Tres Articulos de Filosofía de La Ciencia

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TRES ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL ANUARIO DEL COLEGIO DE FILOSOFÍA Trabajo de evaluación para la cátedra de “Introducción a la filosofía y principios y técnicas de investigación filosófica” impartida por el Prof. Pedro Joel Reyes López Escrito por: Francisco Javier Hernández Villaverde Alumno en situación de artículo 21 sujeto para evaluación en extraordinario. 1. “ CONTROVERSIAS TECNOCIEMNTÍFICAS Y VALORACIÓN GLOBAL DE RIESGO” POR JORGE LINARES Este es un texto que seguramente sería muy del agrado de Nicol ya que tiene toda la formalidad y secuencia de un texto metódico y rigurosamente racional aunque tal vez a nuestro filósofo le pareciere que este no es propiamente un texto propiamente filosófico sino tal vez analítico de la ciencia del derecho o acaso ius-filosófico . Aunque este enfoque que busca criterios objetivos para valorar el riesgo que representa la tecnología para el planeta centrando la discusión en si las advertencias son catastrofistas o escépticas ante las posibilidades de una tragedia de niveles insospechados o bien que atente contra la seguridad o la dignidad de los individuos humanos o de la naturaleza en general, también utiliza un método analítico desde una base bioética que intenta esbozar la creación de códigos de conducta o normas jurídicas si fuese posible para regular el comportamiento humano en este rubro y reducir así los riesgos. Los parámetros de construcción de estos criterios provienen de un análisis de las experiencias desafortunadas en que el riesgo no pudo ser calculado o fue minimizado entregándose así a la catástrofe sin remedio. Es así que critica tres factores que impiden el claro análisis de riesgos en el manejo de la tecnología. Para el autor, debe existir un equilibrio entre dos formas de abordar las advertencias que pudieran hacer los expertos tecno-científicos; en resumen no aventurar hipótesis catastrofistas que escandalicen falsa o exageradamente o bien si existe alguna de este tipo observarla con prudencia pero tampoco mantener una posición escéptica que pretenda siempre minimizar toda posibilidad de riesgo aventurándose así osadamente, sin reflexionar; a esta sugerencia le llama “ambivalencia de escenarios futuros de riesgos mayores” en donde invita a los tecno-científicos a valorar estos parámetros de análisis. También hace énfasis en lo que llama “incremento de riesgo a medida que actuamos para evitarlo” que es un tema que me parece algo paradójico ya que apoya la idea de que a medida que incrementamos las medidas y los protocolos identificados como medidas para reducir riesgos, se va incrementando también la posibilidad de que un accidente se presente debido am la complejidad del tejido protocolario que hace difícil su procuración. Por último también la diversificación y complejidad a la vez que la eficiencia y popularización de la tecnología y el acceso a que todos tienen de ella hace que los riesgos se oculten de la atención de la comunidad consumidora y usuaria de tecnología ya sea porque la mayoría tiene tan sólo una información básica y no conoce el alcance y la medida de los riesgos que corre a nivel individual o comunitario el consumir o utilizar la tecnología o bien por qué la complejidad de la necesidad de utilización de la tecnología crea una imposibilidad de observar el peligro oculto en los beneficios. Para dar solución a esta problemática el autor propone cuatro principios éticos que pudieran servir como criterios en la construcción de protocolos o códigos de conducta que ayudarían a la democratización de las decisiones en cuanto al uso o restricción de cualquier tipo de tecnología; cuatro principios éticos fundamentales para una bioética formal que trascienda en la formación de legislaciones mundiales según lo menciona. El primer principio es el de responsabilidad obviamente centrado en el concepto de sustentabilidad que ha manejado la tradición ecologista desde los protocolos de Kioto y en el que la actitud humana juega un papel central en la conservación de las reservas de la biosfera como hábitats sujetos de derecho, en un principio

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FILOSOFIA DE LA CIENCIA

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TRES ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL ANUARIO DEL COLEGIO DE FILOSOFÍA

Trabajo de evaluación para la cátedra de “Introducción a la filosofía y principios y técnicas de investigación

filosófica” impartida por el Prof. Pedro Joel Reyes López

Escrito por: Francisco Javier Hernández Villaverde Alumno en situación de artículo 21 sujeto para evaluación en extraordinario.

