· Un viaje extraordinario y épico a lo largo de un siglo para descubrir la historia de una...

Unviajeextraordinarioyépicoalolargodeunsigloparadescubrirlahistoriadeunafamiliade trabajadoresdelaceroquehaestado ligadaa lasiluetaurbanadeNuevaYork desde los inicios del sigloXX hasta el derrumbe de las TorresGemelas.Unaestirpedeobrerosmohawks,quienessegúnlaleyendanotienenvértigo,quetreparonalasalturasparaconstruirauténticas«catedralesdeacero».

www.lectulandia.com-Página2

MichelMoutot

Lascatedralesdelcielo

ePubr1.0Un_Tal_Lucas22-02-2019


Títulooriginal:Cield’AcierMichelMoutot,2015Traducción:ElenaBernardoGil&AliciaMartorellEditordigital:Un_Tal_LucasePubbaser2.0


ASophie,PierreyFélix.Amipadre.Aquílotienes,porfin


…amor,daleatuhijoloquetútuviste:unpadre.

SHAKESPEARE,SonetoXIII


1

NuevaYork12deseptiembrede2001

Elsudormeabrasalosojos.Yanoaguantolasgafasdesoldador, lamascarilla,meahogo.Lomaloesquesimelasquito,soloDiossabequévoytragar.Estepolvoyestehumosontóxicos.Lastorresestabanhastaarribadeporquería.Mitíomecontóquelaestructuradeacerotraíaunrevestimientodeamiantoproyectadoypinturaconplomo. Además, en muchas plantas del World Trade Center había consultas dedentista,yenlossótanossealmacenabanproductosquímicos.Luegoestáelgasfreónde los climatizadores gigantes, por no mencionar el queroseno de los aviones.Estamosrespirandoveneno.

Sihaysupervivientesenestemagma,enestejuegodemikadoinfernal,estaeslaúnicaformadeencontrarlos.Cortaracero,partirvigas,despejarpasos,abrircaminos,túneles por los que avanzar, explorar huecos, puede que encontrar refugios. Cincominutosmás.Cincominutosmásyhabréterminadodequemarestasecciónmetálica.Podré fijarla al cable para que la grúa se la lleve por los aires. Cuidado con losdesprendimientos.¿Dóndeestáelgancho?

El humo se espesa, el olor es insoportable, casi ni me veo las manos. De lasrampasdeiluminaciónsaleunhalodeluzpolvorienta.Estoyenunavigatemblorosaytancalientequequema;elcalormeatraviesaloszapatos,notoquesemefundenlassuelas.Tengoquecambiarmedesitio.SesuponequeAndyestáamiderecha,perono lo veo.Looigo.El ruidodel soplete, ahí detrás, las chispas… tiene que ser él.¡Mierda! La llama de la antorcha de plasma se está debilitando, necesito másoxígeno. Venga, me quito la mascarilla. Bebo agua. El cielo palidece sobre elHudson,prontoamanecerá.

Ayerporlamañanalleguétempranoalaobra,laconstruccióndeunhotelenlapuntasur de Manhattan. Para nosotros, los ironworkers —en Quebec nos llaman«montadoresdeacero»—,encargadosdeconectarlasestructurasdelosrascacielos,el trabajo estaba casi concluido. Quedaban unas vigas por enclavijar y soldar, lasúltimas, arriba del todo. Estaba previsto celebrar la terminación del esqueleto del


edificio, el topping-out, una semana después.Otro rascacielos para el horizonte deManhattan.

Eneserascacielos,comoentodoslosdelaciudad,estábamosnosotros,losindiosmohawk:deCanadáodeEstadosUnidos.VenimosdereservascercanasaMontrealoalafrontera.NuevaYorkescalóelcieloconelsudorylasangredenuestrospadres.Nohayobradealtura,puentemetálicoorascacielosdondenoseoigan,en todo loalto, órdenes, indicaciones o tacos en nuestro idioma. Los carpinteros del hierromohawksonfamososporsuvalor,experienciayfiabilidad,enNorteaméricayenelrestodelmundo.

Amiscuarentaytresaños,soylasextageneracióndemontadoresdeacero.Mellamo JohnLaLiberté, pero todosme llamanCat.Mi verdadero nombre esO-ron-iake-te,«Llevaelcielo».

Hastadondemealcanzalamemoria,siemprehequeridoseguirlospasosdemisantepasados,haciendoequilibrismoporvigasdetreintacentímetrosdeanchoconlaciudad a nuestros pies. Por eso nos llaman también skywalkers, «caminantes delcielo».MipadreeraJackLaLiberté,apodadoTool.Murióennoviembrede1970.Fueel único carpintero del hierro que perdió la vida en la construcción de las TorresGemelas delWorld TradeCenter.Debo de estar a escasosmetros del lugar dondecayó.

Alas8.45,Andyyyoestábamossentadosenunaplataformademaderadelpiso35.Andy tenía los pies colgando en el vacío y yo estaba apoyado en una caja, unpocomásatrás.Sedicequenotenemosvértigopero,paramí,esmáscomplicado.Elaprendiz había bajado a buscar los cafés del primer descansode lamañana.El solbrillaba,corríaunabrisaligera,nohabíaniunanube.Eraundíadefinalesdeverano.SimeinclinabaaladerechaveíaelpuertohastaNewJersey,laestatuadelaLibertadylastorresdelpuentedeVerrazano,dondemitíoJoeperdiódosdedosdelamanoizquierda.

Anuestraespalda,alolejos,oímosunzumbidoqueseacercabamuydeprisa.UnBoeing,atronador,nospasóporencima.Estabatancerca,tanbajo,quepudeleersumatrícula, distinguir los remaches de las alas, ver las ventanillas, si me apurasvislumbré lascarasde lospasajeros,e identifiqué tambiénel logotipodeAmericanAirlines.

Nosmiramos, atónitos,ynosvolvimos justoa tiempodever cómoel avión seempotrabaenlatorreNortedelWorldTradeCenter.Degolpe.Lafachadadecristallo engulló, desapareció dentro. Como si fuera una escena de película, un efectoespecial.Casinohabíallamas.Seveíasololasiluetadelaviónrecortadaenloaltodelrascacielos,ladeadahacialaizquierdayconlasalasbienperfiladas,comoenlosdibujosanimados.

—Andy,nosvamos—dijeyo—.Tú,dejaloscafés.Andando.Enlosascensoresdeobracolocadosenelexteriordeledificionocabíaunalfiler.

Losobreros,desconcertados,soltaronlasherramientas.Nadiesabíaporqué,peroese


accidente era tan raro, de tal magnitud, que no era cuestión de quedarse mirandocómo salía humo de la torre, a quinientosmetros, ni de seguir trabajando como sinada.Empujonesenlasescaleras,palabrotas,gritos,veinticincopisos.Yaestábamosenlaacera.

DoscochesdebomberospasaronatodavelocidadporlacalleGreenwich;seoíanmás sirenas bajando por la vía rápida delHudson.El jefe de obra,EddieFalcone,gritó:

—¡Quitaosdeenmedio!¡Dejadpaso!LamitaddelosbomberosdeNuevaYorkse va a plantar aquí.Venga, una hora de descanso. Pero ¡que a nadie se le ocurralargarse! En cuanto lo apaguen, volvemos al tajo. Y más vale que recuperéis eltiempoperdido.Elaceroquehabíaquesoldarhoytendráqueestarterminadoantesdequeacabeeldía.

Nosquitamosloscascosylosfijamosalcinturónconelmosquetón.Engrupos,conlosbrazosenjarras,nosquedamosmirandoalcielo.

—No puede ser que haya chocado, por más que el piloto haya tenido unaindisposicióno le hayadadoun infarto.Además, siemprevandos en cabina, ¿no?¿Cómo puede haberse empotrado en plena torre con todo el espacio que hayalrededor?¿Seráquenolahavisto?—dijeyo.

Contélospisosquehabíaentreelpuntodeimpactoyeltejado.Unosdiez.Paraentonces, el incendio se veía con toda claridad. El queroseno en llamas tenía quehaberse expandido como el napalmpormesas de despacho,muebles y remesas depapel.Delacicatrizgigantesubíaunpenachodehumo.Entonceslovi:

—¡Joder!Esascositasmoviéndosealbordedelabismo¡sonpersonas!¡Veoaunhombreconcamisablancayaunamujerconunvestidooscuro!¿Cómovanasalirdeahí?

Se oían las sirenas por todas partes. Los bomberos llegaron y aparcaron loscamionesenlaexplanada,alasombradelastorres.¿Cómoseapagaunincendioenloaltodeunrascacielos?Elavióntuvoquearrasarcontodoasupaso,eraimposibleque el sistema automático contraincendios aguantara. Pensé: «¿Dónde habrá agua?No creo que tuvieran depósitos arriba. Mi tío me lo habría dicho, se pasó añosconstruyéndolas».Comotodoslosmohawkdemiedad,crecíacunadoporlahistoriade la construcción de las Torres Gemelas, seña de identidad y orgullo de unageneraciónenteradeironworkers.

Fuiandando,sinapartarlosojosdelcielo,hastaelfoodtruckdeAfzal,miamigopaquistaní. Hace tres meses que, durante las diez horas que se pasa de pie en suremolquedeacero inoxidable,nos sirve sucafé recalentadoenvasitosdepapeldecolor azul decorados con motivos griegos. Él también miraba a la torre, casi sinprestaratenciónalosclientes,conlavistaigualmentefijaenloalto.«Nopuedeser»,musitaba.Yomeechélalecheyelazúcarcasisinpercatarme.Estabaremoviendoelcaféconlacucharilladeplásticocuando,depronto,latorreSurexplotó.


La bola de fuego se agrandó, engulló varios pisos, escupió nubes de papel ytrozos demetal del tamaño de un coche.Ami alrededor la gente lloraba, gritaba,vociferaba,echabaacorrer.¿Quéhabíapasado?¿LohabríanprovocadolasllamasdelatorreNorte?¿Cómoeraposible?

DesdedondeyoestabanopudeverelotroBoeing,perounhombregritó:—¡Esunavión,otroavión!¡Dios!¡Nosatacan,eslaguerra!¡Huid,huid!YotiréelvasitodecaféymefuiabuscaraAndy.Estabaenmitadde lacalle;

habíacogidoporloshombrosalaprendizycaminabaconélhaciaatrás,endirecciónalaentradadelaobra,altiempoquemirabaaloaltoconlabocaabierta.Delasdostorres salían catedralesdehumo.Unmontónde ironworkers, obrerosy carpinterosestabanpegadosalavalla,muyjuntos,comoparatranquilizarse.Llamabanacasa:

—Ponlatele,rápido.Vuelveallamarmesidicenquépasa.EddieFalconecolgóelteléfonoehizobocinaconlasmanos:—¡Todo el mundo a casa, se acabó! En estas condiciones no se puede currar.

Todos a casa, ya volveremosmañana por lamañana…Si es que se puede.Vete asaberloquetardaránenapagaresedesastre.

Dejamosenelvestuarioherramientasycascos,ynoscambiamosdezapatos.Lacalle estaba llenadegente,grupitosdepersonas inmóvilesen la calzadaqueno seapartaban más que para dejar pasar a bomberos, policía o ambulancias. Ya no seveíancoches;debíandehabercortadolosaccesos.

NisemepasóporlacabezavolveraBrooklyn.Queríasabercómoselasibanaapañar para apagar semejantes incendios. A lomejor con helicópteros… Llegaroncochesdepolicíahaciendochirriar losneumáticoscuando frenaron,atravesadosenloscruces;luegocolocaronbarrerasdemaderaypidieronalagentequeevacuaralazona.

Nosotros y otro equipo mohawk caminamos dos manzanas, hacia elayuntamiento,ynosmetimosenelHighlandsSportsBar,dondesolemosquedarporla tarde, después del trabajo, para tomar unas cervezas y charlar un rato antes devolveraBrooklyn.Cuandoempezamoslaobra,eldueñosediocuentadequeharíanegociositeníacervezadebarrilBoréaledeMontreal.Enlabarranohabíanadie,nitampoco en la sala; ocho pantallas de televisión emitían CNN y New York One.Planos fijos de las torres ardiendo, imágenes aéreas y travelling de camiones debomberos.SehablabadeunataquealPentágono,deotroaviónsecuestrado,dequese había dado orden de aterrizar inmediatamente a todos los aviones quesobrevolabanEstadosUnidos.¿Cuántosavioneshabríansecuestrado,convertidosenmisiles en potencia? ¿Cuáles eran los objetivos? ¿La Casa Blanca? ¿El Capitolio?¿LaCIA?¿LasededelaONU?

Incluso filmados desde lejos se distinguían puntos negros que se arrojaban alvacío.¿Estabansaltando?Elaprendiz,quehabíavueltoalaobraabuscarlasllavesporqueselashabíaolvidadoenlataquilla,entrócorriendoenelbar,lívido.


—¡Están saltando! ¡La gente salta de las torres, lo he visto, es tremendo!Unoestabaenllamas.Cuandocaenalsuelohacenunruidohorroroso.

Elpresentadorconfirmóquemuchagentesetirabaporlaventanaparaescapardelas llamas, pero añadió que la cadena no iba a difundir esas imágenes en primerplano.Rick,eldueñodelbar,nosabíasicerrarodejarloabierto.Eraincapaz,comonosotros,deapartarlosojosdelatele.

—Enunrascacielosnohaynadapeorqueelfuego—dijoAndy,quecuandoerajovensehabíapasadomesesrecubriendoestructurasmetálicasconmaterialignífugo—.Acierta temperatura, nada aguanta.El acero se funde.Además, por encimadedeterminadaaltura,sinagua,losbomberosnopuedenactuar.Silasvigasmaestrassereblandecen,conelpesoquesoportan,cedenytodosevieneabajo.Sevanacaer,oslodigoyo.

—¡No puede ser! Los ingenieros tuvieron que prever el fuego cuandoconstruyeronlastorres,¿no?

—Yotedigoquesevanacaer.UnoscuantosdecidieronvolverseaBrooklyn,peroyono.ElWorldTradeCenter

era un pocomío, demi familia.Mi padremurió allí. Un tíomío y varios primosconstruyeronesastorres.Montonesdemohawksepasaronañosenellas.Fuelamejorobradelosañossetenta,ylamásgrande.Comodecíaunhermanodemimadre,quefuerepresentantedelsindicatodemontadoresdeaceroensureservadelafrontera,«aquítodosvivimosalasombradelasTorresGemelas».Siemprequesalíasusiluetaalargadaenunapelículaounprogramadelatele,mimadreafirmaba:«Esassonlastorresdetupadre».

Cuando yo era pequeño y veníamos aNuevaYorkme llevaban a desayunar alWindowsontheWorld,elrestaurantepanorámicodelpiso106.Conlanarizpegadaaloscristales,yomirabaeltráficodelpuerto,lostransbordadoresdeStatenIsland,elsolsobreJerseyCityyloscoches,queparecíanhormigasporlaWestSideHighway.Me imaginaba que yo era un piloto al timón de un buque inmenso: la isla deManhattan. Cuando el viento soplaba fuerte se notaba que las torres se movían,oscilabansuavemente.

PeroenesemomentonopodíaregresaramicasaenBayRidge,ponerlateleyquedarmetantranquilo,asíquemefuialacalleGreenwich.Andy,quedecaminoala parada del metro había cambiado de idea y se había dado la vuelta, se vinoconmigo.

Al llegar a la barrera policial sacamos las tarjetas del sindicato y dijimos queteníamosquevolveralaobra.

—Bueno,perotengancuidado.Desde los jardines, enunaesquinade la callequedaaBroadway,vi las torres

rodeadasde lucesgiratorias.Elhumoeramásdenso,másnegro.Había llamaradasardientes,rojas, intensas;delmismocolorquelallamadenuestrossopletescuandoestálobastantecalientecomoparaempezaracortar.


De pronto, la parte de arriba de la torre Sur tembló, osciló y luego, como unboxeadorquesederrumbaatontado,sevinoabajo.Empezóporlasplantasdearriba,queseapilaronunassobreotras;elpesodeveinticincopisosporencimadelazonaen combustión lo arrasó todo, en cascada, comoun acordeón cerrándose.Bastarondiezsegundosparaquedeledificionoquedaramásquesufantasmadepolvoenelcielo.Almomentosenosechóencimaunnubarrón,unasvolutasgrisesgigantesquesembraron el pánico. Yo no me podía creer lo que estaba viendo. Parecía unapelícula.Lagentechillabayhuíaa lacarrera.Algunosseparaban, sevolvíanyseponíanenmarchaotravez con la caradesencajada.Aunqueestaba aunadistanciaprudencial,medejéllevaryretrocedíhaciaelnorteconlamultitud,sinsaberadóndemearrastraría.

Media hora después, la otra torre se desplomó con el mismo estrépito. Otraexplosiónde cenizasque ennegreció el cielo, se tragó lapuntade la isla, hizoquetemblaraelaguadelpuerto,locubriótodoasupaso,devoróacerasyaterrorizóalospeatones. Al darme la vuelta vi cómo la avenida desaparecía en la nube. Perdí aAndy.Aferrada a una farola, como para evitar resbalar y caer al suelo, una joventemblabacomounpajarito.Dosmujerescontrajesastrelaagarrabanporloshombrosylehablaban,peroella,quesollozabaconlabocaabierta,nodijopalabraycayóderodillas.Laslágrimastrazaronsurcosenlacapagrisquelecubríalasmejillas.Enunsemáforo,elconductordeunacamionetapick-upintentabaevitarquecuatrojóvenesse le subieran detrás. Al final renunció, les preguntó adónde iban y arrancó. Unamujersaliócorriendodelmetroygritó:«¡HanencontradotresbombasenuncolegiodelBronx!¡Bombas!»,aloqueunhombrerespondió:«¡Diosmío,mishijos!»,ysemarchócorriendo,zigzagueandoentreloscoches.

Yo me encaminé hacia el este, hacia el puente de Brooklyn. Éramos miles,aturdidos,silenciosos,apresurados,avanzandoporlasacerasylacalzada.Algunos,cubiertosdepolvo,parecíanespectrosblancos.Habíagenteque lesofrecíabotellasdeaguaparaquebebieranyselimpiaranlosojos.Lapasareladesaparecíabajounamareahumana,peroyodejédeseguirlos.Sabíaadóndeteníaqueir:alsindicatodemontadoresdeacero,elNewYorkCityIronworkers,Local40.Lotuveclarocuandosederrumbó la torreSur.Cientosdecarpinterosdelhierrode la ciudad lo tuvimosclaro.

Enesemomento,elWorldTradeCentereraunesqueletodemilesdetoneladasdemetal.Nosabíaquéquedaríaenpie,perosíquelosbomberosyelpersonalderescatenosibananecesitarparamoverseentrelosescombrosybuscarsupervivientes.HacemásdeunsigloqueelevamospuentesyrascacielosenEstadosUnidos,perotambiénlosdesmontamos,loscortamos.Cuandotienenquedesaparecerparadejarsitioaotracosaenunaciudad,enunpaísquesereinventaconstantemente,lanormativaobligaaquelohagamosnosotros.Enlasciudadesestadounidensesocanadiensesnosevuelanlas torres con explosivos, sino que se trocea el acero con sopletes y antorchas deplasma,ylasgrúascarganlostrozosencamiones.Esuntrabajodifícilypeligroso.


Másdifícilymásduroqueensamblarvigasnuevas,porlosescombrosylasuciedad.Somosmontadoresdeacero,perotambiéndesmontadores.

Intenté llamar al sindicato, pero no había línea. Supuse que la red telefónicaestaría saturada. En una esquina, a la entrada de Chinatown, un taxista se habíaparadoparacompraralgodebeberyestabaparalizado,anonadadoantelateledelatienda.LepreguntésipodíallevarmealacalleQuince.

Fuimosensilencioporcalles inundadasdepeatonesqueseapartabananuestropaso.Enalgunoscruces,comolosquellevanaledificiodeNacionesUnidas,habíavolquetescargadosdearenaquenosobligabanadarunrodeo.Entodaslasesquinasseveíantranseúntesagolpadosalrededordeuntransistorcolocadosobreelcapódealgúncoche.Inclusohabíatelevisoresenlacalle,yloshabíanpuestoencimadelosexpendedoresdeperiódicos.

EltaxistamedejóenlaesquinadelaSextaAvenida;senegóaquelepagara.Yahabíamuchos compañeros delante del local del sindicato con su traje de faena, elcascoalacinturaylosguantesenelbolsillodeatrás.Porlapuertapasabancochesconmujeres alvolante,que separabanparadejarquebajaranmáscompañeros.Elvestíbulo estaba tan lleno que no había forma de acercarse a los televisores. Nossaludamosconpalmadasenelhombro.Nohacíafaltahablar.Andyhabía tenido lamisma idea que yo y estaba ahí,me saludó conun gesto.Había algunosmohawk,muchoseranamigos,y tambiénviaunprimo lejanoalque llevabaañosevitando;nuestras familiasestánenfrentadasporunavieja rencillasobre terrenos,alláarriba,enlareserva.Enestaocasión,lesaludé.

El delegado del sindicato, responsable local, había recibido una llamada de losbomberos: le pidieron que formara equipos y que estuviéramos disponibles. Fueescribiendonombresenunalibretadepapelamarillo.Alapuertahabíatrespick-upscargadas de botellas de oxiacetileno, sopletes, antorchas de plasma y cajas deherramientas.Yahabíavoluntariosdesobra;alosúltimosenllegarlespidieronquevolvieranaldíasiguiente:«Noospreocupéis,consemejantepanoramaestovaparalargo».

YaeradenochecuandollegarondoscamionesdelaGuardiaNacional.—OsllevamosalaTreintayochoconlaWestSideHighway.Elmaterialestáde

camino.DeahíiréisalWorldTradeCenter—nosexplicaron.Nossubimosalapartetraseraybajamosatodavelocidadporavenidasdesiertas.

La Policía de Nueva York y el FBI estaban montando oficinas provisionales enremolquesenlosantiguosmuellesdelHudson.Cincokilómetrosalnortedeloquenotardaríaenllamarse«ZonaCero»,cientosdecochesycamionesconlainsigniadetodos los organismos de seguridad locales y federales habían estacionado enterraplenes,acerasyaparcamientos.Setrajeronaremolquemontonesdeproyectoresgigantescos, de los que se usan en los estadios y las grandes obras. Soldados concasco y traje de combate, con un fusil automático al hombro, colocaban barreras.Cientosdepersonasdeuniformeovestidasdecallesecruzabanentodoslossentidos.


Algunos estaban atareados. Otros, los más, andaban en círculo comentando elcataclismo,seagolpabanfrentea laspantallas,hacíancorrerrumores,contabanporteléfono cómo habían vivido ese día. Discutían, gritaban órdenes contradictorias,habíamomentosenlosqueporpocosehubieranechadoareírperosecontenían,ibanen busca de material que nadie sabía para qué serviría y volvían con las manosvacías.

Eltemblorroncodelosavionesareacciónrasgóelairedelatarde.Dospuntosluminosossurcaronelcielo;eranjetsdelejército.

—Joder,esperoqueseandelosnuestros—mascullóunpolicía.Nosotros aguardamos haciendo cola delante de un remolque del FBI donde

anotaronnuestrosnombresynosdieronunaidentificaciónenlaqueponía:«CityofNew York. World Trade Center Emergency». Tuvimos que seguir esperando,sentadosenelsuelooencajas.Nostrajeronsándwichesybotellas.Yomeapartédelgrupoy fuicaminandopor laorilla,haciael sur, endireccióna lanube.Enseñé laidentificaciónyelcascoalosprimerospolicíasquemedetuvieron:

—Soyironworker.Ahínosnecesitan.—Vale.Andaconojo.Unapick-upseparóyyomemontéenlapartedeatrás.Laúltimabarreraestaba

enCanalStreet.Desdeallínopodíamosseguirencoche,tuvimosquecontinuarapie.Apartirdeesepunto,calzada,aceras,coches,arbustos, farolas,carteles,papeleras,tododesaparecíabajodiezcentímetrosdecenizagris,finacomoeltalco.Unpaisajede inviernonuclear,unapelículadeciencia ficción.UnaPompeyamoderna.Comosucede cuando nieva en Nueva York, el rumor de la ciudad se había acallado. Elsilencioeratanprofundoquemezumbabanlosoídos.Nooíamispasos.Lamezclade polvo, cenizas, hojas de papel y cemento pulverizado lo ahogaba todo. En losparabrisasalguienhabíaescritoconeldedo:«BombardeadOrientePróximo»,yunpoco más allá: «¡Venganza!», «Matad a todos los musulmanes» y «No tenemosmiedo».

Éramoscuatrocaminandocodoconcodo,ensilencio.Yomeaferrabaalaideadequeibaapoderhaceralgo,dequeelmaterial,lossopletes,ibanallegar.Dequetalvezpudierasalvarvidas.Entodocaso,teníaclaroquequeríaseractor,noespectadorde ese cataclismo incomprensible. ¿Quién podía odiarnos tanto? Me acordé de labombaquehabíanpuestoen1993enunaparcamientosubterráneodelWorldTradeCenter,quecausóvariosmuertosycientosdeheridospor loscristalesquesalieronvolando.Nuncaentendíquiénhizoesoniporqué.¿Seríanlosmismos?

En una boca de incendio había un hombre sentado. Era un bombero. Estabasollozandoytemblabacomounahoja.Eluniformehabíadesaparecidobajounacapadetrescentímetrosdepolvoysupeloparecíauncascoblanco.Unodelosqueveníanconmigoletendióunabotelladeagua,queélcogiósinmirarnos.Selaechóporlacaraysebebiólasúltimasgotas.Tambiénnoscruzamosconunpolicía,unfantasmapálido. Iba dando pasitos como un autómata, con los brazos colgando y lamirada


ausente,arrastrando lospies.Norespondióanuestraspreguntas.Habíazapatosportodas partes, sobre todo demujer. Zapatos de tacón abandonados para correr másdeprisa.

Unhombrebienpeinado,vestidoconuntrajeoscuroimpecable,cogióunodelosmilesdepapelesquealfombrabanelpavimento,loleyó,lodejócondelicadezaenelsueloycogióotro.

Giramosa laderechaenWestBroadway.Allí,al finalde laavenida,de lasdostorresdecientodiezpisosqueseveíandesde todos los rinconesdeNuevaYork,yqueservíancomopuntodereferenciacuandounoseperdíaenlomásprofundodelBronx o en una zona industrial deNew Jersey, con una iluminación nocturna quehacía que parecieran dos vigías en las noches de bruma, solo quedaba un caoshumeante cuyos límites me costó discernir. Nido de dragones heridos, forjamonstruosa.Laluzdelosproyectoresdeemergenciallegabaatravésdecolumnasdehumo. De la maraña metálica escapaban llamaradas rojas y amarillas, vigasretorcidas, pedazos de paredes derrumbadas, estructuras machacadas, montañas deescombros.Loúnicoreconocibleeranlascolumnasmetálicasmedioresquebrajadas,pedazosde laarmaduraexternadelWorldTradeCenter,deunossesentametrosdealtura, hincadas en el suelo en lo que debió de ser la base de la torre Sur. ElMillenium Hilton Hotel, maravilla de acero y cristal, era una cáscara vacía yhumeante.

Pasamosdelantedeun taxi clavadoal asfaltoporuna flechademetaly con lapartetraseraprensadaporalgoenormequeparecíaelmotordeuncamión.Enunadelas puertas había dos regueros de sangre. Un poco más allá los coches parecíanhaberse fundido en el sitio, transformados en carcasas renegridas de un grosor desesenta centímetros.Lasmanguerasde largoalcancede los camionesdebomberosenviaban cortinas de agua y en algunos lugares se evaporaban antes de tocar suobjetivo; en otros, transformaban el polvo blanco en un barro blancuzco que sepegabaalassuelas.

Para estimar la altura del montón conté las plantas de un edificio cercano,afectado pero en pie: siete. Siete pisos de escombros, millones de toneladashumeantes. El «montón». A falta de otra palabra, bautizamos así esa montañamonstruosaquenoteníanombre,asíque,¿porquénoel«montón»?Debajoteníaquehaber cientos, tal vezmiles de víctimas quenopudieron salir a tiempo. ¿Cuántas?¿Habría supervivientes? ¿Cómo encontrarlos y acudir en su ayuda? ¿Por dóndeempezar?

Las fuerzas de salvamento asaltaron el monstruo como hormigas sobre unacarcasagigante.Cavabanalazarconpicosypalasencontradosencochesocamiones,conpedazosde escombros, con lasmanosdesnudas.En algunas zonas, iluminadascomo si fuera pleno día, se habían formado cadenas.Cientos de cubos de plásticoblanco,salidosdeveteasaberdónde,pasabandemanoenmanollenosdecascotes


quevaciabanunpocomásallá.Lostreshombresquemeacompañabanseunieronaellos.

Mefijéenlasestructuras,vigasdeacerodesmayadasportodaspartes.Lasmásgrandes tendrían más de un metro de sección. Algunas quedaron retorcidas,contorsionadas, plegadas, cortadas como si fueran alambre, unidas entre sí, atadas,enredadas por kilómetros de gruesos cables de acero: los de las docenas deascensores.Bajodiezmetrosdechatarraseadivinabalacarroceríadeuncamión.Loúnico reconocible era, en una puerta, las siglas de los bomberos de Nueva York,FDNY, Fire Department New York. Estaba tan aplastado que no tendría más deochentacentímetrosdealto.Amialrededorresonabanmuchosbip-bipestridentes.Lepreguntéaunpolicía:

—¿Quéeseseruido?—Lasbalizasdel trajede losbomberos.Seenciendencuandoestánsepultados.

Losoímosperono losvemos.Nosécómovamosa sacarlosdeahí.Siesquehayalgunovivo…Yameextrañaría,contodoesto.

Recorríloqueteníaquehabersidolaexplanadaqueestabadelantedelastorres,laWorldTradeCenterPlaza,peronoreconocíanada.Tropecécontrozosdemetal,mispasoslevantaronhojasblancas,formularios,facturase informesmezcladosconcenizasypolvodecemento.Enmediodelacalle,comoabandonadaporlamanodeungigante,enorme,habíaunaruedadetrendeaterrizaje.Unaparejadabavueltasasualrededorsacandofotoseintentandotocarelneumático,perounpolicíalosechó:

—¡Oigan!¡Estoeslaescenadelcrimen!¡Váyanse!Se había dado orden de evacuar la punta deManhattan desde el sur de Canal

Street, vecinos incluidos. Se habían ido, algunos cargados de maletas, con laindicacióndenovolverhastanuevaorden.Unpocomásalláreconocíloquehabíasidolapasarelacubiertaparapeatones,queatravesabalaWestSideHighway.Estabacaídayobstruía las cuatrovíasde la avenida, justopordonde teníanquepasar lasgrúas. Como tengo experiencia en demoliciones y sé que todo depende de ellas,pensé:«¿Dóndevamosamontarlas,cómolasvamosasituar,cómovamosausarlasconelmenorriesgoposible?Paralevantartodoestoharánfaltamuchas.Habráqueempezarpordespejarhuecosparaellas».

Escaléporcarroceríasdecochesenmarañados.Enlaavenida,alolejos,distinguícamionesplataformay lucesdeemergencia: traían laprimeragrúa.Meacerquéunpoco.EraunaManitowoc: seiscientas toneladas sobreorugas trasladadas en cuatropiezas,enremolques,desdeNewJersey.Loscamionesaparcaronenunaexplanada.ReconocíaFrankAbramobajándosedeunade lascabinas.Menudo,casidelgado,conunacamisetasinmangasmanchadadeaceiteyunanclatatuadaenelhombro.Esunode losmejores conductoresdegrúasde la costaEste.Trabajé conél hacedosaños,enunaobradedemolicióncercadeBoston.

—Frankie,¿teechounamanoparamontarla?


—¡Cat!¡Yalocreo,mevienesalpelo!¿Estássolo?¿Ylosdemás?Hayquedarseprisa.

—Vienenluego.Vamosaello.Nos pasamos tres horas ensamblando tramos de la pluma, atornillando piezas,

montandoelcontrapeso,yendoyviniendoparacolocarlosseislargoscablesenloscabrestantes y las poleas con una plataforma elevadora a la que llamamos cherrypicker,«recolectordecerezas».Frankarrancóelmotor,deunapotenciacomoparapropulsarunbuque,ycomprobólosmandos.Elmonstruoyapodíaavanzar.Cuandoseempezaraatrocearlacarcasadelapasarela,lagrúapodríaalzarlayponerlaaunlado o cargarla en camiones. La vía estaría entonces despejada para acceder almontónconequipamientopesado.

¿Pordóndepasar?Elegimosunacallelobastanteanchaparalasorugas.Lomaloera que estaba llena de escombros,montones de vehículos, coches aplastados bajopedazosdelasTorresGemelas.Intentamosremolcarunoscontodoterrenospotentes,empujar otros, apartarlos a las aceras, pero había muchos, y algunos pesabandemasiado.Pedíayudaacuatroironworkers;unodeelloseraThomas,unmohawk,amigodeunodemistíos.

—Chicos, buscad barras de hierro. Romped los parabrisas, la trasera y loslaterales. Mirad primero que no haya nadie en los coches, gente inconsciente ovíctimas.

Encontraron el cadáver de una chica joven en un Ford blanco. Los bomberoscortaronelhabitáculoparasacarla.Thomasestabalívido.Sesentóenelbordillo,sesecólosojos,selevantóysefue.Novolvíaverlohastapasadosunosmeses,enlareserva.

Decaminoalapasarelacaídasacamoscincocadáveresaprisionadosentrampasdemetal.Cuando losoperariosdelFDNYlossacabany losponíanenunacamillanosotros volvíamos la cabeza,mirábamos a otro lado.Muchos ironworkers hemossido soldados, sobre todo marines. Yo mismo fui explorador de infantería en elprimerbatallóndelosUSRangersenlaguerradelGolfo.Nosepuededecirquenohayamosvistomuertosyheridosenzonasenguerra,peroenesemomentoestábamosencasa,enManhattan.Eraotracosa.

—Frankie,¿yaestás?Hayqueacercarlagrúaalapasarela,ahí.Mevoyaponerdelantedeti.Sivesquelevantolosbanderinesdecolornaranja,párate.Sino,sigue,paseloquepase.

—Vale.Vamos.Frankiebajóelbrazodelagrúa.Lostubosdeescapesoltaronunhumonegro.Las

orugas mordieron el asfalto, las aceras, machacaron pedazos de metal que habíansalidodisparadosacientosdemetrosdelastorres.Lamáquinapasóporencimadelcapódeuncoche, ¡crac!Otro, ¡crac!Otromás, ¡crac!Hizoque se tambalearaunacamioneta,apisonóloquequedabadeotra.Unhombrecontrajedecalle,perocongorraycazadoradelFBI,semeacercócorriendo.


—¡Paren,paren!¡Parenlagrúa!¡Notoquennada!¡Estoeslaescenadelcrimen,nosepuedetocarnada!

—Oiga, ¡queestonoescomoen laspelículas!Es terrorismo.Váyaseacogeraloscanallasquehansecuestradolosavionesydéjenostrabajar.Sinodespejamoslavíaconestagrúa,lagentequeestéheridasevaamorir,ypronto.Asíqueapártese.

Unbomberolepasóelbrazoporloshombrosyselollevó.La grúa Manitowoc avanzaba como un monstruo prehistórico, empujando o

aplastando todo loque encontraba a supaso.Llegó aun espaciodespejado aunosdoscientos metros de la pasarela. Frankie posó los estabilizadores en el suelo,desplegóelbrazoylevantóporlosairesdoscamionesdeformados,quedepositóenla orilla del Hudson. Los voluntarios, que se alegraban de tener algo que hacer,fueron llegando. Unos camiones empezaron a descargar en las aceras sopletes ybotellasdeoxígeno;llegarontambiéncajasdebotellasdeagua,bebidasisotónicasysándwiches. De una chalana amarrada a uno de los muelles cercanos se estabadesembarcandomaterial.

Dos equipos de montadores de acero hicieron saltar las primeras chispas.ReconocíaAndy,queestabadeespaldas.Empezaronporlasfijacionesdelapasarelaylasvigasmetálicascaídasenunedificiocercano.Comolagrúayaestabacolocada,me fui con ellos. Las mangueras para el oxígeno eran demasiado cortas;necesitábamosadaptadoresparaunirlas,peronohabía,asíquemandéaun«punk»—alosaprendiceslosllamamosasí—abuscarlos.Entrezumbidosdegeneradores,alaluzdevariasdocenasdeproyectores,losobrerosemprendieronsutrabajoconsierraseléctricasen laspartesdehormigón.Lascircularesmordíanamasijosdechapa.Enplena noche llegaron unos veinte ironworkersmontados en la trasera de un par depick-upsencuyasesquinashabíanfijadobanderasdeEstadosUnidos.Losrecibióunoficialdebomberosexplicandoquenecesitabaayudaparadespejarloquepodríaserlaentradadeunasescalerasbajolosescombros.Losbomberoscreíanquelossótanoshabríanresistidoenalgunossitiosyque talvezallíhubierasupervivientes.Fuimoscon él, cargando sopletes y arrastrando botellas de oxígeno. Nos repartieron lasprimerasmáscarasparaprotegernosdelpolvo.Eranflojuchas,materialdebricolaje,peroeranmejorquenada.

Cuantomásnosacercábamosalmontón,másnoscostaba respirar.Elmonstruoescupíabocanadasdehumogris,algunasmásacresqueotras.Comoaúnnoteníamosgrúa,cortamoslasvigasdeaceroentrozospequeñosparaintentarmoverlostirandoentretodosdeloscablesyversiasíabríamosalgúnpasaje.Avecesusábamostornosmontadosen ladelanterade los todoterrenos.Cadamovimiento levantabanubesdecenizaypolvo,yelcalorerainsoportable.Yoteníalaropaempapadaylosguantesagujereados.Todoardíaantemí,amialrededor.Paraentendersehabíaquequitarselasmáscarasygritar,noseoíanada,casiniveíamos loquehacíamos.Losbip-bipagudosdelasbalizasdelosbomberosnosobsesionaban.Losequiposdesalvamentointentabanusarlasparalocalizarlos,peroseoíanportodaspartes.


Elpersonal de rescate excavaba túnelesbajo los escombros, golpeaba elmetal,gritaba,lanzabaseñalesluminosas,desaparecíareptandoporlascavidades,salíaparapedirnos que cortáramos alguna viga de acero. Algunas eran tan gruesas que setardabaunahoraenseccionarlas.Elarcoincandescentedelalanza,adosmilgrados,avanzaba milímetro a milímetro. Cuando terminamos de cortar el trozo, seguíapesandotantoqueeraimposiblemoverloinclusotirandodelcableentreseis,asíquetuvimosque esperar a lasgrúas, que se estabanmontandoen los alrededoresde laZona Cero. Cuando por fin se conseguía mover un trozo de viga se producíandesprendimientosqueamenazabanconenterraralosequiposdesocorro.

—¡Cat,Cat! ¡Por aquí! ¡Hemosoído golpes!Hayque despejar.Trae el sopletegrande.

Las estructuras metálicas estaban tan enmarañadas que parecían un plato deespaguetisgigante,conaristasytrozoscortantesportodaspartes.Noquisedecirlesnada a los bomberos, pero íbamos a necesitarmuchas horas y botellas de oxígenoparaabrirnospasoenesemagmadeescombrosyacero.Cortélasprimerasvigas,lasmásfinas.Encuantoseenfriabanlostrozos,losdejabapasar.Alcabodemediahora,excavandoentrelamezcladecenizasypolvo,unbomberoamiderechagritó:

—¡Heencontradoalgo!¡Unamano!¡Esunamano!Uñas pintadas de rojo, pulsera de plata; la mano de una mujer. Limpió a su

alrededor;teníaalladoelquedebíadehabersidosuteléfono.Yomeapartéunpardemetros; tres personas estaban arrodilladas retirando cenizas y buscando el cuerpo.Pero,entrelágrimas,nosacaronmásqueunbrazo.

Salimosdelmontón.Losbomberosenvolvieron laextremidadenunamantadesupervivencia,ladepositaronenunacamillayregresaronalasambulancias.Yomesentéenelbordillodelaacera,sacudílacabeza,mebebídeuntragounabotelladeaguaymeaclarélosojosconotra.Alfinaldelacalleviquelanubedepolvobajabahasta el puerto y envolvía la estatua de la Libertad.Un ironworker joven, con losmúsculosmarcadoshastaelúltimocentímetrodesucuerpoyel torsodesnudo,sinmásvestimentaqueunmonoCarharttsincerrarytodavíalimpio,recogiómilanzadeoxígenoy,sindecirpalabra,tirandodelcarritoconlasdosbotellas,semarchóparaocupar mi lugar en el montón. En la trasera del casco llevaba una pegatina de labanderaconfederada.Nomediotiempodeavisarleparaquesecubriera;nosepodíaestarconel torsodesnudoenese infierno,era imposible, teníaqueprotegerse.Misantebrazos estaban llenos de cortes, sangraban. En una valla, alguien había escritoconaerosolnegro:«¡DiosbendigaAmérica!»,yallado:«Nuestraslágrimasseránsusangre».

Al fondode loqueparecíaunacallevihombresymujeresconmonosblancosvaciandocajase instalandoproyectores, caballetes,mesasy sillasplegables.Era laCruzRojadeEstadosUnidos.Noteníahambre,peromemoríadesed.Unchicometendióunabotelladebebidaenergéticadecolorazulyunaschocolatinas.

—¿Quierecomeralgo?Hayquecurarleesosbrazos.Vengaconmigo.


Mepasémediahoraenunasillaplegableintentandosonreír,incapazdedecirunapalabra.Teníalosojosllenosdetierraymeardíanalcerrarlos.Mehabíaquitadolasbotasdecuero;lassuelasestabanmediofundidas.Unamujerjovenmediounpardecalcetinesblancos.Se loagradecíconunpestañeo.Lasmanosmedolían tantoqueellasearrodillóparaayudarmeaponérmelos.

—Espereunmomento,voyaversiencuentrounpardebotasTimberlanddesunúmero.Acabadellegarnosunacaja.

Un jefe del sindicato, Art Leary, que pertenece a una dinastía irlandesa deironworkersvenidosdeTerranovacasitanantiguacomoladelosmohawk,llegócondoscientoscompañeros.Tienemásdecincuentaaños,elpeloblancoyllevamuchotiemporetiradodelaconstrucción.SehabíavueltoaponerlacasacareforzadaylasbotasaltasRedwing;llevabaelcascoenlamano.

—Hola,Cat.¿Cómoestáelpatioahídentro?—Venidyosloenseño.¿Lleváisguantes?Osadviertoquevaisavercosasque

noseolvidanasícomoasí.UnhombredelaCruzRojanosdiounasmascarillasantipolvoalgomejores,de

silicona,condoscartuchosdefiltroque,segúnél,habíaquecambiarcadadoshoras.—Vuelvanporaquí,tenemosdetodo—nosdijocomodespedida.Fuimos hasta donde se encontraba Andy. Llevaba tres horas quemando acero,

teníalacaraabrasada,senegabaapararysehabíaquitadolamáscaraconlaexcusade«conestomeahogo,esdeltodoimposible».Mandéaunpunkpelirrojoabuscarleunade lasmáscarasqueacababande llegar,sinembargo tampocose lapuso.Pocodespuésempezóatoser,yasíseguiríahastaelfinal.

Lasgrúaslevantaronlosprimerostramosmetálicosylospusieronencamiones.Unodeloscamionerosavisó:

—¡Elaceroestáquemandolamaderadelaplataforma!Hicimosgestosalgruistaparaquevolvieraa levantarlo,ya losbomberospara

quelorociaranconlamanguera.Unequipodesalvamentonecesitabaayudaparaabrirsecaminohaciael interior

del monstruo. Trepamos por piezas de metal tras asegurarnos con el pie de queestuvieran asentadas.Como todo estaba conectado, había que andarse con cuidadoparanoprovocarderrumbesenelmontón,porqueesopodríaenterraralosdieztíosqueescuchábamoscómocavabanalotrolado,aunquenolosviéramos.

Lasvigasdeesasdimensionesacumulanenergía.Comoestabanretorcidascomosi fueranalambre,noera fáciladivinarquépasaríacuandose liberase laenergíaalcortarun trozo.Podíasaltarpor losairesoderrumbarseyarrasarlo todoasupaso.Habíaqueirdespacioyestarpreparadoparasalircorriendosieltrozonoreaccionabacomounoseesperaba.

Lamezcladepolvoyhumodejabaenlabocaunregustometálicoyamargo.Losironworkersestamosacostumbradosalhumo;nospasamoseldíadándolealsoplete.Peroesoeradistinto.Eraportodoloqueardíaallíabajo.Papeles,plástico,mueblesy


todaclasedeproductos.Ycuerposhumanos.Nopodíaevitarpensarenello.Todospensábamosenello.Peronadielodecía.

Mepuseconunavigagruesadelcentrodelmontón.Siconseguíamosdespejarla,talvezpudiéramosaccederaunodelossótanos.

—Rápido,meparecehaberoídounruidoahíabajo—dijounpolicía.Levantóunachapaparamirary,alhacerlo,reavivóelfuego.Lasllamassubieron

aunmetrodealtura,elcalormequemabalacara.Cerrélosojos,retrocedígritando.Losbomberosvinieroncorriendo,ahogaronelfuegocondosmanguerasy,depaso,tambiénamí.

Cuando mi botella de oxígeno se vació, con las primeras luces del alba, unaprendizconectómituboaotra.Paréunmomentoymequitélamáscaraparatomaruntragodeagua.

Yavuelveapitareloxígeno.SacoelZippo,enciendoelsopleteyterminodequemarlos últimos centímetros. Con la presión de los escombros, el trozo de acero cede,basculahaciaatrás,sesumergeenelmagmayprovocaundesprendimiento.Todosehundeamialrededor,elsuelodesaparecebajomispies.Mecaigo.Todoesnegro.


2

Kahnawake(Canadá)Juniode1886

Para losniñosdeKahnawake,quejueganaorillasdelSanLorenzoynadanensusaguas, pocas cosas resultan tan emocionantes como la llegada de lamaderada a laentradadelosrápidosdeLachine.

El primero en verla se pone a dar gritos, corriendo por la orilla, para avisar alpueblo.Loscolegialessalenalborotadosdelasaulasdelamisióncatólicayalpocohaymontonesdeniñosarracimadosenlaorillaoencaramadosalosárbolesparaverquién tripula la primera balsa de troncos gigantes, la almadía delantera, de pie,agarrandoelganchoconlasmanos.Eseeselmaestredelrío,elprimeroenpasarlosrápidosyentrarenMontreal,ytambiénelprimeroenregresaralareserva,comounhéroe,aldíasiguienteoalotro.

LamaderadaempiezaenlosaltosdelSanLorenzohaciamediadosdemayo.Losnavateros, con ganchos y cartuchos de dinamita, liberan de su cárcel de hielo lostroncosquesecortaronelañoanteriorysearrojaronalrío.Lospalosbajanvelocesporlacorriente,formanatascosquehayquedeshacer,setrabanenafluentesylagos.En la orilla del lagoOntario, a quinientos kilómetros al oeste,millones demetroscúbicos de robles y pinos Douglas se amarran con cuerdas formando almadíasenormes que hay que conducir hasta Montreal, a veces hasta Quebec. En esosbosques flotantes viajan hombres que al caer el día acampan en grandes tiendas,donde comen y duermen. Se pasan semanas enteras remando, enderezando yempujandotroncos.Hayqueburlarlossortilegiosdelrío,aprovecharlafuerzadelacorrientesindejarquetelleve,esquivarrecodossinsalidadelosquenoseescapaasícomoasí.Cuandounosemueveenequilibriosobrelospalos,lomásimportanteesnoresbalar,porquesitecaeslostroncostepuedenaplastar.Losinmigrantesvenidosdel norte de Europa, noruegos, daneses y alemanes, son los más hábiles en esteoficio.Songancheros,elríoloslleva,conocensussecretosysabenquepuedenmorirencuestióndeminutossidanunpasoenfalso.PerocuandolleganalosrápidosdeLachine,Montrealríoarriba,tocantierray,acambiodeunasmonedasdeplataconlaefigie de la reina Victoria, dejan que sean los mohawk quienes se encarguen detrajinarlamaderada.


Casi todos son deKahnawake, un pueblo cuyo nombre significa «cerca de losrápidos». Los mohawk se bañan en el San Lorenzo antes de aprender a andar,duermenenbarcasy,apenasentradosenlapubertad,yasabendomesticarelfurordeLachine abordode sus canoas.Conocen los rápidos, las rocas, las trampas.Desdehacesiglos,antesydespuésdelallegadadelostramperosfranceses,sonlosreyesdeKaniatarowanenneh,«elgrancaminodeagua»,uncaminoqueleshaservidoparairdecazaoalaguerra,paratransportarconvoyesdecanoasconcargamentosdepieldenutriaycastor,desdelastierrasaltashastaMontrealyQuebec.Ladesaparicióncasitotal de esos animales de pelo brillante, prácticamente extinguidos en apenas unasdécadas en los bosques del Nuevo Mundo, los obligó a buscar otro medio dealimentaralossuyos.

Pesea lasfacilidadesquelesdieronlos jesuitasparadedicarsealcampo,pocosmohawk se convirtieron en campesinos. Encorvarse sobre la tierra, cultivar maíz,tabacoycalabazaseracosademujeres.Enverano,mientrasellascosechaban,ellospescaban en el San Lorenzo, sus afluentes y lagos. En otoño y en invierno semarchaban en largas partidas de caza. Habían recorrido su tierra y también otraslejanas, eran remeros expertos, y algunos se habían convertido en guías deexpediciones,alserviciodelacaballeríaamericana,delosprimerosgeógrafosodeemigrantes que se dirigían alOeste.Algunos, desde tiempo inmemorial, se iban aNueva Inglaterra a pasar el verano. En sus carromatos vendían medicinastradicionales,ungüentos,cataplasmas,raícesmedicinalesprocedentesdelosbosquescanadienses.Cuando se produjo el augede la industriamaderera y se deforestaronmillones de hectáreas alrededor de los Grandes Lagos, ellos encontraron en laconducción de troncos un nuevo medio de vida en el río. Una vida aventurera ygratificante,peligrosayheroica,dignadelaquellevabansusantepasadoscazadores,quienes se ausentaban semanas enteras para perseguir grandes presas, y queregresabanalaaldeaparapasarelinviernocargadosdecaza,truchasypercasqueseponíanasecar.

Algunosmaestresintentaronprescindirdelosmohawkypasarlosrápidossinsuayuda, pero lo único que consiguieron fue encontrarse con el cargamentodesperdigado, las almadías rotas y los palos sueltos por el río, lo cual salíamuchomáscaroquepactarunsalarioconlosindios.Enpocosaños,losmejoresgancherosse forjaronuna famaqueseextendióhasta ladesembocaduradelSanLorenzo.Unbuendía,unarmadorfluvialllegóaKahnawakeypropusoalosmáshábilescambiarlamaderabrutadelaalmadíaporeltimónbarnizadodeunbarcoavapor.

Losmohawk son los reyes de los rápidos, invencibles en los remolinos que seformanenLachine.AngusRochelle,decuarentay seisaños, esunodeellos.Pelocorto y espeso, nariz aguileña, piel cetrina, ojos rasgados, luce una amplia sonrisaque,alamenorocasión,setransformaencarcajadaestentórea.Legustaponerseuncinturón de perlas cuando va al timón. A veces, los domingos o en ocasionesespeciales, para regocijo de todos, se coloca la kostowa, el tocado tradicional con


grandes plumas que apuntan al cielo, y se divierte observando cómo le miran lospasajerosalconstatarqueelpilotoesindio.Sushijosgritandealegríaalverlepasarpor delante del pueblo, comomaestre del río, de pie sobre la almadía. Empapado,fornido,risueño.

En1875,eldueñodelvaporGreatEastern—dospuentes,chimeneabicolor,sesentametrosdemetalymadera,construidoenOgdensburgparadesafiarlosrápidos—locontrató.AlprincipioestuvobajolasórdenesdeunviejopilotollegadodeFrancia,JeanSabourin,queleenseñólostrucosdelSanLorenzo,sustrampas,susmaravillas,sus secretos de navegación. Sabourin había viajado siendo muy joven desde suCharente natal y se había pasado años cazando por los bosques, recorriéndolos yhaciendotruequedepielesdenutriaycastorconlastribusqueseencontraba.HabíaviajadosiguiendolasvíasfluvialeshastaelMississippiyelgolfodeMéxico.DecíahaberllegadoinclusoaCalifornia,peronadieselocreía.Cuandoleabandonaronlasfuerzaspararemarcontracorriente,eldueñodelvaporlepusountimónenlasmanos.SeconvirtióenunodelospríncipesdelosríosquevandelosGrandesLagosalasolasdelAtlántico.Undía,SabourinconsideróqueAngusyahabíaaprendidotodoloque tenía que saber. Semarchó aQuebec y se embarcó para terminar sus días enFrancia,cercadeSaintes,dondehastaeldíadesumuertepasólastardeshaciendolasdeliciasdelosniñosconsushistoriasdelgrancontinenteamericano.

Angussequedósoloenlacabina,felizyorgulloso,soberanodelrío;casisiempreeraelprimeroenamarrarsealosmuellesdelagranciudad.Enverano,lossábadosylos domingos el barco se llenaba de gente procedente de Montreal para ir deexcursión. El resto de la semana lo compartían turistas canadienses deseosos deconocersupaís,consusbonitosvestidosysuscanotier,cazadoresqueibancorrientearriba para internarse en el reino de los lagos, viajantes con sus carromatos deherramientasycacharrosdecocina,familiasdecolonosenlaprimeraetapadelviajede sus vidas hacia la tierra prometida, comerciantes de madera, prisioneros quehabíanquebrantadosudestierro,aventurerosdetodopelo,leñadoresconpantalonesdepaño,soldadosdecaminoasusfuerteshechosdetroncos…

También estaban los que querían sentir la emoción de bajar los rápidos deLachine en condiciones seguras. Se daban cita de buenamañana en la estación deBonaventureytomabaneltrenaLachine,dondesesubíanalvapor.Conlosprimerosremolinoselnavío sebalanceaba, sebamboleaba, lasmujeresy losniñosgritaban.Pero las aguas se calmaban pasados unosminutos y, poco después, abordaban unmuelledeMontreal.Duranteaños,lascompañíasdesegurosexigieronqueelpilotofueraunmohawkdeKahnawakeparaesostramostanmovidos.


CuandoeldeshieloengrosaelSanLorenzoylosrápidoshiervenhastaelextremodeimponerprudenciaalospilotoseimpedirlanavegacióndurantevariosdías,elGreatEasternsueleserelúnicoque,conlascalderasatodogas,coronaconsuhumonegrolaschorrerasdeLachine.

«Mi barco de vapor no esmás que una canoa grande.A pesar de sumetal, supotencia y su fuerza, si me enfrentara al río en lugar de respetarlo, si quisieradomesticarlo,elríolopartiríaendoscomounacáscaradenuez»,sueledecirAngus.Cuandollegaelbuentiempoylosremolinosseamansan,subeasushijosabordo.Lospequeñosjueganalesconditeenlascrujías,pescanconcaña,devoranrebanadasdemielymermeladaenlacocina.Siestánconél,Anguspasamáscercadelpuebloparasaludaralosparientesyamigosqueesténenlaorilla.

Suhijomayor,Manish (para losblancos,Mike),dediecisieteaños, sepasa losdíasenlacabinadepilotaje.Anguslecedeeltimón,leenseñaelpálpitodelcorazóndelacaldera:

—Mira, hijo, ¿ves esa chorrera de ahí? El agua está un poco más verde y searremolina.Esunacorrientebuena.Hayquesaberusarla.Mira,miracómolohago:un golpecito de timón a la derecha,meto la proa un poco al bies en ese pequeñorápidoyahora…Ahílotienes,estoyenmejorposiciónparasalir.

Manish, de espalda ancha,musculoso e intrépido, tiene la nariz aguileña de supadreylosojosalmendradosdesumadre,unaojibwayprocedentedelOeste.Peseasu juventud,yaesunode losmejoresgancherosde lareservay,aunquenuncahanhabladoabiertamentedeello,Angusesperaconseguirprontouncontratoparaélenlacompañía.

En invierno, cuando no está en su vapor entre Cornwall yKahnawake, AngusayudaasuhermanoJoeatransportar,enbarcosmáspequeños,alosviajerosllegadosentrendesdeelcrucedeMoore,enelestadodeNuevaYork.Joevolvióhaceunañodesuaventuraafricanaydemomentonohaencontradonadamejor.

La línea de ferrocarril, recientemente construida, se detiene en una pequeñaestación de madera situada a la entrada de la reserva. Los viajeros sonestadounidenses y canadienses, casi todos blancos, y luego tienenque recorrer doskilómetroshastalaorilladelSanLorenzo.Loscaballostomanlacalleanchay,enelmuelle,embarcanenunaflotilladepequeñasembarcaciones.Aúnquedanalgunasderemooavela,pero lasmásrecientesyasondevapor.BajandolacorrientesolosetardamediahoraenalcanzarlosmuellesdeMontreal.Eninvierno,cuandoelríosehiela,cruzanencarruajesconducidosporadolescentes,avecesentrineos.AtraviesanKahnawakearropadosconmantas.Algunosseparanacomprar tazonesdesopademaíz humeante, ropa confeccionada con pieles o los mocasines que bordan lasmujeres.

DespuésloscaballosbajanpocoapocoporellechodelSanLorenzoy,enmenosde una hora, al trote por el hielo y la nieve compactada, entran en las calles de laciudadfrancoparlante.


Losviejosaúnrecuerdanlosrelatosdesusabuelos,quecontabanque,antesdelallegadadelosblancos,losmohawkvivíanencasasalargadas,cabañascomunitariasquepodíantenercincuentametrosdelargoysietedealto.Habíavariasfamiliasporcasa,conzonascomunesyotrasprivadasquedisponíandeunhogarporfamilia,ysuestructurademaderahabíadejadoadmiradosalosprimerosexploradoreseuropeos.Hasta donde se alcanza a recordar, a los mohawk siempre les ha gustado laconstrucción,darformaalamadera,construirbóvedascomplejas.Lospueblos,sobrecolinasyrodeadosdefortificacionesdetroncos,concallesyplazas,estabantanbiendiseñadosquelosfranceseslosllamaron«fuertes»o«castillos».

Entre ellos, los mohawk se llaman Kanienkehaka, «pueblo del pedernal».«Mohawk» procede de un término usado por sus enemigos ancestrales, losalgonquinos,quelosllamabanMohowawogs,«devoradoresdehombres».Nadiesabeyasieracostumbrecomersealosenemigosvencidososierauninsulto,unaformadehablar,unhomenajea la ferocidadde losguerrerosdeantaño.Asu llegada, losprimeroscolonosinglesesyholandesestransformaroneltérminoMohowawogs,quelescostabatrabajopronunciar,ensuversiónfonética,«mohawk».Esunadelasseisnaciones iroquesas, confederación de tribus de la costa nordeste que organizó unsistema casi democrático mucho antes de la llegada de los primeros colonos. Eltérmino«iroqués» también es una adaptaciónde los blancos.Entre ellos se llamanHaudenosaunee,«pueblodelascasasalargadas».

Losingresosobtenidosporloshombresconsutrabajoenelríoyporlasmujerescon los objetos y las ropas artesanales que venden enMontreal les han permitidoconstruirenKahnawakegrandescasasdepiedraymadera.Lascalles,estrechas,sondetierrabatidaenlaorilladelSanLorenzoytambiénalrededordelaiglesiadeSanFranciscoJavier,consussacerdotescatólicos.Sisemiradesdeelrío,prácticamentedelante de cada hogar se ve un pontón y una o dos piraguas. En previsión de lascrecidas,laspuertasdelascasasestánelevadasalgomásdeunmetro,yseaccedeaellasporunaescalerademadera.

Losmisioneros,jesuitasfrancesesquefundaronelpueblo,fueronexpulsadosporla conquista inglesa de Nueva Francia en el siglo XVIII. Cien años antes habíanlogrado convencer a unas treinta familias convertidas al catolicismo para queabandonaransustierrasancestrales,situadasalnortedeloqueesahoraelestadodeNuevaYork,yseinstalaranaorillasdelSanLorenzo.Trasvariasmudanzasdebidasalagotamientodelastierrasyalaexcesivacercaníadeunoscolonosfrancesesquetraficaban con alcohol, escogieron esas laderas de tierra fértil, frente a los rápidos,paraconstruirsuiglesiaysupresbiterio.LosreligiososlallamaronSault-Saint-Louis,pero luego recibió el nombre mohawk de Caugnawaga, y a continuación,Kahnawake.En la reserva, tres familias explotanun lugar llamadoDameAveugle,«dama ciega», una cantera de piedras que, una vez talladas y transportadas aMontrealenbarcazas,seempleanparaconstruiredificiosypuentes.


AngusyJoe,rodeadosdechiquillos,estánenganchandoloscaballosalcarroparairalaestación.HoyvuelvePeter,elhermanomayordeAngusyJoe.LlevaunañorecorriendocaminosconelBuffaloBill’sWildWestdelcoronelWilliamF.«BuffaloBill»Cody.Alto,atlético,buenjinete,excelentebailarín,depómulosaltosyconlapielmáscobrizaquesushermanos,PeterRochelleesunodeloscincuentaindiosdelespectáculo.ConocióaCodyunañoantes,laprimeravezquepasóporMontreal.Aldía siguiente se presentó en la carpa, con el traje tradicional y el tocadomohawkbordadodeperlas.Lebastaroncuatropasosdebaileparaconquistaralcoronel,quesiempre estaba buscando fieros pieles rojas. Dos días después se marchó con él.Boston,NuevaYork,AtlanticCity,WashingtonyluegoFloridayNuevaOrleans.Untrenenterocondocenasdecaballos,tresbisontes,camellos,carpasinmensasdelonayunosdieztipis.

AldetenerseenelandéndeKahnawake,lalocomotorasueltalosúltimoschorrosdevapor.ElprimeroenbajaresPeter.Consutúnicadeantebordado,supelosujetopordetrásysusbotasdecaballería,esaúnmásgrandedeloquelosniñosrecuerdan,yestosselanzansobreéldandogritos.Cogeados,acaricialacabezadeotro.Saludaasushermanos:

—Hola,chicos.Québienquehayáisvenidoarecogerme.Por la noche, junto a la chimenea, en casa de Angus, empieza a contar sus

aventuras:—Elcoronelquierequeparael espectáculonosparezcamosa los indiosde las

GrandesLlanuras,consustocadosdeplumasdeáguila.EsaeslaimagenquetienendenosotroslosblancosdelEste.Tenemosvariossiuxyalgunoscheyenes.Noshanenseñadounaspalabras,susgritosdeguerraysuformademontarapelo.¡Sivieraislacaraqueponenlosniñoscuandonoslanzamosalacargaporlapista,dandovocesy empuñando lanzas y tomahawks! No tiene mucho que ver con nosotros, losmohawk,peroesdivertido.Ylopaganbastantebien.DiceelcoronelqueelañoquevieneiremosenbarcoparahacerunagiraporlasgrandesciudadesdeEuropa.

En el espectáculoPeter representa a un jefeguerrero al queBuffaloBill vencecuerpoacuerpoylearrancalacabellera.

—Loquemásmegusta—dicealosniños,subyugados—eseldesfiledelatardepor la ciudad. La caballería de Estados Unidos abre la marcha; son soldados deverdad, no sé cómo se las arregla el coronel para tenerlos. Cambian a menudo.Después vienen los vaqueros, los jinetes del Pony Express y luego nosotros, losindios.Ponemoscaradesermuyferoces,miramosconojosdelocosyempuñamoslashachas.Mi tocadodeplumas llegahasta la tripadelcaballo…No,nomelohetraído, es muy delicado. Detrás vienen jinetes de muchas clases: árabes con suscaballos pequeñitos, gauchos de Argentina, mogoles de ojos rasgados, cosacos deRusia…Todosllevansusarmasysusmejoresgalas.Mirad,oshetraídoesto.

Entoncessacadesumaletadepieluntuboquecontieneuncarteldelespectáculo,comolosquesepeganpor lascallesunosdíasantesde la llegadade lacaravanaa


una ciudad. El dibujo representa una carga de la caballería con Buffalo Bill enprimera línea, con la barba al viento, vestido con un traje de ante.A su alrededor,montadosenpurasangresencabritados,hayunárabe,unindiocontodassusplumas,un cosaco con uniforme de gala, un mexicano agitando un látigo bajo su ampliosombrero.Enletrasgrandesselee:ELSALVAJEOESTEDEBUFFALOBILL.CONVENCIÓNDEJINETES INTRÉPIDOS DEL MUNDO, Y debajo:RIVALIDADES ÉPICAS DE PUEBLOS SALVAJES,BÁRBAROSYCIVILIZADOS.

PetertiendeelcartelaAngus.—Toma,esparati.Porsiquieresponerloenelbarco…—Pero¿dedóndevienentodosesosextranjeros?—preguntaJoe.—Elcoroneltieneagentesportodoelmundo.Elloslosbuscan,losencuentrany

losmandanaAmérica.Esunbuenactor. ¡Sivierais cómohacedelgeneralCustercuando muere con sus hombres en la batalla de Little Bighorn hace diez años!Tambiénseledanmuybienlosnegocios;debedesermuyrico.

Fielalatradiciónmohawk,Petersemarchósolo,perolosotrosindiosviajabanconsusfamilias,demodoquesusmujeresehijossepasabanmesesrecorriendoloscaminosconellos.Antesdelespectáculo,porunasmonedas,loshabitantesdelEstevisitabanelpobladodelona,conversabanconlasmujeres,jugabanconlosniñosysehacíanretratos.

—Enlasgrandesciudadesdelacostanosotrossomoslosúnicosindiosqueveránen su vida. En las gacetas y en los folletines leen tantas historias sobre el SalvajeOeste, la frontera y los pieles rojas…El verano pasado estuvimos una semana enAtlanticCity.Esunaciudadnuevaaorillasdelocéano,enNewJersey,construidadelanadajuntoalaplaya.SellegaentrendesdeFiladelfia.Acabandeterminarunoshoteles inmensos para los turistas que quieren respirar el aire del mar. No osimagináis el lujo que hay allí—dice Peter, divirtiéndose de lo lindo—.El alcaldeinvitóatodalatropaaalojarsedosdíasseguidosenelmejorhotel,elUnitedStatesandSurfHouse.Yoteníaunabañeraenlaquehabríamoscabidotres. ¡Ynosabéiscómoesel salón restaurante!Tambiénhayunpaseomuyampliodemadera, sobrepilotes,alolargodelasplayas,conpontonesqueseadentranenelmar.Haycafés,atracciones… La gente va allí desde toda la región, incluso desde Nueva York yWashington.Llenamoslacarpatodaslasnoches,ochodíasseguidos.

Petervuelveaabrirlamaletaysacaunacarpetilladecartón.Dentro,envueltasenpapel de seda, hay dos fotografías. En la primera Peter aparece en primer plano,sentadoconel trajemohawkde lasgrandesocasiones, al ladodel jefepawnee,EdBurgess,ydelfamosoguerrerosiuxSamLoneBear,quellevauntocadodeplumasdeáguilaqueformacomounacolaasuspies.Detrás,depie,estáBuffaloBillcontrajeoscuroymiradasombría,bajounStetsonenormeyconlamelenasueltaquelellega a los hombros; a su derecha tiene a Johnny «Cow-Boy Kid» Baker, y a suizquierdaalmayorFrankNorth,fundadordelosPawneeScoutsyfiguradestacadadelasguerrasindias.


—UnfotógrafoquetrajounacámaraportátilinventadaporGeorgeEastman,unseñordeRochester,sepasótresdíasconnosotrosenAtlanticCity.Elcoronelregalódosfotosacadamiembrodelatropa.

Enlasegundafotoseveaunabellamujer,conelpelorubioplatino,vestidaconunamalladelentejuelas.Luceunagransonrisaalomosdeuncaballoblanco.Selave inmóvil, serena, y está subida en una estrecha plataforma de madera a quincemetrosdealtura,alfinaldeunodelospontonesdelaciudad,frenteatreshotelesdelujo.

—Tres segundos después saltó al agua, caballo incluido—dice Peter,mientrasniñosyadultosabrenlosojoscomoplatos—.Lollaman«loscaballosbuceadores».Ella se pone un casco, espolea al caballo y os juro que los dos saltan al mar, decabeza.Desaparecenenlasolas,luegosubenyellasonríe.¡Esincreíble!

—¿Porquéhaselegidoestafoto,sisolopodíasllevartedos?—preguntaAngus,guiñandoelojoalaconcurrencia.

—Era bonita, nada más —responde Peter ruborizándose—. Ella es de losApalaches.Aprendióacabalgaryaandaralmismo tiempo.Enel espectáculo saletambiénLittleAnnieOakley.Esmuybajita,mellegaalpecho,pero¡sivieraisdeloqueescapazconunapistola!Seponeatreintapasosdeunnaipe,disparaylocortaendosalaprimera.Todaslasnoches.Nolahevistofallarnunca.

Cuando se marche, a Peter le acompañarán cinco jóvenes de la reserva quemontanbienacaballo.Entreellosestásusobrino,Jay,dedieciséisaños,unodeloshijospequeñosdeJoe.EldestinoesFiladelfia,dondelacaravanadelSalvajeOestesehadetenidounosdías.

Al unirse al circo de Buffalo Bill, Peter ha seguido una tradición que empezóveinteañosantesparalosmohawkdeKahnawake:trashacergaladesutalentocomobailarinesenunavisitaquehizoaMontrealelpríncipedeGales,futuroreyEduardoVII de Inglaterra, un grupo recibió una invitación para viajar a Europa. BailaronvestidosconsusatuendosdeceremoniaenlaExposiciónUniversaldeParísen1867,ydespuésenLondresyotrascapitaleseuropeas.

Las historias del tío Peter han llenado de sueños las cabezas de los niños. Esanoche, tras la puesta de sol sobre el río, corretean por la casa, atacan diligencias,bailanencírculo…,noquieren irseadormir.EnKahnawake,debido sindudaa latradición de las casas alargadas, varias familias conviven bajo un mismo techo.Angus, sumujer,Ajala, y sus cincohijosvivenconSarala,hermanadeAjala,quetrashaberenviudadocríasolaasustreshijas.Sumarido,quellevabalamaderadaenelSanLorenzo,seahogócincoañosantes.Estabasaltandodepaloenpalocuandouno de los troncos, que él creía fijado al resto, rodó y le arrastró hacia el fondo.Encontraronsucadávercuatrodíasmástarde,ríoabajo,pasadoslosrápidos.

Despuésdelacenaconsiguenatraparalosniñosymandarlosalacama.Alpoco,unasdocemujeres,deunaenuna,vanllamandoalapuerta.Esanoche,apeticióndeGanesa(«laafortunada»),madredelclandelOsoenKahnawake,lasintegrantesdel


consejodelclansevanareunirencasadeAngus.GanesaeslamadredeAngus,JoeyPeter;tienemásdesetentaañosy,porsusabiduríaytalantedialogante,harecibidoeltítulode«madre»,autoridadmáximadelclan.Esunamujeraltayfuertedemiradarisueña,sonrisadesdentadaymanosgigantesquesiemprellevaunpañuelorojoenlacabeza.Suaplomo,inteligenciaysentidodelhumorlehanpermitido,conelpasodeltiempo,bajar loshumosa los insolentesy asentar su autoridad.No teníani treintaañoscuando todosenKahnawake sabíanyaqueundía sería lamadredel clandelOso.

Las mujeres mohawk ejercen indirectamente el poder, y Ganesa se habíapreparadoparaello.Lasmadresylasesposassonlaspropietariasdelatierra,ytienenderechodevetoantecualquierdecisióndelconsejotribalquepuedaconduciraunaguerra.Lasancianassereúnenparaparticiparenlasgrandesdecisionesydesignaraljefedelclan.Sinoesdignodesuconfianza,osiempiezaaacumularerrores,puedendestituirle.

Ganesa arrima su silla al fuego, reaviva las llamas, añade dos leños y hace ungestoconlacabezaparaindicarasushijosquetienenqueirse.

—Hermanas, gracias por haber acudido ami llamada.Esta noche tenemos quehablardeRuss.Leelegimoshacedosañoscomojefedeguerra,peromehanllegadoquejasyhepresenciadoescenasincómodas.Noestoyseguradequeeligiéramosbien.¿Quépensáisvosotras?

Lasmujeresdelclan,porturnos,relatanincidentesrecientes.Elpuestodejefedeguerra era clavedoso tres siglos atrás, cuando eran frecuentes las refriegas contrahurones o algonquinos, ymás tarde por los enfrentamientos con los colonos y lossoldadosblancos.AhoraRussScottescomounsheriff,yseencargademantenerelorden en la reserva, resolver conflictos de manera amistosa y echar un ojo a losadolescentes.Vaarmado,disponededosayudantesy,sobretodo,debedemostrarquetieneautoridad,sangrefríaysentidocomún.

—La semana pasada bebió y tuvo una pelea delante de la tienda de la señoraAnderson.Llegóinclusoasacarelrevólver—diceunaintegrantedelconsejo—.Yno es la primera vez. Creo que no es digno de ese puesto y que va a traernosproblemas.Yanosreprochanbastanteloscanadiensesquetengamosunjefedeguerracomoparaqueencimalesdemosargumentos.Yaharecibidovariosavisos;creoquehayquesustituirle.

Elturnodepalabravapasandodeunaaotra.LahermanamayordeRussScottnoseandaconmediastintas:

—Ya os avisé. En el fondo es un buen chico, pero el puesto le va grande. Suproblemaconlabebidavienedeatrás.Tenemosquenombraraotro.

LucyRogers,lamásjovendelconsejo,hablaenúltimolugar:—Cuandobebemedamiedo.La semanapasada,yadenoche,mesiguióhasta

casa.Deberíahabermesentidotranquilayprotegida,esnuestrojefedeguerra,peroestabainquieta.Estonopuedeseguirasí.


Se procede a la votación: ocho votos a favor de la expulsión, entre ellos el deGanesa;dosabstencionesydosencontra.

—Mañana hablaré con John. Convocaremos a Russ para anunciarle nuestradecisión—dice la madre del clan—. Id pensando en quién puede sustituirle. Nosveremoslasemanaqueviene.Venidconalgunasugerencia,tanteadelterreno.

JohnFarbereseljefedelconsejodeKahnawake.Lellaman«guardiándelapaz».Lenombraronlasmadresdespuésdemesesdeconsultas.Deellohaceochoaños,ytodosen la reserva sealegrandeaquelladecisión.FuepilotodevaporesenelSanLorenzo; ahoragestiona la cantera,peropasa lamayorpartedel tiempoen la casacomunal a disposición de quien le necesite. Conoce bien a los canadienses, tienebuenos contactos en Montreal y, en muchas ocasiones, ha conseguido que laadministracióndelosblancosfavorecieraalosmohawkensusarbitrajes.TambiénledieronlarazónenloslitigiosterritorialesconlosagricultoresdelvecinoChateaugay,quelindaconlastierrasindias.

—ConvienepedirleaJohnsuopinión.Además,élsabrácómohablarconRussy,sinduda,tendráalgúnnombrequeproponerparasustituirle—estimaGanesa.

A continuación la asamblea solventa algunos problemas menores, comenta lasúltimasnoticiasysedivierteacuentadelosavataresdeunosydelabuenasuertedeotros.Sehabladebodas,nacimientos,trabajoenelcampoyvidaenelrío.

Enelmomentoenquelasasistentesselevantanparavolverasuscasas,lamadredel clanve,medio escondidas detrás deun tabique, las cabecitas dedosniñas queestabanespiando.

—Vosotrasdos,venidaquí.¿Todavíanoestáisdormidas?Lasniñasacudendespacio,conunpocodevergüenzaperosinmiedo.—Estahatenidounapesadilla,hagritadoymehadespertado—dicelamayor.Lapequeñasefrotalosojosymirasinquitarselasmanosdelacara.Ganesase

sientaacadaniñaenunarodilla.—Bueno, os cuento un cuento y luego volvéis a la cama, ¿de acuerdo? ¿Cuál

queréis?—¡Lamujerdelcielo,lamujerdelcielo!Ganesasonríe.—¿Otravez?Bueno.Hacemuchotiempo,muchoantesdelacreacióndenuestro

mundo, existió el pueblo del cielo.Vivían en una isla, unmundomaravilloso queestabaallíarriba,muyalto,enlasestrellas.Undía,unjefedeesepuebloseenfadóconsuhija,quesehabíaquedadoembarazada.Laexpulsótirándolaporelhuecodeunárboldesarraigado.Ella, al caerdel cielo,viounplanetaazul cubiertodeagua.Unasocasmuygrandesladescubrierone,intrigadasporaquelloquecaíadelcielo,seleacercaron.Consiguieronatraparlavolandoalacontraala,ysedieroncuentadequeestabaesperandounniño.Lasocassonmuyfuertesyvalientes,perosabíanquenopodríansostenermuchotiempoalamujerdelcielo,asíquelepreguntaronalagrantortugasipodíallevarla.Latortugadijoquesí,ylasocasdejaronalamujersobresu


caparazón. Pero la tortuga, aunque era gigante, no era lo bastante grande para lamujer del cielo, de modo que los castores, las nutrias y las ratas almizcleras sesumergieron en el mar para coger barro, que colocaron sobre su caparazón. Alsecarse, el barro se convirtió en tierra. Pusieron tanto que se formaron loscontinentes.PoresollamamosaAméricadelNorte«laisladelaTortuga».Lamujerdelcieloteníaensusbolsillossemillas,fresas,frambuesasyhojasdetabaco.Diolavueltaa lagrantortugaensentidoinversoalde lasagujasdelrelojyseprodujoelmilagrodelnacimiento.Deunassemillasbrotóelmaíz,deotrasnacieroneltabaco,los bosques y los frutos. Por eso, cuando bailamos en las ceremonias en la casaalargada, lo hacemos siempre en ese sentido, para que las plantas, los árboles y elmaízsigancreciendo.

Laniñamáspequeña sehadormido juntoa lasbrasas, con la cabeza sobre lasrodillasdelamadredelclan,perolosojosdelamayorbrillandecuriosidad.Haoídoestahistoriamillonesdeveces,peronadielacuentatanbiencomoGanesa.

—¡Otravez,otravez!—exclama—.¡Cuéntamecómosigue,lodelosgemelos!—Lamujerdelcielodioaluzunaniña.Losanimaleslaprotegían.Crecióyno

tardóenconvertirseenunamujer.Unanoche,mientrasestabadormida,elvientodeloeste se coló bajo su falda y la fecundó. Ella supo que estaba embarazada, y queademásesperabagemelos.Ensuvientrehabíadosniñosquesepeleaban,porqueyaeranrivales.

»Unodeellosno teníaningún inconvenienteennacerdeformanatural,peroelotroqueríasalirporlaaxiladesumadre.Sabíaqueesolamataría,peroyadesdeelvientre era malo sin remedio. La joven se lo contó a su madre y le dijo que nosobreviviríaalparto.Yasísucedió.Elprimergemelonaciódeformanatural,perosuhermanodesgarróelcostadodesumadreyellamurió.Elsegundonuncaperdonóalprimeroquehubieranacidoantesqueél;elprimeronuncaperdonóalsegundoquehubieramatadoasumadre.

»Esarivalidadsupusoelcomienzode la luchaeternaentreelbienyelmal.Lamujer del cielo enterró a suhija bajounagranmontañade tierra.Del lugar dondeestabasupechobrotóelmaíz,lacalabazacreciódedondeteníalospies,lasjudías,dedondeteníalasmanos,yeltabacosaliódedondeestabasucabeza.

»Cuando se hicieron mayores, los gemelos empezaron a crear el mundo tal ycomonosotrosloconocemos.Usaronarcillaparamoldeartodaslascosas,incluidoslossereshumanosylosanimales.Cuandolasfiguritasestuvieronlistas,lasacercaronalhornoparacocerlas.Lesecharontresvecessualientoyempezaronamoverseyaabrirycerrarlosojos:estabanvivas.Elgemelobueno,alquellamamoselCreador,hizoalhombreyalamujer,losanimalesylasplantascomestibles.

»Perosuhermano,elEspírituMalvado,semoríadecelosehizocuantopudoparacontrarrestar lo que construía su gemelo y hacer daño a los humanos. Creó lasenfermedades, los huracanes y las guerras. Ninguno podía destruir lo que el otrocreaba,perosímodificarlo.CuandoelCreadorhizolasplantas,elEspírituMalvado


lasempequeñecióydificultósucultivo.CuandoelEspírituMalvadocreóserpientesvenenosas descomunales o mosquitos gigantescos de picadura mortal, el Creadorlogróreducirlosaltamañoquetienenahora.

»Al final, cuandoelmundoestuvo terminado, seprodujoel enfrentamiento.Sepelearon y, en su lucha, alzaronmontañas, abrieron lagos y valles. Tras unos díasterribles,elCreadorvenciópero,comonoqueríamatarasuhermano,loarrojóaunprofundo foso, a las entrañas delmundo.Desde entonces está ahí escondido, peroconsigueenviar emisariosmaléficos.Esos sonquienesprovocan lasdesgracias, lasmasacresylasepidemias.Conlosprimerosblancostrajeronelalcohol,lagripeylaviruela, que diezmaron nuestro pueblo mucho más que las guerras. Después elCreador,victoriosoysatisfechoconsuobra,subióalmundocelestial.Desdeallívelapor vosotras mientras dormís, hijitas. Y así termina esta historia. Es muy tarde,llévateatuhermanayvolvedaacostaros.

Cuandoacabalareunión,lasmujeresdelconsejoregresanasuscasasyAngusyJoeacudenjuntoasumadre.Peter,cansadoporelperiplo,duermeenlahabitaciónreservadaalosviajeros.Elfuegoqueleshadadocalorporlatardeseestáapagando,conunodelosleñosdepinoyacasiconsumido.Enelcaldero,lasopademaízsiguetibia.Ganesaestásatisfechaconladecisión.LlevabasemanasdecididaadestituiraRussScott,perotemíalareaccióndeaquelhombreviolentoeimprevisible.

—Angus, por favor, ve mañana a donde John y dile que hemos tomado unadecisiónsobreRuss:hadejadodesernuestrojefedeguerra.Cuentoconqueélseloanuncie;tengomiedodequeselotomemal,yJohnsabrácalmarle.Nuestradecisiónno afecta a los dos ayudantes, pero como sonmuy amigos puede que no quieranseguirenelpuesto.Yo,personalmente,nocreoquenecesitemosdesignarunjefedeguerraporelmomento.Lostiemposcambian.Johnrepresentaalatribuytienetodala autoridad necesaria. En todo caso, es al consejo a quien corresponde tomar esadecisión.Ahoramevoyadormir.Buenasnoches,hijos.

Seechaunchalsobreloshombros,abrelapuerta,miralasestrellas,escuchaelsoplodelvientosobreelríoydesapareceenlanoche.

Al día siguiente, Angus se acerca andando a la casa comunal, construida a lasalidadelpueblosiguiendoelmodelodelascasasalargadas.Esdondeseconservanlosarchivosdelatribuysereúnenlosresponsablesdelareserva.Elañoanteriorseinstalóallí laprimeralíneatelefónicadeKahnawake,unestuchedemaderay latóncolgadoenlaparedbajoelporche.Losviejosnoentiendencómofunciona,perolosjóvenes están fascinados. A la entrada, Angus saluda a su prima, sentada tras elmostrador. En el banco de los visitantes hay tres blancos hablando en inglés y enfrancés con acento quebequés, vestidos con traje y sombrero. Tras esperar unosminutos,JohnFarbersaleabuscarle.

—Nomeextraña—lediceaAngus—.HeintentadomuchasvecesconvenceraRussparaquedejedebeber,leheavisadodequenoesdignodeserunjefedeguerramohawk.Siempremedicequesí,meprometequelovaadejar,peroluegonohace


caso a nadie. Su padre semató de tanto beber, y sumadre igual. Iré a verle paraanunciarleladecisióndelconsejo.Creoquelomásconvenienteesquesemarchedelareservauntiempo,quesevayadecaza,quebajeporelríohastaellagoOntariooquevisiteasushermanosenEstadosUnidos.Dilealamadrequeyameocupoyo.Porcierto,dile tambiénquevoyahablarconunos ingenieroscanadiensesquehanvenido deMontreal, son esos que has visto a la entrada.Me escribieron hace unasemanapidiéndomeuna entrevista.Creoquequieren construir unpuente de hierrosobreelSanLorenzo.


3

NuevaYorkAgostode1968

JackLaLiberté,apodadoTool, llevaunmes trabajandoenunedificiodelcentrodeManhattan,cercadelaestaciónGrandCentral.

En la obra, que consiste simplemente en agregar cincoplantas a un edificiodeantesdelaguerra,trabajanunosdiezironworkersmohawkque,comoél,procedendelasafuerasdeMontreal.MuchosllevanañosinstaladosenBrooklynoenNewJerseycon susmujeres e hijos, pero Jack, a sus cuarenta y dos años, vive solo enNuevaYork;vuelveaCanadáunasemanadecadadosyentreuncontratoyotro.«Paramifamilia sería imposible vivir en la ciudad», asegura este hombre alto ymoreno deojosclarosquetienelamejillacruzadaporunacicatriz,recuerdodeunaccidenteensusegundodíacomoaprendiz.

CuandotrabajabaenChicago,SanFranciscooCincinnati,soloveíaasumujeryasusdoshijosdetardeentarde.Eltrabajoenesteedificiodeviviendasesfácilyestábienpagado,unpocoporencimadelatarifasindical,perolamentahaberloaceptado.Noesquecarezcadeinterés;loquepasaesqueahoratodalaciudadhabladeesastorres.LasTwinTowers,esasTorresGemelasquesevanaelevarhaciaelcielo,enlapuntasurdelaisla.Tendráncientodiezpisosyseránlasmásaltasdelmundo.Salenenlateleyenlaportadadelosperiódicos;suscolegasylagentequepasaporahínotienenojosparaotra cosa.Suhermano,que lleva seismesesenesaobra,dicequenuncahavistonadaigual.Asíqueunatarde,antesdevolverasuapartamentodeBayRidge, se pasa por el sindicato, que tiene el monopolio de contratación en losproyectosdeconstruccióndegranenvergadura.

—Tom,nopuedeshacermeesto—ledicealdelegadodelsindicato,elNewYorkCity Ironworkers, Local 40—.No se ha construido nada tan descomunal como elWorldTradeCenterdesdelaspirámidesdeEgipto.Esalgoquenopasamásqueunavez en la vida, así que, por favor, encuéntrame un trabajo allí, aunque no sea demontador.Estoyinclusodispuestoaempezardescargandocamionesyfijandocables.Loquesea,pero¡ahí!

EnmarzosehabíaidoaSanFrancisco.Cuatromesesdetrabajopararepararunasección delBayBridge, el puente de laBahía, que había sufrido daños porque unaeroplanodelaaviaciónnavalseestrellócontraélduranteunentrenamiento,sinque


nadiesupieracómoniporqué.Elpuenteaguantóysolomurieronlosdospilotos;unmilagro,vistoeltráficoquehabíaaesahora.California,laBahíadeSanFrancisco,AlcatrazyelGoldenGate,delquehabíaoídohablaralosviejosdeKahnawakequelo construyeronen los años treinta, una fortunaenhoras extra, unmotel fantásticocon vistas al Pacífico, el sol, chicas en bañador como no había visto otras… Untrabajodeensueño,peroporsuculpaseperdiólosprimeroscontratosdelaobradelsigloenNuevaYork.

—No te preocupes, Jack. Van a empezar pronto la segunda fase —le dice eldelegadodelsindicato—.Séquevananecesitarunmontóndegentedentrodeunasemanaodos.Vuelveporaquí,queyoteguardounpuesto,teloprometo.

Poco después, el teléfono suena en el piso que comparte en Brooklyn con suhermanoTomyotrocompañero,tambiéndeKahnawake.

—Tool, es para el TradeCenter, el lunes por lamañana.Demontador. ¿Te vabien?¿PuedesdejarloqueestáshaciendoenMidtown?

—¡Puesclaro!Daloporhecho.¡Muchasgracias,deverdad!—Muy bien. Preséntate allí a las siete. Habrá mucha gente, y aún me falta

personal para todo lo que piden. Voy a llamar a Siracusa, Boston y Providence.Coméntaloenlareserva,porsialguienestuvierainteresado.

Ese findesemana, Jacknoviajaa lasafuerasdeMontreal sinoque llamaasumujer:

—Cariño,¿quéteparece?Cogealosniñosyvenidentrendevisita.Yoosesperoenlaestación.Empiezoellunes.SonlasTorresGemelas,¿hasvistolosreportajesenlatele?Estoysegurodequenuncasemepresentarálaocasióndetrabajarenalgotandescomunal,¿quéteparece?¡Cientodiezpisosdeestructuradeacero!Losedificiosmásaltosdelmundo,¡unosmonumentos!Yahanterminadolosbajos,estánatreintametrossobrelacalleyyaesincreíble.Tenéisqueverlo.Unaobracomoesasonporlomenosdosañosdetrabajo,puedequemás,yconunabuenapaga.Vamosapoderrehacerelporche,cambiardecoche,ypuedequehastaampliarlacocina.

Aldíasiguiente,alguienllevaencochehastalaestacióndeMontrealaLouiseyalosdoschicos, John,dedoceaños,yRobert,deocho,quesesubenalAdirondackExpress.Sononcehorasdeviaje,perolosbilletesestánabuenprecioyelpaisajeesespléndidoenlariberadelHudson.

—Niños,sentaosenelladoderechoparavermejorelrío.ElsábadoporlanocheJackestáenlaGrandCentral,alfinaldelandén.Bajola

rotondade la sala grande, los niños saltan a sus brazos.Llevabandos semanas sinverle.TomyelamigoconelquecompartenpisoenBrooklynsehanidoapasarelfindesemanaaCanadá,asíquetienesitioparatodos.

El domingo por la mañana se levantan temprano y devoran unas tortitas congrosellasenelDenny’squehayenlaesquinadelacalle.Losdíasdediario,porlasmañanas,Jackpasaporallíysaleconuncaféhumeanteenunvasitodecartón.


—¡Cómo han crecido tus hijos, Jack! —dice Joyce, la camarera, una rubiamofletudaymuyaltaconundelantalblancoquenosedignamiraraLouisemientrasestalafusilaconlamirada.

En laOctavaAvenidasemetenenelmetro,endirecciónaManhattan.Quierenrecorrerapietodalaverjadelasobras,queocupanunespaciotangigantescoquevaacambiarlageografíadelbajoManhattan.Sehanderribadomásdecientocincuentaedificios viejos de ladrillo rojo para hacer sitio a los gigantes.Unbarrio histórico,RadioRow, así llamadopor lagran concentraciónde tiendasquevendían radiosypiezassueltasdeelectrónica,haquedadoborradodelmapa.Montonesdecamionesarrojan alHudson toneladas de tierra extraída para asentar los cimientos.Una vezmás, la islasevaaampliarartificialmenteconeseexcedente.Vaanacerunnuevobarrioque,demomento,notienenombre.SehabladeBatteryParkCity.

Losplanosprevénvariasdocenasdeedificiosyunpuertode recreo.Losniñosgritan,ríen,corretean,sepersiguen,trepan,corren,saltan,sonchiquillosdelbosquemaravillados por las calles, la gente, las tiendas y el tráfico de la gran ciudad.Alpasar por delante de los portales se esconden detrás de los coches, los cubos debasuraolasfarolas,danrodeosyavecescasireptanparaevitarquelosporteroslosvean.Eljuegosellama«losporterosdelespacio».Johnhaconvencidoasuhermanodequebajosusdisfraces,sushombrerasysusgorras,losporterosdeNuevaYorksoncriaturasmaléficasprocedentesdeotragalaxiaquefulminanyconviertenenestatuasdesal,oalgopeor,a losniñosa losquevenantesuspuertas.Robert tienealgodemiedo,asíquerespetaalpiedelaletralasnormasdeljuego.Separanensecoanteelescaparatedeunatiendaqueexponeelcontenidodeunacápsulahistóricaenterradaen1884,cuandoseconstruyóelmercadocubiertoWashington,entrelascallesVeseyy Fulton, y que fue encontrada por el operario de una excavadora cuando estabaechandoabajounaparcamiento.Lacajaoxidadaconteníacatorcetarjetasdevisitadecomerciantes, un programa de ópera y una litografía con la imagen de GroverCleveland, gobernador del estado de Nueva York, elegido en dos ocasionespresidentedeEstadosUnidos,en1884y1888.Unmanuscritobienconservado,contreintaydosfirmas,estabaprotegidoporuncristal.«Queremosqueserecuerdequetrabajamosaquíyesperamosque,siestemercadosesustituyeporotracosa,esacosaseaotromercado»,dejaronescritolosfirmantes.

—¿Osdaiscuenta,niños?Estemensajehaviajadoporeltiempocasiunsiglo,ahíquieto,enterrado.Osestabaesperando,estabaesperandoaqueloleyerais.

ARobertlecuestaunpocoentenderlo.Algomásadelante,anteuncartelfijadoenla verja en el que están dibujadas en perspectiva las futuras Torres Gemelas y elbarrioremodelado,conunaplazamuyampliayvariosedificiosdemenoraltura,Jackabrazaasumujer.

—Cariño,nohayniunsoloironworkerenestepaísquenoquieraconstruireso.Cuandolosniñosseanmayoresylasvean,sesentiránorgullososdesupadre,seguro.SuabuelonopodíapasarpordelantedelEmpireStateBuilding,niverloenlatele,


sinhablardelosmesesquepasóallí.Erasuyo,parasiempre.Manhattaneslaisladelasmontañasconstruidasporloshombres.Nosotros,losmohawk,somosdesdehacemuchotiempolosconstructoresdelasmontañasdeacero,yestassonlasmásaltasquesehanvistonunca.LasmásaltasdeAmérica,delmundo.Severándesdetodaspartes,ysetardarámuchoensuperarlas.

Loque fascinaaJacke intrigaaLouiseya losniños,quenoestánsegurosdeentenderlo bien, son las grúas. Cuatro enormes brazos colocados formando uncuadradodentrodeledificio.

—Es la primera vez que veo algo así—explica Jack—. Lo normal es que sesubanlasvigasyel restodelmaterialconunasDerrick,quesonunasgrúasqueseponen en la acera. Pero en este caso ninguna podría haberse elevado tanto. Por lovisto,estasvienendeAustraliayvanairsubiendoconlastorres,peronosécómo.Comovienendeallí,lashanllamado«grúascanguro».

Vuelvenandando,compranperritoscalientes,helados,danlavueltaalapuntasurdelaisla.SeparandelantedelosedificiosdeWallStreetyJacklescuentaasushijosquién, de entre sus parientes, amigos, antepasados y vecinos, ha trabajado en cadarascacielos.

—Josephsecayódesdeunaalturadedospisos,ahí.Tuvosuerte,peroserompióla cadera. Louis, el primo de mamá, se resbaló en invierno en una viga de eseedificio.Poresocojea.

AúltimahoradelatardevuelvenporlapasarelapeatonaldelpuentedeBrooklyn.Losniñosaúntienenenergíaparaperseguirseyjugaralescondite.

Ellunesporlamañana,alasseisymedia,JacksaledelmetroenlaestacióndeBowling Green. Su hermano Tom, que trabaja en la torre Sur, se ha quedado enCanadápor una interrupcióndedos semanas en su contrato.Montadores de acero,carpinteros, albañiles y conductores demaquinaria se acercan a la reja de entrada.Todavíaesprontoparalosempleadosdelasoficinas.Enlacalleprácticamentesolohayobreros,barrenderosy repartidores. Juntoa lospuestosdecafé, en losbaresyrestaurantesqueyahanabierto, losequipossevanagrupandoconpanecillosreciénhechosodonutsgrasientosenlamano.Esamañanahanllegadomuchosnuevos.Sereconocen,sedanpalmadasenlaespalda,sellamanunosaotros.

Todos están ahí: los newfies, descendientes de los colonos irlandeses deTerranova, los mejor considerados entre los ironworkers neoyorquinos desde hacecuatrogeneraciones, líderesdel sindicato; losJerseyboysdelestadovecinoconsupintadechicosmalos,losfortachonesdeNuevaInglaterra,losrebeldesllegadosdelSur, incluidos algunos tejanos de acento incomprensible, y los californianos.También,naturalmente,losmohawkprovenientesdeKahnawakeodeotrasreservas,comoAkwesasne, aorillasdelSanLorenzo, en la frontera entreEstadosUnidosyCanadá, y los iroqueses de la Confederación de las Seis Naciones. Las TorresGemelaslesatraencomoimanes.Acudendetodoslosrinconesdelpaísparallevarse


un trozo del pastel, tenermeses de trabajo garantizado y tarifas negociadas por elsindicato,lasmejoresquesehanvistonunca.

Acudenporelprestigiodelasobras,ytambiénporlareputacióndeKarlKoch,directorde laKochErectingCompany,queporveintidósmillonesdedólaressehallevadolalicitaciónofrecidaporlaAutoridadPortuariadeNuevaYorkyNewJersey,agenciapropietariadel terreno,paraconstruir lasTorresGemelas.Noesungigantedelsector,sinomásbienunagranempresafamiliar.Kochesformal,pagabienynoescatimaenhorasextraparacumplir losplazos.Algunassemanasprácticamenteseconsigue doblar la paga. Doscientas mil toneladas de acero por subir, encastrar,atornillarysoldarparadominarManhattanyelmundoaquinientosmetrosaltura.Eljefe de obra,Bill «PeloRojo»Kelly, reúne cada lunes al personal en la explanadapara explicar el plan de la semana, los objetivos que hay que cumplir y lasdificultadesalasquehabráqueenfrentarse.

