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2 REVISIÓN DE LA LITERATURA
2.1 La Cadena de Suministro
Existen muchas definiciones de la cadena de suministro en la literatura. Aquí se
propone la siguiente [3].
Una Cadena de Suministro (CS) “es una red global de sistemas que cooperan para
mejorar el flujo de material y de información entre proveedores y clientes con el
menor coste y con la mayor velocidad posible. Con el objetivo de la satisfacción del
cliente”.
En general, es un "Conjunto de empresas que actúan en el diseño, ingeniería,
mercado, fabricación y distribución de productos y servicios para los consumidores
finales" [4].
Este conjunto de empresas se ha estructurado como una red, como se ilustra en la
Figura 2.1 en el que se puede ver una CS con cinco niveles, proveedores de materias
primas, proveedores de primer nivel, fabricantes, centros de distribución y minoristas
[5].
Esta red de entidades realiza las funciones de adquisición de materiales, la
transformación de estos materiales en semiacabados y productos acabados, y la
distribución de estos productos terminados a los clientes.
Figura 2.1 Un Ejemplo de una Cadena de Suministro. Fuente: [5]. Elaboración Propia
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En la Figura 2.2 se presenta un modelo conceptual de la CS. Cada nodo representa
una unidad de producción (proveedor o fabricante) o transformación (distribuidor), o
incluso un sistema de inventario (almacén, venta al por menor, etc.). Los nodos de
nivel más bajo están abastecidos por las unidades inmediatas aguas arriba que, a su
vez, son abastecidos por las unidades inmediatas aguas arriba, y así sucesivamente. Al
mismo tiempo, la información fluye en sentido opuesto.
Las CS existentes tanto en organizaciones de servicios como de manufactura y a
pesar de su complejidad pueden variar mucho de una industria a otra y de una
empresa a otra.
Con frecuencia, las CS surgen de compañías individuales que con alianzas
oportunistas compiten por contratos que no podrían obtener individualmente. En
estas alianzas la plena participación y cooperación de los proveedores y socios de
negocios son esenciales.
Esta cooperación abarca desde los materiales, productos, componentes y servicios
que están compartiendo al tipo de energía que utilizan, la tecnología de control de la
contaminación, la gestión de residuos y los servicios que ofrecen.
Por otro lado, aunque los sistemas implicados pertenezcan a compañías diferentes,
y puedan competir unos con otros, la totalidad del sistema tiene una estrategia
común.
2.1.1 Tipos de Cadena de Suministro
Saliéndonos del tema central del presente trabajo se ha visto interesante nombrar
brevemente la existencia de distintos tipos de CS. Así, en general, podemos distinguir
cuatro tipos [6]:
Figura 2.2 Modelo Conceptual de la Cadena de Suministro. Fuente: [5]. Elaboración Propia
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• CS con Reabastecimiento Continuo: se centran en la relación con los clientes (y proveedores), e involucran el intercambio libre de información. Asociaciones estratégicas, la estabilidad a largo plazo y la confianza mutua son todos los componentes claves de este tipo de cadena de suministro. De hecho, este tipo indica la “zona de la colaboración” la cual está claramente restringida a aquellas partes que tienen claramente interés de colaborar y se comprometen a ayudarse mutuamente para beneficio mutuo. La subcultura en la que se basa este tipo de cadena de suministro se caracteriza por un diseño de organización que involucra a un grupo de personas multidisciplinar, con un sesgo para las relaciones, respaldada por procesos estándares que se centran en las relaciones. Las aplicaciones IT incluyen Customer Relationship Management (CRM), Supplier Relationship Mangement (SRM) and Key Performance Indicators (KPIs), todas las cuales están dirigidas a conservar la lealtad de clientes y proveedores. El estilo de liderazgo para este tipo de cadena de suministro es necesariamente por consenso e interés por otros miembros del equipo.
• CS Lean: Se centra sobre la eficiencia y el menor coste del servicio. Para lograr este resultado, lo ideal es un alto volumen, una baja variedad del producto, y fabricar y distribuir los productos bajo pronóstico. En las economías de escala están a la orden del día, sobre todo cuando se refiere a un entorno operativo predecible para los productos y servicios esencialmente maduros. La subcultura en que se basa este tipo de cadena de suministro se centra en la reducción del costo de los procesos y tener como objetivo un alto número de entregas a tiempo, libre de errores (high Delivery-In-Full-On-Time-Error-Free (DIFOTEF)). Conforme a su política está el que el orden del día, y la rutina no debe ser alterado bajo ninguna circunstancia. El estilo de liderazgo hace hincapié en la estabilidad y el control de costes.
• CS Ágil: Se basa en una respuesta rápida de la entrega ante la demanda de los clientes, sobre todo al hacer su pedido usando técnicas de aplazamiento. Este es el caso en el que el entorno de operación es bastante impredecible. La organización está compuesta por un grupo de personal multidisciplinar que tienen por objetivo común la velocidad a medida que se centran en un segmento específico de clientes. El estilo de liderazgo se basa en cumplir objetivos difíciles, a menudo en mercados de alto crecimiento.
• CS Completamente Flexible: Están diseñadas para satisfacer la demanda no planificada e imprevisible. La subcultura es esencialmente emprendedora y consiste en un pequeño grupo de personas con ideas afines que buscan soluciones creativas y rápidas. El liderazgo es por inspiración, y siempre auténtico.
Después de esta clasificación, es raro encontrar el mismo tipo de cadena de
suministro en ambos lados, en el lado del suministro y en el lado de la demanda. La
situación más habitual es una combinación de varios tipos.
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2.2 Sostenibilidad y Responsabilidad Social de la E mpresa sobre la Cadena de Suministro
En las últimas décadas ha aumentado la sensibilidad de las organizaciones hacia
cuestiones que, tradicionalmente, desempeñaban un papel secundario o,
simplemente, no eran consideradas en las estrategias empresariales, como es el caso
de las relacionadas con la sostenibilidad ambiental [18].
Las empresas se percatan de que la sostenibilidad ofrece un modo de diferenciarse
en los mercados, contribuyendo a incrementar la productividad y competitividad. Se
considera que la gestión de la sostenibilidad adoptando una óptica proactiva tiene
repercusiones directas y positivas en la competitividad del negocio (Shaltegger y
Wagner, 2006).
En el desarrollo sostenible la conservación de la energía es una de las cuestiones
que más se abordan. El sector de la energía está luchando cada vez más para mantener
el ritmo de la fuerte demanda. Esto ha obligado a muchos fabricantes a tener un gran
interés en la reducción de los costos de la energía, que a menudo representan una
parte importante de sus gastos operativos totales (Quinn 2001). Este problema es
particularmente tratado en el proveedor de metales y plantas de fundición, que
consumen una cantidad enorme de energía para la fundición de metal.
Por ejemplo, en la industria de producción de aluminio, los métodos de coste
efectivo son necesarios para abordar la ubicación de las plantas, tienen que ser
seleccionadas de una manera que promueva la conveniencia - en términos de
rentabilidad distancia recorrida y monetaria. (El importe teórico de la electricidad
necesaria para fundir una tonelada de Al es de 294 kWh [la calle 1986])[7].
Sabemos que la mayoría de las fábricas de transformación de materias primas en
productos terminados operan en países como China, pero ¿qué sabemos acerca de sus
prácticas de reducción de costos, sus descargas de contaminantes y la forma en que
tratan a su gente?.
A medida que los conceptos como la ‘cadena de responsabilidad’ se están
convirtiendo en la norma, se empieza a reflexionar sobre estas cuestiones que
empiezan a ser importantes para los profesionales de la cadena de suministro y la
gestión empresarial. La Responsabilidad Social Corporativa (Corporate Social
Responsibility- CSR) y el pensamiento de sostenibilidad constituyen los modelos para
abordar estas cuestiones y otras de similar importancia para el futuro de las cadenas
de suministro.
¿Cuál es o podría ser, la relación entre empresa y sociedad? Algunos piensan que la
única responsabilidad de la empresa, además de cumplir la ley, es la actuar con ética y
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responsabilidad, y de desempeñar su papel en el desarrollo de la sociedad y la
protección del medio ambiente.
La idea de que las empresas no tienen ninguna responsabilidad respecto a sus
proveedores y otras partes interesadas, más allá de pagar dinero, va en contra de la
opinión de que las empresas tienen una responsabilidad más amplia - en otras
palabras, que las empresas tienen "responsabilidades sociales". Definir la naturaleza
exacta de esas responsabilidades, puede ser muy complicado.
Con la creciente globalización de las empresas, estamos asistiendo a una mayor
convergencia en el plano internacional de los conceptos de responsabilidad social
corporativa.
Esto se presenta con mayor claridad en la labor de la Organización Internacional de
Normalización (ISO), con el desarrollo de la norma voluntaria sobre responsabilidad
social corporativa ISO 26000.
¿Cómo se relacionan la CSR y la Sostenibilidad? Una posible respuesta es que en
general se están alineando estrechamente una gran cantidad de puntos con los
intereses en el sector del medio ambiente.
Las diferencias en la filosofía y el propósito estarían en que, el enfoque de un
programa de sostenibilidad suele ser más estrecho que la responsabilidad social
corporativa. De programas de sostenibilidad se pueden esperar que proporcione
mejores resultados ambientales con menos atención a las dimensiones sociales y de
gobierno corporativo que un programa de Responsabilidad Social Corporativa.
En lo que respecta a la filosofía de la CSR, aporta un enfoque positivo y humanista
basado en valores sociales y ambientes para el apoyo a los negocios en los que opera
la empresa.
La Filosofía de sostenibilidad generalmente conduce a un enfoque más riguroso
para hacer el bien por el medio ambiente mediante la adopción de una visión a largo
plazo y nos reta a actuar hoy para satisfacer las necesidades del presente sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias
necesidades.
A nivel práctico , se puede observar que hay programas eficaces de CSR que suelen
aspirar a tener una visión equilibrada a través de muchas iniciativas como gobierno
corporativo, la ética, la salud, la seguridad, la comunidad y el medio ambiente.
La gestión de la cadena de suministro desde una perspectiva financiera no es una
cuestión nueva en la gestión empresarial. Numerosas compañías han ampliado su
ámbito de actuación, considerando los procesos y operaciones de sus proveedores y
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clientes. La disposición de información más completa ha permitido obtener beneficios
relacionados con mejoras en la productividad, incrementos en la eficiencia o menores
necesidades de capital (Carbon Trust, 2006). De ahí que tenga sentido emplear la
cadena de suministro para gestionar variables medioambientales relacionadas con la
producción de bienes y servicios.
La construcción de una cadena de suministro sostenible requiere un nuevo
pensamiento, que supone tener en cuenta la manera de hacer los negocios de una
forma holística, integrada y dinámica. Aquellas empresas que adoptan la sostenibilidad
pueden lograr una reducción significativa en el costo de operación, mientras que para
otros conducirá a una ventaja competitiva a través de innovadoras redes de nuevos
productos.
