Transculturación en San Juan Bautista

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Transculturación en San Juan Bautista Por: Fabricio Briceño | Domingo, 20/10/2013 12:00 PM | Versión para imprimir La expresión, en forma de transculturación, de muchas de nuestras manifestaciones devela la influencia no solo del mestizaje en Venezuela sino también de diversos pueblos que habitaron en España (Hispania o Iberia) y otros que la invadieron antes del siglo XV: celtas, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos y moros, y, por lo tanto, enriquecieron culturalmente lo que hasta ese momento se conocía. A su vez, en el resto de Europa, Asia y especialmente en el mediterráneo, tal proceso llevaba cientos de años desarrollándose no solo en el ámbito territorial- comercial sino también en términos lingüísticos, costumbres, representaciones artísticas, conexión espiritual, formas de gobierno y participación y, acercamientos mitológicos; en ese sentido, tomando en cuenta el proceso de colonización, Carrera relata en Los tambores de San Juan: La antigua tradición pagana en Egipto, en Grecia- es absorbida por la religión cristiana en vivo sincretismo que implica la evolución de los símbolos, y surgen las fiestas de San Juan Bautista, tan extendidas y vigorosas (1964, s.p.), fundamentalmente en la población de dominio o incidencia cristiana. De igual manera podríamos inferir, aunque se sale de este proyecto, que respectivos procesos étnicos y oleadas migratorias (indígenas y africanos) en su ampliación territorial influyeron tanto en África como en Indoamérica a nivel cultural hace miles de años[1], distribuidos en una variedad de más de 1700 lenguas en el primer continente y con aproximadamente 900 en

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Transculturacin en San Juan BautistaPor:Fabricio Briceo|Domingo, 20/10/2013 12:00 PM|Versin para imprimirLa expresin, en forma de transculturacin, de muchas de nuestras manifestaciones devela la influencia no solo del mestizaje en Venezuela sino tambin de diversos pueblos que habitaron en Espaa (Hispania o Iberia) y otros que la invadieron antes del siglo XV: celtas, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos y moros, y, por lo tanto, enriquecieron culturalmente lo que hasta ese momento se conoca. A su vez, en el resto de Europa, Asia y especialmente en el mediterrneo, tal proceso llevaba cientos de aos desarrollndose no solo en el mbito territorial-comercial sino tambin en trminos lingsticos, costumbres, representaciones artsticas, conexin espiritual, formas de gobierno y participacin y, acercamientos mitolgicos; en ese sentido, tomando en cuenta el proceso de colonizacin, Carrera relata en Los tambores de San Juan: La antigua tradicin pagana en Egipto, en Grecia- es absorbida por la religin cristiana en vivo sincretismo que implica la evolucin de los smbolos, y surgen las fiestas de San Juan Bautista, tan extendidas y vigorosas (1964, s.p.), fundamentalmente en la poblacin de dominio o incidencia cristiana.De igual manera podramos inferir, aunque se sale de este proyecto, que respectivos procesos tnicos y oleadas migratorias (indgenas y africanos) en su ampliacin territorial influyeron tanto en frica como en Indoamrica a nivel cultural hace miles de aos[1], distribuidos en una variedad de ms de 1700 lenguas en el primer continente y con aproximadamente 900 en Amrica, lo cual termin complejizando la diversidad simblica y de ritos antiqusimos, su conexin emocional y csmica, las especificidades dancsticas y tonales. Distintos autores han investigado sobre los hechos histrico-culturales de este arraigo tan profundo, por ejemplo, Juan Liscano, interpreta a () dicha conexin en una dimensin anmica y trascendental basada en el movimiento dual del ciclo solar (citado en Ramn y Rivera 1969, p. 74) y, detrs del exterior religioso ms nominal que autntico- se encuentra la esencia profunda de las celebraciones correspondientes al solsticio de verano (Carrera, Ibdem), celebradas miles de aos antes por europeos-mediterrneos, africanos e indgenas antes de la civilizacin.Como complemento a lo anterior, tenemos el aporte de Gonzlez Ordosgoitti:La msica recibir un aporte esencial de los elementos africanos, especialmente de aquellas zonas de plantaciones (), al igual ocurrir con la danza, con la religiosidad popular (una manera de unir el hecho religioso con el festivo), con el lenguaje, lxico, fontica y otros rasgos culturales (1997, p. 43).Y ms recientemente por Jos Marcial Ramos tomando elementos de Acosta Saignes y Juan Liscano, dice que los aportes tnicos-sociales y culturales de origen africano, fueron () conservados en algunos lugares, transformados y recreados en otros, se manifiestan por medio de la religin, la msica, las danzas-bailes, la literatura oral, lingstica, las creencias, mitos y trdiciones, los toponmicos, el arte culinario, la medicina tradicional, artesana y artes plsticas, instrumentos