—Veo caras nuevas. Bienvenidos. Las bases están terminadas, hoy vamos aponernos con las plantas que van por encima del vestíbulo. Vamos a empezarmontando los árboles de acero, que son el verdadero punto de partida de nuestracarrera hacia el cielo. Lo que hacemos aquí no tiene nada que ver con lo que yaconocéis.Vaisatenerqueconectarysoldaracero,esosí,perolaestructuradeestastorresnosepareceanadadeloqueyahayáisvistoomontado.Loscapatacesvanaexplicároslo,pero,pordecirloconpocaspalabras,másquecruzarvigascomoenunedificioclásicoaquíensamblamosunesqueletoexteriorprefabricado.Esaestructuraexternavaasoportarelpesodeledificio,consolocuatropozosdecolumnasinternasparalosascensores.Estudiadconcalmalosplanos,lostenéiscolgados,yhacedtodaslaspreguntasqueseosocurran.Siemprehabráuningenieroounjefedeequipoquepuedacontestaros.Buenasuertea todos.Estamosescribiendo lahistoria, ¡podemosestarorgullosos!

Alprimervistazo,mirandoelcargamentode loscamionesestacionados juntoalasverjas,Jacksehafijadoenque,másquelasclásicasvigasdemetalconformadeI mayúscula, aquí hay elementos gigantes prefabricados, como grandes tridentesmetidosencajonesdeacerosoldado.Unbuentrabajoquemideporlomenosveintemetrosdealtoydebedepesarmuchastoneladas.

Comohaidosoloynoconunacuadrilla,comosueleocurrir,ensuprimerdíaleponen en el equipo de los de Terranova, los newfies. No conoce a ninguno. Losmohawk, como todas las familias demontadores de acero, prefieren trabajar entreellos,consusamigos,hermanosoprimos,oconpersonasqueconocendesdehacetiempo.Cuandosecorrentantosriesgos,conelpeligrodeunamaniobraerradayeltemorconstantedecaer,necesitastenertotalconfianzaentucompañero,queestáalotroladodelavigayvaacuidartecomotúcuidasdeél.Elmenordescuidopuedehacerteperderelequilibrioyenviartealvacío.

PeroJacknosequeja,ysepresentamientrasguardasuscosasenelvestuariodeunadelascasetasprefabricadas.Losnewfiesylosmohawkseconocenyserespetan


desdelosañosveinteporhaberseencontradoenlosprimerospuentescolgantesylosprimerosrascacielos,enNuevaYorkyotroslugares.

Cuandollegaaunaobra,loprimeroquehaceJackespegarensutaquillaunafotodesumujerconsushijos,alosquetienecogidosporloshombros.Despuéscuelgadeungancholabolsitadepielconhojasdeoyenkehonwe,eltabacodeceremoniaquecultivaensuhuertodeKahnawake;sussemillasserecogenyseplantandesdehaceaños.Algunos indios llevanbolsitasde tabacoalcuello,pordebajode lacamiseta,comoamuletosdelasuerte.Jackprefiereunestuchedemayortamaño,decoradoconunacabezadeoso.Antesdesubirlomira,losopesa,acariciaconelpulgarlapieldenapa.Avecessemeteunashojitasenelbolsillodelpantalón.

Sehapuestolasbotasdecordonessintacón,paraevitarengancharseytropezarmientrascaminanenlaalturaporunavigadetreintacentímetrosdeancho.Seajustael cinturón portaherramientasMiller. Está casi nuevo, solo tiene dos años. El queheredódesuabuelo,decoradoconunahileradeperlas,quesupadrelediocuandocumplióveinteaños,acabóhechojirones.Estáencasa,encimadelachimenea,comountrofeo.Meteensusitiolaherramientadelosironworkers:laspudwrenchollaveajustable de cola. Es una herramienta de acero negro que por un lado termina enpunta, para meterla en los orificios que vienen perforados de fábrica, alinearlos ycolocar las piezas; por el otro tiene una llave inglesa. Es su arma, su tesoro, suamuleto, su tomahawk. Lleva tres generaciones en la familia. El lado de la llaveinglesa estámellado, y el de la punta tienemilmuescas, pero no la cambiaría pornadadelmundo.SiemprehapensadoqueJohnlaheredaráalgúndía.

Sehallevadosucasco.Esblanco,conunaplumadeáguilapintadapordetrásylasigla de las Seis Naciones iroquesas por delante. Pero hoy se va a quedar en elvestuarioporqueKarlKochhaencargadounoscascosWorldTradeCenterdecoradosconlasiluetadelasTorresGemelas.Estánnuevecitos,soncómodosyobligatorios.

A esa altura, tres pisos sobre la calle, los ascensores exteriores aún no estáninstalados. Los hombres suben por unas escaleras demadera a las plataformas detrabajo,aunahoraenlaqueelsolyaquemalapiel.JackreconoceaungruistaconelquetrabajóunañoantesenunacentraleléctricadeJerseyCity.

—¿Quétalesasgrúas,Bob?—¡Hola,Tool!Oye,¿hasvisto?Meestácostandounpocoacostumbrarmepero,

quéquieresquetediga,estoeselfuturo.Lastenemosencimaynoenlaaceraporquesubenconnosotros.Estánmontadassobreunosgatoshidráulicosquelaselevanoncemetroscuandoseterminaunaplanta.Sealzan,seponenunasestructuraspordebajoyyaestá.Yasíhastaeltejado.Además,cadaunapuedelevantarsesentatoneladas.¡Menudo cambio! Vamos a teneros delante de las narices en lugar de andaradivinandoloqueestáishaciendoyseguirlasinstruccionesaciegascuarentaplantaspor debajo. Es de locos, ¿no? ¿Ves ese canguro dibujado ahí? Las llamamos así,«grúascanguro».Lashaninventadolosaustralianos,¡quétíos!Yaverás,esincreíbleeltiempoqueseganaparasubirlascosas.Además,lacabinapareceunhoteldetres


estrellas. Todo se hace por teléfono, ya no hay que andarse con gestos. Esto es elfuturo,telodigoyo.

Esamañana vuelan por encima de las cabezas elementos prefabricados para lasolera,placasmetálicasdedieciochometrosporseisquehayqueatrapar,desprendery fijar unas a otras. Un paseíto para los ironworkers, acostumbrados a hacerequilibrismoporvigasdeaceroamerceddelviento,amerceddelmenorfallodeungruistaodeunpasoenfalso.

TomCastelladirigeelequipo.AunquehanacidoenBrooklynysolohaestadodos veces en Terranova en toda su vida, al seguir en contacto con los suyos, unapequeñacomunidadenlaquesecasanentreellos,conservaelacentoirlandésdesusantepasados.

—UnmohawkconlosFish…Puesbienvenido,Jack.TellamanTool,¿no?Aquísetrabajaconlasreglasdelosnewfies,asíquetendrásqueadaptarte,¿vale?Yaverásque esmás fácil que conseguir que una cuadrilla de indios nos acepte a nosotros.Tenemosacento,hacemoslascosasanuestramanera,pero¡porlomenoshablamosinglés!

Endosdías,lasoleradelaprimeraplantaestáinstalada.Pordebajoquedaloqueserá el inmenso vestíbulo de entrada de la torre Norte. Aún no han terminado decolocarlasplacasmetálicascuandolashormigoneras,alotrolado,empiezanavertersu contenido que, alisado a mano, forma el suelo definitivo. El miércoles por lamañanaseenganchanlosprimeros«árbolesdeacero»aloscablesdelasgrúas.Esosárboles sonunos tridentesdescomunalesque tienen laalturade trespisos,veintiúnmetros,ypesancincuentatoneladas;hayquefijarlosenvertical,unosjuntoaotros,paracomponerlaarmaduraexteriordelastorres.

—Enmividahevistonadaqueseleparezca—diceJackalverpasarelprimerelementosobresucabeza—.Losingenieroslostienenbienpuestos,¿no?Esascosasparecenfuertes,peroeledificiotienequeaguantarporfuera.Cientodiezpisos.¿Tedascuentadeloexpuestoquevaaestaralviento?¿Quépasasihayunhuracán?¿Deverdadnohayvigasdesoportepordentro?

—No—respondeCastella—.Eseeseltrucoparaganarespacio.Losnivelesvanaestarprácticamentelibresdeestructurasverticales,conlasalvedaddelascajasdelosascensores.Porelprecioalquevanavenderoalquilartodoesto,esadiferenciapuede suponer un dineral. El arquitecto es un japonés, un genio, al parecer. LesacaronenlaportadadeTimeMagazinehacecincoaños,cuandoganóelconcurso.Paraelviento,dicenquelastorresestándiseñadasparaaguantartormentasdosvecesmásviolentasquelasquesehanregistradohastaahoraenNuevaYork.

Sepasantodoeldíaatrapandoárbolesdeaceroconmanos,piesy,aveces,hastapiernas.Entretresocuatro,loscolocanencimadesusitioeindicanalgruistaquelosbajedespacio.Metenelextremopuntiagudodelallavedecolaenunodelosorificiosde fijación para tener buen agarre: en cuanto dos orificios están alineados, Jackintroduceenlosagujeroslaspudwrenchconungolpeseco,ylosdemásagujerosse


alinean. Entonces saca dos bulones enormes del estuche de cuero que lleva a lacintura,meteel tornilloycolocala tuercasinapretarlamucho.Yaestá.Delaprietedefinitivoseencargaotroequipo,yalfinallleganlossoldadores.

Alahoradelcafé,WarrenO’Donnel,unhombredeQueenscercanoalaedaddelajubilación,letiendeaJacksupaquetedetabaco.

—Yaves,indio.Ademásdedarnostrabajoparatresaños,estastorressonelcurromásseguroquehemostenido.¿Hasvistoeso?Conesosmurosdevigasporfueraynosotrospordentro,conlospiesbienplantadosenelsuelodeunasplataformas,nohay riesgo de que nos caigamos por ningún hueco. Ya verás, no hará falta quesalgamosahacerelpayasosobrevigasdetreintacentímetrosacincuentametrosdealtura.Detodasformas,yoyanotengoedadparaeso.Ahora,tambiéntedigoquenopiensodejar la spudwrenchmientras estas torres no estén acabadas,me cago en laleche.Quieromontarlaúltimaviga.Estosedificiossonmásaltosyfuertesquenada.¡Laciudadestáluciendosusmusculitos,chaval!OnlyinNewYork.

Laspiezasdeesemecanogigantesefabricanenunadocenadefactoríasdelpaís,ytambiénenCanadá.LossuministrosllegandeacereríaslocalesynodegigantesdelacerocomoUSSteelyBethlehemSteel,quesehabíanconchabadoparaofrecerelmismo precio y habían entregado presupuestos inflados de entre treinta y cuarentamillonesdedólares,que fueron rechazados.Seabrió inclusouna investigaciónporacuerdoilícito.Loselementos,queenalgunoscasoslleganentrenoencamióndesdeSeattle o Texas cruzando el país de cabo a rabo, se ensamblan en hangares yaparcamientos deNew Jersey, al otro lado del puerto. Ninguno es intercambiable;cadapiezatienequeirenellugarprevisto.Elmontajedelpuzleylalogísticaestánenmanosdeingenierosque,graciasaunprogramainformáticoespecíficoparaello,creadoporIBM,consiguenquecadadía,alamanecer, laspiezasnecesariasesténamano para seguir trabajando. Lo llamanCriticalPathMethod, «método de la rutacrítica».SusordenadoressondelosprimerosqueseusanenManhattan.LosmanejanlospocostécnicosquesabenhacerlofueradelPentágonoylaNASA.Bastaconqueunavigallegueconretrasooseproduzcaunatascodeestructurasprefabricadasalpiedelastorres,enunbarriodondeesimposibleaparcar,paraquetodoseparalice.Losadministradores e ingenieros de la Autoridad Portuaria, muchos de los cuales sonantiguosoficialesdelogísticaydelcuerpodeingenierosdelejércitoestadounidense,handiseñadounplandignodeldesembarcodeNormandía.

Diezdíasdespuésde la llegadadeJack, la torreNortehasubido trespisos, loscorrespondientes a la altura de las piezas exteriores prefabricadas. A las pocassemanas, aunque ya estén instalados los primeros ascensores en los flancos de latorre,subirybajar,sobretodoalahoradelacomida,empiezaaplanteardificultades.Milesdeobrerossedesplazanalavez,asíquehayqueecharlepaciencia,hacercolayapretarseenlacabinadelascensorcomosardinasenlata.

Aprimerosdeoctubre,trashabersecomidounsándwichcompradoenunatiendadeWest Broadway, Jack regresa solo a la puerta de acceso. Llega tarde; treinta y


cinco minutos de pausa no bastan. La cola serpentea a lo largo de treinta metrosporqueunodelosascensoresestáaveriado.Enlazonadecamiones,enlacalledeallado,uncapatazseñalaporteléfonoalgruistaqueyaestánfijadosloscablesypuedesubirlacarga.Entreszancadas,Jacksaltaalatraseradelcamión,sesubealacargayseagarraalcableprincipal.Conunguiñoyuna indicacióndelpulgarhaciaarriba,pidealcapatazquedélaseñal.Ridingtheiron,«cabalgarelacero»,esunviejotrucode los ironworkers. Lo prohibieron hace unos años, pero en algunas obras aún setolera. Los vestíbulos del sindicato de todo el país están decorados con fotos dehombresvolandoporlosaires,agarradosalcableconunamanomientrasseconstruíaelEmpireStateBuilding.Lacarga seeleva suavemente,pasa sobre loscascosquehacencolaparasubirenascensor.Todosseponenasilbar,agritaryareír.

—¡Ahí,ahí!¡Arriba,Tool,elindiovolador!Eneledificio, lascabezasseasomanentre lasvigasysaludanalvaliente. Jack

estáenlagloria,gesticula,leshaceelsaludomilitar.Perolasrisasylosgritosalertanauncapataz,representantedelsindicato,responsabledequeseapliquelanormativadeseguridad.Bajaunpisoyvacorriendoal lugaradondedebe llegar laviga.Allí,plantadoconlaspiernasseparadas,losbrazosencruzymiradaasesina,recibeaJackcuandosaltaatierra.

—¿Sepuedesaberquécoñohaces,Tool?Conocesdesobralasreglas.Estonoesun curro cualquiera, es elWorld TradeCenter.Vienen periodistas un día sí y otrotambién,cámarasyjefazosdevisita.Nomequedaotraqueecharteporque,sino,soyyoquiensequedarásintrabajo.Sieljefedeequipodeahíabajotehavistoytehadejadosubir,tambiénseiráalacalle.Elgruistaselibraráporquehaypocos.Nohaymásremedio,Jack.

JackLaLiberté,conelcascoenlamano,semarchapocodespuésdelasdosdelatardesinquelasonrisaselehayaborradodelacara.Nosemolestanienvaciarlataquilla.AlamañanasiguientesemarchaaKahnawakeparadescansarunosdías.

Unasemanadespués,eldelegadodelsindicatollamaalareserva.—Necesitamos dos cuadrillas completas para el Trade Center. El jefe de obra

quieremohawk.¿Tienenahígentedispuesta?—Doscuadrillas,docehombres.Sí,seguroquesí.Peroconunacondición:que

incluyanaJackLaLiberté.Sinolevuelvenacontratar,deaquínosalenadie.—¿Jack?¡Puesclaro!Lenecesitamos,aélyaunoscuantosmás.Nosabíanada

de lo de la semana pasada.Algún idiota con exceso de celo. Saluda a Tool demiparte,nosvemosellunes.


4


Alcaer,hecerradolosojosyhesoltadoelsoplete.Nosehaapagado,veolallamaazulahí,amispies,aladerecha.Recobroelaliento.«Respira,respira,cálmate».Nohe tenidoni tiempode asustarme. ¿Estaré herido?No lo parece.Brazos, piernas…Nada roto. Tenía una linterna, una Maglite que me dieron los de la Cruz Roja.¿Dóndelahabrémetido?¿Enquébolsillo?Tendríaquehabermepuestounafrontalen el casco.He caído de pie,me he hecho daño en las piernas,me he torcido untobillo. Debo intentar incorporarme. ¡Ay! Me duele el costado, a la altura de lacadera.Consigoapartarloscascotesmoviendoloscodos.Hetenidosuerte:nomehecaído en un abismo como los que he visto toda la noche entre los escombroshumeantes, sino en una pequeña cavidad.Me quito un guante.Bajo un brazo a lolargo del cuerpo para palpar los bolsillos del pantalón y encuentro la linterna, ahí,contra lapierna.Deslizo lamanoyconsigoatraparla.Aparto lamáscaraantipolvo,quesemehasalidounpoco.

Consigoencender la linternacon laboca.Bajomispieshayunaplacametálicabastante ancha.Salto unpoco, dispuesto a agarrarme a los lados si se derrumbara,peroaguanta,menosmal:nohayriesgodequecaigamásabajo.Notoa laderechaunavigadeacerograndeytorcida,yotrasdosmáspequeñasalaizquierda.Meheencajado entre las dos. Cuandomemuevo, amis pies caen polvo y cascotes, ¡mecago en la leche!Estoy en esas cuando el soplete prende unos papeles; lo quemefaltaba. Intentopisotearlos,peroelhumomeahoga.Tengoquebloquearel tubodeentradadelacetilenoparacortarlallama,peronodoyconél.

Levantolacabezayabrolabocaenbuscadeairefresco.Laentradadelagujeroestátresocuatrometrosporencimademí.Deprontoveounaluz,unhazblancoquesemueve.

—¡Socorro,socorro!¡Estoyaquíabajo!¡Sacadmedeaquí!¡Auxilio!Doy golpes con la linterna en una viga, taconeo en la placa metálica. El

resplandordevariaslinternaspareceacercarsealorificio.Gritocontodasmisfuerzasalavezquetoso:

—¡Aquí,estoyaquíabajo!


Suboelbrazoalolargodelcuerpoydirijomilinternahaciaarriba.Uncasco,lacaradeunbombero.

—¿Meoyes?Tehevistocaer, estabadetrásde ti,peroconelderrumbey todoestepolvonoconseguíaencontrarelsitio.Aguanta,tevamosasacar.¿Estásherido?

—Me duele un costado, creo que me he cortado, pero no parece grave. Daosprisa,aquíabajohacemuchocalor,notoelfuegoacercándoseymecuestarespirar.

El bombero intenta llegar hastamí cabeza abajo, ayudado por dos compañerosque le sujetan las piernas. Pero el hueco es demasiado estrecho. Jadea, se quedaatascadoporloshombros,vuelveasubir.Unfocomuypotentedirigidohaciaabajoloiluminatodoamialrededorymedeslumbra.

—¡Cat,Cat! ¡Soy yo,Andy! ¿Cómo estás, chaval? ¿Me oyes? ¡No temuevas!Enseguidavenimos.

—Andy,¡imbécil!¿Cómoquieresquememueva?Estoyatascado.Mealegrodeoírte,perodaosprisa.

—¡Oye! —grita el bombero—, si te bajamos un arnés, ¿crees que podráspasárteloparaquetesubamos?

—No estoy seguro. Esto es muy estrecho y me cuesta moverme, pero por lomenos podré atarme a él. Daos prisa, el fuego sube, noto el calor bajo los pies,¡rápido!

Gano un poco de espacio dando golpes con los codos a cada lado. Cae unapolvaredadecascotes.Sujetolalinternaconlosdientes,meagarroaunavigaconlamanoderecha,meelevo.Notoalgodurobajoelpieymesuboencima.Heganadocincuenta centímetros y respiro un poco mejor. ¡El arnés! Ahí está, lo veo bajar.Guardolalinternaenelbolsillodelacamisa,yanomehacefalta;hayluzcomosifueraplenodíaporqueacabandedirigirotrofocohaciamí.

—¡Másabajo,másabajo,seguidbajando!¡Yalotengo!Intentopasarunbrazo.Loconsigo,peronovoyapodergirarmeparameter los

hombrosylaspiernas,asíquesuboelotrobrazoymeagarroalacintaconlasdosmanos. No tendría que haber tirado los guantes, y ahora no tengo espacio paraagacharmeyrecuperarlos.

—¡Tirad!¡Subidlacuerda!Me suben.Muevo los pies en busca de puntos de apoyo, choco con paredes y

escombros y me protejo la cabeza metiéndola entre los hombros. Piso una vigagrandeyganounmetrodegolpe.

—Despacio,notiréisdemasiadofuerte.Unmomento,estoybloqueado.Mecontorsiono,pasoconlacabezadeperfilentreunaplacadeaceroyuntrozo

de cemento muy grande. Ya solo faltan dos metros. Suelto el arnés, que saledisparadohaciaarriba.

—¡Nopasanada,yasalgo! ¡Nohacefaltaquevolváisabajarlo!Aquíhaymásespacio,estoytrepando,creoquesonmueblesdemetalaplastados.


Dosbomberosconcascosemetenenelagujerohastalacintura,mecogenporlossobacos yme izan, ¡ya está!Me arrastro por los cascotes,me tumbo de espaldas,respiro,toso,escupo.

—¡Cat,Cat!¿Estásherido?TengoaAndyencima,conunpañuelorojoenlacabezaylosojosdesorbitados.—Hola,Andy.Medueleunpocoelcostado.Hedebidodecortarmeconalgopero

estoybien, no creoque seaprofundo.No sabes elmiedoquehepasadoahí abajo.Estoeslaforjadeldiablo,chico.

Unparamédicodelosbomberosllegaalacarreraconsubolsaenlaqueapareceellogotipo.Searrodilla,sequitalamáscaraantipolvo,mepreguntasimeduelealgo,melevantalacamiseta,palpalaherida.

—Tieneusteduncortedediezcentímetros.Trabajaraquísinropadeseguridadesde locos. No parece profundo. Le llevo al puesto de primeros auxilios, está ahímismo.¿Puedelevantarse?¿Puedeandar,opidounacamilla?

—Creoquepuedo,gracias.Me levanto y me apoyo en su hombro para dar los primeros pasos. A mi

alrededor, entre las muchas personas de salvamento que se dedican a rebuscar,algunascreenquesoyunavíctimaquesaleconvidadeentrelosescombros.Todossueñanconqueesosuceda,asíqueempiezanagritaryaaplaudir.Andylesexplicaquesoyunodeellos,quemehecaídoenunagujeroymehansacadoenmenosdediezminutos.Peroaplaudendetodosmodos;eslaprimeracosapositivaquevenenlaZonaCero.Supervivientesdelacatástrofe,encambio,nohanvistoninguno.

Salimos del montón. Me duele. Tengo la camiseta empapada de sangre.Caminamos doscientos metros entre generadores, excavadoras que van llegando,camionesdelosquedescarganmaquinaria,camionetas,cajasdematerial,tiendasdecampañaysistemasdeiluminación.Andymesostieneporunladoyelparamédicoporelotro.LaCruzRojasehainstaladoalamanecerenlaplantabajadeledificiodeAmericanExpress.Lamonumentalcristaleraestalló,perolodemáshaaguantado.Enlaacera,másomenosdespejada,hanalineadounastreintacamasdehospital.Estánvacías. Hay médicos y enfermeras esperando. También se amontonan cajas dealimentos, dematerial, botellas de agua. Pero no hay heridos. Ni uno. Solo gentecomoyo,desalvamento,quevieneparaunacura.

No tengo tiempo de dar las gracias al paramédico, que desaparece enseguidadejándomeconunjovenmédicoderizosrubios,trajeverdeyestetoscopioalcuello.

—Pase por aquí, túmbese. ¿Dónde le duele? ¿Puede mover todas lasextremidades? ¿Se hamareado en algúnmomento? ¿Ha perdido el conocimiento?Pueshatenidosuerte.Tieneunbuencorte,peroesuncortelimpio.Nohallegadoalascostillas.Levoyadarunospuntos,pondremosunavenda,y listos.¿Estáaldíaconlavacunadeltétanos?¿Cómosehahechoesto?

—Mehecaídoenunagujero.Todosehaderrumbadoamialrededorcuandoheterminadodecortarunaviga.Habrásidountrozodemetalafilado,seguro.Gracias,


doctor.Meinyectaunpocodeanestesialocal,cogehiloyaguja.Miroparaotrolado.No

esqueseaunblandengue,perocuandohayagujasdepormedioprefieronover loqueestápasando.Ensolounosminutosmehacerrado laherida,unosdiezpuntos.Nohenotadonada.Sonríotontamentealosquepasanymirancongestoamable.Unaenfermeradepelocanoyenormetrasero,enfundadoenuntrajemilitar,meguiñaelojolevantandoelpulgar.

—Ahora,adescansar—diceelmédico—.Quitaremoslospuntosdentrodeseisdías.Supongoquellevaaquídesdeayer,¿no?¿Hadormido?Haycamasenlasaladeal lado,écheseen laquequiera.No tenemosmuchosheridos.Losesperamospero,viendo todo eso, no sé yo si llegará alguno.Antes de irse a dormir, pase a que lelavenlosojos.

En un rincón, detrás del gran mostrador de la entrada, cuatro mujeres y unhombreestánsentadosbajouncartelquereza,escritoamano:CLÍNICAOCULAR.Conalgodón, agua templada y gasas, esperan a los bomberos, policías y personal desalvamento para aclararles los ojos, enrojecidos por el polvo y el humo, ponerlesgotasdecolirioypomada.Varioshombres,uniformadosocontrajedefaena,estánsentadosenbutacasplegables.Estáninmóviles,impasibles,conloshombroscaídos.Respiranruidosamenteytienenunamiradadeespanto.

Yoempiezoporecharmeunabotelladeaguamineralporlacabeza,paraintentarquitarmelacapadepolvoblanco.Después,unapelirrojamuyguapacontrajedelaCruzRojamelimpialacaraymelavalosojos.Ledoylasgracias.

—Tiene que llevar puestas las gafas y lamáscara todo el rato, ¿sabe?Me handicho que mañana recibiremos modelos más seguros. Nos preocupa mucho latoxicidaddeloquepuedanestarrespirandoahídentro.

Sentado,conelrostroentrelasmanosdelaenfermera,sientocómomeinvadeelcansancio. Ellame pone ocho gotas en cada ojo. Los cierro yme cuesta volver aabrirlos.

—Creoquevoyaecharmeunrato…Arrastrolospieshastalasalacontigua,mesientoenlaprimeracama,medesato

las botas, me las quito, me tumbo. Al lado hay un grandullón rubio y con bigoteroncandosuavemente.Enelantebrazo,conrotulador,sehaescritosunombreyhapuesto:«Encasodeaccidente,avisenaKathy»,seguidodeunnúmerodeteléfono.

Laprimeraimagenquemevienealamentealcerrarlosojosesaquellamanodemujer, con anillos en los dedos y las uñas pintadas. Un tío me dijo que tambiénhabíanencontradounacabezadecapitada,perodehombre,intacta,sinningúncuerpocerca.

Cuandoelruidodeunosmueblesquealguienarrastramedespierta,brillaunsolresplandeciente. Ami alrededor hay un grupo de jóvenes con camisetas amarillascolocandomesasydeshaciendocajas.Enlaespaldayenelpecho,conletrasblancas,pone:IGLESIADELACIENCIOLOGÍA.


—¿Quiereotropardecalcetines?Tenemosmontones,noseprive.¿Quierecomeralgo?

—No,gracias.Encambio,situvieranalgunacamisetademitalla…Mecambioyluegomecruzoconelmédicoquemehacosidoenlaentrada.—Pero¿adóndevausted?—Gracias, doctor, pero tengo que volver. Estoy bien, he dormido bien.Nome

duele.Lavendanosehamovido.Ahídebedehabercientosdepersonasatrapadas,enlossótanosyenelaparcamiento.Losbomberosnosnecesitanparaavanzar.Tengoqueir.

Elmédicosuspira.—Quelecambienlagasacadaseishoras.Cuando salgo del edificio todo está diferente y me cuesta trabajo orientarme.

Unosbuldóceresdespejan los escombrosdel solar, que en algunos sitiosyapareceuna avenida. Allanan zonas para que aparquen las máquinas, mientras unas palasmecánicasconbrazoshidráulicosterminadosentenazasatrapanenloaltomontonesqueponenenelsuelo,enlaszonasdespejadas.Losequiposdesalvamento,conpalasyrastrillos,correnaexaminarlos.

Alrededorde lasmáquinas, traselbarullodelasprimerashoras,senotaqueyahayunprincipiodeorganización.Sehanformadoequipos:dosvigías lomáscercaposible del brazo mecánico, para detectar cuerpos o restos humanos. A la menorduda, alertan con gestos o por radio al operario, que lo para todo. Unos diezbomberos y policías con rastrillos, palas o herramientas de jardín escarban acontinuaciónenlosescombros.Loscadáveresdelosbomberossonlosquemejorsehanconservadograciasalaproteccióndesutraje,consunombreinscritoenlapartebajadelaespalda.Siencuentranauno,suscolegasseponenabuscarfrenéticamentealrededor, porque saben que trabajan por equipos e incluso conocen a losdesaparecidos.

Cuandoapareceuncuerpo,todoseparaliza.Locolocanenunacamilla,locubrencon una bandera de barras y estrellas y lo trasladan a una ambulancia entre unaguardia de honor. Todos se quitan el casco y se llevan la mano al corazón. Y encuantoelvehículosealeja,losmotoressevuelvenaencenderyloshombresregresanalmontón.

Meabrocho loscordonesde lasbotasyveoaungrupode ironworkers juntoaunasbotellasdeoxígeno.

—Llegas en buenmomento, necesitamos dos para seccionar. ¿Qué tal se te damanejarlalanza?

Mepasolatardecortandovigassiguiendolasindicacionesdelosbomberos,quenospidenquedespejemoscaminos,abramospasosytúneles.Estallamaazulasietemilgradosesunvolcándomesticadoenminiaturaquepuedecortarcualquiercosa,inclusohormigón.Pero,inclusoasí,avecessenecesitamásdeunahoraparacortar


las vigas de mayor tamaño, y hay que poner el máximo cuidado para que no sederrumbetodo.

Nos dan otras máscaras antipolvo, más grandes y herméticas, y también unoswalkie-talkies.

Sacolanavajayhagounagujeritoenlamáscara,parameterelmicrófonoypoderhablar sin quitármela.Unasmanos anónimashan escrito enhojas depapel o en lamáscara por dentro: «Tenga siempre puesto el respirador». Pese a ello, soy de lospocosquelocumplen,comosilosdemásnofueranconscientesdelatoxicidaddeloquerespiramosocomosinosepreocuparandeeso,obnubiladosporlaurgenciayelafándeencontrarsupervivientes.

Lamarañadeescombros sobreelniveldel sueloes tal,yestá tancompactada,que las probabilidades de que alguien siga vivo son ínfimas, así que nos pasamoshoras despejando las escaleras. Puede que en los sótanos haya supervivientes,agrupadosalaesperadequevayanensuayuda.Pero,porelmomento,nada.Cuandoalguienoyeunruido,cualquiercosaquepuedaparecerunallamadaounaseñal,pidesilencio,peroesenvano.Haydemasiadasmáquinasmoviéndoseanuestroalrededor.

Depronto,trestoquesdesirena:alerta.Riesgodederrumbe,hayqueirse.Apagoelsoplete,lodejoenelsueloysalgopitando.Unapalamecánicahadesplazadounelementoestructural.Todosebamboleayamenazaconcaerse.Eloperadorlovuelveaponerensusitioconprecaución.Unosingenierosseacercaneinspeccionanelárea.Otrasirenanosindicaquepodemosseguirconloqueestábamos.

Con las gafas de soldador casi no me doy cuenta de que cae la tarde. Unosvoluntariosrepartensándwiches,barritasenergéticas,chocolateyaguaencubosconhielo. Entre corte y corte de viga nos tomamos un descanso sentados en barrasmetálicasquenoesténdemasiadocalientes.

VeopasaraAndy.Encimadelmonosehapuestounabrigolargodecachemira,del estilo de los que llevan los banqueros y los brókeres de Wall Street. No hadormidoentodalanoche,yestátancansadoquesetambalea;llevaelsopletecogidoporelmangoconlabocaarrastrandoporelsuelo.

—¡Eh,tú,mohawk!¿Vasdisfrazado?—lesuelto.—¡Cat!¿Quédices?Creíaqueestabasenelhospital,nosabíaencuál.—Mehandadounospuntosaquímismo,enelpuestodelaCruzRoja.Essoloun

corte,nadagrave.Ytú,¿adóndevasconesapinta?—Teníafríoymeservíyomismo,comotodoelmundo,enlatiendadeBrooks

Brothersdeallado.—Meenseñalaetiqueta,quesiguecosidaalamanga—.¿Veselprecio?¡Dosmilochocientosdólares!Esrepugnante,hevistogenteyéndosecargadade ropa…Estoy agotado, no puedomás, voy a buscar un sitio donde dormir. ¿Tevienes?

—Espérame cincominutos. Tengo que terminar de cortar esto. Luego vamos abuscaralgodecomer.


Cuandoacabo,dejolalanzatérmicaaunironworkerquehallegadohaceunpardehorasdesdeFiladelfia.Lospuentesy los túnelesdeManhattan siguencerrados,peroélhaconvencidoaldueñodeunazódiac,enelpuertodeJerseyCity,paraquecruzaraelríoHudson.Sesubieronseisalalancha.Enmediodelrío,losguardacostaslespararon,aunquelosdejaronseguirtrasunbrevecontrol.Hanatracadomuycercade aquí, en un sitio adonde, por lo queme ha dicho, están llegando barcazas parallevarselosescombros.

AlsubirhaciaCanalStreetnoscruzamosconungrupodevoluntarioscontrajedefaena: bomberos, policías, socorristas. En la esquina de una calle, el dueño de unrestaurante ha sacado las mesas a la acera y ha instalado una barbacoa a gas. Seiluminaconlámparasdepetróleoybombillasdesnudasenchufadasaungenerador,yestáasandosalchichasyfiletesdecarnepicadaparahacerhamburguesas.

—Sentaos si tenéis hambre. Comome he quedado sin luz, estoy vaciando lascámaras frigoríficas.Todoesgratis.También tengocervezas frescas,aúnmequedaunpocodehielo.

NossentamosalladodeunospolisyunagentedelFBIdepaisano.Lleganunosbomberos. Uno de ellos le da una palmada en la espalda a Andy y levanta unanubecilladepolvo.

—Muchasgracias,chicos.Sinlosironworkersnopodríamoshacergrancosaahíabajo.Soisindios,¿no?

—Sí,mohawk.—Ah, sí, vosotros sois los que construís los rascacielos. No tenéis vértigo,

¿verdad?—Construimoslosrascacielos,ytambiénloscortamos;poresoestamosaquí.En

cuantoalvértigo,síquetenemos,comocualquiera.UnrepresentantedelsindicatolehaexplicadoaAndyque,apartirdehoy,gracias

aunacuerdoconelayuntamiento,loshotelesdeNuevaYorkvanacobrarcincuentadólarespornoche,conpensióncompleta,a todaslaspersonasqueparticipenenlastareasdesalvamentoenlaZonaCero.

—Estaría bien ir a uno de los grandes hoteles deTimesSquare, pero no tengofuerzas—me dicemi amigo con una sonrisa—.Tampoco haymanera de volver aBrooklyn.Vamosabuscarunhotelporaquícerca,enelWestSide,¿teparece?

Devoramosdos hamburguesas, nos bebemos tres botellas deBud, le damos lasgraciasaldueño.

—Cuando semeacaben las reservas tendréquemarcharme.Me lohadicho lapoli,vanaevacuartodoelbarrio…Peroyovoyapedirpermisoparavolveraabrir.Alguientendráquealimentaros,¿no?Estonosevaaterminarenundíaniendos…

Ala salidade la zonacerradaalpúblico, tras lasbarrerasdelDepartamentodePolicía de Nueva York, el NYPD, a ambos lados de la West Side Highway haycientosdepersonas.Hanvenidoporcuriosidad,cansadosdepasarsehorasviéndoloporlatele,perotambiénparaaplaudiraloscamionesdebomberosyalosvehículos


de auxilio. Algunos han traído banderas, otros han hecho carteles en los que hanescrito cosas comoGRACIAS,DIOSBENDIGAAMÉRICAo LA LIBERTADNO ES GRATIS.Unchicojovenhaescrito:QUEAYUDEAAFGANISTÁN.AUNQUELODUDO.

Unarubiaalta,vestidaconunacamisetadetirantesfluorescente, tiendebotellasde agua a los voluntarios que pasan en la parte de atrás de laspick-ups, pero vandemasiado deprisa para atraparlas. Su compañera, que lleva un pantalón corto decolorrosa,dasaltitos,mandabesosygrita:«¡Soisunoshéroes!».

Segúnpasamos,recibimospalmadasenlaespaldadeagradecimiento.TrescallesporencimadeCanalStreetentramosenelvestíbulodeunSheratonconloscascosylasherramientasfijadosalacintura.Elporteronosdice:

—Bienvenidos.Esunhonorrecibirles.Unavezdentro,unosturistasagrupadosentornoaunasmaletasconruedassenos

quedanmirando.Doschicasjóvenesempiezanaaplaudirylosdemásseañadenalosaplausos.Andylesrespondehaciendoungestoconlamano,peroyonoquitolavistadelsuelohastaquellegamosalmostradorderecepción.

—¿Tienenhabitaciones?Podemoscompartiruna.—Desdeluego,enseguida.Muchasmuchasgraciasporloqueestánhaciendo.Enelascensor,Andymurmura:—Lopeorhasidohaceunrato,cuandohanrecogidolacaradeunamujer.Solola

cara.Lapielyelpelo,sincráneo.Hemiradoparaotrolado,perodemasiadotarde.Yalohabíavisto.

Entramosen la suite; es inmensa.Lasventanasdanalnorte, laZonaCeroestáenfrente.Elzumbidodelasmáquinasylosgeneradoresllenalanocheinclusoconlasventanascerradas.Elpolvoyelhumoinvadenlacalle,casinoseveelotrolado.Mequedounbuenratobajo laducha,ymeenjabono tresveceshastaqueconsigoquedesaparezca el olor que tengo incrustado en la piel. Cuando salgo del baño meencuentroaAndy roncando, tumbadobocabajoyvestidodepies a cabeza, con losbrazosencruz.Lequitolasbotas,meacuestoenlaotracamaymeduermocomountronco.

Porlamañanamedespiertaelruidodelagua.Estemprano,pocomásdelasseis.Estáamaneciendo.

—Andy,¿tienestabaco?—Sí—mecontestaa travésde lapuertadelbaño—.Miraen lamesilla, enmi

saquito.Sírvete,hayunascuantashojas.Apesardelasaturacióndelaslíneastelefónicas,ayerconsiguióllamarasucasa,

aAkwesasne.Ledijeronquehabíanempezado las ceremonias en la casaalargada.Cantaron,bailaronyquemaronhojasdetabacoenrecuerdodelasTorresGemelasyde las víctimas, y también para proteger a los ironworkers. Parece que en la ZonaCero estamos unmontón demohawk de las SeisNaciones, y quemuchosmás sepreparanparavenir.Nuestrospadresconstruyeronesastorres;sonnuestras.Tenemosqueestarahí,enprimerafila,parasufuneral.


CuandoAndytermina,llenolabañerayechoenelaguatreshojasdetabaco,parapurificarmedeloshorroresdeayeryprepararmepara losdehoy.Cierro losojosyentono las primeras palabras de la oración de acción de gracias: OhentenKariwatekwen;nosécómosigue.SonlasenseñanzasdelprofetaSkaniiateriio,delatribuseneca,alquetambiénllamabanHandsomeLake.

Nuncaheseguidomucho lasceremoniasde lacasaalargada,y tampocoesquecrea demasiado en las enseñanzas de Handsome Lake, pero, frente a semejantedesastre,cualquiercosaquereconfortevienebien.Séquemifamiliahaquemadopormílashojasdetabacoquecultivamosenelhuerto.ElhumoquesubealcieloesunaformadeentrarencontactoconelCreador,dedarlelasgraciasypedirleayuda.

Llamanalapuerta.CuandoAndyabre,nohaynadie.Enelsuelo,biendobladas,hay cuatro camisetas blancas, calcetines, dos pares de guantes de trabajo y elNewYork Times. Abro el periódico. En la portada, sobre la foto a toda plana de unironworker levantando un tubo de metal, se lee: «Los equipos de salvamento, enestadodechoque,buscanenellugardelosataques.Seestimaquepodríahabermilesdemuertos.ElFBIreconstruyelosmovimientosdelospiratasdelaire».

Bajamosadesayunar.Aesahora, en la salahaymáspersonalde salvamentoybomberosqueclientes.Lospuntosmetiranunpocodebajodelbrazoizquierdo,asíqueme tomo dos analgésicos. Tendré que pasarme por la CruzRoja para quemecambienlavenda.Comemoscomoauténticosogros.

EnlamesadealladohaydosfuncionariosdelaAgenciaFederaldeGestióndeEmergencias, la FEMA, que se lamentan por la cantidad de voluntarios y dedonacionesquehay.Nosabenquéhacercontanto.

—NoesfácildecirleaalguienquehavenidoenautobúsdesdeCaliforniaquenolonecesitamos,peroayernomequedómásremedioquehacerlo.Yseguroquehoyllegaránmás.Encuantoalascajasdebotas,guantesycalcetines,habráquebuscaradóndemandarlas,haydemasiadas,nuncanecesitaremostanto.VoyahablarconUSAid,seguroqueellospodránenviarloaalgúnsitio,aAméricadelSuroaÁfrica.

NosvamosapieporCanalStreet.EnlaesquinaconlacallePrimera,unapick-upseparaynosdicequesubamos.

Pasamoslabarreradecontrol,mejororganizadaymásestrictaqueeldíaanterior,enseñando nuestras tarjetas plastificadas. El equipamiento se amontona por todaspartes. En una plaza, el fabricante De Walt ha instalado el semirremolque quenormalmente usa para vender generadores, atornilladores y sierras eléctricas alpúblicoqueacudealoscircuitosdecarrerasautomovilísticasNascar.ElDodgenosdejadelanteyyoechounvistazoalasherramientas.

—Pidanloquequieran,señores.Sinolotenemos,lotraeremosdeNewJerseyalolargodeldía.

Enfrente,enlaacera,estándescargandodoscamionetasconelrótulodeCarhartt.Enunasmesasdecampingestáextendidatodalagamadeprendasdetrabajo.AlgomáslejosveounsemirremolquedeMcDonald’s.Unahamburgueseríaenuncamión,


consusmesasysillasplegablesdelante.Porunpanelluminosodesfilanunasletras:GRATISPARAPERSONASCONPERMISODEENTRADAALSURDECANALSTREET.Hacemosunaltoynosmarchamosconunosvasosdecafé.

Alacercarmea laZonaCero,en losmuellesdelHudson,veoquehanalineadomontones de contenedores y camiones frigoríficos.A su alrededor trajina personalmédico,bomberosyagentesconchaquetaazulylassiglasNYPDoFBI.

—Sonlasmorguesparalasvíctimas.Vanatraermás—nosexplicaunpolicía—.Hanencargadomilesdebolsasnegrasparacadáveres…

Cuando llego delante delmontónme siento tan desamparado como la víspera.Siguesaliendohumoportodaspartes,ycadavezqueunapalamecánicalevantaalgoparecealimentarconoxígenolosfuegossubterráneos.¿Supervivientes?¿Cómovaasobrevivirnadieahíabajo?¿Pordóndeempezar?¿Quéhayquehacer?

Un capataz del gigante neoyorquino de obras públicas Bovis nos cuenta que,aunque la tareaes tan ingentecomoayer,hoyyasehanadoptadomedidasysehaorganizadounpocoeltrabajo.Aunqueestosealatumbademilesdepersonas,«másdeloquecualquieradenosotrosescapazdesoportar»,comohadichoelalcaldedeNuevaYork,RudyGiuliani,sevaatratarlaZonaCerocomosifueraunterrenodedemolicióndeseishectáreasdeextensión.

Sehadivididoencuatropartes,ysehaconfiadocadaunadeellasaunaempresadeconstrucciónneoyorquina.Cadaunavaatraersumaterialeinstalarloensuparte.Cuando se hayan inspeccionado los escombros en busca de cadáveres o de restoshumanos,loscargaránencamionesquelostransportaránalasbarcazasamarradasenel Hudson. Desde allí cruzarán el puerto con destino a Fresh Kills, un antiguovertederopúblico,enStatenIsland,quesehareabiertoparadejarallílosrestosdelasTorresGemelas.

Losencargadosdedirigir lasoperacionesdesalvamentoson losbomberos,quetienenequipospor todaspartesysupervisan lasobrasenbuscadesupervivientesoparaencontrarcadáveres.Entreseisydiezbomberosvigilancadamáquina.

—Vosotrosestáis aquíparaayudarlosaabrir camino.Cortad loqueosmandensinrechistar.Procuradnomirarmuchocuandoresultedemasiadoduro—nosdiceeljefedeequipo—.Paralacontratación,elNewYorkCityIronworkers,Local40,tienelaexclusiva.Todopasaporahí.Dentrodepocotendréisnuevastarjetasdeacceso,yaosinformaré.

Uncapitándebomberosnospidequenosmontemosenunacestasuspendidaenelcabledeunagrúaysubamosaunaalturadeveintemetrosparacortarydejarcaeruntrozodefachadaqueamenazaconderrumbarsesobreunpuntoenelqueseafananunastreintapersonas.

Connuestras botellas de acetileno y nuestros sopletes,Andyy yo volamos porencimadelmagma.Elhumoes tandensoque, inclusocon lasnuevasmáscaras,esimposiblerespirar.


—Bájennos, esto no hay quien lo aguante. No se ve nada y nos ahogamos.Necesitamosmáscarasdeoxígeno.

Los bomberos, alertados, nos están esperando. Nos ponen en la espalda unabombona de oxígeno y máscaras integrales en la cara. Uno de ellos se sube connosotrosen lacesta,paraenseñarnosausarlasyasegurarsedeque todovayabien.Así,equipadoscomoastronautas,subimossobre las ruinas.Hanevacuadoelsectorque está a nuestros pies. Envueltos en el calor de unos altos hornos, cortamos lafachada en pedazos que caen pesadamente y levantan nubes de polvo. Cuando lasbombonasdeoxígenoestáncasivacías,elbomberonosdaunapalmadaenelhombroynoshaceungestoparaqueparemos.

Avisapor radioalpilotode lagrúay,enpocossegundos,nosdejaenel suelo.Estoyextenuado,deshidratado,asfixiado.

—Gracias, muchachos —dice el jefe de equipo de los bomberos—. Doscompañerosvuestrosvanarelevaros.Idadescansar.

Me bebo de un trago una botella de agua mineral y, de otro, una de bebidaenergética.Salimosdelmontónenbuscadeunsitiodondedescansarounassillasenlas que desplomarnos cuando oímos un clamor, justo delante de nosotros. Alacercarnosvemosunacamillanaranjay,sobreella,aunpolicíadeuniforme,blancode polvo, que pasa de mano en mano por encima de las cabezas sonrientes delpersonaldesalvamentoendirecciónaunaambulanciaqueleesperaconlaspuertasabiertas.

—¡Hemossacadoauno!¡Esunpolicía!¡Estávivo,estávivo!Policíasybomberossaltandealegría,seabrazanyaplauden.Losdemáslanzanal

aire sus cascos de trabajo, dan palmas, gritan, silban y vocean: «¡América!¡América!».

—Leencontraronayer,sesalvóporqueestabaenelhuecodeunascensorcuandotodosevinoabajo.Unsoldado leoyógritar—relataun tenientedeNewJersey—.Estaba enterrado hasta el pecho, con las piernas atrapadas. Nos hemos pasado lanocheexcavandosinparar,cortandoasualrededoryhaciéndolehablartodoelratoparaquenosenosfuera.Hablabadesufamiliaydesushijos;tienecuatro.Antesdequeamaneciera, losmédicosdijeronquetalvezhubieraqueamputarleparasacarledeahí,peronosotrosnosnegamos.Abasedecavarhemosconseguidoenvolverleenuna red de plástico y subirle. Tiene muchos huesos rotos, pero saldrá de esta. Sellama McLoughlin, John McLoughlin, y trabaja en la comisaría de la AutoridadPortuaria.

Ungrupitosonrientesehaacercadoal tenienteparaoír lahistoria.Al final,uncapitándebomberosdeNewHaven,reciénllegadoajuzgarporlolimpioquetieneeluniforme, le estrecha lamanoy luego leabraza, lepalmea laespaldacon fuerzayexclama:

—Habéisencontradouno,¡podemosencontrarmás!¡Vamosaencontrarmás!


5

Kahnawake(Canadá)Juniode1886

El jefe del consejo de Kahnawake en 1886, John Farber, vio cómo construían unpuente sobreelSanLorenzo.Lo recuerdamuybien.Fuehaceveinticincoaños.Elgran puente Victoria, la primera gran obra que cruzó el río en el país, a diezkilómetrosaguasabajodelareserva.Unamaravillaytodounacontecimiento:medíatreskilómetros,elmáslargodelmundo;unaestructuradehierroforjadoimportadade Inglaterra y posada sobre veinticuatro espolones de piedramaciza en forma deproadebarcopararesistirlacorrienteylascrecidas,ypararomperelhielo.

Paralosmohawk,cuyaexistenciaestáligadaalagranvíafluvial,bajarelríoypasarbajosusarcosdemetalsimbolizabalallegadadeunanuevaera.Loobservabancon una mezcla de admiración y miedo. El puente era la puerta a un tiempodesconocido,supresenciaimplicabaquetalvezsumundofueraatambalearseyqueibanatenerquevolveraadaptarse.ElpuenteVictoriaanunciabaelfindelosbarcosde transporte, la desaparición de las almadías, la victoria de la rueda sobre lamaderada,launificacióndelpaís,elferrocarril,elacortamientodelasdistancias,laindustrialización,eltriunfodeunasociedadblanca,extrañay,vistadesdelaorilla,enKahnawake,siempreamenazante.

Supadre,RonaldFarber,gerentedelacanteraquesufamiliahabíahoradadoenla roca, firmó un jugoso contrato para suministrar a la Canadian Trunk Railroadcientosdetoneladasdepiedraparaconstruirlospilaresdelpuente.ContrataronaunmontóndehombresdeKahnawakedurantemásdetresaños,quetallaronlaspiedrasy las transportaronenbarcazasa remoyavela.Presidió laceremonia inauguralelpríncipe de Gales, que llegó de Londres en representación de su madre, la reinaVictoria. Los gancheros mohawk hicieron en el río una demostración de fuerza ydestreza,ataviadosconsusmejoresgalasypinturasdeguerra.

—Así que, señores, si lo he entendido bien —dice John Farber a los tresrepresentantesdeDominionBridgeCompany,alosquehahechopasarasudespachodelacasacomunal—,loquequierenesconstruirotropuenteVictoria.¿Esqueconunonobasta?

—En cierto sentido, no, gran jefe—contesta James Ruppert, el ingeniero. Esinglés,sepeinaconrayaaunladoyesfamosoenvariospaísesyautordedosobras


destacadasenelNuevoMundo—.Debidoalaexpansióndelferrocarrilenelpaís,suimportancia para la constitución de un estado federal y el aumento del tráfico, elVictoriayaestásaturado.LaCanadianPacificRailroad,cuyoobjetivoesenlazarlosGrandes Lagos canadienses y estadounidenses con la costa atlántica, nos haencargado laconstruccióndeunnuevopuente.Lohemosestudiado,y laubicaciónmásapropiadavadeKahnawakealaisladeMontreal.Antesdenadaqueremos,porsupuesto,contarconlaconformidaddelgranpueblomohawk.

LouisJolicoeur,directoradjuntodelaDominion,prosigueensumalinglés:—La llegada del puente a la reserva supone, no pretendemos ocultarlo, que

tendremos que usar tierras que se perderán para el cultivo, la madera o la caza.Estamosdispuestosacompensarlesconunpreciojusto.Ylepodemosgarantizarque,al igual que sucedió en su momento con el puente Victoria, serán muchos loshombresdesutribuqueaccederánaunempleo,ypercibiránlamejorpagaqueexisteenlaactualidad.

Jules Laflèche, con un gran mostacho rubio, corbata negra y sombrero derbysobre las rodillas, es el futuro jefe de obra. En 1858 trabajó como aprendiz en elpuenteVictoriayaúnrecuerdaunaspocaspalabrasdemohawk,aprendidascuandosupervisabadesdeelmuelleeltransportedelaspiedrastalladas.

—CuandolleguéaCanadáyempecéatrabajarenelpuenteVictoria,yoerajovenyveníadeEuropa.EstuvedosañosconstruyendolospilaresdelpuenteconalbañilesllegadosdeItalia,EstadosUnidosytodaslasprovinciasdelestedeCanadá.Perosinel trabajo,elvalory lacolaboracióndesucomunidadnolohabríamosconseguido.Me alegro de que se vuelva a presentar la ocasión de colaborar, porque estoyconvencido de que ustedes entenderán que el gran pueblo mohawk saldrá muybeneficiadoconlaconstruccióndeestenuevopuente.

Saca de un tubo de cartón unos planos que, extendidos sobre lamesa de JohnFarber,muestranunaobramajestuosa:unacelosíadevigasdeacerosobrepilaresdepiedra,condosarcosmásampliosenelcentroparaelpasodebarcosgrandes.

—Creemosquelasobrasduraránalmenostresañosyhabrátrabajoparacientosdesushombres—diceLouisJolicoeur—.ElpresupuestoestáaprobadoyelgobiernodeCanadáparticipamayoritariamente.Esunaobrafundamentalparaeldesarrollodenuestraprovinciaydelpaís.Necesitamosunarespuestaconbastanteceleridad,comosepuedeimaginar…

El jefeda lavueltaa lamesa,seacercaelplanoa losojos, lovuelveadejarypasa un dedo por la orilla derecha, donde están dibujadas las primeras casas de lareserva.

—He entendido el proyecto, señores. Estoy a favor. Los puentes sobre el SanLorenzo son el futuro. Van a transformar la vida de los mohawk de Kahnawake.Oponerseseríadelocos,ysacarlepartido,desabios,puesesmejorevolucionarconeste cambio que esperar a que nos arrastre. Sin embargo, he de consultarlo con elconsejo.Soyjefe,perotengoquerendircuentas.Vamosareunirnos;¿podríanustedes


enviarnosa alguienquecomparezcaante los ancianosy respondaa suspreguntas?Prontolesharésabercuándo.

—Naturalmente—respondeJolicoeur—.ElseñorRuppertestáasudisposición.Tenemos laoficinaenMontreal,demodoquepuedeveniryhablar conel consejocuando mejor les convenga. Podemos dejarle el plano y los croquis del puenteindicandoellugardondehemospensadoconstruirloparaqueveancómovaaafectara sus tierras. Diga a los ancianos que, hasta cierto punto, esto se puede cambiarteniendoencuentasuopiniónysugerencias.Estegranproyectosoloesposibleconsuapoyoyaprobación.Haremos todo loqueestéennuestramanopara llegaraunacuerdo.

Lostresblancosselevantan,cogenlosplanos,losvuelvenaintroducireneltubodecartón,estrechansonrienteslamanodeljefeindio,seponenelsombrero,saludana los presentes y se suben al carruaje que los está esperando ante la casa comunalparallevarlosdevueltaalembarcadero.

En el umbral de la puerta, John Farber los ve alejarse y le pide a Lucy, sucolaboradora,queenvíeemisariosporlareservaparaquelosmiembrosdelconsejodeancianossereúnanconélenlacasaalargadaesamismatarde.Pocodespués,unosniñosconcartasenlamanosalenalacarrerahacialacallemayor.

Alcaerlatarde,enlachimeneaardeunfuegodecarpeyabedul.Nohacefresco,asíquenoesrealmentenecesario,peroanadielecabeenlacabezaqueunareunióndelconsejopuedacelebrarseconelhogarapagado.Nuevehombresycuatromujeres,elmás jovende todosde cuarentay cinco años, están sentados en círculo enunosgrandessillonesdemadera.Loshanelegidolossuyos,yrepresentanalostresclanesdeKahnawake:eldelOso,eldelaTortugayeldelLobo.Elcroquispasademanoenmano.JohnFarbercomentalaubicacióndelpuenteycómoafectaráalastierrasdelareserva, las perspectivas de empleo, la paga para los hombres del pueblo y lacompensaciónquecabeesperarparalatribu.

—Hace mucho, durante más de un año, estuve cruzando material para laconstruccióndelpuenteVictoria.Fueunbuen trabajo,estuvobienpagado,peroenestaocasiónnuestrosbarcosvanadejardetenerutilidad—diceunodelosancianos—.Si lasmercancíasy lospasajeros cruzandirectamente elGranRío sinparar ennuestropueblo,¿quévaaserdelospilotos,lastripulacionesylospeones?

—Es cierto —responde el jefe—, pero hay que tener en cuenta que, si lesnegamoselderechodequeelnuevopuentepasepornuestrastierras,¿creéisquelosblancos renunciarán al proyecto?No. Lo harán en otro sitio, río abajo, en Sainte-Catherineoenotrolugar,ylohabremosperdidotodo.Podéisestarsegurosdequeenlos próximos años el ferrocarril atravesará el San Lorenzo, y por varios sitios. Yluegovendránlascarreteras.¿HabéisvistopasarporelcaminodeChateaugayesoscochesamotorquenonecesitancaballosyescupenhumo?Cadadíahabrámás.Yanovivimosdelacazaydeltransportedepielesparalosfranceses.DentrodepocolamaderadabajaráaQuebecenvagones,noporelrío.Creoquetenemosqueaceptar


ese puente y tratar de sacarle provecho, como hicieron nuestros antepasadoscomerciandoconlosprimerosblancosvenidosdeEuropa,enlugardelucharcontraellos. De lo contrario nos barrerán, transformarán nuestras reservas en morideros,comosucedeenelOestedeEstadosUnidos,comobiensabéis.El ingeniero inglésquehadibujadolosplanosaceptaunencuentroconelconsejo.¿Quéopináis?

Cuatro días después, a primera hora de la tarde, James Ruppert arriba aKahnawake.Alpoco,acompañadoporunintérprete,llegaalacasacomunal,dondelosmiembrosdelconsejoleesperansentadosentornoaunamesaenlagransala.Elingenierosequitaelsombrero,vacila,nosabesitienequeestrecharmanosoesperaraqueleindiquenenquésillasentarse.Lehanacogidoconunmurmulloque,aunquenoentiendaniunapalabrademohawk,lehaparecidodesaprobatorio.

—¿Pasaalgo?—preguntatrasdosinterminablesminutosdesilencioaDenis,suintérprete, un mestizo nacido en la reserva hace más de treinta años, de madremohawk,peroquesemarchódeniñoydesdeentonceshavividoenMontrealconlafamiliadesupadreangloparlante.

—Todavíanolosé…Espere.Trasintercambiarunaspalabras,sevuelvehaciaelingenieroconunasonrisa.—Veráusted, loque sucede esque…cómodecirlo…Aalgunosmiembrosdel

consejolesparecequeesustedalgojovenparatratarconellosunproyectodetantaenvergadura. Piensan que quizá los responsables del puente, losmayores en ciertomodo,sehanquedadoenMontrealparanotomarselamolestiadevenirahablarconunos indios; aquí se concede más importancia a la edad y la experiencia que enMontreal.Amásdeunocasilepareceofensivo.Perdonequetengaquehacerleestapregunta,pero¿quéedadtieneusted?

James Ruppert, reprimiendo una sonrisa, hace un gesto de negación con lacabeza.

—Porfavor,señalealoshonorablesmiembrosdelconsejoquetengocanasenlassienes. Tengo cuarenta y dos años, cumpliré pronto cuarenta y tres. En Inglaterratengodoshijos,yelterceroestáencamino.EnGaleshayunpuente,quehediseñadoyo, cuya arquitectura se admira en todo el mundo. Para venir a su gran país herechazadopropuestasmuyjugosasenAustralia,dondehaytantasgrandesobrasporconstruir. Puedo garantizar a losmiembros de esta asamblea que soy digno de suconfianza, y que si los jefes de laDominionBridgeCompanyme han enviado esporquehediseñadolosplanosqueestánsobrelamesa,yestimanquesoylapersonamásindicadaparapresentarelproyecto.Lejosdeserunaofensa,puedenconsiderarmipresenciaaquícomounhonorquenoseconcedeatodosnuestrosinterlocutores.

Elingenierosecruzadebrazos,frunceelceñoysereclinaenelrespaldodesuasientobuscandolamiradadelosmásviejos.Latraduccióndesudiscursoserecibecongestosdeasentimientoymurmullosdeaprobación.Loprimeroquelepreguntanescuántasuperficiedetierraocuparíaelpuenteenlareserva.Luegosiguen:«¿Cómo


enlazaráconlaestacióndeKahnawake?»,«¿Quépasaráconlastierrassobrelasquepuedequepaselavíaférrea?»,«¿Cómosecalcularánlasindemnizaciones?».

Cuandolosmiembrosdelconsejopreguntancuántoshombrespodríancontarconun empleo, para qué tareas, durante cuánto tiempo y con qué paga, el ingenieroentiende que la partida está ganada.Dosmiembros del consejomantienen hasta elfinalunaexpresiónadusta,perolosdemásasienten,sepasanlosplanosyhablandecómorepartirdeformaigualitarialosempleos,oelusoquesepodrádaralacantidadqueseentreguea la tribu.Trasestrechar respetuosamente lamanode losancianos,sinhaberfirmadoningúndocumento,JamesRuppertsevuelveencanoaaMontrealportandobuenasnoticias.

Lasobrascomienzanaprincipiosdeagosto.Primeroenlaorillaizquierda,cercadel pueblo de Lachine. Montones de albañiles procedentes de todo el país, deAméricaydeEuropa,empiezanaalzarlospilaresmonumentalesconpiedrastalladasenKahnawakeyotrasdoscanterassituadasríoabajo.Hayqueapresurarseporqueelinviernoseacerca.

Unoscuarentamohawk,algunos llegadosdeotrasreservas,cortanen lacanteralosbloquesdepiedra,yotrostantosseocupandetransportarlosenbarcazashastaelotro lado. Para finales de otoño, los dos primeros pilares parten ya la corriente.Amediadosdediciembreelríoempiezaaarrastrarbloquesdehielo.Lanavegaciónseva haciendomás difícil y, a finales demes, el San Lorenzo se inmoviliza bajo sumáscara blanca. Hace tanto frío, con temperaturas que alcanzan los treinta gradosbajocero,quedespuésdeNavidadsedetienenlasobras.Seretomanenfebrero.Laempresa ofrece una prima a los valientes que acepten trabajar con los bloques depiedraenesascondiciones.

Pese a ponerse guantes de lana debajo de los de piel, los dedos se hielan, losrostrosseagrietan, los labiossecortany losdedosde lospiesduelendentrode lasbotas.Cadaveintemetroshaybidonesmetálicosconvertidosenbraseros,dondeseagrupanlostrabajadoresentretareaytareaparaentrarencalor.Elvientobajaporellechodelríodesdelaszonaspolaresyatraviesacomouncuchillolascapasderopasuperpuestas.

Conprendasdepielvuelta,pieldeosonegroycueroquelehancosidosumadrey sus tías, Manish Rochelle está mejor equipado que los albañiles a los que vetrabajar.Cadamañana,alsalirelsol,eljovenseponesusbotasdepieldenutria,secalzasusraquetasdemaderaytendonesdeciervoy,trascruzarenmenosdemediahoraelgranríohelado,llegaalasobrasdelpuente,queaúnnotienenombre.

El verano anterior, pese a las reticencias de su padre, que quería que para latemporadadeveranolecontratarandegrumeteenunvapor,fueunodelosprimerosjóvenesdeKahnawakequeseofrecióvoluntarioparatransportarlaspiedrastalladas.No le gustaba el trabajo en la cantera, demasiado sucioyduro, y prefería entregarmateriales para la obra, sobre todo a veinticinco centavos la hora.En la reserva, einclusoenMontreal,condieciochoañosnopodríaencontrarmejorpaga.Lasidasy


venidas entre lasdosorillas terminaronconel invierno,pero ahí estáManish cadamañanaalcomienzodelajornada.Sehadadocuentadequelosalbañiles,capatacese ingenieros siemprenecesitanmanodeobrapara llevarherramientas,preparar loshuecos,acarrearvigasymaderos,oirabuscaralaorillaalgoolvidado.JuntoconsuamigoRobert, que también tiene dieciocho años, y debido a que habla inglés y sedesenvuelveenfrancés,Manishsehahechoindispensable.

Unodeloscapataces,unquebequéscuyospadresllegarondeFranciacincuentaañosantes,lehatomadobajosuprotecciónyseempeñaenconvenceraljefedeobradeque,aunquelasentregasdepiedranosehayanretomadoaún,necesitaaesepardejóvenesmohawkyquieremantenerlosenlalistadepagas.

Afinalesdemarzoseanunciaeldeshielo.Lasuperficiedelríonoeslobastantesegura para cruzarla con raquetas, pero el agua tampoco está como para sacar lascanoas.ManishyRobertnopuedenllegaralaorillaopuesta,dondelaconstrucciónde los pilares avanza a buen ritmo. Todos los años por esas fechasKahnawake sequedaunassemanasaisladodeMontreal.

Deciden irdecaza:una semanaenelbosque,haciaelnorte, a lo largodel río.Ponen trampas de lazo, disparan a las perdices blancas con la carabina, intentanalcanzarconflechasalasliebresdelasnievessinconseguirlo.Duermenenrefugiosdecazatradicionales,tresnochesacurrucadosunocontraotrobajolatiendadepieles,como cuando eran pequeños. En la inmensidad blanca, ciervos, corzos, perdices yzorros dejan huellas que se aprecian de un solo vistazo. Pero sorprender a losanimalesenelsilenciodelinvierno,cuandohastaelmenorruidocorredeslizándoseporlanievecomoondasporelagua,esotrocantar.

Cuandovuelvenalpueblomuertosdehambre,conlasmanoscasivacías,venquealgo ha cambiado en las obras. Está demasiado lejos, no lo distinguen bien, peroparecequelasestructurasempiezanaelevarsesobreelprimerpilar.

Todos los días van a la orilla, palpan con el pie la superficie que se derrite yobservanenlacorrienteladerivadelosbloquesdehielo,quesedesmiganamedidaque suben las temperaturas. Una mañana, pese a las amonestaciones de lospescadoresmás viejos sentados en el embarcadero, que les avisan del peligro quetienen los bloques grandes de hielo, los muchachos echan al agua una canoa demadera y corteza de abedul fabricada por el padre de Robert, constructor deembarcaciones demucha fama. Pasan zigzagueando entre los bloques de hielo, enalgunossitiosrompenlacapablancaconlosremos,sedeslizancuandohayrápidosyremontanlacorriente.

—¡Mike!¡Robert!¡Poraquí,chicos!CharlesDubois,elcapatazfrancés,estádepiesobrelavigadehierroqueunelos

dosprimerospilares.Sehaquitadoelgorroylousacomounbanderínparaatraerlaatención de los dos remeros. Los ha visto acercarse desde lejos, y le intriga esaprimeracanoadelaño.


Cercadel solar enobraselhieloes todavíademasiadogrueso,demodoque sedejan ir a la deriva a lo largo de doscientos metros y tocan tierra río abajo. Trascaminardiezminutosporlaorilla,dondeelbarropocoapocoestásustituyendoalanieve,lleganalpiedeunodelospilaresdelpuente.

—¡Esperad,quevoy!—gritaDubois,mientrasbajaporelandamiodemaderos—. Hola, chicos, me alegro de veros. Si habéis conseguido cruzar, significa quedentrodepocosereanudarálaentregadepiedras.Yavasiendohora,porqueporesteladonohaynada,esimposiblerecibirnada.¿PodréisirhoyaveralseñorFarberypreguntarle cuándo cree que podrá volver a mandar suministros? ¿La cantera estáfuncionando?Tambiénnosfaltanpalos.

Sobresuscabezashayunosdiezobrerosque,enequilibriosobrelasestructurasmetálicasodesdelasplataformasprovisionalesdemadera,fijanvigasylarguerosdehierro.Después,dandofuertesgolpescon lamaza,metenremachesal rojovivoenlosagujerosprevistosenlaspiezasmetálicasyasíquedanfijadas.

—Ya lo veis, hemos empezado a ensamblar las estructuras metálicas —diceDubois—. Al menos, de eso sí tenemos. La fundición está en esta orilla, a cincokilómetros.

Enlaorillahanconstruidounagrúademaderaalaquellaman«Derrick».Cuatrocaballosdetiroenganchadosaunsistemadecuerdasypoleaslevantanysubenporlosaireslasvigasdemetalnegro,quelosobrerosatrapan,guíanhastasusitioyluegofijan.Enloalto,sobrelasplataformas,haypequeñosbraserosdecarbónvegetalquehumeanhaciaelcieloazul.

—Jefe, ¿para qué tienen fuego ahí arriba? ¿Es para calentarse? —preguntaManish.

—No, es porque las piezasdehierro seunen conunos remaches, los roblones,quetienenquecaberenlosagujerosquevienenyahechosdelafundición.Hayquecalentarlosroblonesalrojovivoparaqueseanmaleablesyentrenagolpes.Cuandoseenfrían, lafijaciónesmuysólida.Nohaynadamejor.Por loquehe leídoenunperiódico,elañoquevienesevaausarestamismatécnicaparaconstruirunatorredehierrodetrescientosmetrosenFrancia,enelcentrodeParís.Siqueréis,podéissubiraverlo.

Charles Dubois los acompaña hasta el andamio y explica a los sorprendidoscarpinteros que esos indios vestidos con pieles están autorizados a escalar por lospalosparasubiraloaltodelospilaresdepiedra.Endiezsegundos,losmohawkhanbrincado por las vigas, escalado por las viguetas y se pasean por uno de los dosespolonesdepiedra tallada.Seisobreros,muyocupadosenfijarunavigadehierroperpendicularmenteaotra,apenaslosven.Conunfuelle,unaprendizavivaelfuegodelcarbónvegetalenlapequeñaforjaportátil.Rebuscandoenlasbrasas,unhombrebajitoymoreno,conlacaraennegrecida,atrapaconunaspinzasdemangolargounroblón, loobserva, ledavueltas, lovuelveaponerenlasbrasasycogeotroqueleparecequeestámásapunto.Congestoprecisoselolanzaaunobreroqueestáatres


metros,depie,enequilibrioen la interseccióndedosvigas,que loatrapaalvueloconunconometálicoquellevafijadoenlamanoderecha.Lodejacaeralfondo,lorecogeconunapinzaylositúadelantedelagujero.Deinmediato,uncolosoconunamelenarubiaquelecaehastaloshombros,bigotedevikingo,manazasdegiganteybrazoscomopiernas,voltealamazadeseiskilosypegaungolpesecoenlacabezadelroblón,quesehundehastalamitad.Trasotrostresmazazosyasolosobresalelacabeza,queremataacontinuaciónconunmartilloquellevacolgadodelcinturón.Elrojovivodelacabezadelroblónempiezaapasaralnaranja.

—¿Quédiabloshacenahíesepardesalvajes?—preguntaenfrancés,confuerteacento quebequés. Como nadie contesta y los adolescentes se quedan mirando alsuelo,losechaconungesto.

ManishyRobertbajanysepasanlatardeenlaorillaobservandoelballetdelosremachadores.Encuantofijandosvigas,losobreroslasrecorrencomoequilibristas,con paso seguro y rápido.A ellos les recuerda la forma en que sus padres, tíos yprimos semuevenpor los armazones demadera, en lo alto de las casas alargadas,cuandolatribusejuntaparaconstruirunanueva.

Tambiénlesmaravillaladestrezadelquelanzaydelquerecibelosroblones.Esunpococomoenlospartidosdelacrosse,esejuegoindioancestral,yconfrecuenciabrutal, donde dos equipos se pasan y disputan una pelota atrapándola con un palolargoencuyoextremollevafijadaunared.LosdosadolescentessecuentanentrelosmejoresjugadoresdeKahnawake.

—CasitodoslosqueandanporahíarribasonmarinerosvenidosdelacostaodeEuropa:bretones,vascos,nórdicos—lescuentaCharlesDubois—.Estánhabituadosa trabajar en las alturas, entre mástiles y cordajes. Aunque no todos. Tambiéntenemosvariosmontrealesesquesemanejanmuybien.Bueno,yoyahe terminadoporhoy.Llevadmirecadoalacanterayvamosaversiestedichosoríosedeshielapronto.Tenedcuidadoalvolver.¡Adiós!

Losdíassiguientes,ManishyRobert,avecesconotroschicosdelatribu,pasanalaorillaizquierdaencuantoelSanLorenzoselopermiteparavercómoavanzanlasobrasycómosemueven loscarpinterosdelhierro.Cuandoelhielo seha fundido,aunque no lo bastante para que las barcazas cargadas de piedras talladas puedanvolver a cruzar, los contratan de peones para llevar carretillas, transportarherramientasosuministrosyayudaradesplazarlasvigasmetálicasconpoleas.

—Heestadohablandoconunodelosremachadores—diceManishunamañana—.Lespaganlahoraacincuentacentavos;eslamejorpagadelaobra,sincontaralos capataces.Me dijo que un primo suyo se ha venido desde Chicago. Como nosabía nada de este trabajo, le ha enseñado cómo se hace y en pocos días haconseguidoapañarse.

Dossemanasdespués,losbloquesdepiedrastalladasqueseamontonabanenlaorilla, del lado de Kahnawake, se pueden volver a cargar en las barcazas. El SanLorenzosiguellevandobloquesdehielo,perosepuedensortear.Ellosuponeparalos


hombresdelareservaelregresoalaobra,eltrayectoenbarcoentrelacanteraylaorilla.Losespolonesdepiedranotardaránenestar terminadosenlaorilladerecha.Lasestructurasmetálicasavanzansobrelasaguas.

Muchos, como Manish y Robert, se quedan embobados mirando a losremachadores. Los muchachos se lo han contado a los mejores carpinteros de lareserva,losconstructoresdelascasasalargadas,inclusoalosquenotrabajanparalaDominion Bridge Company, y se han acercado en canoa para observar su ballet.Aplauden el lanzamiento de roblones, admiran la destreza de los obreros, suseguridad en las alturas, e intentan entender cómo funcionan los nuevos martillosneumáticos,queacabandellegarparasustituirlamazaalahorademeterensusitiolosroblonesalrojoentreunruidoensordecedor.

Cuantomásavanzansobreelagua,másayudanecesitanlosmontadoresdeacero;con losaprendicesyanoes suficiente.Hayque llevarles roblones, agua,cervezayherramientas.ElcapataznohaempezadonisiquieraabuscarcuandoManish,Robertyotrosdosmohawkmayoresqueellosseofrecenvoluntarios.Lapaganoesmejorqueenlasbarcazas,peroasíestaránenelpuente.Alprincipio,losremachadoreslosacogen con frialdad. Esos indios, ¿hablan francés o inglés? ¿Se puede confiar enellos?

CharlesDuboislosavala:—Sinodan la talla,osprometoque iréabuscargenteaMontreal.Dadlesuna

oportunidad.Esmuypráctico,porquevivenjustoenfrenteyconocenelríoylazonacomolapalmadesumano.

Ofrecea los recién llegadosunasbotasdepielcomo lasque llevan todosen laobra,reteniéndolessucostedelaprimerapaga.

—Jefe,sinoleimporta,nosquedamosconnuestrosmocasines—diceManish—.Estamosacostumbradosaellos.Sinonosvanbien,siempreestaremosa tiempodecambiar.

Laprimeramañanadecidenquelosaprendicessequedaránenlasplataformasdemadera,arriba,paraqueseconcentrenenlosbraseros,quetendránquealimentaryorear permanentemente. Queda a cargo de los indios llevar los roblones y lasherramientasquepuedannecesitarloscarpinteros.Enelsuelo,Robertllenauncubode veinte kilos de roblones. Sobre la estructura, Manish tira de la cuerda de unapolea,recogeelcargamentoyloreparteendoscubos.Conunoencadamanoparamantener el equilibrio, avanza por la viga con los pies mirando hacia fuera, bienapoyadosenelmetal.Caminaconpasoseguroyrápido,conlamiradaalfrenteylaespalda muy recta. Es consciente de que todo el mundo le mira. En solo unossegundosllegaalaplataforma,viertelosremachesenunacajadehierroyrecogedosbotellasdeaguaqueenvíaabajo,pararellenarlas.NoresultamásdifícilquecruzarríosyarroyossobretroncosdeárbolesenlasAdirondackscuandosaledecaza,másbienalrevés.Cuandoseconstruyeunacasaalargada,losmaderosdearriba,porlos


quehayquedesplazarse todo el día, sonmás finos e irregularesque esasvigasdehierro.

Loscuatroindiosparecenestartancómodosenlasestructurascomolosobrerosmás veteranos. Son rápidos, fiables, incansables, y nunca se les cae nada. CharlesDuboislosmirasonriente.

—¿Hasvisto?Estosmohawk tienen laagilidaddeunacabramontesa—lediceunatardealcapataz—.Melofiguraba.

Lasrelacionesconlosfrancesesylosinglesesvanmejorando.Cambiancervezamontrealesaporpanesdemaíz.Unamañana,unodelosaprendicesnosepresenta,yaseaporenfermedadoporquesehaidoacorrerotrasaventuras.EljeferemachadorlepideaManishquecojaelfuelleyvigilelasbrasas.

—Tienesquemanteneresteladodeaquí,eldeladerecha,afuegovivo,ytenerpreparado a la izquierda un poco de carbón para ir añadiéndolo. Es sencillo. Notoqueslosroblones,deesosmeocupoyo.

Paraelfinaldelasemana,supagacasisehamultiplicadopordos.—Normal,muchacho—lediceelcontableconmangasdelustrinaenlacabaña

construidacon troncosdemadera,al tiempoqueempujahaciaélunmontoncitodemonedas—.YamehadichoDuboisqueahoraeresaprendizremachador.

Cuando las vigas demetal empiezan a estar ensambladas en la orilla derecha,cerca de Kahnawake, unos diez adolescentes esperan cada tarde la marcha de losobrerosparaescalarporlasestructurasydesafiarse.Quiéncruzaráantes,quiénsubirámás,quiénsaltarádeunatraviesaaotrasobrelasaguasnegrasdelrío.

Aalgunoslesentravértigoantesinclusodedarelprimerpasoysebajanatodavelocidadmientraslosdemássemofan.Otros,aunquetambiéntenganvértigo,nolodemuestrany,sinperderlasonrisa,encadenanretos.Unospocos,losmástemerarios,parecen ignorarelpeligroycorrendeun ladoaotrocomosianduvieranpor tierrafirme.Avecesunguardiaintentaecharlosagritos,peronosearriesgaaperseguirlos.

Unamañanademayo,unadelegaciónde laDominionatracaen lareserva.Lospilares de piedra están terminados. James Ruppert y Louis Jolicoeur han ido parapagarlasúltimasfacturasdelacantera,darlasgraciasalospropietariosyasegurarsede que todo vaya bien con los mohawk de Kahnawake. En la casa comunal, elconsejodeancianosestácasialcompleto.Envueltoenpapeldeestraza,Jolicoeurhaportadoundibujodelingenieroconelcortedelpuenteytodassusmedidas,demetroymediodelargoyenmarcadoconmaderadecerezo.

JohnFarberhaencargadoalasmejoresartesanasdelatribuqueconfeccionenuncinturón típico de perlas y conchas, unwampum, en el que han dibujado el perfilestilizadode laobracon lascasasdeKahnawakeaun ladoy,alotro, losprimerosedificiosdeMontreal.

—Nosotros,losiroqueses,señalamosdesdesiemprelosgrandesacontecimientos,los tratados, losacuerdospolíticosycomercialesconotrospueblosconfeccionando


cinturoneswampum—dice el gran jefe—. Reciba este por el nacimiento del granpuentedeferrocarrilsobreelSanLorenzo,enelqueparticipannuestroshombres.

Les espera un festín, y la pipa de la paz pasa de mano en mano. Cuando losvisitantessedisponenamarcharse,unhombreseacercaaJohnFarberyledicealgoaloído.Entoncessevuelvehaciaelingenieroyeldirectoradjunto:

—Señores,tengoalgomásquepedirles.Séquealgunosdenuestrosjóveneshanempezado a trabajar en el puente al lado de sus hombres, fijando el hierro. EnKahnawaketenemosalosmejorescarpinterosdelazona.Sufamaestangrandeque,en ocasiones, otras naciones iroquesas nos piden ayuda para construir casas deestructurascomplejas.Anuestroshombreslesgustaríaaprendersuartedeensamblarelhierroconclavosardientes.¿Podría formaraunospocos?Sinodieran la tallaocrearanproblemas,acudaamí.Perorespondoporellos.

—Gran jefe, tengo que consultarlo con la dirección de la empresa—contestaLouis Jolicoeur—. Pero no veo motivo por el que no pueda hacerse. EstamosesperandounosequiposdemontadoresdeaceroquetienenquevenirdeBoston,perono sabemos por qué no acaban de llegar. Vamos acumulando retrasos. Mientrasvienen, voy a proponer que nuestros hombres enseñen el trabajo a diez de susvalientes.Primerocomoaprendices,averqué tal, luegocomoremachadoressisoncapaces.Siestánalaaltura,todossaldremosbeneficiados.


6

NuevaYorkMarzode1970

A finales de invierno, una mañana de niebla helada, el acero deja de llegar. AlpresentarseJackLaLibertéysuequipoalasseisymediaalpiedelatorreNortesolovendoscamionesenlazonadedescarga,cuandodeberíahaberalmenosdiez.Lasvigasgrandessuelenentrarantesdelamanecer,lasllevanenbarcazasarrastradasporremolcadores desde la orilla de New Jersey. El material que hay ahora da paraempezarlajornadaypocomás.

BillKelly, el capataz,vadandozancadaspordelantede laverjade entrada, sequitaelcasco,lotiraalsueloygritaenelwalkie-talkie:

—¿Quédices?¿Enhuelga? ¡Qué tomaduradepeloesesa!¿Desdecuándo?¿Asantodequé? ¡Seráposible!¿Cuántovaadurar? ¡Aquíno tengoniparaempezar!Conesagilipollezdelaproducciónajustadanomedejantenermaterialdereserva,sopretexto de que no hay sitio. Como esto no se solucione hoy mismo, mañanaestaremosenparotécnico.¡Putosmarineros!

Tras semanas de negociaciones y con un preaviso de dos días, los pilotos deremolcadores del puerto de Nueva York han dejado de trabajar. Piden mejorassalariales y de cobertura sanitaria. Pueden trasladar alguna pieza entrando enManhattan por el túnel Holland, pero está prohibido que las de mayor tamañocirculen por la isla y tienen que cruzar el Hudson en barcazas que atracan en elmuelle13,muycercadelaobra.Sinohayremolcadores,tampocohaybarcazas.

Ensolounashoras,lasobrasdelWorldTradeCenterpuedenquedarparalizadas.PeloRojoKelly se encierra en su barracón y berrea al teléfonomientras las grúaselevanporelairegélidolasúltimasvigasychapasprefabricadasparalossuelos.

Enelpiso30,elvientoquellegadeCanadáporelvalledelHudsoncalahastaloshuesos y enrojece las orejas de los pocos idiotas que se han olvidado el gorro.Aunque dentro de la estructura estén más protegidos del viento que en una obranormal,losironworkerssufrenconelfrío.Noesqueseanfrioleros,puedentrabajardocemeses sin parar con tal de que no llueva, pero con el frío el acero se vuelveresbaladizoypeligroso.Antesdequedenlasdoceyahancolocadovariasvigas,peroluegonosubenadamás.Jackbajaenbuscadenovedades.


—Fatal,estoestáfatal—lediceKelly—.Esoscabronesnosebajandelaburra,ylasempresasdetransportenoaflojan.Estovaparalargo.Idaecharunamanoalossoldadores, ayudadles a terminar los suelos. Hay trabajo para dos o tres días, yaveremosdespués.YovoyallamaraMalcolmLevyalaAutoridadPortuaria,aversipuedemediarconelayuntamientooladireccióndelpuerto.Perolodudo.Laúltimavez,harádiezañosoasí,estodurótressemanas.¡Hayquejoderse!

Levy,jefedeproyectoenlaAutoridadPortuaria,vuelveallamaraldíasiguiente.—Estátodobloqueado.Enelpuertoestoseveíavenirdesdehacemeses,yahora

haestallado.Pero,Bill,elencargadodeconstruiresastorreserestú,asíquehazalgo.Elayuntamientonopuede,noestádentrodesuscompetencias,ylosbarcosnovananavegarenunatemporada.Peronihablardepararlasobras.Buscaunasolución,eseestutrabajo.

—¿Cómo que ese esmi trabajo? Pero ¿tú te crees que soyDios? ¿Que puedohacermilagros? ¿Cómo coño quieres que traiga esas putas vigas?Te recuerdo quecuandoteinsistíparatenerunazonadealmacenamientocercadelsolarmemandastealamierda,túytodosloslistosdelestudio.

Unamañana,alllegaralsolar,mandanalosmetalúrgicosdevueltaacasa.Nosepuede hacer nada: paro técnico. Jack, como todos los mohawk, piensa que no levendríamalsubiralareserva,peroelrepresentantesindicalselodesaconsejaporquecreequelascosaspuedensolucionarseencualquiermomentoyesmejornoalejarsedemasiado.

En la ribera delHudson, PeloRojoKelly observa la otra orilla. Carteret,NewJersey,losdepósitos,losalmacenesdelaKochErectingCompanyestánahí,alotrolado,asoloveintekilómetrosenlínearecta.

—Enlínearecta…Vuelvecorriendoa suoficina, saca laguía telefónicadeConnecticuty llamaa

Stratford,alaUnitedAircraft.Suexcuñado,mecánicodeaviación,llevaquinceañostrabajandoallí,yPeloRojoKellysabedeloquesoncapaces.

—Buenosdías,lellamodelasobrasdelWorldTradeCenter,enNuevaYork.Sí,las nuevas torres gigantes en la punta de Manhattan. Dígame, ¿tienen ustedes unhelicópterodelosgrandes,deesosquellaman«grúadelcielo»?

—¿ElSikorskyS-64Skycrane?Sí,tenemosuno.AhoraestáenSanLuis.Peroselopuedoenviar.

—¿Quécargapuedelevantar?—Dieztoneladas,doceendeterminadascondiciones.—Muybien,resérvemelo,seloconfirmodeaquíaunahora.ElteléfonosuenaeneldespachodeMalcolmLevy.—Malcolm, soy Kelly. He dado con la solución. Vamos a traer el material en

helicóptero.—Pero,Bill,¿estásmajara?¡Sobrevolarlaciudadconvigasgigantesatadasaun

helicóptero!¿Tehasvuelto loco,oqué?No te lovanaautorizar. ¡Yeldineralque


puedecostar!¿Estásdeguasa?¡Esimposible!—Demasiado tarde, ya está hecho.Me has pedido que haga algo para que las

obras no se paren porque ese es mi trabajo, ¿no? Pues ahora apáñatelas tú paraencontrar la pasta y arreglar el papeleo.Lasvigas van a venir volandodesdeNewJersey.

Tresdíasdespués,elmastodontedelcielo,ochotoneladaspintadasdecolorvivo,conunrotorgigantedeseisaspas,seposaenunmuelledelríoHudson.Elpiloto,uncanadiensedeVancouver, está especializadoen incendiosdebosques.Pero lehacegraciaserelprimeroentransportartrozosderascacielosporencimadeManhattany,además, se lo paganmuy bien.Unamañana, al amanecer, despega hacia Carteret.Trasochominutosdevueloseposaeneláreadealmacenamiento,observaelespacio,inspeccionalascargas;asciendedenuevo,semantieneenvueloestacionarioatreintametros sobre lasvigas.El copilotodirige lamaniobradesdeel suelovoceandoporradioyluchandoparamantenerseenpieporlafuerzadelairequelevantanlasaspas.Menosdeunahoradespués,laprimerapiezadechapadesietetoneladasestáfijada.Elmosquetónquelaunealcabletieneunmandoautomático,parasoltarlacargasisurgenproblemas.

El helicóptero sube, el cable se tensa, la pieza se eleva.Vuelo estacionario, seestabiliza. El Sikorsky enfila hacia la estatua de la Libertad.Al principio, todo vabien. El aparato sobrevuela lomás despacio posible las zonas industriales pero, alllegaralagua,alestrechodeKillvanKullqueseparaNewJerseydeStatenIsland,unaborrascaquellegadelmarlogolpeacomounabofetada.Lachapaempiezaadarvueltassobresímismay,empujadaporsupropiopeso,cadavezgiramásrápidoyelcableseretuerce.Elpilotosedacuentadequesuvidayladelrestodelatripulacióncorren peligro, que en unos segundos no habrámanera de controlar la carga y losarrastraráen torbellinoal agua. Intentaunaúltimamaniobra,perono funciona.Nohaybarcosalavista.Accionaelmecanismodeemergencia.

Elaparatobrincaenlasalturas,lapiezametálicagiraysehundeenlasaguasdelpuertoprovocandounaolade espuma.El capitándeun remolcadorque se acerca,acciona la sirenadeniebladesdesucabinay, sinentender loqueacabadeocurrir,observacómoelhelicópterovirahaciaManhattan.

Bill Kelly está impaciente en el muelle. Ve un punto en el cielo que se vaagrandandosobreelHudson,peronollevanadacolgando.Gritaporradio:

—¿Quéhapasado?¿Dóndeestáelacero?—Vale,vale,yavoy.Aterrizoyselocuento.Lagrúadelcieloseposaenelmuelle,elpilotobajaysequitaelcasco.Kellyestá

queechahumo,lefulminaconlamirada.—Lapiezahaempezadoadarvueltas,nosepodíahacernada.Hemostenidoque

soltarlaparanocaernos.Estábamossobreelaguaynohahabidodaños.Nocreoquelohayavistonadie.Metemoquenovamosapodertransportarsuspiezasporelaire;la exposición al viento es demasiado fuerte, sobre todo encima del agua; no hay


formadeestabilizar lacarga.Melofiguraba,peronoqueríadejardeintentarlo.Losiento,peroesmuypeligroso.

En lascomisaríasy lospuestosdebomberosdeBayonne,NewJerseyyStatenIsland los teléfonos suenan sin parar. Hay muchos testigos: pescadores,automovilistasogentequeestabapaseandohanvistocómolapiezasehundíaenelmar.Lavozllegaalaprensa:«UnhelicópterosueltasietetoneladasdeaceroenKillvanKull»,diceeltitulardelStatenIslandAdvance.

TardanunosdíasenidentificarelhelicópteroyllegarhastalaAutoridadPortuariay las obras de las torres gigantes. La Guardia Costera envía una patrullera. Losbuceadoresconsideranquelapiezademetal,quesehahundidoenellimo,nosuponeunpeligroparalanavegaciónypuedequedarsedondecayó.Allísigue.

Alosironworkers,pararecibirsupaga,selesexigequeacudancadamañanaalahorahabitual.Losprimerosdías,loscapataceslesasignantareasmenoresquehacenrefunfuñando:ayudaralossoldadores,reforzarlasestructurasexistentes,ordenarelmaterial…Perohoy,alahoradelalmuerzo,lesdicenquesevuelvanacasa,quenohaynadaquehacer,yqueesedíaselespagarámediajornada.JackLaLibertésepasaunahorapaseandoporlapuntadeManhattan,contemplaalosturistasqueseagolpanen el muelle de embarque de los transbordadores que llevan a la estatua de laLibertad,yluegocogeelmetroparavolveraBayRidge.CruzalapuertadelDenny’syseacodaenlabarra.Unacamareralesonríeextrañada.

—Perobueno,Jack,¿hoynotrabajas?Notesolemosverporaquíaestashoras…—Paro técnico,bonita.Lahuelgade lospilotosde remolcadores impidequeel

acero llegue a las torres. ¡Si vieras cómo están los jefes! Se tiran de los pelos.Nosotrostambién.Hoysolonoshanpagadolamitaddelajornadaymañana,nadadenada.¡Esosmarineroshijosdeputanoshandejadotirados!

Doshombresmorenos,cincuentonesybarrigudos,concuellodetoroyquelucenenelantebrazountatuajedelTeamster,elsindicatodecamioneros,estánsentadosalfondodelbar.Semiranyenarcanlascejas.

Unodeellos,elquetienebigote,selevantadeltabureteyseacercaaJack.—Perdona, pero hemos oído lo que acabas de decir. ¿Trabajas en las Torres

Gemelas?¿Nosepuedellevarelaceroporcarretera?—preguntaconunfuerteacentodeBrooklyn.

—Sí, pero solo piezas pequeñas.Dicen que las vigas de carga y los elementosprefabricadosdelaestructuraexteriorsondemasiadograndesparapasarportúnelesopuentes.Queloscamionesnopuedengirar.Asíqueestátodoparado.

—Mi hermano y yo tenemos una empresa de transporte. Ferrari, en AtlanticAvenue.Elpuntodesalida,¿estáenNewJersey?

—Sí,enCarteret.—Talveztengasolución.Conocemosgentequeigualpuedeayudar.¿Sabescon

quiénhayquehablarenlaobra?


—Conelcapataz,BillKelly.Tengosunúmeroporaquí.Sipodéistrasladarlo,leharéisungranfavoraunmontóndegente.

Aldíasiguiente,elteléfonosuenatempranoenelbarracóndePeloRojoKelly.—Es usted muy amable, señor Ferrari, pero los principales transportistas de

NuevaYorkdicenquenosepuede.¿Oesquesecreequenoloshellamado?Asíque,porfavor,nomehagaperdertiempo.Tengomuchotrabajo.

—Mire, le aseguro que hay una solución, no diga todavía que no. Lo que lepropongoesquemepaguemildólarespor cadacargamentoentregadoenelTradeCenter.Sielaceronolehallegadoalascincodelamadrugada,nomepaga.Nocorreustedningúnriesgo.

—Pero¿cómo…?—Nosepreocupeporelcómo,esoescosamía.Leentregamoselaceroantesde

que amanezca y las obras continúan, así de sencillo. Usted consigue sus piezas,nosotros nuestra paga, y todos contentos. Podemos empezar pasado mañana. ¿Leparece?

Trascincosegundosdesilencioenlalínea,Kellycontesta:—Pasadomañana por lamañana, de acuerdo.Haremos una prueba. Sime trae

cincocamionesantesdequeamanezca,elcontratoessuyo.Cincomildólares.VoyadarleladireccióndeNewJersey,tomenota.

La noche siguiente, hacia las dos de lamadrugada, seispick-ups FordF-150 yChevySilverado,contreshombresencadacabina,aparcandelantedelosalmacenesde la Koch Erecting Company en Carteret. Les siguen cinco semirremolques deplataforma,losmásgrandesqueexisten.Lasportezuelasnollevanningunasiglaniidentificación.Unapalabraenelpuestodecontrolylaspuertasseabren.Loscochessequedanfuera,loshombresesperanengrupitos,fumandounpitillooconlasmanosmetidas en los bolsillos. Los camiones de carga pesada entran. En cada remolqueponen dos vigas. Las referencias, que indican el emplazamiento en las torres y elnúmerodelagrúaquetendráquealzarlas,sehanescritoenblanco,conplantilla.Losconductoresnohablanconnadie,inmóvilestrassusvolantesysusgafasdesol.

—¿Quiénes son esos? ¿Cómo es que no los hemos visto antes?—pregunta unjefedeequipo—.¿MepuedesexplicarpordóndepiensanentrarenManhattan?¿Ysepuede saber por qué montaron el numerito del helicóptero, si al final resulta quepodíanmandarcamiones?Noséquélíossetraen…

Elconvoyseponeenmarchaapocavelocidad,lucesgiratoriasenlanoche,concuatropick-upsdelanteydosdetrás.PasanporelpuenteGoethalsyentranenNuevaYork por Staten Island. Cuando salen del puente de Verrazano, a la entrada deBrooklyn,cuatromotoristasdelapolicíaabrencamino,lucesgiratoriasazules.Pidenalospocosautomovilistasquecirculanenplenanocheporlavíarápidaqueseparenenelarcénhastaquepaselacomitiva.AlaentradadelpuentedeManhattan,quedaaccesoa la isla, lesesperanunoscochespatrullade laPolicíadeNuevaYork.Lasmotossevan;laspick-upsyanoestán.


Consuescoltaazul,porcallesdondegiranpasandoaescasoscentímetrosdeloscochesaparcados,loscincocamioneslleganpuntualesalpiedelastorres.Larejaseabre,entranordenadamenteyuncapatazlesindicadóndeaparcarenfuncióndeloscódigospintadosenlaspiezasparaqueesténamanodelasgrúascanguro.

Hacia el mediodía, cuando todas las piezas ya están montadas y casi todascolocadasen su sitio, loshermanosFerrari aparcansuCadillacnegrodelantede larejadelatorreNorteypreguntanporBillKelly.

—Buentrabajo,caballeros—lesdicesonrientemientraslesestrechalamanoensuoficina—.Nolespreguntarépordóndehanpasadonicómoselashanarreglado.Casiprefieronosaberlo.Sololespidoquemetenganotroscincocamionesaparcadosalpiede lasgrúas cuandovengamañanapor lamañana.Pasenpor administraciónparaelpagoyelpapeleo.

—Perdone,señorKelly—respondeJoFerrari,dandovueltasalselloquellevaenunodelosdedos—.Elpago,sinoesmolestia,queseaenmetálico.Diezmildólaresque entregarán a Giani, uno de los conductores, mañana cuando llegue. Diez mildólarescadadosdías,sitodovabien.Comocomprenderá,nuestraformadetrabajarconllevaciertosgastosquetienenquehacerseenefectivo.Quetengaunbuendía.

LoscamionesanónimosdelosFerrariBrothersabastecieronlaobradurantedocedías.Jugandoconlacontabilidad,conelbeneplácitodeladirección,sacarondelasarcasdiezmildólaresenmetálicocadacuarentayochohoras.Unatarde,trasmuchosdías de negociaciones, la huelga de marineros terminó. Las barcazas volvieron aatracar y las vigas gigantes llegaron de nuevo almuelle 13. BillKelly nuncamásvolvióaoírhablardeloshermanosFerrari.

