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CONDUCTANCIA TERMICA

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  • PROYECTO DOCENTE 1 JOSE M. CABEZA LAINEZ

    TEMA 5VALORES TRMICOS DEL ESPACIO

    ARQUITECTNICOMandatos

    Abordamos a continuacin un tema de inters inusitado, pero de olvido frecuente dentro del mbito arquitectnico. La existencia de campos y valores fuera del alcance de lo estrictamente visual y por ello,

    difciles de tratar y de representar por causa del dominio de lo visible al que continuamente se ha sometido la arquitectura. Sin embargo, esos valores son fundamentales no slo para el hbitat humano, sino tambin

    para lograr espacios en los que la percepcin y la sensibilidad puedan deleitarse. Algunos arquitectos supieron, de un modo intuitivo, darse cuenta de estos temas e utilizarlos para conseguir diseos de

    singular impacto. De hecho, en ocasiones , nos preguntamos si aquellos atributos sublimes con que se suele adornar la gran arquitectura , no sern sino un ejercicio de esas capacidades invisibles del espacio

    arquitectnico y por las que justamente se diferencia de otros aspectos ms fcilmente textuales de la realidad humana.

    Siguiendo nuestra lnea de diseo cientfico, hoy queremos reconocer todos aquellos esfuerzos que fueron producto de la intuicin privilegiada. Sin embargo, podemos comenzar tambin a confiar en herramientas

    capaces de llevar a la luz estos fenmenos antes ocultos, en otras palabras, utilizar instrumentos adecuados para realizar un proceso de aurelizacin. En esa situacin obtendremos representaciones y

    mapas de campos, trmicos, acsticos, lumincos, etc. que, como ya propuso Faraday, describen la situacin real del espacio y nos permiten disear en concordancia con esos principios, todo lo cual supone

    el nacimiento de una verdadera ciencia espacial, casi inexistente hasta la fecha, debido a la inactividad combinada de la Fsica y de la propia Arquitectura. Esa nueva ciencia, es requerida, como sabemos desde un doble punto de vista, ecolgico y esttico. En el Tractatatus de L. Wittgenstein leemos: tica y esttica

    son una y la misma cosa. Y Stephan Behling aade: los aviones vuelan, los coches corren y los barcosnavegan, pero, qu esperamos de los edificios? Altas prestaciones y eficacia para mantener el confort y

    la tica dentro y fuera de ellos.

    DESCRIPTORES E HITOSRichard Neutra, Reyner Banham, Jaime Lpez, arquitectura bioclimtica, kotatsu, shoji, palacios rabes, termas, saunas, patios, torres del viento, torres del silencio. Alhambra, jardines del paraso, Persia, Cairo; India. Tanizaki. Willis Carrier. Termodinmica. Tapices, sillas y chimeneas, confort, geometra solar, sensores trmicos. Voto medio predecible. Hogar, fuego, memoria, bioclimatismo.

    INTRODUCCION

    La funcin trmica de un edificio debe entenderse como un elemento de diseo ms, puesto que no slo influye sobre las actividades que queremos desarrollar en ese lugar, sino sobre cmo vamos a sentirnos en el espacio. Puede trazarse una analoga con el empleo cualitativo de la luz, ciertamente una tradicin arquitectnica aunque frecuentemente

    mal utilizada y comprendida. Sin embargo, es un hecho el que la luz -directa o indirecta, natural o artificial, difusa, filtrada o enfocada- puede manipularse sutilmente de modo cualitativo en el diseo del espacio para conseguir el efecto deseado. Del mismo modo, los valores trmicos deberan incluirse en la concepcin arquitectnica inicial e influir en todas las fases del diseo. En lugar de eso, las

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    condiciones de confort se han estandardizado con el uso de los sistemas mecnicos modernos, que pueden especificarse, instalarse y funcionar independientemente del concepto general del diseo. Ms anlos sistemas de control ambiental siempre han sido tratados como la Cenicienta de la arquitectura. Se les han dado slo los vestidos ms humildes posible, se les ha relegado a una habitacin de la trastienda que mantiene el elegante nivel de vida de las otras hermanas: incomprensiblemente la luz, la forma, la estructura, etc...

    Las razones para el inclusivismo que venimos explicando, estn de alguna manera de-enunciadas aqu; cuando se consigue la integracin armnica de los factores antes mencionados y de otros, con frecuencia nos encontramos ante una obra maestra, ante una innegable y ejemplar genialidad arquitectnica que puede transmitirse y ensearse. Sin embargo la cultura acadmica oficial mantiene una extrema separacin entre todas las reas y se centra de modo contumaz en una de ellas (normalmente la forma) para mostrar excelencia arquitectnica. El resultado es que la verdadera genialidad permanece oculta, incompleta (en palabras de J. Lpez de Asiain: arquitecturas a medias) o, en todo caso, no es comprendida por el alumno al que se distrae de su verdadero objetivo.

    Como veremos, la invencin de la tragedia helnica haba sido un primer modo de liberarse del medio ambiente, superponiendo el destino del hombre a la voluntad de los dioses, un primer deseo de independencia ambiental que tiene su rplica prctica en la creacin original de las sillas (como seala acertadamente Rybczynski, en Europa, tras la cada del imperio romano no se utilizaron sillas hasta 800 aos despus)

    y si se quiere, hasta en el uso de sombreros de ala ancha, todo ello atribuido a la civilizacin griega. (Como nota complementaria, obsrvese la curiosa relacin entre las palabras Hades -deidad infernal- y Hado -Fate, Fatum- o destino, sino; tambin -sin-del ingls pecado y avatares: deidades indias).

    En definitiva, todo aqul espritu de antipata hacia el medio circundante, ha sido llevado a un extremo en nuestra civilizacin trgica, con la larga serie de controles mecnicos para el clima que hemos descrito. Hoy comprobamos con dramatismo la futilidad de estos sistemas, dbiles frente al tiempo y subsidiarios de vanas energas. Tal vez no existe mayor tragedia que la de esos glass-boxes remotamente pilotados por un exhausto acondicionador de clima interior y abandonados a su suerte en puntos prximos al Ecuador o al Polo, como satlites de un planeta extinto desde el que nunca partirn nuevos refuerzos. No negamos que algo hermoso subyace en esta agona -reivindicada por filsofos como Unamuno o Kierkegaard-, pero esahermosura no puede desligarse de lo arquetpico, del primigenio lodo que claramente no apunta algn futuro. En palabras televisadas de Borges: el problema est en que si el Universo fuese un Laberinto, entonces habra un centro y el hombre estara salvado, podramos hablar de un orden, una Arquitectura, sin embargo, lo ms probable es que el Universo sea un caos y entonces(sic)...entonces, el hombre est perdido. Creemos firmemente que el hombre del pasado, el homo tragicus (y Borges lo era) est efectivamente perdido en un supuesto Universo del Caos, sin centro, donde ningn sacrificio o tragedia por antonomasia tienen sentido.

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    Para defenderse de similares acusaciones, Poe tuvo que escribir:

    Mis terrores no son de Alemaniasino que son del alma

    Todo lo anterior cobra sentido en mayor medida cuando diseamos una arquitectura ecolgicamente enfocada; en lugar de alojar solamente mecanismos de regulacin autnoma, todo el propio diseo se ala con el medio ambiente recuperando para s una extraordinaria placidez. La estancia es estancia y recolector de energas, las aberturas permiten (a manera de Domus Aurea) contemplar y ser contemplados por la luz, el aire vibrante y el sol, pues hay iluminaciones extracorpreas y otras que nacen de dentro (metforas de Bodi-Dharma y tambin de la prdida de visin de Edipo en la obra sofoclea). De qu manera, por tanto, afectan los valores trmicos a las vidas, a las experiencias de la gente, fuera y dentro de sus aposentos? Hay que confesar que existen pocos referentes, y uno de ellos, el ms obvio, sin duda es el fuego. Con su clido crculo, la chimenea ha sido el centro de la vida familiar. Su luz titilante, el humo de la madera y el crujido de las brasas candentes, producan una atmsfera que tornaba la casa en refugio. Y las tradiciones en torno al hogar se remontan a la noche de los tiempos, conectando cada casa con unas profundas races culturales. Las funciones de calentamiento e iluminacin solar que asume la edificacin pasiva vienen a reemplazar las funciones trmicas originales del hogar. Pero los movimientos y evoluciones siderales son harto ms complejos que aquellos de la chimenea, y por eso hemos de recurrir a ciencias de prediccin, al principio astrolgicas y poco a poco astronmicas,

    geomtricas, geofsicas, estadsticas, aleatorias.

    Con la arquitectura dirigida al medio ambiente, estamos entrando en el nuevo mundo estocstico, de la complejidad y del caos, donde no necesitamos centro sino fanal que alumbre el tenue camino; no slo el sol viene a sustituir al hogar sino que se coloca donde el faro de gua. Una cita puede ser aclaratoria de esta situacin

    Quizs nos estamos dando cuenta que el mundo en que vivimos se est colapsando. El abandono de las responsabilidades de los que detentan el poder, respecto a los subordinados parece ser un motivo central de nuestra historia reciente: poltica, personal, profesional y moralmente, la violacin es endmica en nuestra cultura contempornea. El nuevo mundo lucha por irrumpir, mientras el viejo se aferrra a lo existente. El futuro est planteado y pronto surgir pero hemos de descubrirlo. Nuestra postura actual es el puente entre (the bridge between). Una posicin incmoda ya que tenemos que construirlo mientras lo cruzamos.

    Robert Fripp

    Luego la diferencia de esta postura respecto a otras, es que nos vemos obligados a construir el puente al mismo tiempo que lo cruzamos.

    Varios ejemplos me vienen en este momento a la memoria acerca la luz como inspiradora de sensaciones: cuando en las bodas reales se dispusieron focos, luminarias y espejos especiales en la Giralda y en la Catedral, todo pareca ser un escenario completamente distinto, estar en un lugar distinto, no en Sevilla. Lo mismo podra decirse de una de esta iglesias

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    romnicas (y por tanto carentes de luz que existen en nuestra ciudad) a las que de repente hay que restaurar el techo levantndolo completamente y entonces se produce un cambio de tal magnitud que nadie podra reconocer el antiguo interior oscuro y silencioso que no tena contacto con el exterior. La gran luz silenciosa es algo a lo que no estamos acostumbrados, la gran luz del mero espacio exterior tiene las vibraciones de sonidos transmitidos, pero hasta ahora no ha habido una gran luz silenciosa, una gran iluminacin de lo profundo, slo ha existido en lo banal, de la superficie.

