Trabajo sena

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CLASES DE JUEGO POR ETAPAS Aunque el juego del niño/a tiene que ser libre y no acotado, la elección del juguete es esencial para orientar su desarrollo y aumentar la calidad del juego. A continuación te presentamos una selección de juguetes teniendo en cuenta, en cada momento, las características y estadios de sus destinatarios. 0 A 6 Meses Como Son Estos Niños: Comienzan a sonreir Siguen con la mirada el movimiento de las personas u objetos Tienen preferencia por las caras y los colores brillantes Logran movimientos de aproximación, descubren las manos, dan patadas, levantan la cabeza, chupan con placer Prefieren a su padre y a su madre o personas conocidas Repiten esquemas de acción Escuchan intensamente y cuando se les habla, responden con risas, gorjeos o sonidos imitativos Inspeccionan los objetos con la boca, exploran con las manos y los pies Se mantienen sentados si se les agarra, dan vueltas sobre sí mismos, se escapan, son escurridizos, dan botes y saltos Agarran objetos sin usar los pulgares, golpean objetos colgados Sonríen frecuentemente Sus Juguetes: Nanas, rimas Sonajeros, al principio de colores vivos, después transparentes con un interior interesante Móviles, que la niña/o pueda ver desde la cuna Muñecos y objetos de goma para chupar. Chupetes Anillas para morder Ositos de peluche suaves Calcetines de colores vivos

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CLASES DE JUEGO POR ETAPAS

Aunque el juego del niño/a tiene que ser libre y no acotado, la elección del juguete es

esencial para orientar su desarrollo y aumentar la calidad del juego. A continuación te

presentamos una selección de juguetes teniendo en cuenta, en cada momento, las

características y estadios de sus destinatarios.

0 A 6 Meses

Como Son Estos Niños:

Comienzan a sonreir

Siguen con la mirada el movimiento de las personas u objetos

Tienen preferencia por las caras y los colores brillantes

Logran movimientos de aproximación, descubren las manos, dan patadas, levantan la

cabeza, chupan con placer

Prefieren a su padre y a su madre o personas conocidas

Repiten esquemas de acción

Escuchan intensamente y cuando se les habla, responden con risas, gorjeos o sonidos

imitativos

Inspeccionan los objetos con la boca, exploran con las manos y los pies

Se mantienen sentados si se les agarra, dan vueltas sobre sí mismos, se escapan, son

escurridizos, dan botes y saltos

Agarran objetos sin usar los pulgares, golpean objetos colgados

Sonríen frecuentemente

Sus Juguetes:

Nanas, rimas

Sonajeros, al principio de colores vivos, después transparentes con un interior

interesante

Móviles, que la niña/o pueda ver desde la cuna

Muñecos y objetos de goma para chupar. Chupetes

Anillas para morder

Ositos de peluche suaves

Calcetines de colores vivos

Juguetes que hagan ruido al morderlos, apretarlos o tirarlos

Barras sobre la cuna con objetos colgados que se muevan, hagan ruido al golpearlos y le

permitan asirse.

Mordedores

Espejos irrompibles

Los adultos, que cantan, hablan, juegan

Aunque el juego del niño/a tiene que ser libre y no acotado, la elección del juguete es

esencial para orientar su desarrollo y aumentar la calidad del juego. A continuación te

presentamos una selección de juguetes teniendo en cuenta, en cada momento, las

características y estadios de sus destinatarios.

7 A 12 Meses

Como son estos niños:

Recuerdan simples acontecimientos

Son capaces de formar simples conceptos

Se reconocen a ellos mismos. Reconocen voces familiares y algunas palabras comunes

Dicen las primeras palabras con sentido

Exploran, golpean y agitan objetos con sus manos

Buscan objetos escondidos, ponen objetos dentro y fuera de recipientes

Se sientan solos

Se arrastran, se ponen solos de pie, andan

Parecen tímidos y comienzan a encontrarse incómodos con extraños

Sus juguetes:

Móviles

Objetos que rueden: pelotas de plástico y pequeñas, que las puedan agarrar con las

manos, y grandes

Juguetes sonoros: que hagan ruido al manipularlos

Muñecas, muñecos y osos de trapo

Juguetes de corcho, goma de plástico para jugar en el agua

Cajas transparentes con un agujero para guardar "tesoros"

Colchonetas para gatear

Pelotas grandes que no rueden mucho

Las ADULTAS que cantan, hablan y juegan. No olvidar utilizar en todas las edades

Aunque el juego del niño/a tiene que ser libre y no acotado, la elección del juguete es

esencial para orientar su desarrollo y aumentar la calidad del juego. A continuación te

presentamos una selección de juguetes teniendo en cuenta, en cada momento, las

características y estadios de sus destinatarios.

13 A 18 MESES

Cómo Son Estos Niños:

Imitan las acciones de los adultos

Usa y entienden más palabras

Les gustan los cuentos

Experimentan con objetos

Andan con seguridad, trepan las escaleras

Piden mayor independencia pero prefieren estar con gente conocida

Reconocen la propiedad de los objetos

Aparecen los amigos, aunque también juegan solos

Empiezan a aprender lo que los adultos quieren que hagan, pero todavía no tienen la

habilidad de controlar sus acciones

Sus Juguetes:

Móviles

Muñecas/os de trapo, goma o felpa

Juguetes para empujar

Recipientes para llenar y vaciar

Botes de plástico para tapar y destapar

Pelotas y globos diferentes materiales

Juguetes que floten en el agua, tazas, barcos, muñecos lavables

Grandes construcciones de goma espuma forrada

Correpasillos

Palas y cubos

Animales y vehículos de plástico o madera

Cuentos para "chupar"

Revistas viejas para romper

Rimas, canciones, juegos con un adulto

Cajas o muñecos de música

Telas oscuras

Aunque el juego del niño/a tiene que ser libre y no acotado, la elección del juguete es

esencial para orientar su desarrollo y aumentar la calidad del juego. A continuación te

presentamos una selección de juguetes teniendo en cuenta, en cada momento, las

características y estadios de sus destinatarios.

19 A 24 Meses

Como Son Estos Niños:

Resuelven pequeños problemas

Hablan y comprenden cada vez más

Se muestran contentos cuando les reconocen sus logros. Les gusta ayudar en pequeñas

tareas

Juegan cada vez más con sus compañeros/as

Aparecen los primeros juegos simbólicos

Sus Juguetes:

-Motricidad:

Juguetes de transporte: camiones, trenes

Arrastres

Coches pequeños para hacerlos correr o grandes para subirse a

ellos

Columpios, toboganes y escaleras

Bicicletas y triciclos sin pedales

Cubos, palas y material para jugar en la arena

Motricidad fina:

Construcciones tipo "duplo"

Masa de pan teñida

Expresión:

Pizarra o papel de embalar, grueso para pintar (con pintura de mano)

Cuentos de plástico o tela, sólo con ilustraciones

Caja de música y canciones infantiles

Juego simbólico:

Platos, ollas, tapas, cocinas

Animales de madera

Carritos

Teléfono

Aunque el juego del niño/a tiene que ser libre y no acotado, la elección del juguete es

esencial para orientar su desarrollo y aumentar la calidad del juego. A continuación te

presentamos una selección de juguetes teniendo en cuenta, en cada momento, las

características y estadios de sus destinatarios.

2 A 3 Años

Como Son Estos Niños:

Les divierte aprender nuevas habilidades

Aprenden el lenguaje rápidamente

Tienen poco sentido del peligro

Ganan destreza con las manos y los dedos

Se frustran rápidamente, son muy independientes aunque todavía dependen

Reproducen escenas familiares

Sus Juguetes:

-Motricidad:

Triciclos con pedales

Objetos para arrojar, cargar y descargar

Coches, caballos y todo tipo de juguetes que tengan movimiento

Juguetes para el agua

Palas y cubos

Motricidad fina:

Construcciones grandes y ligeras

Puzzles (hasta 8 piezas)

Encajes de formas

Tijeras de punta redonda.

Vasos que encajan unos en otros

Pizarra y tizas para dibujar

Cuentos fáciles de manejar con buenas ilustraciones

Pintura de dedos, brochas...

Juego simbólico:

Animales y plantas para cuidar

Muñecas y accesorios: vestidos, coche, cama

Cocinitas equipadas con utensilios necesarios

Teléfonos

Títeres

Telas para disfrazarse

Expresión:

Instrumentos musicales: triángulos, panderos

Aunque el juego del niño/a tiene que ser libre y no acotado, la elección del juguete es

esencial para orientar su desarrollo y aumentar la calidad del juego. A continuación te

presentamos una selección de juguetes teniendo en cuenta, en cada momento, las

características y estadios de sus destinatarios.

3 A 5 Años

Como Son Estos Niños:

Tienen un tiempo de atención más prolongado

Se enfrentan a los adultos, son cabezotas y traviesos

Hablan y preguntan mucho

Prueban constantemente sus habilidades físicas

Revelan sus sentimientos en juegos dramáticos

Les gusta jugar con sus amigos/as, no perder

Comparten y guardan turnos algunas veces.

Sus Juguetes:

Motricidad:

Objetos para el agua

Columpios, pelotas, coches, aviones, trenes

Patines y patinetes

Triciclos y bicicletas

Motricidad fina:

Conjuntos de construcción y puzzles (hasta 30 piezas)

Banco de carpintero, equipo con martillo, clavos, berbiquí, lija

Mecanos - Construcciones de madera grandes

Tijeras de punta redonda

Pegamento

Pinturas de cera, pinturas de dedos

Plastilina, barro para modelar

Expresión:

Pizarra

Cassettes y cintas canciones

Instrumentos musicales: carrillón, xilófono, maracas

Libros e historias cortas e ilustradas

Dominós, juegos de mesa y cartas sencillos

Juego simbólico:

Muñecas que se puedan lavar (es importante en esta edad que se detallen

correctamente las diferentes partes del cuerpo)

Animales de juguete

Tiendas de indios

Instrumentos de oficio: jardinería, hospital, bomberos, garaje

Teléfonos de juguete

Cacharros de cocina

Pinturas de maquillaje

Ropa diversa para disfrazarse, sombreros...

