Trabajo Realismo Una mirada a través de Rojo y Negro (ensayo)
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Realismo
Maestro Felipe Galván
Ma. Evelyn Diego Gómez
Una mirada a través de rojo y negro
¡Amo la verdad! ¿Pero dónde encontrarla?
Yo no veo más que hipocresía, charlatanismo,
hasta en los que llevan fama de virtuosos…
¡Oh! ¡El hombre no puede fiarse del hombre!...
(Stendhal, 2007: 415)
Este ensayo pretende encontrar cierta ideología que se presenta en la época de la
restauración en Francia con base de códigos y subcódigos que plantea Umberto Eco en su lector
in fabula.
Henri Beyle mejor conocido como Stendhal, es considero uno de los padres del realismo,
el cual nos legó su maravillosa obra Rojo y Negro, esta obra que pretende ser el espejo de la vida,
se basa en la historia de Antoine Berthet y se desarrolla en la década de los 30; el protagonista
principal Julián Sorel es joven romántico y un arribista, que seduce primero a madame de Rênal y
a Matilde de la Mole para conseguir su propósito.
Julián es un personaje contradictorio, porque, puede ser frio, calculador e hipócrita así
como puede llegar a los trastornos más sentimentalistas. Esta obra presenta un personaje en el
cual convive el deseo, la contradicción, la energía de la juventud y por tanto lo humano.
La trama, o la columna vertebral, de la obra trata sobre un joven, con aspiraciones muy
elevadas, que entra como preceptor de un rico burgués materialista e ingenuo, Julián se vuelve
amante de madame Rênal, esposa de éste, a la que después intentaría asesinar por haber
arruinado su futuro con Matilde de la Mole, la cual es hija del Marqués de la Mole, un hombre
demasiado influyente en la vida política de su país.
Esta novela es presenta un narrador omnisciente, el cual nos da conocer los más
profundos deseos y sueños de nuestro joven héroe, así como su verdadero pensamiento, lo cual
podemos apreciar en el siguiente ejemplo:
La conciencia de su libertad bastó para que se exaltara su alma, pues era tan grande su
hipocresía, que ni en casa de su mejor amigo se consideraba libre. (Stendhal, 2007:62)
Umberto Eco (1993) dice que el texto es una expresión cargada de contenido semántico,
por el sistema cultural previo a la producción del mismo (p.99), justamente esto y la
intertextualidad es lo que le da la característica realista a la novela Rojo y Negro, pues hay que
mencionar que esta novela se encuentra en una etapa de transición del romanticismo al realismo,
por lo cual encontraremos características de estas dos corrientes literarias y aunque predomina el
romanticismo, esta obra fue la base para los realistas, pues en ella podemos apreciar la verdadera
alma humana.
Cabe mencionar que esta novela pertenece al realismo romántico social, el cual se
caracteriza por la orfandad en el que se ve inmerso el héroe, en este caso Julián Sorel, que está
obligado a enfrentar las distintas estructuras sociales, aunque deja de lado las clases más
desfavorecidas, convirtiéndose él en el marginado, donde llegará al devenir interior y donde
mostrara la injusticia que estos viven, así como el desprecio hacia los jóvenes, por parte de la
clase dominante.
La obra se divide en dos libros, el primer libro se desarrolla en provincia, específicamente
en Verrières, lugar ficticio, y extremadamente religioso. El segundo libro se desarrolla en París,
que es como el lugar soñado para los provincianos, porque en ese entonces se tenía la idea que en
París los hombres salían de pobres. Estos dos libros engloban perfectamente la idea del conflicto
héroe-mundo (del Prado, 1994: 769), es decir, el conflicto por la supervivencia contra la lucha de
las fuerzas materiales, o estructura social, y en cierta forma, encontramos la filosofía del yo y el
no yo de Fichte, un tanto degradada.
La mayoría de los capítulos comienza con epígrafes que parecen ser citas de autores o
personajes reconocidos. Aunque, en realidad Stendhal escribió la mayoría de estos epígrafes, y
los atribuyó a los escritores a quienes creyó dignos de escribir estas citas. Stendhal dejó los
últimos cuatro capítulos sin título, que son también los únicos en los que omite la epigrafía, me
parece importante el hecho de los epígrafes, porque Stendhal se permite jugar o burlarse de
nuestro conocimiento, además de que esto permite comprender la libertad que representa la
narrativa, y porque es la mejor acogida después de la revolución.
