Título: Intercamnbio y uso ritual de fauna por Tiwanaku ......Intercambio y uso ritual de fauna por...

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Autor: Capriles José M Título: “Intercamnbio y uso ritual de fauna por Tiwanaku: Anñalisis de pelos y fibras de los conjuntos arqueológicos de Amaguaya” Año: 2002 Libro: Revista Estudios Atacameños N° 23.

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  • Autor: Capriles José M

    Título: “Intercamnbio y uso ritual de fauna por Tiwanaku: Anñalisis de pelos y fibras de los conjuntos arqueológicos de Amaguaya”

    Año: 2002

    Libro: Revista Estudios Atacameños N° 23.

  • INTERCAMBIO Y USO RITUAL DE FAUNA POR TIWANAKU: ANALISIS DE PELOS Y FIBRAS...

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    Estudios Atacameños N° 23 - 2002

    Intercambio y uso ritual de fauna por Tiwanaku:Análisis de pelos y fibras de los conjuntos arqueológicos

    de Amaguaya, Bolivia

    JOSÉ M. CAPRILES F.1

    RESUMEN

    Se presentan los resultados del análisis zooarqueológicode dos conjuntos de artefactos Tiwanaku (400-1100 DC),procedentes de la localidad de Amaguaya, en Bolivia. Losconjuntos se componen de una importante cantidad deartefactos orgánicos (estuches, bolsas de cuero, textiles yfibras de lana). Mediante el análisis microscópico de pe-los y fibras provenientes de los artefactos y su compara-ción con muestras de colecciones de referencia, se logróla identificación de la totalidad de las muestras estudia-das. Se determinó que, con excepción del jaguar (Phanteraonca), el resto de las pieles y fibras con que fueron elabo-rados los artefactos pertenecen a especies de distribuciónlocal. Los conjuntos de Amaguaya proporcionan impor-tante información acerca del ritual en Tiwanaku así comode las relaciones de intercambio e interacción generadascon la región de la Cordillera Oriental durante el Hori-zonte Medio.

    Palabras claves: Amaguaya, Bolivia – fauna – fibras –pelos – Tiwanaku – zooarqueología.

    ABSTRACT

    In this article I present the results of the zooarchaeologicalanalysis of two archaeological sets of Tiwanaku (AD 400-1100) artifacts from Amaguaya, Bolivia. These sets areformed by an important quantity of organic elements (e.g.cases and leather bags, textiles and wool fibers). Theidentification of the entirety of the studied samples wasachieved through the microscopic analysis of the hairs andfibers of the archaeological samples and their comparisonwith samples derived from a reference faunal collection.Excluding the cases that were made with jaguar leather(Phantera onca), the rest of the artifacts were elaboratedwith skins and fibers of animal species with a localdistribution. The Amaguaya sets provide importantinformation about the relationships of exchange andinteraction between Tiwanaku and the eastern cordilleranregion of the Andes during the Middle Horizon.

    Key words: Amaguaya, Bolivia – fauna – fibers – hair –Tiwanaku – zooarchaeology.

    Recibido: enero 2003. Manuscrito revisado aceptado: mayo 2003.

    Introducción

    En las cercanías de la localidad de Amaguaya,provincia Larecaja, Departamento de La Paz,Bolivia, en 1998 fue hallado un conjunto de arte-factos arqueológicos (Figura 1).2 El conjuntoinicialmente fue asociado al Horizonte Medio(400-1100 DC) a partir de la presencia de dise-ños iconográficos antropomorfos de notoria seme-janza Tiwanaku, en al menos un fragmento detextil y una tableta ceremonial de madera, la cual,al parecer, conformaba el artefacto más importantedel conjunto. Una serie de artefactos de diversotipo complementaban el hallazgo, que, conside-rando sus particularidades y asociación, sugeríanfuertemente una función ritual. Lo que más lla-mó la atención del hallazgo fue la buena conser-vación que presentaban los artefactos en su ge-neralidad, considerando que la mayoría de estosfueron manufacturados en materiales orgánicos.En este artículo se presenta una revaluación ge-neral de los resultados e interpretaciones ante-riormente elaboradas en dos artículos previamen-te publicados por el autor y la bióloga Lic. ElianaFlores (ver Capriles y Flores 2000a, 2000b) acer-ca de este importante hallazgo arqueológico. Ini-cialmente se caracterizará al conjunto arqueoló-gico de Amaguaya y en segundo lugar se pre-sentarán los resultados e inferencias del análisismicroscópico realizado. Finalmente, se propon-drá una serie de interpretaciones con referenciaal contexto arqueológico de Amaguaya y su re-lación con Tiwanaku.

    1 Carrera de Arqueología, Universidad Mayor de San An-drés, Casilla 499, La Paz. Email: [email protected]

    2 A principios de 1998 fue cuando la Dirección Nacional deArqueología y Antropología (DINAAR) en La Paz recibióun importante conjunto de artefactos arqueológicos por partedel señor Fausto Pilco, residente de la localidad deAmaguaya. Según la información proporcionada por el se-ñor Pilco, el hallazgo del conjunto se produjo en un abrigocercano a la mencionada población, mientras él se encon-traba buscando posibles vetas de minerales.

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    Descripción del conjunto arqueológico deAmaguaya

    El conjunto arqueológico de Amaguaya estabaconstituido por tres envolturas amorfas de cuerocurtido dispuestas una al lado de otra (cuyas di-mensiones variaban entre 27 y 50 cm por 15 a 10cm). Dada su forma es posible que hayan sidoempleadas para llevar flechas (a manera de carcajo aljabas) aunque esta suposición todavía requie-re mayor sustento. Estas tres envolturas acompa-ñaban a un paquete envuelto por una fibra de cor-teza vegetal que encerraba una serie de artefactosorgánicos que finalmente albergaban a pequeñosobjetos orgánicos e inorgánicos posiblemente decarácter ritual o ceremonial (Figura 2).

    Una vez quitada la fibra de corteza vegetal, unacuerda a manera de honda de 114 cm de longitudamarraba a un estuche de cuero de 11 cm de lar-go por 4.5 cm de ancho, y que llevaba en su inte-rior una cuchara de hueso posiblemente decamélido de 17 cm de largo por 2.1 cm de anchoy 0.5 cm de espesor, finamente tallada con unarepresentación ornitomorfa (posiblemente de unave rapaz) en la parte superior de su mango (verFigura 3a). Al lado del referido estuche se encon-

    traba un estuche de mayor tamaño en cuyo inte-rior se halló una tableta ceremonial de madera,que posiblemente conformó el artefacto más im-portante del conjunto (Figura 4). Presenta las si-guientes dimensiones: 24.6 cm de largo por 9.1cm de ancho y 1.2 cm de espesor. Su forma eshipérbole en planta y levemente curvada en sec-ción. Está dividida en dos mitades, de las cualesla inferior se constituye por un espacio con unaconcavidad para depositar el alcaloide y la supe-rior por un apéndice decorado con un complejodiseño iconográfico. El diseño está grabado y ta-llado en bajo relieve con un motivo antropomorfoTiwanaku,3 a su vez decorado con incrustacionesde concha de mullu (Spondylus sp.), lapislázuli,malaquita, turquesa (cf. sodalita) y cobre (Rendón2000). Igualmente acompañando al estuche de latableta, se halló un fragmento de textil policromo

    Figura 1. Mapa de la región Circumtiticaca donde se localizan Amaguaya y otros sitios arqueológicoscontemporáneos.