Por otro lado, las respuestas de muchas organizaciones a la sostenibilidad ha sido
simplemente gestionar la imagen de la organización. Mientras que otras toman una
forma superficial, suele abordar un solo tema, tales como la huella del carbono.
Esta es una situación en la que se entiende cómo la incorporación de la
sostenibilidad requiere un alto grado de compromiso y una profunda comprensión de
los temas.
La consideración de cuestiones medioambientales en la gestión empresarial y, en
particular, el avance de filosofías de gestión como la responsabilidad social
corporativa, hacen necesario el desarrollo de herramientas que ofrezcan a empresas y
organizaciones información útil en este contexto [23].
La huella ecológica y del carbono son dos indicadores con un elevado potencial en
el ámbito de la responsabilidad social corporativa. A nivel empresarial, ambos
indicadores permiten la elaboración de un inventario de recursos consumidos y
residuos generados, útil para una mejor gestión ambiental. Desde una perspectiva de
producto, por ejemplo, se ofrece información útil para involucrar a toda la cadena de
suministro en la reducción del impacto ambiental de bienes y servicios. Al mismo
tiempo, se ofrece información ambiental a los consumidores, permitiendo la
incorporación de variables ambientales en la toma de decisiones. Estas decisiones
pueden influir incluso en la selección de proveedores, para disminuir la huella en la CS.
La gestión medioambiental a nivel corporativo está tradicionalmente vinculada al
control de los impactos directos tratando de establecer actuaciones que afecten a
cuestiones como el consumo de recursos o la generación de emisiones y residuos
(Doménech, 2007). En los últimos años, se ha destacado la necesidad de adoptar una
gestión integral del medio ambiente, considerando toda la cadena de suministro de las
empresas (Seuring, 2004; Carbon Trust 2006, Wiedmann and Lenzen, 2009; Wiedmann
et al., 2009).
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Este enfoque presenta ventajas importantes. Cuestiones como la importancia de los
impactos medioambientales generados en las fases del ciclo de vida no relacionadas
con la producción, son relevantes para una gestión ambiental adecuada (Carbon Trust,
2006). Por otro lado, la colaboración entre proveedores abre la posibilidad de obtener
mejoras ambientales y reducciones de costes derivados de una reorganización de los
procesos presentes en la cadena de suministro por la que avanza el producto en las
diferentes fases de su ciclo de vida (Seuring, 2004; Carbon Trust 2008).
En el ámbito de la Unión Europea, la "Estrategia Europea de Desarrollo Sostenible"
se ha hecho eco de la importancia de reducir los impactos ambientales derivados de la
producción y distribución de bienes y servicios. El "Libro Verde sobre Política Integrada
de Productos" señala que una forma de lograrlo es mediante el diseño de un "nuevo
paradigma de crecimiento y calidad de vida a través de la creación de riqueza y
competitividad en base a productos verdes" (EC, 2001). De ahí que la "Política
Integrada de Producto" (IPP) sea uno de los ejes principales de la "Estrategia Europea
de Desarrollo sostenible" (EC, 2006).
A pesar de los avances en el diseño de la IPP (CE, 2003; Nuij et al., 2005; EC 2006),
no existe consenso respecto al desarrollo de los indicadores que proporcionen
información adecuada para evaluar el impacto ambiental de bienes y servicios desde
esta perspectiva. La huella ecológica es uno de los indicadores que se estudia,
considerada adecuada para valorar las categorías de cambio climático y uso de
superficie (EPLCA, 2008). También se destaca la utilidad de la huella del carbono en
este campo, para proporcionar a clientes y otros agentes amplia información
relacionada con el ciclo de vida de bienes y servicios, y como fuente de información
interna, con la finalidad de identificar puntos clave en la cadena de suministro, riesgos
potenciales y oportunidades de mejora (EC, 2007) .
El auge del concepto de Responsabilidad Social Corporativa (CSR) y la aparición de
guías y convenio que tratan de estandarizar el diseño e implementación de informes
sobre el desempeño ambiental, social y económico de las organizaciones, son buenos
ejemplos de la preocupación por incorporar el medio ambiente a la gestión
empresarial. Algunas propuestas en este sentido, como la “Iniciativa de informe
Global” (GRI), han conseguido una notable difusión en todo el mundo3. Sin embargo, a
pesar de que estas iniciativas constituyen importantes logros, no existen
recomendaciones estrictas en ese sentido, lo que deja en las manos de las
organizaciones el empleo, o no, de estas herramientas, además del modo en que se
aplican las elegidas [22].
3 GRI (2002, 2006)
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Esto se manifiesta en una cuestión de especial importancia: la medición del
desempeño medioambiental de las organizaciones, pues los diferentes estándares
suelen proponer una lista de indicadores, que , en algunos casos pueden ofrecer
resultados contradictorios, dificultando el diagnóstico a realizar y la comunicación de
resultados.
2.2.1 Construcción de un marco para la gestión Sost enible de la Cadena de Suministro
Para entender la sostenibilidad en un contexto de Cadena de Suministro es
necesario precisar su alcance o el "límite del sistema". El modelo de referencia de
Operaciones de la CS (Suppy Chain Operations Reference- SCOR) de la Supply Chain
Council4, describe los cinco principales procesos de gestión de la CS como Source,
Make, Deliver, Return y Plan. Para la gestión de suministro tradicional, cada uno de
estos procesos tiene un significado bien establecido. Sin embargo, cuando se ve a
través de la lente de la sostenibilidad, adquieren un significado adicional. Una revisión
exhaustiva de estas cuestiones está fuera del alcance de este trabajo, pero algunas de
las consideraciones más importantes sociales y del medio ambiente se presentan a
continuación.
Source
La fuente de las normas laborales y el trabajo infantil son probablemente un área
donde la gente está bastante familiarizada. Esto se debe a las numerosas noticias de
prensa sobre empresas que han sido expuestas como las usuarias de prácticas no
sostenibles de trabajo en el abastecimiento o sus productos. Sin embargo, incluso con
la alta exposición a los medios durante la última década, la presión de obtener bienes a
bajo costo significa que la práctica no ha sido completamente erradicada. Las
organizaciones de hoy siguen teniendo los productos producidos en las fábricas donde
los derechos laborales básicos se siguen negando.
La fuente Food Miles también incluye consideraciones medioambientales que
considera la fuente de los productos que nos llegan. El término “food miles” describe,
por ejemplo, las grandes distancias que algunos productos de verduras viajan hasta
alcanzar las estanterías de los supermercados. Debido al deseo de los consumidores de
comer productos estacionales todo el año, los vegetales son cultivados en países
donde las condiciones de crecimiento son más favorables. En un estudio, se encontró
que una canasta de 26 hortalizas viajó 226.000 kilómetros para llegar a las estanterías
de los minoristas. Como consecuencia de esto, las emisiones asociadas son bastante
significativas.
4 http://supply-chain.org/
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Make
Los procesos de producción involucrados en la fabricación de productos tienen un
impacto significativo sobre el medio ambiente. Estos factores ambientales incluyen el
uso de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación de la
tierra y el aire. Un solo sector, la industria del cemento, es responsable de emitir
aproximadamente un 9.5 por ciento de las emisiones de CO2 del mundo.
También es parte de la cadena de suministro donde las materias primas se
consumen. Por lo tanto, la buena gestión ambiental de las instalaciones de fabricación
puede tener un impacto positivo.
Deliver
Incluye el transporte y operaciones entre almacenes en la CS.
La clave del éxito radica en la eficiencia y eficacia de la planificación del transporte y
los sistemas en cada lugar. Uno de los principales problemas para el transporte está
asociado a las emisiones de los movimientos de carga. Además, en los últimos años el
movimiento de mercancías se ha alejado de los modos de transporte menos
contaminantes del mar y del tren a carretera y aire.
A nivel operativo, algunos estudios han mostrado que esos impactos pueden ser
reducidos simplemente haciendo las cosas mejor. Por ejemplo, en el Reino Unido, el
Departamento de Transporte ofrece asesoramiento a las empresas de transporte en la
formación de conductores, mantenimiento de flotas de vehículos, combustibles
alternativos y así como las continúas mejoras en eficiencia de los vehículos de motor y
diseño de la carrocería, que no sólo reduce las emisiones de los vehículos, sino
también los costos de operación. Por otro lado, la utilización de los vehículos en la
mayoría de los sectores pobres, puede significar también que ahí puede haber grandes
oportunidades de mejora.
Return
Las Devoluciones de productos aunque no son muy apreciadas, su gestión se ha
convertido en un problema importante para muchos minoristas en los últimos años
debido a una serie o factores. Los Cambio de canales en el mercado (incluyendo el
crecimiento de las ventas por Internet y entrega a domicilio), "sin discusión" las
garantías de devolución de dinero y la creciente volatilidad de mercado, y con la
reducción de la vida útil del producto experimentan entre el 2,5 y 20 por ciento del
volumen de devoluciones, junto con algunas compañías de catálogo que experimentan
hasta un 30 por ciento Devoluciones.
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A pesar de que algunos retornos pueden volver a valorarse y venderse como
nuevos, la mayoría de los viajes de vuelta de los activos a través de las redes de
logística inversa, finalmente se venden a un precio reducido en los mercados
secundarios o reciclados, segregados o puestos en los vertederos. Esto representa un
fallo importante de la gestión de la cadena de suministro y un derroche insostenible de
los recursos naturales y la energía utilizada para producir los productos a la primera.
Por último, la retirada de productos de los mercados es otro motivo de
devoluciones.
Plan
Un número significativo de los criterios de planificación de la cadena de suministro
puede tener un impacto en la sostenibilidad de una organización. Mientras mejor sea
planeada la CS y gestionada, menor despilfarro aparecerá. Por ejemplo, obsolescencia
del producto. Los criterios de planificación que pueden tener un efecto sobre el nivel
de existencias obsoletas incluyen los cortos ciclos de vida del producto, la actividad de
promoción (como BOGOFs (Buy one, Get One Free), paquetes especiales y
promociones de precios), la variedad de productos y los parámetros para establecer
los niveles de inventario.
Otra de las actividades críticas de planificación que puede conducir a la
obsolescencia es la previsión. Las previsiones convierten las señales sobre la demanda
del mercado futuro, en un plan por fases para el suministro de productos. Las
organizaciones necesitan equilibrar las necesidades de servicio al cliente con el nivel de
inventarios que poseen. Mala previsión sobrestima la necesidad de un inventario, que
puede conducir directamente a la obsolescencia.
Este modelo de operaciones de la CS es útil para empezar a definir el alcance de la
actividad de la cadena de suministro, pero, a efectos de gestión de la sostenibilidad, no
va lo suficientemente lejos en la descripción por completo el "ciclo de vida del
producto” (ACV) (ver punto 2.4.1). Hay que considerar otro punto de vista, el de la
Cadena de Suministro Extendida (de la Cuna a la Cuna), que tiene en consideración
además: El diseño, el uso del consumidor y la disposición final.