La obra se da manera lineal y demuestra la ascensión y la caída de Julián Sorel, y durante
ésta se va desarrollando el personaje para llegarlo a conocer como persona y desde un punto de
vista psicológico, podemos decir, que el rojo y el negro son los colores de Julián, pues, el rojo,
según Goethe puede retratar edades maduras y jóvenes por tener gracia y atractivo; además de
poder relacionarlo, viabilidad, venganza (enojo) y sentimientos de temor
(http://culturacolectiva.com); mientras que el negro significa protección y misterio, se asocia con
el silencio, el infinito y la fuerza pasiva femenina y misteriosa y al mismo tiempo simboliza
introversión. (http://www.euroresidentes.com).
Hay otra versión, muy difundida, donde se maneja el color rojo en representación del
uniforme del ejército francés y el negro como el color de la vestimenta de los sacerdotes.
Umberto Eco (1993), dice que los acontecimientos que se narran (…) no hay que tomarlos
como reales (p.112), sin embargo al ser esta novela realista podemos inferir hechos que
acontecían en ese siglo, pues, lo que trata hacer Stendhal es transponer la realidad a la ficción, ya
sea en Verrières, un lugar ficticio, o en París.
Y tomando en cuenta que el siglo XIX se ve dominada por un panorama político inestable
que oscila entre la anarquía y el orden, Rojo y Negro trata de ser el reflejo de esta sociedad que se
ha quedado huérfana y que se siente sola, y tratará de recalcar ciertas actitudes que son aparente
muestra de debilidad, por ejemplo, el sentimentalismo, que es aprovechado para humillar y
degradar a las personas que lo demuestran:
En el siglo XIX es la ley corriente que, cuando un ser poderoso y noble encuentra un
hombre de corazón, lo mata lo destierra, o lo encarcela, o lo humilla en tales términos, que
lo pone en el caso de morir de dolor. (Stendhal, 2007:127)
También podemos encontrar un cierto desprecio hacia los gobernadores de esa época, que
por cierto, esto le da la característica de realismo romántico social, y el falso liberalismo que
profesan los burgueses, que con una buena presentación tratan de ensalzar su inteligencia, lo cual
no difiere mucho de nuestra época, y es por eso que describe al alcalde de Verrières de forma
degradante:
Su expresión, su conjunto, a primera vista es agradable y hasta simpático, (…) pero si el
viajero hace un examen detenido de su persona, hallará a la par que ese aire típico de
dignidad de los alcaldes de pueblo y esa expresión de endiosamiento y de insuficiencia,
un no sé qué indefinido que es síntoma de pobreza de talento y de estreches de mentalidad
(Stendhal, 2007:2)
Además de que el siglo XIX es el apogeo de la burguesía, la cual nace después de una
revolución decepcionante, y ésta trasmite el amor hacia el dinero, que se convierte en una
necesidad, en el pueblo francés, y, por tanto, el ser yo no se define por lo que es, ni por su
pertenencia a una familia, sino por lo que se tiene y lo que se debe; por lo cual queda justificado,
lo siguiente:
¡Pobre del hombre estudioso y sabio que no forma parte de un grupo, partido o
camarilla¡ con dificultad obtendrá triunfos insignificantes, y en cuanto a los grandes y
ruidosos, puede dar por descontado que le serán robados (Stendhal, 2007:300):
O tal y como pasa en el pueblo de Verrières que se vive nada más para el trabajo y para
pagar: “En esta ciudad que tan poética parece, todo se mueve, todo obedece a las más prosaicas
de las razones: a la renta, al interés” (Stendhal, 2007:6)
Este amor hacia el dinero que profesa el pueblo francés no es la característica más
importante del realismo en la obra de Stendhal, lo que da la característica realista es la crítica
política del momento, en el caso de Stendhal el discurso liberal que pone en ridículo a los
personajes que se dicen liberales.
La política, en una obra de imaginación, es un pistoletazo en medio de un concierto.
