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ÍNDICEPáginas

Introducción3

¿Qué es la belleza? 4-5

Armonía y equilibrio del cuerpo y la mente 5-6

La influencia del entorno 6-7

La belleza como algo psicológico 7-10

Encuesta 10-13

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INTRODUCCIÓN¿Existe la belleza?... ¿La belleza es un ente, una realidad o por el contrario, es un ideal, un desplazamiento y un reflejo en lo concreto de nuestra necesidad mental de perfección?

¿Es la belleza el resultado de la interacción entre la forma, lo visible, lo audible, lo perceptible y la psique del ser humano?... ¿será la belleza solamente un atributo de la apariencia visible de la materia y que le otorga subjetivamente el observante, o será más bien un reflejo, una imagen concreta de esa otra belleza invisible a los ojos?

Se puede hablar de la belleza por sí misma como esencia ontológica independiente, como abstracción, o por el contrario ¿es la belleza un fenómeno existencial y vivencial con múltiples determinaciones, en definitiva: una experiencia? De ser una experiencia, ¿será una experiencia de orden estrictamente psicológico?... ¿podríamos decir que la belleza es absolutamente subjetiva o esta sujeta a la inconciencia colectiva?

¿Esta vinculada solamente con nuestros sentidos biológicos (vista, oído, gusto, olfato y tacto) o también estará vinculada con nuestra capacidad inteligible de percibir aquello que está más allá de lo meramente físico?

¿Se podría decir que la belleza es un atributo del amor?...y si así fuera ¿Cómo influye la belleza en el amor que precedamos a los demás y sobre todo el que procesamos hacia nosotros mismos?

Todas esta preguntas, han inquietado al hombre desde su necesidad racional de explicarse el mundo, lo ha conmovido y asombrado desde sus atributos emocionales, anímicos hasta espirituales.

¿Qué es La Belleza? Aunque ya antes Pitágoras había estableciendo que todo es numérico hasta la belleza, descubriendo y revelando las nociones de la proporción y la armonía, es Platón quien libera a la belleza de lo perceptible a través de los sentidos, para ir más allá de la medida y la proporción de las cosas, y dar así una visión más mística y poética de la belleza desde lo invisible y oscuro.

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Lo que vemos inicialmente no es la belleza de manera directa, si no su reflejo en las formas… apenas su sombra proyectada a través de nuestros órganos sensibles, en la pantalla emocional de nuestra alma.

Platón nos habla de lo visible como una ilusión, mientras que la belleza nunca podría ser asimilada por estar más allá de la razón o del intelecto. La belleza solo podría ser asimilada por el asombro que nos provocaría su contemplación. Según su visión en lo bello, la creación entera participa de manera directa. La belleza seria un simple reflejo del mundo de las ideas en el mundo perceptible por nuestros sentidos. No ve la belleza como un atributo sino como un resplandor que se encuentra por todas partes.

En Grecia en el muro derecho del templo de Delfos está escrito: lo más exacto es lo más bello.

Hegel en pleno romanticismo identifica la belleza con la verdad: Belleza y verdad son la misma cosa.

San Agustín, afirmaba que ante la belleza –que sólo puede venir de Dios- se redimen y purifican todos los aspectos contradictorios del hombre. En su libro Confesiones IV, 13 decía: ‘‘¿acaso amamos algo sino lo

bello?...Di te lo ruego, ¿podemos amar algo que no sea lo bello?...tarde te amé, belleza tan antigua como nueva…tarde te amé… ’’.

El concepto de belleza siempre despertará un estado emocional,  inmerso de una sensación placentera y de un sentimiento de satisfacción. Cualquier actividad humana puede despertar y/o producir “belleza”;  artistas, poetas, músicos, filósofos, etc., e inclusive los grandes místicos de la humanidad han aportado belleza para sus semejantes, fue precisamente Santo Tomas de Aquino quien definió lo bello como aquello que agrada a la vista

Maestro Jung cuando nos dice que: “La belleza y la verdad como atributos de la fuerza amorosa se pone de manifiesto tanto más plenamente cuanto mayor cantidad de instinto se sea capaz de contener… El amor se revela como la fuerza del destino. Uno de los móviles más poderosos en los asuntos humanos.”

