÓN
La concepción que tienen los mesopotámicos del mundo se entiende a través de tres
teogonías: Uruk, Nippur (muy parecidas) y Eridu. Desde el punto de vista físico, Nippur está
mucho más al norte que Eridu, en una zona más abierta y esteparia, mientras que Eridu está
en la costa, junto a una zona pantanosa. Las concepciones de la teogonía están fuertemente
influenciadas por el medio en el que se desarrollan.
En el caso de Nippur, los dioses tienen que ver con la lluvia, el viento, la tormenta…
éstos son los parámetros con los que el mundo fue formado según esta teogonía. La creación
según Nippur consiste en que la pareja formada por el cielo, An, y Antu, da lugar al dios Enlil,
dios del aire. De la unión de éste con Ninlil, diosa del viento, nacen el resto de los dioses.
En el caso de Eridu, sucede todo lo contrario. El agua es su modo de vida, por lo que el
principio que crea el mundo es el agua. Es la diosa Namtu la que crea a Apsu (o Abzu), un
principio masculino que, desde el fondo de la tierra, la fertiliza, dando lugar al resto de las
cosas y de los dioses, siendo Enki el primero y fundamental de esta teogonía, dios de las aguas
dulces, subterráneas y de la tierra.
Todos estos dioses se organizan en familias a imagen y semejanza de las humanas, y de
hecho los sumerios los ven con todas las actitudes de los hombres, sólo que son inmortales y
tienen una serie de poderes. Los dioses habitan una montaña cósmica al oriente; aunque en
ocasiones se desplazan a los templos terrestres, muy cuidados por los humanos.
El concepto de mundo que tienen es el siguiente: lo conciben como una esfera hueca, en
cuya parte de arriba está el cielo, y en la de abajo, el infierno, adonde se va al morir. En medio
de esta esfera está una isla, la tierra, y debajo de ella, Abzu, el principio fertilizador. La sujetan
dos montañas en los extremos, con dos orificios que permiten el paso del cielo al infierno, y
por donde sale el sol. Previamente al espacio occidental hay un río infernal.
3. EL MUNDO EBLAÍTA
3.1. EL DESCUBRIMIENTO DE EBLA
Ebla es capital de uno de los más grandes estados del III milenio, gloria de Sargón y
Naramsín, se encuentra en el centro de Siria. Es ésta una región muy bien situada, en un
enclave de comunicación, atravesada por una franja de montañas de norte a sur. Al sudeste se
extiende un gran desierto. El resto del territorio son campos de cereal. La región se ve afectada
de un régimen de lluvias suficiente para mantener los cultivos mediterráneos, de ahí la
similitud con el mundo mediterráneo.
Quedan grandes restos del mundo antiguo, pero muy poco conocidos hasta hace muy
poco tiempo, salvo el caso de Palmira, muy impresionante. A comienzos del siglo XX; se inician
las excavaciones en tell-Halaf, donde aparece un importante palacio. Tras las guerras
mundiales, con el dominio francés, los descubrimientos se suceden. Se descubre Ugarit, Mari
(el mayor y mejor conservado de los palacios orientales y antiguos).
Ebla se sitúa en una región de Siria interior, en la ruta caravanera que comunica Anatolia
con toda la región de Palestina y el sur (Egipto, el Mar Rojo). La cultura eblaíta se da entre
finales del III milenio y comienzos del segundo (2400-2300 a.C.), correspondientes al Bronce
Antiguo IV y Bronce Medio. Monarcas como Sargón de Akkad o Naransim hablan de su llegada
y sometimiento de Ebla, y se conceden el título de “Reyes de Ebla y Akkad”.
Una expedición italiana de la Sapienzia de Roma, a cargo del profesor P. Matthiae,
excava el yacimiento de tell-Mardikh, al sur de Alepo. Tiene una gran superficie (56 ha.). El
lugar está en un área agrícola excelente, de campos de cereal, olivares y árboles frutales.
Pronto se encuentran estructuras muy tardías que muestran la reutilización de materiales más
antiguos; y en 1965 se halla un templo de época amorrita. Aquí aparece un busto de un
personaje acéfalo (roto) en el que una inscripción habla de “Ibit lim de Ebla”. Para confirmar
que se está excavando Ebla, puesto que se sabía de su existencia pero no de su localización, se
hacen sondeos en busca de niveles del III milenio, que acaban saliendo a la luz. Pronto
aparecen restos monumentales (un torreón) y cerámica del Bronce Antiguo IV
(correspondiente con los mundos sumerio y acadio. Además, aparecen también los primeros
textos escritos, dispersos. Siguen las excavaciones y aparece parte del Palacio Real G (por
encontrarse en el “sector G”), situado sobre una colina. Aparece un patio rodeado de
columnas, junto con una larga escalera de basalto.
3.2. EL ARCHIVO REAL DE EBLA
Pero sobre todo, destaca el hallazgo del Archivo Real, con más de 17.000 textos. Con el
estudio de estas tablillas se descubre un nuevo idioma, el eblaíta. Es una lengua semítica de la
rama occidental, por tanto muy emparentada con el arameo y el árabe. De hecho “rey”,
malikum, y “reina”, maliktum, se dicen prácticamente igual en estas lenguas. Esto supone que
el eblaíta es la primera lengua semítica puesta por escrito, más de un milenio antes que el
arameo. El descubrimiento de Ebla lleva a una sorprendente conclusión: que en un área
mediterránea de secano, diferente de la zona de Mesopotamia y del Nilo, se crean los
cimientos para una cultura urbana avanzada.
Este archivo da una gran información sobre el sistema de gobierno y la administración:
hay un rey y una reina, aconsejados por unos ancianos o abba, “los que se sientan junto al
trono”, un lugal.sa.za, que dirige la administración y unos lugal o ba’lum, que se encargan de
otros sectores y provincias. Pero lo más importante es que Ebla no aparece como una ciudad-
estado, sino como un Estado en sí, con un territorio importante. Esto es la muestra de que de
manera paralela a las Ciudades-Estado mesopotámicas en otro lugar del Oriente Medio surge
la urbanización y una estructura estatal diferente. Su posición geográfica, muy ventajosa desde
el punto de vista de las comunicaciones y del comercio, hace posible la configuración de un
Estado en este momento.
G. Pettinato asocia al Archivo Real una cronología correspondiente al DT III, esto es,
mediados-finales del III milenio (2500 a.C.). Poco después, A. Archi establece una cronología un
poco superior, asociándolo al 2300 a.C., esto es, finales de época sumeria y comienzos de
época acadia. La topografía de Ebla durante el III milenio muestra una clara sectorialización
(destaca el sector administrativo). El palacio posee unos grandes muros perimetrales. Se
distinguen en el palacio salas dedicadas a diferentes usos (preparación de comida, almacenaje
de tablillas, almacenaje de cerámicas y mercancías…). El palacio se distribuye en torno a un
patio porticado. En torno a él, se distribuye el sector administrativo, junto con la sala de
audiencias del monarca y el archivo del palacio, con miles de tablillas y fragmentos, que han
desvelado la historia de este antiguo Estado.
Las tablillas aportan una gran cantidad de información. Se habla de la ciudad de Mari,
con la que existen conflictos debido a su estratégica situación comercial. Ebla mantiene
relaciones diplomáticas con otros estados, como muestran los textos y fragmentos de
cerámica egipcia, de la época de Kephren (IV Dinastía) y Pepri I (VI Dinastía).
Su economía es preminentemente agrícola y ganadera, junto con una fuerte actividad
comercial. En el seno de su sociedad existe una importante variedad de condiciones y
actividades; el peso del mundo mercantil posiblemente es muy grande, tal y como muestran
los tratados comerciales. Se hallan también gran cantidad de cretulae o bullae; restos de
lapislázuli (más de 22 kg). Hay muchos restos de muebles de madera tallada con
incrustaciones. Destaca la gran cantidad de cuencos cerámicos de las más diversas formas.
Todo esto testimonia de la gran importancia de Ebla, y de su monopolio del comercio de
lapislázuli.
