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Una Apología antifeminista en un Sermón barroco:Consideraciones sobre la Fiesta de la Degollación

de S. Juan Bautista del MaestroHernando de Santiago (1557-1639)

Diego González Ruiz

El propósito de esta comunicación es mostrar la presencia de una apo-logía o sátira antifeminista como estructura ideológica de un sermón ba-rroco1. Nos referimos a las Consideraciones sobre la festividad de la de-gollación de San Juan Bautista, del Maestro Fray Hernando de Santiago(1557-1639)2.

La denominada «literatura menor» viene aportando numerosas e im-portantes contribuciones al campo de estudios sobre la mujer. Así lo hapuesto de manifiesto la investigación de sermonarios, libros doctrinales,vidas de santos o textos costumbristas3, especialmente los sermones, ex-presión de la ideología dominante del sistema absolutista y estamental

El mismo autor es consciente de ello en las Consideraciones de la fiesta de la de-gollación de S. Juan Bautista, IIII (en lo sucesivo CFDSJB), al escribir: «Y por nodilatar más esta Apología que a quien toca parecerá sátyra». Véase Santiago, FrayHernando de, Consideraciones sobre los Evangelios de los Santos que con mayor so-lenidad celebra la Yglesia, Lisboa, Pedro Craesbeek, 1617, p. 534 y Consideracionessobre todos los Evangelios de los Domingos y Ferias de la Quaresma, Salamanca,Juan y Andrés Renaut, 1597.La obra fundamental del mercedario sevillano Fray Hernando de Santiago (15571639),se encuentra básicamente en dos gruesos volúmenes de sermones: un Santoral y unCuaresmal. El predicador, conocido como «Pico de Oro» (apelativo dado por FelipeII) y «Armonía de la Iglesia» (así le llama el Papa Paulo V tras oírle predicar enRoma), es considerado por Gracián en su Agudeza y Arte de Ingenio como «el mayororador de su siglo» (véase Gracián, B., Agudeza y Arte de Ingenio, ed. E. CorreaCalderón, Madrid, Castalia, 1987, vol. I, p. 268), elogiando su discurrir «con muchadonosidad», e inspirándole, en opinión de Romera Navarro, algunos pasajes delCriticón, así como muchos pensamientos, en especial la Tercera parte, Crisi XI (véa-se Gracián, B., El Criticón, Hildesheim, New York, Georg Olms Verlag, 1978, p. 363),donde amplificará un texto de Hernando de Santiago. Tirso de Molina, por su parte,lo definirá como «el monstruo de los pulpitos». Sobre Fray Hernando véanse Defraia,S. (O de M.), «Ferdinando de Santiago, Un predicatore del Siglo de Oro (1557-1639)»,Analecta Mercedaria, XV, 1996, Roma, 2000, pp. 157-274 y Pérez, Q., Fray Hernandode Santiago. Predicador del Siglo de Oro (1557-1639), Madrid, CSIC, 1949.Véase Porro Herrera, M. J., Mujer « sujeto» / mujer «objeto» en la Literatura espa-ñola del Siglo de Oro, Málaga, Universidad de Málaga, 1995, p. 20.

AISO. Actas VI (2002). Diego GONZÁLEZ RUIZ. Una «Apología» antifeminista en un S...

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del siglo xvn. La Oratoria sagrada de este siglo es, en palabras del prof.Cerdán4, «un espejo de la sociedad».