    El tercer ejemplo seran las plazas de toros, un artilugio arquitectnico pensado entre otras cosas para concentrar sensaciones, entre ellas luz y sonido. La plaza de toros se asemeja a un gran concentrador de luz; por su forma, puede mantenerla constante y, excepto focos puntuales, se consigue un nivel homogneo a cualquier hora del da; a nivel de sonido y vibraciones el efecto es el mismo, el interior es ms clido pero se transmite menos al exterior que por ejemplo en un estadio de ftbol convencional. No dispongo en este momento de medidas directas pero, como consecuencia de todo lo anterior, se dira que existe un alto porcentaje de la arena que mantiene temperaturas constantes.

    A otro nivel, podramos hablar de un cuarto ejemplo, que se da en las pelculas expresionistas y neoexpresionistas cuando se trueca la iluminacin -un quirfano con vidrieras gticas, un submarino con luces de ambiente, un tnel con luz de da- el resultado es sobrecogedor por su alteridad, por lo diferente de las sensaciones, llegando a ser algo sobrehumano en ocasiones.

    La consecuencia es que la luz debe fluir por los espacios como lo hacen los arroyos por la montaa, aqu brota un manantial, all, un regato y una cascada; estos, a su vez, confluyen hacia la gran luz central que es el curso de un ro que desemboca en el mar, el gran mar del cielo; nosotros colocamos cuencos, cauces y diques (nuestra arquitectura) para recibir y administrar sabiamente esa ILUMINACIN, esa es una de las lecciones de las titilantes lmparas de Djemma al Fnaa, como veremos en el tema 9. EGO SUM LUX, es una de las frases ms repetidas en la iconografa cristiana.

    Giedion postula igualmente: es la luz la que produce la sensacin de espacio. El espacio es aniquilado por la oscuridad. La luz y el espacio son inseparables. Si la luz es suprimida, el contenido emocional del espacio es desaparece, hacindose imposible de percibir. En lo oscuro no hay diferencia entre la valoracin emocional de una sima y de un interior fuertemente modelado. (Podemos referirnos aqu a la tumba deSenmut y tambin al constructor Imhotep, aquel que igual que el constructor de barcos de Eupalinos, deba darles una forma que respondiera a las ondas del mar).

    Cmo vamos a tratar entonces este fenmeno y en general toda la Asignatura? Se podra pensar en estudiar las cualidades del hogar antiguo y transmitirlas a nuestro diseo ecolgico; incorporar eso que lo haca tan querido y maravilloso. Sin embargo, parece mucho ms apropiado extender nuestra visin a los lugares con fuerte contenido trmico, a veces cercano al dramatismo, a travs de distintas culturas y varios perodos de la historia, entendiendo que existir un invariante de la experiencia humana que sera el

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    denominador comn a todos los ejemplos.

    Y queremos tratar los temas no slo con los ojos del historiador (que se pregunta, cmo lleg a ser esto?) an cuando tambin nos interesen ese tipo de cuestiones; ni tampoco con los ojos del ingeniero (Cmo funciona?Cul es su mecanismo? Preguntas a las que innegablemente se ha de responder en el curso). Pero ms bien, nos proponemos mirar a la arquitectura y a los fenmenos trmicos con los ojos del compositor, del verdadero creador (Cmo es percibida?Cmo es sentida?Qu papel juega en las vidas de las personas?Qu tiene de genial/maravilloso?Cmo puede formar parte de un sistema mayor?). Este compositor se pregunta, sobre todo, cmo algo se hace..

    Sinceramente pensamos que es esa la manera que permite una evolucin ms fecunda de las ideas. Un discurso ms libre frente a las ataduras del pasado; ms libre frente a los modos en que otros vinieron a resolver el problema, a construir un buen mecanismo de una mquina quizs hoy algo obsoleta. La historia del pensamiento debe ser siempre considerada como un fiel gua, pero tambin debemos aprender a caminar por nuestras propias sendas, las sendas de un futuro que a veces estamos tocando y a veces no podemos ni tan siquiera barruntar.

    Los valores trmicos aparecen entonces fundamentalmente por cuatro aspectos: necesidad, deleite, afecto, y por la cuestin de lo sagrado.

    NECESIDAD

    Los organismos de tipo primario son capaces, como sabemos de soportar variaciones trmicas mximas de 1,5C.

    El agua permite muy poca variacin de temperatura, la tierra mucha ms, recordaremos en ese sentido textos como la metfora del dinosaurio y referencias a el origen del bipedismo humano. Para superar este problema, la tierra permite:

    -estado catalptico-estado de hoja caduca-adaptacin orgnica

    Tenemos tambin organismos exotermos y endotermos capaces de regular su propia temperatura, estos a, su vez, pueden practicar la migracin como hacen hoy las clases acomodadas y tambin algunos pueblos antiguos.

    Como primer ejemplo, la arquitectura del Igloo, construida con un nico material, la nieve, que presenta poca capacidad trmica (1.2 W/m2 K), luego no almacena el fro y hace las veces de aislante. Despus, incluso est sellado interiormente, por la capa de hielo fundido que se produce. Con todo eso, se puede mantener una temperatura en torno a los 0C cuando la exterior es de -40C.

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    En el extremo opuesto, podemos hablar de las casas patio, con su ventilacin y proteccin solar, las casas subterrneas de Tnez, las torres del viento y del silencio en Irn, etc.

    Captadores de viento o malqaf en Egipto

    Funcionamiento de las torres de viento

    Y an otra vertiente climtica de la cuestin viene de las regiones tropicales y hmedas como es el caso de Indonesia

    Habitacin verncula en Indonesia

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    En el origen de la civilizacin humana, en un extremo de necesidad trmica se sita la fascinacin por el fuego y sus misterios en los que, como veremos se revelan todos los sentidos,. En el otro extremo est la bsqueda del frescor, del aire y de la relacin positiva y deleitable con el medio ambiente. En es punto aparecen cuestiones tan debatidas como la tradicin del patio, comn a ciertos climas clidos.

    En efecto, las referencias al patio y sus orientaciones, aparecen en la poesa oral desde la obra prefiguradora de la tragedia, la Odisea. Y tambin en Scrates:

    Bien, pues en las casas que miran al medioda, el sol en invierno se cuela entre los soportales, mas, en el verano, al pasar por la cima de nuestras cabezas y de los techos, proporciona sombra. As que, si bueno es que as las cosas se presenten, habr que construir ms altas las partes que den al medioda, para que el sol invernizo no halle estorbos, y ms bajas, las que

    miren al septentrin, para que no den contra ellas los vientos fros.

    Templo en Deir-el-Bahari. Construido por Hapsepsut y Senmut.

    Incidiendo tambin en el tema, S. Giedion opina que la horizontal dada por la sucesin de patios en los templos de la reina Hatseput en Egipto, simboliza el viaje eterno o estabilidad de la existencia, tesis tambin defendida por F. Purini al suponer que el movimiento horizontal sobre el globo terrqueo en sentido Este-Oeste, es la sucesin del ciclo noche-da, luz-sombra que ha dominado segn l toda la arquitectura occidental, por representar esa continuidad de Panptico: estabilidad (Vase J. Bentham, the Panopticon writings). En cambio, segn ambos autores, el movimiento vertical es un viaje csmico, inestable, un movimiento en el que hemos avanzado con mucha lentitud como en la direccin Norte-Sur, en la esfera terrestre, que representa el huso, la proa de la barca solar. Tal vez por ello, se sugiere, que las culturas que ms han desarrollado la vertical en su arquitectura tambin hayan producido la mayor cantidad de tecnologa espacial y su investigacin asociada, otra dimensin aunque quiz muy diferente, de la necesidad.

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    Patio de Hapsepsut

    Posteriores casos de necesidad ambiental y trmica se dan cuando las tecnologas del vidrio, comienzan a despuntar en Europa. Las ordenanzas fiscales de Inglaterra y Holanda, gravan a los usuarios por el nmero de ventanas construidas, pero no por su tamao, entonces, cuando los sistemas constructivos o la agrupacin urbana, lo permiten, tenemos, significativos aumentos de los paos acristalados como en la vivienda burguesa de Amsterdam o en el famoso Hardwick Hall de Smythson (1597).

    Interior iluminado, por DeHooch

    En el mbito de la calefaccin, se desarrollan tecnologas para el diseo y construccin de chimeneas. La posibilidad de utilizar estos elementos condiciona en gran medida el diseo arquitectnico. En este aspecto, resulta paradigmtica la obra de Sir John Soane. En su conferencia nmero 8, impartida hacia 1815, propone: perhaps in no part of our art is there so little to be learnt from the ancients as in respect of the due warming La calefaccin no era una preocupacin importante en el mundo mediterrneo. El clima haca que los fuegos fuesen menos necesarios que en las IslasBritnicas. Puesto que se poda aprender poco de los precedentes clsicos, Soane daba la bienvenida a nuevos desarrollos de la tecnologa de calefaccin: so necessary is warmth to existence that we cannot be surprised at the various inventions that have been produced for better and more economical warming of our houses. Tras comentar la eficacia de la estufa desarrollada por Franklin, Soane se concentra en explicar los sistemas centralizados de vapor o agua caliente por una buena razn: la arquitectura poda ganar en libertad espacial cuando las paredes perdiesen su misin de abrigo trmico, al proceder la calefaccin del suelo y no de las chimeneas.

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    La aplicacin que l mismo motiv para estas tcnicas, de muestra claramente en su propia casa de Lincolns Inn Fields y en proyectos tan significativos como el Banco de Inglaterra o la galera de pintura de Dulwich.

    Una segunda consecuencia fundamental del nuevo sistema es que la posibilidad de abrir paredes y cubiertas a la iluminacin natural se vuelve mayor que nunca y proliferan los lucernarios, pues, como hemos comentado, las necesidades de aislamiento por estos sistemas constructivos disminuyen (naturalmente a costa de un consumo energtico grandemente aumentado).

    Evolucin de la casa de J. Soane desde 1794 hasta 1825.

    Interior de la cmara Belzoni en la casa de Soane

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    Interior de la casa de J. Soane

    Banco de Inglaterra, en acuarela de Gandy

    Galera de pintura Dulwich.