Produce un estruendo que sin ser enérgico desgarra el oído robados (Stendhal, 2007:316)
El hombre que quiere desterrar la ignorancia y el crimen de la tierra, ¿debe pasar haciendo
estragos, como las tempestades, causando desgracias, como la fatalidad? (Stendhal, 2007:251)
El personaje de Julián Sorel se encuentra ante un conflicto entre héroe y mundo, como ya
había mencionado, pues, es un héroe marginado, ambicioso, egoísta e hipócrita que vive en la
ensoñación, es decir, que se pasa añorando la época de Napoleón.
¡Oh tiempos felices de Napoleón, cuando era posible escalar la fortuna subiendo por los
peldaños de las batallas! (Stendhal, 2007:121)
Esto provoca, que el conflicto que tiene con la sociedad sea más marcado y como dijera
Fichte que su yo se enfrente con el no yo, ese yo que desea la libertad y que se descubre en una
gruta que le sirvió de refugio, por se encuentra solo.
Nunca fue tan feliz como en aquellos instantes en que, apoyada sobre las manos la cabeza,
dejó volar sin freno su imaginación por el mundo de los ensueños y por las regiones de la
libertad. (Stendhal, 2007:62)
Mientras pelea constantemente con su no yo que representa el mundo en general, ese
mundo al que desprecia y al cual desea pertenecer, además, él se impone el deber del heroísmo,
para dejar huella en el mundo y para lograr esto, hará uso de su inteligencia, a pesar de despreciar
a la sociedad en la que vive.
La imagen de Julián, es la de una persona que se siente solo y defraudado, como la
mayoría de los franceses de la época, puede decirse que esto provoca que adopte como padre a
Napoleón y por tanto que desprecie aquellos burgueses que dicen llamarse liberales.
-¡Ah! –exclamó-. ¡Napoleón fue el hombre enviado por dios para hacer feliz a la juventud
francesa! (Stendhal, 2007:79)
Sin embargo, a mi parecer, la imagen de Napoleón toma dos vertientes en Stendhal, la
más difundida que maneja Javier del Prado, es la imagen del padre ante un país huérfano de Dios,
no obstante, considero que Julián es la representación de Napoleón en Rojo y Negro, pues su
personalidad es tan parecida a la de este personaje, que se inclinó hacia los proyectos y los
sueños, como nuestro héroe, llevándolos a cabo, pero lo que me permite hacer esta comparación
es la descripción que hace el historiador Jaques Solé (1989) de Napoleón:
Fue durante toda su existencia un consumado oportunista y un manipulador nato de los
sentimientos ajenos. Fue un escéptico que uso la religión y un hombre de ilustración que
volvió a introducir lo arbitrario porque le convenía. (p.246)
Esta descripción nos introduce perfectamente a la personalidad de Julián, un hombre que
destacó por utilizar todos los medios posibles para conseguir sus objetivos, así como jugar con
los sentimientos de Matilde y de madame de Rênal, sin entender los suyos hasta estar al punto de
morir. Este personaje al igual que Napoleón “aprendió a controlar sus impulsos y a fortalecer su
identidad” (Solé, 1989:268) cuando creía que perdía la batalla, en este caso contra Matilde, sin
escrúpulos utilizó a la mariscala de Ferveques, para producir celos a la señorita Mole, y así
obtener el objeto deseado.
Justamente estos capítulos, dedicados al cortejo de la mariscala, demuestran lo que René
Girard plantea en su teoría mimética al decir que el ser humano “desea algo (o a alguien), porque
alguien más desea exactamente eso” (http://es.wikipedia.org) , lo que convierte la relación de
Julián y Matilde en una aberración, pues ambos se ven sometidos a un juego donde se demuestra
la frialdad de los sentimientos humanos, precisamente en estos capítulos nos encontramos ante un
personaje que busca su ascenso a una clase social dominante, y busca lograrlo a través de su
relación con Matilde, aunque que lo hace de forma inconsciente, pues cree que está enamorado,
sin embargo estos deseos los demuestra cuando el marqués de la Mole retira su aprobación de la
relación de su hija con Julián.