A partir de aquí podríamos entrar en Estrategias de Gestión de la Sostenibilidad de
la Cadena de Suministro, tema que se sale fuera del alcance de este trabajo.
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2.3 Huella Ecológica y Huella del Carbono
La huella ecológica (HE) es un conocido indicador relacionado con el desarrollo
sostenible diseñado a principios de los 90 por Mathis Wackernagel y William Rees para
mostrar el consumo de recursos biológicos y la generación de residuos en términos de
la superficie de ecosistema apropiada. Inicialmente, se define como la superficie
terrestre productiva (o el ecosistema acuático) necesario para mantener el consumo
de recursos y energía, así como para poder absorber los residuos producidos por una
determinada población humana o economía, empleando la tecnología existente,
independientemente de dónde esté situada la superficie" (Wackernagel y Rees, 1996:
25), incorporando las definiciones más actuales de modo explícito en la aplicación de la
huella, no sólo a individuos y poblaciones, sino también a todo tipo de actividades
(Global Footprint Network, 2007) [19] [20].
La comparación de la HE con la superficie disponible, permite determinar en qué
medida se supera, o no, la capacidad de carga disponible. Sufriendo este indicador a lo
largo del tiempo diferentes cambios que mejoraron determinadas carencias iniciales
(por ejemplo, Wackernagel, 1998; Wackernagel et al., 1999, Wackernagel y Yount,
2000, Wackernagel et al., 2002; Monfredaet al., 2004, Wackernagel et al., 2005;
Kitzesatal., 2007).
Se trata de una herramienta versátil, susceptible de ser aplicada en otro tipo de
contextos diferentes a poblaciones, como pueden ser organizaciones, productos, u
otro tipo de actividades. (Wackernagel y Rees, 1996).
Numerosos trabajos (Wackernagel, 1991; Wackernagel y Rees, 1996; Wackernagel
et al., 1999; Wackernagel y Yount, 2000; Wackernagel et al., 2002; Monfreda et al.,
2004 Wackernagel et al., 2005; Kitzes et al., 2007; Ewing et al., 2008) exponen en
detalle el concepto, los fundamentos teóricos del método de cálculo, los objetivos,
utilidad y la evolución del indicador a lo largo del tiempo. Han surgido, además
diferentes alternativas metodológicas que estiman la HE desarrollando métodos
diferentes al empleado por sus creadores. El uso de técnicas input-output (Bicknell et
al., 1998; Lenzen and Murray, 2001; Foran 2005ab); o la denominada aproximación de
las componentes (component based approach) (Simmons y Chambers, 1998; Simmons
et al., 2000) son algunos ejemplos significativos.
La huella del carbono (HC) es un concepto más reciente y, al mismo tiempo, mucho
menos definido que la HE. La HE tiene unos creadores conocidos, que delimitan el
concepto y el método de cálculo a emplear. La HC nace huérfana, lo que posibilita que
surjan diferentes interpretaciones del indicador. Algunas de las principales diferencias
existentes entre los enfoques adoptados hacen referencia a:
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a) Los gases cuyas emisiones incluye el indicador;
b) La relación con el análisis de huella ecológica.
En el primer caso, algunos estudios optan porque la HC incluya varios gases de
efecto invernadero, expresando el indicador en toneladas equivalentes de CO2 (POST
2006; Carbon Trust, 2007; EC, 2007; ETAP, 2007; Best Foot Forward, 2008; Doménech,
2004ab; BSI, 2008 Carbon Footprint, 2008; Perry et al., 2008;). Otros (BP, 2007; Global
Footprint Network, 2007; Energetics, 2007; Wiedmann y Minx, 2008) prefieren
limitarse exclusivamente a un único gas, el CO2.
En cuanto a la relación con el análisis de huella ecológica, no existe excesiva
controversia a la hora de definir la realidad a la que se aplica el indicador, asumiéndose
que, al igual que la huella ecológica, puede aplicarse tanto a poblaciones, como
economías, organizaciones, productos (Holland, 2003) o cualquier actividad que
genere emisiones de los gases objeto de estudio. Sin embargo, los vínculos con la HE
son más débiles en lo que se refiere a la hora de decidir las unidades en las que se
expresa. La consideración de unidades de superficie implica la asunción de diferentes
hipótesis relacionadas con la capacidad de absorción de CO2 de cada tipo de superficie,
introduciéndose errores (Wiedmann y Minx, 2008).
Chambers y Lewis (2001) y Holland (2003) señalan algunas de las contribuciones del
indicador al logro de la sostenibilidad de empresas y organizaciones pues:
a) Es un índice único, que sintetiza diferentes impactos ambientales,
permitiendo cuantificar el éxito o fracaso de las medidas adoptadas;
b) La metodología de cálculo no es compleja;
c) Está expresado en unidades comprensibles, lo que facilita la toma de
decisiones y la comunicación interna y externa;
d) La información necesaria se basa en la información existente en la empresa,
sin necesidad de transformaciones importantes.
Podría cuestionarse el sentido de que se emplee un indicador expresado en una
unidad, las hectáreas de superficie productiva, apropiado para países o regiones, pero
quizás, menos relacionado con organizaciones. No obstante, los diferentes tipos de
superficie que distingue la Huella Ecológica Corporativa proporcionan también
información relevante a las empresas, expresando en una unidad común y, por lo
tanto, agregable la influencia de cuestiones como el consumo de energía, directo e
indirecto, los desechos generados, etc. (Holland, 2003; Domenech, 2007).
Por otro lado, la HC cada vez está alcanzando una mayor difusión al considerar las
emisiones de CO2 u otros gases de efecto invernadero. Puede aplicarse a empresas y
organizaciones, siendo la Huella de Carbono Corporativa notablemente atractiva para
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las empresas, sobre todo, considerando las exigencias que deben afrontar en el marco
del Protocolo de Kyoto5.
La estimación de la Huella del Carbono de las organizaciones y empresas y de sus
bienes y servicios reviste particularidades que hacen necesaria su identificación. El uso
de la denominación huella de carbono corporativa, indica claramente que la huella
calculada se refiere a este entorno. Este argumento se refuerza con la existencia de
métodos de cálculo específicos para este ámbito, como es el caso de la propuesta
recogida en la PAS 2050, válida para estimar la huella del carbono de bienes y servicios
considerando su ciclo de vida (BSI, 2008) [25].
La aplicación del indicador a determinadas realidades concretas, como el caso de
organizaciones y sus productos, implica particularidades que añaden nuevas
cuestiones a tener en cuenta. Algunos estudios recomiendan que la HC de bienes y
servicios se limite a la estimación de las emisiones directas realizadas por la empresa
que los produce. En otros casos, se consideran también las generadas indirectamente,
considerando las emisiones producidas en la Cadena de Suministro que abastece la
empresa para obtener sus productos (Wiedmann y Minx, 2008).
2.4 Cálculo de la Huella
El concepto surge a partir del de Huella Ecológica, como se definia en el punto
anterior.
En el Análisis de la Huella Ecológica (AHE) se compara la huella ecológica con la
biocapacidad disponible. Compara la capacidad biológica utilizada frente a lo que está
disponible sobre una base renovable. Distinguir entre la AHE y la Huella es importante,
en el sentido de que, por sí misma, la huella dice poco sobre el uso sostenible de los
recursos, es simplemente una medida que aumenta o disminuye a medida que nuestra
demanda sobre el medio ambiente aumenta o disminuye, sin decirnos si esa demanda
es sostenible. El AHE, por otra parte, pretende medir la sostenibilidad [13].
Hay algunas Limitaciones de la Huella Ecológica al ser los estudios sobre este tema
bastante reciente. El método usado para el cálculo del caso práctico, intenta cubrir
este déficit.
En primer lugar se debe considerar que los datos publicados sobre valores de la
huella ecológica están subestimados. Se puede llegar a esta conclusión observando
que no todos los bienes de consumo han podido ser computados por falta de datos
sobre los flujos de energía y materiales que suponen. Además en ocasiones la
5 En el trabajo de emplea la denominación HE y HC, ya que se considera que ambas huellas son un mismo indicador expresado
en diferentes unidades.
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extrapolación a unidades de superficie es extremadamente complicada o poco
representativa. Este hecho es notorio en el apartado de emisiones. A parte del CO2 se
producen muchos otros compuestos difícilmente traducibles a hectáreas de terreno.
Podemos hablar en este punto de los residuos tóxicos, químicos o radioactivos, que no
pueden ser asimilados [15].
Frecuentemente el cálculo del área necesaria para el consumo energético
únicamente tiene en cuenta factores de productividad que transforman directamente
el consumo energético en las hectáreas necesarias para absorber el CO2, sin
discriminar en función de las diversas fuentes energéticas utilizadas, asumiendo que
todo el consumo es de combustibles fósiles. Pero de esta forma no se tiene en cuenta
las implicaciones de otros tipos de energía como la nuclear, ni el agotamiento de los
recursos no renovables, por ejemplo.
El valor de la productividad que se utilice también puede ser conflictivo, ya que si se
refiere a medias mundiales se puede perder representatividad, por la existencia de
posibles y amplias diferencias locales. Pero si generalizamos el uso de valores locales
se puede encontrar que los países más ricos importen recursos de los lugares más
productivos del mundo para minimizar su huella ecológica, mientras que los países
más pobres se quedarían con las áreas menos productivas lo que les supondría una
mayor huella. Paralelamente, debido al método de cálculo de la huella ecológica,
basado en restar las exportaciones y sumar las importaciones podría darse la situación
en la que un país, con la intención de minimizar su huella ecológica adoptase una
política basada en la producción de artículos de alto contenido energético, destinados
a la exportación, de forma que disminuyeran su huella.
En cuanto a La Huella de Carbono (HC) es un parámetro utilizado para describir la
cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a una empresa,
evento, actividad o al ciclo de vida de un producto/servicio en orden a determinar su
contribución al cambio climático6. Es decir, no sólo cuantifica las emisiones de
carbono, por lo que el término correcto sería huella de carbono equivalente o
emisiones de CO2 equivalente, aunque en la práctica y por comodidad se utiliza
simplemente el término carbono.
En otras palabras Se refiere a las emisiones directas de CO2 y de gases de efecto
invernadero, así como la conversión a estos de todo tipo de consumo de recursos, y de
los gases que se dejan de absorber por ocupación de espacios bioproductivos.
Es un indicador integrado que puede llegar a expresar todo el impacto físico de la
actividad humana. En este sentido es equivalente a “la huella ecológica” y como se
6 Definición de huella de carbono en ISO 14067, en “Las Huellas de Carbono de AENOR”.
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indicaba en el punto 2.3, se puede considerar ambas huellas como un mismo indicador
expresado en diferentes unidades.
A través del ejercicio del cálculo de la huella de carbono se identifican todas las
fuentes de emisiones de GEI y se obtiene el dato global de impacto de la actividad,
esto, por lo tanto, permite definir mejores objetivos y establecer medidas de reducción
de energía más efectiva, como consecuencia de un mejor conocimiento de los puntos
críticos [17].
