Ulceras Varices
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CARTA MUSICAL
LA HOMEOPATÍA EN LAS VARICES
En latín el término "várices" quiere decir torcido.
Las várices son una enfermedad que afecta al sistema venoso
periférico y de algunos otros órganos de la economía. Por
diversos factores, las venas se dilatan, se ensanchan, se vuelven
tortuosas e insuficientes para retornar la sangre de la perifería
al corazón: insuficiencia venosa.
Este padecimiento es más frecuente en las mujeres que en los
hombres, ya que ellos las padecen menos al tener más
desarrollados sus músculos. Éstos actúan masajeando y
estimulando al sistema venoso para activar la circulación de
retorno al corazón. En las mujeres hay un factor hormonal que
no las favorece, como así también el uso de anticonceptivos
hormonales, y durante el embarazo. La relación de padecimiento
de la enfermedad es de 5 mujeres cada 1 hombre.
Las várices no se heredan, pero hay una predisposición familiar
a padecerlas.
La sangre es impulsada desde el corazón a través de las arterias
hacia todo el cuerpo. Esta sangre oxigenada nutre todo nuestro
organismo. En todas las terminales arteriales de todos los
órganos y extremidades se encuentran los capilares en donde se
produce el shunt arterio-venoso, y es a través de las venas que
esta sangre retorna hacia el corazón, pasando por los pulmones
para oxigenarse nuevamente. El recorrido arterial se produce
por el impulso del corazón que le ofrece a la sangre. Pero el
retorno venoso no tiene ninguna fuerza de empuje. Las zonas
que están por encima del corazón (cabeza, cuello) son más
fáciles de retornar. Las que están por debajo del corazón
(abdomen, extremidades) tienen más dificultad en el retorno, el
camino es contra la gravedad. Es por ello que las venas de las
extremidades inferiores poseen válvulas de cierre cada tanto
trecho para evitar que la sangre caiga hacia abajo por su propio
peso. Una manera de impulsar esta sangre es a través de las
contracciones musculares de las extremidades que bombean la
sangre hacia arriba.
Cuando por diversas causas este mecanismo no se produce, la
sangre se estanca en las venas, las mismas se dilatan, se
engrosan, las fibras musculares que componen las paredes de
las venas pierden su elasticidad, y se produce luego el edema. Si
esta situación es pasajera, las venas vuelven a su estado normal,
pero si esto perdura por mucho tiempo, se produce la anomalía
venosa. Juntamente con esto las válvulas se tornan insuficientes
y la sangre deja de circular hacia el corazón.
A estos vasos dilatados se los llama várices, pueden aparecer en
cualquier parte del organismo, pero las más frecuentes son las
de las extremidades. inferiores, sobre todo en las pantorrillas.
CLASIFICACIÓN:
< Telangiectasias o arañas vasculares: son un problema de
tipo estético, nada más. Pero en algunas personas puede haber
sensación de pesadez y de cansancio en las piernas.
< Várices de tamaño mediano (entre 3 y 4 mm): las
mismas comienzan a ser un problema para la salud, ya que
pueden infectarse y producir flebitis.
< Várices de tamaño grande (más de 5 mm): son como
cordones muy molestos, que siempre necesitan tratamiento, ya
que las mismas pueden generar mucho dolor, úlceras en las
piernas (tobillos) y algunas veces oclusiones venosas en otras
partes del cuerpo (pulmón, por ejemplo) por desprendimientos
de trombos.
< Várices superficiales: son las que nos ocupan en este
escrito.
< Várices profundas: los inconvenientes más severos son
las trombosis y las tromboflebitis.
Hemorroides: es un conglomerado grande y doloroso de vasos
sanguíneos del área anorectal. Las causas son similares a las de
las várices. Hay hemorroides externas y hemorroides internas. El
sedentarismo, la constipación, la ropa ajustada, el embarazo,
contribuyen a la aparición de las mismas en una persona
predispuesta a padecerlas.
Varicocele: conglomerado de venas que afecta al testículo.