Cabe mencionar que Stendhal recalca que la religión es el mal de la sociedad y es por
eso que coloca a Julián como aprendiz de cura bajo la protección del cura Chelan y
posteriormente con apoyo del monseñor Pirard, porque, como mencioné en un principio, esta
novela trata de ser el reflejo de la sociedad siglo xix, y en este siglo el clero volvió a restablecer
su poder que perdió durante la revolución francesa.
Es por es, que través del arte de persuasión Julián ira escalando peldaños, por tanto,
nuestro querido héroe, aprendiz de cura, aprovecha su posición religiosa y su inteligencia para
cambiar su posición social, como hijo de un aserrador a hombre notable, por lo cual no sorprende
su hipocresía que se enmascara en la dulce cara de un joven:
¿Quién habría de sospechar que aquella carita de niña, tan pálida y tan dulce, era
mascarilla encubridora de la resolución inquebrantable de conquistar fortuna y gloria, aun
cuando en la empresa arriesgara mil veces la vida? (Stendhal, 2007:20)
Esta identidad que concierne a un arribista deja claro el verdadero propósito y la
conciencia que Julián tenía de su pensamiento y de su personalidad, esta personalidad que
además de napoleón también define a la juventud francesa influenciada, tal vez, por una mala
interpretación de Fichte, lo cual define de esta forma:
“Primero yo, y después yo, y siempre yo, en el desierto del egoísmo que llamamos vida”
(Stendhal, 2007:273)
Esta es la verdadera personalidad de Julián, que tras una imagen angelical y su supuesta
devoción al sacerdotico le abriría las puertas a la fortuna y a la desgracia; principiando por la
perversión de leer la biblia, en latín, al derecho y al revés como el Torán, por lo cual la religión es
una garantía de triunfo en la novela de Stendhal y de ahí su hipocresía, y, es por eso que exhibiría
su saber de la biblia y ocultaría su verdadera devoción hacia Napoleón, pues de haberla
descubierto sería el objeto de desprecio de aquellos que osan llamarse liberales y que tienen el
poder que desea.
Lea usted la primera palabra de una línea cualquiera, y yo recitare de memoria el sagrado
texto (…) [por lo cual] su gloria se propagó una rapidez tal que el señor Rênal, temiendo
que le arrebatasen a su preceptor le propuso firmar un compromiso por dos años.
(Stendhal, 2007:26)
Después de esta reflexión sobre Julián y la religión surge la pregunta ¿qué hubiera sido
Julián sin la religión o mejor que hubiese sido de Stendhal sin ella? Probablemente no hubiera
pasado de ser un hombre ordinario en el caso de Julián, y Stendhal no hubiera revolucionado la
literatura con el desprecio hacia ésta, ya que es indispensable en la conciencia Stendhiana.
Esta idea de la religión íntimamente ligada a la política, nos introduce a un mundo más
realista, y a un realismo romántico social muy marcado, pues cabe mencionar que en la
conspiración que menciona Stendhal enfatiza la necesidad del apoyo del clero.
Sin el concurso del clero es imposible formar en Francia un partido armado. (Stendhal,
2007:321)
Pero para dar el valor, romántico en obra hay que mencionar las características que
encontramos de esta corriente.
El personaje más romántico que encontramos en Rojo y Negro es madame de Rênal que
es la perfecta imagen de la mujer en su expresión más pura porque es una mujer maternal, dulce,
bella e ingenua, aunque sea de mentalidad, es decir, es la imagen ideal del romanticismo, esta
mujer que esta entregada al cuidado de sus hijos, al amor a Dios y al respeto hacia su esposo, esta
mujer que no conoció mayor dicha que el amor que profesaba a Julián y el cual la turbaba tanto,
por amarlo como un Dios y convertirla en adultera, esta palabra que expresa todo y la que le
causaba temor.
Esta imagen que bien es la representación de la madre en la obra, buscaba ser una madre
protectora para Julián, porque hay que mencionar que en la obra Julián no conoce a su madre, o
por lo menos no la menciona, y lo único sincero que encuentra Julián es el amor de madame de
Rênal.
En algunas ocasiones se hacía la infeliz la ilusión de que amaba a Julián como si fuese su
hijo ¿no le hacía él con frecuencia preguntas ingenuas sobre cosas sencillísimas que no
ignoraba ningún chico de quince años? (Stendhal, 2007:83)
Este personaje no sólo marca el deseo de la madre, también demuestra el poco valor que
tenía la mujer en aquella época, pues madame de Rênal no expresa sus opiniones ante su esposo,
e incluso, en un principio, es tomada sólo como objeto erótico.
