TESIS GERMÁN ENRÍQUEZ BARRAGÁN.
Transcript of TESIS GERMÁN ENRÍQUEZ BARRAGÁN.
UNIVERSIDAD DE COLIMA.
INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL.
ESPECIALIDAD: MEDICINA FAMILIAR.
“PREVALENCIA DE OBESIDAD EN PREESCOLARES EN EL MUNICIPIO DE COLIMA”.
TESIS QUE PARA OBTENER EL DIPLOMA DE: ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR.
PRESENTA:
DR. GERMÁN ENRÍQUEZ BARRAGÁN.
ASESORES:
D. EN C. BENJAMÍN TRUJILLO HERNÁNDEZ.
PEDIATRA RAFAEL SAMUEL RAMOS ALATRISTE.
COLIMA, COL., FEBRERO DE 2005.
I
DR. ALEJANDRO MANUEL ELIZALDE LOZANO.
DIRECTOR.
FACULTAD DE MEDICINA.
PRESENTE.
Por medio de la presente comunico a usted que el alumno Germán Enríquez
Barragán inscrito en el Programa de Especialidad en Medicina Familiar, adscrito a la
Facultad de Medicina de la Universidad de Colima, ha concluido la tesis titulada “Prevalencia
de obesidad en preescolares en el municipio de Colima” , la cual reúne la originalidad y
calidad suficiente para ser sometida a la consideración de jurado de examen de grado
correspondiente.
Atentamente.
Colima, Col., Febrero de 2005.
D. en C. Benjamín Trujillo Hernández.
Asesor de Tesis
Pediatra Rafael Samuel Ramos Alatriste. Asesor de Tesis.
II
El estudio fue evaluado y aprobado por el Comité Local de Investigación del Hospital
General de Zona y Medicina Familiar No. 1 Leonel Ramírez García, IMSS, Colima, Col. con
el número 0601 2004 004 el día 17 de Febrero de 2004.
III
AGRADECIMIENTOS. A Dios, que me permitió iniciar y terminar una etapa más en la vida, pues me
convirtió en su instrumento en la difícil labor de sanar a los pacientes.
A mis padres, por su amor y apoyo incondicional, enseñándome con el ejemplo los
valores, para la superación.
A mi esposa, por su amor incondicional, apoyo, y paciencia en todo momento; siendo
el impulso vital para mi superación personal.
Al Instituto Mexicano del Seguro Social, por ser la fuente de aprendizaje durante mi
preparación profesional y humana, por todas las experiencias de los trabajadores que
contribuyeron en mi formación.
A la máxima Casa de Estudios, la Universidad de Colima, por ser una institución
formadora de grandes profesionales, en especial a la Facultad de Medicina, por los
conocimientos adquiridos dentro de ella en mi formación.
A mis asesores, por sus consejos, opiniones y comentarios durante la elaboración de
mi tesis, su apoyo fue básico en todo momento.
Y a la Secretaría de Educación, por las facilidades otorgadas para la realización de este
trabajo.
IV
ÌNDICE.
I. Resúmen 1
II. Abstract 2
III. Introducción 3
IV. Definición del problema 4
V. Marco teórico 5
a. Antecedentes 5
b. Epidemiología 6
c. Definición 9
d. Metropolitan Life Insurance Company 10
e. Nacional Health and Nutrition Examination Survey 10
f. Índice de Masa Corporal 11
g. Medición cintura 12
h. Índice cintura/cadera 12
i. Antropometría 13
j. Componentes peso corporal 13
k. Clasificación 14
l. Etiología 16
m. Historia natural de la obesidad 16
n. Factores prenatales 17
o. Lactancia hasta los tres años 17
p. Obesidad entre los tres y diez años 18
q. Desarrollo de sobrepeso 18
r. Estabilidad del peso y variaciones cíclicas 19
s. Etiología y fisiología de la obesidad 19
t. Balance energético y el sistema controlado 20
u. Primera ley de la termodinámica 20
v. Factores metabólicos y hormonales 21
w. Factores genéticos 23
x. Factores socio culturales 23
V
y. Manifestaciones clínicas 24
z. Consecuencias de la obesidad 24
aa. Tratamiento 28
bb. Prevención 30
cc. Manejo dietético 30
dd. Recomendaciones generales 30
ee. Tipos de dietas 33
ff. Ejercicio 33
gg. Tratamiento farmacológico 34
VI. Justificación 37
VII. Planteamiento del problema 38
VIII. Objetivo General 38
IX. Objetivos específicos 38
X. Material y métodos 39
a. Diseño metodológico 39
b. Universo 39
c. Población 39
d. Tamaño muestral 39
e. Criterios de inclusión 40
f. Criterios de exclusión o eliminación 40
g. Métodos 40
h. Análisis estadístico 41
i. Variables 41
j. Definición operacional de las variables 42
XI. Resultados 43
XII. Discusiones 56
XIII. Conclusiones 59
XIV. Bibliografía 60
VI
TABLA DE CONTENIDO. Tabla 1. Talla/Edad, total, OMS 43
Tabla 2. Talla/Edad, total, NOM-SSA 44
Tabla 3. Peso/Talla, total, OMS 44
Tabla 4. Peso/Talla, total, NOM-SSA 45
Tabla 5. Peso/Edad, total, OMS 45
Tabla 6. Peso/Edad, total, NOM-SSA 46
Tabla 7. Talla/Edad, <48 meses, OMS 47
Tabla 8. Talla/Edad, <48 meses, NOM-SSA 47
Tabla 9. Peso/Talla, <48 meses, OMS 48
Tabla 10. Peso/Talla, <48 meses, NOM-SSA 48
Tabla 11. Peso/Edad, <48 meses, OMS 49
Tabla 12. Peso/Edad, <48 meses, NOM-SSA 49
Tabla 13. Talla/Edad, 48-59 meses, OMS 50
Tabla 14. Talla/Edad, 48-59 meses, NOM-SSA 50
Tabla 15. Peso/Talla, 48-59 meses, OMS 51
Tabla 16. Peso/Talla, 48-59 meses, NOM-SSA 51
Tabla 17. Peso/Edad, 48-59 meses, OMS 52
Tabla 18. Peso/Edad, 48-59 meses, NOM-SSA 52
Tabla 19. Talla/Edad, >59 meses, OMS 53
Tabla 20. Talla/Edad, >59 meses, NOM-SSA 53
Tabla 21. Peso/Talla, >59 meses, OMS 54
Tabla 22. Peso/Talla, >59 meses, NOM-SSA 54
Tabla 23. Peso/Edad, >59 meses, OMS 55
Tabla 24. Peso/Edad, >59 meses, NOM-SSA 55
1
RESÚMEN.
Introducción. Objetivo: Determinar la prevalencia de obesidad por grupos de edad y
sexo en preescolares en Escuelas Federales en el Municipio de Colima.
Material y métodos: De Octubre a Diciembre de 2004, se realizó un estudio
descriptivo y transversal, donde fueron seleccionados 922 niños (481 hombres y 441 mujeres)
en edad preescolar, representativos de 43 Escuelas Federales del Municipio de Colima. Para
determinar la prevalencia de obesidad se utilizaron los siguientes indicadores
antropométricos: Peso/talla, peso/edad y talla/edad, utilizando los criterios de la OMS y de la
NOM-SSA.
Resultados: La prevalencia de obesidad con >+2 desviaciones estándar para Peso/talla
y peso/edad fue de 12.9% y 14.6% respectivamente; y el de sobrepeso para peso/talla y
peso/edad fue de 12.7% y 13.6% respectivamente. El grupo de edad que presentó mayor
prevalencia de obesidad y sobrepeso fue el de mayor de 59 meses.
Conclusiones: La prevalencia de obesidad es alta, independientemente del indicador y
del criterio utilizado (OMS vs. NOM-SSA); y la edad más afectada fue la mayor de 59 meses
y los niños son igualmente afectadas que las niñas.
Palabras clave: Obesidad; sobrepeso; prevalencia; niños; antropometría.
2
ABSTRACT:
Introduction. The aim of this work was to determine the prevalence of obesity in pre-
school children, by age groups and gender in the city of Colima.
Material and methods. From October 2004 to December 2004, 922 children in
preschool (481 boys and 441 girls) were sampled from 43 Federal Preschool. To determine
the prevalence of obesity, it was utilizated anthropometric indices of weight/height,
weight/age and height/age, were used WHO and NOM-SSA criteria.
Results. The prevalence of obesity with >+2 standard desviation was for weight/height
12.9% and weight/age 14.6%; and the prevalence of overweight was for weight/height
12.7% and weight/age 13.6%. The age group which presented more prevalence of obesity
and overweight was the 59 months and older.
Conclusion. The prevalence of obesity was high, independently of the anthropometric
indices and the criteria was used; and the age group which presented the highest percentage in
prevalence of obesity and overweight was the 59 months one and older.
Key words. Obesity; overweight; prevalence; child; anthropometric.
3
INTRODUCCIÓN .
Si bien la desnutrición y las enfermedades infecciosas son las causas más frecuentes
de muerte en el mundo,1 la obesidad, incluyendo al sobrepeso,3 es un problema médico
crónico cada vez más frecuente,2 el cual se caracteriza por el almacenamiento en exceso de
tejido adiposo en el organismo.3 Su importancia radica no solamente en su elevada
prevalencia, sino en su relación con otras alteraciones metabólicas4 que predisponen a la
presentación de trastornos que deterioran el estado de salud, asociada a la mayoría de los
casos a patología endocrina, cardiovascular y ortopédica principalmente;3 por ende, la
obesidad desde una visión epidemiológica, se puede considerar como un factor de riesgo para
algunas enfermedades (independiente y parcialmente modificable 4 ) o como una enfermedad
por sí misma5. Su etiología es multifactorial3, lo que significa que hay muchos elementos o
factores que contribuyen a su génesis,6 entre los cuales se pueden encontrar los factores
biológicos, socioculturales y psicológicos.3
La obesidad afecta a todos los grupos de edad y si se pretende llevar a cabo un control
efectivo en los adultos, se requiere considerar la prevención desde la niñez, además, las dietas
poco equilibradas y el sedentarismo son determinantes que ejercen mayor peso para su
desarrollo y al mismo tiempo los de mayor dificultad para un mejor control. 7
Y aunque no aparece como causa de muerte en los certificados de defunción, es un
diagnóstico subyacente en varias de las enfermedades asociadas con alta mortalidad:
enfermedades coronarias (EC), neoplasias, accidentes, enfermedad cerebrovascular (EVC) y
diabetes mellitas (DM), etc.8
Dada su magnitud y trascendencia, es reconocida en 1997, por expertos en la OMS
como un problema de salud pública mundial. 1,3,7,8,9, 10
El establecimiento de lineamientos para su atención integral, podrá incidir de manera
positiva en un adecuado manejo del importante numero de pacientes que cursan con esta
enfermedad,3 desde luego, tomando en cuenta los elementos culturales, sociales y
ambientales de la población; sin olvidar la co-responsabilidad en el control de la obesidad con
la comunidad, la industria alimenticia, el sector educativo y los medios de comunicación.7
4
DEFINICIÓN DEL PROBLEMA.
Hasta hace poco, la obesidad era considerada solo como un tema cosmético
relacionado con el concepto cultural de belleza, pero ahora se ha constituido en un problema
de salud por su impacto sobre la longevidad y el bienestar general11 Actualmente la mayoría
de los sistemas de salud en el ámbito mundial se encuentran preocupados por el incremento
en la prevalencia de la obesidad. 7,8,11 El incremento en la frecuencia de la obesidad también
se asocial con en el rápido incremento de casos nuevos de DM, Hipertensión Arterial
Sistémica (HAS), Dislipidemias y enfermedades cardiovasculares. 7,8
La OMS en el llamado “Reporte Mundial de Salud 2002” considera a la obesidad
como la enfermedad nutricional más común del mundo (300 millones de adultos obesos),
ubicándola dentro de los primeros 10 lugares de riesgo para salud.7
En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que cubre a la mayoría de
población asalariada del país, (cerca del 60% de toda la población nacional), se ha observado
en los últimos años un incremento alarmante en la demanda de atención médica por obesidad.
En el IMSS se estima que cerca del 25% de los asegurados padecen obesidad siendo más
frecuente en mujeres.11
Por otro lado, la prevalencia de obesidad en los niños y adolescentes ha aumentado en
los últimos años y esto tiene efectos potencialmente importantes a largo plazo7,12 En los
Estados Unidos de Norteamérica, Europa y Australia, la prevalencia de sobrepeso se ha
duplicado más del doble en la última década.12 En México, tenemos entre 25 y 30% de esta
población total de niños obesos 12 (5-10% edad escolar).7
Esto plantea un panorama de salud pública extraordinariamente desalentador y por
ello debemos trabajar adecuadamente para detectar cuáles son los factores personales,
familiares, ambientales y otros que están llevándonos a esta emergencia.
Para esta tarea, debemos investigar e identificar cuáles son los factores de herencia
que están contribuyendo a esta epidemia, así como los estilos de vida que han contribuido de
manera negativa, factores epidemiológicos de riesgos o ambientales, la composición corporal,
las enfermedades presentes por o en la obesidad, alteraciones del metabolismo o de conductas
o hábitos, patrones de alimentación y dos elementos de la más alta prioridad como son
tratamiento y prevención.
5
MARCO TEORICO. ANTECEDENTES.
