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Jornadas de la Carrera de Comunicación de la UBA 23, 24 y 25 de Septiembre de 2004 Grupo de Trabajo: Agenda pública, agenda periodística y sociedad La formación de una agenda pública. El caso de los jóvenes que no estudian ni trabajan. Lic. Ianina Tuñón Cátedra Metodología y Técnicas de Investigación Social Carrera de Ciencias de Comunicación – Facultad de Ciencias Sociales- UBA Introducción La existencia de jóvenes que “no estudian ni trabajan” es hoy un tema de la agenda pública en la Argentina. La problemática ha ganado progresivamente la consideración de los medios de comunicación y de la opinión pública, con una tendencia a afianzarse como una importante preocupación política. ¿Cómo es posible que un fenómeno cuya problemática no constituye una consecuencia ni es exclusiva de la condición de ser joven, haya pasado a integrar un eje central en las políticas sociales y a cristalizarse como criterio de focalización de las mismas? A nivel de la prensa en general se difunde este tema con una común urgencia, destacando la importancia de los jóvenes que “no estudian ni trabajan ni buscan empleo” en la población joven. Sin embargo, la focalización en este grupo de jóvenes resulta paradójica dado que a nivel de la población entre 15 a 24 años de edad, sólo un 11,5% se encuentran en esta situación y dicha proporción no se ha incrementado en el transcurso de la última década. Por lo tanto y atento a dicha situación objetiva es lícito 1

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III JORNADAS NACIONALES DE INVESTIGADORES EN COMUNICACIN

Jornadas de la Carrera de Comunicacin de la UBA

23, 24 y 25 de Septiembre de 2004Grupo de Trabajo: Agenda pblica, agenda periodstica y sociedadLa formacin de una agenda pblica. El caso de los jvenes que no estudian ni trabajan.

Lic. Ianina Tun

Ctedra Metodologa y Tcnicas de Investigacin Social

Carrera de Ciencias de Comunicacin Facultad de Ciencias Sociales- UBA

Introduccin

La existencia de jvenes que no estudian ni trabajan es hoy un tema de la agenda pblica en la Argentina. La problemtica ha ganado progresivamente la consideracin de los medios de comunicacin y de la opinin pblica, con una tendencia a afianzarse como una importante preocupacin poltica.

Cmo es posible que un fenmeno cuya problemtica no constituye una consecuencia ni es exclusiva de la condicin de ser joven, haya pasado a integrar un eje central en las polticas sociales y a cristalizarse como criterio de focalizacin de las mismas?

A nivel de la prensa en general se difunde este tema con una comn urgencia, destacando la importancia de los jvenes que no estudian ni trabajan ni buscan empleo en la poblacin joven. Sin embargo, la focalizacin en este grupo de jvenes resulta paradjica dado que a nivel de la poblacin entre 15 a 24 aos de edad, slo un 11,5% se encuentran en esta situacin y dicha proporcin no se ha incrementado en el transcurso de la ltima dcada.

Por lo tanto y atento a dicha situacin objetiva es lcito preguntarse cmo es posible que una situacin que ha afectado a una misma y menor proporcin de jvenes a lo largo de toda una dcada haya cobrado en los ltimos aos amplia trascendencia social y se constituya en criterio de focalizacin de polticas pblicas? Estos son algunos de los interrogantes que guan este ejercicio de investigacin. Si bien no creo estar en condiciones de responder acabadamente a estas preguntas, me propongo utilizar dichas preguntas para aplicar a partir de ellas algunos instrumentos analticos. En efecto, para avanzar sobre estas preguntas nos remitiremos a ciertos presupuestos tericos que caracterizan la llamada perspectiva constructivista de los problemas sociales; ellos permiten una va de ingreso para el abordaje y anlisis de los factores que sustentan la visibilidad social que han adquirido los jvenes que no estudian, ni trabajan, ni buscan empleo en la problemtica juvenil.

La perspectiva constructivista

A pesar que la idea de explorar la naturaleza histrica de los problemas sociales se remonta a los primeros abordajes positivistas, ha sido la perspectiva propugnada desde la tradicin del interaccionismo la que ha trabajado la idea de que los problemas sociales son esencialmente construcciones sociales subjetivas.