    Eso permite que se pueda disponer, al fin, de espacios en los que, relacionarse con lo ambiental, sea posible de una manera silenciosa y segura. Como en la msica callada de Bergamn, o en las ltimas palabras de Goethe, licht mehr

    licht. Como veremos al tratar su teora de los colores, es la luz la produce en el ojo la sensacin de color; que el color est en el ojo y no en la luz, constituye , por tanto, su peculiar rplica artstica a las teoras de Newton.

    El hito final, por el momento, y aqul en que nos situamos ahora, tiene que ver con ideas de Willis Carrier. Para reducir la humedad del aire en las zonas del golfo de Florida, Carrier discurri la paradoja de aadir agua a ese aire hmedo. El agua, a temperaturas muy bajas, refrigeraba el aire hasta el punto de impedirle mantener la misma tasa de humedad y hacer que sta se depositara por condensacin en un proceso isoentlpico. Se encontraba as con aire desprovisto de humedad pero muy fro, luego -segunda paradoja- bastaba con calentarlo a la temperatura deseada. La mquina frigorfica, estaba por tanto inventada, pero uno de sus principales misiones era calentar el aire previamente refrigerado, tambin, obviamente con un enorme coste energtico.

    Procesos isoentlpicos y zonas de confort, segn Givoni

    Los nuevos sistemas de acondicionamiento, precisan, para un funcionamiento efectivo, actuar con base en temperaturas constantes, estableciendo lo que podramos llamar un entorno trmico neutral

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    A partir de entonces se multiplican los estudios sobre confort humano y nociones de bienestar (ver tema 2 del programa de Arquitectura y Medio Ambiente). El objetivo primordial era la bsqueda de valores ptimos para esa estabilidad trmica.

    Se llega a comprender as que, aunque los extremos de confort trmico puedan estar entre los 16 y los 27C. Son otros muchos factores, incluidos los culturales, tnicos y psicolgicos, los que fijan la cuestin. El entorno estable acotado, por as decirlo, nos priva de una riqueza y diversidad de campos que , sin embargo, haba acompaado a la arquitectura a lo largo de las pocas. Para algunos autores, esto sera asimilable a comparar una experiencia gastronmica con los tubos y cpsulas de nutrientes en la cabina de un astronauta.

    DELEITE

    Las personas tenemos un sentido del fro y del calor que normalmente no es recordado al hablar de los cinco sentidos, habitualmente se incluye en el tacto, y, sin embargo, es claramente un

    sentido diferente, presenta terminaciones nerviosas cuya nica

    funcin es comunicarnos que una parte de nuestro cuerpo est cambiando de temperatura.

    Entonces, del mismo modo que con todos nuestros otros sentidos, parece existir un simple placer que deviene del slo hecho de emplearlos. Existe una fuerza de afirmacin en la propia vida de una persona al ser consciente de esas pequeas informaciones sobre el mundo exterior. Como deca Luis Cernuda, cuando el sol calienta nuestra cara y la brisa es fra, sabemos que es bueno estar vivos.

    Sin embargo, existe una diferencia entre nuestros sentidos trmicos y todos los dems. Cuando nuestro sensor trmico nos dice que un objeto est fro, ese objeto a su vez nos est enfriando, sin embargo si vemos un objeto de un color determinado, esto no nos hace volvernos de ese color (aunque s lo digamos en sentido figurado). Esto se debe a que las terminaciones nerviosas son sensores de transferencia de flujo y no sensores de temperatura. Slo nos informan de lo rpido que est cambiando la temperatura.

    El profesor Jaime Lpez de Asiain, nos refiri en cierta ocasin una ancdota en la cual Dione Neutra le explicaba el sentido de un radiador que Richard

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    haba colocado en su casa de California enfrente del espejo del bao. Ese radiador serva para eliminar las condensaciones del espejo, pero adems calentaba la cara del que estaba mirando a ese cristal, es decir, que Neutra, saba que la radiacin trmica poda reflejarse en un espejo, igual que la luz. Era capaz de aurelizar el campo trmico en su mente

    Vivienda del pintor Santiago del Campo. Sevilla. Arquitecto: Jaime Lpez de Asiain.

    Mientras el diferencial de temperatura no sea muy alto, nuestros cuerpos pueden utilizar sus estrategias metablicas para adaptarse a las nuevas condiciones y el estmulo trmico no destacar ms. As pues, cuando entramos en una habitacin calentada, notamos en seguida que el aire est caliente, pero en unos pocos minutos, nos ajustamos y la temperatura parece normal.

    Una degustacin gastronmica, presenta una variedad de sabores tales que los rganos del gusto se renuevan continuamente. Tambin nos apetece pasar del fro al caliente o nos sorprende la contemplacin de colores alternativos, y no pensamos que nadie quisiera proponer un mundo monocromtico, y sin embargo, la realidad es que en muchos pases se est postulando un estado trmico constante, como resuma Marston Fitch: la tecnologa de calefaccin y refrigeracin intenta conseguir... un estado trmico estable a lo largo del

    tiempo y un equilibrio trmico en el espacio. Puesto que esto no es fcil de conseguir dado que los fenmenos trmicos son muy variables, es necesario emplear una gran cantidad de tiempo y energa no renovable para lograrlo.

    No es del todo infrecuente en nuestros das acudir en un automvil con aire acondicionado a trabajar en una oficina con aire acondicionado y continuar all hasta la hora del almuerzo en un restaurante climatizado para despus ver una pelcula en un cine por supuesto acondicionado. Naturalmente, existe el breve inconveniente del espacio entre el coche y la oficina donde sufrimos un golpe de calor. Para evitar esto se hapropuesto en ocasiones que se coloque una gran burbuja sobre toda la ciudad, quizs una estructura neumtica o una bveda de Buckminster Fuller. As, los edificios no necesitaran tener sus propias puertas ni ventanas. El periodista Ignacio Camacho en un artculo titulado La burbuja critic precisamente estos mismos temas en el verano de 1998.

    Cubricin de Manhattan propuesta por R. Banham.

    Estas aproximaciones presuponen que cualquier grado de stress trmico es indeseable. Y, sin embargo, a pesar del esfuerzo extra que es necesario para ajustar los estmulos trmicos, las personas parecen disfrutar de un variado rango de temperatura. Por ejemplo las playas clidas y las montaas nevadas,

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    las saunas de los finlandeses y los baos hirvientes de Japn. Tal vez este tipo de fenmenos nos permite disfrutar de los dos extremos de la sensacin con seguridad.

    Sin embargo, la segunda razn para este disfrute de los extremos podra decirse que es de tipo esttico. Las experiencia de cada extremo se hace ms aguda por contraste con la otra. Incluso no necesitamos experimentar directamente los dos extremos para disfrutar el contraste. Simplemente recordar la tormenta fra del exterior nos hace disfrutar ms intensamente de la chimenea.

    Quiz este deseo de contraste es una de las razones por las que los jardines del Islam quedan encerrados por altas murallas. El jardn, con sus flores, sus rboles y fuentes proporciona un fresco refugio contra el calor del desierto. El brillante sol y el aire clido del exteriorno pueden excluirse completamente, pero las paredes definen abruptamente los lmites del jardn y concentran el sentido de frescura. Ciertamente, la privacidad es una caracterstica de la arquitectura musulmana, pero, la marcadamente visible, presencia de los muros tambin serva para enfatizar la diferencia entre el refrescante jardn interior y el trrido desierto exterior.

    Jardn del mausoleo de Humyn en Delhi.

    Puesto que los sensores trmicos, no pueden medir en la distancia, tenemos que confiar en nuestros sentidos para obtener indicios trmicos, como por ejemplo los colores (clidos-de baja temperatura de color), las superficies tapizadas, los aromas, etc... Algunos de estos indicios se asocian tanto con el sentido de calidez o frialdad, que llegan a ser sus substitutos, por ejemplo el sabor de la infusin de menta, etc... La visin de las mantas para el invierno o las imgenes de montaas nevadas y cascadas que utiliz el Japn de la posguerra.

    Es necesario recordar que existe una correlacin entre los sentidos que impide que estos funcionen aisladamente, una persona que de repente recupera la vista, normalmente debe ser enseada a ver de nuevo. Los indicios son en muchas ocasiones suficientes para conocer el carcter trmico de un lugar. Las mezquitas de Isfahan con suelos de mrmol abrillantado y paredes de fbrica densa, con sus altas bvedas y sus iwans sombreados nos parece inevitablemente fra y refrescante, aunque tambin imaginemos que estar en mitad del clido desierto iran. El mismo tipo de edificio en Alemania nos parece excesivamente fro e inhabitable.

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    Nuestras percepciones pueden en ocasiones engaarnos, pues los dos lugares podran disponer de calefaccin por suelo radiante, como en el caso de las ltimas obras de Soane, ya comentadas. Con nuestra actual tecnologa, la temperatura de un lugar no tiene porqu asociarse con la forma del edificio o los materiales empleados o, incluso, la regin donde se encuentra. Pero, cun poco satisfactoria es esta disociacin de calidez o frescor para todos nuestros otros sentidos!

    Sin embargo, para disfrutar de todo esto es preciso tener algn conocimiento sobre el proceso que se est desarrollando. Por ejemplo, los mecanismos de refrigeracin son a veces demasiado sutiles para darnos cuenta, existen entonces formas de conocer el movimiento del aire, como dijo el poeta chino Ho Shun:

    No puedes verlo ni orloEs muy suave, pero lo bastante fuerte

    Como para cubrir el espejo de polvoY tensar las cuerdas del pipa(lad)

    Tambin tenemos las linternas y campanillas de la cultura japonesa para percibir el menor soplo de aire. En los jardines persas, y tambin en Andaluca las rosas, jazmines y otras plantas de olor se colocan en zonas estratgicas para que la ms suave brisa llene el aire de fragancias.

    Bella de Utamaro refrescndose con Uchiwa (abanico)

    Peldaos de cristal en la casa del pintor Santiago del campo en Sevilla. Permiten el paso de luz y evocan una sensacin de transparencia y ligereza, de frescor. Arquitecto: Jaime Lpez de Asiain.

    Interior del pabelln del jardn Hast Bihist en Isfahan, en este caso, es la imitacin de formas naturales, como el follaje de los bosques umbros, la que produce la sensacin refrigerante.

