Todos Los Triángulos Son Isósceles

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TODOS LOS TRIÁNGULOS SON ISÓSCELES ¿Cuántas empanadas puede usted hacer en un minuto? Le doy la respuesta que buscamos. En un minuto, diez empanadas. No se preocupe si le parecen muchas. Está todo estudiado y le aseguro que puede hacerlo. Diez empanadas en un minuto. Le digo la fórmula. Usted tiene que hacer una empanada cada seis segundos. Mire qué sencillo. Está medido, está estudiado. Es así: por un lado están las tapas y por el otro la carbonada. ¿Hasta ahí me sigue, verdad? Perfecto. El primer segundo es para agarrar una tapa. Aquí es libre la elección, puede ser con la mano izquierda o bien con la derecha. Lo importante es que demora un segundo reloj. En el segundo segundo, y disculpe la redundancia pero es que así es el nombre técnico, en el segundo segundo usted coloca la carbonada. Esto, claro está, lo hace con la otra mano. Mejor dicho, con una cuchara que habrá en la fuente. Ahora dispone de un segundo para cada uno de los tres pliegues que lleva la masa o tapa. Recuerde que sólo hacemos empanadas árabes. Son triángulos perfectos. Luego desarrollaremos el tema geométrico. Dobla en esos tres segundos la masa en tres, sobre la carbonada o relleno. El sexto y último segundo es para colocar la empanada lista en la otra fuente y ya está en condiciones de agarrar otra masa en el segundo siete, que es el primero de la segunda vuelta, ¿me sigue? Es realmente muy fácil. Seis segundos por empanada. Sesenta segundos, diez empanadas. Una decena. Pero como las vendemos por docena, cada seis minutos usted produce tan sólo cinco docenas. Porque doce por cinco

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Monólogo. Ramiro Pros. Cba

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TODOS LOS TRIÁNGULOSSON ISÓSCELES

¿Cuántas empanadas puede usted hacer en un minuto? Le doy la respuesta que buscamos. En un minuto, diez empanadas. No se preocupe si le parecen muchas. Está todo estudiado y le aseguro que puede hacerlo. Diez empanadas en un minuto. Le digo la fórmula. Usted tiene que hacer una empanada cada seis segundos. Mire qué sencillo. Está medido, está estudiado. Es así: por un lado están las tapas y por el otro la carbonada. ¿Hasta ahí me sigue, verdad? Perfecto. El primer segundo es para agarrar una tapa. Aquí es libre la elección, puede ser con la mano izquierda o bien con la derecha. Lo importante es que demora un segundo reloj. En el segundo segundo, y disculpe la redundancia pero es que así es el nombre técnico, en el segundo segundo usted coloca la carbonada. Esto, claro está, lo hace con la otra mano. Mejor dicho, con una cuchara que habrá en la fuente. Ahora dispone de un segundo para cada uno de los tres pliegues que lleva la masa o tapa. Recuerde que sólo hacemos empanadas árabes. Son triángulos perfectos. Luego desarrollaremos el tema geométrico. Dobla en esos tres segundos la masa en tres, sobre la carbonada o relleno. El sexto y último segundo es para colocar la empanada lista en la otra fuente y ya está en condiciones de agarrar otra masa en el segundo siete, que es el primero de la segunda vuelta, ¿me sigue? Es realmente muy fácil. Seis segundos por empanada. Sesenta segundos, diez empanadas. Una decena. Pero como las vendemos por docena, cada seis minutos usted produce tan sólo cinco docenas. Porque doce por cinco