Aviones y barcos de juguete

Aunque el juego del niño/a tiene que ser libre y no acotado, la elección del juguete es

esencial para orientar su desarrollo y aumentar la calidad del juego. A continuación te

presentamos una selección de juguetes teniendo en cuenta, en cada momento, las

características y estadios de sus destinatarios.

6 A 8 Años

Como Son Estos Niños:

Aumenta su curiosidad por la gente y cómo funciona el mundo en general

Pueden leer, dibujar, escribir, contar historias (a su estilo). Hacia los 7 la mayoría

comprende la suma y la resta, si se emplean objetos y situaciones reales

Poco a poco se van interesando por el resultado final de sus acciones

Ganan mayor confianza en sus destrezas físicas

Muestran interés por los trabajos que realizan los adultos que admiran

Son capaces de expresar sus sentimientos y de controlarse, pero todavía necesitan a los

adultos para calmarse. Muchos chavales y chavalas son capaces de ayudar a otros/as,

por su propia iniciativa, en las actividades grupales y a resolver problemas entre ellos/as

Todavía requieren afecto y apoyo. La mayoría de las niñas/os necesitan protegerse del

stress producido por la competitividad y el apoyo de adultos cálidos y entusiastas en

todo aquello que pueden y hacen bien.

Sus Juguetes:

Motricidad:

Pelotas, balones

Juguetes para la arena y agua

Utensilios de jardinería

Carretillas de madera y metal

Bicicletas con neumáticos grandes y estabilizadores

Cuerda de saltar

Bolos

Cuerda para saltar

Gomas, aros

Monopatín

Motricidad fina:

Juguetes desmontables

Coche de movimiento manual

Pinturas de acuarela, rotus, ceras

Puzzles más complejos

Juegos de construcción con piezas pequeñas

Caja de herramientas

Mecanos

Telares, hilo, agujas grandes

Expresión:

Cuentos, libros y diarios

Cassette, juegos de cartas y de mesa cooperativos

Cuentos y libros

Todo tipo de instrumentos: armónica, razu, guitarra, órgano

Juego simbólico:

Muñecas, ropas de muñecas, cohes, "clicks"

Disfraces: médicas, jardinera/o, payaso...

Marionetas

Caja registradora, máquina de escribir

Otros:

Juegos de experimentos

Microscopio y telescopio

Cromos, álbumes

Imanes, lupas

Cámara de fotos

El Juguete Y El Desarrollo Físico Y Psíquico Del Niño Y La Niña Siempre que se comienza a tratar sobre las particularidades del juguete y sus efectos y relaciones

con el desarrollo de los niños y niñas, invariablemente se correlacionan con la significación del

juego, pues en dependencia de la misma es que generalmente se concibe la elaboración de dichos

objetos. Así, por ejemplo, J. Piaget establece una clasificación de los juegos que es ampliamente

conocida, y en la que se especifican que estos pueden ser funcionales, de construcción, de reglas,

de roles, y didácticos, si bien estos últimos no constituyen realmente una categoría en sí mismos,

sino una que es extensible a las demás, concepto sobre el cual se ha de volver en un momento

posterior.

Sobre la base de esta clasificación de los juegos se organiza a su vez una idéntica referente a los

juguetes, y se habla entonces de juguetes funcionales, de construcción, de roles, reglas y

didácticos, que tienen determinados contenidos, funciones educativas y patrones de acción,

estrechamente relacionados con el desarrollo de los juegos a que se refieren, y que se

materializan en tipos determinados de objetos que se supone gozan de estas propiedades. De esta

manera el juguete aparece como algo sin significación en sí mismo como objeto de la realidad, y

sus efectos sobre el desarrollo físico y psíquico se valoran solamente en sentido de lo que

proporciona el juego como tal. Esto, que en cierta medida es aceptable, limita, sin embargo,

conocer verdaderamente las posibilidades del juguete para el desarrollo de los niños y niñas, pues

solamente lo concreta a la situación del juego. Y si bien esta es la actividad más importante del

niño y niña de edad preescolar, no es el único tipo de actividad que estos realizan, y en la cual, el

juguete, como objeto de la realidad, también ejerce una acción estimulatoria sobre los distintos

procesos y propiedades psíquicas, aunque no estén inmersos dentro de una actividad de juego

propiamente dicha.

Por ejemplo, cuando el niño lactante manipula un objeto cualquiera, como puede ser una pelota

(que generalmente se considera que es un juguete) y realiza varias acciones repetitivas con la

misma, esto realmente no es un juego, ya que tales acciones se dirigen a conocer el objeto, sus

particularidades y propiedades, y no a obtener un goce o disfrute con el mismo. A esta primera

fase de la actividad con objetos es lo que se suele llamar como manipulación de objetos, y que

siempre está dirigida al conocimiento de las características externas de los mismos. Pero, no

obstante no está en una actividad propiamente de juego, sin embargo, dicho objeto (el juguete) ha

propiciado una estimulación de diversos procesos y cualidades psíquicas, tales como la

discriminación y diferenciación perceptual, la concentración de la atención, la generalización de

relaciones, el razonamiento, en fin, ha tenido un efecto importante a los fines del desarrollo del

niño o la niña.

Claro está, si esto también puede o no considerarse como juego en una discusión histórica dentro

de la ciencia psicológica, algo que no va a ser objeto de análisis en el momento, lo importante es

hacer notar que las posibilidades del juguete para el desarrollo no solo se circunscriben a la

actividad de juego en sí misma, sino que van más allá, al conjunto de todas las actividades que el

niño y la niña realizan en su transcurso evolutivo. Y que, por lo tanto, su estudio no solamente ha

de hacerse en relación con sus posibilidades para concretar los objetivos del juego, sino de las más

variadas actividades que los niños y niñas hacen, y consecuentemente, referidos a todas sus

cualidades y procesos psíquicos y físicos. Y esto amplía, la viabilidad del juguete como medio para

potenciar el desarrollo infantil.

De esta manera la finalidad de un juguete es estimular la actividad y la iniciativa de los niños y las

niñas, posibilitando así que los más diversos procesos y cualidades psíquicas, así como las

destrezas motrices, se desarrollen en relación con las particularidades intrínsecas de cada tipo de

juguete y lo que este fundamentalmente promueve en cada acción psíquica o física. Se remarca

señalar el aspecto "fundamental" que cada tipo de juguete potencia, para destacar que en un

mismo objeto-juguete están asentadas no solo la acción psíquica que constituyen su función

principal, sino también otras sobre las que igualmente ejerce un efecto, aunque no sea tan

destacado en algunos casos. En el caso de la pelota anteriormente mencionado, si bien es obvio

suponer que su principal dirección sea activar la actividad motora gruesa y los movimientos finos

de la mano para el agarre, también actúa sobre la percepción de la forma, la sensibilidad táctil, la

discriminación visual, entre otras propiedades. Ello evita considerar a un tipo de juguete exclusivo

para una determinada particularidad del desarrollo, sino que abarca un amplio rango de

posibilidades de estimulación.

Un fin principal del juguete lo es también el ofrecer al niño y la niña la oportunidad de expresarse

y poner en práctica las nuevas habilidades adquiridas en las sucesivas fases de su desarrollo

normal, en particular en la etapa infantil en la que el juego es la actividad fundamental y parte

consustancial del medio en el cual se educan, constituyendo el instrumento básico de su proceso

educativo.

El Juguete Y La Formación De La Personalidad

Si el juguete reviste tal importancia a los fines del desarrollo físico y psíquico del niño y

la niña, es obvio que su elaboración debe relacionarse estrechamente con las sucesivas

etapas de la formación de su personalidad, que en cada período plantea necesidades y

motivos particulares, los cuales es necesario conocer bien para saber a donde dirigir la

estimulación. En este sentido se da una correlación entre el uso que el niño o la niña dan

al juguete y las particularidades del desarrollo de la personalidad en el período. Así, un

buen juguete puede servir en las sucesivas etapas de la vida, sin necesidad de estar

creando nuevos y más variados juguetes, pues lo que cambia es la manera como los niños

y niñas los utilizan en las diferentes edades. Un mismo objeto-juguete puede usarse

durante mucho tiempo, pero irlo haciendo cada vez más complicado, de modo tal que

implique una continua estimulación, nuevos elementos que obligan al niño y la niña a

hacer un ejercicio mayor de su imaginación y originalidad. Al insertar el juguete en una

actividad de juego cada vez más compleja, el mismo objeto requiere de nuevas acciones

psíquicas, esto permite que mantenga su nivel de estimulación, continúe ejerciendo un

efecto sobre los procesos y propiedades psíquicas, y actúe sucesivamente en las distintas

fases del desarrollo de su personalidad. Pongamos un ejemplo referido al juego de cubos

(bloques), tan usado en la estimulación del desarrollo sensorial:

El lactante generalmente lo que hace es tomar las piezas, las tira, las golpea entre sí. Al

gatear lleva las piezas de un lugar a otro, las vacía y llena en un recipiente.

El niño hasta los dos años rara vez construye una forma definida, pero logra hacer

construcciones simples, como una fila o una torre sencilla.

El niño hasta los tres años ya hace verdaderas

construcciones: torres complejas, puentes, trenes,

barreras, entre otras.

