Textos jurídicos

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TEXTOS JURÍDICO-ADMINISTRATIVOS El texto jurídico o administrativo se basa en la utilización de un lenguaje jurídico. Este posee una terminología propia, cargada de tecnicismos (apelar, fallo, delito, desacato, estupro, hurto, etc.), muchos de ellos procedentes del Derecho romano que, en general, hacen que este tipo de textos tengan un cierto conservadurismo. Los diferentes textos jurídicos (sentencia, ley, decreto, anteproyecto, proyecto...) y administrativos (instancia, carta, acta, denuncia...) tienen una estructura fija que propicia el uso de ciertas frases y palabras con un carácter formulario o ritual. El uso de fórmulas o frases heredadas de la tradición tienen un importante valor en la organización de estos escritos. Son señales que ayudan a hacer una lectura rápida de los documentos y dan homogeneidad a la estructura. Así, existen, entre otras, fórmulas de encabezamiento (Ilustrísimo señor, El abajo firmante), de enlace (es por lo que...; considerando), de planteamiento (solicita) y de conclusión (fallo, quedamos a su entera disposición). ESTRUCTURA U ORGANIZACIÓN DEL CONTENIDO Los textos jurídico-administrativos recurren habitualmente a las modalidades textuales o discursivas de discurso argumentativo y expositivo. El uso de uno u otro dependerá de cada tipo de texto. Así, en una sentencia judicial es habitual la argumentación; mientras que en una ley domina la exposición. En su desarrollo, surgen procedimientos discursivos comunes a estos dos tipos de elocución, tales como definiciones, descripciones, ejemplificaciones, etc. En cuanto a la organización del contenido, pueden adoptar el modelo inductivo, con el planteamiento general al final (instancia, sentencia judicial) o deductivo (leyes). RASGOS LINGÜÍSTICOS

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TEXTOS JURÍDICO-ADMINISTRATIVOS

El texto jurídico o administrativo se basa en la utilización de un lenguaje jurídico. Este posee una terminología propia, cargada de tecnicismos (apelar, fallo, delito, desacato, estupro, hurto, etc.), muchos de ellos procedentes del Derecho romano que, en general, hacen que este tipo de textos tengan un cierto conservadurismo.

Los diferentes textos jurídicos (sentencia, ley, decreto, anteproyecto, proyecto...) y administrativos (instancia, carta, acta, denuncia...) tienen una estructura fija que propicia el uso de ciertas frases y palabras con un carácter formulario o ritual.

El uso de fórmulas o frases heredadas de la tradición tienen un importante valor en la organización de estos escritos. Son señales que ayudan a hacer una lectura rápida de los documentos y dan homogeneidad a la estructura. Así, existen, entre otras, fórmulas de encabezamiento (Ilustrísimo señor, El abajo firmante), de enlace (es por lo que...; considerando), de planteamiento (solicita) y de conclusión (fallo, quedamos a su entera disposición).

ESTRUCTURA U ORGANIZACIÓN DEL CONTENIDO

Los textos jurídico-administrativos recurren habitualmente a las modalidades textuales o discursivas de discurso argumentativo y expositivo. El uso de uno u otro dependerá de cada tipo de texto. Así, en una sentencia judicial es habitual la argumentación; mientras que en una ley domina la exposición.

En su desarrollo, surgen procedimientos discursivos comunes a estos dos tipos de elocución, tales como definiciones, descripciones, ejemplificaciones, etc.

En cuanto a la organización del contenido, pueden adoptar el modelo inductivo, con el planteamiento general al final (instancia, sentencia judicial) o deductivo (leyes).

RASGOS LINGÜÍSTICOS Los textos jurídicos y administrativos se caracterizan, como ya hemos dicho, por el lenguaje formulario y ritual. Además, se caracterizan por algunos otros rasgos, como, a saber:

- Sintaxis compleja, basada en frases largas y abundancia de gerundios.- Fórmulas prefijadas (en cumplimiento de, de conformidad con lo dispuesto).- Expresiones latinas (de iure, de facto).- Tecnicismos y cultismos (legítimo, usufructo).- Lenguaje arcaico (uso del futuro simple y futuro compuesto de subjuntivo).- Pronombres átonos pospuestos (determínase el pago de costas), lo que, en definitiva,

también refleja el lenguaje arcaico. - Repetición y redundancia.

Todo ello hace que los textos jurídicos se caractericen por la oscuridad y la ambigüedad, si bien deberían ser claros y transparentes..