Flebitis: es la inflamación de las paredes internas de las venas
por un proceso infeccioso. Se puede formar un coágulo (trombo)
dando lugar a la tromboflebitis. Este coágulo puede
desprenderse (émbolo), y arrastrado por la corriente sanguínea,
ocasionar accidentes muy graves (embolia pulmonar, por
ejemplo).
Úlcera varicosa: se produce en las piernas con varicosidades. La
congestión venosa, las malas condiciones de nutrición de los
tejidos y las defensas naturales disminuídas favorecen que el
menor traumatismo a ese nivel produzca la úlcera, de difícil
cicatrización y fácilmente infectable.
El sistema venoso superficial de los miembros inferiores está
compuesto por la vena safena interna, la vena safena externa y
todas las venas colaterales tributarias, que forman una red
superficial situada en el tejido subcutáneo por sobre la
aponeurosis muscular. Este sistema venoso consta de una serie
de válvulas de cierre que impiden que la sangre fluya hacia atrás
en su recorrido al corazón. Una sola válvula que falle crea una
presión sobre las zonas más bajas, se acumula la sangre, las
venas se dilatan.
CAUSAS:
Congénitas: agenesia valvular (falta de alguna válvula),
hipoplasia valvular (la válvula es más pequeña de lo que debería
ser), estenosis en algún sector de la vena (disminución de la luz
de la vena). Existe un factor hereditario dominante en más del
90% de los casos.
Adquiridas: ortostatismo (es estar mucho tiempo de pie o
sentado), lo que ocasiona una hipertensión venosa sostenida,
una dilatación del sistema valvular, dificultad en el retorno
venoso, estancamiento de la sangre, edemas.
SINTOMATOLOGÍA:
Los primeros síntomas de las várices son sensación de cansancio
y de pesadez en las piernas, sobre todo con el correr del día.
También puede producirse edemas, dolores, y algunas veces
prurito con una ligera pigmentación. Si esto se cronifica,
empezarán a aparecer úlceras pequeñas, luego más grandes con
un grado de eccema periulceroso. Si el proceso continúa, se
complica con infección y linforragia. Cuando la sangre no circula
bien tampoco puede transportar el oxígeno que nutre a los
músculos, y esto es lo que produce el dolor semejante a un
pinchazo o los calambres.
En el caso de las hemorroides el dolor, la sensación de plenitud
anal, el sangrado, son síntomas que no faltan.
DIAGNÓSTICO:
Es importante confeccionar una exhaustiva historia clínica,
desde la anamnesis.
Profesión o a qué se dedica: actividades que requieran
estar mucho tiempo sentado o parado.
Enfermedad actual, su evolución y tiempo de duración.
Antecedentes de enfermedades agudas o crónicas, de
intervenciones quirúrgicas, traumatismos, hemorroides,
obesidad, tabaquismo, alcoholismo, etc.
Antecedentes familiares patológicos: diabetes,
hipertensión, enfermedades vasculares, enfermedades
tiroideas, etc.
Si es mujer, antecedentes gineco-obstétricos:
enfermedades inflamatorias pelvianas crónicas, cantidad
de partos y espacio intergenésico, operaciones pelvianas
que hayan dañado el piso pélvico, uso de anticonceptivos
hormonales, uso de DIU, ligadura de trompas, si es
menopáusica uso de tratamientos hormonales.
Sintomatología que presenta: color y textura de la piel,
temperatura local, dolor, con qué agrava o mejora,
cansancio o pesadez en los miembros, calambres.
Finalmente realizar todos los estudios diagnósticos que
complementarán la anamnesis o interrogatorio.
VÁRICES Y EMBARAZO:
Existen tres factores que predisponen a la embarazada a
padecer de várices:
a. Factor genético: las várices no son hereditarias, pero
habría una predisposición genética, una predisposición
familiar a padecerlas.
b. Factor hormonal: la progesterona que segrega al principio
del embarazo el cuerpo amarillo ovárico, y luego del tercer
mes la placenta, actúa disminuyendo el tono muscular
normal de las venas y las vuelve más susceptibles a
deformarse. Los estrógenos también causan alteraciones
en la pared de los vasos.
c. Factor mecánico: sobre todo en el tercer trimestre el
embarazo. El útero y el bebé crecen y van comprimiendo a
la vena cava inferior y a todas las venas pelvianas, que son
las que retornan la sangre de los miembros inferiores al
corazón. Así también pueden aparecer várices pelvianas,
várices vulvares y hemorroides.