El considerar únicamente una categoría de impacto puede ocasionar problemas de
interpretación de los resultados obtenidos, al omitir el resto de impactos ambientales.
Es decir, puede que en lo que respecta a emisiones equivalentes de CO2, el sistema
analizado no tenga una problemática ambiental especial, pero que en otra categoría
de impacto sí que la tenga.
Un ejemplo de este problema es la producción de energía eléctrica en una central
nuclear. El proceso de fisión y generación eléctrica no genera emisiones de CO2, pero
por otra parte genera una gran cantidad de residuos nucleares peligrosos. Sin
embargo, el interés por desarrollar modos de producción y consumo sostenible y la
problemática del calentamiento global está impulsando la utilización de la HC como
indicador ecológico, llevando a diferentes asociaciones y administraciones a elaborar
estrategias, exigencias y en ocasiones legislaciones específicas de reducción de GEI
(como las establecidas en el protocolo de Kioto). Para poder certificar el cumplimiento
de dichas exigencias, se han desarrollado bases de datos y metodologías específicas
para la medición de las emisiones de GEI y el cálculo de la huella de carbono, con lo
que poco a poco han ido surgiendo herramientas específicas para su cálculo.
Uno de los problemas ambientales principales es el calentamiento global. Hay un
gran debate sobre este tema en la ciencia, pero es generalmente aceptado que el
aumento de los niveles de emisiones de carbono está provocando el cambio climático.
La actividad de las Cadenas de Suministro representa un impacto significativo en las
emisiones, principalmente de dióxido de carbono (CO2). Por lo tanto, las empresas
necesitan medir su "huella de carbono” para evaluar la cantidad de emisiones
producidas por productos que pasan a través de su cadena de suministro.
Como se verá más adelante hay diferentes enfoques para el cálculo de la HC.
Mirando desde un nivel de producto, la huella de carbono es una medida de la
cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero que son atribuibles a un
elemento que pasa a lo largo de la Cadena de Suministro. Aunque el CO2 es la medida
estándar, existen seis gases de efecto invernadero [12]:
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1. Dióxido de carbono (CO2)
2. Metano (CH4)
3. Óxido nitroso (N2O)
4. Hidrofluorocarbonos (HFC)
5. Perfluorocarbonos (PFC) y
6. Hexafluoruro de azufre (SF6)
Cada uno de los cuales tiene un potencial diferente en calentamiento global. Por
ejemplo, el metano tiene un factor equivalente a 21 veces el CO2 equivalente (CO2 e).
Por lo tanto, la medida de la huella de carbono se expresa normalmente en toneladas
equivalentes de CO2 (CO2 e).
Al poner en marcha un estudio de la huella de carbono es esencial capturar todas
las emisiones relevantes dentro de los límites del sistema completo en relación con un
producto en particular. Por lo general, deben tenerse en cuenta las siguientes
categorías:
• Emisiones producidas directamente de las actividades de la organización.
• Emisiones del uso de la electricidad.
• Emisiones producidas a través de la CS extendida.
• Emisiones producidas durante el uso del consumidor.
• Emisiones producidas al ‘al final de la vida del producto’.
Existe una variedad de cuestiones referente a la huella de carbono, sin embargo,
cualquier comparación directa entre los productos hay que hacerla con cuidado. El
tema principal es la Metodología. Aunque ha habido una convergencia de las
normas, en la actualidad no hay un protocolo único, y por lo tanto, la medición se
realiza de diferentes maneras.
Las empresas que no adopten un enfoque integrado y alineado con la sostenibilidad
se pueden exponer a riesgos empresariales. La construcción de cadenas de suministro
sostenibles requiere una perspectiva del ciclo de vida del producto, que abarque todos
los procesos de la cadena de suministro. Las Empresas que abarquen la sostenibilidad
presentarán operaciones de bajo costo y pueden lograr una ventaja competitiva sobre
sus rivales a través de productos y servicios innovadores.
Se puede decir que, la HC es una versión simplificada de un Análisis de Ciclo de Vida
(ACV), en el que se considera una única categoría de impacto ambiental, la referente al
calentamiento global.
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2.4.1 Análisis de Ciclo de Vida
El Análisis de Ciclo de Vida7 (ACV) es una herramienta metodológica que sirve para
medir el impacto ambiental de un producto, proceso o sistema a lo largo de todo su
ciclo de vida (desde que se obtienen las materias primas hasta su fin de vida). Se basa
en la recopilación y análisis de las entradas y salidas del sistema para obtener unos
resultados que muestren sus impactos ambientales potenciales, con el objetivo de
poder determinar estrategias para la reducción de los mismos.
Los elementos que se tienen en cuenta dentro del ACV, comúnmente se conocen
como inputs/outputs (entradas/salidas):
• Inputs/entradas: Uso de recursos y materias primas, transporte,
electricidad, energía…etc., que se tienen en cuenta en cada fase del sistema.
• Outputs/salidas: Emisiones al aire, al agua y al suelo, así como los residuos y
los subproductos que se tienen en cuenta en cada fase del sistema.
El ACV de un producto debería incluir todas las entradas/salidas de los procesos que
participan a lo largo de su ciclo de vida: la extracción de materias primas y el
procesado de materiales necesarios para la manufactura de componentes, el uso del
producto y finalmente su reciclaje y gestión final. El transporte, almacenaje,
distribución y otras actividades intermedias entre las fases del ciclo de vida también se
incluyen cuando sus impactos son relevantes. A este tipo de ciclo de vida se le
denomina comúnmente “de la cuna a la tumba” (Cradle to Grave).
7 Análisis de Ciclo de vida y huella de carbono. Dos maneras de medir el impacto ambiental de un producto
http://www.ihobe.net.
Figura 2.3 Fases que comprenden un ACV. Fuente: http://www.ihobe.net. Elaboración
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Cuando se limita el sistema a las entradas/salidas desde que se obtienen las
materias primas hasta que el producto se pone en el mercado (a la salida de la
fábrica/montaje), se le denomina como “de la cuna a la puerta” (Cradle to Gate).
Y si únicamente se tienen en cuenta las entradas/salidas del proceso de fabricación,
es decir, del sistema productivo, se le llama “de la puerta a la puerta” (Gate to Gate).
De ellos, el denominado “de la cuna a la tumba” es el único que asegura que los
impactos ambientales originados en una fase del proceso, no se traspasan a otras fases
del ciclo de vida. Esto significa que, por ejemplo, si se subcontrata una fase del proceso
con un proveedor externo, se contabilizará también la carga ambiental asociada a esa
fase, aunque no sea producida en nuestra planta de producción.
En los últimos años ha adquirido reconocimiento un nuevo enfoque, basado en
tener en cuenta que las salidas del final del sistema pueden ser valoradas como
materias primas o entradas al mismo sistema o a otro. Este tipo de enfoque se conoce
como “de la cuna a la cuna” (Cradle to Cradle).
En definitiva, la fase del ACV que determina el resultado final del mismo es la
evaluación de impactos ambientales. Esto es causa de gran controversia, ya que no
existe acuerdo común a nivel internacional para el establecimiento de un modelo
único de evaluación de impactos ambientales.
Figura 2.4 Diferentes enfoques para el ACV. Fuente: http://www.ihobe.net. Elaboración Propia
Figura 2.5 Ciclo de Vida de la Cadena de Suministro de Aluminio
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2.4.2 Utilidad, Enfoques y Alcances de la Huella de Carbono
Es un momento en el que todo el mundo habla de la nueva economía sostenible,
verde o “baja en carbono”; del ahorro energético o de la ecoeficiencia, de la
inestabilidad de los países productores de petróleo o de la alta dependencia de los
combustibles fósiles.
Desde el punto de vista de la sociedad, si el cliente demanda un producto con
menor HC (Figura 2.6), la empresa deberá reducir su huella para satisfacer esta
demanda. Una de las alternativas de las que dispone es solicitar a su proveedor una
material con menor huella. Este comportamiento puede extenderse a todos los
participantes del ciclo de vida considerado, provocando un efecto dominó que puede
dinamizar la economía y el empleo.
Por otro lado desde el punto de vista de la empresa podría dinamizar la creatividad,
la innovación, la inversión, ahorro energético, nuevos equipamientos, mayor
competitividad, mejora de la RSC….
Idealmente se podría decir que, puede ser el disparador ideal para su lanzamiento
definitivo y para el cambio de modelo económico.
A la hora del cálculo de la huella hay una cierta tendencia a la des-unificación de
criterios y enfoques, cuando resultaría imprescindible una unificación. En la figura 2.7,
2.8 se muestra un ejemplo de la diversidad de metodologías y guías en función del
enfoque del cálculo de la HC (enfoque a Productos y enfoque a Organizaciones) y del
país o región donde es más habitual su utilización.
Se pueden distinguir tres grandes enfoques a la hora de su cálculo:
Figura 2.6 Cadena de Suministro del Caso Práctico. Transmisión de la Huella según un enfoque mixto.
Fuente [10]. Elaboración Propia.
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1- La HC de Productos (figura 2.9) (ACV-P, ISO 14044, PAS 2050, ISO 14067 …):
Cálculo bottom-up con enfoque a productos (ACV-P), como PAS 2050 o la futura
ISO 14067. Los productos de entrada (PE) proceden de varios eslabones de la
Cadena de valor y sirven para calcular la huella de los productos de salida (PS)
pero no de la organización.
2- La HC de Organizaciones (Figura 2.10) (ISO 14064-1, GHG PROTOCOL, Múltiples
Calculadoras en la web…): Cálculo bottom-up con enfoque a organizaciones
parcial (ACV-O), como ISO 14064-1, GHG Protocol o ISO 14069. Los productos de
entrada (PE) proceden de varios eslabones de la Cadena de valor y sirven para
calcular la huella de la organización pero no de los productos que salen de ella
(PS). Es una huella parcial porque no incluye todas las categorías de consumo.
Este es el enfoque que va a adoptar casi el 100% de las organizaciones.
3- La HC de Organizaciones-Productos (Figura 2.11) (el enfoque mixto o ACV-OP):
Es la menos conocida, pero es la única que permite una unificación. Esta es la
metodología que se va a usar para el desarrollo del caso práctico del presente
trabajo. Es un cálculo bottom-up y top-down con enfoque a productos y a
organizaciones (ACV-OP). Los productos de entrada (PE) proceden solo de un
eslabón del ciclo de vida, el cual acumula la huella de todos los anteriores, y,
además, nunca incluye la huella del uso o de la destrucción del producto al final
de su vida útil, ya que esto quedaría fuera del alcance organizacional; sirven
para calcular la huella de una organización y de sus productos; es una huella
total porque incluye todas las categorías de consumo; se calcula a partir de las
cuentas contables; se convierte fácilmente a huella ecológica.