H. Becker (1963) fue quien realiz una importante contribucin al estudio de los problemas sociales. Sus aportes tuvieron un fuerte impacto en la promocin del enfoque constructivista.

La idea central que parece distinguir a la perspectiva constructivista de otras formas de abordaje -desde Becker en adelante-, es el supuesto de que los problemas sociales no son producto tan slo de condiciones objetivas en la sociedad, sino que son el fruto de procesos de definicin colectiva de ciertas condiciones como problemas (Blumer, 1971). Tan slo algunos fenmenos sociales se constituyen, en momentos sociales especficos, en causa de preocupacin y pasan a ser considerados problemas sociales (Spector y Kitsuse, 1977).

As, por ejemplo, ciertas condiciones pueden existir objetivamente durante mucho tiempo antes que sean definidas como problemas. Tal es as que temas como la pobreza, la desigualdad civil y poltica de las mujeres, la discriminacin a las minoras, el intervencionismo estatal en lo econmico, los poderes centralizados, entre muchas otras condiciones sociales, son actualmente considerados y aceptados como problemas, sin embargo durante ciertos perodos histricos pertenecieron al orden natural de las cosas, eran parte del consenso de la poca.

La perspectiva terica mencionada enfatiza que la percepcin pblica de muchos de los desrdenes o problemas de la vida cotidiana no tienen necesariamente que ver con los cambios que ocurren realmente en las condiciones de vida esto es, la visibilidad de un problema no es la expresin de su agravamiento. Ello refleja ms bien el inters pblico por determinadas cuestiones que pueden concitar en determinado momento una alta intensidad de atencin, lo cual en gran medida depende de la relacin entre la naturaleza de ciertos problemas y el papel de los medios de comunicacin, en especial como los medios interactan con el pblico con relacin a dichos temas (Downs, 1993:142).

La relevancia del llamado proceso de expansin de un tema (Parsons, 1995) a partir de los medios de comunicacin, radica en que la incorporacin de un problema a los procesos institucionales de toma de decisiones y depende en gran medida del grado en que el mismo se haga visible para diferentes pblicos, es decir, se traslade desde la atencin especfica de un grupo particular a la preocupacin de un pblico mayor.

De manera que si bien la agenda es definida en ltima instancia por el gobierno, los problemas que la originan mantienen relativa autonoma dado que la dinmica de expansin de un tema depende en gran parte de los elementos que lo caracterizan.

Autores como Cobb y Elder (1983) argumentan que para que un asunto alcance el status de pblico y logre ser incorporado a la agenda necesita cumplir con tres requisitos:

1. ser objeto de amplia atencin y conocimiento del pblico;

2. que buena parte del pblico considere que se requiere algn tipo de accin y

3. que a los ojos de la comunidad, la accin sea competencia de alguna entidad gubernamental.

Este modelo parte de la supuesta conflictividad actual o potencia del tema en cuestin. El carcter controvertido del tema es un factor que favorece su expansin y difusin en la comunidad poltica. Adicionalmente, cuanto ms grande es la audiencia, plantean los autores, ms grandes sern las chances de que un tema entre en la arena en dnde se toman las decisiones.

Pero adems de las caractersticas que reviste el tema, ciertos acontecimientos, eventos y personalidades sirven de mecanismo disparador, transformando hechos circunscriptos al mundo de lo privado en demandas y cuestiones que adquieren status de cuestin pblica (Kingdon, 1994). Los actores sociales que se encargan de convertir dichos sucesos en cuestiones, ofrecen una primer definicin y propuesta de solucin de los hechos, que han de favorecer o limitar la difusin del problema.

Sin embargo son los factores de contexto los que delimitan de manera fundamental el universo de los problemas pblicos y de competencia gubernamental. Por lo que cuanto mayor sea la extensin del significado social y la relevancia temporal de un tema, mayor parece ser la probabilidad de que este se extienda a un pblico mayor.

El proceso de formacin de la agenda pblica

Qu es una agenda pblica, cmo se forma y qu temas logran formar parte de la misma?