Durante el embarazo, las piernas no son las únicas que se
perjudican. Muchas veces se ven várices vulvares y várices en la
vagina.
Hay que tener en cuenta, que si las várices que aparecieron
durante el embarazo son leves, luego del parto regresan en un
par de meses.
Las recomendaciones para la embarazada son las mismas que
para todos en general. Se puede aconsejar la utilización de las
medias elásticas de descanso. Es probable que con esto se
eviten las tan temidas trombosis venosas profundas.
RECOMENDACIONES:
Existen profesiones que requieren estar de pie o sentado
durante muchas horas del día. Este sería un factor de riesgo
para la aparición de las várices.
Lo que no se debe hacer:
Usar ropa muy ajustada: ligas, cinturones, etc.
Evitar ambientes con mucho calor y humedad, sobre todo el
calor los pisos con losa radiante. El sol también es malo si
se expone durante horas en las piernas.
Estar mucho tiempo parado o sentado. Cada tanto tiempo
es recomendable hacer una ligera caminata para activar la
circulación.
No consumir en exceso sal, hidratos de carbono, grasas,
café o té, alcohol, cigarrillo.
Tratar de no usar tacos muy altos ni muy planos.
Evitar el uso de anticonceptivos hormonales, ya que los
estrógenos producen una alteración en la pared de los
vasos, y por consecuencia, la dilatación de los mismos; la
progesterona también es nociva. Es por eso que durante el
embarazo, en que la producción de hormonas es alta, se
acentúan las várices. Otro tanto sucede, aunque en menor
escala, durante el ciclo menstrual. Cuando se aproxima la
menstruación la mujer experimenta pesadez, cansancio,
calambres en las piernas, y como los estrógenos también
retienen líquidos, algunas mujeres padecen un ligero
edema de los miembros inferiores.
Lo que se aconseja hacer:
Al estar acostado, es conveniente elevar un poco las
piernas para que estén por encima del nivel de la cabeza,
ya que la gravedad ayuda al drenaje venoso y evita el
estancamiento en los miembros.
Hacer una dieta equilibrada, con pocas calorías, muchas
fibras, yogur, pescado no graso, legumbres y verduras
frescas. Una dieta no apropiada puede llegar a producir
constipación (bastante frecuente en la embarazada) con la
consiguiente sobreexigencia al intestino, lo que hace
aumentar la presión en el abdomen y dificulta el retorno
venoso. También ocasiona hemorroides.
Evitar el exceso de peso.
Controlar enfermedades como diabetes, hipotiroidismo,
enfermedades pelvianas crónicas, trastornos hormonales
en la mujer, etc.
Evitar el uso de anticonceptivos hormonales y embarazos a
repetición muy seguidos.
Hacer deportes suaves, no agresivos para el cuerpo,
caminatas no agobiantes, natación, bicicleta. Subir y bajar
escaleras a pie.
Caminar descalzo toda vez que se pueda, sobre todo muy
aconsejable en el pasto o en la arena.
Flexionar piernas y tobillos frecuentemente cuando se tiene
una vida o trabajo sedentario
.El uso de medias compresivas o de descanso: se deben
colocar con sumo cuidado, bajo las indicaciones del médico,
para evitar el estancacamiento de la sangre cuando se está
parado o sentado. Están muy indicadas también durante el
embarazo.
TRATAMIENTO:
Los tratamientos varían según el grado de afectación de las
venas.
Se deben tratar las várices que sean molestas, antiestéticas, y
antes de que se produzcan las complicaciones, como ser
afectaciones en la vida social, en la vida laboral, y más grave
aún la embolia pulmonar.
No olvidar que las medidas higiénico-dietéticas son para
prevenir y no para tratar las várices, porque una vez que
aparecieron, de acuerdo al estadio en que se encuentre, será el
tratamiento indicado.