—Bueno, chicos—dice Kelly a través de un altavoz a los cientos de obrerosreunidos, una vez solucionado el problema—, vamos a tener que darnos prisa.Llevamos retraso por culpa de esa puta huelga. A partir de hoy vamos a recibirquinientastoneladasdeacerocadamañana,yenbreveseránochocientas.Hemosdeir a un ritmode tres plantas cadadiez días.Montadores, tenéis quedarlo todo.Laprimavera está a la vuelta de la esquina, no hará tanto frío, espero que estéisdispuestos.Losmáscurrantesyvalientessepuedensacarundineralenhorasextra.Gracias,yqueosvayabieneldía.

Jack acompaña a uno de sus sobrinos, Max Rochelle, en su primer día deaprendizaje. Tiene dieciocho años y acaba de terminar el instituto. No ha queridoquedarse en Chateaugay, con los canadienses franceses, a pocos kilómetros deKahnawake.Enelúltimocursohabíapocosindios:seischicasdelatribu,yéleraelúnicochico.Sabíadesdehacíatiempoquelosestudiosnoeranlosuyo,ylosblancosnoseprivabandehacerlenotarqueesenoerasusitio.Elejemplodesustíos,susdosabuelosytresdesusprimosmayoreslemostróelcaminoaseguir:seríaironworker.

Trabajanalaire libre,porencimadelagente,orgullososdeconstruirydeestarbienpagados.Tienenbuenascasas,cochazos,motos,motosacuáticasyfuerabordas.Alahoradelacena,cuentansusviajesyaventuras,susjuergas,hablandelosjueves


porlatarde,quesonlosdíasdepaga,delasriñas,lasmontañasdeacero,elmiedo,elvértigo, laspeleas, laschicasguapasdeMiami, los truenos, lasprimasenmetálicometidasensobres,los«mira,eseedificioloheconstruidoyo»,los«joder,quépocohafaltado»,losgolpesdesuerte,loslitrosdecervezarojaylosaccidentes.

Cuando tenía doce años, como todos los chicos de la reserva, escaló y jugó alescondite en el armazón del viejo puente Victoria, de noche, a la luz de la luna,cuando el San Lorenzo brillaba hasta parecer fosforescente y los remolinoscentelleabancomopolvodediamante.Lasmadresseloteníanprohibidoaloschicos,y los padres sonreían ymiraban para otro lado.Una tarde, su vecinoPeter, al quedijo:«Seguroquenoteatrevesarecorrerlavigasinpararte»,tropezóycayóalagua.Era unode los pocos adolescentes de la reserva que sabía nadar y era verano, portantoelaguanoestabagélida.Cayódepieysesalvó,nadandohastalaorilla;solosehiriólevemente.Maxfuecorriendoyletendióunarama.Exceptuandoalapandillademuchachosaterrados,nuncanadiesupodeaquello.

Nochetrasnochetrepandoporlastraviesasdehierrooxidado,elpiedeMaxfueganandoseguridad.Descubriólaaudacia.Noteníamiedonivértigoo,almenos,eracapaz de dominarlos, de aparentar ante sus amigos que estaba tan campante paraimpresionarlos.Eraloqueledecíansustíos:respetarelpropiomiedo,dialogarconél, ir amansándolo poco a poco, aprender a conocerlo para domarlo. Apretar losdientes, hacer como si fuera de lomás normal adelantar unpie y luegootro sobretreinta centímetros demetal a treintametros de altura.No todos lo conseguían, nimucho menos, pero quienes lo hacían parecían tener un don único. Sin haberloprobadoaún,esperabacontodassusfuerzasformarpartedeesacasta;soñabaconsercapazdeseguir,por lasalturas, lospasosdesusantepasados.Ahora lacosa ibaenserio.ElWorldTradeCenternotardaríaenserlatorremásaltadelmundo…

En su primeramañana, tras haber llegado deCanadá dos días antes, lleva zapatosnuevos,elcinturóndeherramientasdesuabuelo,unpetoquelevagrandeyunabolaenelestómago.

—Jo, aquí tienes al chico, mi sobrino, ese del que te hablé—le dice Jack alcapataz cuando están en la cola para meterse en el ascensor con otros cincuentahombres,comoenunalatadesardinas.

Maxintentasonreír,perolesaleunasonrisacrispada.—Sevaaquedarconnosotrossiestolegusta.Siaguantaunasemana,rellenaré

lospapelesparaquehagaelcursillo.—Vale,Tool,escosatuya.Yasabesqueavosotros,losmohawk,siempreoshe

dejadoorganizarosavuestroaire,yha idobienasí.Noseréyoquienosenseñeel


oficio. Si tú me dices que el chico vale, por mí no hay problema, te firmaré elformulario.

Lacabinasedetieneenelpiso35.Losalbañiles,quesonlosprimerosenllegar,han empezado a extender por el suelo demetal veinte centímetros de cemento.Lamezcla subeengrúaenunas tolvas,ydeahí sepasaa losdepósitosdelanterosdeunosvehículoscondosruedasdelanteyunadetrás,pilotadosporunostiposrisueños,quecirculana todavelocidadpor laschapasmetálicasvertiendoel cemento.Otrosobreros, casi todos latinos, con botas de goma y chapoteando en el cemento hastamediapantorrilla,igualanlacapaconunaespeciederastrillossindientes.Jackselosquedamirando,seencogedehombrosylosseñalaconlabarbilla.

—Esosdeahí,tantodaqueesténenelpiso35oenelsótano;sepasantodoeldíametidosenbarro…

Suben por escaleras de tablas y tablones, construidas por los carpinteros, quedesembocan a cielo abierto. Piso 36: el viento fresco, cargado con los olores delpuertoyelocéano, saltaal rostro.Losmurosexternosdecajonesdeaceroestánamedioterminar.Quedanunosdiezmetrosporcerrar:esaessufaenadeldía.

—Bueno, hoy no toques nada, te quedas conmigo. Irás a donde yo vaya y tefijarásbienentodo.Notendrásmuchoquehacer,apartedeirabuscarherramientasocervezas,otraertuercasytornillos.Estateatento,nohagaspreguntastontasy,sobretodo,nohagasdosveceslamismapregunta.Sitedigoquetequedesdondeestás,tequedas.Paraempezar,estásdesuerte:esteeseltrabajomenospeligrosoquehevistonunca. La torre se monta de dentro afuera. Ya verás: llega en piezas sueltas, lasapilamos,lasfijamosylossoldadoreslassueldan.Asídefácil.Casinuncaestamossobreelvacío.Solodebestenercuidadoconlascajasdelascensor.

Porencimadesuscabezas,losmotoresdelasgrúascanguroempiezanazumbar.Uncajónprefabricadoenacerodetresmetrosdeanchoyveintedealtosurgedelanadaylespasaporencima.Elcablequelohaelevadoestásituadoarribadeltodo,aunlado,paraasegurarquesedesplazahorizontalmenteycuidarquenoseretuerza.MarkBowensujetaconlasdosmanosuncabledeacero,elcabledemaniobra.EsuntipojovialdeNewJerseyqueyahacemuchoquenopuedeescalarporunaestructuraniandarenequilibrioporunaviga,yqueahorasediviertediciendoquesepasatodoeldíajugandoconcometasdeveintidóstoneladas.

Consusgruesosguantesdeante,confeccionadosamedidaporunatíaabueladeKahnawake, Jack limpia a toda velocidad la superficie de acero sobre la que va aposarse, como una pluma, el inmenso lienzo de muro. En su cabina climatizada,delantedelcontrapesodedocetoneladas,elgruistaestáencontactoconelequipoporteléfono,perosobretodopuedeverdesdearribaloquehace.Antes,cuandousabangrúasDerrick, losgruistas trabajabanaciegas,guiados tansolopor lasseñalesquelesmandaba«el hombre señal» con la cajitamecánicaque llevaba sobre el pecho,colgada a la bandolera. Las piezasmetálicas volaban por los aires como si fuerangigantes borrachos, implacables y peligrosas. Con las grúas australianas los


accidenteshandisminuidoylaspiezasseposanunassobreotras,avecescomoporartedemagia.Encuantolapiezaestácolocadaylosagujerosperforadosenfábricacoinciden,Toolmete enunode ellos la parte puntiagudade su llavede cola y losotrostresorificiossealinean.

—¿Ves?—lediceaMaxmientrasdamartillazosparaqueentreelprimertornillo,deltamañodeunchampiñón—.Loimportanteesllevarsiempreencimaelpernoquenecesitas.Comotengasquepararteparapedirloyesperaraquetelotraigan,pierdesmuchotiempoyponesatodoelmundoenunapuro.

Recupera la herramienta y, con el lado de la llave, ajusta la tuerca pero sinbloquearla.

—Ahora pásame esa escalera que tienes detrás.Hay que apretar los tornillos amediasydejarlosasípara lossoldadores.Esos italianos…Aúnnohan llegado, losmuyvagos.

Enelprimerdescanso,elnuevobajaabuscarcafésysándwiches.Enloquetardaenvolver,hacercolaenelascensorysubirlasescalerasdemadera,loscaféscasisehanenfriado.Cuando llega, seencuentraa Jacksentadoenunacaja, al ladodeunhombreatléticodepelogris,miradatristeymandíbulacuadrada.

—Max, tepresentoaCarlFurillo.Sunombreno tediránadaporqueeresmuyjovenyporquenosotrossomosmásaficionadosalhockeyoallacrosse,peroCarlfueunaestrelladelbéisbolconlosDodgersdeBrooklynhace…¿Cuándofueeso,Carl?

Elhombresesubelaviseradelagorra,seencogedehombrosysuspira:—JuguéconlosDodgersdesde1947hasta1956,pero,Tool,yasabesquenome

gustahablardeeso.Cuandomelesioné,medejarondeladocomosifuerauntrapoviejo.Ydenohabersidopormí,nuncahabríanvencidoalosYankeesen1955…

—Ya lo ves, muchacho —dice Jack, riéndose y sopesando el bíceps de sucompañero—,¡estebrazoderechoeraelmásfuertedelasWorldSeries!Carleraelmejorjugadordesugeneraciónenlaposicióndejardinero.Lellamaban«elfusildeReading», porque fue allí, en Reading, Pennsylvania, donde empezó a jugar. ¡Sihubierasvistocómolanzaba!Losreceptoresqueteníaenfrentesemoríandemiedo.

Elantiguocampeónsesacadelbolsillodelapecheraundestornilladorpequeñoyloutilizapararemoverelcaféensuvasitodecartón.

—Quéhijos de puta…No les bastó con echarme cuandome lesioné, cosa queestabaprohibidacomoponíaenmicontratoletraporletra,sinoqueencima,comolosllevé a juicio, el dueñode losDodgersmepuso en la listanegra.Perdí el pleitoynadiemásme aceptó como jugador, ni tampoco como entrenador, y eso que teníatodoslosdiplomashabidosyporhaber.Niunsoloequipoentodoelpaís,nisiquieraenlasdivisionesinferiores.Poresoestoyaquí.Cuandolopienso,inclusoahoramedanganasdeliarmeagolpes.Perobueno,yapasó.Esmejornopensarenello.

—Carl llegó ayer —explica Jack—. Trabaja en los ascensores, es el jefe deequipo de esta parte de la obra. En cuanto terminemos estos tres pisos y losarmazonesparalascajas,élsepondráamontarlamaquinaria.Yaverás,hijo,esun


trabajodenarices.Carlnopresume,peronopasaunasemanasinquealguienseleacerqueconuncromodecoleccionistaparaqueselofirme.

Elantiguojugadorselevanta.—¡Bah!… Ahora mi vida consiste en construir ascensores y nada más. Casi

ningunodelosjóvenesdemicuadrillahaoídohablardelosDodgersdeBrooklyn…Graciasporelcafé,chicos.Alpróximoinvitoyo.Hastaluego.

Sealejaagrandeszancadas,moviéndoseconagilidadsobrelaschapas.Maxveentoncesque,enlapartetraseradelcascoamarillo,llevaunapegatinaconeldibujodeunatortuga.

—Pero…tío,¿esetambiénesmohawk?¿Furillonoesunapellidoitaliano?—¿Porqué lopreguntas?Claroque es«espagueti», y además al cienpor cien.

SusabuelosvinierondeNápoles.—¿Yporquéllevaunatortugaenelcasco?Jackseechaareír.—¡Ah,lodicesporeso!Noesunodenuestrosclanes.EslamarcadelClubdela

Tortuga.LocreóBullard,elfabricantedecascosdeobradeKentucky.Selodanalosquehansalvadolavidagraciasalcasco.Carlmecontóquehacecincooseisañoslecayóenlacabezaunpernodeltamañodeunpuño.Denohaberllevadonada,habríasalido de la obra con los pies por delante. ¿Ves? Es otra de las ventajas de sermontador. Estás siempre por encima de los demás, por encima del mundo, en lasnubes,conlosdiosesylasaves.Sitecaesseráculpatuya,algohabráshechomal,oentodocasoporculpadelgruista,quenohabrácontroladobienlaviga.Peronotemorirás a lo tonto por culpa de un imbécil que esté por encima de ti, al que se leescapeelmazooelmartilloneumático.Notepuedesimaginarlacantidaddecosasquesecaenenunaobra;esunpeligroconstante.Estoesuncasoespecial,haymenospeligro,perocuandoempiecestuprimeredificioclásicoverásloquedigo.

Seponeelcasco,queenunodelosladosllevaunapegatinaquedice:«Claroquepuedeconfiarenelgobierno.Sino,pregúnteleaunindio».

—Vamos,sígueme.Tenemosquecolocarunpardepiezasantesdelahoradelacomida.Laprimeravaallegardeunmomentoaotro,yaheavisadoalagrúa,asíquevamosaprepararnos.

Cuandosuenalasirenaquemarcaelfinaldelajornada,Maxsabequeestarátodala vida en las montañas de acero. En su primer día las horas han pasado comominutos.Haestadoconunequipoquehaconstruidobloqueabloque, entregritos,palabrotas,broncasyrisas,untrozodeledificiomásaltodelmundo.Eseessulugar.

Tras cambiarse en el vestuario, tío y sobrino se dirigen almetro. Jack coge lalínea4,haciaBrooklyn,peroMaxsesubeala6,haciaelnortedeManhattan.EnsutercerdíaenNuevaYork,quiereverelChryslerBuilding.

Enlapareddesuclase,enKahnawake,habíaunafotodeunpardemontadoresdeacerosobreunadelasgárgolasdecabezadeáguila,metálicaygigantesca,cuando


seestabaconstruyendoen1930.Aunquenopuedasubiraveresasesculturasmíticas,almenospodrámirarlasdesdelacalle.

Losdíassevanhaciendomáslargosylastemperaturasvansubiendo,inclusoenlas alturas. El ritmo de la obra se ha acelerado, se han reforzado los equipos, unabreve huelga de operarios de ascensor los ha obligado a subir a pie durante dossemanas;todoelmundoprotestó,peroesonohasupuestorealmenteunretraso.

Enunodelosdescansosparacomer,unpunk,unodelosaprendices,sedacuentadequelatorreNorteyahallegadoalpiso60yelrumordelacallesehaapagado.Sehanpasadomesestrabajandoentreruidos,oyendoelrugidodelosmotoresdiéselyrespirando sus humos, entre el zumbidodel tráficoy el bullicio de la ciudad.Peroahora,exceptuandoelrunrúndelasgrúascanguro,elúnicosonidoquelesllegaes,devezencuando, labocinadeuncamión, la sirenadeun remolcadoro ladeunaambulancia.Enelesqueletogigantesoloquedaelsilbidodelvientoque,aesaaltura,sopla todo el rato. Si se saca la cabeza entre dos vigas verticales —las futurasventanas,desolocuarentaycincocentímetrosdeancho—paramirarhaciaabajoyentretenerse viendo los coches como miniaturas, se recibe en la cara, como unabofetada,laráfagadeairedelmar.Sinembargo,dentro,protegidosporlosmontantesde acero ordenados unos junto a otros, todo está tranquilo. Es una suerte para losironworkers,queenotrasobrastienenqueestarpendientesdeloscambiosdelvientocuandojueganaserequilibristas.Elarquitectohadiseñadoventanasestrechasparamayor tranquilidadde los futuros usuarios de la torre, pues convanosmás anchospodríantenervértigo.

Cuando llegan a la obra, el sol ya se ha asomado sobre el océano. Desde losascensores externos se divisa toda la ciudad, el puerto y losmuelles deBrooklyn,donde se amarran los mercantes cargados de productos de Europa y plátanos deCentroamérica; después está la costa deNew Jersey, las dunas delAtlántico hastaAsburyParkySandyHook, la lenguadearenaquecierraelpuertoalsur.Haciaelnorte, lamiradahaceunaltoenelpuenteGeorgeWashingtonparacontinuarporelvalle del Hudson hasta Tarrytown. En días claros se ven sesenta kilómetros a laredonda.

Unamañanademayo,JackyMaxestántodavíaenlosascensoresabrochándoselasbotasdepielcuandooyengritos:

—¡Chicos,venidaveresto,rápido!Cuandoabrenlapuertaenrejadadelacabinadescubrenqueelsuelotodavíasin

terminar del piso 75 está alfombrado de pájaros muertos. Cientos de animalitosnegrosdepicoblanco,comoestorninos,amontonadosenlaschapasmetálicas.Enlasesquinas,dondemáshay,algunostodavíapíanysemueven.Niunosolovuelaporelcielo,deunazulintenso.

Loshombresapartanlasavesconelpieparadespejarlostravesaños,algunoslosagarranporlasalas,condosdedos.BillKelly,aquienhanavisadoporradio,levantaunpajaritoconlapuntadelpieyledalavuelta.


—Yesto,¿quécoñoes?Venga,vosotrostres,losjóvenes,cogedpalasyescobasylimpiadmetodoesto.VoyallamaralseñorKochparaverquéhacemos,seguroquehabrá que avisar a un especialista en pájaros. Daos prisa, porque dentro demediahoraquieromontarelprimerelemento.

Los chicos cogen unos sacos grandes de rafia para tirar las aves; llenan unadocena.Porlatardeaparecendosmujeresjóvenesescoltadasporuncapataz.UnadeellasllevaunacazadoraconlainsigniadelMuseodeHistoriaNatural.Escomosilaplataforma separalizarade repente.Algunos sonríen tontamente,otros sequitan elcasco,elconductordelagrúasaledelacabina,ylosmenoslistossilban.Lamayordelasdosornitólogassacaunanimaldeunodelossacosylolevantacondelicadezaporunala.

—Son paseriformes migratorios —explica—. En esta época van del golfo deMéxico a Canadá, y pasan por aquí. La única explicación plausible—agrega conseveridad— es que siempre han seguido el valle del Hudson; el río les sirve dereferencia.Comoesteedificiotangrandenoestáiluminadoporlanoche,nolohanvistoysehanestampadocontraél.Esunriesgodelqueyaseavisóenuninforme;yomisma lo firmé.Me temíaquenoharían caso, yno saben cuánto lamentover queestaba en lo cierto. Voy a hacer otro informe para el museo, que lo remitirá alayuntamiento y a la Autoridad Portuaria. Aunque, evidentemente, no servirá paranada.Seguroquelodehoyvuelvearepetirse.

Alolargodetodalaépocademigracionesmáspájarosseestamparoncontralatorre, y hubo que recogerlos y tirarlos en bolsas de basura antes del inicio de lajornada.La torreSur, que se empezódespuésyquepor entonces solo teníaveintepisos,todavíanolessuponíaunobstáculo.

El8demayo,lacuadrillademohawkestáterminandodeatornillarunelementoprefabricadodelmuroexternocuandoporlospisosseempiezanaextenderlosgritos.Se oyen insultos, compañeros exclamando: «¡Hostia, vamos a bajar!», «¡Tendráncaraduraparavenirahaceresodelantedenuestrasnarices!»y«¡Putoscomunistas!».

Los equipos dejan el trabajo, los hombres abandonan las herramientas y seforman grupitos, que rápidamente van a los ascensores. Algunos llevan barras dehierroenlamanooenormesllavesajustables,ytodosvanconelpuñocerradoyunamiradairacunda.Jackguardaelmazoenlacajaybajaporlaescalerilla:

—Noosmováis,voyaverquépasa.Unosdiezobrerosestánesperandoquevuelvaelascensor.—Fred,¿quépasaahíabajo?¿Adóndevatodoelmundo?—¡Son rojos, Tool! ¡Miles de rojos! Una manifestación de comunistas en

Manhattan. Esos imbéciles de pacifistas están ahí, frente al ayuntamiento. Mihermano arriesgando la vida en Vietnam para defender este país y a esos niñosmimados,esosburguesitos,esosbobosdelauniversidad,noselesocurrenadamejorqueponersedelantedemisnaricesparaescupirlealacara.Porlovisto,hastatienenbanderasdelVietcong.¡Aquí,enNuevaYork!¡Sevanaenterar!


Cuandollegalacabina,semetentodosdentro.JackLaLiberté,encambio,vuelvesobresuspasosconairepensativo,hastadondelosoncemohawkdelúltimopisoleesperanmanosobremano.Sequitael casco, se limpiael sudorde la frentecon lamangaysesientaenuncajóndemadera.

—Escosadeblancos, chicos.Nosquedamosaquí, nonos involucramos.Es suguerra.Ahíabajovaahabertortasparadarytomar.

—¡Vaya con Tool! ¡Así que te rajas! —le espeta uno de los indios, BruceDanforth,unoneidaquemideporlomenosdosmetrosytienelaenvergaduradeunarmario, dos dientes rotos y la bandera de barras y estrellas tatuada en el bícepsderecho—.Nomeextraña,viniendodetiodecualquiermiembrodetufamilia.Porlovistotuapellidosignifica«libertad»enfrancés,peroserálalibertaddehuirydejara los compañeros en peligro. También tú te cagas de miedo, como cuando lo delpuente de Quebec a principios de siglo. ¡Menuda familia! ¡Traidores y miedicas!¡Tendrían que haberos prohibido andar con herramientas en un puente o unrascacieloshastaelfindelostiempos!

Jack, rojo de ira, suelta el casco y se abalanza contra él. Otros hombres seinterponen,lesujetan.Elcolososehadadolavuelta.

—Los que no aceptan que se manche el nombre de nuestros hermanos, queluchan en Vietnam contra los amarillos, que vengan conmigo. Los demás podéisquedarosconesegallina.Enesafamiliasiemprehansidounosflojos.AmuchosseleshaolvidadoloquehizosuantepasadoenQuebec,perolosoneidatenemosbuenamemoria.

Cuatro indios le siguenhacia laescalerademadera; losdemás rodeana Jackeintentancalmarle.

Pocodespués,Max,queestásentadounpocoaparteenunapiladetablones,tiradelamangaaunodelosmohawk.

—¿QuéesesodelpuentedeQuebec?—¿Tufamilianotelohacontado?—No,nunca.—Calla, nohayquehablar de esodelante de Jack.La catástrofe del puente de

Quebec,en1907,¿tesuena?—Cómo no.Cuando se derrumbómurieronmuchos ironworkers indios, eso lo

sabetodoelmundoenKahnawake,hastaseestudiaenelcolegio.—Pues ese día hubo un problema con uno de tus antepasados. Una historia

bastante turbia. Se supone que traicionó a su cuadrilla, que semarchó sin avisar anadie,oalgoasí.Yatelocontaréenotromomento,aquíno.O,mejoraún,preguntaaunade lasmadresdelclan lapróximavezquevayasa la reserva.Lasmujeressonmásobjetivasparaestetipodecosas,ymáslistas.

Enlacalle,BruceDanforthylosoneidasesumanaunaprocesiónamenazantedecientosdeobreroscontrajedefaenaquesehanbajadodelasdostorresesgrimiendosusherramientas,ygritan:


—¡América!¡América!¡Fueraloscomunistas!Cuandollegana laplazadelayuntamientoyvenamilesde jóvenesmelenudos

con banderas con el arcoíris, fotos ampliadas de las víctimas de los bombardeos ysiglaspacifistas,selesechanencima.

Danforth es uno de los primeros que grita «¡Rojos fuera!» y empieza a darpuñetazos y patadas, seguido de otros que van armados con barras de hierro. Elpánicoseextiende,losjóvenesintentanhuir.Alosmásdébileslostiranalsueloylosmuelen a palos. La policía solo interviene cuando se recrudece la violencia de laspalizas.Enpocosminutos,losobrerossehanapropiadodellugaryrugendealegríayderabia.AlguienledaaDanforth,quesacaunacabezaalresto,unaltavozconelquelanza a gritos una proclama patriótica que concluye con un «¡Dios bendigaAmérica!».

Cuandolosobrerossemarchanporgrupitossinquelospolicías,quehanvistoloquehanhecho, lesdigannada, los servicios sanitarios tienenqueatender a setentaheridos.Losperiódicossensacionalistasbautizaronesedíacomo«BloodyFriday»,ydejóhuellas en la sociedadestadounidense,queconsideródurantemucho tiempoalos montadores de acero, fueran los que fuesen, unas pandillas de brutosreaccionarios.

EnlasobrasdelatorreNorte,Jackysucuadrillabajananiveldecalleyesperanórdenes tomándoseunas cervezas.Con lasgrúasparadas, sinnadaque suba,nadietrabaja.

BillKellyseuneaellos.—Por lo que sé, los chavales protestaban por la muerte de tres o cuatro

estudiantes en una universidad deOhio cuando laGuardiaNacional se lio a tiros.Peroclaro,anuestroscompañerosnohayque tocarles laspelotasconbanderasdelVietcong.Enfin,marchaos.De todasmanerasesviernes,hoyyanovolveremosaltajo.Habéishechobienenquedarosalmargen,lascosassehanpuestomuyfeas.Heintentadohacerlesentrarenrazón,perosemehabríantiradoencima.


7


No sé si serán los ronquidos deAndy en la cama de al lado o la lluvia contra laventana de la habitación del hotel lo queme ha despertado.Está lloviendo, eso esbueno,vaaenfriarelmontónyfijarelpolvo,puedequeinclusoapaguelosincendiosque hay ahí abajo.Ayer, en la ZonaCero, con el tremendo calor y esamezcla dehumoypartículas en suspensiónno se veíamás allá de los guantes y la punta delsoplete.Además,aunquenomequitélamáscaramásqueparabeberohablar,sientola garganta ardiendo. Tengo que ir a pormás recambios para los filtros antipolvo,creoquegastécuatro.

Ayeracabamostemprano.Yahanplanificadolasrotacionesdeequiposyuntíodelsindicatovinoconseissustitutosynosdijoquenosfuéramosparaqueellosocuparannuestro puesto y tomaran nuestras herramientas. Cuesta pararse. Y más en esemomento, justo cuandohabíamos terminadode cortar dos vigas que tal vez dieranaccesoaunsótano.Mehabríagustadoverquépasabadespués.Losbomberosdecíanque tal vez hubiera supervivientes en un parking subterráneo. Al principio nosnegamosairnosyadejarnuestrossopletes,peronosamenazaronconanularnoslospases.Dicen que hay que organizarse, que tenemos para semanas, puede que parameses, y que el sindicato, elNewYorkCity Ironworkers,Local 40, ha recibido elencargodeponeralgodeorden,seleccionaralosvoluntariosydejarentrarsoloalosqueseanrealmenteútiles,consuscarnetsprofesionales.

Creo que el policía de la Autoridad Portuaria es el único superviviente quesacaron ayer de los escombros, pero eso nopuede ser, vamos a encontrarmás.Enesas torres había miles de personas, no sé cuántas con exactitud, pero miles. Serumoreaquepodían serentreveintemily sesentamil.Muchos tuvieron tiempodehuir; vi las imágenes de la gente saliendo por las puertas y corriendo por laexplanada.Pero¿cuántossehanquedadoaprisionadosahíabajo,acuántosnolesdiotiempo a salir? Tal vez se hayan refugiado en el aparcamiento o en las galeríascomerciales del sótano.Nos estarán esperando. Seguro que habrámuchos heridos.Pasarsehorascortandoacero,despejandovíaspor lasquecircularynopoderestar


ahíparaversisirvedealgo,silosbomberosquesecuelanporlostúnelesencuentransupervivientes,esmuyfrustrante.

Nosfuimosdelrecintoconpasolento,blancosdepolvo,conloscascosechadoshacialapartedeatrásdelacabeza,cuandoenCanalStreetvimosaunhombrecondelantaldecocinaqueveníahacianosotros.Lasuyaeralaprimerasonrisaqueveíadesde el martes por la mañana. Se plantó delante y nos enseñó el cartel de unrestauranteitaliano,NINO,colocadoenlaacera.Noscogióelbrazo.

—Pasad, por favor.He recibido autorización paramantenerlo abierto.Es gratispara el personal de rescate, la gente de la Zona Cero, y además me han enviadoprovisionesdetodalaciudad.¡Habráquealimentaros,enlosdíasylassemanasquevienen!Venid,sentaos,podéisiralavaroslasmanosylacara.¡TengolasañaparadardecomeramedioManhattan!

Dentro, en una sala alargada, solo había polis, ironworkers, enfermeras obomberos.Algunosestabansolos,silenciosos,inclinadossobresuplato,perdidosensuspensamientos.Otros,losmás,estabanengrupoytomabanunacervezatrasotrasincalmarlased.Hablabanavoces,soltabantacos,contabancómoleshabíaidoeldía.Pero,exceptuandolasdedosguapasmorenasqueestabanenlaentrada,ladelamadredeldueño,Josephine«Mama»Vendome,ylasdelosvoluntariosvestidosdecalleparaayudarenelservicio,noseveíaniunasonrisa.Todosestabanestupefactos,traumatizados,superadosporlamagnituddeldrama,igualquenosotros.

Cercadelacaja,colgadoconunachincheta,habíaundibujoinfantildelaestatuadelaLibertadconun«DiosbendigaAmérica»escritoengrande.Yotrodelasiluetade las dos torres rodeadas por un corazón. Junto a la entrada había una cesta pararecogerdonativos,yyaestabamediollenadebilletes.

Comimos a toda prisa lasaña y salchichas, nos bebimos dos Budweiser yrespondimosconpocaspalabrasaloquenospreguntaronnuestrosvecinosdemesa.Cuando nos levantamos, llegaron tres mohawk. Reconocimos sus caras, suequipamiento;unoteníaunalargatrenzaquelebajabaporlaespalda,peroniAndyniyoloshabíamosvistoantes.Porloquenoshabíadichoeldelegadodelsindicato,enlaZonaCeroestamosunoscincuentaindios.Algunosllegaronesamañana,oporlanoche,desde las reservasdeKahnawake,deAkwesasne, lasoneidayonondaga.Peroaunquenosotros, lascuadrillasdemohawk,solemos trabajar juntosen todoelpaís,nonosconocemostodos.Lossaludamosconunainclinacióndecabeza.

Alllegaralhotel,mediunbañoantesdeacostarmeypuseenelaguatreshojasdetabacoparalavarloshorroresdeldía.Noestabamuysegurodequefueralomásconvenienteparamiherida,perolospuntosestabanmuyjuntos,aguantabanbienyyanomedolía.Mequedétraspuestoenelagua;medespertóelruidodeunapuerta.Mearrastréhastalacamaymedormícomountronco.


Acabodevaciarlosbolsillosdelpantalónparapasarsucontenidoaotrolimpio.Enelbolsillodeatrásestámipetacadebourbon,confundadepiel,conunagarradeosograbada. No la he tocado desde la catástrofe; ni siquiera he pensado en ello. Mesientoenlacama,desenroscoeltapóndelatón,aspiroelolordelalcoholycierrolosojos.

Meveodenuevoenlaestructurametálicadelpuenteviejo.Esverano,tengoquinceaños.Éramoscincooseischicos,escalamoslospilaresdepiedraytrepamosalosarcosdehierro.Bajonuestrospies,lalunahacíabrillarlasaguasdelSanLorenzo.

—¡Vamos,John,tetocaati!¡Aversipuedes!¡Sinsujetarte,sueltaesaviga!Doy un paso, y luego otro, sobre el acero de treinta centímetros de ancho.

Cuandoabrolamanoparasoltarlaviga,todomedavueltas.Mequedoparalizado,los remolinos fluorescentes del río se enroscan como atrayéndome, seme corta elalientoymeresultaimposibleavanzar.Unsudorglacialmerecorrelaespalda.

—¿Te decides, o qué? ¡Hay que ver! ¡Mirad, chicos! ¡John es unmiedica! Yaveráscuandoseenteretupadre.

Seríen,silban,metiranmonedas.Vuelvoaaferrarmealmetalquetengosobrelacabeza,meagarroconlasdosmanos,caminodandopasitoscortossinbajarlavista,llegoalotrolado,medejocaeralolargodeunaviga,saltoalaorillaysalgoatodocorreroyendolasburlas.

Aldíasiguientedespuésdelacena,mientrasmimadrefriegalosplatos,voyalsalón,abro lacajadeherramientasdealuminioquemipadreha transformadoenmueblebarysacounabotella.FourRosesKentuckyBourbon.Elprimer tragomeabrasalagarganta,mequemaelestómago.Tosoenelhuecodelcodo,metomootrotrago,otrosdos.Elfuegomebajaporlasentrañas,esperounossegundosyvuelvoaempezar.

—Mamá,voyadarunavueltaconloschicos.Volverépronto.Cuandollegoconlosdemás,enelpuntodecitahabitual,enlaorilla,lacabeza

medavueltasylavozmesuenamásgrave.—Venga,vamosavolver.Noséquémepasóayer,peroseguroquehoyvabien.

Yopasoelprimero.Esunahistoriaqueheoídocientosdevecesenlascenasfamiliares:untíodemi

madre, ironworker legendario,noeracapazde trabajaren lasalturas sinhabersetomado tres whiskies. Cuando me encuentro de pie al extremo del puente viejo,entiendoporqué:empiezoaandarporlavigaconpasofirmeyriéndome,meparoamitaddecamino,doymediavueltaalapatacojayterminodandosaltitoscomounmono.¡Yupiii!

—Muybien,John,esoestámejor—mediceunodelosmayoresdelapandilla—.Ayercasinoscreímosqueerasuncobardica.Bienvenidoalclub.

Aquellanocheentendíloqueeraelvértigoycómosuperarlo.Unañodespués,alentrarcomoaprendiz,mecomprémiprimerapetaca.Justoantesdesubirmetomaba


dostragos,nomás.Cuatrometrosocuarenta,cuandoestásenloalto,tantoda.Meguardéelsecretomuchotiempo.EldíaqueAndyseenteró,seechóareír.—¡Asíquetútambién!Meloimaginaba,portualiento.Notepreocupes,hombre,

quenoereselúnico.Mipadrebebiótodosycadaunodelosdíasquetrabajó.Solohacefaltanodejarsellevar.

Ahora,sentadoenlacama,abroelcajóndelamesilladenocheyguardolapetaca.Elotrodía,cuandonosalzaronenunacestaporencimadelosescombrosnonoténada,ynohabíabebido.

Segúnlanuevaplanilladeorganización,alasochonosesperanalaentradadelaZona Cero. Andy, al que no le gusta la decoración de madera y espejos delrestaurantedelhotel,proponequenosparemosadesayunarenelsemirremolquedelMcDonald’s.

—Meencantansustortitas.Trasenseñar a lospolicíasnuestrospasesparacruzar labarrera—unodeellos

nos saludamientras el otronos abre el paso—,damosun rodeohasta el puestodeCarhartt, donde, antes de que preguntemos, dos voluntarios nos tienden un par deponchosdeplásticoconcapuchaparalalluvia.

—¿Tambiénqueréisgorras?¿Yguantes?El camión del McDonald’s está justo al lado, en una explanada de la calle

Greenwich.Hanpuestomesasysillasdeplásticoprotegidasporuntoldo.Aestahora,lamitaddelasmesasestálibre.—Estábamos en Pennsylvania, de camino a Daytona porque hay una carrera

Nascar dentro de tres días, cuando la dirección nos pidió que viniéramos aNuevaYorkpara servirgratis alpersonalde rescate—diceunade lascamarerasmientrasnosllenalosvasosdecafé—.Nossentimosmuyorgullosasdeestaraquí.Esperoquepodamos quedarnos mientras ustedes necesiten comer y beber. Siéntense, voy atraerleslastortitasylassalchichas.

Cuatrobomberossesientanaunamesa,dejanenelsueloloscascosycuelganenelrespaldodelasillasuschaquetasignífugas,consunombreescritoenletrasgrandesenlapartebajadelaespalda.

—Graciaspor loqueestánhaciendo—nosdiceelcapitánalzandosuvasitodeplástico—. Supongo que están viendo cosas terribles, lo siento mucho. Nosotrosestamosacostumbrados,peroparaustedesnodebeserfácil.Dentrodeunosdíaslescostarámenos,yaverán.Hayqueblindarse,noquedamásremedio.

Lascabezassevuelvenparaseguirconlamiradalaspiernasdeunacamareraconminifaldaverdequepasaesquivandosillas.Todas,menosladenuestrovecinodelaizquierda,queestásolo.Tienelafrenteapoyadaenlasmanosylamiradafijaensuvaso.Esunlatinocincuentón,debigotegris,conlacarasucia,vestidoconpantalónychaquetatejanos.Nodejademurmurar:


—Voyaencontrarle…Sí,seguroquelevoyaencontrar.Habrásobrevivido,estoyconvencido.Esfuerte.Mihijoesfuerte.

Lajovenseparaasuladoylerellenaelvaso.—¿Suhijohadesaparecido?—José, se llama José Marzano. Veintinueve años. Bombero en la compañía

Engine 22, Manhattan. Ha desaparecido, pero estoy seguro de que no ha muerto.Estaba en la torre Sur. Ha sobrevivido. Se escapó a tiempo, estoy convencido. Opuedequeestéatrapadoenalgúnsitio.Elmartesporlamañanayoestabatrabajandoen la autopista, al norte, haciaWhitestone. De lejos, porque desde ahí arriba haybuenasvistasdelaciudad,vielfuegoenlaprimeratorre,elhumoquesubíahaciaelcielo.Justoantesnospasóporencimaunaviónquevolabamuybajo,peronopodíaimaginarqueelincendioeraporeso.LlaméasuparquedebomberosyeltenientemecomentóquesucompañíahabíaidoalWorldTradeCenter,yquenosabíamás.Mefuidelaobraymevolvíacasa.Mihija,enlacocina,medijo:«¡Mira,mira,papá,esJosé!». Su hermano estaba saliendo en la tele, en New York One. Se le veíacolocandomangueras desde un camión aparcado junto a una de las torres. Parecíatranquilo. Otros dos le ayudaban a sacar las mangueras. Le llamé al móvil, y meextrañó queme contestara al cabo de cinco intentos.Me dijo: «Hola, papá, estoybien;no tepreocupes.Estoyenelquintopiso,hayunamujerembarazadaatascadaentredospuertasyvoyaayudarlaasalir».Yoledije:«¡Tencuidado!¡Esdemasiadopeligroso, sal de ahí! ¡Baja, sal de ahí enseguida!».Y entonces se cortó.Un biiiiplarguísimo.Creoquefuecuandolatorresecayó.Fuiatodavelocidadalparquedebomberos, para ver si había salido, si habían vuelto conmi hijo.El capitán estaballorando.Mecogióporloshombrosymepidióquepasaraalahabitacióndelfondo.Estabaclaroquenoibaaserparanadabueno.Medijo:«Suhijoesunhéroe»,yyolecontesté:«Nomedigaquemihijoesunhéroe,¡noquierooírlo!».Yellos:«Deaquíhansalidooncecompañeros;cincohanvuelto.Faltanseis,ysuhijoesunodeellos.Losestamosbuscando».Intentaronconsolarme,meofrecieronunasilla,café,quemequedara con ellos. Pero yo les contesté que lo que necesitaba era ir a las torres yayudar.Fuibomberoochoaños,sécómosehace.Quieroencontraramihijo.

ManuelMarzanose interrumpe, se tomaa sorbitosel café frío,davueltasauntrozodebolloentrelosdedos.Unabarbadetresdíasbajoelbigoteentrecanoyunasmarcadas ojeras le comen la cara. Tiene lasmanos y los antebrazos sucios, rojos,llenosderasguños.Elpantalónseleharotoalaalturadelarodillayenlachaquetatienedesgarrones.

A nuestro alrededor, las conversaciones han cesado y nadie toca su plato. Lacamarera ha dejado la bandeja y se ha sentado a su mesa con los ojos llenos delágrimas.Lepregunta:

—¿Poresoestáaquí?—Fui a la Guardia Nacional para ofrecerme de voluntario. Me pasé horas

esperando. Cuando llegué aquí, en autobús, me dijeron que era tarde, que había


demasiadagenteyqueyanocogíanvoluntarios,asíquefuiaunabarrera.Unpolicíamecortó el pasoymepidiómipasepara entrar.Ledije: «No tengo.Hevenido abuscaramihijo.Esbombero,Engine22.Sinoquierequeentre,tendráquepegarmeuntiro».Elpolicíaseapartó,yyoentré.

Desde entonces nodeja la palamás quepara comer, echarse cabezadas de treshorasenelcoche,quetieneaparcadocercadeCanalStreet,yllamaracasa.

—Lesdigoamimujeryamihijaquenomeiréhastaqueleencuentre.Josétienetres hijos, queme dicen: «¡Abuelo, abuelo, ve a buscar a papá!Nadie sabe dóndeestá.Conlofuertequeeres,seguroqueleencuentras».Estánencasa,pendientesdela tele.Me llamancadadospor tres:«¿Hasencontradoapapá?¿Hasencontradoapapá?».Yyolesdigo:«Todavíano,peroseguroqueloharédentrodepoco».

Andysesecalosojosconlamanga.Enlamesadeallado,unbomberoserecogeuna lágrima con el guante. La camarera le vuelve a llenar el vaso, va a buscarleazúcar.Mirandofijamentelamesaysujetándoselacabezaentrelasmanos,ManuelMarzanosiguehablandoentonomonocorde,comosihablarasolo.

—Heencontradocuerpos,trozosdecuerpos.Nomedejanexcavardondeestáél,cercadelasegundatorre.Dicenqueesdemasiadopeligroso,queaúnquema,quesepuedederrumbar.Dicenquehaycuatroocincopisosdesótanosyque talvezestéahí.Peroyahanpasadotresdías.Yosiempremantengolaesperanza,nuncahayqueperderla, perodesde elmiércolesnohan sacado anadie.Yoquiero encontrar amihijo,vivoomuerto.Enterooacachos,loencontraré.Mihijoesfuerte,esfuerte.Nopuedovolveracasasinél.Nopodrévolveracasaymiraralacaraasumadresilodejoaquí.Yanomequedan lágrimas.Meduele todo, laespalda, losbrazos,yanopuedo cerrar lasmanos, nome entra nada de comer. Excavo y excavo todo el díacomolocoporqueloquequieroesencontraramihijo.

Aprietalospuños,sesecalosojos,selequiebralavoz.—Porahíhaygentequenoestáhaciendonada,queandapaseándose.Sesacan

fotosdelantedelospedazosdeledificioqueaúnsiguenenpieenlugardeponerseaexcavar.Loshayinclusoquetraenmochilasysellevanalgúntrozoderecuerdo.Yalo verán, en cualquiermomento nos encontraremos con cosas que se subastan porinternet.Ayerpor la tardeamenacécon lapalaaungilipollasquequeríaquitaruncarteldelWordTradeCenterparallevárselo.YoerabomberoenBrooklyn.Mipadreerabombero.VinodePuertoRicoen1922.Josédecía:«Quieroserbombero,comoelabuelo.Elabueloeraelmejorbombero».

Intenta levantarse, se le doblan las rodillas y vuelve a sentarse.La camarera lecogelamano,peroélnoparecedarsecuenta.Elcapitándebomberosseacercayleponeunamanoenelhombro.Tampocolonota.

—Bueno,me vuelvo. Voy a escarbar hasta esta noche a las nueve. Tengo unafurgoneta,esprácticoparadormir.Mañanaregresaré.Necesitounpantalón.¿Sabendónde puedo conseguir uno? A José le gustaba ayudar a la gente. Ha muertoayudandoalagente.Siestávivo…¡Dios!¡Siestávivoiréalaiglesiayrezaréhasta


quememuera!Estome está comiendopor dentro.Cuando tenga su cuerpo en lasmanos,aunquenoseamásqueuntrocito,mevoyaderrumbaryvoyasacarlotodocomonunca.Porqueesmiúnicohijo.Joséesmiúnicohijo.

Dejasuvaso,nosmirasinvernos.Selevanta,recogelapalaquetienealospiesy,con pasitos cortos y arrastrando los talones, con la cabeza gacha, cruza la calle ydesapareceenelhumoblanco.

Nadieanuestroalrededorseatrevearomperelsilencio.Lacamarera, llorando,pasalabayetacongrandesgestoscircularesenlamesaqueacabadequedarlibre.Unbomberomurmura:

—Enmiparque,unhermanoestábuscandoaunhermano.Yséquehaymuchospadres, antiguos bomberos, que están aquí desde el principio. A los que hayanperdidoaunparienteoaunserquerido,eldepartamentoleshaautorizadoavenirsiquieren excavar en elmontón.Lo quemás cuesta es convencerlos de que paren ydescansenunpoco.

Lalluviaamaina,golpeteaconmenosfuerzaenel toldo.Noslevantamosynosponemoslosponchosdeplástico.

—Gracias.Hastaluego,quizá…—Pasenalavuelta,siempretenemoscaféreciénhecho.Buenasuerte.Lasdocenasde fuegos agazapadosdebajode los escombros, los chorros de las

mangueras contraincendios, algunas instaladas en las plantas de los edificios querodean la Zona Cero, la tormenta que se va calmando… Todo ello hace que porencimadelmagmaasciendaunamezcladehumoblanco,gris,másoscuroenalgunossitios.Porlanochehaninstaladounasgrúasypalasmecánicasconpinzahidráulica.Están por todas partes, moviéndose; parecen monstruos prehistóricos rodeando unfestín.Lascadenashumanasdelprimermomentocasihandesaparecido,sustituidasporequiposde ironworkers,bomberosyvoluntariosquetrabajanalrededordecadamáquinaparadespejarvías,retirarpiezas,rebuscarenellasyllevarlasalapartedeatrás si no hay nada.Desde allí se cargan en camiones que no paran de ir y venirhastalasbarcazasenelHudson.

Sehacenvariasreunionesconlosequiposdelamañana,porgrupos.Capataces,oficialesdepolicíaybomberosasistenalareunióndeplanificación,quesecelebraenunauladelaescueladeprimaria69,transformadaencuartelgeneral.

—Bueno,loprincipaleslaseguridad—diceunjefedeequipoporunmegáfono—.Ayerevitamosundramaporlospelos.Unapiezadetresplantassederrumbóycayóenpartesobreunapalamecánica.Porsuerte,lacabinaaguantó.Asíque,sioyensonartresveceslasirena,déjenlotodoysalgancorriendo.Losingenierosevalúanlosriesgos permanentemente. Tenemos que buscar y encontrar supervivientes, si Diosquiere,perotambiéntenemosqueevitarañadirnuevasvíctimas.

Aotrocarpinterodelhierroalquenoconozcodenada,untipofornidoconbigotevenidodeChicago,aAndyyamínospidenquesustituyamosa trescortadoresdeacero que se han pasado la noche despejando un camino hacia un hueco del que


parecen subir ruidos, como golpes en el metal. Están usando lanzas de oxígeno,sopletespotentesquefuncionanconbarrasdemagnesio.Comoeslaprimeravezquevamosautilizarlos,nosexplicancómofuncionan.

—Veréisquecasihemosterminadodecortarunavigamuygrandequecierraelpaso a un túnel—dice uno de ellos—.Noqueríamos irnos, queríamos terminar eltrabajoyverquéhayahíabajo,peronoshanechado.Buenasuerte,ytenedcuidado,porquecaenunmontóndecosas.Noosquitéiselcasco.

Cuando llegamos al lugar indicado, cuatro bomberos y dos enfermeras estánmirandoenunmonitordevídeolasimágenesquetransmiteunaminicámaraatadaaun palo que han metido en el paso que nosotros tenemos que terminar de abrir.Registraloquehayenlacavidaddosotresmetrospordelante.

—Esopareceunapuerta,fijaosenelpicaporte,ahí—diceunodelosbomberos—.Veunpocoladerecha…Ahí,másabajo,¿ves?Esloqueestamosbuscando, laentradaaunpasillo…Peroparecequeestábloqueado.Pasaalaizquierdadelcableparaquenoseenganche.¿Quéeseso?Acércateunpoco. ¡Hostiaputa! ¡Jefe, jefe,ven a ver esto, hay una cosa ahí que parece el asiento de un avión! ¿Puedesampliarlo?

Todosnos arremolinamosante lapantalla, donde sedistinguenunasbutacasdeplásticorecubiertasconlatípicateladelosasientosdeBoeing.Alsubirunpocolacámara,pasadosunosminutossevenlasletrasAMERICANAI.Elrestoesilegible,estátorcido.Alladosevealgoquepareceuncinturóndeseguridad.Eloperarioinsiste,sube, baja, bloquea la cámara, la desbloquea, damarcha atrás para intentar captarplanosmásamplios.Son,efectivamente, losasientosdeunode losavionesque losterroristaslanzaroncontralastorres.Nosevenmanchasdesangre,nihayrastrodelospasajeros,almenosnoenelestrechocampodelacámara.

—Muybien,yavale—diceelcapitándebomberos—.Sácala,tenemosqueentraraver.Metalúrgicos,ostoca.Terminaddecortaresavigahorizontalgrandeyavisadantesdequeceda,paraquetodoelmundoseaparte.Después,yaveremossisepuedebajar.

Nos ponemosmáscara, casco, guantes reforzados y encendemos dos lanzas deoxígeno.Hayquereptartresmetros,despuésponersedepieytreparporunmontóndecascotesparallegaralavigadecargaquehanestadocortandodurantelanoche.Encuentro el corte; necesitaremos alrededor de una hora. Andy empieza por miizquierda, a tresmetros. La llama azul del sopletemuerde el acero, las chispas sepierden detrás, en la negrura.Avanzo centímetro a centímetro, elmetal es grueso,debíadeserunadelasgrandesvigasquesosteníanlaentreplanta,ounadelascajasdelascensor.EltíodeChicago,quetambiénsellamaJohn,mevapasandobarrasdemagnesio.Comohayquetrabajarconlosbrazosenalto,empiezoatenercalambresyle paso el relevo. A nuestra espalda los bomberos le miran mientras trabaja. Uningenierogiralacabezaentodoslossentidos,palpalosescombrosconunavaraparatratardeaveriguarcuálessonlospuntosdébilesonotarsíntomasdederrumbe.


Quedancincooseiscentímetrosporcortarcuandolavigaempiezaacederconunlargocrujido.

—¡Todosatrás!—gritaelingeniero.John cierra la entrada de aire del soplete, se vuelve hacia nosotros, se quita la

máscaraysonríe.—Creoque va a valer. ¿Nos puedenmandar un cable de grúa?Meparece que

vamosapoderlevantarestetrozo.Lavigayanosemueve,pareceestable,el ingenierodaluzverde.Andysubey

regresaalosdosminutostrayendoenlamanoelganchogigantedeuncabledegrúayenlaotraellwalkie-talkie.

—Eloperarioestáenelcanal4.Cuandoqueráis.Johnlecogeelgancho.—Dámelo,voyaponerlo.Pasapordebajodelavigadecarga,entrelosdostrozoscortados,lanzaelcable,

locogeporelotrolado,lofijayvuelveconnosotrostantranquilo,comosiacabaradejugarunapartidadebolos.Sequitalamáscara.

—Enlosmarinesfuidesminador—explica.Cuando ya estamos todos fuera del agujero, un bombero hace el recuento para

asegurarsedequenofaltenadie.—Vale, vale, grúa 12, Alan, Alan, puedes empezar. Levántalo despacio, con

muchocuidado.Elcablese tensayendossegundos loquequedabadevigacedeyprovocaun

derrumbeque,apesardelalluvia,levantaunanubedepolvoquenosengulle.Nosalejamosmás,hastaunpuestodedescansoyavituallamientodelaCruzRojacontresmesasysillasplegables.

—Vamosaesperarunpocoaquebaje,yluegomiramossisepuedepasar—diceeljefedegrupodelapolicía.

—Hola,ustedesJohn,¿no?¿Seacuerdademí?Una mujer muy guapa, con el uniforme de la Cruz Roja, rizos pelirrojos que

escapan de la gorra y lasmejillas pecosas,me tiende una botella de agua con unasonrisa.

—Antesdeayerestabaenlaclínicade losojos.Se los lavé, los tenía llenosdepolvo.Teníaunaheridaenelcostado.Ustedesindio,¿no?DeMontreal,¿verdad?

—Sí,mohawk.Meacuerdodeusted.Muchasgracias.¿Cómoestá?—No es que haya dormidomucho, pero bien.No he pasado por casa desde el

martes;estoydurmiendoconotrastrespersonasenesecamiónqueestáahídetrás.—¿Dedóndeesusted?—DeEastFlatbush,Brooklyn.MellamoMarySullivan.—Somoscasivecinos,yovivoenBayRidge.—Es verdad. A veces voy a una pizzería que queda cerca del puente de

Verrazano.


—Meparecequelaconozco.Sieslaqueyocreo,eldueñoesamigomío.—¿NoviveustedcercadeMontreal?—TrabajoaquíyvoyaCanadádevezencuando.—¿Quierealgomás?¿Café?Estáreciénhecho.—Gracias,mevendrábien.Mesiento,mequitoelcasco,melopongoenlasrodillas,melimpiolacaraconel

pañuelo y abrounpaquete de galletas.Ella trae la cafetera y dos tazas grandes deporcelana.

—Estoyharta de los vasitos de plástico.He encontrado estas en un restauranteabandonadoenBroadwayymehetraídoseis.¿Azúcar?

—No,gracias.Sesirveunataza,acercaunasillaplegable.Debederondarlostreintaaños,tiene

ojosverdescondestellosdorados,uncuerpoesbeltoyunasonrisaluminosaquesubelascomisurasdesuslabioshastalamitaddeloscarrillos.

—¿TrabajaajornadacompletaenlaCruzRoja?—Paranada.Soyvoluntaria.Tressemanasalañoyalgunosfinesdesemana.El

restodel tiempo trabajo enuna editorial especializada en enciclopedias y libros detextoenManhattan,enelUpperWestSide.¿Quétalvasuherida?

—Bien,aunquemehanpuestodiezpuntosdebajodelbrazo.Dentrodeun ratotengoqueiraquemecambienlavenda,peroyacasinomemolesta.Creoquedentrodecuatrodíasmepodránquitarlospuntos.

Apeticióndelosbomberoshantraídounamangueracontraincendiospararegarlaentradadelacavidadqueacabamosdedespejaryasentarelpolvo.

—Muybien,valeasí—diceeltenientedelapolicía—.Voyairconelingenieroaecharunvistazo,averquépintatiene.Estadpreparados.Sihayvíalibre,bajaremospara intentar encontrar alguna entrada a los sótanos. Que nos acompañen dosironworkers,porfavor.

—Metengoqueir.Graciasporelcafé.Sitienetiempo,unatarde,¿leapeteceríairatomarunapizza?NoenBayRidge,cercadeaquí.Paracambiarunpocodeaires,despuésdetodoesto.

Ellasonríeyasiente.—Pormí,estupendo.Unmomento…Arrancauntrozodecartóndeunacajadebotellasdeagua,sesacadelbolsillode

lachaquetaunrotuladornegroyescribeunnúmero.—Sinoestoyaquí,llámeme.El jefe de grupo de la policía y un bombero salen de lo que ahora parece la

entradadeuntúnel.—Hay un montón de cosas derruidas y atravesadas, pero ninguna grande. Y

parecequeaguanta.Vamosapoderdespejarunpaso. Jeff,vealpuestodecontrol,necesitounos treinta tíos loantesposibleparahacerunacadena.Sipuedes,vuelveconellos.


Entramosenlagaleríayempezamosasacarconlasmanostodoloquesepuedeacarrear. Si pesa demasiado, hacemos palanca con una barra de hierro. Hay queagacharse, a veces avanzar gateando. Oigo a mi espalda cómo se va formando lacadenahumana; echamoshacia atrás todo loquepodemos.Delante, dosbomberosdestrozanahachazosuntabiquedeyeso.Depronto,unodelosgolpessuenaahueco.

—¡Joder, por fin! ¡Ya estamos! ¡Hay un pasillo, un pasillomuy grande! ¡Luz,traednosluz!

Alguien me da en el hombro y me doy la vuelta para coger dos linternascuadradas,depilas,quealumbrancomosifueranfarosdecoche.Avanzamos.Andy,quevajustodelantedemí,seponeacuatropatasparapasarpordebajodeuntrozode tabique. Le sigo. Se levanta, semete de lado por el paso horadado a golpe dehachapor losbomberos.Yahí estamos, enunaespeciedepasillo,omásbienunasala alargada, como un trastero. El haz de las linternas recorre el techo, que haaguantado.Enunrincónhaycajasybotesdeplásticograndes,comodepintura.Ytambiéndosescalerasdemanodealuminio.

—¡Jefe!¡Hayunapuerta,ahí!—diceunbombero.Las linternas se vuelven hacia él. Está cerrada; la abre a patadas. Entran seis

bomberosynosotroslosseguimosconelingeniero,dospolisytresenfermerosconcamillas.Elhazde lucesnosmuestra, enun silencio sepulcral,unoscoches.Estánintactos,aparcadosensusitio,cubiertosdepolvoblancoaligualqueelsueloylosextintoresde lasparedes.PasoeldedoporelcapódeunMercedes todoterreno:dedosatrescentímetros,cenizasycementopulverizado.

—¡Bomberos,somoslosbomberos!¿Hayalguien?¡Hola!¿Hayalguien?¡Siestáherido o atrapado, si no puede hablar, golpee con algo, haga ruido! ¡Estamos aquíparaayudar!¡Indíquenossuposición!

Lacapadepolvoatenúalosgritosdeljefedeequipo,quecogelapalanquetaquelleva colgando del cinturón y da varios golpes en una viga metálica. No hayrespuesta.Se llevalaradioa los labios:«Puestodecontroldebomberos,puestodecontroldebomberos,aquíGantz.Hemosconseguidoentrarenunaparcamientodelsótano. Esquina noroeste. Por el momento no hay nadie. Empezamos elreconocimiento,cierro».

—Noestoy segurodequepuedancaptarmedesdeaquí abajo—dice—.Bueno,formemos tres grupos. Por ahí, por ahí y por ahí. Todos de vuelta aquí en quinceminutos.Quenadiesepierda,tomadpuntosdereferencia.Yaguzadeloído.Laradiodebería funcionar entrenosotros a este nivel, en el canal 6. Ingeniero, ustedvengaconmigo.Elprimeroqueencuentrealgo,queavisealosdemás.

Voyhacia laderechacondosbomberos,unpoliyunenfermero.Enlamochilallevounalanzadeoxígenoybarrasdemagnesio.Avanzamosentrehilerasdecoches,elevando los pies a conciencia para no levantar polvo. El aparcamiento es muygrande,pero losúnicossignosdevidaquevemosyoímosson losde losotrosdosequipos.El11deseptiembredebiódesaltarlaalarmadeunCadillac;lasirenayano


suena, pero los intermitentes siguen encendidos y sus destellos brillan débilmentebajoelmantogris.Lapuertalateraldeunmonovolumensehaquedadoabiertayenel suelo han dejado abandonadas unas bolsas de deporte, como si alguien hubieraqueridollevárselasyluegohubieracambiadodeideaparairmásrápido.

Oímosunosgolpesdemetalyenfocamos inmediatamente las linternashacia laderecha,perosonsololoscompañerosavisandodesupresencia.Limpioconlamanola ventanilla del conductor de unDodgemuy grande, como si pudiera encontrar aalguiendormidodentro.

Laradiodelosdosbomberoschisporrotea:—¡Gantz,Gantz!SoyGómez.Estamosdelantedeunapuerta.Hayuncartelque

indicaSALIDADEPEATONES.Debededaraotrositio.¿Nosdapermisoparaseguir?—Gómez,Gómez,aquíGantz.Paren,paren.Espérennos.Veodóndeestán.Este

niveldelaparcamientoestávacío,vamosareunirnosparacambiardesitio.Atenciónatodos:reagrupamiento.AcudanadondeseencuentraelgrupodeGómez.Gómez,Gómez,mande destellos de linterna hacia el techo, por series de tres.Vamos paraallá.

Seguimoslasseñalesdeluzyllegamosanteunapuertadoble.Noestácerrada,yeltenienteGantzlaabredespacio.Cuandoestáentreabierta,sebloquea.Centímetroacentímetro,dosbomberoslaempujanconelhombrohastaabrirunhuecolobastantegrandeparaquepasemos.Eltenienteentraprimero.

—Esunagalería,unade lasgaleríascomercialesdel sótano.Sehaderrumbadounaparte.Haycascotes.Esperadunmomento,voyadespejarlapuerta.

Leoímosmoverapatadasloquelaestábloqueandoyleseguimos.Esunadelascallessubterráneasquehabíabajolastorres,dondesealineanlastiendaspensandoenlosmilesde trabajadoresquepasabanporaquíadiarioalentrarysalirdel trabajo.Bajabanacomer,hacíansuscomprasporlatarde,cuandoibancaminodelmetroodelaestacióndelPath,eltrendelaAutoridadPortuariaquelosllevaríaaNewJersey.

La capa de polvo que cubre las baldosas del suelo es más gruesa que en elaparcamiento.Enalgunossitiosestánencendidaslascajitasdeluzdeemergenciaquemandandesdeeltechoaureolaspálidas.Todolodemásestánegro.Pordebajodeunapuertasaleunhumogris.Recuerdaalaspelículasdecienciaficción,comoenAlien,cuandolosexploradoresseadentranenlasentrañasdelanaveabandonada.

—Dosequipos,poraquíyporahí.Canal6.Regresoaestepuntodentrodeuncuartodehoracomomáximo—diceGantz—.Mirenpordóndepisan.

Cercade lapuerta, cuatroescaparateshanestalladopor elpesode loscascotescaídosdebidoaunabrechaeneltecho.Algomásallá,lasvitrinasestánintactas.

Bajolacapadecascotes,enelhazdemifrontal,adivinoqueelpuestoqueestáami lado es una frutería. A un quiosquero le ha dado tiempo de cerrar y bajar lapersiana antes de irse. Paso el dedo por un expositor lleno de ejemplares delNewYork Times del 11 de septiembre: dos centímetros de polvo, fino como el talco.Avanzamos,giramosaladerecha.Nohayseñalesdevida.Lacapadepolvoesahora


más fina. Las tiendas están cerradas, intactas, con las persianas de hierro bajadas.DetrásoímosalequipodeGantz,cuyasllamadasretumbanenelvacío.

—Rob,Rob,mira.Ahídelante.¿Esonosonhuellas?Unodelospolicíasapunta la linternahaciaelsuelo,dondeseventresocuatro

paresdehuellasrecientes,botasgrandesquesedistinguenbienenelpolvo.Alladohayunrastrocontinuo,comodealgoquesehaarrastrado.

—Parecequenosomoslosprimeros…Sinquitarlavistadelsuelo,siguiendolapistaquegiraalaizquierda,llegamosa

unapequeñarotondade laquesalenvariospasillos.Elqueestáami ladoelevasulinternayvemosque,entredosescaparatesintactos,hanreventadoeldeunajoyeríadelujo.Losexpositoresestánvacíos,volcados.Dentro,todoestápatasarriba.

—Joder…—diceunodelosdospolicías,desenfundandosupistola.Unashuellasdepisadasenelfieltrocarmíndelescaparateconfirmanqueunoo

másintrusossehancoladoenlatiendaporahí.Algunosexpositoresderelojesestánintactos,otrosrotoscomoamartillazos,yvacíos.Lapuertasiguecerrada.Unodelospolispasaporelescaparaterotoyentraenlajoyería.

—Estonoesporelderrumbe.Esunrobo.—Pasaalatrastienda—.Haymarcasdegolpesenlacajafuerte,peronohanconseguidoabrirla.

Enelprecisoinstanteenqueponeelpieenlavitrinaparasalir,dosruidossordosrompenelsilencio.Acontinuaciónotro,unpocomáslejos,ydespuésoímoselruidodeunoscristalesquebrados.

—EsenoesGantz.Rob,venconmigo.¡Ysacalapistola,coño!Vosotrostres,niseosocurramoverosdeaquí.

Losdospolicíassalendisparados.Elhazdesus linternasbailaenlasparedesylosescaparates.Yoapagomiantorchaymifrontal,ylossigo.

—Oye,ironworker,¡quehandichoquenonosmovamos!Norespondo.Elpasillohaceuncodoaladerecha,yanoveolaluz.Perolosoigo.—¡Alto!¡Deténganse!¡Nosemuevan!¡Altoodisparo!Ruidosdecristales,depasoscorriendo.¡Bang!¡Bang!—¡Para,coño,para!¡Dejadedispararalaire!Vamosa terminarheridosporun

rebote.Déjalo,hanapagadolaslinternas,nosevenada.Déjalo.Veonuevamentelaluzdelaslinternas.Lospolisvuelvenhaciamí.Enciendola

mía.—¿Quiénandaahí?Dirijolalinternaamicarayenciendoelfrontal.—Tranquilos,tranquilos,soyyo,John.Estoyconvosotros.¿Quéhapasado?—Dosotrestíos,ladrones.Estabandandogolpesalescaparatedeunatiendade

ordenadores.Hemos visto sus frontales, pero ellos también han visto los nuestros.Han dejado las mazas y han salido corriendo —dice uno de los policías—. Hanapagado las linternas.Creoquesehanseparado. Imposiblesaberpordóndesehanido.Demasiadopeligroso.


—¡Es increíble! ¿Has visto? Después de lo que ha pasado aquí, unos tíos sepresentanenlaZonaCero¡pararobarynoparasalvarvidas!Sillegoacogeraunotegarantizoquenollegaaljuicio.

—Para,Rob.Dispararhasidounabobada.Ahoravasatenerqueexplicarporquéfaltan dos balas en tu cargador. Comisión al canto y toda la pesca. Tenemos queponernosdeacuerdoenlaversión.Nocreoquevalgalapenaquecontemosquenoshemostopadoconunosladrones.Selodecimosalcapitánylistos,élsabráquéhacer.¿Nosabíasquecadavezqueseproduceunaccidentedelosgordoshayrobos?YnosoloenNuevaYork,créeme.Vamos, tenemosque irconGantz.Hayquebuscar lamaneradeasegurartodoesto.

Losdosequipossedancitaporradioenunade lasrotondas,ynosotrosvamosdetrás. También ellos han visto escaparates rotos, una tienda de teléfonosmóvilesvacía,huellasdepasosydestrozos.

—Porlovisto,hayunaccesomásfácilqueelquehemosencontradonosotros—diceeljefedelequipo—.Puedequedesdelostúnelesdelmetroolasalcantarillas.Entodocaso,estávistoquelagentenohabuscadorefugioporaquí.

—Laverdadesqueentre el choquede los avionesy elderrumbamientode lastorres pasó casi una hora—dice Rob, el policía—. Si miles de personas tuvierontiempodebajardelospisos,raroseríaquelosvendedoresylosclientesdelastiendasde los sótanos nohubieranhecho lomismo.Seguroque a las nuevede lamañanatodavíanohabíamuchagenteenlasoficinas.Además,muchassalasdelossótanosseclausurarondespuésdelatentadode1993.Lorecuerdoporqueacababadeentrarenel departamento cuando aquellos tarados pusieron un coche bomba en unaparcamiento.

—Bueno,porahoravale—diceeltenienteGantz—.Vamosaponerunamarcaenel acceso por el que hemos entrado. El departamento enviará una misión dereconocimiento como Dios manda, que recorrerá los aparcamientos y las galeríascomerciales accesibles y encontrará los accesos.En todo caso, en estos sótanosnohaysupervivientes…¿Aalguienselehaocurridotraerunbotedepintura?

Anadie.De camino a la salida, uno va dibujando flechas con un rotulador negro en

paredesypuertas.Vemosmáshuellasenvariossitios,peronoacertamosasabersisonnuestrasono.

—Creíaqueéramoslosprimerosenencontrarunaccesoalossótanos,peroestáclaroqueno—señalaGantz.

Cuandosalimosdel túnelhadejadode llover.Otrogrupo,conmaterialpesado,generadoresyfocosmontadosentrípodes,sepreparaparasustituirnos.Porlovisto,ayerllegarondeCaliforniaunosespeleólogosespecializadosenrescates,contodosuequipo.

—Bueno,voyainformaralpuestodecontrol.Tengoquebuscarlosplanosdelossótanosparasaberpordóndehemosentrado,quépartehemosexploradoyquéqueda


porver—diceGantz—.Voyapediralosingenierosqueapuntalennuestrotúnelyloensanchen.Graciasatodos.

DetrásdelasmesasplegablesdelaCruzRojabuscolagorraylamelenapelirrojade Mary Sullivan. No me atrevo a preguntar a un voluntario si sabe dónde está.Acabode servirmeuncafécuandouncapatazmeve.Buscacuatrocarpinterosdelhierro con sus sopletes para reforzar los equiposque están terminandode cortar lapasarela, que sigue bloqueando laWest SideHighway, así quememarcho con él.AlgomásallávemosaAndyyaotrosdostíosquehaenviadoelsindicato.

Tenemostareaparadosdías.Si nos apartamos un poco del montón y nos acercamos al río, en función del

viento nos libramos del humo. Después de tres días en plenomagma, sienta bientrabajar al aire libre, en algo que se parece a una obra de demolición clásica, sincorrerel riesgode toparseconcadáveresopartesdeellos.Agrandamos lavíaparaque las grúas móviles, que cada vez son más pesadas, se puedan acercar. Hanampliado losmuellesde cargadelHudsonparadejar espacio abarcazasdemayortamaño,quesevanllenandoamedidaquepasanloscamiones,sininterrupción,lasveinticuatrohorasdeldía.

Latardedel17,cuandonospasamosporlamesadelsindicatoparajustificarlajornada,ArtLeary,delLocal40,nosdice:

—Aver,vosotrosdos,losindios,noquieroverosporaquínimañananipasadomañana. Dos días de descanso obligatorio. Subid a la reserva, descansad ytranquilizadavuestrasfamilias,queseguroqueestaránpreocupadas.Aquíhaytareaparameses,yalosabéis.Nadieseatreveaaventurarunafecha,peronomeextrañaríaqueelveranoquevienesigamosescarbandoporaquí.Estonosehahechonunca,asíquenohayplannimanualde instrucciones.Hayquedescansar, recuperar fuerzas.Asíquehastadentrodetresdías.

—¡Nihablar!Losbomberosnotienenqueatenerseaeso,asíquenoveoporquénosotrossí—protestaAndy.

—Losbomberostienentrescientoscincuentahermanosahíabajo.Porelmomentohacenloquelesdalagana,comolesdalaganaydondelesdalagana.Puedequelacosacambiemásadelante,peroporahoralosdejamosalosuyo.Largodeaquí,noquieroveroshastaeljuevesalasochodelamañana.

Volvemosalhotel.Lascosas son sencillasparaAndy,que llevamásdequinceañosdivorciado,suexmujerleodiaysusdoshijossonmayores.SevaaquedarenBrooklyn. Tiene una amiga en Bay Ridge; se alegrará de verle. Es uno de esosmohawkque, despuésdel divorcio, se distanciande la reservay solo regresanunavezalaño,enverano,paraelPowwow,lafiestagrandedejulio.Algunos,nisiquieraeso.Lafamosa«tierrasagrada»conlaquetantonosmachacannoesmásrealparanosotrosquepara los inmigrantes irlandesesosicilianos.Sinembargo,megusta laidea.Esromántico,algoqueestáennosotros,perohayqueadmitirqueresultamuylejano.Contodo,conozcoaalgunaspersonas,nomuchas,paralasqueesprimordial.


NosoncapacesdealejarsedeKahnawake, solo sedirigena sushijosenmohawk,prefierenmalviviren la reservaantesqueprobarsuerteenNuevaYorkocualquierotrositio.

Me planteo si coger la carretera para ir a Canadá. El día 11 por la noche, encuanto las líneas de teléfono volvieron a funcionar, llamé a mi mujer, Louise. Sequedó aliviada al saber que estaba vivo, pero sobre todo se alegró de podertranquilizaranuestrahija,Tami,quetienedoceañosynoparabadellorarviendolatele.Hacemesesquenovoyporlareserva.Enelúltimoaño,Louisemehaenviadodos veces los papeles del divorcio.Aúnno los he firmado, un poco por desidia, ytambiénunpocoparafastidiarla.Noscasamosdemasiadojóvenes.Nuestrospadres,queseconocían,loplanificarontodo,peronosotrossupinosenseguidaqueaquellonoibaafuncionar.

Estarde,decidoquenovoyaponermealvolantesietehorasdespuésdeundíacomoeldehoy.

—¿Louise?Hola, soy John. Sí, todo bien. Estamos en laZonaCero; necesitanironworkers para desmontar todo eso, como te podrás imaginar. Bien, sí, es duro,pero bien… Al menos nos sentimos útiles. ¿Te va bien que pase mañana porKahnawake a ver a Tami? También me gustaría ver a mi madre. Sí, sí, puedoquedarmeensucasa,notepreocupes.¿Mañanaporlatardeenlacasaalargada?Muybien,allíestaré.Unabrazo.DaleunbesoaTami.

Cuandocuelgo,Andymepregunta:—¿Quévaapasarenlacasaalargada?—Una ceremonia de homenaje por las víctimas, con colecta y recogida de

materialparaelpersonalderescate,yunaveladaenhonordelasTorresGemelas.Mipadrefueelúnicomohawkquemurióconstruyéndolas,ysiemprehansidopartedelavida de la reserva. Cuatro años de trabajo. ¡Dieron de comer a tantas familias deKahnawake!Crecimosa su sombra. ¿Teacuerdasdeque losviejos siempredecíaneso?

—Entalcaso,voycontigo.¿Mañanaporlamañana?—Sí,peronohacefaltaquemadruguemosmucho.Vale,aesodelasnueve,así

llegaremosporlatarde.Aldía siguienteechamosnuestrasbolsasdeviajeenmicoche,unFordCrown

Victoria modelo Police Interceptor de 1993: maletero grande y asientos amplios;chupa mucha gasolina, pero es perfecto para ir por la autopista hacia la fronteracanadiense.Motorpotente,suspensionesreforzadas,paragolpesdelantero.LapolicíadelestadodeNuevaYorklosrevendecuandolleganaochentamilkilómetros.Yolohepintadodenegroynohedesmontadoelreflectantequellevaenlacarrocería,bajolaventanilladelconductor.Aunqueyanolleveelpuentedeluceseneltecho,cuandolosdemásconductoresmevenporel retrovisorsehacenaunlado.Paracuandosedancuentadequenoesuncochepatrulla,yoyahepasado.


El ocho cilindros ronronea en la autopista; ya estamos cerca de la capital delestado,Albany.Lasestribacionesde lasAdirondacksestána lasalidade laciudad.Para losmohawk son el punto de entrada a territorios ancestrales de caza. En esainmensa sierra boscosa que fue nuestro territorio durantemilenios las carreteras sehansuperpuestoa laspistasque trazaron losantepasadosantesde la llegadade loscolonos.Enesa regióncasinoquedaniun indio.Los fuerondesplazandohacia elnorte con acuerdos nunca cumplidos, guerras, masacres, y el miedo a lasenfermedades que traían los blancos. Pero lasAdirondacks son nuestrasmontañas,parasiempre.

Losfarosiluminanelcarteldelasalida26,Pottersville.—Andy,necesitouncafé.VoyapararenelBlackBear.Trescurvasdespués,alolargodelaantiguacarreteranúmero9,distingoeltejado

demetalcoloradoylasparedesdemaderaoscuradelataberna.ElBlackBearesunbar-restauranteque,desdehacemucho,esparadaobligadaparalosironworkersquesuben semanalmente al norte. Los viejos cuentan que una noche de invierno unmohawk tuvo una avería y paró allí. Los dueños lo acogieron, le dieron de comerjunto a la chimenea y le dejaron una cama. Por la mañana, un mecánico de lascercaníaslearreglóelcoche.Elviernessiguiente,paraagradecérselo,elindiovolvióconveintemontadoresdeaceroquesubíanaKahnawake,yasísurgiólatradición:enelBlackBear,amediocaminoparairacasa,siempreserecibebienaloscarpinterosdel hierro. Cerveza, café, hamburguesas, bollos caseros.Media hora y vuelta a lacarretera.Durantemucho tiempopresidió labarrauncuadroque representabaaunguerreromohawkconsuspinturasdeguerrayuntomahawkenlamano;ahorasevelabanderadebarrasyestrellasconelretratodeunindioenelcentro.

AparcoelFordjuntoalahileradepinososcuros.Elairedelamontañanospilladesprevenidos.Nossubimoselcuellodelachaquetayempujamosladoblepuerta.Lacamarera, sindudapor la ropaque llevamos,sedacuentadequesomosunpardeironworkersdecaminoalnorte.

—Buenosdías.¿Caféomenúdeldía?—Solocafé,gracias.Ytartademanzana,sitiene.Andy va al baño.Me fijo en los carteles que decoran las paredes de troncos.

ClásicosamericanoscomoJamesDean,ElvisPresley,FredAstaireyGingerRogers,Humphrey Bogart, Harry el Sucio. En una pizarra está anotado el plato del día:«Almejasalvapor,sietedólarescincuenta».Justoencimahayunareproduccióndeuncarteldelosañostreinta:SEPROHÍBETERMINANTEMENTEVENDERCERVEZAALOSINDIOS.Enunaesquinadelrestaurantehayunatiendecitaconcamisetasygorrasdecoradasconunahuelladeosonegroyunainscripción:ATRÉVETEASEROSO.

Mientras corta un trozo de tarta templada con helado de vainilla,Andy parecedirigirseasuplatocuandodice:

—Quélocura,loquehemosvistoestasemana.Ahíarribanoselovanacreer…


—Sí, sí que se lo creerán. Quedan unos veinte tíos que estuvieron en laconstruccióndeesastorres,puedequemás.Loentenderán.

Pagolacuentaylacamarerasedespide:—Buenviaje,chicos.Es raroverosporaquíentre semana, tan tempranopor la

mañana…Echamos tres galones de gasolina en el depósito, compramos seis cervezas y

entramos en la interestatal 87. Enciendo la radio, 107.7WGNA, Today’s CountryMusicfromAlbany,queponetrescancionesseguidasdelasDixieChicks.PasadoeldesvíoaPortHenry salgode la autopistay cojo la73Oeste.Soncientocincuentakilómetros por las Adirondacks, entre montañas, en pleno bosque. La carreteraserpentea,peroesmáscorta.

Lospinosdesfilancomomurosnegrosaamboslados.Elmotorronroneaconlasrevolucionesprecisas.Voycortandolascurvas,sonríobienacomodadoenmiasiento.Buscolalínearectadeunacurvaalasiguiente,acortolastrayectorias,hagoquelagrava canturree en el arcén, acompaño el estribillo, apuro la frenada, dejo que lasruedas traseras se vayan mínimamente, un segundo o dos, y enderezo rozando elfreno.

Andy ha reclinado el respaldo y se ha dormido. Cruzamos pueblos desiertos,seguimosríos,bordeamoslagos,subimospuertos,bajamosvalles.Unciervocruzaalolejos,separaenmitaddelacarreteraydesaparecedeunsaltoentrelamaleza.

Saranac,DebarMoutain,MeachamLake,Malone.Lassiluetasde fábricasodeserrerías,quellevanlustroscerradas,sedibujancomogigantesdormidosenelcieloazulintenso.Uncarteldemaderaclavadoalaentradadeunpuentedice,escritoconpinturanegra:THISISMOHAWKLAND.Yahemosllegado.

Voydirecto a casademimadre, enunapequeñacalle sin salidaqueda alSanLorenzo.Me loesperaba:Tami,queestáenelporchependientede loscoches,mesaltaalosbrazos.

—¡Papá!¡Papá!Mamámehadichoqueestásayudandoalosequiposderescateenlastorresquesehanderrumbado.Nosabeselmiedoquehepasado.¿Noesmuypeligroso?

—Claroqueno,tesoro.Losestadounidensesnecesitanalosmohawkporquesonconscientesdequesomoslosmejoresparacortarvigasdeacero.Yasabeslobienqueseme damanejar el soplete. Cuando se cayeron las TorresGemelas fue como unmikadogigante.¿Sabesquéeselmikado,esospalitosdemaderaparajugarquehayqueirquitandodeunoenunosinquelosdemássemuevan?Puesaquílospalitossonvigasdevarias toneladas.Nohaygrúas lobastantefuertespara levantarlas,asíquenosotros las cortamos en trocitos para que las grúas se los puedan llevar. No tepreocupes.Lo peligroso fue el día que se cayeron.Ahora lo que hay que hacer eslargoydifícil,ypuedequedebajohayagenteheridaesperandoayuda.Hayquedarseprisa,peroyanohaypeligro.

TamidaunbesoaAndyymecogedelamanoparaentrarencasa.


—Papá,ahíesdondemurióelabuelo,¿verdad?Enesastorres.Nomeheatrevidoapreguntárseloalaabuela…

—Sí,elabuelomuriócuandolasestabanconstruyendo.Unapartedeélsigueallí.Cuando vi que se derrumbaban fue como si alguien hubiera venido a destruir sutumbaamartillazos.Tengoqueestarallíyayudaraencontrarsupervivientes.Porél,ypormí.Loentiendes,¿verdad?

Ellanoresponde,perorestriegalacabezacontramipechocomoungatito.Louisehaavisadoamimadre,quesellamaigual,ynosesperaconfiletes,sopay

pan demaíz.Me abraza con los ojos llenos de lágrimas; yo tengo que doblar lasrodillasparadarleunbesoenelpelo.

Hasacadounálbumdefotosdelaestanteríaylotieneabiertoenlamesa,cercade la chimenea, en las páginas donde se lee: «Agosto 1968». En la primera fotoapareceellaentremihermanoRobertyyo,quetendríaunosdiezaños,delantedelaentradaa laobradelasTorresGemelas.Mipadresacóesafotolaprimeravezquefuimosaverle,unosdíasdespuésdequeempezaraaconectarlaspiezasdeaceroqueyoestoytroceandoahora.Enotra,Robertestásubidoaloshombrosdepapá,quemeda lamano, delante de un ascensor de obra. En otra se ve, al fondo, el puerto deNuevaYork y la estatua de la Libertad.Hay otra en la que salimos jugando en elpuentedeBrooklyn.

—Sihubieravivido,¿teimaginaslapenaquelehabríadadoatupadreverenlatele cómo desaparecían esas torres?—dicemimadre—.He visto a algunos viejosllorar como niños en la sala de la Legión Estadounidense. Hombres curtidos,compañeros de tu padre, Jones,Wild Bill, Miller, los que lo trajeron después delaccidente.Sevanaalegrardeverte.

Una de las dos casas alargadas deKahnawake está al final de la calle.Vamoshastaallíandando.Comomandalatradición,ensusgrandessalasrectangulares,conpoca decoración o ninguna, recubiertas de madera de suelo a techo y con gradasrodeando una o dos estufas, allí es donde se celebran reuniones, fiestas, bailes…todaslasceremonias.

Elaparcamientoestácasi lleno.Habrámuchagente.Antelagranpuertaabiertalos jefes de cada clan reciben a los que llegan. StanleyRochelle esmi tío abuelo,dirige el clan del Oso, al que pertenece mi familia. Me da un abrazo y fuertespalmadasenlaespalda.

—¡John!Me he enterado de que acabas de llegar deNuevaYork.Gracias porvenir.Asípodráscontarnosquéhapasado.Meheacordadomuchode tupadre.AlatacarelWorldTradeCenter,esoscabronesdeterroristastambiénnoshanatacadoanosotros.No se van a salir con la suya. ¡Se van a enterar de lo que es tener a losmohawkdeenemigos!

Haymuchosqueno séni cómose llaman,perome suenan sus caras.Estrechomanos,besoalosniños.Haymontonesdecarpinterosdelhierrojubilados,otrosaúnenactivo.Enmediodelasala,sobrelaestufaapagada,hayunostazonesdearcillaen


losqueseconsumenunashojasdetabacodeceremonia.ElhumoqueasciendenosconectaconelCreador.Unosadolescentesempiezanacantaryatocarlostambores,perolesriñen.Aúnnoeselmomento.

Se charla en grupitos, las gradas se van llenando. Una manaza se posa en mihombroy,aldarmelavuelta,metopoconWildBillCooper,elmejoramigodemipadre. Hace años que no le veo. Ha encanecido, sus hombros de coloso se hanencogidoylasarrugasdesurostro,querodeanunanarizdeáguila,sonprofundas.Seapoyaenunbastónyapenaspuededoblar la rodilladerecha.Perosumiradasiguebrillandoconelfuegoquetantomeimpresionabaymeasustabadepequeño.

—John,muchacho,québienquehayasvenido.YasabíayoesemalditodíaquesiestabasenManhattaniríasalTradeCenterconunsoplete,yquenoseríaselúnico.Sonlastorresdetupadre.Cuandovimosquesecaían,aquí,enlatele,alprincipionosquedamoshelados.Luegonospusimosallamarahijos,sobrinos,alosjóvenes,enCanadáyentodaspartes,ylesdijimosquecogieranherramientasysopletesysefueranaNuevaYork.LasTorresGemelassonnuestras,lasconstruimosnosotros.Asíqueesavosotrosaquienescorrespondeecharlasabajoydespuésandarporelcielo,atornillar las vigas y honrar a los antepasados cuando llegue el momento dereconstruirlas.—Meagarraporelhombroymellevaaparte—:Escucha,hijo.Tengoquecontarteunsecreto.


8

MontrealMarzode1885

CuandoapareceelpenachodehumoblancoenelextremodelandéndelaestacióndeBonaventure, la banda del sexto batallón de fusileros deMontreal empieza a tocar«TheBlueBellsofScotland»ysurgeunclamorentreelgentío:

—¡Yaestánaquí!¡Ahívieneeltren!¡Yallegan!Sehancongregadocientosdepersonas,nosololasfamiliasmohawkprocedentes

deKahnawakepararecibirasushombres,sinotambiéncanadiensesdeascendenciafrancesaybritánica, oficiales, periodistasy curiosos intrigadospor los artículosdeprensa.Unapancarta suspendidade lasvigasmetálicasque cubren lavía lesda labienvenidaeninglésyfrancés:WELCOMEHOME.BIENVENUSALAMAISON.

La locomotora bloquea los engranajes con un chirrido, se detiene y expulsagrandes bocanadas de vapor, como si fuera un telón que al levantarse abriera lasportezuelasdelosvagonesparadarpasoaunacomitivaextraordinariaqueempiezaallenar el andén. Uniformes ingleses desparejados, chaquetas rojas con charreteras,pantalones de sarga gris, faldas escocesas, chilabas cuajadas de condecoraciones,borceguíesdepiel,babuchasbordadasconhilosdeoro,cascoscoloniales,turbantes,gorrasmilitaresconlasinsigniasdelaRoyalNavy,fecesdeEgiptoconlargasborlasnegras.Llevancimitarras,lanzas,farolillosdecristaldecolores,espejosconmarcosde conchas, ceniceros de coral, banderas, estandartes, collares de amuletos, fusileslargos con incrustaciones de nácar en la culata, alfombras enrolladas, cuchillos ypuñalesensusfundas,unareproducciónenmaderapintadadelaEsfingedeGuiza,unracimodedátiles,unacruzcoptachapadadeoropuro.

Unodeellossostieneunajauladehierroenlaqueunaparejadelorosverdesygrises mantiene el equilibrio en la percha; otro lleva en cada hombro un monitoatemorizado, atado con una correa de piel a un ancho cinturón plateado. Cantan,bailan, ríen, gritan, dejan en el suelomacutos enormes de lona y abren los brazoscuando,entrelamultitudquecorrehaciaellos,distinguenasusparientesyamigos.Seis meses después de su marcha a África, los voyageurs del Nilo, bronceados,orgullososyrisueños,hanvueltoacasa.

Laaventuraempezóel20deagostode1884,cuandoHenryCharlesKeithPetty-Fitzmaurice, nombradogobernador general deCanadá por laCorona de Inglaterra,


recibió en la ciudadela de Quebec un cable encriptado de la Colonial Office deLondres.Unavezdescodificado,elrepresentantedeSuMajestadleyóque,apeticióndel generalGarnetWolseley, que se disponía a partir haciaSudán al frente de unaexpedición,senecesitaba«enrolaratrescientosbuenosvoyageursdeCaugnawaga(elantiguonombredeKahnawake)paraservircomopilotosdebarcosenunaexpediciónporelNilo.EnrolamientodeseismesesconpasoporEgipto».

«Voyageurs»:esetérmino,enfrancés,designaalospilotosdebarcosycanoasenlosríosdelnordestedeAmérica.Desdeelprincipiodelacolonizaciónyelcomerciode pieles, la reputación de los mohawk como gancheros, navegantes, guías yaventurerosnotieneigualenelNuevoMundo.

En1870,GarnetWolseley,porentoncescoronel,ysuadjunto,eltenienteWilliamButler,estabanacantonadosenCanadácuandounjefemestizo,LouisRiel,sepusoalfrente de una rebelión en la provincia deManitoba. Riel, que dirigía un pequeñogrupoenaquelterritoriodelGranOeste,senegabaasometersealaautoridaddelaConfederación Canadiense que se había fundado dos años antes. Se hizo con elcontrol de varias localidades, entre ellas Fort Garry, en el río Rojo, y fundó ungobiernomestizoprovisional.

LaCoronade Inglaterray lasnuevas autoridades federales canadiensesqueríanapagarlallamasecesionistaantesdequesepropagara.Enpocosdíasseorganizóunaexpedición compuesta por milicianos canadienses y soldados ingleses. Dado queWashington negó autorización de paso a una fuerza armada extranjera, y que elferrocarril transcanadienseaúnseestabaconstruyendo,soloquedabanlosríosyloslagosdelazonafronterizaconEstadosUnidosparaqueelcoronelWolseleyllegaraaFortGarryymetieraenveredaalosrebeldes.

Elcoronelseacordabadecuandohabíaestadodestinadoen1862enLaPrairie,frenteaMontreal,muycercadeKahnawake,dondeadmirabaenelSanLorenzo ladestreza, la fuerzayelvalorde losgancherosmohawk.Contratóa cientocuarentapara que fueran sus pilotos en lo que se iba a convertir en «la expedición del ríoRojo».Repartieronaloshombresenvapores,ydespuésencanoas.Lamisióndelosmohawkerapilotar,remar,cargarahombroslasembarcacionesyllegarenmenosdetresmesesaFortGarry.

Cuando le avisaron de su llegada, Louis Riel huyó a Estados Unidos y laautoridadserestablecióenlaprovinciadeOttawa.«Afortunadoeloficialquecuentecon los hábiles iroqueses, los mejores barqueros de Canadá, para maniobrar susembarcaciones»,escribióelcoronelWolseley.

A su regreso a Londres, ya convertido en general, recordó que losmohawk lehabían pedido que organizara una expedición para socorrer al general CharlesGordon, apodadoGordon«Pachá», que, conunpuñadode hombres, estaba siendoasediadopormilesdemusulmanesrebeldesenJartum,capitaldeSudán.

Alfrentedelainsurrecciónestabauntemidojefereligiosoypolítico,mediolocoymedio estratega, llamadoMuhammadAhmad ibn as Sayyid abd Allah, también


conocido comoElMahdi.Era el hijodeun carpinteroque logró convencer agranpartedelpaísdequeeraserlaencarnacióndelMahdi,elmítico«imánprometido»delasocultacionescuyallegadaanunciaelCorán.QueríalibrarasupaísdelatuteladeElCairoydeLondres,ysoñabaconcrearuncalifatoquefueradesdeBagdadhastaSevilla.

ElejércitodeElMahdi,malequipado,peronumerosoyfanático,habíavencidoalastropasegipciasysitióalúltimocontingenteinglésenJartum.GordonPacháhabíaevacuado a los súbditos ingleses, a las mujeres y a los niños, pero se negó aabandonar la plaza incluso cuando todavía disponía de un vapor en elNilo que lehubiera permitido huir. Estaba convencido de que la Corona no podía mostrardebilidadsacrificándole,yqueacudiríaensuauxilio.

En Londres, la opinión pública se sintió conmovida y le apoyó. Hubomanifestacionesenlasquesegritósunombre,laprensaloconvirtióenunhéroedelimperioyforzóalEstadoMayoraorganizarunaexpedicióndesdeElCairo.

Para recorrer a contracorrienteelNilohasta Jartum, sortear rápidosycataratas,ButlermandóconstruirenInglaterraochocientosbarquitosinspiradosenlaschalupasballeneras, lo suficientemente ligeros para transportarlos a hombros cuando losobstáculos fueran infranqueables. Con dos mástiles y velas rectangulares, lasembarcaciones podían transportar doce soldados con sus víveres, armas ymuniciones.

A principios de septiembre de 1884, el secretario militar del gobernador deCanadá, Gilbert Eliot, desembarcó en Kahnawake. En el despacho del jefe delconsejo,JohnFarber,lassonrisasdesusinterlocutoreserandebuenaugurio.

—Señores,tengoelhonordeinformarlesdequeelejércitodeSuMajestadofrececuarenta dólares mensuales, el doble que los sueldos de la región, además de unequipamientocompletoparaelclimadeldesierto.Laduracióndelcontrato serádeseis meses, que pueden ser renovables. Les garantizamos que no tendrán quecombatir.SumisiónseciñeapilotarlosbarcosqueremontaránelNilo.Necesitamosunarespuestarápida,puessaldremosdeMontrealdentrodedossemanascondestinoalMediterráneo,Gibraltar,ydeahíaElCairo.

Lapropuestasuponíaembolsarsedoscientoscuarentadólaresenseismeses,conbillete de ida y vuelta para conocer Oriente y susmaravillas, África, remontar encanoaunríomítico,aqueldonde,enlaBiblia,Moisésfuesalvadodelasaguasporlahermanadelfaraón.Lalistadevoluntarioscreciómuydeprisa

JoeRochellenolodudó.TantoparaélcomoparaloscincuentayseishombresdeKahnawakeque firmaronparaviajarmásalládelhorizontecon la ideade regresarsemanas omeses después, cargados de historias y de riquezas, aquello equivalía aseguirlospasosdesusantepasados,loscazadores,losguerreros,losexploradores,delos que se decía que algunos, mucho antes de que apareciera el hombre blanco,recorrieronel continenteensuscanoasdecortezay llegaronconellasaorillasdel


Pacífico y hasta el golfo de México. Entre los mohawk, en eso consistía ser unhombre.

—Esunaoportunidadúnica—ledijoJoeRochelleasuhermanoAngus—.Sabesperfectamenteque,amiedad,noseguirémuchotiempotrasegandolamaderada.Elveranopasado,cuandoresbaléentredospalos,penséquenolocontaba…Estootro,elNilo,África,ElCairo,eldesierto…¡Eslaaventura!

Joefueelprimeroenalistarse;elsegundofuesuamigoyfuturocuñado,MatthewLaLiberté,prometidoconEmmaRochelle,queeralahermanadeAngus,JoeyPeter;elcasamientoestabaprevistoparaunañodespués.LapagadevoyageurdelNilonopodíallegarenmejormomentoparacubrirlosgastosdeinstalacióndelapareja.

La época del año también era propicia: principios de otoño, justo antes de lasprimeras nieves y heladas. El regreso estaba previsto en primavera, a tiempo paravolver al trabajo forestal, la cazay el transporte fluvial.Ningunode losvoyageurstenía una idea clara de cuál era su destino, pocos eran capaces de situarÁfrica, ymenos aún Egipto o Sudán, en un mapa, si es que llegaban a ver uno. Sir Eliotprometióllevarlesunplanisferiolasemanasiguiente,cuandoregresarapararecogerlalistadefinitivayentregarlasprimasporelalistamiento.

Devueltaacasapaseandoporlaorilladelrío,trasdejarescritossusnombresenlahoja,JoeledijoaMatthew:

—De lo que no cabe duda es de que nunca nos pagarán tan bien por recorrermundoypilotarbarcosmientraslossoldadosinglesesseocupanderemar…

El día de la partida había casi cuatrocientas personas en uno de los muellesprincipalesdeMontrealparaembarcarseenelOceanKing,unpaqueboteprocedentedeEscocia.Teníanordendereclutara«trescientosbuenosvoyageurs»mohawk,peroen dos semanas solo consiguieron que se alistaran cincuenta y siete. Algunosdudaron,yotrossedejaronconvencerdenohacerloporsusfamilias,aterradasporlas crónicas que llegaban a la prensa—deformadas y con retraso— sobre aquellainsurrecciónde«sanguinariosafricanosmusulmanes»detierraslejanas.Almandodesiete oficiales británicos y un médico, iba un grupo compuesto por aventureros,barqueros, leñadores, peones, cazadores más o menos experimentados,francoparlantesoanglófonos,inmigrantesinglesesyescoceses.

La víspera, en compañía de Angus y Emma Rochelle, Joe y Matthew sedespidierondeKahnawakeycelebraronenunrestaurantedeMontreallamarchadeloshéroes.

—Prométemequevolverásdentrodeseismeses—ledijoentresollozosEmmaasu novio—. El oficial inglés ha dicho que la campaña se puede alargar, que elcontrato se puede ampliar una vez allí… Pero ¡yo te espero en primavera, paracasarnos!Júramequenotevasaretrasar.Yquenovasacorrerriesgos.

—Telojuro,amor—respondióMatthewabrazándola—.Enmayoestaréaquí.Yaheencontradounterreno,cercadelrío,parapedirautorizaciónalconsejoyconstruir


nuestracasa.Podremosempezarlasobras,yahanderribadolosárbolesparalasvigasdelaestructura.Estaréahí,ydeunapieza,teloprometo.