La visión que se tiene de la mujer desde el pulpito barroco ha sidoestudiada recientemente por Miguel Ángel Núñez5. Su investigación con-firma una larga tradición antifeminista y misógina en la consideracióndel ser femenino que persiste durante todo el período, reflejando lo queel mismo Núñez denomina «Antifeminismo socio-eclesial del Barroco»6.Así, el prof. Félix Herrero escribe: «La literatura misógina podría ali-mentar sus páginas con suculentos fragmentos de sermones. Es tesisconstante de los predicadores que, si ya en los albores de la creación,por la mujer entró el pecado en el mudo, por la mujer continúa esclavi-zándolo»7; y es que, como afirma H. D. Smith, «el sexo femenino hasido siempre impopular entre los predicadores»8. Smith sitúa este anti-feminismo en lo que se denomina la crítica de estados, donde la mujerfigura como último grupo del catálogo9. Son innumerables los frag-mentos de sermones de predicadores del siglo, quienes, actuando comomoralistas y realizando sátira contra estados (el de la mujer en estecaso), dejan constancia10 de la vanidad y lujuria femeninas, vicios y de-fectos censurados, generalmente, a propósito de la moda en el barroco11.Vanidad y lujuria, dos blancos favoritos de los oradores12 y por supues-to de Fray Hernando de Santiago13. Se añade a esto un nuevo elemento

4 Cerdan, Francis, «La oratoria sagrada del siglo xvn: un espejo de la sociedad», en Garcíade Enterría, M.a Cruz y Cordón Mesa, Alicia, eds., Actas del IV Congreso Internacionalde la Asociación Internacional Siglo de Oro (AISO). (Alcalá de Henares, 22-27 de juliode 1996), Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá de Henares, 1998, pp. 23-44.

5 Núñez Beltrán, Miguel Ángel, «La visión de la mujer en las predicaciones andalu-zas del Barroco», en Actas del II Congreso de Historia de Andalucía. Las mujeresen la Historia de Andalucía, Córdoba, Caja Sur, 1994, pp. 299-308.

6 Núñez Beltrán, Miguel Ángel, La Oratoria sagrada de la época del barroco.Doctrina, cultura y actitud ante la vida desde los sermones sevillanos del siglo xvn,Sevilla, Universidad de Sevilla, Fundación Focus-Abengoa, 2000, pp. 359-364.Núñez constata que «La larga tradición antifeminista, e incluso misógina eclesial, he-redada de la antigüedad, se patentiza en las predicaciones del diecisiete».

7 Herrero Salgado, Félix, La oratoria sagrada española de los siglos xvi y xvn, Madrid,FUE, 1916, pp. 298-299.

8 Smith, Hilary Dansey, Preaching in the Spanish Golden Age, Oxford, University Press,1978, pp. 124 Véase igualmente todo el cap. V «The preacher as moralist», pp. 111-137.

9 Véase Porro Herrera, M. J., op. cit. (nota 3), pp. 92-99.10 Es «el sermón como documento costumbrista» según Cerdan, op. cit. (nota 4), p. 27.11 Véase Vigil, Manió, «La importancia de la moda en el Barroco», en Literatura y vida

cotidiana. Actas IV Jornadas de Investigación Interdisciplinaria, Madrid/Zaragoza,Universidad Autónoma de Madrid/Universidad de Zaragoza, 1987, pp. 187-200.

12 Algunos textos, en las obras citadas de Herrero, F., Cerdán, F., Smith, H. D. y Núñez,M. A., entre otros.

13 Nuestro autor va más allá de la «crítica de estados» en sus Consideraciones, aunquea través de su sermonario no olvida su ejercicio, también en relación a la mujer. El


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antifeminista, puesto de relieve por el prof. Sánchez Lora en el ejerci-cio concionatorio del s. xvn, y es la visión de la mujer como factor dedisolución social14.

Los predicadores «distribuyen» la doctrina teológica y moral estable-cida en un «depósito» profano o sagrado, desde el mismo origen de la cul-tura clásica o la moral judeo-cristiana. La visión histórica de Eva o dePandora había configurado una tradición misógina15. Las Consideracionesdel Maestro Santiago, impresas por primera vez en Madrid en el año 1603,se enmarcan en dicha tradición y discurso16. En él están recogidos todoslos motivos y tópicos antifeministas y misóginos tradicionales, desdeOvidio17 y Juvenal hasta Mantuano o Tiraquelli18. El mercedario manejatoda la gama de los exempla extraídos del mundo bíblico19 y clásico parasus loci comunes misóginos, desarrollando el denominado topos de los«sabios caídos» (lista de grandes hombres engañados o destruidos por las