Las figuras 2.9-2.10-2.11 muestra un esquema de los diferentes enfoques expuestos
a la hora del cálculo de la HC.
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HC DE ORGANIZACIONES (9 de 80)
Global Europa Resto del mundo
1. Carbon Disclosure Project (CDP) (voluntaria; ampliamente adoptada)
5. French Bilan Carbone (voluntaria; ampliamente reconocida)
8. US EPA Climate Leaders Inventory Guidance (no Europea; voluntaria; provee incentivos)
2. WMCSD/WRI GHG Protocol Corporate Standard (Voluntaria; ampliable reconociada; base para otros estándares)
6. DEFRA Company GHG Guidance (ampliamente reconocida; sets minimum standards)
9. US GHG Protocol Public Sector Standard (sector público; voluntaria; adapatada de métodos existentes)
3. ISO 14064: 2006 (Partes 1 y 3) (voluntaria; estándar internacional verificable)
7. UK Carbon Reduction Commitment (CRC) (obligatoria; cubre a los más pequeños emisores)
4. WBCSD/WRI GHG Protocol Scope 3 Reporting Standard (voluntaria; cubre alcance 3 en detalle)
Figura 2.8 Nueve de las Metodologías usadas para el Cálculo de la HC enfocada a Organizaciones.
Fuente [22]. Elaboración Propia.
HC DE PRODUCTOS (11 de 62)
Metodología País
1. PAS 2050 UK 2. KOREA PCF Corea 3. Carbon Foot print Program Japón 4. Carbon Index Casino Francia 5. Greenext Francia 6. Climate Certification System Suecia 7. Climatop Suiza 8. GHG Protocol-Product Life Cycle Accounting and Reporting Standard
Global
9. BP X30-323 Francia 10. ISO 14067 Global 11. Sustainability Consortium Wal-Mart
Figura 2.7 Once de las Metodologías usadas para el Cálculo de la HC enfocada a
Productos. Fuente [22]. Elaboración Propia
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Figura 2.9 Flujo del Enfoque a Productos para el Cálculo de la HC (ACV-P). Fuente [14]. Elaboración
Propia.
Figura 2.10 Flujo del Enfoque a Organizaciones para el Cálculo de la HC (ACV-O). Fuente [14].
Elaboración Propia
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El ACV-OP o huella de organizaciones-productos permite una única metodología. Es
decir, integra a las organizaciones y a los productos.
En lo que se refiere al proceso de cálculo, es necesario mencionar que las
diversas metodologías desarrolladas como estándares de cuantificación de la
huella de carbono establecen unos criterios que delimitan los tipos de emisiones
que es necesario considerar en cada caso. De forma general se distinguen los
siguientes tipos [12]:
1- Alcance I: Emisiones directas de GEI: provienen de fuentes que son propiedad o
están controladas por la empresa. Las fuentes incluyen el calor, electricidad
o vapor generados por calderas que se encuentren en las instalaciones de
la empresa, así como los químicos y materiales resultantes de los procesos
de producción y los vehículos con que cuenta la empresa.
2- Alcance II: Emisiones indirectas de GEI asociadas a la electricidad: emisiones de
la generación de electricidad adquirida y consumida por la empresa. Por
ejemplo, iluminación, calefacción y procesos de la maquinaria de la
empresa.
3- Alcance III: Otras emisiones indirectas las cuales no son propiedad ni están
controladas por la empresa. Por ejemplo, vinculadas a proveedores de materias
Primas.
Figura 2.11 Flujo del Enfoque Mixto para el Cálculo de la HC (ACV-OP). Fuente [14]. Elaboración Propia
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Teniendo en cuenta que el método que se va a usar en el presente trabajo va a ser a
través de un enfoque Mixto o ACV-OP, esta huella tiene que incorporar la totalidad de
focos de emisión conocidos.
Se puede decir que, esta hulla Mixta no es más que una huella de organizaciones,
perfectamente ajustable a la ISO 14064-1, pero incorporando todos los alcances y
todos los procesos. Esto permite descomponer la Huella Total en la de sus productos.
Lo cual no es posible si no se incorpora todo y se deja fuera, por ejemplo, los
materiales o los bienes de equipo o el inmovilizado. Se supone pues que, una huella de
carbono debe de ser comparable y lo más objetiva posible.
Haciendo una comparativa de los tres enfoques se puede decir que:
1- El Enfoque a la Organización (ACV-O) (parcial) no es comparable ya que los
alcances son voluntarios.
2- El Enfoque al Producto (ACV-P) incluye subjetividades diversas y muchos
criterios, como:
• La simplificación de los procesos, cogiendo solo los procesos relevantes.
• Excluyen bienes de equipos, que pueden ser más de la mitad de la huella y
muchos procesos generales de la organización.
• Usa criterios de corte, análisis anticipados, factor de escala…
• Subjetividades tales como bases de datos no fijas, unos analistas pueden
usar datos primarios y otros secundarios; unidades funcionales no similares;
datos secundarios no verificados; encuestas a suministradores, fuentes
documentales muy diversas…
Figura 2.12 Resumen de alcances y emisiones a través de la cadena de valor.
Fuente: GHG Protocol
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3- El Enfoque Mixto (ACV-OP), para que este sea válido y funcione, debe de incluir
todas las categorías de fuentes de emisión y siempre las mismas. Hay que tener
categorías de consumo fijas (combustibles y directas; electricidad; materiales y
su ciclo de vida; obras; servicios; movilidad y transporte; uso de suelo; recurso
agropecuarios; recursos forestales; agua; residuos, emisiones y vertidos). La
unidad funcional debe ser siempre la tCO2/t de producto y se tiene que la huella
relativa o eco-eficiencia (tCO2/producto) permite comparar empresas de
cualquier tamaño. La fuente de datos deben ser las cuentas contables. La
administración debe promover una contabilidad de los materiales (el peso). Al
salir todos los inputs de las cuentas contables hace el método más sencillo y, a
la vez, no hay posibilidad de omisión.
Algunas metodologías, que dividen sus análisis por “categorías de impacto”, dan a
entender que la HC es un indicador “solo” de Cambio Climático, pero es posible llegar
más allá. Mirando nuevamente a través de los tres tipos de enfoques tenemos que:
1- El (actual) enfoque a la organización (ACV-O) es parcial y no incorpora “todo”
el cambio climático.
2- El enfoque al producto (ACV-P) establece rigideces entre las diferentes
categorías de impacto (considera compartimentos estancos al “cambio
climático”, por ejemplo, la “acidificación”. Hay algunas publicaciones que
llaman a la HC un método “simple”).
3- El enfoque mixto (ACV-OP), al incorporar todas las categorías de consumo y
todos los desechos, permite incorporar varias categorías de impacto (y,
potencialmente todas) en una sola:
- Ocupación de espacio: total autoconversión a huella ecológica (hectáreas). - Biodiversidad: a través del concepto de contrahuella (o capital natural).
- Acidificación: a través de la “carga crítica de acidez”. - Demanda de energía: energía total consumida en Giga Julio (GJ). - “Abiotic depletion” o “materialización”: la “mochila ecológica” en toneladas de
materiales, es uno de los indicadores que ofrece el enfoque mixto.
- Residuos y vertidos: por tipos.
- CFC’s, ozono y otros precursores: pendientes de conversión.
Se tiene pues, varias categorías de impacto implícitas en la misma metodología.
Un usuario final ve la HC del producto que compra a través del Etiquetado o Eco-
Etiquetado, que marca la huella de Carbono del producto. Las diferentes metodologías
para el cálculo de HC tendría que, además de ser fiable, facilitar el Etiquetado Global
de Productos.
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Con el enfoque Mixto (ACV-OP) cada organización de la Cadena calcula su propia
huella (de organización y de productos) y la transmite al resto de la Cadena (“enfoque
compañía por compañía” frente al “enfoque a la cadena”). La unidad funcional sería
siempre la cantidad total de producto de la organización y por tanto, la tCO2/
tproducto (el inventario sería todos los inputs reflejados en las cuentas contables).
En otros enfoques como el ACV-P (enfoque a la cadena) necesitan del resto
miembros de la Cadena (cálculo de la huella de otros miembros de la cadena) para
poder calcular su propia huella, produciéndose al menos 3 problemas:
1- DOBLE CONTABILIDAD: En la figura 2.13 se puede ver que los datos o huella de
la Materia Prima puede llegar al Distribuidor por dos rutas: una directa y otra
por el eslabón anterior, el fabricante. Hay que asegurarse de que no se están
duplicando inputs.
2- MULTICADENAS: Si el fabricante (figura 2.14) produce un producto que
necesita, por ejemplo, de 50 tipos de materias primas diferentes y todas
relevantes la complejidad aumentaría enormemente. Habría que meter los
procesos de 50 empresas diferentes, por lo que se opta por criterios de corte.
Figura 2.13 Doble Contabilidad. Fuente [25]. Elaboración Propia
Figura 2.14 Multicadenas. Fuente [25]. Elaboración Propia
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3- DUPLICIDAD DE ESFUERZOS: Si todos (figura 2.15) quisieran calcular la huella de
su producto, no se sabe si todos adoptarían los mismos criterios y/o inputs y/o
factores de conversión y/o encuestas. Habría una dependencia de otros.
Para que un ACV-OP (enfoque compañía por compañía) sea válido no debería
necesitar del resto de los miembros de la cadena (flujo de información automática).
Cada uno de los miembros de la cadena calcula su huella y se la pasa al siguiente.
Esta metodología usa la Intensidad Energética (IE) (GJ/t), como fase de despegue
para el cálculo de la HC. Esto permite un etiquetado muy rápido. La IE se va
sustituyendo gradualmente por etiquetas ACV-OP según éstas se van calculando.
Hay propuestas en la bibliografía de que esta IE se podría sustituir (opcionalmente)
por etiquetas ACV-P, como la futura ISO 14067, siempre y cuando sean mínimamente
compatibles con las recomendaciones dadas (por ejemplo debe ser B2B y no debe
incluir fases “futuras” como el uso o la destrucción). Esto supone consensuar si se
introduce un “factor de acoplamiento” que convierta ACV-P a ACV-OP.
Figura 2.15 Duplicidad de esfuerzos. Fuente [25]. Elaboración Propia
Figura 2.16 La IE se podría sustituir por etiquetas ACV-P como la futura ISO 14067. Fuente [25].
Elaboración Propia
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El enfoque compañía por compañía (figura 2.17) evita las 3 problemáticas (Doble
contabilidad, Multicadenas y Duplicidad) que aparecían con el enfoque anterior,
admitiendo los siguientes puntos:
1- Solo se debe admitir inputs del eslabón anterior de cada cadena. De este modo,
la huella fluye automáticamente por la cadena y se reduce la doble contabilidad
(se puede llegar al ensamblado automático con las facturas).
2- Las multicadenas no importan. Los grupos de materiales de entrada son fijos y
se introduce el dato solo cuando existe “gasto” en las cuentas contables (datos
primarios).