Los mayores de cuatro años insertan su construcción

en un juego, se interesan por darle un nombre a su

construcción, y suelen añadirle un argumento a la

misma, que forma parte de su representación.

A partir de los 5-6 años usan las piezas y

construcciones de manera libre, asignándoles

propiedades de los más disímiles objetos, a los

cuales representan.

Como se observa, el juego de bloques utilizado ha sido el mismo todo el tiempo, pero ha

variado su forma de utilización en la medida en que se ha producido el devenir evolutivo

del pequeño y se ha ido dando una transformación en sus procesos psíquicos, esto está

también muy relacionado con los distintos períodos de la formación de su personalidad,

que hace cambiar las necesidades y motivos, y consecuentemente, las acciones, los

intereses y las formas del comportamiento.

De esta manera el uso del juguete mantiene una correspondencia con el surgimiento y

subordinación progresiva de los motivos, que constituyen uno de los componentes básicos

en el desarrollo de la personalidad en las primeras edades.

Pero además, cuando el niño o la niña utilizan un juguete experimentan vivencias positivas

o negativas relacionadas con el éxito o el fracaso de sus acciones con el mismo, lo que

ejerce un efecto en sus emociones y sentimientos, en la esfera afectivo-motivacional.

Tal necesidad afectiva de poder establecer una relación emocional con los objetos del

mundo que le rodea, que se materializan entre otros en los juguetes, determina que

cuando los niños o niñas no tienen posibilidades de establecer este contacto afectivo con

tales objetos, por carecer de ellos, sustituyen los más disímiles y le dan categoría de

juguetes: una botella se transforma en una muñeca, un pedazo de madera se convierte

en un barco, una escoba se vuelve un caballo. Esta sustitución, que también tiene una

explicación en el plano intelectual y que es un componente importante en el juego, tiene

además una implicación afectiva muy importante, y va a tener efectos considerables en

la formación del niño y niña como personas.

Por esto es muy importante que los juguetes se adapten a los distintos niveles de edad y

a los intereses infantiles. Por lo general se presta atención al desarrollo del juego,

mientras que la naturaleza de los objetos que intervienen en dicho juego reciben una

consideración secundaria. Sin embargo, el niño y la niña conciben invariablemente al

juguete desde el punto de vista utilitario, para que le sirvan en el juego, y cuantos más

usos puedan concebirles, más los preferirán y durante más tiempo les interesarán.

El mejor juguete es aquel que más se corresponda con el desarrollo psíquico y físico del

niño y la niña, y el que de mejor manera satisfaga las necesidades y motivos que

caracterizan su personalidad en formación. Por esto es indispensable un conocimiento

profundo de las particularidades del desarrollo infantil para crear juguetes

verdaderamente promotores de este desarrollo.

Si bien es cierto que deben concebirse los juguetes en relación con la edad, y por lo tanto,

adaptarse al estado actual del desarrollo de los pequeños, es importante también

relacionarlos con algunos que se adelanten en algo a sus posibilidades, para que incidan

en su zona de desarrollo potencial, les sirvan de estímulo para alcanzar un nivel de

desarrollo posterior. Este concepto, que tiene una significación particular dentro del

proceso de enseñanza, la tiene a su vez en la utilización del juguete como medio de

desarrollo del niño y la niña.

Por su propio devenir evolutivo el niño y la niña han de encontrar nuevas formas de acción

en los mismos objetos y juguetes, pero el adulto ha de elaborar algunos que les obligan a

utilizar recursos físicos y mentales de sus potencialidades. No es de olvidar que ningún

objeto por sí mismo enseña a los niños y niñas a actuar, se requiere el concurso del adulto

que es el que los pone en contacto con este mundo de los objetos, y les enseña las formas

de actuación históricamente concebidas para estos objetos. En el caso que nos ocupa es

bueno recordar que el juguete no enseña a jugar, al igual que un objeto cualquiera no

demuestra por sí mismo su función, es necesaria una actividad conjunta del niño y el

adulto para que, en el propio proceso de su acción, el pequeño asimile las relaciones y

funciones que están impresas en la estructura del objeto. En esta actividad conjunta el

adulto, al ubicar algunos juguetes que se adelantan un poco al nivel actual de desarrollo

del niño y la niña, estimula sus zonas de desarrollo próximo o potencial, y se da como

resultado un mayor nivel de desarrollo. Luego los niños y niñas aplicarán por sí mismos los

conocimientos adquiridos, generalizarán relaciones, y descubrirán por su propia acción

nuevos medios y formas de actuación con los juguetes, en un ininterrumpido proceso de

crecimiento y desarrollo.

La Edad Y Los Juguetes

Se ha hablado mucho respecto a la selección de los juguetes de acuerdo con la edad, bien

sea la cronológica o del desarrollo. Sin embargo, las investigaciones demuestran que esto

solo tiene importancia como guía general.

El desarrollo del juego, y consecuentemente del juguete, es un proceso gradual, siendo

su denominador común, la continuidad. Es decir, cada fase del juego es consecuencia de

la etapa que le precedió, y en la actual, hacia su

final, se van a dar las premisas de la fase posterior.

En este sentido, en una misma etapa hay cuestiones

referentes al estado actual, a lo que ya fue, y a lo

que está por sucederse: determinar entonces que

un objeto-juguete es propio y particular de una sola

edad, puede conducir a graves errores en la

educación del niño y la niña, en el desenvolvimiento

de sus juegos, y en la selección de los juguetes.

Tampoco, por supuesto, puede irse al extremo de

no tomar en consideración la edad para la elección de los juguetes, pues en alguna medida

cada edad tiene sus correspondientes particularidades y propiedades que le son típicas y

características.

Pero en general es más importante que el juguete se adapte al nivel mental y al desarrollo

de la vida en sociedad del niño y la niña, que el restringirlo a una edad cronológica.

No obstante, la edad cronológica si parece tener una importancia en la consideración de

la estructura del juguete. En los niños y niñas más pequeños, el buen juguete no tiene que

reproducir exactamente el objeto en cuestión, sino reflejar en términos generales su

función. Sin embargo, el niño y niña al final de la etapa infantil se interesan mucho más

por los detalles, y son menos tolerantes con las toscas distorsiones de la realidad en los

materiales que se les proporcionan para sus juegos.

En síntesis, de acuerdo con el aumento progresivo de edad el objeto-juguete ha de reflejar

de forma más exacta la realidad, para posibilitar un mejor desenvolvimiento del juego

infantil.

La edad es también un determinante importante en cuanto a las posibilidades de que el

juguete permita la libre iniciativa y creatividad del niño y la niña. La mayor equivocación

que se puede hacer en la lección de los juguetes es seleccionar aquellos que no permiten

la variación y no se prestan a desplegar su habilidad creadora.

Un último aspecto en referencia con la edad está circunscrito al tamaño de los juguetes.

En las primeras edades los niños y niñas prefieren los juguetes grandes, de ahí que, por

ejemplo las pelotas que se utilizan con estos sean más voluminosas que las usadas con los

grupos mayores, lo cual está relacionado con sus posibilidades motrices e intelectuales.

Al niño o niña también le interesan las reproducciones pequeñas: automovilitos, zoológicos

miniaturas, soldaditos, que apenas atraen la atención de los más pequeños.

¿Cómo Juegan Los Niños?

El juego provee a los niños la oportunidad de hacer sentir su universo. Esto los ayuda a

descubrir y desarrollar su propio cuerpo, descubrir a otros y desarrollar relaciones

interpersonales para imitar papeles de la familia y descubrir nuevos modos de operar.

El juego le permite al niño conocer su mundo, descubrir su cuerpo, conocer a otras

personas y relacionarse con estas, desarrollar vocabulario e imitar roles de adultos. El

juego es un medio primordial en el aprendizaje de los niños de nivel preescolar. Estudios

han demostrado que el juego con un rango de

funcionamiento psicológico incluye pensamiento

creativo, solución de problemas, habilidades para

aliviar tensiones y ansiedades, habilidad para adquirir

nuevos entendimientos, habilidad para usar

herramientas y desarrollo del lenguaje.

Rousseau enfatizaba la importancia del niño,

desarrollando sus instintos naturales, estableciendo

un juego de niños en su ocupación natural y que no

sienta alguna diferencia. Él veía el aprendizaje de los

niños llevándose a cabo a través de la libertad y

espontaneidad que el juego provee. Pestalozzi

comenzó la primera educación al exterior enfatizando

que los niños deben continuar como lo hacían en el

hogar, en orden para. Rousseau veía el juego como una forma libre y espontánea de

aprender. Pestalozzi creía que el juego debía ser igual al juego del hogar encaminado a

aprender.

El juego tiene motivación intrínseca. Es disfrutable, flexible, escogido libremente. No es

literal. Requiere actividad verbal, mental y física. Krasnor & Pepler sugieren que el juego

puro es una combinación de elementos. El juego del niño es simbólico (representando la

realidad); significativo (experiencias relacionadas); activo (los niños están haciendo

cosas); placentero (cuando se envuelven seriamente en una actividad); voluntario o

intrínseco (motivado); los motivos son curiosidad, material, afiliación con reglas,

expresado implícita o explícitamente, episódico, caracterizado por metas emergentes,

cambiantes que los niños desarrollan espontáneamente.

El contenido del juego está influenciado por las experiencias de los niños y por el contexto

en el que ellos se encuentran. El contexto puede incluir ambiente físico, tiempo, otros

niños y adultos, culturas y expectativas. Jean Piaget propone que el juego puede ser pura

asimilación, pero su relación o predominio de su asimilación sobre la acomodación es lo

que define una actividad como juego. Dewey sugiere que el juego da prominencia o énfasis

a una actividad sin mucha referencia a sus resultados. Bruner, Jolly & Silva, proponen que

los niños usan invenciones en las reglas del juego en una forma creativa y generativa.