Desde siempre se ha sabido que la obesidad constituye un problema de salud; ya
Avicena, (Hakim Ibn-e-sina) el legendario médico persa, escribía en el siglo X en “El
Canon”: “Las gentes obesas tienen riesgo de muerte súbita... son vulnerables a los ataques de
hemiplejia, palpitación, desmayos y fiebre debido a su temperamento frío... los hombres
gordos son infértiles y producen poco semen y las mujeres obesas no se embarazan y si lo
hacen abortan, y su deseo amoroso es débil”. 6
En la época victoriana, la obesidad era sinónimo de riqueza, salud, erotismo y belleza,
quien más tejido adiposo tenía, más resistiría a las enfermedades crónicas, como la
tuberculosis, etc. 1
Dos grandes eventos provocaron el cambio: por un lado, la Revolución Industrial, que
puso al hombre delante de una máquina y con ello se redujo su consumo energético a 200
calorías diarias (antes de la industrialización, el consumo promedio era de 1, 000-1, 500
calorías por día), y los alimentos comenzaron a ser más elaborados, aumentó su porcentaje de
grasas y disminuyó el consumo de fibras y residuos; por otro lado, el descubrimiento de los
antibióticos modificó el concepto de salud, con lo que ya no fue necesario tener grasa
acumulada para resistir a las infecciones. 1
En 1901, se publicó un artículo sobre el aumento de la morbi-mortalidad de las
personas con sobrepeso. 1
Sin embargo, pasaron muchos años para que la obesidad fuera reconocida como una
enfermedad, 6 y en 1901, se publicó un artículo sobre el aumento de la morbi-mortalidad de
las personas con sobrepeso y a partir de ese momento, todas las compañías de aseguradoras se
interesaron por el tema,1 además consideraron necesario incrementar las primas de seguro a
los individuos con exceso de peso, dado que ellos tenían una vida mas corta; 6 y los conceptos
de salud y belleza se modificaron en toda la sociedad.1
6
A partir de este evento, fue cuando los médicos comenzaron a estudiar la obesidad,
no como una “condición” del paciente, sino como un padecimiento.6
Para 1991, los Institutos Nacionales de Salud (NHCS) de los Estados Unidos de
Norteamérica (EUA) convocaron a una Conferencia del consenso sobre la obesidad, y
concluyeron que “la obesidad es una enfermedad mortal, que produce o agrava una gran
cantidad de padecimientos”.6 Con esta afirmación, la obesidad, en particular la obesidad
severa, ha pasado a considerarse como una enfermedad, y por ende aparece como tal en la X
Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades (CIE) y Problemas Relacionados
con la Salud, de la OMS (E-66.0: Obesidad debida a exceso de calorías; E-66.9 Obesidad
simple; E-66.8 Obesidad Mórbida).6
Dada su magnitud y trascendencia, es reconocida en 1997, por expertos en la OMS
como un problema de salud pública mundial. 1,3,7,8,9, 10
EPIDEMIOLOGÍA. La obesidad se ha considerado en uno de los problemas más importantes de salud
pública,1,6,13 reflejado a un aumento en la morbilidad y mortalidad,14,15,16,17,18,19
representando una importante proporción del costo en salud 1,6, 13,17,
En términos generales, las mujeres presentan mayores tasas de obesidad que los
hombres, aunque éstos últimos tienen mayores tasas de sobrepeso en el ámbito mundial.7
Respecto a la asociación entre nivel socioeconómico y obesidad, se ha observado una relación
positiva para los hombres, pero negativa para las mujeres en países en vías de desarrollo. 7
Los datos más informativos sobre la prevalencia de la obesidad en el plano mundial
provienen del estudio OMS-MONICA; esta información fue recolectada en el período de
1983-1986, donde se incluyeron 48 poblaciones mundiales en su mayoría europeas,
revelando que la prevalencia promedio de obesidad de los centros europeos participantes fue
de 15% en hombres y 22% en mujeres. 7
En los EUA, se estima una prevalencia de 20% en hombres y 25% en mujeres, de
acuerdo a las cifras obtenidas del Tercer Estudio Nacional de Salud y Nutrición (NHANES),
siendo la población de mayor riesgo los latino-americanos y afro-americanos, alcanzando una
prevalencia de 38.1% en hombres y 42.5% en mujeres, con un pico mayor entre las edades de
7
60 a 69 años. 7 Las estimaciones actuales, indican que el 64% de los adultos en éste país
presentan sobrepeso y 30.5% son obesos. 7 Por otro lado, los países en vías de desarrollo tienen un problema similar, al que se
agrega la falta de estadísticas confiables. 6 Datos de Argentina, Colombia, Paraguay, Perú y
Uruguay, muestran que la mitad de su población tiene sobrepeso y más del 15% son obesos. 7
En México, la Secretaría de Salud publicó la Encuesta Nacional de Enfermedades Crónicas en
1994 en la que la obesidad se encontró en el 21.5% de la población adulta mexicana. 6 Según
las Encuestas Nacionales de Nutrición I y II, de Enfermedades Crónico Degenerativas 1993
(ENEC-1993) y la Encuesta Nacional de Salud 2000 (ENSA-2000) considerándose estudios
con mayor representatividad nacional, demuestran que de 1993 al 2000 utilizando como
criterio el IMC >30 se incrementó de un 21.4% a 24.2% (ENEC-1993); y con sobrepeso (IMC
de 25-29) y con obesidad (IMC>30) el 64.2% de la población. 7
Con relación al genero, en 1993 la prevalencia de obesidad fue de 14.9% en hombres y
25.1% en mujeres. 7 Para el 2000, las prevalencias fueron de 19.4% y 29% respectivamente;
y por grupo de edad fue mayor en los grupos de 40 años y mas. 7
Según la Encuesta Urbana de Alimentación y Nutrición (ENURBAL) en la Zona
Metropolitana de la Ciudad de México realizada en 1995, utilizando el IMC como indicador,
la prevalencia de sobrepeso en el estrato socioeconómico superior fue de 33% y 3.6% para
obesidad, en comparación al estrato inferior de 25% y 6% respectivamente. 20
La posibilidad de que la obesidad coexista con alguna otra enfermedad crónica es alta,
al analizar la prevalencia de obesidad en la población diabética, fue de 40.1%, situación que
contrastó con la prevalencia de la obesidad en la población no diabética, que fue del 26.9% 7
Lo anterior representó un riesgo aproximadamente de 1.8 (I.C. 1.7-1.9) veces más de
desarrollar diabetes si se tiene obesidad. 7
Por otra parte, el 46.8% de los pacientes obesos registró hipertensión arterial al
momento de la encuesta, mientras que, la prevalencia de hipertensión arterial en la población
no obesa fue del 24.6%, representando un riesgo aproximadamente 2.6 veces más de ser
hipertenso si se es obeso. 7
Durante el ENSA-2000, además de la prevalencia de la obesidad, se encontró una
frecuencia elevada de otros factores de riesgo cardiovasculares. 7
8
La zona norte del país se ubicó con la mayor prevalencia de obesidad (con excepción
de Sonora), mientras que los estados del sur concentraron el menor número de personas
obesas. 7 La influencia cultural del vecino país del norte (EUA), así como el mayor desarrollo
económico e industrial de la parte norte del país se consideran como los principales
determinantes para la mayor prevalencia observada de obesidad en esta área. 7 Esto prueba
que la aculturación propicia cambios en las conductas de los individuos frente a la actividad
física y la elección de sus alimentos, lo cual se refleja como un incremento en la población
obesa. 7
Otros datos relevantes del análisis del la ENSA-2000, señalan que la circunferencia de
cintura >90 centímetros tanto en hombres como en mujeres es un indicador que predice riesgo
para desarrollar DM tipo 2 (DM2) e HAS, entre otras patologías, lo cual coincide con otros
estudios realizaos en el mundo. La distribución en la población de tejido adiposo a escala
central, pone al 50% de los hombres y al 80% de las mujeres en riesgo de desarrollar
complicaciones metabólicas como DM2 e HAS; evidenciándose que conforme se incrementa
la circunferencia de cintura se incrementa la prevalencia de DM2 e HAS. 7
En lo que respecta a los niños, al igual que en los adultos, el aumento en la prevalencia
de obesidad en niños y adolescentes, es uno de los más importantes problemas de salud
pública, que debemos enfrentar hoy en día, tanto en países desarrollados, en vía de desarrollo,
incluyendo a México, 7,12,21 reconocida como epidemia mundial, 7,21 con efectos
potencialmente importantes a corto y/o largo plazo, ya que se traduce en enfermedades
metabólicas y vasculares. 3,4,5,6,7,8,9,10,11,14,15,17,20
En los EUA, Europa y Australia, la prevalencia de sobrepeso se ha duplicado más del
doble en la última década. 21 De acuerdo a la Tercera Encuesta Nacional de Salud de los
EUA se estima que 14% de los escolares y adolescentes de ese país presentan obesidad. 21
En México, el porcentaje de niños obesos en edad escolar se estima entre el 5 y 10%. 7
En el estudio realizado por la SEP y CONACYT durante el ciclo escolar 1981-1982,
se encontró que el 19.4% de los escolares presentaron un peso superior al esperado para su
talla. 20
En la Encuesta Urbana de Alimentación y Nutrición (ENURBAL) en la Zona
metropolitana de la Ciudad de México realizada en 1995, en los menores de 5 años de edad,
del estrato socioeconómico superior mostraron 18% de sobrepeso en el indicador de peso/talla
9
en comparación de 9.8% en el estrato inferior y en el indicador de peso/edad 11.5% y 4.6%
respectivamente; llamando la atención que el sexo femenino presentó prevalencias más altas. 20
En las Encuestas Nacionales de Nutrición 1988, 1999, refieren prevalencias de
sobrepeso y obesidad (peso/talla >2Z), en niños menores de cinco años, de 4.7% y 5.5%
respectivamente. 7 ,18 El porcentaje de niños con valores mayores de +3 desviaciones
estándar de peso/talla fue de 1.4 a nivel nacional. 7 En niños en edad escolar, los porcentajes
a nivel nacional, de niños y niñas con IMC por arriba del percentil 85, fueron en promedio de
25.7 y 28.6% respectivamente. 7
DEFINICIÓN. La obesidad deriva del latín obesus, que quiere decir “persona que tiene gordura en
demasía”, reflejo del aumento de grasa en los depósitos tanto subcutáneos como viscerales. 19
La obesidad, incluyendo al sobrepeso como un estado premórbido, es una enfermedad
crónica caracterizada por el almacenamiento en exceso de tejido adiposo (grasa) en el
organismo, 2,3,4,7,8,19,20,21,22 acompañada de alteraciones metabólicas, 3 que predisponen a la
presentación de trastornos que deterioran el estado de salud, 3,4,7,8,19,,20,21,22 asociada a la
mayoría de los casos a patología endocrina, cardiovascular y ortopédica principalmente y
relacionada a factores biológicos, socioculturales y psicológicos. 3, 4,,22
Los obesos tienen adipositos hipertróficos que pueden considerarse la anatomía
patológica de la obesidad. 22
Para definir la obesidad, se deberá contar con métodos que evalúen con gran precisión
el tejido graso. 4 Y para la medición exacta de la grasa corporal se requiere de técnicas
complejas. 8 Éstas incluyen la medición de la densidad corporal, la determinación de grasa o
agua por medio de dilución química o isotópica, la medición de un isótopo de potasio, 8 y la
absorciometría por rayos X de energía doble; y para la grasa regional se puede medir con
exactitud por resonancia magnética o por tomografía computarizada. 25 Aunque son
mediciones exactas de la grasa corporal, no siempre se puede contar con ellas. 8
10
METROPOLITAN LIFE INSURANCE COMPANY.
Mediante el uso de un “peso deseable”, que es el peso (estratificado por sexo, talla y
constitución corporal) que se correlaciona con una mayor longevidad en individuos sanos en
el momento del examen inicial, (cuando se cuantificó talla y peso). 24 Éstos pesos tienen su
origen en las tablas de compañías de seguros de vida; y de ellas, las de 1983 de la
Metropolitan Life Insurance Company, en los Estados Unidos de Norte América; que se han
adoptado en muchos países, incluso en los latinoamericanos, y que son las universalmente
utilizadas. 24 Según la definición de las tablas de la Metropolitan Life Insurance, la obesidad
consiste en tener un peso un 20% superior al peso corporal ideal, 1 o también para el
peso/talla en un niño por arriba del percentil 90 con referencia a las tablas de crecimiento
NCHS, o bien un exceso de peso de 120% para la mediana de peso para la talla.
NATIONAL HEALTH AND NUTRITION EXAMINATION SURVEY.
El uso de pesos promedio de muestras de una población general estratificada por sexo,
edad y talla. 24 Los datos de estas poblaciones por lo general son dados en percentilas. 24 Un
ejemplo son las tablas emanadas del estudio NHANES (National Health and Nutrition
Examination Survey). 24 En ellas, es necesario determinar qué valores percentilas se
consideran normales. 24 El sobrepeso se define como un índice de Masa Corporal (IMC)
mayor o igual a la percentila 85 y la obesidad cuando el valor del IMC es igual o mayor a la
percentila 95.
Aunque éstos son los mejores datos disponibles, existen varias objeciones:
predominantemente reflejan la información de una clase socioeconómica media alta; son
específicos para el sexo, pero no para la edad, y proporcionan datos con base en una
predicción de longevidad de personas jóvenes a partir de su peso a la edad de veinte años y
seguidas hasta su muerte. 24
Las tablas se han utilizado con base en el supuesto de que el peso deseable a los veinte
años también lo es a los cuarenta y cinco o a los sesenta y cinco años. 24 En realidad, en los
países occidentales ocurren cambios en el peso de la población conforme transcurre su edad;
en la mujer se incrementa gradualmente de los veinte a los sesenta, y en el varón de los veinte
11
a los cincuenta, con una disminución ponderal posterior. 24 También la composición corporal
cambia conforme a la edad, con un incremento gradual de grasa y pérdida relativa y absoluta
de la masa magra. 24
Por tanto, no es claro si un peso “normal” puede ser el mismo conforme avanza la
edad, o si debe incrementarse según aumenta el porcentaje de tejido adiposo corporal. 24
Por lo que existen diversos métodos para valorar la obesidad, en adultos como en
niños, 20,21,24 no existiendo un criterio aceptado universalmente en el diagnóstico
antropométrico de obesidad, mas aun en los niños y adolescentes. 21
ÍNDICE DE MASA CORPORAL O ÍNDICE DE QUETELET (IMC). El IMC, propuesto por Quetelet en 1871, retomada por Garrow, con el propósito de
determinar la obesidad. 24 Mediante éste método indirecto, pero accesible para el diagnóstico
de obesidad. 4 Se basa en dos mediciones simples: la talla sin zapatos y el peso con la
mínima ropa; 24 y se calcula dividiendo el peso sobre la talla al cuadrado (IMC=P/T2),
expresando el peso en kilogramos y la talla en metros. 1,2,3,4,7,8, 15,16,17,18,19,20,22,24,25
Se determina la existencia de obesidad en adultos cuando existe un IMC ≥27 y en
población de talla baja (para hombres < l.60 metros y mujeres <1.50 metros) >25. 3,4 Y para
sobrepeso, con la existencia de un IMC ≥ de 25 y < 27 y en población de talla baja ≥ 23 y <
de 25. 3,4
Es un muy buen indicador de la relación que existe entre el peso y la cantidad de grasa
en un individuo, ajustado por la influencia de la talla, es decir, que con el peso y la talla puede
determinarse si el individuo tiene un peso normal, sobrepeso u obesidad. 1 Además, éste IMC
correlaciona con muchos otros procedimientos antropométricos en cuanto a la predicción de
riesgo de morbilidad y mortalidad. 1,2,3,4,7
Además el IMC presenta algunas limitaciones derivadas de las propiedades del mismo
índice y de las características de la población por estudiar. 26 Por un lado, como ya se
mencionó, el IMC, depende de la estatura, lo que significa que los individuos más altos
tendrán valores más elevados del índice sin que implique necesariamente mayor porcentaje de
grasa corporal. 26 Por otro lado, la población latinoamericana, en relación con otro grupos,
12
puede tener complexión corporal más gruesa, tórax más ancho y tronco más largo, lo que
produciría que pese más sin que tenga exceso de grasa corporal. 26
MEDICIÓN DE CINTURA.
