Teorías y Modelos Del Desarrollo

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25 J. A. BEJARANO Papel Político N” 14 septiembre de 2002 (25-36) INTRODUCCIÓN C reo que sería de escasa utilidad una reseæa de teorías sobre el desarrollo o una discusión sobre las mismas, prefiero mÆs bien para abordar el tema sin pretensión, hacer una suerte de recorrido a bordo de mí mismo, recapitular en primer tØrmino, lo que pensÆbamos los economistas que nos formamos en los setenta, quØ tipos de preocupaciones teníamos, y quØ tantos cambios se han expe- rimentado a lo largo de estas dos dØcadas. Ello es una manera de relevar un cierto tipo de modificaciones en nuestra forma de ver las cosas, y al mismo tiempo de subrayar tres o cuatro líneas que se han alterado profundamente y de las que no siempre somos conscientes, porque nos parece muchas veces que algunos problemas se discuten en particular en la sociedad colombiana, pero que no estÆn inmersos dentro de las modificaciones conceptuales de la teoría. Quisiera presentar las diferencias bÆsicamente alrededor de una sola pregunta: ¿quØ pensÆbamos a comienzos de los setenta y quØ pensamos hoy respecto de esas mismas ideas? La percepción de las prioridades del anÆlisis se ha modificado en estos 20 aæos. ¿CuÆles son las razones para que esto haya ocurrido? TEOR˝AS Y MODELOS DEL DESARROLLO Jesœs Antonio Bejarano 1 1 El profesor Jesœs Antonio Bejarano, en el campo acadØmico era economista y profesor de la Universidad Nacional, investigador y consultor. El texto corresponde a la conferencia dictada en la Facultad de Estudios Interdisciplinarios de la Pontificia Universidad Javeriana, el 15 de septiembre de 1989. El autor revisó la transcripción hecha, y autorizó su divulgación en esa fecha.

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Artículo escrito por Jesús Antonio Bejarano sobre las Teorías y los Modelos del Desarrollo en Economía.

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    Papel Poltico N 14 septiembre de 2002 (25-36)

    INTRODUCCIN

    Creo que sera de escasa utilidad una resea de teoras sobre eldesarrollo o una discusin sobre las mismas, prefiero ms bienpara abordar el tema sin pretensin, hacer una suerte derecorrido a bordo de m mismo, recapitular en primer trmino, lo quepensbamos los economistas que nos formamos en los setenta, qutipos de preocupaciones tenamos, y qu tantos cambios se han expe-rimentado a lo largo de estas dos dcadas. Ello es una manera de relevarun cierto tipo de modificaciones en nuestra forma de ver las cosas, y almismo tiempo de subrayar tres o cuatro lneas que se han alteradoprofundamente y de las que no siempre somos conscientes, porque nosparece muchas veces que algunos problemas se discuten en particularen la sociedad colombiana, pero que no estn inmersos dentro de lasmodificaciones conceptuales de la teora.

    Quisiera presentar las diferencias bsicamente alrededor de unasola pregunta: qu pensbamos a comienzos de los setenta y qupensamos hoy respecto de esas mismas ideas? La percepcin de lasprioridades del anlisis se ha modificado en estos 20 aos. Cules sonlas razones para que esto haya ocurrido?

    TEORAS Y MODELOS DELDESARROLLO

    Jess Antonio Bejarano1

    1 El profesor Jess Antonio Bejarano, en el campo acadmico era economista y profesor de laUniversidad Nacional, investigador y consultor. El texto corresponde a la conferenciadictada en la Facultad de Estudios Interdisciplinarios de la Pontificia Universidad Javeriana,el 15 de septiembre de 1989. El autor revis la transcripcin hecha, y autoriz su divulgacinen esa fecha.

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    Dira previamente que las discrepancias entre teoras son, bajo uncierto contexto, discrepancias en las respuestas a una pregunta que leses comn. Dira, adems que toda controversia en economa se reducea muy pocas cosas. Es finalmente, vista desde este ngulo, una cienciamuy simple y la teora del desarrollo lo es ms.