    3 El personaje antropomorfo está de perfil, mirando hacia arri-ba, tiene una protuberante nariz, de su boca sale una espe-cie de llama y encima de su cabeza carga un tocado típica-mente Tiwanaku. En su mano derecha sostiene un cetroapoyado sobre una cabeza trofeo y en la mano izquierdacarga una cabeza trofeo que al parecer arrastra. Tiene larodilla izquierda apoyada en el piso y se yergue sobre unpedestal escalonado a manera de altar.

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    Figura 2. Primer conjunto arqueológico de Amaguaya. Fotografía de Eduardo Pareja.

    Figura 3. Cuchara de hueso con iconografía Tiwanaku procedente de Amaguaya (anverso y reverso).Fotografías de Eduardo Pareja.

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    Figura 4. Tableta ceremonial de Amaguaya. Fotografía del autor.

    de 21 cm de largo por 11 cm de ancho, decoradocon un motivo antropomorfo Tiwanaku, envolvien-do a una bolsa textil de 30 cm de largo por 15 cmde ancho, decorada con diseños geométricos igual-mente policromos. Ambos textiles fueron elabo-rados con técnica de tapiz; sin embargo, la basede la bolsa textil al parecer fue tejida.

    Dentro de la bolsa textil se encontró un estuchede 26.5 cm de largo por 6 cm de ancho, manufac-turado en dos cueros, uno de los cuales llevabaflecos, aunque no contenía ningún artefacto. Igual-mente al interior de la mencionada bolsa se halla-ba una serie de siete bolsas cónicas de tamañosdecrecientes y dispuestas una al interior de la otra.Cada bolsa contenía en su interior además de otrabolsa, artefactos de características muy particula-res posiblemente asociados a prácticas rituales yceremoniales.

    La primera bolsa (en orden de afuera hacia aden-tro) tenía 22 cm de largo y su contenido era otrabolsa de 20 cm, en cuyo interior se encontraronotras cinco bolsas. La de mayor tamaño medía 18cm de largo y contenía una punta de proyectil

    ojival de 8.1 cm de largo con retoque bifacialcontinuo, elaborada en arenisca roja (con una pe-queña fractura en la punta) amarrada en su partemedial por un hilo de lana de fibra animal de co-lor azul verdoso junto con cuatro plumas y plu-mones de color verde (posiblemente pertenecien-tes a alguna especie de loro o picaflor) y con algu-nas fibras no hiladas de fibra animal y acompaña-da de un cristal de cuarzo translúcido posiblemen-te pulido. La siguiente bolsa tenía 15 cm de largoy contenía una figurilla zoomorfa de 2.3 cm de lar-go elaborada en hueso y enrollada en su partemedial por un hilo de lana azul verdoso, una lascade obsidiana de 1.7 cm de largo posiblemente conretoque unifacial igualmente envuelta por un hilode lana del mismo color que el anterior artefacto,y finalmente un singular artefacto lítico de 2.1 cmde largo, de forma esférica, color café y superfi-cie pulida que estuvo rodeado por un conglome-rado de fibras no hiladas, un hilo de lana que nolo envolvía y un plumón. La tercera bolsa tenía6.5 cm de largo y llevaba en su interior un arte-facto lítico de 2.2 cm de largo, de forma esferoi-de, color negruzco, posiblemente tallado y puli-do, y acompañado por un conglomerado de fibra

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    animal no hilada y un hilo de lana que no lo en-volvía. Este artefacto al parecer tenía una formasimilar a la de un camélido. La penúltima bolsatenía alrededor de 4 cm de largo y estaba enrolla-da por un hilo de lana y en su interior se halló uncristal de cuarzo cristalino. La última bolsa teníaaproximadamente 6 cm de largo, llevaba en suinterior algún tipo de mineral (al parecer cuarzocristalino) molido y estaba enrollada por un hilode lana de fibra animal.4

    Investigaciones de campo en Amaguaya

    En junio de 1998, se desarrolló el Proyecto Ar-queológico Amaguaya, conjuntamente entre laDINAAR y el Cleveland Museum of Art (CMA).El principal objetivo del proyecto fue establecerel contexto arqueológico y medioambiental delconjunto arqueológico. Con este propósito se de-terminaron como objetivos de campo: 1) la loca-lización y relevamiento del abrigo donde se efec-tuó el hallazgo; 2) reconocimientos de campo enel área inmediatamente vecina al abrigo, y 3) laexcavación de algunos pozos de sondeo que per-mitiesen precisar la cronología y las característi-cas de los posibles asentamientos prehispánicosubicados en la región.

    Los resultados del trabajo de campo de este pro-yecto todavía se encuentran en análisis. Sin em-bargo, algunos resultados concretos logrados per-mitieron establecer la ubicación precisa y georrefe-renciada del abrigo donde se realizó el hallazgodel conjunto, gracias a las indicaciones del señorFausto Pilco. La recuperación en el mismo abrigode una fibra trenzada de material orgánico y deun hilo de lana de color azul verdoso que conmucha probabilidad pertenecieron al conjunto pre-viamente descrito, permitió descartar la posibili-dad de que este haya provenido de otro sitio. Asi-mismo, es importante señalar que se comprobóque el hallazgo no pertenecía a un enterramientocomo inicialmente se pensaba. Esta hipótesis ini-cial surgió a partir de la comparación del conjun-to con otro similar procedente de la localidad deNiño Korín ubicada al norte de la región de estu-dio, o de hallazgos de artefactos similares en el

    Norte Grande de Chile (ver Berenguer 2000; To-rres 1996).

    El abrigo fue ubicado en la parte media de unafloramiento rocoso bastante grande con abundan-tes rocas de grandes dimensiones, conformandoun vértice en el cual se conectan dos valles concaracterísticas de bofedales (humedales de altura)que nacen a pocos kilómetros al oeste del aflora-miento, en la Cordillera Real u Oriental (grupoChachacomani) con alturas superiores a los 6000m.snm (Mesili 2002).

    El lugar donde se localiza el abrigo actualmentees conocido como Pallqa (topónimo aymara quesignifica “lugar donde se encuentran dos ríos”) yse ubica en pleno ambiente cordillerano (a unaaltura cercana a los 4.000 m.snm), lo cual explicala buena preservación que tuvo el conjunto. En labase del afloramiento rocoso se registró un asen-tamiento prehispánico de varias hectáreas de ex-tensión, el cual contenía numerosas estructurascirculares y cuadrangulares cuyos cimientos depiedra aún permanecían visibles. Las excava-ciones se concentraron en este asentamiento y, apesar de que los materiales recuperados todavíase hallan en proceso de análisis, la ausencia defragmentos decorados y diagnósticos, así como deuna tipología cerámica para la región, dificultanestimar la cronología de ocupación de este sitio abase de estos artefactos en particular.