TraspasarlanocheenelhotelitodeunamigodeAngus,llegaroncontiempodesobra,debuenamañana,almuelledesalida.Losoficialesinglesesycanadienses,enformación junto a la escalerilla de embarque, estrecharon lamano de los valientesconefusividadyunaampliasonrisa.

—Eslaprimeravezqueloscanadiensesparticipanenbatallasporlagrandezadelimperio. Su presencia nos llena de orgullo, y también que los escudos de CanadáondeenenelcielodeÁfrica.¡Lesdeseoatodosbuenafortuna!¡QueDioslesproteja!—exclamóunodeellos.

Alospiesde lapasarelahabíagentedesectasevangélicasentregandoa todoelmundounabibliailustradaacolormientrasunpastorrepartíabendiciones.

EncuantoMatthewysuhermanopusieronelpieenlaescalerilla,Emma,quenopodíacontinuar aguantando lasganasde llorar, se fuecorriendohacia la salidadelpuerto. Angus habría preferido quedarse en el muelle y saludar con el sombrerocuandoselevaraelancla,perocomonoqueríadejarlasola,lasiguióazancadasylaconsolópasándoleelbrazoporelhombro.

La sirena resonó en toda la ciudad.Unamuchedumbre abigarrada y entusiastadespidió al navío que, siguiendo el San Lorenzo, partió rumbo a su viajetranscontinental.

LaprimeraparadaenTrois-RivièresylasegundaenQuebecpermitieronquelosque habían llegado tarde aMontreal subieran a bordo tras un viaje en tren. En laexplanadade la ciudadeladeQuebec, el gobernadordeCanadáyotrosdignatariospasaron revista a una tropa variopinta, saludándolos y felicitándolos en francés einglés.

—LamitaddeestagentenuncasehubieradignadoponerunpieenKahnawakenidirigirlapalabraaunsalvajesinotuviéramoslareputaciónquetenemosenelrío—protestóMatthewentredientesmientrasveíanpasar ante ellos, sobre el barro, a lamujerdelgobernador,todadeblancoconsusbotinesysucrinolina.

Al día siguiente continuaron por el gran río. Cuando ya se acercaban a ladesembocadurasubierondelabodegaunoscajonescargadosconropadecampaña,quesedistribuyeronentrelosvoyageurs:ropainteriordelanagris,unpardecamisasde franela, dos pantalones de tweed, un sombrero de ala ancha y una cazadoraNorfolk, tambiénde tweed.El intendenteademásentregóacadaunounamantadelana, una toalla, utensilios de cocina y un petate de lona gruesa para transportarlotodo.

—Pero¿nohaceenEgiptouncalordemildemonios?—preguntóMatthewaunsoldadoinglésquelemiró,peronorespondió—.¿Estonoesdemasiadoabrigo?

Sus sospechas quedaron confirmadas cuando vio a los oficiales probarseuniformesmásligeros,dealgodónbeis,ycascoscoloniales.


Elmédicodelaexpediciónlesentregóatodosunafajadefranelaylesenseñóaponérseladandodosampliasvueltasalaalturadelvientre.

—CuandolleguemosaEgipto,quenadieselaquite.Lesprotegerádelcólerayladisentería—dijo el mayor Hubert Neilson, enviado por el regimiento de artilleríacanadiense.Peronuncallegóaexplicarcómounsimpletrozodetelapodíaprotegerde esas enfermedades y, al cabo de unos días en el Nilo, nadie se molestó enponérsela.

Elrepartoconcluyóconunasgafasconloscristalestintadosenazuloscuro,«quelesprotegerá losojosdel terrible sol tropical», segúneldoctor. Ibanenunabonitafunda grabada con la inscripción «B. Laurence, optician. London», y se iban aconvertirenunodelostesorospreferidosdelosvoyageurs,queapenaslasusaronenlaexpediciónyvolvieronconellasaCanadá,dondesefuerontransmitiendodeunageneraciónaotracomounareliquiaounrecuerdo.

JoeyMatthew,comotodoslosdemás,sehabíanllevadounabolsadepielconunmachetedecaza, tabacodeceremoniaydosparesdemocasinesdeantebordados,queno tardaron enpreferir a las botas que les entregaron. Joe también se llevó surevólverdeseisbalasenvueltoenunpañodealgodónimpermeabilizado,ytrescajasdemunición.

Lacomidaabordoeranutritivayabundante,yseservíaahorasfijasenvajillademetal y porcelana. Todo era gratis, una suerte que asombraba mucho a losvoluntarios, acostumbrados a tener que pagar de su bolsillo el rancho de guiso decerdo con judías que suele servirse en los bosques de tala o las balsas de troncos.Habíainclusolibrosyrevistas,enfrancésyeninglés,barajasyjuegosdemesa.

Pasada la desembocadura del San Lorenzo y antes de iniciar la travesíatransatlántica, el Ocean King hizo escala para abastecerse en carbón en Sidney,Nueva Escocia, donde tres hombres desertaron. En cuanto la costa canadiensedesapareció del horizonte, comenzaron los diez días de travesía con destino aGibraltar. Lamarejada balanceaba el barco para desgracia de los voyageurs, sobretodolosindios.AlcabodeunosdíasMatthewconsiguiódejardemarearseypasearporlacrujía,peroJoesepasóeldíatiradoenlalitera,lívidoydurmiendotantocomopudo.

EnGibraltar,elcoronelCharlesDenison,oficialalmandodelcontingente,lesdiopermisoparabajaratierra.Loshombrespermanecierontodoeldíaalsol,visitandoelfuerte,admirando lasvistasdelestrechoyel tráficomarítimo,y fascinadospor losmonosquejugueteabanporlosacantilados.

Llegada la hora de volver a bordo, dos indios ojibwa que habían empinado elcodomás de la cuenta en una taberna se liaron a puñetazos conmedia docena depolicías y unos cuantos transeúntes. Al final llegaron refuerzos, que consiguieroncontenerlosyllevarlosderegresoalbarcoconlasmanosatadasalaespaldamientrasellosdosberreabancánticosdeguerra.Abordolosdetuvieronylossancionaronconunamultadeveintedólares.


Elcruceropor elMediterráneodiscurriócomoun sueño,porunmarencalma,protegidosdelsolportoldosextendidossobreelpuente.Loshombrespasaronelratojugando a tirar de la cuerda, echando pulsos o midiendo su habilidad al lanzarherraduras.ElpadreArthurBouchard,capellándeabordo,quehabíaviajadoyaporOrienteMedio,dabacharlassobreesastierras,hacíalecturasyofrecíaconsejosobrelas cosas que se deben hacer y las que conviene evitar a la hora de tratar con losautóctonos.Porlanochesonabanguitarrasyguimbardas.

—Vimosdelfinesechandocarrerasconelbarco,ballenasy tortugasmarinasenunaguadeunazulyunatransparenciaquenoseveaesteladodelocéano—cuentaJoeRochelleasuregreso.

Frentea la isladeMalta,elOceanKing adelantóaunvapormáspequeñoquetransportaba a El Cairo «nuestros barcos, los botes balleneros construidos enInglaterra para remontar el Nilo. A esta velocidad llegaremos a Egipto antes queellos,mejorquemejor»,segúnconstaenelrelatodelcoronelDenison.

A principios de octubre el vapor atracó en unmuelle deAlejandría repleto degente. Estaba rodeado de buques de guerra de la Royal Navy, falucas, mercantes,barcosdetodaíndolequedescargabanmercancías,vehículos,víveresymuniciones.

—Desembarcamos muy rápido, pero nos tenían prohibido salir del puerto.Tuvimosquepasarhorasyhorasesperandoenelmuelle,hastaquebajaronnuestroequipajey todoelmaterial—rememoraJoe—.Losegipciosveníanavernosynoshablaban,peronadielosentendía.Porlanochelosoficialesvinieronabuscarnos.

Los voyageurs pasaron su primera noche en tierra sin salir del puerto, en unhangar, descansando en unos catres plegables y envueltos en un calor húmedo yperfumado,juntoconsoldadosllegadosdetodoslosrinconesdelimperio.Alahoradelacena invitaronaJoeyaMatthewa lacantinadeunaunidaddegurjas.Ensuinglés escolar, aquellos soldados bajitos y fornidos procedentes de las laderas delHimalayaylosindiosmohawkdelasorillasdelSanLorenzoconversaronsobresustierras natales, sus viajes, sus partidas de caza y sus combates. Los gurjas noentendían por qué Joe yMatthew no iban de uniforme. A los dos amigos, por suparte,lesfascinabanloskukris,unoscuchilloslargosycurvosquelosgurjasllevabansobreelvientre,metidosensufunda.Quisieroncompraralguno,ohacerseconélpormediodeuntrueque,perolosgurjassenegaronentrerisasysirvieronotrarondadetéconespecias.

Al día siguiente los voyageurs recibieron unos cascos coloniales blancos, loshicieronformarencolumnaydesfilarhasta laestación,donde losesperabaun trenespecial.Elvagóndelosoficialesestabacerradoconcristalesyseparecíaa losdeprimeraclaseenlostrenescanadienses,perolosdelatropaestabanabiertosdeparenpar.Unosbancosdemaderaalineadospermitieronalosvoyageursapelotonarseentrearcones,petatesylonaparalastiendas.

—En cuanto las ruedas empezaron a girar —recuerda Joe ante una cerveza,acodadoenlabarradecobredelrestaurantedondesehanparadoatomaralgoalsalir


delaestacióndeMontreal—,laarenaqueproyectabaelvientonoscubriódearribaabajo. No había pasado ni una hora y ya teníamos la piel tan oscura como losegipcios.

Coge lasmanosde suhermanae intentahacerque sevuelvaydejedemiraraMatthew,alquenohaquitadolosojosdeencimadesdequehaaparecidoenelandén.

—¡Y no sabes qué calor! Emma, un calor que no te puedes ni imaginar.Aquípuede hacer calor en verano, pero allí los olores son tan intensos, y el aire tanhúmedo, que casimarean.Así que, para escapar del amontonamiento del vagón ybuscar un poco de frescor, nos subimos al techo y nos quedamos allí sentados.Teníamosparanosotroselcielo,yelríoalolejos;¡eraprecioso!

LavíadeltrenibaparalelaalasorillasdelNilo.—A la altura de Alejandría el Nilo es tan ancho como el San Lorenzo en

Kahnawake,perosinrápidos,yesdecolorocre,casidorado,algoqueyonohabíavistonunca,enningúnrío.

Elfértildeltaalimentabazonashúmedashastadondealcanzaba lavista,por lasquepastabanbúfalos.Loscampesinos,conelaguahastalacintura,recogíanarrozoformaban brazadas de largos juncos. A algunos, el verde de las terrazas que secultivan en las colinas les hacía pensar en los jardines del Edén, recordando laslecturasdelaBibliaenlaescueladelamisiónjesuitadesuniñez.

Después estaba el desierto, hasta el horizonte. El tren pitaba para que losdromedarios y sus jinetes se apartaran de la vía, porque la usaban de pista.En lasparadasenpequeñasestacionesaisladas, losvoyageurs ibancorriendoa las fuentesparallenarbotellasycantimplorasqueenvolvíanentraposhúmedos.

EltrencruzólosarrabalesdeElCairosindetenerse.Vistadesdelosvagones,laurbe parecía inmensa, gris, baja, polvorienta y superpoblada para aquelloscanadienses que, excepto unos pocos, lamayor ciudad que conocían eraMontreal,consusmuellesdemadera,suscallestrazadasacordelysusedificiosrecientes.

—Unoficialvinoynosdijoque,sitodoibabienenlamisión,talvezpudiéramospararundíaodosalavuelta,antesdetomarelbarco—cuentaMatthew—.Teníamoscuriosidad por ver las famosas pirámides y la Esfinge, que el padreBouchard noshabíaenseñadoengrabados.

Llegaron a una pequeña estación a la salida de El Cairo, donde hicieron undescanso de una hora para la cena (carne en lata, pan y té), que se sirvió en losvagonesy,yadenoche,volvieronasalircondestinoaAsiut,unpuertofluvialdondeterminabalavíaférreayalquellegaronalamanecer.Ancladacercadelaorillahabíaunaflotadefalucas,barcazasyvapores,algunosconpabellónbritánico.

—Como nos habían hablado de unas catacumbas antiguas y maravillosas enAsiut, pedimos permiso para ir a verlas, pero los oficiales nos dijeron que no—cuenta Joe—. Decían que no podíamos perder tiempo porque la vida del generalGordon y sus hombres estaba en nuestras manos. Si llegábamos pronto a Jartumpodríamossalvarlos,perosinosentreteníamosporelcaminotodosmorirían.


Pusieron el equipamiento en carros ymarcharon todos hasta la orilla delNilo.Allísecruzaronconunosprisionerossudaneses,altísimos,deunnegrocasiazul,queibanconlacabezagachayatadosunosaotrosconcadenasdehierro.Losvigilabanunossoldadosegipciosquelesdirigíansonrisasyfrasesenárabe.

—EnelNilonosesperabaunconvoyfluvial—prosigueMatthew—.Dosvaporespequeños,barcazasychalupas,lasqueteníamosquepilotarríoarriba.

Cadabarcoamotorllevabaaremolqueunabarcazayunrosariodecanoas.Alaespera de la partida, repartieron entre los voyageurs cacharros de cocina yprovisiones, de los que echaronmano los cocineros para preparar la comida.Cadaunoseinstalóensusitio.EnlasbarcazasylascanoasmetieronlasmantasylaslonasparalastiendasprevistasenelviajeaAsuán.

—Eracasicomoestardevacaciones—diceMatthewsonriente—.Comoelvaportirabadenosotros,fuimostanagustoenlascanoas,durmiendoymirandoelpaisaje.Había monumentos antiguos por todas partes. A veces eran templos inmensos,horadados en la roca. Otras eran estatuas de personajes sentados o de pie, de unaalturademásdeveintemetros.Perocasinuncapodíamosacercarnosaverlas.Lospocosegipciosqueveníanconnosotroscasini lasmirabany,comonohablabanniinglés ni francés, tampoco podían explicarnos qué era eso que veíamos, pero eraincreíble.

No se podía ni pensar ennavegar de noche, por los bancos de arena.Aúltimahorade la tarde,elcoronelDenison indicabadóndeacampar.Siestabacercadeunlugar antiguo autorizaba a un contingente a visitarlo, pero la prioridad era ir almercadoparacomprarpescado,verdurasydátilesparacompletarelrancho.

Unatarde,cuatroocincovoyageurssealejarondelcampamentoalcaerlatardeyunpocodespuésseoyóundisparo.

—Estabanrobandosandíasenunhuerto,ylosegipcioslospillaron—relataJoe—.Enlahuida,unodelosnuestrosdisparóymatóaunodelpueblo.Aquelloestuvoapuntodeconvertirseenunarevuelta,asíquetuvimosquelevantarelcampamentoantes de que amaneciera.Al día siguiente el coronel intentó averiguar quién habíadisparado,peronoloconsiguió.Hizopagarunamultaalosqueestabanentierraymandó que se confiscaran las armas personales. Como yo nunca había sacadomirevólverdelpetate,yelúnicoquesabíaquellevabaunoeraMatthew,decidícallarmeyquedármelo.

Apartirdeentonces,ladisciplinasereforzóyseprohibiósalirdelcampamento.LatropallegóaAsuándespuésdepasarcercadelasantiguasciudadesdeTebasy

Luxor,peronosedetuvieron.Losescoltaron,con losenseres,hasta losvagonesdeuna línea de ferrocarril de unos diez kilómetros, construida para evitar la primeracataratadelNilo,quenosepodíasalvaracontracorriente.Allílosesperabaunvaporque remolcaba unas cuarenta chalupas para llevarlos hasta Wadi Halfa, el fuertedondesehabíaconcentradolaexpedicióninglesaparamarcharsobreJartum.Esafuela última parte del viaje en que los remolcó un vapor. A última hora de la tarde


admiraronlostemplosmajestuososdeAbuSimbelylasestatuascolosalesdeRamsésIItalladasenlapiedraocre,cercadelafronteraconSudán.

Acodadoenlabarra,JoeRochelleseacabasupintadecervezarojaypideotra.—Pensábamosqueseríaestupendodisponerdetiempoparavisitaresostemplosa

lavuelta,perosabíamosqueteníamosquedarnosprisa.Unos kilómetros después deWadi Halfa estaba el punto en el que el Nilo se

dividíaenvariosbrazos,ningunodeellosnavegable.Ahílosesperaban,alineadosenlaorilla,cercadeuninmensocampamentomilitar,lasdocenasdecanoasconlasqueibanatenerqueremontarlacorriente.Atracaronylevantaronlastiendasparapasarlanoche.

Al día siguiente, el jefe de la expedición, el generalWolseley, fue a visitarlos.Estrechómanos,inspeccionóembarcacionesysereunióconelcoronelDenisonylosoficiales. Antes de irse, frente a los voyageurs congregados en la orilla, dio lasgraciasa«nuestroshermanoscanadiensesporhabersesumadoaestaodisea,desdeelSanLorenzohastaelNilo,desdelastierrasnevadashastaeldesierto,paraponersuextraordinario talento como remeros, que les ha dado fama en elmundo entero, alserviciodelimperioydeunanoblecausa».

—Cuandoterminóeldiscurso,doshombreslellevaronunadelasdoscanoasdemaderadearcerojoquehabíamostransportadodesdeKahnawake,pintadasconloscoloresdelclandelLobo.Elgranjefeinglésparecíaunniñoconzapatosnuevos…Retrasó sumarchaparadarseunavueltapor el río concuatrode losnuestros, queremabancontodassusfuerzasylograbanirtanrápidocomolosbarcosdevapor—cuentaJoe.

LasegundacanoafueparaelcoronelDenison,quesepasóenellalamayorpartedel tiempo controlando el convoy de chalupas, pues eramásmanejable para ir ríoarribayríoabajo.

Laprimeratareadelosvoyageurscanadiensesconsistióenremontarunasecciónde rápidos con alrededor de cien canoas, previamente vaciadas, que los soldadosinglesesesperabanríoarriba,aunoscincokilómetros.

Se elevaron losdosmástiles, se largaron lasvelasy, con seis hombres en cadaembarcación, se pudo avanzar a buen paso contracorriente. Los pilotos mohawksabían leer en los remolinos de agua lodosa, zigzaguear por el río en busca de losmejores pasos, deslizar las canoas entre las rocas que afloraban, y se retaban paratenerelhonordeserlosprimerosenllegar.Parasuperarelobstáculoprincipal,unacataratadeunpardemetros,agarrabanlascuerdasquelestendíanunoscamellerossudanesesqueestabanenlasorillas.Abordosequedabasolouno,elpiloto,mientrashombres y animales tiraban con todas sus fuerzas. La canoa, sin su cargamento,saltabaelobstáculoyseguíaavanzando.

—Dejamos laschalupas,bajamosapieporel senderoquediscurría juntoa losrápidos,yvolvimosa subirnos—explicaMatthew—.Hacíacalor,mucho,peroerasoportable.Laverdad,nosimaginábamosqueseríapeor.


—Sí,perohicimosbienennofiarnosdelaropaquenoshabíandadoalprincipio,acuérdate —apostilla Joe—. Esas cosas inglesas para ir de caza cuando llueveabrigabandemasiado.Yolascambiéporcamisasblancas,queesloquellevaallítodoelmundo.Encambio,estootroquenosdieroneraperfecto—dice,dandogolpecitosal casco colonial blanco, lleno de barro, que lleva sujeto al cinto—. Todos nos lohemostraído.Paraesteverano,enelSanLorenzo,vaaserlomejor.

Unavez superadaesaprimeraprueba, elEstadoMayorpidióque treintay seismohawk tomaran la delantera para la tercera catarata, donde tenían que poner apruebalaresistenciade lascanoasysucapacidadpararemontar losrápidosconsucargamentodehombres,armasymuniciones.Lacargadelascanoaserademásdedos toneladas, con ocho soldados ingleses o egipcios subidos a bordo junto con elpilotomohawk.

Allí, en el altoNilo, el río a veces tenía casi trescientosmetros de anchoy unmontón de brazos e islas. Las corrientes eran muy fuertes y muy peligrosas. Setrataba de la zona del río donde más difícil les iba a resultar a los voyageurscanadiensesremontarlascanoas.

JoeRochelle,haciendoelgestodelpilotoagarrandoeltimón,lodescribeasí:—Eran rápidos a los que no era fácil enfrentarse, porque cambiaban de un día

paraotroconelniveldel río.Pedimosa losoficialesquedarnosenunmismositioparahacervariasidasyvenidas,alolargodevarioskilómetros.Así,alcabodeunosdías, ya sabíamos dónde estaban los sitios buenos de paso. Los soldados inglesespasaban de una canoa a otra; era lomás fácil. La verdad,modestia aparte, es quehicimos un buen trabajo—dice, dando unas palmaditas en el hombro a su futurocuñado.

Aunquepasaronmuchotiempoenelmismolugarysubieronybajaronmontonesdeveceselmismotramoderápidos,nollegaronaestablecerningúncontactoconlossudaneses.

—Acampamos cerca de un pueblo pero, quitando a los que trabajaban paranosotros, siempre se mostraron hostiles —lamenta Matthew—. Los niños huíancuandonosacercábamos;lasmujeres,quellevabanvelo,semetíancorriendoensuscasitas de adobe rodeadas de tapias.A veces nos tiraban piedras. Los que estabancontratadosparaelavituallamientooparatirardelaschalupassolohablabancuatropalabras de inglés, o hacían ver que lo hablaban. No creo que llegaran siquiera aentenderporquéestábamosnosotrosallí,niporquéllevábamostantascanoashaciaelsur.Creoque,sobretodo,teníanmiedodelossoldadosydelasarmas.

—Sí—prosigue Joe—.Pero laverdad esquemuchosde losnuestros tampocoentendían qué pintábamos allí ni por qué había que llevar por los rápidos tantoshombresytantomaterial.Esodelosrebeldesyelasedionosparecíamuylejano.Yopreguntabaa losoficialescuandomecruzabaconalguno,peromecontestabanquetampocolosabían,onomerespondían.


Losrebeldescortaroneltelégrafo.Lasnoticiasllegabanamedias,tantodesdeelnortecomodesdeelsur.Entodocaso,enJartumseestabapasandohambre.Noibanaaguantarmuchotiempo.AcudieronrefuerzosycanoasdesdeElCairo.Losmohawkhacían en solo unas horas, de vacío, el camino que habían tardado tres días enrecorreracontracorrientepara llevarmásarmas,víveresymunición.Losmilitares,sentadosentrelascajas,remabanmanteniendoelritmo.Altimónibaunpilotoindio,yotroenlaproa,conunganchoparasondearelríooapartarlaproadelasrocas.

—Ennuestro trozodel ríohabíadoscascadasdemasiadoaltaspara saltarlas—agregaJoe—.Elejércitohabíainstaladodoscampamentosconcientosdesoldadosyporteadores egipcios y sudaneses. Vaciaban las canoas, se lo echaban todo a loshombros y lo cargaban doscientos o trescientosmetros, y volvían ameterse en elagua.Haciafinalesdediciembreuncapitánnosdijoquelasituacióneradeurgencia,queJartumibaacaer,porloqueenviaronunacolumnamontadaendromedario,poreldesierto,parairenlínearectayevitarungranbucledelNilo.Pero,porloquenosdijeron,llegarondemasiadotarde.

El28deenerode1885losrefuerzosarribaronaJartumynoencontraronmásqueruinas, una ciudad saqueada, incendiada y llena de cadáveres. Dos días antes, lasúltimaslíneasdefensivashabíancaídoymilesderebeldescruzaronlafortificaciónytomaronlacapitaldeSudán.LosseguidoresdeElMahdilellevaron,clavadaenunalanza, la cabeza de Gordon Pachá. El jefe rebelde murió meses después encircunstanciasmisteriosas,yesopusofinalarevuelta.

—Adondenosotrosestábamos,bienadentradosenelbajoNilo,nollegóningunanoticia hasta más de una semana después —prosigue Matthew—. La muerte delgeneral inglés supusouna tristenoticia,perono implicabael finalde laoperación,sino todo lo contrario. Fue un acicate para organizar a la tropa y perseguir a losrebeldesyasu jefe.Peronuestrocontratodeseismeses llegabaa término,asíquehabíaquetomarunadecisión.

El joven se vuelve hacia su novia, que no le ha soltado lamano desde que habajadodeltren.

—Paramí,estabaclaro.Yoteníaquevolver.Ycasitodoslosmohawkhicieronlomismo.

Apesardelaspagasextra,dequeaumentaronelsueldomensualasesentadólaresyprometieronequipamientonuevo,todosloshombresdeKahnawake,conexcepcióndeunpardejóvenesaventureros,senegaronareengancharseotrosseismeses.Loscanadienses llevabanmalelcalor,y losseismesesqueseguían ibanaseraúnmássofocantes. Además, todos sabían que en la reserva se iba a celebrar una reuniónimportante,enlaqueseredistribuiríantierras,el1demayo.Losquenoestuvieranpresentessequedaríansinnada.

Los voyageurs de Kahnawake se despidieron y, en chalupas, vapores y trenes,emprendieronelcaminoderegreso.Alirenelsentidodelacorriente,todofuemásrápido. A su llegada a El Cairo se llevaron una sorpresa. Por orden del general


Wolseley, que quería «recompensar a los voyageurs que han hecho una excelentelaborenlosrápidosdelNilo»,seencontraronconunprogramadevisitasorganizadasporlaagenciadeviajesThomasCook.

JoeRochellesesacadesubolsadepielunahojadecartulina,ladesdoblaylalee:—«Alosvoyageurscanadienses:seinformadequesehantomadolassiguientes

disposiciones para permitirles visitar El Cairo y las pirámides por invitación delgobiernodeSuMajestad».

Acontinuación iba elprogramadeuna jornadade turismode lujo, conun trenespecialparallevarlosalcentrodelaciudad,cochesdecaballosparavisitarelpuentedeKsarelNil, laplazaAbdin,elpalacio,lamezquitadelsultánHassan,elbazarylosjardinesdeEsbekiya.

—Tehe comprado esto en una joyería cristiana del bazar—le diceMatthew aEmma,sacándosedelbolsillounabolsitadepielroja.

Dentro hay un collar con cinco hileras de bolas de oro labrado, ligeras comoburbujas,queleponealcuelloantesdebesarla.

—LlegamosaprimerahoradelatardealaspirámidesdeGuizadonde,bajounacarpa, nos esperaba un almuerzo. Unos guías nos llevaron hasta allí. Dimos unavueltasubidosaunoscaballospequeños.¡Yoescaléunadelaspirámidescasihastaarriba!Sontumbas,conentradassecretas,delosgrandesfaraonesdeEgipto.Esunespectáculo impresionante, unos monumentos majestuosos. También vimos laEsfinge,esinmensa…AúltimahoradelatarderegresamosalaestaciónysalimosparaAlejandría.

El6defebrerode1885,por lamañana,untransportede tropas ingléssaliódelpuerto. Hizo una escala en Malta y otra en Cobh, Irlanda, donde los viajerostransbordaronaunpaqueboterumboaHalifax,enlacostacanadiense.EnesaciudaddeNuevaEscocialesesperabaeltrenavaporque,el6demarzoporlamañana,losllevóaMontreal.


9

NuevaYorkNoviembrede1970

Estaes laprimeravezqueJohnLaLiberté,dedieciséisaños, salede la reservasinqueleacompañeningúnfamiliar.EnelinstitutodeKahnawakehubounincendio,poruncortocircuitoeneldesván,yhaymuchosdestrozoseneltercerpiso.Tuvieronqueintervenir los bomberos y, aunque los daños no sean graves, las aulas van a estarcerradasunasemanapararepararlacubiertayrehacerelsuelo,demodoquesehancanceladolasclases.

—Mamá,porfavor,déjameirconpapáaNuevaYork.Aquímevoyaaburriryhacemuchoquenovoyaverle.Ayerhabléconélyleparecebien,tevaallamarestanoche. Por favor, mami, puedo ir en coche con Sal y los hermanos Jones. Notendremos que gastar nada, porque además el viernesme vuelvo con papá.Me hadichoqueyasoylobastantemayorcomoparaacompañarleundíaalatorreparavercómotrabaja.Nohayningúnpeligro,yelsupervisorhadichoquevale.

Alcaerlatarde,elteléfonosuenaenlacocinadelacasademaderagris.Louisese convence con solo unas frases. Es consciente de que en ese momento su hijomayor necesita a su padre, así que da su consentimiento para que se marche eldomingoporlanocheconunacuadrillaquevuelveaNuevaYork.PasarálasemanaenBayRidgeyManhattan,yregresaráaKahnawakeconJackatiempodevolveraclase,justoantesdelafiestadeAccióndeGracias.

Alassietedelatarde,elChevroletCapricedelprimoSalsedetienealapuertadesucasa.Desdequeerapequeño,comomuchosdesuscompañerosdecolegio,Johnhavividoalritmodelamarchadominicaldesupadre.LosfinesdesemanaleparecíaqueJacknohabíahechomásquellegar,habíanechadounapartidadelacrosseodebéisbolelsábado,habíaarregladotresmaderasdelafachadayenseguida,eldomingoporlatarde,yaestabapreparandosubolsadeviajeparavolveramarcharse.Élysuhermanopequeñolloraban,lepedíanquesequedara,noentendíanporqué,aligualqueotrospadresdelareserva,teníaqueirsetanlejosypasartantotiempofueradecasaparaganarselavida.Enverano,enlasvacaciones,oentreobrayobra,avecessu padre pasaba semanas enteras en casa. Sus hijos esperaban que se quedara yencontrarauntrabajonormal,comolosblancosdeChateaugayquevolvíantodoslos


díasacasaparacenar,peroundomingoporlatardellegabauncochegrandequeselollevabaaNuevaYork,Bostonoaúnmáslejos.

Ahora que había llegado a la edad en que la presencia de los padres se hacíamenosnecesariaque lade losamigos, sus sentimientoshaciaeloficiode supadrehabíancambiado.ElorgullodesaberqueestabaconstruyendogigantesenelcielodeAmérica, el estatus de los ironworkers en la reserva, el respeto por la tradiciónfamiliar, los buenos sueldos, los regalos procedentes de la gran ciudad, el últimomodelodeNike—queaúnnohabíallegadoaMontreal—ylacostumbreadquiridahabían hechomás soportables sus ausencias. A veces, en la tele ponían reportajessobrelosskywalkers,donderesaltabansuvalorydestrezafueradelocomún.

«Esloquehacenloshombresdeaquí,ylohacenmejorquelosblancos»,decíaconunbrilloenlosojoslamadredelclanenlasreunionesdelacasaalargada.

Los hermanos Jones (Louise nunca recuerda sus nombres de pila, los dos separecenmucho y nunca sonríen) están sentados detrás. Los acompaña una caja detreintaydosBudweiser,quelesirvedereposabrazosenelcentrodelasiento.

—Sal,porfavor,quenotomecerveza,queacabadecumplirdieciséisaños.Yporfavor,porfavor,nocorras.Tenéistodalanochepordelante.YasabescuántosdelosnuestroshanmuertoeneltrayectodeaquíaNuevaYork.Lamadredicesiemprequelosaccidentesdelacarreterahanprovocadomásmuertesquelascaídasenlasobras.

—Tranquila,Louise,notepreocupes,amínomegustacorrer.Aestashoras,yenestaépocadelaño,haypocagenteenlacarretera.Tellamaremosnadamásllegar;aélledejaremosenBayRidgeantesdeiraltrabajo.—Yagrega,dirigiéndoseaJohn—:Venga,chaval,subedelante.

Johnabrevialadespedida,colocalabolsadeviajealospiesdelasientodepielrojizayseacomoda.Cuandodoblanlaesquinadelacalle,Salpegaunacelerón.Unode los hermanos Jones le ofrece a John una botella abierta, y el otro le da unapalmadaenelhombro.

—Bienvenido almundode verdad, chaval.Ya verás, de noche el viaje se pasacomoenunsueño.Estoteayudaráadormir.NuevaYorkteespera,¡lagranciudadestuya!

Johnsonríe,searrellana,tomaunsorbodecervezaparadarsevaloryvedesfilarlospinoscubiertosconlasprimerasnievesdelotoño.SalponeuncasetedeJohnnyCash y los hombres cantan a coro el estribillo: «Because you’re mine, I walk theline!».AJohnlegustaríahacerlomismo,perocomonosesabelacanciónselimitaabalbuceardosotrespalabras.

Poco después llegan al puesto fronterizo.BIENVENIDO A LOS ESTADOS UNIDOS DEAMÉRICA. Según se acercan, al ver el Caprice y a sus ocupantes, la pegatina delsindicatoylaplumadeáguilacolgandodelretrovisor,undomingoporlanocheyaesashoras,elagentereconocealosmontadoresdeacero.Salfrenaybajaunpocolaventanilla.


—¡Hola, chicos!—dice animadamente, todo sonrisas bajo la gorra—. ¿Habéispasadobuenfindesemana?¿Ganasteisesepartidodelacrosse?Tenedcuidadoenlacarretera,yaverdóndeponéislospiesenlaobra.¿Cómovanlastorres?¿Suben?

—Muchomásdeloqueteimaginas.DicenqueparaNavidadyahabremospuestola última viga de la estructura. ¡Son los rascacielosmás bonitos del mundo, te loaseguro!Adiós,Ned,hastaelviernesporlanoche.

—Onen! («Adiós», enmohawk)—contesta el agente del puesto de control, unrostropálidomuypálido.

—Pero,Sal,¿nonospidenlospapelesparacruzar lafrontera?—preguntaJohnmientraselcocheaceleraenlanoche.

—No,yahacemuchoqueno.EnlosañosveintedetuvieronenFiladelfiaaunodelos nuestros, Paul Diabo, de la gran familia Diabo de Kahnawake. Estaba allíconstruyendo el puente sobre el río Delaware; los mohawk ya tenían fama comoconstructoresdepuentes.Peroleacusarondetrabajoclandestinoeinmigraciónilegalporque,segúnellos,éleracanadienseynoteníapermisodetrabajo.YahacíamuchoquetrabajabaenEstadosUnidos,comotodoelmundo,ynadielehabíapedidonuncanada.Latribuhizounacolectaparapagarlelosmejoresabogadosy,alfinal,unjuezfederalnosdiolarazónremontándoseauntratadodehacecientocincuentaaños,detiemposdelacoloniainglesa.Segúnesetratado,dadoquelastierrasancestralesdelosiroqueses,nuestrastierras,estabansobrelafronteradelosdospaísesmuchoantesde que llegaran los blancos, tenemos derecho a pasar de uno a otro cuando nosplazca,y a trabajardondequeramos.Esa fronteranoexisteparanosotros.Avecesalgúnreciénllegadonoscontrolaporquenolosabe,perolosdemásse loexplican.Nosvenpasartodoelaño,yalgunossehanconvertidoenamigos.

Elronroneodelmotor,elChevroletmeciéndosecomounachalupa,lacalefaccióna tope y la tercera cerveza pueden con la emoción de John, que empieza a darcabezadasmientraspasanentrelosárbolesnegrosdelasAdirondacks.

Abre un ojo cuando se paran en la gasolinera de Pottersville. Al amanecer,cuando el cielo se vuelve blanco por el este, sobre el valle del Hudson, Sal ledespiertadándoleuncodazo.

—Mira,John,vamosacruzarelríoporelpuenteGeorgeWashington,laentradaaNuevaYork.Almenos treintade losnuestrosayudaronaconstruirloen losañosveinte.Dosmurieron,unocayóalagua.CreoqueeraunRochelleounLaLiberté,yaselopreguntarásatupadre.Podríamospasarporeltúnel,seríamásrápidoirporBayRidge,perohasdesaberqueun ironworkersoloentraen laciudadporesepuente.Otracosaseríaindigna.

BajanporlavíarápidaalolargodeManhattan.Johnnodejademirarelskyline,la silueta que los rascacielos dibujan en el cielo. Aparcan delante del edificio decuatropisosdondeJack tienealquiladounapartamentoen laplantabaja,conotrosdosmohawk.SalylosJonesvivenadoscalles.Enlapuertaseencuentranunsobreclavadoconunachincheta:«Hijo,hetenidoquesalirantes.Tedejolasllavesenel


Denny’s,dondelastortitas,¿teacuerdas?PídeselasaJoyce.Volverésobrelascuatro,iremosatomarunaspizzas.Hastalatarde.Papá».

—Bueno,nosotroshemosdemarcharnos.¿Todobien?—Sí,sí,gracias.Papáhatenidoqueirse,peroleverédespués.Graciasportodo,

quepaséisunabuenasemana.ElChevroletarrancaysevaendirecciónalnortedeBrooklyn;vanallegartarde

a la obra. En la acera, con su bolsa en lamano, John se vuelve y ve el cartel delrestaurantequeestáenlaesquinadelacalle.Nohahechomásqueentrarcuandounacamarera, una morena muy alta, delgada como un fideo y de cabeza alargada,enmarcadaenuncabellomuyliso,lesonríe.

—Buenosdías,¿quieresdesayunar?—Buenosdías,estoybuscandoaJoyce.¿Trabajahoy?—Llegarádentrodeunahora.¿Quierestomaralgomientras?—Sí,porfavor.¿Tienecoposdeavenayjarabedearce?—¡Vaya! Tú debes de venir de Canadá. Pero eres un poco joven para ser

ironworker…—Elironworkeresmipadre,sellamaJack.JackLaLiberté.—Jack…¡Sí,claro!Joycesevaaalegrar.Siéntate.Tengocoposdeavena,pero

no estoy segura de que haya jarabe de arce, voy a mirar. Si no, puedo mandar aalguienacomprarlo.

Una joven rubia con uniforme de trabajo, treintañera, de aspecto cansado, conunos cuantos kilos demás y lamelena recogida en unmoño, abre la puerta, pasadetrásdelmostradoryvuelveconundelantal rosayunadiademadecartón.Enelmuchachosentadoalamesaqueleindicasucompañerareconocelanarizaguileña,losojosclarosylascejaspobladasdesupadre.

—¡TúeresJohn,elhijodeJack!BienvenidoaNuevaYork.¡Cómohascrecido!Cadavezteparecesmásatupadre,tienessusojos.Haceunañoodos,antesdeiraverlasTorresGemelas,vinisteacomeraquícontuhermanopequeño,¿teacuerdas?Ahoraestáshechounhombre.Tengotusllaves,Jackvinoacenarayerymelasdejó.¿Quieresunpocomásdecafé,omáscoposdeavena?

—No,peroseloagradezcomucho.Ellasonríeconlamayoramabilidad.—Porfavor,trátamedetú.Hacemuchoqueconozcoatupadre.—¿Mepuedesdarlasllaves,porfavor?Voyairalpiso,mehepasadolanoche

enelcoche.—Sí, claro. Voy a buscarlas. Si quieres seguir con la tradición familiar y

convertirteencarpinterodelhierro,estanochededomingoalunesquehaspasadoenla carretera va a ser la primera de una larga serie, así quemás vale que te vayasacostumbrando.

Parapagarlostresdólaresconcincuentadelacuentacambiaelbilletedeveintequelediosumadrecuandosemarchó.


—Jackmehadichoquetevasaquedarunosdías,quehancerradotuinstitutoporun incendio.Así quehasta luego, John, seguroquevolveremos a vernos—lediceJoyce,pasandolabayetaporelhule.

En el pasillo del apartamento adivina cuál es la habitaciónde su padre.De lastres, es laúnicaqueestámásomenosordenadaycon la camahecha.Además, sereconoce,deniño,enlasfotosquesupadrehapuestoenlapared,sobrelamesademaderabarataquelesirvedeescritorio.Enunaestáenunacanoaconsumadreysuhermano;enotrasestálafamiliaalcompletodelantedeunacatarata,sobrelahierbadelantedecasaoenunaplazadeMontreal.Enunaesquinavelosbatesdelacrossequehizoamanosuabuelo.Jacklehadichomuchasvecesquelegustaría jugarenBrooklyn, pero que exceptuando las universidades, a las que no tiene acceso, noresultafácilencontraruncampodecésped.Cruzalacocina,quetienelapilallenadevajillasuciaydondeseacumulanpordocenaslasbotellasvacíasdecerveza,yvaalcuartodebaño;curiosamenteestámuy limpio,yhay trescepillosdedientesenunvasodeporcelanablanca.

Enelsalón,quetienerejasenlasventanasquedanalacalle,enciendelatele,sesientaenelsillónmáscómodoyseduerme.Ledespiertalasirenadeuncamióndebomberos.Muertodehambre,rebuscaenlaneveraysepreparaunsándwichconpandemoldey lonchasdequesoque tienen la consistencia del plástico.En la entradaencuentraunachaquetadesupadredepañogrueso;se lapone,daunavueltaa lasmangasparaajustarlasasumedidaysemarcha.SalealaTerceraAvenida,caminaconpasoligero,sonríealagenteconlaquesecruza.EnuncomercioqueregentaunaparejadepolacossecompraunaCoca-Colayunaschocolatinas.

—¿Sabendóndepuedoencontrarunatiendadondevendancómics,porfavor?—Másabajo,enlacalleCuarentayseis,justodespuésdelatintorería;verásun

carteldeSuperman.Esenelprimerpiso,subeporlaescaleraexteriordehierro.El vendedor de la tienda, algomayor que él, embutido en una camiseta que le

quedapequeñayconunagorradelosYankeescaladahastalascejas,apenaslevantalavistacuandosuenalacampanilladelapuerta.Haycajasycajasdecómics,nuevoso de segundamano,más de los que ha visto nunca. Jack siempre le lleva algunocuandovuelveaKahnawake;ahoratienelacertezadequeprovienendeesatienda.Hojea, escoge, deja, duda, se pasa casi una hora admirado y sale de allí con unMotorista Fantasma (¿Está vivo? ¿Está muerto?), un Capitán Marvel, un BuckRogers,unBatmanFamilyydosWonderWoman,sufavorito.

Hacebuenoparaseruna tardedenoviembre,asíquesesientaenunbanco,enunaplazuelaminúsculadelacalleCuarentayocho,ydevoratebeosychocolatehastaquelasprimerasgotasdelluvialedevuelvenalapartamento.Enelmomentoenquemetelasllavesenlacerraduraoyeelteléfono.Abreyvacorriendoalacocina.

—¡John, hijo, hola! Soy papá. Así que ahí estás. Sal me ha llamado al TradeCenter estamañanapara decirmeque te había dejado en casa.Yo termino, cojo elmetroydeaquíaunahorametendrásahí.Hoyhesalidounpocotardeporqueenla


obra había unos periodistas que nos han hecho preguntas sobre nuestro trabajo, yaves.Tienegracia,¿verdad?¿Quétaltodo?¿Hascomido?

—Sí, sí, papá. He salido a comprar cómics. Oye, ¿podemos ir luego a ConeyIsland?

—Sí,siteapetece.Nosdatiempo.Hastaahora,hijo.Johnestáabsortoen lasaventurasespacialesdeBuckRogerscuandoseabre la

puerta.Selevantaysonríedesdeelpasilloasupadre,quellevaunachaquetanegrade paño. Le gustaría saltarle al cuello, pero desde hace alrededor de un año no seatreve.Tienelasensacióndequeyanolepuededarunbesocomosifuerapequeño,perotampocovaadarle lamano,comohacenlosprimosmayoresconsutío.NotaqueJack tambiénestáunpocoincómodo.Alfinaloptanpordarseunabrazo;JohnbesaelcuellodepieldesuchaquetayJackledatrespalmaditasenlaespalda.

—¿Qué tal, hijo? ¿No te has aburrido esperándome? Si tenías hambre podríashabervueltoalDenny’s,¿sabes?Joycesehabríaocupadodeti.

—Notepreocupes,mehepreparadounsándwichantesdesalir.—Mealegrodequehayasvenido.Yaverás,lasdostorresestányabastantealtas,

sonunpardegigantesextraordinarios.Mañanavasapasareldíaconnosotros,asíentenderásmejorloquehacemosysabrássiestotellamalaatención,sipuedellegara interesarte.Ya tienes edad para empezar a elegir. Tumadre no está por la labor,claro,peroamímepasabalomismoconlaabuela…Tampocoquieroinfluirte,quientienequedecidirerestú.Sitienesvértigo,loencuentrasdemasiadoduroyprefieresseguirestudiando,amímeparecerábien.¿TeacuerdasdetuprimoMax,queestuvounpardemesesconnosotroslaprimaverapasada?Legustó,ydesdeseptiembreestáen Broadview, Illinois. Ha empezado el programa de aprendizaje reservado a losindios,ycreoqueestábastantecontento.

AJohnselesubenloscoloresysequedamudo.Nihablardelveranoanterior,deloslingotazosdebourbonparaespantarelmiedoynoperderladignidaddelantedelosamigosenelpuenteVictoria.Yaseverá.

—Esta noche vamos a cenar a donde los hermanos Vitone, esos italianos queconoces,¿teacuerdas?LosquevinieronelveranopasadoparaelPowwow.Somosmuyamigos,vamosmuchoacenarasucasa.Losheavisadodequeesta tardeiríacon mi hijo, así que cuentan con nosotros. Vas a tomar la mejor pizza de todoBrooklyn,loqueequivaleadecirquedelaciudadydelpaís,¿sabes?

—¿NosdatiempodeirprimeroaConeyIsland?—Siquieres,sí,perotenemosquesaliryamismo.¿Estáslisto?La primera vez que fue a ver a su padre a Nueva York con su madre y su

hermano,queporentoncestendríadosotresaños,JacklosllevóaLunaPark.Desdeaqueldía,paraél,comoparamillonesdepersonas,lostiovivos,lospuestosdeferia,lasmontañas rusasy losvendedoresdeperritoscalientesdelparquedeatraccionesmásfamosodeAméricaformabanpartedelaleyendafamiliar.Aunqueasuedadla


magia del tren de la bruja y de las luces le impactaban menos, estaba deseandovolver.

Pocodespués,elsuburbanovuelasobrepistasdecarrerasparacaballosdemaderaehilerasdepuestosdeferia,iluminadospormilesdebombillasenesatardeotoñal.SebajanenlaparadaConeyIsland-StillwellAvenue.

—¿Puedo tomar un perrito caliente de Nathan, papá?—pregunta John cuandopasan delante del famoso restaurante amarillo y verde, que ocupa una manzanaentera.

—John, cenamos dentro de una hora, no es plan. Ven, vamos a hacer tiro alblancoconlametralleta.

Aunqueestáchispeando,elpaseomarítimodemaderaestá llenodegente.Haypescadores protegidos con chubasquero y sombrero de color verde echando elanzueloalAtlánticosinquepiquegrancosa.Unosniñossacandelaguaconunacañauna jaulita de alambre en la que se hametidoun cangrejo atraído por un trozodesalchicha.

El puesto de tiro Dillinger está un poco apartado del paseo. Tiene la fachadanegrayestádecoradocondianasycochesdepolicíadelosañosveinte.Porundólarlesdandoscargadoresredondos,imitacióndelosdelasmetralletasThomsondeairecomprimido.Lasarmasestánunidasaungeneradorporcableydisparan,condudosaprecisión, una andanada de perdigones a una diana de papel. Hay que conseguirarrancarporcompletoelcentrodeladiana,decolorrojo,concienbalines.Siquedaun solo trocito de papel de color, se pierde. John, exultante, los ojos brillando dealegría,disparaunalargaráfagaquesedispersaporladiana.Cuandosueltaelgatillocasinolequedamuniciónyapenashatocadoelrojo.Disparalosúltimosperdigonesydaenladiana,peroaúnlefaltamucho.Asulado,supadrelemiraconunasonrisa,se coloca la metralleta y dispara por ráfagas, tres o cuatro balines cada vez, quedestrozanelcentrorojo.

—¡Muybien!¡Sigue,sigue,papá!El círculo central desaparece poco a poco, pero cuando dispara el último balín

aúnquedaunpedacitocarmínenelcorazóndeladiana.—Buen disparo, indio, casi. Seguro que es usted un gran cazador—le dice el

ferianteconunasonrisaforzada—.¿Otropardecargadores?Cincodólaresdespuéssiguenquedandopedacitosdepapelrojo.Johnhaimitado

latécnicadesupadreyhaafinadoeltiro.—Oiga—le suelta Jack al tipo del puesto—, esto suyo, ¿no será un timo? Es

imposible conseguirlo con esos cargadores que nos da. Ya llevo cinco dólaresgastadosyyo…

Lasonrisaseborradelacaradeldueño,quedice:—¡Bill!¡Venunmomento!Entoncesunniñorubiodeunosdoceañosapartaunacortina,pasaalotroladodel

mostrador,acercauncajóndemadera,sesubeencimaparaestaralaalturaadecuada,


coge una metralleta, mete el cargador y, con pequeñas ráfagas, destrozacompletamenteelcentrodeladianaconlamitaddelamunición.Sindecirpalabra,sinmolestarseenmirarlos,dejaelarma,suspirayseva.

—Bueno, ven, John, hay otro sitio estupendo. La última vez que vinimos conmamá,tuhermanoytúeraisdemasiadopequeños.

BajanporelpaseoypasandelantedelatorreParachuteJump,quetieneochentametrosdealturayunamalladeaceroconformadesetagigante:lallaman«latorreEiffeldeBrooklyn».Seconstruyóenlosañostreintaparaentrenaralosparacaidistasdel ejército estadounidense, y los propietarios del parque de atracciones Steeple-ChaselacompraronylainstalaronenConeyIsland.

—La cerraron hará dos años —dice Jack—. Es una pena, podías bajar enparacaídasatadoaunacuerda,debíadeserdivertido.Mehanhabladodeellomuchoscompañeros;esperabaquehubieranvueltoaabrirla.

AlgomáslejosestáRacingLeMans,unaampliacasetamontadasobrelatarima,al pie de la enorme noria blanca. Hay como unas grandes cajas vidriadas con unvolante, y con el parachoques de un coche en miniatura hay que hacer que unaspelotasdegomareboteneimpedirquecaiganenunagujero.Cadarebotedapuntos,queaparecenenuncontadormecánico.Seríenacarcajadas,dansaltosychocanlasmanos.Johnempataasupadre,yluegolegana.

—Vaya,vaya,setedabienelvolante…Parecequevasaserbuenconductor.Elpróximo fin de semana seguiremos las lecciones, dentro de poco podrás sacarte elcarnet.EnMontrealesmás fácil.Bueno,venga,vamosacenar.Leshedichoa losVitonequeiríamossobrelasocho.

Enlaavenida,JackparauntaxiquelosdejadelantedelapizzeríaCalabrese,asolotrescallesdelapartamento.Juntoalhornodeleñadeladrilloquecaldealasalase ve la foto enmarcada de un pueblecito en la ladera escarpada de una montañaárida.Losmanteles,de colorblanco, llevanbordadaen rojo lapalabra«Calabria».Unos clientes menudos, fornidos, de mediana edad, están sentados a la barra, deespaldasa lapuerta,conbotellinesdecervezaen lamanoy losojospuestosenuntelevisorquetransmiteunpartidodebaloncesto.

—Ah,Tool,yaestásaquí.Tenías razón, tuchicohacrecidounabarbaridad.TellamasJohn,¿no?—preguntaconvozroncaymuchoacentoitalianouncamarerodeporlomenossetentaaños,cabellosblancosresplandecientesyojosrisueños.

—Sí.—¿Yvasaseguiratupadreporlasalturas?Yasabrásqueporaquílosllamamos

skywalkers, esos locos que se pasan el día jugándose la vida para construirrascacielos. Todo el mundo se queda mirándolos desde la acera, y nadie entiendecómoselasapañanparatrabajarasemejantealturasintenervértigo.

—Aúnnolosé,puedequesí…Demomentotengoqueterminarelinstituto,yaveremosdentrodedosaños.Peronodigoqueno.Encuantoalvértigo,nosé…Creoquepuedoapañármelas.


—Esverdad,vosotros,losindios,notenéisvértigo.—Vamos,Mario,porfavor,nomevengasconlastonteríasqueoyesdecirdetrás

de la barra—interviene Jack riéndose—. ¿Por qué no íbamos a tener vértigo? ¿Tecreesquetenemosalgodemás,odemenos?Somosigualquevosotros,comotodoelmundo.Entre losmohawkhay lamismaproporcióndegenteque tienevértigoqueentreelrestodelmundo.Ladiferenciaesquenosotrosaprendemosasuperarlodesdejovencitos.A la edad de John, o incluso antes, ya sabemos si seremos capaces deandar sobre el acero por las alturas. Si resulta que no podemos, seguimos con lonuestroynosdedicamosaotracosa.LespasaamásdelamitaddeloshombresdeKahnawake.Perocuando se es comomihijo,quepor lasnoches sevaa corretearentrelosarcosdelpuenteviejosobreelSanLorenzo,seintenta.Élyasabequeesunoficioestupendo,quelapagaesbuenayquelacoberturasocialesinmejorable.Enlafamilia ya van tres generaciones. Yo, a los once años, ya sabía que un día seríaironworker,comomipadre.

Johnseescondetraselmenúyhacecomosiestuvieraleyendolalistadepizzas.Nunca ha hablado con su padre de las excursiones nocturnas al puente Victoria.Pensabaqueeraunsecreto,nosabecómosehabráenterado.Tampocolehadicho,nimuchomenos,quelaprimeravez,sinhabertomadonada,elmiedoleparalizó.

—Dehecho—sigueTool—,silosindiostuvieranundonespecialsecaerían,seheriríanysemoriríanmenosquelosdemás.PeroteaseguroqueentrelosmohawkhaytantosaccidentescomoentrelosirlandesesdeTerranovaoloschicosdelSur.Osea,montones.Sabemoscómosehaceporquenuestrosantepasados,loscaminantesdelcielo,nosenseñaron.Nosdieronconsejos,quenosvamospasandodepadresahijosydetíosasobrinos,peroyaestá.¡Yamegustaríaamísaberquiénfueelidiotaqueseinventólaleyendadequelosindiosnotienenvértigo!—Y,volviéndosehaciaJohn—:Bueno,hijo,¿yasabesloquevasatomar?Yovoyapedirunacalzone.ConunaBud,comosiempre,Mario.

—ParamíunaRegina,porfavor.YunaCoca-Cola.Aesodelasnuevehadejadodelloverypadreehijovuelvenacasaapie.Jack

saludaconunmovimientodelacabezaalostrescubanosdepeloblancoquefumanpuros delante del Humidor. En el escaparate, un neón rojo se enciendeintermitentementeconlapalabraHAVANITOS.Algomáslejos,lasmesasdelacafeteríaMazzolaestánocupadasporitalianosdelamismaedad; llevanpuestaslasgafasdesolenplenanoche,yhacencomosinoleconocieran.Encambio,losconductoresdeJoe’s Car and Limo, limusinas en servicio las veinticuatro horas del día para losaeropuertos JFK,LaGuardia yNewark, le saludan alegremente y le animan a queentreatomaralgo.

—Gracias,chicos,peroestanocheno.Sí,esmihijo,sellamaJohn.Unode ellos, un refugiadopolítico árabeque se pasa la vida sentado comoun

vigía en el umbral de la puerta, lleva tatuado «Brooklyn» en letras góticas en elantebrazo.


Enlaplantabajadeunacasacercana,RobertMadisonestáatareadoensubancode trabajo, con las puertas abiertas al porche. En lamano tiene un escoplo, y losbrazosyelpantalónllenosdevirutasdemadera.Estátallandoelmástildeunviolín.Aunque está jubilado, aún tiene clientes que le encargan, por poco dinero,instrumentosparasushijosyparaprincipiantes,queélfabricaconmaderabarataquenosemolestaenbarnizar,nien teñirdecoloroscuro.Sus instrumentos, inclusoenmanosdeunbuenmúsico,tienenunsonidoinsoportable.

—¡Hola,Bob!¿Cómovaeso?¿Cuándovasaponerteconunviolonchelo?—lediceJack.

—Ríete,ríete,perosabesdesobraquesoymuycapaz.Túencuéntrameunclientedispuestoapagarmetrescientosdólares,yverás.

Pasan delante de la casa medio en ruinas de un antiguo funcionario delayuntamiento,quetrabajabaenlaredviaria,yalquedespidierontrasunjuicioporcorrupción.Segúnél,todofueunaconspiracióndelamafia—yseguroqueesverdad—, pero no cedió y terminó cumpliendo una condena de dos años en la cárcel deRikers Island. El pequeño patio que hay a la entrada parece un vertedero; haamontonadotablasllenasdeclavos,unasombrilladelrevésycascotesdetodaclasequedesbordane invaden laacera.Enunode loscontenedoresdebasurahaescritoconrotulador,enletrasmayúsculas:«Vecinos:nometáisaquílasnarices».

Steve,unodeloscompañerosdepiso,unmohawkdeAkwesasne,estátiradoenelsofáviendolatele;enlamesahaytresbotellasdecervezavacías.

—Hola, muchacho, bienvenido a la gran ciudad. Tu padre me ha dicho quemañanaporlamañananosvasaacompañar,¿no?Estupendo.Vasaverlamejorobradelpaís.Bueno,¡delmundo!Enfin,yomevoyaacostarya.

Elotroocupantedelpisoesunprimo lejanodel ladoRochelley ahoraestá enMiami,enunaobradereparacióndepuentesmuyalsur,enloscayos.SevaapasarnoviembreydiciembrealsoldeFlorida.Cuandose lopropusieron, le faltó tiempoparasubirsealcoche;dejódeundíaparaotroeltrabajoenelWorldTradeCenter.Suhabitaciónestálibre,asíqueJohnseinstalaenella.

—Buenas noches, hijo. Lávate bien los dientes. Y duérmete pronto, que eldespertadorvaasonaralascinco.Mealegrodequehayasvenido.

—Yotambién.Buenasnoches,papá.En la cama, cuyas sábanas no ha cambiado, le cuesta conciliar el sueño. Da

vueltasymásvueltas.Sevuelveaverenequilibriopor lasvigasdelpuenteviejo,delantedelosamigosqueseríenparaesconderelmiedo;yelterrorcuando,llegadosuturno,elvacíopareceatraerlecomoporembrujo.Tambiénrecuerdaelorgullodeldía siguiente, cuando gracias al bourbon sale triunfante. Le quedan dos años deinstituto,esoesseguro,perotambiénloesqueJackvaamirarconelrabillodelojocómosecomportaenlaobraencuantolleguenallí.Novaapresionarle,desdeluego,pero John piensa que su padre estaría orgulloso de ver a su hijo mayor seguir latradiciónfamiliar.Noquieredecepcionarle.Dosprimosmayoresqueélterminaronel


institutoysepusieronatrabajarenlaadministracióndeMontreal.Sepasantodoeldía metidos en la oficina y no parece entusiasmarles. Además, el sueldo deprincipiantedeunironworkeresmuchomejorqueeldeunoficinista.

Salendecasaalamanecery,decaminoalaparadadelmetro,pasanpordelantedelDenny’s,dondesolohayluzenlacocina.

—Llevamos años pidiéndole al dueño que abra media hora antes para poderdesayunar ahí, peronohaymanera.Dicequenoencuentrauncocineroque aceptetrabajaraestahora.Peroconloscoposdeavenapodrásaguantarhastalasdiez,¿no?Irás con los punks a buscar el desayuno a la horadel descanso.Yaverás, hayunatiendadondepreparanlosmejoresbagelsdelaciudad.Sondetortilla,deliciosos.

Elmetro,casivacíoaesahora,losllevaasacudidasBrooklynarribaypasabajoelEastRiverparasalirenManhattan.Doscallesmásallá,Johnvelaenormesiluetadelasdostorres.

—Alanuestra,laNorte,sololefaltanseisplantas—leexplicasupadre—.Comolo estamos montando con elementos prefabricados de una altura de tres pisos, elesqueletoquedaráterminadoantesdeNavidad.Estaríabienquepudierasvenirparala ceremoniadepuestade laúltimaviga, el topping-out.Sonmomentosqueno seolvidan, y el de la primera torre delWorld TradeCenter no es cualquier cosa.Yaveremossipuedes,hablaréconmamá.

Enseñasupasealguardiadelaentrada.—Vieneconmigo,esmihijo.Johnseacercaalabasedeledificioentrepaletsycharcosdebarro.Allevantarla

mirada,lasvigasparecensubirhaciaelinfinito,seunendetresentres,siguenmásalto.El techosepierdeen labruma.Haypartesyarecubiertasdealuminio,yotrasaúntienenalavistaelesqueletodehierrooxidado.

—¿Quéopinas?Noestámal,¿verdad?Johnsesientaenelextremodeunbancoenelvestuario,enunrincón,mientras

supadre sepone la ropade trabajo, se ajusta el cinturóndepielymetedentro lasherramientas.

—Laspudwrenchdetuabuelo.¿Veslasmuescas?EstallavedecolaconstruyóelEmpire State Building. Me contó mil veces que se la dieron de regalo cuandocumpliódieciochoaños.Eradesupadre.Unaveztuvoqueagarrarseaellaparanocaerseysequedóunminutocolgadoenelaire,hastaquepudieronayudarle.Toma,ponteestoporencimadeljersey—dice,pasándoleunasudaderadetelagruesa,concapucha,quelevienegrande.Enlapecheratieneundibujodelskylinedelaciudadypone:«Local40-NewYorkCityIronworkers»—.Ahíarribalatemperaturanotienenadaquever con ladel suelo. Inclusocuandoabajono soplaniunapizcade aire,arribasiemprehayviento.Yaverás,escomootroplaneta.Yhoy,conloquevienedelmar,vasanotarquelatorresemueve.

Enlacabinadelascensorexterior,querechinaalolargodela torre,Jacksiguecon las presentaciones.Con semejante altura, se tarda casi cincominutos en llegar


arriba.—Mihijo…Elmayor…Quinceaños…No,aúnnosabe…Sí,eslaprimeravez.Cuando llegan a la piso 60 se meten en las nubes,Manhattan desaparece, las

gotas de agua en suspensión casi saben a sal. Los obreros carraspean, se suben elcuello de la chaqueta, se calan los gorros en las orejas. Las puertas enrejadas seabren.Alguienhaescritocontiza«104»sobreelóxidodeunadelasvigasmaestras.El viento silba y tararea entre el armazón, hace torbellinos en el techo, aúlla en elesqueletodemetal.

—Venconmigo.Vanporunostabloneshastaunacabinaprovisional,enunrincón,dondeestáel

jefedeequipo,RaymondCarter,unveteranodeuna familia irlandesaque llegódeTerranova,sentadoaunamesaanteunosplanosimpresosencolorazuldecolorado.

—Ray,esteesmihijoJohn,delqueyatehehablado.Hoyvaapasareldíaconnosotros.

—Ah,sí,hola,chico.Bienvenidoalacimadelmundo.¿Quéteparece?Genial,¿no?Aquí la historia se escribe en el cielo. Lo de hoy se lo contarás a tus hijos,seguro.Bueno,tenmuchocuidadoysiguelasinstruccionesquetedétupadrealpiedela letra,o tendréquemandarteabajo.Nose lovamosadeciralcapataz,porqueempezaría a pedir un montón de autorizaciones y permisos para los seguros. Nosarreglamosentrenosotros,demohawkanewfies,asíquenadadebobadas,¿vale?

—Sí,seloagradezcomucho.Eljefe,volviendoasusplanos,dice:—Háblame de tú y llámame Ray. Hasta luego, Tool, que tengas un buen día.

Estadatentosalelemento2A,quevaasubir.Por lovisto,vieneconundefectodefábricayalomejorvaisatenerquecortaruntrozoyhacerotrosagujeros.Sisedaelcaso, avísame. En el piso de abajo tienen un taladro nuevo,muy potente.Os haráganartiempo.

Jackpresentaasuhijoalosmiembrosdesucuadrilla.Dosañosanteseraelúnicoindioentre losnewfies,peroelgoteodemohawka laobrahapermitido formarunequipodeveteranospielrojaconlosquecasinohacefaltahablarparaentenderse.

—Os presento a John, mi hijomayor. Aún no ha terminado el instituto, en lareserva.Vieneacomprobarsisupadreexageraaldecirquetieneelmejortrabajodelmundo.Pedidlequevayaabuscarcualquiercosaquenecesitéis.Hoyessolounpunknovato.

Algunos le sonríen, otros apenas se vuelvenparamirarle, pero él reconocedoscaras.

—Bueno,demomentoquédateahí, sentadoenesacaja,mirandoperosin tocarnada,¿vale?¿Estásbien,hijo,notienesfrío?

—No,papá,estoybien.Notepreocupes,anda.Las grúas canguro, que apenas se adivinan en la niebla, empiezan a funcionar.

Losbrazosgigantesbailansobresuscabezasyabrazanlasnubes,unprimerelemento


prefabricadosubeysaledelabrumacomoporartedemagia.Loshombresloaferran,lodirigenhaciasuemplazamiento,alineanlosorificios,lofijancolocandotornillosytuercasconmanosdiestrasy sueltan loscables,que subencomoserpientespor losairesparaluegovolveralacalle.Enlugardehablarporteléfono,Jackhaestablecidouncódigoconelgruista,alqueconocedesdehaceveinteaños:unsilbido,quehacesin usar los dedos, doblando la lengua en la boca, significa «¡Alto!»; dos quierendecir«¡Sube!».Noesreglamentario,peroresultarápidoyeficaz.

Bajo sus pies aparecen destellos y chispas, como si un dragón escupiera en elcielo.

—Son los soldadoresdel piso103—explica Jack, antes deque a suhijo le détiempodepreguntar—.Nosotrosfijamoslaspiezasyelloslasrematan.Mira,veteapedirleunacajadebulonesdel13aesepelirrojotanaltoqueestájuntoalaescalerademadera.

Doshorasdespués,John,sentadoenunavigametálica,haperdidodevistaaJackyempiezaaaburrirse.Unadolescenteapenasmayorqueélvaabuscarle.

—Dicetupadrequetevengasconmigo.Eslahoradelcafé.¿Vasaempezardeaprendiz?

—No, todavía no… Bueno, en realidad no sé. Primero tengo que terminar elinstituto.¿Túdedóndeeres?

—DeNewJersey,deNewark.Tengodostíosironworkers.Mispadresnoestabanporlalabor,peroyoseguíenmistrece.Mistíossongeniales,sonlosmásgraciososdelafamilia.Sonbastantejóvenes,perocadaunotieneunacasagrande,uncocheyunaHarley.Nadie demi familia ha ido nunca a la universidad, pero ellos son, delejos,losquemásganan.Yamísiempremehangustadomuchosushistoriassobrelaconstrucción.

En la tiendade la esquina,quedesdeque empezaron lasobrasde las torreshatriplicadosusingresos,hayjóvenesvestidosconropadefaenahaciendocoladelantedel mostrador; cuando se marchan llevan cafés en vasos grandes de papel,sándwichesybagelsparaeldescansodelasdiez.

—Ochobagels,seisdetortillaydosdepastrami,yochocafés,seisconleche,porfavor—pideelmuchacho,alqueJohnnosehaatrevidoapreguntarelnombre.

—¿Teparecebienunodetortillafrancesaparati?—Sí,sí,claro…—Johnsellevalamanoalbolsillo.—Deja,tenemosunfondocomúnparalosdescansos,notienesquepagarnada.Mientras vuelven a subir, con las manos cargadas de bandejas de cartón

humeantes,labrumasedespejaenelpuertoydejaverlaestatuadelaLibertadensuisla,lasgrúasdelosmuellesdeBrooklynyelpuertodeBayonnealolejos,elintensotráficodetransbordadores,remolcadoresycarguerossobreelHudsonyelEastRiver.Delante del muelle 66 el barco de los bomberos, rojo y blanco como un juguetegigante, está comprobando sus bombas y suelta cuatro chorros de agua al aire.Unpaqueboterojoynegroconcuatrochimeneasestáentrandoenelpuerto;doslargos


toquesdesirenahacentemblarlasrejasquetienenasualrededor.Vaaamarrarseenelmuelle59yadepositarenlaislaamilesdeturistas.

Lascuadrillasdemetalúrgicossaltandelasvigasybajanpor lasescalerillasencuantovenllegarlasvituallas.

—A la hora de la comida es algo más complicado —explica Jack a su hijomientrasdesenvuelvesubagel—.Enlastorreshaymuchagente,yademásestánlasoficinas del barrio, así que todos los sitios donde venden comida, y también losrestaurantesdecomidarápida,sellenanenseguida.Hayquehacercolay,conloquetardamosensubirybajar,nonosdatiempo.Asíqueyaverás, los jefesnosenvíancomedores sobre ruedas.Noesque la comida seamuybuena,peroesbarata.Estanoche nos desquitaremos, porque Joyce nos va a preparar un plato de pasta en elDenny’s,unarecetadesumadre.

A lo largo de la tarde los aprendices mohawk piden ayuda constantemente aladolescenteparaabrircajasde tuercasy tornillos,unirlosconunaspocasvueltasyecharlosaunoscubosmetálicos.Alcabodeunahoraencorvado,eldolordeespaldale obliga a ponerse de rodillas sobre una chapa demetal, como los demás. Intentaentablarconversación,perolosdoschicos,queprocedendeunareservacuyonombrenolesuenadenada,respondenconmonosílabos.Cuandoyahanvaciadolascajas,seacercaaloqueserálaparedexternaypasalacabezaentrelasvigas.RecibedegolpeelvientomarinoenlacaraysequedamirandoelsolsobrelacostadeNewJersey.Alinclinarseunpocomás,veinclusoSandyHook,el«ganchodearena»quecierraelpuertodeNuevaYorkalsury,alolejos,lacostadeNewJersey.

Uncapatazpasaylesermonea,preguntándosequépintaenlaobraunchicotanjovenconuncascoquelevienegrandeysinhacernada,cuandosuenalasirena.

Son las tresymedia, la jornadaha terminado.En la coladel ascensor, John sequitaelcascoysupadre,riéndose,ledauncoscorrónenlacabeza.

—ParaformarpartedelclubdelaTortugahayquehabersobrevividoaalgoquetecaigaenlacabeza.Enunaobraelpeligrosuelevenirdearriba,ynodeabajo,asíquenohayquequitarseelcascohastallegaralvestuario.

Cuandolleganalacalle,aJohnleduelenunpocolaespaldaylasrodillas,perolasonrisanoseleborradelaboca.

—Ahoraescuandosenotaquelastorressemueven,¿verdad?—lepreguntasupadre—. Cuando se pisa la acera, el suelo ondea bajo los pies. Por lo visto, losmarineros tienenesamismasensacióncuandosebajandelbarco.Ven,novamosacasatodavía,antestevoyallevaraunsitio.

Sesubenalmetroendirecciónalbarriodelasflores,alolargodelHudson,hacialacalleTreintaycuatro.Allí, entre lasmacetasdeplantasyarbustosque llenan lacalle,abren lapuertadeuna tiendaconescaparatedemaderaquese llamaDave’s,dondetambiénpone:NUEVAYORK.ROPADETRABAJO.

—Nosésiundíateserviránparaandarporelcielo,perovamosacomprartetuprimerpardeRedwing.Encasayahaempezadoanevar,conellasnotendrásfríoen


lospies.Altas,decordones,depielrojizaysuelablancasintacón,sonlasbotasqueJohn

havisto siempreen lospiesde supadre, inclusoenverano.Elvendedor,unnegrobajitoconcaradelisto,reconoceauncarpinterodelhierroencuantoloveyacuderaudo,porquesonbuenosclientes.

—Hola,lleganenbuenmomento.Acabamosderecibirunaschaquetasforradas.Dentrodenadasevanahelarahíarriba,enlastorresnuevas,¿no?

—HoyvenimosporunpardeRedwingparaeste joven.¿Quépiecalzasahora,hijo?

—Cuarentaytres,creo.—Aúnvaacrecer.Tráigaleuncuarentaycuatro.Sepondrácalcetinesgruesos.Johndaunospasosporlamoqueta.Levienengrandes,losdedoslebailandentro,

peronoseatreveadecirlo.—Conunosbuenoscalcetinesvaldrá,papá.Eligendospares.JackañadeunosguantesderodeofabricadosenWyoming,los

mejores guantes de trabajo que existen, dos XL y una L. Paga en metálico. Johninsiste en llevarse puestas las botas, y mete las viejas Nike en la bolsa de papelmarrón. El chico va a volver a la reserva con dos grandes cajas de cartón con lainsigniadelalarojadeRedwing.Encasa,enKahnawake,haymediadocenadeesasenlosestantesdeltaller.

Enelcaminodevueltanohablanmucho.JackhojeaunDailyNewsquealguienhadejadoenelmetro.Johnintentaversureflejoenlosescaparatesmientrascamina,sinconseguirlo.Alasalidadelmetro,enBayRidge,supadreleponeunamanoenelhombro.

—Elpadrede Joycees escocés,pero sumadre es italiana,deunpueblecitodeSicilia. Ya verás, prepara una pasta deliciosa con berenjenas, la receta se llama«Norma».Losmartesporlatardesustituyealcocinero,yentoncestodoelbarriosepresentaenelDenny’s.Vamosacasaadarnosunaducha.Másvalequenotardemosmucho,pasadaslassieteseacaba.

Enelrestaurantesesientancercadelapuerta,aunamesaenlaqueselesunenlos amigos del barrio. Uno es mecánico de los bomberos—«Me dedico a mimarcamiones rojos»—; el otro es detective privado —divorcios y vigilancia—, trashaberse pasado diecisiete años en la policía, primero de agente y luego comoinspectorenunacomisaríadeQueens.

Unavezhechaslaspresentaciones,Jackselevantaydesaparecetraslapuertadelacocina.Cuandounacamareraempujaladoblehojaparasalirconsubandeja,JohnveasupadreabrazandoaJoyce.Sebesan.Ellavuelvelacabeza,abrelosojos,velapuertaabierta,leapartaysereajustaeldelantal.Johnhaintentadomiraraotrolado,peroesdemasiado tarde.Ya lohavisto.Sequedasin respiración, sepone rojo,nooyelapreguntaquelehaceeldetectivesobresusestudios,sequieremarchar,haceelgesto de levantarse, se vuelve a sentar.Agarra con las dosmanos el vaso de agua


llenodecubitosdehieloydaunsorboenelmomentoenqueJackregresaysesientafrenteaél.

—Vosotros ya conocéis la pasta de Joyce, pero tú te vas a llevar una sorpresa,hijo…John,¿estásbien?Tenotoraro…

—No,papá,tranquilo,soloestoyunpococansado.—No te preocupes. Cenaremos y nos iremos a la cama. Yo también estoy

baldado.Yahasvistocómoesundíaenlatorre.¿Ahoraentiendesporquétenemoselmejor sueldode la construcción?Esun trabajo físicoy técnico,puedehacer fríoocalor,espeligrosoyagotador.Perotodaslastardes,antesdeiralascensor,tedaslavueltaymirasloquehashechoduranteeldía.Teacuerdasdepordóndeibalaobraesamañanayvesquehayotrotrozo.Vescómonaceeledificio.Cuandoloacabas,estuyoparasiempre,llevatunombreescrito.Muchosañosdespués,cuandopasasporlacalle,dices:«Yoheconstruidoeso».Seloenseñasatushijos.Sieresbueno,losjefesdeobraestándispuestosapagarparaquetequedesconellos.Hacedosaños,con un capataz del Sur que se pasaba con las bromas racistas sobre indios, doscuadrillasdemohawkamenazaronconirse,yaquienterminarondespidiendoalfinalfueaeseidiota.Enunaobra,unbuenequipopuedemarcarunadiferenciadevariassemanas,inclusomeses,enlosplazosdeejecución,yeso,enNuevaYorkmásqueenningúnotrositio,esdinero.

Vacía lamitad de su vaso de cerveza y pone lamano sobre la de su hijo, quedesdehaceunratomantienelavistafijaensuplato.

Joyce llevaunagran fuentehumeante, sonríea todos,ofreceparmesanoyevitacruzarlamiradaconJohn.Noestáseguradequeleshayavisto,peroalnotarletaninquieto,conlasmanostemblando,yporlaformaenquevuelvelacabezaparaevitarmirarla,loentiende.Hacedosañosquecompartelavidacon«suindio»,delunesaviernesenBrooklyn,ylasnochesenlacamademasiadoestrechadesupisitodeundormitorio,sinesperarnadaacambio.Sobretodo,quenodejeasumujer,asushijos,nilareserva,eseextrañolugarquetantolecuestaimaginar.SefiguraescenassacadasdelaspelículasdelOeste,tipis,chozasdemaderarodeadasdecarroceríasdecochesen los confines deNuevoMéxico, reportajes en la tele sobre suicidio adolescente,casinosconlucesdeneónquedibujancabezasde jefes indiosconsusplumas,o laaltatasadealcoholismo.NadadeesoseparecealascosasqueJacklehacontadoyalaspocasfotosquelehaenseñado,dondesevengrandescasasdemadera,lasorillasdel río, césped y canchas deportivas. Joyce tenía pensado sentarse al lado de Jackcuandoterminarasuturnodetrabajo,comohacesiempre.EnBayRidgetodossabenqueestánjuntos.Ponelaexcusadequedebehaceralgoenlacocinayseescondeallí.Hadecidido esperar amañanaparahablar con él, tendránquepensar en algo si elchicosequedatodalasemana.

—Mira,mañananovalelapenaquetelevantesalamismahoraqueyo—lediceJackasuhijoenlaaceramientrasvuelvenalapartamento—.Raysehapasadoantesaverme,yestasemananovasapodervolvera laobra.Alguienlehahechoalgún


comentario,haygentequehapreguntadoquiéneras,yélpodríatenerproblemasconlaempresa,sobre todoporcuestionesdeseguros.Perohaestadobienque lohayaspodidoverdecerca,¿verdad?Ahoratienesunaideamásclaradecómoes,teayudaráa decidir. ¿Tienes algo previsto para mañana y el jueves? ¿Algún sitio al que tegustaría ir? Me habría encantado cogerme un día libre para visitar Nueva Yorkcontigo,peronovaapoderser.Llevamosunasemanaderetrasoyeljefequierequeeltopping-outsehagaantesdeNavidadatodacosta.

—LaseñoraDeer,laprofesoradearte,seenterópormamádequeveníaaNuevaYork.MepidióquefueraalMuseoMetropolitanoaverloscuadrosdePicassoyquellevarafotosydocumentosparahacerunapresentaciónenclase.Dijoquenoperdieraunasemana,quehicieraalgoútil.¿Dóndeestáesemuseo?

—EnplenoCentralPark, ¡esuna ideagenial!Llevoañosviviendoaquí toda lasemana,avecestambiénlosfinesdesemana,ynuncaheido.Porlovisto,estámuybien.Tevoyaexplicarcómosellegaenmetro,yamecontarásluego.

Aldíasiguiente,JackyStevecierranlapuertaconcuidadoy,bajounalluviafinayconstante, sedirigena laparadademetro.Loscarpinterosdelhierrono trabajancuando llueve, es demasiado peligroso, pero para que les paguen la jornada tienenquepresentarse,ficharyesperarladecisióndeljefedeobra.Alosmohawklesgustanlos viernes por la mañana lluviosos, porque pueden coger la carretera del nortemuchoantesdelohabitual.Perohoyesmiércoles,yparecequevaadespejar.

Johnnotienedespertadory,comolahabitaciónestáaoscuras,selevantatarde.En lamesadeldesayuno, juntoaunpaquetedecerealesyunabotellade leche,supadrelehadejadounbilletedediezdólaresydosfichasparacogerelmetro.«Hastalanoche,hijo,pásalobien»,hagarabateadoeneldorsodeunsobre.

Johnsaleaesodelasdoce.Hadejadodelloverperohacefrío.Daunospasosporlaacera,damediavuelta,entraenelpisoyseponelachaquetaforradadesupadre,queestácolgadaenelpercherodelpasillo.AlentrarenelmetromiraelplanoyvelaslíneasyelpardetransbordosqueJacklehaindicado.Sentadoenelvagón,miraalos demás viajeros, una mezcla entre hombres de negocios trajeados, turistas yempleados que van corriendo de un trabajo a otro. Sale en la avenida Lexington,preguntapordóndeiryllegaantelainmensafachadaylasescalerasmonumentalesdelMuseoMetropolitano.Cercadelascolumnasdelaentrada,unpocointimidado,lepreguntaaunvigilanteporlasobrasdePicasso.Elempleadoledirigealacajayluegoalpuestodeinformación,dondeunavoluntariasonriente,unaabuelitajubiladaconelpeloteñidoconreflejosvioleta,leentregaunplanoimpresoenpapeldemalacalidadyleindica:

—Segundopiso,artemoderno,rectoyalaizquierdapasadaslasescaleras.

Enelpiso104de la torreNorte el trabajohaempezadocon retraso.Hadejadodellover,perolosobreroshanestadoesperandoconuncaféenlamanoenlastiendas


cercanas, donde les pueden dar una voz, a que los representantes del sindicatodecidansilastablasdemaderaylasvigasdemetalestánlobastantesecasparaandarsobreellassinriesgoderesbalar.

Comosuelesuceder,elrepresentanteirlandéshapedidoquelesdenunahoramásy,tambiéncomosuelesuceder,RaymondCarterhadichoquenoyhaordenadoquelas grúas empiecen a funcionar a las nueve, «con una penalización para losholgazanes que esperan que les sequemos el suelo con secador. ¡Tenemos queterminarunatorre,yvamosconretraso!».

—Normalmenteestoydeacuerdoconelsindicato,losjefesnosmetendemasiadaprisaparaquevolvamosaltrabajocuandodejadellover—diceJackenelvestuariomientrasseponeelcinturóndeherramientas—.Perohoynomeparecemalvolver.Con esos elementos externos prefabricados, hace casi dos años que no ando enequilibrioporunavigasobreelvacío,comoenunedificioclásico.Igualhastasemehaolvidado.

Los primeros elementos de metal, chorreando agua, aparecen en el cielo. Losmetalúrgicossecancontraposgrandesellugardondehayqueposarlos.«¡Clonc!».Elprimeroyaestáensusitio,lasllavesdecolaentranenlosorificios,losagujerossealinean,lastuercasfijanlaspiezas.

DetrásdeJack,alotroladodelatorre,seoyeunberrido,yacontinuaciónalguiengritaporteléfonoalgruista:

—¡Sube,súbelo!¡Joder,tieneundedopillado!¡Sube,sube!Todosacudencorriendo.Un joven,nuevoen laobra, sesujeta lamano,queha

sacadoen elmomento enque lagrúahavuelto a subir lapiezade acero.Tiene elguantederechoempapadoensangre.Sesientaenelsuelo,lívido.Unodelosjefesdeequipo,que tieneel títulode socorrista, lealcanzaunabotelladeagua.Leacercanuna toallayél sequitaelguanteconcuidado.Lasúltimas falangesdelanularyelmeñiqueestánhechaspuré,ylasuñashandesaparecido.

—¡Nomires!¡Nomires,chaval!Vamosallevartealhospital,tranquilo.Élseenvuelvelamanoenlatoalla.—¿Puedesandar,omontamoslacamilla?—No,puedoandar,ahoramelevanto,dadmeunminuto.Tengonáuseas.Dadme

unpocomásdeagua,porfavor.Losalrededordecuarentahombresquetrabajanenesaplantahanacudidoyhan

hechouncírculo; algunos sehanquitadoel casco, todo sehaparado.Elherido selevantaayudadopordoscompañerosy sedirigeal ascensorconpasitos cortos.Lasangre empieza a traspasar la toalla. Cuando se cierran las puertas de la cabina,esbozaunasonrisayhaceungestodedespedidaconlamanoizquierda.

—Bueno,diezminutosdedescanso—anunciaRayCarter—.Fumaosunpitillo.Todovabien,serecuperará.Noeselprimerodenosotrosconundedomáscortoquelosotros—dice,altiempoquealzalamanoizquierda,quesolotienecuatrodedos,e


intentasonreír,peronolesale—.EncuantoelmédicodelDowntownHospitaltengaundiagnósticomellamarán.Estatardeosdiréquétalestá.

Lascuadrillasvuelvenasuspuestos, todos tienenalgunahistoriaquecontardealgúndedodelpieodelamanoaplastado.LasbotasRedwingnollevanprotecciónmetálica en la puntera porque, con las toneladas de presión que ejerce una viga,cortarían el pie. Cuando los motores de las grúas arrancan nuevamente, todos seponenloscascos.Selesestáyendolamañana.Sobreelmar,pocoapoco,elcieloseestácubriendoyllenandodenubarrones.Loshombresalzanlavistayvencómolasnubes van hacia ellos desde el horizonte, precedidas por ráfagas de un viento quepresagiatormenta.Justoantesdelasdoce,lasprimerasgotasrepicanenlamaderayelmetal.Jack,absortoenatornillarunbulóndeltamañodeunpuño,nosedacuentadenada.Lesorprende la lluviasalada,queempiezaacaerdegolpe,comosi fueraunafugadeagua.

«¡Crac!».El rayopasamuycercay tocaunaesquinade la torre,seguidodeuntrueno que hace que toda la estructura retumbe. Siempre hay un pararrayos en losedificios en construcción.En este caso se trata de una pértiga demetal atornilladacincometrosporencimadesucabeza,peroenlahistoriadeloscarpinterosdelhierroenAméricahaymuchoshombresa losqueel rayo fulminócuandonoseesperabaquesucediera.

Justoantesdequeestalleotrorayoempiezaasonarlasirenadeevacuación.Lasherramientasvuelvenaloscinturonesoseabandonanenelsitio,ytodoscorrenhaciaelascensorexterior.Jack,queestáenelotroextremodelatorre,terminadedarlasúltimasvueltasasutuerca.Guardaenelestuchesuspudwrenchyseponedepiesinapresurarse. Para salir, o bien rodea el foso central, lo que será la caja de losascensores, obien corta en línea recta caminando sobreunas tablas colocadasparatapar ese hueco de noventa y cinco plantas. En la parte que rodea el foso ya haymucha gente y él está empapado, así que opta por el caminomás corto.Gira a laizquierdayempiezaaandarmásdespacioparanoresbalarsobrelastablas.Otrosdosobreroslesiguen.

Yacasiestáalotroladocuandounaboladefuegoexplotafrenteaélyleproyectaa varios metros de altura. Vuelve a caer sobre las tablas, que están fijadassimplementeconclavos.Elrayohaafectadoalamadera,quesequiebraycedebajosupeso.Jackcaegritandoymoviendolosbrazospara intentaragarrarseaalgo.Sugritosepierdeenelvacío.

Los dos hombres que iban tras él, a los que el golpe ha sacudido, han logradomantenersesobrelostablonesdeallado.Uno,conlacaraherida,parecequetieneelojoafectado;elotroestáreculandoacuatropatasygritacontodassusfuerzas:

—¡Tool,Tool!¡Dios,Jack!¡Jacksehacaídoporelagujero!¡Socorro!¡Socorro!¡Quevengaalguien!

Son los únicos que han visto el accidente. Los demás, alertados por los gritos,vuelvensobresuspasos.Noentiendenbienloquepasa.RaymondCarteragarrapor


elcuellodelacazadoraalquepareceileso.—¿QuédicesdeJack?¿Dóndeestá?¿Dónde?—¡Enelhueco, seha caídopor el huecodel ascensor!Hacaídoun rayoy los

tablonessehanroto.Ray,¡nopuedeser!¡Toolsehacaídoporelagujero!Aunquellueveachorros,eljefedeequiposequitaelcasco.Lalluviarecorresus

mejillasylelavalaslágrimas.Sueltalalibretaquellevabaenlamano,selimpialosojosconlamanga,seacercaalhueco,miraensuinteriorynovenada.Noventaycincopisos.JackLaLibertéhamuerto.

Raymond Carter va corriendo al ascensor exterior y aparta a puñetazos a unadocenadeobrerosquenosehanenteradodenada.

—¡Dejadmepasar,joder,quitaosdeenmedio!¡Paso,paso!Cuando llega la cabina, coge por la chaqueta al encargado y le grita que baje

enseguida, sin nadiemás. Intenta explicar el dramapor elwalkie-talkie al capataz,que no entiende más que una de cada cuatro palabras. Lo único que entiende es«¡Llama almédico!». La cabina se detiene y él casi arranca de cuajo la reja paraabrirla.Corrediezmetrosyseparaenseco.Jackestátumbadobocaabajo,encimadeun montón de cascotes. Si no fuera por el horrible ángulo que dibuja su piernaderecha,casisepodríapensarqueduerme.El impactohahechoqueelcascosalgavolando, pero tiene la cara intacta, con los ojos abiertos. También tiene la bocaabierta,comoenungritosilencioso.Delanarizlesaleunhilillodesangre.

RayCarterseagachajuntoalcuerpoyponedosdedosenlayugular.Acercaeloídoalaboca.Nada.Jackhadejadoderespirar.Lecierralosojos,leponelamanoen lamejilla, se levanta. Tras él han ido llegando hombres que se santiguan y sequitanelcasco.Ray,caladohastaloshuesos,cogeuntrozodelonaycubreaJack.Elmédicodelaobrallegaalosdiezminutos.Nosepuedehacernada.Alolejosseoyelasirenadelaambulanciadelosbomberos,bloqueadaenunatasco.

—Porhoyhemosterminado—anunciaRayCarter—.QuealguienvayaabuscarasuhermanoTom,queestáenlatorreSur,segúncreo,yquelotraiga.

Porlalíneainterioravisaalcapataz.Pocodespuéssuenaeltimbrequeanunciaelfinaldelajornada.TomLaLibertésalecorriendodelascensoryvelalona.Seacerca.RaymondCarter le pone lamano en el hombro.Se arrodilla junto al cuerpode suhermano,sequitaelcascoy,sinpronunciarpalabra,leacaricialasien.Después,conlosojoscerrados,salmodiaenvozbajauncantofúnebreenmohawk.Selevanta,sesecalacaraconlamanga.

—VoyallamaraKahnawakeparacomunicarlanoticia.Suhijomayor,John,estáaquí,enNuevaYork,peronosécómolocalizarle.

Pasandoshorashastaqueterminanelpapeleo,lleganlosexpertos,elcapatazyelhijodeldueñodeKochErecting.Luego,losbomberosmetenelcadáverenunafundayselollevanenunacamillaconruedasqueapenasentraenelascensordelaobra.

EnlacocinadelDenny’s,conelruidodelafreidora,Joycenooyeelteléfono.—Joyce,esparati,delWorldTradeCenter.


Eslaprimeravez,selehielalasangre.Seacercaconpasoscortos,reteniendoelaliento,ycogeelauricular,quereposaenunestante.

—¿Sí?Sí,soyJoyce…Losueltadegolpe, seapoyaen laparedgrasienta,dobla las rodillas, cierra los

ojosysedeslizadespaciohastaencontrarsesentadaenlostalones.Desupechosaleunlargogemido.SuamigaHelenentiendeloquepasa,seinclinahaciaella,laabrazae intenta levantarla, en vano. Joyce se deja caer de lado y se acurruca sobre lasbaldosasllorandocomounaniña.

Elrestaurantesellenadeamigos,deironworkersdelbarrio,seanmohawkono,de vecinos que acuden para preguntar. Allí está también la mitad del puesto debomberosde la avenida, cuatropolicías uniformados, y empleadosy clientes de lapizzeríaCalabrese.Joycesesostienelacabezaentrelasmanos,solloza,fijalamiradaenunatazadetéqueselehaquedadofrío.AlzalosojosyveaJohnacercándoseporlaacera,alfinaldelacalle.

—Steve,Steve,¡elchico!¡Dios,Steve,elchicoestáahí,vienehaciaaquí!¡Corre,veporél!

El compañero de piso de Jack va a la puerta y corre hacia el adolescente, queapenas le reconoce. Se para a unmetro de él con los ojos llenos de lágrimas y leestrechaconlafuerzadeunoso.


10

Kahnawake(Canadá)18deseptiembrede2001

WildBillCoopertrabajóquinceañosconmipadre.EnCanadá,hastaVancouver,enlas grandes ciudades del nordeste de EstadosUnidos, en todos los sitios donde senecesitabanunpardebuenosmontadoresdeacero.Llegabanparalasúltimasplantas,lasmásaltas,alfinaldelaobra,enelmomentoenquelosbanquerosseempiezanaimpacientar,losdueñosseangustianyloscapatacesandandemalhumor.Enalgunosedificios complicados, cuando no era fácil conseguir cuadrillas capaces de trabajardeprisaybienaesaaltura,sepodíanobtenerjugosasprimas.

Unotoño,aprincipiosdelosañossesenta,sefueronenaviónaColoradoSpring,enclasebusiness,ynadamásllegarlesdierontresmildólaresenmetálicometidosen un sobre.Cuando estaban lejos de casa, si no conocían a ningún carpintero delhierro por la zona exageraban el toque indio colocándose plumas de águila en elcasco,enelestuchedelasllavesdecolaponíanfranjasdecueroybordadosdeperlasyhablabanentreellosenmohawkcomosiestuvieranpasándoseconsignassecretas.

—Conloquenospagaban,bienpodíamosdarlesunpocodeespectáculo—diceWildBillentrerisas—.Habíaciudadesenlasquehastalosjefescreíanque,soloporser indios, no teníamos vértigo. Nunca les contradecíamos; al contrario, loexagerábamos. Trabajábamos a la misma velocidad que el resto, pero a ellos lesparecíaqueéramosmásrápidos.

Seconocíantanbienqueapenasleshacíafaltamirarseohablarse.Conlospiessobre treinta centímetros de acero, tocando el cielo a doscientosmetros del suelo,Jackadivinabalallegada,pordetrás,delavigasuspendidadedoscables.Billsabía,conlaprecisióndeunreloj,cuántotiempoibaatardarJackenatraparla,alinearlosagujeros,meterlosochobulonesyenroscardosdeellos.Mirabaloquehacíaconelrabillo del ojo, anticipaba cada gesto, preparaba la siguiente maniobra. A vecessilbabanparadarseavisosconuncódigopropioqueimitabaelcantodelospájaros.Loinventaroncuandoteníandiezaños,ensusprimerasexcursionesparairdecazaaorillasdelSanLorenzo.Sepasabaneldíaenlosárboles,construíancabañassecretas,disparabanconarcoa lospecesdel río—caballeroscobrizosypercasblancas—yponíantrampasenlanieveparacazarconejos.


BillnoestabaconJackcuandomurióporqueesedíaseencontrabaenlatorreSur.Había llegado tarde a laobray los equiposya sehabían formado.Hicieron loquepudieronparacambiardecuadrillayestarjuntos,ycasilohabíanconseguidocuandocayóelrayoquetiróaJackporelhuecodelascensor.

—Cuando murió tu padre, yo perdí un hermano. Después, ya nada fue igual.Nunca encontré otro compañero de trabajo. Aguanté tres años. Luego tuve elaccidente,ylodejé—mediceWildBill.

En la casa alargada de Kahnawake está a punto de empezar la ceremonia dehomenaje al World Trade Center, a las víctimas y al personal de rescate. Lostambores cogen ritmo, las mujeres entonan los cánticos seguidas por los niños yvarios hombres. El humo de las hojas de tabaco consumiéndose en los tazones debarrosubeporlasala.

—Ven,vamosfuera—pideBill.En el porche se saca del bolsillo una tabaquera de ante, lía un pitillo con sus

dedosdegiganteyloenciende.Yolemiroconelceñofruncido,yélsonríe.—Setentaydosañosyunospulmonesdechaval.Amiedad,yanohayriesgo.En

fin, hijo, hay algo que quiero contarte. Algo que tendría que haberte dicho hacemuchotiempo.Heestadoapuntomuchasveces,peroluegosiemprelodejabapasar.Yavasiendohoradequelohaga.¿Teacuerdasdecuandotrajimosatupadre?¿Quéedadtenías?¿Catorce,quinceaños?Despuésdeenterrarleenlareserva,dijimosquehabíamoshechounaceremoniaensumemoria,latardedelaccidente,enloaltodelatorreNorte.Quehabíamosquemadounashojasde tabacoygrabadosunombreenunaviga,paraquesequedaraparasiempre.

—Sí, lorecuerdo.Meheimaginadoesaescenamilesdeveces,estabaenfadadoporquenomellamasteis.Mehabríagustadoquevinierasabuscarme…

—Sí,perohayalgomás.Billsesientaenunadelasmecedoras,meindicaotralevantandolabarbillayse

acercaamíparaquepodamoshablarsinquenosoiganlosquevanllegando,algunosataviadoscontocadosytrajestípicos.Todoslesaludanconungestodelacabezaodelamano.

—¿TeacuerdasdequeledijimosatumadrequelallavedecoladeJackseperdióenlacaídayquenuncaconseguimosencontrarla?Esmentira.Lateníaensuestuche.Yolasaquédesucinturón,cuandosucuerpoyanosemovía,antesdequellegaralapolicíayselollevaranlosbomberos.

Acerco mi butaca a la suya y miro al suelo entre mis pies. Por mi memoriadesfilan las danzas tradicionales en el funeral, la chaqueta bordada, demasiadogrande, queme obligaron a ponerme, la pluma de águila en el pelo, la guardia dehonordelosmetalúrgicos,cascoenmanoalaentradadelcementerio,laimagendelas Torres Gemelas grabada en la lápida de mármol negro: JACK LALIBERTÉ –1936-1970.


—Tupadre y yo hablamosmucho de las torres.Eran tan bellas, tan grandes…Cuatro añosde trabajo, unaobra excepcional.ElEmpireStateBuildingdenuestrageneración.Estábamossegurosdequenuncavolveríamosatrabajarenunproyectoasídebonitoygrandioso.Asíquehabíamosprevistoescondernuestrasspudwrenchsen algún sitio del armazón, antes de irnos, para que se quedaran allí para siempre.Unapartedenosotros,unrecuerdo,ensecreto.Aunironworkernolegustasepararsedesuherramienta,peroenestecasovalíalapena.Asíquelanochedeltopping-outdelatorreNorte,dosotressemanasdespuésdelamuertedetupadre,contutíoTomy otros dos mohawk, nos colamos en la obra a medianoche. Subimos arriba ysoldamosunacajademetalaunaviga.Dentrometimosalgunascosas,entreellaslallave de Jack, y luego la cerramos para siempre. Cuando vi en la CNN cómo sederrumbabalaprimeratorre,esacajafueloprimeroquesemevinoalacabeza.EralatorreSur,perosabíaque,sisehabíacaídodeesemodo,laotranoibaaaguantarmucho.Recordélallave,elescondite,lasonrisadetupadre,suformadeandarporlasvigascomoungato,ycómonosguiñábamoselojocuandohabíamoshechounbuentrabajo.Loscabronesquehancometidoesosatentadoslehanvueltoamatar.