    A fines de los aos sesenta las diferentes teoras, la Cepalina, laDependentista, los modelos duales, el modelo de las brechas, la infla-cin estructural, etc., todas las teoras que se aprendan en la universi-dad, tenan tres puntos centrales de controversia:

    1. El papel del Estado o el papel del mercado. De hecho, la discusinentre teoras remite siempre a una postura respecto de si darle mspapel al mercado o al Estado.

    2. La oferta y la demanda. Todas las teoras que se manejaban entoncesy aun ahora, siempre estn dirimiendo si pesa ms la oferta o lademanda y en el caso de la teora del desarrollo, en cul de los doslados se encuentran las restricciones claves.

    3. Anlisis de coyuntura a corto o largo plazo. La diferencia finalmen-te, entre la escuela neoliberal y la escuela estructuralista. En realidadno son dos perspectivas sobre asuntos distintos (la coyuntura y laestructura) sino sobre aspectos relativos a la asignacin de recursosy a las pautas de crecimiento a largo plazo.

    Las escuelas mencionadas se diferenciaban fundamentalmente porlas posturas alrededor de estas tres grandes controversias. Finalmente,se hacan tres grandes preguntas:

    a. Cul era la fuente de diferencia principal entre los pases desarro-llados y los que se llamaban entonces pases subdesarrollados?Habra que subrayar que la teora del desarrollo o el desarrollo comoproblema analtico, surgi en los primeros aos de la posguerra,cuando se descubri que haban diferencias sustantivas en trmi-nos de tasas de crecimiento, de igualdad en la distribucin delingreso, y otros indicadores entre los pases desarrollados y lossubdesarrollados; ello provoc una reaccin muy fuerte especial-mente en Amrica Latina, para buscar que el Plan Marshall de lareconstruccin europea fuera aplicado en la regin. Esta fue, final-mente, la razn de la creacin de la CEPAL: abogar por una especiede Plan Marshall.

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    Subrayo que no se trata de mirar el contenido de las teoras, sino decentrarnos en el foco de sus preguntas.

    b. Se buscaba, adems explicar otra cosa. Se crea que en el fondo, lasdiferencias que se perciban especialmente en el desarrollo social yen los aspectos distributivos, se deban principalmente a que lospases en desarrollo crecan menos rpido que los desarrollados ypor lo tanto haba una tendencia al estancamiento que se reflejaba encarencias sociales. Para los Cepalinos las tendencias a los estanca-mientos se deban a los flujos hacia los pases desarrollados, va lostrminos de intercambio; para el Dependentismo, en su versinradical, se deban a la extraccin de excedentes ocasionada por elimperialismo. Para los modelos duales, se deba a la persistencia deun sector social atrasado, terrateniente, renuente a la moderniza-cin. Se puede simplificar todo esto diciendo que esencialmente lospuntos de discusin entre teoras eran los asociados a la explicacindel estancamiento.

    En casi todas las teoras sobre el desarrollo, se parta de argumentarque la teora ortodoxa no funcionaba. Las escuelas latinoamericanaspor ejemplo, fueron una respuesta a las insuficiencias explicativasde la teora ortodoxa, incluyendo no slo la neoclsica sino lakeynesiana. Hay que agregar que curiosamente todas estas escuelasfueron fundamentalmente ofertistas. Ahora se ha redescubierto elofertismo como una gran novedad, pero en realidad una teora cabedentro de lo que podramos llamar el ofertismo, en la medida en queindique un estancamiento de la produccin, problemas asociados alcambio tcnico, una cierta estructura de la mentalidad empresarial,o cualquier aspecto equivalente que conduzca a que hay que modi-ficar las condiciones de la oferta. Muy pocos economistas dabannfasis a la demanda y fue necesario que Lauchlin Currie escribieraun ensayo titulado El papel de la demanda en la teora del desarro-llo.

    c. En resumen, haba tres grandes cosas que uno aprenda a comienzosde los setenta, ciertas creencias compartidas, lo que ahora losfilsofos llaman un paradigma. Eran creencias compartidas nosometidas a verificacin, pero todo el mundo estaba de acuerdo enque las cosas eran as. Primero, que estos pases eran distintos enestructura o comportamiento a los subdesarrollados. Segundo, quecrecan muy poco. Tercero, que la teora ortodoxa no funcionaba yhaba que hacer una teora especial, una economa por separadola economa del desarrollo para entender el funcionamiento delos pases por debajo de un cierto nivel de ingreso per cpita.

