texto

3
Fiestas de España La Tomatina es una fiesta que se celebra en el municipio valenciano de Buñol. En ella, los participantes se arrojan tomates los unos a los otros. Se celebra el último miércoles del mes de agosto, como una celebración más de la semana de fiestas de Buñol. Por detrás de los sanfermines, es posiblemente la segunda fiesta española más conocida mundialmente. El origen de esta multitudinaria "batalla” de tomates se remonta a una pelea juvenil sucedida en el año 1945 y, desde entonces, no ha dejado de celebrarse ningún año. La jornada comienza a las 9 de la mañana, en la plaza del pueblo, tomando fuerzas con los bollos que el Ayuntamiento reparte. Poco a poco, el lugar se va llenando de gente. Antes del combate, se levanta un enorme palo cubierto de jabón en cuyo extremo se coloca un jamón. Los más intrépidos intentan trepar a lo más alto para conseguir el premio, en medio del regocijo general. Mientras, desde los balcones se lanzan cubos de agua a las personas que van acudiendo para prepararse antes de la batalla. A las once suena el disparo que indica el inicio de la lucha, y al fondo de la calle aparece el primer camión cargado con la “munición” anunciando su entrada con la bocina. Los que van en el remolque empiezan a lanzar los primeros tomates. Por fin, el vehículo se detiene y suelta su carga, es entonces cuando la multitud se abalanza para aprovisionarse de “balas” y, en pocos segundos, todo se tiñe de rojo. Uno tras otro, van llegando camiones con tomates, hasta que se produce el segundo disparo que señala el fin de la batalla. En ese momento comienza la dura tarea de limpiar con mangueras a los valientes que han participado, los cuales ya piensan en la Tomatina del año siguiente.

description

texto

Transcript of texto

Fiestas de España

La Tomatina es una fiesta que se celebra en el municipio valenciano de Buñol. En ella, los participantes se arrojan tomates los unos a los otros. Se celebra el último miércoles del mes de agosto, como una celebración más de la semana de fiestas de Buñol. Por detrás de los sanfermines, es posiblemente la segunda fiesta española más conocida mundialmente. El origen de esta multitudinaria "batalla” de tomates se remonta a una pelea juvenil sucedida en el año 1945 y, desde entonces, no ha

dejado de celebrarse ningún año.La jornada comienza a las 9 de la mañana, en la plaza del pueblo, tomando fuerzas con los

bollos que el Ayuntamiento reparte. Poco a poco, el lugar se va llenando de gente. Antes del combate, se levanta un enorme palo cubierto de jabón en cuyo extremo se coloca un jamón. Los más intrépidos intentan trepar a lo más alto para conseguir el premio, en medio del regocijo general. Mientras, desde los balcones se lanzan cubos de agua a las personas que van acudiendo para prepararse antes de la batalla. A las once suena el disparo que indica el inicio de la lucha, y al fondo de la calle aparece el primer camión cargado con la “munición” anunciando su entrada con la bocina. Los que van en el remolque empiezan a lanzar los primeros tomates. Por fin, el vehículo se detiene y suelta su carga, es entonces cuando la multitud se abalanza para aprovisionarse de “balas” y, en pocos segundos, todo se tiñe de rojo. Uno tras otro, van llegando camiones con tomates, hasta que se produce el segundo disparo que señala el fin de la batalla. En ese momento comienza la dura tarea de limpiar con mangueras a los valientes que han participado, los cuales ya piensan en la Tomatina del año siguiente.

Las populares fiestas de Moros y Cristianos, las más emblemáticas de las cuales son las de Villena y Alcoy, en Alicante, y que en España se celebran en más de 400 localidades, se están planteando prescindir de todos aquellos gestos ofensivos para los creyentes de otras confesiones para, sin comprometer la esencia de la celebración, evitar herir sensibilidades. La fiesta de moros y cristianos tiene un marcado sabor histórico de los agitados tiempos de las luchas, conquistas y reconquistas. Los festejos duran, en general, tres días, entre el 21 y el 24 de abril, y el más importante lo constituye una representación teatral de cristianos y moros ricamente vestidos con ropa de época. Ambos lados simulan luchas hasta que, al son de las campanas y fuegos de artificio, los

moros son simbólicamente expulsados de la ciudad. Las fiestas de Moros y Cristianos –documentadas en la Edad Media- están datadas en Lérida en 1150, en Jaén en 1463 y en Alcoy en 1668, y se utiliza la efigie de Mahoma desde hace 5 siglos.

Las Fallas se celebran entre el 15 y el 19 de marzo; cada año se plantan en la ciudad de Valencia, cientos de fallas grandes y pequeñas, que son objeto de admiración por parte de valencianos y visitantes hasta el 19 de marzo, -día de la cremà-, en el que estos grandiosos monumentos de cartón piedra desaparecen consumidos por las llamas. El fuego, las “mascletàs”, los castillos de fuegos artificiales y la participación popular han hecho a esta fiesta gozar de merecida fama en todo el mundo y ser declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. Uno de los actos más importantes es la Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados, una hermosa ceremonia que se celebra cada 17 y 18 de Marzo en honor a la Virgen, patrona de Valencia. Las comisiones falleras desfilan, presididas por las falleras mayores y sus cortes, luciendo los vistosos trajes regionales y acompañadas por bandas de música, por las calles más céntricas hasta llegar a la Plaza de la Virgen, junto a la Catedral, para depositar ramos de flores con los que se confeccionan hermosos y espectaculares tapices que adornan este espacio durante varios días.