—Quieres decir que ahí, entre esas toneladas de cascotes, metal y trozos decuerposhumanos,eneseinfierno,¿estálallavedemipadre?¿Conlaqueyojugabadepequeñoyquepesabatantoqueteníaquesujetarlacondosmanos?

—Puessí.Estáahíabajo,enalgúnsitio.Yahoraquelosabes,lavasaencontrar.—¡Encontrarla! Ya me gustaría pero, Bill, no habrá manera. ¿Has visto las

imágenes?¿Tedascuentadequetodosehavolatilizado?Haycamionesdebomberosaplastadoscomounatortitadecincuentacentímetros.Losavioneshandesaparecido.DosBoeing,enteritos.Noquedanadareconocible.Nadaqueseparezcaaunamesa,unasillaounarmario.Loscadáveres,quitandolosdealgunosbomberos,protegidosporsuuniforme,hanquedadopulverizados.Noesquelallavedemipadreseaunaagujaenunpajar;esqueesunátomoenunamontañadeheno.

—Esas herramientas son indestructibles. Nos las pasamos de padres a hijos.Puedequeestérotaotorcida,peroestáahí,enalgúnsitio.Esperándote.Tienesqueencontrarla,ylotienesquehacertú.Yaeraunobjetosagradoantesdelacatástrofe.Debes traerla aquí, porque su sitio está encimade tu chimeneao en laparedde lacasaalargada.

WildBillyahadicholoqueteníaquedecir.Soloañade:—EnloaltodelatorreNorte.EnelmagmadelaZonaCeroescasiimposibleubicarse,entenderpordóndese

anda,quéson,quéeranlostrozosdemetalquequedan.Losúnicosquemásomenosse orientan son unos pocos ingenieros que se pasan el día estudiando los planos yentienden cómo se han desplomado los dos gigantes. Torre Norte o Sur, yo seríaincapazdedecirquéestuveremoviendolosprimerosdías.

Pero ahora sé algo. Sé que la llave de cola demi padre, la que debería habercolgadodemicintura, laqueyohabría tenidoquedaramihijocuandocumpliera


dieciocho años, en caso de haberlo tenido, está ahí abajo, en algún sitio. Misposibilidadesdeencontrarlasoncasinulas,perovoyabuscarla.Lostamboresyloscánticosparanenlasalayunachicajoven,conunvestidobordadoconperlasyunatrenzadeazabachequele llegaa lacintura,apareceenelporche.Conunasonrisa,medice:

—¿EsustedJohnLaLiberté?Elconsejomeenvíaabuscarle.¿Puedepronunciarunaspalabras?Esustedelúnicoquehavistolacatástrofedesdedentro…

—Sí,yavoy.Wild Bill coge mi mano entre las suyas, grandes, oscuras, anchas, llenas de

marcasycicatrices.—Ve,ve.Cuéntaselo.Peronolesdigasnadadelallave.Yosoyelúnicoquelo

sabe,losotrosdosmurieronhaceunosaños.EnlanubedehumoquesubióalcielodeNuevaYork estaba el alma de tu padre, el alma de nuestros guerreros desde elprincipio del mundo, de todos los nuestros que murieron o quedaron lisiadosconstruyendolospuentesy losrascacielosdelhombreblanco,ademásde lasalmasdelospobresinocentesqueacababandellegaralaoficinaparaempezarotrodíadetrabajoynoentendieronnadade loquepasaba.Lasalmasde losbomberosquesesacrificaron subiendopor las escaleras cargados comomulas para luchar contra unfuegoqueera invencible,comoseguramentesabían.Estamosmuyorgullososde loqueestáishaciendoenManhattan.

Noslevantamosyélmedaunabrazo.Yometolacabezaenelhuecodesucuello,élmedaseispalmadasenlaespaldayluegomeaparta,mirándomealosojos.

—¡Ve!Enlasalameesperanunascienpersonascolocadasensemicírculoalrededordel

estrado,dondehayunmicrodepie.Los jefesy lasmadresde losclanesvisten lasprendasdegalayestánalineadoscontralapared;hayniñosalosqueatrapanalvuelopara que dejen de jugar al escondite, adolescentes que semiran con disimulo.Loscánticos se transforman en murmullos y el son de los tambores cesa cuando meacerco.Doyunosgolpecitosenelmicrófono.

—Buenas tardes.Muchos de vosotrosme conocéis. Para los demás, me llamoJohnysoyironworker,hijodeJackLaLiberté.Losviejoslerecuerdan,lellamabanTool,murióconstruyendolasTorresGemelas.YmimadreesLouiseDubois,delclandel Oso. Hemos llegado hace un rato de Nueva York. Estamos trabajando en lasruinas del World Trade Center, que ahora llaman Zona Cero. Los montadores deaceroqueestánaquí,susfamilias,yendefinitiva todosenKahnawakeentendemosporquénosnecesitan.Cortamoselacero,losmilesdetoneladasdevigasretorcidasydechatarraquesehanamontonadodondeestabanlastorres.

Nadiesemueve,losquetocanlostamboreshanpuestolaspalmasdelasmanossobrelosinstrumentosytodaslasmiradasestánclavadasenmí.Unhombredepeloblancoledicealgoaloídoasumujer,quelellegaalhombro.


—Loshombresblancosnosvenenlosrascacielosenconstrucción,nosobservandesde las ventanas de sus oficinas, o desde las aceras, en su descanso para comer.Sabenquelosmohawkconstruimossusedificios,peromuchosnotienenniideadequetambiénlosdesmontamos,loscortamosentrozoscuandotienenquedesaparecer.Cuandoocurriólacatástrofesupimosquenosibananecesitar.Elpolvodelastorrestodavíano sehabíadisueltoynosotrosyahabíamos idoanuestraobra, cogido lossopletes,lasbotellasdegas,lascamionetaspick-up,ynoshabíamosacercadohastaallí.

Hablodurantemediahora.Leshablodelfuego,elcalor,elhumo, losolores,elpeligro;lallamaazulmordiendoelacero,lamáscaraconlaqueteahogasperoquenotepuedesquitarparanointoxicarte,lassuelasdelasbotasfundiéndose,lasmanosquesequemaninclusollevandoguantes,laschapasdeaceroquedesgarranlaropayaveceslapiel;lascucharasgigantesdelasexcavadoras,elrugidodelosbuldóceres,lavigacortadaque seempina, la sirenaqueobligaadejarlo todoy salir corriendoparavolveralmismositiomediahoradespués;elmiedocuandotodosehundeatualrededor, lacamaraderíaque te llevaaabrazaradesconocidos, los ladridosde losperros;elhorrordeloscuerpostroceadosquevemosantesquelosbomberos,porquenosotrosvamosdelanteparaabrirelcamino;lasimágenesquenopodemossacarnosdelacabezacuando,porlanocheenelhotel,intentamosdormir;laslágrimasquenosdejan surcos en la cara llena de polvo, las manos que nos duelen tanto que nopodemoscerrarlas,laespaldaquequema,latosqueempiezayyanotedejaenpaz,labotelladeaguacomodesahogo;elcansancio,laira,lafrustraciónpornoencontrarningúnsuperviviente.Laesperanzadequehayaalguno:«Debendeestarahíabajo,nomuy lejos, presos en las entrañas delmonstruo.Aparecerán esta noche, tal vezmañana».

Medetengopara tomarun sorbode aguay ellos rompenen aplausos.Conesocierromirelato.Detodosmodos,noséquémáspuedodecir.Unodelosjefesdeclanseacercaalmicroparahacerunapregunta,yyolerespondo.Despuésvieneotra,yotra.

Quierensabersilosmohawksonlosúnicosquehanbajadoacortarelacero.—No, claro que no. Hay ironworkers de todas partes. De Nueva York, New

Jersey,Connecticutydesitiosmuchomásdistantes, inclusodeCalifornia.Algunosllevanunequipamientoqueyonoconozco.

Preguntan si se han inspeccionado los sótanos y los aparcamientos de losedificios.

—Sí,lamentablemente,variasveces,dearribaabajo.Estánvacíos.Lagentetuvotiempodeevacuarlosantesdequelastorrescayeran.Noseráahídondeencontremossupervivientes.Alprincipiopensábamosquesí,peroyano.

Sihayalgunaposibilidaddeencontrarsupervivientesenterrados.—Dicenquesí,basándoseenrescatesdeterremotos,gentealaqueencontraron

muchodespués.Pero,desdehacetresdías,yolodudo.


Siyasesabecuántagentehabíaenlastorresenlamañanadel11.—No, en realidad no. Las estimaciones varían mucho. Aún era temprano, las

oficinasnoestabanllenas.Senecesitaránmesesparaestablecerlalistademuertosydesaparecidos.

Siallítenemostodoloqueprecisamos.—Casi.Aúnfaltanlasgrúasgigantesparalevantarlaspiezasmáspesadas,pero

acabandellegardeChicagoyyalasestánmontando.Silasantorchasdeplasmacortanmejorymásrápidoquelossopletesclásicos.—¡Noseimaginacuánto!Sinosalojanencasetasdeobra.—Paranada.EstamosenlosmejoreshotelesdeManhattanporcincuentadólares

lanoche,preciofijo.Ytenemoscomidagratisentodaspartes,nonosdejanpagarniunacerveza.

Sitodossomosvoluntarios.—Porsupuesto,perodesdeelmarteslosqueteníanotrotrabajohanvueltoaél.

Los que han llegado de otros sitios se están volviendo.Y los que se han quedadotienenuncontrato.Sehaconvertidoenuntrabajo.Sincomparaciónconningúnotro,perountrabajoalfinyalcabo.Tenemosuncontrato,tarifasindical,yelsindicatoseocupadegestionarlacontratación.

Sitenemosmiedodelosgasesquesedesprenden,desutoxicidad.—Mucho.Hayqueobligarseallevarlamáscaraconstantemente.Yohehechoun

apañoenlamíaparaintegrarelmicrodelwalkie-talkie.Peroalgunosnoselaponen,noconsiguenrespirarconella,yesoquesabenqueespeligroso.

Sisabemosporqué las torressedesplomaron tanrápidosobresímismascomocastillosdenaipes.

—No, la verdad. Algunos compañeros dicen que sus padres ya les habíanavisado,quedecíanqueesospisos,esosgrandesespaciosquesesustentabangraciasal esqueleto exterior, no les parecíanmuy sólidos, sobre todo en casode incendio.Peroparasaberlohabráqueesperaraquelosingenierosterminendeinvestigarlo.

Sipensamosenlosviejos,losquelasconstruyeron.—Constantemente.LamadredelclandelaTortugaponefina lasesiónacercándose.Mecubrelos

hombros con una manta en la que un montón de manos han bordado las TorresGemelas,intactasjuntoaunsolponiente,conunáguilasobrevolándolas.Alospies,enlaexplanada,caminanunlobo,unosoyunatortuga.

Andyestáunpocoapartado,sentadoenelextremodeunagradademadera,conuna botella de cerveza entre los pies. Sonríe, me guiña el ojo. Voy hacia élestrechandomanos,recibiendopalmadasenlaespalda:«Bravo»,«Hashabladomuybien,John»,«Toolestaríaorgullosodeti».Lepresentoaalgunos.Tamiymimadresenosunen.Mihijaextiendelamantaenelsuelo.

—Igualtendríanquehaberbordadotunombre,yeldelabuelo…


—Igual,peroasítambiénestámuybien,¿no?Yavasiendohoradeirseadormir,princesa.

Salimosdelacasaalargada,yyolacojoymelasuboahombros,comocuandotenía cinco años. Al principio ella protesta, pero luego sonríe a todo el mundomientrassostienelamantacomosifueraunbebé.

Mientrassuabuelacalientaenlacocinaelestofadoylospanesdemaíz,ellasequeda en el porche con nosotros, sentada en las escaleras, oyendo charlar a losvecinos que han venido a tomarse una cerveza con nosotros. Han traído álbumesllenos de fotos de aquellas dos obras memorables, desgranan recuerdos, bromean,resucitanalosmuertosybrindanensumemoria,maldicenaeseárabedelquenuncaanteshabíanoídohablar,Osamaalgo.Nadiesabequiénesesetío,eseterrorista,niqué tienen contra Estados Unidos, él y su gente. Y, sobre todo, cómo puedensuicidarseestrellandoavionescontraunosedificios,soloparamataragentequenoconocenyquenoleshahechonada.

AesodelasoncemandoaTamialacama.Bajamoslavozynospasamosotrasdos horas en el porche. En el jardín empiezan a amontonarse pares de guantes detrabajo nuevos, botas Timberland casi sin estrenar, sopletes en sus cajas. Mecomprometo a llevarlo todo a Nueva York. Algunos ofrecen dinero para quecompremosloquenecesitemos,peromeniegoaaceptarlo.

—Séquehaycolectasenmarcha.Preguntadenelsindicato,ellososdirán.AldíasiguienteacompañoaTamialcolegioylagentemesaludacomosifuera

famoso. Más tarde, Andy y yo vamos a comer al restaurante del club de losChevaliers de Colomb, donde suelen echar la tarde los montadores de acerojubilados.Hoyestántodos.Hacenpreguntastécnicas,dicenlotristesyenfadadosqueestán,explicansusteorías,unosseofrecenavenirconnosotros,otrosseríendeellos,ytodosdejandehablarysequedanviendolatelecadavezquesalealgunanoticia.Alfondo,detrásdelperiodistaqueemiteendirectodesdeManhattan, lascolumnasdehumogrisnoparecentenerintencióndedisminuir.

Pedimosdoshamburguesasyunacervezaparalosdos,porqueaprimerahoradelatardenosvolveremosaNuevaYork.Habríapodidoquedarmemástiempo,undíaodosmás,peroestoydeseandovolveralaZonaCero,yAndytambién.Laesperanza,aunqueseapoca,aúnexiste.Bomberos,policíasypersonalderescatenecesitanquesigamos cortando para avanzar hasta el corazón de los escombros. Igual que lessucede a los soldados que abandonan el frente después de semanas de luchaencarnizada, la vuelta a la vida normal resulta desconcertante, frustrante,decepcionante. Es difícil confesar o explicar la intensidad de las emociones, laimportanciadeloqueestáenjuego,lafuerzadelossentimientos.Enesemomentoaúnnolosabía,perolaZonaCerohabíaempezadoatenerenalgunosdenosotroselefectodeunadroga.

Ahídentrotodoesduro,agotador,terroríficoypeligroso,peronossentimosmásque útiles; nos sentimos indispensables, admirados, con una misión patriótica,


sagrada, ¡casi divina! Es difícil alejarse, casi doloroso. Fuera, en cambio, una vezpasada la alegría del reencuentro con los seres queridos, la vida normal pareceinsulsa, ñoña, mediocre e intrascendente. Ellos no entienden, no pueden entender.Tienequehabersevisto.

AcabodellegaraKahnawake,nisiquieramehepasadoaveralaquetodavíaesmi mujer, y ya estoy deseando volver a coger la carretera, bajar a Nueva York yregresar al extremo herido de la isla, volver a estar con mis hermanos de armas,retomar el combate, el soplete. CuandoLouise se dé cuenta de queme he ido sinverla sabrá, como lo sé yo, que firmaré los papeles del divorcio en cuantome losenvíe.Tamiysuabuelasedespidencongrandesgestosenelcéspedquehaydelantedelacasaydesaparecenenelretrovisor.Rodamosensilencio,conlaradioapagada.Hemos plegado el asiento de atrás parameter las cajas llenas dematerial. Se hanquedadoallímuchasmás,tantasqueelsindicatovaamandaruncamión.

LanubequesubedeManhattanseelevacomounaseñaldemuerte,unaheridaenel cielo, visible desde los bosques del valle del Hudson. Pasado el puenteGeorgeWashington,alaentradadeHarlem,elcontrolpolicialprovocaunatascodevarioskilómetros.Elpasedeaccesoa laZonaCeronos sirvepara saltarnos lacola,peroinspeccionanhastaelúltimopardecalcetinesdenuestrocargamento.

Juevesporlamañana,20deseptiembre.SalimosdelmetroenCityHallantesdelassiete.Ahíestánlasprimerasbarrerasdelapolicía,quelosperiodistasylosequiposdetelevisiónintentantraspasarenvano.

En las puertas del recinto hay unos cien hombres vestidos con ropa de trabajoesperando.Nadie puede entrar. ¿Qué ocurre ahora? ¿Nos van a dar pases nuevos?¿Hayriesgodederrumbes?Lapolicíaylosvigilantesnosdicenquetienenordendereteneralturnodelamañanaydejarsaliralosequiposnocturnos.Alguienvaavenira hablarnos. Nosmiramos y encogemos los hombros. Ya que hay que esperar, seformaunacoladelantedelasdostiendasdondevendencomida.

VienenporfinuncapatazdeBovisyuningenierodelayuntamiento.Elingenierosellevaunaltavozalaboca:

—Atención,atención.Escuchen.Hasurgidounproblema.Porahoranosepuedecontinuar.Comobiensaben,elTradeCenterseedificóenlaorilladelHudsonsobreunos terraplenes ganados al río. Para horadar los seis niveles de los sótanos y loscimientosconstruyeronunmuroestancodeapoyoqueaislaralaobraeimpidieraquehubierafiltraciones.Lollamaban«latina».Fueuntrabajocolosal.Poraquelentoncesnadie sabía hacerlo en Estados Unidos, y una empresa italiana mandó a susingenieros.

Entre los asistentes se extiende un murmullo desaprobatorio, y el hombreprosigue:


—Lacuestiónqueseplanteadesdeelprimerdíaeslasiguiente:¿enquéestadoseencuentra la tina? ¿Ha soportado la presión desde que se cayeron las torres? ¿Nohabrá trozos de metal que hayan abierto brechas? ¿Aguantará? Como puedenfigurarse,siesemurocede,aunqueseaenparte,lasaguasdelHudsonselotragarántodoytendremosdoscatástrofesenlugardeuna.

Lepasa el altavoz a un ejecutivodeBovis quenos cuenta que, desde el 12deseptiembre,unequipodeexpertos,ingenierosyespecialistasbajacadamañanahastaallí,porlostúnelesdetrabajoexistentesenlasvíasdelPathTrain,parainspeccionarlapareddelatinapordondepueden,yqueparaellocorrenriesgosalucinantes.Escasiuntrabajodeespeleólogos,yhaypeligroentodomomento.Porahoralaparedharesistidoalimpactoyamillonesdetoneladasdepresión.Enalgunossitios,loquelamantiene es el gigante amasijo de cascotes, pero desde hace un par de días losavisosdepeligrohanidoenaumento.

—Hayfugasyfisuras—explica—.Hastaahoranoeragrave,lasbombasextraenel aguay ladevuelvenalHudson.Pero los testigosque colocamoshaceunpardedías en algunas fisuras se han roto. Se separan varios milímetros al día, el muroestancosemueve.¿Seimaginanlapresiónquelasaguasdelríoejercenporelotrolado?Si la tina cede en algún punto, laZonaCero se transformará en una piscinagigante.Noesnecesarioquedigaquesiesosucediera,supondríaañosdetrabajo.Sincontarconque,atravésdelostúnelesdelmetro,buenapartedelsurdeManhattansepodría inundaryser inhabitabledurantemeses, talvez inclusomás.Podría llegaraNewJerseyporlasvíasdelPathTrain.Semejantecataclismoseríaindescriptible.

Habíamos oído hablar de la tina, los bomberos hablaban de ella, los técnicosparecían preocupados, en algunos sitios el ronroneo de las bombas montadas encamionesera incesante,peronadiehabíaentendidoelalcancedelpeligro.Asíque,ademásdelaasfixia,elaplastamiento,lacaída,lasquemadurasylaintoxicaciónporuna larga lista de productos químicos y gases, también corremos el riesgo deahogarnos. Entre los allí congregados sube un murmullo en el que se distinguenexclamaciones como «¡Joder, lo que nos faltaba!», «En estas condiciones, yo nosigo»o«Comoseenteremimujer,mañananovuelvo».

Elingenieroretomaelmegáfonoparaanunciarqueesanochesehasuspendidolainspeccióntrashaberdetectadounafugamayorquelasdemás,quehasumergidolasbombas.Porelmomento,vanaesperaral turnodedíaparaaumentarel caudaldebombeo,comprobarlasituaciónyasegurarsedequeelaguanovaainundarlotodo.

—Hemos traído especialistas que ya están trabajando. La situación espreocupante,peronohayqueperdereloptimismo.Casitodoslosingenierosquehanestadoahíabajoconsideranquelaparedaguantará.Mañanaempezaremosainstalarrefuerzosenlospuntoscríticos.Graciasatodos,vuelvandentrodetreshoras.Y,porfavor,unacosamuy importante:niunapalabraanadieahí fuera.Nisiquieraasusfamilias, se preocuparían aún más. Lo último que necesitamos es un titular en laportadadelNewYorkPostdelestilode«RiesgodehundimientoenlaZonaCero».


—Me lo estaba figurando desde el primer día —rezonga Andy mientrasdesandamos el camino para ir a una cafetería—.Me acuerdo de lo que decían losviejos, los que trabajaron bajo el nivel del suelo colocando las estructuras de losaparcamientos subterráneos. Decían que esemuro estanco que los separaba de lasaguasdelHudsoneraunamaravillacomoraravezhabíanvisto.Noeraconscientedesuimportanciahastaahora.

Lepongolamanoenelhombro.—A lomejor ahora la situación no es tan peligrosa como puede llegar a serlo

después.Yalohasoído,demomentolosescombroslomantienenensusitio.Cuantomásdespejemoselespacio,másfrágilsepuedevolverlapareddelatina.Esperemosqueparaentonceshayandadoconunasolución.

—Tenemosalosmejoresingenierosdelpaís,nomecabelamenorduda.Puedeque incluso del mundo… No te preocupes mucho. Vamos a tomar un café, nosleemoslaspáginasdeportivasdelDailyNewsyvolvemosenunrato.

Después de tomarnos un café en elMermaid—la cajera se niega a cobrarnos«paraagradecerlesloqueestánhaciendo.Anoche,enlaCBS,viunreportajesobrelosironworkersdelaZonaCero,sonustedesunoshéroes»—,Andydecideacercarsehasta J and R, la tienda de electrónica que acaba de reabrir en la plaza delayuntamiento,paracomprarleunMP3aKaren,sunoviadeBayRidge.

Ledigoquenosveremos luego,en laentradaprincipal,ymevuelvoa laZonaCero.Voy bordeando la verja hacia elWorld Financial Center y los puestos de laCruzRoja.Aún es pronto, pero a lomejorMarySullivan ha llegado ya.Desde laúltimavezquenosvimos,encuantocierrolosojosveosucara,susrizospelirrojos,su sonrisa y sumirada color verde dorado.Ayer en el coche, cuando volvíamos aNuevaYork, vinepensando en ella.Repaso la formaenquemedio sunúmerodeteléfono, me entregó el papel donde lo había anotado y me miró mientras memarchaba.

Encualquierotromomento,unachicadelUpperWestSidenose interesaría lomásmínimoporunmontador,salvodesdeunaacera,unratito,mientraspensabaenotra cosa. Pero no estamos viviendo un momento corriente, y parece que a lavoluntariadelaCruzRojalegustamicompañía.

—¿Mary?No, aúnnoha llegado,peronocreoque tarde—dice sonriendounatreintañerarubiayentradaencarnesquevisteunpantalónblancodeportivoimpoluto,zapatillasdecorreryunacamisetaconlainsigniadelaCruzRoja—.Llegarásobrelasocho.¿Esurgente?Siquierelapuedeesperaraquí.YomellamoJudith.¿Necesitaalgo?

—No,gracias,Judith,soyamigodeMary.Voyaesperarla,sinoesmolestia.MellamoJohn.

Mesientoenunasillaplegable juntoa laentradadeunagransalaen laqueseamontonan hasta el techo cajas y cajas dematerial. Por el rabillo del ojo veo queJudithrebuscaalgoenelbolso,sacaunteléfonoyhaceunallamada.Quinceminutos


después, tras haber asegurado a los voluntarios vestidos de blanco y rojo por lomenosdiezvecesque«no,gracias,nonecesitonada,soloesperoaalguien»,veoaMary llegardandograndespasosentre lamaquinariade laobra.Llevaunpantalónmáscortoyajustadoquelaúltimavez.Enlugardecamiseta,visteunacamisablancaescotadaconunacruzrojadiscreta.Melevanto.Ellameve,sequitalagorraquelesujetabaelcabelloysepasalamanoporelpelo.Sehapintadoloslabiosconunrojoresplandeciente,ajuegoconlalacadeuñas.Susonrisamedicemuchomásquemilpalabras.Yotambiénsonrío,conlamayoramabilidaddequesoycapaz.Seguroquetengo pinta de idiota. Noto cómo me sube el color a la cara, como cuando eraadolescenteymedirigíaa lascanadiensesfrancesasdeChateaugay,quecasinuncamecontestaban.

—Hola, John.Mehanavisadodequehavenido,peroyaestabadecamino,detodosmodos.Nolehevistodesdehaceunpardedías,¿vatodobien?

—Hola,Mary.Sí,sí,todoperfecto.Essoloquemeheidoalareserva,cercadeMontreal,paraveramihija,alaquenoveíadesdeel11.Tienedoceañosyestabamuypreocupadaporsupapádebidoaloqueveíaenlatele.

AMaryseleborralasonrisadelacara.—Ah,suhija…¿Ylamamá?—¿Lamadredemihija?No sé, llevomeses sinverla. ¿No tehabíadichoque

estamosenprocesodedivorcio?Sabeque estoyvivo, creoque coneso levale.Apropósito,¿teimportaquetetutee?

—No,claroqueno.¿Teapeteceuncafé?—Sí,claro.HepensadoquepodríamosiraunStarbucksoalMermaid,sipuedes.

Noesquenomegusteelcaféde laCruzRoja,pero…Estamañana tengoalgodetiempo, laobranosehapodidoabrirporalgoquelespreocupaynoempezaremoshastalasdiezoasí.

—Porsupuesto…Espérameunsegundito,queavisealencargado.Teníaqueiraporunospapelesalayuntamiento.¿Quéesesoquelespreocupa?

—Unacuestióndeestanqueidad.Tienenqueconsolidarunosmuros,ynoquierenqueandemosporenmedio.

Dejoelcascoyelcinturóndeherramientasenunestante,mereajustolacamisetanueva, que aún tiene marcados los pliegues de fábrica. Ella vuelve trotando depuntillas,ligeraygrácilcomounabailarina.Mefijoenlalíneadesusmuslos,enlosmúsculosdesuspantorrillas.

—¡Vamos!Caminamosporlasacerasvacíasdentrodelperímetroprohibidoalpúblico.Casi

han terminado de limpiar.Aún quedan huellas de esamezcla de polvo, cemento ycenizas en las alturas, en los buzones y en los alféizares de las ventanas de losedificiosevacuados,y tambiénen loscableseléctricos.Elpersonalde limpiezadelayuntamiento lanzaaguaapresiónpor los rincones, restriega lasacerasconmuchaagua,limpiaachorrosloscochesyelmobiliariourbano.


PasadosCanalStreetylospuestosdecontrol,noscruzamosconcuriososquesedirigen distraídamente hacia el sur, y con oficinistas. No sé qué distancia deboguardar con ella. Si me acerco mucho, la rozo y me aparto como si me diera uncalambre.Simedistanciounpoco,parecemosdosdesconocidosquevanenlamismadirección. Para llenar el silencio hablo sin parar y demasiado deprisa, le hablo deKahnawake, los rápidos, la orilla del San Lorenzo en Montreal, la reunión deanteayer en la casa alargada, la caída demi padre, la tradición de los ironworkersmohawk.Ysí,tenemosvértigo.

Ellasesientemásseguraymemiradelado,sonríecomosisupieracómosiguelahistoria,sebajadelaaceraparadejarpasaraalguienqueempujaunasilladeniño,echalacabezahaciaatrás,hacepreguntasbreves.

AesahoraempiezaaformarseunacolaenelexteriordelStarbucksdeParkRow.Nos sentamos en el primer piso, rodeados de turistas que hablan idiomasdesconocidos.Yohepedidouncafésolo,demasiadoclaro,demasiadocaliente,enunvasodepapel.Ellahapedidounabebida raradenombre italiano, enun recipientedondepodríacabermediolitro.Hablandodeunascosasyotras,nosécómoterminohablandodePatricia.

—Yoteníadieciséisaños,comoella.LaconocíenelautobúsyendoalcentrodeMontreal.Me había sentadomuchas veces a su lado; ella se bajaba en la primeraparadadespuésdeKahnawake.Supadreeraitaliano;sumadre,canadiensefrancesa.Elle me respondió en inglés, y a mí me extrañó que una french —entonces lasllamábamosasí—aceptaraintercambiarmásdedospalabrasconunmohawk.Yaséque no tengo pinta de indio, pero en la parada de Kahnawake no se baja ningúnblanco.Losquevanacomprartabacolibredeimpuestossedesplazanencoche.

Lehablédemiprimeramor,unañodeenamoramientocomosolosepuedetenera los dieciséis años, nuestras citas en los cafés de Montreal, a orillas del río,omitiendolasescenasdemasiadoíntimas.

—Cuandounaamigademimadrenosviobesándonosenelautobús,lascosassepusieron feas.Entre losmohawk estánmal vistas las parejasmixtas.En la reservahayunaley:sitecasasconalguienquenoseadelatributevas,tienesqueirte.

Ellamemiraextrañada.—¿Lodicesenserio?¿Ennuestrostiempos?¿Sonleyescanadienses?—No,enrealidadesunaprácticabastantereciente,unanormainternadelasSeis

Naciones iroquesas, aunque creo que está en vigor en otras naciones nativas deAméricadelNorte.Puedevariardeunareservaaotra.Noesunacuestiónderaza;elmestizaje nunca nos ha planteado el menor problema, ya hacemucho tiempo quetenemosmezcladesangre.Perodesdehaceunosañoslosbeneficiosfiscalesqueseconcedenalosindiosatraencadavezamásgente.Sitecasasconunamohawkytevienes a vivir a la reserva, ¿pagas o no pagas impuestos? ¿Eso te convierte en unmohawk?Sitienesniños,¿quéestatutotienen?¿Quépasasimontasunaempresa?Ynotequieronicontarcuandoenlareservahayuncasino.Noesnuestrocaso,peroen


otrossitios,tantoenCanadácomoenEstadosUnidos,haytribusquesesientansobremontones de oro. Y todo elmundo quiere un trozo del pastel. Así que, ¿quién esindio?¿Cómosedemuestra?¿Uncuartodesangre,unoctavo?¿Menos?Algunoshanidoa juicio, elpapeleohaduradoañosyañosyhaarruinado familiasenteras.Asíque, en Kahnawake, el consejo determinó que una comisión decidiría quién tienederechoavivirenlareserva.

—¿Tenías miedo de eso? ¿Eso fue lo que te distanció de Patricia? ¿Unacomisión?

—No, claro que no, a los dieciséis años no se piensa en esas cosas. Pero amimadrecasi ledaalgocuandoseenteródequeestabasaliendoconuna«francesa».Unade sushermanas se casóconunblancodeTrois-Rivières.Queríanquedarse avivir en Kahnawake pero, tras meses de trámites, no se lo permitieron.Mi tía semarchóaviviraTorontoyyanolavimosmás.Desdeesemomento,mimadrenomedejóenpaz.QueríaquerompieraconPatricia.Comotepuedesimaginar,esonomeafectaba lomásmínimo.A esa edad, cuantomás te prohíben algo…Pero cuandoterminó el cursome fui a Illinois, donde empecé un programade aprendizaje paraconvertirmeenmontadordeacero.EllasefueaQuebec,alauniversidad,creoqueaestudiar literatura.Empezamosavernoscadavezmenos,unfindesemanadecadados, luego de cada tres, y un buen día recibí una carta suya en la que rompíaconmigo.

Marymemiratiernamente,adelantalamanocomosiquisieracogerlamía,duda,ladejamuycerca.

—Louise, mi futura exmujer, es la hija de unos vecinos, una familia deironworkers de la reserva.Nuestrasmadres acordaronnuestra boda cuando éramospequeños.Cuandoteníadoceañosmedabalarisa,yaúnnohabíacumplidoveintecuandosecelebrólaboda.Ahoraséquehabíaalgomás,unahistoriaqueseremontaalpasado,unaespeciedepecado,comounamanchaennuestrafamiliadesdehaceunsiglo,quequizámimadreintentólimpiarconesaunión.Unaccidente,unpuentequesederrumbó.Fuemuy triste,quizá te locuenteotrodía, si teapetece.Perdona,nohagomásquehablardemí,nosuelohacerlo.Ytú,¿estáscasada?

—Loestuve.Erapilotodehelicópteroenelejército.LomataronelprimerdíadelaguerradelGolfo.Sequemó.Yosolopudeenterrarcenizasyhuesos.Eselúnicomiembrode laAirForcequemurió enesaguerra estúpida.Cientosdemuertos ennuestrobando.Eneldelosiraquíes,nisiquierasellegaronacontar,¿paraqué?

—Estuvedosañosenelejército.ScoutconlosRangers,unatradiciónenalgunasfamiliasmohawk.Peronohellegadoairalaguerra.¿Tuvisteishijos?

—No,nonosdiotiempo.QueríamostenerunniñocuandosemarchóaKuwaitcapital. Esperé dos semanas la confirmación de sumuerte. El copiloto sobrevivió,perosequedóparalíticodelasdospiernas.

Marydeja de hablar y se quedamirando, a través del ventanal, los coches quecirculanporlarampadeaccesoalpuentedeBrooklyn.


—Despuéshetenidovariashistorias;vivídosañosconunagentedesegurosenMassachusetts,peronofuncionóymevolvíaNuevaYork.Ahoracompartopisoconunacompañeradelaeditorial.Viajamucho,asíqueestoycasitodoeltiemposolaenunpisodedoshabitacionesquedeotromodonomepodríapermitir.

LepreguntocómoseleocurrióofrecersecomovoluntariadelaCruzRoja.—Delamaneramástonta,despuésdeverunreportajeenlatele.PorlasnochesrecorríanelBronxoNewJerseyparaayudara lossintecho, los

domingos llenaban cajas para enviar a Perú, y las misiones de quince días aGuatemalaoPuertoRico,encentrosdedistribución.

—El11deseptiembrenosllamaronaprimerahoradela tarde.Yohabíavueltoantes a casay estaba, como todoelmundo,pegadaa la tele.Sabíaquenos ibanallamaryteníaeltrajepreparadoencimadelacamaylabolsaenlaentrada.Esloqueme gusta de este tipo de voluntariado: puedes hacer algo cuando hay un drama,aunque no sea más que repartir café y mantas. No te quedas sentada en el sofállorandoporlasinrazóndelserhumano,lacrueldaddelanaturalezaolasinjusticiasdeldestino.Alfinal,detodasformas,todoresultaincomprensible.

Yo le cuento cómo fue paramí la tarde del 11. Ella, al día siguiente, ya habíaentendido la importancia de los carpinteros del hierro en la Zona Cero. Hay unanecesidaddehacer algoen respuesta aunacontecimientoquehaconmocionadoalmundo y desconcertado a todo el país, y en la punta sur de Manhattan miles denosotroslaestamossatisfaciendo.Esodicen,nuevedíasdespués,losvoluntariosquesiguenempeñadosenhacercolaenlospuestosdereclutamiento,dondelesexplicanque «gracias, pero no, no se necesitan más voluntarios». Algunas personas sonincapaces de ser espectadoras, y en Estados Unidos haymuchas así. Al actuar sesientenmejor,oalmenosnotanmal.

Marytieneotrostresdíaslibres,ofrecidosporsujefecomogestodesolidaridadhacia la ciudad y las víctimas. Después tendrá que volver a su puesto en eldepartamentode«Comprobacióndelosdatosescolares»delaeditorialdondetrabaja.

—Vendrélosfinesdesemana—dice—.¿CuántotiempocreesquevasapasartúenelTradeCenter?

—Todoelquehagafalta.Ahoraesteesmitrabajo.Mepagancomoencualquierobra, y no tengo ganas de estar en otro sitio. Si hiciera falta,me quedaría inclusogratis.Nadiesabecuántotiemposenecesitaráparadespejartodoeso.Algunoshablandemeses,otrosdeaños.Dentrodeunassemanastendremosunaideamásclara.

Enelmomentoenquevoyahablarledelallavedecolademipadremecallo.Yaloharémásadelante,siacaso.

—Bueno—diceellamirandosu reloj—, tengoque iralayuntamientoparaquemesellenunosdocumentos.¿Meacompañashastalaentrada?

Enseguida nos encontramos en el parquecito triangular que conduce a lamonumentalescaleradeledificioadministrativodelaciudaddeNuevaYork.Vamosandando cuando noto que sumano roza lamía y luegome la coge.Me paro,me


vuelvohaciaella.Ellaladealacabezaymesonríe.Comovequeyotitubeo,meatraehaciasíempujándomeporelhombroymebesa.Sepegaamí,memordisquea loslabios.

—Mehaparecidoquesiyonodabaelprimerpaso,túibasaseguirhablándomede tus ex, de sopletes y metal retorcido durante horas —dice ella, riéndose yrecobrandoelaliento.

Losojoslebrillandealegríaytriunfo.Lacojoporlacintura,lalevantoypongomi boca en la suya. Ellame pasa los brazos alrededor del cuello yme acaricia lanuca.

—Tengoqueirme.EstarétodoeldíaenelpuestodesocorrodelFinancialCenter.¿Tepasasluegoporallí?Séprudenteahíabajo,ynotequiteslamáscaraenningúnmomento.¿Meloprometes?Ciao!

Ellasubedepuntillasydedosendoslasescalerasdelayuntamiento,sedetieneante la puerta de mármol, se vuelve y me lanza un beso con la mano antes dedesaparecer.

Mequedounossegundosinmóvilyluegomedirijo,conpasolento,haciaelsurylahumareda.Misonrisitaidiotaintrigaalagenteconlaquemecruzo.Algunosmeladevuelven, otros casi se quedan parados, preguntándose cómo es posible que unobreroqueseencaminahacialoshorroresdelaZonaCerotengamotivosdealegría.

Vuelvo a pasar por la Cruz Roja para recoger mis cosas. Judith está ocupadavendandolamanodeunpolicía.Mesaludaconlamanoymedirigeunasonrisadecomplicidad.MeencuentroaAndyen lapuertaprincipal,que siguecerrada.Ya lehablarédeMarymástarde,estanocheomañana.

—Escosadelocos—diceél—.EnJandRhantenidoquetirartodoloqueteníanenelescaparate,¡québarbaridad!Elpolvohaentradoenla tienda,ymiraqueestálejos del TradeCenter. Lo ha estropeado todo.Han intentado limpiar los aparatos,peronada.Unvendedormehadichoquenohavistoen lavidasemejantemezcla,talco tóxico que ha penetrado por todas partes. Tienes razón, Cat, tengo queacostumbrarmeaesaputamáscara.¿Cómohashechoparameterelmicropordentro?

Un rumor se extiende entre el centenar de hombres congregados ante la puertaprincipal.Tendríanquellegarlosvigilantes,parecequelacosasemueve.Peronada.Alfinalaparecendosgorilasvestidosdenegro,congorrasypantalónmilitar,yabrenlaverja.

—¡Reunión en la explanada, en el lado este! El trabajo se reanuda, pero connuevasconsignas.

El ingeniero nos explica que los expertos han subido de la tina con datostranquilizadores sobre el estado delmuro.Las fisuras se han estabilizado y se haninstaladomásbombasparaevacuarmásrápidamenteelaguayevitarqueentreenlossótanos. Se ha firmado un contrato con una empresa especializada que prontoempezará a poner refuerzos en los puntos neurálgicos. Van a perforar en diagonalhastallegaralarocaprimaria,ameterdentrodelosagujeroscablesdeacerofijados


alfondoconcemento,yluegovanatirardeesoscables,alosquellamantie-backs,paraanclarenelsuelolapareddelatina.

—Podéisvolver al trabajo—anuncia—.Losequiposque se formaronayerqueocupenlosmismossitios.Encasodequesurjanproblemas,sonarálaseñaldealertaqueyaconocéis.Tantosise trataderiesgodederrumbecomosiesde inundación,hayqueevacuarloantesposible,porsupuesto.Soltáislasherramientas,salísdelascabinas de las máquinas y os vais pitando a los puntos seguros. Suerte a todos.Recordadcambiarlosfiltrosdelasmáscaras,yllevadlaspuestasentodomomento.


11

QuebecAbrilde1907

EsamañanadefinalesdeabrilenKahnawake,ManishRochelleyRobertLaLibertéestán terminando de preparar el equipaje. Pantalones de lona, botas de trabajo,camisasdelana,unjersey,dosgorras.Ensusbolsasdeherramientassinestrenar—compradas enMarquette,Montreal— llevan enormes llaves de aleación negra, unmartillo de cinco libras, tres pares de guantes gruesos que cubren la mitad delantebrazo.Enunafundadecuero,cuatropalosdelacrosse,unasdiezpelotas.Losdosprimos saldrán dentro de una hora, con otros treinta, rumbo aQuebec. Se dirigen,másabajodelaotragranciudaddelaprovincia,alasobrasdelnuevopuentesobreelSan Lorenzo. Los contrataron en la primavera de 1905 para el proyecto másprestigioso deAmérica del Norte: un puente gigante con un tramomás alto en elcentro para que pasen los paquebotes que remontan lo que el explorador francésJacquesCartierbautizócomo«elríodeCanadá».AhoraMontrealtienedospuentessobre el río. Quebec soñaba desde hacía veinte años con salvar ese obstáculo ycomunicar por ferrocarril las tierras del interior con los grandes puertos libres dehielo en invierno. El emplazamiento, en un cañón, habla por sí mismo: enalgonquino,Kebecquieredecir«alládondeelríoseestrecha».EnunviajeaParísen1891, el primer ministro de Quebec, Honoré Mercier, se reunió alrededor de losplanosdelaciudadconelfamosoingenieroGustaveEiffel,cuyoestudiopreconizabalaedificacióndeunpuentecantilever,sinpilaresenellechodelrío,primeroporqueeraun lugar demasiadoprofundoy segundoporque era imposible restringir en esepunto la circulaciónmarítima.La licitación se lanzó conesas especificacionesy laganó laPhoenixBridgeCompanydePhoenixville,Pennsylvania.Sehabíaprevistoquelaobrafueralobastanteanchacomoparaabarcardosvíasdeferrocarril,dosvíasdetranvíaydoscarrilesparacoches,ademásdeunapasarelaparapeatones.

DelossetentamontadoresdeaceroquehabíaenlareservaaprincipiosdelsigloXX,contrataronalamitadparaestaobraexcepcional.Yaantesdeterminarelpuentede la Canadian Pacific en Kahnawake, en 1886, todo el mundo reconocía lahabilidad,elvalorylacapacidaddetrabajodelosmohawk.

—Losabía,meloimaginé,lodije—secongratulabaelcapatazCharlesDubois,elprimeroqueautorizóaManishRochelle,RobertLaLibertéyluegoalosdemása


subir a la obrapara trabajar—.Ponerles herramientas de remachador en lasmanosfuecomojuntarhuevosconbeicon:hannacidoparaeso.Alomejoresporquesonindios;escomosinoconocieranelvértigo.Nosédedóndelesviene,peroenunassemanasestabantancómodosenelpuentecomomischicosmásexperimentados.Ysonmuchomenosexigentes.

—Escurioso,todoestodelvértigo—diceManishasuamigocuandosereúnenenlacallemayordeKahnawakeparairalaestación,dondeestarántodoslosdemás—.Avecespiensoenello.¿TeacuerdasdequeelañopasadovariosmuchachosenelpuentedeQuebecnoslodijeroncuandonosvieroncaminarporencimadelrío?«Ah,sí,vosotros los indios…».Enel fondonoestámal.Vamosadejarque losblancoscrean que los mohawk tenemos ese don para el trabajo en altura y un valorextraordinario.Losdejaimpresionados,yesoayudaaquenossigancontratando.

—Sí, y con esa paga no faltarán voluntarios —responde Robert—. Tengo unsobrinodecatorceañosquemepersigueparaquelelleveconnosotros.Lehedichoquequizáelveranoqueviene…

En 1886, en Kahnawake, los dos adolescentes, seguidos de otros quince,aprendierontanrápidoeloficiodemontadordeaceroyremachadorquelaDominionBridgeCompany loscontratópara laobrasiguiente:unpuente ferroviarioentre lasciudades gemelas de Sault-Sainte-Marie, en el Ontario canadiense, y Sault-Sainte-Marie,enelMichiganestadounidense.Le llamaron«puenteSoo»y,conelavaldeDubois y de algunosmás, los primerosmohawk formados en este nuevo oficio sellevaron a sus primos y hermanos, amigos y compañeros, y se encargaron deenseñarles el oficio.Enpocosmeses, decenasde indios llegadosdeKahnawake, ydespuésdeotrasreservasmohawkdeCanadáydelnortedelestadodeNuevaYork,donde había corrido la voz, hacían cola para cobrar la paga. Una vez formados,pasabanaotrosproyectosenequiposdecuatro,dosobrerosydosaprendices.Coneldesarrollodelaconstrucción,lareputacióndeloscarpinterosdelhierroindiossefueextendiendoporlasobrasdelestedeEstadosUnidos.

—¿Teacuerdas?—diceManish sonriendo—.Nohizo faltamucho tiempoparasaberquiénpodría trabajarenestoyquiénnoseríacapazdecaminarpor lasvigascontodoelequipo.Eltíodemimadre,yasabescuál,nohabíadadonitrespasosporlasalturascuandodiomediavueltarenegando;nolovolvimosaver.

—¿Yesejovenquemintiósobresuedad,elhijodelherrero?¿VieneconnosotrosaQuebec? Es como un gato, corre sobre las vigas,me damiedo solo demirarlo.Tendráquetranquilizarseunpocosinoquiereromperselacrisma.

EnelpuentedeSoomurióelprimermontadordehierroindio.Unamañana,JoeDiabo, miembro de la que después sería una de las familias más famosas de lareserva,seescurriósobrelaaristadeunavigaeintentóenvanosujetarseauncable.SucuerpoapareciópocodespuésflotandoenelríoSainte-Marie.

En un continente en plena expansión, donde todo está por construir, dondemillaresdekilómetrosdecarreterasyferrocarrildebencruzarcentenaresderíosyde


valles, los obreros formados en las técnicasmodernas nunca son suficientes.En elcentro y el oeste de Canadá y de Estados Unidos hay proyectos de puentes yviaductosquetienenqueesperarturno,paradesesperacióndeautoridadesymediosfinancieroslocales,porfaltademanodeobra.Losconstructoresdepuentesyobrasde ingeniería envían ojeadores a Europa para convencer, a cambio de primas deinstalación, a jóvenes ingenieros o capataces aguerridos que quieran probar laaventuradelNuevoMundo.Asíque,cuandounacomunidadcomoladelosmohawkdeKahnawakeseorganiza,seespecializaenelmontajedevigasdehierro,sehacecargosinprácticamenteningunaayudadelaformacióndelosaprendices,lluevenloscontratos.

—El año pasado, ni en Soo ni en Quebec recuerdo haber escuchado el másmínimocomentarioracista—diceRobert—.Nadienosllamó«suciospielesrojas»,o«indiosholgazanes»,cosasquesínosdecíanavecescuandoéramospequeños.Porprimeravez,tuvelaimpresióndequemejuzgabanpormitrabajoypornadamás.

Concasicuarentaaños,constitucióndeatletaymiradaclara,BruceMondoresunodelosmásmayoresdelgrupoquesereúnejuntoalaestación.Bruceempezóenel puente de Kahnawake unos días después de Manish y Robert, y enseguida seconvirtió en uno de los principales interlocutores de la Dominion gracias a sutranquilidad, sudominiodel francésyde lasherramientas,yal respetoque inspiraentreloshombres.HaoídolaobservacióndeRobert.

—Notehagasdemasiadasilusiones,hijo.Esuntrabajoduro,aterrador,peligrosoy,con todo loqueseconstruye,nohaygentesuficiente.Losque loconsiguensonpocos,ylosquelohacenbien,todavíamenos.Poresohaysitioparalosindios.Eneste país, cuando sabes hacer algo que ellos necesitan y hay poca competencia, elcolordelapieldejadeimportar.Lomismopasaríasifuéramosnegros,yaverásquealgúndíaestaránconnosotrosen lospuentes.Nocreasque tevaloranporqueeresmohawk.Lesgustaquetrabajesdeprisaybien,sindarproblemasysinhacerhuelgaparapedirunaumento.Luego,quellevesenlacabezaplumasounsombrerohongolesdalomismo.TenemosqueganarnosnuestrolugaryestepuenteenQuebecesunaoportunidad única. Después de este puente, iremos por todo el país y por todaAmérica.Ningunodelostrabajosalosquepodemosaspirarestámejorpagadoqueeste. Y estamos al aire libre, en el cielo, como los pájaros, no encerrados en unafábrica.

El grupo, al que han venido a despedir familiares y amigos, se asoma por lasventanasdel trendevaporque,cruzandoelpuenteconstruidopormuchosdeellos,losllevaráalaestacióndeMontreal.Mientraslosvagonescruzanelrío,loshombrestienenesamiradaquerecorrelasestructurasylasvigasdeaceroyesasonrisaque,por años y generaciones venideras, caracterizará al ironworker que regresa a unaconstrucciónounedificiohechoconsusmanos.

AlgunoshanprevistovolverunaodosvecesaKahnawakeantesdequeacabelatemporadadeobras,amediadosdenoviembre,cuandoelríosevistedehielo.Otros


piensanllevarsealafamiliadevezencuando.Yotros,comoRobertoManish,quesiguen solteros, se reenganchan a la aventura, felices con la idea de ver mundo,volveraQuebecyasuanimación,verdenuevoalascamarerasrubiasdelaposadaenlaquesealojan,enrégimendemediapensiónypagosemanal,enlalocalidaddeSaint-Romuald.

—¿Teacuerdasdelamayor,deMartine?—preguntaManishasuamigo—.Leheescrito dos veces este invierno y me ha mandado una postal con una foto de lasfortificacionesdeQuebec.Teníadieciséisaños,ahoratendrádiecisiete…

Tras las seis horas de viaje a lo largo del San Lorenzo, pasando por lugarestodavíabloqueadosporelhielo,lleganaQuebec.Algunospasanallílanoche,enlastabernas y los albergues de la ciudad vieja; otros siguen hacia Saint-Romualdalquilandocochesdecaballos.Sehanconstruidonuevaspensionespara alojar a laavalancha de trabajadores procedentes de toda la costa Este. Al llegar al puente,convertidoenatracciónturística,losentramadosdevigasmetálicas,lasmáspesadasdelascualesalcanzancercadecientoneladas,avanzandesdecadaorilla,porencimadel río, varias decenas demetros. Descansan sobremonumentales bases de piedratallada. Si todo va bien, está previsto que se encuentren el verano próximo. Loselementos, colados en las acerías Phoenix, en Pennsylvania, van llegando porferrocarril.

—Alparecer,estatemporadaseremosunoscienaldíatrabajandoenelpuente—anunciaBruceMondormientrassesientaalagranmesademaderasindesbastardeunadelastabernas—.Uncentenar,delosquetreintaycincosonmohawk:somoslosmásnumerososenestaobra,másquelosestadounidenses,ycreoqueeslaprimeravez.EstepuenteserátanindiocomoeldeKahnawake.

Alfondodelasala,decoradaconvistasdeLondres,RomayParís,Manish,quesehasentadoacomersolo,intentallamarlaatencióndeMartineDoucette,lahijadelposadero, multiplicando preguntas y comandas. La joven de largas trenzas queenmarcanunrostrodeMadona,todasonrisas,haidoasaludarle.

—Por supuesto que te he reconocido. Eres Mike, bueno, Manish, el indio deMontreal. Gracias por las cartas, me han gustado, y eran muy divertidas. ¿UnacervezarubiadeQuebec,comoelañopasado?

—Sí,gracias.Hascambiadomuchoesteinvierno.Estásmásguapatodavía.¿Hascumplidoyalosdiecisiete?

Antesdequepuedacontestar,sumadre,quenolesquitaojo,seabalanzasobreellosdesdelabarra,pasadelantedeMartineylearrancadelasmanoslabandejadecobre.

—Dame,yomeocupodelseñor.Tuhermananecesitaayudaenlacocina.Manish clava la vista en el vaso. Robert, sentado dos mesas más allá, ha

presenciadolaescenaysueltaunacarcajada.Cenan pronto, sopa de verduras y carne de cerdo. Guardan sus cosas en los

armarios.Paraahorrar,losobrerossealojanenlasbuhardillas,decuatroencuatro,a


veces de seis en seis. Los capataces y los jefes de equipo tienen habitacionesindividuales. Phoenix alquila casitas de madera para los ingenieros y jefes decontabilidad.

Aldíasiguiente,alasocho,haymásdecientocincuentahombresreunidos,conlasbotasmetidasenelbarro,enlaorillanorte.Unostreintahanpasadoelinviernoallí,ocupándosesobretododelmantenimientodelasherramientas:conveintegradosbajoceroyelvientopolarrecorriendoellechodelrío,nohaymuchoquehacer,salvoalimentar con carbón los braseros para calentarse. Hay que despejar las zonas dealmacenamientoparadejarallílasvigasyloselementosmacizosquesiguenllegandocuandolanievesobrelasvíaslopermite.LosreciénllegadosvienendetodalaregiónydelnordestedeEstadosUnidos. Inclusohayalgunosbostonianosyneoyorquinosatraídos por el sueldo. Los «hombres de los puentes» más veteranos han cobradojugosas primas. Un emisario viajó en enero a Kahnawake para asegurar laparticipacióndelosmohawk,quetanbientrabajaronlaprimaverapasada,ypedirles,sifueraposible,queacudieranacompañados.UnadecenadealemanesysuecoshandesembarcadounosdíasantesenTerranova.ElobjetivoesterminarlaobraatiempoparaeltricentenariodelafundacióndeQuebec,en1908.Lospróximosmesesseráncruciales.SedicequeelpríncipedeGalesasistiráalainauguración.

B.A.Yenser, jefedeobra, yNormanMcClure, delegadodel famoso ingenieroneoyorquinoTheodoreCooper,autordelosplanos,sesubenaunacarretilla.

—Quierodaratodoslabienvenidaaestanuevatemporadadelaconstruccióndelpuente de Quebec. Reconozco a muchos de ustedes y veo también caras nuevas.Nunca habíamos sido tantos. Como pueden ver, no hemos estado inactivos esteinvierno, apesardel frío.Lasdospartesdelpuente sehan idoaproximando.Todoestá listo, losmateriales están aquío llegarán en sumomento.La carrera contra elpróximoinviernoempiezahoy,aunqueelSanLorenzotodavíaarrastreloshielosdelinviernopasado.Siqueremosterminarelpuenteenlafechaprevista,todoelmundotienequeponerdesuparte.Recuerdenque,siloconseguimos,habráunaprimaparatodos.Ánimo,nocorranriesgosinútiles,ybuenasuerteparatodoelmundo.

Muchosmohawknohablanni francésni inglés,asíqueen lascuadrillas indiashayunoodosresponsablesencargadosdeentenderseconloscapatacesytransmitirlas órdenes.Como en la temporada anterior se ocupó de ello sin nombramiento nisalario,esteañoManishhasidoascendidoajefedeequipo.Entrelosmásveteranoshayalgodedescontento,peroCharlesDuboisimponesudecisión:

—Tendrásqueganartetupuesto,muchacho—dice,ybebedeuncuartillodecaféhervidomientrasloshombressereúnenalaesperadequesecalientenlosmotoresdelasmáquinas—.Desdeelprincipioereselquemejorselasarreglaahíarriba.Silosveteranos te complican la vida ven a verme, pero con tu gente te las tendrás quearreglarsolo,ahínoquierometerme.

Aunaseñal,unoscincuentaobrerosasaltanlosandamiosdemadera.Otroslleganalasestructurasdesdeelbarranco,caminandoporlasvíasdelferrocarril,porencima


delasaguastranquilasyprofundas.Loprimeroeshaceravanzar,medianteunjuegodecablesgruesoscomounbrazoydepoleasgigantes,lagrúamontadasobrerielesque debe llevar las piezas para ensamblar. Hará falta todo un día para instalarla,engrasarlayprobarlosengranajes,algunosdañadosporlasheladas.

Al día siguiente se levantan las primeras piezas de acero, se encienden loshornillos, los roblones se ponen al rojo vivo.Resuenan los primerosmazazos.Loselementos son tan grandes y pesados que hacen falta decenas de brazos parasujetarlos y ponerlos en su sitiomientras colocan los bulones provisionales.Dos otres cuadrillas de mohawk se encargan de un mismo elemento, para evitarmalentendidos.Enunaobraenlaquelasórdenessedanenfrancés,inglés,avecesalemánosueco,lagenteaprendeprontoaentenderse.

—¡Vale, vale, está bien! Baja despacio. Veinte centímetros más, diez… Alto.¡Párateahí!

Amediocaminoentreelgruista,queestáenel suelo,ysuequipodemohawk,que sujeta una vigueta lateral, Manish Rochelle, agarrándose a un cable con unamano, en equilibrio sobre un pie y con el resto del cuerpo en el vacío, va dandoinstrucciones.Elveranoanteriorsepasósemanaspidiendounmegáfono,yahoraporfin le han dado uno de chapa y cuero con el que vocea alternando el inglés y elfrancés.

Encuanto lavigaestéensusitio, les llegaráel turnoa losremachadores.Haceunahoraqueestáncalentandolosroblonesenloshornillos.Elsecretoestáendarconlatemperaturaadecuada:siestándemasiadocalientes,serompen;siestándemasiadofríos,nosedeformanlonecesarioparaentrarenelagujero.

—¿Loves,hijo?—Unmohawkenmangasdecamisa,conmuñecasdeluchador,sudando lagotagordabajo el delantal enseña a su aprendiz, que accionaun fuelledemasiado grande para su tamaño—. El color te dice cuándo ha alcanzado latemperaturaadecuada:rojocereza,cerezamuymadura.Cuandoelroblónestádeestecolor,tienestreintasegundos,niunomás,parasujetarloconlaspinzasypasárseloatu compañero. Luego deja de ser tu problema, ya se encargan ellos. Tú te ponesinmediatamente con el siguiente, el que has dejado apartado donde el carbón estámenoscaliente.Vamos,soplaunpocoporaquí…

Hacia las seisde la tarde,un silbatoavisa a losgruistasdequeesapieza es laúltima del día. Los martillazos se van espaciando, los motores jadean, luego sedetienen,loshombresbajandelpuenteodelosandamios.Pasanaficharporlacasetade la administración, guardan las herramientas en los talleres. Muchas veces, laprimeracervezade lanochesebebeaunosmetrosde lasalidade laobra:atraídospor tantos trabajadores bien pagados, los taberneros de la región han montadotenderetes. Algunos solo son unos tablones apoyados en caballetes y barriles decervezaconungrifosobreunsoporte.Bebendepieparacalmarlaseddelatardecer.Otrossontabernasdeverdad,consutechumbredetejasdemadera,suelodetablonesclaros,mostrador de cinc, espejos importados deEuropa, un organillo,muebles de


ebanisteríaycamarerasconfaldaslargasdealgodón.Enelmostradordeunadeellas,unosdiezmohawklehablanaltabernerodesuspartidasdecazaeninvierno,conlasraquetasporelbosque,recorriendolagosyríos.Eltabernerohaacudidodelaregiónde las Siete Islas, donde ha dejado hermano, mujer e hijos a cargo de la posadafamiliarparaatenderalosobrerosenloquecreequeseráunveranoprovechoso.

—¿Alguienseapuntaaunpartidodelacrosse?Acabandelimpiarelcampoqueestádetrásdelaiglesia,podríamosusarlo—sueltaManish,quehaceunmomentosehabebidosusegundapinta—.Tengopalosparalosquesehayandejadolossuyos.

—No sé de dónde sacas las ganas para jugar después de pasarte el día en elpuente—susurraBruceMondor,mientraspideotracervezarojaconunmovimientodelascejas—.Despuésdevolveraltrabajotrascincomesesencasa,solomequedanfuerzasparallegaralacama.Nocontéisconmigohastaeldomingo.

Manish,Robertyotrostresindiospasanporlapensiónparacambiarseyvuelvenasalir.Conlasbolsasdecueroenlamano,dandozancadasparacalentarse,saludanal sacerdote, que señala con el dedo desde las escaleras de la iglesia un terrenodespejado,aunqueconcharcosdebarroaquíyallá.

—Muchachos, lo hemos preparado para vosotros. Evitad los rincones húmedospara no hacer socavones. Tendréis que compartirlo con los jugadores de béisbol,¿vale?Arreglaosentrevosotros.

Lasporteríasdemaderaycuerdafabricadaslaprimaveraanteriornohanpasadobienelinvierno,habráquerehacerlas.Mientrastanto,loscincojóvenessepasanlapelotariendo,cadavezmáslejos,cadavezmásfuerte.

Losorígenesdeestejuegosepierdenenlanochedelostiempos,porloqueyaexistíaenelcontinenteantesdequellegaranlosblancos.Losiroquesesreivindicansupaternidad,comotambiénlosindiosdelasGrandesLlanuras.Sejuegaconunpalolargo rematado con una cesta oval que tiene una red. Los jugadores se lanzan lapelota lo más rápido posible, haciéndola volar por los aires a muchos metros dedistancia.Paramarcaruntanto,lapelotadebeentrarenunaporteríadereddefendidaporunportero,casitanprotegido,enlospartidosoficiales,comolosdehockey.Losmejoresjugadorespuedeninterceptarlapelotaalvuelosindejardecorrery,conungolpedemuñeca,mandarlaalotroextremodelcampo.Losviejosdellugarcuentanqueaveceslospartidosdesembocabanenunabatallacampal,oinclusoenunaguerraabiertaentretribus.Losblancos,sobretodolosdelacostaEstedeCanadáyEstadosUnidos, llevan unas décadas jugándolo con el ardor y la profesionalidad que lescaracteriza.Unodesusequiposuniversitarioshaconseguidohacepocounavictoriahistóricafrenteadieciséisequiposindios.

El sol baja por detrás de los árboles; guardan los palos, buscan dos pelotasperdidasentrelosarbustos,soloencuentranuna,ysevuelvenalapensión.EncasadelosDoucettesecenaprontoyelmenúeselmismoparatodos.Algunoscazadoresde lazonasehancomprometidoaabastecerlosy lasgranjasde losalrededores lesproveendehuevos, aves,maízycarnedecerdo.Doscervezasporpersona,niuna


más.Elveranopasado,losvaporesdelalcoholprovocaronaltercadosqueelposaderointerrumpió disparando al aire con su escopeta de cañones recortados, causandodañoseneltechoyconriesgodeheriraalgunoqueestuvieradurmiendo.

Porlamañana,alasocho,lahoradeencontrarsealospiesdelgigantedeacero,todavíahaceunpocodefrío,perocuandoaesodelasdocesacanlacomidadelasbolsas la temperatura es ideal.Del río sube una brisa casimarina. Los barcos quepasanbajo elpuente en construcción, seanmercantesodepasajeros, saludana lostrabajadoresconbocinasysirenas.Desdelaorilla,loscuriosossepreguntancómoesposiblequecientosdetoneladasdeacero,quenoestánsujetasaningúnsitiomásalládelúltimopilotedemampostería,nosecaiganysiganavanzandohaciaelcentrodelrío antes de conectarse en el medio. Con piezas prefabricadas llegadas dePennsylvaniaydeotrasdosaceríasestadounidenses,lasobrasprogresanmásrápidodeloprevisto.Antes, lohabitualen lasobrasdePhoenixCo.erahacerunmontajeprevioenelpatiodelafábricaprincipalcontodaslaspiezasdeunpuenteodeunaobradeingenieríaparacomprobarquetodoestababien.Sinembargo,eltamañodelpuente de Quebec, el más grande construido por la empresa, no lo permite. Loselementosestánnumeradosyseenvíanenordendemontajeenvagonesespecialesaun almacén cerca de Saint-Romuald, comunicado con la obra por una línea deferrocarril.Uningenieroseencargadecomprobar,conprecisiónmilimétrica,quelasvigas,viguetasyplatinasdeconexiónnosehayandañadoduranteeltransporte.

El puente de Quebec es una ocasión para que los mohawk se reúnan en grannúmeroenunaobramásimportanteymajestuosaqueaquellasenlasqueaprendieronsunuevooficio.Algunosfinesdesemana,lasfamiliastomaneltrendeMontrealparaadmirar la catedral de hierro. En las oficinas hay una lista de unos diez mohawkdispuestosaabandonarsusobrasenlaregiónoenEstadosUnidosparareunirseconMondorylosdemás.

Unamañanadedomingo,aprimerosdejunio,ManishRochelleseponesumejortraje,unagorranueva,ylustrasuszapatosconbetúnparaesperaralasalidademisaaMartineDoucette,susdoshermanasysumadre.Lafamiliaesconsciente,desdelatemporadapasada,deloquesetraenentremanoslaadolescenteyelindio.

—Buenos días, señora—diceManish quitándose la gorra—. ¿Me permite queacompañeaMartineadarunavueltaporelpuente?Megustaríaenseñarlealgodeloquehablamosanocheenlataberna…

LaseñoraDoucette,pilladadeimproviso,balbuceatrespalabrasincomprensiblesque su hija interpreta como una afirmación. Toma de la mano a Manish, que sevuelveaponer lagorra,yhaceungestodealegríadirigidoasushermanas,queseruborizan.LosdossealejanconpasoligerohacialaorilladelSanLorenzo.

Doshorasmástarde,cuandolamuchachaentraporlapuertadelacocina,todaslasmiradasconvergenenella.

—Hijamía—dice sumadre,dejandocaer sobre lamesaelcuchilloconelqueestápelandopatatas—,subeaveratupadre,queteestáesperando.Estáenelaltillo


delgranero.MarcDoucetteadoraasushijas,enparticularalamayor.Pornadadelmundole

pondríalamanoencima,perocuandolaoyesubirconpasolentoporlaescalerilla,lamiraconojosfuribundos.

—Escucha,Martine,tengoquehablarcontigo.Esperabaquehubieraspuestofinaesahistoriaconeljovenmohawk,queatuedadempezaríasainteresarteporunodelosnuestros.Esperabaquenovolvieraestatemporada,peroyaveoquenoesasí.Asíque voy a contarte una historia de nuestra familia, una historia que te ayudará aentenderporquétumadreyyonopodemosdejarquelascosassiganporesecamino.

Doucetteseremontavariasgeneraciones,hastalallegadaalabellaProvincia,acomienzosdelsigloXIX,deMarieGabelot,antepasadadelamadredeMartine.Comomuchas huérfanas, adolescentes de origenmodesto y otras «jovencitas casaderas»,embarcadasdeformamásomenosvoluntariarumboalNuevoMundo,cuandopartiódelpuertofrancésdeLaRochelleapenassabíaadóndeibayloqueencontraríaalotroladodelocéano.EraelNuevoMundo:allílaesperabanunmaridoyunavidamejor,eratodoloquelehabíandicho.

—Tu antepasada se casó con un campesino, un charentés que tenía una granjacerca de Sherbrooke. Las cosas no eran fáciles, debían trabajar mucho, pero eranlibres, tenían ganado y algunas tierras no lejos del río—prosigueMarcDoucette,sentándoseenunacómodaconlaspatasrotastransformadaencajadeherramientas—.Unañodespuésnacióunaniña,norecuerdoquénombreledieron, tumadre losabrá.Segúncuentanenlafamilia,unatribumohawkvivíacercadeallí,aorillasdeunlago,delladoestadounidensedelafrontera.Unanoche,nosesabesiraptaronaMarieGabelotosisemarchóporsupropiopie,peroelcasoesquedesapareció.Tuantepasadosequedósoloconelbebé.Labuscóportodaspartes,entodoslospuebloshastaMontreal, pero no dio con ella.Al cabo de uno o dosmeses un francés querecorríalosbosquesvioalatalMarie.Ibavestidadesalvaje,vivíaconlatribuyseocupabadecortarleñaycocinar.

—¿Lateníanpresa?—Yatehedichoqueesonosesabe.Loquesísabemosesquesumaridodejóala

niña con unos vecinos y se fue en busca de la milicia. Una mañana cruzaron lafrontera y rodearon la aldeamohawk.Mientras amenazaban a los hombres con losfusiles,losindiossepreparabanparaluchar.EntoncesMarieGabelotseacercóaellosylesdijoqueahoraeralamujerdeunindioyquenopensabaregresaraCanadá.Quenoqueríavolveraverniasuhijaniasumarido.Losmilicianosqueríanllevárselaalafuerza,losindiosnoeranmuchosyestabanmalarmados,hubierasidofácil,perosuesposo,tuantepasado,senegó.Lamaldijoyvolvióalagranja.Nadieloentendió.Encontró otra esposa, también llegada de Francia, con la que tuvo cinco hijos. EncuantoaMarieGabelot,noselavolvióaver.

Martinesesientajuntoasupadre.Esunahistoriamuytriste,peronocomprendequé tiene que ver con ella. Hace tanto tiempo… ¡Seguro que entonces los indios


llevabanplumasyluchabanconarcosyflechas!Quizáinclusoestabanenguerraconellos.

—Hijamía,nosoncomonosotros.Estemuchacho…¿cómosellama?—Manish.—Yaloves,conunnombreasí,nopuedeser…Separecenalosdemásobreros

que trabajan en el puente pero, créeme, no son como nosotros. Son buenostrabajadores, dicen.También sonbuenos clientes en la taberna, educados y buenospagadores,pero tumadreyyoestamossegurosdequeaquellapobrechica,Marie,fue raptada, drogada o algo así. Es lo que siempre se ha dicho en la familia.Abandonarasupequeña…¿Tedascuenta?¿Quémadrepuedehacerunacosaasí?Escucha,Martine, es por tu bien. Tumadre y yo hemos tomado una decisión: noverásmásaesechico,aeseindio.Noraptaránamásmujeresdenuestrafamilia.Enlataberna,novolverásaatenderle.Ynoquieroquevuelvasahablarconél.

—Pero,papá…—No te molestes en discutir. Hay cosas que no puedes entender a tu edad.

Estamos aquí para protegerte. Te lo ordeno: no te acerques más a este indio o temandoapasarelveranocon losprimosde tumadreaMontreal.Yaestádicho,novoyacambiardeopinión.

Martine se echa a llorar, se levanta de un salto, se enreda los pies en la falda,tropieza, se levanta de nuevo, se abalanza sobre la escalerilla del granero y bajasollozando.Cruzaelpatiodetierraqueseparalaposadadelacasa,subealpisodearriba y entra como una exhalación en la habitación que comparte con sus doshermanas.Tumbadaensucamadeniña,lloraduranteunahoraysequedadormida.

Enlacocina,dondehumeanlospucherosconlacomida,sushermanasmenores,quesospechanlarazóndelacólerapaterna,intentansonsacarasumadre.

—¡No seáis chismosas!Estabais conmigoen la iglesia, sabéisperfectamente loquehapasado.Queossirvadelección:prohibidoacercarseaningúnindio.Apartirdeahora,yomeocuparédeellos.

Mientras, en el campode lacrosse,ManishRochelle llegadando zancadas, conunagransonrisaenloslabios,paraelprimerpartidodominicaldelatemporada.Sehaperdidoelpícnic.Robert,quesabeporqué,lerecibeconunamiradainquisitiva.

—Todovabien,yatecontaré.ElequipodeunbarriodeQuebec,quevaa jugarcontraelde loshombresdel

puentedeKahnawake,estáincompleto.LosjugadoresdebéisboldeSaint-Romuald,quehanllegadoantes,ocupanlamitaddelterrenoysenieganaabandonarlo,dejandoparalosindioslapartedelcampoqueestállenadebarro.

—Bueno, no pasa nada, el verano acaba de empezar—dice BruceMondor—.Propongoquehagamosunentrenamientocortoyqueluegoarreglemoslasporterías.Tendremosquecortarunasramasyencontrarcuerdafina.


Enlaobra,lasemanacomienzaconlainstalación,enlapartesurdelpuente,deunade lasmayoresvigasprefabricadas.Ha llegadopor lanoche.Lahancargadoen laplataformaempujándolaconuna locomotoraque laha llevadohasta lamitadde laestructura,dondelahalevantadounagrúamóvil.Bajalentamente,sostenidaporlascuerdasenganchadasengruesaspoleasdecuatroranuras.Unosveintehombrestiran,empujan,golpean.Pesatantoqueaveceselmotordelagrúasegripa,losengranajespatinan, las cuerdas echan humo. Hay que parar un momento, volver a empezar,centímetroacentímetro.Cuandoestáensusitio,sefijaponiendoejesprovisionalesagolpedemaza.

—¡Manish,Manish,venaver!En uno de los lados, dos mohawk llevan diez minutos intentando alinear dos

agujeros.Aveceshayunosmilímetrosdedesfase,peroestavezsetratadedosotrescentímetros.Da la impresióndeque lavigaestábiencolocadaen su sitio,peroesimposibleajustarlastuercasprovisionales.

—Hemos hecho de todo, pero no parece que se vaya a mover más. ¿Quéhacemos?

—No lo sé, eldesfaseesdemasiadogrande.Creoque sehanequivocadoen lafábricaalhacerlosagujeros.Noosmováis,voyabuscaralcapataz.

Siguiendo el consejo de B. A. Yenser, que ha acudido enseguida a echar unvistazo,unequipoespecializadollevadosgatosdevariastoneladascolgadosdeunoscables.Enunahora,sujetanlaspiezasy,conchirridosdemetalretorcido,losacercanhastaforzartresdelascuatrotuercas.

—Ya veremos qué hacemos con la cuarta. Tendremos que hacer otro agujero,supongo—diceunjefedeequipo.

Alotro lado tienenelmismoproblemacondosviguetas laterales.Eldesfaseesmuysuperioralohabitual.Estavez,cuatrohombresconmazadoblanloselementosparaalinearlos.

—No sé qué están fabricando estos americanos en Pennsylvania, pero tendríanque aprender a hacer los agujeros en su sitio, ¿no?—diceManishmientras comesentado sobre una viga, con los pies colgando en el vacío por encima del agua—.Creíaquecomprobabantodaslasmedidassegúnibanllegandolaspiezas…

En los días siguientes el fenómeno va a más. Uno de cada dos elementos noencajacon losanteriores.Hayqueperforar, retorcer, forzar.El trabajosealarga, sepierdenhorasconectandopiezasque,enunasituaciónnormal,deberíancolocarseenunosminutos.Peortodavía:enalgunossitioslosmontadoresdeaceroobservancómocreceelespacioentredospiezasquelavísperaestabanajustadasalmilímetro.

Una mañana, antes de la apertura de la obra, Manish y Robert trepan por lasestructuras y, conuna cintamétrica plegable, tomanmedidas, anotan la separaciónentrelasvigas,loserroresdealineación.Lemuestransusnotasaljefedecapataces.

—Vaya,estoesmuchopeordeloquepensaba.Venidconmigoytraedlasnotas,hayqueenseñárseloaMcClure.


Llamana lapuertadel ingenieroNormanMcClure. Inclinadosobresumesadetrabajo,loshaceesperarunrato.

—Sí,yalosé.Ustedesnosonlosprimerosenavisarme.Yomismoheobservadoquecadavezhaymáspiezasdefectuosas.Muéstrenmesusnotas…

AnotaconlápizenlosplanosfirmadosporTheodoreCooperlosdesfasesquehanmedidolosindios.Lascifrassesumanaotrascifras.Elingenierorodeaalgunasconun círculo rojo. Se trata de elementos colocados recientemente, como si todas laspiezasllegadasdePennsylvaniaresultarandefectuosasalmismotiempo.

—Estoydeacuerdo.Esextrañoy,sobretodo,preocupante.Gracias,señores.YahehabladodeestosdefectosconPhoenixville.Hoymandaréaunaparejadorparaqueconfirme y precise sus anotaciones. Y ahora mismo escribiré al señor Cooper enNuevaYorkparainformarledelosproblemasypedirleinstrucciones.

—Mientrastanto,señor,¿quéhacemos?¿Quédigoaloshombres?—preguntaelcapataz.

—Nodiganada.Sondefectosmenoresquetendránunaexplicaciónlógica.EstoysegurodequeelseñorCoopersabráloquepasayencontraráunasolución.Yasabenqueeselingenieroamericanomásimportantedenuestrotiempo,unodelosmejoresdel mundo. Nadie ha diseñado tantos puentes y obras de ingeniería en este país.Tranquilicealoshombresydigaquecorregiremosrápidamentelosdefectos.

B. A. Yenser cierra el cuaderno.Manish Rochelle se vuelve a poner la gorra.«Señores…».

—Yonosoyingeniero—rezongaelcapatazmientrasbajalaescalera—.Peroesteno es mi primer puente y creo en lo que veo. Y lo que veo no me gusta nada.Tenemosunproblema,ymuygordo.Nosondefectos,esimposiblequehayatantos.Yhabríanempezadoantes,desdeelprincipio.Elproblemaestáenelpropiopuenteymásvalequeloresuelvanrápido…Mientrastanto,Manish,noasustesaloschicos.VamosaverloqueopinaelfamosoCooper.Siestanbuenocomodicen…

Al día siguiente, mientras sale una carta detallada rumbo a Nueva York, concroquis y medidas, se toma la decisión de instalar únicamente piezas y viguetasligeras,másfácilesdemanejar.Amenudotambiénhayqueforzarlasparaqueentrenensusitio.Enunaplatinacentral,losobrerostienenqueutilizarbulonesyrobloneseldobledelargos,encargadosespecialmente,paramontarestoselementos.

Unamañana, el telegrafista llama a la puerta de la oficina deMcClure con larespuestadeCooperenlamano:«Nopasanada,haganloquepuedan».Elingenieroreúnealoscapatacesyjefesdeequipoylesanunciaqueelgranjefe,alavistadelosdatos que le han enviado, considera que son defectos inofensivos y que hay queretomarelritmohabitual.

—¿Inofensivos? —protesta con acento irlandés un hombrecillo barrigón conenormes patillas pelirrojas—. ¿Se burla de nosotros el granmanitú deManhattan?¿Esélquienestámontandopiezasqueestánseparadascuatrocentímetros?Ayerunmuchachodemiequipocasisecaealagua,afuerzadedarmazazoscomounlocoen


unavigaquenoqueríaentrarensusitio.¿Porquénovieneaecharunvistazo,eseCooper que nadie ha visto por aquí? No le harían falta dibujitos, lo entenderíaenseguida.

Elrumorvacreciendo:«Esoesverdad,¿porquénovieneaverlo?¿Quéclasedeingenieroconstruyeunpuenteadistancia?».

—Señores,señores,porfavor.Algunosdeustedeslosabenyyoseloconfirmo:TheodoreCoopernogozadebuenasalud.Esperapodervenirenbreveacomprobarel avance de las obras, pero demomento es imposible.Ya conocen su reputación.Podemosconfiarensubuenjuicio.Siélpiensaqueestosdefectosnosongraves,esporque ha analizado la cuestión. Les agradecería que informaran de ello a sushombres.Vamosconretrasoytenemosquerecuperareltiempoperdido.

—No se lo van a tomar bien—murmura uno de los jefes de equipomientrasbajanlasescalerasdelaoficina—.Estánpreocupadosytienenbuenasrazonesparaestarlo.La otra nocheme dijo unmohawkque cuando pasaba bajo el puente paravolver a la posada oyó un largo crujido. Si seguimos añadiendo peso, vamos decabezaalacatástrofe.

Se dan las órdenes pertinentes. Piezas monumentales, que esperaban en losvagonesparaacercarsealaorilladelrío,semontancongrandesesfuerzosyvariosagujerosadicionales.Loshombresprotestan,reniegan,peroobedecen.

Unsábadoporlanoche—lajornadadelsábadoesmáscortayterminaalastresdelatarde—,MarcDoucettellevaalatabernaatresdelosmásfamososconcertistasdecucharas,tablasdelavaryguitarradelaorillasurdelSanLorenzo.Enunrincón,sobre un estrado de madera, enlazan cánticos populares, a veces una canción demarinerosqueseremontaalaRoyalefrancesa.Uncochinilloseasaenlachimenea.Esatardehanllegadobarrilesdecerveza.

Hace una semana que Manish Rochelle no consigue cruzar una palabra conMartine.Ellalemiracariñosamentecuandoseacerca,leindicaconungestoquesedetenga, le da esperanzas con una nota que le entrega su hermanamenor, una citasecreta.Manishhacomprendidolaintervencióndelospadres.LaseñoraDoucetteseabalanza sobre él en cuanto entra, prohíbe a sus hijas conmovimientos de cabeza,que sonde todomenosdiscretos, que se le acerquen.Ya se esperaba algo así.LosDoucette son acogedores con los mohawk, que no pueden entrar en algunosestablecimientosdelaprovincia,perodeahíadejarqueunindiocortejeaunadesushijas…Tendrán que ser pacientes.Manish confía en que, antes de que termine elverano, le asciendan a jefe de equipo, con un buen salario. Entonces quizá puedahablarconelpadre.

Desdelamesaquecompartealfondodelasalaconcuatromohawk(RoberthapedidoeldíalibreparavisitarasuspadresenKahnawake),Manishobservadereojoaunequipodecarpinterosingleses.Suacentoesincomprensibleysusrisas,ruidosas.Peroloquelellamalaatencióneslaformaenquesujefe,untalDrummond,bajitoyregordete, colorado, con tatuajes en losdosbrazos, conel que seha cruzadoen el


puentehaceunosdías,sedirigeaMartine.Lecogelamano,tiradesufalda,intenta,cuando sepone a tiro, pasarle lamanopor la cintura.Ella se libera conuna risita.Marc Doucette observa todo con el rabillo del ojo. Bajo el mostrador, sus manosbuscanatientaslaculatadelfusil.Martineserefugiaenlacocina.Cuandovuelveasalir, Drummond se ha bebido todas sus pintas de cerveza y, al pasar la chica, leplanta la manaza sobre la nalga. Ella da un grito.Manish se levanta de un salto,tirandolasilla.Encuatropasosseabalanzasobreelinglés,losujetaporelcuelloylosacude, sin decir una palabra. Lo levanta de la silla y lo aplasta contra la pared.Drummonddapuñetazosenelvacíosintocarasuasaltante.Antesdequelosotrosingleses,sorprendidosporelataque, tengantiempodereaccionar,Manish lerompedeuncabezazolanarizyelhombresederrumbagritando.Susamigosseprecipitanysujetanalindiopordetrás.Enelmomentoenqueeltercerosepreparaparadarleunpuñetazo,elcañóndelfusildeMarcDoucettesobresubigotelodetiene.

—Vosotrostres,fuera.Yllevaosaestecerdoinflado,quemeestáensuciandoelsuelo. Y como uno de vosotros vuelva a cruzar el umbral, disparo sin avisar.¿Entendido?Ytú,indio,quédateaquí.

Drummondsacadelbolsillounpañueloacuadrosconelquesesujetalanariz.Leayudanalevantarseysaledandotumbos.

—Suciopielroja,melopagarás.Mehaspilladoporsorpresa,peroséquiéneres.Eres uno de esos malditos mohawk, con vuestras trolas sobre el vértigo. Nosvolveremos a ver en el puente. No te preocupes, ya te enseñaremos a respetar alhombreblanco.

Martine,refugiadaenlacocina,intentasalirparareunirseconManish.Sumadrelasujetaporelbrazo.

—Gracias, indio —dice el padre, desmontando el fusil—. Hubiera podidoocuparmeyo solo, ya estoy acostumbrado.Siéntate y espera unmomento antes desubir a la habitación, voy a comprobar que no te estén esperando en la calle. ¿Nolleváismásarmasqueloscuchillos?

Laorquestaempiezaunsolodecucharasmarcandoelritmo.Unodeloscapatacesdelaobraabandonaelmostradorenelqueestabaapoyadoyseacercaalamesadelosmohawk, donde se ha vuelto a sentarManish, saludado por las sonrisas de loscomensales.

—Lohevistotodo.Hashechobienenintervenir,Manish.Quizánoenromperlelanariz,perobueno…ElluneshablaréconYenser.Nosaseguraremosdequeenlaobra no os pongan demasiado cerca de los ingleses. Este Drummond puede serpeligroso, he trabajado con él hace dos o tres años, cerca de Boston, es unpendenciero.Enmiopinión,lomejorseríamandarlosalaotraorilla…

Alcaer lanoche,mientras losmúsicosguardan los instrumentos,Martine lograsusurrarun«gracias,Manish»,acompañadodeunatristesonrisaantesdeabandonarla sala. Dos mohawk salen abriendo camino, con la mano sobre el mango del


cuchillo, inspeccionando el patio y la calle y acompañando al joven hasta suhabitación,enelsegundopiso.

Aldíasiguiente,elequipodeManishyotracuadrilladeKahnawakelleganjuntosa la obra, cerrando filas para mostrar su fuerza. Algunos llevan gruesas llavesinglesasamododetomahawks,otroslanzanmiradassombríasaloscuatroblancos,que se mantienen apartados, en conciliábulo con un capataz. Drummond estádesfigurado, lleva un vendaje en la nariz. Los mandan a la entrada del puente, atrabajartodoeldíaenladescargadeltren.

Losproblemasdeajustesemultiplicanyvanempeorando.Aparecenhuecosentrepiezas montadas hace semanas. En algunos casos cabe hasta un pulgar. Loscarpinteros,loscapataces,elrepresentantedelsindicatoestánconvencidos:elpuentesemueveyesonopresagianadabueno.Ponentestigosymarcasdeceraquealdíasiguientesehanquebrado.

En otra carta de tono más alarmista, Norman McClure informa a Cooper enNuevaYork y alEstadoMayor enPhoenixville. En su respuesta, el ingeniero jefeplantealaposibilidaddequelaspiezasdefectuosaspuedanhabersedañadoduranteeltransporte, el almacenamiento o elmontaje.McClure lo comprueba, referencia porreferencia,conelresponsabledelalmacéndeLaChaudière,quelegarantizaqueloselementosseajustabanalmilímetroalosplanoscuandosalierondeallí.Preguntaalosmontadoresdeacero,peroningunorecuerdaquesehayacaídounavigaoquesehayadeformadoantesdelmontaje.

—Másbiensedeformarondespués,peronoporaccidente:fuimosnosotros,conlasmazasylosgatos.¡Asínosepuedetrabajar!—diceunodeellos.

Losmohawkestánagotadosporlashorasdeesfuerzoajustandoelementosquenoencajan bien y la inquietud va en aumento.Manish va de un equipo a otro, hacecroquisydibujos,midedistancias.

—Noesposible,estepuentesemueve.Todosemueve,noesnormal.Hayquepararesto:¿osdaiscuentadequesepuedehundirconnosotrosencima?

Hahabladoeninglésaunequipodeblancos.—¡Oye,tú,indio—legritauncontramaestrequelehaoído—,mástevaledejar

dedeciresascosas!¿Quiéneres túparaexplicara los ingenieros loque tienenquehacer?¿Acasosabesescribir?Cierraelpicoyhazloquetemanden.¡Sitevuelvoaoír,tevasalacalle!

Manishregresaconlossuyosymurmuraentredientes,enmohawk:—Vamosatenerquetomarunadecisión.Yodigoqueestoesmuypeligroso.Hay

quehablarconMcClure.Éllosabe,lohaentendidodesdeelprincipio.PeroenausenciadeCharlesDubois,queestáenfermo,paraunmontadordeacero

mohawkesimposiblehablardirectamenteconelingeniero.Esanoche,alterminarlajornada,ManishintentaráhablarconB.A.Yenser,eljefedeobra.

Al día siguiente, en otra carta,NormanMcClure confirma a su jefe, que sigueimposibilitado por su edad y su mala salud para ir en tren a Quebec, que es


inconcebibleque laspiezas torcidas,ahoramuynumerosas,estuvieranasíantesdelmontaje.«Entalcaso,hubierasidoimposiblenoverlo»,escribe.

Mientrasesperarespuesta,elingenieroasumelaresponsabilidaddepararlaobra.DecideviajarpersonalmenteaNuevaYorkparaconvenceraTheodoreCooperdequela situación es graveyquequizá la causa sea el diseñodel puente.Ordenaque seinterrumpa la actividad y se evacue la obra, y a mediodía está en un tren con laintencióndeveraCooperensusoficinasaldíasiguiente.

—Se lodije—afirmaaliviadoManishRochelle—.Esposiblequeacumulemossemanasomesesderetraso,peroesladecisióncorrecta.

—Oye, Manish, ¿por qué no dejas de hacerte el ingeniero? —suelta BruceMondor—.Empiezasahartarnoscontusairesdegrandezaytucuadernito.Quesepascontaryhablaringlésnoteautorizaaopinarsobrelaobra.Sisiguesasí,vasahacerquenosdespidanatodos.¿Tienesalgúntrabajoderepuesto?

—No,ytútampoco,peropuedesverqueestepuentetieneunproblema,¿no?—Yoloqueveoesqueeresunbocazasynosvasabuscarproblemas.Paramí,si

losjefesdicenquetodovabien,esquetodovabien.Ysidicenquehayqueparar,puesparamos.Ysidicenquesigamos,seguimos.Unchavalquesolohasalidodosvecesdelareservanovaadecirmeamíloquetengoquehacer.

Para evitar un enfrentamiento directo con un obrero mayor que él,Manish damediavueltarumboaSaint-Romuald.Durantetodoeldíaloshombresdescansan,setumban en la orilla, miran pasar a los ingenieros y los capataces, que cada vezparecenmáslúgubres.

Aldíasiguiente,enNuevaYork,cuandoTheodoreCooperllegaasuoficinaenelnúmero 35 de Broadway Avenue, Norman McClure le espera a la entrada. Unasfrases, planos anotados y, sobre todo, la angustia que se lee en la mirada de sucolaboradorbastanparaconvenceralingeniero.Haceacudirasusecretariayledictauntelegramaquenoenvíaalpuente,sinoalacasamatriz,aPhoenixville:«Quenoseañadamáspesoalpuentehastanuevaorden».

Paramantenerel tipo,noordena laevacuaciónde laobra,nomencionapeligroalguno. Pide a McClure que avise en Quebec. El joven ingeniero, en suapresuramiento por tomar el tren en la estación de Pennsylvania, rumbo aPhoenixville,seolvidadehacerlo.

Aprimerahoradelatarde,eltelegramallegaalamesadeJohnDeans,ingenierojefe de la Phoenix Co., pero él no está. Su secretaria, que lee el mensaje, nocomprendelagravedaddelasunto.Hastalatardenadieharánada.Mientrastanto,enQuebec,apesardelasinstrucciones,sedalaordendereanudareltrabajo.


12

ReservamohawkdeKahnawakeNoviembrede1970

Uncentenardehombres,firmes,endoscolumnas,conloscascosdeobraenlamano,esperan ante la entrada del cementerio deKahnawake el ataúd de Jack LaLiberté.Inmóvilesbajolalluvia,estánalineadosalospiesdelarcometálicoremachadoquecorona una cruz de hierro con la inscripción: VEA KATERI CEMETERY. Cuatromontadoresdeacerojubiladosyunosaprendicesacabanderematarloyalzarlo.Entrelas tumbas, de piedra o mármol, hay muchas cruces y pequeños monumentos demetal que llevan grabados los nombres de dinastías famosas de ironworkers:McComber, Deer, Diabo, Phillips, Beauvais, Rochelle, LaLiberté. Estos hombres,trajeadosdeoscuro,concorbatanegraypeinadosconlarayaaunlado,hanacudidode toda la región, de las reservas iroquesas, e incluso de más lejos, para rendirhomenaje al hombre con el que han trabajado y que «se cayó por el agujero».RaymondCarter,elcapataz,hallegadodeNuevaYorkconsumujerysuhijamayor.LafamiliaKochanuncióqueunodelossuyosibaaacudir,peroluegodijoquenoyenvió una corona de flores. Por el primer fallecimiento en la obra de las TorresGemelas, la Autoridad Portuaria ha enviado a un representante y ha doblado lacompensaciónalafamilia.

El cortejo fúnebre sale de la iglesia a paso lento. Cuatro compañeros, TomLaLiberté,WildBillCooperyotrosdoscarpinterosdelhierro,llevanelféretro.Tresmetrospordetrás,Louise,de luto,vade lamanoconsushijos,quesehanvestidocontúnicasdeanteoscuras.Unosprimosvestidosconeltrajetradicionalmarcanelpasorozandoelparchedepielde los tambores.Laprocesiónmarcaunaltobajoelarco,yluegocontinúaseguidaporelcaminarapesadumbradodehombresymujeres.

Antelatumba,excavadaenlatierranegra,enelmismolugardondereposanochomiembros de la familia Rochelle-LaLiberté, la gente rodea al sacerdote. Los doschicosseaprietancontrasumadre.

—Yahacemuchosaños,graciasaDios,quenohabíamostenidoladesgraciadeenterrarenestecementerioaunodelosnuestrostrasunacaídamortal.Pero,desdeeldesastrede1907,sabemosqueloshombresdeestacomunidadpuedenenorgullecersedehaberescogidounoficiodevalientes,depeligroysacrificio.Arriesgansusvidasparamantenerasusfamiliasyconstruyenlosmonumentosdenuestrotiempo.Jack,


golpeado por el rayo, hamuerto levantando lasmayores ymás bellas torres de latierra. Serán, como lo es la sepultura que le acoge aquí, un monumento en sumemoria.QueDiosleacojaensuseno.

JohnLaLibertédepositaenelataúdunacrucecitademetalqueBillCooperlehapuesto en lamano durante lamisa. «Está hecha con trozos de acero de las TorresGemelas.Petelahizoparatupadrealdíasiguientedesumuerte»,ledijoWildBillenunsusurro.Johnsetragalas lágrimas,arrojaelprimerpuñadodetierrasobrelamaderaderoble,lepasaasuhermanolapala.

Porlanoche,enlacasacomunal,lostamboresresuenanensordinayloscantosfúnebres son un murmullo. Cuatro bailarines dan vueltas alrededor de la estufamientras el humo del tabaco sube por la sala. No es una ceremonia, sino algoparecidoaunvelatorioabiertoatodoelpueblo,atodoslosdesuclanydelosclanesamigos,alosquehanconocidoaJackohantrabajadoconél.Louiseysushijosestánsentadosenelcentrodelasgradas.Ellasehapuestounvestidodeantebordadoyharecogidosucabellonegroendoslargastrenzas.TienelamanoapoyadaenlacabezadeRobert,miraaJohnconversandoconsutío,dalasgraciasaquienesseacercanaconsolarla.

—Haidoamorirenlaobraquemenosmiedoledaba—lediceaunavecina—.Noshabíadichotantasvecesqueesastorreseranseguras,quepeseasualturacorríanmenos riesgos que en los edificios corrientes, que no andaban nunca por vigasaisladas y no había riesgo de que se cayeran, que yo terminé creyéndomelo. Hatenidoqueserunrayo.Elfuegodelcielo,comounsigno.Esperoquemishijosnoquieranhacerelmismotrabajoquesupadre.

Vecinasyamigashaninstaladounbufetalaentrada.Losdignatariosdelareservaacuden para dar un abrazo a Louise y a los chicos. Algunos niños, demasiadopequeños para distinguir esa velada de otra cualquiera en la sala común, juegan alescondite,danvocesysellevanregañinas.

A eso de las doce de la noche, los últimos visitantes acompañan a casa a lafamilia.AJohnlegustaríaquedarsedespierto,peroelsueñolevenceyseduermeenunsillón.Robertsehametidoenlacama.Louisepreparamáscafé,unavecinallevaunoskanatarok,panesdemaíz,yWildBill,unacajadecervezas.Cuandodespuntaeldíahayunasquincepersonasentornoalaestufadeleña.

Al día siguiente, domingo, las visitas y los pésames se alargan todo el día. Aprimera hora de la tarde, como cualquier otro fin de semana, Tom y Bill Cooperaparcansuberlinadelantedelacasa.

—Tenemosqueirnos,Louise.NoshandadodosdíasparaacompañaraJackalareserva,peromañanaporlamañananosesperan.QuierenquelaestructuradelatorreNorteesté terminadaantesdequeacabeelaño.Soloquedanporponerunasvigas,volveremosenNavidad.

Enelcoche,WildBillnosueltaelvolante.ConducedeuntirónhastaBrooklynmientraslosdemásduermenovacíancervezas.Comohaidorápido,lleganantesde


amanecer.DescansaunahoraenelsofádelsalónantesdedirigirseaManhattan.Ellunes,alpiedelatorreNorte,lareuniónsemanalempiezaconunhomenajea

Jack.—Eraunodelosmejores,hacíahonoralatradiciónmohawk,asusantepasados,

queconstruyeronestaciudad,yamuchosmás—diceRaymondCarter, recordandotambiénquesusecretariatieneunacajadondesepuededepositaralgodedineroparala viuda y los hijos—.El cielo cayó sobre él, ha sido un golpe del destino, no secometióningúnerror.Apesardelextraordinariotamañodeestaobra,Jackhasidoelúnicofallecido.LaestructuradelatorreNorteestácasiterminada;recemosporquenohayamásmuertes.Por él, por sumemoria.Tenemosqueensamblar losúltimoselementos antes deNavidad, ese es el compromiso con laAutoridad Portuaria. Eltopping-out está previsto para fin demes, y no hay posibilidad de retrasarlo hastaenero.Cuentoconvosotros.Sedprudentes,ybuenasuerte.