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    Esas teoras aunque parezca paradjico y aunque hayan sido muycrticas, enormemente crticas de la teora ortodoxa, eran bsicamenteoptimistas. Es til ver un captulo del libro de Streeten, La frontera de losestudios sobre el desarrollo, dedicado a Las teoras de un solo obstculo,para observar esta percepcin.

    En esencia, cualquiera que fuera la teora, en realidad todos ramosbsicamente optimistas. Una vez identificado el problema, creamostodos que bastaba disear una serie de polticas, instrumentos estrat-gicos, de modo que podamos resolver los problemas del subdesarro-llo, con algo de tiempo, algo de paciencia y algo de habilidad.

    Sin embargo, cuando se hicieron en los primeros aos del setenta lasevaluaciones sobre la dcada del sesenta, lo que se llam las evaluacio-nes de la Dcada del Desarrollo, se descubri que en buena parte laspercepciones que tenamos eran equivocadas. En primer lugar, semostr que los pases en va de desarrollo s haban crecido, y queadems haban crecido tan rpido o ms que los pases desarrollados,de modo que la perspectiva del estancamiento dej de ser convincente.Sin embargo, la brecha entre los dos tipos de pases, y fundamental-mente la brecha en cuanto a los niveles de vida se haba ampliado. Elproblema es en realidad aritmtico: si la diferencia de ingreso per cpitaes de 4 a 1, el que tiene 1 puede crecer 2 veces ms y sin embargo, labrecha se ampla. Se descubri este problema aritmtico y se seal quehaba un elemental error en el planteamiento del problema, y quefinalmente a pesar de que estos pases haban crecido a tasas a veceshasta el triple de las de los pases desarrollados, la brecha en trminosde ingreso per cpita se haba ampliado por estos juegos aritmticos, demodo que el foco se desplaz de la brecha relativa a la brecha absolutacomo problema relevante con serias implicaciones sobre los objetivosde la estrategia de distribucin del ingreso. De cualquier modo, elhecho es que estos pases tenan un dinamismo de crecimiento muyfuerte, pero asociado con eso, los problemas de la distribucin delingreso no se haban resuelto. Ese fue el hallazgo ms importante:encontrar que no haba una correlacin necesaria entre la velocidad delcrecimiento y la distribucin del ingreso, correlacin que en muchospases fue inversa. La controversia de si la teora ortodoxa funcionabao no, no se sigui debatiendo. Pero esencialmente qued pendiente,como uno de los elementos que ms ha cambiado la percepcin de lasteoras del desarrollo, el hecho de que no era evidente que el crecimien-to condujera a una mejor distribucin del ingreso, y que ms bien elcrecimiento podra empeorarla.

    Pero, an en este aspecto tenamos una perspectiva optimista por-que se crea que la inequidad creciente era apenas una fase transitoria

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    del propio crecimiento el que a la postre producira el rebalse. Habaadems otros aspectos que permitan preservar la perspectiva optimista.

    1. La absoluta confianza, indiscutida por lo menos entre los economis-tas de mi generacin, sobre el valor de la eficacia de la industrializa-cin para generar crecimiento. Se pensaba que la industrializaciniba a tener un poder de arrastre sobre los dems sectores, sirviendode motor del crecimiento econmico, pero que adems todos losproblemas que seguan subsistiendo, iban a ser resueltos por laindustrializacin: el desempleo, el atraso de la agricultura, la mo-dernizacin de los pases. Por eso no hay que extraarse que enmuchos pases, la industrializacin fuera de la mano de un proyectopoltico modernizante.

    2. Se esperaba que ocurriera el rebalse del crecimiento. La teora deKuznets, sealaba que en las primeras etapas del crecimiento,digamos en un estado de bajo nivel de ingreso per cpita, la distri-bucin del ingreso generalmente es buena. Luego, cuando los pasescrecen muy rpido la distribucin tiende a empeorar, pero despusde ciertos lmites, de cierto umbral, la distribucin del ingreso tenaque mejorar, y por lo tanto, la curva de la distribucin tena formade U, por lo que se llam La parbola de Kuznets. La visin eraoptimista en el sentido de que el problema era de tiempo y haba queesperar, porque finalmente la forma de la curva iba a conducir a quetodos los pases que crecieran, mejoraran su distribucin apenassuperaran un cierto umbral del ingreso per cpita, alrededor deUS$800 a US$1.500.