    En el afloramiento rocoso propiamente dicho, sehallaron varios otros abrigos dispersamente ubi-cados que contenían evidencias de algún tipo deocupación y/o uso prehispánico. En al menos dosse recuperaron algunos huesos largos de camélidosno fragmentados. En otros dos, se rescataron frag-mentos de cerámica sin una clara identificacióncronológica. Un fragmento de bambú posiblemen-te trabajado fue hallado en un sexto abrigo (con-tando con el abrigo del primer conjunto). Final-mente, en un séptimo abrigo se encontró un se-gundo conjunto posiblemente relacionado con elprimer hallazgo.

    El segundo conjunto estuvo conformado por unacanasta grande de cestería elaborada de fibra ve-getal, dos esteras de material vegetal, un huesode camélido no trabajado, un cuero curtido deanimal con una tira de cuero insertada en uno desus costados, otro cuero curtido y un collar ela-borado de tiras de cuero curtido que tenía atado

    4 El señor Fausto Pilco también entregó con el conjunto unhacha lítica en forma de “T” que posiblemente no formóparte del conjunto anteriormente descrito.

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    5 En una vista posterior se realizó el hallazgo de una estelalítica grabada con diseños geométricos de volutas y espira-les que actualmente se encuentra en la abandonada iglesiadel viejo pueblo de Amaguaya, aproximadamente a unos15 km al este de Pallka.

    adornos de frutos o semillas vegetales, un frag-mento de mica (moscovita) de aproximadamente3 cm de largo por 2 cm de ancho y una láminacuadrangular de cobre con algo menos de 1 cmpor lado.

    Por último, también se localizaron varios asenta-mientos prehispánicos en la región, muchos deellos con arquitectura visible (cimientos de estruc-turas domésticas, terrazas de ocupación, muros,etc.).5 Igualmente se registraron numerosos cami-nos prehispánicos empedrados, los que al parecerse internaban conectando diversos asentamientosentre sí, hacia las zonas bajas siguiendo rumboeste a través del río Tipuani, norte con direccióna los valles de Consata, Camata y el sistema devalles de Charazani, o sur con dirección a los cer-canos valles de Challana y Zongo.

    Análisis de pelos y fibras de los conjuntosarqueológicos

    Una vez en La Paz, para el análisis cuyos resulta-dos se presentan en este artículo, se emplearonmuestras del primer y segundo conjunto (halladoen el séptimo abrigo), considerando que en am-bos hallazgos existen elementos tanto de origenvegetal como de origen animal. Su adecuada iden-tificación hasta el nivel de especie sería de utili-dad para una mejor comprensión del pasado de lacultura Tiwanaku y una importante contribuciónal conocimiento del uso de los recursos de faunadurante el Horizonte Medio (400-1100 DC). Que-dan todavía por analizar los componentes vegeta-les de los conjuntos que podrían complementaraún más los resultados presentados en este traba-jo. En el estudio, se utilizaron tanto técnicas dezooarqueología como de mastozoología (especia-lidad de la biología que se ocupa de estudiar a losmamíferos) como disciplinas auxiliares para cum-plir con el objetivo planteado.

    La zooarqueología es una disciplina de la arqueo-logía que tiene como fin estudiar los restos ani-males procedentes de los sitios arqueológicos(Reitz y Wing 1999). Proviene de la aplicación

    de las técnicas y procedimientos utilizados en lazoología para la resolución de problemas arqueo-lógicos, fundamentalmente en los aspectos rela-cionados con la reconstrucción medioambiental yel comportamiento de las antiguas culturas hastael punto en que los restos animales permitan ha-cerlo (Baker et al. 1997; Reitz y Wing 1999). Lazooarqueología ha desarrollado varias técnicaspara la identificación de especies de animales apartir de sus restos principalmente utilizando téc-nicas macroscópicas como la identificación y com-paración de huesos e indicadores osteológicos,pero también análisis comparativos de pieles, es-camas y plumas, sin dejar de lado las técnicasmicroscópicas como la comparación de pelos yfibras animales, y más recientemente los análisisgenéticos de ADN nuclear y mitocondrial (Bakeret al. 1997; Reitz y Wing 1999).

    El objetivo del análisis zooarqueológico realiza-do fue identificar los animales con los cuales semanufacturaron los estuches, bolsas y textiles delos conjuntos arqueológicos de Amaguaya hastael taxón de especie, mediante un análisis micros-cópico de los pelos de los especímenes arqueoló-gicos y su comparación con pelos de especímenesde referencia previamente clasificados.

    La técnica de analizar comparativamente pelos yfibras que fue empleada en este estudio surgiódesde la investigación del pelaje en cuanto una delas características más particulares de los mamí-feros. En la actualidad, estos análisis se utilizanpara identificar las presas de los animales carní-voros mediante el estudio de sus excrementos,empleando, por ejemplo, guías como aquella ela-borada por Maffei (1998 Ms) para los mamíferospresas de los felinos carnívoros en el Departamen-to de Santa Cruz, Bolivia. También se han hechoguías completas de los mamíferos establecidos enun determinado territorio o región, como en el casode la Patagonia de Argentina (Chehébar y Martín1989: 247-291). Esta técnica, sin embargo, no selimita a la biología, puesto que puede beneficiara otras ciencias como la paleontología y la ar-queología (Appleyard y Wildman 1982; Brothwell1982; Chehébar y Martín 1989; Gecele et al. 1997;Reigadas 1994; Ryder 1982) como en nuestroestudio en particular.

    Con la excepción de una cuchara de hueso posi-blemente de camélido, de una figurilla zoomorfaelaborada de material óseo no identificado (am-

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    bos del primer conjunto) y del hueso no trabaja-do de camélido hallado en el segundo conjunto(que fueron anteriormente descritos), no se en-contraron otros restos óseos asociados directa-mente con los hallazgos. Por otro lado, emplean-do la referida técnica no fue necesario recurrir aestudios genéticos que, a pesar de que contem-plan una mayor precisión, son extremadamentecostosos.

    Los pelos son característica única de la ClaseMammalia (Parker y Haswell 1991: 844), formanparte del tegumento y los hay desde muy finoshasta muy gruesos (como espinas). Se originanen la epidermis en folículos pilosos y forman unavaina con tres capas de queratina: 1) cutículaescamosa muy delgada en el exterior; 2) cortezade grosor variable, y 3) médula que es la capamás interna compuesta de células relativamentesueltas y aire. Los mamíferos tienen dos tipos depelos, unos largos bien pigmentados denomina-dos “guardianes” o “cobertores” y otros más nu-merosos, delgados, más cortos, menos pigmenta-dos, más enrulados y curvados, denominados pe-los “finos” o “fibras” (Chehébar y Martín 1989:248). Según varios autores (Chehébar y Martín1989; Hausman 1930; Maffei 1998 Ms) la estruc-tura de los pelos se mantiene inalterada aun ha-biendo sufrido el proceso digestivo. En los con-textos arqueológicos, sin embargo, los pelos y fi-bras sufren un proceso de desintegración causadoprincipalmente por la actividad microbiológica(Wilson et al. 2001). En el medio ambientedeposicional de los abrigos rocosos cordilleranosde Amaguaya, esta actividad pudo reducirsesustancialmente y sus efectos sobre los pelos fue-ron poco significativos.