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    Los dems sentidos tambin colaboran en el proceso y as, la decoracin refrescante suele ser ms ligera y sus sonidos ms agudos y superficiales. Mientras que las sensaciones de calor parecen provenir de ms dentro, del fondo de las cosas. Los tapices, las alfombras de pieles, por contradiccin con el pabelln del jardn ingls.

    Normalmente cuando tenemos fro estamos poco relajados, y por esto, las decoraciones clidas ayudan a la relajacin. En cambio, en situaciones de calor podemos sentirnos abatidos y en un semiletargo con lo que necesitaremos reflejos vvidos que nos recuperen como los surtidores de una fuente, aunque en otras ocasiones puede ser preferible buscar el sosiego de la sombra y los jardines islmicos. Incluso los jardines persas (y tambin la Alhambra) suelen ofrecer una combinacin de los dos, recordemos por ejemplo los pasamanos de agua que corre en el Generalife.

    En definitiva el sentido trmico est intrnsecamente ligado con las experiencias de nuestro cuerpo. Por ello, el mayor deleite se encuentra en la asociacin de una variedad, lo ms amplia posible, de sensaciones. El fuego es uno de los mejores ejemplos, su luz se mueve y cambia, la memoria y la comprensin del tiempo tambin entran en juego. Podemos pasar horas hipnotizados por l. Como sealaba Gastn Bachelard: la ensoacin ante un fuego es...el primer y ms autntico uso humano de ste.

    El ejemplo contrario puede ser el jardn islmico:

    Las rosas para el perfumeLos ruiseores para el cantoY la vista y el sonidoDel agua que corre

    Y tambin, la descripcin del siglo XVI:

    El jardn que describiremos, se construy de tal modo que dos cursos de agua clara como el cristal se encontraban ante un edificio, formando un gran lago en el cual incontables cisnes, gansos y patos retozaban. Bajo este lago haba siete cascadas -tantas como planetas... desde el lago surtidores de agua volaban tan alto en el aire que la espuma, al descender era como una lluvia de diamantes. Cun a menudo buscaba el remanso de las fuentes y el murmullo de los arroyos cuando descienden colina abajo, sobre las terrazas del jardn, cabe las rosas que despuntan, los sauces y las acacias. Me emocionaba con puro regocijo hasta que la excesiva belleza y el tremolar del agua me acunaban en un sueo.

    AFECTO

    Mantenerse caliente o fro ha sido una de las actividades diarias de las personas desde tiempos inmemoriales. No obstante, lo hacen desde un nivel casi inconsciente de la cultura, puesto que esas acciones son tan comunes y estn usualmente tan bien integradas con todos los dems aspectos sociales, que estas personas no notan, a menudo, su particular carcter de respuesta a las

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    necesidades trmicas. Es slo el raro viajero literario quien puede remarcar como las costumbres de la gente se adaptan al clima local - un tema para ensayos de viaje slo algo ms sofisticado que destacar el clima en s mismo. Y, sin embargo, desde la diminuta medida de los gestos y las posturas a gran escala de los rituales, los festivales y a menudo las costumbres sociales implican un aspecto trmico. La imagen de una mujer en el Sur de Espaa, agitando nerviosamente su abanico nos recuerda a una persona coqueta que utiliza este elemento como propuesta romntica ms que como fuente de refrigeracin. Los europeos solemos tener la costumbre de emplear muebles, sillas y camas para elevarnos convenientemente sobre el nivel del suelo donde se acumula el aire fro. Los hindes, por el contrario, no utilizan esos muebles sino que se sientan directamente en el suelo donde se benefician de la baja temperatura mantenida por ste. Sin embargo, el mismo hecho de que eso ocurra en las fras regiones de Japn nos indica algo ms que un simple acto trmico, ms bien se trata de una identificacin con la naturaleza, con el medio ambiente y un deseo -entre compasivo y resignado- de compartir sus vicisitudes.

    Las Navidades suelen tomarse como una fiesta religiosa, pero, la idea de celebrar las Navidades en el hemisferio Sur en mitad del calor veraniego es ligeramente perturbadora para las personas del hemisferio Norte. Recordemos que en Chile las fiestas navideas vienen a durar apenas un da. A pesar de su base religiosa, las Navidades tienen fuertes connotaciones de ser un escenario de tiempo clido y acogedor en contraste con el fro invernal. Del mismo modo todas las culturas presentan un conjunto de

    rituales, costumbres y actividades especiales asociadas con cada estacin.

    Movimientos solares en Sevilla

    En las comunidades agrcolas el mundo de la vida ha cambiado siempre radicalmente con las estaciones. No slo se preocupaban de las distintas cosechas sino que otros trabajos, rituales, vestidos y festivales, se asociaban todos con el clima en particular y las condiciones trmicas de cada estacin. John F. Embree, en su estudio sobre Suye Mura: un pueblo japons, presenta un mapa que detalla como todos los trabajos desarrollados en el pueblo tenan un espacio de tiempo particular y expone:

    Adems de la naturaleza estacional de sembrar y cosechar, existe una determinada estacin para realizar la mayor parte de los productos del poblado. El suministro de un ao de aceite para el cabello se prensa en primavera antes de comenzar el trabajo de recogida del trigo y plantacin del arroz... Cada estacin tiene sus vestidos caractersticos, incluso los juegos de nios se rigen por las estaciones -las nias juegan a la pelota en el otoo y juegan con bolsas de semillas en primavera, los nios llevan cometas y caminan sobre zancos en verano...El nico aspecto de la vida del poblado no afectado directa o indirectamente por las estaciones son los trabajos del destino -el nacimiento y la muerte.

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    Obviamente, mucho de esto vena ms determinado por los ciclos de crecimiento de plantas y animales que directamente por la temperatura, pero las condiciones trmicas que coinciden con esos ciclos estn asociadas inextricablemente con las actividades y rituales que sirven para reforzar su importancia.

    Del mismo modo en que las costumbres pueden llegar a asociarse con las cualidades trmicas y estacionales, muchos objetos, aparentemente mundanos, de nuestras vidas pueden llegar a tener fuertes asociaciones trmicas. Por ejemplo una taza de t est caliente por el lquido que contiene. Sin embargo incluso cuando est vaca tiene un sentido de calidez que permanece sobre ella. La realidad es que tendemos a apreciar las cosas que nos han proporcionado calor o frescura en el momento en que la necesitbamos. Esta asociacin entre un objeto y nuestro bienestar puede ser vaga e inconsciente, sin embargo puede contribuir fuertemente a nuestro aprecio por el objeto. Cun difcil es abandonar los viejas prendas o los elementos de proteccin que nos han prestado buenos servicios una y otra vez.

    Los lugares tienen an ms posibilidades de provocar asociaciones trmicas puesto que la provisin de refugio o la creacin de un microclima favorable es una de las funciones ms

    bsicas de la construccin. Un lugar con fuertes asociaciones trmicas puede ser un espacio de tipo cotidiano, como el comedor en el que penetra el sol cada maana, o puede ser una estancia a la que acudimos slo en ocasiones especiales, como un pabelln umbro del parque para los refrigerios del verano. Puede tratarse incluso de un lugar del que nunca habamos tenido experiencia previa pero del que podemos esperar buenas cualidades trmicas, por ejemplo, los refugios de montaa en medio de la nieve que vemos en una fotografa.

    Otro ejemplo sera la cama con baldaquino, que a veces puede pensarse que es un vestigio de otras pocas pero que en realidad es una sugerencia de confort con su cobertura y cortinas que envuelven el espacio y evitan las corrientes de aire.

    Casa Jacobs II. Hemiciclo solar. F. Lloyd Wright

    Los bancos de chimenea, el pabelln de verano, y la mecedora de terraza son ejemplos de lugares con funciones trmicas especiales. El banco de chimenea, que con frecuencia llega a convertirse en una pequea habitacin alrededor de la chimenea era un artilugio medieval ingles que fue

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    revisado recientemente por Frank Lloyd Wright y sus contemporneos. Tal como la cama de baldaquino, un banco de chimenea crea la imagen de un enclave especialmente clido, pues su funcin es intuitivamente clara: provisto de asientos empotrados en las paredes, tiene la dimensin justa para acomodar unas pocas personas que se renan junto al calor radiante del fuego y se resguarden de las corrientes fras

    El airoso edculo victoriano, o la cama con mosquitero, son quizs la anttesis trmica del banco de chimenea. Con una estructura abierta y una cubierta ligera de tipo paraguas, el pabelln de jardn se colocaba sobre una pradera abierta donde podra proporcionar algo de sombra al mismo tiempo que reciba las brisas pasajeras. Normalmente se pintaba de blanco con trabajos de celosa de encaje victoriano y esto designaba un cierto lugar como zona de estancia fresca y umbra (en los parajes nemorosos) en un da clido del verano.

    La mecedora de porche es otro ejemplo interesante puesto hasta que se pudo disponer de aire acondicionado, ms que una necesidad social responda a una necesidad trmica, la oscilacin era una de las ms efectivas formas de refrigeracin nocturna, en lugar de mover el aire hacia nosotros, es el cuerpo quien se mueve proporcionando frescor con un mnimo esfuerzo. No es

    por tanto sorprendente, que fuera este elemento el preferido para las tertulias y reuniones sociales.

    Aunque estos ejemplos puedan parecer muy simples y fuera de lugar, demuestran que el afecto que sentimos hacia los objetos y lugares descritos proviene de que hay algo de valor en ellos, las palabras que utilizamos para describirlos -clido, refrescante, umbro- implican que estos lugares nos ofrecen un sentimiento de bienestar trmico. Debido en parte a ese bienestar pensamos sobre ellos en trminos afectivos, desarrollamos un compromiso emocional con los lugares que han sido responsables de momentos agradables en nuestras vidas.

    A menudo, ese gusto por un lugar en particular, se manifiesta en el cuidado puesto en su decoracin, como es el caso de los tapices o los grabados de una estufa o una chimenea. Necesitamos un objeto en el que depositar afecto, algo identificable; si pensamos que existe algo muy personal y particular que es nuestra fuente, por ejemplo de calefaccin, podemos enfocar nuestro agradecimiento sobre este objeto. Sin embargo, si nada parece ser responsable de nuestro confort trmico a quin hemos de estar agradecidos?