A pesar del mal tiempo, el frío y, a veces, la lluvia, que acortan los días detrabajo, los últimos pisos avanzan rápido. Las técnicas ya están depuradas, losequipos tienen cogido el tranquillo, la planificación de las últimas piezas es mássencilla.El15diciembreporlamañana,entrecamionesdecargapesadaydeentrega,lostrabajadoressellevanunasorpresaalverfurgonetasdemudanzaaparcadasenlaexplanada. Son los primeros inquilinos, empresas de importación y exportación,según la vocación del World Trade Center, «Centro de Comercio Mundial», queempiezanainstalarseenlasoficinasdelospisos10y11,dondelapinturaaúnestáfresca.Enlatorretodavíaseoyenlosgritosylosgolpesdelosmontadoresdeacerocuando la Irving R. Boody Company envía su primer télex desde la torreconfirmandoaCeilánunpedidodetéparaColombia.

ElplandeconstrucciónprevéquelaúltimavigaprefabricadadelatorreNortesecolocaráel22diciembre.Esamañana todoestádispuesto,perocaeaguanievey laparte alta del edificio se pierde en una nube densa. La ceremonia con losrepresentantes, los responsables políticos y los jefes de la Autoridad Portuaria sepospone veinticuatro horas. Al día siguiente, por la mañana, los empleados de unrestaurantedeBrooklyn subenpor losascensoresexterioresmesas, sillas,mantelesblancos,sándwichesycervezas.Quedaunavigaporfijar.Comodecostumbre,porturnos,loshombreslafirmanconunrotulador.

—Tom,atitecorrespondeelhonordeponerlabandera,enmemoriadeJack—diceRayCarter,tendiéndoleaTomLaLibertéunabanderaconlasbarrasyestrellas.

Tomescribeelhombredesuhermanoenunadelasbandasblancasyluegofijalabandera.Bajolaviga,ungranestandartereza:WORLDTRADECENTER–NORTHTOWER

BUILDINGTOPPING-OUT–DECEMBER23,1970–THEPORTOFNEWYORKAUTHORITY.HacialasdocesedalaordendesubirlaúltimapiezademetalenT,yalizarsela

despiden el claxon de los camiones, las sirenas de alarma y los aplausos de lospresentes.Unnutridogrupodeobreros,ejecutivos,albañiles, ingenierosypersonaladministrativolarecibeenloaltoconvivasyagitandoloscascosenlamano.Unos


ironworkers elegidos por los capataces, uno por cuadrilla, la montanceremoniosamente.Dosminutosdespués le sigueun elementodel suelo, en el quehanfijadounárboldeNavidaddecorado.

Enunrincóndelúltimopiso,conunacervezaenlamano,WildBillCooper,TomLaLiberté y otros tres mohawk miran a los representantes, que por turnos vanhaciendosusdiscursos:«Obraextraordinaria…Maravilladenuestrotiempo…Logrohumano…Ejemploparaelmundo…GrandezadeAmérica…».

—Comosiempre.Estánahíalprincipioyalfinalparabrindar,conunavisitadevezencuandoparaqueleshaganlapelota—murmuraTom—.Perocuandonieva,ocuandolaspiezasnoentranporquealgunohametidolapataconlosplanos,escosanuestra.

—Dejadeprotestar—lecortaBill—.Niquefueratuprimeredificio.Estoeseltopping-out,yasabescómova,siempreeslomismo.Esossonlosquepagan,setraenalospecesgordosyalosbanqueros,esnormal.Estanoche,¿vale?Lohacemosestanoche,estadpreparados.Cuandoseacabe la fiestadiremosquesenoshaolvidadoalgo.Colará.Losvigilantesnosconocen,asíquenopondránpegas.Bueno,yomevoy. Tengo que pasarme por Staten Island para recoger lo que he encargado. NosvemosalasochodondeHankypicamosalgoantes.Tom,traetúlasoldadora,¿vale?

WildBill desaparece en el ascensor exterior en elmomento en queKarlKochtoma lapalabraparacelebrar laconclusiónde la torreNorte,«lamejorobrademivida».SemeteenelmetroyvaporlalíneaconstruidabajolasaguasdelpuertoquellevaaStatenIsland,«elbarrioolvidado».

Los barrios que quedan cerca de la terminal de la línea de ferry, frente aManhattan,consusedificiosysuscasasdemadera,recuerdanalrestodelaciudad.Perolapartesurdelaislaesotroplaneta.UntrocitodeNuevaInglaterraenmediodelabahía,consusterrenoscercadosconvallasdemadera,jardines,muretesdepiedraypequeñascarreterasdonde lagentesesaluda.Playasdesiertas,desconocidasparalosturistas,carpinteríasqueseremontanalosprimeroscolonos,fábricasenlasquesubsisten herramientas llevadas de Europa en el siglo XIX. Los habitantes, quetrabajanallímismooenNewJersey,vanpocoaManhattan.

LarryyJulieMonday,quevivenenunacasaquehanconstruidoellosmismos,sondeestosúltimos.Desdequesehajubiladocomocarpinterodelacero,Larrynohapisado la islacentralni tresveces.Juliealgunamás,paracomprarperlasenPlumeTradingandSales, enLexingtonAvenue.Sonde la tribu iroquesade losoneida,yllegarondeOntariohacemucho.

Asussetentaydosaños,orondacomounamuñecarusaycon la raraarrugadacomounareineta,ojosrisueñosperocasicerradosporloquelepesanlospárpados,JulieesunadelasbordadorasdemásfamadelasSeisNaciones.Lastribusdetodalacosta Este le encargan cinturones wampum. Los borda con cuentas de colores yconchasdeformasextraordinarias,quetiñeconextractosdeplantas.Sonprendasquelos indios usan para contar historias y leyendas, celebrar acontecimientos, señalar


tratadosoalianzas.LosdeJulieMondaysontanbonitosqueavecesrecibeencargosde las naciones indias del Oeste. La noche de la muerte de Jack, cuando decidióencargarunoenmemoriadesuamigo,WildBillpensóenella.

SebajaenlaparadadePleasantPlainsycaminaporcamposdonde,enalgunospuntos,elvientohaacumuladonieve,yllegaalacasaporlapuertadeatrás.Porlaventana ve a los ancianos sentados junto a la chimenea. Larry está detrás de unperiódico; Julie tiene sobre las rodillas la labordeunwampum bicolor.Llama a lapuerta.

—Pasa,Bill,teestábamosesperando.Quédateacenarconnosotros,haysopademaíz.

—Hola,Julie.¿Tehadadotiempoaterminarlo?—Sí,loheacabado.Estoycontentaconelresultado,creoquetevaagustar.Abre el cajónde sumueble de trabajo y saca unpaquete envuelto enpapel de

seda.Loponeenlamesa,loabre.Elcinturóntieneveinticincocentímetrosdeanchoyestábordadoconhilosdeoroycuentasazules,blancasynegras.Enelcentro,conconchasmoradas,sevenlasTorresGemelascomoposadassobreunmardenubes.Alladohayunoso,depie,alquealcanzaunrayo.Enletrasfinashabordado:«JackFreedom, 1970». Julie ha agregado símbolos tribales, el emblema de las SeisNacionesiroquesasyuntrozodecieloestrellado.

—Esprecioso,gracias.—Enpocaspalabras,Billexplicaparaquévaaservirelcinturón—.¿Cuántotedebo,Julie?

—Diezdólares,loquemehancostadolasperlasyelmaterial.Mitrabajoesunhomenajeatuamigo,aunqueyonohayallegadoaconocerle.Noeselprimerodelosnuestrosquemuerehaciendorealidadlossueñosdelosblancos.Yeste,porloqueheoído,esunsueñomuygrandeymuyalto.Mehandichoqueesastorresgigantessevendesdeelnortedenuestraisla;aversiundíameacercoamirar.

Sumaridosaledelacocinaconunascervezasenlamano.—Siquieres,vamoseldomingo.Yotambiéntengocuriosidadporverunedificio

decientodiezpisos.Cuandoyoconectabaaceronadiehabríapodidoimaginarqueseibaallegartanarriba.

Enlamesa,JoecuentacómomurióJack,elrayo,elhuecodelascensor,elabismodenoventaycincoplantas,elpesardelafamilia,elfuneralenKahnawake,lamiradaperdidadesushijos,losapretonesdemanosdelosamigos.

—Yo,cuandotrabajaba,noteníamiedodenadasalvodelosrayos—diceLarry—.Algunosmedecíanqueestabaloco.Undíacayóunrayoenloaltodeledificiodondeyoestaba.Unaboladefuegomepasóentrelaspiernasyluegobajóporunaviga.Eslacosamásaterradoraquemehaocurridonunca.Desdeentonces,encuantotronabayomebajaba.

—Queunrayocaigasobreunhombredirectamente,comofueelcasodeJack,eraparamíalgoimposibleenunaobra—opinaBill—.Siemprehayunpararrayos.Dehecho,esloprimeroquesecolocacuandoeledificiosube.Yotambiénamenudohe


visto caer rayos, pero siempre por encima, en la antena enganchada a la toma detierra.Jacknoestabaenlasalturas,llevabapuestoelcascodeplástico,ibaandandoporunostablones,esincomprensible…Bueno,tengoqueirme.Gracias.Vaaserestanoche.Sonustedeslosúnicosquelosaben;noselohemosdichoanadie,nisiquieraasufamilia.

Julie Monday dobla el wampum, lo envuelve en el papel y se lo entregasosteniéndoloconlasdosmanos.

—Estábien.Suerte,William.Elespíritudelosoteacompaña.Yaesdenochecuando llegaa laparadademetro.Un transbordopara iraBay

Ridge y ya está en casa. Saca de un armario de la entrada un estuche de pielenvejecidaparaherramientas,metedentroelwampum,locierrayselolleva.

MediahoradespuésestádelantedeHank’sSaloon.EsunbarsituadoenAtlanticAvenuedondesetocamúsicacountry;antessellamabaDorayTavernyeraunpuntode encuentro mohawk. Había tantos mohawk, trescientas o cuatrocientas familiasagrupadasno lejosde la sededel sindicatodeBrooklyn,queen losañoscincuentallamabanal barrioLittleKahnawake.Tenían sus tiendasque importabanproductoscanadienses, sus bares y una iglesia donde el pastor presbiteriano había aprendidomohawkparadarmisaensuidioma.

Casitodossehanido.Lasfamiliashanvueltoavivirenlareserva,yloshombresvanapasarallíelfindesemanahaciendoeltrayectoporlaautopistaqueseacabadeinaugurar,quereduceeltiempodeviajealamitad.Latabernacambiódedueñoydenombre, pero en el espejo sigue habiendo pegatinas del sindicato, «Local 361Ironworkers», cabezas de indios estilizados pintados en una pared, un anuncio decervezaApacheyuncarteldePontiacService.

Dentro,WildBillveaTomLaLiberté,aJuliusParkeryaMarkCobellacodadosen la barra. Tom está charlando con un chico de pelo corto y abundante, pómulosaltosypielcobriza,iroqués.Sucaralerecuerdaaalguien,talvezaunaprendiz.

—Hola,Bill—diceTom—.¿TeacuerdasdeMax,MaxRochelle,elsobrinodeJack?ElañopasadoestuvoconnosotrosunassemanasenlatorreNorte.AhoraestáenBroadview,ensuprimerañodeaprendizaje.

—Ah,sí,Max.Hola.¿Cómoesquevienesahora?Notevienelentierro.¿Notehabíasenterado?

—Sí,claroquemeenteré,meavisómimadre.Peroteníauncursilloobligatorio,tressemanasenunlugarmuymalcomunicadodeNuevoMéxico.Cuandosupedelaccidentepedíquemedejaran ir,peromeamenazaronconecharme.Quemi tíosecayera de una de las torres deManhattan les daba igual.Ahora tengo una semanalibre,porNavidad.

—Nopasanada,muchacho.Loquevamosahacerestanocheestanimportantecomo el funeral. Jackme habló de ti, y está bien que haya alguien de la familia,ademásdeTom.

Pidenunashamburguesasyselaszampanencincominutos.


—Bueno,¿tenemostodoloquenecesitamos?¿QuéhacemosconMax?Notienepase…Nocreoquevayanapreguntar,peronuncasesabe.

—Vamosapasarpormicasa,queestáunpocomásarriba—diceJuliusParker,que trabajómuchosañosconJack—.Enmiequipohayunchicoquenovivemuylejosdeaquíyseleparece,escasidelamismaedad.Denoche,losvigilantesnosedaránnicuenta.

Sevanendoscoches,recogenelpaseconelsímbolodelWorldTradeCentery,pocoantesdelasdiez,lleganaunadelasentradasdelaobra.Tombajalaventanillaymuestrasutarjetaplastificada.Elvigilantelereconoce.

—Hola, venimos a recoger elmaterial que hemosdejado en el últimopiso.Yasabescómovaesto,paraeltopping-outsiempremontanunnúmeroparaimpresionaralosimbécilestrajeados.Hemostraídocosasquenohacenfaltayahoratenemosquellevárnoslas.Deberíamoshabervenidoantes,peronoshemosentretenidounpocoenelbar,ysieljefeseloencuentraahímañanaporlamañananosvaacaerunabuena.

—Vale.Aparcadenelprimersótano,estanochetrabajaneneldosyeltres.¿Vaisatardarmucho?

—Unahora,dosalosumo.Notenemosquesacarnada,lollevamostodoalpiso30.

Labarrera se levanta.Aparcan cerca de unmontacargas.Con la llegadade losprimerosinquilinosacabandeinstalarlosascensoresdefinitivos,quesubenhastaelpiso30.Porencimahayquecogerlosascensoresexteriores.TomyJuliusParkerhanmetidoelmaterialenunarcón:soldadora,barrasyplacasdemetal,martillos,sierraparametales.Billllevaelrestoenlabolsadepiel.

—¿Hacéisestomuyamenudo?—preguntaMaxRochelle,rompiendoelsilenciomientrassubenenelascensornuevo,protegidoconcontrachapado.

—Nunca.Normalmentenoscontentamosconfirmarograbarnuestronombreenalguna esquina. Pensamos en ello la noche que Jack murió. Adoraba esta torre ysiempredecíaqueeraelmejortrabajodesuvida.Ahoraestácasiterminada,yélnohabrállegadoaverlo.

Cruzan el piso 30 sin hacer ruido, caminando entre máquinas, material yherramientas.Tom,BillyMark,quecalzanmocasinesdeante,vancomosombras,conelarcón,dandorodeosparaevitarlaszonasiluminadasporlaluzdeobra.MaxyJulius van de puntillas. Llegan hasta el montacargas, que tiene la puerta abierta.Metenlascosas,cierranlarejayaccionanlapalancaparasubir,peronopasanada.Elascensornosemueve.Lointentandenuevo,sinéxito.

—Hayquejoderse.Hancortadoelsuministroeléctrico.¿Dóndeestálacentral?—Eneldespachodelosjefesdeequipo.Hayalguiendeguardia,perosivamosa

pedir que lo pongan en marcha, nos vendrán con preguntas. Ya he visto cómo lohacen:apuntanenuncuadernoelnombre,lahora,dicenquefirmes…Nopodemoshacereso.Tenemosquesubirapie.


Sacan el arcón y buscan la entrada de las escaleras de cemento bruto, aún sinrematar porque están recién acabadas.Ahí está, en la oscuridad.Bill enciende unalinternaydirigeelhazdeluzalsuelo.

—Nosturnaremosparasubirelarcón.Cadacincopisos,cambiamos.NopesamuchoyMaxinsisteenhacerelprimer turno.Subenconsigilo,como

cazadores siguiendo la pista de un ciervo. Entre los pisos 55 y 56 el paso estábloqueado por unos maderos. Sacan los guantes, los desplazan sin hacer ruido ycontinúansubiendo.Cuandoadivinaunobstáculo,Billdespejaelcamino.

—¿Creesquehabráguardiasarriba?—preguntaJuliusParkerenunsusurro.—No.Lohepreguntado.Hahabido,paralospreparativosdel topping-out,pero

ahorayanohaynadie.Mientrasnohagamosruido,podemosestartranquilos.Piso104.Elvientosecuelaporelpasillosinpuertaque,unpisomásarriba,daa

la terraza.Hace frío, alrededor de cero grados, y ha empezado a caer una lloviznadensa.

—Nonosvienemal—resoplaBill—,asíhabrámenosgentefuera.Porsiaalgúnidiotaseleocurrierahacerunaronda…

Sesubenelcuellodelachaquetayseponenungorro.Unospocospasosmásyestán en el tejado. Dos balizas rojas fijadas a unos postes provisionales lucenintermitentemente para indicar el obstáculo a los aviones. Con su extraña luziluminanlosuficienteparaquenonecesitensacarlaslinternas.

—Vamos a descansar cincominutos; tenemos tiempo de sobra. Después habráquebuscarunbuensitio—diceWildBill.

Max se acerca al borde del tejado, se agarra a una barandilla y se asoma. Lanieblaquesubeocultalabasedelastorresyapagaelrumordelaciudad.Estánenmitad del cielo, en plena noche, en las nubes. Solo se oyen los graznidos de lasgaviotas,ydevezencuandoalgunasirenadenieblaenlosmuellesdeBrooklyn.Seseparany,conlaslinternas,exploranlaterraza.

—¿Aquí?—No, demasiado expuesto. Aún quedan semanas de trabajo en el tejado y no

queremosquenadielaencuentre.—¿Aquí?—¿Cómovamosasoldarenesehueco?Nohayespacio.MarkCobell,derodillasentredosláminas,encuentraelescondite.Justodebajo,

en la unión de dos vigas enT.Están cubiertas demadera y no tardarán en estarlotambiénconunapiezademetal.

—Cuandolotapen,seráinvisibleparasiempre.TomyWildBillsearrodillanasulado.—Podemos trabajar, y es lo bastante pequeño como para que no llame la

atención.Vale.—Perfecto,mepongoconlasplacas.


Tom va al arcón y saca la soldadora, tres placas de metal ya cortadas y unamáscaradesoldador.Lopreparatodo.

—Hay que cortar cinco centímetros. Toma, chico, a ver qué has aprendido enBroadview:córtameestoconlasierraparametales,sinhacerruido.Yquequedebienrecto.

Mientras Max acorta las placas de hierro, Bill abre su bolsa. Empieza con elcuencodebarro,quedejaenelsuelo.Desataelnudodeunatabaquerabordadaconperlasysacaseishojas,queponeenelrecipiente.

—Mark, por favor, pásame ese trozo de cartón. Si el tabaco se moja no va aprender.

Cuandolasplacastieneneltamañoadecuado,Billextraeunaspinzaslargas.—Vamosafijarlaprimera.MaxyJulius,cogedesasláminasytapadme.Nocreo

quenadienosvea,perolaluzdelallamasedistinguedesdelejos,ynoesplanqueunguardiadelatorreSuravisealosdemás.

MientrasTomsujetaeltrozodemetal,enelánguloentrelasdosvigasenT,Billenciendeelsoplete,ajustaelcolordelallamaaazulintensoysebajalaviseradelamáscara.La placa queda fijada por tres puntos y, en unosminutos,Bill termina lalíneadesoldadura,daunosgolpecitosconelmartilloyesperaaqueseenfríe.

—Oye, ¿cómovamosa cerrar la tapa?—pregunta el hermanode Jack—.Si losueldas,elcalorvaaestropeartodolodedentro.Porlaspudwrenchnohaycuidado,peroelcinturónsevaaquemar.

—No te preocupes —responde Wild Bill—. Ya lo he pensado. Me he traídomasillaparasoldarenfrío.Semezclandosingredientes,unapastayunlíquido,yalendurecersesevuelvetansólidocomounasoldadura.Aguantaparasiempre.

JuliusyMarksujetanlasláminasverticales.Untrozograndedecartóngruesolessirvedetechumbre,paraprotegersedelalluviaydemiradasindiscretas.Derodillasenesacabaña,TomyMaxayudanaBilla soldar losotrosdos ladosde lacajadehierro,sinmirarlallamaparaprotegerselosojos.

—Max,pásamelabotelladeagua.Estoyaestá,voyaenfriarlo.Cortan la tapa a medida. Wild Bill apaga el soplete. Ahora, más que llover,

chispea.Acercalabolsadepiel,sacadelinteriorelwampum,lequitaelenvoltoriodepapel,lodesenrollayloilumina.

—¿Quéosparece?—Increíble—diceJuliusParker—.Elcieloy lasestrellas,el rayo,eloso…La

bordadoraesmuybuena.—¡LamejordelasSeisNaciones!—«JackFreedom»,esonomeconvence—diceTom—.¿Porquéhapuestoeso?

NuestroapellidoesLaLiberté.Vienedeuntramperofrancésdelprincipiodelaeradelosblancos.Esmásbonito,¿no?

Acerca la llamadeunmecheroa lashojasde tabacoy soplaunpocoparaqueprenda.Lasvolutasdehumoaromáticoascienden,searremolinan,vuelan.Billdeja


en el suelo de cemento bruto el pase de su amigo, «World Trade Center – JackLaLiberté–Puertacentral».Despuéssacadelabolsaunobjetoenrolladoenuntrapo:la llavedecoladeJack,quecogiódesucinturóndeherramientas justodespuésdequemuriera,antesdequeselollevaranlosbomberos.Lapusoconlasuya,sinsaberporqué.Puedequeparaguardaralgodesuamigo,opuedequeparapoderdárselaasuhijo.

Billdejaelpasesobreelwampum,loenrolla,atalosdoslazosdepiel.Seinclinahaciadelanteylodepositaenunladodelacajadehierro.Tomcogelaspudwrench,enciendelalinternaparamirarlaporúltimavezypasaelpulgarporsusmuescas.LabesayselacedeaMax,quehacelomismo.El jovenseponederodillasydejalallaveconsuavidad,comosifueradecristal,alladodelcinturón.

Tom se saca del bolsillo una cruz demetal del tamaño de sumano, oxidada ysoldadadeformabasta.

—Teníamos esto en un cajón, en Bay Ridge. Jack decía que era una reliquia,fabricadacontrozosdehierrodelpuentedeQuebecquerecogiónuestroantepasado,elquesobrevivióaldesastrede1907.Nuncameloterminédecreer,peroahoramegustaríaquefueracierto.

Ladeja junto a la llavede cola y se levanta.Ahora les toca aMarky a Juliusagacharse.Ponenencimadelacajaunashojasdetabacofrescasquehanrecogidoenelhuertodeunchamánonondaga,enunlugarrecónditodeQueens,sinexplicarparaquéeran.

—Asíestábien.Yaestátodo.Cierra.Billmezcla losdoselementosde lamasilladesoldary losamasacon lamano.

Tompasalosdedosporlashojasdetabaco,sesacadelbolsillounbilletedeundólarcanadiense,lodoblaencuatro,lometeenunrincóndelacaja.Cuandolamezclaestálista,WildBilllaaplicaenlasorillas.

—Yapuedesponerlatapa,Tom.El hermano de Jack coloca la última pieza de la caja apretando fuerte con los

pulgares.Losotroslemiranyluegoseponendepie.WildBillcierralosojos,marcaelritmogolpeándoseelmusloyentonaelprincipiodelcánticodeaccióndegracias,OhentenKariwatekwen, con el que empiezan y terminan las ceremoniasmohawk.Juntos,rodeandolacajasellada,sedanlamanoymurmuranlaletra,chapurreándolacuandonoselasabenbien.DespuésWildBilliniciauncantofúnebredelquesolosesabe el principio. Los otros tararean, esbozan una danza. Levantan los pies sinmoverse del sitio, lentamente, como aprendieron a hacerlo de niños en la casaalargada.

—Por ti, hermano. Para siempre. Tu cuerpo está enKahnawake con los tuyos,pero tu espíritu está aquí, en tu torre, en lomás alto de la ciudad, en la cima delmundo.Conlaságuilas.

Hadejadodellover.Elvientoselevantasobreelocéano,silbaylloraentreloscablesylasvigasdemetal.Apareceunapuntadelunarojizaqueproyectasombras


fantásticasenlasnubes.Recolocanlastablas,cubrenelrincón.Juliusbajaunpisoyregresaconuncubo llenodeescombrospequeñosycemento,queesparcesobreellugardondehancolocadolacaja.

—Invisible…Mañanamelasarreglaréparaestarenelequipoquevaamontarlaspiezasdelsuelo,lesdiréqueempecemosporaquí.Antesdelasdiezestarátapado,ynadielosabránunca.

—YosoloselohedichoaJulie,labordadora,yasumarido.Esoneida,unviejodelosnuestros.Nodiránnadaanadie—diceBillenunsusurro.

—Muybien.—Tendremosquecontar loqueacabamosdehaceraJohn,elmayor.Dentrode

dosotresaños,cuandocrezcaunpoco.Tecorrespondeatihacerlo,Tom.—Sí,losé.Borransushuellasconlospies,ensucianlaschapas,locubrentodocontrozosde

metal y cajas viejas. Vuelven a meter el material en el arcón y lo llevan al otroextremodelaterraza,cercadelmontacargas.

—Ponedlodebajodeestatela.Mañanamelollevaréalprimersótano.Vamosadejarahítupick-up,Mark.Lometeremosdentro,anadieseleocurrirápreguntar.

Bajansinprisa,ensilencio,hastaelpiso30.Seencuentrancondosvigilantesqueestánhaciendolarondaylosapuntanconsuslinternas.Compruebansuspases.

—Yahemos terminado, teníamosqueguardarunasherramientasymaterialquehan sacado estamañanapara el topping-out.Nosvolvemosya a casa, que se hacetarde.

SemetentodosenlacabinadelDodgedeTom,selevantalabarrerayyaestánenlacalle.Enlaprimeraesquina,Tomsedetienejuntoaunaparadadeautobús.Todosbajandelcoche,sindecirpalabra,yalzanlavista.VeneltechodelatorreNorteentrelasnubes.Tomsequitaunguanteyponelamanoenelhombrodesusobrino,que,conlamangadesuchaqueta,estárecogiendounalágrima.


13

QuebecAgostode1907

Eneldespachodeladirección,sobrelaorilladelSanLorenzo,cercadelaobradelpuentedeQuebec,lareuniónvamal.¿Quéconsignashayquedaraloshombrestrasuna jornada de inactividad?Algunos insisten en seguir las órdenes que ha dado elingenieroMcClureantesdeirseaNuevaYork,yotrostemenquelasobrassequedenparadasdurantedías,semanas,talvezelveranoentero.EdwardHoarerepresentaalaempresadelpuenteyelferrocarrildeQuebec.Sobresushombrosrecaelapresióndelayuntamiento y el mundo de los negocios, teme los contratiempos, minimiza losproblemastécnicosyexigelavueltaaltrabajo.

—Si esto sigue así, puede tener un efecto devastador sobre la moral de loshombres—dicealosejecutivosallíreunidos—.Podríamosperderaunbuennúmero,haymuchasobrasencursotantoenCanadácomoalotroladodelafrontera.Podríanirsetantosqueseríaimposibleretomarlaobra,yesoimplicaríaunretrasodeunaño.¿Tengoquerecordarlesquelasfiestasdeltricentenariosonelañoqueviene?

UnallamadatelefónicadePhoenixvilleesdecisiva:ladireccióndelafábricahaevaluado la situación y considera que, a pesar de los problemas, las condicionespermitenvolveraltrabajo.Uncapatazrezonga,losjefesdeequipoprotestan,perolasórdenes son claras. En la mañana del 29 de agosto, la sirena de la obra llama altrabajo.Los obreros, que estaban remoloneando en las posadas, acuden a la orilla.AlgunosyahancogidoelbarcoparapasareldíaenQuebec.

—Vamos, chicos. Parece que hay novedades —dice Manish Rochelle a sucuadrilla—.Seguramentehabrándecididoquedesmontemosalgunoselementospararectificar.

Cuandooyenaunodelosjefesdecir:«Bueno,losdefectosquehemosdetectadosonrealesperodeescasaimportancia.Estándentrodeunosmárgenesdetoleranciaadmisibles,asíquehayquevolveraltrabajoyrecuperareltiempoperdido»,Manishyunoscuantossequedaninmóviles,estupefactos.Semiranentreellos,ponencaradeextrañeza,seencogendehombrosyacontinuaciónseencaminanapasolentohacialaentradadelaobra.

—¡Esperad, esperad! —grita el joven mohawk a los demás carpinteros, quevuelvenlacabeza—.¿Cómopuedendecirnosquetodovabien?¡Vosotroslohabéis


vistoigualqueyo!Estepuentetieneunproblemadeestructura.Simetemosmáspesosevaadesmoronarconnosotrosencima.Nohayquevolverahíarriba,tenemosquepedir una investigación, expertos que no trabajen para Phoenix, ingenieroscompetentes.

Lacuadrillasepara,duda.Unmurmullosubeycrece.—Tienerazón,esmejornoir.—¡No,esoocurreentodoslospuentes,yaveráscomonopasanada!—¿Quiénesese?—Llevodíasdiciéndotelo.—¿Atiteparecenormal?Unindio,yavestú…—Venga,vamos.—Yocreoquetienerazón,estoypreocupado.—Pero,aver:túhasvistoquelasvigasseestántorciendo,¿verdad?Manishsesubedeunsaltoaunacajaderoblonesyhacealtavozconlasmanos:—¡Hayquenegarseavolveraltrabajo!¡Nosestántomandoelpelo!¡Elpuentees

peligroso!¡Tieneunproblemagraveysevaadesplomarsiseguimos!A su espalda, el capataz que le amenazó le da un codazo aNeilDrummond y

señala aManish con un gesto de la cabeza. El inglés y otros tres tipos fuertes leagarranpordetrásyletapanlabocaconlamano.Letiranalsueloyempiezanadarlepatadas.Unodeellossacaunaporra.Entrelosmohawk,tresjóvenesseacercanconlospuñosenalto.BruceMondorlosdetieneabriendolosbrazos.

—Dejadlo, chicos. Se lo tiene bien empleado, por bocazas. Que sea de losnuestrosnosignificaquepuedadecirloqueledélagana.Vamos,hayqueconstruiresepuente.

Manishintentalevantarse,defenderse,peronoloconsigue.Sehaceunabolaenelsueloyseprotegelacabezaconlosbrazoshastaquelosgolpescesan.

—Sacad de aquí a este indio imbécil. No quiero volver a verlo en una obra,¿entendido?¿Alguiensabecómosellama?¡Quierosunombreenlalista!

Cuatrobrazoslelevantanylearrastranhacialasalida.—Lárgate,¿tehasenterado?Aquínotequeremos,yyamecuidaréyodequeno

tecojanenningunaobradeaquíaFlorida.Noqueremosagitadores.Entulugar,yodejaríadedarproblemasymevolveríaamicasitaacazarbisontes.

Enel suelo,conunojomediocerradoy loscostadosdoloridos,Manishvequeseishombresseleacercan.Ningunodeellosesmohawk.

—Tienesrazón,indio.Nosotrosnosvamos.Estepuenteestájodido.VolvemosaAlbany—diceelmayordeellos,desdentado,conunagorranegraechadahaciaatrásyunacicatrizenlamejilla,mientrasleayudaalevantarse—.¿Puedesapañártelas?

Los motores de las grúas empiezan a toser, la locomotora pita y lanza unabocanadadevapor.Manishsesientaeneltocóndeunárbol,respiraprofundamente,se palpa el párpado hinchado.Ve subir por los aires las primeras viguetas, oye las


órdenes,loscablesrechinandoenlaspoleas.Sedirigealaposadaconpasolento.Nolehaseguidoniunsolomohawk,nisiquieraRobert.

Enlaestructurametálicaqueavanzahacialaotraorillasinnadaquelasostenga,la grúa sobre raíles se dirige al extremo. Mil toneladas más en la punta de laestructura.Porlatarde,lalocomotoraconsusdosvagonesseacercaparallevarunaspiezasenormes.Cientosdetoneladas.

Alprincipiosuenaunadetonación.Comoundisparo,unchasquidoseco.Uno,dos, tres,¡diez!¡Losremaches!Los

roblonessaltandeunoenunoarrancadospor laprimeravigagigantequesevenceporelpeso,ceden,se rompen,sesalendesusitio, silbancomosi fueraun tiroteo.Después,lentamente,comosieltiemposedetuviera,lasdiecinuevemiltoneladasdelapartesurdelpuentedeQuebecsehunden.Sedesploman,caenalavertical,ensueje.Unsegundodesilencioyluego,depronto,unestruendosordoypotente,comountemblordetierra,llenaelaireyelespacio.SeoyehastaenelcentrodeQuebec.UnanubedepolvoseelevahaciaelcieloprecedidadeuninmensopenachodeaguaenelmomentoenqueelmonstruodeacerotocalasuperficiedelSanLorenzo,cienmetrospordebajo.Enpocossegundos,laestructuradeloquedeberíaserelpuentemásmajestuosodeAméricadelNorteserompecomounjugueteyselatragaelrío.

Lamayorpartedesapareceen lasaguas;otracaeen laorilla,vigasy larguerosmetálicos deformados como si los hubiera retorcido un gigante. Elementos deestructuradevariosmetrosdeanchosedoblanigualquelaarcilla.Hayviguetasquehan salidovolandoyhan caído en el limoamuchosmetros.Lospilares depiedraestán intactos, coronados por unmagmademetal inconcebible.Lentamente, en unsilenciodehielo,elpolvodesciende.

Concatorceaños, JohnMontoureselmohawkdeKahnawakemás jovende laobra.Esaprendiz,y esta es laprimeravezqueha salidode la reserva.Hacrecidojugandoalesconditeentrelasvigasdelpuentequesusmayoresconstruyeroncuandonació.Mediahoraantesdelfinaldelajornada,comodecostumbre,lehanenviadoalpuebloahacerlacompraparalacena.Hasalidocorriendoalolargodelavíadeltrenyhabajadoporelterraplénsentado,comoporuntobogán,riéndose.Seponedepieyestáapuntodeecharacorrerpor laorillacuandooyeelprimerchasquido.Piensaque es un disparo, se vuelve, abre la boca y ve, petrificado, cómo se derrumba laestructura de la que acaba de bajarse. Da unos pasos atrás como un autómata,despacio, y luego la nube lo envuelve. Permanece inmóvil, con los brazos caídos,hastaqueempiezaaoírlosprimerosgritosasualrededor.

JohnMontour es el primero al queManish Rochelle reconoce, desde lejos, alllegar allí. Cuando ha oído el estrépito estaba en la cocina de la posadaDoucette,dondeunadelashermanasdeMartineleestabapasandountrapohúmedoporlacaratumefacta.Lohaentendidoenseguida.Hasalidocorriendohacialaobra,coneltorsodesnudo, cruzándose por el camino conmujeres que gritaban demiedo y hombresconlamiradaperdida.VeaJohn,correhaciaél,lecogeporloshombros.


—¡John!¡Losdemás!¿Dóndeestán?¿Sehanbajadocontigo?¡Dimequesehanido,queoshabéisidotodos!

—Elpuente,Manish,elpuente…Hevistoeltren,eltrenestabaalfinalysehahundidoentero,conlosvagones…

El adolescente cae de rodillas, se coge la cabeza entre lasmanos, su pecho sesacudeentresollozos.

—Mihermano,miprimo,mitío…Manishleponelamanoenelhombroyluegocorrealaobra.Elsilencio,apenas

rotoporunruidodevaporquesaledealgúnlugarentrelosescombros,haseguidoalfragordelacatástrofe.Losjefesylosempleadosdeadministracióndelaobraestánantesusoficinas,inmóviles,pasmados.Pasanunosminutoshastaquealgunossalendesuestupor,correnhacialoquequedadelpuente,ponencuerdasylanzanescalaspara bajar hasta el agua. Los primeros testigos actúan como personal de rescateimprovisado.Escalanporlosescombros,llaman,gritanenbuscadesupervivientes.

Porelrío,unasdiezembarcacionesdedistintostamaños,avelayamotor,acudenallugardeldrama.Algunashanrecibidounasacudidaporlaolagigante.Enelagua,entrelosrestosdelpuentecaído,aparecenuna,dos,trescabezas.Sonunpuñadodeafortunados,algunosindemnes,otrosheridos,queestabanenlasviguetasexterioresoenloaltodelasgrúasmóvilesyhansalidodisparadosalasaguasdelSanLorenzo.Paraacudirensuayudasebotanbarcas,y rescatanacuatroquesehanagarradoaunostablones.Unotieneunapiernayunbrazorotos;otro,lacabezaensangrentada.

Manishbajaatodavelocidad.Correalolargodelamasijodemetal.Avanzaporellechodelrío,semeteenellimohastalacintura,damediavuelta.Oyequealguiengrita.

—¡Ahí,ahí!¡Hayalguien!¡Estállamando!¡Rápido,ayuda!Acudeunadocenadehombres.Entreelamasijodemetalseoyenquejidos.Bajo

toneladasdeaceroydehierro,apenasvisibles,haydoshombresaplastados.Unonosemueve,peroelotropideayuda.

—¡Barras,traedbarras!—gritaManish.Intentan levantar con palancas la gran viga metálica entre cuatro, entre seis,

pronto entre veinte, treinta y cuarenta; al cabo de una hora prueban con poleas,cuerdas,caballosdetiro.Laviganosemueveniunmilímetro.Elheridohadejadodegemir.Laúnicamaquinariaparaalzargrandespesos,lasgrúasmóviles,lapequeñayla grande, estaban en el puente y ahora yacen entre los escombros, torcidas eirreconocibles.Lasestructurasamontonadassiguenempalmadasconroblonesquenohancedido.Conelequipamientodelquedisponen,esimposiblelevantarlasparairenbuscadelosheridos.Nohaygrúas,nisopletes.Lasuertedelosdesafortunadosquenohayansalidodisparadoshaciaelexteriordelaestructura,prisionerosdelhierroyelbarro,estáechada.

Enlaexplanadacentral,losadministradoresintentanreuniralossupervivientesyhacer listas. A esa hora, apenas media hora antes de que terminara la jornada, el


personal de la obra estaba al completo. Casi todos los capataces han fallecido, ytambién el jefe de obra, B.A.Yenser, así como ingenieros, aparejadores enviadosdesdeQuebecyunrepresentantedelayuntamiento.

Manish, tras renunciar a levantar trozos monumentales que no hay forma demover,empiezaarecorrerlospuestosdeauxilioenbuscadelosmohawk.

—¿Havistoindios?¿Sabesilosbarcoshanrescatadoaalgúnindio?¿HavistoalosobrerosdeKahnawake?

Eltrabajodesalvamentoseorganiza,lleganbomberosdeQuebec.Pero,aligualquelosobreros,carecendemediosparamoverloscolososmetálicos.

Enelvalleempiezaaanochecer;enunahorayanohabráluz.Llevanantorchas,lámparas de aceite, se encienden hogueras en la orilla. Poco a poco la oscuridadenvuelveellugardeldrama.Manish,quesigueconeltorsodesnudo,insensiblealabajadadelatemperatura,varíoarriba.Entraenlasoficinasdelacompañíaysecruzaconunoficinista.

—¿Tienelosnombresdelosheridos?¿Delossupervivientes?—Aúnespronto,losiento.Loúnicoquesabemosesqueenelpuentehabíaentre

setenta y cien personas. Mañana sabremos algo más. Es terrible, espantoso,incomprensible.

Manishabrelabocapararecordarlequevariaspersonasavisaronyprevieroneldesastre, para reprocharle que no se tomaran en serio la palabra de quienesmejorsituados estaban para constatar que el puente se había deformado lentamente, perorenuncia.Es solo un contable, ¿qué podría decir?Ya es tarde.Hanmuerto.Todos.Treinta y ocho mohawk. La mitad de la fuerza de trabajo de Kahnawake. JohnMontouryélson,porahora,losúnicossupervivientes.

Vuelve sobre sus pasos para buscar al aprendiz y se lo encuentra como seesperaba,postradoenunbancoalaentradadelaposadaDoucette.

—Me han mandado salir dos minutos antes, solo dos minutos —dice Johnllorando,quevuelveatenerlacaraylosojosdeunniño—.¿Porquéyo?¿Porquénoestabaconellos?Teníasrazón,Manish,teníasrazón.Deberíamoshabernosmarchadocontigo,notehanhechocasoyahoraestántodosmuertos.

—Espera,espera.Nosesabeaún.Puedequealgunossoloesténheridos,seguroquevamosaencontrarlos.Enelríohaytantosbarcos…Alomejorrescatanaalguno.

MarcDoucetteapareceenlasescalerasdelaentrada.—Manish,¿quépodemoshacer?¿Haysupervivientes?¿Quénecesitáis?—Luz,sobretodonecesitamosluz,antorchas,faroles.Haygenteatrapada.Puede

quenomuchos,perolosoímos.Nosécómovamosasacarlos,peroséquesinolosvemosestánacabados.SeñorDoucette,¿mepuedeindicardóndeestálacentralitadeteléfonodeSaint-Romuald?TengoquellamaraKahnawake…

—Hayunoenlatiendadelaplaza,ahídetrás.Diquevasdemiparte,entenderánqueesunaemergencia.Voyaverquépuedohacerparaconseguirfaroles,preguntaréatodoelmundo.


Manishsubeasucuartoyseponeunacamisa.Cuandoestábajando,Martineleve.Correhaciaélyloabraza.

—Manish,Manish,¡eshorrible!¡Ypensarquetútambiénpodríashaberestadoenesemalditopuente!¿Quésabesdelosdemás,sabesalgodeellos?

—Nada,apartedeJohn,elchicoquehasvisto.Habíasalidodelaobraunpocoantesparahacer la compra.Yonoheencontradoanadie.Puedequehayaheridos.Voyairabuscar.Peroantestengoqueavisarencasa.Noséquédecirles,mevanapreguntarquiénhasobrevividoysolopuedomencionaraJohn.LosD’ailleboust.¿Tedascuenta?¡Estabanloscuatrohermanos!¡Cuatro!Sonvecinosdelareserva.

Alotroladodelpatio,MarcDoucetteobservalaescenaydaunpasohaciaellos.Sumujer,queestáenlapuertadelaposada,lemiraylehaceungestoconlacabezaparaquelosdejeasolas.ManishbesaaMartine,quesecuelgadesucuelloynolesuelta.

—Tengoqueirme,tengoquetelefonear.Enlaorillaplantanpalosparacolgarquinquésyfarolillosyseenciendenfuegos.

Llegaunaprocesióndeantorchas.Cientosdemujeresyniños,enbuscadeunpadreode unmarido, se han acercado hasta el puente deGarneau, justo antes de la obra,donde lapolicía lospara.De lasgranjasy losembarcaderoscercanos llegancarrostirados por bueyes y caballos cargados con poleas y maromas. Pero las piezas dehierroquehayquelevantarpesandemasiado.Enalgunossitiosconsiguendesplazarlasviguetas,perodedondeprocedenlosgritosdelosheridos,cadavezmásdébiles,es del corazón delmagma demetal retorcido.Unos carpinteros descargan de unascarretas unmontón de tablones que dejan en la orilla, sobre el limo, para intentaracercarsealoslugarespordondeseoyenquejidos.

—¡Diosmío,lamarea!—gritaunhombre—.¡Estásubiendo!¡Losqueestánahíabajosevanaahogar!¡Rápido,rápido!¡Traedgente,hayquelevantareso!

Sinembargo,lavigaqueseñalapesamuchastoneladas.Noconseguiránmoverlaconnada.

A la altura de Quebec, con la marea, las aguas del San Lorenzo suben cuatrometros. Amedida que avanza la tarde, las partes donde sobresalen los escombrosempiezan a quedar sumergidas.Unherido que tiene las piernas atrapadas grita. Suvozseapagaconungorgoteoespantoso.Nadiehaconseguidoacercarsehastaél.

—¡Elcura!¡Quealguientraigaalcuraparaesospobresdesdichados!ElpadreMcGuire,delaparroquiavecinadeSillery,llevaahídesdeprimerahora

conlosheridos,alosqueatiendenunosmédicosllegadosdesdeQuebecenunacarpaque ha instalado la empresa. Equipos de rescate y miembros de la Cruz Rojacanadienseleacompañanescalandoentreelamasijodemetalporencimadehombresquellevanhorasgimiendo.Estánapresados,enterradosenelbarroyellimo,ydentrodeunahorasehabránahogado.

—Átenme, pásenme una cuerda por debajo de los brazos—ordena el cura—.Necesitobajarlomáscercaquesepueda.


Enpocosminutostienepuestounarnésy,sujetopordoshombres,bajahastaelaguaporlaparteexteriordelosescombros.Unodelosheridosacabademorir.Conelaguacubriéndolemediasotana,consiguetenderlamanoaotro,queselacoge.

—Porestasantaunciónyporsubondadosamisericordia,teayudeelSeñorconlagraciadelEspírituSanto.

Elheridonotienefuerzasparacontestar«Amén».Pocoapoco,lamanosueltaalsacerdote,quesubellorando.

En la tienda de Saint-Romuald, que ha permanecido abierta, al igual que losdemáscomerciosycasasdelpueblo,dondehallegadomuchagentedesdeQuebecyalrededores, se ha formado una cola para hablar por teléfono. Tras una hora deespera, llegael turnodeManish.Acciona lamanivelaypidea laoperadoraque lepongaconKahnawake,enlasafuerasdeMontreal.Deletreaelnombre.

—¿Unnúmero?No,nosé…Enelpueblosolohayunteléfono,señorita.Puedequeseaelnúmerouno,pruebe.

Cuelga y, unminuto después, el aparato suena.Hace solo unosmeses que haninstaladoen la reserva laprimera línea telefónicaen lapequeñaoficinadecorreos,bajoelporchedelacasacomunal.Elencargadorespondealquintotimbrazo.

—¿Sí?¿Quiénhabla?—Escuche, óigame bien. Soy Manish Rochelle, de la familia Rochelle. Estoy

trabajandoenelpuentedeQuebec.Sí,deQuebec.TengoquehablarconJohnFarber.Esmuy urgente ymuy importante, ha habido un accidente. Sí, grave.Muy grave.Vaya,porfavor,yameespero.Deseprisa.

Alospocosminutos,eljefedelconsejoestáalaparato.—John, soyManish,Manish Rochelle, estoy en Quebec. John, ha habido una

catástrofe, un desastre. El puente, John, el puente se ha venido abajo… Sí, porcompleto,derepente,sehadesplomadoenelrío.Nosé,todosloshombresestabanencima. De momento solo he encontrado al pequeño de los Montour, JohnMontour…Nosé,talvezhayaheridos,losestamosbuscando.John,hagotodoloquepuedo, volveré a llamarte en cuanto sepa algo. ¿Que por qué estoy aquí? Escomplicado,yateloexplicaré.

Lanoticiacorreporlareservacomounreguerodepólvora.Enpocosminutoshaydocenasdepersonasantelacasacomunal.Sequedaránallílanocheentera,llorando,esperandolosnombresdelossupervivientes,noticiasquenollegan.

Mientras, en el lugar del accidente, las autoridades temen que la oscuridadprovoquemásaccidentesylasituaciónempeore,asíquemontanuncordónpolicialyprohíbenelpaso.Sinluznimediosparalevantarelmetal,nohayningunaesperanza.

Cuandollegaeldía,lacifrademuertosesterrible.Delosochentayseishombresque había en el puente han sobrevivido once. De los fallecidos, diecisiete sonestadounidensesycincuentayochosoncanadienses,deloscualestreintayochosonmohawky,deestosúltimos,haytreintaytresdeKahnawake.Enlareserva,loqueno


vaatardarenserconocidocomo«eldesastre»dejaveinticuatroviudasycincuentayseishuérfanos.

Laesperanzadesocorreralosheridossedesvanece.Recuperarloscadáveresesdifícil,casitodossehanhundidoconelpuenteenlasprofundidadesdelSanLorenzo.Antes de las doce, dos hombres en mangas de camisa que dan vueltas en barcaalrededordeloshierrosvenunzapatoflotando.Alacercarse,adivinanunpardepiesconsuscalcetines.Tardanunahoraensacarelcuerpo,graciasalesfuerzodeunosjóvenesnadadores.Almediodíasolosehanencontradodieciochocadáveres.

En los días siguientes, poco a poco, el río irá devolviendo los muertos. Losrecogeránpescadoresyvoluntarios, atraídospor las recompensasqueofrecerán lasfamilias, como han publicado los periódicos. El 7 de septiembre encontrarán trescadáveresflotandocercadelaisladeOrleans,veintekilómetrosríoabajo.Peromásdelamitaddeloscuerposnoapareceránnunca,hundidosparasiempreensustumbasdelimoyacero.

Aldía siguiente,MarcDoucetteyvariosclientesde laposadaestán leyendo laediciónespecialdelSoleil.Enportada,elperiódicodeQuebecanuncialacreacióndeunacomisiónespecial formadapor tres ingenieroscanadiensesde renombrequesevanaocupardeinvestigarlascausasdelacatástrofe.

—Muchoshombresmedijeronqueelpuenteestabamal,quesemovía,quehabíariesgodeque se cayera—suspira elposadero—.¿Yahora es cuando se lesocurrepedir cuentas y buscar por qué se ha venido abajo? ¿Dónde está el genio que lodiseñó?¡Esperoquemuertoconlosdemás!

—¡Paranada!Estátantranquilo,descansandoensusillóndepieldeNuevaYork—contestaunmontadordeaceroquetuvolasuertedequelemandaranalalmacénacargarvigasunahoraantesdelderrumbe—.¿Tedascuentadequeesehombre,porlovisto un experto constructor de puentes, no ha venido ni una sola vez a visitar laobra?¡Nohavistoconsuspropiosojoselpuentequehadiseñado!Sihubieravenido,endiezminutoslohabríaentendido.Eseidiotahametidolapata,nohayquedarlemásvueltas.Hahechomalloscálculosyochentavalienteshanmuerto.Esperoqueestédurmiendoenlacárcel.

—¿Enlacárcel?¡Yategustaría!—exclamaManish,queenesemomentoentraenlasala—.Eslaclasedejefazoquenovanuncaalacárcel.Seguroqueencontraráunmontónderazonestécnicasparaexplicarquenohasidoculpasuya,queelaceroera demala calidad o que se torció en el transporte, como ya intentaron hacernoscreer.Alfinal,sureputaciónquedaráunpocoenentredicho,peroluegotodovolveráasercomoantes.Alparecer,estáenfermo.Esperemosquesemueradevergüenza.

A Theodore Cooper se lo llevaría de este mundo una neumonía doce añosdespués,retiradodelnegocio,desacreditado,perojamásacusado.Nolemolestaron,niaélnianadie.PhoenixCo.entregómildólaresa lafamiliadecadavíctima,unpocomássielmuertoteníamuchoshijos,ysiguióconstruyendopuentesentodoslosrinconesdeAméricadelNorte.


El30deagostoencuentranochocuerposdeobrerosmohawk.ManishRochelleyJohnMontour esperan en la estación de Quebec a una delegación de KahnawakeencabezadaporJohnFarberylasmadresdelosclanes.

—Habéis tenido suerte, dad gracias al cielo —les dice el jefe del consejo,dándolesunabrazo.

Empiezanvisitandoalosheridos.Tresmohawkhansobrevivido.Unodeellosnoestabaenelpuente,elotrosaliódisparadoalríoyluegolorecogieron.Ensucamadehospital,AlexanderBeauvais,unode losmejoresremachadoresdelgrupo,relataelmilagroquelesalvó.

—Yo estaba poniendo un roblón cuando todo se derrumbó a mi alrededor—murmura a través de la vendade sunariz rota.También tiene la pierna fracturada,escayoladayenalto—.Losoltétodoymeagarréalaviguetamáscercana,quecayópero no llegó al suelo.Me quedé ahí, a unmetro del suelo, nomás.Cuando todoparó,salídeahíarrastrándome.

UnadelasmadresdelclanpreguntaalmédicosisuhijopodrávolverseconellaaKahnawakealdíasiguiente.Elmédicoledicequeaúnespronto.

Mientras esperan para ir a la morgue a reconocer los cuerpos y meterlos enataúdesparaelviajedeldíasiguiente,elgruposeparaenunataberna.JohnMontourcuentaquesilosmayoresnolehubieranenviadoahacerunascomprasdosminutosantes,habríaestadoconellosenelpuente.Describe lacaídadelpuente,porqueesunodelospocosqueloviodecerca.

—Ytú,Manish,¿porquénoestabasconlosdemás?Conlavistafijaensuvaso,Manishexplicaquedesdehacíadías,muchostenían

dudassobrelasolidezdelaobra,quehabíavistosignosquemostrabanqueelpuentese estaba hundiendo, que el día anterior habían parado la obra y que no estabaconformeconladecisióndereanudareltrabajo.

—Ylosnuestros¿quéopinaban?—preguntaFarber.—Algunosteníansusdudas,comoyo,perootrosno.Yointentéconvencerlosde

que teníamos que dejar la obra. Pero un capatazme hizo callar yme pegaron,meexpulsaron.Nadiemesiguió.

—¿Quieresdecirentoncesquesabíasqueelpuenteseibaacaer?—Saberlo,no.Nosoyingeniero.Peromelotemía.—¿Porquénotecreyeronlosdemás?—No sé. Algunos no confiaban en mí. Puede que pensaran que estaba

exagerando.—¿Quiénes?—Ahoraestánmuertos,yanotieneimportancia.—Nosé…Yaveremos—diceeljefedelconsejo—.Noestoysegurodequeno

tengaimportancia.Tútehassalvadoyelloshanmuerto.Tendremosqueentenderporqué.Peroahoranoeselmomento,hemosdeirabuscaranuestroshijos,organizareltransporteylosentierros.¿Porquésolohayochocuerpos?¿Dóndeestánlosdemás?


Manishalzalavistayvecómotodoslemiran,asíquelavuelveabajar.Aldíasiguientesemarchanconlosrestosmortalesencajasdemaderabarata,en

lasquehanmarcadocrucesconpinturanegra,metidasenelvagóndecola.Tres días más tarde, ocho féretros de madera bruta se encuentran alineados

delantedelaltardelapequeñaiglesiadepiedradeKahnawake,enlaorilladelSanLorenzo. Ha acudido toda la reserva. El coro entona cánticos en mohawk. ElarzobispodeMontreal,monseñorLouisJosephNapoléonBruchesi,haacudidoparaoficiarlaceremoniaenesacomunidadcatólicaconfamadepiadosa.

—Estoy con vosotros para rezar y compartir vuestro dolor—dice en francés,traducidoporotrosacerdotealmohawk.

Manish Rochelle, acompañado de sus padres y sus hermanos pequeños, se haquedadoenelpatio.Algunosseleacercan,ledanlamano,palmadasenlaespalda,perosedacuentadequeotros,inclusoalgunosamigosdelainfancia,leevitanylemiranconantipatía.Alpasarasulado,elpatriarcadeunafamiliadeironworkersquehaperdidoavariosdelossuyosescupeenelsuelo.

Loshombressacanlosataúdesdelaiglesiaahombros.Enprocesión,detrásdeunmonaguilloquellevauncrucifijo,lapoblacióndeKahnawakevahastaelcementerio,donde se ha cavado una gran fosa. En el momento en que, ayudados por gruesascuerdas,bajan los féretrosa la tumba,uno trasotro, losdos solistasdel corode lareservaentonanuncantotradicionalquerindehomenajealosguerrerosmuertosencombate. Cuando se hace el silencio pasan unosminutos sin que nadie semueva,hastaqueunniñodeunosdiezañosseacercaalafosa,cogeunpuñadodetierrayloarrojasobreelataúddesupadre.

Conelpasode las semanaselSanLorenzoentregarámáscadáveres,pero solocuatroserándemohawk,queenterraránjuntoalosdemás.Elrestonuncaaparecerá.

La tarde del funeral, Manish Rochelle evita la casa comunal, donde una cenareúnealasfamilias.

—MevuelvomañanaaQuebec,hayquebuscaralosdemás—lediceaAngus,supadre, que ha pedido al armador delGreat Eastern que busque a alguien que lesustituyaunpardedíasparapilotarelvapordelrío.

—Hijo, Farber se ha pasado a verme después de la ceremonia. Tienes quequedarteunosdías.Vaacelebrarseunareunióndelconsejoyquierenhablarcontigo.Nopuedesdejardeir.

—Ya.¿Tehadichocuándovaaserlareunión?—Mañanaopasadomañana.Manish se pasa dos días sentado en las escaleras del porche de su casa. La

primeramañanavanaverlealgunosamigosdelainfanciayuncarpinteroconelquehizoequipoenelpuentedeSoo,yescuchansurelato.Luegolasvisitasempiezanaespaciarse y, al final, se acaban.Algunos vecinos dan un rodeo para no pasar pordelantedelacasadelosRochelle.Alatardecerdelsegundodía,unachicajovenquetrabajaparaelconsejosepresentaparadecirlequeleesperanenlacasaalargada.


John Farber está en el centro, acompañado por las madres de los clanes, lasviudas, el jefe de guerra, los miembros del consejo y los patriarcas de familiasdiezmadas,entrelosquedestacaPierreD’ailleboust,queademásdecuatrohijoshaperdido a tres familiares. Están sentados en semicírculo en las gradas. El jefe delconsejoylamadredelclandelOsoestánenmedio,trasunamesa.

—Manish,acércate.¿Quieres,porfavor,explicaranteelconsejoylasfamiliasloqueviste,loquenoscontastecuandofuimosaQuebecaldíasiguientedeldesastre?

Manish,sopesandosuspalabras,seremontaalasprimerasseñalesdealerta,alasprimerasdudassobrelasolidezdelpuentesemanasantesdeldrama.

—Yonosémásdepuentesquecualquieradelosaquípresentes.EldeQuebechasidonuestraterceraexperienciayaúntenemosmuchoqueaprender,perohabléconlos capataces, jefes que han construido puentes en muchos lugares, incluso enEuropa.Estaban preocupados.Las explicaciones que les daban no se sostenían.Elpuentenosecayódegolpe;llevabadíastorciéndoseydeformándose.Huboavisos.

—¿Lesdijistealosnuestrosqueestabaspreocupado?—Claro,sinparar.Ellostambiénloveían.Avecesnospasábamosundíaentero

para conectar elementos que tendrían que haber encajado en solo unos minutos.Habíaqueretorcer,cortar,agujerear,hacertrampasconlosremaches.Losabíatodoelmundo.Losúltimosdíasnosehablabadeotracosa.

—¿Quépasó lamañanadel desastre? ¿Por qué tú eres el únicoqueno estaba?¿Porquélosdejaste?

Manishseponeenpiecomomovidoporunresorte.—¡Esonunca!¡Nuncalosdejé!Meecharondeallí,mepegaron,medieronuna

paliza para hacerme callar.Yo intentaba convencer a todo elmundo, no solo a losnuestros,tambiénatodoslosdemás,dequequedarseenelpuenteerapeligroso,queteníamosquenegarnosaseguir.Peroloscapatacespensaronqueyoestaballamandoalahuelga.¡Mepegaron,meamordazaron,meexpulsaron!

—¿Tepegaronylosnuestrosnointervinieron?¿Treintamohawkvencómounosblancos pegan injustamente a uno de los suyos y no mueven un dedo? ¡Cuestacreerlo!—diceunodelospatriarcas,levantándoseamediasdesuasiento.

ManishnoquieremencionaraBruceMondor,alqueviodeteneralosdemásconungesto.Noquierehablardesudiscrepancia.Eramayorqueél,eraeljefedelgrupo.Murióconsuhermanoyhadejadocuatrohuérfanos;sumujerestáahísentada.

—No me siguieron. Hice todo lo que pude, pero no me siguieron. Si no mehubieranechadoporlafuerza,hoynoestaríaaquí.Estaríaconellos,enelfondodelSanLorenzo.

Laspreguntas se sucedenduranteunahora.Se formulancondistintaspalabras,perotodasdicenlomismo:«¿Porquétúhassobrevividoylosdemáshanmuerto?».

Se hace el silencio. Los miembros del consejo se miran, la madre de clan demayoredadcierralosojos.


—Gracias,Manish.Puedesretirarte—diceJohnFarber—.Peronotevayasmuylejos. El consejo va a deliberar. Los que no forman parte del consejo, que salgantambién,porfavor.

Bajo el porche, Manish ve a su padre, que le espera un poco apartado. Lasfamiliaspasanpordelante sindecirlesnada.En losojosdeunaviuda,unavecina,unajovenalaqueconocedesdeniño,alaqueenseñóanadarenelríoenverano,conlaquebailódelamanoenlacasaalargada,veodio.Doshorasdespués,lapuertaseabreylehacenpasar.

—ManishRochelle, tusexplicacioneshanconvencidoalconsejoenparte.Perosoloenparte.Habíasadivinadoqueelpuenteseibaacaerytefuiste.Solo.Sabíasque iba a producirse una catástrofe y no avisaste a tus hermanos. Nadie nos haconfirmadoquetepegaranyteexpulsaran.Algunosmiembrosdelconsejoyalgunasfamilias creenqueesono llegóa suceder.Algunos te acusandehaberlo inventadoparatenerunaexcusa.Pornohaberintentadosalvaratushermanos,quehanmuertoenelmayordesastrequehemosvividodesde lasguerrascontra losalgonquinos,elconsejotedestierradeKahnawakeporunperíododecincoaños.PuedesquedarteenCanadá y pedir asilo en otra tribu iroquesa, pero no podrás acercarte por aquí. Tufaltanoseborrará.Nuestradecisiónesdefinitiva.Notienesderechoaréplica.

Lívido,conlasmanosentrelazadasalaespaldaparaescondercómoletiemblan,Manish abre los labios para protestar, pero de su boca no sale sonido alguno. Damedia vuelta, se traga las lágrimas y sale. A la salida, su padre le coge por loshombrosylellevaacasa.

—ElconsejoinformatambiénalapoblacióndeKahnawakequelasmadresdelosclanes, a propuesta de las viudas del desastre, han tomado una decisión queanunciaránmañanaalasdoce.Avisenatodosparaquevenganaesahoraalacasaalargada.

Antesdequeamanezca,Manishbesaasumadre,cogesupetatey,acompañadoporsupadre,caminaensilencioporlascallesdesiertasendirecciónalembarcadero,dondesubenaunabarca.CadaunoagarraunremoycruzanelríohaciaelpuertodeMontreal.Desembarcanenelmuelledepiedra.Angusamarra labarca,sevuelveyabrazaalmuchacho.

—Eresmihijo.Creocadaunadelaspalabrasquehaspronunciado.Séquehicistetodoloquepudisteparaavisar,yquenotehicieroncaso.Tuhonorestáasalvo.VeaQuebec,trabajapararecuperarloscuerposdelosnuestros.Déjamehaceramíaquí.Voyaintentarsuavizarsudecisión.

—Gracias,padre.Peroesedestierrodecincoañosesunailusión.Nopodrévolvernuca.Nopuedocruzarmeconlamiradadeunamadrequemecrearesponsabledelamuertedesuhijo,niconladeunamujerquepiensequehetraicionadoasumarido.Nadadeloqueyohaga,odeloquetúdigas,lesharácambiardeopinión.MevoyaQuebec.Cuandolabúsquedahayaterminadoteharésaberadóndevoy.Adiós.


Con las luces del alba,Manish semarcha a pie a la estación.Angus desata labarca,secolocaenelcentro,empiezaaremaryesperaaestarenmediodelríoparaecharseallorar.

A las doce, todos los habitantes de la reserva, salvo los más pequeños, secongregandelantedelacasacomunal.TrasunasfrasesdesaludodeJohnFarber,lamadredelclandelLobo,lamásancianadetodas,rodeadaporotrasdiezmujeresdedistintasedades,pidesilencioyanunciaconvozfirme:

—Eldesastrequeacabamosdevivirhadiezmadonuestracomunidad.Nuestrosmejores hombres se han ido. Tenemos a unos cincuenta niños huérfanos, y a unasveintemadresdefamiliaviudas.NonosplanteamossiquierapediraloshombresdeKahnawake que renuncien a ese oficio que han descubierto hace quince años ennuestraorilladelrío,delqueseenorgullecentantoyquenosproporcionacuantiososingresos. Pero nosotras, madres de los clanes y mujeres de Kahnawake, exigimosque,deahoraenadelante,nuestroshombresnovuelvanatrabajarjuntosenlamismaobra.EnunpuentenodeberáhabermásdeunequipodehombresdeKahnawake.Los demás irán a otros lugares, a otras obras. Hay de sobra, aquí o en EstadosUnidos.Sivuelveaproducirseunatragedia,algoquepuedesucederdadoelpeligroal que se enfrentan, de ese modo nunca habrá más tumbas colectivas en nuestrocementerio,nidocenasdeviudasyhuérfanosennuestracomunidad.Estadecisiónseaplicadesdehoymismo.


14


La sirena, tres toques. ¿Otra vez? ¡No puede ser! Pero ¡si acabamos de empezar!Acabodefijarconadhesivoelmicrófonoenlamáscara,nohetenidotiemponideajustarlatemperaturadelallamayyatengoquedejarlotodoyecharacorrercomounconejo.Eslaterceravezestamañana.Comosiganconlasfalsasalarmaslagenteacabaráignorándolas,sequedaráenunrincónesperandolacontraorden.Yentoncessíquetendremosproblemas…

Andy termina de cortar su pieza de acero formando un ramillete de chispas ymetalenfusión,comosinohubieraoídonada.Ledoyungolpecitoconelpieenlabota,seda lavuelta,corta laalimentaciónde la lanza térmica,sesubelasgafasdesoldar,levantalosojosalcielo.Otravezllevalamáscaradegascolgadadelcuello.Leseñalolamía.

—Sí,yalosé,peronopuedorespirar.Conestacosameahogo.Telojuro,Cat,loheintentadoperonopuedo.

EstamostrabajandoenlasecciónsurdelaZonaCero.Losingenierosdicenqueunamasijodemetalretorcidoygruesasplacas,queasaberdedóndeproceden,estábloqueando el acceso a un hueco de ascensor donde podría haber supervivientesrefugiados. ¡Supervivientes! Hace ya dos semanas que nadie se lo cree. Fingimoscreerlo, algunos cuentan historiasmilagrosas de terremotos, enMéxico o en otroslugares. Quizá han estado bebiendo agua de lluvia, o han encontrado comida enalmacenessubterráneos.Avecestodosedetieneporqueunodenosotroscreehaberoídounosgolpesenelmetal.Sonfantasías.Nadiemássaldrávivodeesteinfierno.

Cadavezquehablaporlatelevisiónolaradio—almenosdosvecesaldía—,elalcalde,RudyGiuliani, prepara a las familias, a la ciudady al paíspara aceptar loevidente.Losdosprimerosdías aparecieronunosveinte supervivientes,pero luegonada. Aunque nadie lo ha dicho oficialmente, ahora nuestra misión, para que lasfamiliaspuedansalirdelaincertidumbreyempezarelduelo,esencontrarcadáveres,si esposible,o trozosque sepuedan identificarporelADN.Losdesaparecidos secuentan por centenares, quizá por miles. Cerca de la zona prohibida, en UnionSquare,ManhattanSur,losmurosylasverjasestánsepultadosporunaavalanchadenotas y avisos: «¿Alguien ha visto a Manuel Rodríguez?», «Buscamos a Julie


Thomson»,acompañadosdefotostomadasenmomentosdefiesta,conlosojosrojosyvelasdecumpleaños,malenfocadas, impresasdecualquierformaenordenadoresdeoficina.Última localizaciónconocida:piso86, torreNorte;cocinasdeWindowsontheWorld,piso102, torreSur.Conla lluvia, lashojasseabarquillan, la tintasediluye,losrostrosdelasfotossedeformanyvandesapareciendo.Losramosdefloressemarchitan,elpelodelosososdepeluchesellenadepegotes,lascintaspierdensucolor.

Esta tarde, Andy y yo estamos adscritos a un nuevo equipo con bomberos deFiladelfia y policías de Queens. Cortamos vigas y retrocedemos para que laCaterpillarpuedaentrarallevárselasconsupinzagigante.

—¿Hasvisto?—diceAndyquitándoselamáscara—.Laconduceunamujer.Eslaprimeravezqueveounaenunbichotangrande.Nocreoquehayamuchas.

En la cabina, cinco metros por encima de nosotros, bajo el casco veo el pelomoreno de unamujer de unos cuarenta años.No llevamáscara, sino auriculares ymicro,porqueelhabitáculoestáclimatizado.

Derepente,unpolicíagrita:—¡Stop!¡Stop!Parentodo,creoqueveoalgo.Se tira al suelo, hurga con una azadilla, le ayudan otros dos. En la radio, que

todos recibimos por el mismo canal, la voz de un jefe pregunta: «¿Mando unabanderaounabolsa?¿Banderaobolsa?».

—¡Mecagoenlaputa!—exclamaunavozdemujerenelwalkie-talkie—.¿Otravez con esa gilipollez de las banderas? ¡Es inadmisible!Toda esa pobre gente queestáahídentrosemereceelmismotratamiento.¡Nosepuedenhacerlascosasasí,esunamierda!

Resuenaunestruendoanuestrasespaldas:laspinzasdelaCaterpillaracabandesoltarlostrozosdeviga.Caendesdevariosmetrosdealtura,levantandounanubedepolvo.Seabrelapuertadelacabinaylaconductorasebaja,conlaradioenlamano.

—¿Quién manda aquí? —pregunta con acento italiano, lanzándose sobre elbomberoquetienemáscerca.

Estanaltacomoélycasiigualdecuadrada.Avanzahaciaélyleacercaelíndicealanariz.

—¡Nomevoyamoverdeaquíhastaque lascosasesténclaras!Voyaavisaratodos los conductores. Les juro que si empiezan otra vez con la gilipollez de lasbanderas,separatodo.Porcamiseria!

Latengoatresmetros.Meapartolamáscara,meacerco.—¿Quéquieresdecirconesodelasbanderas?Sevuelvehaciamíconlosojosechandochispas.—Vosotros, los ironworkers, nomevais a decir que noos habéis dado cuenta.

Desdeelprincipio,siapareceuncuerpodebomberoodepolicía,odecualquieraquelleveuniforme, semontauncirco.Lleganveinteomás, cubren la camilla conunabandera,formanunaguardiadehonor,conelcascoenunamanoy laotrasobreel


corazón,ytodoelmundoparadetrabajar.Sololesfaltaelhimno.Perosiesuntrozode cuerpo de civil, lo sacan en una bolsa de plástico, como si fuera basura. Tresminutosyvueltaaltrabajo.Quierohablarconelimbécilquehapreguntadoporradiosi hacía falta una bolsa o una bandera. Los civiles se merecen el mismo respeto.Todasestaspersonashanmuertocomohéroes,llevenonouniforme.

—Mierda, tienesrazón—exclamaAndy,queyasehapeleadovariasvecesconlospolicíasporesetema—.Estamoshartosdesusguardiasdehonor.Oparatodos,oparanadie.

Un capitán de bomberos al que han avisado por radio llega corriendo. Losuniformados se lo llevan aparte, conversan en voz baja. La conductora de laCaterpillar damediavuelta.Haguardado la radioy estámarcandounnúmero trasotroenelteléfono,mientrashacegestosconlamano.

Eloficialseacercaaella.—Señora, he sido yo quien hizo esa pregunta tan inconveniente. Acepte mis

disculpas.Tienetodalarazón.Mañanalocomentaréenlaprimerareunión.Vamosaproponerque,apartirdeahora,todaslascamillasquesalgandelaZonaCeroesténcubiertas con labanderay se formeunaguardiadehonor.Estoy segurodequenohabráproblema.

—Bien.Yaveremosmañana,traslareunión.Perosinoesasí,selastendránquearreglar sinnosotros.Voyaparalizarlo todo,no lequepaduda.Ysin lasmáquinassololesquedaráponerseajugarconunrastrilloyuncubo.MadrediDio!

Damediavueltaysevahacialasalida.Andydiceporseñasquelasigamos.Laencontramoscercadelaverja.

—Estámuybien loquehashecho—diceAndy—.¿Quieresvenir a tomarunacervezaconnosotros?

—Conmuchogusto.Estosuniformadosmeponendelosnervios.Tenemosque llegar aCanalStreetpara encontrarunbar abierto.Allí,Carolina

Topan—queporelcaminohaidomovilizandoaotrosconductoresdemaquinaria—nosdicequeesitaliana,delaregióndeVenecia.Hacediezaños,laempresadeobraspúblicaspara laque trabajaba lamandócomocontableaNewJerseyparacerrar lacompradeseisbuldóceres.

—Comopasaba el tiempo,mepusieron almandodeunapinza excavadora.Alprincipio eraunadiversión, peromegustó.Megustómucho.Luego conocí al queseríamimarido,untécnicodeCaterpillar.YnovolvíaItalia.

Elmonodehombre le está tanholgadoqueparece flotar, y los rizosnegros lecaenporloshombros;llevalasuñaspintadas,brillantes,protegidasporlosguantes.Su rostro ovalado emana una dulzura que no puede atenuar el fuego de sus ojosnegros.Bebeuntragodecerveza.

—He estado trabajando por toda la costa Este, y también enCostaRica.Aquílleguéeldía13.Desdeelprimerdíamehartaronconsudiferenciadetrato.Esperoque hagan lo que han dicho. Por si acaso, hablaré con mi representante sindical,


mañanatienequepasarporaquí.Ysivuelvenalasandadas,haremoshuelga.Bueno,metengoqueir.Caballeros,graciasporlacerveza.

A principios de octubre dejamos el hotel, despedidos por una guardia de honor decamarerosybotones.Volvemosacasa,aBayRidge.Andyyyohemosfirmadoportiempo indefinidoen laZonaCero;hayquiendicequenecesitaremosalmenosunañoparaterminarconelmontóndeescombros.Noimportaloquetardemos,nomeimaginovolveraunaobranormalmientrasaquíquedeaceroporcortar.Algunossehanido,nopudieronsoportarlostrozosdecarnehumana,loshorariosolosrumoressobreelvenenoquerespiramos.Haceunosdías,ahoraqueyanohayesperanzadeencontrarsupervivientes,sehablódesuprimirlosturnosdenoche,perolasfamiliasylosequiposde salvamento, sobre todo losbomberos,protestaron.«Lasveinticuatrohorasdeldía,hastaelúltimodía»,haprometidoelalcalde.

Enelbarriosomosunosveinte.Quedamosalamanecerenlosandenesdelmetro,enlalíneaquevaaManhattan.Pasanlosdías,lassemanas.

NuevaYork se lame las heridas, se acostumbra a ese abismo abierto y todavíahumeanteporlosfuegossubterráneosqueardenenelsubsuelo,quelosbomberosnopuedenalcanzar.AlsurdeCanalStreetrenacenlasmanzanasquequedarondesiertas,vuelvenlosvecinos,abrenloscomercios.

Andy y yo seguimos en el sector Sur porque conocemos los túneles, lascavidades, lospeligros, losolores.Yano sehablade supervivientes.Elnúmerodedesaparecidossiguesiendoinsoportable,perosereduceregularmente,amedidaquelas listas iniciales, llenas de errores, nombres duplicados y aproximaciones, se vandepurando.Encontraruncuerpoenteroquenoseaunbomberoprotegidoporeltrajeesunmilagro.Engeneral,soloencontramostrozos,huesos,pelo.Unpiedentrodeunzapato. Un tronco sin miembros. Un fragmento de cráneo. Durante un descanso,sentadosobreunacajadeherramientas,conunvasodecaféenlamano,miroaunbomberocaminarentrelosescombros.Havistoalgoenelsuelo,sedetiene,recogeunfragmentoparduzcodeunoscentímetros,lomira,lohuele.Lotiraporencimadelhombro.

Han empezado los análisis de ADN. Llevarán meses. De momento hay pocasvíctimasidentificadas,salvolosbomberosylospolicías,quellevanelnombreeneluniforme. A lo largo del Hudson, las decenas de camiones frigoríficos aparcadoscercadelamorguehandesaparecido.Yasoloquedantresocuatro.

Sigo cortando una vigueta ante un equipo de salvamento cuando una pared deyeso,amiderecha,sehundedescubriendounamanohumana.Cubiertadepolvo,conla palma hacia arriba, los dedos tiesos. Es unamano de hombre, grande y fuerte.«¡Aquí,muchachos!».Apagoelsoplete, retrocedoapartando lamirada.Yahevistobastanteshorrores.Enmirelojsonlasseisdelatarde.Mientrasseponenaexcavarysacanelcuerpo,oloquequededeél,lajornadahabráterminado.Menosmal.Estoy


agotado, un dolor agudo me destroza los riñones, apenas puedo cerrar los puños,tengolosojosllenosdearena,meardelagarganta.Mequedaréunosminutos,quizáelcadáverestéentero.Dosbomberossearrodillan,excavanalrededordelamanoconherramientasdejardín,concuidado,paranoprovocarunalud.Enlaradio,eljefedeequipopideunacamilla.

—¡Ah!¡Joder!Unodel equipode salvamentodaun saltohacia atrásy suelta lamanocortada

que,separadadelcuerpo,lecaeentrelaspiernasconunruidoextraño.Retrocede,sebaja lamáscara, se quita los guantes. Con un sollozo, se sujeta la cabeza con lasmanosyrompeallorar.Unbomberoseacerca,recogelacosa.

—Pero…¿quéesesto…?¿Quémierdaesesto?¡Joder!¡Capitán,capitán,vengaaveresto!

Letiendealoficialeltrozodecuerpo,queparecedemasiadopesado.—Mierda,esmetal…Bronceoalgoasí.Letiendenuntrapo,limpialapieza.—Es como una escultura, un trozo de estatua. Hay algo grabado. Páseme una

linterna,lamíanofunciona…«A.Rodin».Estáescrito«A.Rodin»yunafecha,creo,noconsigoleerlo.

Amilado,unpolicíaconropadetrabajo,monoychaquetadeuniforme,suspira:—Pues solo faltabaesto…Trozosdecuerpodebronce.Escomoparavolverse

loco. Hace una semana que no consigo pegar ojo. Y cuando me duermo, laspesadillas son peores que estar despierto. Creo que voy a pedir la baja, no puedomás…

Elcapitándejalapiezaenunrecipientedeplásticoypideinstruccionesporradio.Veinte minutos después escoltan hasta nosotros a una mujer rubia de bello rostroovalado,monodetrabajoajustado,gorradelMetropolitanMuseumybotasdecueroconcordones.

—Esunaescultura—dice—.Esperabaqueapareciese.Elmuseomehamandadopor eso.Es un boceto demanodel famoso escultor francésAugusteRodin.Habrámás.EsdelacolecciónCantorFitzgerald.Cientosdepiezas,dibujos.Valenmillones.Por lo que sé, por aquí abajo tiene que haber un ejemplar de su obramaestra,Elpensador. Un hombre sentado, sujetándose la barbilla con la mano. Si ven algoparecido…Esunaestatuagrande,nohayerrorposible.Muchasgracias,señores,yamehagocargoyodeella.

—Disculpe,señora,¿quéesCantorFitzgerald?—Una institución financiera, como un banco de inversiones. Ocupaban cinco

plantasen lapartesuperiorde la torreNorte.Es laempresaquemásempleadoshaperdido.No sabemos la cifra exacta, pero son centenares, podría habermuerto unmillar.UnodelosdueñosestabalocoporRodin,teníalamayorcolecciónprivadadelmundo.Estabaexpuestaenlasoficinas,elvestíbuloeradignodeunasaladelLouvredeParís.Sinduda seguiránencontrandoesculturas.Yame imaginoque, cuandose


tratademanosypies,noseráfácil.Ánimoparaloquequeda.—Sonríeysemarchaconlacajablanca,escoltadapordospolicías.

Enmediodetantolío,lamanodemetalestáintactadespuésdehabercaídodesdelos últimos pisos… Si ha resistido sin un arañazo, la llave de cola de mi padretambién tienequeestarenalgúnsitio.Quizáesté torcida,peronada,ni siquierauncataclismocomoeste,puededestruirunaspudwrenchKleinToolsdeacerotemplado.AAndy y a unos cuantosmás les he contado la historia, la ceremonia secreta, loscantossagrados,elesconditedeWildBillysuscompañeros.Algunosteníanlosojosllorosos.Nohayningunafamiliadecarpinterosdelhierroquenotengaunpadre,untíoounprimoquenohayatrabajadoenlaconstruccióndelasTorresGemelas.Yasehacorridolavoz,sepondránabuscar.

Endosdías,todoslosmontadoresdeacerodelaZonaCero,mohawkono,estánal corriente. Uno de ellos, un gordo de New Jersey al que no conocía, viene aenseñarmesullave,colgadadelcinturóndecuero.

—¿Tú eres Cat? Ya ves, yo llevo la mía. No la usomucho, es como un picopequeño,peronecesitollevarlacolgadadelcinturón.Losprimerosdíasnomelatrajeylaechabademenos.Erademiabuelo,quevinodeTerranova.Mehandichoquebuscas la de tu padre. He avisado a todos los que conozco.Vamos a pasar por elcedazo este montón de escombros, pero la encontraremos. No acabará en elvertedero.¡Aguanta,muchacho!

DesdequevolvimosdeKahnawakenopuedodejardebuscarla,aunquenotengolamenorideadedóndeocómoencontrarla.Mehecolgadodelcinturónlafundadecueroconcabezadeoso.La llevovacía.Hedejadomi llaveencasa,en lacajadeherramientas.CuandoencuentreladeJack,lameterédentroytodoirábien.Estaráensusitio,despuésdepasartreintaañosescondidaenlaestructuradelatorreNorte.Yamehepuestotresvecesacavarenelpolvoalveruntrozodemetalredondoyafiladoqueparecíaelextremodelmango.Unodelequipoderescate,queconocelahistoria,metraeunallaveinglesaqueacabadedesenterrar.Intacta.Elcinturónwampum,lasplumasdeáguila, todoesosehabráquemado.Pero laspudwrenchha resistido.Meespera.LoqueséesqueestabaenlatorreNorte,arribadeltodo,enelinteriordesucaja soldada. Por lo que parece, en el sector Sur haymenos posibilidades, pero larepresentantedelmuseoacabadedecirquelaesculturaestabaenlasúltimasplantasdelatorreNorte.Eneldoblehundimiento,todosemezcló,puedeestarencualquiersitio. Necesito una idea, encontrar el enfoque adecuado. Soy como un ciego quebuscaatientasunamonedaenlajungla.

Miro cómo las filas de camiones cargados hasta los topes salen del perímetro.Puede estar en el fondo de cualquiera de ellos. Devorada por la pala de unaexcavadora,invisibleentrelosescombros,lostrozosdemetal,losrestosdemuebles.Las cajas de los camiones se vacían en barcazas gigantes amarradas a un muellecercano.


Una noche fui a ver. Decenas de camiones esperaban para vomitar su carga. Lavolcabanunotrasotroenuninmensocontenedorposadosobreelmuelle,queluegounagrúagigante levantaba y trasvasaba.Veinte, treinta camionespara llenarunabarcaza,quizámás.La carga sehumedecía constantemente y luego se tapabaconunalonaenelmomentodesalir.Unodelosguardiasvinoaverificarlavalidezdemiacreditación.No,yonoeraningúncurioso,niunperiodista.

—¿TodoloquesaledeaquívaaStatenIsland?—pregunté.—Sí,aFreshKills,elantiguovertederodeNuevaYork.Loacababandecerrar,

perohanvueltoaabrirloyestánechandoencima todoelWorldTradeCenter.¿Tedas cuenta? Un vertedero… ¿Qué te parece? Por eso las familias están furiosas.Estoysegurodequeahívantrozosdecadáveres.Dicenqueavecessenotaelolor.Sifuerayo,nomeharíamuyfelizpensarquelosrestosdemimujerodemihermanoestánenuncubodebasuragigante…Enfin,tendránqueponerloenalgunaparte.

—Peronolotirantodoenmontones,¿no?Oídecirqueloestabanclasificandoamano…

—Esoparece,peronosénada.Siquieressaberlosdetalles,hablaconeltipodelachaquetaroja.TrabajaenFreshKillsyamenudoacompañaalasbarcazasporelpuerto.Éltediráloquehacen.

Desconfiadoalprincipio,elcapatazmecontóquealllegaraStatenIslandtodose cargaba en camiones que, tras unas cuantas curvas, llegaban a la cima de lamontaña de basura compactada, una colina artificial formada por años y años debasuraneoyorquina.

—Allísedejatodoenelsuelo,lostrozosgrandesseseparanylodemásvaalacinta transportadora.Unejércitode trabajadoresvestidosconmonos loexaminayapartanloquepuedatenerinterés:papeles,trozosderopa,armas,fotos,llaves…

—¿Creequepodríaecharunvistazo?—Niidea.Supongoqueno,porquelascondicionesdeaccesosonmuyestrictas,

hay policías por todas partes. ¿Por qué quieres ir?No es que sea un espectáculointeresante.

—Estoy buscando una cosa. Una cosa que mi padre dejó en las torres, unrecuerdo,cuandolasestabaconstruyendo.Quisierarecuperarlo.

—Enesecaso…Perosisetratadealgomáspequeñoqueunamaleta,másvalequeloolvides,ironworker.Allítodoestátriturado.Hevistocochesaplastadoscomotortitas,camioneshechospapilla.Sitrabajasenelmontón,losabrástanbiencomoyo.Siquieres,puedodarteelnúmerodeunpolicíaencargadodelaseguridadallí.Lepuedesllamar…

—Sí,gracias,loharé.La gabarra estaba llena, cerraron los chorros de agua, colocaron la lona. El

piloto hizo sonar la sirena, la hélice empezó a remover las aguas grasientas delHudson, la embarcación se apartó delmuelle y giró para poner rumbo al sur. Lasiguienteyaseacercabaparaocuparsulugar.


HequedadoconMarydentrodemediahora,solotengotiempoparacambiarme.Haninstaladovestuarios,haceunosdíasquehanprohibidosalirdelperímetroconcalzadoyropadetrabajo.Cadavezsehablamásdelacontaminaciónporelpolvo,elhumoylos venenos en los que estamos sepultados día y noche. Oficialmente, se estánhaciendoanálisismásprecisos.¿Quéestaránanalizando?Dependerádellugarodelmomento.A veces, cuando uno de los fuegos subterráneos encuentra una bolsa deoxígeno y se reactiva, las nubes son tan densas que nos quedamos a oscuras,incapacesdedarconunavíadeescape.Elotrodía, lamangueraquelosbomberospusieronenbateríaalverlanubemecalóhastaloshuesos.Acabéacuatropatas,atientas entre el lodo grasiento, gritando como un energúmeno. He exigido unamáscara mejor y filtros nuevos cada seis horas. He tapado de forma hermética elagujeropor elquepasaelmicrófonocon siliconapero, apesarde todo,devezencuandometragoesamezcladepolvo,humoygas.LedoylalataaAndyparaquesepongalamáscara,peronohaymanera.Hacecomoquelausaporlamañana,cuandoandocercadeél,peroencuantomedoylavueltaselaquita.Hacedíasquenoparadetoser.Haymuchosquetosenasí,unatosprofundayseca.Maryhahabladoconlosmédicos:dicenquepuedesergrave,quenosesabeenrealidadperoquepodríanservenenos peligrosos, en función de las mezclas. Ya ha oído hablar de infeccionespulmonares, enfermedades, riesgo de cáncer. En cuanto me ve, se lanza sobre mimáscara;sehallenadoelbolsodefiltrosderecambioquememeteenlosbolsillos.Mehaobligadoajurarquenomelaquitarépaseloquepase.Ylocumplo,aunqueavecesseaimposible.

LaesperodelantedelSaluggi,unrestaurantequehayenlaesquinadeChurchconCanalStreet.Estabaenelladomalodelacalle,enlazonaprohibida,peroacabaderecibir autorización para volver a abrir. El barrio renace poco a poco, regresan losvecinos,aunquelascallesaúnesténdesiertas.Todavíanosevanaabrirloscolegiosylasfamiliasnoseplantearánvolveracasahastaqueesoocurra.

Marysaledelabocadelmetro,ahíestá.Pantalónpiratablancoyblusaamarilla,cintaenelpelo,escomosibailase sobre laacera.Meve, sonríe, levanta lamano,acelera.Meencantasusonrisa.Hacetressemanasquehavueltoalaeditorial,perolosfinesdesemanasiguehaciendoturnosenlaCruzRoja.Nosvemosporlatarde,cuandoyonotengoturnodenoche.EnEastFlatbush,subarrio,mehapresentadoasuhermana,quellevaunapanaderíadenombrefrancés.Meacuerdodelamiradaquemelanzócuandoentréconlaropadetrabajoenlatienda,dondemeesperabaMary.PantalónCarhartt, botas de cuero y camisa a cuadros, todo limpio y planchado, eluniforme de los obreros. Y cómo cambió sumirada cuandoMary le dijo que eravoluntario en la Zona Cero desde el primer día. Le explicó lo que hacíamos losironworkers,conlossopletes,laorganizacióndelosequiposderescate,elcansancioyelabatimientoqueleíaenlosojosdeloshombressentadosenlasbutacasplegablesdelaCruzRoja,conlasmanostemblorosasylabocacerrada.


Mary ha venido una vez aBayRidge. Le he presentado aAndy, con quien sehabíacruzadoen laZonaCero.Lesonrióabiertamente, leestrechóunbuenrato lamanoy luego se volvió para guiñarme el ojo.Bebimosdos cervezas sentados a lamesadelacocinaypedimostacosalmexicanodelaesquina.CuandoviocómoeraelpisoylahabitacióndeAndy,paredconparedconlamía,conpuertasytabiquesdecartón,sonrióynoquisoquedarse.«¿Noteparecequeyanotenemosedad?»,dijo.

Volvimos andando a su pisito deFosterAvenue,media hora demarcha enunanochetempladadeveranotardío.Losvecinosnosoyeronreírysuspirar,peroaellanoleimportóporqueapenaslosconoce.

EnSaluggilasalaestácasivacía.Enunamesaestálafamiliadelchef;elhornodeladrilloestáapagado.Eldueñocasiabrazaríaalosquecruzanlapuertaparatomaralgo.Sindarnostiempoapedir,nosponedosvasosdechiantisobrelamesa.Echaunojoalasacreditaciones.

—Asusalud.Ustedestátrabajandoahíabajo.Lacasainvitaaunabotella,elijanloqueprefierandelacarta.Yalcafétambién.

Hacecuarentayochohorasquenonosvemos;elsábadoyeldomingoestarádevueltabajolatiendablanca.

—En el trabajo, las cosas vuelven a ser como antes. El ritmo normal de unaeditorial,loscotilleosenlospasillos,loschistesdemalgustodeloscomerciales,lasintrigasentrejefes.Lonormal.Yo,queestoyentrelosdosmundos,graciasatiyalaCruzRoja,avecestengoganasdeagarrarlosporlassolapasysacudirlos.¿Sabesloqueocurreallíabajo?¿Creesqueestohaterminado?¿Tieneslamenorideadeloquehacenesoschicos?¿Deloqueestánsoportando?

—¿Cómoquieresque losepan?Nopueden…Tendríanqueverlo,ynopueden.Es lógico que la gente de las zonas altas empiece a vivir como antes. Está bien,incluso,¿noteparece?

Extiende lasmanos sobre lamesa, sujeta lasmías,memira fijamente con unasonrisatristeyunaluzdepreocupaciónenlamirada.

—¿Quépasa?¿Otravezelhumo?Teprometoquenomequitolamáscaraniparahablar.Mepasoeldíacambiandolosfiltros.

—Noeseso…Bueno,sí,perohayotracosa.Ayercomíconunaamigamédica,nolaconocestodavía.SuhermanoesingenieroenlaZonaCero.¿Oshanhabladodelgasfreón?

—Elgasdelaireacondicionado…Sí,unpoco.Sabemosquepuedeserpeligroso.—¿Peligroso? No me hagas reír. Es mortal. Su hermano le ha dicho que ahí

debajo,enelcentrodelasruinas,enunlugaralquetodavíanosepuedeaccederquellaman«laúltimafrontera»,estáelclimatizadorprincipal.Esunamáquinaenorme,delasmásgrandesqueexisten.Ocupacasilatotalidaddeunodelossótanosydentrotiene toneladas de gas freón, que sirve para refrigerar el aire, como en las neverasviejas.Nosécuánto,suhermanoselodijoperoselehaolvidado.


—Peroyatedigoqueestamosaltanto.Noshablarondeelloaldíasiguiente,ounpocodespués…

—¿Yoshandicholoquehaceelfreóncuandosalealaatmósfera?—Enrealidad,no.Supongoquenodebedesermuybuenorespirarlo…—Esungaspesadoquesustituyealoxígenoalládondeseencuentra.Esoquiere

decir que si entras en una habitación en la que hay una cavidad llena de freón, teasfixiasenunossegundos.Poresoestáprohibidoenlasneveras.

—¿Ylasmáscaras?—No tiene nada que ver con las máscaras. Si no hay oxígeno no se puede

respirar,conosinmáscara.Sinohuyesrápido,puedesmorirporasfixia.Yespera,que es peor: en contacto con una llama, y tú trabajas con un soplete, arde y setransformaenungasparecidoalosgasesdecombatedelaPrimeraGuerraMundial.Noestámal,¿verdad?

—Mierda,¿estássegura?—Soloséloquetehedicho,terepitoloqueledijoamiamigasuhermano.Pero

reconoce que es para flipar. No me puedo creer que no os hayan dado un curso.Tienesquepedirexplicaciones.¿Sabesconquiéntienesquehablar?

—Hablaréconeljefedeequipo,peromeapuestoaquediráquetodoestábien,quelosingenieroslotienentodoprevisto,quenohayquepreocuparsetanto.Esaeslarespuestaatodasnuestraspreguntas.

Estoy agotado y mañana empiezo temprano: vamos juntos en metro hastaBrooklyn.Laacompañoalportal,peronosubo.

—Buenasnoches,Mary.Estanochetengoquedormir.—Buenas noches. Llámame cuando acabes, podríamos vernos en el parque, si

quieres.Creoqueharábueno.Y,por favor, infórmate sobre el freón.El sábadoyopreguntaréalosjefesdelaCruzRoja.

Porlamañana,seloplanteoaunodeloscapatacesalsalirdelosvestuarios.—¿El gas freón? Ni idea —contesta—. Es verdad que hablaban de eso los

primerosdías,peroyanoseoyenadadeltema.Voyaversimeenterodealgo.Peroyasabes,indio,sitienesmiedodeloquerespiras,quizátendríasquepreguntartequéhacesaquí.Enmiopinión,elfreónnoeselpeorvenenoquerespiramos.

Aldíasiguientemelocruzoporlaexplanada.—Oye,hepreguntado lodel freón.Nopasanada.Haymáscomotúque tienen

miedo de un monstruo agazapado en las entrañas del montón, a la espera de laenormefugaquenosdevoraráatodos.Puesnopasanada.Elpeligroerareal,peroyanoexiste.Lasemanapasada,unequipobajóalsubsuelo,hastaelclimatizador,conbotellasdeoxígenoy todo.Era laprimeravezque llegaban tanabajoenelúltimosectorinexplorado.Todoestáaplastado,comolapalmadelamano.Hanhechofotosdeldepósitodefreón:explotóconelchoque.Estádestripado,vacío.Esverdadquehabía toneladas de gas allí dentro, pero salieron con la enorme nube que vimoscuandosehundieronlas torres.Elfreónsefuealcielo,contodolodemás.Nohay


nadaquetemer,muchacho.Almenos,esloquedicen,peronoesrazónparadejardellevarmáscara.Siquieresmiopinión,hayvenenodesobraahíabajo.

Esomerecuerdaquenohecambiadolosfiltrosdesdeestamañana.Tengodosenelbolsillodelachaqueta.Sentadoenelsillóndeunazonadedescanso,desenroscolos filtros a cada lado de la máscara y pongo los nuevos. A mi derecha, dosentrenadores caninos de la policía llenan de agua las escudillas de sus pastoresalemanes.Esosanimalesentrenadosparalocalizarpersonasllegaronmuypronto,el12 o el 13, creo. Cada día recibimos la orden de evacuar durante unos minutoscuando entran, para que no se les mezclen los olores. Van buscando entre losescombros, suben y bajan, olisquean y exploran, seguidos de cerca por susentrenadores que los animan con la voz. A mi lado, uno de los animales —suentrenadorlellamaBilly—llevaentrelasdosorejas,sujetoconunpequeñoarnés,unaparatoconunaantenita.

—Perdone,¿quéllevaahíelperro?—¿Eso?Esunacámaradeinfrarrojos.Billypuedemeterseenlosagujerosylos

túnelesdemasiadoestrechosparaunhumano.Hayunemisoryunaantena:yoveoendirecto en un monitor lo mismo que ve él. Ha sido entrenado para terremotos yaludes,asíqueparaélestesitioesideal.Enfin…seríaidealsiencontraraalgovivo.Llevamosaquídiezdíasysolohadadoconcadáveresotrozosdecuerpos.Niunsolosuperviviente.Nolegusta,empiezaapesarle.Avecessepara,setumbayseponeagemir.

Billymordisquea las botas de su entrenador, juega con sumano.Al lado, otroentrenador acaricia la cabeza de su animal, un pastormuy joven, bicolor, canela ynegro.

—Ayerelmíoestabatanmalquenoqueríacomer.Lollevéalveterinariodelaunidad. ¿Y sabes quéme dijo? Que no es el primero. Los perros se deprimen. Afuerza de encontrar solo muertos, pierden la motivación. Para ellos, localizarhumanossepultadosescomounjuego.Ycuandosiempresepierde,noapeteceseguirjugando. Por cierto… ¿Tienes media hora? Necesitamos a alguien cuyo olor seanuevoparaellos.

—Sí,ibaacomeralgo,peropuedoecharlesunamano.—Vale,muchasgracias.Gary,¿estáslisto?Vamosaledificiodeayer.SigoalosdosentrenadoresdelabrigadacaninadelapolicíadeFiladelfiahastael

exterior del perímetro. Los perros están atados y llevan las patas protegidas confundasdecuerorojo,paraquenosecorten.Pasamospordelantedelantiguobanco,que ahora es un supermercado barato, Century 21. Los muros de sillar gris hanresistido,perotodaslasventanasylosvanoshanestallado.Dentrodebedeestarllenodepolvo.Eledificiosiguientequedómenosdañado,elvestíbuloestállenodetrozosdecristal.Dospolicíascustodianlaentrada.