Es otra forma de evaluar la distribución de grasa. Puede ser un indicador de riesgos a
la salud si es > 102 centímetros n hombres y de 88 centímetros en mujeres. 8
Se mide con una cinta métrica, la circunferencia de la cintura: medida en el punto
medio entre el borde inferior de la caja torácica y el borde superior de la cresta iliaca. 7
ÍNDICE CINTURA/CADERA.
También llamado relación cintura/cadera. 1,7,8 Es un método excelente y sencillo, útil
para determinar la distribución de la grasa corporal, 1 es independiente del IMC. 7 Su
principal ventaja consiste en que puede detectar a los pacientes con obesidad central,
androide, segmento superior, abdominal, visceral, que es el subtipo que más se relaciona con
el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, principalmente el incremento
del riesgo en la enfermedad coronaria. 1,2,7,8
En los hombres, la acumulación de grasa abdominal es dos veces mayor que la
encontrada en mujeres premenopáusicas, 7 y éstas, generalmente almacenan más grasa en el
segmento inferior, femoro glútea o ginecoide, 4 cuya acumulación básicamente es en la cadera
y muslos, con relación a insuficiencia venosa en extremidades inferiores, gonartrosis,
constituyendo una obesidad con menor riesgo a diferencia del tipo superior. 7 Según el Consenso Nacional de Obesidad, se ha sugerido que una relación
cintura/cadera > 1.0 en hombres y > 0.8 en mujeres indica una acumulación mayor de grasa
en el segmento superior, y por lo tanto, la obesidad está relacionada con complicaciones
cardiovasculares y muerte súbita, etc. 1,2,4,7,8
Se mide con una cinta métrica, la circunferencia de la cintura: medida en el punto
medio entre el borde inferior de la caja torácica y el borde superior de la cresta iliaca. 7
13
ANTROPOMETRÍA. Implica obtener mediciones físicas de un individuo y relacionarla con normas que
reflejan su crecimiento y desarrollo. Las variables valiosas comunes son: estatura, perímetro
cefálico, peso, espesor de pliegue cutáneos y medidas de otros perímetros. 23
Los factores étnicos, los familiares, de peso de nacimiento y ambientales afectan estas
variables por lo que deberán tomarse en cuenta al valorar las medidas antropométricas. 23
La ventaja de éstos métodos indirectos, consiste en que son económicos y fácilmente
aplicables en el consultorio médico. 1
El método más barato y utilizado en la clínica es el estudio de la asociación entre edad,
sexo, peso y talla. 13 Este método tradicional define como obesidad al indicador peso para la
talla de un niño >+2 desviaciones estándar de la mediana del patrón de referencia del NCHS
como criterio diagnóstico, recomendado por la OMS y adoptado también por la Secretaría de
Salud, pero ésta clasifica a su vez al sobrepeso al indicador peso para la talla de un niño con
+0.99 a +1.99 desviaciones estándar de la mediana del patrón de referencia del NCHS como
criterio diagnóstico. 13
COMPONENTES DEL PESO CORPORAL.
El peso corporal es la suma de tejido óseo, músculo, órganos, líquidos corporales y
tejido adiposo. 23 Parte de estos componentes o todos están sujetos a cambios normales
como un reflejo del crecimiento, el estado reproductor, variación en los niveles de ejercicio y
los efectos del envejecimiento. 23
El agua que constituye hasta 60 y 65% del peso corporal, es el componente más
variable, y el estado de hidratación induce a fluctuaciones de varios kilogramos. 23 El
músculo e incluso la masa esquelética se ajustan en cierta medida para apoyar la carga
cambiante de tejido adiposo. 23
Sin embargo, la verdadera pérdida de peso y el aumento excesivo en éste se
relacionan principalmente con un cambio en el tamaño de los depósitos de grasa. 23 Para
ello, hay que tener en cuenta, que el contenido de grasa corporal es muy variable entre
individuos del mismo sexo, peso y talla; y el promedio de grasa es mayor en mujeres que en
14
hombres, ya que representa entre 20 y 25% en el género femenino y entre 10 y 15% en el
masculino. 4
El tejido no adiposo a menudo se describe en términos de masa corporal magra
(MCM). Las medidas de la masa libre de grasa (MLG) o tejido desprovisto de toda la grasa
extraíble, sólo se determinan mediante el análisis directo de la carcasa, en tanto que la masa
corporal magra puede establecerse clínicamente. 23 Es más alta en los varones, aumenta con
el ejercicio y es más baja en mujeres y en ancianos; es el principal factor que determina la tasa
metabólica en reposo. 23
CLASIFICACIÓN.
Para estudiar la obesidad de forma practica es conveniente dividirla por su origen en: 1) Exógena, nutricia o simple: Determinada por la ingesta mayor de nutrientes,
principalmente carbohidratos. Constituye el 95% de los casos de obesidad en niños. 20, 22,27
2) Endógena, orgánica, mórbida o intrínseca: Constituye el 5% restante, y corresponde a
síndromes dismórficos, endocrinopatías y lesiones del Sistema Nervioso Central
(SNC). 20,22,27 A su vez, la endógena es divide en:
A) Hiperfusión hormonal: hiperplasia suprarrenal, síndrome de
Cushing, y craneofaringioma. B) Hipofunción: hipogonadismo, deficiencia de hormona del
crecimiento e hippotiroidismo. 20,22,27
C) Cromosómica: Síndrome de Down y Klinefelter.
D) Hipotalámica: Síndrome de Prader Willi, Lawrence-Moon-
Biedl y pseudohipoparatiroidismo. 20,22,27
En los pacientes obesos, la morbimortalidad está directamente relacionada con el
grado de obesidad, la edad de comienzo de la enfermedad y la distribución de la grasa
corporal. 1 La asociación con otras patologías puede modificar el riesgo. 1 Por lo que
existen muchas clasificaciones. 1
15
La clasificación según el IMC es:
1) Normal: IMC 19-25.
2) Sobrepeso: IMC 25-27.
3) Obesidad: IMC > 27. 4) Obesidad severa: IMC > 31.
5) Obesidad mórbida: IMC >39.
Según el porcentaje de sobrepeso en:
1) Obesidad leve: Peso de 10-40% superior al peso corporal ideal.
2) Obesidad moderada: Peso de 40-100% mayor que el peso corporal ideal.
3) Obesidad mórbida: Peso más de 100% superior al peso corporal ideal. 1
Si bien la obesidad, en general, se asocia con un aumento global de la morbimortalidad,
existen diferentes subtipos de obesidad que se vinculan en mayor medida con diferentes
enfermedades. Según el Nacional Health Institute existen cuatro fenotipos de obesidad:
1) Tipo I. Obesidad generalizada: Con aumento del contenido graso total del
organismo. Se asocia con dislipidemias, enfermedad cardiovascular,
insulinorresistencia, intolerancia a los hidratos de carbono y, en la mujer, con un
mayor riesgo de cáncer de mama y endometrio.
2) Tipo II. Obesidad con aumento del contenido graso en la parte superior del tronco
y del abdomen. Se asocia con dislipidemias, enfermedad cardiovascular,
insulinorresistencia, intolerancia a los hidratos de carbono y, en la mujer, con un
mayor riesgo de cáncer de mama y endometrio.
3) Tipo III. Obesidad visceral: Acumulación del tejido adiposo en la región
abdominovisceral. Se asocia con enfermedad coronaria, ECV, HAS,
hiperinsulinemia, insuinorresistencia, DM, hipertrigliceridemia, y disminución de
la HDL.
4) Tipo IV. Obesidad ginecoide: Acumulación en la región femoral y glútea. 1,2,4,7,8
Como puede observarse, los fenotipos no son completamente independientes puesto
que se observan de un 30-50% de superposición en las enfermedades con las que se asocia
cada subtipo. 1
16
ETIOLOGÍA.
La obesidad durante la infancia y adolescencia es resultado de una compleja
interacción entre factores genéticos, psicológicos, ambientales y socioeconómicos, como:
estación del año, región geográfica, densidad de población, educación, ingresos, tamaño de la
familia y actividad, etc. 22 Los factores del estado de salud y ambiente en que se desarrolla el
niño tienen un papel principal en la génesis de la obesidad, 22
La obesidad se va produciendo con el transcurrir de los días, meses y años, y las
tendencias actuales muestran claramente cómo en el desarrollo de la obesidad nutricia domina
progresivamente la influencia de los cambios en el estilo de vida, en tanto que se hace menos
frecuente la obesidad de origen orgánico. 20
Dada esta situación, es importante conocer los hábitos alimentarios y la actividad
física de una población, ya que a diferencia de la carga genética, resulta ser modificables y
por tanto se podría disminuir el riesgo a presentar la obesidad y las enfermedades crónicas no
transmisibles. 20
HISTORIA NATURAL DE LA OBESIDAD.
Los individuos pueden desarrollar sobrepeso a cualquier edad, pero es más frecuente
en determinadas etapas. 22 Al nacer no se puede diferenciar por el peso quienes se volverán o
no obesos posteriormente, excepto los nacidos de madres diabéticas en quienes se aumenta la
probabilidad de obesidad. 22
Al nacer existen muchos individuos que terminarán con sobrepeso y un grupo más
pequeño que nunca lo desarrollará, denominados como pre-sobrepeso y nunca sobrepeso y
empleando los datos de NCHS de prevalencia del IMC > 25 kg/m2 como la línea divisoria
entre ellos. 22 Varios estudios epidemiológicos sugieren que un tercio de los adultos con
sobrepeso lo desarrollaran antes de los 20 años y dos tercios después de esta edad; es decir, de
75-80% de los adultos desarrollarán sobrepeso en algún momento de su vida, entre 20-25%
antes de los 20 años y 50% después de ésta. 22
17
Algunos individuos con sobrepeso desarrollarán problemas clínicamente importantes
como DM, HAS, patología biliar o síndrome metabólico. 22 Una población se puede
subdividir en cuatro subgrupos: nunca sobrepeso, pre-sobrepeso, sobrepeso preclínico y
sobrepeso clínico. 22 Los primeros nunca desarrollarán sobrepeso, aunque sólo puedan
identificarse de forma retrospectiva; el segundo grupo comprende un IMC inferior a 25
kg/m2; cuando se desarrolla sobrepeso sin problemas clínicos de importancia se trata de
sobrepeso preclínico, pero si con el paso del tiempo o mayores incrementos del peso
presentan signos clínicos de DM, HAS, patología biliar o dislipidemia, se pueden clasificar
como sobrepesos clínicos. 22
Como la mayoría de los pre-sobrepeso terminarán con sobrepeso es importante lograr
el máximo conocimiento posible de los factores de riesgo. 22
FACTORES PRENATALES.
La ingestión calórica materna puede influir en el tamaño, forma y futura composición
corporal del niño. 22 Como se ha señalado anteriormente, los lactantes nacidos de madres
diabéticas tienen un riesgo mayor de convertirse en niños y adultos con sobrepeso. 22 Los
lactantes de bajo peso para la edad gestacional, de talla corta o con un perímetro cefálico
pequeño tienen más riesgo de desarrollar obesidad abdominal u otra co-morbilidad asociada a
la obesidad en etapas ulteriores. 22
LACTANCIA HASTA LOS TRES AÑOS.
En condiciones normales durante el primer año de vida, el peso corporal se triplica y
la grasa corporal se duplica. 22 El aumento de grasa corporal sólo es un parámetro importante
de predicción de la obesidad en lactantes y niños pequeños que tienen progenitores con
sobrepeso. 22 El lactante por encima de la percentil 85 entre uno y tres años de edad presenta
un riesgo cuatro veces mayor de sobrepeso en la edad adulta. 22 Si uno de sus progenitores lo
tiene, comparado con los lactantes sin sobrepeso. 22 Si ninguno de los progenitores tiene
sobrepeso, el sobrepeso infantil no lo predice en la fase temprana de la vida adulta. 22 Estas
observaciones son similares a otras realizadas anteriormente, que sugerían un riesgo de
18
obesidad en adultos del 80% en niños con los dos progenitores con sobrepeso, 40% con un
progenitor con sobrepeso y en menos de 10% si ninguno tenía sobrepeso. 22
Además, los datos sugieren que la lactancia natural y duradera es un factor importante
de protección contra el desarrollo de obesidad. 22
OBESIDAD ENTRE LOS TRES Y DIEZ AÑOS.
El periodo entre los tres y diez años es importante para predecir el futuro sobrepeso. 22
El “rebote de adiposidad” describe el aumento del peso y el IMC de muchos niños cuando
empieza la socialización entre los 5 y 7 años. 22 Aproximadamente la mitad de los escolares
con sobrepeso lo mantendrán de adultos. El riesgo de sobrepeso en la edad adulta es por lo
menos el doble en niños con sobrepeso con relación a los que no lo tienen. 22 Este riesgo es
de 3-10 veces mayor si el peso del niño está por encima del percentil 95 para la edad. 22
El sobrepeso en los progenitores también desempeña un papel importante en este
grupo. 22 Casi el 75% de los niños permanecieron con sobrepeso en la edad adulta temprana
si uno o los dos progenitores mostraba sobrepeso. 22 Los niños de 3-10 años son sobrepeso
y el progenitor también constituyen un grupo ideal para intervención conductivista. 22
Cuando el peso corporal se desvía de forma progresiva de los límites superiores de la
normalidad en este grupo de edad se denomina obesidad progresiva, la cual suele ser grave y
dura toda la vida, se acompaña del aumento en el número de adipositos. 22
DESARROLLO DE SOBREPESO EN LA ADOLESCENCIA.