Actualmente hay varias técnicas para tratarlas. Para las várices
medianas y grandes se utiliza la cirugía. También se usan las
técnicas esclerosantes para las de menor tamaño (arañitas
superficiales), pero estéticamente muy molestas. Previo a la
cirugía, se debe realizar la exploración hemodinámica de las
venas por estudio eco-doppler, que es un estudio no doloroso de
la circulación venosa y arterial.
HOMEOPATÍA:
En Homeopatía Unicista, para el tratamiento de las várices, como
para cualquier otra enfermedad, debemos tomar al paciente
como una totalidad, con un cocepto holístico del mismo. No
podemos limitarnos a ver las extremidades inferiores y sus
venas, sino que debemos buscar el desequilibrio de esa totalidad
que tenemos frente a nosostros. Para ello es necesario una
exhaustiva Historia Clínica, que en la primera consulta dura
alrededor de una hora; hay que conocer a ese paciente con todos
sus síntomas mentales, generales, locales y característicos. Así
el paciente tendrá la posibilidad se ser curado, no sólo a nivel
local, sino a nivel general.
Cuando en última instancia llegamos a los síntomas locales, es
ahí donde realizamos el examen físico: inspección, auscultación,
palpación. Luego pediremos los estudios complementarios
necesarios para su patología.
No olvidar de preguntar a la mujer si tiene colocado un DIU, ya
que siendo un cuerpo extraño, produce un campo de
interferencia en el cuerpo.
Preguntar y revisar acerca del estado de la dentadura, ya que
alguna pieza en mal estado puede ser la causa de síntomas en
las extremidades inferiores.
Prestar atención a la vestimenta que usa, que no ciña lugares en
donde es necesario que haya un buen retorno venosos (cintura,
pantorrillas, muslos, zapatos ajustados, tacos muy altos).
Con respecto a los tratamientos agresivos quirúrgicos, la
Homepatía solamente los recomienda en los casos en que corra
peligro la integridad física del paciente. Los tratamientos
estéticos dan resultados a corto plazo, ya que la predisposición
natural de cada individuo le traerá, con el tiempo, de nuevo el
problema. Además, la agresión a que es sometido el cuerpo no
favorece al paciente: nuestro cuerpo sagrado e intocable nos
devolverá la agresión en cualquier otra parte del organismo.
Es así que, si desde el comienzo de la patología intentamos
utilizar los remedios que se mencionan más abajo, la progresión
de la enfermedad se limita espectacularmente. sin necesidad de
llegar luego a tratamientos agresivos.
Remedios homeopáticos para el mejoramiento de las várices en
sus tres estadios, pero siempre tratándolo previamente con su
remedio de fondo, característico y único para ese paciente.
AEUSCULUS HIPPOCASTANUM: venas dolorosas, con sensación
de plenitud, con hormigueos, como si fueran a estallar. Venas de
color azul, o púrpura, o rojo azulado.
ANTHRACINUM: úlcera varicosa con tendencia a la gangrena, con
intolerable sensación de quemazón.
APIS: várices inflamadas, con dolores punzantes y ardientes, con
gran sensibilidad al menor contacto, que agravan por el calor y
por el reposo, que mejoran por el frío local y por el movimiento o
caminando. Hay edema, y el miembro está enrojecido. Si
presenta fiebre tiene total ausencia de sed durante la misma.
ÁRNICA: para las flebitis post-traumáticas, está peor por el
menor contacto. Siente la cama muy dura. Tiene sudores
nocturnos y sed.
ARSÉNICUM ALBUM: várices que queman, que arden de noche.
Agravan por el frío y mejoran por el calor local. Flebitis con
dolores quemantes, sobre todo a medianoche, que mejoran con
aplicaciones calientes. El paciente tiene gran ansiedad e
inquietud.
BOTHROPS LANCEOLATUS: flebitis. Es el remedio que en dosis
homeopáticas tiene mayor capacidad para disminuir el índice de
coagulabilidad de la sangre.