    El análisis comparativo de pelos implicó utilizarlas características particulares de pelos y fibraspara diferenciar una especie de otra. Esto fue po-sible gracias a que se ha comprobado que existeuna amplia diferenciación estructural de los pelosentre las especies de mamíferos acorde con suclasificación taxonómica (Appleyard y Wildman1982; Hausman 1930: 258). Un análisis compa-rativo para determinar los géneros e inclusive lasespecies de los pelos contempla la comparaciónde la estructura y características de la médula, dela disposición de las escamas de la corteza y dela cutícula, y de los patrones de disposición delos pelos y fibras, pudiendo incluirse cortes trans-versales y de sección para determinar la naturale-

    za de los pigmentos y complementar la informa-ción acerca de la morfología de la médula y delas escamas (Appleyard y Wildman 1982; Ryder1982). Las observaciones lanimétricas y su análi-sis también pueden utilizarse como procedimien-tos complementarios a la comparación de la mor-fología de los pelos (ver Gecele et al. 1997;Reigadas 1994). Análisis adicionales, como lacomposición química de los pelos, permiten de-terminar patrones dietéticos y en el caso de peloshumanos el consumo de algunos agentes psicoac-tivos (Cartmell y Weeds 2001). Asimismo, lospelos también pueden utilizarse para la determi-nación fenotipológica mediante la aplicación detécnicas de inhibición (Crainic 1987).

    Procedimiento

    Para realizar la identificación científica de las fi-bras de textiles y de los cueros trabajados halladosen Amaguaya, se utilizó el método de análisis com-parativo, para lo cual se procedió a comparar lospelos y fibras animales a nivel macroscópico y lue-go a nivel microscópico con la ayuda de un mi-croscopio óptico. El análisis microscópico se con-centró en la descripción de la estructura interna delos pelos y fibras (patrón de distribución y morfo-logía de la médula, cutícula y corteza), tomandoen cuenta las características intrínsecas (diámetrode los pelos, fibras y sus respectivas médulas enmicras) y extrínsecas (tipo de vellón y color) sola-mente como indicadores adicionales y a partir deobservaciones cualitativas (Reigadas 1994). En elcaso de cueros, a pesar de que estos estuvieroncurtidos, todavía permanecían con pelos y fibrasen su superficie, de ahí que su identificación si-guió el mismo procedimiento que las muestras pro-cedentes de textiles y de otros artefactos. De estamanera, la identificación de fibras y pelos de ma-míferos, se realizó siguiendo el procedimiento quese detalla a continuación.

    En primer lugar, utilizando una pinza se extraje-ron de los artefactos arqueológicos de cinco a 10pelos con mucho cuidado, depositándolos en fras-cos cerrados y registrando el código del artefactodel cual procedían. Se extrajeron muestras tanto aelementos del primer conjunto como del segun-do. Posteriormente, y siguiendo el mismo proce-dimiento, se procedió a tomar muestras de losespecímenes de la colección científica de mamí-feros (pieles y cueros), seleccionándose aquellasespecies con mayor probabilidad de ocurrencia en

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    7 Adicionalmente, se contó con otro juego de muestras, par-ticularmente de camélidos, proporcionado por Eduardo Pa-reja, Jefe del Departamento de Conservación de la DINAAR.

    la región de estudio y de aquellas que posiblemen-te hayan estado representadas en los artefactos, parasu confirmación. Las muestras de referencia fue-ron tomadas (preferentemente de la parte traseradel cuello) de especímenes disecados previamenteclasificados de la sección de mastozoología de lacolección seca de la Colección Boliviana de Fau-na (CBF) por la curadora encargada LicenciadaNuria Bernal.

    El siguiente paso fue la preparación de las mues-tras. Para ello se depositaron uno o más pelos decada muestra en un portaobjetos, luego se utilizógoma arábiga como medio de suspensión de lamuestra y encima se colocó un cubreobjetos. Lagoma arábiga fue utilizada por su bajo costo yefectividad para muestras útiles a corto plazo. Sinembargo, en investigaciones donde se pueda dis-poner de un mayor presupuesto y para la obten-ción de muestras permanentes, es recomendableseguir el procedimiento utilizado por Maffei (1998Ms) y Gecele y colaboradores (1997), y montar-las en Bálsamo de Canadá. Asimismo, también seprepararon algunas muestras en fresco, es decir,sin medio de suspensión.

    Una vez preparadas las muestras y luego de untiempo suficiente para que seque la goma arábiga(24 horas), se procedió a analizar las muestras enun microscopio óptico con los siguientes aumen-tos 100x, 200x y 400x. Para visualizar el pelo so-bre el portaobjetos se utilizaron 100 aumentos ypara analizar las características de la médula y cu-tícula se emplearon 200 a 400 aumentos en todoslos casos. Se preparó un juego con las muestras delos artefactos arqueológicos para su identificacióny dos juegos con las muestras de especímenes dereferencia previamente clasificados de la CBF.

    Con posterioridad, se seleccionaron las mejoresmuestras y las mejores zonas colocando una trans-parencia encima de cada muestra y marcando so-bre esta un círculo, delimitando el lugar que re-sultaba más apropiado para efectuar la toma foto-gráfica, realizada a 400x. Por limitaciones mate-riales no se pudieron tomar fotografías de todaslas muestras.6 Finalmente, se procedió a compa-rar los especímenes con las muestras, apoyadoscon dibujos y fotografías. Se trabajó paralelamente

    en el laboratorio del Departamento de Conserva-ción de la DINAAR y en el laboratorio de la divi-sión de mastozoología de la CBF.7

    Resultados

    De las 21 muestras arqueológicas, el total fue iden-tificado mediante el análisis microscópico com-parativo (Cuadro 1 y Anexo 1). De este total, ini-cialmente aquellas confeccionadas con piel de ja-guar, vizcacha y con fibras de camélidos, fueronidentificadas macroscópicamente (a partir de suscaracterísticas extrínsecas) y luego confirmadasmicroscópicamente.

