“Yo estoy con ustedesTODOS LOS DÍAS…” Mateo 28:20

La Fe VivaDevociones católicas diarias para

31 de mayo - 6 de junio de 2020

31 de mayo • Domingo de Pentecostés

Una poderosa obra de amorDicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo” Juan 20:22

LA PROMESA DE CRISTO de enviar su Espíritu nos lleva de Pascua a las reuniones de Pentecostés. Es una especie de puente entre las dos grandes fiestas. El Espíritu Santo viene constantemente a los discípulos de Cristo como el consolador enviado por su Padre. Viene como el Espíritu de verdad para dar fe en nombre de Cristo, quien lo envía del Padre.

La misión de Espíritu Santo está vinculada con la del Hijo. Por una parte, prepara toda la misión mesiánica de Cristo e instaura un nuevo comienzo. El Espíritu Santo viene a nosotros por la cruz y la resurrección. Su testigo nos lleva al misterio de Dios como la Santí-sima Trinidad. Nos impulsa a apreciar la economía de nuestra salvación. Gracias a este testigo, sabemos que Dios es amor. Sabemos que ha realizado una poderosa obra de amor que ha cambiado el curso de la historia humana.

San Juan Pablo IIen [Acércate a Dios]

Hechos 2:1-11 • Salmo 104:1, 24, 29-31, 34 1 Corintios 12:3-7, 12-13 • Juan 20:19-23

Génesis 3:9-15, 20 o Hechos 1:12-14 Salmo 87:1-3, 5-7 • Juan 19:25-34

Lunes, 1° de junio • La Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia

Madre de los creyentesEl hombre le puso a su mujer el nombre de “Eva”, porque ella fue la madre de todos los vivientes. Génesis 3:20

EN 2018, EL PAPA FRANCISCO pidió que el lunes después de Pentecostés se celebre la Memoria de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia. El 1° de enero se viene celebrando como María, Madre de Dios desde 1969 después de la reforma litúrgica del Vaticano II, aunque el título fue otorgado en el año 431 por el Concilio de Éfeso. Ahora tenemos un título más.

No dejes que los muchos títulos te hagan sentir que no eres dignos de acercarte a ella. Esta nueva distinción debe servirnos como motivación para acudir a ella sin ninguna duda. Es la confirmación del título que Jesús le dio cuan-do le dijo a Juan, el discípulo amado, “Ahí tienes a tu madre”. En aquel momento María se convirtió en madre de todos los que hemos estado al pie de la cruz confiados en que allí murió nuestro Salvador. Allí nos convertimos en hermanos del Crucificado e hijos de su Madre.

María, Madre de los creyentes fortalece mi fe en los mo-mentos de duda. Sé que eres Madre para siempre.

Marina A. Herrera

Martes, 2 de junio • San Marcelino y san Pedro

Es asombroso que Jesús amó a todosJesús los dejó muy sorprendidos. Marcos 12:17

¿POR QUÉ JESÚS les sorprendió? ¿Fue por su ingenio-sa respuesta? ¿Su comprensión de la situación política y la capacidad de mantenerse fuera del enredo? ¿O por-que no temía al poder, al dominio y a la riqueza? Todas son cualidades raras y admirables. Pero lo sorprendente de Jesús aquí es más profundo: cuando la gente va a él para engañarlo o ridiculizarlo, él les responde con amor. Les muestra algo de Dios. Les recuerda que lo valioso pertenece a Dios y lo que no es de Dios no tiene valor ni poder. Él escucha las preguntas que realmente le hacen: ¿Es Dios verdadero? ¿Por qué nos deja sufrir? ¿Nos ama? Estas son preguntas esenciales del corazón. Y Jesús es la respuesta.

Imaginen si pudiéramos responder así a quienes nos atacan. Si supiéramos que están cegados, por miedo, ansiedad u odio. Si pudiéramos decir la verdad. Les re-cordaríamos el amor de Dios, que es mucho más fuerte que todas nuestras fallas. Podemos llamar a Jesús para que nos ayude con esto. Quizás nos sorprenderíamos por completo.

Mary Marrocco

2 Pedro 3:12-15, 17-18 • Salmo 90:2-4, 10, 14, 16 Marcos 12:13-17

2 Timoteo 1:1-3, 6-12 • Salmo 123:1-2 • Marcos 12:18-27

Miércoles, 3 de junio San Carlos Lwanga y compañeros

La oración nos une ante DiosConstantemente te recuerdo en mis oraciones noche y día. 2 Timoteo 1:3

REZAR POR QUIENES amamos es uno de los compromisos de amistad más profundos. No siempre podemos ayudar a los demás de forma física o material, pero les podemos pedir la bendición de Dios. “Pero no merezco que Dios me escuche”, podemos decir. No tenemos que ser dignos. Estamos frente a un Dios que ama a pecadores y solo busca nuestra buena voluntad.