1. “ CONTROVERSIAS TECNOCIEMNTÍFICAS Y VALORACIÓN GLOBAL DE RIESGO” POR JORGE LINARES

Este es un texto que seguramente sería muy del agrado de Nicol ya que tiene toda la formalidad y secuencia de

un texto metódico y rigurosamente racional aunque tal vez a nuestro filósofo le pareciere que este no es

propiamente un texto propiamente filosófico sino tal vez analítico de la ciencia del derecho o acaso ius-filosófico

. Aunque este enfoque que busca criterios objetivos para valorar el riesgo que representa la tecnología para el

planeta centrando la discusión en si las advertencias son catastrofistas o escépticas ante las posibilidades de una

tragedia de niveles insospechados o bien que atente contra la seguridad o la dignidad de los individuos humanos

o de la naturaleza en general, también utiliza un método analítico desde una base bioética que intenta esbozar

la creación de códigos de conducta o normas jurídicas si fuese posible para regular el comportamiento humano

en este rubro y reducir así los riesgos.

Los parámetros de construcción de estos criterios provienen de un análisis de las experiencias desafortunadas

en que el riesgo no pudo ser calculado o fue minimizado entregándose así a la catástrofe sin remedio. Es así que

critica tres factores que impiden el claro análisis de riesgos en el manejo de la tecnología.

Para el autor, debe existir un equilibrio entre dos formas de abordar las advertencias que pudieran hacer los

expertos tecno-científicos; en resumen no aventurar hipótesis catastrofistas que escandalicen falsa o

exageradamente o bien si existe alguna de este tipo observarla con prudencia pero tampoco mantener una

posición escéptica que pretenda siempre minimizar toda posibilidad de riesgo aventurándose así osadamente,

sin reflexionar; a esta sugerencia le llama “ambivalencia de escenarios futuros de riesgos mayores” en donde

invita a los tecno-científicos a valorar estos parámetros de análisis. También hace énfasis en lo que llama

“incremento de riesgo a medida que actuamos para evitarlo” que es un tema que me parece algo paradójico ya

que apoya la idea de que a medida que incrementamos las medidas y los protocolos identificados como medidas

para reducir riesgos, se va incrementando también la posibilidad de que un accidente se presente debido am la

complejidad del tejido protocolario que hace difícil su procuración. Por último también la diversificación y

complejidad a la vez que la eficiencia y popularización de la tecnología y el acceso a que todos tienen de ella

hace que los riesgos se oculten de la atención de la comunidad consumidora y usuaria de tecnología ya sea

porque la mayoría tiene tan sólo una información básica y no conoce el alcance y la medida de los riesgos que

corre a nivel individual o comunitario el consumir o utilizar la tecnología o bien por qué la complejidad de la

necesidad de utilización de la tecnología crea una imposibilidad de observar el peligro oculto en los beneficios.

Para dar solución a esta problemática el autor propone cuatro principios éticos que pudieran servir como

criterios en la construcción de protocolos o códigos de conducta que ayudarían a la democratización de las

decisiones en cuanto al uso o restricción de cualquier tipo de tecnología; cuatro principios éticos fundamentales

para una bioética formal que trascienda en la formación de legislaciones mundiales según lo menciona.

El primer principio es el de responsabilidad obviamente centrado en el concepto de sustentabilidad que ha

manejado la tradición ecologista desde los protocolos de Kioto y en el que la actitud humana juega un papel

central en la conservación de las reservas de la biosfera como hábitats sujetos de derecho, en un principio

mencionados como derechos humanos de tercera generación expresado como “derecho al medio ambiente”

como el derecho humano a disfrutar de la naturaleza pura y sin artificios (declaración de Copenage) y

últimamente como declaración de los principios de la tierra (declaración de Bolivia). Este último a mi parecer

podría ayudar al lograr el enfoque que busca Linares en su trabajo ya que dota al entorno natural de un derecho

que impulsa la construcción de medidas precautorias en contra de daños que la tecnología pueda provocar al

entorno natural y a sus habitantes propiciando su figura jurídica y normativa.

El segundo principio, el de la precaución, pretende abarcar no sólo el cálculo de posibles riesgos al ambiente o a

los individuos físicamente sino incluso en cuanto, a la posibilidad de su desarrollo futuro, de su crecimiento bio-

psico-social lo cual viene a juego con lo mencionado anteriormente ya que las declaraciones de derechos

siempre han alimentado la conjugación de los contratos sociales que constituyen las sociedades modernas.