Brunner y Sherwood ven el juego como una oportunidad para practicar su rutina de

conducta. Los niños cuando juegan están continuamente percibiendo, usando contrastes:

un aspecto social, de aprendizaje. El juego tiene un lugar particular en la Teoría de Piaget.

Piaget escribió:

"El juego es una forma particularmente poderosa de actividad que tiene la vida social y la

actividad constructiva del niño. Las funciones del juego difieren con la variación de edad

cronológica. Muchas actividades del exterior e interior de los niños son determinadas por

el equipo, espacio y superficie."

Juguetes pedagógicos según la edad Tengámoslo presente. No cualquier juguete es ideal para cualquier niño. Para eso, debemos

conocerlo y buscar asesoría para hallar el indicado para su edad, de lo contrario, podríamos

equivocarnos y no favorecer al niño, sino más bien confundirlo. Lo importante es buscar

el juguete pedagógico perfecto que él sabrá aprovechar y sin notarlo, contribuirá a reforzar su

educación.

Juguetes pedagógicos por edad

Entonces, ¿cuáles son los pasos a seguir en la elección de un juguete pedagógico idóneo?.

En primer lugar, debemos buscar entre la gama de juguetes adecuados para cada rango de

edad. Recordemos que en los paquetes de los mismos se informa la edad adecuada de uso.

Aunque claro, esto no es 100% determinante, pues cada niño es un mundo, y sus predilecciones

variarán según su entorno y/o ambiente familiar, vale decir, clase de educación que recibe, si

tiene hermanas, relación con sus padres… etc

En todo caso, consideremos el hecho de que existen juguetes pedagógicos que nunca pasarán

de moda y que pueden durar como años, como las pelotas o muñecas, los cuales se van

adaptando muy bien a cada etapa del menor, que aprende a darle un uso diferente según su

edad.

Recordemos que cada niño puede darle su propio uso a un juguete pedagógico, así, las

posibilidades de juegos son miles, pero siempre debemos pensar en que el referido objeto llega

al niño de la edad correcta. Aquí, una breve clasificación:

Para niños de 9 a 12 años se recomiendan juguetes pedagógicos que requieran de reflexión

para utilizarse: maquetas, trenes, microscopio, pequeños laboratorios de química, mesas de

ping pong, walky-talkies o rompecabezas.

Para niños de 7 a 9 años se recomidan juguetes pedagógicos como: teléfonos, juegos de

mesa, bicicletas, cuerdas para saltar, patines, arcos con flechas, futbolines, circuitos de coches…

Para niños de 5 a 7 años son ideales juguetes pedagógicos como: las marionetas, cajas de

herramientas, juguetes de construcción o instrumentos musicales de percusión, casas

desmontables.

Para niños de 2 a 5 años son juguetes pedagógicos perfectos: las pelotas, pero no muy

grandes, muñecas con sus vestidos, teléfonos que suenen, ollas, vajillas de plástico y cubos o

palas para la playa, juguetes de lanzar y arrastar…

Para niños de 12 a 15 meses los juguetes pedagógicos puede ser: peluches son ideales,

también los juguetes de plástico, muñecas muy flexibles, carros y trapos con vivos colores, cajas

para llenar…

Para niños de 9 a 10 meses son ideales: los sonajeros, anillos para chupar, animales de

caucho o pequeñas pelotas de trapo.

Para niños de 8 meses son buenos: animales fabricados en caucho, juguetes con música y

sonidos…

Para niños de 2 meses: un sencillo sonajero de color rojo para que lo mire, lo coja y juegue

con él; o algún anillo para poder chupar, o incluso un trapecio con anillos y bolas.

Cabe resaltar que la etapa de 0 a 3 años es muy importante, ya que ahí aprenderán a descubrir

los movimientos de su cuerpo, el entorno que los rodea y el despertar de sus sentidos. Eso sí,

sus necesidades cambian muy rápidamente debido al veloz crecimiento del niño.

LOS JUGUETES COMO RECURSO DIDÁCTICO

RESUMEN

Se tiene en cuenta a lo largo del artículo las siguientes definiciones de juego y juguete:

JUEGO, como la principal actividad del niño

JUGUETE, todo lo que el niño utiliza para jugar puede ser considerado juguete.

El niño juega con su cuerpo, con objetos, con su cuerpo, con personas y con juguetes. El juguete es cualquier objeto que el niño emplee para entretenerse y jugar.

El juguete tiene un contenido cultural y social.

El recurso didáctico por excelencia es el juguete, pero todos los materiales que usados de forma adecuada, generen juego también lo son.

Es importante la implicación del adulto (educador, familias) ya que depende de ellos la elección de los juguetes.

Remarcar la importancia del juego y el juguete en el desarrollo integral del niño, en las dimensiones afectiva, motriz, cognitiva y social.

Valorar la importancia del juguete como recurso didáctico, que lo empleamos en el desarrollo de actividades con niños. Que el espacio se tiene que organizar para facilitar el juego. Que orientemos a los padres sobre juegos y juguetes (seguridad_ edad)

Tener en cuenta los criterios de selección a la hora de comprar los juguetes así como las normas de seguridad, tanto familia como educadores.

Por último, reflexionar sobre el consumo de juguetes y hacer alumnos y familias más críticos con las compras masivas. Además de trabajar los valores (educación en valores) a través de diferentes juguetes (bélicos, niños- niñas, reciclado, interculturalidad).

SUMMARY

One considers throughout the article the following definitions of game and toy:

GAME, like the main activity of the boy

TOY, everything what the boy uses to play can be considered toy.

The boy plays with his body, objects, their body, people and toys. The toy is any object that the boy uses to entertain itself and to play.

The toy has a cultural and social content.

The didactic resource par excellence is the toy, but all the materials that used of suitable form, also generating game is it.

The implication of the adult is important (educating, families) since the election of the toys depends on them.

Remark the importance of the game and the toy in the integral development of the boy, in the dimensions affective, motor, cognitive and social.

To value the importance of the toy like didactic resource, that we used it in the development of activities with children. That the space must organize to facilitate the game. That we orient to the parents on games and toys (security age)

To consider the criteria of selection to the hour to buy the toys as well as the norms of security, as much family as educating.

Finally, to reflect on the consumption of toys and to make more critical students and families with the massive purchases. Besides to work the values (education in values) through different toys (warlike, young children, recycled, intercultural dad).

PALABRAS CLAVE

Niño, juguete, juego, educación, educador.

1. LOS JUGUETES COMO RECURSO DIDÁCTICO: ANÁLISIS Y VALORACIÓN.

Partimos de dos principios: uno, que la principal actividad del niño pequeño es el juego, y otro, que todo lo que se utiliza para jugar puede ser considerado como juguete. El niño juega con su cuerpo, con objetos, con personas y con juguetes. El juguete es cualquier objeto que el niño emplee para entretenerse y jugar cuando utiliza la imaginación. Tiene un gran contenido social.

El juguete sirve de estimulo para que el niño explore el entorno individualmente, enriqueciendo las percepciones que recibe; lo utiliza proyectivamente, posibilitando la evasión; además, a través del juguete, el niño aprehende el mundo en el que se encuentra, ya que el juguete no puede desligarse de la sociedad que lo ha producido, puesto que el juguete reproduce modelos y valores sociales.

La forma de utilizarlo potencia y favorece determinadas actitudes y la transmisión de valores sociales.

El juego es importante para conseguir un desarrollo integral. Los diferentes autores, psicólogos y pedagogos lo reconocen, entre ellos, Froebel, Decroly, Piaget, Brunner, Montesori,

La LOE marca el juego como método de trabajo en Educación Infantil.

El juego es un elemento educativo fundamental en la vida de los niños y de las niñas, y tanto en la escuela como en sus casas es la actividad preferida.

¿Cómo ayuda el juego al niño? Por un lado, a nivel cognoscitivo ya que facilita aprendizajes, y por otro a nivel afectivo- social formando la personalidad.

Facilita aprendizajes ya que el juego es motivador (le interesa, le gusta), potencial de transferencia (estimulación y placer) y refuerzo (permite repetición y aprende).

El juego en las dimensiones afectiva, social, cognitiva y sensoriomotora:

El juego tiene dos componentes, uno de entretenimiento y otro educativo. Cuando los niños juegan se divierten y también se educan, aunque se haga sin intención. Es el adulto el que programa actividades lúdicas con determinados objetivos.

Por ejemplo, a través de juegos motóricos y sensoriales el niño desarrolla destrezas motrices, toma conciencia de su propio cuerpo, aprende a utilizarlo y a controlarlo, se estimula y desarrollan sus sentidos.

El juego ayuda al niño en su desarrollo en las diferentes dimensiones afectiva, motriz, cognitiva y social.

En la dimensión afectiva, el juego controla emociones, atribuye cualidades, sentimientos y actitudes a objetos y personas. Gracias al acercamiento ayuda a establecer y mantener vínculos afectivos. Afirma su ser, demuestra poder y autonomía. Por ejemplo, la relación afectiva con un osito de peluche.

En la dimensión social, el juego introduce al niño en formas sociales, al principio juega solo, luego con sus padres y posteriormente con otros niños. Compartiendo el juego con otros niños supera el egocentrismo y comprende el punto de vista de los demás. Posee el sentimiento de pertenencia a un grupo.

Fomenta relaciones a través de:

- Juego turbulento (0-2 años), contacto físico y social, Ej. Juego de carreras

- Juego simbólico (2 a 6 años), interacciones sociales, papeles sociales, imitación. Ejemplo, juego de cocinitas.