El peso corporal durante la adolescencia es un buen parámetro para su predicción en la
edad adulta. 22 Los adolescentes que superan la percentil 95 tendrán una probabilidad de 5-
20 veces mayor de desarrollar sobrepeso en la edad adulta. 22 A diferencia de las edades más
jóvenes, el sobrepeso de los progenitores tiene menos importancia en la adolescencia, porque
ya ha ejercido sus efectos. 22
19
ESTABILIDAD DEL PESO Y VARIACIONES CÍCLICAS.
El peso varía a lo largo del día al comer y metabolizar los alimentos, de unos días a
otros de unas semanas a otras y en periodos más prolongados. 22 Para comprender la
obesidad es importante entender las fluctuaciones y su relación con la variaciones cíclicas del
peso al hacer dieta y su recuperación (dietas en yoyó). 22
En grupos jóvenes la probabilidad de una ganancia importante de peso es
sustancialmente mayor en las personas con sobrepeso que en las de peso normal. 22 Como es
frecuente la incidencia de ganancia de peso en jóvenes, son objetivo fundamental de las
medidas de prevención. 22
Las variaciones cíclicas del peso relacionadas con el seguimiento de la dieta se
conocen como dietas en yoyó, refiriéndose a los ascensos y descensos del peso que se dan con
frecuencia en personas que hacen dieta pierden peso y cuando dejan de seguirla recuperan lo
que perdieron, a veces más. 22 La posibilidad de que las pérdidas y ganancias sean más
negativas que permanecer objeto de un apasionado debate, pero la mayoría de los estudios
demuestran que las variaciones cíclicas de peso no aumentan la grasa corporal ni afectan
negativamente la presión arterial, el metabolismo de la glucosa o la concentración de lípidos. 22
ETIOLOGÍA Y FISIOLOGÍA DE LA OBESIDAD.
La investigación realizada a lo largo de las dos últimas décadas ha provocado una
expansión sin precedentes de nuestros conocimientos sobre los mecanismos fisiológicos y
moleculares que regulan la grasa corporal. 22
Como modelo de referencia para analizar el mecanismo básico de la alimentación se
emplea la retracción (feedback), donde las señales aferentes indican a los controles centrales
del cerebro la situación del ambiente externo e interno con relación al alimento. 22 A su vez,
el controlador central realiza la transducción de estos mensajes en señales eferentes de control
que gobiernan la búsqueda y adquisición de comida; así mismo, modulan el procesamiento
del alimento en el interior del organismo. 22 Finalmente, existe un sistema de control que
20
ingiere, digiere, absorbe, transporta, metaboliza y elimina los residuos de la comida ingerida. 22
BALANCE ENERGÉTICO Y EL SISTEMA CONTROLADO. PRIMERA LEY DE LA TERMODINÁMICA.
De acuerdo con ésta la obesidad es consecuencia de un desequilibrio ente el consumo
y el aporte de energía. 1,4,7,22,24,28 El consumo energético se puede dividir en tres componentes
fundamentales. 22 El mayor de ellos es el consumo energético “en reposo” o tasa metabólica
en reposo, seguido cuantitativamente por la actividad física y el efecto térmico de la comida y
la termogénesis. 1,22,24
El consumo energético en reposo. Consiste en la suma total de la energía necesaria
para la síntesis proteica, el mantenimiento de las funciones vitales y representa el 60-75% de
las necesidades totales diarias de energía. 1 El consumo energético guarda una correlación
máxima con la masa corporal magra. 22 Un consumo energético basal bajo ha predicho en
algunos estudios futuras ganancias de peso. 22 La mezcla metabólica oxidada por el cuerpo
está relacionada con los tipos de alimentos consumidos, la capacidad adaptativa del cuerpo y
la velocidad de consumo energético. 22 Para mantener el equilibrio energético es necesario
oxidar la mezcla de combustibles ingeridos. 22
La capacidad de almacenar hidratos de carbono en forma de glucógeno es limitada, al
igual que la de proteínas. 22 Sólo los depósitos de grasa se pueden expandir con facilidad
para dar cabida a niveles de energía superiores a las necesidades diarias. 22 Una tasa elevada
de oxidación de hidratos de carbono predice futuros aumentos de peso. 22 Una explicación
de este fenómeno es que cuando la oxidación de los hidratos de carbono supera al aporte de
los mismos, el cuerpo necesita hidratos de carbono para reemplazar los depósitos limitados. 22
Como los ácidos grasos no pueden ser convertidos en hidratos de carbono, los aminoácidos
son convertidos en equivalentes de carbohidrato que moviliza los depósitos de grasa. 22
Actividad física. Corresponde al 15% del gasto energético total. 1 Es el único
componente donde se puede intervenir para aumentar el gasto. 1 La cantidad de energía
consumida en la actividad física está relacionada con el peso corporal. 22 La actividad física
disminuye gradualmente con la edad y a muchas personas les resulta difícil mantener un
programa de ejercicio regular. 22
21
Efecto termogénico del alimento. Después de comer existe un aumento del consumo
de energético que equivale aproximadamente al 10% del gasto energético total diario. 1,22 Este
proceso es controlado en parte por el sistema nervioso simpático. 22 El control de la actividad
simpática y su salida noradrenérgica ofrece una posible estrategia de tratamiento de la
obesidad. El efecto termogénico del alimento está bloqueado cuando la resistencia a la
insulina es elevada. 22
Termogénesis. Tiene por función la transformación de la energía de los triglicéridos
almacenados en calor, por medio de proteínas de desacoplamiento en la fosforilación
oxidativa. 1,22
De este balance energético, se mantiene aún vigente una sencilla ecuación para el
tratamiento de la obesidad, y que es considerada como la primera línea de intervención en los
primeros planes terapéuticos:
Disminución del peso = Disminución de la ingesta + Aumento del gasto. 1
FACTORES METABÓLICOS Y HORMONALES.
El comportamiento alimentario es complejo e involucra un gran número de factores y
estructuras anatómicas. 4 En el hipotálamo existen dos áreas que regulan la ingestión de
alimentos. 4
El núcleo ventrolateral del hipotálamo, en donde se localiza el centro del apetito, que
puede ser estimulado por influencias externas, como sabor y olor de los alimentos; influencias
socioculturales, hábitos, etc. 4 Existen diversos neurotransmisores que despiertan la
sensación del apetito, de los cuales las más estudiadas son la noradrenalina, el ácido gamma
amino butirico (GABA), las beta-endorfinas, la dinorfina, las encefalinas y la galanina.
El núcleo de la saciedad, que se encuentra en el núcleo ventromedial, así como en los núcleos
hipotalámicos dorsomedial y supraquiasmático, regulado por varios factores. 4
Diversos péptidos y neurotransmisores gastrointestinales actúan como señales entre el
cerebro, el aparato gastrointestinal y el tejido adiposo y, por lo tanto, se pueden relacionar con
las causas de obesidad. 4
22
La 5-hidroxitriptamina, dopamina, adrenalina, neurotensina, factor liberador de ACTH
(CRH), colecistoquinina, calcitonina, glucagón y diversos polipéptidos pancreáticos producen
sensación de saciedad, así como las concentraciones de glucosa. 4
La serononina, es el neurotransmisor más estudiado, y se considera que tiene un papel
muy importante en la saciedad inhibiendo selectivamente el consumo compulsivo de
carbohidratos. 4
Los obesos existe una alteración de las señales humorales subcutáneas y periviscerales
que funciona como aferente de la regulación del apetito a nivel hipotalámico, debido a que
existe un aumento de la sensibilidad para el neuropéptido “Y” a nivel del núcleo
paraventricular, lo que condiciona aumento del apetito, hiperinsulinemia, incremento de la
lipogénesis, disminución del metabolismo basal y del consumo de oxígeno. 4
Recientemente, se descubrió y clonó en ratones genéticamente obesos una proteína
con una estructura de 167 aminoácidos, 6 que se denominó Ob o leptina (del griego leptós:
adelgazar), producida por el tejido adiposo, 4,11 y que, al parecer, tiene una doble función:
disminuye el apetito y por ende la ingesta de alimentos y, aumenta el gasto energético basal y
los niveles de actividad motora. 6
Aún, llevando la misma dieta, los animales a los que se les inyecta la proteína Ob
bajan 50% más de peso que los animales a los que no se les aplica. 4
Esta proteína puede controlar el peso a través de un sistema de retroalimentación que
le informa al organismo cuánta grasa lleva almacenada. 4 Se ha observado, también que la
proteína actúa como un termostato que mide la temperatura, a fin de avisarle al organismo
para que realice los ajustes necesarios. 4
Así mismo, se cree que el receptor de la proteína Ob se localiza en el cerebro y que
actúa directamente sobre las paredes neuronales que controlan la alimentación y el balance de
energía. 4 El adipostato, al parecer, actúa sobre una red de neuronas que mantiene una
imagen interna de la cantidad adecuada de tejido adiposo para ese organismo en particular, de
forma que compara la cantidad actual con el ideal interno, y realiza acciones de minimizar la
diferencia. 4
La insulina, es otra hormona que tiene efecto sobre la ingesta de alimentos sobre el
balance energético, cuyo aumento en el SNC produce disminución de ingesta y baja de peso. 6 Además, hoy en dia, se sabe que la insulina interactúa con otros neuropéptidos : potencia el
23
efecto de saciedad de la colecistoquinina y la ACTH, suprime la síntesis y acción orexigénica
del neuropéptido “Y”, y de la galanina. 6
FACTORES GENÉTICOS.
Desde hace mucho tiempo se ha observado una relación familiar en la obesidad, 4 casi
siempre los niños obesos son hijos de padres obesos y llegan a la edad adulta siendo obesos. 28 El riesgo relativo de un niño de llegar a ser obeso cuando todos los demás miembros de su
familia son obesos, es hasta de 27.5% en los varones y de 21.2% en las mujeres. 28
El tamaño de la familia es otro factor de riesgo importante para la obesidad infantil,
pues la frecuencia de aparición de ésta guarda relación inversa con el número de hijos. 28 El
19.4% de los hijos únicos son obesos, contra el 8.8% de los hijos de familias de más de cuatro
hijos. 28
FACTORES SOCIOCULTURALES.
Dos grandes factores socioculturales, desde principios de siglo hasta nuestros días, han
influenciado desfavorablemente en el aumento de la prevalencia de la obesidad. 1 Ellos son el
sedentarismo y los cambios en el patrón de alimentación. 1,6
A principios de siglo, el común de la sociedad norteamericana tenía un gasto calórico
de 1, 000 a 1, 200 calorías por día en su actividad cotidiana. 1 Actualmente, con la
incorporación de tecnologías, dicho gasto se ha reducido a 200 calorías por día y tal diferencia
se traduce en un aumento de cuatro a cinco kilogramos por año. 1
Los ingleses realizaron mediciones similares y determinaron que el patrón de actividad
cotidiana en estos últimos veinte años presentó una disminución de ochocientos calorías por
día. 1 A este factor de marcado descenso del gasto calórico se le suma el fuerte aumento del
porcentaje de grasa en los alimentos. 1 Los cambios en la alimentación, la incorporación de
los “Fast-Food”, hacen impacto en la sociedad en todos sus estratos, fundamentalmente en los
niños y adolescentes. 1
24
MANIFESTACIONES CLÍNICAS.
La creencia de algunos padres y médicos de que el lactante obeso es sinónimo de salud
es falsa. 22 Al principio el aumento de peso es paulatino y progresivo, los padres están
contentos porque su hijo se ve sano, después regordete y al final gordo cuando ya sobrepasó
20% de su peso ideal. 22
Los niños son por lo general son pasivos, reprimidos, obsesivos, tímidos, su gran
apetito obedece a una actitud de escape, comen de manera compulsiva, tienen bajo
rendimiento escolar y deportivo. 22 Su tez es rubicunda, rollizo o rechoncho, con tejido
adiposo aumentado, huesos anchos, pene oculto por el panículo adiposo aumentado en la
región púbica y cifras de tensión arterial discretamente por arriba de lo normal. 22
CONSECUENCIAS DE LA OBESIDAD.
La mayoría de los defectos resultantes de la obesidad son consecuencias metabólicas
de la producción de ácidos grasos y péptidos debida al aumento de tamaño de los adipositos;
otras secuelas son consecuencia del aumento de la masa de grasa, las principales son tasas
más elevadas de mortalidad y morbilidad. 22
Se ha calculado que la obesidad es responsable de casi tres cientos mil muertes
anuales. 22 A medida que aumenta el peso corporal existe un incremento curvilíneo de la
mortalidad por cardiopatía, DM, HAS y cáncer. 22
La morbilidad asociada al aumento del tamaño de los adipositos y sus productos de
excreción se puede dividir en varios grupos de enfermedades. 22
Diabetes Mellitus.
Incluso pequeños aumentos del IMC y del tamaño de los adipositos se acompañan de
un incremento significativo del riesgo de desarrollar DM, parte de éste se puede explicar por
el aumento de las demandas de secreción de insulina que recae sobre el páncreas. 22 El
potencial de restablecer la función pancreática a través de la pérdida de peso subraya la
importancia de la prevalencia y tratamiento precoz de la obesidad. 22
25
CARDIOPATÍA ISQUEMICA.
Con la obesidad creciente se produce en ambos sexos un aumento de la mortalidad por
cardiopatía. 22 Este aumento es más pronunciado en individuos cuyo IMC es mayor o igual a
27-29 y varía según las etnias, el riesgo de cardiopatía asociado al IMC elevado es mayor en
la raza blanca que en la negra. 22
El incremento del riesgo de muerte cardiovascular puede atribuirse a varios factores
como disminución del nivel del colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (HDL) que
acompaña la resistencia de la insulina y obesidad; aumento de la concentración del inhibidor-
1 del activador del plasminógeno, factor que evita la coagulación en el interior de los vasos
sanguíneos; e incremento de la tensión arterial que acompaña a la obesidad. 22 Los estudios
muestran que todos estos factores se revierten hacia límites normales con la pérdida de peso. 22
HIPERTENSIÓN ARTERIAL SISTÉMICA.