—Hola,chicos—diceelentrenadorcaninoque,segúnponeenelescudobordadoensupecho,sellamaGaryFreidrish—.Venimosaentrenaralosperros.


—Vale,nohayproblema,peronosepuedepasardeltercerpiso.Los escalones, las paredes, el techo, todo en el interior está cubierto por tres

centímetros de polvo gris, fino y ligero, como el talco. Nuestros pasos levantannubecillasdepolvo.Losperros,quealzan lanarizparanoahogarse,dejanhuellas,comoenlanieve.Enelprimernivel,Garyempujaladoblepuertadecristaldeunaempresa.Enlaplacaquehayalaentradaindicaqueeraunacompañíadeseguros.

—Bueno,Tom,esperadosminutoseneldescansilloconlosperros.Tú…Bueno,¿cómotellamas?

—John,peromepuede llamarCat.Esmiapodo,ypara jugarcon losperrosesmejor,¿no?

—Túlohasdicho.Puesvenconmigo,CatelGato.Pasamosdehabitaciónenhabitación,oficinasabandonadasatodaprisa,carteras

o bolsos sobre las sillas, ropa en los percheros, tazas de café todavía llenas,documentosen las impresoras.Llegamosaunagran salade reuniones.Esextraño,peroalguienhalimpiadolamesaenformadeUylacaobabrillacomosiestuvieranueva en un entorno en el que todo es gris. El ventanal, que ha resistidomilagrosamente,da almontónde escombros.Estamosalnivelde la cabinadeunagrúagigante.Elconductornosmira sorprendido.Gary lemuestraeluniformeparatranquilizarlo,conelpulgarenalto.

—Bueno,Cat,porfavor,escóndeteenelarmariodelcentro.Cierrabienyhazelmenorruidoposible.

—Vale.Memetoenelarmario,entrelasperchasvacías.—Espereunminutohastaquemeacomode,haréalgoderuido.—Deacuerdo,avísamecuandoestéslisto.Colocodoscajasunasobreotraparasentarme,apartolasperchasparanotocarlas

conlacabeza,cierroconcuidadolapuerta.—Vale.Durante cinco minutos, nada, salvo el ronroneo de la grúa, al otro lado del

ventanal, losmotoresde los camiones, la respiraciónde laZonaCero.Luegooigounossusurrosqueseaproximan:

—Vamos,Billy…Vamos,chico,busca,¿dóndeestá,Billy?Busca,busca,vamos,encuéntralo…

Elpolvoloensordecetodo,nooigolospasosdelperroperosíelruidoquehacealolisquear.Dejoderespirar.Depronto,Billyseponealadraryenseguidasereúnecon él el otro pastor, llamado Atlas. La puerta de mi armario se abre. Los dosanimales están sentados sobre laspatas traseras, ladrandoalegrementeymirandoalosentrenadores.

—Estábien,muybien.Québuenosperros.¡Bien,Billy!¡Bien,Atlas!Gary se saca una golosina del bolsillo y se la mete en la boca a Billy. El

entrenadordeAtlashacelomismo.


—Vale,Gato,puedessalir,notevanamorder.Yaves,tenemosquerecurriraestetipo de trucos para mantenerlos motivados. Así están contentos. Les durará unashoras y buscarán por todas partes moviendo el rabo. Pero como solo encontraráncadáveresytrozosdecuerpos,tendremosqueempezarotravez.Allínoquedanadavivo,todoelmundolosabe.Ybuscarcadáveresnoesnuestrotrabajo.

TomleponeaAtlaslacorreayleacaricialacabeza.—Son muy buenos. Son profesionales, lo han demostrado, pero es duro para

todos no encontrar supervivientes.Los hombres están deprimidos por no encontrarnuncaanadie.Losanimalessedancuentaysecontagian.

Salgodemiescondite.Mientrasbajamos,noscruzamosporlaescaleracontresequiposcaninos;sonunosdogosyunperritomuypequeñoquevanahacerlomismounpisomásarriba.

—Gracias,Cat.Lediremosaljefequelosperroshancazadoungatoestamañana.Ánimoparaloquequeda.Cuídate.

—Adiós.Voyallamaramihijaalareservaparadecirlequeheestadojugandoalesconditeconunospastoresalemanes.Ledanmuchomiedo,lamordieroncuandoerapequeña. Por allí tenemos los perros de los aduaneros que patrullan por el SanLorenzo.Notienenprecisamentebuenafama.

Vuelvenalaentradadelperímetro.Yomevoyparaelotrolado.Mijornadahaterminado.

AprimerahoradelatardedecidopasarporelNinoyllamaraAndyparaversiquiere comer conmigo. Este restaurante sirve gratis a todos los que llevan unaacreditaciónWTCyporesolohanbautizadocomo«lacantinadeAmérica».ArtistasdeHollywood,cantantesypolíticosvienenasacarse fotosmientrassirven lasañaalosequiposdesalvamento.Eldueñotieneunalistadeesperadevariassemanasparalosvoluntarios,quellegandetodoelpaís.Amediodíalacolallenalaacera,peroaesta hora no hay tanta gente. Una chica joven y sonriente me tiende un plato deberenjenasrellenas;sucompañeromedaunvasodevinotintoyuntrozodetartadechocolate.Conlabandejaenlamano,echounvistazoalaprimerasala,yluegoalasegunda. No conozco a nadie. Hay unamesa vacía cerca de la ventana, y ahímesiento. Andy no contesta, seguramente habrá apagado el móvil. Empiezo a comercuandooigoaplausosdetrásdemí.Delapequeñahabitacióndelfondo, llenahastalostopes,melleganpalabrasmanidas;lashanusadotantoenlasúltimassemanasqueya no las soporto: «¡Héroe, salvador, ángel guardián!». Están condecorando a otropolicíaoaotrobombero.Cuandotodoelmundoesunhéroe,yanadieesunhéroe.Loschicosquesubieronpor lasescaleras,entreelhumo,conkilosdeequipoasusespaldas,muertos demiedo, conscientes de que no había agua y que solo podríanayudaralaevacuacióndelosciviles,esossífueronhéroes.Nosotrossolohacemosnuestrotrabajo.

Escuchotambiénlaspalabras«ascensor»,«limpiacristales».Hundolanarizenelplatocuandounhombredepeloblanco,deunoscincuentaaños,rasgostensosytraje


oscuro,seacercaamimesa.—¿Mepermite?Meduelemuchísimolaespalda,tengoquesentarme.—Porsupuesto,estoysolo.¿Sabequépasaahíallado?—Ah,sí, síque losé.EsunaceremoniaenhonordeJanDemczur.Yasabe,el

limpiadordecristalesdelatorreNorte.—¿Limpiadordecristales?No,disculpe,nolosé.TrabajoenlaZonaCerotodos

losdíasdesdeel11.Cuandonoestoyallí,duermo.Noleolosperiódicos,noveolatele.¿Quéhapasado?

—Esechico,Jan,esuninmigrantepolaco.Consulimpiacristalessalvóseisvidas,incluidalamía.Esto loorganizaelfabricante,unaempresadeCalifornia.Levanaentregarunlimpiacristalesdeoro.

—¿Conunlimpiacristales?¿Cómo?—El 11 por la mañana íbamos seis en un ascensor exprés, al piso 72. Cinco

hombres trajeados,comoyo,caminode laoficina,yJanDemczur,conelmonodetrabajoylaescoba,elcuboyel limpiacristales.Cadaunoibapensandoenlosuyo,con los ojos fijos en la pared para no tener que mirarnos entre nosotros. Casihabíamosllegadocuandonotamosungolpetazo.Lacabinasetambaleóysedetuvo.Creímosqueeraunproblemamecánico.Enlavidahubiéramospodidoimaginarqueunaviónseacababadeempotrarenlatorre,porencimadenosotros.Esperamosunoo dos minutos, mi vecino pulsó el interfono. Una voz nos dijo, con tranquilidad:«Hayunproblemaenelpiso91».Yluego,nada.

—¿Nooyeronlaexplosión?¿Elchoque?—Nada,pensamosqueelascensor sehabíaaveriado,quizádemaneraunpoco

brusca.Primeroconfiamosenqueloarreglaríanenseguida.Volvimosallamar,peronadie contestaba por el interfono. Empezamos a oler a quemado. Al cabo de diezminutos,Jandijo,consuacentopolaco,quedebíadeseralgograve,quehabíaquehaceralgo,noesperaraquefueranabuscarnos.Yonoestabademasiadoconvencido.Pensaba que se arreglaría solo. Se pusieron a forzar la puerta entre tres. Jan labloqueóconlaescoba.Solovimosunapareddeyeso,conunacifra:«50».

—¿Estabandelantedeunapared?—Sí, una pared blanca.Uno de nosotros dijo que había que volver a cerrar la

puerta o la cabina no podría moverse, pero empezamos a oler y a ver humo.Entonces,JandijoquehabíasidoalbañilenPolonia,queaquellosoloerayesoyqueeramejornoquedarseallí.Cogióel limpiacristalesdelcuboysepusoahoradar lapared.Abrió unhueco conbastante facilidad y luego lo agrandó.El humo se hizomásdenso.Unjovenllevabaunabotelladelecheenlacartera,asíquemojamoslospañuelosenlecheparataparnoslanariz.Empezábamosatenermiedodeverdad.Sila torreestabaenllamas, lacabinasepodríasoltar.Nosturnamosparaexcavarcontodas nuestras fuerzas. Los cascotes caían a nuestros pies. Pronto el calor se hizoinsoportable.Alcabodetrescuartosdehoradimosconunapareddeazulejos,fácilesderomper.


—¿Azulejos?¿Eraunbaño?—Sí,elagujerodabaaunlavabo,enlosaseosdelpiso50.Ampliamoselagujero

ynoscolamosporéluno trasotro,acuatropatas.Elmásgruesopasóel segundo,tirábamos de un lado y empujábamos por el otro. Jan se quedó con elmango dellimpiacristales en la mano. Salimos de allí, cubiertos de yeso, y dimos con losbomberos, que nos dijeron: «¿Qué hacen aquí? Creíamos que todas las plantasestabanvacías. ¡Largodeaquí, rápido!Lasescalerasestánporallí».Tardamosunaeternidadenbajar.Aveceshabíatantohumoqueavanzábamosatientas.Estábamosmásomenosenelpiso10cuandooímosunrugidoinfernal,comountrendesbocadoentrandoenunaestaciónyarrastrandotodoasupaso.Lasparedestemblaban.EralatorreSurcayéndosealotroladodelmuro,peronoloentendíamos.Losbomberosnosgritaban que corriéramos. Llegamos al vestíbulo, bajamos corriendo las últimasescalerasmecánicas,queyanofuncionaban.Abajo, losoficialesparecíanperdidos.Estábamos fuera.En la explanada, busqué la otra torreperono la vi.Penséque lahabía tapado la nube de polvo. No me explicaba por qué había tanto polvo. Unhombresentadoenelsuelomedijo:«Sehahundido».Eraimposible,nomelocreí,penséquedeliraba.Nospusimostodosacorrer.Janestabaamilado.Salimosdelaplaza,llegamosaunacalleyoíotrorugido.Medilavueltayvicómonuestratorresehundíaenelsitio.Mequedépetrificadounsegundo.Nocreíaloqueestabaviendo.Metiréalsueloymearrastréparametermedebajodeuncoche.Cerrélosojosymepuselasmanosenlasorejas,yasípermanecíhastaqueelpolvoseaclaróunpoco.AhíperdíaJanyalosdemás.Cuandovolvíaverle,estabaenlatele.

—¡Joder!Síqueleshasalvadoconsulimpiacristales.Estoyunpocohartodeoírportodasparteslapalabra«héroe»,peroelpolacoeseselahaganadodeverdad.

—¡Ya lo creo!Era el único obrero de la cabina, el único que llevaba algo quepudiera servir de herramienta; todos los demás éramos administrativos. Sin él,hubiéramos seguido la consignayesperado tranquilamenteaqueel edificio senoscayeraencima.Alprincipio,cuandobloqueólapuertaconelmangodelaescoba,meacuerdodehaberpensadoquenostraeríaproblemas,peronossalvóatodos.Fueunasuerteestarenelpiso50.Treintasegundosmástardehubiéramosestadodemasiadoarribayhabríaseismuertosmás.


15

QuebecOctubrede1907

Enestaocasión,elcadáverlohanvistounosadolescentesquehabíanidoaabrevarunrebañoen laorilladelSanLorenzo,cincokilómetrosríoabajode losrestosdelpuente.Terriblementedesfiguradoporlosdíaspasadosenelagua,apresadoentrelasraíces de un sauce, apenas visible desde la orilla. Más de un mes después de lacatástrofe, el río sigue arrastrando cuerposdifíciles de identificar.Todos sabenquelas familias hanofrecidouna recompensa, yque el indioque seha instalado en laposadaBoucharddeSaint-Romualdpagatresdólaressileavisanaélantesquealasautoridades. Un niño con gorra de franela entra en el comedor, pregunta por elmohawkquebuscamuertosyleseñalanaManishRochelle.Estásentadocercadelachimenea,queacabandeencenderenesatardeotoñal,conlaespaldaapoyadaenunaparedylavistafijaenelfondodeunapintadecerveza.

—Perdone,¿esustedelquebuscaalosahogadosdelpuente?—Sí,soyyo.¿Hasvistoalguno?—Sí, creo que sí.Mis hermanos y yo hemos visto uno hace un rato, cerca del

caminodelmolino.Uncampesinoysushijoslohansacadodelagua.Lapolicíaaúnnohallegado.Siquiere,lellevo.

—Vamos,rápido.Coneldineroquetieneahorradodesupaga,Manishhaalquiladouncarrotirado

porunviejocaballogris.Loscampesinosde lasriberasdelSanLorenzoyasehanacostumbradoaverlorecorrercaminosyarenales.

—¿Porquébuscaalosmuertosdelpuente?¿Haperdidoaalgúnpariente?—Avarios.Muchos.Mohawk,miembrosdemitribu.Tengoqueencontrarlosy

llevarlosacasa,másabajoenel río,cercadeMontreal,paraenterrarlosennuestratierra.

—¿Ustedtambiéntrabajabaenelpuente?—Sí.Montabalasvigasdehierro.—¿Ysobrevivióalaccidente?—Yonoestabaenelpuentecuandosederrumbó.—Caray,puessíquehatenidosuerte…


Enmediahoralleganalmolino.Enunextremodelterreno,cercadelagua,hayun grupo de gente. Dos agentes de la policía montada están aún a lomos de susgrandescaballos.

El cadáver está tumbado de espaldas. Hinchado, irreconocible, con la caradevoradaporlasratasylospeces.Manishponelasmonedasenlamanodelniño.

—Márchate,nomires.Gracias.Elgranjerorebuscaconunamuecadeascoentrelaropaempapada.Enunbolsillo

encuentrauntrozodepapeldoblado,quetiendeaunodelospolicías.—Esilegible,sehaborrado.¿Nohaynadamás?—Unas monedas, estadounidenses y canadienses, y una navaja. Nada más,

agente.Manishataelcaballoaunarbustoyseacerca.Lascabezassevuelven,algunosle

reconocen.Mira los zapatos, la ropa, el cinturón, el largo del pelo.Casi rubio, undientedeoro:noesunmohawk.Dadospasosatrásmientrasenvuelvenelcuerpoenunamanta.

—Disculpe—le dice uno de los policías—. ¿Tendría a bien ayudarnos con sucarro para transportarle a La Chaudière? Vamos a llevarle a la iglesia mientrasavisamosa lasfamilias.Pero,conloquequedadeél,novaaserfácil reconoceraestepobrehombre.Esustedindio,¿no?

—Sí,mohawkdeKahnawake.—Ah, ese es el pueblo cerca de Montreal que ha perdido a un montón de

hombres,¿verdad?—Sí.Másdetreinta.Cuatrohermanosdegolpe.—Diosmío…¿Poresoestáustedaquí?—Tengoqueencontrarlosyllevarlosacasa.PerometemoqueelSanLorenzose

vaaquedarconmuchos.Hacediezdíasencontréauno,unprimo,ydesdeentonces,nada.Estenoesdelosnuestros.Súbaloalcarro,porsupuesto.

—¿Cómosabequenoesdelossuyos?—Porelpelo.Nohayningúnmohawkrubio…Bueno,hubodos,perofuehace

mucho.Esunalargahistoria.Carganelcadáverenvueltoenlamantaenelcarro,yelcampesinoyunodesus

hijossesientanen losmontantes.Alpaso,seguidosdeunaprocesióndevecinosycuriosos,recorrenlostreskilómetroshastalaiglesiademaderapintada.Elrumorlosha precedido. Los esperan mujeres llorosas y hombres de rostro grave, con elsombreroenlamano.Elsheriff,conlosbrazoscruzadossobresuprominentebarriga,pideatodoelmundoqueseaparte.Llevanelcuerpoalanaveylodepositanenunastablaspuestasenelsuelo.Unmonaguilloenciendedosciriosylosdejacercadelacabeza.Apartanlamanta.

—¡Uf,enlacaranoquedanmásqueloshuesos!—exclamaeloficial—.¿Cómovamosasaberquiénes?Nopodemossometera lasviudasya losfamiliaresaestehorror.¿Nollevabanada?¿Uncinturónespecial?¿Tatuajes,cicatrices?


—Nadaque lepueda identificar.Aúnnohemosmiradosi lleva tatuajes.Parecequetienelaspiernasrotas,¿no?

Manishsaledelaiglesia,vuelveasubirsealcarro.Secruzaconuncarpinteroysuaprendiz,quecarganunataúd.Elúltimomohawkloencontróenlaorillaoeste,ala salidade los rápidos,díasatrás.Estabaenmejorestado,ypor losmocasinesdepiel enseguida supo que era indio. Era uno de los pocos a los que no conocíademasiado, pero no le resultó difícil reconocerle porque tenía la cara casi intacta.ManishhablóconAngus,supadre,ylepidióqueselodijeraalconsejo,quienasuvezavisóalafamilia.Elsheriff,aliviadodequealguienseencargaradecomprarelataúdypagarlosgastosdeltransporte,leentregóelcadáver.Delocontrariohabríaterminadoenunatumbaanónimaoenlafosacomún,segúnlesconvinieramásalossepultureros.EnviarloentrenhastaMontrealcasiagotólosahorrosdeManish,peroluegorecibióenlaposadaunacartadesupadredondeledecíaquehabíahabladoconJohnFarber.Este leestabaagradecidoe ibaaenviarledineropara reembolsaresosgastosyasumirlossiguientes,encasodequeloshubiera.Noibaadecirnadaalasfamilias;anotaríaesedinerodiscretamenteenotropresupuesto.

Aéltusexplicacionessíparecenhaberleconvencido.Tecreecuandodicesquehicistetodoloquepudisteparaquetesiguieranyabandonaranelpuente,perocon las familiasde lasvíctimasnoes tan fácil.Quierenvenganza,buscanunculpable.Elingenieroneoyorquinoqueseequivocóensuscálculosestáfueradesualcance,asíquequedastú.Casitodospiensanqueundestierrodecincoaños es un castigo demasiado suave por haber traicionado a los suyos y serresponsabledesumuerte.Unocasimepegadelantedelacasacomunal.Aquínopuedocontar loqueestáshaciendopara recuperar loscuerposenQuebec.No lo aceptarían. Creen que es la administración de la obra la que se estáocupandodeello.

Manishdaungolpecitoconellátigoenlagrupadelcaballo.Saledelpuebloyvuelvealaorilladelrío,querecorreunahoraenteratancercadelaguacomoleesposible.Cuandosecruzaconalguienovecampesinos labrandoelcampo, lespidequedenavisoenlaposadaBouchardsidescubrenuncuerpo,yprometerecompensa.

Cuando volvió a Quebec,Manish se instaló en la pensión de los Doucette, dondehabía dejado sus cosas. El segundo día, después del desayuno, el patrón se sentófrenteaél.

—Mike,tengoquehablarcontigo.Séporloqueestáspasando,ytambiénporquéhas vuelto. Buscas los cuerpos de los tuyos, y es una tarea dura y noble. Pero nopuedesquedarteaquí.Tuscompañeroshanmuerto,yanoquedaningúnmohawkenSaint-Romuald. En realidad, ya casi no hay obreros, y los jefes también se están


yendo. Nadie sabe si ese puente se reconstruirá algún día, si las obras volverán aarrancary,detodosmodos,siasífuera,novaaserahora,conelinviernoenpuertas.Dentro de poco vamos a cerrar, eso es seguro, porque pierdo dinero.Así que, porfavor…MehandichoqueBouchardnocierra.

—Ahoraqueno tiene trabajoy encima andahaciendode enterrador, está claroquenovaadejarqueelmalditoindiovivabajoelmismotechoquesuhija…

—Yonohedicho«malditoindio»enningúnmomento;nisiquieralohepensado.Perotienesqueentenderque…

—Bueno,bueno,yaloheentendido.MeiréestatardealapensióndeBouchard.CuandoManish habló conMartine Doucette pensaron que, con la posada casi

vacía, les ibaaresultarmásdifícilverse.«Encambio,si tevasaotrositio,quenoestélejos,podréiravertecuandonoestétrabajando.¡Novanaandarsiguiéndome!»,lehabíadichoMartine.

Enrealidad,Manishyateníadecididoirsealaotraposada.ElestablecimientodeAuguste y Adèle Bouchard, que vivían con sus dos hijos, estaba a menos de unkilómetro ríoarriba.Eraunedificiograndeconstruidocon troncos,dedospisos,ysobre el queondeaba labandera canadiense.Sehabía levantadoenprevisiónde lallegadadetrabajadorescuandoempezaronlasexcavacionesparaelfuturopuente.Lavíspera del derrumbe estaba al completo, pero cuando el joven mohawk abrió lapuertaestabaprácticamentedesierto.Yahacíatiempoquesehabíanabandonadolaslabores de salvamento, los servicios administrativos de la obra habían regresado aEstadosUnidosylosobrerossehabíanvueltoacasa.

—Hola,¿quépreciotienelapensióncompleta?AdèleBouchard,unamujermenudayrechoncha,conlacararedondaenmarcada

entirabuzonesmorenos,levantólavistadellibrodecuentasqueteníadelanteydejólosanteojosenelmostrador.Observóaesejovenesbeltodepielcobriza,mocasinesbordadosconperlas,suspetatesylospalosdejuegoquehabíadejadotrasél,enelporche.

—Si viene por el puente, joven, llega algo tarde, ¿no cree? Ocho de nuestroshuéspedescayeronymurieronconél.Havistoloquequedadelaobra,¿verdad?

—Losédesobra,trabajabaallí.Noestabaarribacuandosecayó.Perotengoqueterminarunacosaymevoyaquedaruntiempo,creoquehastaqueempieceanevar.

Lamujersonrió.—En ese caso, es una buena noticia. Podrá incluso escoger habitación, porque

solotenemostreshuéspedes.Elprecioesmediodólaraldíacontrescomidas,conlaprimerasemanapagadaporadelantado.

Manishsesacódelbolsillounsaquitodeante,volcósucontenidoenlamanoydejócuatrodólaresenelmostrador.


Ahora solo le quedan dos dólares. Si John Farber no cumple su promesa dereembolsarlelosgastos,dentrodepocotendráqueabandonarlabúsqueda.Ypensaradóndeir…

Los días siguientes, Manish deja el caballo en el establo y, por enésima vez,recorreapie laorillaenel lugarde lacatástrofe.Lascopasde losárboles,consushojas de color rojo, amarillo y naranja llameante, anuncian el invierno. El aire esfresco, no tardarán en caer los primeros copos.Los curiosos ya se han cansadodeacudir,elmontóndevigasretorcidashadejadodesermotivoparasalirdepaseo.Aprimera hora de la mañana solo él está cerca del amasijo de hierro. La PhoenixBridgeCompanypagaaunasveintepersonas,entreellasdosingenieros,paravigilarlosescombros,cuyofuturosedesconoce.Loschatarrerosdelosalrededoresqueseacercaron para intentar llevarse los trozos que se podíanmover tuvieron que irse,amenazadosporunosdisparosalaire.Ahí,bajoelagua,tienequehaberdocenasdecuerpos,muycerca,enlatrampadeacero.Solohansacadoalosqueseveíandesdela superficie, en barca. Los demás, en las profundidades, van a desaparecerlentamente. Puede que un día se encuentren huesos, si es que se llega a tomar ladecisión,comoseespera,dequeenelfuturoseconstruyaotropuente.Parecequelospilares de piedra tallada no están afectados, así que seguramente servirán, piensaManish,apoyandolamanoenunodeellos,con lospiesenel fango.Quebecsiguenecesitandocruzarelrío,unacarreterayunavíadetreneneselugar.Conelfrenesíquehayporconstruireneseprincipiodesiglo,notardaránenolvidaralosmuertos.Saludadesdelejosalosguardiasqueestánenloaltodelosterraplenesdelrío,quereconocensusilueta,yrecorrevarioskilómetrosdeorilla.Charlaconunosjóvenespescadoresquenohanvistonada.Estánaltantodelasrecompensas,peroprefierennopensardemasiadoenloscadáveresquereposanbajoelagua.Cuandoregresaalapensión,pocoantesdelmediodía,seencuentraconAugusteBouchard,encamiseta,queestácortandoleñaenelpatiosobreuntocóndearcedeldiámetrodeunaruedadecarreta.

—Mike,elcarterohamandadoaunchicoconunrecado:harecibidodinerodeMontreal para ti. Puedes pasar a buscarlo ahora. Los indios, ¿tenéis una forma dedemostrarvuestraidentidad?

—Sí,tengolonecesario.Gracias,señorBouchard.Se instala en su mesa habitual, saca el puñal de su estuche de piel y lo pone

encimade lamesa.Aesahoraeselúnicoclientedel comedor.Ladueñaacabadedejarle una bandeja con un cuenco de sopa, un trozo de pan y una jarra de aguacuandolapuertaseabredegolpe.

—¡Por todos los demonios, era cierto! ¡Ese maldito indio sigue vivo y se haatrevidoavolver! ¡Tevasaenterarde loquesignificanoatendera loquediceunhombreblanco!Estaveznomevasapillardesprevenido.

NeilDrummond,elrevólverenelcinto,unaporrademaderaenlamano,avanzadospasos.Manishpensóqueestaríaentre lasvíctimas,peroel inglés,queel29de


agosto se encontraba en el almacén, sobrevivió. Camina rojo de ira, con los ojosdesorbitados, oliendo a alcohol. Se pasa la porra a la mano izquierda, apoya laderechaenlaempuñaduradesurevólver.

Manishselevantadeunsalto,abrelabocaconintencióndepedirlequesecalme,dedecirleque,trasloocurrido,unapeleacomoesaesridícula,perosedacuentadequevaaserinútil.EnelmomentoenqueelColtsaledelafunda,antesdequeledétiempo de levantar el brazo y apuntar, el indio vuelca la mesa y la empuja haciadelante. Drummond, cogido por sorpresa, dispara. El tiro va al suelo. Cuando sedispone a apretar nuevamente el gatillo,Manish le da una patada en lamano y ledesarma. Pero el inglés, con la mano izquierda, le atiza con todas sus fuerzas.Manish,queharecibidoelgolpeenplenacara,cae.Drummondseabalanzasobreél.Legolpeaotravezelrostroyluego,agarrandolaporraporlosextremos,selaponeen el cuello y se dispone a estrangularle con todo el peso de su cuerpo. Manishintenta quitárselo de encima, atraparlo con las piernas, pero no puede.Drummondpesademasiadoytienemuchafuerza.Elindioseahoga,seponerojoyunvelonegroempieza a oscurecerlo todo. Las fuerzas le abandonan. Si no hace nada, en pocossegundosestarámuerto.Estiraelbrazoderechotodoloquepuede,tanteaelsueloporreflejoytocaalgoconlosdedos.Essucuchillodecaza,quesehacaídodelamesacuandolahavolcado.Loatrapaentrelosdedos,loempuñay,conlasfuerzasquelequedan, se lo clavaen la espaldaa suoponente.Lahojapasaentre losomóplatos,entre las costillas, y atraviesa el corazón. Drummond, fulminado, se incorpora sinemitirsonidoalguno,sueltalaporraysedesplomasobreelindio.

Con un gemido,Manish se llena los pulmones de aire, tose, escupe. Se quedainmóvil,conlaspiernastemblorosasyelrostrodecolorescarlata,incapazdeapartarelcuerpoqueleaplasta.Elposadero,alertadoporladetonación,acudeatodaprisayagarraaDrummondporloshombros,yloechaaunladosintocarelpuñal.Manishsealejareptandohaciaatrásyvuelvearespirar.AdèleBouchardsecolocatrasél,lecogeporlosbrazosyleayudaasentarseconlaespaldaapoyadaenlapared.Elhijomayorbajalasescalerasdemaderaapuntandoalcomedorconunfusildecaza.

—Mike, ¿está herido? Mike, conteste, ¿puede hablar? —pregunta la señoraBouchard.

Manishintentadeciralgo,peronolesale.Conlacabezaylosojosleindicaqueestáileso,quenecesitarecobrarelaliento.

—¡Malditasea!—AugusteBouchardse indigna—.¡Estoes loquenos faltaba!¡Unblancoasesinadoporunmohawkenlapensión!Esteindioirádirectoalahorca.

—¡No!—grita sumujer—. ¡Yo lo he visto! El otro le ha atacado sinmotivo.Mikeestabasentadoa lamesayyo le ibaa traer lacomidacuandoesteanimalhaentradoyselehaechadoencima.Hasacadolapistolayélnohatenidotiemponideabrirlaboca.SiMikenosehubieradefendido,elmuertoseríaél.Yolohevistotodo,selodiréalapolicía.Élseestabadefendiendo.


—La policía verá que un indio hamatado a un blanco de una puñalada en laespalda,notepiensesquevaavernadamás.

—Tienerazón—murmuraManishmasajeándoseelcuello.Tieneelojoizquierdomedio cerrado, y se está hinchando muy deprisa—. No se van a molestar enentenderlo.Eseesmicuchillo,yyosoymohawk.Simequedo,medetendrán.

Intenta levantarseapoyándoseenlapared,perosecaeysequedasentadoenelsuelo.El hijo de losBouchard apoya el fusil en unamesa, se acerca y le ayuda aponersedepie.

AugusteBouchardrecogeelColtPeacemakerquehadejadoenunamesaalotroladodelcomedor,loagarraporelcañónyselotiendeaManish.

—Creoamimujer,hasidoenlegítimadefensa.Peroeresindioynotedaránlaoportunidad de demostrarlo. Vamos a hacer lo siguiente: te ha agredido, tú te hasdefendidoyoshabéispeleado.Enlapelea, lehasdadounapuñalada.Esodiremosnosotros.Despuéshascogidosuarma,noshasamenazadoynohemospodidohacernada. Márchate ahora mismo, mohawk. Escóndete en el bosque. A unos doskilómetros,siguiendoelsenderodelJabalíhaciaelnorte,hayunapiedraplanamuygrande.Quédateallíhastalanoche.Enviaréaunodemishijoscontupetate.Luego,desaparece. Vuelve a tu reserva o vete más lejos, al Oeste. No vuelvas nunca aQuebec.Conalgodesuerte,saldrásadelante.

ManishcogeelColtyseloponeenelcinturón.—Gracias —dice y, acercándose al mayor de los hijos, añade—: Por favor,

¿puedes ir a la posada de los Doucette y preguntar por Martine? Dile lo que hapasado.Dilequelosiento.

Da dos pasos hacia el cuerpo deDrummond, aferra su puñal y lo saca con ungolpeseco.Igualqueenlacaza,limpialahojasobreelmuertoyluegologuardaenel estuche. Sus antepasados habrían cortado la cabellera al enemigo. Piensa en suabueloyenlashistoriasterriblesquelecontabacuandoerapequeño.

—Nopierdastiempo—lediceelposadero—.Eldisparovaaatraeralagente.Yorecogerétuscosas.Márchate.

Sumujer le tiende un trapo húmedo para que se limpie la sangre de la nariz.Manish se lo devuelve, le da nuevamente las gracias y semarcha con paso lento,abrazándoselascostillas.

Enelpationohaynadie.Sedirigealapuertadeatrás,quedaalbosque.Enpocospasos está bajo los árboles y encuentra el sendero. El aire fresco le sienta bien,recobra fuerzas.Aprieta el pasoy, al poco, empieza a correr sobre lashojas secas.Sabecuáles lapiedraplana,porqueesunode lossitiosadondevaconMartinedepaseo.Sedesvíaa laderecha,porunarroyo,porsisalenabuscarleconperros.Semete en el agua hasta la rodilla y camina corriente arriba unos trescientosmetros.IgualquecuandopescabatruchasdeniñoenlosbosquesdeKahnawake.Cuandoseencuentraconunroblecuyasramasseextiendensobreelagua,salta,seagarraalashojas, trepa un poco y va saltando de un árbol a otro antes de volver a bajar. No


encontraránhuellasdellugarpordondehasalidodelagua.Cortaunaramadefresnoy caminamarcha atrás unos treintametros, borrando sus huellas, y luego vuelve aecharacorrer.Saltadepiedraenpiedrayseagarraalasramasparadejarelmenornúmero posible de pisadas en el suelo. Tras dar un amplio rodeo, a la luz delatardeceradivina la formade lapiedraplana.Buscaunmontículoalgomásarriba,excavaenlatierralaformadeuncuerpo,juntaramassecas,setumbaenelhuecoyse cubre hasta hacerse invisible. De espaldas, con las manos bajo la cabeza,respirando el olor a hojas muertas y hongos, baja el ritmo de su respiración y seduerme.

Ledespiertaunruidodepasos.Aguzaeloído.Sondospersonas,unamásligeraque otra. Se acercan. Saca elColt del cinturón, quita el seguro, se pone de lado ylevantatrescentímetrossumantavegetal.Alaluzdeunfarol,vebailarlosbajosdeunafalda.Martine.Lasiluetasedetienealospiesdelapiedrayllamaenvozbaja:

—¡Manish!¡Manish,soyyo!¿Estásahí?TrasellareconoceenlasombraaunodeloschicosBouchard,conunpetateenla

mano.Esperaunpocoparaasegurarsedequeestánsolosyselevantaentreunsuavecrujidodehojas.Enpocospasosestáasuladoyellaseechaasusbrazos.

—¡Manish,Diosmío,quéhorror!Lapolicíaestáenelpueblo,preguntanatodoelmundositehanvisto.Haninterrogadoinclusoamispadres.

—¿Oshanseguido?—No,hemosestadoesperandomuchorato.Éricconoceunpasosecretoqueva

directamente desde la pensión hasta el bosque. Manish, ¡tienes que huir ahora,rápido!No te quedes aquí o tematarán.—Martine se interrumpe, se echa a llorar,pasa lasmanos por la nuca deManish y le besa—. ¡Memarcho contigo! ¡Nomedejessola,porfavor,llévamecontigo!Estoylistaparairmecontigo.

—Amor, eso no puede ser. He estado pensando.Voy a bajar el río, remaré denocheymeesconderédedía.Unindioenunacanoanollamarálaatención,perounindioconunamujerblanca,¡nopodréavanzarnidiezkilómetros!

Martinesolloza,leabrazacontodassusfuerzas.—¡No puedes hacerme eso, abandonarme! Te he esperado todo el invierno,

¡quierosertuesposa!—Escucha.MevoyaMontreal.Desdeallí,iréalOeste,alotroladodelpaís,al

Pacífico.Encuantomeasienteenalgúnlugarteescribiréytú,siaúnquieres,vendrásconmigo. Dentro de unos meses, tal vez un año. En las nuevas provincias, en lafrontera,nonosharánpreguntas;nadiemebuscará.Haytrabajo,cientosdepuentesporconstruir.Séquenecesitanbuenosobreros,lodijeronenlaobra.Cuandosetieneexperiencia, los sueldos son inclusomejores que los de aquí. La reputación de loscarpinterosdelhierromohawkpuedehaberllegadohastaallí.

Ellasuspira,seponedepuntillasparafrotarlanarizcontraelcuellodesuamado,pararespirarsuolor.Lossollozossecalman.


—De acuerdo, está bien.Hay que irse lejos. Esperaré, esperaré tu carta, estarépreparada.Prométemequemeescribirás,quenovasaolvidarme.

—Micielo, te loprometo.Encuantoencuentreun lugarpara losdos.Ahoraeltrenllegahastaelocéano.Iréabuscartealaestación,telojuro.

Labesa,tomaensusmanossusrizosrubiosyseapartaunpocodeella.—Estoesloquevoyahacerahora:sédóndeencontrarunacanoa,algomásabajo

en el río. Me voy a marchar enseguida, para llegar antes de que amanezca. Peronecesitodinero,nomequedanada.TupadremedijoquemehabíallegadoundineroporcorreopostaldesdeMontreal.Esdelatribu,quemedevuelveloquehegastadoparaenviarlosféretrosaKahnawake.Necesitoquevayasabuscarloymelollevesallugardondeestarémañana.Simevoyconlosbolsillosvacíosnollegarémuylejos.

—Sí,sí.Claro.Conozcoalcartero,esunprimodemimadre.Nopondrápegas.Sivoyaprimerahora,puedequenisiquieraestéaltantodetodoesto.

Manishsesacadelbolsillodelpantalónunacarteradepielbasta,delaqueextraeunahojadepapelamarillentodobladaencuatro.

—Esmicertificadodenacimiento,establecidoenMontreal.Seguroque tevaapediralgúntipodedocumentoidentificativo.

—No te preocupes. Le conozco desde pequeña. Le sonreiré, y no preguntaránada.Creoqueabrealasocho.Después,dameunahoraodosparareunirmecontigo.

—Notengasprisa.Nomemarcharéhastalatarde,pararemarsolodenoche.Sipuedessaliraúltimahoradelamañana,mevale.Tienestiempodesobra.

SevuelvehaciaÉricBouchard,quehadejadoa suspieselpetateenelque sumadrehametido,doblada,laropaquehabíaenlahabitacióndeManish.

—Gracias.Dáselas tambiéna tuspadres.Nuncaolvidaré loquehanhecho.Megustaríapedirtealgomás,loúltimo:¿teimportaacompañaraMartinemañanaporlatarde?MicarroestáenelestablodeLavoie.Podéiscogerloyluegoselodevolvéis;estápagadohastafindemes.

CogelasmanosdeMartineyledice:—Tengoqueirme.Esmejorquemepaselanocheandando,paraquenadieme

vea. Os espero mañana por la tarde en la ensenada de los faros. La encontraréisfácilmente,preguntadporelcaminodelacornisa,estáunosdoskilómetrosríoabajodesdeelpuente.Heidoallíamenudoabuscarahogados.Enesepuntolacorrienteesfuerte,yenlaensenadahaypontonesconbarcosycanoas.Estaréenlamáscercanaalosárboles.Osveréllegar,yesperaréunpocoparaasegurarmedequenooshayanseguido.

SeacercaaÉricBouchardyleenseñaelColtquellevaenelcinturón.—CuandoMartinehayarecogidoeldinero,¿creesquepodráscomprarunacaja

debalas?Esun45.Lasvendenenelcolmado.Atinoteharánpreguntas.Preferiríaunfusil,peronotengodineroparacomprarmeuno.Graciasotravez.

ManishyMartineseabrazan,sebesan,seseparan.Ellalecogeporloshombros.


—Eres el amor de mi vida. Esperaré tu carta. Estaré preparada. Siempre hequeridoiralOeste,noqueríaquedarmeaquí.Cuídatemuchoybuscaunbuensitiodondepodamosvivir.

Manishsesacaporlacabezauncordóndecuero.—Mira:esmiescarabajodepiedra.MelotrajomitíodesuexpediciónaEgipto,

lo compró en el granbazar deElCairo, cercade las pirámides.Me lo dio cuandoempecéatrabajarenelpuentedeKahnawake.Medijoquemeprotegería.—LopasaporelcabellodoradodeMartine—.Quédatelohastaquenosvolvamosaver.Cuidarádeti.

Labesaenelcuello,loslabios,lasmanos.DaunapalmadaaÉricenelhombro,recogeelpetateycorrehaciaelrío.

Por sendas de cazadores, pistas de jabalíes, a cubierto bajo los árboles, dandorodeos,evitandopueblosycaminos,alaluzdelaluna,Manishllegaalaorilla.Enlas últimas semanas la ha recorrido tantas veces que conoce bien el lugar. Laensenadade los faros está ahímismo, al otro ladode esa colina.Un camino correparaleloa laorilla,peroélprefiere caminarpor la arena, juntoal agua.Yacasihallegadoalospontonescuandounsonidometálicoleponeenguardia.Setiraalsueloyreptahaciaunosjuncosempujandoelpetateantesí.Unosguardias,cadaunoconunfarolenlamanoyunfusilalhombro,caminanbromeando.Resultaunpocoraroen plena noche. Tal vez le estén buscando. Pasan a tres metros de donde estáescondido. Una serpiente acuática se desliza entre sus pies y se le enrolla en untobillo.Sabeque ese reptil de reflejosverdes es inofensivo, así que lo cogepor lacabeza y lo coloca entre los juncos. Se quedamucho tiempo en su escondite; losguardiasnovuelvenapasar.

Con el primer canto del gallo, el cielo blanquea por el este y él se estremece.Ahoratienequemoverseyencontrarunlugardondepasareldíacercadelaensenadade los faros.No tardaen llegar.Unpescadorvahaciasubarcayvuelve lacabeza;Manishlesaludaconlamanoysiguesucamino.Andaunosminutosyluego,conlasprimeraslucesdelalba,cruzaloscamposendiagonalyvuelvesobresuspasos.Alaorilla del bosque encuentra unas rocas, entre las que se esconde. Tumbado bocaabajo,escondidobajounasramas,puedeverelpontón.AbreelpetateydescubrequeAdèleBouchardlehametidocomidaenvueltaenuntrapo:carneahumadayuntrozodepan.Comeunpocoyseacomodaparapasareldía.

Cuando se duerme, el sol ya está alto sobre el San Lorenzo. Por la tarde ledespiertanlosgruñidosdeunajabalinaysustresjabatoshozandolatierra.Sepasaelresto del día mirando a los vapores que van río arriba, y a las barcazas de velabajando.

Alcaerlatardelospescadoresregresanalpontóny,yaporlanoche,antesdeloqueseesperaba,vellegarelcarroconelcaballogris.Entrecierralosojosparaaguzarlavistaydistingueaunasolapersonallevandolasriendas.NoesMartine.Éricacudesolo.Manishlevedetenersecercadelpequeñoembarcadero,bajaryllenaruncubo


para abrevar al animal. Espera media hora, da una vuelta amplia para vigilar losalrededoresynoveanadie.Labrumaempiezaadescenderporelrío.Conelpetateenlamano,Manishsaledelamalezayseacerca.ElhijodelosBouchardleve,lesaludaconungesto.

—Martinenohapodidovenir.Sumadresehaenteradoporelcarterodeloquehahechoporti,ytambiénhanvistoelescarabajoquelediste.Nohandichonada,nihanavisado a la policía, pero la han encerrado en su cuarto.Nohaprotestadopara noponerlosentucontrayarriesgarseaquetedenuncien,ymehadadoeldinero—dice,al tiempoque leentregaunsobregris—.Montreal tehaenviadocincuentaycincodólares.Martinehapuestootroscinco,todoloquetenía.

Manishcogeelsobreyseloguardaenelpetate.—EstosonlasbalasparaelPeacemaker.Ytambiéntehetraídoesto.Eljovenabreelarcóndemaderaquehaybajoelasientoysacaunfusildecaza

Darnedecañónrecortado,importadodeFranciaycasinuevo.—Me lo regaló mi padre cuando cumplí dieciocho años. Le diré que lo he

perdido.Seenfadará,gritaráunpoco,peroselepasará.Atiteharámásfaltaqueamí,enelOeste.Detodosmodos,nomegustamataranimales.Hetraídounascajasdecartuchos.

—Éric,nosécómodartelasgracias.Tepagaréelfusil,teenviaréeldineroalapensiónencuantopueda.

—Déjalo,me ilusionapensaren tipor lasGrandesLlanurasopor lasRocosas.Nunca he visto nada tan bonito como la forma en que temiraMartine.Ah, sí, hepensadoquepodríasnecesitaresto.

Estavez,sacadelarcónunremodemaderapulida,pintadocondoscolores.—Gracias,graciasdenuevo.Voyallevarmeunacanoa,peronosabíacómoibaa

apañármelassinunremo,nuncasedejandentro.—Esomismohepensadoyo.Estellevarodandomuchosmesesporelpatiodel

vecino,quenisiquieratienebarco,asíquenosedaránicuenta.Cuidado,alguienseacerca.

Manish se pasa al otro lado de la carreta y se inclina como si estuvierainspeccionandounarueda.Esunpescadorquesedirigealaorilla.SaludaaÉric.

—Notequedesaquí,tevanaver.Hayguardias,puedequetepregunten.Voyabajarporlaorillayesperaréaqueseanochecerrada.Hevistounacanoadebajodelos árboles, un pocomás abajo. Éric, no olvidaré nunca lo que has hecho pormí.Esperoquevolvamosavernosalgúndía.Porfavor,dileaMartinequelaquieromásque a nada en el mundo y que voy a buscar un lugar para que pueda reunirseconmigo.Gracias,amigo.

Manishlerodeaconlosbrazosyleestrechaconfuerza.Eljovenechalacabezahaciaatrásparaquenoseleescapenlaslágrimas.Sesubealacarreta,chasquealalengua,tiradeunadelasriendasparadarmediavuelta,posaellátigoenlagrupadelcaballoysevuelve.Manishyanoestá.


16

NuevaYorkSeptiembrede2011

—Enresumen:nosetratasolodeestaratados.Además,elpuntodeanclajetienequesoportar diez veces el propio peso.Con la aceleración de la caída, una persona denoventa kilos hace que correa y arnés soporten un peso de novecientos. Si estánsujetosaalgoquenosealobastantefuerte,adiós.Cuandolleguenalaobra,encasodeduda,preguntenalcapatazoaunveterano,quelesmostraránlaslíneasdevida.Recuerdenquesipillanaalgunosinestaratado,lemandanabajodeinmediato,sinpaga.

Elaulaestádecoradaconfotosenblancoynegrodepuentesenconstrucciónyrascacielos:elEmpireStateBuilding,elpuenteGeorgeWashington,elRockefellerCenter.Acercadelalegendariaimagendelalmuerzoencimadelaviga,hananotadonombresconflechas,algunostachados,borrados,corregidos.Sobreelcuartohombreempezando por la izquierda, que lleva una gorra negra y tiene un periódico en lamano,alguienhaescrito:«JohnBeauvais,mohawkdeKahnawake».Sonmuchoslosaprendicesquehanpasadoporesasalaycreenhaberreconocidoaalgúnantepasado.La realidad es que sus protagonistas, al igual que el autor de la foto, sondesconocidos.Sesabequelaimagensesacóparaunacampañapublicitariacuandoseconstruyó elRockefellerCenter, y que por entonces, igual que ahora, los hombresnunca habrían tenido la ocurrencia de tomarse un descanso en una posición tanincómoda.

Sentadaenprimerafila,KathrynMartinsvuelveasulibretay,contrestrazosdelápiz,subraya«pordiez».Suvecinode laderecha,unmorenodeanchoshombros,llevatatuadoenelbícepselsímbolodeHarleyconunacalavera,enlugardehuesostieneunpardellavesdecola.Lesonríeyleguiñaelojo.

—Noventakilos,nohayproblema, tieneustedmargendesobra, señorita.¿Quéhace…?

Ellalemandacallarponiéndoseelíndiceenloslabiosydevolviéndolelasonrisa.«Señorita».Asuscuarentaañosresultahalagador,aunqueseguroqueesechicoquepodríasersuhijotieneotracosaenmente.Sediceparasusadentrosquetendráquevolveraponerselaalianzaquesequitóaldivorciarse.Seguroqueélnoeselúnico


quesepreguntaquépintaunamujerconvestidoveraniegoyalpargatasenuncursillodeprevenciónderiesgos:«Seguridadentrabajosdealtura».

El formador, un mohawk de Akwesasne, sí lo sabe, pero no la decena decarpinterosdelhierroa losquehanenviadoalcurso.Setecientoscincuentadólaresportresdíasdeindicacionesbastantesencillas,quesepodríantransmitirenunsolodía.Porsuerte,elperiódicopaga.Lasemanaquevienetienequeasistiraotrascuatrohorasdeformaciónenunasaladelsindicato,Local40,sobreprevencióndecaídas.

Ya hacemás de un año que ofreció al departamento fotográfico delNew YorkTimesunreportajesobrelosmontadoresdeaceroqueestánconstruyendolaFreedomTowerenlaZonaCero,lasustitutadelasTorresGemelas,nuevofaroenlapuntadeManhattan. Nueva York «de vuelta en el cielo», como dicen. Setenta pisos decemento y acero miran ya desde lo alto los árboles y las dos profundas fuentesconmemorativas que recuerdan a las víctimas del 11 de septiembre. Faltan treintaplantas,enlasquehabráquecolocarbulonesysoldarhastaeltecho,quellegaráalos541metros.SeráeledificiomásaltodelhemisferioNorte.Eselmomentoideal.

Jeremy,suamigodelserviciofotográfico,nodabacrédito.—Pero,aver,¿tú tecreesqueeres laúnicaquebuscaese reportaje?Llevamos

meseshaciéndolelapelotaalaAutoridadPortuaria.Nodicenqueno,alfinyalcabosomoselTimes,perotampocodicenquesí.Notelotomesamal,pero¿cómolevanaponerlaalfombrarojaaunacolaboradoraeventual?

—Sí, todo eso ya lo sé, pero déjame intentarlo. Si me lo dan, te llamo y meconsiguesunacitaconeljefazo,¿vale?

—Siloconsigues,dondetendrásunaalfombrarojaseráconnosotros,guapa.Peronotehagasdemasiadasilusiones.

Comoseesperaba,lasecretariadelgabinetedeprensadelaAutoridadPortuariadeNuevaYorkyNewJersey,propietariadelatorreOneWorldTradeCenter,bordósupapeldecancerbero.

—Envíesuproyectoporcorreoelectrónico,ledaremosunarespuesta.Pasaronlosmeses,ynada.Unatarde,cuandosedisponíaapreguntardenuevo,

Kathryn entró en la página web de la Autoridad Portuaria en busca de otrointerlocutorcuandounnombre llamósuatención:«JosetteBazile».Eraunnombrehaitiano.

El año anterior, la fotógrafa había pasado un par de semanas enCité Soleil, elsuburbiomásgrandedePuertoPríncipe,parahacerunreportajesobreunhospitaldematernidad financiado por una organización humanitaria de Texas. La asociacióncorriócontodoslosgastos,peronadielecomprólasfotos.Laemociónquesiguióalterremoto había desaparecido. Su agencia le dijo que una revista francesa estabainteresada, pero por el precio que estabandispuestos a pagar casi podía regalarlas.«JosetteBazile».Entressegundos,Kathrynencontróeninternetfotosdeunamujer


deunoscincuentaaños,mulatadeojosclaros,hoyueloenlabarbilla,moñoenloaltode la cabeza y amplia sonrisa acompañando en una tribuna al jefe de relacionespúblicas de la Autoridad Portuaria en una rueda de prensa. Amplió la foto y laimprimió.

Aldíasiguiente,hacialasdoce,sepresentódelantedeledificiodelaAutoridadPortuaria,enParkAvenue,cercadeUnionSquare.ElUnionBaracababadeabrir.Elcamarero instaló en la terraza una mesa y una silla para ella. Dejó a un lado suportfolio,queconteníafotosenblancoynegro,retratosdemadresyniños,médicosconbata,comadronassonrientes.Noapartólosojosdelaentradadelnúmero225.Depronto,laviosalir.Trajesastreverde,pañueloamarillo.Lessacabaunacabezaalascolegas con las que se dirigía andando a la plaza. Con suerte, como hacía bueno,decidiríancomerfuera,alasombradelosárboles.Kathrynlassiguióyseacercólobastantecomoparaoírsuconversación.Aúneratempranoyhabíamesaslibresenlaterrazadelrestaurante.JosetteBazilesesentóaunadeellas.

—Yomequedoguardando el sitio.Pedidme la ensaladade siempre, por favor,chicas.

—Perdone,¿esustedJosetteBazile,delaAutoridadPortuaria?—Sí,soyyo.¿Quiénesusted?—MellamoKathrynMartins,soyfotógrafa.Llevosemanasintentandocontactar

conusted,pero…—Perdone.Hesalidoacomerconunascompañeras,estaesmihoradedescanso

yestoymuyocupada.Sitieneunapeticióndetipoprofesional,osiquierepresentarun proyecto, pase por los canales habituales. Llame al gabinete de prensa, ellos leinformarán.

—Pero…—Añadoquenomehaceningunagraciaquemeespíenenlaaceraymeaborden

mientrascomo.Adiós.—Lo sé, por favor, disculpe de nuevo. Pero no consigo pasar la barrera de su

secretaria.Verá,acabodevolverdeHaití…—Ajá. Y como tengo un nombre haitiano, a usted le parece que me puede

importunarsilevieneengana.—No, no, en absoluto. He pasado unas semanas en Cité Soleil y me gustaría

mostrarleunasfotos.Seránsolotreintasegundos.Mehabrémarchadoantesdequevuelvansuscompañeras.

—¿CitéSoleil?Allínaciómiabuelo.VinoaNuevaYorkenlosañostreinta.Seacomodóenlasillademetal,suspiróysonrió.—Bueno,disponededosminutos.—Gracias.Aquítiene.Kathrynabriólacarpetadecartónverde.Elreveladolehabíacostadoundineral.

Enlaprimera,unbebédeunosdíasparecíasonreírsobreelhombrodesnudodesumadre.Lasiguienteeraunprimerplanodeunmédicodearrugasprofundasypelo


blancocongafasdemonturadeacero.Otramostrabaunplanogeneraldelascuatrocabañasdemaderaque,unidasentreellas,formabanlaClínicadelaEsperanza.

—Muybien,muyconmovedor,elblancoynegroesprecioso.Pero¿porquémeenseñaestasfotos?EnlaAutoridadPortuarianohacemosexposiciones.

—Queríaenseñarlemitrabajoporquequieropedirleunaautorización,unaqueséqueesdifícildeconseguir,yconvencerlaparaqueconfíeenmí.Verá,megustaríaaccederalsolardelaFreedomToweryhacerunreportajesobreloscaminantesdelcielo mientras ensamblan las vigas. En blanco y negro, siluetas en las nubes, enhomenajealasfotosdeLewisHinecuandoseconstruyóelEmpireStateBuilding.

JosetteBazilesequitólasgafasysuspiródenuevo.—Ah,entiendo…Tienerazón,noesfácil.Mijefatendráunasdiezpeticionesen

sudespachodelasmejoresagencias.—Nomecabelamenorduda.Simeayudaaconseguirlo,nosearrepentirá.Esun

mundomasculino,demúsculosybravuconadas.¿Havistolaspegatinasquellevanenel coche, con pin-ups medio desnudas y lemas de dudoso gusto, tipo: «Losironworkers tienen herramientas gruesas»? Desde hace décadas los fotografíanhombres,siempredelmismomodo.Sipermitequeunamujersubaahíarribaysaquefotos en blanco y negro, el resultado serán imágenes distintas, una formademirardiferente.TengouncontactoenelNewYorkTimesquecreequepodríairenportada.

JosetteBazilehojeólasfotosdeHaití,repasándolasunaauna.—Siempreme han fascinado los ironworkers que se pasean como equilibristas

sobre unos centímetros de hierro. Sé que puedo hacer un buen trabajo. Dentro deunosmeseslaFreedomTowerestaráterminada,yserátanimportanteenelcielodeNuevaYorkcomolofueronensudía lasTorresGemelas.Puedequemás, incluso,debidoal11deseptiembre.Hayquedejarun testimoniodesuconstrucción.Estoyconvencidadequeustedeshacenvídeosyfotos,peromeparecequeyopuedoaportarotramirada.

—Nolefaltarazónenlodeeseuniversomasculino.Avecesresultacasiridículo.SisuojoseposasobreesostíostanmachosigualqueenestosbebésdeHaití…Noleprometo nada, porque la decisión no depende demí. Pero tal vez tenga usted unaposibilidad.Ayer,precisamente, sehablódel tema,y tenemosotra reuniónprevistadentrodetresdías.Envíemeeldosiercompleto,esasfotosdeHaitíyotrosreportajes.Amí,directamente.Yo lapongoenunabuenaposiciónen la listadecandidatosyustedcruzalosdedos.Másnopuedohacer.

—Yaesmucho.Gracias,muchísimasgracias.—Mehaesperadoenlacalle,mehaseguidoymehapuestosusfotosdelantede

las narices. Tiene claro lo que busca. Al principiome ha sorprendido, pero, en elfondo, me gusta. Esto es Nueva York. Si le contara cómo entré en la AutoridadPortuaria…

Kathrynselevantóalverllegar,porelrabillodelojo,alasacompañantesconsusbandejas.


—MehecriadoenBrooklyn…—dijoconunasonrisa—.Mañanaaprimerahoratendrámiportfolioensumesa,conmisdatosdecontacto.Graciasdenuevoyhastapronto,espero.

Esa noche se pasó horas seleccionando fotos. Eligió una serie de una pandillacallejeradelaisladeSanMartín,otrasdearquitectura,dehombresreparandoporlanochelastuberíasoxidadasdelsistemadecalefacciónenunaavenidadeManhattan,entrenubesdevapor.Despuéspulió laredaccióndesupresentacióndelproyectoylasalrededordeveintelíneasdesucurrículumvitae.

En cuanto amaneció, se montó en su bici de piñón fijo. Pedaleó como unabailarinaporelcarrilbici,subióalpuentedeWilliamsburg,pasóentrefurgonetasdereparto,porlacalleDelancey,Bowery,laTerceraAvenidayluegoUnionSquare.Elconserjedeledificiode laAutoridadPortuariasonrióalverquebesabaelsobredecartónantesdedárselo.

—Deséemesuerte.—Noséquéhabráenelsobre,perosidemídependiera,diríaquesísindudarlo

—dijo,mientras veía alejarse a esamujer tan guapa con pantalón deportivo sobremediasnegras,zapatosdeciclistayrizoscastañoshastaloshombros.

Unasemanadespués,acababadeecharseunacucharadademielensucapuccinomatinal,sentadaanteelmapamundiquecubríalapareddelAtlasCafe,debajodesucasa,cuandosonósuteléfono.

—Kathryn, soy Josette Bazile, de la Autoridad Portuaria. Tengo una buenanoticia. Mi jefa ha concedido autorización de paso a Associated Press y TimeMagazine.Perocuandohavistosusfotosenblancoynegrodeloshombresentreelvapor, sobre todo el primer plano de lasmanos, ha aceptado concederle un par dedías.Nisiquierahahechofaltaconvencerla.

—¿Dosdías,dosdíasenteros?¿Enserio?—Porsupuestoquesí.¿Oesquecreequepuedoandarmeconbromas?—Puesmuchas,muchísimasgracias.—¿Quélepareceríaregalarmeesafotodelosguantes?—Claro,quédesela,quédeselaseriecompleta.Siquiere,tambiénlepuedofirmar

ladeHaití.—Gracias,laverdadesquesí,megustaríatenerunaodos.Bueno,lepasoconmi

ayudante.Comopuedeimaginarse,paraaccederaestetipodeobralanormativaesmuyexigente.Hayquehacerunoscursillos,portemasdeseguros.Élseloexplicará,lellevaráalgodetiempo.

—Deacuerdo.Haré lonecesario.Lo importante esquepueda estar ahí cuandoempiecenaensamblarunanuevaplanta,antesdequeponganlasredesdeseguridadenloslados,paratenerdefondoelcieloylasvistasdelaciudad.

—Nosepreocupe,podráplanificarlocomodesee.Levoyaconcertarunacitaconla jefa del gabinete de prensa y con uno de nuestros vicepresidentes. Después lepresentaremosaljefedeobra.Felicidades,puedeavisaralNewYorkTimes.


Unasemanadespués,aliniciodeltallersobreprevencióndecaídas,enunasaladelsindicatoenParkAvenue,elmonitorpidealosasistentesquesepresenten.Kathryndeja que una decena de hombres, aprendices que rondan los veinte años, tomen lapalabraporturnos.DosdeellosvanaempezarsucursillodefindeformaciónenlaFreedomTower.

Kathryn se pone de pie. Ha subrayado con lápiz negro su mirada clara, elbronceadodestacalaspecasquelecubrenlasmejillas.Estavez,nadadevestido:sehapuestounostejanosyunacamisanegrabordada.

—Hola.MellamoKathrynMartins.YotambiénvoyasubiralanuevatorredelWorld Trade Center, pero no para ensamblar vigas. Soy fotógrafa y me hanautorizadoapasardosdíasarribaparahacerunreportajesobrelosironworkersque,sitodovabien,sepublicaráenelNewYorkTimesMagazine.

—Ah, vale, fotógrafa —dice el instructor con acento de Brooklyn—. Nuestraprofesión empieza a feminizarse; ya he tenido varias mujeres en los cursos deformación,pero,sinánimodeofender,meparecíaqueno tieneustedelperfilparaello,niporedad,niporfísico.

Pasanunahoraentrenándoseenponerseloschalecosdeseguridadquehacedidola marca Rigid Lifeline, acostumbrándose a los arneses y las correas, abriendo ycerrandomosquetones.

—Si se caen, esto no les garantiza que salgan ilesos; probablemente saldránheridos, pero sobrevivirán—dice el instructor, unmontador de acero jubilado trasveinticincoañosdemarchaenelcielo—.Estosuponeunagrandiferenciarespectodelas generaciones anteriores.En los añosveinte, cada año, el diezpor cientode losmontadoresdeacerodeestepaísmoríano resultabanheridosdegravedad.Eldiezporciento.Eso significaqueencincoaños seperdía lamitadde lamanodeobra.Pero daba igual, siempre había inmigrantes para sustituirlos. También marinerosacostumbradosatreparporlosmástilesotiposdispuestosatodocontaldetrabajar.Alafamiliadelmuertoledabandoscientosdólaresparaelentierro,ylistos.CuandoempecédeaprendizenelpuentedeVerrazano,sedecíaquelosmontadoresdeaceroentrados en años no existían.—Tras una pausa, alza lamano derecha,muestra supulgarconunafalangeamputadayprosigue—:Ahoraseguimossufriendodañoseneloficio,peroyanonosmorimos tanto.Creoqueelañopasadonohuboniveintemuertosentodoelpaís—dice,mientrastiradelacorreayselacolocaenlaspiernas—.Cuandolaadministraciónylasaseguradorashicieronobligatorioelusodelarnés,afinalesdelosañosochenta,huboquienprotestó,sobretodoentreloslocosdelosconectores. No querían. Decían que les estorbaba, que limitaba su libertad demovimientos,yqueeramáspeligrosoqueotracosaporque,encasoderiesgo,comounavigaquellegademasiadorápidoouncablequesesuelta,nosepodríanmoverlobastanterápido.Perocuandovieronasuscompañeroscolgados,heridosogolpeados


pero vivos, lo entendieron. Aún protestan un poco, para que no se diga y porpresumir,peroyanohayqueandarvigilándolosparaqueseaten.Cuandoaunoseleocurredesatarse,elcompañeroquetienealladoseocupadeecharlelabroncay,sisevuelveadesatar,loechan.

Antesdefirmarlahojadeasistencia,Kathrynseapuntaelcorreoelectrónicodelinstructorydeotrostresmontadoresdeaceroprincipiantes,alosqueprometeenviaralgunafoto.

El pelirrojo le pide su número de teléfono, y ella le escribe, en el dorso de unsobre,unadireccióndee-mailinventada.

—Estupendo,teescriboynosvamosatomaralgoundíadeestos,¿teparece?—diceél.

—Claro, Mike, escríbeme. Te llamasMike, ¿no? Te contestaré, pero no estoysegura de que vaya a tener tiempo.Este reportajeme va a tenermuy ocupada.—Levantalamanoizquierdayleenseñasualianza—.Alomejorvoyconmimarido,peronoteprometonada.

Lasonrisaseborradelacaradelchico,quedoblaelsobreyseloguardaenelbolsillotraserodelpantalón.

Un lunes por la mañana, tres días después de haber recibido en su cuentabancaria,queestabaennúmerosrojos,unanticipodecincomildólaresdelNewYorkTimes, JosetteBazile, su joven ayudante, un ingeniero de laAutoridad Portuaria yunodelosjefesdeobraesperanaKathrynantelaverjadelaFreedomTower.ÉricChang, reportero del departamentoMetro que va a escribir el artículo, también hallegado.Laagregadadeprensalesentregalospases,dondepone«OneWorldTradeCenter–Entradaacompañada»,ydoscascosdeobramarcadosPORTAUTHORITY.

—Kathryn,Éric,lespresentoaBruceMarron.BrucehaseguidoelproyectodelaFreedom Tower desde el primer día, lo cual, como se pueden imaginar, tiene sumérito.Les dejo a su cargo.Él les explicará lo que van a ver y luego le pasará elrelevoaEthanMiller,deDMCErectors,laempresaquecontrataalosironworkers,paradarlesmásconsignasdeseguridad.

—Hola,esunplacertenerlesaquíestepardedías.Sondosdías,¿verdad?—lesdice el joven—.La semanapasadaestuvoconnosotrosunequipode televisióndePBS,sequedaronmásdías,peronoestabanautorizadosasubiralomásalto.Porloquemehandicho,hanhechoustedes todos los cursillosy lesvamosapresentar anuestrosequiposestrella,losdealtura,ahíenlasnubes.

—Kathrynhahecho los cursillos, peroyono—precisa el periodista—.Ella esquiennecesitaacercarselomásposible;amímebastaconhablarconellos.

—Nohabráproblema, tendrá tiempodesobra.Aveces losobrerosnosonmuyhabladores,perocuandosetratadesutrabajoydelaconstruccióndeestatorre,selessueltalalengua.

Enlapareddeunbarracónprefabricadoquesirvedeoficina,eneláreatécnica,cercadelaentradadelatorre,BruceMarronlesenseñaelalzado,entrespartes,dela


FreedomTower.—Ahorapreferimosdarlesunombreoficial:OneWorldTradeCenter.«Freedom

Tower»esmuybonito,unaideadelgobernadoranterior,peroeraunpocodemasiadosimbólico.Podíaconvertirseenunnuevoobjetivoparalosterroristas.RecuerdenquehubodosintentosdehacercaerlasTorresGemelas,elprimeroen1993.Cuandoestaesté terminada, las empresas particulares, no solo las oficiales, que no tendránelección,debenquererveniratrabajaralrascacielosmásincreíbledelmundo.

Con el bolígrafo indica, sobre el plano, las gruesas columnasde cementoy lasplacasdeaceroquerefuerzanelvestíbulo,deunaalturadeveintepisos.

—Hayquienlollama«elbúnker»,peronosotrospreferimosllamarlo«elpodio».Esunaestructuraindestructible,apruebadeuncamiónbombaenlacalle.Elprimerdiseñopropuestopornuestrosarquitectossedesestimóporquealapolicíalepareciódemasiadofrágil.Huboquepararlasobrasyreforzarlatorre.Paraevitarqueparezcaunbúnker,lavamosarevestirconvidriotemplado.

—Tengounapreguntaquesupongoquelesharánmuyamenudo:¿hanprevistoelimpactodeunavióndelíneacontralatorre?—inquiereÉricChang.

—Desde luego. Es imposible no hacerlo. Las Torres Gemelas cayeron porque,paraganarmetroscuadrados,pordentroestabanhuecas.Laestructuraexternaeraloquemanteníaelconjunto.Ensumomentofuealgoinnovador,ymuyrentableparaelpropietario, pero, como tristemente se vio, en caso de incendio era frágil. En estecaso,elarquitectoDavidChildsylosingenieroslohanhechoalrevés:latorreestáconstruida alrededor de un núcleo de hormigón reforzado. En algunos puntos lasparedesalcanzanungrosordeunmetroochenta.Esunhormigónrevolucionario,enel que hay productos químicosmezclados con agua paramejorar la resistencia. Sehan pasadomeses haciendo pruebas. Los que se encargan de fabricarlo lo llaman«acerolíquido».Yaveránlosmuros:sontandensosquecasiparecenmármol.Hayquinientasmiltoneladas,¡suficienteparaconstruirunaaceradesdeManhattanhastaChicago!Tres aviones como los del 11de septiembreno conseguirían tumbar esterascacielos,seloaseguro.

—¿Encuántospisosestáyamontadoelrevestimientodecristal?¿Lamitad?—Un pocomenos: cuarenta—contesta EthanMilter, deDMCErectors—.Ese

trabajo le corresponde a otra empresa. Lo nuestro es montar la estructura, elesqueleto. Eso es lo que le interesa, ¿no?Vamos a verlo, ya he avisado al primercapataz.

Deunacajademaderasacaelarnés,consuanillometálicoenlaespalda,yselotiendealafotógrafa.

—Póngaseesto.Entran en el vestíbulo, del tamaño de una catedral: cemento y acero que unos

obrerosrecubrenconpanelesdecristal.Pasandelantedelasescalerasdeemergencia,dondeunoscarpinterosestánponiendopuertas.Dadoquelosempujonesylosatascos


ralentizaronlaevacuacióndelasTorresGemelas,diezañosatrás,aquísehadobladolaanchuraqueexigelanormativaparalaspuertas.

—Lomásimportanteesqueestaránpresurizadas,paraevitarquepaseelhumoencaso de incendio—diceBruceMarron—.El verdadero peligro cuando hay fuego,másquelasllamas,eslaasfixia.Aquí,cuandoseabraunapuerta,unacorrientedeaire se llevará el humo del interior al exterior. Con estosmuros de cemento seránbuenos refugios. Además, hemos previsto una serie de ascensores en una caja decemento aún más sólida, reservados para los bomberos en caso de que hayaproblemas.Entotalhabrásetentaytresascensores,losmásrápidosdelmundo.

Las primeras cabinas ya están funcionando. Entran en una de ellas, en la quesuenaunacancióndeREMqueanimaalosobrerosamarcarelritmoconelpie.Lossaludossehacenconunmovimientodecabeza.Primeraparadaenelpiso39,queyaestá acristalado. Están colocando el suelo, y los mecánicos se cruzan con loselectricistas.Una flecha dibujada amano con aerosol naranja fluorescente dirige aotraseriedeascensores:«Expréstodoeldía».

Semetenenotracabina,concierrede rejas,alfombradade trozosdemaderayaluminio. El suelo se pierde bajo una capa de cemento reseco. Fin de trayectoprovisional,piso70.Aquí todavíano sehanpuesto los revestimientosexternos.Elviento salado de la bahía, que en la planta baja es inexistente, atraviesa la red deplásticoverdequeenvuelveeledificiocomouncapullo.

—Abróchenselachaqueta,hayquesubircincopisospor laescaleraexterior—diceEthanMilter,alzandolavozsobreelrunrúndelmotordelasgrúascanguroquetienensobresuscabezas.

Los escalonesmetálicos están como suspendidos sobre el vacío. Las vistas delpuertosonextraordinarias.UnavigaenIdeveintemetrossubeanteellos.Secruzanconunosmontadoresdeaceroquebajanllevandoenelcinturónsusllavesdecola,unapalancaydospesadosbolsillosparabulones.Saludanllevándosedosdedosalaviseradelcasco,dondebrilla labanderadebarrasyestrellas.Enelúltimopiso, laescaleradesembocadirectamente enuncontenedor transformadoenvestuario.Unapuerta,yahíestálaterraza,conotrostrescontenedoresformandouncuadrado.Unode ellos está pintado de amarillo y verde, los colores de la cadena de bocadillosSubway.

—Auningenieroseleocurrióusarloscontenedoresparaestabilizarelesqueletomientrasseconstruye.Noestámal,¿verdad?—diceBruceMarron—.Sirvendesaladedescansoode reunión.Se izancon lagrúay subencon lospisos.Encuantoalrestaurante, hicimos una licitación y el propietario de unos Subway en la ciudadrespondió.Aestaaltura,siloshombrestuvieranquebajarparacomeryluegosubir,nolesdaríatiempo.Encambio,asílossándwichesvienenaellos,yhaycafécalientelasveinticuatrohoras.

Almirarhaciaarribaven,conelcieloazuldefondo,aunosconectoresapuntodecolocarlavigaquehanvistosubir.Unoencadapunta,enequilibriosobrelatercera


partedesussuelasplanas,yotromásguiandolapiezaconelcable.Paraensamblarlatorre más moderna del mundo repiten gestos que no han cambiado en seisgeneraciones. La viga se acerca despacio, centímetro a centímetro. Toca los doslados;noirámuchomáslejos.Deunsalto,elconectordeladerechasesubeencima,yconunamanoaparta lacorreaquese lehaenredadoenelbrazo.Seestabilizay,gritando «¡Ven aquí, gordita!», salta sobre el metal. Se sienta, se inclina paracomprobar laalineaciónde losagujerosde fijación, saca la llavedecolaymeteelextremopuntiagudoenunodeellos.Hacepalancaparaganarlosescasosmilímetrosquelefaltanparaalinearlosagujeros.Elacerorechina,lavigaencajaensusitio.Dosbulones,treintasegundos.

—Yaestá,Gun,ahoratú.KathryncogesuNikon,fijaunteleobjetivodetrescientosmilímetrosyseasegura

deque la tarjeta dememoria esté en su sitio. Se centra en el otro ironworker, quepateaunavigasinconseguirmoverlaunápice.

—Estebicho tienepor lomenosmedio centímetrodemás,no sepuede.Anda,sacaelsopleteycompruebaelniveldelasbotellas,voyarecortarlaunpoco.

—Prepárese —le dice Ethan Milter a Kathryn—. Van a salir unas chispaspreciosas. Dicen que estas vigas han salido de fábrica con la medida ajustada almilímetro,quetodosehaceporordenador,perocadadospor tresnosencontramosconquelasfijacionesnosealinean.Loschicoslorectificansobrelamarcha,comocuandosemontóelChryslerBuildingenlosañostreinta.Enfin,quelosbulonesdelatorredeltercermileniosesiguenatornillandoamano.

Trascomprobarlossistemasdeseguridaddelafotógrafa,laautorizaasubirseaunabandeja,unapequeñaplataformaequipadaconunared,destinadaarecogeraunapersonaencasodecaída.Desdeeseángulonosepierdenadadelprocesodecorte.Trasunahoradefuego,esfuerzoypalabrotas,lavigaquedaalineada,ylosprimerosbulones, puestos. Los conectores, verdaderas estrellas de la obra, bajan y ceden elsitio a los atornilladores que, con sus herramientas neumáticas, aprietandefinitivamentetuercasdeltamañodelpuñodeunniño.

—Vaaserlahoradeldescanso.Siquiereconoceralprimercapataz,leavisoparaquevengaalSubway.

Sobre sus cabezas ven que una de las grúas, sin carga, se está sacudiendo unpoco,conmovimientosquenoparecenmotivadospornadaenparticular.

—¿Eso?…Eselgruistasaludandoasuhermano.Tienenuncódigosecreto.Sontreshermanos,italianos,losmejoresprofesionalesdelacostaEste.Tepuedencolocarunavigaencimadeunahueverasinromperloshuevos.CuandolostresestánenelcielodeNuevaYorksehablanenlasnubes.Avecessoloestándos.Delostres,dossongemelos,yseparecentantoquenuncasabesconcuálestáshablando.Aljefenole gustan nada sus jueguecitos, pero nunca protesta porque, al menor reproche,saldríande lacabinaparanovolver.Enestasobras losgruistassonfundamentales;comonorespondan,solotraenproblemas,retrasosyaccidentes.Algunos,comoese,


recibenpagasextraporrendimientoquedaríanmuchaenvidiasisesupieraacuántoascienden.Porfavor,nopongaesoensuartículo…

A las once ymedia, la fila se va alargando delante del contenedor deSubway.Ethanpresentasupaseyvanaunamesacercadeunaventana,convistasalvértigo.Alpoco,unmohawkdeunoscincuentaaños,conunwalkie-talkieenlamano,entraen la salay losbuscacon lamirada.Ethan lehaceungestoyél seacercaaellos,cojeandoligeramentedelapiernaizquierda.Llevaelpelo,casigris,unpocolargoyrecogidoconunagomapordetrás.Algunoscabellosseescapandeuncascoconloscolores de Bethlehem Steel, el gigante del acero desaparecido en 2003. No llevaherramientasenlacintura.

—Hola,soyJohnLaLiberté,primercapataz.


17

NuevaYorkOctubrede2001

Los guardias nacionales que vigilan la entrada de la zona prohibida no sospechannada: tres hombres vestidos con ropa de faena, uno empuja una carretilla con unabotella de oxígeno, sopletes y una bolsa de deporte. Saludan y tienen los pases enregla. Son las tres de la madrugada en la esquina de Canal Street; es demasiadoprontoodemasiadotardeparaelrelevodelosequipos,perodaigual.

—Vale,chicos,tenedcuidadoahíabajo.Dosmanzanasmásallá,enlugardeseguirrectohacialaentradadelaZonaCero,

lossilenciososhombresconcascosnegrosajustansusmáscarasdegasygiranhaciaBroadway.SedetienenenlaesquinadelacalleCortlandt.Elcercadoquedelimitalazona de búsqueda está a cincuentametros. Elmás alto coge la palanqueta que vasujetaalabotelladegas,miraatodosladosyseacercaaunapuertarecortadaenlapersianadeungaraje.Losotrosdossequedanvigilandoenelcruce.Elprimerofingeestar esperando. Un camión y un Jeep de los bomberos pasan con todas las lucesencendidas.Lastressombrasbajanlacabeza,sevuelvenhaciaelmuro.Lanubedepolvoseposadenuevo.Todovabien.Lacerraduracedeconunchasquidoaltercerintento.Entran,cierranlapuertaylabloqueanconunabridadeplástico.Enciendenla luz roja de sus linternas frontales. Están inmóviles. Ni un ruido. Levantan lasmáscaras, se lasponenen lanuca.Lascenizasyelcementosehandispersadoportodas partes, ahogan los sonidos.Hay huellas de pasos entre los coches.Llevan labotellarodandohastaunapuertaqueconducealossótanos.Elmásalto,quedalasindicacionesporseñas,enciendelaluzblancadelalinternaybajaabriendocaminoalosotrosdos,quellevanlabombonaalhombro.Soncuatropisos.Sacadelbolsillounahojadepapel,ladesdobla,iluminaunplanotrazadoamano,señalaconeldedo.

—Esallí,murodelfondo.Seguidme.Conunacintamétricatomamedidasenelsuelo.Tresmetrosaunlado,cincoal

otro.—Aquí.Trazacontizaunacruzsobrelapared,seapartaparadejarqueelmásbajitodéun

primergolpeconlamaza.


—¡Espera! Espera a que hayamás ruido.—El zumbido de unamáquina hacetemblareltecho—.¡Ahora!

Conunadocenadegolpesabreunhuecoenlapared.—¡Para!Noosmováis.Luego, trasuna indicacióndecabeza,empiezanadesmontar lapared, ladrilloa

ladrillo.Cuandoelpasoeslobastantegrande,elmásaltoapagalalinternaycruzaalotrolado,dondeselotragalaoscuridad.Vuelvealcabodediezminutosyasomalacabezaporelbutrón.

—Meparecequeesaquí.Vepasándomelostrastos,despacio.Entranenunsótanollenodeescombros.EstándebajodelaexplanadadelWorld

Trade Center. El edificio que tienen sobre sus cabezas, que estaba al lado de lasTorresGemelas,sehahundidoenparteyelrestosehaquemado.Vuelvenaencenderlaluzrojadelaslinternasyavanzanpegadosaunapared.

—SielplanodePeteestábien, tienequeestardetrásdeestosescombros.Hayqueencontrarlamaneradepasar.Lodejamostodoaquíydespuésvolvemosporlasherramientas.

Escalanuntrozodemuro,trepanporunacamionetaaplastadayvanapararaunahabitaciónmáspequeña.Aladerecha,dosplanchasdeacerobrillanenlaoscuridad.

—¡Joder!¡Ahíestánlaspuertas!Unruidometálicoresuenaenelsótano.—Laluz—susurraeljefe.Apagan las linternas, se agachan detrás de unCadillacSeville intacto, cubierto

portrescentímetrosdecenizas,yesperanunratosinmoverse.—¡Vamos!Bajolaluzrojadelaslinternasaparecenlospicaportesylaruedadehierrodeuna

cámarablindadacuyapuertaeslobastanteampliaparaquesepuedanponerdelantecuatro hombres mirando de frente. Encima se puede leer: ALLIED SAFE AND VAULT,FABRICANTE.SPOKANE–WASHINGTONSTATE.

—Tim,túestáspirado.¿Quieresqueabramosestoconunsoplete?¡Niensueños!Inclusoconplasmanecesitaríamosdosdíasparahacerunagujero.Hacerunagujero,noabrirla.Yodigoquenos larguemos,peroya.Losabía,no tendríamosquehabervenido,estegolpenosquedagrande.Notenemos…

—No me jodas y cállate, que nadie te ha obligado a venir. Vete a buscar eloxígenoynospondremosconlasbisagras.Siceden,lapuertaseabrirá.

Acercanlabotelladegasalapuertademetal.Lossopletesestánencendidos,delabolsahansacadotantolasmáscarascomolosguantesdesoldador.Cuandolallamaseponeazul,laacercanalacero,queprimeroseennegreceyacontinuaciónseponerojo, pero no cede. Insisten, juntan todas las llamas en elmismo punto.El círculoescarlataseagranda,perolapuertasigueintacta.

—Yatelohedicho,noescomolasantiguas,estanotendrámásdeveinteaños.Esunaaleaciónmoderna.Conoxígenoes imposible, estamosperdiendoel tiempo.


Hemosdelargarnosyvolverconplasma.—Rich, cierra el pico. Nunca dije que sería fácil, ni que estuviera seguro de

conseguirlo.Perolovamosaintentar.Piensaenloquehaydetrás.Unaoportunidadasísolosepresentaunavezen lavida.Hasidounasuertequenosdieranelsoplo.Quizá tendríamos que volver, pero a lo mejor no podemos. Mientras tanto, aquíestamos,asíquevamosaseguir.Ajustalallamalomáscalientequepuedasyapuntadondelohagoyo;sinmoverelsoplete,concentraelfuego.

Elcírculorojoyanocrece,sinoqueseponegranate,perolapuertaresiste.—Paraddossegundos.Timapagaelsoplete,sacadelabolsauncincelyunamaza.Colocaelcincelenel

centrodelmetalenrojecidoygolpeacontodassusfuerzas.Apenashaceunarañazo.—Hayquejoderse,¿dequécoñoestáhechaestaaleación?Golpea otras diez veces y la bisagra al rojo vivo empieza a enfriarse,

indestructible.—¿Yconunaradialcondiscodediamante?—Puede,aunquenoestoysegurodequefuéramosaconseguirlo.¿Ydóndecoño

laíbamosaenchufar?¡Tampocovamosabajarconungenerador!Derepente,ungolpesordo,metalcontrametal,resuenaenelsótano.Otromás.—¡Unaluz!Escondedlotodo.Cierraeloxígeno.Una puerta de doble batiente se abre en el otro extremo del sótano. Linternas

potentesbarrenlaoscuridad.Lostreshombres,agachados,oyenunasvoces.Eljefesusurra:

—Rich, tú llevas la bolsa. Tom y yo, la bombona. Si nos quedamos, estamosperdidos.Nospiramos,nohayqueolvidarsenada.

Las luces giran a la derecha y se alejan. De puntillas, vuelven a salir por elagujerodelmuroalaparcamientovecino,escondenlabotellaylossopletesdebajodeunacamionetadereparto.Subenlosescalonesdedosendos,cortanlabrida,abrenlapuertadelgaraje.LacalleCortlandtestádesierta.Nadielosvesalir,cierranlapuertaencajandolacerradura,seponenlasmáscarasysealejancaminandotranquilamente.

EslasegundavezqueDouglasO’Keefe,tenientedelacomisaríadeParkSlope,enBrooklyn, entra en el sótano. La víspera había recibido orden de acompañar a undestacamento de bomberos, policías y montadores de acero para comprobar laestabilidad de una rampa, construida para acceder a los sótanos del edificio 4 delWorld Trade Center. No acababa de entender la urgencia de la operación, ni laconsignaqueleshabíandadodemantenerelsecreto,hastaquesehaunidoaellosungrupodeexpolicías,miembrosdelaempresadedetectivesKroll.

—¿Ven esas puertas de acero al fondo?—les dice uno de ellos—.Detrás haydoscientos cincuenta millones de dólares en lingotes de oro y plata. Ochocientassesenta toneladas amontonadas en palets. Es la reserva de cambio del bancoNova


Scotia,deToronto.Cuantoanteslasaquemosdeaquíylallevemosaunlugarseguro,mejor.Losrumoresdequehayuntesorodebajodelosescombrossoncadavezmásinsistentes.

—¿Asíqueeracierto?Unbomberoenfocaconlalinternaelladoderechodelaspuertasmetálicas.—¡Eh,venidaveresto!O’Keefe ilumina las quemaduras del soplete, recorre con el haz de luz toda la

puerta,ponelasmanosenlapared.—Demonios, está caliente. Se acaban de marchar. Los hemos interrumpido.

Mirad las marcas del cincel, ahí. —Agarra su Motorola—. Central, central, aquíO’Keefe,segundosectorWTC4…

Laradiochisporrotea,peronohayrespuesta.—Estamosmuy abajo, no hay cobertura. Jones,Marti yRourke, quedaos aquí.

Sacadlasarmas.Voyaavisaralcuartelgeneral,volveréconlaGuardiaNacional.—Sevuelvehacialoscarpinterosdelhierro—.Vosotros,porfavor,cortadesasviguetas,limpiadelacceso.Queremosacercartodoloposibleloscamiones.Yniunapalabraanadie.

Media hora después regresa con seis soldados con cascos reforzados y chalecoantibalas,quesedesplieganenabanicodelantedelaspuertasmetálicasyacoplanloscargadoresalosM-16.Tiranuncablehastaungeneradorenlasuperficieyenciendendosproyectoresenbatería.

—Teniente,vengaaver.Un policía dirige la linterna al agujero de la pared: en el suelo hay huellas de

botas.—Hanpasadoporaquíalsótanodeledificiocontiguo.Idconcuidado,nopueden

estarlejos.Marti,veabuscaralaGuardiaNacional.Teesperamos.Mientras,vamosaverhastadóndenosllevan.

Siguiendolashuellas,encuentranlossopletesdebajodelacamioneta.—Es un equipo profesional. Las boquillas están calientes, hace menos de una

horaquesehan ido.Siheentendidobien loquedijoel jefedeseguridaddeNovaScotia,conesteequipo,enlavidahubieranpodidoabrirlacajafuerte.Hansalidoporestasescaleras.

Subenhastalaplantabajayencuentranlapuertadescerrajada.—Central, aquíO’Keefe. ¿Pueden enviar una patrulla aCortlandt? Estoy en el

número8,lesesperoaquí.Cuandollegan,eloficial lespidequehaganunarondaporelbarriobuscandoa

dosotreshombres,sindudaironworkersovestidosconropadefaena.—Jefe, ¿está de broma? Esto está cerrado al público. Quitando nuestros

uniformesylosdelosbomberos,poraquítodoelmundovaconropadefaena.¿Eslamejordescripciónquepuededarnos?


—Sí, tiene razón, olvídelo. Quédense aquí y vigilen esta puerta hasta quemandemos a alguien a repararla. Una o dos horas comomáximo.—Ve que en laidentificación del NYPD pone «Sánchez»—.Muchas gracias, Sánchez. No puedodecirlemás,perosondegranayuda.

Demadrugada,antesdeirseadormir,O’Keefesepasaporelcuartelgeneraldelapolicía, instalado en una tienda gigante a orillas del Hudson, para informar a sucapitándelamisiónnocturna.

—Bueno, por lo que sé, la evacuación de los lingotes estaba prevista para lasemana que viene pero, con lo que me dices, sin duda lo adelantarán. Gracias,O’Keefe.Locomentaréahoramismoenlareuniónconelcomisario.Aunquesiaquídentrohaytantastoneladasdeoroyplata,nosvaacostarunpocomásqueaquellodelcamiónblindado.

—¿Esverdadlahistoriaesadelcamiónblindado,capitán?Creíquesoloeraunrumor.

—No, no.Catorcemillones en billetes, en un coche blindado de laBrinks.Noplanteaba problemas, el camión estaba intacto y se había quedado atrapado en unsótano.Loevacuamoshacedossemanas,encuantopudimosencontrarunitinerariode salida. Con esto de los lingotes llevan trabajando desde primeros de mes paraconstruir una rampa de acceso discreta que desemboque en un antiguo túnelferroviario. Creo que casi han terminado, supongo que ahora lo acelerarán. SeencarganlosdetectivesdeKroll.Tengoallíaunprimo,expolicía.Voyahablarconellos.Buenasnoches,O’Keefe.Hastamañana.

AldíasiguientesustituyenalosguardiasnacionalesapostadosjuntoalacámarablindadaporcámarasdevigilanciaconectadasaloslocalesdeKroll,enManhattan,donde las controlan las veinticuatro horas del día. Cada hora pasa una patrullaarmada.Unamañanadefinalesdeoctubre,miembrosdeladireccióndeNovaScotiay un técnico introducen las largas llaves de titanio en la cerradura doble, giran laruedayabrenlaspuertasblindadas.Enelinteriorrelucenmilesdelingotesdeoroyplanta alineados sobre palets. Todo está limpio, el polvo no ha entrado. La últimafirmaenlahojadecontroldelaparedtienefechadel10deseptiembre.

El primer camión blindado con el logotipo de la Brinks entra marcha atrás yaparca a unos metros de la puerta. Vigilados por guardias privados, armados conrifles semiautomáticos, unos treinta bomberos y policías forman una cadena paracargarunoaunolostreintamillingotesenlosvehículos.

En la mañana del segundo día de la operación, Douglas O’Keefe se pone almandodel contingentedelNYPD.Los trescamionesyahanhechounoscincuentaviajes, saliendo discretamente del túnel de la calle Church para enfilar haciaBrooklyn.Haránfaltaotrostantosviajesparaterminardevaciarlacámarablindada.Entraen la salae intenta levantarconunamanounode los lingotesdeplata.Pesademasiado,másdetreintakilos.Lolevantaconlasdosmanosantelamiradainquieta


de un guardia de la Brinks; lo vuelve a dejar en su sitio. Se dirige a uno de sushombres:

—Hayunacosaquenosoycapazdeentender: sihubieran reventado lapuerta,¿cómopensabantransportarelbotín?¿Ahombros?¿HabíancontratadoaSuperman?


18

Sausalito(California)Diciembrede1908

Sausalito,bahíadeSanFrancisco,4dediciembrede1908

MiqueridaMartine:Mehubieragustadoescribirteantesparadartenoticiasycontartemiviaje,perolosmesessemehanpasadocomosifueransemanas.Raravezmehequedadomásdedosdíasenunmismositio,ynoteníaunadirecciónquedarteparaqueme contestaras. Pero ahora ya está:me alojo con una familia de carpinterossuecosenlabahíadeSanFrancisco,enlacostadelPacíficodeEstadosUnidos.Miraenunmapa;creoquevuestrovecino,Beaulieu,tieneuno.MeloenseñóundíaparaindicarmeelcaminoquesiguenloscolonoshastaCalifornia.

Aquíhaymuchotrabajo.Elterremotodehacedosaños(¿Teacuerdas?Losperiódicos deQuebec hablaron de ello) destruyó parte de las ciudades y lospueblosdelazona.Estánarreglandocasasypuentesportodaspartes,necesitanmanodeobra.ConocíalosseñoresLarssonenlaestacióndeunaciudadquesellamaSanRafael,alnortedeCalifornia.VinierondeSueciaparatrabajarenlareconstruccióndeSanFranciscoybuscabanobreros.CuandolesdijequesoymontadordehierroyquehabíaconstruidopuentesenlacostaEstedeCanadá,mecontrataron.

Tengounbuensueldo.Miprimertrabajohasidoterminarunacasaflotanteen la bahía, en una cala muy bonita rodeada de montañas que se llamaSausalito. Es donde vivo ahora, con otros ocho empleados de Larsson quevivenallado,enlacolina.UncarpinteroquehavenidodeIrlandasabeescribirbien.SellamaConnor.EraprofesorenDublín,yesquienmeestáescribiendoestacarta.(Hola,Martine,soyConnor.DiceMikequeeresunabelleza).

Yasabesqueséescribir,perocontodoloquetengoquecontartemehabríallevadodíasyhabríacometidodemasiadoserrores.

Total, que cuando dejé aÉricBouchard (dale otra vez las gracias por suayuda) cogí una canoa en la ensenada de los faros. Bajé el río remando denoche y escondiéndome al salir el sol, durmiendo entre los juncos. Los tres


primerosdíasfuiprudente,nohabléconnadieynadiemevio.Cuandosemeacabó la comida que me dio la señora Bouchard (dale también las gracias),pesquéconlamanoycomípecescrudos.DespuésdeTrois-Rivières,bastantelejosdeQuebec,comprécomidaenlasgranjas.Alalbadelnovenodíapasépordelante deKahnawake. Pasé por la otra orilla, por Lachine. Seme partía elcorazónviendoesapartedelríodelaqueconozcotodoslosremolinos,todoslosárboles.Estabaasolodoscientosmetrosdelacasademispadres,peronomeacerqué.Meestabanbuscando,seguroquelapolicíahabríaidoalpueblo,ynoquería avergonzarlosniponerlosenel apurode tenerquementir.Aúnnosabenquéhasidodemí.Lesescribirépronto.

MebajédelacanoaenunmuelledelpuertodeMontrealqueconozcobien,cercadeunmercado indio.Comícomounogroydescanséen lapensióndeunosalgonquinosqueconocemipadre.Nolediránanadiequemehanvisto.LesdijequehabíatenidoproblemasconlosblancosdeQuebec,sinentrarendetalles.Nohicieronpreguntas.

Al día siguiente me fui a la estación Dalhousie. Pedí un billete para elpuerto de Vancouver, al otro lado del continente, donde termina la líneatranscanadiense. ¡En tercera clase el billete costaba cincuenta dólares! Elempleadodelaventanillaaceptóvendermeunodelosquelacompañíareservaa los inmigrantes.Yo ledijequeeramohawk,que ibaabuscar trabajoen laconstruccióndepuentesenlacostadelPacíficoyquenocontabaconregresar,asíquemedijo:«Entoncesesustedcomouninmigranteenestegranpaís».Esecostabatreintaytresdólares.Mefuidosdíasdespués.Habíatresvagonesparalosinmigrantes,concompartimentosconliterasyunespacioconcocinaparatodos.

ElprimervagónestaballenodefamiliasqueveníandeGreciaeItalia,conmuchosniños.Enel segundohabíaunos fortachones rubiosquehablabanunidiomamuyraroyquenomedejaronsubir.Enel terceroquedabauna literalibre.Una familiaprocedentedeEuropaaceptóquitar lasmaletasquehabíandejado encima para que yo pudiera ocuparla.Hablaban poco inglés.Al finalentendíqueveníandemuylejos,delinteriordeRusia,delasorillasdeungranlago.Loshombresllevabanunasgorrasplanasqueyonohabíavistonunca,ylas mujeres unos pañuelos muy apretados sobre las mejillas, que eran muyblancas.Teníanlosojosmuyazules.Alprincipiodesconfiaban,peroluegoyano.Yollevabacomida.Elrevisordijoqueelviajeduraríaporlomenossietedías. En invierno es más largo, porque en las Rocosas a menudo la nieveobstruyelavía.Nosfuimosporlamañana.Nadiemepidióningúndocumento.Me pasé los primeros días en la parte de atrás del vagón, en la plataforma.Estábamos en la cola del tren; es mejor, para no respirar el humo de lalocomotora.


Martine,miamor,esperoquepuedashacerprontoeseviaje.Lospaisajesdel centro de Canadá son impresionantes, con llanuras inmensas y bosquesinterminables.Hanconstruidomontonesdepuentesparacruzarlosríos.Eltrenseparamucho, enpuebloso enpleno campo,para cargarmaderay agua (lalocomotora funciona a vapor, pero no me dejaron acercarme). Al tercer díahablé con un niño que entendía un poco de inglés. Yo estaba tallando unacabezadeosoenuntrozodemaderayélmemirababoquiabierto.Seloregalé.Sufamiliameinvitóacompartirconelloslasopaquelamadrehabíapreparadoenlasparadas.Elpadresesacódelbolsillouncarteldobladoymeloenseñó.Era de laCanadian Pacific, y ofrecía a los emigrantes comprar unas granjasconstruidasparaellosaloestedelpaís,pagaderasenvariosaños.Poresohanvenido.La compañíamandó agentes a repartir carteles por todaEuropa.Esafamilia vendió todo lo que tenía y cruzó el océano hasta Quebec. Cuandomirabaneldibujo seponíanmuycontentosy lesbrillaban losojos.En letrasgrandes,ponía:GRANJASYAPREPARADASENLASTIERRASVÍRGENESDELOESTEDECANADÁ,yseveíaunacasamuybonitayungraneropintadoderojoyblanco.Alguien había escrito la traducción a lápiz con unas letras raras. Por lo quetengoentendido,laCanadianPacifictienemuchastierrasalolargodelavía,yquiere recuperar los millones que ha invertido en la construcción trayendoemigrantes.Lesdandiezañosparapagar.Lagranjatieneunpozo,unabombayunterreno,partedelcualyaestálabradocuandollegan.Elniñorusomehadicho que su padre no es campesino, que vienen de la ciudad, pero queaprenderán.Ensupaísestabanencerradosenunbarrioconprohibicióndesalirynoteníanderechoatrabajarendeterminadosoficios,noentendíporqué.Enotrocartelseveíaaunamujerconlosmofletessonrosadosyconunniñorubioenlosbrazos,rodeadadegallinas,vallasdemaderayhacesdeheno.