En el caso de Julián su madre no importa, pues se desconoce todo de ella, es implica que
Julián no sólo sea huérfano sino que es doblemente huérfano y trata de sustituir esta falta del
símbolo femenino, con la presencia de madame de Rênal, la cual es mayor que él pues le lleva
diez años.
Cuando Julián está a punto de alejarse de ella, esta se preocupa y teme, porque empieza a
comprender la personalidad de Julián, y es fundado su temor, porque París además de representar
el sueño del provinciano, también simboliza la modernidad, la etapa de la restauración, y a causa
de esto, la ambición, la mendicidad, el desprecio y la pobreza que vivía el pueblo francés.
Y ella que por momentos alejaba a Julián de sus deseos, de su ambición temía que cuando
se fuera a París regresara a estos anhelos.
“-Lejos de mí -pensaba-, Julián volverá a sucumbir a sus ideas de ambición, tan naturales
en quien, como él, nada posee” (Stendhal, 2007:135)
Por tanto, diré que la madame Rênal, es la oposición total de Mathilde, pues madame
Rênal se entrega sinceramente y apasionadamente a Julián, mientras que Matilde se entrega a él
porque es su deber hacerlo, ya que Julián ha cumplido el trato que esta le impuso.
Julián ingresa al servicio del marqués de la Mole en París, por recomendación del
monseñor Pirad, el cual era rector en el seminario de Besançon, donde Julián continuó sus
estudios gracias al apoyo del cura Chelan, y en París sucedió lo que madame Rênal temía, es
decir, Julián llega a perderse así mismo, con la ambición del dinero y el deseo de obtener lo que
no quiere realmente.
París es el lugar donde Julián triunfa socialmente, y donde encuentra sus mayores retos
que llevaran a la desesperación romántica, que será causada por Matilde.
Mathilde, al igual que la señora Rênal, es una beldad mujer, sin embargo ella posee una
belleza más exquisita y está acostumbrada a tenerlo todo, tiene una mirada penetrante y fría que
refleja desdén quien ose mirarla, y a pesar de esto, tal como dijera Julián en una carta que
enviaría Mathilde antes de ser guillotinado:
“Naciste para vivir entre los héroes de la Edad Media, de cuyo carácter firme participas”
(Stendhal, 2007:379)
Está descripción que realiza Julián de Matilde es que mejor describe al personaje
romántico de la señorita de la Mole, además de hay que mencionar que el romanticismo siente
gran nostalgia por la edad media.
El deseo por Matilde y la posesión social de esta hacían que Julián se sintiera triunfante
por haber conseguido conquistarla, lo que ningún Burgués o aristocrático, que poseyera más
riquezas que él, había logrado. Julián haciendo uso de la persuasión la conquistó a través del falso
desprecio que le profesaba, y logró que su padre aceptara su amor y les diera 20, 600 francos de
renta, sin embargo el marqués de la Mole al recibir una carta de la señora Rênal confesando que
había sido amante de Julián y diciendo la ambición que este poseía, desistió de su apoyo.
Lo cual provocó la ira de Julián esto causo que regresara a Verrières y dispara contra
madame Rênal y tras el fallido disparo fue condenado a muerte.
Durante el tiempo en Julián espera su muerte nuestro autor retoma el ideal romántico al
hacer la comparación entre la edad de Julián y el cura Chelan, concluyendo que la muerte en
plena juventud es mejor, pues al llegar a la vejez sería una vergüenza porque perdería toda su
viabilidad y toda su personalidad, como el cura Chelan.
¡Pero que necio soy! Podría asustarme la vista de ese pobre viejo, sumirme en onda
tristeza, si hubiese de morir como la generalidad de los hombres, pero no en las
circunstancias que me encuentro, no cuando una muerte rápida, que recibiré en la flor de
la vida, me coloca al abrigo de esa triste decrepitud. (Stendhal, 2007:384)
Justamente durante el trayecto a su muerte Julián entiende que a la única persona que amo
fue a madame de Rênal, esto lo remonta a sus orígenes, a la verdadera felicidad, sin embargo
sigue despreciando a su padre de sangre que es un aserrador rico y detestable
Ahora, bien la novela Rojo y Negro no es sólo el fracaso de Julián, es también el fracaso
de Mathilde y el de la madame Renal: idealistas románticas y sensibles frente al triunfo de los
burgueses, falsos liberales con sed de poder y del regreso del poder de la aristocracia, en una
Francia totalmente inestable e injusta.