    3. Estaban tambin las bondades de la intervencin del Estado. Se vioel xito del intervencionismo, y el xito de los pases desarrolladosen el manejo de las polticas econmicas. Estaban adems las pol-ticas de lo que se llam la era de Kennedy, a quien acompaabanexpertos en desarrollo econmico. Haba una profunda conviccinen que la intervencin del Estado era buena, por muchas razones. Enlos aos cincuenta los pases desarrollados haban logrado crecer,mediante esa intervencin en forma adecuada y se haba logradocontrolar una serie de fenmenos recurrentes entre los aos veintey treinta. Gracias a la teora keynesiana se haban resuelto la infla-cin, el desempleo.

    4. Fue una poca optimista que se reflej por supuesto, en las teorasdel desarrollo y en la confianza en la intervencin del Estado, lo cualse tradujo en un cuarto aspecto optimista, esto es: la capacidad de laplaneacin indicativa para dirigir la economa; para orientar la

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    asignacin de los recursos y para en fin, superar las fallas delmercado.

    Estos cuatro puntos que acabo de mencionar: la industrializacin, elrebalse del crecimiento, el intervencionismo y la fe en la planeacin,constituyeron los paradigmas de la dcada de los sesenta, y sirvieronde fundamento para creer que se podan recuperar las debilidades delsistema de mercado, la inequidad y la falta de impulsos al crecimientoeconmico.

    Desde mediados de los setenta, algunos problemas fueron aproxi-mndonos a una visin pesimista sobre el desarrollo. La deuda externa,la estangflacin, la persistencia de la inflacin, la inestabilidad social,etc. Adems, la propia teora econmica tiene una crisis de pertinencia,porque no explica absolutamente nada de lo que est pasando enninguna parte. Los economistas se preguntan qu tipo de ciencia essta, que no tiene capacidad explicativa, ni predictiva. Hay una vueltaa ciertos fundamentos metodolgicos que buscan rectificar el pocoalcance en la capacidad de explicacin de la teora.

    Adems de lo anterior, los paradigmas dejaron de ser convincentes.Hubo en primer lugar lo que Hirschman en un artculo llam eldesengao sobre la industrializacin. En toda Amrica Latina empe-zaron a producirse crticas sobre el proceso y sobre los desequilibriosgenerados por l. Se volvi popular la diferencia entre crecimiento ydesarrollo, diferencia a la que ningn economista sensato le daramayor crdito, pero que ha servido para una buena proporcin dedemagogia, comoquiera que el crecimiento por s mismo no conllevabauna buena distribucin. El punto focal era la necesidad de incorporarde manera explcita objetivos distributivos en las estrategias de desa-rrollo. Este es el verdadero fondo de esa controversia. Pero eso mostra-ba que habamos dejado de creer en el rebalse, que si se tiene queintroducir como objetivo especfico la distribucin, es porque se creeque ya no va a haber un mecanismo automtico que genere una mejordistribucin en el futuro.

    En tercer lugar surgi con mucha fuerza no slo la escuela deChicago que domin el panorama en el mundo acadmico de los aossetenta y comienzos de los ochenta, sino que ha surgido el neoliberalismocomo una corriente filosfica en el sentido de buscar desvirtuar el papely la importancia del Estado en la conduccin de los procesos econmi-cos y se acu la famosa frase de que el Estado no es la solucin, elEstado es el problema. Por supuesto, muchos economistas dejaron decreer en la planeacin del desarrollo.

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    Los aos setenta son entonces, el gran derrumbe de los cuatroparadigmas. Pero lo ms grave de esto, es haber dejado de creer en lateora, bien sea la general o la del desarrollo porque hace muy difciltratar de reconstruir todo lo que se ha derrumbado.