    En un apacible da de primavera tal vez podamos identificar la estacin con nuestra maravillosa sensacin de bienestar, como se ha hecho en cientos de canciones y poemas. En una isla tropical, con una perfecta combinacin de brisas balsmicas, sol clido y palmeras umbrosas, llegaramos a amar la isla por proporcionarnos ese extraordinario marco. Pero en un tpico edificio de oficinas, a quin vamos a atribuir el permanente estado de confort de 22C y 50% de humedad? Al

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    difusor de aire escondido en el techo? Al personal de mantenimiento? Al arquitecto que dise el sistema hace unos aos, o tal vez al equipamiento mecnico del stano? Sencillamente, lo damos todo por supuesto. Cuando el confort trmico es una condicin constante, tanto en el espacio como en el tiempo, llega a ser tan abstracto que pierde su potencial de recibir afecto.

    Es tambin poco probable que relacionemos nuestro bienestar trmico con algo en particular, a menos que exista en algn lugar una consciencia de que se algo desarrolla una importante funcin trmica. El nivel de temperatura radiante es generalmente demasiado suave para notarse, ni existe forma de darse cuenta de que el techo est funcionando (por eso a veces se colocan cintas de papel en las salidas de conductos de aire). La falta de indicios especficos hace difcil relacionar el techo en la misma categora en que por ejemplo relacionamos el hogar.

    Lo mismo podra decirse de las paredes. Una importante funcin de la pared exterior de un edificio, especialmente en un clima fro es la de actuar como aislante (modificador) entre el interior y las condiciones del tiempo exterior. A efectos de mejorar el comportamiento trmico, solemos colocar un aislamiento resistivo en la construccin ligera, el aislamiento, queda entonces totalmente cubierto con los acabados, luego, slo aquellos que han construido la pared sern conscientes de su anatoma y por tato ser capaces de apreciar sus propiedades trmicas.

    Comparemos eso con el sistema de tapices altamente visible de la Edad Media, sta prctica se origin cuando los campesinos colocaban pieles en las paredes de sus casas durante el tiempo fro. Posteriormente, la nobleza

    comenz a encargar escenas y colgaduras pictricas que fuesen de su agrado, con lo que estos tapices, trascendieron de su papel de aislamiento para convertirse en una de las ms grandes formas de arte de la poca.

    Los mogoles de la India desarrollaron un sistema parecido para poder sentarse en el suelo que consisti en la produccin de extraordinarias alfombras que tambin podan colgarse de la pared a modo de cortinas. Las alfombras creaban una carpa aislante dentro de la habitacin que ciertamente posea la riqueza de un sultn. Se valoran las alfombras por su belleza, pero tambin por el sentido de calidez y confort que proporcionan. Su recogida con la llegada del buen tiempo refuerza las asociaciones estacionales y trmicas.Uno de los factores que pueden ayudarnos a entender las funciones trmicas de un objeto es la variabilidad. Por ejemplo, las persianas y contraventanas han sido muy comunes en las edificaciones de casi toda Europa y Norteamrica y ms an en los trpicos, su funcin es, claramente, cerrar el edificio y proteger el interior de las tormentas o del exceso de calor. Sin embargo, durante la mayor parte del tiempo se encuentran abiertas, pero su sola presencia nos proporciona un sentimiento reafirmante de refugio, ya que se deduce que podemos cerrarlas a voluntad. En la arquitectura moderna, esta sensacin se encuentra casi totalmente eliminada o se reduce a mera decoracin, como puede ser el caso de las nuevas viviendas en Japn o el Banco en Hong-Kong diseados por Norman Foster, y antes lo fueron los estilemas del movimiento moderno.

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    Norman Foster. Hong-Kong Bank

    Renzo Piano. Menill Collection en Texas.

    Menill Collection, obsrvese la densidad de conductos de acondicionamiento motivados por el acristalamiento indebido del techo. Parece un sistema muy sofisticado de control solar, pero fracasa por estar bajo el vidrio, luego, al perder su funcin, se convierte en estilema.

    Le Corbusier en Argelia

    Para mucha gente, una casa no parece confortable ni amable si no tenemos esas contraventanas. En comparacin, estn los muros de la vivienda que tienen el mismo comportamiento y no son apreciadas en esa funcin puesto que no suelen presentar cambios significativos a lo largo del tiempo. (en sentido contrario podemos destacar el antiguo encalado estacional de principios de verano, que permita asegurar una diferente absorcin de calor por la fachada segn que fuese una poca fra o clida). Por tanto, la pared convencional no nos suele llamar tanto la atencin como las persianas.

    Relacionados con estas persianas se encuentran los diversos tipos de aislamiento mvil que se estn desarrollando junto con el diseo solar. Parece que tienen el mismo potencial de

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    llegar a ser objetos de afecto para las personas. Podemos en este caso destacar los textiles que se extienden automticamente por la noche o bien las lamas automticas que siguen la posicin solar durante el da y por la noche cierran todo el edificio, o bien pueden realizar la funcin contraria, proporcionar sombra durante el da y abrirse por la noche para la ventilacin. Estas funciones pueden realizarse como veremos de un modo natural mediante la incorporacin de especies vegetales adecuadas para la edificacin. Esos sistemas mviles muchas veces funcionan basndose en las propiedades de los materiales de cambio de fase (fren, hidrxido clcico, alcoholes). Podemos presentar algunos comentarios de los dueos de casa solares: cuando observamos las lamas cerrarse automticamente, una por una sin seguir ningn orden en particular, sabemos que el aire caliente se est elevando y el fro se va depositando...ese sistema nos recuerda que la tierra sigue girando y el da se acaba.

    La estatua mgica (mquina solar) de Athanassius Kircher

    Las reflexiones del pintor Santiago del Campo, residente en una vivienda solar, integrada en el casco histrico de Triana son tambin reveladoras:

    La casa es la de un pintor que no tiene un estudio. El caballete y una mesa con los tubos de pintura ocupan un espacio no delimitado enmedio de la sala del piso superior, frente a la imponente vista del ro y la plaza de toros, acotado tan slo por la lmpara, fabricada por m mismo, en la que he mezclado bombillas y tubos de diferente calor e intensidad para imitar lo inimitable: la luz del sol. Nunca podra terminar un cuadro por la noche, porque la luz del da desmentira todo el trabajo realizado.

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    No obstante, la mayor experiencia del proceso trmico nos viene por la conduccin, puesto que el sentido del tacto presenta una innegable reaccin hacia ese proceso. Cuando tocamos algo recibimos informacin inmediata sobre su temperatura aunque lo hagamos inconscientemente. Por eso podemos llegar a amar ciertos objetos que nos proporcionan sensacin de calidez al tacto, la cazoleta de una pipa o el ovillo de un animal de compaa.

    La conduccin trmica tambin puede tener lugar en nuestra relacin con el ambiente a gran escala. La experiencia ms comn es con el agua, cuando estamos inmersos en agua, su temperatura es una condicin importante dado que intercambiamos calor con ella muy rpidamente, por eso quiz tenemos un grupo muy amplio de palabras para describir la temperatura del agua (tibia, clida, fresca, fra, templada, etc...). En el Norte de la China y Corea existe una plataforma elevada de tierra en el centro de la habitacin llamada kang. Esa plataforma se calienta por conductos enterrados que provienen de la cocina, y la convierten en una superficie clida donde sentarse. Es en el kang donde la familia realiza sus comidas, las tareas del hogar y emplea el tiempo libre

    hablando y contando historias. Las dunas de arena del desierto son otro buen ejemplo de entorno conductivo, pues segn la temperatura ambiente nocturna podemos elegir para situarnos una duna que se haya calentado durante el da y an mantenga su temperatura o, por el contrario, una que haya recibido poco soleamiento (por estar orientada al Norte).

    En conjunto, sin embargo, los entornos conductivos son raros, en lugar de la conduccin, nuestra relacin trmica con un lugar ocurre ms bien mediante conveccin, evaporacin y radiacin. Podemos notar esos procesos en los casos ms extremos pero, en general, son procesos inconscientes, podemos pensar que un lugar es clido y confortable o fresco y relajante sin poder decir exactamente por qu o cmo. La informacin trmica no se diferencia en nuestra memoria, sino que ms bien es retenida como una cualidad asociada con la experiencia total del espacio. Contribuye a nuestro sentido de personalidad particular, o espritu identificado con el lugar, como anticipando que nuestro retorno ser igual de confortable que al principio.

    La cama de baldaquino es un buen ejemplo de lugar que en s mismo no es clido pero que conlleva fuertes asociaciones trmicas, tiene una gran definicin espacial que contribuye a asegurar que nuestros recuerdos asociarn la experiencia del bienestar trmico con algo en particular -el lugar en s mismo.

    El banco de chimenea, el kiosco o edculo, y la mecedora del porche, tambin tienen una definicin fuerte de su espacio. Cada uno es en s mismo como una pequea casa dispuesta para un especial propsito trmico. Podramos definirlos mejor como

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    edculos trmicos. Sin duda podemos mencionar tambin aqu la fascinacin que el ser humano siente por los refugios en miniatura, esto quiz se debe a que en un edculo se identifica la experiencia del lugar trabajando de la misma manera que lo hace una caricatura, reduciendo algunas partes de escala, se exagera la importancia de otras, especialmente el tamao de una persona en relacin con el espacio. El realizar lugares trmicos que incorporan las cualidades del edculo es una forma de enfatizar la importancia del lugar como escenario para las personas.

    Los pequeos lugares trmicos como kioscos o bancos de chimenea parecen pasados de moda puesto que han sido superados por una tecnologa que nos permite mantener edificios enteros a una temperatura uniforme. No necesitamos crear un lugar con especiales cualidades trmicas, puesto que cualquier lugar puede estar en buenas condiciones. Sin embargo, el aprecio permanente que

    tenemos por esos lugares sugiere que servan especialmente bien a una necesidad. Cada uno proporcionaba un escenario para las actividades asociadas con un conjunto especfico de condiciones trmicas. Las hbitos de las personas y sus reglas de comportamiento espacial estaban en gran medida determinadas por la disponibilidad de cualidades trmicas deseables,. Por ejemplo, en el Sur de Espaa e Italia cuando algunas mujeres cosen en el umbral de las puertas, con slo pequeos cambios de posicin de las sillas, se puede conseguir un mayor o menor grado de sombra o por el contrario buscar la radiacin solar.