    Los resultados del análisis microscópico determi-naron que las tres envolturas exteriores: el estu-che de la tableta de rapé, una bolsa pequeña en-vuelta con una lana y los flecos de un estuchehecho de dos diferentes cueros, fueron manufac-turados con cueros de taruca o venado andino(Hippocamelus antisensis); las restantes seis bol-sas estuvieron elaboradas en cuero de vizcacha(Lagidium viscacia), y el estuche de la cucharade hueso, la parte sin flecos del estuche compues-to, un fragmento de cuero del segundo conjunto yun cuero trabajado también del segundo conjuntose manufacturaron con piel de jaguar (Pantheraonca). Los otros dos elementos corresponden alos textiles y fueron elaborados con fibra de vicu-ña (Vicugna vicugna), y los hilos de lana fueronidentificados como provenientes de alpaca (Lamapacos). Los resultados se representan en el Cua-dro 1 y en las fotografías del Anexo 1.

    A pesar de que el total de las 21 preparacionescon los especímenes arqueológicos fueron iden-tificadas, resulta necesario considerar que estetrabajo no fue fácil debido a la falta de materialde comparación. Deseamos enfatizar que los es-tudios con fibras de mamíferos son escasos, dehecho fue el primero que se realizó en la Colec-ción Boliviana de Fauna (aunque ver tambiénGecele et al. 1997; Reigadas 1994; Benavente etal. 1993).

    En el procedimiento se siguieron las recomenda-ciones de Maffei (1998 Ms), quien en su explica-

    6 Las fotografías de las muestras fueron tomadas en las ins-talaciones de la CBF por el Dr. Alvaro Garitano.

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    ción de los métodos para la obtención de mues-tras sugiere que primero se proceda a la identifi-cación de los pelos, por sus características morfo-lógicas, y luego a identificarlos mediante compa-ración de médulas y corte transversal. A pesar deque Chehébar y Martín (1989) utilizan escamascuticulares para la identificación, Maffei (1998 Ms)recomienda que no se utilicen las réplicas de esca-mas por la gran variación que puede presentarseentre los pelos de la misma especie e incluso de unpelo individual; asimismo, en muchos casos lasescamas son similares entre especies y se hacenecesario realizar muchas pruebas para obteneruna buena muestra. Por otro lado, las excelentescontribuciones de Reigadas (1994) y Gecele y co-laboradores (1997) han aportado valiosa informa-ción cuantitativa acerca de la variación de los pelosy fibras en distintas especies y poblaciones decamélidos para la investigación de procesos dedomesticación. En este sentido, una limitación deeste estudio, fue no haber registrado medicionesde las características intrínsecas de las muestras.

    En consideración a estos aspectos, sin embargo,se estudiaron los pelos enfatizando las caracterís-ticas de su estructura interna, habiendo alcanzadoresultados positivos con la identificación de la to-talidad de los ejemplares analizados.

    Estudio comparativo de los resultados

    Aunque los resultados indican el uso de cincoespecies animales para las manufacturas de losconjuntos arqueológicos, hemos preparado unacentena de muestras con alrededor de 20 especiesdistintas para alcanzar estos resultados. A conti-nuación se presenta la comparación de nuestrosresultados con las diferentes publicaciones dispo-nibles relacionadas con la identificación de pelosy fibras animales.

    Maffei (1998 Ms) presenta pelos de 36 especiesdocumentadas con fotografías de corte transver-sal, médula y réplica de escamas. Ninguna de es-tas especies de tierras bajas estuvo representada

    CODIGO ARTEFACTO IDENTIFICACION NOMBRE COMUN

    CAAGY-001 Envoltura de cuero Hippocamelus antisensis TarucaCAAGY-002 Envoltura de cuero Hippocamelus antisensis TarucaCAAGY-003 Envoltura de cuero Hippocamelus antisensis TarucaCAAGY-006 Estuche Panthera onca JaguarCAAGY-008 Fragmento textil Vicugna vicugna VicuñaCAAGY-009 Bolsa textil Vicugna vicugna VicuñaCAAGY-010 Estuche de la tableta ceremonial Hippocamelus antisensis TarucaCAAGY-012 Estuche de dos cueros; Estuche: Panthera onca; Cuero Estuche: Jaguar; Cuero con

    uno con flecos con flecos: Hippocamelus flecos: Taruca antisensis

    CAAGY-013 Bolsa envuelta con un Bolsa: Lagidium viscacia; Bolsa: Vizcacha; Hilo: Alpacahilo de lana Hilo: Lama pacos

    CAAGY-014 Bolsa envuelta con un Bolsa: Hippocamelus antisensis; Bolsa: Taruca; Hilo: Alpacahilo de lana Hilo: Lama pacos

    CAAGY-015 Bolsa Lagidium viscacia VizcachaCAAGY-016 Bolsa Lagidium viscacia VizcachaCAAGY-017 Bolsa Lagidium viscacia VizcachaCAAGY-018 Punta de proyectil y plumas Hilo de lana: Lama pacos Hilo de lana: Alpaca

    envueltas con un hilo de lanaCAAGY-020 Bolsa Lagidium viscacia VizcachaCAAGY-021 Figurilla zoomorfa de hueso Hilo de lana: Lama pacos Alpaca

    envuelta con hilo de lanaCAAGY-022 Lasca envuelta con hilo de lana Hilo de lana: Lama pacos AlpacaCAAGY-024 Bolsa de cuero Lagidium viscacia VizcachaCAAGY-027 Hilos de lana Lama pacos AlpacaCAAGY-102 Fragmento cuero Panthera onca Jaguar (segundo conjunto)CAAGY-103 Cuero trabajado Panthera onca Jaguar (segundo conjunto)

    Cuadro 1. Relación de los artefactos arqueológicos de Amaguaya y la identificación de los animalesutilizados en su manufactura.

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    en los especímenes arqueológicos.8 Por otro lado,de las 63 especies representadas en la guía deChehébar y Martín (1989) de la Patagonia de Ar-gentina, solamente se pudieron emplear comomuestras comparativas tres especies: la vizcacha(Lagidium viscacia), el guanaco (Lama guanicoe)y el huemul (Hippocamelus bisulcus). Asimismo,Reigadas (1994) presenta descripciones de fibrasde vicuña (Vicugna vicugna), guanaco (Lamaguanicoe) y de diversas poblaciones de llama(Lama glama).

    Complementando esta información con los resul-tados obtenidos en este estudio, se puede estable-cer que los pelos de la vizcacha (Lagidium viscacia)presentan la médula retículo-tabicada y escamas enmosaico; la alpaca (Lama pacos), siendo que esdel mismo género que el guanaco (Lama guanicoe)y la llama (Lama glama), presenta pelos con mé-dula retículo-esponjosa fragmentada y escamas enmosaico denticulado, y se diferencia del guanacoy la llama por la menor dimensión que presentanlas reticulaciones de su médula, así como el espe-sor de sus pelos; la taruca o venado andino(Hippocamelus antisensis) del mismo género queel huemul (Hippocamelus bisulcus) presenta peloscon médula retículo-esponjosa en nido de abeja yescamas en mosaico globoso. En el caso de la vi-cuña (Vicugna vicugna), se observó que sus pelosy fibras son muy delgados, presenta médula conti-nua (dando la impresión visual de que carece deella) y su estructura cuticular es muy fina. Final-mente, los pelos del jaguar (Panthera onca) pre-sentan médula de tipo retículo-esponjosa continuay su cutícula se halla fuertemente pigmentada.9

    Discusión

    Distribución de la fauna y su relación conTiwanaku

    A continuación, en forma breve, nos referiremosa la distribución actual de estas especies y trata-remos de relacionarlas con el ámbito de interac-ción de Tiwanaku durante el Horizonte Medio(400-1100 DC). Referirnos a la distribución deestas especies en épocas pasadas no resulta arries-gado, considerando que desde el inicio delHoloceno, se asume una relativa continuidad en-tre los diversos hábitats generados y de las espe-cies que los habitan.