    Yo sigo siendo optimista y creo que en mucho, estamos ante un errorde percepcin y estamos, clsicamente, no ante el derrumbe de unosparadigmas, sino ante la emergencia de problemas ocasionados porsoluciones exitosas. En mi opinin, siguiendo a Seers, as como hay unasolucin para cada problema, tambin hay un problema para cadasolucin y me temo que eso es lo que est ocurriendo. Estamosexperimentando la fase de consecuencias negativas de lo que fueronsoluciones exitosas en el pasado. Esto nos lleva a rectificar el curso delos cuatro paradigmas, pero de ninguna manera a ser pesimistas. Aspor ejemplo, se puede convenir en que la industrializacin fue buenapara el crecimiento, logr un conjunto de efectos que no es necesariodetallar aqu, pero al mismo tiempo gener problemas, que en lamedida en que se fueron agrandando, se convirtieron en el foco de laspreocupaciones. La proteccin a la industria fue positiva para quesurgieran nuevos sectores en la vida econmica del pas, para diversi-ficar la estructura productiva, pero por supuesto hay un umbral a partirdel cual se llega a la ineficiencia y por tanto, hay que empezar arectificar los sistemas de proteccin. Aunque fue buena para quesurgieran nuevas instituciones econmicas, tambin la proteccingener corrupcin. Cuando el Estado busca controlar licencias deimportacin, por ejemplo, y cuando la actividad econmica dependedel juicio de un funcionario sobre una licencia, cabe esperar que lacorrupcin sea incremental respecto del grado de control que el Estadoquiere tener. No es un problema de Colombia, todos los pases deAmrica Latina comprueban que los estados son corruptos, corrupcinasociada al excesivo intervencionismo del Estado sobre diversos aspec-tos del proceso econmico.

    Estamos viviendo una situacin en la cual la gente no cree en laindustrializacin, porque no es eficiente, porque gener privilegios,gener monopolios, etc., pero eso no debe conducir a la idea de que laindustrializacin en s misma es mala, ms bien debe conducir a la ideade buscar soluciones a los problemas que la industrializacin gener yque en cierto modo eran inevitables.

    En segundo lugar experimentamos las consecuencias de lo que sepuede denominar la intolerancia distributiva. Se ha mostrado que lassociedades tienen cierta tolerancia por un cierto tiempo a una situacininequitativa del ingreso, pero esa tolerancia en algn momento se

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    agota, y eso implica reconsiderar las estructuras de distribucin quecomprometen la misma estabilidad social y poltica de los pases.Hirschman, llama a esto el efecto de tnel. Si uno va por otro tnelen dos filas de carros y encuentra un trancn, espera pacientemente conlas dos filas detenidas. De pronto una fila empieza a correr, entonces,yo s que la cosa est mejorando y espero mi turno. Si pasa el tiempoy la otra fila corre y la ma no, me voy ofuscando, considero mi situacincomo injusta y termino exasperado. Esto es ms o menos el efecto detnel aplicado a la distribucin del ingreso. En los aos sesenta muchosgrupos sociales pudieron esperar que a ellos les llegara el turno. Peroen los aos setenta no les lleg. Este efecto es la explicacin ms generalde por qu en la segunda mitad de los setenta y comienzos de losochenta hubo dos fenmenos asociados. En primer lugar, conflictossociales en toda Amrica Latina, despus de la dcada del crecimientoexitoso de los sesenta. En segundo lugar, la reversin a formas autori-tarias, que era la respuesta poltica a esa eclosin de movimientossociales, perturbacin social de todo orden, terrorismo, guerrilla, etc.

    Por otra parte, si la industrializacin gener una serie de problemasque se estn discutiendo hoy, y si el problema de la pobreza se asocicon la necesidad de redefinir esquemas polticos y de buscar mecanis-mos explcitos de distribucin del ingreso en las estrategias de desarro-llo, no menos complicado es el hecho de que el Estado tambinencontr en una crisis, una crisis en buena medida asociada al hecho deque los estados se transformaron entre los cincuenta y los sesentaexitosamente. Como tambin siempre ocurre entre los procesos socia-les, un proceso de modernizacin y democratizacin, por lo general,genera presiones hacia ms democracia. Esto conduce naturalmente aque su nivel de eficiencia en los aos setenta y ochenta siga estando encuestin. El Estado est hoy en cuestin no slo por ineficiente ycorrupto sino que adems se cuestiona el aspecto de la legitimidad delEstado en toda Amrica Latina.