CALCÁREA FLUÓRICA: se considera el principal remedio para las
venas varicosas con inflamaciones ganglionares regionales, con
ganglios duros como piedra. Fortifica los tejidos de las paredes
de las venas.
CALÉNDULA: úlcera varicosa. Se usa, para limpiar la úlcera la
Tintura Madre (TM), una cucharada en ¼ litro de agua hervida.
CARBO VEGETABILIS: piel con coloración purpúrea, como
moteada. Várices con dolores urentes, con rodillas totalmente
frías. Úlceras varicosas ardorosas, tórpidas, con equimosis
subcutáneas.
CISTUS CANADENSIS: úlcera varicosa con extrema sensibilidad
al frío.
CLEMATIS VITALBA: útil para las várices, y para las úlceras
varicosas. Para éstas se preparan 10 partes de TM en 100 de
glicerina. Se usa en forma tópica.
FLUORIC ACIDUM: várices dolorosas, sobre todo de las piernas,
con tendencia a ulcerarse. Se recomienda para las madres que
han tenido muchos hijos. Está peor por el calor. Viejas úlceras
varicosas con dolores ardientes, de bordes enrojecidos e
indurados, que empeoran por el calor y mejoran por el frío.
Fortifica los tejidos de las paredes de las venas.
HAMMAMELIS:venas induradas, con nudosidades, que están
hinchadas y dolorosas. Este medicamento tiene una acción
importantísima para el sistema venoso. Es de gran valor para las
várices abdominales y de las extremidades inferiores durante el
embarazo. Flebitis con dolores puzantes, lancinantes. Tiene
sensibilidad dolorosa a la presión. Hay equimosis espontáneas.
LACHESIS: Flebitis con peligro de que se formen coágulos.
Ulceraciones de bordes azulados y hasta negruzcos, que sangran
con facilidad.
PAEONIA: ulceraciones sensibles y dolorosas con picazón y
ardor.
PULSATILLA: venas azuladas, hinchadas, inflamadas, con fuertes
dolores lancinantes o pinchantes, calientes al tacto. Hay picazón
y ardor de la piel. Flebitis agudas, especialmente en mujeres,
con escalofríos sin fiebre (aún en una habitación calurosa), o con
fiebre y ausencia de sed. Várices dolorosas y flebitis del
embarazo. Los dolores mejoran por el frío local.
SILICEA: piel malsana, la herida supura, de carácter crónico, con
ulceraciones de trayecto fistuloso.
VIPERA TORVA: venas dilatadas e inflamadas, con dolores
intolerables, pero dejando colgar el miembro afectado. Tiene
sensación de estallido o rotura, que lo obliga a tener el miembro
en alto. No tolera el contacto ni la presión. Tiene manchas lívidas
o equimóticas. Calambres en las piernas.
ZINCUM METALLICUM: útil en los estados crónicos, o después
que Pulsatilla ha aliviado los síntomas agudos. Várices de los
miembros inferiores, que se extienden a los labios mayores
vulvares, con sensación de hormigueo como si un insecto se
arrastrara por la piel.
Remedios homeopáticos para las hemorroides:
ACÓNITUM NAPELLUS: hemorroides sangrantes, con sensación
de aguijoneo y presión en el ano. Tiene constante inquietud, en
personas de temperamento pletórico.
AEUSCULUS HIPPOCASTANUM: indicado en las hemorroides
producto de una congestión del hígado y de la vena porta.
Hemorroides externas o internas, muy dolorosas, acompañadas
de sequedad, ardor y picazón, con la sensación de que el recto
está lleno de astillas. Peor al caminar y al agacharse. Dificultar
para levantarse de sentado.
ALOE SOCOTRINA: hemorroides como racimo de uvas, que
sangran abundantemente. Mejoran por aplicaciones frías. Ardor
marcado en el ano, con tendencia a la diarrea.
ANTIMONIUM CRUDUM: hemorroides internas con un continuo
escurrimiento de nucosidades que manchan la ropa.
APIS MELLIFICA: hemorroides del embarazo o después del parto,
con ardor y dolores punzantes. Mejora por el frío o por
aplicaciones de agua fría.