Los textos, además de hablar de las relaciones de Ebla con el resto de oriente, lo hacen
también de mitología y del panteón, donde destacan los dioses Kura, Barama, Hadda y
Rashdap. La escritura cuneiforme se adapta a la lengua eblaíta, semita, con lo que aparecen
textos lingüísticos. Varios textos dan a conocer distintos reyes eblaítas, aunque sólo dos están
bien documentados. Se habla de los ritos vinculados a la realeza, que hallan paralelismos con
otras regiones mesopotámicas.
Ebla sucumbe ante sus rivales mesopotámicos, los acadios. Se desconoce la historia de
esta guerra; lo único seguro es que Ebla fue conquistada. El Archivo es incendiado, el
mobiliario destruido. El triunfo acadio se debe a Sargón, fundador de su dinastía, aunque sólo
su sucesor, Naram-Sin, reclama la zona como posesión imperial, y adopta el título de las cuatro
regiones, entre ellas, Ebla. Esto podría indicar que es en realidad Naram-Sin quien conquista
Ebla, y no Sargón. Años después, Ebla resurge varias veces como gran ciudad, aunque nunca
recupera la primacía cultural y política.
4. LOS ACADIOS
El último rey sumerio es Lugalzadesi, que crea un primer Estado unificando uniendo
varias ciudades. Pero esta experiencia no dura mucho, ya que un nuevo personaje, Sargón de
Akkad, derrota a Lugalzadesi y crea el primer reino semita de la época. La época de los acadios
va del 2350 al 2200 a.C., correspondiente al Bronce Antiguo IV. Es cierto que los yacimientos
no muestran un corte ni una ruptura, sino todo lo contrario; lo único que desaparece
radicalmente es el famoso ladrillo plano-convexo de época sumeria.
Por tanto, el gran cambio es que los semitas toman las riendas del gobierno, entrando
en la historia al dejar consignada su lengua, el acadio, por primera vez por escrito (el sumerio
sigue usándose como lengua cultual, cultural y legal). Además, se abandona el sistema de las
Ciudades-Estados en favor de la creación de un reino, un gran Estado. El arte también cambia.
Se trata por consiguiente no tanto de un cambio material, arqueológico, sino de un cambio de
modelo político y cultural.
4.1. SARGÓN DE AKKAD
El fundador de la dinastía es Sargón, y aquél que eleva su capital, que no existe
previamente: Akkad, que hoy en día no se sabe donde está. Al ser un yacimiento sin mucha
potencia estratigráfica, es posible que el yacimiento no destaque especialmente. Por tanto, no
ha salido a la luz ningún archivo ni una gran cantidad de documentación perteneciente a la
capital del imperio.
La dinastía acadia forma rápidamente un imperio, pero también cae muy pronto. Tanto
en sus inicios como en sus finales se desarrollan una serie de leyendas que tratan de explicar
esta rapidez en los inicios y en la decadencia. De este modo, la leyenda, posterior, dice que
Sargón es hijo de una sacerdotisa que le trae al mundo en secreto, dejándolo abandonado en
un canastillo de juncos y dejándolo en el río (paralelismo con la historia de Moisés). El bebé es
recogido por un trabajador, que le cría. Cuando se hace mayor, al estar predestinado a regir el
mundo, la diosa Ishtar se enamora de él y consigue que gobierne el mundo durante 70 años.
Pero la realidad es algo diferente: Sargón es una persona de humilde cuna, que consigue
establecerse en la corte de Kish, llegando a ser copero real. No se sabe muy bien como, pero
Sargón elimina al Rey de Kish y se autoproclama Sargón, “rey legítimo”. Desde Kish, avanza
hacia Uruk, donde reina Lugalzadesi, a quien derrota, y tras Uruk, conquista una serie de
ciudades.
Destaca la estela de victoria de Sargón, siendo éstas muy típicas del arte acadio. En ésta,
se ve a Sargón golpeando a Lugalzadesi, junto con una red con una gran cantidad de cautivos,
y, junto a Sargón, la diosa Ishtar, quien le ayuda. Esto quiere decir, además, que a partir de
este momento, dioses como Ishtar van a cobrar mucha importancia.
Tras la conquista de este núcleo sureño (Uruk, Eridu, Lagash…), Sargón trata de llegar
hasta el Golfo Pérsico, para controlar las mercancías procedentes de Dilmún, Magan y Meluha.
Además, este interés por las rutas comerciales se extiende hasta el norte, llegando hasta Ebla y
Mari. La verdad arqueológica no habla de una destrucción de Ebla en este momento, aunque sí
es probable que Sargón llegue hasta la ciudad y consiga algún tipo de tributo. También se
expande hacia la zona del Elam, al este de Mesopotamia.
Akkad, a partir de aquí, se convierte en el centro del mundo, con cuatro direcciones:
hacia el sur, Sumer, Dilmún y Magan (regiones del Golfo); hacia el norte, Asiria (Subartu); hacia
el este, Elam; y hacia el oeste, Amurru (“el occidente”, o Martu). Todo el mundo se reduce a
eso, y los monarcas acadios intentan controlarlo; por ello, se denominan “rey de las cuatro
regiones”.
4.2. NARAM-SIN, SARKALSARRI Y EL FINAL DE AKKAD
La dinastía consta sólo de 5 monarcas. Tras Sargón, le suceden sus hijos Rimus y
Manistusu, quienes mantienen el imperio de su padre durante poco tiempo. Pero realmente el
cénit del imperio no llega hasta Naram-Sin. De este monarca, al contrario que pasa con Sargón,
se da una visión legendaria completamente negativa. Las leyendas posteriores le tiñen
negativamente, ya que intenta divinizarse en vida, y tras la muerte, lo que constituye para los
sumerios (que aún son muy numerosos) una absoluta aberración. Este intento no es
comprendido, con lo que la literatura le acaba relegando.
El dominio de la costa mediterránea se hace efectivo con este rey, liquidando por tanto
a Ebla. No sólo establece un dominio comercial, sino también militar.
Le sucede Sarkalisarri, “rey de todos los reyes”. El Elam se independiza; hay una gran
cantidad de pueblos procedentes de Amurru que se aproximan a Akkad y se sitúan por la zona
de Ebla, Damasco y el Levante. Además, en este momento, en el valle del Diyala aparecen una
serie de pueblos, los guteos o Guti, que empiezan a presionar. Los problemas se suceden, y
llega un momento en el que el imperio no puede mantenerse. Sarkalsarri acaba siendo víctima
de una conjura palaciega, y el imperio se colapsa.
A partir de este momento, aparece una especie de anarquía testimoniada por la Lista
Real Sumeria.
5. LA III DINASTÍA DE UR (2200-2000 A.C.)
La III dinastía de Ur constituye la madurez del Reino sumero-acadio, lo que se refleja
materialmente con estructuras arquitectónicas fuertes, planos en las tablillas con estudios
estructurales y una construcción clave en el mundo mesopotámico, la ziqqurat (zigurat).
5.1. HISTORIA POLÍTICA
5.1.1. DEL HUNDIMIENTO DEL IMPERIO A URNAMMU DE UR Y EL
RENACIMIENTO ACADIO
Con el hundimiento del Imperio acadio, también lo hace la unión territorial que éste
había traído consigo. Los pueblos del Valle del Diyala no consiguen adaptarse a esta cultura y
desarrollo, con lo que empiezan a quedar desplazados por los sumerios que sí quieren
recuperar una cierta unidad territorial. Es el rey de Uruk es el que consigue establecer una
dinastía sumeria en la ciudad por primera vez, expulsar a los guteos (o guti) y poner en marcha
un intento de reorganización del sur de Mesopotamia. En esos primeros cincuenta años,
Mesopotamia intenta resurgir y ser de nuevo un foco de la realeza y administración del Estado.
Los reyes de la época post-guti son vistos como reconstructores. Una de las dinastías más
conocidas es la que se estableció en Lagash con el rey Gudea, quien nos ha dejado un
importante patrimonio artístico, aunque no tuvo mucha importancia política y se limitó a
gobernar ciudad.