    Finalmente, hay una formalizacin (a partir de estos eventos de lacrisis de los setenta), de la crtica a la planeacin, que supongo ustedesconocen, y que omito para abreviar.

    II

    Quisiera hacer una breve consideracin sobre el caso colombiano enestos aos. Hoy estamos viviendo la dimensin del problema y no eloptimismo de la solucin; pero ello no debe conducir a pensar que lassoluciones fueron totalmente incorrectas. No cabe duda que buenaparte del desempleo urbano y la informalidad en la economa, son los

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    resultados de haber resuelto exitosamente el desarrollo agropecuario.Todos los anlisis conducen a mostrar que si no hubiera habidodesarrollo en la agricultura como el ocurrido en los 50-60, hoy estara-mos con niveles de empleo rural mayores, y con presiones de desem-pleo urbano menores, pero paralelamente con un menor nivel dedesarrollo, y bastante parecidos a cualquier pas centroamericano.

    Luego, en trminos de estabilidad poltica, se cre el Frente Nacio-nal para hacer frente a la violencia. Pero, en la medida en que no fuecapaz ese sistema poltico de transformarse en el curso de los aos, segener otro problema que fue la exclusin de vastos sectores de laparticipacin poltica. Pero cules seran las consecuencias hoy de nohaber configurado el Frente Nacional?

    La proteccin a la industria permiti el montaje de una estructurainstitucional y una modernizacin del Estado asociado a sta. El Estadode hoy es para la industrializacin, pero ello conlleva una prdida decompetitividad. Quiz los nuevos rumbos de la economa nos encuen-tran con un Estado hecho para una cosa que ya no tiene plena vigencia.Hay una clara inadecuacin del Estado en relacin con la capacidadpara manejar instrumentos, lo que nos lleva a reformar el tipo de Estadoque tenemos en trminos de su capacidad para orientar la economa.

    III

    Hoy estamos buscando soluciones. Los expertos en tecnologa hablande problemas de segunda generacin. Cules son los problemas dehoy, que esta segunda generacin de economistas tiene que resolver?

    1. La mayor fuerza en los enfoques del desarrollo puede estar en lo quese denomina la redistribucin con crecimiento. Si en los sesenta secrea que el crecimiento iba a tener un rebalse hoy estamos segurosque existen estrategias especficas que pueden lograr las dos cosasal mismo tiempo. Esto no es tan obvio. En la prctica, en los fines delos sesenta y durante los setenta, fue necesario sacrificar alguno delos dos. O se creca o se distribua y estos objetivos an continansiendo incompatibles en gran medida. Es tan difcil como tener queresolver simultneamente la democracia y la igualdad.

    Como es difcil renunciar a uno de los dos objetivos, muchos asumenla actitud que se le atribuye a los polticos, es decir, cuando debenescoger entre dos opciones, habitualmente se quedan con las dos.Ahora bien, qu tipo de estrategia compatibiliza el crecimiento y ladistribucin? Fundamentalmente se trata de que el crecimiento

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    econmico debe apoyarse en la capacidad productiva de los pobres,lo que conduce a la postre a una mejor distribucin en la medida quese pondera ms el crecimiento del ingreso de los grupos ms pobresy esto se relaciona con el nfasis en la reorientacin de la inversinpblica, la cual, si privilegia las actividades productivas de lospobres y no la de los sectores modernos, va a permitir una mayorparticipacin de los pobres en el producto, un crecimiento de suingreso, y en consecuencia una mejor distribucin. Esta es la tenden-cia dominante y esto es lo que en Colombia est haciendo elgobierno. La economa social es una versin de la redistribucin concrecimiento, cuyos objetivos se pueden leer en el Plan de Desarrollodel gobierno2 . Todos hoy comparten este enunciado como propsi-to estratgico. Colombia difiere de otros pases en los que no hapodido configurarse el diseo de una estrategia que busque esosobjetivos. En Colombia la novedad no est en la teora sino en laprctica.

    2. El rescate del crecimiento equilibrado. Pocos defienden hoy laestrategia de los sectores lderes. Se trata de respetar lascomplementariedades del crecimiento, de modo que por ejemplolos dilemas agricultura vs. industria no tienen sentido y un creci-miento exitoso supone un equilibrio entre ambos sectores.