Por formacin de una agenda se entiende el proceso social por el cual un conjunto de demandas o cuestiones se tornan problemticas, convocan la atencin de la opinin pblica y cmo afecta a la agenda de gobierno, convirtindose muy probablemente en asunto pblico. Esta definicin de agenda hace hincapi en la idea de proceso. Esto implica considerar la dinmica de su elaboracin e implementacin. En este proceso lo que est en juego no es slo la seleccin de los temas que han de formar parte de la agenda, sino tambin las definiciones que se han de adoptar.

Esto nos define el marco en el que han de interactuar los reclamos de diferentes grupos de la poblacin que se transforman en asuntos que compiten por alcanzar la atencin de las autoridades pblicas. De acuerdo con este enfoque sobre el proceso de formacin de la agenda, cabe esperar que surjan situaciones de conflicto entre mltiples grupos en torno a las formas (procedimientos) en que se distribuyen posiciones, recursos y bienes escasos (Cobb y Elder, 1972).

Las teoras que estudian los procesos de formacin de una agenda debaten acerca de cules son las cuestiones que se incluyen o excluyen de una agenda poltica y por qu? Si bien la construccin de la agenda pblica resulta de procesos sociales mediante los cuales un tema que tiene atencin especfica para un determinado grupo -interesado e informado sobre las cuestiones pblicas- alcanza a un pblico mayor, no todos los problemas logran en la misma medida formar parte del temario de los asuntos pblicos y colocarse como asunto de posible poltica pblica. No todas las cuestiones se vuelven pblicas, ni todos los temas pblicos forman parte de la agenda de gobierno o se constituyen en objeto de polticas pblicas.

El intento de lograr el reconocimiento y suscitar la atencin hacia condiciones sociales que se ponderan como dignas de ser problematizadas, es un proceso complejo en el que intervienen grupos especficos de reclamadores sobre una determinada cuestin y ciertos mbitos o arenas dnde las definiciones de problemas se despliegan.

mbitos de definicin de los problemas sociales

El rol de los reclamadores en la construccin de problemas

Es fcil advertir que difcilmente los problemas puedan ser reconocidos como tales al margen de los principales interesados en la cuestin, las vctimas, quienes se sienten afectados por el problema y reclaman solucin. Sin embargo, los grupos afectados no siempre cuentan con la organizacin ni la capacidad como para realizar campaas, y requieren por lo tanto de otros reclamadores.

Desde la perspectiva constructivista se considera que los reclamos que buscan el reconocimiento y llamar la atencin hacia ciertas cuestiones, para tener xito necesitan ser empujados (Best, 1990). Los actores sociales que cumplen esta funcin son llamados reclamadores por Best (1990) u operadores por Hilgartner y Bosk (1988).

Entre estos reclamadores u operadores, los profesionales suelen cumplir con la funcin de promover y definir ciertos problemas. En la construccin de los problemas aquellos que conocen o reclaman tener conocimiento sobre un determinado tema tienen un input vital en el proceso de definicin, en tanto tienen el poder de definir necesidades y problemas, dar interpretaciones que gocen de legitimidad (Spector y Kitsuse, 1977). En este sentido, cabe destacar la creciente profesionalizacin de los temas pblicos, as como la influencia de los especialistas en el debate pblico.

Muchos de estos reclamadores se constituyen en redes que pueden ser analizadas en trminos de productoras y promotoras de sentido (frames) (Klandermans, 1997) que operan difundiendo interpretaciones del problema compatibles con ciertos propsitos buscados.

Sin embargo, independientemente de las formas que adopten los diferentes reclamadores involucrados en el proceso de construccin de un tema, son los medios de comunicacin quienes suelen actuar como generadores de oportunidades polticas y culturales e incluso en ocasiones los medios de comunicacin operan favoreciendo a determinados reclamadores. De modo que quienes utilizan a los medios como vehculo de sus reclamos pueden lograr estigmatizarse como referentes del tema en cuestin (Gamson y Meyer, 1992:290).

El papel de los medios, una perspectiva para el anlisis

Desde esta perspectiva de anlisis, el impacto de los medios en los problemas sociales es un aspecto clave en la designacin y rotulacin del problema, as como en el proceso de expansin del mismo.

Para Hilgartner y Bosk (1988) existen ciertos principios de seleccin propios de cada sociedad (y de cada momento) que influyen en la determinacin de algunos temas como problemticos. Entre estos principios estaran: 1) la apetencia de los medios por temticas dramticas y novedosas y 2) los temas culturales propios de cada sociedad.