    Existen numerosos reportes etnohistóricos yetnográficos que resaltan la importancia de la ca-cería de los pobladores de la puna y la sierra, es-pecialmente de roedores, felinos, cérvidos ycamélidos silvestres (Hurtado de Mendoza 1987;Zans 1984). Asimismo, la evidencia de consumoy/o utilización humana de camélidos (tanto salva-jes como domesticados), cérvidos, felinos y roe-dores ha sido comprobada en sitios arqueológicoscontemporáneos a los conjuntos de Amaguaya apartir de estudios de identificación de restos óseosde fauna en Tiwanaku (Webster y Janusek 2003),Chiripa (Steadman 1996), Corralpata (Paz 2000),la Península de Santiago de Huata (Lémuz 2001)y a lo largo de toda la cordillera andina (Wing1986). Nuestros resultados confirman las afirma-ciones sobre la gran importancia que tuvieron loscamélidos y los cérvidos como la taruca en elproceso de ocupación humana en los Andes (Wing1986: 246), y en particular el importante rol quecumplieron durante el Horizonte Medio en la re-gión Circumtiticaca (Webster y Janusek 2003).

    La taruca (Hippocamelus antisensis) es un cérvi-do altoandino extremadamente raro y muy pocoestudiado; está amenazado por la cacería con pe-rros por parte de campesinos y cazadores furtivos,así como por la pérdida de su hábitat (Díaz 1995;Tarifa 1996). Probablemente fue más abundanteen el pasado, pues su presencia en prácticamentetoda la región andina ha sido confirmada por es-tudios arqueológicos y etnohistóricos (Díaz 1995;Wing 1986). Su distribución actual se reduce apoblaciones aisladas en las regiones altoandinasde Bolivia (Anderson 1997); Perú, Chile y Ar-gentina (Díaz 1995), probablemente extinta enEcuador (IUCN 1996:197), no se tienen datos so-

    8 No obstante, nos llamó la atención que en el estudio deMaffei (1998 Ms), donde se analizan los mamíferos presasdel puma (Felis concolor) y del jaguar (Panthera onca) conel fin de facilitar el estudio de los contenidos estomacales yde sus heces, no se haya contemplado una muestra de lospropios pelos y fibras de estos felinos; omitiendo el hechode que estos carnívoros se acicalan y, por tanto, la presen-cia de sus propios pelos en su contenido estomacal y ensus heces debería resultar un fenómeno común.

    9 Fue interesante observar que en las muestras de alpaca yde vicuña los pelos y fibras junto con sus estructuras inter-nas fueron teñidas con diferentes colores de acuerdo alpatrón de policromía registrado macroscópicamente. Tam-bién se observaron patrones de biodegradación en algunasestructuras medulares, particularmente en pelos de las en-volturas de cuero; esto está en correspondencia con la posi-ción exterior que presentaban en relación con los artefactosdel conjunto.

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    bre su presencia en Amaguaya pero sí existe evi-dencia de su presencia en el cercano valle deZongo (A. Núñez com. pers. 1999).

    La vicuña (Vicugna vicugna) es un camélido sil-vestre cuya distribución se concentra en las re-giones más elevadas de la región puneña, posible-mente debido al desplazamiento de su hábitat ori-ginal. De los camélidos americanos, la vicuña pre-senta la fibra más fina, y se conoce que las prendashiladas con ella eran en tiempos prehispánicos lasmás apreciadas por las élites dominantes siendoutilizadas principalmente con fines ceremoniales(Murra 1975; Wheeler et al. 1992). Durante la co-lonia, la vicuña sufrió una intensiva explotación quediezmó sus poblaciones en todo el rango de su dis-tribución, es decir, en la región andina y altoandinade Perú, Bolivia, Chile y Argentina, llegando aextinguirla en Ecuador. En la actualidad, y debi-do al Convenio de la Vicuña entre los países desu rango, sus poblaciones han aumentado y esposible realizar un aprovechamiento de la fibrade animales esquilados vivos recuperando lasprácticas tradicionales del chacu, como actualmen-te se hace en el sur del Perú y como ya se haempezado a ensayar en la Reserva de Fauna deApolobamba, al norte de nuestra región de estu-dio.

    Las alpacas (Lama pacos) y llamas (Lama glama)son especies domesticadas que habitan en las mis-mas regiones que la vicuña. Las alpacas son abun-dantes en las zonas más húmedas como losbofedales, mientras que las llamas de fibra másgruesa son criadas en zonas relativamente mássecas. Según Wheeler y colaboradores (1992),desde el período Tiwanaku el manejo de las espe-cies domesticadas de camélidos permitió tener unavariedad muy grande de animales con una cali-dad de pelos y fibras muy alta, y su pérdida seoriginó durante el período colonial. Los resulta-dos de los análisis de Wheeler y coautores (1992)sugieren que las fibras de los camélidos domesti-cados en tiempos prehispánicos fueron de mayorcalidad. Tomando en cuenta estos resultados, esposible que los textiles e hilos de lana, que ennuestro estudio fueron identificados como proce-dentes de vicuñas y alpacas respectivamente, per-tenezcan en realidad a variedades de alpacas y/ollamas con una excepcional calidad de pelos y fi-bras. Actualmente, la fibra de alpaca alcanza unabuena cotización en el mercado mientras que lalana de llama se emplea en tejidos domésticos.

    Correspondientemente, las llamas son empleadasprincipalmente como medio de transporte y paracarne. En Amaguaya todavía se crían llamas y,según la información oral de los pobladores loca-les, al parecer, también se criaban alpacas hastahace relativamente poco tiempo. En todo caso, lascondiciones para su crianza son adecuadas.

    La vizcacha (Lagidium viscacia) es un roedorgrande que habita en zonas rocosas alrededor detoda la región andina. Todavía es abundante enzonas poco habitadas pero también es cazada porsu carne, siendo su piel muy poco apreciada, puesse requiere ciertos conocimientos para su curtido.Las vizcachas se hallan presentes en la región deestudio, sin embargo, la cacería está reduciendoconsiderablemente su población.