    Por el contrario, en Amrica y en la Europa moderna, la tendencia ha sido a evitar las condiciones trmicas como determinante del comportamiento. En lugar de eso, hemos empleado nuestra tecnologa para mantener complejos enteros residenciales y de trabajo a una temperatura confortablemente uniforme. Como resultado, nuestros hbitos espaciales han llegado a ser difusos, y las actividades que fueron una vez localizadas en funcin de sus condiciones trmicas se han dispersado por toda la casa o edificacin. Olvidamos, a menos que el sistema se colapse, que tan amplio uso del espacio es extremadamente dependiente del equipo disponible de calefaccin y refrigeracin.

    Lawrence Wylie, un antroplogo de Harvard, nos ha descrito cmo su familia hubo de readaptar todas sus conductas domsticas cuando dejaron su casa americana moderna donde mediante un movimiento del ndice se regula el calor de toda la casa para vivir en un pueblo francs.

    Haba chimeneas en todas las habitaciones, una estufa de cocina y

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    una especie de estufa de Franklin en mi estudio. Yo estaba decidido a mantener la casa caliente, puesto que con todos estos aparatos era tericamente posible. Al cabo de unos das descubr que mantener encendidos todos los fuegos era un trabajo a tiempo completo en el que se empleaban muchas horas y dinero. Cuando soplaba el mistral ningn fuego poda mantener mi estudio caliente. Dej de hacer esto y llev la mquina de escribir y los libros a la sala. Despus me di cuenta de que mantener todos los fuegos de los dormitorios encendidos cuando stos slo eran tiles en el momento de vestirse y desvestirse no pareca lgico, era mejor vestirse directamente en la sala. El bao no era ya un refugio confortable como en casa...nos dimos cuenta de que eran necesarios menos baos que en casa... si uno de los nios se pona enfermo no podamos ir a su habitacin para consolarlo sino que lo llevbamos a la sala. El fuego de troncos de roble que arda da y noche durante seis meses se convirti en el punto focal de nuestra vida familiar.

    Su comportamiento espacial, ms an todo su comportamiento cambi en respuesta a los nuevos (viejos) sistemas de calefaccin.

    Poco a poco, nuestra vida familiar, que en casa se distribua por todo el espacio y que habamos intentado distribuir del mismo modo en la casa de Francia, desapareci de las otras habitaciones y se concentr en la sala... tuve que aprender a trabajar mientras los nios jugaban. Los nios por su parte aprendieron a jugar con menos ruido. Tuve que aprender a quitar mis papeles de la mesa para que pudisemos cenar...sin darnos cuenta nos habamos adaptado a una condicin necesaria de la vida en ese pueblo de Francia donde las familias se

    acostumbran a vivir juntos en una habitacin...es inevitable decir que la palabra inglesa home no puede traducirse directamente al francs. El equivalente ms prximo es la palabra foyer, el hogar.

    Tambin existan comportamientos estacionales en el uso del espacio que la familia encontr significativos: en el verano este centro de la vida es menos importante. El fuego slo se enciende para cocinar. La familia vive fuera al sol tanto como sea posible. As en el verano la vida social llega a ser mucho ms pblica, movindose entre las calles del pueblo y las plazas, hasta los cafs al aire libre y las pistas de petanca, donde tanto el sol que caliente como la sombra que refresca pueden encontrarse a voluntad.

    El gusto de las culturas mediterrneas por sus calles y plazas es en gran medida trmico. Mucha parte de la vida social se desarrolla en las calles y plazas puesto que ofrecen el mayor confort trmico. Proporcionan un lugar para exponerse al sol o una plaza umbra y ventilada donde estar fresco, mientras que el aire de las casas se estanca y stas permanecen o demasiado fras desde la noche anterior o excesivamente calentadas por el sol de la tarde. En la mayor parte de los pases mediterrneos la costumbre de caminar por las tardes, el paseo, se desarroll para aprovecharse del agradable frescor de las calles y plazas en las tardes de verano.

    Los lugares con cualidades trmicas deseables tienden a convertirse en espacios sociales puesto que la gente se rene para disfrutar del confort que all existe. Ejemplos de lugares con cualidades trmicas importantes que son tambin espacios sociales abundan en todas las culturas.

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    En Arabia Saud, las mezquitas se disean con una sala de oracin especial en el stano que permanece fra durante los das ms clidos de Arabia. Adems de emplearse para la oracin es uno de los lugares preferidos por los hombres para la vida social o incluso la siesta.

    Cubricin de un espacio en la Meca con elementos textiles

    En la Italia de principios de siglo, este lugar poda ser la panadera, y , en la Amrica del siglo XIX sera el almacn de hielo, donde tambin los nios solan jugar. Con el advenimiento del aire acondicionado, los negociantes de los Estados Unidos descubrieron que el frescor poda usarse para atraer al pblico. Los cines eran normalmente los primeros lugares de un pueblo pequeo en estar acondicionados, lo mismo que ocurra en Andaluca donde la tecnologa cinematogrfica se import desde Amrica como comprob Eduardo Mosquera. As los reclamos publicaban: AIRE ACONDICIONADO, y a menudo, como an ocurre en los grandes almacenes, parte de este aire se vierte sobre la acera para incitar a los transentes a entrar. En los meses

    clidos de verano los anuncios de centros comerciales se aseguran de demostrar que todo el complejo est acondicionado. Se espera que la gente vaya all slo para estar fresco y ver a otra gente, en la versin americana del paseo -un pblico atrado trmicamente que podra entonces sentirse tentado a comprar algo.

    Los cinemas, como este ejemplo gaditano, se valieron por primera vez de las tecnologas de acondicionamiento de aire para atraer pblico. Con anterioridad se haban experimentado situaciones similares al aire libre.

    Sin embargo, el confort trmico no slo provoca que la gente se rena sino que se trata de una experiencia que hay que compartir. Es un placer de los sentidos y por lo tanto al igual que otras experiencias humanas bsicas -la comida por ejemplo- nos gusta compartirla con las personas que apreciamos. Por ello el compartir una agradable experiencia trmica puede ser un modo de reforzar la amistad. En los pueblos del Norte de la India las personas viven con un mnimo de muebles, usando un panel tejido un charpoy como cama porttil, silla y mesa todo en uno. Pero a menudo existe un mueble muy especial ricamente decorado, se trata de la mecedora, una mecedora de interior suficientemente amplia como para que dos o tres personas se sienten juntas. Cuando los amigos vienen de visita, es el lugar para

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    pasar el tiempo a la vez que el centro social.

    El compartir experiencias trmicas tambin puede ser un aditivo de las relaciones sociales, pensemos por ejemplo en los automviles descapotables o en los invernaderos de las casas victorianas, donde, debido al efecto de trampa para el calor, se conseguan temperaturas ms propias del trpico que de un clima fro.

    En muchas culturas, un lugar trmico juega un papel importante como lugar identificado con la cohesin de la familia, el clan u otro grupo social. Las especiales condiciones trmicas proporcionan una razn al grupo para permanecer juntos . Como en el caso anterior de la familia Wylie en el pueblo francs, la necesidad econmica puede reforzar un foco trmico de la vida familiar para preservar el esfuerzo y los recursos que deben gastarse para crear calor o fro extra. A pesar del incentivo, sin embargo, un lugar trmico se nos presenta como escenario especialmente apropiado para afirmar la unidad del grupo, puesto que el disfrute individual del confort trmico se refleja en el sentido de bienestar del grupo en su conjunto.

    El hogar nos es bien conocido como centro de la vida familiar. El kang chino desarrolla unas funciones similares en China y en Corea. En los pueblos rabes, la cafetera, con su pequeo fuego inferior, constituye el foco del mudhif, la sala social, en la que cada tarde los hombres del pueblo se renen para hablar sobre los acontecimientos del da. En India el centro del poblado es tradicionalmente el gran rbol de sombra, donde se encuentra el consejo y se ensea a los nios a recitar los textos antiguos.

    En Los Angeles el hogar se haba heredado de la cultura europea como centro simblico de la casa, (ver por ejemplo Le Corbusier en Nungesser le Colli y su definicin de Von como guardin del foyer) y por ello todas las casas tienen un hogar testimonial, donde normalmente no existe fuego real. Sin embargo, en la potente economa y clima clido de Los Angeles, la piscina tiene ms posibilidades de convertirse en el punto focal de la casa. La piscina es el lugar donde las comunidades y las familias se relajan juntos, flotando en las frescas aguas o simplemente sentndose alrededor de su borde. La piscina proporciona el lugar para fiestas y celebraciones familiares. La tpica planta de la casa, enfoca sus vistas desde todos los ngulos hacia la piscina, el orgullo de la familia. Incluso desde dentro, una extensin de vidrio que se desliza nos permite sentirnos ntimamente asociados con las aguas reflectantes de la piscina.

    Villa Tvoli. Casa-Isla de Adriano (ant.Teatro Marittimo)

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    La piscina como elemento organizador de la vivienda en la arquitectura californiana. Morphosis. Vivienda en Calabassas. 1982

    En Japn, por el contrario, el kotatsu porttil se parece ms al foco de la vida familiar, (algo parecido a nuestro antiguo brasero andaluz). Los japoneses han optado por disear sus casas teniendo ms en cuenta el verano que el invierno, por ello son casas difciles de calentar y ms bien frescas y ventiladas en verano (recordemos los mviles de sonido), mientras que el invierno se soporta con sistemas localizados para calentar el cuerpo. El ms pequeo de todos es el kairo, una caja que se lleva en el bolsillo o en la ropa y que contiene ascuas de carbn. El hibachi es un recipiente de carbn que se lleva de una habitacin a otra para calentarse las manos.

    El kotatsu en cambio calienta a nivel de los pies y las piernas y puede

    compartirse como el brasero pero adems frecuentemente se situaba en una depresin del suelo de la planta baja que hoy es ms difcil de realizar debido a los modernos medios constructivos. Normalmente las escenas familiares se desarrollan en torno a este espacio, sin embargo, con los nuevos sistemas de calefaccin en parte est desapareciendo esta manera de relacionarse. Conviene recordar aqu que, como nos inform el profesor Ken-ichi Kimura, en pocas pasadas, los japoneses fueron tan pobres que no pudieron permitirse el escape de humo calentado por el fuego puesto que era necesario aprovechar ese calor, es decir, no haba chimeneas.

    Sin embargo, un centro social an ms importante, son los baos pblicos, todas las clases sociales comparten visita a este lugar, todas las ciudades y pueblos los tienen, el agua se mantiene limpia porque las funciones de lavado se realizan en lugares anexos al bao. El extremado calor del agua, hace que el cuerpo se mantenga caliente durante mucho tiempo, haciendo innecesario el vestido durante algunas horas, especialmente las horas del sueo. Los baos pblicos son en definitiva un gran lugar de encuentro para la comunidad.