El problema del amor procesado hacia los demás como hacia uno mismo es un sentimiento que pertenece a los grandes padecimientos de la humanidad

Aplicada la belleza a lo humano implica adentrarse a dimensiones que conjuntan la belleza interior con la belleza exterior. La belleza interior contempla aspectos psicológicos, como la personalidad, la inteligencia, la gracia, la integridad, la elegancia etc., y la belleza exterior siempre tendrá relación directa con la salud corporal, simetría, sensualidad por mencionar algunos atributos de la belleza humana exterior.

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Armonía y equilibrio entre cuerpo y mente¿Qué hay de malo en querer lucirse a los ojos de los demás?, "Es bueno para el mi autoestima", pensamiento mas común ante tal respuesta, pero en el fondo quienes así piensan priorizan el tan mal repartido don de la belleza, olvidándose que el aspecto físico no es permanente sino que varia. Y es que a pesar del desarrollo social, político y económico alcanzado seguimos jerarquizando nuestra sociedad en base a la belleza exterior, esa que puede acicalarse, estilizarse, acomodarse, decorarse... pero que en nada define los atributos del alma.

La jovialidad que se lleva el tiempo jamás podrá competir con los encantos de una persona culta, educada, realizada, feliz... Esto no quiere decir que dejemos de cuidarnos y que llevemos una vida con costumbres insalubres. Lo peor es cuando encontramos personas a quienes los cuestionamientos constantes de su pareja y amigos acerca de la pulcritud de sus uñas o lo correcto del peinado, les ha quebrado su salud mental al punto de restar importancia al matiz de ser exitosa en su vida profesional o personal. Es ante este tipo de circunstancias cuando se muestra que como dijo Emile Zola, novelista francés: la belleza es apenas un estado de ánimo. Por esta razón es necesaria en nuestras vidas una serie de requisitos: la armonía, el

equilibrio, salud mental y apreciación de lo bello en la vida cotidiana. El verdadero problema surge cuando sobrepasamos ese equilibrio esa obsesión por la belleza se convierte en algo excesivo y perjudicial. Una alimentación desequilibrada puede producir carencias específicas de vitaminas o minerales que se manifiestan con síntomas o sensaciones como apatía, desgana, irritabilidad, nerviosismo, cansancio, falta de atención, fallos de memoria, de concentración, depresión en general puede afectar al estado de ánimo. Se sabe que algunos alimentos estimulan la producción de sustancias cerebrales que tienen una enorme influencia en el humor, el desempeño físico y mental,  en el comportamiento de las personas y su estado de ánimo.

La influencia del entornoLos anuncios nos muestran un estereotipo de belleza que se ha ido modificando con el paso de los años. Pero ¿Refleja la publicidad el aspecto de los jóvenes de a pie, o por el contrario es la publicidad la que nos dicta la moda, el peinado que se lleva, la talla que se debe usar…? Todos

tenemos una idea en la cabeza de lo que es una persona guapa o fea, lo que es un objeto bonito o feo, atractivo o desagradable, pero ¿influye la publicidad en esa idea de “lo bello” que nos hemos formado? Nos dictan la forma en la que debemos vestir, como debemos comportarnos y todo aquello que se encuentre fuera de sus cánones termina por no ser aceptado por la sociedad.

No solo la publicidad tiene influencia sobre nuestra forma de comportarnos. Los colores también tienen un curioso impacto emocional sobre las personas. Los científicos, los médicos y los profesionales de la salud mental han venido estudiando la correlación entre el color y el estado anímico durante años.

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Actualmente, muchos de ellos creen que los colores no sólo pueden provocar distintas reacciones emocionales, sino también mejorar el humor y el bienestar interior. Incluso, recientes estudios sugieren que más que ver el color, las personas lo experimentan. Por eso, los especialistas ahora son más propensos a creer que cada persona "siente" el color con el corazón, y no con la cabeza. Los colores se pueden dividir en tres tipos básicos: activos, pasivos y neutros.

Se han publicado un estudio mediante los cuales se demuestra la hipótesis de que la música excitante produce un incremento en el estado de ansiedad. Fueron los griegos los primeros en sistematizar el efecto de la música sobre la conducta humana. Decían que podía aliviar a los deprimidos y detener a los violentos. Hoy en día se utiliza para la musicoterapia

La belleza como algo psicológicoEl estado de ánimo es un estado emocional que permanece durante un período relativamente largo. Cada vez que experimentamos un suceso inesperado, se activa una emoción.  Las emociones y estados de ánimo son predisposiciones para la acción.