- Juego de reglas (5/6 años), relaciones sociales con compañeros de juego, toman conciencia de los derechos de los demás. Ejemplo: parchís.

En la dimensión cognitiva, el juego simbólico desarrolla el pensamiento, potencia la formación del lenguaje y la comunicación, la capacidad de representación y el juego crea conflictos cognitivos. Un ejemplo de juguete sería el guiñol.

En cuanto a la dimensión motriz, el juego le permite la sincronización de movimientos, la coordinación visio- motora, desarrollo de musculatura gruesa y fina. Ejemplo de juguetes sería hacer juegos de encaje, bolos, lanzar la pelota y recogerla.

En la siguiente tabla se ven la implicación del juego y el juguete en las dimensiones social, cognitiva, motora y afectiva:

A través del juguete se adquieren: conocimientos sobre los objetos y el medio, se desarrollan hábitos y se transmiten costumbres y tradiciones culturales. De ahí la importancia de utilizarlo como recurso didáctico en las intervenciones con niños.

También tenemos que tener en cuenta que el juguete tiene que ser el adecuado para conseguir los procedimientos, conceptos, actitudes y valores óptimos.

Es posible que no sea el adecuado por sus condiciones materiales o puede que sea un buen juguete en sí, pero no el apropiado para un niño determinado.

El juguete ha de salir del bazar para ocupar el sitio que le corresponde en los laboratorios psicopedagógicos y centros de experimentación y estudio. O si se prefiere, pedagogos y psicólogos han de inspirar e intervenir en los proyectos y realizaciones de fábricas y editoriales donde el juguete no debe ser fabricado desde perspectivas puramente técnicas o económicas. Seria imprescindible que diseñadores y fabricantes contaran con dominio de psicología infantil.

Un diseño que ayude a motricidad, al desarrollo sensoespacial, social y a la adquisición del lenguaje.

2. CRITERIOS DE SELECCIÓN Y CLASIFICACION DE JUGUETES

El niño necesita al adulto para elegir sus juguetes, pues no tiene suficiente madurez para hacerlo o su criterio y su interés no coinciden con lo que el adulto cree que le conviene. Sin embargo, el adulto no siempre sabe elegir lo mejor para cada niño, por eso ha de guiarse por unos criterios que puedan orientar su elección.

Estos criterios son los siguientes:

Seguridad. Es un criterio básico, dada la edad de los niños en esta etapa. Para ello, hay que fijarse en estos aspectos: materiales empleados, tamaño, tamaño de las piezas, peligros potenciales, riesgos posibles, ausencia de aristas y bordes. Este apartado se detallará en el epígrafe 6 que es de normas de seguridad de los juguetes.

Duración. Es importante tener presente la duración, ya que un buen juguete debe permanecer con el niño mientras según este vaya creciendo.

Grado de realidad y estructuración. Cuanto más estructurado sea un juguete, menos permitirá el desarrollo creativo.

Salubridad e higiene. Los juguetes deben de estar hechos de materiales fáciles de limpiar e higiénicos.

Estética. Serán atractivos en color, forma y presentación.

Adecuación a la edad.

Criterios pedagógicos. Son fundamentalmente estos:

o Un juguete debe ser eminentemente divertido, ha de incentivar el juego.

o Tendrá carácter global, será polivalente, sencillo, abierto, con múltiples aplicaciones y combinaciones, permitirá transformaciones con varias posibilidades de juego.

o Estará adaptado a las necesidades de los niños, respondiendo a sus intereses y a su experiencia, y facilitando la creación de intereses nuevos.

o Debe posibilitar el descubrimiento, la necesidad de exploración, la creatividad y la socialización, estimulando la participación y el contacto con los demás.

o Su mecanismo e instrucciones han de ser comprensibles para el niño.

o La forma de juego será comprensible y suficientemente flexible para el niño, en el sentido de que ha de poderse adaptar a cada niño en particular.

Otro aspecto importante, es la calidad del embalaje y del etiquetado: se tendrá que considerar si está hecho de material resistente, si es higiénico, si se adecua a la edad, si guara relación con el contenido de la caja (si es proporcional al juguete) y si permite no solo el transporte por parte de los niños, sino también el mantenimiento (hay bastantes juguetes, que una vez montados es imposible volver a guardarlos).

En resumen, un buen juguete es aquél que está compuesto de materiales idóneos, que desarrolla capacidades en el niño, que divierte y que estimula la consecución de valores y aptitudes positivas (participación, socialización, solidaridad, respeto, la atención a la diversidad, ecologismo, autoestima,...)

La clasificación de los juguetes se puede hacer de múltiples formas, dependiendo de los criterios que se tengan en cuenta. A continuación se presentan según Glanzer que los clasifica según las áreas de la personalidad:

De perceptividad: producen sonidos y movimientos.

De psicomotricidad: desarrollan la motricidad. Son de tres clases: de arrastre, los que contribuyen a la habilidad manual, los que afectan a la actividad física de todo el cuerpo (pelotas, globos).

De afectividad: en ellos se deposita la emotividad (ositos).

Dramáticos: permiten al pequeño canalizar sus fantasías en forma de juego simbólico, dramatización y títeres. Se distinguen, a su vez:

o Los que reproducen la acción del adulto (cocina, coches, teléfonos)

o Los que ayudan a identificar personajes (sombreros)

o Los que estimulan la fantasía a través de muñeco (títeres)

De creatividad: permiten crear entes reales o imaginarios.

Intelectuales: ofrecen la posibilidad de resolver problemas, sea por asociaciones espaciales o lógicas. (Dominós, loterías, ajedrez)

Sociales: son juegos colectivos, con reglamentos, por lo que hacen que se desarrollen conductas sociales.

Otra clasificación sería el Sistema ESAR, éste fue creado por una ludotecaria canadiense en 1982 (Dense Garon) que consiste en un sistema de clasificación de los juguetes en varias categorías:

De ejercicio (sensoriales, psicomotrices y manipulativos)

Simbólicos (de hacer como si, de roles, y de representación)

De ensamblaje (construcción, montaje de poleas...)

De reglas (habilidad, estrategias, azar)

Lingüístico y afectivo.

Se puede hacer la clasificación según las edades, pero esto lo desarrollaremos en el siguiente epígrafe.

3. ADECUACION JUGUETE _ EDAD.

Un juguete tiene adecuarse a la edad, los intereses, aptitudes, contexto y situación de los niños y debe contribuir al desarrollo integral de estos.

En la siguiente tabla se detalla una clasificación de juguetes según edad:

Edad Juguetes

De 0 a 1 años

Los juguetes deben contribuir a:

- ejercitar posibilidades motrices

- observación

- a descubrir su propio cuerpo y objetos cercanos.

Sonajeros

Muñecos de tela y de goma

Gimnasios para bebés

Tentetiesos

Móviles

Juegos sonoros y cajas musicales

Anillas encajables

Libros de plástico y de tela

Pelotas de tela

Mordedores

Juguetes para el agua

De 1 a 2 años

Puede andar solo Apilables

Juegos de arrastre

Pelotas

Juegos de ensartar

Tambores

Pianos

De 2 a 3 años Correpasillos

Cubos

Pelota

Plastilina

Triciclos

Puzles

De 3 a 4 años

Aumenta la precisión de movimiento y deseo de imitación

Toboganes

Construcciones

Disfraces

Bici con patines

Títeres

Lápices

Tizas

Moldes

De 4 a 5 años

Dramatización y disfraces Títeres

Patines

Cuentos

Bicicleta

De 5 a 6 años Damas

Domino

Cartas

Juegos de asociación, seriación, y clasificación.

Cometas...

4. EQUIPAMIENTOS DE JUEGO EN EL EXTERIOR

El exterior es apropiado para el contacto con la naturaleza, los juegos colectivos, de movimiento, deportivos, de motricidad en general.

Así podemos decir que las actividades lúdicas de exterior se desarrollan en:

Parques o jardines

Calles

Parques de atracciones, acuáticos, infantiles

Piscinas, granjas escuelas.

Los criterios de organización espacial vienen recogidos en el RD 1537/2003 sobre requisitos mínimos de los centros educativos, para el 2º ciclo de Educación infantil. Son los siguientes:

- Patio de 150 m

Los espacios exteriores de juego tienen distintas zonas:

- Espacio amplio de juegos colectivos

- Mobiliario y recursos motrices (toboganes, rampas, columpios, balancines)

- Actividades sociales (tren de madera, cabaña)

- Zona de gran grupo (anfiteatro para títeres..)

Los criterios del espacio exterior son:

- Amplio y con fácil acceso desde aula

- Suelo variado, arena, tierra cultivable, pavimento.

- Espacios al sol y sombra

- Espacios cubiertos para época lluviosa

- Drenaje para evitar encharcamiento.

- Arena natural: árboles y arbustos, flores y plantas

- Mobiliario de exterior adecuado: aparatos de movimiento, lugares de juego simbólico, equipo móvil (triciclos, cubos de arena y agua ...)

5. NORMAS DE SEGURIDAD DE LOS JUGUETES

La seguridad de los juguetes ha sido una constante preocupación por parte de las autoridades, fabricantes y educadores. En Europa coexistían diferentes normas pertenecientes a distintos países que dificultaban el desarrollo de un mercado interior que fuera unánime en cuanto a condiciones de seguridad. Por eso, el Consejo de la CEE aprobó la directiva del Consejo 88/378 que tenía por objeto acercar las diferentes legislaciones y posibilitar la libre circulación de los juguetes, asegurando la protección de la salud y la seguridad de los consumidores.