Se ha demostrado un aumento de la presión arterial en función del IMC. 22 Varios
sucesos pueden explicarlo como la elevación de la concentración de insulina que incrementa
la reabsorción de sodio por el túbulo renal. 22 Además, en los obesos las variaciones de la
resistencia vascular y de la función cardiaca necesarias para compensar el crecimiento del
flujo sanguíneo contribuyen al aumento de la tensión arterial. 22 La HAS puede presentarse
de 10-20% de los niños y adolescentes obesos, se relaciona directamente con una mayor
ingesta de sodio que favorece el incremento de la volemia y el gasto cardiaco. 22 La
frecuencia y el grado de la HAS evolucionan en proporción directa al exceso de peso; si éste
se manifiesta desde temprana edad, tendrá un mal pronóstico en la edad adulta. 22
26
PATOLOGÍA DE LA VESÍCULA BILIAR.
El riesgo de desarrollar colelitiasis aumenta intensamente a medida que se incrementa
el IMC, la explicación más lógica es el aumento lineal de la producción de colesterol que
acompaña a los depósitos crecientes de grasa. 22 A medida que se eleva la producción de
colesterol, lo hace su excreción y la presencia de “factores de nidificación” en la vesícula
biliar aumenta el riesgo de cálculos biliares. 22
CÁNCER.
La incidencia de cáncer de endometrio, mama, colon y vesícula biliar aumenta en
mujeres obesas; mientras que los hombres obesos sufren de colon y próstata. 22 El aumento
de la producción de compuestos “estrogénicos”, debido a la conversión de la androstendiona
en estriol en el tejido adiposo por la aromatasa, puede explicar el riesgo de cáncer. 22 Como
esta velocidad de producción está relacionada al tamaño de los depósitos adiposos puede ser
una fuente importante de compuestos estrogénicos, especialmente en mujeres
posmenopáusicas muy obesos. 22 La morbilidad asociada a la obesidad puede atribuirse
directamente a la masa del tejido adiposo.
TRASTORNOS RESPIRATORIOS.
La función respiratoria rara vez está perturbada en el niño o adolescente obeso; sin
embargo, puede observarse un patrón respiratorio restrictivo en los casos con síndrome de
Pick-wick, complicación de la obesidad exógena extrema en la que se presenta una grave
dificultad respiratoria, hipoventilación alveolar, con una disminución de los volúmenes
pulmonar, corriente y de reserva espiratoria. 22 Entre las manifestaciones se encuentran
policitemia, hipoxemia, cianosis, hipertrofia cardiaca, insuficiencia cardiaca congestiva y
somnolencia. 22 Las altas concentraciones de oxígeno pueden ser peligrosas como
tratamiento de la cianosis, porque puede que la respiración dependa exclusivamente del efecto
estimulante de la hipoxia. 22 La reducción de peso es importante y debe lograrse lo más
rápido posible. 22
27
APNEA DEL SUEÑO.
La apnea del sueño es un problema grave en los individuos con sobrepeso, es más
frecuente en hombres. 22 La obstrucción intermitente de las vías aéreas por la noche provoca
sueño irregular y disminución de la oxigenación por aumento de la masa de grasa en la zona
faríngea. 22 Para compensar aumenta la somnolencia durante el dia y la hipoventilación. 22
El tratamiento consiste en perder peso y utilizar mascarillas de presión positiva continua en
las vías aéreas por la noche. 22
TRASTORNOS ARTICULARES.
El exceso de peso aumenta el riesgo de lesiones articulares. 22 Este problema progresa
con la edad y es una de las consecuencias más costosas de la obesidad. 22 Las
manifestaciones musculoesqueléticas asociadas con la obesidad en los niños y adolescentes
son incremento en la talla, determinada por una aceleración inicial del crecimiento con cierre
temprana de la epífisis; y la epifisiólisis de la cabeza femoral, también llamada coxa vara de
los adolescentes, se produce por un mecanismo de deslizamiento progresivo que se desprende
del cartílago de conjunción y se desplaza hacia atrás atrás y hacia abajo, lo que ocasiona
finalmente una necrosis de la misma, en 85% de los casos es unilateral. 22 El cuadro clínico se
inicia generalmente por arriba de los 10 años con claudicación indolora, que conforme
progresa se hace dolorosa y con limitación a la rotación interna del miembro inferior. 22
Los pacientes obesos que presentan pies planos laxos son difíciles de tratar hasta no
resolver el problema de sobrepeso. 22
Por último, la hiperlordosis lumbar con lumbagos es un trastorno frecuente en los
pacientes obesos, lo que provoca molestias que van limitando cada vez más su actividad, de
por sí mínima. 22
28
TRATAMIENTO.
Con la implementación de los tratamientos para baja de peso se logró que muchos
pacientes obesos cumplieran este objetivo. 1 Sin embargo, de todos los pacientes que
completaron un tratamiento para bajar de peso, dos tercios lo recuperaron luego de un año y
todos lo pacientes volvieron a su peso basal luego de cinco años de tratamiento, 1 y el 90%
de los pacientes sometidos a cualquier programa de pérdida de peso, pierden más de 11.3
kilogramos vuelven a recuperarlo antes de los 3 años. 2 Debido a la magnitud de este fracaso terapéutico, se empezaron a buscar sus causas.1
Uno de los principales problemas detectados consistió en que el descenso del peso se realizó a
expensas de una sola variable: la dieta. 1 Ésta, por lo general, era restrictiva y por ello
generaba ingesta de tipo compulsivo de los alimentos que fueron restringidos o prohibidos.1
Por otro lado, no se incorporó a la actividad física como pilar terapéutico y no se consideró a
la obesidad como una enfermedad crónica, que debe ser tratada de por vida, al igual que la
HAS, DM. 1 Es común que muchos programas para bajar de peso se propongan metas irreales
(tanto en peso como de tiempo), sin tener en cuenta diversos factores como son: los años de
exceso de peso, la edad, el sexo de los pacientes, los antecedentes hereditarios familiares, la
cantidad de años en dieta (personas que están a dieta de manera crónica), la edad de comienzo
de la enfermedad, etc. 1
Comprender a la obesidad como una enfermedad crónica, de origen heterogéneo y
multifactorial, es fundamental para lograr la implementación de programas de prevención y
para disminuir el peso. 1
La dificultad consiste en promover y lograr cambios en los hábitos, en las reglas
familiares y culturales, en el esquema corporal y en las conductas compulsivo-adictivas. 1
Resulta fundamental lograr el compromiso y la participación del paciente en el tratamiento y
llegar a un acuerdo en los resultados finales y en el tiempo para lograrlos. 1 Hay que evitar
la aparición de los mecanismos compensadores metabólicos que se producen naturalmente en
toda persona cuando disminuye la ingesta y desciende su peso. 1
29
Las fallas en las respuestas terapéuticas al tratamiento de la obesidad se deben al
hecho de no haber podido lograr el compromiso y la participación del paciente y al desarrollo
de mecanismos metabólicos compensatorios que intentan mantener el peso corporal alterado. 1
Se ha determinado que los que indiscutiblemente deberían ser tratados, son los
pacientes con:
Sobrepeso > 30% del peso total corporal ideal.
Grasa corporal > 30%.
IMC > 30%.
Obesidad con distribución abdominal.
Obesidad con trastornos metabólicos asociados: DM, HAS, dislipidemias.
Antecedentes hereditarios familiares de enfermedad coronaria. 1
Pero ante los desalentadores resultados terapéuticos, lo que ha cambiado
fundamentalmente son los objetivos de los planes terapéuticos. Desde siempre, el único
objetivo fue bajar de peso y mantenerlo. Sin embargo, los objetivos actuales en el tratamiento
de la obesidad son los siguientes:
Lograr una significativa pérdida de peso sostenida en el tiempo (descenso del 5% del
peso total corporal o un punto del IMC por más de un año).
Mejorar los factores de riesgo asociados.
Incorporar hábitos saludables como la alimentación adecuada, la actividad física, los
controles periódicos de salud, la recreación y la socialización del paciente obeso. 1
Los programas para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad deben ser adecuados
para el logro de la mayor reducción de peso posible, en el contexto global de salud de cada
uno de los pacientes, con el acento puesto en la disminución del riesgo de las comorbilidades
y de sus complicaciones, así mismo, deben favorecer la reinserción social del paciente y de
esta manera, mejorar su calidad de vida. 1
Además, sabemos, que la obesidad es el resultado de interacciones complejas entre
factores fisiológicos, psicológicos, sociales, culturales y genéticos, 2 por lo tanto, el
tratamiento para la obesidad debe ser multidisciplinario y considerar los siguientes aspectos:
el psicológico, el dietético y un programa de ejercicio; en los pacientes en los que estas
30
estrategias no funcionen en forma óptima, debe considerarse el empleo del tratamiento
farmacológico y/o quirúrgico. 2
PREVENCIÓN.
Debido a la limitada efectividad del tratamiento, específicamente en el niño obeso,
cada día se tiende a dar mayor importancia a la prevención de la obesidad, para lo cual se han
intentado programas de intervención en la comunidad o en la familia, a gran escala. 28
Por lo que resulta fundamental identificar a los niños con riesgo para desarrollar
obesidad, en base a las variables familiares asociadas al desarrollo de obesidad. 28
MANEJO DIETÉTICO.
La dieta es la piedra angular del manejo de la obesidad infantil y del adolescente y el
objetivo no sólo es producir una disminución de peso en el sujeto tratado, sino en forma ideal
inducir cambios en los hábitos de la alimentación en el entorno familiar que produzcan una
nutrición más sana, tanto del paciente como de la familia. 28
El tratamiento dietético del niño obeso deberá estar encaminado a bajar el aporte
energético total diario respetando los requerimientos nutricionales correspondientes a su edad
y tomando en cuenta en forma muy importante el establecimiento de hábitos alimentarios. 28
RECOMENDACIONES GENERALES.
La orientación a las madres de familia y a las personas encargadas de la alimentación
de los niños así como a los propios pacientes deberá darse tomando en cuenta los principios
básicos para integrar una dieta recomendada. 28
Las recomendaciones nutrimentales se cubren con una dieta basada en una variedad de
alimentos provenientes de los diferentes grupos: cereales y tubérculos, leguminosas, tejidos
animales, leche y huevo, tejidos vegetales y frutas, grasas y azúcares. 28
31
El diseño de la dieta deberá incluir todos los grupos de alimentos arriba mencionados,
considerando la disponibilidad, la aceptación, el precio de los alimentos para cada condición
socioeconómica, así como los hábitos y costumbres alimentarias del paciente y la familia. 28
Existen pocas probabilidades de que se siga una dieta si ésta ha sido diseñada sin la
intervención de los interesados. 28 La capacitación del paciente y la familia para que ellos
mismos programen su alimentación rendirá mayores posibilidades de éxito. 28
La dieta deberá ser variada, para evitar el tedio de una misma alimentación y debe
cubrir la cantidad de calorías requerida en cada caso; siguiendo estas recomendaciones la
dieta cubre automáticamente todos los requerimientos de nutrimentos. 28
En el caso del paciente pediátrico es conveniente sugerir o diseñar un menú familiar
del que pueda ser partícipe nuestro paciente y en el que las raciones de los alimentos se
adecuarán a cada miembro. 28
Otro aspecto importante es la relación alimentaria como un proceso interactivo en el
que participan la madre o quien la sustituya y el niño; por ejemplo: es una observación común
que hay menos interacción verbal entre madres e hijos obesos, en tanto que su alimentación es
más abundante y el ritmo es más rápido. 28
Para lograr una relación alimentaria positiva la madre o la persona encargada se hará
responsable de lo que ofrece y cómo lo ofrece en tanto que el niño se hará responsable de
cuánto come, más aún, será responsable de comer o no hacerlo, lo que lo ayuda a aprender a
seleccionar alimentos fuera del ámbito del hogar, y corregir o evitar hábitos nocivos desde la
infancia y a regular en forma conveniente la cantidad de alimentos ingeridos. 28
Se sugiere evitar utilizar los alimentos como premio o castigo disminuyendo así la
importancia que muchas veces el niño obeso le otorga a la cuestión de la alimentación entorno
a la cual gira el resto de su vida. 28
Desde el año de edad el niño se debe integrar a la comida familiar. 28 Para entonces
ya no come a libre demanda y se puede y debe adaptar al ritmo de la familia, su capacidad
gástrica es reducida y su actividad física es constante por lo que las comidas pequeñas y
frecuentes se adaptan mejor a sus necesidades. 28 Así por lo general, se prefiere se hagan tres
comidas mayores y dos colaciones a media mañana y media tarde. 28
32
La ventaja de que el pequeño se acostumbre a tener un horario de comidas en lugar de
comer a cualquier hora de manera desordenada, reside a que aprende a sentir hambre y a
saciarla, y en consecuencia a regular su ingestión. 28
En los niños y los adolescentes los requerimientos energéticos han sido ya calculados
y varían de acuerdo a la edad y en los adolescentes de acuerdo al sexo, de manera que el
primer paso será calcular los requerimientos de nuestro paciente, y se recomienda mantener
un déficit energético diario entre 500-1,000 kcal. 28 De esta manera, si nuestro paciente tiene
cinco años y peso 30 kilogramos, sus requerimientos energéticos serán de 2, 00 kcal por día,
por lo que iniciaríamos una dieta de reducción con una cantidad de 2,000 kcal por día. 28
En la actualidad, se utilizan con mayor frecuencia dos diferentes regímenes dietéticos;
en los dos se hace énfasis mantener y preservar un aporte de proteínas adecuado para la edad
del paciente. 28 En el primer caso se trata de la dieta en que se elimina la ingesta de
carbohidratos o dieta cetótica; en ella se permite la ingesta ad limitum de carne, huevo, leche
y sus derivados, así como de verduras, en tanto que la de frutas y leguminosas es limitada y se
proscribe la ingesta de azúcar, harinas y alimentos que las contengan. 28 Este tipo de dieta no
siempre es bien tolerada por la carga de solutos especialmente de proteína que contiene y no
puede ser mantenida por un tiempo prolongado debido a la cetósis que ocasiona; por lo tanto
no debe ser utilizada. 28
Por otro lado, la dieta que actualmente es más favorecida es la dieta balanceada con
limitación en calorías; los regímenes dietéticos de este tipo permiten el aporte de nutrientes
esenciales y de proteínas de manera que el crecimiento y desarrollo en los pacientes no se ve
afectado, permite una gran variedad y una presentación adecuada de los platillos mediante el
uso racional de sustituciones y puede ser seguida por tiempo ilimitado en tanto se mantenga
un control médico periódico. 28 Se recomienda que la dieta mantenga una proporción de 55-
60% de carbohidratos, de 20-25% de grasas y de 15-20% de proteínas. 28
33
TIPOS DE DIETAS.