    3. El tercer cambio importante, consiste en que el paradigma de lacultura econmica de hoy no es la planeacin sino la participacin.No se estn buscando mecanismos de planeacin, sino de participa-cin. Todo proyecto pblico busca estos mecanismos, en todos lospases latinoamericanos, como una forma de distribuir responsabi-lidades, de democratizar la economa, etc.

    4. As como no se definen la intervencin del Estado sino la concertacin,la cuarta moda es la descentralizacin, en Amrica Latina y en elmundo en desarrollo. Subrayara entonces que los temas corrientesde discusin en Colombia son apenas una extensin de debates msgenerales, asociados a los cambios de paradigma y la diferencia conotros pases suele ser ms de grado que de especie.

    IV

    Hay unos ltimos aspectos que quiero mencionar para terminar.

    2 En 1989 el presidente del pas era el Dr. Virgilio Barco.

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    a. Durante los aos sesenta y setenta, nos acostumbramos a mirar lascosas por separado, desde la economa, desde la poltica. Los proble-mas sociales eran cosas de los socilogos. La economa se juzgabacomo neutra frente a los objetivos polticos. Uno de los grandescambios en la mentalidad de los economistas ha sido abandonar elaislamiento que se tena. Hoy la moda es la interdisciplinariedad.Quisiera mostrarlo con dos ejemplos. El primero, hoy se reconoceque no es posible una ciencia de la economa, y menos una cienciadel desarrollo, que no incluya la dimensin poltica. Al tiempo queno es posible pensar la poltica sin tener consideraciones explcitassobre los problemas econmicos. Parecera obvio, pero no lo es. Haydos objetivos que se han mostrado incompatibles: el logro de lademocracia poltica y el logro de la igualdad social. La experienciadice que con el autoritarismo es muy fcil hacer igualdad, como enlos pases socialistas, pero en la prctica tener una democraciaslida, no facilita la compatibilidad con una sociedad equilibradasocialmente. Las razones estaran en los conflictos entre la raciona-lidad colectiva y la racionalidad individual. La poltica piensa en laprimera y la economa en la individual. No se va a tener ni una teoraeconmica normativa que diga qu tipo de sociedad debemos tenerni una teora poltica lo suficientemente buena para que la aceptenlos economistas sin sacrificar la racionalidad individual.

    Hay economistas (los neocontractualistas, Buchanan, etc.) que estnmirando la poltica con los postulados de la economa. Pero hay unadiscusin sobre los lmites polticos de una teora como la keynesiana,al punto que hoy la controversia admite que el Estado ya no es lasolucin, sino el foco del problema. Luego est la imposibilidad deconstruir un hogar pblico, un sistema de convivencia que no es tanfcil de definir si uno hace converger los distintos reclamos de losdistintos grupos sociales. Esto conduce a la segunda consideracin.

    b. No es posible (ste es un punto de cuasi-acuerdo entre los cientficossociales, particularmente entre los economistas), seguir en el marcodel individualismo metodolgico y es necesario pensar en trminossistmicos, holsticos. La economa es parte de un sistema y no escomprensible sin una conjugacin de diversas interpretaciones,entre socilogos, politlogos, etc., de manera que pueda reconstruirseel sistema y no las partes. No es posible construir una teoraeconmica a partir de postulados individuales, un concepto deconsumidor, de empresario, etc. Cuando se piensa en la situacincolombiana, se encuentra que ste es el segundo dilema. Estbamospensando cmo hacer con esta guerra contra el narcotrfico, en laque cada persona elude compromisos individuales aunque declara

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    apoyar los colectivos. La pregunta es qu hacemos? Se tiene quereconocer que la teora no tiene nada qu decir, pero que se estbuscando una estrategia que permita compatibilizar el inters indi-vidual con el inters colectivo. Es una limitacin muy fuerte de lateora.

    Quiero finalmente llamar la atencin a que cualquier comprensinreal de la teora econmica, supone necesariamente que se tengan encuenta las relaciones entre la economa y la poltica. No pueden versemutuamente como restricciones. Estn en el fondo de todos los dilemasque tienen que resolverse hoy.

    Muchas gracias