El tercer principio es el de autonomía y consentimiento informado que es un principio importante sobre todo en

las ciencias de la saluda ya que, por ejemplo, para la prolongación de la vida de un enfermo en condiciones

terminales ya sea por muerte cerebral diagnosticada o estado comatoso por ejemplo, la decisión de prolongar o

detener la agonía en la esperanza de la posibilidad de una mejoría han impulsado leyes como la de de la

voluntad anticipada en donde el paciente da su consentimiento informado para detener todo intento de

prolongar su vida cuando se encuentre en una situación que atenta contra su dignidad o su estabilidad física o

emocional por que hubiera demasiado dolor o demasiada agonía; este ejemplo me parece un logro de este

rubro temático pero no es el único ya que existen casos célebres también dentro de la medicina genética y de la

estética reconstructiva por ejemplo invitando a la población afectada por la actuación tecnológica a participar

activamente en la controversia acerca de los usos u restricciones como medidas preventivas.

Por último el cuarto principio, el de la justicia distributiva en que se busca garantizar que los beneficios de la

tecnología alcancen a todos y no solo a unos pocos privilegiadas pero también que la responsabilidad sea

equitativa y que no sólo carguen con ella los tecno-científicos sino todos los directa o indirectamente afectados.

En suma propone el autor democratizar la labor bioética haciendo partícipe a toda la comunidad humana como

actora, responsable y afectada de su propia tecnología para evitar que le suceda al hombre lo que le sucedió al

tecno-científico que imaginó Mary Shelley.

2. “UNIVERSO Y PLURIVERSO” DE CARLOS OLIVA

Fijando la atención de la conciencia sólo en determinados elementos para darles énfasis con el lenguaje se

construye la mentira a la que Borges refiere su talento estético, esa descripción que nos cuenta la historia del

mundo y de la vida en relatos aparentemente inconexos y contradictorios conviviendo armónicamente en la

mente y apareciendo intermitentemente en su lucha por mantener la coherencia mientras viaja en el mar del

artificio Borgiano. El trabajo aquí consiste en desnudar la realidad para poner en claro que el mundo es tan solo

perspectiva y que cada mente posee una verdad independiente en si misma; que cada realidad es posible para

todos pero solo real para cada uno, el autor utiliza la paradoja entre la fantasía que Borges maneja en su

literatura y la rigurosidad en el detalle que hace gala de su capacidad investigativa al utilizar elementos de la

realidad para construir una realidad propia, subjetiva, pero apegada a la norma lingüística. Oliva nos lleva de la

mano en el análisis ensayístico, cargado de vericuetos y perspectivas, historias que parecen inconexas pero que

van desnudando poco a poco el interés del autor por mostrarnos la in-objetividad del la palabra para describir al

mundo. Seguramente Eduardo Nicol reprobaría utilizar una imagen literaria para analizar un problema tan

complejo e interesante como el de la posibilidad de que el lenguaje pueda describir al mundo, Nuestro filósofo

reprobaría incluso el método ensayístico en que es abordado este tema, sin embargo parece que Oliva logra su

cometido y expresa claramente mediante la utilización de la metáfora de Borges como el universo adquiere

diferentes matices según sea la atención del analista en los variados y diferentes aspectos que la realidad

muestra a la experiencia.

Haciendo gala de habilidad literaria el autor usa las figuras de Foucault y Wittgenstein para enfatizar la

importancia que esta aproximación estética a la semiología y a la filosofía del lenguaje tuvo durante la segunda

mitad del siglo veinte logrando que entreveamos la posibilidad que ya los poetas muestran con su arte y es que

existen diferentes mundos dentro este mundo ya sea construidos, como diría Wittgenstein por diferentes juegos

del lenguaje o bien como Foucault apunta como la formula lingüística que la hermenéutica intenta descifrar.

Sutilmente va deshilvanado el autor la problemática que tiene ostentar al lenguaje como una fórmula perfecta

que pudiera expresar, sin ambigüedades o confusiones, los hechos del mundo. En la mención de casos

particulares, aparentemente inconexos nos muestra diferentes intentos humanos por construir un lenguaje

perfecto para describir al mundo, la fórmula perfecta de la verdad que reconstruyera el universo con palabras,

intentos todos fracasados una y otra vez demostrando la imposibilidad de asir la verdad y por tanto de jactarse

de poseer la interpretación adecuada, válida y verdadera del mundo por más absurdos o fantásticos que otros

mundos nos parezcan.

