Tema 36 No Tomaras El Nombre de Dios en Vano

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5. Avisos (Si los hay) 6. Canto: Canta Jerusalem….. 7. Oración Final: (puede ser espontánea) 8. Acto de Paz “La paz del Señor” “Y con tu Espíritu” PEQUEÑAS COMUNIDADES. “COMUNIDADES DE FE”. PARROQUIA SANTO DOMINGO DE GUZMAN. SAN VICENTE, EL SALVADOR. TEMA 36: Segundo mandamiento No tomarás el nombre de Dios en vano 1. Canto: Yo te adoro Cristo rey de las naciones….. 2. Oración: Yo confieso ante Dios…..

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5. Avisos (Si los hay)

6. Canto: Canta Jerusalem…..

7. Oración Final: (puede ser espontánea)

8. Acto de Paz“La paz del Señor” “Y con tu Espíritu”

PEQUEÑAS COMUNIDADES.“COMUNIDADES DE FE”.

PARROQUIA SANTO DOMINGO DE GUZMAN.SAN VICENTE, EL SALVADOR.

TEMA 36: Segundo mandamiento No tomarás el nombre de Dios en vano

1. Canto: Yo te adoro Cristo rey de las naciones…..

2. Oración: Yo confieso ante Dios…..Tema: ¿POR QUÉ NOS REGALÓ DIOS ESTE MANDAMIENTO?

¡El nombre de Dios es santo, y hay que utilizarlo santamente y en momentos santos!

Otras veces usamos el nombre de Dios frívolamente: en los titulares de cientos de películas, en los anuncios comerciales, o en barcos; ¿te acuerdas del buque Titanic: “A éste ni Dios le hunde”? ¿Qué necesidad tenían de haber puesto el nombre de Dios en el barco? Y, ¿qué les pasó? Conoces la historia y la película. 

¡Cuida de nunca blasfemar en tu vida!Se cuenta que antes de ir a acostarse, el papá le dice a su hija: - ¿Me quieres? 

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- Mucho, papá. - Pues ahora, si me quieres, dame un beso. - Papá - respondió la niña- esta noche no. - ¡Oh! ¿Ah, sí? Y esta noche, ¿por qué no? ¿No soy siempre tu padre? - Sí -respondió la hija- Tú eres siempre mi papá, pero esta noche el beso no te lo puedo dar: hoy has tenido siempre la boca llena de blasfemias y de palabras feas. 

El padre abrazó con singular cariño a su hija y no respondió más. Aprende la lección de esta niña. 

Además de respetar el nombre de Dios, tienes que respetar también las cosas sagradas, por ejemplo, el altar, los cálices, las patenas, los copones y otros objetos utilizados en la iglesia y en las misas. 

Tienes que respetar las personas y ministros consagrados a Dios, por ejemplo, al Papa, a los obispos, a los sacerdotes, a los diáconos y a los religiosos y consagrados al Señor. Se han consagrado a Dios; por tanto, son pertenencia de Dios y están para llevarte el mensaje del amor de Dios. 

Finalmente, hay que respetar los lugares que han sido dedicados a Él, por ejemplo, catedrales, iglesias, cementerios.

Dentro de este segundo mandamiento no puedo omitir hablarte del juramento. 

¿Sabes qué es el juramento? El juramento es otra manera de honrar el nombre de Dios, ya que es poner a Dios como testigo de la verdad de lo que se dice o de la sinceridad de lo que se promete.A veces es necesario que quien hace una declaración sobre lo que ha hecho, visto u oído, haya de reforzarla con un testimonio especial. En ocasiones muy importantes, sobre todo ante un tribunal, se puede invocar a Dios como testigo de la verdad de lo que se dice o promete: eso es hacer un juramento. 

Fuera de estos casos no se debe jurar nunca, y hay que procurar que la convivencia humana se establezca con base en la veracidad y honradez. Cristo dijo: “Sea, pues, vuestro modo de hablar sí, sí, o no, no. Lo que exceda de esto, viene del Maligno” (Mateo 5, 37). 

Hay diversos modos de jurar:  invocando a Dios expresamente, por ejemplo, “juro por Dios, por la Sangre de Cristo”, etc.; 

invocando el nombre de la Virgen o de algún santo;  nombrando alguna criatura en la que resplandezcan diversas perfecciones: por ejemplo, jurar por el Cielo, por la Iglesia, por la Cruz, etc.;  jurando sin hablar, poniendo la mano sobre los Evangelios, el Crucifijo, el altar, etc. El juramento bien hecho es no sólo lícito, sino honroso a Dios, porque al hacerlo declaramos implícitamente que es infinitamente sabio, todopoderoso y justo. Para que esté bien hecho se requiere:  Jurar con verdad: afirmar sólo lo que es verdad y prometer sólo lo que se tiene intención de cumplir. Siempre hay grave irreverencia en poner a Dios como testigo de una mentira. En esto precisamente consiste el perjurio, que es pecado gravísimo que acarrea el castigo de Dios .  Jurar con justicia: afirmar o prometer sólo lo que está permitido y no es pecaminoso; es grave ofensa utilizar el nombre de Dios al jurar algo que no es lícito, por ejemplo, la venganza o el robo. Si el juramento tiene por objeto algo gravemente malo, el pecado es mortal. Jurar con necesidad: sólo cuando es realmente importante que se nos crea, o cuando lo exige la autoridad eclesiástica o civil. No se puede jurar sin prudencia, sin moderación, o por cosas de poca importancia sin cometer un pecado venial que podría ser mortal, si hubiera escándalo o peligro de perjurio.

El juramento que hizo, por ejemplo, Herodes a Salomé fue vano o innecesario. Jurar por hábito ante cualquier tontería es un vicio que se ha de procurar desterrar, aunque de ordinario no pase de pecado venial. 

Compromiso¡Hagamos un compromiso personal en relación al tema que hemos compartido!; También, ¡hagamos un compromiso comunitario!