La teora de la construccin de agenda sostiene, que ms all de una serie de caractersticas que pueden condicionar la importancia de un tema (espectacularidad, imprevisibilidad, anormalidad, etc.), uno de los factores fundamentales para la eficacia de un determinado mensaje es el grado de implicacin que consiga (M.Alsina, 1989).

En este sentido, los medios de comunicacin son una arena especialmente apropiada para la instauracin de problemas. Ellos no slo transmiten una determinada imagen de los problemas y una interpretacin de los mismos en el marco de sus propias convenciones, sino que al mismo tiempo reciben las interpretaciones de los especialistas e influyen finalmente en las arenas que usualmente ponen en prctica las polticas especficas. De modo, que las imgenes pblicas de los problemas tienden a formarse principalmente en los medios de comunicacin.

Quizs, desde una perspectiva de sentido comn, los medios aparezcan sobre todo como un espejo de lo que sucede en la sociedad. Sin embargo, de la enorme cantidad de eventos que se producen cotidianamente, los medios de comunicacin seleccionan -segn su propia lgica y dinmica de produccin- cules son considerados noticia. En este sentido, los medios proporcionan a la audiencia una indicacin fuerte, constante y visible (McClure-Patterson, 1976:26) de los temas y problemas presentes en la agenda de los medios, los cuales han sido seleccionados con base a cierta jerarqua de importancia y de prioridad que delimita aquellos acontecimientos o temas pblicos que son valorados como importantes. Ciertos temas o eventos adquieren una dimensin desproporcionada en los medios, en tanto otros -que podran ser considerados relevantes- son omitidos.

En la base de la competencia que se establece entre diferentes situaciones que potencialmente podran transformarse en problemas, se encuentra el hecho destacado por Hilgartner y Bosk- que la atencin del pblico es un recurso escaso, localizado a travs de la competicin en un sistema de arenas pblicas (1988:55), que el destino de los potenciales problemas no depende de su naturaleza objetiva, sino de un proceso altamente selectivo en el cual compiten con otros problemas por la atencin del pblico y los recursos sociales.

De manera que el rol de los medios de comunicacin es crucial para instalar preocupaciones alrededor de un tema, en tanto se constituyen en mbitos de absorcin, transmisin y re-elaboracin de reclamos. Los medios se han constituido en el mbito ms importante para la construccin de problemas, para McCombs/Shaw (1972) en la creacin de estados de opinin es necesario ante todo, que alguien, una instancia emisora, personas, grupos o instituciones propongan un tema para su circulacin pblica; hoy diramos que establezcan la agenda.

Qu caractersticas rene el tema de los jvenes que no estudian ni trabajan que lo constituye en un tema de agenda?

Pensar a los jvenes como sujetos de polticas laborales y sociales es un desafo que ha movilizado a los Gobiernos del mundo desde un tiempo relativamente reciente. Por la urgencia y gravedad de los problemas de empleo e inclusin social, el concepto de juventud ha logrado instalarse en las agendas pblicas y se ha posicionado en los diversos mbitos de la vida social (acadmicos, culturales, empresariales). Este ha sido tambin el caso de la Argentina durante la dcada del noventa. En efecto, no son pocos los estudios y diagnsticos gubernamentales y acadmicos que coinciden en que: la juventud en general, y en particular la actual coherente de edad que transita la salida de la escuela media y la entrada al mercado laboral, constituye un segmento social fuertemente afectado por los cambios ocurridos en el sistema productivo, el mercado de trabajo y la crisis de las instituciones pblicas y sociales que tradicionalmente mediatizaban sus mecanismos de integracin a la vida adulta.