Creo que una de las sorpresas más hermosas del cielo será saber que la oración de algún desconocido nos salvó del desastre temporal o espiritual. Así es el poder de la oración.

La oración es una cadena que nos une más que la sangre. Mientras escribo, mi oración va a Dios para que cada uno que lea esto encuentre la fortaleza y el ánimo para enfrentar lo que Dios les pida. Y si cada uno que lee esto hace la misma oración para otros que leen esto, y se renueva esa intención en la lectura de cada día, qué cadena poderosa nos unirá ante Dios.

Santa María, Madre de Dios, te pedimos que reces por nosotros y con nosotros.

Sor Mary Terese Donze, A.S.C.

Jueves, 4 de junio

El hábito de acordarse de JesúsAcuérdate de Cristo Jesús… 2 Timoteo 2:8

NO OLVIDAMOS FÁCILMENTE a quienes amamos. Su recuerdo nos viene a menudo a la mente. Y vivimos con alegría en esos recuerdos.

Pasa algo diferente cuando nos acordamos de Jesús. Nunca lo vimos, y aunque mostramos que lo amamos por la forma en que vivimos, no está tan a menudo presente en nuestra mente. Hace falta un esfuerzo para que esté presente en nosotros.

Pero las reglas del hábito nos ayudan a acordarnos de Jesús. Si hacemos algo muchas veces, al final se hará solo sin esfuerzo de nuestra parte. Si decido acordarme de Jesús como hábito, lo que debo hacer es repetir su nombre una y otra vez en los momentos libres del día. Pronto el nombre de Jesús vendrá automáticamente a mi mente en esos momentos. ¡Qué lindo regalo que mi día resalte por la repetición periódica de ese nombre que es una gracia con tan solo decirlo!

Si hacemos el esfuerzo de acordarnos de Jesús en nuestra vida, podemos esperar que, junto al buen ladrón, también podamos decir a la hora de nuestra muerte: “¡Jesús, acuérdate de mí!”

Sor Mary Terese Donze, A.S.C.

2 Timoteo 2:8-15 • Salmo 25:4-5, 8-10, 14 Marcos 12:28-34

2 Timoteo 3:10-17 • Salmo 119:157, 160-161, 165-166, 168 Marcos 12:35-37

Viernes, 5 de junio • San Bonifacio

Lo primero es lo primeroSi bien los príncipes me perseguían sin razón,

mi corazón temía más a tus palabras. Salmo 119:161

EN LA SOCIEDAD OCCIDENTAL de hoy día, lo políticamente correcto suele ser no tener fe o al menos no hablar de ello. Ante los constantes ataques y despre-cios a nuestras creencias, surge una oportunidad para que los creyentes demos un paso al frente y hagamos algo por defenderlas, aunque esto suponga exponerse a recibir burla, desdén e incluso violencia. Hacer esto nos sube la autoestima como seguidores de Jesús. Pero mu-chas veces, esta “cruzada” es una fachada tras la cual hay toda una vida personal que no sigue a Jesús en la práctica, más que la de la mayoría de los que se burlan, desdeñan o agreden a los que tienen fe.

Jesús, que lo primero en mi vida sea intentar seguirte en todo lo que haga, desde los actos sencillos del día a día hasta “sacar la cara” cuando te atacan.

Ana Aguirre

Sábado, 6 de junio • San Norberto

Mi victoria es tuyaMi boca contará tus obras justas

y tu salvación a lo largo del día, pues son más de lo que podría decir. Salmo 71:15

LOS SALMOS SIEMPRE ME SIRVEN como instru-mentos para evaluar mi fe. Es tan revelador recitar mu-chos salmos y pretender que somos los creadores. Los que exaltan la belleza de la naturaleza, por ejemplo, son fáciles de decir y pretender que nosotros podría-mos decir palabras similares. Pero cuando el salmista anuncia que todo el día le daremos crédito a Dios por todo lo justo y bueno que nos sucede, es más difícil. Sentimos tanta necesidad de atribuirnos el éxito.

Señor, dame la humildad del salmista y no dejes que el orgullo olvide quién es el verdadero autor de mis éxitos.

Marina A. Herrera

2 Timoteo 4:1-8 • Salmo 71:8-9, 14-17, 22 Marcos 12:38-44

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