musicales, etc. (2011, p. 14).Por tanto, es interesante evidenciar los continuos cambios que se han producido culturalmente hablando en los modos de relacionarse alrededor del solsticio de verano, conocido ahora como el da de San Juan, tanto en la tradicin como en quienes hacen y conviven alrededor de sta.Adems, lo que actualmente conocemos como la cultura local est bastante influida ya no por pueblos invasores sino por el comercio, instituciones estatales, eclesisticas y comunicacionales, en fin, por intereses econmicos y de poder que intentan modificar la cotidianidad y las particularidades locales en funcin de los intereses dominantes. Por supuesto, las urbes han contribuido no solo en dicha influencia sino tambin a la migracin y el cambio de valores culturales que ello acarrea de manera bidireccional.Para el ao 1969, Ramn y Rivera enfatiza que el festejo folklrico de San Juan en diversos pueblos mirandinos y de la costa hasta Yaracuy lo siguiente: () al menos en su carcter de baile y procesin, ha decado o se ha extinguido en muchos de estos lugares. Pero en otros en cambio sobrevive vigoroso, e incluso ha revivido como en Curiepe- al influjo de nuevas influencias socio-econmicas como las del turismo (p. 74). Por lo tanto, es interesante el papel que ha jugado en los cambios un factor externo como es el flujo de turistas; claro, hay que destacar que han pasado ms de 40 aos de intensa intervencin turstica y de capital, y que tales procesos globalizadores han variado con el tiempo. Entonces, como reflexiona Briceo a partir de diversas entrevistas a cultores de la poblacin en forma de diagnstico:Qu es lo que caracteriza al San Juan de Curiepe, segn muchos el ms popular, a diferencia de las otras celebraciones sanjuaneras? Esta celebracin tiene un gran arraigo colectivo all porque Curiepe fue uno de los primeros pueblos fundados por negros libres en Venezuela, y ello reforz su propia identidad (2012, p. 1).Por otro lado, tomando en cuenta algunas reflexiones de Verenzuela, es interesante comprender la forma y el fondo de los cambios histricos-culturales que se han dado en la convivencia simultnea de teatralidad, danza, msica e imagen que suceden en San Juan, impregnados adems con momentos donde la emocionalidad y la energa fluyen hasta estados colectivos momentos hierofnicos pues. En este sentido, se debe profundizar sobre los mltiples procesos culturales y los cambios continuos suscitados en Curiepe y sus relaciones contextuales. Parafraseando a Fernando Ortiz en su famoso Contrapunteo cubano del tabaco y el azcar, al proponer el neologismo transculturacin: se expresan variadsimos fenmenos que se originan por las complejsimas trasmutaciones de culturas que aqu se verifican, por lo que sin conocerlas es imposible entender la evolucin del pueblo (1983, p. 86). El vocablo transculturacin expresa las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra, donde se adquieren elementos de una nueva cultura y se pierden elementos de la cultura precedente, adems, la resultante creacin de nuevos fenmenos culturales que tienen algo de ambos progenitores y a su vez es distinto de los dos (p. 90). Ejemplo de este anlisis, aunque sin utilizar el vocablo antes descrito, se desarrolla en el libro frica en Amrica de Isabel Aretz, al concluir que en Venezuela() se produjo un sincretismo religioso, obligado en el primer momento para perpetuacin de los propios ritos y fiestas que devinieron finalmente a favor de los santos catlicos. Con el tiempo, stos fueron borrando el recuerdo de las divinidades africanas () en cuanto mezcla el catolicismo () con creencias y festejos autctonos o africanos. Como resultado final, la msica y los instrumentos de origen africano se introdujeron en las ceremonias catlicas (),tal como sucede en San Juan de Curiepe, especficamente en la misa del 24 de junio aspecto que tambin ha sido reseado por el folklorista curiepero Juan Pablo Sojo en sus libros-. Sin embargo, hay otros autores como Jess Chucho Garca[2]que contrariamente a sincretismo[3]hablan de paralelismo religioso al complementarse mutuamente, () pues el sincretismo tiende a diluir la espiritualidad africana en la occidental (2012).Como complemento a lo antes descrito est la tesis de Briceo Guerrero: El Laberinto de los tres minotauros, donde refiere tres discursos como teora del pensamiento latinoamericano que determina la interpretacin de la realidad social, las actitudes y posturas frente a ellas y, la fijacin de metas de accin poltica[4]. A manera de sntesis: La Europa segunda es la postura racional nacida en la Grecia clsica como superacin a la mitologa y sus cosmovisiones, cuyo mximo desarrollo se alcanz en la modernidad. El Pensar mantuano est constituido por cuatro principios: cristiano, seorial, imperial y racional, donde Amrica es el resultado de la expansin de Europa, desde lo que se identifica como paideia americana: proceso de transculturacin universalizante y unificante, con todas las dificultades