Para cumplir el Art. 15 de la Directiva, el gobierno español promulgó el Real Decreto 880/1990 en el que se concibe el juguete como “todo producto concebido o manifiestamente destinado a ser utilizado con fines de juego por niños de edad inferior a 14 años”. En su Anexo II se señalan los principios generales sobre seguridad en los juguetes:

- Se especificará la edad mínima de los usuarios de los juguetes y/o la necesidad de la supervisión de un adulto.

- Y se alertará en el envase y en las instrucciones sobre los posibles riesgos que puede traer su uso y la forma de evitarlos.

El Real Decreto 204/1995, de 10 de febrero, modifica el RD 880/1990 y por lo tanto las normas de seguridad de los juguetes, cambia denominación CE por UE y viene a armonizar la legislación europea y nacional en materia de fabricación y etiquetado.

A continuación se detallan las normas de seguridad:

Propiedades físicas y mecánicas

Los juguetes, así como sus elementos, serán lo suficientemente resistentes para aguantar los usos, sin que se rompa o deforme y sea causa de posibles heridas. Estará muy cuidado el acabado de los bordes y cables.

Los juguetes destinados a niños de menos de tres años deberán tener un tamaño suficiente para impedir su absorción, inhalación, etc. También los embalajes.

Los juguetes de agua eliminarán en la medida de lo posible el riesgo de hundimiento del juguete, con la consecuencia por parte del niño de la pérdida de apoyo.

Los juguetes en los que se pueda entrar deberán tener un sistema de salida fácil.

Los juguetes que produzcan movilidad deberán estar dotados de un sistema de frenado adaptado al tipo de juguete.

Inflamabilidad

Los juguetes deberán estar hechos de materiales que no se quemen al exponerlos a una fuente calorífica; que no sean fácilmente inflamables; que si arden lo hagan con muy poca velocidad, no deberán se explosivos, o tener elementos que puedan explotar.

Propiedades químicas

Deberán ser diseñados de tal forma que su inhalación, ingestión, contacto con la piel, etc. no presente riesgos para la salud.

No deberán contener sustancias o preparados peligrosos.

Propiedades eléctricas

La tensión de los juguetes no podrá exceder de 24 voltios. Todas las partes en contacto con una fuente de electricidad irán protegidas y aisladas.

Higiene

Deberán fabricarse de forma que satisfagan las condiciones de higiene, para evitar posibles riesgos de infección, enfermedad, etc.

Advertencias e indicaciones de las precauciones del uso y el manejo.

Se indicará explícitamente en los juguetes que puedan resultar peligrosos para niños menores de tres años.

Los toboganes, columpios, anillas y juguetes montados sobre soportes deberán ir acompañados de instrucciones en las que se haga hincapié sobre la necesidad de revisiones periódicas en suspensión, fijación al suelo, sujetadores, etc.

Los juguetes funcionales (aquellos que tienen las mismas funciones que aparatos o instalaciones de adultos: máquina de coser, plancha...), advertirán en su envase de utilizarlos bajo la vigilancia de los adultos.

Los patinetes y patines llevaran una inscripción según la cual deben utilizarse con equipo de protección; así mismo los juguetes náuticos se llevarán el aviso de utilizarse sólo donde el niño pueda estar de pie y bajo vigilancia.

Como consecuencia de que en la sociedad cada vez se está dando más importancia a la educación para el consumo y a los derechos de la infancia, ha surgido la importancia de la calidad de los productos consumidos, y por supuesto también en el juguete. Con el fin de poder detectar los errores o anomalías en la fabricación, para reconducir los procesos, si se estimara conveniente, y así conseguir un juguete de calidad.

La Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), tiene como cometido velar porque los juguetes comercializados posean unos niveles altos de calidad. Aquellos que lo cumplen les entregan el símbolo de normalización N. Esto lleva implícito que ese juguete ha sido analizado y estudiado por distintos especialistas que corroboran que los procesos de fabricación y el producto cumplen con los criterios de calidad exigidos.

6. LOS JUGUETES Y LA EDUCACIÓN PARA EL CONSUMO.

Educación para el Consumo está dentro de Educación en valores (paz, igualdad, medioambiente,....).

1.- ¿Qué es Educación para el Consumo?

Aportar a los alumnos elementos de todo tipo que les permita situarse ante la sociedad de consumo como personas conscientes, críticas, responsables y solidarias.

2.- Contenidos relacionados con juguetes

- Publicidad: Tiene mucha influencia en la elección de los juguetes. Los juguetes forman parte de la sociedad de consumo. Tener conciencia en Campañas de Navidad.

- Juegos, juguetes y material escolar.

- Recuperar juegos tradicionales

- Jugar de forma creativa ¿a cuantas cosas puedo jugar con este juguete?.

- Iniciar en la valoración de juguetes.

- Arreglar juguetes estropeados.

- Construir juguetes con materiales de desecho.

- Cuidar los juguetes y el material escolar.

- Constatar cómo son realmente algunos juguetes que se anuncian en TV y comprobar que lo que se dice es verdad.

Recomendaciones del Instituto Nacional de Consumo, para la compra de juguetes.

1. Pensar cuál es el juguete más adecuado para el niño

2. Saber que el mejor juguete es aquél que desarrolla la imaginación y participación

3. Rechazar imitaciones de la realidad

4. Comprobar resistencia del juguete

5. Leer detenidamente las etiquetas.

6. Si el juguete está embalado, abrirlo para examinarlo.

7. Seguridad, Ej. Si se compran peluches que no se desprendan los ojos, aristas, bordes, cuidado con piezas pequeñas.

8. Animar a los niños a fabricar sus juguetes.

EDUCACIÓN CONSUMO.

Ya hemos dicho que el juguete es un producto de la sociedad en la que se enmarca, puesto que perpetúa valores y modelos sociales; pero no sólo el juguete en si, sino también el uso que los adultos les damos. La forma de utilizarlo potencia y favorece determinadas actitudes y la transmisión de valores sociales a los pequeños. Parece ser que se quiere más al niño por comprar más cantidad de juguetes; igual cuanto más afecto le profesamos más grande es el juguete, y además cuando nos los queremos ganar también utilizamos el juguete como mecanismo de compensación afectivo.

Importancia de las ludotecas, colegios (escuelas de padres) en la información y reflexión acerca del consumo de juguetes

Reflexionar a través de los juguetes sobre los diferentes temas transversales:

Tipo de juguetes Tipo de educación en valores que promueven

Juguetes cooperativos en vez de bélicos. EDUCACIÓN PARA PAZ

Juguetes tradicionales y otras culturas.

EDUCACIÓN INTERCULTURAL

Trabajar desde todas las culturas ya que se juega en todos las partes.

Muñecas y camiones utilizados tanto por niñas como por niños EDUCACIÓN PARA LA IGUALDAD

No se debe favorecer el sexismo en los juguetes, éste no es sexista es la sociedad

Juguetes recuperados y del entorno EDUCACIÓN PARA EL MEDIO AMBIENTE

Favorecer la creatividad, trabajo en grupo, son de fácil adquisición, bajo coste, ....

Favorecer la utilización de juguetes educativos (geomag, Mini arco) y de juguetes relacionados con las TICs (ordenadores, CDs, DVDs)

La actividad lúdica como herramienta pedagógica

La revista de pedagogía Bordón ha dedicado un monográfico a la actividad lúdica en la

pedagogía infantil en el que destaca la importancia del juego para la educación y el

aprendizaje en la escuela.

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“Juego, educación y aprendizaje. La actividad lúdica en la pedagogía infantil”, este es el

nombre que ha recibido el monográfico especial que ha presentado esta mañana la

reconocida revista de pedagogía “Bordón”. La revista, publicada por la Sociedad Española

de Pedagogía desde 1947, recopila en un número especial las aportaciones de expertos

nacionales e internacionales en la materia, y en el que se destaca la importancia del juego

y el juguete como herramientas de educación y aprendizaje en las aulas.

El monográfico recopila una serie de artículos en el que sus autores analizan la

importancia del juego en el ámbito educativo, haciendo referencia a estudios y análisis de

famosos autores que han documentado los resultados de la integración del juego en las

escuelas.

El juego, presente en el jardín de infancia.

Durante su estancia en el jardín de infancia, los niños principalmente aprenden jugando.

Se trata de un hecho comúnmente aceptado, pero las opiniones difieren en cuanto este

juego se traslada a los colegios.

Algunos argumentos apuntan a que en el colegio los niños deben trabajar y no jugar como

hacían en la guardería. Pero es necesario tener en cuenta el crecimiento de los niños y

adaptar los juegos y utilizar los juguetes que se adecúen a estas nuevas necesidades de

aprendizaje.

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A través del juego los niños abordan la realidad

Como apunta en su artículo Andrés Payá, miembro del Observatorio del Juego Infantil

(OJI) y doctor en Pedagogía, “El juego es un medio de aproximación, contacto, apropiación

y aprendizaje de nuestro entorno más próximo, erigiéndose en un extraordinario

instrumento de educación integral”. Y como añade Jose Luis Linaza, miembro del OJI y

catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de

Madrid, “La relación entre el juego y la cultura estimula a los niños a explorar el propio

proceso de conocer y comprender”.

Por todo ello el juego se convierte en una herramienta educativa para el niño, no sólo

como ser individual, sino también social. Pero la intencionalidad educativa impone

condiciones especiales al juego que debe adaptar su condición lúdica para formar parte

integral de la educación del niño. A partir de ciertas edades el adulto puede dirigir el juego

para fomentar el aprendizaje de ciertos contenidos, pero como advierten varios autores

de Bordón hay que cuidar y regular esta supervisión del juego para no destruir su libertad.