Pasadostresdíasdeviajesemontóeneltrenunhombreconunabolsadeherramientas. Estuvimos hablando en la parte de atrás,mientras fumábamos.MecontóqueeracarpinteroyqueseibaaCalifornia,cercadeSanFrancisco,para la reconstrucción. Eso me dio la idea de ir yo también. Pensé que allíseguramentehabríamuchospuentesporconstruiroporarreglar.AlllegaraunaprovinciaquesellamaManitoba,lasfamiliasdeemigrantessebajarondeltrenenunaestaciónnueva,perdidaenmediodelallanura.Allílosesperabanunoshombressubidosaunascarretas,conunaslistasenlamano.Medespedídelosrusos,meapuntésunombreyeldesugranja.Unpocomáslejos,alolargodelavía,vimoscasasqueseparecíanalasdelcartel.

Elquintodía llegamosa lospiesde lasRocosas, que sonunasmontañasinmensas,lasmásaltasquehevistonunca.Porlovisto,algunascimastienennieveinclusoenverano.Parapasarlospuertosengancharondoslocomotoras,yaun así había veces que, con lo empinada que era la cuesta, subíamos tandespacio que nos bajábamos del tren en marcha y corríamos a su lado, por


diversión.Despuésllegamosadondehabíanieveyyamequedédentro,juntoalaestufadelacocina.

Cuando se baja hacia el Pacífico, la vía pasa por valles magníficos ybosquesconárbolesinmensos,coneltroncotresocuatrovecesmásgruesoquelosquesevenenQuebec.Sonsecuoyas.Enalgunossitios,consolocuatroyatienes para construir un puente. Te hacen pensar en gigantes, en pilares delcielo,comodiosesquepudieransacarlasraícesdelsueloeirseandandohastaelocéano.

Una mañana llegamos a Vancouver, el final de la línea. Es un puertoenorme, con barcosmuchomás altos y grandes que los que van por el SanLorenzo. Llegan deAustralia, deAsia, deChina, de todas partes. La ciudadentera está en obras, por dondemires hay edificios, muelles y carreteras enconstrucción.Yatodashorassedangolpes,seclavanclavos,sesierra.

Acompañéa Jim,el carpintero, a laoficinadeunaempresade transportepormar.HaymuchosbarcosquevandeVancouveraSanFrancisco.Elviajeesde solo cuatro días,muchomás rápido que por tierra porque todavía no haytren,peroelbilletecostabacasitreintadólares.Amísolomequedabancinco,los que le diste a ÉricBouchard paramí, amormío. Los gasté pagando dossemanasenunapensiónymefuiabuscartrabajo.Alcabodeunahorayalohabíaencontrado,enunaserreríacercadelpuerto.

Estabaenlariberadeunrío,dondepescábamoslostroncosquebajandelamontañaenalmadíasgigantes,comoenelSanLorenzo,ylosaserrábamosalolargoparahacer tablones.Pasabanporunasierracircular,unaruedadeacerogigantescamovidaporunbrazoconectadoaunamáquinadevapor.Mequedéallíunmes,hastaqueoíaunclientequeveníaabuscarvigashablandodeunpuenteenconstrucciónenlaotrapuntadelaciudad.Unamañanafuihastaallí,preguntéporelcapatazyledijequehabíatrabajadoenelpuentedeQuebec.Élhabíaleídounartículosobrelacatástrofe,ymepreguntóquéopinabayosobrelacausa.Medijoque sihabíaestadomontandovigasmetálicas sobreelSanLorenzo,tambiénsabríamontarvigasdemadera,ymecontrató.

La paga era casi el doble que en la serrería. En la obra, los demás noentendían que yo me moviera tan fácilmente sobre las vigas, y algunosempezaronadecirquenoteníavértigoporquesoyindio.Esabobadaquedicenalgunos en Quebec ha llegado hasta aquí, y yo tampoco me molesté enexplicarles nada. ¿Recuerdas que te conté que esa leyenda nació cuandoempezamosasubiralpuentedeKahnawake?

AlcabodetresmesesyahabíaganadosuficienteparapagarmeelbilleteaCalifornia, pero seguí otromes porqueme había comprometido a quedarmehastaqueeltrabajoestuvieraacabado.CuandofuiareservarelpasajeparairaSan Francisco, el hombre que estaba en la ventanilla me preguntó si teníapapeles de identidad para entrar en Estados Unidos, y yo le enseñé mi


certificadodenacimiento.Élmedijoque losestadounidensesnomedejaríanbajarmedelbarcoconeso.MemandóalayuntamientodeVancouveryallí,pordos dólares, me hicieron un certificado de ciudadano de Canadá. Pensé quebuscaríanaManishLaLibertéenQuebec,oenMontreal,peroqueseguroqueelavisodebúsquedanohabríallegadohastalacostadelPacífico.

(Martine, soy Connor:Mikeme ha contado por qué y cómomató a eseanimal.Lehefelicitado,esloquesemerecenesosbestiasingleses).

Me embarqué rumbo a San Francisco a principios de junio. El barco eramuygrande, de tresmástiles, elCalifornia.A bordo tenía camarotes de lujocomonotepuedesimaginar(losvimirandoporlosojosdebuey)ycamarotessencillos,yluegoestabanlosque,comoyo,habíanpagadoparaviajarsobreelpuente.Porlanochenosdabanmantas.Nopasédemasiadofrío,peromemareéporlosmovimientosdelbarco,quesebalanceabamuchosobrelasolas.Nofuicapaz de comer nada. Vimos muchos animales: nutrias, focas, delfines, eincluso el lomo y la cola de una ballena. Soltó un chorro inmenso de aguacalientequeolíamal,estábamostancercaquehastamesalpicó.¿Teacuerdasque queríamos ir al norte, a la bahía del San Lorenzo, para ver pasar lasballenas?

La mañana del tercer día entramos en el puerto de una ciudad llamadaEureka,al fondodeunaprofundabahía.Noeraunaescalaprevista,pero losmarinerosnosdijeronquehabíaproblemasconelCaliforniaynecesitabaunareparación.Tuvimosqueesperardosdías.Yomealegrédepoderbajaratierra;tenía lasensacióndequeelsuelosemovíabajomispies.Despuéselcapitánnosreunióatodosenelpuenteynosdijoqueahíterminabaelviaje,queeraimposible seguir hasta San Francisco porque si no hacían un arreglo muygrande, que iba a llevar varias semanas, podíamos ahogarnos. Algunospasajerosseenfadaronmucho,porquelosestabanesperandoenSanFrancisco.Unodeelloseratanricoquesefuealhotelypusountelegramapidiendoqueun automóvil de motor del señor Ford le fuera a recoger. A los demás, laempresa nos pagó el transporte en carro hasta una estación de tren. Losempleados del ferrocarril nos dijeron que solo hacía seis meses que habíanterminadolavía.

Cogimoseltrenaldíasiguiente.EnlaestacióndeSanRafael,dondeeltrenhizounaparada, conocí a losLarsson.Habíanvenidoa esperar a su familia,que llegaba de Suecia. Los oí hablar de armazones y de carpintería, y meofrecierontrabajo.

En Sausalito hay algunas casas flotantes como la nuestra, y estánconstruyendomás.Algunas eran casas de vacaciones y de fin de semana defamiliasdeSanFranciscoqueahorasehaninstaladoaquítrashaberloperdidotodo en el terremoto. Una de ellas es un saloon que también tiene sala deespectáculos, conorquestaybailarinas, conocido en toda la región.Desde la


ventana de la cocina podemos pescar. Siempre hay un anzuelo en el agua.Pescamospecesdeliciosos,desconocidosenelladoAtlántico,quevandirectosalasartén.

El señor Larsson acaba de firmar un contrato para la construcción de unpuenteadiezkilómetrosdeaquí,ytambiénparatresalmacenesyunagranja.Creequehaytrabajoparaunaño.Sitodovabien,misueldo,queahoraesdeocho dólares por semana, subirá a diez, cuando me nombre jefe de equipo.ProntotendrédineroparapagartubilleteaVancouver.Ahoraelcorreovabienentre Sausalito y Quebec, lo he preguntado en la oficina de correos. Si meescribesdiciéndomelafechaenlaquesales,podréiraesperartealaestación.

Martine, vidamía, rezoporquenomehayasolvidado.California esunatierramaravillosa.HayproyectosdepuentesgigantesdemetalenlabahíadeSan Francisco, y en la costa Oeste pocos tienen experiencia en este tipo deconstrucción.Estoysegurodequehabrátrabajobienpagadopormuchosaños.

En las colinas quemiran a la bahía se venden terrenosmuy baratos. Enpocassemanas,conlosamigos,podríaconstruirunacasaparalosdos.Esperoque cumplas tu promesa y vengas conmigo. Por favor, respóndeme a estadirección,enSausalito.Sisiguesestandodeacuerdo,podremosestarjuntosenprimaveraycasarnos.

Temandoundulceabrazo.

MANISHROCHELLE


19

NuevaYorkOctubrede2011

Lasvigashanencajado,elironworkersesientaenunadeellasysacaunatuercadelbolsillodel cinturón.Figurasgeométricas en el cielodeNuevaYork, el hombre serecortacomounasombrachinesca.Elgesto.Ahíestá,ahora.Rápido,teleobjetivo.Laluzdelaúltimahoradelatardeesperfecta.

KathrynMartinsyahahecho tres intentosdesacarunprimerplano,peronada.Dentro de una hora habrá terminado su segundo y último día en la cima de laFreedom Tower. Tiene varios planos cortos, pero no es lo que está buscando. Lamano y la herramienta. Está demasiado lejos. Se acerca, pasa por encima de labarandilla,avanzaporunaplataformadandopasitos.Elarnéslasujeta,perolacorreasehaenganchadoenalgo.

—Espere,señorita,ahoralasuelto.Esunasuerte,porqueelironworkerhametidoeltornilloenelagujeroperosele

hacaídolatuerca.—¡Cuidadoahíabajo!Elobrerosacaotra,laenganchaenlaroscayledatresvueltas.Cuandosacala

llavedecola,lafotógrafaestáarrodilladaacincometros,conelobjetivoapoyadoenuna vigueta. El ironworker apura la tuerca con la mano, luego la aprieta con laherramienta.Kathryndispara.Cuatroveces.Unavezmás.Listo.NonecesitamirarlapantalladelaNikonparasaberquetieneunabuenafoto.Losmúsculosdelbrazo,lasvenas hinchadas, la inscripción Knox-Fit 679 en el guante, la llave, las botas decuero,elbajodelosvaqueros,lastuercas,elacero.Blancoynegro,todoslosmaticesdelgris:eslaimagenquelefaltabaparacompletareltema.

Sacaalgunasfotosmásdelmohawk,quelevantalacabezasudorosaymirahaciaellasinverla.Tieneretratosmejoresqueeste.Selevanta.Trasella,alotroladodelatorre, sobre la planta recién terminada están instalando una red de seguridad, unaespeciedenidoparalascaídas.Haytrestrabajando,muyjuntos,sobreunapasarela.Enfocalassiluetasybajalacámara,soloquierelaspiernasylosarneses.YelskylinedeManhattandefondo.ElEmpireStateBuildingserecortacontraelcielo.Disparacuatroveces,compruebaelresultado:noestámal.Parecequeestánbailando.


—Bueno, señorita, si necesita algo más pídalo ya, porque tenemos que bajardentrodetreintaminutos.

JohnLaLibertéseacercaaella.—Sí. Me gustaría, si fuera posible, pasar cinco minutos con el gruista en la

cabina.¿Creequedarátiempo?—Tiempotenemos,peroaversiquiere.Esmuybueno,unodelosmejoresdela

ciudad,perotieneuncarácter,digamos…especial.Unpocoáspero,pordecirloasí.Nosemueva,voyapreguntárselo.

Kathrynsigueconlavistaalcapataz,quetrepaporlaescalerametálica,abrelapuertadelacabinay,diezsegundosdespués,lacierrayregresa.

—Leheaseguradoqueesustedlafotógrafamásguapaqueveránunca,peronohasidosuficiente.Esuncardo,yaselohedicho.Losientomucho.Encambio,conlodelosvestuariosnohayproblema,loschicosestaránencantadosdelucirmúsculosy tatuajes.De todas formas,nuncasequitan toda la ropa.Mientras tanto,vamosalSubway,lainvitoauncafé.

Están solos en una de las mesas de contrachapado, cerca de la entrada delcontenedordelaplataformadelpiso75.Aesashorassoloquedaunobreroabsortoensus pensamientos y un camarero, un mexicano sonriente, algo más alto que elmostradordeaceroinoxidablequesecaconuntrapo,moviéndoloencírculos.Johnsirveelcaféenunastazasdecorchoblanco.

—¿Leche?¿Azúcar?—Solo, gracias. Lo de hoy ha sido estupendo, muchísimas gracias de nuevo.

Tengo que pedirle un último favor: ¿cree queme darían permiso para que vuelvamañanasilopideusted?Hoyhehechobuenasfotos,peroayerlaluzeramala,habíademasiadasnubes.Paramañanaanuncianuntiempoperfecto,seríaestupendosimeprorrogaranlaacreditaciónveinticuatrohoras.Heestadomesesesperando,hehechouncursodeseisdíasparapodertrabajaraquíarriba.Cuarentayochohorasparauntema como este es realmente poco. Es para elNew York TimesMagazine, a todaplana;lasfotostienenqueserperfectas.¿Podríahacerlo?

—Bueno,nosoyyoquiendecideestascosas,peropuedopreguntarydecirqueenlaobraestamosdeacuerdo.MeentiendobienconeljefedeDMC.Noveoporquévayaanegarse.Luegohablaréconél.

ApenashanprobadoelcafécuandosedeslizaentreelloslasombradelasTorresGemelas.El11deseptiembrede2001KathryneradiseñadoragráficaenQueensyfotógrafa aficionada. Como el resto de la ciudad y el mundo entero, se quedóconmocionada.

—AldíasiguientecrucéapieelpuentedeBrooklynytratédeacercarmeconlacámara,perotodoestabacerradomásalládeCanalStreet,habíacontrolesportodaspartes.Hicealgunasfotosymevolví,paraquedarmepegadaalatele.¿EstabaustedenNuevaYork?


—Sí,aquíestaba.LleguéalaZonaCeroconelsopleteaprimerahoradelatarde.Me marché nueve meses después. Muchos ironworkers estuvimos allí, cortandoacero.

—Qué barbaridad, ¡nueve meses! Tiene que haber visto cosas terribles. ¿Y susalud?¿Noquedó traumatizadoo intoxicado?Leíunartículo sobre losgasesy loshumostóxicos,sobrelospolicíasylosbomberosquehabíanenfermado.

—Demomento, todovabien.Mehacenunreconocimientotodoslosañosynohanvistonada,peroenterréamimejoramigoen2004.Entoncesnosabíamoshastaquépuntoloshumoserantóxicos.Eraimposibletrabajarconmonosherméticos.Casitodos sabíanqueerapeligroso,pero lesdaba igual.Algunos se empeñabanconunorgullo malsano en no usar máscara. Los primeros días había que trabajar muydeprisaparaencontrarsupervivientes,aunqueenrealidadnoloshubiera,asíquelasprecauciones…Estatorreesmiúltimotrabajo,mejubiloaldíasiguientedeltopping-out, la ceremonia que celebra la colocación de la última viga. En realidad, habríapodidojubilarmehacecincoaños,peromequedéparaconstruirla.Escosadefamilia.

Sinmirarla,conlavistaperdidahacialacostadeNewJersey,JohnlecuentasuvisitaalaobradelasTorresGemelasen1968(«teníadoceaños»),elorgullo,luegoelrayo,lacaídadesupadrealhuecodelascensor,laceremoniasecretadeWildBill,elcinturónwampum,labúsquedadelallavedesupadreentrelosescombros.

—Seguroquelorecuerda,tardaronmuchísimoenponersedeacuerdosobrequéconstruireneste lugar.Elproceso, lasnegociacionesinterminables, laspeleasentrearquitectos, lasmaniobraspolíticas, todoesomevolvía loco.Ascendíacapatazen2003;yanoestabaencondicionesfísicasparatreparyconectarvigas.Cadaañoibaretrasando mi jubilación para esperar el inicio de las obras. La Freedom Tower,«Torre de la Libertad». Ese nombre me gustaba mucho más, era como si meperteneciera,comosinospertenecieraatodos.Encambio,OneWorldTradeCenterespocacosaparaunaobracomoesta,¿noleparece?TardaremosmuchoenveralgoasíenloscielosdeAmérica.¿Eslaprimeravezquehaceestetipodefotos?

—No…Bueno,sí.HeintentadomuchasvecesacercarmealasconstruccionesdeNuevaYork. Es un buen tema,muy gráfico, pero no es fácil de fotografiar. Es laprimeravezquetengoautorizaciónparaestararriba.Hastaahoramecontentabaconsacarfotosdesdeabajo,comolosturistas.Undíameinstaléenunedificiocercanopara sacarmejores fotos,peronoconseguí abrirunaventanani subir al tejado, asíquelosresultadostampocofueronmuybuenos.Cuandoempezaronlasobrasdeestatorre,insistíenlaAutoridadPortuariahastaqueconseguílaautorización.Silasfotosson tan buenas como creo, si alNew York Times le gustan y las publica, será elreportajedemivida.

—¿Ustedtambiéncreequelosmohawknotenemosvértigo?—Alprincipiosí,comotodoelmundo,perounamigodemimadrequetrabajaba

enlaconstrucciónmedijoquenoesmásqueunaleyenda.


—Si quiere, puedo contarle de dónde salió, hace mucho, a orillas del SanLorenzo,enMontreal.

—Perdone que se lo pregunte, pero si es indio, ¿cómo es que tiene los ojosclaros?Sonazules,¿no?Casigrises.

—Son los ojos de mi padre, Jack. Los mohawk siempre cruzaron su sangre,incluso antes de que los blancos llegaran a nuestras tierras. Tendré un antepasadovikingoenalgunaparte.

Enlapared,elrelojpublicitariodeAvismarcalastresymedia.—Siquieredisponerdetiemposuficienteenlosvestuarios,hemosdeirsaliendo.

—Dejatresdólaresenlamesa—.Ciao,Luis,hastamañana.Bajancuatropisosporlasescalerasexteriores.Eneldescansillometálicohayun

cubo de hierro rebosante de tuercas nuevas.Kathryn extiende el brazo y detiene aJohn,quecaminajuntoaella.

—Disculpe, solodos segundos.—Sujetaunade lasmáquinasbajo el brazo, searrodillaysacatresfotosdecerca,conelgranangular—.Muchasgracias.Vamos.

Empiezaaformarseunacolaanteelascensor.Enesaplanta,loselectricistasylosinstaladoresdeaireacondicionadohan sustituidoa losmetalúrgicos.Pronto seráelturno de las ventanas y la carpintería. En la planta baja, en la zona técnica, losvestuarios prefabricados de los montadores de acero tienen un cartel pintado conaerosolnegro:LOCAL40.NEWYORKCITYIRONWORKERS,yalgunaspegatinas.

—Espereunmomento,voyaversiestánpresentables.Kathryncompruebalabateríadelacámaraycuántoespaciolequedaenlatarjeta

dememoria.—Estábien,puedeentrar.Lafotógrafahaceunarondaporlahabitación,saludaatodosysepresenta.—Trabajo para el New York Times, estoy haciendo un reportaje sobre los

ironworkers.¿Lesimportaquesaqueunasfotos?Sonrisas, un silbido al fondo, guiños. La mayoría de los obreros ignora su

presencia,conlaprisadecambiarseyvolveracasa.Unrubioaltoseabrelacamisaysedalavueltaparamostrarenlaespaldauntatuaje«USMarines»yunáguilaquecaesobresupresa,sacandolasgarras.Unhombrebajitodeunoscuarentaaños,coneltorsodesnudoyelcascodelrevés,gafasdesoldadorcolgandodelcuello,sentadoenelbancoconloscodossobrelosmuslos,alzalacabezacuandoseacerca.

—Esperequemepongauna camiseta, que si no aGeorgeClooney le va a darenvidia.

Sacaprimerosplanosdeloszapatos,lascajasdeherramientas,elinteriordeunataquilla decorada con fotos de niños con traje tradicionalmohawkyunaplumadeáguila.Ante los tres lavabos, lepide aun jovenpelirrojoqueesperedos segundosantesdelavarse,yenfocaensurostrolossurcosqueelsudorhadejadoenelpolvometálico.


—MecambioeintentaremosveraMilter,eldeDMC,paraversipuedevolvermañana—diceJohnLaLiberté,quitándoselacamisademangalarga.

—¿Quéesesetatuajequetieneenelhombro?—Unagarradeoso.Lamarcademiclan,elclandelOso.Unodelostresclanes

delosmohawk.


20

NuevaYorkNoviembrede2001

En plena bahía, amedio camino de Staten Island, la tormenta que amenazaba concaerdesgarra lasnubes.Lasprimerasgotas,del tamañodemonedasdeveinticincocentavos,seaplastancontralacabinadelagabarra.UnacortinadebrumayaguacaesobreelhorizonteyocultalasgrúasdePortJersey.Elpilotogiranoventagradoselmandodellimpiaparabrisas,perosolofuncionauno—«¡Cuidado,agárratebien!»—;maniobra para encarar de frente las ráfagas que corren hacia la proa. Las dosmiltoneladasdeescombrosquetransportaestántapadasconlonas,perounostrozosdevigasretorcidasasomanpordetrás.

—Espero que podamos atracar. La semana pasada las olas me obligaron apasarmeunamañanaesperandofrenteaFreshKills.Losientoporti.¿Cómodijistequetellamabas?

—John,JohnLaLiberté.¿Creequehoyvaapasarlomismo?—No,nocreo.Esvientodeleste,encuantonosmetamosenelcanal,detrásdela

isla,amainará.Bueno,tedejoentierraporqueeresamigodeRob,peroluegotelasarreglastúsolo.DicenqueestaescombreraestámejorcustodiadaqueFortKnox.

—Yalosé,graciasdenuevo.Alacercarnosaladesembocaduradelríolasolassetransformanenunchapoteo.

Hayotragabarraenelmuelle;lasgrúasdevoransucargaylaescupenencamiones.Elpilotomaniobraparacolocarsedetrás.

—Robmehadichoquevienesabuscaralgo.¿Se tehaperdido lacarteraenelmontón?

—No, la cartera no. Una herramienta, una llave que pertenecía ami padre. Élconstruyólastorres.Esunalargahistoria.

Antenosotros, el remolcadorde empuje toca la sirena, se apartadelmuelle, sealeja.Avanzamosentreeructosdehumo,aplastamoslosneumáticosdecamiónquesirven de defensas. Unos adolescentes negros, chorreando bajo la lluvia, atrapannuestrasamarras.

—Tedeseo suerte.Cuandopienso en la cargaque transporto, dudoquepuedasencontrarnadaahíarriba,perobueno,escosatuya.


—Voy a ver.Gracias por el paseo, en todo caso.Es la primera vez que veo laciudaddesdeelpuertosinestarenelferryamarillo.

Lalluviaesfría,densa.Mesuboelcuellodelachaquetaysaltoalmuelle.Hagounaseñalalprimerconductor,queesperaenunbarrizalparacolocarelcamiónbajolagrúa.

—¿Quieres subir a Fresh Kills? Vale, pero te dejo en la puerta. Luego estáprohibido,nopuedollevaranadieenlacabina.¿Tienesautorización?

—No.Bueno,conozcoaunpolicíadeallí.Meestáesperando,entraréconél.—Comoquieras.Tardaremoscomomediahora.Notequedesahíconlaqueestá

cayendo,sube.ElVolvoseestremeceylassuspensionessehundenconcadadescargadelagrúa.

Enpocotiempo,elvolqueteestállenodeunamezcladehierros,escombrosypolvoqueelaguatransformaenunmagmaparduzco.Apartedelostrozosdevigas,algunascortadasconsoplete,nosepuedereconocerningunaforma.Elconductor,un latinocon gorra y bigote, trepa por la escalerilla para inspeccionar la carga y tira de lostensoresdelalona.

—Vale,podemosirnos.Lapista sepierde entre ciénagas, camposde juncos, charcos lodososy arroyos

serpenteantesantesdesubirhaciendocurvaslosflancosdeunacolina.Esunacolinaextraña, con la parte de arriba llana y la tierra como de asfalto, sin un solo árbol,alfombrada con una hierba gris azulada que brilla bajo la lluvia. Es una montañaartificial: cincuenta años de basura doméstica neoyorquina, millones de toneladascompactadas, años de residuos transformados en un cerro gigante. El biogás queemite alimenta unas antorchas de llamas anaranjadas. Es elmayor vertedero de laregiónysecerrópocoantesdel11deseptiembre.LuegosedecidióabrirlodenuevoparaservirdecementerioalasTorresGemelas.HabíaqueencontrarunsitiocercadeNuevaYorkparaloscamionescargadosdeescombros.Elrecintoestávalladoyhayunpuestodecontrol.

—Vale,déjemeaquí.Noquierocausarleproblemas.Llamoaltenientedepolicíaconelquehabléanoche,MikeDaPierra.—¿Yaestásahí?Vale,tardoquinceminutos—contestaelteniente.Caminohastaelportón.Enuncartelsepuedeleer:NEWYORKCITY–VERTEDERO

PÚBLICODEKILLS–ACCESORESTRINGIDO.Alladosehaañadidootrocartel:ESCENADELCRIMEN.POLICÍADENUEVAYORK.PROHIBIDALAENTRADA.

—Señor,nopuedeestaraquí.Nodisponedeautorización—diceeldelpuestodecontrol.

—Yalosé,ahoravienenabuscarme.Un JeepCherokee sin distintivos, conbarro hasta en el parabrisas, llegapor la

pistaatodavelocidadydamediavuelta.—Nohayproblema,vieneconmigo—diceelteniente—.Sube.


El policía lleva ropa de faena: mono Carhartt y botas de agua amarillas. Laidentificacióndesuchaquetóndelonadice:«InspectorMichaelDaPierra.Comisarían.º6–Brooklyn».Esuncuarentónconcuellodetoroysonrisadeniño.Sequitaunguanteparadarmelamano.

—¿Tú eres el ironworker mohawk? Rob me ha contado la historia de laherramienta de tu padre.Me pasé unmes en elmontón de escombros, en laZonaCero, al principio. Lo que hacéis allí es impresionante. Esta es mi forma deagradecéroslo.Heavisadoal jefe,vamosadarteunpasepara todoeldía.Nose lodigasanadie.Haysectoresalosquenosepuedeacceder,yatedirécuáles.

Sacodelafundadelcinturónunallavedecola.—Loquebuscosepareceaesto.Quizáunpocomáspequeño.—Acero templado. Es muy sólida. No es imposible. Han aparecido bastantes

armas,revólveresyfusilesdelasoficinasdelFBIydelserviciosecreto.Algunoscasiintactos.¿Porquénolaíbamosaencontrar?Vamosaempezarporlosalmacenes.

Cuatrocurvasdespuésllegamosaloaltodelacolina.Otrapuertaconvigilancia.Se detiene, baja la ventanilla, hace una señal y aparca entre dos casetas decontrachapado.A la derechade la inmensa explanadahanmontadograndes carpasrectangulares hasta las que llegan seis cintas transportadoras. Más lejos está eldesguace:haymontonesdecoches,casitodosberlinas,apiladosunossobreotros,aveces boca abajoode lado.Algunos están aplastados como tortitas.Otros parecenintactos,solocubiertosconelpolvodelaZonaCero.Otrosestándestrozados.Todosllevancódigosescritosconaerosol.Losvehículosde lapolicíaestánagrupadosunpocomáslejos.

—UnFord de una comisaría deQueens se puso a funcionar cuando la grúa lodejó en el suelo.Se encendieron las luces, la radio empezóa emitir.Estuvovariosdías escupiendo los mensajes de su unidad. Nadie se atrevió a tocarlo, estuvo asíhastaquesequedósinbatería.

Al lado están alineados los coches de bomberos. Los más dañados estabanaparcados en la explanada, al pie de la torre Sur cuando esta se hundió. Cabinasdestripadas, traseras aplastadas, ruedas reventadas, escaleras retorcidas, como si ungigante cruel hubiera estado jugando con miniaturas. Los camiones vomitankilómetros de tuberías grises enredadas entre trozos de chapa. En las laderas, enarmariosmetálicos con las puertas abiertas, hay ropa de repuesto, termos de café,bolsasdedeporteobidonesdeaguapotable.LoúnicodeunSilverado4Í4dejefedebatallónquenoestáquemadoeselmaletero,enelquesepuedeleerenletrasblancassobreelfondorojo:«Paraalertardeunincendio,llameal911».UnaambulanciadelFDNY está cortada por la mitad, como a cuchillo, incluyendo los asientos y lascamillasdelinterior.

—Losbomberosvienenaverlosamenudo.Buscanenlaspuertaselescudodelasunidades de sus compañeros.Colocan lamano encima, lloran o hablan, se quedanquietos o no paran de moverse. Algunos parques han perdido dos tercios de la


dotación.Antes,cuandounodeellosmoríaenunincendio,eraunacatástrofe,asíqueesto…Bueno,vamosaportupase.

En una oficina, una joven con unmono blanco, calzada con lasmismas botasamarillas, me pide la acreditación, copia los datos en un ordenador y la máquinaescupeunatarjetaplastificada.

—Empecemosporlahabitacióndeallado.Traslapuerta,enlaqueselee«NYPD»pintadoconaerosol,hayunmostrador

hecho con tablones. En los estantes, por el suelo y en las mesas hay cajas yrecipientesdetodoslostamaños.

—Todo lo que se puede identificar viene a parar aquí. Lo descontaminamos,limpiamosyclasificamos.

El teniente coloca sobre lamesa un cubomedio lleno de llaves de puertas, lamayorparteenganchadasenllaverosdelWorldTradeCenter.

—Esloquemásvemos:llaves.Aquíestánlasplacasdeascensor,conelnúmerodeplanta.

Enunacajademaderahay tarjetasplastificadasdeaccesoalaparcamientooalcomedor.

—Tenemos a montones. Las tarjetas de crédito son menos frecuentes y másimportantes:haymillaresdedesaparecidosquenohansidoidentificados,nohemosencontradonaday,sinduda,nuncaencontraremosnada.Siaparecealguna,avisamosalafamiliayvieneabuscarla.Aveces,estodoloquevanatener,laúnicacertezadequesuparientedesaparecidoestabaenlas torrescuandocayeron.Tambiénsirvedepruebaparalascompañíasdeseguros.Déjametullave.—Eltenientesedirigeauncompañero que está al otro lado del mostrador—. Joe, ¿sabes si tenemos algoparecidoaesto?Eslaherramientadelosironworkers.

—Mike, ¿te estás quedando conmigo? ¿Crees que esto es la oficina de objetosperdidos?

—No,no,noesunaherramientaqueseperdiódurantelasobras.Estabayaenlastorres cuando se cayeron, oculta en la estructura, arribadel todo en la torreNorte,desdequeseconstruyó.Supadrelapusoallí.Eslallavedesupadre.Esimportante.

—Ah,dámela,voyaverdetrás.Tenemosunacajaconlascosasquenosepuedenclasificarenningunacategoría.

Alfondohayarmarios,deltamañodeunaneveraperoconlaspuertasdecristal.—¿Yesoquées?—Lassecadoras.Ahíponemoselpapel, lasfotos, lospasaportes, losbilletesde

banco,lascartasmanuscritas…Seloenseñamosalasfamilias.Sobreunamesahaydecenasde fotos:de lasvacaciones,deboda,niñosquese

ríenenpiscinashinchables,escenasdeplayaenlacostadeNewJersey,unbebéenun moisés, meriendas de cumpleaños, globos y narices rojas, adolescentesendomingadosunanochedebaile,estudiantescontogasybirreteseldíadelaentregadel diploma, una pareja sonriente delante de un coche nuevo, papá en pantalones


cortos cortando el césped, familias radiantes en el vestíbulo de un teatro deBroadway, jóvenes en bañador en una playa del Caribe, hombres de pelo grisenfriandoelchampán.Algunasestánarrugadas,pegadas,otrasestánintactas.Enunestantehayunadocenadecarteras,decueronegroomarrón.

—Estoesloquesequedamenostiempo,esfácilidentificarasusdueños.Joevuelveconmispudwrenchenlamano.—Tenemos algunas herramientas de los servicios técnicos del World Trade

Center,peronohaynadacomoesto,losientomucho.¿HaspreguntadoenlaoficinadelFBI?Alomejoralguienlohaconfundidoconunaporraylohaguardadoconlasarmas.

Dostiposcuadradosnoscierranelpasoenlaoficinadelosfederales,dondetodoessecreto.Nohabloniveintesegundosyyameestándiciendoquenotienennadaque se le parezca. «Lo sentimos, muchacho, aquí no hay tiempo para peticionespersonales».

—Vamos a ver a los que trabajan en las cintas transportadoras.Tuherramientadebedeseguirenelmontón.Sillegaaquí,sabránquébuscar.

Corremosentreloscharcos,conelbarrohastalostobillos,hastalaprimeracarpa.Hayseisenelcentrodelaexplanada,instaladasenformadeestrella.Acadaunadeellas llega una cinta transportadora, surtida por una máquina con rodillos de tresgrosores diferentes que va separando los objetos por tamaños. Allí se descarga elcontenidodeloscamionesdespuésdeapartarlaspiezasmásgrandes.

Enlacintadecauchoqueentraenlatiendaviajantrozosdeformasvariadas,perotodosdelmismocolor:marrónsucio.Eloloresacre,dulzón,conunaromaatierraacausadelalluvia.Seispersonas,tresdecadalado,sentadasentaburetesocubosdelrevés, escrutan lo que llega e intentan clasificarlo. Hombres o mujeres, es difícilsaberlo: llevan monos blancos con capucha, máscaras que cubren todo el rostro,cascos aislantes, guantes sellados, botas. Con la mano, ganchos o destornilladoresatrapan loque lesparece interesante,ysiesnecesariodetienen lacinta.Unamujerpulsael interruptor, sebaja lamáscara,observa loquepodría serundedohumanoperonoloes,lotira,vuelveaponerlacintaenmarcha.Enlasuperficiedeaceroquetieneasuladohaydosjuegosdellavesretorcidas,unrollodepelículadoblado,unaidentificación arrugada y cinco monedas. Su vecino atrapa al vuelo un objetocuadrado,ledaunosgolpecitosconlaherramienta,lovuelveadejar.

Enelcambiodeturno,MikeDaPierraponelamanoenelhombrodeuncolegauniformado.

—Tod,¿habéisvistopasaralgocomoesto?—Eslaherramientadelosironworkers.¿Quécoñoibaapintaralgoasíentrelos

escombrosdelastorres?—Yateloexplicaré.Podríahaberuna,esmuyvaliosa,¿puedesdecirloporahí?—Vale.Esdifícilquesenosescapealgoconesaforma.Siesquellegahastaaquí,

porquelonormalesquelaidentifiquenantes.


Caminamos hasta la cantina; la lluvia se hace más ligera; a lo lejos, sobre elocéano,estáescampando.Mientrasesperamoselcafé—«Nogracias,noquierotartademanzana»—,lecuentoal teniente losrumoresquecorrenpor laciudadypor laZonaCero.

«No, no ha llegado ningún cuerpo entero a FreshKills. Solo dos o tres trozosgrandes,unacabeza losprimerosdíasymás tardeun torso.Haymillaresde restoshumanos, sí,muchosdel tamañodeunauña.Es lomásvaliosoy lomásdifícildedistinguir.Se conservan refrigeradosy se envíanenneverasportátiles aManhattanparaqueextraiganelADN».

«No, nunca se han encontradomontones de botas de bomberos, con o sin piesdentro.Algúncretinosehabráconfundidoalverunmontóndebotasnuevas,queentresdíasestándesgastadas».

«No, no hemos encontrado los coranes de los piratas del aire. Se volatilizaron,comotodolodemás».

«Intentamostraera lasfamilias,y tambiénhanvenidoalgunosperiodistas,peronuncapodremosabrirlaspuertas,asíquehabrámásrumores».

Unhombrealtoconelpeloblancoentraenlacantina,llevaunmonogrisyrojoconellogotipodeAmericanAirlines.

—Es el técnico de aviación. Le entregamos todo lo que pueda ser un trozo deBoeing.Seguimosbuscandolascajasnegras,perodicenquenoservirándemucho.Yasabemosloquepasó,loquehanhechoesosdesgraciados.

Unrayodesolseabrepasoentrelasnubes.—Bueno, tengo una reunión dentro de diez minutos. Siento que no hayas

encontrado tu herramienta, John. ¿Quieres que pregunte si algún coche va paraManhattan? También puedo acompañarte a la puerta: le dices a un camión que tellevealpuertoyallí tesubesaunagabarra.Voyaimprimirunafotodetullave;ladejaréenlascarpas.

—Muyamable.Llévemealapuerta,yamelasarreglaré.Pasamos por el otro lado, donde están amontonadas las piezas más grandes.

Algunas,queseencontraronenlosprimerosdías,estánplegadasendos,enformadeherradura. Otras, centenares de toneladas, están retorcidas y enroscadas sobre símismascomotrenzasderegaliz.

—Las inspeccionamos, las descontaminamos, lasmarcamos conpintura.Luegoselasllevanloschatarreros:novamosaguardarlotodo.DicenquealgunostrozosyaestánenChina.AyervinierondosrepresentantesdelMuseodelaCiudaddeNuevaYork,queríanllevarsealgunosparaunmonumentoconmemorativo.

—¿Yesoquecuentandelamafia?—Eso sí esverdad,peronodurómucho.Con ladesorganizacióndelprincipio,

cuando los camiones que salían de la Zona Cero no iban con escolta, algunoscamionerosllevaronlacargaaloschatarrerosdeLongIsland.Malagente.Vendieronal peso las primeras vigas de las torres. Menudos desgraciados…No fue mucho,


doscientaso trescientas toneladas,unosmilesdedólares.Luegoyano fueposible,había un coche de policía por camión, y después empezamos a usar barcazas.Pillamosatodoslosconductores.Unaoperacióncomoesanotieneningúnvalorparala Cosa Nostra. Hay demasiada vigilancia, controles, periodistas, agenciasfederales…Aelloslesgustaladiscreción.

Instaladossobreunapiladepalets,unoshombreslanzanbengalasquecruzanelcieloconunsilbido.

—Esparaespantaralasgaviotas,habíamuchaslosprimerosdías.Tambiénnosvanamandarhalcones,creo.—Alllegaralaverjasedalavuelta—.Quevayabienenelmontón.Paséporallílasemanapasada,vaismuydeprisa.¿Yasetieneideadecuántovaadurar?

—Alprincipio, algunoshablabandedieciochomesesodos años,peroal ritmoquevamos, trabajando las veinticuatro horas, creoquepara el veranoqueviene laZonaCeroyasoloseráungranagujero.

Abrolaverja.Medespidoyledoylasgraciasportodo.Nohayningúncamiónquevayadevueltaalpuerto.Hacebueno.Conel sol, subeelvaporde lashierbasaltas,seestá levantandovientodelmar,meabrounpocolachaquetaymemarchoandando,porlapartebajaparaevitarelbarro.Laspudwrenchensufundamegolpealos muslos. Poso la mano encima, toco sus muescas. Nunca encontraré la de mipadre.


21

NuevaYorkMayode2002

Mañanavienenlosoficiales,lospolíticos,lasfamilias,latelevisión.ElmundoenteroestaráaquíparavercómosalecongranpompalaúltimavigadelaZonaCero,ochomesesymediodespuésdeaquellamañanadeseptiembre.

En cambio, esta noche, esto es todo nuestro. Esta noche no hay ceremonias nidiscursos.Esunanocheparalostrabajadores,losequiposdesalvamento,losobrerosdel infierno, losquehandejadounapartedesuvida,suspulmones,untrozodesualmaenestashectáreasderuinaydesolación.Estanochecortaremoslaúltimavigaylacargaremosenuncamión.Yhabremosacabado.

Hacesemanasque lacolumnadeaceroB1001,unode lospilaresde loscientodiezpisosdelatorreSur,sealzasobreelsuelodelfoso.Verticalcomounfaroenunocéanodeescombrosymetalretorcido.¿Cómoesquequedóintacta?Nossirviódeguíacuandofueroncayendolasvigasatirantadas,esostrozosdefachadacuyasfotoshan dado la vuelta almundo. Es todo lo que turistas y visitantes, de puntillas porencima de las rejas opacas, podían ver. Desde el principio, cuando la vimossemienterradaenelcaos,sabíamosqueseríalaúltimaenquedarenpie,queconellaterminaría nuestramisión. Excavamos a su alrededor, la preservamos, la tocamos.Creohabervistoaalgunosdecirlecosasenvozbaja.Doscarpinterosdelhierro,enunacestadegrúa, soldaronen laparte superiorun tuboquehizodemástilpara labandera. Una grúa elevó a los bomberos y, con un aerosol naranja, escribieron«FDNY347»,comohomenajeasusmuertos.Conpinturaazul,lospolicíasañadieron«NYPD23»;lospolicíasdelaAutoridadPortuariapusieron«PAPD37».

Un ironworkerdeMilwaukee,unchicoquehabía llegadodesdeWisconsinunanoche de octubre y se quedó, rindió homenaje a las víctimas civiles, las que alprincipionoteníanderechoalabanderacuandoseevacuabansusrestos.Escribióennaranja «CIVILES 2427». Nos preguntamos de dónde había salido una cifra tanprecisa,peroesoyanoteníaimportancia.

Elmetal de la viga, hasta la altura de un hombre, está cubierto de grafitis, denombresdedesaparecidos,amenudoconsuunidadosuparque,defirmasconfechasde nacimiento seguidas de «11/9/2001», «Siempre os echaremos de menos»,


«Desaparecido pero no olvidado». Fotos de bomberos sonrientes o policías enuniformedegalaseabarquillanenfundasdeplásticopegadasalmetaloxidado.

Lacitaesalassietedelatarde,enlaesquinadelascallesVeseyyWest.Desdehacequincedías, aquí soloquedamosunpuñado.AntesdeNavidad, elnúmerodetrabajadores iba menguando semana tras semana. A medida que desaparecían losescombros,elmontónseibahaciendomáspequeñoynoshundíamosmásenelsuelo.Paraquepuedanestarlosquehanencontradotrabajoenotrasobras—duranteunashorasmáshablaríamosdelosdedentroylosdefuera—,cortaremoslaúltimavigaalcaerlanoche.Havenidotodoelmundo,unosconropalimpia,otrosllegadosdesdelejos.Respiraneloloracreydulzóndelmontóndeescombros,elalientodeldragón.Este perfume de muerte, de plástico en fusión, de polvo de hormigón, de papelcalcinado, de hierro quemado, gasóleo, tierra sucia, miedo y sudor que impregnónuestrasropas,nuestroscabellosynuestrasvidas,quenosacompañó,aterrorizados,envenenados,hadadopasoalolordelbarrohúmedoyeltabaco.Casiloechamosdemenos.

Andy recibió hace quince días su carta de fin demisión. Se la llevó al jefe deequipoyleamenazóconhacérselatragarsinoencontrabaunaformadeprolongarsucontrato hasta el último día.Y la encontró.Hemos recortado las últimas piezas demetal,guardadolosequiposypreparadolaceremoniademañana.

Están los que no se podían marchar, a los que hubo que confiscar lasidentificacionesporqueveníanatomarunacervezaenlatabernaalahoradelcambiodeturno,yvolvíanlocosalosguardiasdiciendoqueteníanqueentrarabuscarunaherramienta,unpapel,unrecuerdo.Estánlosquealargabanhastaelinfinitosuúltimatarea, diciendoquenecesitabandoso tresdíasmás, «Jefe, solo eso»…Losque sehabían prometido olvidar todos esos horrores una semanita, cazando en Canadá odescansandoenFlorida,yalamañanasiguienteestabanallísentados,conloscodosapoyadosenlosmuslos,mirandoalvacío,enelvestíbulodelsindicato.Losquesepasabanlanocheconlosojosabiertos.

Siguenllegandohombresymujeresquellevandelamanoaniñosoadolescentesde ojos enrojecidos, cuando se oye por megafonía: «LaLiberté. Ironworker. Local40».ElsindicatohasorteadolosnombresdelosquevanacortarlaB1001entrelosquehanestadomástiempo.

Bajo la rampade tierra conAndy.Aélno leha tocado,pero levoyapasar elsoplete.

—Cat,teaseguroquenohacefalta.Yomiraréysacaréfotos,paraquelasveanalláarriba,enlareserva.

—¡Andy,nomejodas!Lacestadelagrúanossubeanuevemetros,alacúspidedelaviga,parafijarlas

cadenasdelagrúa.Colocamoslosmosquetonesydesdelacallenosllegaelsonidodetamboresygaitas.Losmúsicosllevankiltsverdesyboinasnegras,coneltrébolirlandésenlosenormestambores.


Loshombres,formadosencolumna,avanzanpesadamente,conlasbotasdecuerosobrelatierrablanda,haciaelfondodelafosa.Enloslabiosdealgunosasomaunasonrisa.Unalágrimaenlacomisuradelosojos.Accionoelmandodelaplataformaparabajar.Dejamossitioalosdoschicosquesubiránacortarelmástildelabandera.Caeunalluviadechispassobrelapequeñatropa,quegrita:«¡América!,¡América!».

Empuñanlabanderadebarrasyestrellasyluegoladoblanenformadetriángulo,comohacen losmilitares,yun ironworker se laentregaaLouMendes,unode losjefesdeoperaciones.Caeunanocheazuladasobrelaciudad,hacebuentiempo,estánencendidos los focos. El jefe del sindicato, Art Leary, me tiende el extremo delsoplete.

—Cat,¿tienesfuego?Cuandosilbaelgas,sacoelZippodelafundadelcinturón,despiertolallamapor

últimavezymecolocoelcasco,conlaviserasobrelanuca.Todoshanenmudecidoymirancómomearrodillosobre laplacademetal.El fuegomuerdeelacero,quesepone rojoy chorrea engotas incandescentes.Me levantoy tiendo laherramienta aAndy,queprolongaduranteunossegundoslacicatrizescarlata;ofreceelextremoaun conductor de maquinaria, que se lo da a un representante del sindicato demecánicos.Retrocedo,lepasoaAndyelbrazoporloshombros,yélsetapalabocaconlamanoparatoser.

—¡Joder,Andy! ¿Te vas a hacer una radiografía o no? ¿Cómo te lo tengo quedecir?

Cuandoestácortadalamitaddelaviga,eloperadordelagrúalevantalaflechaylas cadenas se van tensando. El camión de cabina amarilla y larga plataforma demaderamaniobramarchaatrás.Yaestá, la llamadevoralosúltimoscentímetros.Elmetalúrgico se levanta, cierra la llave de gas, mira cómo muere la llama y, entreaclamaciones, levanta el soplete por encima de su cabeza. Las cincuenta y ochotoneladassebalanceanbajolacariciademuchosparesdeguantesdecuero.

—Vamos,Joe,empiezaabajarla.LaB1001seinclinalentamente,hastaquedarenposiciónhorizontal.Elgruistala

colocaconsuavidadsobrecuatrosoportesenelsuelo.Elsemirremolqueavanza,losironworkerspasanbajolavigacablesymosquetones.Eljefedeobrahablaporradio,hacecírculosconlamanohastaqueselevantaporencimadelaplataformayquedatumbadasobreella.

—Yavale,Joe,cortatodo.Losrotuladoressalendelosbolsillos.Cadacentímetrosecubredefirmas,fechas,

frases.Algunossesubenalcamiónybuscanenlavigaunespaciolibreparaapuntarel nombre de un colega, un pariente, un amigo desaparecido. Un capitán debomberos,quehaperdidoaunhijodelquenosehaencontradonada,dagolpecitosenelmetal,comosiacariciaralamejilladeunniño.Sesecalosojosconlamanga.Sumujerledalamano,apoyalacabezaensuhombro.

—Cat,venaayudarnosacolocarlabandera.


Hancortadounafundadetelanegrayunagranbanderadebarrasyestrellasdeltamañodelaúltimaviga.Lacubrimosconelsudario.Doshombrestraenunramodefloresenviadoporelsindicatoylocolocanenelcentro.

—Cat, vamos a tomar una copa.No estoy seguro de querer estar aquímañanaparaelcircoconelalcalde,elgobernadorytodosloscapitostes.Estosehaacabado.

UnaprocesióndebotasTimberland,monosocreycascosdeobravaascendiendohacia el mundo de los vivos. Todos se pasan el brazo por los hombros, se danpalmaditas en la espalda, lloran sin vergüenza. Mientras estábamos cortando, unaguardia de honor de la Marina con uniforme blanco rendía honores en la partesuperiordelarampa,cercadeunabandera:«Nuncaloolvidaremos».Lasgaitastocan«AmazingGrace».Alasalidanosdanunabanderaacadauno.Estrechamosmanos,damosabrazos,apuntamosentrozosdepapelnúmerosdeteléfonoquenuncavamosausar.Luego,cadacorporaciónsemarchaengrupitosrumboasustabernasybaresfavoritos.

LosmontadoresdeacerovamosalHighlandsSportsBar,comoantesdel11deseptiembre,comocadanochedesdequevolvióaabrir.Rick,eldueño,nosesperaenlapuertaconuntraposobreelhombro.

—Sally, reserva un rincón del mostrador para todos estos. Esta noche ningúnironworker,policíaobomberopagalacerveza.Cat,Andy,bienvenidos,entrad.Cat,¿te acuerdas del 11 por la mañana, antes de que cayera la primera torre? Noapartábamoslosojosdela tele,yesoquetodoestabapasandoalfondodelacalle.Venid,vamosabeberalamemoriadelosfallecidosyalasaluddelasnuevastorres.Simepreguntaran,yovotaríaporreconstruirlasTorresGemelastalycomoestaban.ParamandarunmensajitoaeseBin loqueseayasusasesinos.Paramostrarlesquepodránherirnosperonuncaacabaránconnosotros.

Lacamareratraedostaburetes,quecolocaalfondodelabarra.Nosesperanunaspintas de Boréale roja. En la pared del fondo, entre los dardos y el mapa de loscondados de Irlanda, está la bandera con el sol amarillo sobre fondo rojo con unacabezademohawk.Cercadelbaño,elcartelenmarcadodeElhombretranquilo,JohnWaynecongorra llevandoenbrazosaMaureenO’Hara.Al lado,unareproduccióndelaportadadeMenatWork,ellibrodefotografíasqueLewisHinededicóen1932alosironworkersqueconstruyeronelEmpireStateBuilding.

—Cat,hacesemanasquenohablamos.¿Quéhaydelaspudwrenchdetupadre?—MellamarondeFreshKillselmespasado.Medijeronquequizátuvieranalgo,

quefueraaver.Lespedíquemeenviaranunafoto:eraunallaveinglesa,negra,comolas nuestras.Un poco torcida pero entera, sin duda venía de los talleres delWorldTradeCenter,deunacajadeherramientas.Lesdilasgracias,lesrecordéquenuestrasllaves tienenun extremo afilado.Dicen que tienenpor lomenos para unmes, quesiguenbuscando.Sehaperdido,Andy,séquesehaperdido.Nomepuedocreerqueestédestruida.Resistióalacaída,esoseguro.Quizáalguienlaencontróyselaquedóderecuerdo.OselahanllevadoaStatenIslandypasódesapercibida,antesdeque


instalaran las cintas transportadoras y lo inspeccionaran todo. Espero que estéenterradaallí,con todolodemás.AlmenosestaríaenelpuertodeNuevaYork,enlugardeservendidacomochatarra,enviadaaChinaparaquelafundanyquevuelvahastanosotrosenformadecacerolaenWallMart.

Rickbajaelvolumendelos televisores,quetransmitenunpartidodebéisbol,apetición de un jefazo del sindicato llegado de Washington, un moreno alto conpatillasalquenoconozco.Elvicepresidentedelsindicatodelmetallevantasupinta.

—Enlateleyenlaprensanohablanmásquedebomberosypolicías,peroaquítodossabemosloquehabéishechoenlaZonaCero.Sinvosotros, lascuadrillasderescatehubieranestadodandovueltasalrededordeestemontón tanmonstruososinsabercómometerlemano.Lasprimerasvigassecortaronelmismo11deseptiembre,antesdequesepusieraelsol.Lasvidasquesesalvaronoslasdebemosavosotros.Sehahabladodemasiadode«héroes».Esunapalabradesgastada,peroestanocheoslovoyadecir:estebarestállenodehéroes.Graciasatodos.Ahorapodréisdescansar.Ytanto para los que ya no trabajan en elWorld TradeCenter desde hace un tiempocomoparalosquequieranencontrarrápidamenteotrotrabajo,idaveraArtLearyenlamesaqueestácercadelapuerta.

—¿Quéteparece,Cat,vamosaver?—QuieroiraKahnawakeaveramihija,perodespuéspodríaser.Antes de salir del bar nos paramos en lamesa deArt, inclinado sobre un gran

cuadernodeespiral.—John, Andy. La obra de las dos torres del centro AOL Time Warner en

Columbus Circle, ¿qué os parece? Pasan a la segunda fase y están buscandomontadores.

—MevoyunosdíasaCanadá, si sepuedeesperaral5oel6de junio,pormívale.Noquierotocarunsopletehastadentrodeunañoodos.Enrealidad,noquierovolverapisarunaobradedemolición.Estarábienconstruir,volveracaminarporelcielo. Art, ¿tienes idea de cuánto tiempo habrá que esperar para que empiecen areconstruirenlaZonaCero?

—Bueno,eso…Entrelospolíticos,lospropietarios,losinquilinos,lascompañíasde segurosy los abogados,pasaránaños,Cat.Vana tardar enponersedeacuerdo.EstoesNuevaYork.

—Noimporta.Eldíaenquelanuevatorre,lasnuevastorres,unmonumento,loquedecidan,seempieceamontar,allíestaremos.


22

ChapelHill(CarolinadelNorte)Octubrede2002

AlgomásdeunahoradevuelodesdeNuevaYork.Sinembargo,enlapista,alpiedelavión, a pesar del relente de queroseno, se huele el sur. Aeropuerto de Raleigh-Durham,CarolinadelNorte.Eltiempoesagradableenesteveranillootoñal;cuandohedespegadoenelJFK,caíaunalluviafría.

Marysehainstaladocercadeaquí,enChapelHill,desdequeempezóelcurso.Dijoqueeraunaofertaimposiblederechazar:responsabledecoleccionesescolaresdelaeditorialdelaUniversidadDuke.«Duke,elHarvarddelSur—decíasonriendo—.Nisiquierameatrevíaaimaginarlo,yencimaahoraganocasieldoble».

Memostró lapáginawebdeDuke: edificiosdepiedradeestilo colegio inglés,hiedraenlasparedes,césped,unestadiodignodelacapital,bibliotecaconmillonesdelibros,escolaridaddemuchosmilesdedólares.Eraimpresionante,sobretodoparaalguienqueveníadelprogramadeaprendizajeparajóvenesindioscomomontadoresdeacero.

Eldíadesumarchalaacompañéalaeropuerto.Prometióvolverpronto.—Unahoradeaviónenlowcostnoesnada;soloestoyaprueba.Alomejoren

unmesestoydevuelta.Podrásiravermeamenudo,yyotambiénpodrévenir.Teloprometo,estonoeselfindenuestrahistoria.

Tres semanas después estaba de vuelta para pasar el fin de semana. Hicimospícnic en el parque, fuimos al cine a ver una película francesa que no entendí enabsolutoyaunrestaurante,eldomingoporlatarde,despuésdepasarlamañanaenlacama.CuandomeanuncióquesemarchabadeNuevaYork,unañodespuésdel11deseptiembre,penséquenovolveríaaverla.UnromancedelaZonaCero,comootrostantos.Laenfermerayelobrero,laeditorayelmetalúrgico.Peroellahavenidounavezyahorametocaamíiraverla.

Laspuertasautomáticasdelvestíbulodeentradaseabren.Ahíestá.Sehacortadolos rizos pelirrojos, lleva una blusa rosa y pantalón blanco, sonrisa de cine, bellacomounaactriz.Mehaceseñasdepuntillas,abrelosbrazos.

—¡John!¡Quéalegríaverte!¿Haidobienelvuelo?¿Nollevasequipaje?—Sinproblema.No,todoestáaquí.


—Ven,me he comprado un coche hace dos días.Vamos a comer en un puertopequeñitoaorillasdelocéano.Vamosdirectamente,yapasaremosdespuésporcasa.

En el aparcamiento, la capota de un Volkswagen Escarabajo amarillo se estálevantando.Marytieneenlamanoelmandoadistancia.

—¿Quéteparece?Noestámal,¿no?Estamosdesuerte,eselveranillo.Yaverás,lacostadeCarolinadelNorteesmaravillosaenestaépoca.

EnunmomentoestamosenBeaufort.Esepuerto,sobreunalenguadetierraentreestuarios, islas arenosas y bahías recortadas fue, como proclama un cartel a laentrada,unadelasbasessecretasdelpirataBarbanegraenelsigloXVIII.

—Cazadoresdetesorosrecorrenlasaguasdelaregiónenbuscadesubarco,quese llamabaLaVenganzade laReinaAna.Lohundió élmismo; debedehaber unafortunadentro—diceMarysonriendo,sinapartarlosojosdelacarretera.

Másadelantehayuncartel:LABORATORIOMARINODELAUNIVERSIDADDEDUKE.—La semana pasada me invitaron los investigadores del Laboratorio. Así

descubrí este rincón—diceMary—. Hay un restaurante donde tienen un pescadodelicioso,másadelante,enelmuelle.

Enelaparcamiento,dejaeldescapotablecercadelos4×4,entreremolquesparabarcos,fuerabordasymotosdeagua.

Elrestauranteesunantiguohangarparabarcos,repintadoengrisazulado.Unpezespadademaderatalladasebalanceaalaentrada,yhayestrellasdemarpegadasenlapuerta.Dentrohayfotosdepartidasdepesca,ungrifodecervezadecobre,trofeosdisecados,banderasnáuticas,maquetasdevelerosyfuerabordasdecaoba.Laterrazasobre pilotes se adentra en la bahía.Al fondo hay un amplio canal que toman losveleros, islasvírgenesalargadasy, a lo lejos, la resacadelAtlántico.Ellapideunafuentedeostrasyunacopadevinoblanco;yo,unacerveza.Secolocalasgafasdesolsobreelpelo,mesonríe.

—¿Quétepareceelsitio?—Meencanta.Cuéntame,¿cómotevaporaquí?—Demiedo.Aunquetengomásresponsabilidadesdelasquemeesperaba:vamos

a lanzar nuevas colecciones y a desarrollarnos en internet. En Nueva York habríatenido que esperar diez años para conseguir un trabajo así. Mis compañeros sonencantadores,yeljefedeldepartamentoesunfigura.Noteimaginashastaquépuntoes estimulante trabajar en un ambiente como el de Duke. Es un concentrado deinteligenciayerudición.EstoyseguradequehayqueiraPrincetonoaHarvardparaencontraralgoparecido.Estoyencantada.¿Ytú?¿QuétalenNuevaYork?

—Bien,bien.LaobradelasededeTimeWarneravanza.Prontoterminaremoselesqueletodelaprimeratorre.Hepresentadolospapelesparaserjefedeequipo,meformaré,pasaréexámenes…ApropósitodeHarvard,¿laUniversidaddeDartmouthtedicealgo?

—¿Dartmouth?Sí,claro.NewHampshire.FormapartedelaIvyLeague.Elclubdelasuniversidadesmásprestigiosasdelpaís.¿Porqué?


—Pormihija,Tami.Lahanaceptadoparaestudiarculturasautóctonas.SevaacentrarenlastribuscrideCanadáypequotdeConnecticut.Todosalvolosmohawk.

—¡DartmouthCollege!Esgenial,perotevaacostarunafortuna…—Puesno,haconseguidounabecacanadiense,unacuerdoconEstadosUnidos

reservadoalosindios,enconcretoalasmujeres.Leenvíotrescientosdólaresalmes,todolodemásestápagado.Enrealidad,noséquiénlopaga.Viveenelcampus,elalojamientolesalegratis.Quiereserinvestigadora.Siemprehasidobuenaestudiante.

—¿Lavesamenudo?—Nomucho.Llevomesessinirporlareserva.Laúltimavezfueparafirmarlos

papelesdeldivorcio.Hede reconocerquenohe sidobuenpadre.Tengomiedodequemeculpeportodasestasausencias.

—John,hashecholoquehaspodido,contutrabajo.Enlaterraza,dosparejasseacercancharlandoaunamesavecina.—Mary…MarySullivan,¿eseso?—diceunode loshombres,alto,conbarba,

sonriente;llevaunagorraconla«D»deDuke—.Vinoustedallaboratoriolasemanapasada,¿seacuerda?SoyRobertDobson,eldirector,yestaesmimujer,Jeanne.

—Sí, claro, por supuesto. Buenos días, profesor Dobson; buenos días, señora.Estuvimoshablandodeunproyectodeunlibroinfantilsobrelabiodiversidadmarina,¿no?

—Así es.Me interesamucho la idea, he implicado a algunos estudiantes en elproyecto, la llamarán.Me alegro de verla.Buenos días, señor, ¿es usted colega deMaryenDuke?

—Hola.No,enabsoluto.MellamoJohnLaLiberté.Soyobrero,enNuevaYork.Construyoedificios.

—Ah,quéinteresante…Bueno,nolesmolestamosmás.Queaproveche.—Igualmente.Mástarde,enelcoche,mientrasrecorremoslabahía,Marydice:—John, ¿por qué has dichoque eres obrero?No eres obrero, eresmetalúrgico,

ironworker.Yademáseresunhéroedel11deseptiembre.—Mary, losmetalúrgicos son obreros.Mi padre ymi abuelo eran obreros. Yo

también.¿Teplanteaalgúnproblema?—Claroqueno.EstoymuyorgullosadeloquehicisteenlaZonaCero.Hubieras

podidocontárselo.—No.Y,porfavor,dejaesodeloshéroes.EnChapelHilltienealquiladounpisopequeñoenunaresidencia,construidacon

madera,enlalindedelbosque.—Los empleados de Duke tienen un precio especial, esmuy barato. De todas

formas,simequedodespuésdelperíododeprueba,mecompraréalgo.MiscolegastienenunascasasmuybonitasporaquíyesmuyasequiblecuandovienesdelNorte.Yaverás.Estamosinvitadosacenarmañanaporlanoche.

Esanochelapasamosdespiertos,yluegodormimoshastamediodía.


—Cariño,¿teapeteceunbrunch?Hayuncaféconlibreríaquemeencanta,estácercadelaentradadelauniversidad.Asípodréenseñártelotodo,siquieres.

—Vamos.El aparcamiento está repleto: Subarus Outback, camionetas Volvo, un coche

europeo que cabe en la cabina de mi pick-up…No sabía que hubiera coches tanpequeños.DosVolkswagencomoeldeMary,decoloresdiferentes.

Esperamosveinteminutosenlapuertadelcafé,rodeadosporunabandadechicosruidososymaleducados.Separeceaunalibrería,conalgunasmesasdemaderaenelcentro,unmostradorllenodeensaladasyunhornodelquesalenpastelesytartasdeverduras.Lasparedesestánadornadasconcartelesdepelículasrecientes,delasquenoheoídohablar.Noentiendocasinadadelacarta,queestámitadenitaliano,mitadenfrancés.

—Voyapedirbacalaoconbulgury,parabeber,téverde.¿Ytú,John?—Nolosé.Averquédicelacamarera.Cuando le pregunto a la adolescente de pelo rosa si puedo pedir una

hamburguesa,marcaunapausayenarcalascejas.—Ah,no,nadadecarneaquí,señor.—Bueno,entoncesunbocadillodejamónyquesofundido.YunaBudweiser.—Tampocotenemosalcohol.Porlatarde,Marymellevaasudespacho,degrandesventanales,enunaantigua

fábricadeladrillorojorestaurada.Laatraigohaciamí,labeso,lepasolasmanosbajolafalda,lebajolasbragas.

—Espera,voyacerrarlapuerta.Baja las persianas, hacemos el amor sobre lamesa. Ella atrapa con unamano,

muertaderisa,lapantalladeunordenadorquecasisevaalsuelo.—CuandoledijeamicompañeraSuzy,conlaquecompartodespacho(estaessu

mesa),queminovioveníadeNuevaYork, insistióenquequeríaconocerte.¿Notemolesta?Yaverás,esencantadora.Noconozcotodavíaasumarido,esprofesorenlaUniversidaddeCarolinadelNorte,enChapelHill.Sociología,creo.

VamosacenaracasadeSuzy.Llegamosalasseisymedia,despuésdepararenelcentrocomercialparacomprar floresyunabotelladevino.Esunacasagrande,demadera, pintada de blanco y verde, bajo unos árboles centenarios y con un jardínfrondoso.Doscochesenelgaraje,unamotoalemana.

Enelsalón,labibliotecallegahastaeltecho,conunaescalerillademaderaparaalcanzarlosúltimosestantes.Haydiplomasuniversitariosydistincionesacadémicasdecorandolasparedesylachimenea.Enunafoto,unaparejaradianteposajuntoalpresidenteClinton.

—Buenas noches, bienvenidos. Todd, esta esMary, la compañera de la que tehablé,queacabadellegardeNuevaYork.Mary,esteesmimarido,Todd.YustedesJohn,suamigodeNuevaYork,¿no?

—Sí,buenasnoches.


—Marymeha dicho que participó durantemeses en las búsquedas en laZonaCero.¡Diosmío,esustedunhéroe!Noslovaacontar,¿no?Esapasionante.

Haninvitadoaunaparejadevecinos,élesingenieroinformáticoyellacuidadesuscuatrohijos.

—Bueno, solocumplíconmideber.Losbomberosnecesitabanquecortásemoslas vigas torcidas para poder avanzar. Nuestro trabajo es cortar acero, así que locortamos,esoestodo.

—Habrávistocosasespantosas.—Aveces,sí.—¿Porquénoseencontraronmásheridos?—Los pisos se cayeron unos sobre otros. Con la presión y el calor de los

incendios,loscuerpossepulverizaron.Estabanenlasnubesenormesquevieronporlatele.Pasaronvariosmeseshastaquelocomprendimos.

—Heoídodecirquelosindioscomoustednosufrendevértigo.¿Esverdad?—Es una leyenda. Algunos lo tienen, otros no. Yo, por ejemplo, siempre he

tenidovértigo.—¿Ycómoselasarregla?—Meheacostumbrado.Luego laconversaciónpasaa laobsesiónpor la seguridadde laadministración

Bush:estánencontra;supolíticaexterioragresiva:lacondenan;lasperspectivasdepaz en Oriente Próximo; una película israelí que ha vistoMary en el cineclub deDuke; el palmarés de un festival de cine en lasRocosas, algo así comoSunriseoSundance; la últimanovela de un tal John Irving; el cambio de redactor jefe en elNewYorkTimes,oenelWashingtonPost,yanomeacuerdo;lamuertedeunaactrizquenomesuenadenada;unescritorqueviveporallícerca,acusadodematarasumujertirándolaporlasescaleras.

CuandoempiezanacomentarlaprogramacióndelapróximatemporadateatralenChapelHill,preguntoporelbaño.Melavolasmanosysalgoporunapuertaventanaquedaaunaterraza,enlapartetraseradelacasa.Mequedoescuchandoalospájarosenlospinos,observoaunratóncorrerdeunagujeroaotroentrelosárboles,respiroelalientodelatierra,cierrolosojosunossegundos.

A lamañanasiguiente,mientoaMary.Ledigoquehe recibidounmensajedelcapataz,quehayunaurgenciay tengoquemarcharmeenelprimeravión,aúltimahoradelamañana.Meacompañaalaeropuerto,mebesaydice:

—HastaprontoenNuevaYork,cariño.Desde entonces no he contestado a sus llamadas ni a sus mensajes. Cuando

anunció su llegada a Brooklyn, memarché tres días a Kahnawake. Ami regreso,encontréunanotabajolapuerta.Leescribíuncorreo.Enelmomentodemandarlo,locopiéamanoenunacarta:«Losientomucho,Mary,creoqueloentenderás.Queseasfeliz».

Nolahevueltoaver.


23

NuevaYorkDiciembrede2003

—¿John?¿JohnLaLiberté?Hola,soyKaren, laamigadeAndy,deBayRidge.¿Temolesto?

—Túnunca,Karen.¿Cómoestás?—Yoestoybien.EsAndy.Bueno,noqueríaquetedijeranada,sevaaenfadar

mucho,peromedaigual.Noestábien.Tose,tosecadavezmás.Nopuededormir,yano se queda en mi casa porque no para de toser. Cuando está tumbado no puederespirar, solo logradormirenunsillón.Desdehaceunosmeses,escupesangre.Haintentadoocultármelo.Tehabrásdadocuentadequehaadelgazadomucho…John,tellamo porque le he convencido de que vaya al hospital Monte Sinaí, allí hay unprogramaparalosvoluntariosdeWorldTradeCenter.

—¡Porfin!Enhorabuena,Karen.Hacemuchoqueselodigo,desdequeacabaronlasobras, en realidad.Empezóa toser cuando todavía estábamosenel foso.Decíaqueeraunresfriado,detrabajardenochebajolalluvia,peronoeraeso.Eraelpolvo,Karen, todo ese polvo asqueroso que nos tragamos en la Zona Cero. Ha esperadodemasiado…

—Yalosé,he leído losartículos.John,nosabes lopreocupadaqueestoy.Dicequeselepasará,perovaapeor.Tellamoporquetieneunacitamañanaporlatarde.Noquierequeleacompañe,yeneltrabajolotengomalparaescaparme,asíquehepensadoqueigualtúpodíaspasarteporallí…Nosésimeentiendes,paraquenoestésolosiledanunamalanoticia.

—Tienesrazón.¿Aquéhoraeslacita?—Mehadichoquedespuésdecomer,perocreoquehayqueesperarmucho.—Mira,mañanaestaréenuncursoenelsindicato,peroterminaremoshacia las

tres. Es en la sede, en ParkAvenue. Casi puedo ir a pie. ¿Te parece que le llameantes?

—No, ni se te ocurra. Ya le conoces, te dirá que no vayas. Quizá puedasconvencerledequepasabasporallí,parainformartesobreelprogramadesalud.

—Vale,Karen,esoharé.Hacediezdíasquenoleveo.Medijoqueteníaunaobrapequeña,laampliacióndeunsupermercadoenQueens,mientrasyohacíaelcurso.


—Noha ido.Enrealidad,sospechoqueese trabajonuncaexistió.Laverdadesqueyanopuedetrabajar.Seahogasolodesubirlaescaleraparaveniramicasa.¿Tedascuenta?Hatenidoquellegaraestepuntoparaaceptariralmédico.John,tengomiedodequeseamuygrave,unadeesasenfermedadespulmonaresdelasquehablanlosperiódicos.Cientosdebomberosyde ironworkers están cayendo enfermos.Oshanenvenenadoenesamalditaobra.

—No era una obra, Karen, era nuestro deber. Pero te entiendo. Pasaré por elMonteSinaí,meencontraréconAndyenunpasillo.Tellamomañanaporlanoche.Graciaspordecírmelo.Todoirábien,notepreocupes.

—Muchasgracias,John.Unbeso.¡Joder!¡Losabía!Latosleimpiderespirar.Cuandosepublicóelprimerartículo

sobre los síntomas en elDailyNews, a principios de 2002, lo llamaron«la tos delWorldTradeCenter».SeloenseñéaAndyyledije:«Yavesloqueteesperasinollevaslamáscaratodoelrato».Ymecontestócualquiercosa,nosé.Yahoraesto.

Al día siguiente, a las tres de la tarde, voy a ver al profesor—he empezado aprincipios de año la formación para ascender a capataz—y le digo que tengo quesalirantes.

TresestacionesdemetromásallásalgoenlaaceradeCentralPark,acienmetrosdelhospitalMonteSinaí.Enlavidrieradelaentrada,uncartelindica:WORLDTRADE

CENTER–PROGRAMADESEGUIMIENTOMÉDICO.Unlargopasilloaladerecha,unapuertadedoshojas,saladeespera.Ahíestá.Haadelgazadomucho,tienelosojoshundidos,lapielgrisycerúlea.

—John,¿quéhacesaquí?—¡Andy! ¡Qué casualidad! Podrías haberme avisado. ¿Es la primera vez que

vienes?Coneltiempoquellevodándotelalataparaquetehagasunaradiografíadelpulmón…Amímemandaelsindicato,porlodelcurso.VisitaobligatoriaalMonteSinaíparatodoslosvoluntariosdel11deseptiembre.Teníalaintencióndehacerlodetodasformas.¿Cómovalodelatos?

Bajalavista,fijalamiradaenlospies.—Bueno, nomuy bien. Ha empeorado últimamente.Me cuesta respirar, sobre

tododenoche,asíquehepensadoque…—¡Claroquesí!Cabezota,¿teacuerdasdecuántasvecestedijequenotequitaras

la máscara, que cambiaras los filtros cada dos horas? ¿Cuántas veces te dije quefuerasalmédico?

—Sí,Cat,yalosé.Lointenté.Intenténoquitarmelamáscara,peroconellanoconseguíarespirar.Salvoconlaúltimaquenosdieroncasialfinal,lagrande.

—Bueno, ahora te haránuna radiografía, se lo cuentas al doctor, todo irá bien.Tienequehabertratamientosparacurarte.

Entraunaenfermeraconunacarpetaenlamano.—AndrewConners,eldoctorMuddleveráenlapuerta4.


—Hastaahora,Andy.Mequedoaquí,tengoquerellenarunosformulariosparaelcurso.Teespero,siquieres.

—Vale,Cat.Enlasaladeespera,cuatrosillasestánocupadasportreshombresyunamujer.

Laropa,elcalzado,lasmanos:todosestánallíporlomismo.Unomereconoce,mehaceunaseñalconlacabeza,bajalamiradaasuSportsIllustrated.

Enunamesabaja,hayfolletosdondesedescribeelprograma:estáfinanciadoporfundaciones privadas, no hay que pagar nada, incluso sin seguro de enfermedad;primer reconocimiento completo, seguimiento médico anual, tratamiento con losmejoresespecialistas.Lasprimeras líneasdicenque lacaídade lasTorresGemelasprovocó una nube de residuos que contenían 1,8 millones de toneladas decontaminantes,algunosdealtatoxicidad.

Meacercoaunasecretariaqueestádetrásdeunmostrador.—Disculpe,señorita.Hepasadonuevemesesen laZonaCero,soy ironworker.

He venido a acompañar a un amigo. ¿Cree que puedo apuntarme al programa?¿Puedopasarelreconocimiento?

—Por supuesto, puede solicitarlo sin problema. Le doy los formularios. Luegotendrá que pedir cita. Hay una espera de tres o cuatro semanas, en función de sudisponibilidad.

—Ah…¿Yhoy?—Hoyesimposible.Empiezoallenarlascuatropáginas.Llegadaalazona:11deseptiembrede2001

por la noche. Fin de misión: 28 de mayo de 2002. Tendré que hacer fotocopias,buscarmisnóminas,fotocopiar lasautorizacionesdeacceso.Enla línea«Consumodealcohol»marcolacasilla:«Moderado».Encuantomehaganelprimeranálisissevanadarcuenta.Yameexplicarécuandollegueelmomento.

Miroelreloj.Mediahora.Leotodoslosfolletos,lostestimoniosdelosbomberosylospolicías,quecantanlasalabanzasdelprograma.Historiasllenasdeesperanza,sonrisas,curaciones.Unahora.Melevanto.

—Disculpe de nuevo. Estoy esperando a Andrew Conners. ¿Cree que le faltamucho?

—Conners…Conners…Creoqueyahaterminado.Sí,sehamarchado.—¿Cómoquesehamarchado?Nolehevistosalir.—Igual ha salidopor la otra puerta, la queda a la avenidaMadison.Estámás

cercadelaconsultadeldoctorMudd.—Laotrapuerta…Bueno,gracias.Mañanatraerétodoslospapeles.En la calle, llamo a Andy almóvil. Buzón de voz. Karen, que trabaja en una

panadería, tampococontesta.Acelerohasta laparadademetro.AlgomenosdeunahoraparallegaraBayRidge.Andyviveadoscallesdemicasa.Llamoalapuerta.Nada.Vuelvoa llamarlealmóvil.Escuchoel timbredel teléfonoalotro ladode lapuerta.


—Andy,noseasimbécil.Séqueestásahí.Abre.¿Porquétehasmarchadoasí?Tedijequeteesperaba.

Doycuatrogolpecitos.—Andy,mierda,abre,soyyo.¡Abre!Ruido de pasos, vuelta a la cerradura, pero la puerta sigue cerrada. La abro y

entro.Andyestásentadoenelsillóndecuerodelsalón,conlabarbillaapoyadaenlasmanos.

—¿Quéhaces?¿Notehasacordadodequeteesperaba?—Losiento,Cat.Nohetenidofuerzas.Esmalo.Yalosospechaba,peroespeor.—¿Quépasa?—Eldoctordicequeesfibrosispulmonar.Nohaymedicinas,nohaytratamiento.

Faseavanzada.Mehadadoseismeses,unañocomomucho.—¡Joder!¡Nopuedeser!—Teníasrazónconlodelamáscara.Esloprimeroquemehapreguntado.Lehe

dichoquelausabaaveces,peronotodoelrato.Nosoyelúnico.Eldoctorhasidomuyclaro,dehecho,loprefieroasí.Dicequeesunodeloscasosmásgravesquehavisto,quemehetragadounmontóndeporquerías,muchoamianto.Lospulmonessemeestáncerrando,estáncicatrizandopordentro.Mevoyaasfixiar.

—Mierda, Andy, tiene que haber algo, un tratamiento. Hay que buscar unasegundaopinión.

—Sabes tan bien como yo que en el programa de Monte Sinaí trabajan losmejores.Yahasleídolosfolletos,losprimerosmuertossondelañopasado.Mevanahacerunescáner,ymesacaránuntrozodepulmónconuntubito,peroeldoctordiceque no quiere darme falsas esperanzas. Estoy aviado, Cat. Me voy a morir. EsedesgraciadodeBinLadentendráunavíctimamás.

—¿HashabladoconKaren?¿Yalosabe?—Hallamadotresveces.¿Teimportahablarconella?Yonosoycapaz.Dileque

laverémañana,siquiere,peroqueahoranecesitoestarsolo.—Ah,no,notevasaquedarsoloprecisamenteestanoche.Mequedocontigo.Te

voyapreparar…—Cat,porfavor.Voyaintentardormir.Nopuedomás.Graciasporhabervenido,

peronopuedomás.Aldíasiguiente,ytodoslosdemás,paséaverleporlamañanayporlatarde.Su

estado empeoró, como si el hecho de saberlo hubiera debilitado sus defensas.Unasemana después, el escáner confirmó el diagnóstico.Losmédicos renunciaron a labiopsia, no había duda de que era una fibrosis en estado avanzado. No volvió atrabajar.Seencerróensucasa,yanoveíaanadie,salvoaKarenyamí.

El12deeneroacudoamiprimeracitaenelMonteSinaí:radiografíapulmonar.Traslamesa,eldoctorRaymondMudd,conelpelocortadoacepilloyunbigote

demorsagris coronandouna amplia sonrisa, cuelga las radiografías deun armarioconluz.


—Bueno,joven,noestámal,nadamal.VeoensuhistorialquetrabajóenlaZonaCero,desdeelprimerdíahastaelúltimo.¿Esustedpolicía?¿Bombero?

—Ironworker.—Ah,enprincipio,esoconllevamásriesgo,porlossopletes…Bueno,tengoque

confesarquenuncahabíavistoanadieconlospulmonesentanbuenestadodespuésdepasarallítantotiempo.Unaspequeñasmanchas,peronadagrave.¿Cómolohizo?

—La máscara. Llevé la máscara todo el tiempo, cambiaba los filtrosconstantemente.Desdeelprimermomentosupequeestábamosrespirandoveneno.

—Le felicito. Es exactamente eso, veneno, y de los peores. No he visto unamezcla así en treinta años de carrera. Para empezar, está el cemento, miles detoneladasdecementopulverizado.SoloelpolvotieneunpHdeentre10y11,loque,hablandoencristiano,equivalearespirardesatascadordeshidratado.Sisumamoselamiantoencantidadesindustriales, laspartículasdecristalmicroscópicasy,durantelosprimerosdías, los residuosde combustióndelqueroseno,dioxinas, disolventes,cientos de productos químicos, metales pesados y residuos de cuerpos humanospulverizados,seobtieneuncalderodelabrujadetoxicidadinenarrable.Vaaserunahecatombe.Ustedhizolocorrecto,peronotodoelmundoestáenlamismasituación.¿Esquelasmáscarasnoeranobligatorias?¿Nohabía?

—Másomenos.Losprimerosdíaseranmuymalas,depapel,ysetaponabanentres minutos. Luego llegaron otras algo mejores, pero había que tener cuidado,cambiarlosfiltros,noquitárselasparahablarporlaradio.Aveceseracasiimposible.Algunos nunca llegaron a acostumbrarse. Ya ha visto a mi amigo Andy Conners,creo…

—¿ConoceaAndrewConners?—Andyescomounhermano.Somosindios,mohawkdelnorte,llevamosveinte

añostrabajandojuntos.¿Estámuygrave?—No le voy a mentir, es un caso desesperado. Está condenado, no se lo he

ocultado. Me he quedado con sus análisis y radiografías para mostrárselos a misinternosyaloscolegas.Eselcasomásgravequehemosvistodesdequeempezóelprograma.Tienelospulmonesmássuciosqueunminerodelcarbónjubilado.Cuandoestos órganos sufren una agresión tan brutal reaccionan creando cicatrices. Eldiagnóstico es claro, pronto necesitará asistencia respiratoria permanente, pero eloxígenonolesalvará.Dentrodepoconopodrácaminar,nicomer.Seráelfinal.

—¿Nohaytratamiento?¿Nohaymedicinas?—Nada, lo siento. En casos menos avanzados a veces podemos ralentizar la

evolución,aunquenodetenerlaniinvertirla.Peroenestecasonohaynadaquehacer,soloaliviareldolor.

—Nosdecíanqueusásemoslamáscara,habíacartelesrecordándolo,peronadienos explicó la magnitud del riesgo, el grado de toxicidad del aire. De haberlosabido…


—Perohayalgopeor,amigomío.Alprincipiodelprograma,porquemehacíalamismapregunta,investiguéunpoco.Encontréunadeclaraciónoficialdeladirectorade la Agencia Federal de Medio Ambiente que decía, el 18 de septiembre, unasemanadespuésdelataque,que…espere,lotengoporaquí,seloleo:«Mecomplaceconfirmar a los neoyorquinos que el aire que respiran es sano. No tienen por quépreocuparse por las cuestiones medioambientales cuando regresen a sus casas ypuestosdetrabajo».

—Tremendo,¿no?—Tremendo, irresponsable, criminal, pero sobre todo político. Recuerde: una

semanadespuésdel11deseptiembre, laprioridaddelaadministracióneraabrirdenuevoWallStreet,acienmetrosdeloqueustedesllamaban«elmontón»,dondelosincendiosseguíanhumeando.

—Huboincendiossubterráneoshastafinalesdenoviembre.—Sí, había que mostrar a cualquier precio que Estados Unidos estaba herido,

peronodegravedad.Yo creoque este comunicadode laAgencia lodictó laCasaBlanca.Nomeextrañaríaquenosencontráramosconañosdepleitos, toneladasdedenunciasyaccionescolectivas.Tendríaqueinformarse.Parasuamigoesdemasiadotarde,peroseguroquenoseráelúnico.

—Sí.Lohablaréconelsindicato.—Levoyapedirunescáner,paravermásdecercaesasmanchitas.Peronose

preocupe,nocabeduda,esbenigno.Encambio,hayotracosaquequierohablarconusted.Tengosusanálisis.¿Tienealgúnproblemaconelalcohol?

Intentominimizar,decirlequebeboavecesunacervezaodosaúltimahoradelatarde, con los amigos, al salir de la obra. Leo en sus ojos que no se lo cree. Hacomprendido.Entoncesselocuentotodo.

El primer trago de bourbon a los quince años para cruzar el puente viejo deKahnawake.Labotellaescondidaenelvestuariodelcentrodeaprendizaje.Elvértigoparalizante que solo logro domesticar con el alcohol. Elmiedo. La vergüenza. Lapetaca siempre en el bolsillo. Estratagemas para ocultarlo. La puerta del baño, lasmiradasde losquesehandadocuenta.Eldespreciode lossuertudosque lo tienenfácil.Elvalordemipadre,sumuertefulminante.Laleyendadeloscaminantesdelcielo,losskywalkers,valerososguerrerosmohawkqueignoranelmiedo,equilibristasdelosrascacielos,héroesdesupueblo,constructoresdeAmérica.

—Ya ve, doctor. A pesar de los horrores de la Zona Cero, los cuerposdespedazados,el fuego,elhumo, lasvisionesdel infierno,porprimeravezno tuvequeescondermealamanecerparatomaruntragoantesdesubirmealascensor.Noséporqué,peroinclusocuandohabíaqueelevarseporencimadelosescombrosenlascestasparacortarelaceroenlasalturas,nuncatuvevértigo.

—¿Yluegohavueltoatrabajarenunaobraordinaria?—Enrealidad,no.Mecontrataroninmediatamentedespuésparalaconstrucción

delastorresTimeWarner,enCentralParkOeste,perolespedíquenomepusierana


conectar.Paranosotros,«conectar»quieredecirtrabajarenlasalturas,montarvigasenlomásalto,enelcielo.Esoyanoconsigohacerlonisiquieraconalcohol.Puedeque sea cosa de la edad. Hay que dejar sitio a los jóvenes. Estoy preparando losexámenesdecapataz,paradirigir lasoperacionessin tenerquesubira lomásalto.Quiero trabajar en la construcción de lo que ocupará el lugar de las torres. Luegopodréjubilarme.

—Sus análisismuestran que sigue bebiendo, señor…LaLiberté. Es un nombrecanadiensefrancés,¿no?

—Es canadiense, pero no francés, doctor. Es canadiense mohawk. Quisieradejarlo,ahorainclusoconsigobebermenos…Perohacetantotiempo…¡Noesfácil!

—Mire,hatenidosuerte.Hatomadolasprecaucionesnecesarias,vaasuperarsinconsecuenciasunaaventuraenlaquemuchosvalientes,todosesoshéroesdel11deseptiembre,hanperdidolavidaolasalud.Perosisigueporesecamino,lemataráelalcohol.Deunaformauotra,lematará.

—Yalosé,doctor,gracias.Lointentaré.Eslaprimeravezquehablodeelloconalguien.YconlodeAndy,¿sepuedehaceralgo?

—No mucho, me temo. Estar a su lado. Cada vez será menos autónomo.Necesitaráunasilladeruedas,enunassemanas,unosmesescomomáximo.Levoyarecetarunmedicamentoenaerosol,conunamáquina,peronomehagoilusiones.Suestadoesmuygrave.Vaamorir.

Enprimavera,Andyyanoteníafuerzasparalevantarsedelsillón.Sequedóallíseis semanas, con la mirada perdida, conectado permanentemente a un respiradoreléctrico que ronroneaba en el salón. Casi no comía, aspiraba el aire con largossilbidos roncos. Se apagaba. Una mañana, cuando Karen entró en el piso, habíadejadoderespirar.


24

NuevaYork27deabrilde2005

Enlafotoampliada,JoeRegis,mohawkdeKahnawake,estáahorcajadassobreunaviga,deespaldas,conel torsodesnudoyuncasco rojoen lacabeza.Conelbrazoderecho,enguantadohastaelcodo,enroscacontodassusfuerzasunatuercaconunallavedecola.ConectaelaceroenloaltodelChaseManhattanBankenconstrucción,en 1960. Ante él está el tejado de cobre verde delManhattan Company Building,construidotreintaañosantes.LascimasdeManhattan.Alfondosevelabahía,luegoelocéanoy,por fin,elhorizonte.Reinasobre laciudad.Elcartel,deunmetropordos, indica la entrada a la exposición: BOOMING OUT, LOS IRONWORKERS MOHAWKCONSTRUYENNUEVAYORK.

VaapermanecerseismesesenelMuseoNacionaldelosIndiosAmericanos,laantigua aduana, tras sus monumentales columnas de piedra en la punta sur deManhattan.

Dentro hay una foto ampliada en un panel de madera. En ella aparecen doshermanosDiaboen1916fijandounavigaenelpuentedeHellGate,enelpuertodeNuevaYork.Al lado,enunafotoencolordelaño2000,unoscarpinterosdelcielorodean,eneltopping-outdelatorreBearStearns,enManhattan,unárboldeNavidadcolocadosobrelavigamásalta,porencimadeunabanderaestadounidense.

En la segundasala,uncartelpresentaunavistaaéreade la torreSurdelWorldTradeCenterenconstrucción,en1970.Eltextoquelaacompañaestáfirmado:«JackLaLiberté,mohawkdeKahnawake.Entrevistaenlaobra»:

Para nosotros, montadores del acero indios, los rascacielos son nuestraspirámidesdeEgipto,nuestroEmpireStateBuilding,nuestrasobrasmaestras.Nuestrospadresyabuelos,ynuestrosancestrosantesqueellos,construyeronlos puentes, las ciudades y los monumentos del hombre blanco. Pasarelas,montañas de hierro, ciudades de América. Antes de la invasión de nuestrastierras éramos carpinteros, constructores de casas alargadas.Cuandonuestrosantepasadosentendieronqueno ibanaderrotaral invasorvenidodelEste,seganaronunhuecoenestenuevomundoconesfuerzoysudor,valentíaysangre.Nosenorgullecemosdeello.No tenemosnadaqueverconsusentimientode


culpa, que pretenden acallar con subsidios, desgravaciones en tabaco olicenciaspara abrir casinos.El ironworker no vive de la caridad.Al caminarpor una viga sobreManhattan, al ensamblar manualmente las piezas de suscatedrales de acero, yo no estoy en su universo sino en elmío. Camino pordondenadiehacaminadoantes.Porelcielo.Conlaságuilas.


25


Mepasésemanas,meses,buscándolaentrelosescombros.Mepaséhorasexcavandoycreíhaberlaencontradoalmenosdiezveces.Soñéconellaporlasnoches.Volvíalcementeriode lasTorresGemelas, enStaten Island,peronada.Desaparecióeneseinfierno,comolosmueblesquesevolatilizaron,comolacarlingadelosavionesoloscuerpos pulverizados, de los que no se encontró ni un átomo. ¡Me habría gustadotantotenerlaestanoche!

Sentado en un cajón con la etiqueta «Piezas de ascensor» en lo alto de laestructura,aúndesnuda,delaFreedomTower,enplenanocheveraniega,cierrolosojosymeimaginolaodiseadelallavedecolademipadre,JackLaLiberté,alquellamabanTool.

La compró mi bisabuelo en Canadá en los años veinte, se usó en el ChryslerBuilding,enpuentesy rascacielosdeNuevaYorkydeotros lugares.Colgadaa sucintura,golpeandolosmuslosdetresgeneraciones.Suherramienta,suemblema,sutomahawk.PasajeraclandestinaeneltejadodelasTorresGemelas,desaparecidaenelnaufragiodel11deseptiembre.Perdida.¿Dóndeestará?Mecuesta trabajocreerqueestédestruida.Estáahí,enalgúnsitio,puedequemuycerca.

Hellegadoalaverjaprincipaldelaobraaúltimahora,conmibolsadelonaenlamano.Soyelprimercapataz,losvigilantesmeconocen,loshesaludado.

—Hola,muchachos.Tengo que preparar una cosa paramañana por lamañana.¿MepodéisdesbloquearelascensorB?Gracias,Buenasnoches.

La ceremonia del topping-out fue anteayer. El promotor, Larry Silverstein, elestadodeNuevaYorkyelgobernadordelaciudadhanhecholascosasalogrande,recalcandomuchoelsímbolodelrenacer.EledificiomásaltodelhemisferioNorte.Un nuevo faro para la democracia.Un homenaje a los héroes, al valor deEstadosUnidos.Cuandohayanpuestolaantenamedirá541metros,o1776pies,enrecuerdodelañode laDeclaraciónde Independencia.Todoelmundopasapordelantede lafirmaquehapuestoenunavigaelpresidenteObama,quehaescrito:«Recordamos,reconstruimos,regresamosmásfuertes».

En recuerdo demi padre, el único quemurió en la construcción de las TorresGemelas,mepropusieronqueyoapretaraamano,entreaplausos,elúltimobulón.Un


cámara lo grabó todo y prometió mandarme el archivo por correo electrónico. LafotógrafaKathrynMartins tambiénvino.Mehadedicado el primer ejemplar de sulibro de fotos, que se titula: Arriba del todo. Los héroes de la Freedom Tower.Regalaronunoa todos los invitados,yenelmíopusounadedicatoriadándomelasgracias.

EslaunadelamadrugadayestoyacuatrocientosmetrossobreManhattan.Laciudadseduerme,suritmodecae,surespiraciónseapacigua.Lalunasepone

enelhorizonte.Labrisamarinasubedesdelabahíaysemezclaconlascorrientesdeaire, refresca lanoche.Aloeste,en laotraorilla,está la inmensidaddelcontinenteamericano.AvionesponiéndoseenposiciónparaentrarenlaspistasdelaeropuertodeNewark.ElbrilloazuldeunaluzgiratoriaquevaporlaNewJerseyTurnpike.Estoydemasiado lejos para oír la sirena. Las guirnaldas del puente de Verrazano. Unapatrullera de la Guardia Costera, su línea fluorescente entre las sombras de lospaquidermosqueduermendelantedePortElizabeth.Elbatirdealasdeunagaviota.UntransbordadoramarilloacercándosealaestaciónmarítimadeWhitehall.ElhaloluminosodelaciudaddejaverelorodelaantorchadelaestatuadelaLibertad,susiluetaapenasvisiblesobrelaplatadelasaguas.

PiensoenWildBillCooper,elamigodemipadrequeescondiósuspudwrenchenloaltodelatorreen1970.MurióelañopasadoenKahnawake.Laúltimavezquelevi,mecontó lahistoriadelpuentedeBayonne,esearcomonumentalqueveo,a lolejos,comouncompásgiganteiluminadoporsusfarolas.LodiseñóelingenieroqueinvestigóehizoelinformesobreeldesastredelpuentedeQuebecen1907.

WildBillrecordabaque,depequeño,suspadresleteníanprohibidojugarconloschicosdelclanLaLiberté,esostraidores,porqueunodesusantepasadosvendióalossuyoscuandosesalvóélsolo,comouncobarde,aldarsecuentadequeelpuenteseiba a derrumbar. Hemos tenido que defendernos de esa maldición generación trasgeneración,negarquenuestroantepasadofueseuntraidor,explicarqueintentódarlaalarmaperoquenadielehizocaso.

Mepongoelfrontalysacodelabolsaunacajadetabacodemadera.Enlatapapone«RockyFord»,yestádibujadounguerrerosiuxocheyennedecuclillasenloalto de una roca, con pinturas de guerra en la cara y un arco en la mano.Me laencontré en casa, en un cajón.Cuando era pequeño guardaba ahí las canicas y lossoldaditos de plástico.La abro sobremis rodillas.Del bolsillo de la cazadora sacounagarradeoso.Luegounrollodetela:esuncinturónwampumquecosióybordómimadreparaunaniversario.Lodesenrolloeiluminolosmotivosdecolores,azulynegro:elSanLorenzo,lascasasdeKahnawake,elskylinedeNuevaYork,dosososandandoporelbosque.Mellevolagarraaloslabiosylapongosobreelcinturón,ylovuelvoaenrollar.Atolastirasdepielycierrolacaja.

AñadounafotodeJack,tanpequeñayborrosaquenoselereconoce,peroyoséqueesél,enloaltodeunedificio,nosabríadecircuál.PongotambiénmipasedeentradaalasobrasdelOneWorldTradeCenter:«JohnLaLiberté–Jefedeobra».


Sacodelabolsaunacajametálicaymetoenellamillavedecola.Haceañosquenolauso,desdequemeascendieronacapataz.Además,nohetenidohijosvarones.Pongounacapadehojasdetabacoqueunamigomehatraídodelhuertodelacasaalargada de Akwesasne. Escojo las tres de mayor tamaño. Cierro la caja, larga yrectangular, como un pequeño féretro, y la afianzo con varias vueltas de cintaadhesivanegra.

EnelpuntodondeseunendosvigasenI,enunaesquina,convistasalasfuentesconstruidasenel lugardondeestuvieron lasTorresGemelas,heencontradoel sitioapropiado. Saco de la bolsa los trozos demetal cortado y las cajas demasilla desoldar.Preparolamezclaylaextiendoporelbordedeunadelasplacasmetálicas,lacolocoylamantengoconfirmezaalaesperadequeendurezca.

Enelsuelopongouncuencodebarroydesmenuzohojasdetabaco.Mellevolacajadehierroalafrente,labajoyfijolatapa.

Yaestá.Invisible.Mañanapasaréparaasegurarmedequenadielohayanotado.Mearrodilloenlaschapasdemetal,sacoelmecheroyenciendounahojadetabaco,quemetoenelcuenco.Loprotejodelvientoconlasdosmanos.Meinclinoysoploenlasllamas,quetienenreflejosamarillos,luegoazules,luegoverdes.Mepongodepieyesbozounadanza.Murmuro losprimeroscompasesdeuncantodemuerteyluego el principio de la oración de acción de gracias,OhentenKariwatekwen; norecuerdocómosigue.

Las volutas de humo se elevan, envuelven la caja de acero, desaparecen en elcielo.


· Un viaje extraordinario y épico a lo largo de un siglo para descubrir la historia de una...

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