En niños lactantes menores es raro que se lleguen a utilizar dietas hipocalóricas; sólo
en casos en que el incremento de peso sea exagerado y no obedece a alguna alteración
metabólica o endocrina, se sugieren medidas conservadoras como aumentar la dilución de la
fórmula o retrasar la aglactación o incrementar el tiempo entre tetadas. 28
En el preescolar frecuentemente uno puede estar satisfecho con mantener la curva de
incremento de peso en una meseta esperando que el incremento corrija la desproporción entre
peso y talla, de manera que medidas razonables y lógicas como adoptar un horario de
alimento, evitar la ingesta entre comidas y las golosinas, son generalmente suficientes para
alcanzar el objetivo. 28
EJERCICIO.
Es evidente que las modificaciones en los hábitos de vida que se han suscitado en la
época moderna han también incrementado la aparición de obesidad en forma más frecuente en
la población; la disponibilidad de alimentos que se obtienen en forma por demás sencilla y
fácil y la actividad sedentaria, nos distancian mucho del individuo de otras épocas que
requería de la caza, pesca o actividades agrícolas para obtener el alimento; los niños tampoco
han escapado de este fenómeno; los reducidos espacios de vivienda y los pocos lugares
dedicados a la actividad física que se observan en las grandes ciudades, donde se concentra la
mayoría de la población permiten y alientan que nuestros niños no practiquen la actividad
física indispensable; a esto tenemos que agregar que a diferencia de países bien desarrollados
en nuestras escuelas no se le da importancia al deporte como parte integral del desarrollo
humano. 28
Esta falta de estímulo para la actividad física aunado al aumento en el tiempo dedicado
por los niños a ver televisión o realizar trabajos escolares disminuyen el consumo energético y
en consecuencia favorecen el desarrollo de sobrepeso. De tal manera que un incremento en la
actividad física es parte importante en el tratamiento de la obesidad. 28
34
Al sugerir a los padres de un niño obeso su incorporación a una actividad física,
debemos tener en cuenta varios factores: disponibilidad de tiempo y de lugar para realizarla,
gusto personal y el gasto que va a ocasionar. 28
Idealmente el ejercicio debe ser regular, es decir de preferencia diario y por un tiempo
mínimo; debe ser un ejercicio aeróbico que mantenga una elevación de la frecuencia cardiaca
por lo menos durante 10 minutos; debe ser una actividad que en principio le agrade al niño,
que pueda desarrollar cerca de su domicilio lo que evita la pérdida de tiempo por la
transportación y que permita su incorporación paulatina y hasta donde sea posible no ocasione
una frustración al niño obeso que habitualmente es poco hábil en los deportes. 28
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO.
Los esfuerzos de los investigadores se han encaminado a la obtención de fármacos que
reúnan las siguientes características ideales: que disminuyan el apetito, que incrementen el
gasto energético, que permitan una pérdida de peso gradual y sostenida, que permitan al
paciente mantener dicha pérdida de peso aun años después de que se suspendió el tratamiento,
que carezca de efectos colaterales indeseables, que no cause adicción. 28
La mayoría de los fármacos hoy utilizados tienen una historia de fracaso, recuperación
con ganancia de peso perdido al suspender el tratamiento, abuso, efectos adversos y uso
inadecuado. En el momento actual estamos aún lejos de encontrar el fármaco ideal para el
control de la obesidad. 28
Probablemente el primer fármaco utilizado específicamente para el manejo del
sobrepeso fue la anfetamina. Su uso clínico inicial fue para el tratamiento de la narcolepsia,
observándose que los pacientes que la utilizaban disminuían su ingesta de alimentos y
mostraban una mejoría de su estado anímico. Estas observaciones motivaron su
administración en sujetos que deseaban bajar de peso pero carecían de la voluntad para
mantener un régimen dietético. En un principio los resultados fueron muy alentadores; sin
embargo, fue evidente que también se desarrollaba una tolerancia pocas semanas después de
iniciar el tratamiento, por lo que se requería aumentar la dosis para tratar de mantener el
mismo efecto inicial; dicho efecto disminuía constantemente creando un estado de adicción.
Sus efectos anorexigénico y de alerta se hallan mediados por la liberación de noradrenalina de
35
las neuronas noradrenérgicas centrales. Los efectos colaterales incluyen depresión, estados
de pánico, tendencia suicida u homicida, confusión, agresividad, líbido aumentada, ansiedad,
delirio, alucinaciones paranoides, que pueden observarse en cualquier individuo que ingiere
cantidades suficientes durante un periodo prolongado. Los efectos sobre el sistema
cardiovascular incluyen cefalea, calosfríos, palidez, rubor, palpitaciones, arritmias, dolor
anginoso, HAS, hipotensión, y colapso circulatorio. Los efectos sobre el aparato digestivo
incluyen mucosas orales secas, gusto metálico, náuseas, vómitos, diarrea o dolor abdominal.
En la actualidad, no está autorizado su empleo en nuestro país debido a varios accidentes
algunos de ellos fatales relacionados con su uso y en menores de edad hay una total
contradicción.
Posteriormente se han desarrollado varios fármacos nuevos denominados de tipo
anfetamina por su acción a nivel del SNC similar a la anfetamina. Son utilizados como
auxiliares en la aceptación de un régimen dietético con ingesta calórica restringida pero se
observa tolerancia a la dosis máxima recomendada en un lapso de ocho a doce semanas,
aproximadamente, por lo que no se recomienda su administración por periodos de tiempo
mayores. El mecanismo de acción y los efectos adversos de estos agentes son muy
semejantes entre sí y no se observa ventaja de alguno de ellos por su elección. En México se
encuentran disponibles la anfrepamona, clobenzorex, dexfenfluoramina, dieteilpropión,
fenproporex, fentermina, mazindol y propilhexedrina.
En estudios comparativos de grupos de obesos utilizando alguno de los anteriores
agentes anorexigénicos y placebo se observó que los grupos tratados perdían entre 3 y 5.6
kilogramos más que el grupo control en periodos cortos de tres meses; esto debe de tomarse
en cuenta antes de elegir alguno de estos medicamentos por la implicación costo beneficio
que conlleva.
La dexfenfluoramina es el único fármaco que se ha utilizado por periodos hasta de
doce meses. En los diferentes trabajos publicados se menciona que la presencia de efectos
adversos es semejante tanto en pacientes que ingieren dexfenfluoramina como en los
pacientes de los grupos control.
En el uso de dexfenfluoramina y mazindol en adolescentes obesos refractarios al
tratamiento con dieta muestra descenso de peso en un 60% de los pacientes tratados a corto
plazo (tres a seis meses); la dexfenfluoramina tiene un menor efecto anorexigénico pero
36
puede resultar útil especialmente en casos de hiperfagia de origen nervioso y muestran
menores efectos secundarios (insomnio, nerviosismo, palpitaciones o mareos) que el
mazindol el cual utilizamos cuando el primero ha fallado.
37
JUSTIFICACIÓN.
Cuando nos enfrentamos a la obesidad en niños, tenemos la certeza de una gran
epidemia en los años posteriores, extraordinariamente costosa y con enfermedades crónico
degenerativas en edades muy tempranas, y que entre muchas otras cosas, requieren de
atención por los sistemas de salud y que dada la magnitud de niños y adolescentes obesos, no
existen los recursos suficientes y adecuados para ser atendidos.
Esto plantea un panorama de salud pública extraordinariamente desalentador, con
repercusiones socio económicas y humanas negativas, por limitar el desarrollo integral y
armónico del futuro ciudadano, reduciendo sus posibilidades de expresión creadora y de
productividad social
Además de carecer de literatura referente a la prevalencia de obesidad: tanto en
adultos como en niños, a nivel mundial, como nacional, o estatal y/o local.
Por no existir una clasificación o parámetro establecido de forma universal, haciendo
mas confuso el estudio en este tema.
Por todo ello, me es interesante y grato realizar una investigación, que considero que
es pionera, para conocer la prevalencia de la obesidad, así como regionalizar los resultados
de dicha investigación, de esta manera tener nuestras propias cifras que permitan verificar y
comprobar si existen diferencias en los resultados con otras investigaciones realizadas en
dicho ámbito.
38
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. ¿Cuál es la prevalencia de obesidad en preescolares del municipio de Colima?..
OBJETIVOS: OBJETIVO GENERAL. Determinar la prevalencia de obesidad en preescolares en Escuelas Federales ubicadas en el
municipio de Colima.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS.
� Determinar los valores de peso en alumnos en Escuelas Federales en el municipio de
Colima.
� Determinar los valores de talla en alumnos en Escuelas Federales en el municipio de
Colima.
� Determinar el puntaje Z para peso por edad.
� Determinar el puntaje Z para talla en relación con la edad.
� Determinar el puntaje Z para peso en relación con la talla.
39
MATERIAL Y MÉTODOS: DISEÑO METODOLÓGICO. Estudio descriptivo transversal. UNIVERSO. Todo niño en edad preescolar.
POBLACIÓN.
Todo niño en edad preescolar que curse sus estudios en Escuelas Federales en el municipio
de Colima, durante el ciclo escolar 2004-2005.
TAMAÑO MUESTRAL.
El tamaño muestral fue determinado con la siguiente fórmula del paquete estadístico EPI-
INFO-6
n = N z2 p (1-p)
d2 (N-1) + z2 (1-p)
donde:
p = prevalencia de 25%
d = precisión absoluta de 2.5% (relativa 10%).
z = 1.96
N = 3 ,232
Efecto de diseño = 1.
La muestra calculada con este estadístico fue de 850 niños y considerando un porcentaje de
pérdidas de 20% seleccionamos 1,050 sujetos
.
40
CRITERIOS DE INCLUSIÓN.
� Todo niño en edad pre-escolar. (2-5.11 años; o de 24 a 71 meses).
� Todo niño inscrito en Escuelas Federales en el municipio de Colima durante el
periodo escolar 2004-2005, y cuya Escuela se haya seleccionado a través de una
selección de números aleatorios.
� Todo niño que cumpla los dos requisitos anteriores y además se encuentre presente el
día que se realice la cuantificación de peso, talla.
CRITERIOS DE EXCLUSIÓN O ELIMINACIÓN.
� Aquel niño que no este presente el día que se realice la cuantificación de peso, talla.
MÉTODOS.
Se realizó un estudio descriptivo y transversal. El universo de estudio fue 43 escuelas
Federales de educación preescolar localizadas en el municipio de Colima. A través de un
muestro aleatorio simple se seleccionaron 8 escuelas y de éstas se seleccionaron a los niños
que cumplían con los criterios de inclusión (n=922).
Métodos para determinar los índices antropométricos.
Peso. Fueron pesados en una báscula de palanca, que permitió una lectura mínima de 100 g.
Para evitar errores, la báscula se calibró en forma previa, ajustando el tornillo hasta que la
aguja indicó cero. 29 Los niños fueron pesados con mínima ropa posible, estando parados en
el centró de la plataforma de la báscula, y no colgar nada de la báscula, ni ésta tocar la pared u
otro objeto.
Talla. Se miden en un estadímetro. Se determinó en posición de pie, sin zapatos, sobre una
superficie plana, los pies en paralelo, con las puntas de los pies levemente separados y los
talones juntos. 21,29 La cabeza, se mantuvo levantada cómodamente y la órbita de los ojos
estuvo en el mismo plano horizontal que el conducto auditivo externo. 29 La cabeza, los
41
hombros, las nalgas y los talones se mantienen en contacto con el plano vertical. 21 Los
brazos quedaron en posición recta a uno y otro lado del cuerpo. 29 El estadímetro tuvo una
cabecera de metal deslizable, la cual se bajó suavemente hasta que aplastó el pelo y se puso en
contacto con la parte alta de la cabeza. 21, 29
Para determinar, evaluar o clasificar en obesidad y sobrepeso, se determinaron los
siguientes índices antropométricos; mediana y puntajes Z para peso para la talla, talla para la
edad y peso para la edad.
Los índices antropométricos peso para la talla, talla para la edad y peso para la edad,
se dividieron de la siguiente manera: puntaje Z de +2 o mayor, puntaje Z de +1 a +1.99,
puntaje Z de 0 a +0.99.
Para definir como Obesidad y/o sobrepeso, se utilizaron los criterios de la NOM-SSA
y la OMS. 30,31 La primera denomina obesidad a niños con puntajes Z de +2 o mayor,
sobrepeso de +1 a +1.99; 30 mientras que la OMS la define cuando los puntajes Z son > +2. 31
Todas las mediciones antropométricas fueron determinadas por un solo médico, quien se
capacitó y estandarizó de manera previa de los métodos.
ANÁLISIS ESTADÍSTICO. Se utilizó estadística descriptiva como promedios, desviación estándar porcentajes.
Se determinó el puntaje Z para peso/talla, peso/edad y talla/edad de acuerdo a los datos de
NCHS.
Los datos fueron procesados con el paquete estadístico EPIINFO-EPINUT
6.04b y SPSS 10.
VARIABLES.
Peso. El peso se obtuvo a través de una báscula, que permitió la lectura mínima de
100 g. Para evitar errores, la báscula se calibró en forma previa, ajustando el tornillo hassta
que la aguja indicó cero. 29 Los niños fueron pesados con mínima ropa posible, estando
parados en el centro de la plataforma de la bascula, sin colgar nada de la bascula, ni ésta tocar
la pared u otro objeto. Se midió en kilogramos. 29
42
Talla. La talla se obtuvo a través de un estadiometro o altímetro, se determinó en
posición de pie, sin zapatos, sobre una superficie plana, con las puntas de los pies levemente
separados y los talones juntos. 21, 29 La cabeza, se mantuvo levantada cómodamente y la
órbita de los ojos estuvo en el mismo plano horizontal que el conducto auditivo externo. 29 La
cabeza, los hombros, las nalgas y los talones se mantienen en contacto con el plano vertical. 14
Los brazos quedaron en posición recta a uno y otro lado del cuerpo. 29 El estadímetro tuvo
una cabecera de metal deslizable, la cual se bajó suavemente hasta que aplastó el pelo y se
puso en contacto con la parte alta de la cabeza. 21, 29 Se midió en centímetros.