3- No hay duplicidad de esfuerzo. Cada organización calcula su propia huella y la
transmite al siguiente eslabón.
Este enfoque pone el esfuerzo en que el eslabón anterior, de cada cadena,
incorpore todo el ciclo de vida anterior. Esto facilita el etiquetado global del producto.
La incorporación de fases “futuras” como puede ser el uso o la destrucción (figura
2.18), puede servir para otras aplicaciones, pero rompe toda la lógica del etiquetado,
puesto que el fabricante no tiene la culpa de que su “producto” vaya a parar a 5.000
km de distancia. En ese caso, es el distribuidor o el comprador el que le incorpora la
nueva huella. De hecho, es un problema real con muchos ACV. Por ejemplo, la HC de la
botella de vino de Rioja es de 1,2 a 1,5 kgCO2e según se consuma localmente o en
Francia o América. Cuando la empresa (1) la calcula con ACV-P clásico tiene que hacer
correcciones nada más acabar el análisis.
Figura 2.17 Cada miembro de la cadena calcula su huella y se la pasa al siguiente. Fuente [25].
Elaboración Propia
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En la figura 2.19 se muestra una tabla resumen, comparativa de las distintas
metodologías. En rojo aparecen las metodologías mixtas.
Figura 2.18 Incorporación de fases futuras en el cálculo de la HC. Fuente [25]. Elaboración Propia
Si
No Si
(1) Quiere decir con "enfoque a la cadena", lo cual requiere calcular la huella de procesos de otras organizaciones. Esto se evita con el enfoque "compañía por compañía"
en el cual cada compañía calcula su huella e incorpora los productos de otros por medio de su etiqueta.
Si
A veces Si
Si Si
Si
No
Si
No
No
No
No
No
No
Fácil para la Pequeña Empresa
No
Poco Poco
Mucha Poca
Si
No Si
Si Si
No
No
Todos
No No
Datos Corporativos Contabilidad
Top-down
No No
A veces No
Botton-up
Relevantes
Análisis IO
No
No
Todos
No
Contabilidad
No
Si
No
Si
Poco
Poca
Si
Etiquetado Comparable
Etiquetado Masivo y Global Inmediato
ACV Clásico
Si
Si
Relevantes
Si
Inventarios LCA (ACV)
No
No
No
Si
Alto
Mucha
No
No
Grado de Subjetividad
Difusión
Sirve para la Organización y para el Producto
Incluye Huella Ecológica
Fuentes
Convierte € a masa
Completa (todos los consumos)
Sofware accesible
Compleja
Cálculo
Necesita del resto de miembros de la Cadena
Excede el Alcance de su Organización (1)
Procesos
Criterios de Corte
ACV-P (PAS) ACV-IO HC-O CalculadorasACV-OP (Método
Compuesto)Características de la metodología
Figura 2.19 Diferencias principales entre las diferentes metodologías. Fuente [23]. Elaboración Propia
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2.5 Normalización de la Huella de Carbono
La familia de normas relacionadas con la huella de carbono y la emisión de gases de
efecto invernadero, son las comprendidas entre la ISO 14064 y la ISO 14069. Si bien,
hay que resaltar que la publicación de la “ISO 14067: Huella de carbono de productos”,
aún en desarrollo y de la cual está prevista su publicación, aportará uniformidad en la
forma de obtener los resultados de las emisiones y un reconocimiento internacional a
las empresas que sigan las directrices de la norma8.
Tienen como objetivo establecer los estándares para asegurar la fiabilidad de los
informes de emisiones de GEI y las declaraciones de reducción o eliminación de los
mismos. Las normas pueden ser usadas por organizaciones que participan en el
comercio, en proyectos o en mecanismos voluntarios de reducción de emisiones. Por
otra parte, se pueden aplicar a todos los tipos de GEI, no estando limitadas al CO2.
ISO 14064:2006 - Gases de efecto invernadero. La serie ISO 14064 ha sido desarrollada en 3 partes, como una herramienta práctica que
permite medir y gestionar las emisiones de GEI, así como las actividades de reducción de
las mismas. Mediante la norma, se asegura que una tonelada de CO2 sea siempre la misma
y no dependa de donde se emita o acumule, proporcionando claridad y consistencia en la
información.
ISO 14064 Parte 1: Especificación con orientación, a nivel de las organizaciones, para
la cuantificación y el informe de las emisiones y remociones de gases de efecto
invernadero.
ISO 14064 Parte 2: Especificación con orientación, a nivel de proyecto, para la
cuantificación y el informe de las emisiones y remociones de gases de efecto
invernadero.
ISO 14064 Parte 3: Especificación con orientación para la validación y verificación de
declaraciones sobre gases de efecto invernadero.
ISO 14065:2007 - Gases de efecto invernadero: Requisitos para los organismos que
realizan la validación y la verificación de gases de efecto invernadero, para su uso en
la acreditación u otras formas de reconocimientos. Esta norma ha sido desarrollada para asegurar los procesos de verificación y validación y
define requisitos para organizaciones que realizan validaciones o verificaciones de GEI.
Estas organizaciones pueden realizar verificaciones de datos gestionados según la norma
ISO 14064-3 o según otros criterios específicos tales como esquemas de comercio de
emisiones o normas corporativas.
ISO 14066: Gases de efecto invernadero - Requisitos de competencias específicas para
verificadores y validadores de proyectos. Asegura los procesos de verificación y validación y define requisitos para organizaciones
que realizan validaciones o verificaciones de GEI. Estas organizaciones pueden realizar
8 www.ihobe.net
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verificaciones de datos gestionados según la norma ISO 14064-3 o según otros criterios
específicos tales como esquemas de comercio de emisiones o normas corporativas.
ISO 14067: Huella de Carbono de Productos. Esta norma se encuentra actualmente en desarrollo. Se prevé un enfoque de Análisis de
Ciclo de Vida clásico orientado a procesos. Este enfoque describirá el cálculo de la huella
de carbono debida exclusivamente a los productos, y no a las organizaciones (para la cual
existe otra norma que es la ISO 14064-1), y comprenderá dos partes:
ISO 14067 Parte 1: Huella de Carbono de Productos – Cuantificación.
ISO 14067 Parte 2: Huella de Carbono de Productos – Comunicación. Está inspirada en el PAS 2050 (Especificación para la evaluación de las emisiones de gases
de efecto invernadero de ciclo de vida de bienes y servicio) y pretende reemplazarla y
constituir un referente a nivel internacional, ya que en él se inspiran otros países, pero
requieren adaptarlo por no ser posible replicarlo.
ISO 14069: Huella de Carbono de Organizaciones. Greenhouse gases (GHG) --
Quantification and reporting of GHG emissions for organizations
(Carbonfootprint of organization) -- Guidance for the application of ISO 14064-1. Al igual que las normas anteriores, se encuentra en fase de desarrollo. Precisará un nuevo
estándar para la cuantificación de las emisiones de gases de efecto invernadero de
organizaciones (empresas, administraciones).
2.6 Métodos de Inventario de la Huella de Carbono
Según la ISO 14064, la identificación de las fuentes emisoras de gases de efecto
invernadero es el primer paso establecido dentro del apartado de cuantificación de
emisiones y remociones de gases de efecto invernadero.
Se establecen los criterios necesarios para, una vez determinados los límites operacionales, definir claramente las fuentes o focos emisores de GEI a considerar y así determinar el alcance del análisis, el cual se complementa con bases de datos contrastadas a nivel nacional e internacional y publicaciones académicas avaladas.
Esta identificación se realiza partiendo de la clasificación de las emisiones según:
- Tipo de emisión.
- Entidad que tenga la propiedad o el control de las fuentes emisoras.
En base a estos aspectos las emisiones se pueden diferenciar en Emisiones Directas
de GEI, Emisiones Indirectas de GEI y otras emisiones indirectas. Estableciéndose su
alcance, como aparece en el punto 2.4.2 y figura 2.12.
Por otro lado, la Norma define con bastante precisión los dos primeros tipos
de emisiones, mientras que la consideración del tercer tipo dependerá del programa
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GEI con el que se esté trabajando. Es, por esta razón, que en este punto normalmente
se recurre al Protocolo GEI de carácter internacional (GHG Protocol). De hecho, la
Norma ISO 14064, se basa en gran parte en el mencionado estándar, y por tener
éste una clasificación de los tipos de emisiones muy similar a la recogida en la
Norma, únicamente que en el protocolo se habla de alcances, e incluye
especificaciones relacionadas con el tercer tipo de emisiones.
Se pueden estimar las emisiones de GEI en un periodo de tiempo, eligiendo un
marco metodológico para realizar un inventario de estos gases en los que basar,
posteriormente, los cálculos, como las propuestas establecidas por:
Panel intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
• Metodologías para realizar el inventario nacional de gases efecto invernadero
• Reportes sobre el fenómeno cambio climático
• Definiciones y acercamientos a la estimación de GEI
• Formatos de reporte básicos
WBCSD - WRI - GHG Protocol Initiative (World Business Council for Sustainable
Development).
• Metodologías (estándares y guías) para realizar el inventario corporativo de gases
efecto invernadero en compañías y / o proyectos
• Principios de contabilidad y reporte, que garantiza que se han tenido en cuenta
los siguientes principios básicos:
- Relevancia: Elegir las fuentes de gases de efecto invernadero, de almacenamiento
de carbono, los datos y métodos que sean apropiados para la obtención de las
emisiones de gases de efecto invernadero de los productos en cuestión.
- Integridad: Incluir todas las emisiones de gases de efecto invernadero y de
secuestro de carbono relacionadas con la huella de carbono final de un producto.
- Consistencia: Permitir comparaciones entre datos de emisiones de gases de efecto
invernadero y otras huellas de carbono.
- Precisión: Reducir la incertidumbre tanto como sea posible.
- Transparencia: en el caso de que los resultados de la huella de carbono calculada
sean comunicados a una tercera parte, la empresa que comunica estos resultados
debe revelar la suficiente información relacionada con las emisiones, de modo que el
receptor de la información tenga toda la confianza en los resultados obtenidos.
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• Herramientas para recolección y cálculo
ISO 14064 - NTC 14064 - 1, 2 y 3
• Metodologías (estándares y guías) para realizar el inventario de gases efecto
invernadero en compañías y / o proyectos y verificaciones y auditorias a los mismos
ISO 14065 y 14066
• Normas para las entidades y los equipos de validación y verificación
Con el inventario de GEI se pueden obtener algunos beneficios como:
• Manejo de riesgos de GEI e identificación de oportunidades de reducción
• Reporte público y participación en programas voluntarios de GEI
• Participación en programas de reporte obligatorio
• Participación en mercados de GEI
• Reconocimiento por actuación temprana
2.7 METODOLOGÍAS PARA LA ESTIMACIÓN DE LA HUELLA DEL CARBONO EN LA CADENA DE SUMINISTRO
A pesar de ser un indicador con una vida muy corta, la HC ha experimentado una
notable difusión, existiendo iniciativas en diferentes países que lo aplican para
gestionar las cadenas de suministradores y ecoetiquetar los bienes y servicios.
