Textos variados sobre las criaturas

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Una selección de textos variados sobre mis creaciones

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El arte de lo estrafalario.

Desde el viejo arzobispo, cazurro y borrachín, hasta la oronda señorona, enjoyada y tragaldabas, pasando por el terrible ogro, romántico y vegetariano, y la bruja pelleja que mantiene a los gatos del barrio, Alejandro Corral nos sorprende, provocándonos la sonrisa admirativa, y un cierto traqueteo emotivo, con el reparto figurativo de cuantos personajes podrían protagonizar cualquier ensueño infantil; o poético, que es lo mismo. Unos tipos caricaturescos y, por lo tanto, arquetípicos , cuya fisionomía expresiva, suntuosamente adjetivada por el vestuario, nos incita a fantasear, y divertirnos, en la misma medida que les encontramos sus réplicas humanas reales, vivas, identificables por su nombre y apellidos. Porque cualquiera de estos entrañables, por plácidos, espantajos, se corresponde, metamórficamente, con ciertas personas de carne y hueso. Personajes conocidos, próximos, familiares: La tía Matilde, el vecino del 4º Izda, la suegra de Dª Maruja, el abuelo de Juanito, la estanquera de la esquina, un ilustre político, la mujerona del barbero, el director de un banco, el sacristán de la parroquia, un catedrático, el guardia de la porra, Miss “ Andalucía Oriental 1987” dentro de 50 años, la gente. Los actores de la comedia humana. Nosotros. Criaturas de andar por casa, vislumbradas a través de los espejos deformantes de la vida y el tiempo. Disfrazadas por la fantasía de Alejandro Corral; un hombre hecho y derecho, un chavea grandón, que nos explica con el poético lenguaje de sus muñecos, que no siempre la realidad se corresponde con las apariencias. Porque nadie diría que detrás, mejor dicho dentro de estos monigotes esperpénticos , solanescos, graciosamente repulsivos, habitan bellísimas princesas tristes, apuestos galanes, cariñosos abuelotes, melancólicos poetas, virtuosas vilinistas, pacíficos capitanes generales. De donde se deduce que, a veces, no es la cara el espejo del alma. O sea que las apariencias engañan. Basta con ver, y conocer, los muñecos-las criaturas- de Alejandro Corral, para amarlos con la ternura que engendra el corazón y la sonrisa de un niño feo.

José Ladrón de Guevara. Granada 1987

Criaturas Lorquianas

En las primeras década de siglo un granadino universal y polifacético, dramaturgo y poeta, alumbró una turbamulta de vidas trágicas y marginales que revolucionaron la escena. Se llamaba Federico García Lorca y su fantasma recorre aún – y para siempre- las calles y rincones de su ciudad. A punto de cumplirse el centenario de su nacimiento ( 5 de Junio de 1898), otro granadino insólito recrea aquellas criaturas que escandalizaron los teatros, inspirándose en algunas de las obras más famosas de Lorca, Alejandro Corral da forma a siete grupos escultóricos, siete retratos de familia eno los que utilizando materiales como la gomaespuma y el látex, consigue plasmar un mundo a la vez expresionista y poético, líricamente deformado; fiel reflejo y libre interpretación de la estética lorquiana. Mas allá de la lógica, en el reino misterioso de la intuición y de la magia, estas figuras frenéticas y emblemáticas, congeladas en barroca procesión que trasciende tiempo y espacio, aúnan estrechamente las sensibilidades afines de Federico y Alejandro.

Marina Moreno Lorenzo Granada, 1997

Brujerías Domésticas

Entre tanto vapor y cacerola no se hallara ni Dios, que atufa y mata ( “añádesele esperma y bien se bata”)

ese turbio cocido de amapola.

Qué mágica receta no desola dentadura ni vientre desbarata

-feto, rosa, verruga, muleta, rata,-, cocinera ruín, bruja de trola.

Y vete a remendar virgos robados, y corre, que tu hechizo ya no dura,

amiga de la soga y los hilados.

Te pierdes en la noche más oscura, te emplumen en tropel los desdentados,

y tú, mellada y calva, en la basura.

JAVIER JURADO Granada, 1992

PIGMALIÓN EL PERVERSO

Vienen de lo márgenes, de lo secreto y oscuro, de los callejones negros que huelen a pis de gato y a poluciones prehistóricas, a asesinar los vídeos y las luces de neón, a romper los carnés de identidad y a violar a las Barbies de los escaparates. Con descaro de primates alardean de sus vicios y ofrecen sus lacras como medallas del amor. Rosas de moho se abren en sus carnes y entre colgantes flaccideces florecen líquenes y helechos. Bajo sus párpados teje su tela la araña y prende de su nariz un moco esmeraldino. Rezuman bilis, babas y otros flujos innombrales y sus harapos de reminiscencias medievales o galácticas s arrastran el tufo ácido de la resaca. Suntuosa en su miseria, esta Jet de los Milagros celebra sus saraos en salones de espejos donde nada se refleja y al son de los crótalos evolucionan en una banda de mollas desmadejadas y culos como grandes flanes dubitativos. Sus expresiones corruptas y malignas asustan al niño que va a la escuela y provocan el aborto en la preñada sensible. Acercáos, criaturas bienpensantes que os purificáis cada mañana con el rito del gel y el desodorante Hay que dejarse infeccionar, infectar por estos pitracos verdosos, recrearse en la acritud de las zonas subterráneas y disfrutar con este canto a la decrepitud que desafía triunfante a la belleza convencional de las pieles tersas y las carnes turgentes. De las pesadillas de un Pigmalión perverso al universo tangible de la gomaespuma y al acrílico vienen a sacudirnos del hastío y a drogarnos con la presencia inquietante de su rotunda, maravillosa fealdad.

Marina Moreno,