    La distribución actual del jaguar (Panthera onca)es muy amplia, parte desde el sur de México has-ta Argentina central. Es una especie de tierras bajasy cálidas, lográndose encontrar hasta los 3.000m.snm. Sus poblaciones aisladas están declinan-do debido a la caza deportiva y comercial, y prin-cipalmente por la destrucción de los bosques (Ta-rifa 1996). Aunque su valor como piel ha dismi-nuido notablemente por la baja demanda de cue-ros de animales en el mercado internacional, va-rias culturas utilizaron su piel en danzas y ritosreligiosos, pues el jaguar es considerado en la sel-va tropical como el de mayor poder, siendo el úni-co animal identificado en nuestro análisis cuyohábitat natural no contempla el área de estudio.Su distribución, sin embargo, alcanza las regio-nes de tierras bajas al este de Amaguaya y, si-guiendo sobre el río Tipuani, probablemente se lohaya podido capturar a una distancia inferior a 50km del sitio de los hallazgos.

    Significado simbólico de la utilizaciónde los elementos de fauna

    Los motivos iconográficos figurativos de felinos,camélidos y aves (generalmente rapaces y acuáti-cas) son comunes en la cultura material Tiwanakuy particularmente en los relieves de algunas este-las líticas, en la cerámica decorada y en los texti-les (Alconini 1995; Kolata 1993). La presenciade estos motivos responde a una diversidad de ex-plicaciones, a menudo vinculadas con la genera-ción de significados emblemáticos por parte delos grupos corporativos de Tiwanaku (Janusek1999).

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    Por otro lado, debemos resaltar que no se ha esta-blecido una relación directa entre la iconografíaTiwanaku y la vizcacha. Sin embargo, al parecerdurante Tiwanaku representó un importante recur-so alimenticio y posiblemente también de cuero,aunque al parecer fue más importante en regionesalejadas del núcleo urbano debido a que su dispo-nibilidad debió haber sido menor (Webster yJanusek 2003). La representación iconográfica dela taruca es igualmente escasa. No obstante, unkeru de dimensiones relativamente grandes, ac-tualmente expuesto en la Sala “Coronel FedericoDiez de Medina” en el Museo Nacional de Ar-queología de La Paz, contiene un motivo estilísticozoomorfo que posiblemente represente a unataruca. Esta representación podría proporcionaruna explicación sobre el origen de los tocados quellevan los personajes antropomorfos de la culturaTiwanaku, tomando en cuenta su semejanza.

    La presencia de una tableta ceremonial y otrosartefactos, como una ricamente elaborada cucha-ra de hueso, sugiere que el primer conjunto cons-tituyó parte de un complejo alucinógeno (verBerenguer 2000; Llagostera et al. 1988; Torres1996). La tableta, su estuche de cuero, la bolsatextil, la cuchara de hueso con su respectivo estu-che y las bolsas de cuero de vizcacha más peque-ñas, son llamativamente análogos con el equipoinhalatorio típico hallado en diversos enterramien-tos en San Pedro de Atacama. Es particularmenteinteresante la similitud entre el equipo de Amagua-ya y otros conjuntos excavados, como ajuaresmortuorios en el cementerio Solcor-3 de San Pe-dro de Atacama (ver Llagostera et al. 1988: 65,lám. 3 y 4; Torres 1996: Fig. 2). Sin embargo, lapresencia de otros bienes asociados, y particular-mente de las dos posibles representaciones decamélidos (una de hueso y otra de piedra), posi-blemente illas, y los artefactos pequeños encon-trados en el interior de las bolsas de cuero devizcacha, sugieren una función ceremonial mu-cho más compleja para el total de los artefactoshallados en ambos conjuntos.

    Interesantemente, el análisis microscópico permi-tió confirmar que los hilos de lana de todos losartefactos y también de aquel hallado en la tem-porada de campo, tenían las mismas característi-cas y posiblemente pertenecieron a un mismoovillo. Este ovillo debió tener más de 160 cm delongitud, siendo el promedio de corte de los hilos21 cm. Un hecho interesante fue que en las bol-

    sas se da un proceso de transición de fuerte conte-nido ritual, donde los hilos pasan de enrollar laparte medial de ciertos artefactos contenidos enlas bolsas, a envolver las bolsas en sí mismas comoes el caso de las bolsas más pequeñas. Estas bol-sas son en realidad fragmentos de cuero sin mu-cha elaboración, pero con un importante conteni-do ritual (un cristal de cuarzo y cuarzo molido).10

    La semejanza de las mencionadas bolsas con aque-llas halladas en los contextos mortuorios deSolcor-3 en San Pedro de Atacama mencionadasanteriormente, es significativa.

    Asimismo, la tableta ceremonial de Amaguaya ylos artefactos que podrían complementar su equi-po inhalatorio, pero también su contexto asocia-do, muestran diversas particularidades que lo di-ferenciarían de un equipo inhalatorio común. Porejemplo, la tableta ceremonial es una de las másgrandes que se conocen y su decoración es unade las más elaboradas (incluyendo incrustacionesde al menos cinco materias primas de muy diver-so y lejano origen). Los textiles del conjunto sonde muy buena calidad y gran complejidad deco-rativa, por lo que podrían en otros contextos estarasociados a individuos procedentes del mismonúcleo de Tiwanaku (Oakland 1992) y probable-mente miembros de la élite.11 Es muy posible queel cuidado y tiempo empleados en la elaboracióndel resto de los artefactos fuera significativamenteimportante. En este sentido, con gran probabili-dad el poseedor de este conjunto fue un individuode relativa importancia dentro de la estructurasocial Tiwanaku. No obstante, los contextosTiwanaku en sitios como San Pedro de Atacamasugieren que la presencia de tabletas alcanzó unapopularidad muy alta durante este mismo períodode tiempo (Costa y Llagostera 1994; Llagostera etal. 1988; Torres 1996). En todo caso, los artefactospertenecientes a los conjuntos de Amaguaya, consi-derando los materiales en que fueron manufactu-rados, las técnicas empleadas para su elaboracióny los significados simbólicos y rituales que con-tenían, destacarían como bienes ceremoniales,

    10 Para una interpretación desarrollada acerca de la importan-cia simbólica de los cristales de cuarzo y otras materiasprimas líticas durante Tiwanaku, ver Giesso (2000).

    11 En todo caso, el estado fragmentado de los textiles, el fuer-te desgaste de uso que tienen muchos de los artefactos delconjunto y la ausencia de un tubo inhalatorio, son aspectosque no dejan de llamar la atención hacia otras probablesexplicaciones para el origen de este contexto.

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    exóticos y de prestigio. Esta interpretación estáen correspondencia con los complejos significa-dos sociales y simbólicos otorgados a las espe-cies de animales que caracterizan la biogeografíaandina, y que han sido registrados etnohistórica yetnográficamente (Urton 1985).

    Conclusiones

    Se ha observado que los cueros han sido curtidoscon mucho conocimiento sobre sus técnicas detratamiento. En la actualidad, no se encuentrancueros curtidos de taruca (probablemente porquees un animal muy raro), pero tampoco se encuen-tran cueros curtidos de vizcacha sino excepcio-nalmente (algunos tapados de lujo que no tienenmucha demanda). Es posible que la técnica decurtido que se observa en los especímenes arqueo-lógicos se haya perdido.