para realizarse. El Discurso salvaje se caracteriza por su rechazo y rencor de la identidad y tradicin europea-occidental de la que latinoamrica es heredera por imposicin (lo que incluye tambin a los africanos esclavizados) Como conclusin general de las consecuencias que para Amrica tienen estos tres discursos podemos citar a Briceo Guerrero propiamente:Es fcil ver que estos tres discursos se interpenetran, se parasitan, se obstaculizan mutuamentey producen para Amrica dos consecuencias lamentables en grado sumo. La primea de orden prctico: ninguno de los tres discursos logra gobernar la vida pblica hasta el punto de poder dirigirla hacia formas coherentes y exitosas de organizacin (...) La segunda consecuencia es de orden terico: no se logra formar centros permanentes de pensamiento, de conocimiento y de reflexin (Prlogo, p. X).Como anlisis del citado autor, hay que rescatar una expresin de Verenzuela en forma de investigacin-accin en La fiesta de San Juan en Osma y Naiguat: Mientras el pensamiento de la Europa segunda aspira a la universalizacin de los valores, desde el discurso salvaje hay una aspiracin a diferenciarse incluso del vecino ms cercano (2012, s.p.)[5]. Dicho aspecto se evidencia en la forma de tocar culo e puya en Curiepe, la cual se diferencia de los toques en Birongo, Tacariguita, Higuerote y Morn, aunque todos estos pueblos queden en el mismo municipio, de igual manera pasa en el resto de los municipios de Barlovento y de muchos pueblos de la costa venezolana; en ese sentido, relata Bernardo Sanz en plena celebracin del San Juan Congo de 2013, la fundacin de Curiepe como pueblo libre incidi de alguna manera en las cumbes que fueron Birongo y Tacariguita en funcin de su liberacin, manteniendo en esta ltima, con mayor magnitud, los toques ms antiguos y originarios, que a diferencia de Curiepe donde se fueron transformando con el tiempo a partir de la influencia civilizatoria y de elementos culturales externos, capitalinos fundamentalmente.Segn Rama: () un factor decisivo para comprender la extremada fragmentacin cultural () es la variedad de respuestas que cada regin opuso al impacto modernizador, enfatizando la capacidad de adaptacin a ese impacto como estrategia para el resguardo y mantencin de la propia cultura (citado en Gonzlez, 2009, p. 88), cuidando las pulsaciones creativas propias. Lo plural y diverso es an visible en la dinmica popular que resiste, en forma transculturante, al intento de homogeneizar los elementos culturales: normas, creencias, utensilios y costumbres. Es un proceso donde se dan () prdidas de los elementos considerados obsoletos; incorporaciones procedentes de la cultura externa. Selecciones y redescubrimientos: esfuerzo por recomponer, manejando los elementos supervivientes de la cultura originaria y los que vienen de fuera (Ibdem, p. 95). En definitiva es un proceso dialctico.Dicha diversidad se evidencia en las caractersticas que toma la manifestacin en cada poblacin que lo celebra, en una singularidad sumamente compleja, donde el no-predominio de los tres discursos que resea Briceo Guerrero se interconectan con el avance de la tecnologa, con las condiciones ambientales y demogrficas y, con la simbologa que plasman las creencias de sus habitantes; en trminos prcticos, lo anterior deriva en especificidades de los toques, cantos, bailes, instrumentos, vestimentas, promesas, lo ritual y festivo, y las conexiones emocionales que alrededor de la festividad se desarrollan. Como ejemplo de lo plural y diverso que plantea Rama, lo categoriza Gonzlez Ordosgoitti en una investigacin denominada San Juan Bautista de negros y blancos (2011), donde categoriza las regiones que celebran la manifestacin y con qu caractersticas lo hacen, slo en el estado Miranda la festividad se celebra en 37 poblaciones. Es decir, un solo santo y una diversidad cultural impresionante.

[1]Una idea interesante planteada a nivel gastronmico por Jos Marcial Ramos, donde especifica que () muchos productos y hbitos alimentarios autctonos del continente africano, fueron utilizados en primer lugar en la Pennsula Ibrica y luego trasladados a las Amricas.[2]Idea plasmada en artculo publicado en el portal digital Aporrea.com: Reinterpretando a San Juan Bautista.[3]Aunque el trmino sincretismo es bastante polmico, traigo a colacin la expresin de Roger Bastide (citado en Ramos, Jose Marcial): en varias ocasiones hemos tenido que hablar de sincretismo, bien sea en el interior de un mismo sistema religioso africano (por ejemplo con la introduccin de elementos dahomeyanos en el sistema fantias-hanti, o de elementos bantes en el sistema yoruba), bien sea entre dos sistemas religiosos distintos, como pueden ser los africanos, por un lado, y los indios por el otro.[4]Dicha sntesis fue elaborada a partir de un resumen de Landa Roger de la Escuela de Filosofa UCV.[5]Artculo publicado en la revista Nuestra Amrica y parte de la tesis de postgrado del mencionado [email protected]