Un segundo aire.
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Ortiz de la Fuente Sergio Enrique
ISTI 375
10 de Octubre del 2014
Reseña: Un segundo aire
A continuación se llevara a cabo la reseña comparativa de dos libros cuyo tema central es la
vida cuando se cuenta con una edad avanzada (vejez). El primer libro es de Mario Benedetti y
se titula “La Tregua”, mientras que el segundo libro es del autor Gabriel García Márquez y se
titula “Memoria de mis putas tristes”.
“La Tregua”, del autor Mario Benedetti (2001) nos introduce a la vida de Martin Santomé, un
hombre viudo de edad avanzada, muy reservado y de carácter gruñón. Santomé, a punto de
jubilarse de su horrible trabajo conoce a una joven linda y agraciada llamada Avellaneda, él, de
a poco se va interesando en esta jovencita, a tal grado que llega a estar perdidamente
enamorado de ella, sin embargo tiene que enfrentar las críticas de la sociedad, de sus hijos,
socios de trabajo y hasta la propia, con el único objetivo de sentirse vivo otra vez y no como un
objeto en proceso de desgaste solamente. En el libro “Memoria de mis putas tristes” de Gabriel
García Márquez (2004) se nos narra la historia de un hombre de edad muy avanzada, que al
llegar el día de su cumpleaños número noventa, se pone en contacto con una antigua amiga
suya dueña de un burdel, para pedirle que prepara a un jovencita prostituta para que el pueda
quitarle su virginidad en un intento desesperado de volver a sentirse joven, pero ni siquiera el
mismo esperaba las sorpresas que el amor y el destino le tenían preparadas, haciéndole darse
cuenta de que la juventud no se mide por la edad.
En los dos libros se nos narran las historias de dos hombres de avanzada edad que quieren
como en el titulo lo refleja, logran darse un segundo respiro. Sin embargo las dos novelas son
muy diferentes, ya que en el libro de Mario Benedetti el resultado final de este “segundo aire”
es una fuerte decepción y resignación ante la vida, y en el de Gabriel García Márquez el
resultado es la paz interior, la felicidad y el amor propio que el personaje principal logra
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desarrollar. “La Tregua” nos revela como la vida de rutinaria e infeliz de Santomé es rescatada
(por así decirlo) por la bella Avellaneda, pero al final, cuando todo parecía ser color de rosa la
muerte de Avellaneda rompe el corazón de Santomé, volviéndolo otra vez frio, solitario y
rutinario (Benedetti, 2001). Por otra parte, “Memoria de mis putas tristes” nos deja conocer la
vida de un anciano que a vivido una vida, solitaria y sin darse la oportunidad de amar otra vez,
pero al llegar a sus noventa años decide regalarse una noche de pasión con una joven virgen
que renta en un prostíbulo, sin embargo, lo único que logra es enamorarse profundamente de
aquella jovencita apodada “Delgadina”, y a pesar de que su amor no llega a consumarse, ni es
correspondido, el logra darse cuenta de que la edad no es un limitante para poder amar como
un jovencito y que tanto la felicidad y el amor pueden llegar hasta en el último momento de vida
(Márquez, 2004).
En las dos novelas, los personajes principales son hombres de edad avanzada que se
encuentran descontentos con los resultados que han obtenido a lo largo de su vida, también en
los dos libros los personajes principales se enamoran perdidamente de mujeres mucho más
jóvenes que ellos, exponiéndose a críticas y burlas de la sociedad, y al final de las dos historias
ningún personaje se queda con su amor, o consuma su amor definitivamente.
Los autores concluyen sus libros de maneras muy diferentes y contrastantes. Mario Benedetti
en su libro “La Tregua” nos deja como mensaje final o como aprendizaje que en la vida se
tienen que tomar decisiones sin pensarlo tanto, pues el tiempo pasa y uno nunca sabe lo que
pueda llegar a pasar en esta vida llena de altibajos intermitentes. Por otro lado Gabriel García
Márquez nos expone que en esta vida nunca es tarde para ser feliz, que el amor puede llegar
hasta el último suspiro de nuestras vidas, aunque parezca loco, descabellado o absurdo, el
tiempo es irrelevante si de ser feliz se trata, o como él lo relata con su característico lenguaje
sin pudor “Era por fin la vida real, con mi corazón a salvo, y condenado a morir de buen amor
en la agonía feliz de cualquiera después de mis cien años” (Márquez, 2004, p. 109).
Por mi parte no estoy en contra de ningún autor, al contrario, creo que ambos tiene la razón,
pues en la vida hay que tomar decisiones sin pensar tanto en lo que piense la gente o lo que
pueda llegar a pasar, y tomarlas cuando se presente la oportunidad, aunque esta sea en tus
plenos cien años, la vida está construida por decisiones que se van tomando día a día, y solo
depende de cada uno el decidir ser feliz, sin importar edad, genero, o como lo Gabriel, “se me
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atravesó la idea complaciente de que la vida no fuera algo que transcurre como el rio revuelto
de Heráclito, si no como una ocasión única de voltearse en la parrilla y seguir asándose del otro
lado por noventa años más” (Márquez, 2004, p. 103).
Bibliografía:
*Benedetti, Mario. (2001). La Tregua. México, D.F., Ed. Punto de Lectura.
*García, Gabriel. (2004). Memoria de mis putas tristes. México, D.F., Ed. Diana.