censor inquisitorial anónimo de su obra así lo señalaba: «trata cuando se le antoxacon poco decoro a los estados a quien pica condenando el servir de los clérigos sien-do tan grande su dignidad, sirven unos de escuderos descubiertos y no a los obispos,si no a las obispas, y otros de cosas indignas de escribirse y mucho más de consen-tirse» [y en el] «fol. 978 declarando un lugar de San Pablo donde alaba la virgini-dad, dice pedía Pablo vírgenes de corazón y déstas hay muy pocas». Censura delSantoral del M. Santiago, Manuscrito inédito, 22 de Agosto de 1605, Anónimo, AHN,Inquisición, leg. 4473, n° 3. Madrid, fols. 17 y 18. Véase también Mora GonzálezE., (O de M). «Fray Hernando de Santiago, ¿censurado por la Inquisición?», AnalectaMercedaria, XVII, 1998, Roma, 2001, pp. 127-181.

14 Sánchez Lora, José Luis, Mujeres, Conventos y formas de la religiosidad barroca,Madrid, FUE, 1988.

15 Sobre las raíces teológicas, psicológicas y culturales del antifeminismo o sexofobia,véase Zarri, A., «Mujer», en Rossi, Leandro y Valsecchi, Ambrogio, dirs., DiccionarioEnciclopédico de Teología Moral Madrid, Ediciones Paulinas, 1980, pp. 692- 706.

16 El sermón forma parte de la obra Consideraciones sobre los Evangelios de los Santosque con mayor solenidad celebra la Yglesia, Lisboa, Pedro Craesbeek, a costa de Thomédel Valle, 1617. Utilizamos la última impresión, expurgada conforme al catálogo in-quisitorial de 1613, aunque con anterioridad hubo otras ediciones: Madrid, 1603;Qaragoca, 1605; Salamanca, 1615. En esta edición, y a continuación del título, apare-ce el texto siguiente en la portada: «corregido y enmendado por los SeñoresInquisidores, conforme al Catálogo deste último año de 1613». Igualmente sucederá enla edición de Lisboa.

17 El censor escribe de Fr. Hernando: «sus más familiares doctores son Marcial yOvidio», Cengura, f. 16.

18 Lo señala el censor del Santo Oficio, quien se lamenta que Fray Hernando cite al fa-moso jurista misógino, observando que el mercedario trata «con otras cosas todastrasladadas de Tiraquelo en quien en todos ha parecido cosa digna de corrección»,Cengura, f. 17.

19 Para las referencias bíblicas seguimos la edición Biblia Sacra iuxta VulgatamClementinam, a R. P. Alberto Colunga, O.P., et Dr. Laurentio Turrado, Matriti,Biblioteca de Autores Cristianos, MCMXLVI.



mujeres), ya establecida desde la literatura patrística20 y, en el plano de lamisogamia, el topos de las «molestiae nuptiarum» o tribulaciones de loshombres casados, con una intención de «dissuasio matrimoniales». El de-nominado topos de «lo indecible» es casi inexistente en el texto.

En su estructura ideológica, constatada, a través de la dispositio, en lascuatro partes o Consideraciones de que consta la pieza oratoria, el ser-món ofrece un verdadero tratado de misoginia21, en el que se expondría,en la primera Consideración (pp. 513-520), una antropología del sexofemenil: un ser débil pero de fuerza satánica. La segunda (pp. 520-525)definiría la mujer como instrumentum diaboli, en especial como inducto-ra a la idolatría y al crimen, y tiene como resultado el establecimiento deHeredes como «sabio caído». El ser social de la mujer, su naturaleza adul-terina, factor de disolución política, sería la tercera Consideración (pp.525-531). Finalizaría el tratado con la autoaniquilación del ser femeninopor su propia contradicción, en una gradatio de la degradación física ymoral, que culminaría en el bestialismo (pp. 531-536).