El rey Urnamu de Ur crea la tercera dinastía de la ciudad y a partir de ahí se consigue
una unificación de todo Sumer y Akkad. Urnamu asume su realeza e inicia la época
neosumeria. Es la perfecta combinación del reino sumero-acadio y de una total madurez que
llega con la unión de culturas. Los gobernadores locales ya no son nobles enfrentados entre sí,
sino funcionarios de carrera que coloca en el gobierno durante cuatro años y que después son
sustituidos. Es la época de mayor integración de toda Mesopotamia en todos los sentidos: hay
muchos textos, la lengua y la cultura sumeria renace (especialmente en el mundo del culto),
sin abandonarse el acadio, al igual que ocurre con los dioses o el nombramiento de sacerdotes.
Si algo también es paradigma de este momento es la gran centralización.
Este renacimiento sumerio no supone un rechazo del mundo acadio, sino que es una
auténtica maduración de éste. Por el contrario, el rechazo se centra en los bárbaros guteos.
Precisamente del mundo acadio proviene el hecho de que solo hay un rey, el cual gobierna
desde Ur, el único centro administrativo. La relación entre la realeza y los dioses sí es más
parecida a la concepción sumeria que acadia, ya que se abandona el heroísmo acadio, y el rey
se convierte un interpretador de la voluntad del dios, especialmente la de Enlil.
Urnammu elimina a Utuhegal y la dinastía de Gudea, así como a los guteos, haciéndose
con el poder de Sumer y Akkad, es decir, Mesopotamia. Después intenta conquistar lo máximo
que puede del antiguo Imperio acadio, a la par que realiza en su reino reformas
administrativas, como la redacción del primer código de leyes, escrito en sumerio, y reabre el
comercio por el golfo pérsico. Este monarca muere en la batalla.
5.1.2. LOS REYES TRAS URNAMMU DE UR
A Urnammu le sucede Sulgi, quien continúa con la misma política e impulsa la
restauración y construcción de ciudades y templos, llevando a cabo una reforma
administrativa importante y una gran centralización, creando un sistema de tributos e
impuestos que están absolutamente controlados y establecidos (tenemos catastros de las
zonas). Al final sí se acaba divinizando al monarca por cuestiones políticas, lo cual no dura
mucho y no es propio de este mundo. Sulgi se anexiona toda la Al-Yazira, el Diyala y Assur.
Dos monarcas le suceden, Amar-Sin y Shun-Sin, y llevan al apogeo económico y a una
serie de campañas militares frente a alas oleadas de esos famosos amorreos que ya habían
dado la nota al Imperio acadio. La presión amorrita es tal que se construye un muro de
contención, lo cual también implica el fin de las relaciones con otras civilizaciones de la zona.
El último rey de todos se llama Ibbi-Sin, con el que acaba el III milenio. Se encuentra con
todo tipo de problemas, se ha quedado sin la Al-Yazira ni materiales del mediterráneo, le
faltan productos básicos y primarios, y se suceden grandes sequías y la salinización de las
tierras en el sur con motivo de la subida de la capa freática. Esto provoca una enorme inflación
que supone la desorganización de las ciudades: la carestía provoca la subida de los precios, lo
que a su vez conlleva que se dejan de pagar tributos. Presionado por los amorreos (mar-tu) y el
hambre, el reino se hunde cuando los elamitas (Este) aprovechando el desastre, entran en
Sumer, arrasan Ur y se llevan cautivo a Ibbi-Sin, lo que conducirá de nuevo a la intentona de las
Ciudades-Estado.
5.2. LA ADMINISTRACIÓN POLÍTICA
El gobierno central maneja de manera férrea lo que ocurre en todo el reino, con una
propiedad privada muy reducida. Es el periodo más maduro hasta este momento, más fuerte
administrativa y políticamente, y que mejor combina las culturas sumeria y acadia. Se
conservan numerosos documentos, lo que nos permite conocer la existencia de provincias
gobernadas por un gobernador designado por el rey de Ur, conocido como Ensin, y un
gobernador militar o Shagin. Estos dos poderes, político y militar, dan buena cuenta de lo que
ocurre en sus provincias a un visir o intermediario con el Rey. Destaca el gran sistema de
comunicaciones que hasta ahora no habíamos visto, con un correo eficaz dirigido por un
Sukkal, en cada una de las provincias. En la periferia se sitúa a gobernadores designados a
través de lazos sanguíneos con la familia real o contratos matrimoniales (Urmanu casó a su hijo
con la princesa de Mari).
5.3. LA CULTURA
La realeza mantiene toda la “literatura” acadia. El rey está legitimado por los dioses,
especialmente por Enlin y Nanna (patrón de Ur, dios Luna y de cierta importancia oracular y
profética), se acerca a ellos, pero no les supera sino que solo tiene su respaldo. Acompañando
esta nueva realeza aparecen Los signos reales que se escriben en sumerio y, se supone, en
ocasiones importantes, y en primera persona, en los que el rey dice de sí mismo que es genial.
A este periodo se le conoce como el Renacimiento sumerio, y viene promovido por la ciudad
de Ur.
En la III Dinastía de Ur volvemos a observar la recuperación del papel de la lengua
sumeria, especialmente en los textos literarios, los documentos oficiales y la jurisdicción, como
las 35 leyes de Urnammu que hablan de los crímenes, del matrimonio, de la esclavitud o de la
propiedad de tierras y que se resumen en la máxima de que “El poderoso no puede cometer
injusticia contra las viudas y los huérfanos”. Cuando cae Ultres, la crisis se ve desde todos los
puntos de vista (cartas, imposibilidad del último rey para hacer nada…) y cuando este periodo
pasa, conservamos una serie de textos intentando explicar por qué ocurre esto, a través de un
poema conocido como “El lamento por la destrucción de Ur”, en el cual, Ur no tiene pecado,
como ocurrió con el final del imperio acadio, sino que, simplemente, los dioses habían fijado el
destino de los hombres y decidieron que Ur dejase de ser la gran soberana de este pueblo:
Ningún reino es eterno y los dioses decidirán donde volverá a asentarse de nuevo la realeza (
Otros textos nos hablan de la necesidad de creación de un nuevo Ur).
5.4. ECONOMÍA Y SOCIEDAD: LAS CIUDADES
Probablemente por la presión de los guteos y los amorreos, muchos aldeanos se dirigen
a las ciudades quedando numerosos pueblos abandonados, lo que hace que las ciudades
crezcan mucho, y que se conformen como unidades administrativas, con sus propios archivos,
gracias a los cuales conocemos su historia. Aparece por primera vez documentada Babilonia,
pequeña, pero que se hace grande conforme llegan los aldeanos, y que Ur convierte en capital
administrativa. No obstante, a nivel arqueológico, el nivel freático de los ríos en la zona de
Babilonia en los niveles del tercer milenio hace que las excavaciones resulten sumamente
complicadas.
Los textos nos hablan de cómo se administra este mundo, de cómo se cobran los
impuestos dependiendo de la capacidad y de la riqueza de la ciudad, con todo previamente
estipulado. El gobierno provincial estudia cada una de sus provincias, desde la agricultura
(sabe exactamente el tamaño de las parcelas, el tipo de tierra de las zonas, si hay problemas
de salinidad o no) hasta la ganadería, haciendo un balance del potencial productivo. El
gobierno siempre exige menos de lo que la tierra puede dar, para que estos impuestos
siempre puedan pagarse. El único que tiene cierta posibilidad de fluctuar y ganar más es el
comerciante, el damgar, que hace un viaje anual en el que vende los productos del palacio y
en el que, además, tiene que cobrarse un interés. Para todo ello es necesaria la formación de
un ejército de escribas y funcionarios, formados a través de una educación sólida, en letras y
materias jurídicas y contables.
Ur es el símbolo por excelencia de esta época, con sus construcciones reconstruidas
como el palacio o el santuario de Nanna, y, muy especialmente, con las nuevas construcciones
como el Zigurat, que no aparece antes de ese periodo (sabemos de la existencia de cuatro en
Mesopotamia: Ur, Babilonia-Durkurigalzu, Uruk y Borsippa, aunque debieron existir unos 30,
contando la Al-Yazira). Se trata de edificios macizos que no tienen nada dentro (con lo que no
son edificios funerarios) de diferentes alturas, en cuya cúspide quizá hubiera algún templete,
aunque al no conservarse en puede quedar completamente demostrado. Ziqqurat viene de la
palabra acadia “lo que está elevado” o “lo que está alto”, pero no podemos decantarnos por
nada en completo (En las fuentes escritas se habla de “templo de arriba” pero no existe ningún
“templo de abajo” en la parte inferior). Dentro no hay nada.