Muchos de los estudios y diagnsticos tcnicocientficos que abordan la problemtica juvenil consideran conveniente evaluar la evolucin de la participacin educacional de los jvenes segn su condicin de actividad. Al respecto, utilizan una variable de participacin juvenil que da cuenta de: 1) jvenes que slo estudian, 2) jvenes que estudian y adems trabajan o buscan trabajo (poblacin econmicamente activa), 3) jvenes que no estudian pero que s trabajan o buscan empleo, y 4) finalmente, jvenes que no estudian, ni trabajan, ni buscan empleo. A travs del anlisis de esta variable se confirma la mejora educacional en trminos de participacin escolar. En efecto, durante la dcada tuvo lugar un aumento sistemtico de jvenes de 15 a 24 aos en la categora de los que slo estudian. La doble participacin de jvenes que estudian y al mismo tiempo trabajan o buscan empleo tendi a crecer en forma relativamente regular pero con una tasa bastante ms baja. De manera proporcional cay el peso de los jvenes que no estudian y forman parte de la poblacin econmicamente activa, a la vez que la tendencia casi no tuvo efectos sobre jvenes en situacin de inactividad absoluta. En efecto, se observa que la situacin de inactividad absoluta se mantiene estable y tiende a disminuir en los ltimos aos. Contra la idea instalada a nivel de la opinin pblica, los jvenes que no estudian, ni trabajan, ni buscan empleo representan una proporcin menor de jvenes que se mantiene estable entre 1991 y el 2001.

Argentina 1991-2001: Participacin juvenil en la estructura de actividades econmicas y educacionales. Porcentajes. Total Urbano de 15 a 24 aos.

19911992199319941995199619971998199920002001

Slo Estudia38,337,937,738,838,338,140,142,543,644,346,9

Estudia y trabaja o busca Empleo9,49,610,79,410,110,110,910,811,912,210,1

No estudia y trabaja o busca empleo.39,639,738,640,238,938,636,534,232,531,731,5

No estudia, ni trabaja, ni busca empleo12,712,813,011,612,813,212,412,511,911,811,5

Fuente: Elaboracin propia con base en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadstica y Censos (INDEC). Repblica Argentina. Onda de Octubre de 1991 2001.

Pese a que esta ltima categora social ha mantenido la misma prevalencia media durante la ltima dcada, adquiere en los ltimos aos relevancia como categora de anlisis en el mbito acadmico y como forma de rotulacin de la problemtica juvenil en los medios de comunicacin. A nivel de la agenda de los medios de comunicacin el tema de los jvenes que no estudian ni trabajan ni buscan empleo, rene un conjunto de atributos que parecen favorecer su difusin y tratamiento.

Hay temas con los cuales mantenemos una experiencia directa, con los cuales por ende nos sentimos ms involucrados, en tanto hay otros temas que son de dominio exclusivo de la mass-media. Dentro de los primeros, encontramos que el grado de implicancia que consiguen se relaciona con la potencialidad de que cualquier ser cercano se vea afectado. En el caso especfico de los jvenes que no estudian ni trabajan, en forma creciente se instala en el imaginario colectivo la creencia de que cualquier joven puede ser potencialmente afectado por este fenmeno.

Por lo tanto, es probable que la raz de la motivacin pblica hacia la temtica de los jvenes que no estudian ni trabajan proceda fundamentalmente del hecho que este fenmeno cumple holgadamente con los principios de seleccin sealados por Hilgartner y Bosk (1988).

En primer lugar, las caractersticas dramticas y novedosas de un fenmeno que porta la amenaza de tener una potencialidad de consecuencias para el futuro de toda una generacin y que representa una potencial poblacin de riesgo en tanto se asocia a la pobreza, la delincuencia y la marginalidad. En segundo lugar, es un tema que remite a nuestra propia cultura, valores y significados ampliamente aceptados en nuestra sociedad. Esta nueva categora social rompe con un modelo de subjetividad dominante desarrollado en la Argentina desde el siglo pasado, que supuso que la Argentina sustentaba expectativas de movilidad social ascendente para las clases populares urbanas a travs del paso por el sistema educativo, primero, y la insercin laboral posterior en un empleo estable, despus. En este sentido, se advierte una ruptura con las ideas motoras del progreso que detentaban los progenitores de los jvenes de hoy en su juventud; tal es el caso de las expectativas de ascenso social, la valorizacin de la educacin o la dignificacin del trabajo.