Muy importante es el señalamiento final me parece, en donde el autor del texto hace énfasis en la

confrontación de la perspectiva occidental con otras formas, otros rostros culturales que le recuerdan su

fragilidad sistemática y su parcialidad, recordando que entes del siglo XVII la diferenciación entre logos y mythos

aún no se inclinaba a descartar toda posible concepción del mundo que no coincidiera con la estructura

europea, el consenso epistemológico se transforma mientras los diferentes juegos del lenguaje se entremezclan

creando diversos modos de comprender el ser.

3. “NIETZCHE: CRÍTICA DE LA VERDAD. EL LENGUAJE Y LA INTERPRETACIÓN” DE GRETA RIVARA

Este análisis de la concepción Nietzcheana del lenguaje y la interpretación el típicamente un ensayo filosófico

que, aunque me parece más descriptivo que crítico, tiene todas las reglas que Nicol exige para un verdadero

ensayo filosófico, rigurosidad, objetividad, análisis racional, método, etc., de manera que el maestro nicol estría

complacido.

La autora pone el problema sobre la mesa desde el principio, existe una conexión entre la construcción del

mundo mediante el lenguaje y la sensación de poderío que se acumula cuando se tiene una seguridad

epistemológica que se jacta de poseer la descripción correcta de la ontología del mundo; esto es, la necesidad

de verdad que nace en el hombre se ve compaginada con la voluntad de trascendencia humana cultivándose

especialmente en la figura del filósofo.

Para Nietzche este mundo simbólico es el engaño, aquello que disfraza a la realidad para acceder a ella creando

la apariencia en el individuo, la apariencia, primero, de la permanencia, luego, de la identidad, después, de la

consecuencia y por último de la verdad siendo éstos los cuatro pilares fundamentales que el lenguaje necesita

para existir, como supuestos o axiomas necesarios para tolerar el edificio simbólico y sostener la mente, sólo el

lenguaje utilizado como una metáfora del mundo puede acceder acaso a la realidad transitoria, múltiple,

contingente y caprichosa del mundo. Esa aparente sustancia en que se suceden los pensamientos, cadenas de

conceptos que requieren eternidad, inmutabilidad, lógica y validez para existir es un mundo que sabe de lo

trágica que es la vida y pretende, para dominar al instinto que le alienta a mantenerse temeroso, prevenido y en

constante tensión, engañarlo maquillando al mundo, regalando así una alternativa más tranquila y segura que le

da otro sentido a la vida.

Para la autora Nietzche no pretende negar ni la posibilidad de la verdad ni la posibilidad del conocimiento sino

que piensa que este pretendió con su discurso enfrentar a la filosofía que imperaba en su tiempo en la cual se

ostentaba un concepto de verdad como lo absoluto, inmutable y perfecto cuando la vida, el mundo es todo lo

contrario, constantemente cambiante, finito e impredecible. El concepto de verdad que defiende Nietzche

según Rivara va más allá de una experiencia descrita por el lenguaje sino que entra en el terreno de la voluntad

en donde, al saber que la verdad es imposible en los términos de la razón pura debido al aspecto inevitable de la

perspectiva del juicio humano, es decir, que toda aproximación a la verdad es sólo interpretación del mundo, se

describe tan solo como un impulso, una tendencia a sostener la mentira que haga más amable el mundo trágico

que es la vida.

La verdad y el conocimiento proviene entonces de este impulso de la voluntad por asir al mundo, por atraparlo

en los conceptos de una interpretación pura redimir la inteligencia aún a pesar de la vida misma lo que causa un

efecto de olvido debido precisamente a que requiere una anestesia el infringirse tanto daño sin detenerse; esa

anestesia es el olvido de que toda verdad y todo conocimiento es verdad y conocimiento de la mentira, del

maquillaje con que hacemos del mundo tolerable a nuestra vulnerable y débil inteligencia.

La ilusión del mundo creada entonces por la triada lenguaje, verdad e interpretación son los factores que

influyen en el desarrollo o depresión de una cultura o un individuo de manera que lo que está en jugo no son los

valores epistémicos del fenómeno que se describe sino los valores vitales, casi digamos fisiológicos para

acercarnos más a la interpretación Nietzcheana que no pretende asirse de ninguna moral ni ética sino que

pregona el desarrollo de la vida como único factor que debe ser preponderante en el análisis ontológico.

JUNIO 2011