6. EGIPTO: DESDE LOS ORÍGENES AL FIN DEL REINO ANTIGUO (5500-2160):
Neolítico muy rápido y complicado (en comparación con el Mesopotámico). Hay
muchos problemas para documentar yacimientos ya que no hay fuentes escritas. Esto supone
que tengamos un conocimiento muy liviano de todo este proceso, aunque sí somos capaces de
distinguir un neolítico que va desde el 5500 al 3000 a.C, en el que se produce una
transformación muy rápida de sociedad campesina a Estado:
Cultura de El-Fayum B y A (5400- 4000 a.C.)
Cultura Merindense (5000 – 4100 a.C.)
Cultura Badariense (4500-4000 a.C.)
Cultura de Nagada I (4000-3500 a.C.)
Cultura de Nagada II (3500-3200 a.C.)
Cultura de Nagada III (3200 – 3000 a.C.)
6.1. LAS PRIMERAS CULTURAS
Las primeras comunidades neolíticas que encontramos, con agricultura y cría de ganado,
es en una serie de poblaciones establecidas alrededor del lago de El-Fayum. A partir del quinto
milenio, la cultura Merindense en el bajo Egipto nos ofrece la posibilidad de estudiar los
fondos de cabaña, incrustados en la tierra, con unos enterramientos fuera de las cabañas en
posición fetal y con una cerámica bastante interesante en blanco y negro.
A partir de la finalización de este periodo, se usa ya la terminología de predinástico para
tratar la época que va del 4500 al 3200, y que se corresponde con la cultura Badariense,
Nagada I y Nagada II. El Badariense es la primera cultura egipcia presente en el Alto Egipto (al
sur). Es por tanto la primera vez que el hombre sabe usar los recursos de lugares menos
proclives a su asentamiento. Los poblados son muy pequeños, con estructuras muy sencillas; y
en los ajuares funerarios aparecen objetos que no pertenecen a Egipto, lo que testimonia de
una búsqueda de materias primas fuera de Egipto. Se desarrolla asimismo la técnica del
esmaltado, que se convertirá en algo típico del mundo egipcio; y ya se conoce el cobre
(aunque se han hallado muy pocas cantidades). La industria lítica está enormemente
desarrollada.
6.2. LA CULTURA NAGADA
La cultura de Nagada marca el paso del Neolítico a la Edad de Bronce, y abarca
prácticamente todo Egipto. Es la primera vez que hay una unidad cultural en todo Egipto, y
tiene lugar a lo largo del IV milenio. Toma su nombre del yacimiento epónimo, excavado por
Petrie a finales del siglo XIX. Es tal la diferencia con lo hasta entonces conocido de Egipto que
se llega a pensar que se trata de un pueblo invasor. Es el francés J. de Morgan quien sugiere
que quizás los ajuares son previos al mundo faraónico, siendo posiblemente ajuares
prehistóricos. Petrie lo comprueba con otros enterramientos, y poco a poco se destacan tres
subfases. Ninguna de ellas significa una interrupción.
La cultura de Nagada abarca el Alto y el Medio Egipto, y casi llega hasta la zona del
delta. Están documentadas las primeras técnicas del regadío (alrededor del 4000), pero muy
incipientes. Esto señala asimismo la sedentarización de las poblaciones. El cobre sigue siendo
usado, mientras que la industria lítica está muy avanzada, destacando las paletas de esquisto
con formas animales. La cerámica es roja con borde negro, muy llamativa para este período. Se
empieza a notar asimismo una estratificación social a través de los ajuares. Además, aparece
por primera vez el cetro o cabeza de maza, posterior símbolo del faraón.
En la fase de Nagada II, todo Egipto tiene un mismo horizonte cultural, alrededor del
3500. Ya hay poblados de casas rectangulares; quizá algún edificio público, en lugares como
Nagada, Abidos o Hierakompolis. La cultura cerámica es blanca con motivos en rojo, y ya
empiezan a aparecer representaciones de barcos en el Nilo. Esto comienza a ser algo propio de
las representaciones de esta cultura. Aparece asimismo la figura humana, muy esquematizada,
en dos escenas: figurillas de mujeres con los brazos en alto (¿bailando?) o bien figuras
esquematizadas. Ya se ve una estratificación social evidente perceptible en las tumbas y
ajuares funerarios. Se han hallado desde pequeñas tumbas de fosa hasta grandes tumbas de
cámara, que pueden considerarse el enterramiento de alguien con poder.
Destaca especialmente la Tumba 100 de Hierakompolis, una cámara de adobe con las
paredes pintadas, en las que se ve claramente que aquello que se pinta en las vasijas pasa a
representarse también en las tumbas. Además, aparece una figura en un tamaño mucho
mayor que las demás y con una especie de maza en la mano. Podría tratarse de un
antecedente del posterior faraón que sale combatiendo a sus enemigos maza en mano (un
caudillo o protofaraón). Esta tumba nos indica por tanto la existencia de una figura que
garantiza la prosperidad y que protege a la comunidad. Esta cultura, asimismo, tiene que tener
ya una cierta cantidad de excedentes para permitirse mantener a este tipo de artesanos al
servicio de una élite y poder financiar estas obras de arte.
6.3. EL PROTODINÁSTICO (3200-3000 A.C.): NAGADA III
Se habla del período Nagada III como protodinástico o Dinastía 0 debido a que con la
Dinastía I ya está unificado Egipto. Por tanto, alrededor del 3200-3000, algún tipo de caudillo
desde el Bajo Egipto unifica el conjunto del territorio, aunque no se sabe muy bien cómo. Sí
que se sabe que el intento de acceso al Mediterráneo es cada vez mayor (contactos con el
exterior, comercio). De hecho, es la primera vez que se encuentran objetos egipcios en la costa
sirio-palestina, lo cual testimonia de una cierta expansión comercial. Además, ya se conocen
los recursos de otros lugares, y se trata de acceder a ellos (madera del cedro del Líbano).
Desde diferentes unidades políticas (Nagada, Hierakompolis, Abidos, Tinis…), estos
caudillos consiguen una unificación, eligiendo Abidos como sede de la necrópolis real (de los
caudillos en todo caso). Precisamente Abidos ha sido objeto de excavaciones por parte del
Instituto Arqueológico Alemán. Han excavado una tumba de hacia el 3200 o 3150, con 12
cámaras, con objetos de hueso y marfil, cerámica y 400 jarras importadas de Siria. Esto
refuerza la hipótesis de una conexión con el exterior. Además, se han hallado unas etiquetas
con unas pequeñas marcas que posiblemente sean el primer rasgo de escritura en esta zona,
en tanto que intentos de marcación de la propiedad. También en Hierakomplis existen tumbas
ricas, aunque no tanto como en Abidos, asociadas a la nobleza o al sacerdocio vinculado a
Horus (venerado especialmente en este lugar). De hecho, en el Templo de Horus de
Hierakompolis se hayan tres objetos estrella de este momento: la Maza del Rey Escorpión, la
Maza de Narmer y la Paleta de Narmer. Los tres objetos muestran por vez primera una escena
de guerra y de sometimiento de los vencidos al “rey”. Es sin duda el antecedente del posterior
faraón.
Esta fase tiene que insistir en la importancia por la abertura exterior, debido a los
hallazgos de algunos objetos pertenecientes a la cultura Uruk (cuencos de borde biselado,
conos decorativos, objetos de lapislázuli, pequeños objetos de decoración típicamente
mesopotámica…), pero sólo en yacimientos del delta (Buto).
6.4. EL REINO ANTIGUO: HISTORIA POLÍTICA
Una vez se entra en la época dinástica, se entra a la vez en el mundo de la Historia
(primeros textos).La división cronológica de esta etapa faraónica va por dinastías, que surge de
una propuesta de un sacerdote egipcio del siglo III a.C. llamado Manetón. Escribe una historia
de Egipto, que nos ha llegado a través de Falvio Josefo. Manetón, en su historia, agrupa a todos
los reyes egipcios en 30 dinastías. Este tipo de agrupación viene avalada por una serie de
documentos: el Papiro de Turín, la Piedra de Palermo y la Lista Real de Saqqarah.