En tercer lugar, el origen tcnico- cientfico de la categora social. En efecto, la categora social de los jvenes que no estudian ni trabajan es definida y utilizada como categora analtica en los mbitos acadmicos y alcanza al pblico mayor y se convierte en cuestin pblica a partir de la promocin que los mismos tcnicos y cientficos sociales le dan al problema juvenil. De modo que en la definicin y promocin de esta cuestin la voz de los expertos es fundamental y proporciona a los medios de comunicacin no solo una interpretacin del fenmeno que goza de legitimidad, sino que adems facilita una forma de etiquetar el problema que enfatiza los aspectos ms dramticos y emotivos del mismo. En cuarto lugar, el tema es trasmitido con una combinacin de informacin de tipo objetiva (estadstica) con informacin subjetiva y relatos vivenciales de sus vctimas. Esta caracterstica facilita una definicin del problema clara y concisa, sin ambigedades, lo cual contribuye a la accesibilidad del mensaje y su expansin a un pblico mayor. El dato objetivo, sobre el nivel de prevalencia de esta categora social en la poblacin de mayor riesgo que son los jvenes se constituye en el principal insumo para contextualizar el tema en la prensa. En este sentido por un lado tenemos un elemento que pretende objetivar el problema a travs de su nivel de prevalencia y por otro tenemos los factores sociales, econmicos y culturales de nuestra sociedad que colocan al receptor en un lugar de cierta vulnerabilidad, desde el momento en que todo joven podra ser afectado por el fenmeno de la desocupacin y la exclusin social.

Teniendo en cuenta la implicacin social del tema y por otra parte, valindonos de ciertas premisas conceptuales sobre la construccin de agenda, es posible aproximarnos a la importancia adquirida por el tema en cuestin, as como al modo en que el problema es incorporado como asunto de agenda.Desde esta perspectiva la categora social de los jvenes que no estudian ni trabajan ni buscan empleo se constituyen en imperativo categrico de nuestra poca. Es esta justamente una categora social que representa a los principales excluidos: quedan afuera de la sociedad formal y se refugian en la pobreza, la delincuencia y la marginalidad. Esta forma de tratar el problema conduce a la convergencia y articulacin con otros problemas como es la delincuencia juvenil y la inseguridad. Condiciones que conjeturamos propician que esta categora social, en el marco de los mltiples problemas juveniles que compiten por la atencin del pblico, resulte ms factible de ser tematizados en los medios.El proceso de formacin de una agenda en torno a la problemtica de empleo juvenil implica en lo fundamental la eleccin de una definicin del problema. Las definiciones sirven para poder encuadrar las polticas posteriores. Cabe sealar que la forma que asumi la definicin del problema en la agenda pblica se fue modelando presionada por los cambios en la coyuntura econmica y poltica, la capacidad de presin de diferentes reclamadores y operadores organismos internacionales de crdito, organizaciones empresariales, sindicales y las distintas orientaciones dentro de la propia instancia gubernamental- entre los que los medios de comunicacin pueden ser reconocidos como un reclamador secundario que recibe el input de expertos del mundo acadmico e influye en el proceso de definicin y promocin del tema en cuestin. La definicin del problema juvenil que se centra en los jvenes que no estudian ni trabajan domina varios mbitos de discusin y gana terreno en la agenda de gobierno y en este sentido posibilita la continuidad de la lgica de las polticas sociales de los 90, que focalizaban en pequeos grupos. _______________________________________________________Bibliografa

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De modo que los acontecimientos de la vida privada o colectiva se transforman en demandas, reclamos y cuestiones que pretenden el status de cuestin pblica. Reclamos particulares logran argumentarse como generales, y llegan a originar leyes, adquirir recursos, etc.

La juventud es un perodo crtico de gran vulnerabilidad, etapa de grandes cambio (emocionales, fisiolgicos, etc.), unido a que estn expuestos a numerosos e intensos cambios exgenos de carcter social y cultural que ocurren en la sociedad contempornea, la escuela, la familia, la religin y el trabajo parecen perder su centralidad como fuentes de identidades nicas y para toda la vida. En s mismo, esto implica la conformacin de una heterognea estructura de expectativas, exigencias e intereses con cada nueva generacin, al tiempo que por falta de canales econmicos e institucionales ms legtimos- crece la imposibilidad de acceder a un proyecto compartido de identidad y progreso social. Todo lo cual es una fuente constante de desafos. De modo que, como dijimos antes, cuanto ms gente se sienta involucrada por un acontecimiento, mayor ser la importancia de este.

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