    Una funcin similar con sus rituales se est desarrollando en los complejos de apartamentos y parques de caravanas

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    alrededor de los baos jacuzzi en California, que son tambin un lugar de reunin para grupos de amigos.

    Interior de un bao en Japn por Kiyonaga Toru. Una reproduccin de esta pintura permaneci en el dormitorio de Degas durante al menos 2 aos.

    La asociacin del confort con la gente y el lugar queda reforzada con el uso ritualizado de ese lugar. El vivir un lugar a una hora determinada y de un modo especfico, tal y como los japoneses usan sus baos, crea una constancia de la que se llega a depender tanto como del lugar en s mismo. Eso establece, en tiempo y comportamiento, una definicin del lugar tan fuerte como cualquier definicin espacial arquitectnica, tal como podra ser un edculo. El uso ritual puede hacer algo ms que reforzar el afecto por un lugar, a travs del ritual, un lugar llega a ser elemento esencial en las costumbres de un pueblo.

    LO SAGRADO

    las chimeneas tienen una posicin muy significativa en la casa, esa posicin es ms importante de lo que el mero anlisis de su funcin indicara. La gente suele apreciar la chimenea an cuando no la usen muy frecuentemente. La funcin principal del hogar, proporcionar una fuente de calor para las casas, ha sido superada por sistemas de calefaccin central mucho ms efectivos. Cuando se enciende un fuego, probablemente se trata de un hecho ceremonial: una forma de hacer que la casa sea especialmente hogarea, una invitacin cuando los huspedes vienen de visita, una forma de dar un aire aadido de celebracin a una fiesta tal como la Navidad o el Ao Nuevo. Muchas casas modernas tienen chimeneas instaladas con surtidores de gas que titilan alrededor de un tronco permanente de hormign, el cual est pensado para dar sentido de hogar sin la molestia de tener que construir un fuego realmente. En tales casos, parece claro que la chimenea es ms valorada por su papel simblico que por su funcin trmica. El significado que la chimenea mantiene es un elemento extremadamente importante de lo que en realidad es. Por eso, el hogar es tanto un centro simblico de la casa como un lugar para quemar lea.

    Existen otros muchos escenarios trmicos adems de la chimenea que presentan una significacin notable dentro de sus culturas. Se prestan a mostrar varias capas de significado, desde las ms personales, hasta las heredadas de la experiencia cultural en su conjunto. Como afirma Yi-Fu Tuan en Topophilia: Un smbolo es un depsito de significados. Los

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    significados surgen de las experiencias ms profundas que se han acumulado a lo largo del tiempo. Hasta el extremo de que un lugar que se convierte en depsito de significados valorados por una cultura, tambin adquiere valor por asociacin con esos significados. De la misma manera en que se puede llegar a apreciar un libro porque contiene ideas importantes, igualmente se puede valorar un objeto o un lugar por las ideas que encarna. En cierto sentido, el lugar en su papel de smbolo almacena la idea, dotndola de una realidad fsica fuera de la mente.

    En las sociedades religiosas, lo sagrado es una forma de comunicar la importancia extrema de un smbolo para la sociedad. Cuando un smbolo representa algo que se considera esencial para la experiencia humana, su conservacin es de importancia capital. Declarndolo sagrado, un smbolo llega a ser inviolable, asegurando su superviviencia a travs del tiempo. Elaspecto sagrado del hogar domstico es comn a varias culturas. Nuestro propio concepto de la primaca del hogar puede incluir varias pocas. Los significados asociados al hogar, se han acumulado, sin embargo en una historia mucho ms larga. Se reflejan en tradiciones que tienen races antiguas y hasta prehistricas.

    El hogar desarroll una especial significacin en Europa, donde las religiones paganas dejaron un poso de tradiciones populares que an continan incluso despus del establecimiento del Crisitianismo. Muchas de las tradiciones surgieron probablemente de los primeros ritos de adoracin del fuego. Resulta claro que los dioses del fuego eran principales en los panteones Indo-Europeos. En la religin vdica se veneraba a Agni en el rito conocido como Agnihothra. Agni es el amigo

    domstico del hombre, el padre del sacrificio, el mediador entre los hombres y los dioses, el portador de himnos y plegarias desde el altar de cada familia hacia el cielo. En el otro extremo del continente, los Celtas de Irlanda y Escocia, veneraban a Bel para quien encenda grandes hogueras en el primero de mayo, da tambin conocido como vspera de Beltane. Frazer, argumenta que los grandes festivales del fuego de Europa estaban ligados a la muerte anual y resurreccin del sol: Desde el punto de partida del hombre primitivo, nada parece ms apropiado que encender fuegos en la tierra durante los dos momentos en los que el fuego y el calor de la gran luminaria del cielo comienza a aumentar o disminuir. Como sabemos, los solsticios y equinoccios eran ocasiones para elevar grandes piras funerarias, como las hogueras de San Juan, en torno al 24 de Junio o las de mitad de verano que an continan en Escandinavia. El Yuletide o el Hogmanay de Inglaterra y Escocia que hoy vienen a significar la estacin de Navidad, originalmente respondan al nombre del festival pagano del fuego en el solsticio de invierno. La costumbre de quemar un tronco de madera la vspera de Navidad, a menudo iniciando la combustin con cenizas del ao anterior, es un remanente de la ceremonia del fuego pagano que ha sido reabsorbido dentro de las costumbres cristianas. Frazer aclara esta cuestin:

    Es cierto que el solsticio de invierno, que los antiguos asignaban errneamente al 25 de Diciembre, se celebraba en aquellos tiempos como el cumpleaos del sol, y se alumbraban fuegos votivos y hogeras en esta ocasin de regocijo. Nuestras fiestas de Navidad no son sino una continuacin bajo nombre cristiano de aquella antigua festividad solar; las

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    autoridades eclesisticas vieron apropiado, hacia el final del siglo III o principio del IV, el trasladar, arbitrariamente, la natividad de Cristo desde el 6 de Enero hasta el 25 de Diciembre, para desviar al Seor las plegarias que los paganos haban ofrecido en ese da al sol.

    El hogar era considerado normalmente como el santuario domstico de un dios del fuego. Podra haber alojado a un dios mayor que fuera aceptado dentro de una cultura como era el caso anterior del Agni de los vedas, o solamente un pequeos espritu local que fuera responsable de la proteccin de la casa y los residentes. Muchas de estas tradiciones han sido abandonadas, pero existe una cierta memoria cultural que contina contribuyendo al significado cultural del hogar.

    El sauna presenta un ejemplo bastante prximo al del hogar. En Finlandia tiene un importante puesto en las costumbres nacionales. Los rituales del sauna actual son similares a los ritos del bao en Japn, sobre los que posteriormente incidiremos. El sauna adems, aparece descrito desde antiguo incluso en la epopeya finlandesa el Kalevala a la que nos hemos referido en varias ocasiones y que fue objeto de comentario e inspiracin entre arquitectos como Aalto y Pietil. Las primeras referencias en espaol, como veremos en el tema 9, aparecen de mano de las traducciones abreviadas que ngel Ganivet present en sus Cartas finlandesas.

    Es sabido por tanto, que desde la edad media, el sauna era importante, tanto en la vida rutinaria como en los festivales finlandeses. Todos los das iban al sauna para limpiarse; all se preparaban para los grandes festivales, y all se baaban antes de las ceremonias de matrimonio Ms de un

    nio naci en el sauna y ms de un anciano fue llevado all para morir.

    Viherjuuri explica como el sauna aparece en la religin finlandesa:

    El sauna era un lugar para venerar a los muertos, que se supona que retornaban gustosamente, tras la muerte a un lugar tan placenteroAlgunos pensaban que arrojar agua sobre las piedras era una forma de ceremonia o sacrificio. Lapalabra finlandesa loyly, que quiere decir, el vapor que se eleva de las piedras, originalmente signific espritu o incluso vidasegn un antiguo dicho finlands, en el sauna debemos conducirnos como en una iglesia. Estaba prohibido hacer ruido o silbar o hablar indecentemente, puesto que todas las influencias negativas se haban expulsado fuera.

    Aunque muchas de las antiguas costumbres no se observan hoy en da, el sauna sigue siendo visto por los finlandeses con cierta reverencia como reflejo de las antiguas tradiciones.

    Es interesante remarcar que el sauna parece haber evolucionado a partir de la forma de una antigua casa de los pueblos de Finlandia y Estonia. Se desarroll como una cabaa de troncos cuando las tcnicas para construir paredes verticales de troncos se introdujeron en las tierras boscosas del norte de Europa. Esta casa del sauna, reemplaz a la anterior casa excavada, una estructura en forma de tepee, que se mantuvo en las costumbres de Estonia como cocina al aire libre en verano. A medida que la tecnologa de edificacin evolucionaba, los finlandeses y estones adoptaron casas ms grandes, pero mantuvieron la pequea casa del sauna como anexo utilizado especficamente para baos de vapor.

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    Da la impresin de que la antigua forma de refugio lleg a estar tan fuertemente asociada con su funcin trmica -producir un lugar clido en un clima fro- que se mantuvo para un uso exclusivamente trmico.

    El fuego del hogar y el vapor del sauna, eran fenmenos misteriosos para nuestros antepasados, que stos explicaban en los trminos de su teora sobre cmo funcionaba el mundo -una cosmologa compuesta de espritus y dioses. El fuego y el vapor eran valorados por su pureza elemental. Ofrecan una experiencia de la pureza asociada con el reino espiritual, y por lo tanto, proporcionaban un nexo entre el mundo fsico de los seres humanos y la concepcin de nuestros antepasados sobre los principios del universo. Tanto como manifestacin de un espritu domstico del hogar como en forma de dios del sol, el fuego era la evidencia de los poderes del reino espiritual.