En la actualidad existen diferentes alternativas metodológicas que estiman la HC
(Carbon Trust, 2006; Carbon Trust, 2007; Wiedmann y Lenzen, 2006; Wiedmann et al.,
2007). Se trata de propuestas que coinciden en los objetivos, empleando diferentes
medios para obtenerlos, existiendo diferencias relevantes en términos del método de
cálculo y algunas asunciones presentes en la estimación del indicador (actividades
incluidas, uso de factores de equivalencia y rendimiento...). La HC de una empresa
será, probablemente, bastante diferente, en función de la alternativa elegida [18].
Como ya se indicaba en el punto anterior, para el cálculo de la HC existen diversas
normas y guías internacionales, unas con un enfoque de producto y otras con un
enfoque corporativo. Todas estas herramientas tienen como objetivo dar credibilidad y
aseguramiento a los informes de emisión de GEI [17].
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Entre las metodologías de cálculo, se presentan las guías más utilizadas
internacionalmente, el GHG Protocol9, el IPPC10, el Bilan Carbone11 y la especificación
realizada por el Instituto Británico de Normalización, el PAS 205012. Existe otra
alternativa metodológica, el Método Compuesto (es un ACV-OP) que permite obtener
la HC y la HE, de empresas y organizaciones pertenecientes a cualquier sector
económico [22].
Una vez realizado el cálculo, las empresas pueden optar por reducir o compensar
las emisiones generadas. Para asegurar que los proyectos a través de los cuales se
compensan las emisiones generan reducciones reales y medibles de carbono, se puede
recurrir a los mecanismos previstos por el Protocolo de Kioto y que dan lugar a las
CERs , UREs o VERs:
Reducciones Certificadas de Emisiones (CERs): Los proyectos que cumplen con los
requisitos de los mecanismos de desarrollo limpio (MDL) creados por el protocolo de
Kioto, generan reducciones certificadas de emisiones, más conocidas como “Bonos de
Carbono”. El CER es la unidad con la que trabaja el MDL y corresponde a una tonelada
métrica de dióxido de carbono equivalente. Los CERs se comercializan a través de un
contrato compraventa de las reducciones de emisiones, resultantes de un proyecto MDL.
Unidades de Reducción de Emisiones (UREs): Son el resultado de los proyectos de
aplicación conjunta descritos en el protocolo de Kioto.
Reducciones verificadas de emisiones (VERs): Los proyectos que se desarrollan bajo
esquemas voluntarios, fuera del ámbito de las naciones unidas, pero con un importante
reconocimiento internacional. Utilizan los mismos criterios que los MDL, pero se someten a
una verificación externa.
Es destacable la apuesta del Gobierno británico que mediante una empresa con
capital público –Carbon Trust– ha puesto en marcha una iniciativa para medir, reducir
y comunicar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a lo largo de las
cadenas logísticas. El trabajo de Carbon Trust se ha materializado en una propuesta
metodológica estandarizada en colaboración con el British Standards Institute (BSI). La
norma PAS 2050, publicada en octubre de 2008 (BSI, 2008), que se fundamenta en
análisis del ciclo de vida basado en procesos, es una aproximación comúnmente
utilizada en el estudio de las cadenas de suministradores para reducir residuos e
incrementar la eficiencia a lo largo de un sistema de productos (Carbon Trust, 2008).
9 http://www.ghgprotocol.org/
10 http://www.ipcc.ch/home_languages_main_spanish.htm#1
11http://www2.ademe.fr/servlet/KBaseShow?sort=1&cid=15729&m=3&catid=15731#theme2
12 http://shop.bsigroup.com/en/Browse-by-Sector/Energy--Utilities/PAS-2050/
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Se trata del método que ha experimentado una mayor difusión internacional,
publicándose en el año 2010 una nueva versión –la PAS 2060– orientada a la
estimación de la huella del carbono de las organizaciones [25].
Han surgido diferentes alternativas metodológicas que estiman la HC desarrollando
métodos diferentes al empleado por sus creadores. Entre las principales alternativas
metodológicas existentes tenemos las que se presentan a continuación, haciendo más
hincapié en el Método Compuesto por ser este con el que se desarrollará el caso
práctico [20].
2.7.1 Análisis Input-Output
Es una técnica empleada habitualmente en el análisis económico, con utilidad para
estimar la HC considerando la cadena de suministradores (Wiedmann y Lenzen, 2006;
Murray y Dey, 2007; Wiedmann y Lenzen, 2009; Wiedmann et al., 2009). Este tipo de
análisis trata de estimar qué flujos de recursos están asociados (directa e
indirectamente) con las ventas para el consumo final (Global Footprint Network, 2006).
Las técnicas input-output evitan los problemas de doble contabilidad y errores de
truncamiento, proporcionando huellas comparables (Wiedmann et al., 2009). Sin
embargo, presentan algunas limitaciones relacionadas con la agregación sectorial, el
consumo de bienes importados, además de errores derivados del uso de tablas
monetarias para países, en el lugar de tablas expresadas en terminos físicos (Suh et al.,
2004).
2.7.2 Aproximación de los componentes (CBA)
La aproximación de los componentes (CBA) (Simmons y Chambers, 1998; Simmons
et al, 2000; Chambers y Lewis, 2001) estima la huella de algunas actividades relevantes
para las organizaciones en términos de consumo de recursos y generación de
desperdicios. La HC se estima a partir de datos del ciclo de vida de cada una de las
componentes seleccionadas. Esta aproximación presenta algunas limitaciones, dado
los problemas de límites en algunos inventarios de ciclo de vida y la existencia de doble
contabilidad en el caso de cadenas de producción complejas (Monfreda et al., 2004).
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2.7.3 PAS 2050
Carbon Trust ha puesto en marcha una iniciativa para medir, reducir y comunicar las
emisiones de carbono a lo largo de la cadena de suministradores. Este trabajo se ha
materializado en una propuesta metodológica estandarizada en colaboración con el
Instituto Británico de Normas (BSI). PAS 2050 está basada en análisis de ciclo de vida
basado en procesos (LCA), una aproximación bastante utilizada en el análisis de
Cadenas de Suministradores para reducir residuos e incrementar la eficiencia a lo
largo de un sistema de productos (Carbon Trust, 2008).
La (Public Available Specification) PAS 2050 (Specification for the Assessment of the
life cycle greenhouse gas emissions of goods and services) realiza un análisis detallado
de todas las actividades con relevancia en la HC realizadas en cada fase del ciclo de
vida. El diseño de mapas de procesos que describen los flujos de materiales y energía a
lo largo del ciclo de vida sirve como guía para cuantificar las fuentes que generan
emisiones. Este tipo de análisis proporciona información muy precisa a partir de datos
primarios, si bien requiere un esfuerzo importante que redunda en costes de tiempo.
2.7.4 Norma ISO 14064
Norma ISO 14064 que, aunque está orientada a nivel de las organizaciones, es una
guía detallada para la cuantificación y el informe de las emisiones y remociones
de gases de efecto invernadero (GEI), su validación y verificación. Por esta razón
es recomendable su empleo acotando claramente los límites operacionales de la
cuantificación.
El fin último de este sistema es que el estándar resultante sea un parámetro cierto
en términos de medición de las emisiones de GEI en todos los sectores. De esta
manera, las empresas que utilicen el estándar podrán identificar las etapas en
las cuales su huella de carbono sea elevada, y como consecuencia podrán trabajar en
su reducción.
La norma ISO 14064 tiene como objetivo dar credibilidad y aseguramiento a los
informes de emisión de GEI y a las declaraciones de reducción o eliminación de GEI.
Esta norma puede ser usada por cualquier organización. En la parte 1 de la norma ISO
14064 se detallan los principios y requerimiento para el diseño, desarrollo y gestión y
elaboración de un informe de huella de carbono [17].
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2.7.5 Protocolo GHG
El GhG Protocol, es una iniciativa puesta en marcha por el World Resources Institute
(WRI) y el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD), apoyada
además por numerosas empresas, organizaciones no gubernamentales y
administraciones públicas. El GhG Protocol provee una guía minuciosa para empresas
interesadas en cuantificar e informar de sus emisiones de GEI [17].
GhG Utiliza factores de emisión del departamento británico de Alimentos y
Asuntos Rurales (DEFRA), de la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA) y del
Informe Guía para Inventarios de Gases de Efecto Invernadero del Panel
Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC).
Se trata de una herramienta apropiada para su uso tanto en emisiones directas
como indirectas, por lo que puede utilizarse de igual forma, para los alcances I y III.
Calcula las emisiones de CO2 aunque desestima las de N2O y CH4, dado que dependen
en su mayor parte del sistema de catalizador que lleve cada vehículo, con la
consiguiente dificultad asociada para su determinación y que son relativamente
pequeñas comparadas con las emisiones atribuibles al CO2.
En ciertos casos, como flotas de vehículos con control de los catalizadores las
emisiones de N2O pueden ser significativas, para lo cual se puede recurrir a las
siguientes fuentes:
Figura 2.20 Esquema ISO 14064. Fuente: ISO 14064. Elaboración Propia
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• IPCC/UNEP/OECD/IEA: IPCC Guidelines for National Greenhouse Gas Inventories,
Paris: Intergovernmental Panel on Climate Change, United Nations Environment
Program.
• IPCC Good Practice Guidance.
• Inventory of U.S. Greenhouse Gas Emissions and Sinks: U.S. Environmental
Protection Agency, Office of Atmospheric Programs, EPA.
La norma ISO 14064 y el GhG Protocol son similares en cuanto a contenido y
estructura. Ambas, establecen como definir las emisiones del GEI que deben estar
dentro del alcance de la huella de carbono y como realizar los cálculos. La norma ISO
14064 establece además un procedimiento de verificación del cálculo de la huella de
carbono por un auditor externo independiente. El GhG Protocol ofrece, a través de su
página web, herramientas de apoyo para la realización de los cálculos.
2.7.6 El Método Compuesto de las cuentas contables
El origen del Método Compuesto puede ser encontrado en el concepto de huella
familiar Wackernagel etal., (2000). Basándose en la matriz de consumos-superficies
presente en la hoja de cálculo para la estimación de la huella de los hogares realizada
por Wackernagel et al., (2000).
Esta metodología ha venido desarrollándose durante los últimos 9 años. El método
fue diseñado por Doménech (2004ab, 2007) y permite la estimación de la HC de
empresas y organizaciones a lo largo de la Cadena de Suministro. Para su cálculo, de
forma general, se prepara una matriz consumos superficies, que contiene el consumo
de bienes y servicios de las principales categorías de producto que una compañía
precisa, organizados de acuerdo a la clasificación TARIC13 de capítulos arancelarios
(Tabla 7). También incluye secciones para los residuos generados y el uso de superficie.
Estos consumos/ desperdicios son transformados en unidades de superficie y tCO214.