El Papiro de Turín está fechado en el siglo XIII a.C., por lo que sirve de referencia para
toda la etapa anterior; además, cuadra con lo dicho por Manetón. En este momento, hay 17
Dinastías. Al sumársele la Lista de Saqqarah, se comprueba que hay 30 Dinsatías. La Piedra de
Palermo consigna nada más hasta la V Dinastía. Además de hablar de unos reyes míticos, habla
de las obligaciones del Faraón: mantener el orden, proteger Egipto del exterior y hacer ofertas
a los dioses. La Lista de Saqqarah, hallada allí en la tumba de un escriba de Ramsés II (Dinastía
XIX). A pesar de que le faltan algunos reyes, supone una gran ayuda.
6.4.1. EL EGIPTO TINITA (I Y II DINASTÍAS): 3065-2685 A.C.
Esta etapa supone el paso del Egipto prehistórico al Egipto histórico, y va de finales del
IV milenio a la mitad del III milenio. Estas dinastías son complicadas de rastrear; no se tienen
todos los reyes ni cómo llegan al poder. En este momento, el uso de la escritura está
enormemente restringido. Sí que se sabe que en torno al año 3000, Egipto es un territorio
unificado desde la primera catarata hasta el delta. Los particularismos locales han
desaparecido, creándose un territorio homogéneo que se autodefine y se diferencia
claramente del resto de los pueblos circundantes.
El primer gran documento histórico es la Paleta de Narmer. Es la primera vez que un
faraón aparece tocado con las dos coronas, la del Bajo y la del Alto Egipto. Esto confirma por
tanto que hay una unidad del Alto y del Bajo Egipto. Durante mucho tiempo se considera a
Narmer como el unificador de Egipto; aunque ahora se sabe que no es así, sino que ocurrió
previamente (unos 100 años antes). La cara A muestra un motivo iconográfico que siempre
acompaña al monarca: una representación del rey destrozando al enemigo con su maza (ya
presente en época nagadiense). Lleva la tiara blanca del Alto Egipto, y detrás está el
portasandalias, motivo también recurrente. En la parte baja hay una representación de los
enemigos derrotados. En la cara B, en la parte superior, el rey, con la tiara roja del Bajo Egipto,
está en una procesión, con unos personajes delante que portan unas banderas (los símbolos
de cada región que compone Egipto, los nomos). Delante, hay una serie de enemigos tirados
en el suelo y decapitados. En el registro central, hay una serie de panteras con largos cuellos
que se entrelazan; y abajo, se ve a un toro arremetiendo contra una ciudad amurallada.
La capital en esta época está en Tinis (de ahí el nombre); sin embargo, la ciudad de
Menfis tiene una relevancia cada vez mayor, debido a su estratégica situación al comienzo del
delta: es la unión del Alto y del Bajo Egipto. Además, la necrópolis real podría estar situada
tanto en Saqqarah (a las afueras de Menfis) como en Abydos. Las excavaciones recientes
parecen señalar más a esta última posibilidad. Los enterramientos consisten en cámaras
subterráneas de adobe, recubiertas con un montículo de arena, cuya cúspide estaría coronada
por una estela.
Convencionalmente, el primer rey de esta Dinastía es Aha, y su tumba es especial:
consta de tres cámaras, y en una de ellas, se encuentran hasta 33 servidores enterrados junto
al Faraón, como ocurre en el Cementerio Real de Ur, también para los primeros monarcas.
Parece que son varones jóvenes sacrificados (estrangulados), haciendo la función del posterior
ushebti. Estos enterramientos sólo existen en esta Dinsatía. Por tanto, la imposición de la
Realeza conlleva ciertos paralelismos tanto en Mesopotamia como en Egipto.
En Saqqarah también hay enterramientos, aunque son posiblemente cenotafios. Se
trata de una necrópolis nobiliaria junto con pequeños monumentos dedicados a los reyes. Los
enterramientos son mastabas, con una capilla para ofrendas sobre ellas. La superposición de
mastabas da origen a la forma de la pirámide.
Los asentamientos de este período son muy mal conocidos. Parece que son pequeños,
que están relacionados con la agricultura, con sencillos canales de riego y estanques que
permiten la aparición de un pequeño excedente.
La escritura empieza a desarrollarse en este momento, pero de manera muy incipiente.
La acción por la que se desarrolla implica unos mecanismos muy distintos a los de oriente. En
Egipto, la escritura se desarrolla para celebrar las hazañas de los reyes, y por tanto, es una
necesidad inherente al vasto territorio que se domina (dejar consignado el poder del
monarca). Este poder queda fijado en paletas o piedras, a través de una incipiente
administración real. En este momento, aparece el jeroglífico, en sellos pequeños, en etiquetas
de las tumbas, en marcas de alfarero, en marcas de mercancías, y sobre todo, para dejar
consignado por escrito el nombre del rey. Esto se hace en primer lugar a través de una serie de
pequeños paneles, los serej, antecedente del cartucho.
El egipcio es una lengua semítica occidental, que no es especialmente complicada, a
pesar del sistema gráfico que emplea, los jeroglíficos. La primera escritura aparece en unas
pequeñas etiquetas en las tumba de Nagada III. De todas maneras, en Egipto hay tres tipos de
formas de consignar la lengua:
La escritura jeroglífica: es la primera que aparece, y la que está presente en toas las
tumbas y monumentos funerarios. Llega a tener hasta 6.000 signos, aunque no se
usan más de 500. Es muy compleja, dado que puede escribirse de izquierda a
derecha o viceversa. Esto supone que en cuanto la administración empieza a
organizarse mejor, y cuando hay necesidad de consignar muchas cosas, se dan
cuenta de que este tipo de escritura no es práctica para la administración. A partir de
la V Dinastía, se desarrolla
La escritura hierática, (sacerdotal) unos jeroglíficos escritos de forma mucho más
cursiva. En esta lengua están escritos todos los documentos administrativos a partir
de la V Dinastía. Se escribe siempre de derecha a izquierda. Es útil, es práctica, pero
no es llamativa o bonita. Por ello, la jeroglífica se sigue usando en las tumbas y en los
monumentos. Con el tiempo, su uso se expande.
La escritura demótica (del griego “popular”) surge en los últimos tiempos del tiempo
egipcio, a partir de la Dinastía XXV. Supone una simplificación aún mayor de la
escritura hierática. Se usa desde los siglos VI-V a.C. Convive con las otras dos.
No hay que olvidar que la lengua también evoluciona, siendo tomado como el egipcio
más clásico el del Reino Medio.
Existe ya un cierto grado de planificación económica, perceptible a través del cobro de
impuestos (bianual, coincidiendo con la crecida del Nilo). El Faraón empieza a acumular
riqueza, parte de la cual invierte en las tumbas reales. La documentación señala que para
expandir su poder, el Faraón recorre su territorio y preside ceremonias importantes cultuales
en puntos importantes.
Una de las ceremonias faraónicas más importantes es el festival Sed. Originalmente, se
piensa para ser realizado cada 30 años, y es un festival por el cual el rey renueva su poder,
garantizando su autoridad. Con el paso de tiempo, los faraones empiezan a utilizar este
mecanismo también para afirmar su poder o autorreafirmarse (sin que hayan pasado 30 años).
El festival es uno de los mayores acontecimientos de un reinado, y se celebra en un templo,
con un patio delante con una serie de capillas destinadas a los dioses, que respaldan la figura
del rey. En primer lugar, el rey desfila en procesión haciendo ofrendas a los dioses; y después
cruza el patio en las dos direcciones para simbolizar que su poder se extiende en las cuatro
direcciones.
En este momento, la religión es muy mal conocida, aunque parece más dinámica en el
delta (mayor variabilidad). Ya se da culto al dios Re (el dios sol); por lo que no extraña la
preminencia de Heliopolis como santuario de este dios, que se desplaza acompañando al
Faraón en su viaje tras la muerte en una barca solar. El dios de la realeza es Horus, el dios
halcón; pero no es el único dios: está el dios chacal, Anubis, guardián de los muertos, también
Osiris, dios de los muertos, Isis, su amada, y Thot, el dios Ibis. Por tanto, el Faraón se corona
con el símbolo de un Horus.