    También se ha observado que las especies utiliza-das en la confección de los conjuntos arqueológi-cos de Amaguaya, con excepción del jaguar(Panthera onca), pudieron obtenerse en el áreaque circunda al sitio. Sin embargo, teniendo encuenta que, en el mismo sitio otras especies decueros finos también pudieron haber estado dis-ponibles, como el zorro (Pseudolopex culpaeus),chinchilla (Chinchilla brevicaudata) o cuy (Ca-via tschudii), entre otras, entonces es probable quela utilización de la taruca, la vizcacha y el jaguar,haya estado motivada por una compleja red designificados actualmente desconocidos. Con rela-ción a los textiles, es probable que su manufactu-ra se haya realizado en Tiwanaku o en algún asen-tamiento cercano al núcleo estatal, respondiendoa criterios de algún grupo corporativo especiali-zado. Lo mismo puede decirse de la tableta y dela cuchara de hueso de camélido.

    Amaguaya, por situarse en un punto intermedioentre el altiplano y las zonas bajas (cerca de losvalles de los ríos Tipuani, Challana, Zongo yConsata), pudo haber sido un centro de interacciónpara el abastecimiento de innumerables produc-tos de intercambio con las zonas bajas (incluidoslos cueros y pieles de jaguar) como lo señalan loscaminos prehispánicos existentes en la zona. Se hapropuesto que el intercambio fue una de las estra-tegias más importantes dentro de los afanes de in-tegración sociopolítica de Tiwanaku (Browman1981 y 1997). Asimismo, la región pudo habersido un importante punto intermedio para el abas-

    tecimiento de plantas psicotrópicas (p.e.,Anadenanthera colubrina) asociadas al complejoalucinógeno consumido en Tiwanaku. Un posiblemotivo ligado a esta planta ha sido hallado en elreverso de la cuchara de hueso de camélido (Fi-gura 3b) (ver Knobloch 2001: Fig. 5b) pertene-ciente al equipo inhalatorio del primer conjunto.Por otro lado, Amaguaya se localiza en una re-gión muy alejada de Tiwanaku y de cualquier otrocentro suyo de relevancia. La presencia de estehallazgo, sugiere que la región tuvo una gran im-portancia para Tiwanaku.

    Los recursos como pieles, plumas, plantas psico-trópicas y medicinales, así como el oro (explotadodesde tiempos prehispánicos según las fuentes do-cumentales) hallado en los ríos de la vertiente orien-tal de la Cordillera Real, indican que la región pudoconstituirse en un importante foco de recursos y,por tanto, la presencia de Tiwanaku pudo haber es-tado motivada por intereses económicos. La cali-dad de los conjuntos arqueológicos, en contraste,sugiere una presencia ritual y probablemente de in-dividuos con alto prestigio. Al igual que en NiñoKorín (sistema de valles de Charazani) y San Pe-dro de Atacama, Amaguaya pudo haber estadopoblada por una entidad sociopolítica que se inte-gró a Tiwanaku gracias a un circuito de intercam-bio y manejo importante y eficiente de recursos,pero también motivada por el fuerte manejo ideo-lógico y de prestigio de los símbolos Tiwanaku ysus complejos significados. Esto implicaría (al me-nos bajo la actual lectura del fenómeno Tiwanaku)la presencia de una entidad sociopolíticajerarquizada y fuertemente vinculada con los desa-rrollos del área Circumtiticaca. En este caso, unaintegración organizada a través de jerarquíassegmentarias articuladas a través del manejo demúltiples redes de interacción (ver Albarracin-Jordan 1996; Uribe y Agüero, en prensa) podríaexplicar de una manera más adecuada las caracte-rísticas de la presencia Tiwanaku en la denomina-da ultraperiferia (Berenguer y Dauelsberg 1989) dela puna, valles y tierras bajas localizadas al orientede la Cordillera de los Andes.

    Agradecimientos Agradezco a la LicenciadaEliana Flores Bedregal por haber compartido suconocimiento y experiencia en la realización deeste estudio. Un reconocimiento especial mereceEduardo Pareja, Jefe del Departamento de Con-servación de la DINAAR y Codirector del Pro-yecto Arqueológico Amaguaya, por su incentivo e

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    impulso en la elaboración del presente artículo.Agradezco de igual manera a la Licenciada NuriaBernal por sus atenciones, facilitando el acceso yla toma de muestras en la colección de mastozoo-logía de la Colección Boliviana de Fauna, y alDr. Alvaro Garitano por su apoyo en la toma defotografías de las muestras microscópicas. Qui-siera agradecer muy especialmente a JuanAlbarracin-Jordan, Carolina Agüero, Dante

    Angelo, Patricia Ayala, José Berenguer, CésarCallisaya, Carlos Capriles, Alejandra Domic, Car-los Lémuz, Carlos Revilla, Claudia RiveraCasanovas, Alvaro Romero y Constantino ManuelTorres, por su asistencia bibliográfica y apoyo enla discusión de muchos de los temas tratados eneste artículo; quedo, sin embargo, como único res-ponsable ante cualquier error u omisión presenteen el mismo.

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  • JOSE M. CAPRILES F.

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    Anexo 1

    Artefactos arqueológicos de Amaguaya, muestra microscópica y muestra de colección de referencia.Las fotografías de la primera columna pertenecen a Eduardo Pareja.

    1. Código: CAAGY-001 Artefacto: Envoltura de cueroIdentificación: Hipocamelus atinensis Nombre común: Taruca

    2. Código: CAAGY-002 Artefacto: Envoltura de cuero.Identificación: Hipocamelus atinensis Nombre común: Taruca

    3. Código: CAAGY-003 Artefacto: Envoltura de cueroIdentificación: Hipocamelus atinensis Nombre común: Taruca

  • INTERCAMBIO Y USO RITUAL DE FAUNA POR TIWANAKU: ANALISIS DE PELOS Y FIBRAS...

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    4. Código: CAAGY-006 Artefacto: BolsitaIdentificación: Panthera onca Nombre común: Jaguar, tigre americano

    5. Código: CAAGY-008 Artefacto: Fragmento de textilIdentificación: Vicugna vicugna Nombre común: Vicuña

    6. Código: CAAGY-012 Artefacto: BolsaIdentificación: Panthera onca Nombre común: Jaguar

  • JOSE M. CAPRILES F.

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    7. Código: CAAGY-015 Artefacto: BolsaIdentificación: Lagidium viscacia Nombre común: Vizcacha

    8. Código: CAAGY-016 Artefacto: BolsaIdentificación: Lagidium viscacia Nombre común: Vizcacha

    9. Código: CAAGY-017 Artefacto: BolsaIdentificación: Lagidium viscacia Nombre común: Vizcacha

  • INTERCAMBIO Y USO RITUAL DE FAUNA POR TIWANAKU: ANALISIS DE PELOS Y FIBRAS...

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    10. Código: CAAGY-024 Artefacto: BolsaIdentificación: Lagidium viscacia Nombre común: Vizcacha

    caratula1Capriles 2002 fibras.pdf