Una de las personificaciones de la mujer más comunes en la literatu-ra misógina es su caracterización como serpiente. La figura arranca des-de Juvenal, y va desarrollándose en la poesía misógina latina de la EdadMedia hasta ser recogida en la iconografía emblemática22. Hernando deSantiago la utilizará, a lo largo del sermón, por encima de otros térmi-nos bestiales como fiera, loba o zorra:

Es la bívora Herodías [...] lo pudiera dezir desta bestia, cuya as-tucia cuenta nuestro Evangelista [...] La hija es Tarantela bayla-dora [...] la amiga, que como dixo el Sabio, no ay cabeca de ser-piente tan pon£oñosa como ella, quando está airada... y assí dezía,estaría más seguro con un león, o dragón que con tal muger [...]no ay animal más atrevido que ellas [...] San Gregorio Nazianzenodize, que tiene malicia y veneno de áspid, y dragón, todo junto(CFDSJB, pp. 510, 511-512, 516, 530).

20 Véase Puig Rodríguez-Escalona, Mercé, «Tratamiento y desarrollo del topos de los'sabios caídos' en las literaturas medievales latina, catalana y castellana», en Actasdel VIII Congreso Español de Estudios Clásicos, Madrid, Sociedad Española deEstudios Clásicos, 1994, vol. II, pp. 813-821.

21 Véase Souvirón López, Begoña, Retórica de la misoginia y el antisemitismo en laficción medieval, Málaga, Universidad de Málaga, 2001.

22 Véanse Puig Rodríguez-Escalona, Mercé, Poesía misógina en la Edad Media latina (ss.XI-XIII), Barcelona, Universidad de Barcelona, 1995 y Bernat Vistarini, Antonio y CuliJhon T, Enciclopedia de Emblemas Españoles Ilustrados, Madrid, Akal, 1999. p. 91.



La crueldad, tiranía, venganza y furia son consustanciales a la natu-raleza femenina. Cuando Herodias debe elegir entre medio reino o lavenganza contra el Bautista, Fray Hernando predica en forma paródica:

Para no errar la muchacha: entró a la madre: Señora, su Magestadha dicho esto, que será bueno pedir?. Respondió la madre: Caputloannis Baptistae. Aquí se vee la crueldad de la muger airada,que con ser tan interessal, estima más su venganza, que medioReyno) [...] De manera, que no sabremos discernir, a que se in-clinan más, a la codicia, o a la vengaba: porque con ésta dixoChrysóstomo, que perdían el juycio: Mulier si iniuriam patitur,insanit (CFDSJB, pp. 512, 521).

Fray Hernando abunda en estos tópicos con ocasión del banquete:

justas leyes y costumbres del mundo les han quitado a las mu-geres, que no manden, ni bevan vino [...] porque juntas con sumalicioso furor no sea más intolerable su rabia [...] la furia deeste animal, ha menester para poderla subjetar quitarle el vino, yel poder: porque ayudada su malicia con estos dos, será intole-rable (CFDSJB, p. 517).

Las mujeres son astutas y traidoras. Herodias supera a «Heredes aquien Cristo llamó zorro, en las raposerías y traiciones [...] pero con ser-lo él, ella le gana en esto» (CFDSJB, p. 533). Trae en su apoyo la poe-sía, el teatro, la ciencia y la filosofía griegas:

Es propia la trayción, y astucia, del animal a quien falta la fuer-5a [...] ay un proverbio agudíssimo de Lisandro en sus Apotegmascontra las mugeres, que porque no se pueden vengar por falta defuercas, usan de trayciones, y astucias [...] Toman piel de zorrasastutas, quando les falta la de leones fuertes. Y a esto alude lode Artemidoro en su libro de interpretación de sueños, que dize:que zorras y lobos soñados, todo es una misma cosa. Y otro pro-verbio aún peor que el de Lisandro ay de Eurípides, a propósitode lo que vamos tratando, que es: Mulier aut veneno, aut frau-de, y Aristóteles dixo: Faeminae insidiosioris viris sunt(CFDSJB, pp. 533-534).