A finales de la Dinastía II, el nombre del rey en su serej deja de estar coronado por un
Horus para coronarse con Set, el dios perro, propio del Alto Egipto. Esto ocurre en el serej del
Faraón Peribsen, aunque ya se da en Hoptesejemuy, y señala a algún tipo de imposición por
parte del Alto Egipto, ya que Horus queda relegado por Set. Existen por tanto tensiones
interiores, ya que el último rey de la Dinastía, Jasejemuy, adopta de nuevo a Horus, ya
definitivamente, relegándose a Set al caos, al peligro, a todo lo malo. Además, la titulatura real
consta de dos nombres más, aparte del Horus: nebty, “las dos señoras”, las dos diosas Nejbet
(buitre) y Wadjet (serpiente), diosas del Alto y del Bajo Egipto respectivamente; y nesu-bity, “el
de la caña y la abeja”, que simboliza la dualidad: la caña es el símbolo del Alto Egipto y la abeja
el del Bajo. Por tanto, el Faraón recuerda constantemente sobre las dos realidades del país, de
ahí la doble corona.
6.4.2. EL REINO ANTIGUO (2686-2173 A.C.)
Abarca casi 500 años, y abarca las Dinastías III, IV, V y VI. Es un período de esplendor
arquitectónico (grandes pirámides), pero muy pobre en cuanto a documentación escrita se
refiere (breves inscripciones en tumbas, templos, estatuas…). Lo que sí que se ve es que hay un
reino unido, con una gran cohesión, un Estado organizado de forma centralizada, gobernado
por un rey que se cree dotado de poderes sobrenaturales, y administrado por una élite
alfabetizada y seleccionada no sólo por cuna sino también por méritos. Con la III Dinastía
acaba la crisis anterior y comienza una época muy estable, posiblemente la más larga en
Egipto, con un proceso de centralización que avanza in crescendo hasta la Dinastía V, para
luego declinar en la Dinastía VI.
En cuanto a la documentación escrita, a partir de la Dinastía V, en las tumbas de los
funcionarios empiezan a aparecer inscripciones en las que se habla de los privilegios que el
Faraón les ha concedido. Así se pueden conocer algunos de los hechos de los monarcas, así
como de recomponer alguna biografía.
El documento que da más información es la Piedra de Palermo, de época de la Dinastía
V, donde se da una lista de reyes desde el principio y se habla de las funciones del monarca.
Con el último de los Faraones de la Dinastía V, Unas, aparece por fin una nueva fuente de
información: los textos de las pirámides. Es la primera vez que en las tumbas reales se colocan
textos, y posiblemente tienen que servir de guía para que el rey pueda llegar al Cielo en su
viaje.
Las Pirámides de Gizah no tienen documentación escrita. Los primeros faraones se
entierran en mastabas de adobe, pero hay que esperara a la dinastía III para que se entierren
en pirámides. El primero es Zoser (Dyoser), que levanta una pirámide escalonada en Saqqarah,
en el centro de un complejo funerario. Es el monumento más grande hasta este momento, y
mezcla elementos propios de la época tinita (una cámara funeraria) con elementos novedosos
(construcción en piedra y forma piramidal). El complejo funerario de Saqqara es levantado por
su arquitecto Imhotep en torno al 2630. El monumento es una superposición de seis mastabas.
El recinto rectangular cuenta con un muro y un gran patio, probablemente destinado a realizar
el festival Sed, aunque en época de Zoser no se respeta el ciclo de los 30 años (J. Malek
propone que el patio estaba destinado a este festival en la otra vida del faraón).
Se sabe poco de la III Dinastía. Zoser queda, muy posteriormente, marcado como un
monarca ejemplar. Asimismo, se edifica un templo a Re en Heliópolis; la teología solar tiene
una influencia creciente, canalizada a través del clero de Heliópolis.
En política exterior, tanto la región de Nubia como la de Sinaí empiezan a ser
controladas cada vez más. Hay dos justificaciones:
Desde el punto de vista oficial, estos contactos se fundamentan por el temor a
lo extranjero, identificado con el caos, lo malo, el desorden. Por ello, hay que
evitar que entre en Egipto, lo que justifica los ataques a estas zonas.
Pero en realidad, lo que estos reyes quieren es asegurarse las rutas de comercio,
así como el control de materias primas. Por otro lado, Egipto empieza a mostrar
una tendencia a expandirse hacia el sur. Así, los faraones tratan de rebajar esa
frontera sur para tener un mayor control sobre los productos procedentes del
centro de África. Por ello, se tiene una política agresiva hacia Nubia, hasta el
punto de hacer desaparecer la cultura allí presente (Grupo A). Sólo a finales del
Reino Antiguo Nubia vuelve a recuperar una cierta cultura (Grupo C).
6.4.3. LA IV DINASTÍA
Los restos arqueológicos evidencian de un Estado egipcio fuerte y poderoso, la
culminación de una tendencia política que viene desde la época de Nagada. Los cambios de
Dinastía no están muy claros, por lo que las relaciones familiares son complejas.
El primer monarca documentado es Snefru (ca. 2613-2589), que aparece en la Piedra de
Palermo. Se nos muestra como un monarca con dotes militares (expediciones al Sinaí por sus
recursos y su función de zona tampón). También se mencionan expediciones a Nubia y a Libia,
aunque no están comprobadas. Snefru es el primero que escribe su nombre dentro de un
cartucho (los anteriores lo hacen en un serej). Snefru, a través de los restos arqueológicos,
aparece como un gran constructor, ya que deja tres pirámides (una en Meidum y dos en
Dashur), que testimonian del cambio de la pirámide escalonada a la pirámide tal y como la
conocemos hoy en día. La primera pirámide que construye es escalonada, aunque le aplica un
revestimiento liso. Tiene un templo delante, y una calzada que conduce hasta el Nilo. Después,
comienza a levantar una pirámide de dimensiones colosales, hasta el punto que tiene que
rectificarse su diseño debido a problemas de cimentación (de ahí la curiosa forma romboidal
de la pirámide de Meidum). La última, de tono rojizo, es en la que se entierra el faraón. A partir
de aquí, las pirámides quedan orientadas con un eje este-oeste. Durante el reinado de Snefru
se impone al dios Re, y quizá es aquí donde radica el cambio en la orientación (el sol sale por el
este y se pone por el oeste).
Los reyes Kéops, Kefren y Mikerinos son quienes levantan el complejo de Gizah: las tres
famosas pirámides, junto con sus respectivos templo delante, una calzada que lleva al Nilo y
un templo ubicado en su valle. Pero a pesar de esto, se sabe muy poco de estos tres reyes:
Kéops culmina el poder monárquico, levantando la pirámide más grande de
todas, en el centro de una verdadera ciudad funeraria con calles, manzanas,
muy diversos enterramientos de las clases altas… En el levantamiento de esta
pirámide introduce un elemento nuevo: la cámara funeraria ya no queda bajo
tierra, sino que está dentro del monumento. En una tradición muy posterior,
Kéops queda como un rey malvado y cruel, pero sin que se sepa porqué.
Kefren no es el inmediato sucesor de Kéops, aunque sí que posiblemente es su
hijo. Levanta la segunda pirámide, algo más pequeña, aunque lo hace sobre una
especie de montículo, de modo que ambas parecen del mismo tamaño. Cuenta
también con su calzada que lleva al respectivo templo del valle, junto a la
famosa Esfinge de Gizah. De Kefren se conserva también una estatua en la que
aparece con un Horus en la nuca.
El tercer monarca es Mikerinos, quien levanta la tercera pirámide, más pequeña
y realizada en caliza (no en granito como las otras dos). Cuenta asimismo con un
templo, una calzada y el respectivo templo en el valle.
6.4.4. LA V DINASTÍA
A partir de estos monarcas, las pirámides se hacen más pequeñas (aunque no de peor
calidad). Tienen un núcleo de piedra revestido de otro material, que muchas veces se ha
perdido. Además, según avanza el Reino Antiguo, el culto al dios sol es cada vez más
importante lo que provoca que los faraones empiecen a llamarse “hijo de Re”.