Edad. La edad se obtuvo a través de cada acta de nacimiento de los alumnos de las
Escuelas Federales preescolares, describiéndose meses.
Sexo. El sexo se obtuvo a través de las características fenotípicas de los individuos y
se dividió como hombre o mujer.
Sobrepeso y Obesidad. Se utilizaron los criterios de la NOM-SSA y la OMS. 30, 31 La
primera considera obesidad cuando los puntajes Z son > +2 , sobrepeso de +1 a +1.99; 15
mientras que la OMS define a la obesidad aquellos que tienen puntajes Z > +2. 31
DEFINICIÓN OPERACIONAL DE LAS VARIABLES.
VARIABLE. NATURALEZA. RELACIÓN. MEDICIÓN. DEFINICIÓN.
PESO. CUANTITATIVA
NO CATEGÓRICA O
NUMÉRICA.
DEPENDIENTE. CONTINUA. MEDIDA DE LA
MASA CORPORAL.
TALLA. CUANTITATIVA
NO CATEGÓRICA O
NUMÉRICA.
DEPENDIENTE. CONTINUA. MEDIDA DEL EJE
MAYOR DEL
CUERPO.
EDAD. CUANTITATIVA
NO CATEGÓRICA O
NUMÉRICA.
DEPENDIENTE. CONTINUA. EDAD CRONOÓGICA
DEL INDIVIDUO
SEXO. CUALITATIVA
O CATEGÓRICA.
DEPENDIENTE. NOMINAL. GÉNERO
SOBREPESO. CUALITATIVA
O CATEGÓRICA.
DEPENDIENTE. ORDINAL. EXCESO DE GRASA.
>+1 a +1.99 d.s. (NOM-
SSA).
OBESIDAD. CUALTITATIVA O
CATEGÓRICA.
DEPENDIENTE. ORDINAL. EXCESO DE GRASA.
>+2 más d.s. (NOM-
SSA y NHCS-OMS).
43
RESULTADOS. Se analizaron 1, 043 preescolares, sin embargo, 121 niños fueron excluidos porque no
se obtuvo la información completa.
La muestra final fue de 922 preescolares; 52.2% (n = 481) hombres y 47.8%
(n =441) mujeres. Con los siguientes promedios: edad 59.5 ± 6.5 meses (intervalo 36 a 71
meses), peso 19.7 ± 4.4 kg (intervalo 10.2-56.2 Kg.) y talla fue de 1.1 ± 0.05 cm (intervalo
0.9-1.29 cm).
En relación a los indicadores antropométricos, en forma global se encontraron los
siguientes promedios para los puntajes Z; Talla para la edad 0.28 ± 1.1 (intervalo –9.9 a
+9.9), peso para la talla de 0.47 ± 1.6 (intervalo –3.2 a +9.9) y peso para la edad de 0.5 ± 1.6
(intervalo –9 a +9.9).
Talla para la edad. De acuerdo al criterio de la OMS, como se observa en la tabla 1,
la talla alta se presentó en forma global en 5.9% (n=55) y el desmedro se presentó en 1.9%
(n = 18).
Tabla 1.
Talla/Edad, total, OMS.
Desviación
Estándar.
+2 o > -1.99 a +1.99 -2 o <
Talla/Edad. Alta. Normal. Baja.
Niños. 23
(5.7%)
448 (48.5%)) 10 (1.08%)
Niñas. 32
(3.4%)
401 (43.4%) 8 (0.8%)
Total. 55
(5.9%)
849 (92%) 18 (1.9%)
Por otro lado, considerando la NOM, como se muestra en la tabla 2, la talla alta se
presentó en 5.9% (n=55), y para talla ligeramente alta fue de 17.8% (n=165); en cambio, para
la talla ligeramente baja fue de 6.9% (n=64) y talla baja de l.9% (n=18).
44
Tabla 2.
Talla/Edad, total, NOM-SSA.
Desviación
Estándar.
+2 o > +1 a +1.99 +1 a –1 -1 a –1.99 -2 o <
Talla/Edad. Alta. Lig. Alta. Normal. Lig. Baja. Baja.
Niños. 23 (2.4%) 73 (7.9%) 341 (36.9%) 34 (3.6%) 10 (1.08%)
Niñas. 32 (3.4%) 92 (9.9%) 279 (30.2%) 30 (3.2%) 8 (0.86%)
Total. 55 (5.9%) 165 (17.8%) 620 (67.2%) 64 (6.9%) 18 (1.9%)
Peso para la talla. Para la OMS, se encontró 12.9% (n=119) para obesidad y para
desnutrición de 1.9% (n=18), como se muestra en la tabla 3.
Tabla 3.
Peso/Talla, total, OMS.
Desviación
Estándar.
+2 o > -1.99 a
+1.99
-2 o <
Peso/Talla. Obesidad. Normal. Desnutrición.
Niños. 56 (6%) 420
(45.5%)
10 (1.08%)
Niñas. 63(6.9%) 369
(40%)
8 (0.86%)
Total. 119
(12.9%)
789
(85.5%)
18 (1.9%)
Para la NOM con obesidad se encontró 12.9% (n=119), con sobrepeso de 12.7%
(n=118), en el otro extremo con Desnutrición I o Leve fue de 10.8% (n=100), con
Desnutrición II o Moderado con 1.3% (n=12) y con Desnutrición III o Grave solo 0.2% (n=2).
Tabla 4.
45
Tabla 4.
Peso/Talla, total, NOM-SSA.
Desviación
Estándar.
+2 o > +1 a +1.99 +1 a –1 -1 a –1.99 -2 a –2.99 -2 o <
Peso/Talla. Obesidad. Sobrepeso. Normal. DI o Leve. DII o Mod. DIII o G
Niños. 56(6%) 57 (6.1%) 311 (33.7%) 52 (5.6%) 5 (0.5%) 0 (0%)
Niñas. 63 (6.9%) 61 (6.6%) 260 (28.1%) 48 (5.2%) 7 (0.7%) 2 (0.2%)
Total. 119 (12.9%) 118 (12.7%) 571 (61.8%) 100(10.8%) 12 (1.3%) 2 (0.2%)
Peso para la edad. Según la OMS, se encontró 14.6% (n=135) para obesidad, y
desmedro de 1.7% (n=16), como se observa en la tabla 5.
Tabla 5.
Peso/Edad, total, OMS.
Desviación Estándar. +2 o > -1.99 a +1.99 -2 o <
Peso/Edad. Obesidad. Normal. Desnutrición.
Niños. 67 (7.2%) 406 (44%) 8 (0.8%)
Niñas. 68 (7.3%) 365 (39.5%) 8 (0.8%)
Total. 135 (14.6%) 771 (83.6%) 16 (1.7%)
Para la NOM, se encontró con Obesidad a 14.6% (n=135), con sobrepeso a 13.6%
(n=126), y con Desnutrición de I o Leve fue de 11.6% (n=107), con Desnutrición de II o
Moderado a 1.5% (n=14) y con Desnutrición de III o Grave a 0.2% (n=2). Tabla 6.
46
Tabla 6.
Peso/Edad, total, NOM-SSA.
Desviación
Estándar.
+2 o > +1 a +1.99 +1 a –1 -1 a –1.99 -2 a –2.99 -2 o <
Peso/Edad. Obesidad. Sobrepeso. Normal. DI o Leve. DII o Mod. DIII o G
Niños. 67 (7.2%) 57 (6.1%) 288 (31.2%) 61 (6.6%) 7 (0.7%) 1 (0.1%)
Niñas. 68 (7.3%) 69 (7.4%) 250 (27.1%) 46 (4.9%) 7 (0.7%) 1 (0.1%)
Total. 135 (14.6%) 126 (13.6%) 538 (58.3%) 107
(11.6%)
14 (1.5%) 2 (0.2%)
DISTRIBUCIÓN POR EDAD Y SEXO.
Se clasificó al tamaño muestral en base a edad y sexo en 3 grupos, los menores de 48 meses,
los de 48 a 59 meses y mayores de 60 meses.
Se encontró a 27 niños en total, correspondiendo al 2.9%, siendo 14 niños (1.5%) y 13 niñas
(1.4%) menores de 48 meses.
En el grupo de 48 a 59 meses, fue de 439 niños, equivalentes a 47.6%, con 233 niños (25.2%)
y 206 niñas (22.3%).
Y por último en los mayores de 60 meses, fue de 455 niños (49.3%), con 233 niños (25.2%) y
222 niñas (24.8%).
Talla para la edad en menores de 48 meses. Con los criterios de la OMS, no se
encontró niño tanto para la talla alta como para talla baja, se puede observar en la tabla 7.
47
Tabla 7.
Talla/Edad, < 48 meses, OMS.
Desviación Estándar. +2 o > -1.99 a +1.99 -2 o <
Talla/Edad. Alta. Normal. Baja.
Niños.
<48 meses.
0 (0%) 14 (1.5%) 0 (0%)
Niñas.
<48meses.
0 (0%) 13 (1.4%) 0 (0%)
Total. 0 (0%) 27 (2.9%) 0 (0%)
Para la NOM, como la OMS, no se encontró niño alguno par talla alta como para talla baja,
pero, para ligeramente alta fue de 0.6% (n=6) y para ligeramente baja fue de 0.3% (n=3).
Tabla 8.
Tabla 8.
Talla/Edad, < 48 meses, NOM-SSA.
Desviación Estándar. +2 o > +1 a +1.99 +0.99 a –0.99 -1 a –1.99 -2 o <
Talla/Edad. Alta. Lig. Alta. Normal. Lig. Baja. Baja.
Niños.
<48 meses.
0 (0%) 0 (0%) 13 (1.4%) 1 (0.1%) 0 (0%)
Niñas.
<48 meses.
0 (0%) 6 (0.6%) 5 (0.5%) 2 (0.2%) 0 (0%)
Total. 0 (0%) 6 (0.6%) 18 (1.9%) 3 (0.3%) 0 (0%)
48
Peso para la talla en menores de 48 meses. Para la OMS con obesidad se encontró a
0.1% (n=1), y para desmedro no se encontró niño, observado en la tabla 9.
Tabla 9.
Peso/Talla, < 48 meses, OMS.
Desviación Estándar. +2 o > -1.99 a +1.99 -2 o <
Peso/Talla. Obesidad. Normal. Desnutrición.
Niños.
<48 meses.
0 (0%) 14 (1.5%) 0 (0%)
Niñas.
<48meses.
1 (0.1%) 12 (1.3%) 0 (0%)
Total. 1 (0.1%) 26 (2.8%) 0 (0%)
Para la NOM, se encontró 0.1% (N=1) con obesidad, para sobrepeso fue de 0.2% (n=2), y
para desnutrición de I o Leve fue de 0.3% (n=3), para desnutrición de II y III como se puede
observar en la tabla 10, no se encontró niño alguno.
Tabla 10.
Peso/Talla, < 48 meses, NOM-SSA.
Desviación
Estándar.
+2 o > +1 a +1.99 +0.99 a –0.99 -1 a –1.99 -2 a –2.99 -3 o <
Peso/Talla. Obesidad. Sobrepeso. Normal. D I o L. D II Mod. D III o G.
Niños.
<48 meses.
0 (0%) 1 (0.1%) 10 (1%) 3 (0.3%) 0 (0%) 0 (0%)
Niñas.
<48 meses.
1 (0.1%) 1 (0.1%) 11 (1.2%) 0 (0%) 0 (0%) 0 (0%)
Total. 1 (0.1%) 2 (0.2%) 21 (2.2%) 3 (0.3%) 0 (0%) 0 (0%)
49
Peso para la edad en menores de 48 meses. Utilizando los criterios de la OMS, no se
encontró niños tanto para obesidad como para desnutrición. Tabla 11.
Tabla 11.
Peso/Edad, < 48 meses, OMS.
Desviación Estándar. +2 o > -1.99 a +1.99 -2 o <
Peso/Edad. Obesidad. Normal. Desnutrición.
Niños.
<48 meses.
0 (0%) 14 (1.5%) 0 (0%)
Niñas.
<48meses.
0 (0%) 13 (1.4%) 0 (0%)
Total. 0 (0%) 27 (2.9%) 0 (0%)
Para la NOM, no se encontró niño en obesidad, para sobrepeso fue de 0.4% (n=4), para
desnutrición de I o Leve fue de 0.3% (n=3), no se encontró niño para Desnutrición de II y III
grado, como se puede ver en la Tabla 12.
Tabla 12.
Peso/Edad, <48 meses, NOM-SSA.
Desviación
Estándar.
+2 o > +1 a +1.99 +0.99 a –0.99 -1 a –1.99 -2 a –2.99 -3 o <
Peso/Edad. Obesidad. Sobrepeso. Normal. D I o L. D II Mod. D III o G.
Niños.
<48 meses.
0 (0%) 1 (0.1%) 11 (1.1%) 2 (0.2%) 0 (0%) 0 (0%)
Niñas.
<48 meses.
0 (0%) 3 (0.3%) 9 (0.9%) 1 (0.1%) 0 (0%) 0 (0%)
Total. 0 (0%) 4 (0.4%) 20 (2.1%) 3 (0.3%) 0 (0%) 0 (0%)
50
Talla para la edad, de 48-59 meses. Para la OMS se encontró 3.4% (n=32) para Talla
alta, y para Talla baja del 0.4% (n=4). Tabla 13.
Tabla 13.
Talla/Edad, 48-59 meses, OMS.
Desviación Estándar. +2 o > -1.99 a +1.99 -2 o <
Talla/Edad. Alta. Normal. Baja.
Niños.
48-59 meses.
16 (1.7%) 212 (22.9%) 5 (0.5%)
Niñas.
48-59 meses.
16 (1.7%) 186 (20.1%) 4 (0.4%)
Total. 32 (3.4%) 398 (43.1%) 9 (0.9%)
Según la NOM, para talla alta fue del 3.4% (n=32), para talla ligeramente alta del 4% (n=74),
para talla ligeramente baja del 1.8% (n=17), y por último, 0.4% (n=4) para talla baja. Tabla
14.
Tabla 14.
Talla/Edad, 48-59 meses, NOM-SSA.
Desviación Estándar. +2 o > +1 a +1.99 +0.99 a –0.99 -1 a –1.99 -2 o <
Talla/Edad. Alta. Lig. Alta. Normal. Lig. Baja. Baja.