13
Es la clasificación en la que se presentan los productos objeto de comercio intracomunitario,
además de las importaciones y exportaciones de los países miembros de la UE frente a terceros países. Ante la complejidad de los regímenes arancelarios aplicables por la Unión Europea y las numerosas reglamentaciones específicas, y con el fin de facilitar soluciones informáticas, se ideó una presentación del Arancel de forma que recogiera todas estas particularidades, dando lugar al denominado Arancel Integrado Comunitario (TARIC-Tarifa Integrada Comunitaria). Con esta nomenclatura los productos quedan identificados por un código compuesto de 11 dígitos. Este nuevo sistema arancelario entró en vigor en España y el resto de los países de la Unión Europea el 1 de enero de 1988. Esta Nomenclatura presenta un sistema de clasificación progresiva, ordenándose las mercancías según dos grandes grupos: el primero según la naturaleza de la materia constitutiva del producto y el segundo atendiendo a la función. La estructura comprende 21 secciones, 97 capítulos y 1240 partidas. Las partidas se identifican mediante 4 cifras, correspondiendo las dos primeras al número de capítulo y las dos restantes al lugar ordinal que cada partida ocupa dentro del capítulo respectivo. Algunas de éstas se subdividen a su vez en subpartidas identificadas por un código de 6 cifras que coinciden con la Nomenclatura del Sistema Armonizado y alcanzan una cifra cercana a 5.000 epígrafes.
http://ec.europa.eu/taxation_customs/dds2/taric/taric_consultation.jsp? http://www.camaras.org/comext/ 14
El cálculo de las hectáreas estandarizadas se realiza empleando factores de equivalencia y rendimiento.
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La idea general es elaborar un listado de las principales categorías de productos
consumidos por una empresa.
Presenta un “enfoque a la organización” que incluye un enfoque “bottom-up” para
los productos de entrada y “top-down” para los productos de salida permitiendo el
cálculo simultáneo de la huella de organizaciones y de productos (ver figura 2.11). La
totalidad de los datos se obtiene a partir de las cuentas contables de la organización,
como balances y cuenta de pérdidas y ganancias. Lo cual permite una clara
delimitación de las actividades que están asociadas a cada organización y una relación
total entre el aspecto económico y el aspecto ambiental de la organización. Estima la
huella de todos los bienes, servicios y espacio ocupado por todas las instalaciones de la
empresa recogidas en las cuentas contables.
Comparando esta metodología con las anteriores, tenemos que, en la huella de
carbono de productos, establecida con Análisis de Ciclo de Vida clásicos, o con PAS
2050, por ejemplo, obliga a “cortar” el proceso de obtención de datos en algún punto
(pues si no se haría infinito), con lo cual puede haber alcances muy diferentes para un
mismo tipo de productos, dependiendo del analista que calcula la huella. Por otro lado,
en la huella de carbono de organizaciones, siguiendo estándares como por ejemplo el
Protocolo de GEI o la norma ISO 14064-1, incluye las emisiones de alcance 3 (punto
2.4.2), consecuencia de las actividades de la organización, pero que se origina en
fuentes de GEI que pertenecen o son controladas por otras organizaciones (ISO, 2006;
WBCSD and WRI, 2003). Esta definición permite incluir incluso las emisiones por el uso
que los consumidores hacen de los productos que venden las organizaciones, e incluso
el tratamiento que se hará del producto al final de su vida útil, una vez convertido en
residuo, por lo que lo haría un tanto ambigua. Esos aspectos están descartados en esta
metodología nunca incorpora el uso del producto por parte de un consumidor, o la
destrucción del mismo al final de su vida útil, ya que excederían el alcance de una
organización.
Por otro lado, está el problema del flujo de información o adquisición de datos de
entrada. Imaginemos, como en nuestro caso práctico, una acería o siderúrgica que
Figura 2.21 Esquema del Método Compuesto de las cuentas contables, para la conversión de
materiales a huella. Fuente [18]. Elaboración Propia
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cuenta con 100 proveedores de mineral de hierro (en nuestro caso Aluminio) (todos
con la misma importancia) y que vende a 100 clientes fabricantes de productos de
hierro o acero (todos también con la misma importancia). Según las metodologías ACV-
P, como PAS 2050, el estudio de la Cadena supondría poner en contacto y en
colaboración tanto a los 100 proveedores como a los 100 clientes, lo cual puede hacer
el método inviable. En el Método Compuesto esta coordinación no es necesaria, pues
la huella de cada producto va implícita en cada uno de estos productos y la
información fluye de un eslabón de la cadena a otro automáticamente (cada producto
recoge la huella acumulada en todo su ciclo de vida anterior) [14].
Se puede decir por tanto de este método que:
1- La información fluye directamente de una organización a otra sin necesidad de
contar con la colaboración de clientes o proveedores de la cadena de suministro
para calcular la huella y el estudio de huella se limita siempre a una única
entidad. De este modo, el alcance organizacional queda perfectamente
delimitado. Por eso, nunca incorpora el uso del producto por parte de un
consumidor, o la destrucción del mismo al final de su vida útil, ya que esto
queda fuera del alcance organizacional.
2- Presenta un “enfoque a la organización” el cual incluye un enfoque mixto (figura
2.11): a) “bottom-up” para los productos de entrada (todos los consumos de la
organización); y b) “top-down” para los productos de salida, es decir, desde la
organización se reparte la huella entre todos los productos (bienes y servicios).
Permite análisis de ciclos de vida completos y precisos sin omisión de datos de
entrada y sin errores de truncado, así como etiquetado de todas las empresas
que componen la cadena de valor. Frente a las metodologías de huella de
organizaciones (figura 2.10) y las de huella de productos (figura 2.9), que son
totalmente diferentes, esta tercera opción permite el cálculo simultáneo de la
huella de organizaciones y de productos .
3- Como los datos se obtiene a partir de las cuentas contables de la organización,
permite relacionar el aspecto económico y el aspecto ambiental. Además de
poder expresar el impacto ambiental de un producto en términos de
ecoeficiencia (ingresos que se producen con la venta de ese producto dividido
entre su huella de carbono).
4- Al basarse en la huella ecológica, método compuesto elaborado por los autores
originales (Wackernagel & Rees, 1996), la incorporación de la ocupación del
suelo y de la huella ecológica (uno de los indicadores ambientales más
extendidos en la actualidad), da un gran valor añadido a la huella del carbono,
sin la cual, además, sería imposible convertir a CO2 algunas categorías de
consumos (todos aquellos que equivalen a la ocupación de espacios
agroforestales, ganaderos o acuáticos).
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5- Cuadro de indicadores. Aunque se imponen los indicadores de índice único por
las muchas ventajas que presentan (como el hacer más manejables los
indicadores de ecoeficiencia15), muchas organizaciones no desean perder de
vista sus cuadros de indicadores simples y desglosados. La propia estructura de
la hoja de cálculo (figura 3.1), permite, además, obtener otros indicadores de
índice único de gran interés, como las toneladas de materiales consumidos, o la
energía total consumida.
6- Esta herramienta se puede retroalimentar, y por tanto se va perfeccionando, de
modo continuo ya que cada nuevo cálculo que se efectúe puede permitir
mejorar la precisión de cada categoría de consumo. Por ejemplo: si la huella de
los coches se calcula a través de la intensidad energética de los vehículos, el
cálculo de la huella de una fábrica de vehículos, utilizando esta metodología,
permitirá añadir a la huella energética anterior, la huella de los materiales, la
huella de los servicios, la huella hídrica, la huella del suelo, etc. Si más adelante
se calcula la huella de otra fábrica de coches, permitirá, o bien precisar más la
anterior (en el caso de la huella media de los vehículos en general), o bien
introducir diferentes marcas de coches cada una con su huella.
Finalmente, frente a las metodologías de análisis de ciclo de vida con enfoque a
procesos, esta metodología se presenta como sigue:
1- Presenta un “enfoque a la organización”, lo cual permite el ecoetiquetado de la
organización y de sus productos o servicios con la misma metodología;
2- Permite expresar el indicador tanto en toneladas de CO2 (huella de carbono)
como en hectáreas de terreno bioproductivo (huella ecológica);
3- Permite extraer los datos de entrada de las cuentas contables, lo cual permite a
su vez, incorporar todas las fuentes posibles de emisión de carbono,
permitiendo así la comparabilidad;
4- El ciclo de vida previo se incorpora con los productos o consumos de entrada,
con lo cual no es necesaria la colaboración directa de clientes o proveedores; la
información fluye automáticamente a lo largo de la cadena de suministro.
Este método tiene limitaciones, como que el modo de considerar el ciclo de vida se
aleja, en algunos casos, de la utilización más consolidada de este tipo de análisis,
puesto que este es menos minucioso que un análisis de ciclo de vida basado en
procesos, e implica una mayor agregación. Las actividades de cada organización no se
descomponen en procesos unitarios en los que se estudia con todo detalle el consumo
15
Los indicadores de ecoeficiencia (movimiento económico / impacto ambiental) son fundamentales a efectos
comparativos ya que relacionan el impacto ambiental con el movimiento de la empresa. Sin embargo, cuando se utilizan indicadores ambientales simples, se hacen inmanejables ya que existen muchas combinaciones y cada organización emplea los que más le conviene. Al reducir el impacto ambiental a un solo indicador (la huella del carbono), los indicadores de ecoeficiencia se pueden extender con más facilidad.
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de energía o la cantidad de cada substancia implicada, determinando la cantidad de
energía, materiales necesarios... para obtener una unidad de los bienes producidos. En
lugar de realizar esta cuantificación, se recogen todas las entradas de bienes y servicios
de la organización estudiada.
Por otro lado, no se evita la doble contabilidad en el caso de que una empresa
adquiera un producto que incorpore materiales producidos por él mismo. El horizonte
temporal empleado en el análisis de huella ecológica suele ser de un año, tiempo
suficiente para que una empresa produzca un bien o una materia prima, empleada por
otra para producir bienes que luego adquiere la primera. Si este feedback, sucede, la
parte del bien que vuelve a la empresa que lo produjo inicialmente es registrada en la
huella de esa empresa dos veces.
En el caso del estudio de la huella de bienes y servicios considerando su ciclo de
vida, la importancia del problema dependerá de la existencia de este tipo de procesos
feedback en el ciclo de vida estudiado. En todo caso, cabe la posibilidad de corregirlo,
una vez que se identifique.
Por otro lado, la globalización del consumo implica que las empresas adquieren
bienes y servicios procedentes de cualquier parte del mundo. Esto dificulta la
identificación de este tipo de errores, si bien la existencia de muchos suministradores
de un único bien puede reducir la probabilidad de que una empresa adquiera bienes
que incorporen materias producidos por ella misma.
Este error puede no influir a la hora de comparar la huella de bienes con un mismo
ciclo de vida o muy similar, pues aunque el valor absoluto que refleje la ecoetiqueta no
sea del todo preciso, el error será lo mismo en todos los casos.