ARSÉNICUM ALBUM: hemorroides azules, procidentes, con
ardores quemantes, particularmente de noche. Mejora por el
calor y por aplicaciones calientes.
CALCÁREA CARBÓNICA: hemorroides hinchadas y salientes que
sangran mucho, con ardor en el recto, del tal manera que no
puede permanecer quieto. En mujeres que tienen
menstruaciones muy frecuentes y profusas, constantemente con
los pies fríos, como si estuvieran mojados.
CARBO ANIMALIS Y CARBO VEGETABILIS: hemorroides hichadas,
salientes y sangrantes. En Carbo Animalis rezuma un líquido
delgado e inodoro por el ano. En Carbo Vegetabilis la secreción
es acre, corrosiva y con olor fétido.
CÁUSTICUM: hemorroides duras, voluminosas, dolorosas, que
agravan de pie y caminando, y que impiden la defecación, la cual
algunas veces sólo es posible estando de pie.
COLLINSONIA CANADENSIS: hemorroides con constipación, con
excrementos duros y en forma de bolas. La enferma puede tener
prurito vulvar con enrojecimiento de los órganos genitales.
Hemorroides con constipación del embarazo.
GRAPHITES: hemorroides con prolapso rectal, ardor, picazón en
el recto, y grietas dolorosas y ardorosas entre las hemorroides,
las que sangran y están ulceradas. Constipación crónica,
arrojando un moco blanco o mucosidades.
HAMMAMELIS: hemorroides azules con abundante pérdida de
sangre oscura, dolorosas, con pulsaciones en el recto y ardor en
el ano. Mejoran con baños de asiento fríos.
LACHESIS: hemorroides que se estrangulan, con gran
constricción del ano, con dolores punzantes que corren hacia
arriba. En ocasiones las hemorroides son proyectadas hacia
fuera con cada estornudo o acceso de tos. Constipación
acentuada, con grandes esfuerzos, que son desistidos por el
dolor en el esfínter.
LYCOPODIUM: hemorroides sangrantes, muy abundantes, mucho
más sangre que la que pudiera producir en proporción al tamaño
de la vena afectada. Hemorroides como masas duras y azuladas,
muy dolorosas al sentarse, con distensión abdominal.
NITRIC ACID: hemorroides sangrantes y que salen después de
evacuar, con dolor cortante y punzante en el recto que dura
mucho tiempo, aún cuando la defecación sea blanda.
NUX VÓMICA: hemorroides en las personas de vida sedentaria,
con constipación habitual, con deseos ineficaces de evacuar. Hay
prurito que impide al enfermo dormir de noche, que a veces lo
obliga a levantarse y tomar un baño de asiento frío.
PAEONIA OFFICINALIS: hemorroides con gran prurito y dolor
después de evacuar. Fisuras anales con mucho escurrimiento, la
región está húmeda y molesta constantemente. Mucha
sensibilidad, prurito y hemorroides enormes.
PULSATILLA: hemorroides asociadas a trastornos gástricos:
eructos con sabor a alimentos, pirosis, náuseas, aversión a la
carne y a los alimentos grasosos. Hemorroides ciegas y
húmedas, con sensación de presión dolorosa, aguijoneos y
picazón, que sangran con facilidad, especialmente después de
evacuar.
SEPIA: hemorroides con escurrimiento de humedad en el recto, y
que sangran al evacuar originando el prolapso de recto en cada
evacuación. Sensación de plenitud o de cuerpo extraño como una
bola en el ano que no mejora por defecar.
SILICEA: hemorroides muy dolorosas con espasmo del esfínter
del ano. Mejoran por aplicaciones calientes. Para supuración de
las hemorroides.
SULPHUR: hemorroides dolorosas, rezumantes y sangrantes, con
puntadas, ardor e intenso prurito en el ano, con constipación
crónica, con deseo de evacuar constantemente, siendo ineficaz.
SULPHURIC ACID: hemorrorides que son tan grandes que llenan
el recto, con ardor y escurrimiento rectal que hace que haya
humedad constantemente.
DOLENCIAS INFO.TERAPIAS VADEMECUMSENTIDADES
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