Normalmente, no podemos relacionar al estado de ánimo con acontecimientos determinados. Viven en el trasfondo desde el cual actuamos. Estemos donde estemos y hagamos lo que hagamos, siempre estamos en un determinado estado de ánimo, que comúnmente no elegimos ni controlamos.

Cada vez que experimentamos un suceso inesperado se activa una emoción.

Los estados anímicos enmarcan las conductas desde las cuales realizamos nuestras acciones, mientras que las emociones tienen que ver con la forma en que respondemos a los sucesos.

El estado de ánimo y los sentimientos también se distinguen entre sí por su relación temporal, ya que los estados de ánimo persisten durante períodos relativamente largos y se oponen a la brevedad e inestabilidad de los sentimientos.

Lo que empezó como una emoción ligada a un determinado acontecimiento, puede a menudo convertirse en un estado de ánimo si dicha emoción permanece con la persona el tiempo suficiente y se hace parte de su marco conductual.

Un estado de ánimo positivo facilita la conducta social, mientras que un afecto negativo debería empeorarla. Pero solo es cierto en algunos casos (por ejemplo, la

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depresión) hay dos razones muy poderosas por las que hay que tener cuidado antes de afirmar que el afecto negativo impide la conducta social.

Primero, el afecto positivo y el afecto negativo son mucho más independientes el uno del otro que opuestos.

Segundo, el afecto negativo es mucho más complejo que el afecto positivo. La persona que siente rabia piensa y se comporta de una manera muy distinta a una persona deprimida y, tanto la persona que siente rabia como la que está deprimida, piensa y se comporta de forma distinta a la persona angustiada, ansiosa o con miedo.

Cuando  estamos en un determinado estado de ánimo, nos comportamos dentro de los parámetros que ese estado determina en nosotros. Los estados de ánimo son contagiosos.  Nuestras emociones y estados de ánimo son como lentes, y a través de ellos observamos el mundo. Las emociones se cultivan, se entrenan, se desarrollan, porque se trata de hábitos, no de componentes intercambiables.

Definición y clasificación de las emociones y los sentimientos:

Podemos definir las emociones como estados anímicos que se refleja a veces como un torbellino de comportamientos externos e internos, y otras con estados anímicos permanentes.

Se puede decir que las emociones son una combinación compleja de aspectos fisiológicos, sociales, y psicológicos, como respuesta orgánica a la consecución de un objetivo, de una necesidad o de una motivación.

Las emociones pueden agruparse, en términos generales, de acuerdo con la forma en que afectan nuestra conducta: si nos motivan a aproximarse o evitar algo.

Para controlar no dejarnos llevar en exceso por las emociones es conveniente:

1. Mantener una apariencia tranquila ante los estímulos que nos provocan temor.2. Controlar el lenguaje, ya que el control de las palabras ayuda a disciplinar las emociones.3. Procurar ajustar los estímulos de las emociones a las condiciones de tolerancia de nuestro organismo.4. Aclarar cada día nuestros pensamientos.

5. Aprender a proyectar a nuestra mente a situaciones nuevas, comparando las mismas con otras experiencias.6. Hacer comparaciones con las diferentes situaciones.

El estado de ánimo es una variable que afecta a nuestro organismo más de lo que pensamos, y es que cuerpo y mente están estrechamente relacionados entre sí, tanto si nos encontramos mal anímicamente lo

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notaremos en salud, al igual que si estamos más felices. Seguro que muchas veces cuando nos hemos encontrado tristes o contentos nuestra salud se ha visto afectada.

Cuando alguien se encuentra desanimado, se ve peor a sí mismo, eso suele llevarle a un menor aprecio hacia sí mismo. Autoestima y estado de ánimo suelen ascender o descender de modo paralelo.

A medida que una persona va madurando y adquiriendo solidez, su nivel de autoestima se irá haciendo más estable, gracias a un mejor conocimiento de sí misma y a poseer criterios más sólidos a la hora de encontrar motivos de propia estimación.

Los sentimientos de culpa, de vergüenza o de insatisfacción ante algo que hemos hecho o dejado de hacer, no son sentimientos buenos ni malos de por sí.  Se trata de sentimientos que, como todos, deben tener medida y adecuación a su causa.

Cuando sentimos ira, estamos irritados, enfadados, desatamos en el organismo un proceso por el cual generamos adrenalina, ya que el organismo se prepara para una situación de posible ataque. Esta adrenalina hace que nuestro pulso se acelere y aumente la presión sanguínea; este aumento es un peligro para la salud.