También se levantan pirámides con esta Dinastías (a imitación de la IV Dinastía); pero lo
más importante es que nos legan la Piedra de Palermo. Otra construcción que destaca de este
momento son los templos solares. Su culto tiene tal importancia que empieza a introducirse en
todas las esferas de la vida religiosa y funeraria, de manera que los faraones empiezan a
construir cerca de sus pirámides los Templos Solares. Constan de un monumento, con patio y
un templo delante, rodeado el conjunto por una muralla, con una calzada que llega hasta el
templo del valle. Se hace por tanto a imitación de la necrópolis de Snefru. Consiste en una
mastaba o pirámide truncada, y sobre ella un obelisco. El culto, posiblemente, sería a cielo
abierto, y se realizaría en un altar ante el templo. Además, estos complejos dispondrían de una
enorme barca, la Barca Solar, en la que el faraón recorrería su viaje tras la muerte. Están
hechas de ladrillo.
El último rey, Umas, construye una pequeña pirámide en Saqqarah, que destaca por
presentar textos que suponen la composición religiosa más antigua de todo Egipto. Empiezan a
multiplicarse las tumbas de funcionarios, que se ponen títulos y escalan socialmente.
Paralelamente, se produce una descentralización del poder del faraón. Los miembros de la
casa real van siendo sustituidos por funcionarios cualificados.
La elevación del dios Re implica una acumulación de poder por parte del sacerdocio,
junto con la pérdida de tierras y beneficios por parte de la casa real. Muchos de los bienes de
las tierras del faraón empiezan a ser destinados a las ofrendas del dios. Así, los faraones, en un
intento de equilibrar este proceso, empiezan a destinar donativos al culto de otros dioses.
Además, en este momento nace la escritura hierática, fruto de la necesidad de simplificación
por parte del sacerdocio y del funcionariado.
6.4.5. LA VI DINASTÍA
Es la última Dinastía del Reino Antiguo, muy larga. El funcionariado es más libre,
mientras que el faraón tiene menos poder. Empiezan a ocurrir cosas curiosas: la boda entre la
hija de un faraón y un visir, o que el mismo faraón se case con la hija de un visir o nomarca… Se
ve que los faraones empiezan a entroncar con linajes que no son de sangre real.
Los reyes mantienen la tendencia de construcción de santuarios locales y de
favorecerlos, para contrarrestar la fuerza del clero de Heliópolis. De hecho, por primera vez
aparece documentada en una tumba la posibilidad de atentar contra un monarca, por primera
vez (tumba de un alto funcionario conocido como Weni, en la que se narra un intento de
conjura contra Pepi I).
Pero no es hasta Pepi II (2278-2184), con el reinado más largo de la historia de Egipto,
cuando se produce una progresiva separación del funcionariado de la monarquía, aumentado
el control autónomo de los nomos, de modo que Pepi II se ve obligado a desdoblar el cargo de
Visir (Alto y Bajo Egipto), en un intento de controlar el creciente poder de los nomarcas. A
pesar de las reformas administrativas, y de muchos decretos para tratar de reorganizar el
reino, el faraón pierde muchas tierras a los distintos poderes autónomos. Pero finalmente, es
sistema se colapsa, a la muerte de Pepi II, cuando se entra entonces en una época de crisis.
El gobierno centralizado deja de existir, y esta crisis política viene acompañada de una
crisis económica y física. Los textos hablan de sequías, del avance del desierto, de hambrunas,
de la carestía… de un caos general que supone la ruptura del mundo del Reino Antiguo y el
inicio de una etapa de crisis.
6.5. SOCIEDAD, ECONOMÍA Y CULTURA
6.5.1. RELIGIÓN
La cultura tiene una profunda base en la época de Nagada III.
Los templos son muy poco conocidos y están muy poco documentados. Parecen, según
las inscripciones de las tumbas, muy numerosos, aunque queden muy pocos restos
arqueológicos. Hay un gran culto organizado en Heliópolis en torno al dios Re y en Menfis, en
torno al dios Path, según las fuentes, a pesar de la escasez de restos.
Se encuentran muchas cosmogonías, elaboradas, que establecen un visión del mundo
diferente:
La cosmogonía heliopolitana: desde Heliópolis hay una concepción astral de la
creación del mundo. El creador es el dios Atum, que da vida a Shu y a Tefnut, el aire y
el agua respectivamente. De ellos nacen la tierra y el cielo, Geb y Nut, y de estos,
cuatro grandes dioses: Osiris, Seth, Isis y Nepthis. Todos estos dioses conforman la
eneada heliopolitana.
La cosmogonía hermopolitana plantea otra concepción de la vida: el que revela a los
hombres cómo surge la vida es Thot, dios ibis de la sabiduría, de la escritura y de los
escribas. La vida no tiene nada que ver con el cosmos, sino con el agua, que aparece
como principio creador, ya que de las aguas primordiales salen cuatro ranas y cuatro
serpientes que ponen un huevo del que sale el dios sol, y de él, el cosmos.
La cosmogonía menfita: es la más elaborada, y propone una creación a partir del dios
Path. Se dice que este dios crea el mundo a partir de sus sentimientos y de sus
palabras. Acaba teniendo mucha importancia en las futuras creencias funerarias, ya
que el corazón es la única víscera que no se saca del cuerpo de la momia.
Lo que no se encuentra en esta época es el relato de la creación del hombre, que no
queda consignado hasta el reino nuevo. Se desarrolla asimismo el culto a Osiris, con una
semejanza del faraón a este dios en la etapa de su muerte.
6.5.2. EL ESTADO, LA SOCIEDAD, LA ADMINISTRACIÓN
Durante el reino antiguo, el faraón y la realeza están a la cabeza del Estado, situándose
todo un cuerpo de funcionarios debajo de ellos, gobernando las provincias y los nomos.
Durante el momento fuerte del Reino Antiguo, el faraón es casi una divinidad que garantiza el
orden cósmico, la seguridad del Estado, la ley, etc., todo ello englobado en el termino de
ma’at, elemento fundamental en la concepción egipcia del mundo, que hace referencia a la
concepción armónica de la vida, el gobierno responsable, a, bienestar. El rey gobierna
responsablemente gracias a la ma’at, que sustenta, aunque también está sometido a ella. El
faraón no está por encima, sino que está integrado en la ma’at.
Para un súbdito, el faraón es omnipotente, aunque ciertamente depende de los dioses.
Aunque se representa como un dios, no tiene su omnipotencia a todos los niveles. Así, el
faraón aparece como un mediador entre lo humano y lo divino, garante de la ma’at, de
manera supuestamente tan perfecta que es comparable a los dioses (según la mentalidad de la
época). Por ello, el faraón se equipara a los dioses, sobre todo a Re, el dios sol. Es el
representante del dios desde el momento en que se entroniza; por tanto, es la ceremonia de
coronación la que realmente le concede la naturaleza divina al monarca.
El faraón tiene un poder legislativo absoluto. Promulga las leyes y los códigos, nombra a
los funcionarios, controla la administración del país… Por tanto, el Estado es el faraón. Es quien
puede movilizar toda la mano de obra que desee para cualquier obra pública (presas, canales,
templos, pirámides…).
En las representaciones artísticas, empiezan a perfilarse ciertos atributos regios: una
barba ceremonial, un cetro, un cayado, y, por supuesto, la doble corona y el ureus, una cobra
en la frente. La familia real ocupa los cargos más importantes de la corte, y bajo ellos está los
altos funcionarios. Ambos tienden a hacer sus cargos hereditarios, y poco después se les
suman los altos cargos sacerdotales. Además, cada uno de los nomarcas tiene una pequeña
corte de escribas. Por debajo, están los campesinos, los artesanos… Evidentemente, la
esclavitud existe, pero en un porcentaje muy bajo.
No existen palacios conservados, por lo que no hay archivos que puedan ser
consultados. De resultas, se sabe muy poco sobre la vida de la corte.
El reino se divide en provincias, los nomos, gobernados por un nomarca, designados en
origen por el faraón. Cada nomo es una unidad administrativa regional, que agrupa a una
capital con una red de aldeas y de fincas, que funciona relativamente bien, puesto que dura
hasta época romana. El Alto Egipto cuenta con 22 nomos, y el Bajo Egipto, 20.