    Otro caso tambin relevante es la reverencia por las aguas termales en Japn. Estas aguas, son tiles para el bao diario sin necesidad de consumo energtico para calentarlas, por lo tanto su valor es nico. En el balneario de Kusatsu, cerca de Nikko, an se celebra como mostramos en la figura la ceremonia de enfriamiento de las aguas. En efecto, la corriente sulfurosa de esta localidad, est aproximadamente a 60C, lo que hara imposible el bao. En los tiempos en los que no se poda acudir a una regulacin artificial de caudales y temperaturas, la nica forma de llegar a los 40, era producir conveccin agitando el elemento lquido. Esto se haca mediante tablas que se movan rtmicamente segn una cancin ceremonial. Al final del rito,

    pensado para aplacar al espritu animista de las aguas, stas quedan listas para ser utilizadas.

    Ceremonia de enfriamiento de agua en Kusatsu (Japn)

    Hoy, por el contrario, no nos inclinamos a contemplar la refrigeracin y calefaccin modernas como representativas de un reino espiritual. Los principios fsicos que se dan en su funcionamiento se comprenden perfectamente y no hay ningn misterio. El aire acondicionado o el calentador a gas no se consideran como expresin del mito o de algn concepto metafsico. Son slo funcionales, diseados de acuerdo con la prctica ingenieril directa, para servir eficazmente a la funcin preestablecida.

    Y sin embargo, el funcionalismo en s mismo puede considerarse como una especie de ente religioso. Es parte de la cosmologa de un universo mecanicista en el que todos los objetos y los fenmenos fsicos se comportan solamente segn principios objetivos. Los sistemas de construccin, las mquinas y los aparatos llegan a sercontemplados como poseyendo una realidad independiente de las creencias humanas, su forma y funcin vienen dadas nicamente por las leyes fsicas. Sin embargo, se trata fundamentalmente de artefactos. Todos tienen su origen en la mente humana y por tanto estn inevitablemente formados y tienen expresiones de los valores, las actitudes y los prejuicios de sus creadores.

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    Desde los aos 60 hemos heredado numerosos sistemas de calefaccin y refrigeracin creados desde un moral de universal conveniencia. Las mquinas que van a mantener nuestro confort trmico se concibieron como sirvientes mecnicos, atendiendo todas nuestras necesidades, mientras que estorban lo menos posible. Los sistemas se han diseado de forma que pueden recibir instrucciones por control remoto o pueden auto-activarse para alcanzar las condiciones trmicas adecuadas. El ideal parece ser un robot benfico que entender y cumplir todas las necesidades de sus dueos.

    Un enorme contraste con la aproximacin descrita se encuentra en la moral encarnada en el diseo de edificios con acondicionamiento solar pasivo. No debemos utilizar la tecnologa para distanciarnos de la naturaleza; ms bien deberamos luchar por una relacin ms intima o incluso simbitica con las fuerzas naturales. El diseo solar, especialmente en el caso de calefaccin, proporciona una excelente expresin de esos valores y, por ello, ha llegado a considerarse como un smbolo de ellos.

    Las viviendas bioclimticas de Osuna, diseadas por Jaime Lpez de Asiain, son probablemente un gran ejemplo de diseo pasivo. Las viviendas estn abrigadas y sintonizadas con el sol y la tierra. Ms que atender a la conveniencia de una temperatura interior constante regulada por un termostato, puede sufrir oscilaciones trmicas de hasta 10C, mantenindose, sin embargo, dentro de un rango de confort. En las encuestas que se realizaron para conocer las opiniones de los usuarios acerca de las actuaciones, el 71% de los encuestados consideraba su vivienda como no fra. Es una respuesta

    lgica pues viene a justificar la importancia de la orientacin en la vivienda, que casi siempre es la Sur con las ventajas de calentamiento que eso supone.

    Acerca del comportamiento en iluminacin, las respuestas fueron contundentes, durante el da, ninguno de los encuestados utiliza alumbrado elctrico en ninguna de las habitaciones de la vivienda con el consiguiente ahorro energtico que eso supone. La luz natural de cada estancia est calificada como buena casi en el 100% de los casos, incluido el bao y la escalera.

    Opiniones de usuarios de viviendas solares ayudan a clarificar la cuestin: vivir en una casa solar es un nuevo entendimiento, otra dimensin. Tenemos el confort de una casa con la serenidad del espacio exterior- nos sentimos protegidos y sin embargo sintonizamos con el entorno.

    No se trata slo de ahorro financiero. Somos ms consciente del tenue hilo

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    con el que nuestras vidas estn ligadas a este planeta, estamos ms convencidos de que es el sol quien nos renueva, casi de un modo religioso. Estamos agradecidos al sol por estar ah, en el centro de nuestro universo, calentando y mantenindonos vivos. Ese sentido atvico de los elementos que el hombre primitivo conoci y experiment forma ahora parte de nuestras vidas.

    Una casa solar acomodada tanto a las necesidades de los habitantes como a los ciclos solares, parece ejemplificar la relacin humana con el mundo natural.

    Esta actitud nos recuerda en algo a la antigua adoracin por fuego que celebraba la muerte y el renacimiento del sol. Sugiere un paralelo entre el simbolismo del hogar y de los edificios solares. Ambos tamizan una fuerza elemental por atender a las necesidades trmicas prcticas. Ambos llevan un fenmeno primigenio al reino de la experiencia cotidiana.

    Adems de tener significado en s mismo, un sistema trmico puede utilizarse para reforzar el significado o destacar el significado de otros smbolos. Es interesante constatar como las cualidades trmicas especiales se asoccian con lugares simblicos en muchas sociedades. Quiz la provisin de confort trmico y deleite es una forma de enfatizar la importancia que el lugar tiene para las personas.

    Un caso claro es el uso por parte de la arquitectura rabe de la mashrabiyya o celosa, cuyo nombre deriva de un verbo rabe que significa beber, puesto que al ser la hospitalidad un valor fundamental en la sociedad rabe, los huspedes eran convidados a tomar un refrigerio en la parte ms fresca de la casa, donde la

    posibilidad de ventilacin se conjugaba con las vistas sin ser visto.

    El problema de contrarrestar las altas temperaturas, fue siempre mayor que el de minimizar el fro, la tecnologa de refrigeracin era ms cara y compleja. En los pases islmicos no se escatimaron esfuerzos para refrigerar los tronos de los sultanes o sus pabellones de verano. Se empleaban juegos de agua con el fin de refrigerar amplias zonas por evaporacin. Un prncipe de Alwar tuvo su sala del trono en un pabelln de mrmol completamente rodeado por una cascada de agua que caa desde las cornisas. Un sistema similar fue empleado por el sultn de Toledo:En el centro del lago se elevaba un pabelln de agua, de vidrio emplomado adornado con oro. All el sultn podra reclinarse en el da ms clido, rodeado por la lluvia centelleante que caa desde la cpula. Por la noche se encendan velas para que brillasen a travs de las ventanas transparentes.

    Menara de Marrakech

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    Harun Minar en Lahore

    Todos esos sistemas, adems de producir beneficios trmicos, aumentaban el aura de poder y privilegio alrededor del trono del sultn.

    Los baos pblicos de la antigua Roma son otro ejemplo de un lugar trmico que lleg a ser una expresin de los ideales sociales de un pueblo. Lo que al principio fue un lujo reservado slo a las clases ms acomodadas, poco a pocose fue extendiendo hasta convertirse en un servicio pblico. Las termas llegaron a ser tan populares que se convirtieron en lugar de reunin social preferibles a las inadecuadas condiciones trmicas de las viviendas. El fastuoso diseo arquitectnico, perdura de tal manera en el tiempo, que algunos de sus pabellones se convirtieron con posterioridad en Iglesias cristianas como San Bernardo alle Terme.

    Termas de Pompeya

    Carcopino, describe con extensin el uso del espacio:

    Cerca de la entrada estaban los vestuarios donde los baistas llegaban para desvestirse. A continuacin estaba el tepidarium, una gran sala abovedada que slo se calentaba ligeramente y que se encontraba entre el frigidarium al Norte y el caldarium hacia el Sur. El frigidarium que era probablemente demasiado grande como para estar completamente techado, se hallaba la piscina en la que se zambullan los baistas. En cambio, el caldarium era una rotonda iluminada por el sol al medioda y por la tarde, y calentada por vapor que circulaba.. bajo el pavimento. Al sur del caldarium se encontraban los sudatoria, cuya gran temperatura induca la transpiracin igual que en los baos turcos. Finalmente, todo el enorme complejo estaba flanqueado por palestrae, que se conectaban con salas de recreo en las que los baistas podran dedicarse a sus deportes favoritos.

    En el exterior, el gran cuadriltero se remataba con prticos llenos de tiendas, vendedores y clientes; dentro

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    incluan jardines y paseos, estadios y servicios, gimnasios y hasta bibliotecas y museos. Las termas ofrecan de hecho a los romanos un microcosmos con muchas de las cosas que hacen atractiva la vida.

    Termas de Antonino en Cartago

    Termas de Caracalla

    El uso de sistemas de calefaccin radiante por hipocaustos, permiti mantener altas temperaturas dentro de las termas aunque en ocasiones no estuviesen totalmente cerradas. La orientacin Sur de las aperturas ayud a conservar esas buenas condiciones de calefaccin.

    Por el contrario, la disposicin de la sala de banquetes al aire libre en la villa Adriana con su orientacin Norte y sistema de canales en las paredes (llamados como el Nilo) y su estanque Canopus, permita mantener baja la temperatura incluso en los das ms clidos del verano.

    Los templos y palacios de la India ofrecen un curioso ejemplo de conjuncin de lugares trmicos y sagrados. Se trata de santuarios contra el omnipresente calor tropical. Los peregrinos acuden para rezar y meditar pero a menudo se quedan a realizar otras actividades con motivo de las bajas temperaturas. Mientras que el poblado se construye con barro y caas o madera, el uso de la piedra est reservado a los templos. Se usa en estructuras piramidales para cubrir los sepulcros (vimana) y las puertas (gopurum) y tambin para las salas de columnas y arcadas; esta cantidad de piedra produce una masa trmica que nunca llega a los extremos de la temperatura del aire.

    En los antiguos poblados vdicos exista siempre un centro refrigerado, como puede ser la sombra de un rbol gigante, respecto al cual los reinos celestiales giraban. All se reuna el consejo y se lean los textos sagrados. Posteriormente, el centro se engrandeci con stupas entorno a las que deambulaban los fieles peridicamente para repetir el movimiento solar. Similares conceptos se encuentran en la civilizacin inca en ciudades como la antigua Ingapirca en Ecuador.

    Tales stupas sirvieron de precedente a los templos que posteriormente habran de ser erigidos por los soberanos hindes. Al principio, por no disponer

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