El juego como recurso didáctico en las escuelas españolas

En muchos centros escolares de nuestro país el juego se ha convertido en un recurso

pedagógico incluido en los planes de estudio de muchas asignaturas. Así lo ha puesto de

manifiesto el concurso organizado por el Observatorio del Juego Infantil “El Juego en la

Escuela” en el que han participado escuelas infantiles y de primaria de toda España.

Las asignaturas de inglés y matemáticas son en las que mayor presencia tiene el juego

como herramienta pedagógica, y en muchos casos el juego y los juguetes se han incluido

como material y parte de la asignatura durante varios cursos.

Los proyectos presentados destacan la importancia del juego como recurso para

“aprender a aprender” y apuntan a que “una escuela que educa mediante el juego, es una

escuela que enseña a ser felices”.

ludic 2

Una fuente de conocimiento, Bordon, que vale la pena tener cerca, en especial para los

profesionales de la pedagogía e incluso en el ámbito comercial para quienes se dedican a

la introducción de productos lúdicos en nuestros mercados para nuestros pequeños, pues

realizan consciente o inconscientemente una labor de modelación de estas futuras

generaciones, y el juego es un excelente transmisor de valores, aplicados a conductas, que

estimulan deseos y vocaciones y por tanto culturizan y nos mejoran a todos.

CULTURA Y JUEGO Desde que nacemos, jugamos. Jugamos con los sonidos, con parloteo, con el propio

cuerpo, con objetos. Aprendemos la realidad jugando, aprendemos la cultura a través de la

experiencia y el juego. Jugando aprendemos, pero aprendiendo también jugamos. El juego

es por excelencia una actividad creadora y de aprendizaje. Y a partir de la experiencia con

los objetos y con los otros vamos forjando nuestra modalidad de aprendizaje, porque la

construcción del conocimiento implica una interrelación entre lo subjetivo, los vínculos intersubjetivos y la cultura.

Cultura y juego

Para Johan Huizinga la cultura surge en forma de juego, es decir, que se desarrolla "en

las formas y con el ánimo de un juego". En su obra Homo Ludens, sostiene que el juego es

más viejo que la cultura, pues la cultura presupone siempre una sociedad humana, y los

animales no han esperado a que el hombre les enseñe a jugar. Para él, todo ser pensante "puede imaginarse la realidad del juego".

Vemos jugar a los niños pequeños y a los bebés con su propio balbuceo o con su cuerpo,

mucho antes de que puedan diferenciar el yo del no-yo, mucho antes de diferenciar la

realidad subjetiva y la cultura. Estos "juegos" se ubican dentro de lo que el psicoanalista

inglés D. Winnicott denomina espacio transicional, como fenómenos transicionales.

Winnicott afirma que existe un estado intermedio entre la incapacidad del bebé para

reconocer y aceptar la realidad y su creciente capacidad para ello, es un espacio de ilusión,

que en la adultez en inherente al arte y a la religión. Para él, la experiencia cultural se

ubica en ese espacio potencial que existe entre el individuo y el ambiente, y la experiencia cultural comienza con el vivir creador, cuya primera manifestación es el juego.

Ese espacio potencial es una zona intermedia de experiencia que es una continuación

directa de la zona de juego del niño pequeño. Contribuyen a ella la realidad interior y la

vida exterior. Se trata de un espacio que no implica desafío alguno, porque no se le

presentan exigencias, salvo la de que exista como lugar de descanso para un individuo

dedicado a la perpetua tarea humana de mantener separadas y a la vez interrelacionadas la realidad interna y la exterior.

Cultura e identidad

El proceso de formación de la identidad implica una interrelación entre lo subjetivo y el contexto. Las referencias y la cultura influyen tanto como lo subjetivo.

La evolución de la identidad depende de tempranas identificaciones, de las crisis

psicosociales ligadas a las distintas etapas de la evolución de la personalidad y a la

congruencia entre los valores de la sociedad y los del individuo.

Para E. Erikson la identidad es "un sentirse vivo y activo, ser uno mismo, la tensión activa

y confiada y vigorizante de sostener lo que me es propio; es una afirmación que manifiesta una unidad de identidad personal y cultural".

La identidad contiene la historia de la relación entre el individuo y su sociedad, y la de la forma particular de solución encontrada frente a sus problemas.

La identificación es central en desarrollo de toda persona. La construcción de la

personalidad se produce a través de un proceso de múltiples identificaciones con padres, hermanos, maestros, amigos, familia, etcétera, dentro de un contexto social y cultural.

Mencionando uno de los aspectos y voces que la caracterizan, la adolescencia es una etapa

de búsqueda de la identidad y confusión de roles, el proceso de identificación es central. Al

entrar a la adolescencia el joven se encuentra muy ligado e identificado con las figuras

paternas, pero al transitar esta etapa, y con los cambios psicofísicos y sociales que implica,

el adolescente tiende a alejarse de ellos y busca nuevos modelos identificatorios, modelos que lo diferencien de los padres.

Dentro de esta búsqueda de modelos se encuentran los amigos -es la edad de los grupos-,

profesores, personajes mediáticos, músicos y -por qué no- de personajes de aventuras

como los propuestos en ciertos videojuegos .

El videojuego, con su trama y sus personajes, permite a niños, adolescentes, y también a

adultos, identificarse con ellos, ya sea por la particularidad de la narrativa o bien por las características del personaje.

Cuando el adolescente se encuentra "metido" en el videojuego, cuando creemos que está

absorbido por la computadora, está -siempre y cuando esté realmente "jugando"- en

conexión con su subjetividad y en contacto con la realidad, aunque en este caso sea un

videojuego. Como se dijo anteriormente, esa zona de superposición es de la experiencia

cultural, ese espacio donde se puede mantener interrelacionadas la realidad interna y la

exterior. Esto no significa que el adolescente no sepa diferenciar la subjetividad de la objetividad, sino que puede relacionarlas en esa experiencia.

Identificación y nuevos medios

En la era de la información y la cultura de la inmediatez y de las imágenes, los jóvenes de

hoy buscan la respuesta rápida, el movimiento y las experiencias más de tipo virtuales y

comunicacionales con los nuevos medios, y la conformación de redes y comunidades virtuales.

En esas redes sociales, conformadas por herramientas como Facebook o MySpace , por

ejemplo, podemos observar la agrupación de adolescentes unidos por los mismos intereses y en la búsqueda de nuevas relaciones, referencias y modelos.

En el caso particular de las realidades o mundos virtuales, como podría ser el caso

de Second Life, el usuario puede proyectarse en ese mundo, actuar libremente e

identificarse con su avatar, sin que ello le provoque exigencia alguna más que, como

dice Winnicott , mantener relacionadas su realidad interna (subjetividad) y la realidad

externa. Si bien hablamos -o mejor: se interactúa- con una realidad virtual, no real, para el caso produciría el mismo efecto si consideramos la definición de virtualidad de Tiffin y

Rajasingham, que dicen que lo virtual es aquello que no existe en realidad pero que provoca unos efectos similares a los producidos en contextos reales.

Entonces, las expresiones de nuestra cultura, como las redes sociales, los videojuegos y los

mundos virtuales tienen su participación en la formación de la identidad de los jóvenes de

esta sociedad, porque la identidad es una afirmación que manifiesta una unidad de identidad personal y cultural , constituida a través de múltiples identificaciones.

El juego y su relación con la Cultura, la comunidad y la familia

El juego tiene una estrecha relación con la cultura. No existe nada sin juego, y la cultura es tal porque así se juega. Lo que sucede es que generalmente tenemos naturalizado al hecho de jugar, entonces no lo vemos como una acción cultural. La relación entre ambos elementos es tan simbiótica, que cultura y juego son inseparables. ¿Qué fue primero, el juego o la cultura?, se pregunta Johan Huizinga, en su libro Homo ludens, y desde esa pregunta puede descifrar que el juego es generado por la cultura. Algunos hoy ven al juego como una herramienta de intervención. Hablan del jugar por jugar, pero jugamos porque es un bien cultural. En el juego no hay objetivo previo, algo que sí aparece cuando desnaturalizamos el jugar. Hay que entender que el juego no tiene propósito previo, en su esencia cultural no plantea objetivos. El juego es el desarrollo de un bien cultural que tomará la forma propia del momento en que se genere. En estos momentos actuales, tiene que ver con lo tecnológico. El juego es una matriz que les permite a los niños entrar a la cultura de una manera natural, por eso muchos se repiten de generación en generación. Pueden cambiar las formas o los soportes, pero el espíritu lúdico y el fin siguen siendo los mismos. Cuando jugamos vamos ingresando a los modos de

la familia, de la comunidad, de la sociedad. Cada familia tiene una microcultura en su manera de jugar, y eso se refleja en la identidad que desarrollamos, tanto en el grupo, como padres, abuelos. El juego es constructor de identidad. Portamos una manera de ser que nos identifica. Además, nos representa culturalmente, y por lo tanto también a la época En este sentido, Daniel Calmels sostiene que los juegos en la infancia tienen tres variantes: sostén, ocultamiento y persecución. Estos tres elementos se repiten siempre en los juegos, solo se van entrelazando y provocando así distintas dificultades. Si analizamos, los podemos detectar incluso en los juegos de adultos, y corresponden a acciones que los niños necesitan y deben ir desarrollando para crecer y formar su identidad. ¿Te acordás? Con el paso del tiempo algunos juguetes fueron cambiando, pero hay determinados juegos que en realidad modificaron el modo pero conservaron la esencia. Esto se debe a que es una condición lógica y necesaria para que acompañen el desarrollo de las personas y sigan siendo organizadores en relación al niño y su mundo y al niño con los adultos. En épocas anteriores, algunos juguetes, muchos de ellos, eran usados por los mayores y luego se transfirieron a la infancia. Esto se puede ver en las películas que muestran las costumbres de las cortes reales, por ejemplo. Claro está que para ver a qué jugamos primero hay que saber en qué contexto se da. Una cosa es un niño jugando en un departamento y otra muy distinta si puede correr y saltar en un cerro. En ambas experiencias hay diferencias, cambia el mayor o menor contacto con la naturaleza, con la tecnología,

la posibilidad de desplazarse. Los elementos que nos encontramos alrededor pueden ser buenos disparadores para idear los propios momentos lúdicos. Actualmente, muchos autores y profesionales miran con preocupación que los pequeños juegan cada día más con dispositivos electrónicos. En este sentido, la tecnología provoca un cuerpo más pasivo que el de aquellos que están en ámbitos más naturales. Pero, lo curioso es que, a pesar de vivir en distintos contextos, aquel trío de elementos que plantea Calmels se presenta en los dos escenarios. Y esto es así porque esas tres partes tienen que ver con lo necesario para el desarrollo de las personas. Por todo esto, los adultos deben garantizar los momentos de juego. Hay que fomentar que se encuentren con el placer, pues será una sensación que los acompañará y guiará el resto de sus vidas.