es sesenta. ¿Verdad? Eso no conozco quien pueda negarlo. Bien, entremos en materia social. Basta ya de tanta ciencia dura. Es usted un ser humano. No es una máquina que suma. Es un humano que suma. Y no se imagina cuánto suma. Piense un poco, cinco docenas de empanadas perfectas en seis minutos. Tal vez con un hombre predispuesto como usted en cada barrio se acabaría el problema del hambre mundial. No exagero. Hablo de un gran hombre, trabajando hora tras hora. Una hora son diez veces las cinco docenas que dijimos. O sea cincuenta docenas. En una sola hora de trabajo. Diez horas, por lo tanto, quinientas docenas. Quinientas familias alimentadas por usted. Desde luego, no le hago la cuenta con veinticuatro horas porque en las otras catorce usted necesita comprar los insumos, hacer la carbonada, cocinar, vender, dormir un poco y comer algo. Pero no vaya a comerse las empanadas, que son para el pueblo. Es una broma, sí puede comer alguna. Lo puede tomar como un estímulo. Aunque no le hace falta, porque es usted un hombre ejemplar. Un hombre que ama al prójimo. Cuánta competencia y avaricia que hay en el mundo de hoy. Usted es diferente. Cabalmente diferente, perdone la rima. A usted no lo mueve el dinero, el sucio dinero. ¿Sabe qué lo mueve? Lo mueve el amor. El amor al otro, que es un desconocido, que compra una docena de empanadas para su familia. Usted no ve ni siquiera los rostros de esa familia, de ese niño, de esa abuela. Usted no necesita eso, no ama al dinero, ama a la humanidad. Qué ejemplo, cuántos hacen falta como usted. Y aquí lo veo, y le pregunto, cuántas empanadas puede hacer en un minuto, y ahora sí con total firmeza, con una causa y un destino contesta: diez. No una, ni cuatro, ni once, sino diez. Y eso es el amor, por eso podemos volver a las ciencias matemáticas para tomar un ejemplo. Mire simplemente la forma de la empanada. No es un

triángulo rectángulo No tiene hipotenusa ni catetos. Es un triángulo isósceles. Y quién fue tan brillante de quemar su tiempo y su vida en éstas reflexiones. Se lo digo. Ese hombre fue tan grande que pasan los siglos y los milenios y su nombre permanece. Es Pitágoras. El gran Pitágoras. ¿Le suena, no? Y ahora vamos al grano. ¿Cuánto cobró Pitágoras por tremenda teoría? Se lo digo. Cobró cero. No lo hacía por cobrar, estaba en su naturaleza dar a toda la humanidad algo útil. Todos gracias a él podemos hoy decir de una empanada o de otros objetos tantas cosas, tantas. El conocimiento es de todos. Y Pitágoras no cobra ni un centavo, y sus herederos tampoco. Ahí lo tiene. Claro que alimentar quinientas familias en un día no tiene ese alcance, pero está bastante bien. Es algo. El gran matemático está en la historia. ¿Usted no ha pensado en estar en la historia? Me llama la atención. Usted puede estar en la historia. Puede hacer el mérito. Pero aquí no se acaba su servicio. Usted no es retribuido sólo con gloria eterna. Piense en nuestra música folclórica. Piense en la belleza de la Zamba. La Zamba tiene un ritmo de seis por ocho. Quiere decir que en cada compás hay seis corcheas. Porque proviene de la Zamacueca, danza peruana de 1824. ¿Hasta aquí me sigue? Mire lo que pasa si usted la entona lentamente, como si cada corchea durara un eterno y largo segundo. No hace falta que se lo explique. Usted puede, mientras canta, armar exactamente una empanada por compás. Mientras canta una Zamba, una empanada por compás. Educación musical. ¿Cuántas docenas de empanadas arma en lo que dura una Zamba completa? Esa es una pregunta un poco más avanzada, no esperamos que la responda ahora. Son cosas que aprenderá. Pero no bailando ni tocando, que son actividades tan egoístas. Sino alimentando al pueblo comprador. Pero como ésta empresa es igual de amorosa y desinteresada que usted

y que Pitágoras, no le cobramos por el curso musical. Es gratis. Es amor. Por eso la Zamba, porque representa el amor. ¿Cuántas empanadas hubiéramos vendido en el tiempo que tuvimos esta charla introductoria? Una gran cantidad. Por eso no perdamos más el tiempo. Contratado. Manos a la obra.