Niños.
48-59 meses.
16 (1.7%) 37 (4%) 155 (16.8%) 20 (2.1) 5 (0.5%)
Niñas.
48-59 meses.
16 (1.7%) 37 (4%) 132 (14.3%) 17 (1.8%) 4 (0.4%)
Total. 32 (3.4%) 74 (4%) 287 (31.1%) 37 (4%) 9 (0.9%)
Peso para la talla, de 48-59 meses. Bajo los criterios de la OMS para Obesidad fue de
4.8% (n=45), para desmedro del 0.9% (n=9). Tabla 15.
51
Tabla 15.
Peso/Talla, 48-59 meses, OMS.
Desviación Estándar. +2 o > -1.99 a +1.99 -2 o <
Peso/Talla. Obesidad. Normal. Desnutrición.
Niños.
48-59 meses.
24 (2.6%) 207 (22.4%) 2 (0.2%)
Niñas.
48-59 meses.
21 (2.2%) 178 (19.3%) 7 (0.7%)
Total. 45 (4.8%) 385 (41.7%) 9 (0.9%)
Para la NOM, se encontró 4.8% (n=45) en obesidad, en sobrepeso al 5.6% (n=52), para
desnutrición del I o Leve al 6.1% (n=57), para desnutrición del II o Moderado a 0.7% (n=7) y
para desnutrición del III o Grave a 0.2% (n=2).
Tabla 16.
Peso/Talla, 48-59 meses, NOM-SSA.
Desviación
Estándar.
+2 o > +1 a +1.99 +0.99 a –0.99 -1 a –1.99 -2 a –2.99 -3 o <
Peso/Talla. Obesidad. Sobrepeso. Normal. D I o L. D II o M. DIII o G.
Niños.
48-59 meses.
24 (2.6%) 23 (2.4%) 155 (16.8%) 29 (3.1%) 2 (0.2%) 0 (0%)
Niñas.
48-59 meses.
21 (2.2%) 29 (3.1%) 121 (13.1%) 28 (3%) 5 (0.5%) 2 (0.2%)
Total. 45 (4.8%) 52 (5.6%) 276 (29.9%) 57 (6.1%) 7 (0.7%) 2 (0.2%)
Peso para la edad, de 48-59 meses. Por la OMS se encontró el 5.6% de obesidad
(n=52), con desmedro al 1.3% (n=12). Tabla 17.
52
Tabla 17.
Peso/Edad, 48-59 meses, OMS.
Desviación Estándar. +2 o > -1.99 a +1.99 -2 o <
Peso/Edad. Obesidad. Normal. Desnutrición.
Niños.
48-59 meses.
31 (3.3%) 196 (21.2%) 6 (0.6%)
Niñas.
48-59 meses.
21 (2.3%) 179 (19.4%) 6 (0.6%)
Total. 52 (5.6%) 375 (40.6%) 12 (1.3%)
Para la NOM, se encontró al 5.6% (n=52) para obesidad, al 6.3% (n=59) para
sobrepeso, al 5.7% (n= 53) para desnutrición de I o Leve., al 1% (n=10) para desnutrición de
II o Moderado y al 0.2% (n=2) para desnutrición de III o Grave.
Tabla 18.
Peso/Edad, 48-49 meses, NOM-SSA.
Desviación
Estándar.
+2 o > +1 a +1.99 +0.99 a –0.99 -1 a –1.99 -2 a –2.99 -3 o <
Peso/Edad. Obesidad. Sobrepeso. Normal. D I o L. D II o M. DIII o G.
Niños.
48-59 meses.
31 (3.3%) 25 (2.7%) 143 (15.5%) 28 (3%) 5 (0.5%) 1 (0.1%)
Niñas.
48-59 meses.
21 (2.3%) 34 (3.6%) 120 (13%) 25 (2.7%) 5 (0.5%) 1 (0.1%)
Total. 52 (5.6%) 59 (6.3%) 263(28.5%) 53 (5.7%) 10 (1%) 2 (0.2%)
Talla para la edad, mayores de 59 meses. Según la OMS, se encontró Talla alta en
2.4% (n=23) y con talla baja al 0.9% (n=9), como se puede observar en la tabla 19.
53
Tabla 19.
Talla/Edad, > 59 meses, OMS.
Desviación Estándar. +2 o > -1.99 a +1.99 -2 o <
Talla/Edad. Alta. Normal. Baja.
Niños.
>59 meses.
7 (0.7%) 221(23.9%) 5 (0.5%)
Niñas.
>59 meses.
16 (1.7%) 202(21.9%) 4 (0.4%)
Total. 23 (2.4%) 423 (45.8%) 9 (0.9%)
Para la NOM, se encontró al 2.4% (n=23) para Talla alta, para talla ligeramente alta el 9.2%
(n=85), para talla ligeramente baja el 3.5% (n=33) y por último para talla baja el 0.9% (n=9).
Tabla 20.
Tabla 20.
Talla/Edad, > 59 meses, NOM-SSA.
Desviación Estándar. +2 o > +1 a +1.99 +0.99 a –0.99 -1 a –1.99 -2 o <
Talla/Edad. Alta. Lig. Alta. Normal. Lig. Baja. Baja.
Niños.
>59 meses.
7 (0.7%) 36 (3.9%) 163 (17.6%) 22 (2.3%) 5 (0.5%)
Niñas.
>59 meses.
16 (1.7%) 49 (5.3%) 142 (15.4%) 11 (1.1%) 4 (0.4%)
Total. 23 (2.4%) 85 (9.2%) 305 (33%) 33 (3.5%) 9 (0.9%)
Peso para la talla, en mayores de 59 meses. Para la OMS, se encontró el 7.9% (n=73) para
obesidad, para desmedro del 0.2% (n=0.2). Tabla 21
54
Tabla 21.
Peso/Talla, > 59 meses, OMS.
Desviación Estándar. +2 o > -1.99 a +1.99 -2 o <
Peso/Talla. Obesidad. Normal. Desnutrición.
Niños.
>59 meses.
32(3.4%) 198 (21.4%) 3 (0.3%)
Niñas.
48-59 meses.
41 (4.4%) 189 (20.4%) 2 (0.2%)
Total. 73 (7.9%) 387 (41.9%) 5 (0.5%)
Para la NOM, se encontró 7.9% (n=73) con obesidad, y al 6.9% (n=64), para Desnutrición de
I o Leve fue de 4.3% (n=4.3%), para Desnutrición de II o Moderado en un 0.5% (n=5), y para
Desnutrición de III o Grave, no se encontró niño alguno. Tabla 23.
Tabla 22.
Peso/Talla, > 59 meses, NOM-SSA.
Desviación
Estándar.
+2 o > +1 a +1.99 +0.99 a –0.99 -1 a –1.99 -2 a –2.99 -3 o <
Peso/Talla. Obesidad. Sobrepeso. Normal. D I o L. D II o M. DIII o G.
Niños.
48-59 meses.
32 (3.4%) 33 (3.5%) 145 (15.7%) 20 (2.1%) 3 (0.3%) 0 (0%)
Niñas.
48-59 meses.
41 (4.4%) 31 (3.3%) 120 (13%) 20 (2.1%) 2 (0.2%) 0 (0%)
Total. 73 (7.9%) 64 (6.9%) 283(30.6%) 40 (4.3%) 5 (0.5%) 0 (0%)
Peso para la edad en mayores de 59 meses. Para la OMS, con obesidad se encontró al 9%
(n=83) y con desmedro al 0.4% (n=4). Tabla 22.
55
Tabla 23.
Peso/Edad, > 59 meses, OMS.
Desviación Estándar. +2 o > -1.99 a +1.99 -2 o <
Peso/Edad. Obesidad. Normal. Desnutrición.
Niños.
>59 meses.
36 (3.9%) 198 (21.4%) 2 (0.2%)
Niñas.
48-59 meses.
47 (5%) 189 (20.4%) 2 (0.2%)
Total. 83 (9%) 387 (41.9%) 4 (0.4%)
Para la NOM, para obesidad fue del 9% (n=83), para sobrepeso del 6.9% (n=64), para
Desnutrición de I o Leve fue de 5.5% (n=51), para Desnutrición II o Moderado del 0.4%
(n=4), y para Desnutrición III o Grave no se encontró niños. Tabla 23.
Tabla 24.
Peso/Edad, > 59 meses, NOM-SSA.
Desviación
Estándar.
+2 o > +1 a +1.99 +0.99 a –0.99 -1 a –1.99 -2 a –2.99 -3 o <
Peso/Edad. Obesidad. Sobrepeso. Normal. D I o L. D II o M. DIII o G.
Niños.
48-59 meses.
36 (3.9%) 32 (3.4%) 132 (14.3%) 20 (2.1%) 2 (0.2%) 0 (0%)
Niñas.
48-59 meses.
47 (5%) 32 (3.4%) 121 (13.1%) 31 (3.3%) 2 (0.2%) 0 (0.0%)
Total. 83 (9%) 64 (6.9%) 253(27.4%) 51 (5.5%) 4 (0.4%) 0 (0%)
56
DISCUSIONES. Una de las razones que nos motivaron para realizar este estudio fue que después de
haber realizado una revisión bibliográfica exhaustiva, encontramos que la información sobre
la frecuencia de obesidad en niños es muy escasa y nula en preescolares. Por otra parte, los
pocos estudios realizados han abordado a la obesidad en forma muy general y en muchas
ocasiones no mencionan que criterio utilizaron para definir a esta patología.
Como se mencionó anteriormente los estudios en adultos son abundantes, en el ámbito
mundial la frecuencia para obesidad se ubica entre 5 a 35 %. 1
Por otro lado La Encuesta Nacional de Nutrición de 1988 es la única que ha evaluado
la frecuencia de sobrepeso y obesidad no sólo en adultos sino en niños menores de 5 años, en
estos últimos la frecuencia encontrada fue del 10%, sin embargo, en este estudio no se
menciona que criterio se utilizó para determinar el fenómeno. 5 Otro estudio realizado por
Encuesta Urbana de Alimentación y Nutrición en la Zona Metropolitana del Distrito Federal
indicó que el 13.6% de los niños menores de 5 años presentan sobrepeso. 5
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud de los EUA se estima que 14% de los
escolares y adolescentes presentan obesidad. En México de acuerdo a la Encuesta Nacional
de Nutrición realizada en 1999, 27.5% de niños en edad escolar presentan sobrepeso tomando
como criterio el IMC igual o mayor al centil 85. 17
Habicht y col., han señalado que los preescolares de las clases media y alta en países
en vías de desarrollo mostraron un crecimiento en talla y peso casi idéntico a los niños de
naciones desarrolladas, razón por la cual, se seleccionó en este caso a este grupo de edad.14
Se utilizaron los indicadores antropométricos, para la determinación de obesidad y
sobrepeso.
Se evaluó a la población de estudio, con los dos patrones de referencias más
utilizados, uno propuesto por el NCHS, adoptado por la OMS y varios países, para propósitos
de comparación internacional, definiendo como anormal a niños que se encuentran por arriba
de >+2 desviaciones estándar de la mediana del patrón de referencia del NCHS como criterio
diagnóstico de Obesidad, pero que varios autores han coincidido en señalar que ha perdido
vigencia por su antigüedad; y por otra parte la de la NOM-SSA, en la que se proponen límites
de normalidad más estrictos definiendo como anormal a niños que se encuentren por arriba de
+1 desviación estándar de la mediana, como criterio diagnóstico de sobrepeso y de +2
57
desviaciones estándar de la mediana, como criterio diagnóstico de Obesidad, con el
inconveniente de sobrestimar la prevalencia de sobrepeso, así como el de desnutrición,
especialmente cuando se utiliza el índice antropométrico peso para la edad. 14, 17
Tomando como base los criterios de Vásquez-Garibay, parece claro que el indicador
antropométrico peso para la talla es el más aceptado y utilizado para determinar
Obesidad/sobrepeso, ya que éste indicador es independiente del grupo étnico, 14 no alterando
los resultados de la evaluación. Este mismo indicador también nos muestra déficit
importante, a enfermedades graves recientes y que en países en vías de desarrollo indica
desnutrición aguda. 17 Y que para nuestro estudio resultó del 12.9% por el criterio de la OMS
y por la NOM-SSA de 12.7% para sobrepeso, y 12.9% para obesidad, equiparable o
compatibles con los demás estudios realizados en nuestro país: 10% para la ENN-1998 y
13.6% para el ENURBAL.
Por otra parte, al utilizar el índice antropométrico de peso para la edad, bien conocido,
por ser un índice compuesto, que deriva tanto del déficit de talla para la edad como peso para
la talla, en un momento puede sobreestimar la prevalencia de desnutrición (al no discriminar
entre desnutrición agua y crónica) o bien enmascarar un fenómeno de coexistencia de
desnutrición y sobrepeso en la comunidad. 14 Correspondiendo el 14.6% por medio de la
OMS, y 13.6% para sobrepeso y 14.6% de obesidad con la NOM-SSA.
El tercer indicador que es el de talla para la edad, no fue utilizado, pues cuando existe
un déficit en este índice refleja el estado de salud y nutrición de un niño o comunidad a largo
plazo (desnutrición crónica). 14, 17
Así mismo en nuestro estudio se observó, que hubo una relación directamente
proporcional entre la edad y prevalencia de sobrepeso y obesidad; esto es, la frecuencia de
obesidad fue más alta en niños > 59 meses, seguidos por los de 48-59 meses y siendo casi
nula en <48 meses. Estos es probable que sea debido a que el niño se integra a los hábitos
dietéticos de los padres y/o costumbres del medio en que vive, adoptando vicios y/o
costumbres, alterando por completo su integridad; considerados a estos niños, en un futuro no
muy lejano a las alteraciones o daños de la obesidad, con el subsecuente aumento en la morbi
mortalidad, e impacto psico-socio-biológico.
Por lo que considero, que este trabajo despierte la curiosidad en otros colegas en las
diferentes especialidades de la medicina, para aumentar la información de este tema, que en
58
las últimas décadas ha despertado la curiosidad tanto de eruditos en la rama médica, como
ajenas a ésta.
59
CONCLUSIONES.
La prevalencia de obesidad es alta, independientemente del indicador y del criterio
utilizado (OMS vs. NOM-SSA); y la edad más afectada fue la mayor de 59 meses y los niños
son igualmente afectadas que las niñas.
60
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