Para diferenciar los trastornos del ánimo como enfermedades de las reacciones vivenciales anormales y de los problemas afectivos de la vida cotidiana, es muy importante la diferenciación de dos fenómenos patológicos que se esconden en cada una de estas condiciones: el estado de ánimo o humor y los sentimientos.

De acuerdo con esta clasificación, las capas más profundas de los sentimientos corresponden a vivencias afectivas primarias, difusas y poco elaboradas ligadas a la corporalidad que serían el reflejo de alteraciones biológicas. Por el contrario, las capas más superficiales corresponden a sentimientos muy elaborados que son dependientes de la biografía y las circunstancias de la persona.

Mucho se puede hablar de estos tres términos que cohabitan con nosotros. Como en todo, un correcto equilibrio mantiene la armonía y el bienestar que evitan trastornos y conflictos que alteran nuestra forma de vida habitual.

La belleza es considerada por muchos como un simple estado de ánimo. Ser optimista en la vida

ayuda muchísimo, ya que una persona optimista seguramente tendrá una capacidad mayor de

controlar  sus emociones sin permitir que estas le afecten negativamente. Una persona optimista

tampoco se tomará a la tremenda cualquier hecho que le afecte o lo que lo demás puedan pensar de

uno.

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El lado positivo que nos permita crecer y aprender de lo ocurrido, sin necesidad de que nos afecte

negativamente llegando a generarnos traumas o complejos que pueden llegar a condicionar nuestro

comportamiento.

Lamentablemente hay personas a las que les afectan menos las cosas y otras que las viven de una

manera mas intensa. De esta manera se empieza a generar problemas de insatisfacción con uno

mismo que pueden llegar incluso a ser perjudiciales para el que las experimenta. Un ejemplo de esto

es la anorexia. Esta enfermedad genera en el sujeto una insatisfacción física y un inconformismo que

le lleva a realizar ciertas acciones que atentan directamente contra su salud. De este modo a partir de

algo psicológico se crea un daño físico.

Una parte importante a tener en cuenta es que mientras nosotros no podemos influir sobre muchas de las cosas que nos ocurren, sí podemos hacerlo sobre como nos afectan y ahí es donde debemos poner nuestro esfuerzo.

Encuestas realizadas:

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Conclusión:El atractivo de una persona tiene que ver con la autoestima. Si tienes confianza en ti misma y lo transmites puedes los demás lo notan. Damos por sentado que la belleza esta en la cara o en los rasgos pero depende de la actitud. La belleza es un regalo de la vida. Las emociones que sufrimos a lo largo de nuestras vidas normalmente vienen generadas por contagios emocionales que nos generados terceros. Muy a menudo ponemos distancia entre nosotros y los demás. La gente excesivamente guapa tiende a atraer a los demás como un imán. Tenemos una tendencia a presta especial atención hacia la gente muy bella, como si fuera una obra de arte y esto lo que viene a significar es que no ves a la persona por dentro. No hace falta adornar la apariencia para convocar la belleza, en todo caso lo que haría falta es liberar al paisaje de nosotros mismos. En las personas agraciadas físicamente se genera un estado por el cual no saben si sus fobias y sus filias son verdaderamente reales o no. Es decir si le quieren por lo que es o por la apariencia. Cuando nos dicen que nos quieren no pensamos que sea por el aspecto físico y en cambio estas personas tienen esa duda. Los complejos son respuestas que generan nuestra mente ante una discapacidad o una diferencia con los demás. En la mayoría de los casos se trata de pensamientos irracionales que atormentan a la persona la cual les da un valor sobre dimensionado y de ahí el malestar que se produce. Muchos de estos complejos aparecen en la infancia y se ven reforzados y mantenidos a lo largo de años. La persona no tiene capacidad para interpretar ese defecto de manera más objetiva y se encierra en una negatividad que no existe para el resto del mundo. Los complejos físicos que un adolescente puede enumerar a la hora de hablar de su disconformidad con respecto a su imagen corporal son tan numerosos como las partes que componen su propio cuerpo. Muy pocos son, sin

embargo, los que nombran aspectos de su personalidad con los que no estén a gusto. Se debe actuar de acuerdo a los propios valores sin tener que contentar o gustar a todo el mundo. Hay que tratar de sacar lo mejor de sí y no auto despreciarse, considerando que con nuestros actos transmitimos lo que pensamos de nosotros mismos. Definitivamente, la apariencia física es secundaria a cómo uno impacta como “persona completa”, priorizándose el estilo y el don de gente.