Es por eso que, Julián es una figura emblemática en Rojo y Negro, y aparece como la
interpretación de un pueblo que se ha quedado huérfano, de padres, de patria y especialmente de
Dios. Y que tras su soledad se ve obligado a enfrentarse a la sociedad, obteniendo el triunfo y la
dicha de ser reconocido de poseer cierto estatus, de humilde a un hombre con ganancias nada
despreciables, lo cual lo obliga a enfrentarse a la realidad, a cada instante, esto provoca su
degradación y su condenación de haber deseado y logrado algo a lo que no tenía derecho pedir,
por eso, en su juicio no hay nadie de su clase que lo juzgue, sólo hay personas que tienen
desprecio hacia él y lo que simboliza.
Esto lleva a Julián a denunciar el fracaso social e histórico que representa Francia en la
década delos 30.
Acaso mi juventud pudiera ser acreedora a un poquito de piedad, querrán castigar en mi
persona a esa clase de jóvenes, que nacidos en una clase inferior, y viéndose oprimidos por la
pobreza, tienen la dicha de procurarse una buena educación, y la audacia de entrometerse en lo
que el orgullo de los ricos llaman sociedad (Stendhal p 403)
Este devenir de nuestro héroe convierte a Julián en lo que René Girad llama el chivo
expiatorio, que es aquel hombre que su sociedad lo obliga a convertirse en un ser violento y
aparentemente culpable de sus desgracias, atrayendo infelicidad a quien lo rodea lo cual lo
llevará a convertirse en el mártir como cristo.
Una comunidad afectada por larga crisis ve en su liberación repentina un milagro cuyo
mérito se atribuye así misma; se vuelve pues, hacia… su chivo expiatorio. Después de
haber expandido el desorden y la muerte durante toda su vida, este ser extraordinario, una
vez muerto hace revivir a la comunidad. Tanto para el bien como para el mal, sus poderes
parecen transcender toda la infinitud humana (René Girard, 2006:54)
Julián es nuestro chivo expiatorio porque cuando está a punto de morir hace comprender
al público que lo escucha que él no es el único culpable de sus desgracias, que también la
sociedad orilla aquellas personas a las acciones más despreciables, por tanto, Julián se convierte
en una víctima más de su siglo.
Este personaje se ve reivindicado por el romanticismo, pues le permite morir como un
héroe:
Nunca pareció tan poética su cabeza como en el momento en que iba a rodar. En el trance
supremo dio pruebas de valor sin trance de afectación. (Stendhal p 418)
Esta idea del heroísmo es la que se impone en todo momento durante la obra de Stendhal
y es la que le permite morir rodeado de amor, especialmente el amor que un buen amigo puede
profesar, como es el caso de Fouqué que “temió volverse loco de dolor” (Stendhal p 418)
Creo que el objetivo que plantee al inicio del ensayo se ha cumplido perfectamente,
encontramos la ideología permeada en la obra de Stendhal, así como distintas manifestaciones
intertextuales y extraliterarias de la época.
Bibliografia:
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narrativo. Barcelona: Lumen
Del Prado, Javier (1994). Historia de la literatura francesa. Siglo XIX. Madrid: Catedra
René Girard (2006) Aquel por el que llega el escándalo. Caparrós editores. Madrid:
España
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Fichte. Fábula: México.
Solé, Jaques (1989). Historia y mito de la Revolución Francesa. México: siglo XXI
Stendhal (2007). Rojo y negro. Argentina: Porrúa
Cultura colectiva. La psicología del color según Goethe. Recuperado el 26 de marzo de
2013 (http://culturacolectiva.com)
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Wikipedia la enciclopedia libre. Rojo y negro. Recuperado el 25 de marzo de 2013.
(http://es.wikipedia.org)