EL JUEGO Y LA DIVERSION

El juego en la niñez

Para los niños, jugar es naturalmente agradable. Y puesto que su

participación es activa en cosas que se relacionan con sus intereses, el juego

debe ser guiado por el niño, o al menos ser de carácter infantil, para que éste

siga siendo relevante y significativo para ellos. Los niños que juegan se

pierden felices en sí mismos; están en inmersos en su propio reino de

maravilla, de exploración y aventura, tirando de sus padres con el frecuente

“juguemos mamá”, como parte de una invitación abierta a su mundo.

De acuerdo con el Instituto del Juego, los beneficios para el niño van desde

que jugar trae alegría pura y absoluta; fomenta el aprendizaje socio-

emocional, promueve el desarrollo físico y motor; pasando por que facilita el

aprendizaje cognitivo y mejora el desarrollo del lenguaje; hasta que fomenta

la creatividad y proporciona oportunidades de vinculación con otros.

El juego en la preadolescencia, adolescencia y juventud

Una vez acaba la niñez y empieza la pubertad, también cambia la percepción

y las formas de abordar el juego. Sin embargo, es importante recalcar que los

beneficios de jugar no se detienen: por un lado, los beneficios del juego en la

niñez se siguen desarrollando (como fomentar la creatividad o facilitar el

desarrollo cognitivo) y por otra parte, el juego adquiere gran importancia

como elemento de socialización.

De acuerdo con la sicóloga Mónica Novoa: “Es en esta etapa donde se

comienzan a consolidar las habilidades de negociación, cooperación, trabajo

en equipo y liderazgo, pues los jóvenes comienzan a interactuar entre sí de

forma mucho más frecuente e intencional. Es cuando sus opiniones y

reflexiones son punto de partida para la definición de una actividad o la

resolución de una tarea. Valoran y buscan pasar tiempo con sus pares,

participando de diversas actividades conjuntas en las que consolidan su

identidad y fortalecen sentimientos de afiliación, en donde se sienten parte

de un grupo de amigos que coinciden en intereses, donde perciben cierta

seguridad en función de la unidad de conjunto del grupo, y que en suma,

tiene también su identidad”.

Así mismo, resalta la sicóloga: “Los contextos más adecuados para la

interacción social en estas etapas son aquellos regulados por actividades de

recreación al aire libre y en espacios familiares, con deportes colaborativos o

mediados por la música y el arte. También participar adultos cercanos y

amigables para los jóvenes, que resultan adecuados para prevenir el inicio

temprano de comportamientos exploratorios de consumo de drogas y

alcohol, la prevención de la maternidad y la paternidad no planeada,

problemas de pandillas y en general, los que resultan riesgosos para el

posterior desarrollo en la juventud y la adultez”.

El juego en la adultez

El Instituto Nacional del Juego considera que el juego puede transformar

radicalmente la salud personal, al igual que las relaciones, la educación que

se le provee a los hijos y la capacidad de las empresas para innovar.

Muchos adultos tienen la mentalidad de que son demasiado viejos para

jugar. En realidad, hay una fuerte evidencia de que esto no puede estar más

lejos de la verdad: el juego puede mantenerlo joven y saludable. El juego es

la puerta de entrada a la vitalidad; por su propia naturaleza es

intrínsecamente gratificante, genera optimismo, busca la novedad, lleva a la

maestría, le da al sistema inmunológico un impulso, estimula la empatía y

promueve un sentido de pertenencia y comunidad.

Así como los niños necesitan jugar para ayudar a eliminar el estrés, y los

preadolescentes y adolescentes para socializar, los adultos necesitan jugar

para tener una mejor actitud hacia el trabajo, la paternidad y el matrimonio.

En lugar de ver el juego como una pérdida de valioso tiempo, es una gran

inversión en el propio bienestar.

Algunas de las razones por las que jugamos:

Cuando jugamos lo primero que buscamos es entretención y diversión, pero

muchas veces, incluso sin saberlo estamos jugando por otros propósitos:

Para aprender

Para crear

Para enfrentar retos

Para pasar el tiempo

Para calmarse y enfocarse en sí mismo

Como espectadores, para ver a otros

Como competidores, para ganar

Para cooperar

Por la diversión de hacerlo

Por el placer de hacerlo

CLASES DE JUEGO El juego es definido como una actividad de recreación, cuyo objetivo es el divertimento y la distracción de sus participantes, aunque en muchas ocasiones es utilizado con un papel educativo. El juego exige la participación de uno o más individuos para su desarrollo. Existen distintos tipos de juegos:

JUEGOS TRADICIONALES: son aquellos que se transmiten de generación en generación. Provienen de un país o región específicos, sin embargo las reglas son parecidas independientemente del territorio en que se lleven a cabo. Los juegos tradicionales tienen la particularidad de que sus inicios están vinculados con la historia y la cultura del pueblo de origen, por lo que el material que se utilice para desarrollarlos es específico de la región donde se practica. Por ejemplo la lucha canaria, deporte típico de las Islas homónimas.

JUEGOS POPULARES: suelen desconocerse los orígenes de esta clase de juego, ya que tienden a pasar de generación en generación de forma oral. Las reglas varían según los países o regiones donde se practique y muchas veces distintos nombres hacen referencia al mismo juego. Los juegos populares no están institucionalizados, sino que su práctica se limita al esparcimiento y la diversión. Un ejemplo es la escondida.

JUEGOS DE MESA: esta clase de juegos requiere la utilización de un tablero donde se establece la acción, y la mayoría de las veces implica la participación de dos o más jugadores. Aunque muchos de estos juegos involucran al azar en el desarrollo, existen otros que implican estrategia y lógica para alcanzar el éxito. Ejemplo de éstos son el ajedrez, el ludo, el Monopoly, etc.

JUEGOS DE NAIPES: son aquellos en los que sólo se requiere de una baraja (puede ser española o francesa) para el desarrollo del juego. En la mayoría de éstos es necesaria la participación de dos jugadores o más, sin embargo hay algunos que pueden ser practicados por un solo participante, por ejemplo el solitario. Otros juegos de naipes son: siete y medio, truco, blackjack, canasta, etc. VIDEOJUEGOS: Este término engloba a aquel juego que se visualiza y se juega a través de un dispositivo con pantalla gráfica. Para poder jugar a un videojuego es necesaria la utilización de un joystick, mouse, teclado, o cualquier elemento que controle la acción que se desea realizar. Los videojuegos incluyen distintos géneros como aventura, estrategia, lucha, educacionales, entre otros. Ejemplos de videojuegos son Heavy Rain, Age of Empires, Street Fighter, etc.

MÁS DE CLASES DE JUEGOS

Clases de juegos

Existen muchas clasificaciones de juegos atendiendo a numerosos criterios, pero nos centraremos en la que establece Piaget en función del tipo de pensamiento que tiene el niño en cada una de sus etapas evolutivas. Así, Piaget distinguió tres grandes tipos de juegos que aparecen según el niño va pasando de un estadío del pensamiento a otro más evolucionado como estructuras cognitivas que se van superponiendo.

Piaget en su Teoría del desarrollo del juego distingue entre:

Juegos de ejercicio: Son los primeros que realiza el niño. En ellos se repite una y otra vez una acción por el placer de los resultados inmediatos. Estos le pueden ofrecer experiencias auditivas, visuales, táctiles, olfativas, gustativas, de movimiento o de manipulación.

Juegos simbólicos: Aparece sobre los 18 meses-2 años. El niño atribuye toda clase de significaciones, más o menos evidentes, a los objetos: simula acontecimientos imaginarios; interpreta escenas verosímiles por medio de roles y de personajes ficticios y reales. Es el juego de “hacer como si…”, de la imitación de los adultos, es el juego de las muñecas, de papás y mamás, de jugar a médicos, tiendas, coches…

El juego de reglas: Aparece sobre los 6-7 años. Son los juegos en los que existen una serie de reglas o normas que los jugadores deben conocer y respetar para conseguir el objetivo previsto. Aunque son considerados familiarmente como juegos de mesa, no se reducen a éstos, ya que también son juegos de reglas los deportivos, de estrategia, de reflexión…

Juegos de construcción o ensamblaje: Se dan paralelamente a los otros tipos de juegos. Son aquellos que incluyen piezas para encajar, ensamblar, apilar, coser, juntar, etc. Se dan cuando el niño se fija una meta – la de construir – y con un conjunto de movimientos, de manipulaciones o acciones suficientemente coordinadas, la consigue.