El Estado es centralizado, y su dueño es el faraón, quien controla todos los recursos. Ya
en época tinita, el faraón se desplaza por todo su reino para mantener su poder; pero en
tiempos de la dinastía IV se nombra a un visir, quien controla todos los aspectos de la
administración y rinde cuentas ante el faraón. Es el encargado de cobrar los impuestos, de
organizar las levas militares, dirige las obras públicas y tiene el cargo de juez supremo del país.
Trabajan para él toda una corte de funcionarios y mensajeros.
A partir de la Dinastía IV la necesidad de funcionarios a todos los niveles crece de
manera considerable, de modo que se empiezan a contratar escribas, que reciben lotes de
tierra en usufructo a cambio de sus servicios. El escriba tiene que aprender a escribir, y esto
ocurre en la Casa de la Vida, donde se forma para administrar el reino en sus diferentes
departamentos:
El departamento del tesoro, dual, desde donde se paga a los funcionarios y se cobran
los impuestos.
La Oficina del Sello, que se encarga de la gestión de la correspondencia entre la
administración central y las administraciones provinciales.
El departamento de agricultura se encarga de la supervisión de la distribución de los
excedentes del grano.
El departamento de las aguas, a cargo de la supervisión de los canales, los diques, los
embalses…
El departamento de intendencia militar, encargado del ejército y su supervisión.
El departamento del Patrimonio Real, al cuidado de las tierras y bienes reales, así
como de su culto.
La Puerta de Menfis, que hace de tribunal supremo.
6.6. POLÍTICA EXTERIOR
Durante todo el Reino Antiguo, Egipto no tiene ninguna amenaza del exterior; y a finales
de este periodo, al no haber enemigo al que enfrentarse, los enemigos son destruidos de
forma ritual, mediante la destrucción de figurillas de barro. Hay muy pocas referencias a
campañas militares en este período:
Un relieve de Zoser en el wadi Maghara muestra al faraón con el serej, con la actitud
típica de las tumbas nagada: la maza en alto, a punto de golpear la cabeza del
enemigo. Parece que este faraón realizó campañas en el Sinaí, aunque se sabe poco
más.
La Piedra de Palermo habla de Snefru (IV Dinastía) y de una expedición llevada a cabo
en el sur, de la que trae 7.000 prisioneros y 20.000 cabezas de ganado. Esta
expedición podría ser documentada, ya que en el sur de Egipto, entre Elefantina y
Buhen, se han encontrado centros fortificados.
En las excavaciones se han encontrado mazas con inscripciones, además de con
objetos propios del mundo militar: espadas, lanzas, arcos… Todo ello testimonia de
una cierta actividad militar.
Además, en el Palacio Real de Ebla aparece una cabeza de maza de Pepi II.
La autobiografía de Uni, en su mastaba de Abydos, un funcionario de la Dinastía VI,
dice que recluta un gran ejército de egipcios junto con auxiliares nubios para
controlar algún punto indeterminado de tierras asiáticas, y habla de una operación
conjunta por tierra y por mar.
La autobiografía de Jerjuf, de la Dinastía VI, menciona tres expediciones no-bélicas a
la tierra de Yam, durante el reinado de Pepi II, para obtener información geográfica y
política sobre los diferentes pueblos que vaya encontrando por el camino. A pesar de
ir con protección armada, parece que el principal interés es comercial. Habla incluso
de un pigmeo de Punt, que regala al faraón.
En líneas generales, la política exterior consiste en rebajar la frontera hacia Nubia y
fomentar una serie de contactos que permitan la entrada de materias y el comercio. En ningún
momento hay una mención a Egipto por parte de las potencias extranjeras.
7. EL PRIMER PERÍODO INTERMEDIO (2180-2040)
7.1. LA CRISIS DEL IMPERIO
Este periodo abarca desde la Dinastía VII hasta parte de la Dinastía XI. El Reino Antiguo
acaba con el reinado de Pepi II y la ascensión de su sucesora Nitocris. El hambre y la carestía
son presumiblemente los principales causantes de la caída del reino. El avance del desierto
empuja a la población marginal, que emigra hacia el Nilo, hasta el punto de que el Estado
centralizado no puede dar una respuesta a toda esta población. Pero algunos nomos sí
pueden, por lo que los nomarcas se convierten en referentes para importantes sectores de la
población. Estos gobernadores acaban teniendo la fuerza necesaria para entroncar
directamente con la familia real (bodas). Las cortes se multiplican en las provincias, a pequeña
escala: se aprecia claramente en la aparición de necrópolis provinciales. Las tumbas empiezan
a estar muy decoradas, y contienen un ajuar cada vez más ricos, lo que refleja este ascenso
social de los nomarcas. La documentación es muy escasa, y se reduce a las tumbas; además,
no hay ni un solo resto excavado. Los ajuares funerarios, además de por su riqueza, destacan
por ser específicamente creados para la vida tras la muerte.
7.2. DIVISIÓN POLÍTICA
Las Dinastías VII y VII reinan desde Menfis; mientras que las IX y X lo hacen desde
Heracleópolis, lo cual desencadena una guerra civil. Durante las dos primeras dinastías
menfitas, el reino está sumido en el caos, ya que en 22 años reinan 15 faraones, según
Manetón. No parece que ningún nomarca se nombre faraón, aunque sí se llegan a nombrar
príncipes. Con la Dinastía IX, se produce un cambio de capital a Heracleópolis. La Dinastía X
intenta controlar las fronteras e incrementar su presencia en el delta. Estas dinastías se
mantienen hasta que en Tebas, de manera paralela, surge una XI Dinastía que, desde el Egipto
Medio, empieza a tener una pugna por el control del Estado. El reino está dividido entonces
por una frontera en la zona de Abbydos. Esta división se mantiene hasta la llegada al trono de
Mentuhotep II, que, desde Tebas, llega hasta Heracleópolis, saquea la capital y reunifica el
reino. Se proclama por tanto “unificador del Alto y del Bajo Egipto”, comenzando entonces el
Reino Medio. Bajo este rey, Egipto recupera zonas del sur, así como el Sinaí, perdido, y el delta,
cortando el paso a las intrusiones extranjeras (sobre todo asiáticos). Y es que la falta de un
poder centralizado se traduce en la falta de expediciones militares. Con Menuhotep II se abren
expediciones al Mar Rojo y se edifican grandes complejos funerarios, como el de Deir el-
Bahari.
A la división política se suman problemas de abastecimiento propiciados por una
creciente sequía, lo que genera también disturbios sociales. Los ajuares funerarios son pobre
con respecto al exterior; y las tumbas empiezan a saquearse. Textos como Las Lamentaciones
de Ipuwer, que datan del Reino Medio, relatan asuntos que ocurren durante el primer periodo
intermedio: muestran un mundo sumido en el caos y el desorden, al borde del colapso. El
personaje de Ipuwer no ha podido ser comprobado históricamente, pero posiblemente su
visión de los hechos es muy próxima a la realidad. Afirma que la maldad impera por doquier,
que los hombres son enemigos, que los campos no se aran, que las mujeres son estériles, que
no se pagan los tributos, no se celebran los ritos, se saquean las tumbas…
7.3. CAMBIOS IDEOLÓGICOS
Desde el punto de vista religioso, inicia su andadura el dios Amón, relacionado con la
realeza tebana, y que ya no abandonará al faraón en la posteridad. En el campo funerario,
aparece una novedad: los famosos textos de las pirámides se trasladan a los sarcófagos, lo que
resulta mucho más barato de tallar. Esto supone por tanto un auge en el cuto a Osiris, dios
momificado por Isis, dios de los muertos.
El primer período intermedio supone un cambio en la ideología real egipcia. El faraón ya
no un ser todopoderoso y cuasi-divino, y la nueva tendencia apunta a una figura que, siendo
semidivino, tiene que preocuparse más por sus súbditos, y tiene que mostrarse más próximo a
ellos. Es la ideología del buen pastor, y este cambio es paralelo al que tiene lugar en
Mesopotamia.
En este momento aparecen también las llamadas Instrucciones Reales. Testimonian que
los faraones piden consejos. El primer faraón que deja constancia para que su hijo sepa cómo
gobernar es Merikare (Dinastía X), diciéndole qué virtudes debe mostrar para ser un buen
gobernante.