Son las mujeres igualmente «dessenfrenadas en la codicia», rapacesy ladronas. La inconstancia y volubilidad es otra de sus características.En una prolongada sinülicadencia Fray Hernando nos describe el capri-cho de Herodias ante sus planes letales contra el Bautista:



quigá algún día la Herodías vía que Heredes estava bien afeto alBautista [...] pues le oya con gusto, por tenerle por justo, y assíentonces insistía ella que muriesse y si reduzía al Rey a este pa-recer, bolvía a ella, y dezía: Pues ya no quiero yo que muera: quees tal el ingenio de las tales, como lo dixo Terencio: Novi inge-nium mulierum, Nolunt ubi vellis, ubi non vellis, cupiunt ultro23.

No hay duda de que más allá de todos los tópicos y motivos misó-ginos utilizados por nuestro autor, la expresión estructurada de los mis-mos en nuestro sermón se dará, fundamentalmente, con la presencia delos diversos topoi mencionados con anterioridad, como recursos retóri-cos a partir de los exempla de hombres víctimas del ars mulierum, pre-sentados a menudo de forma cruel, sarcástica o dramática.

Como «sabios caídos» de la Mitología e Historia Antigua, Hernandode Santiago menciona —como ornatus y medio patético— solamentecuatro personajes24: Cynira, Valerio, Cauno y Minos. Abundan sin em-bargo los bíblicos de manera prolija, como exempla histórica, funda-mentando el docere y consignando los tradicionalmente incluidos en elcatálogo25: el casto José, hijo de Jacob, Sansón, Loth, Nabot, David,Salomón, San Juan Bautista26 y, perteneciente a la Patrología, cita a SanJuan Crisóstomo, perseguido por la emperatriz Eudoxia. Todos ellos hansido víctimas de la maldad de la mujer, como amantes, hijas, hermana,esposa o gobernanta consorte.

En su sermón, el Maestro Santiago desarrolla todos los tópicos ymotivos misóginos acumulados en el tradicional exemplum del Bautistacomo «sabio caído». Establece en el exordio, con una captatio benevo-lentiae, una conspiración viperina a trío (Heredes, Herodías y su hija)pero, aún afirmando a través de una «antonomasia vossiana», que «unHeredes prende a un S. Juan Bautista» (CFDSJB, p. 510), y que «to-

23 Se refiere al Acto IV, Esc. VII, 810 de la obra de Terencio El Eunuco, y el decir deGnatón: «conozco el carácter femenino: no quieren cuando quieres, cuando no quie-res son ellas las que tienen gana». Véase Terencio Afro, Publio, Comedias, vol. I,Barcelona, Alma Mater, 1957, p. 174.

24 CFDSJB, pp. 531-532.25 CFDSJB, pp. 512-514, 519-521, 528, 531.26 «Triste Imperio el suyo [de Herodes] [...] governado por una muger, que a él le go-

vierna, y le obliga a tal sin razón y desafuero, como prender, y condenar al justo:porque esso que él manda, lo manda, Propter Herodiadem» (CFDSJB, p. 525). Enrealidad, las CFDSJB son un desarrollo del exemplum de San Juan Bautista como«sabio caído», ya citado por Milón de Saint-Amand en el siglo ix y en su extensopoema De sobrietate (véase Rodríguez-Escalona, op. cit. (nota 20), p. 815). Apareceráincluido en el «catálogo» de toda la literatura misógina medieval latina (véaseRodríguez-Escalona, op. cit. (nota 22), pp. 35, 83, 107, 159, 183).



dos aguardaron tiempo, dissimulando, y acechando para justificar estamuerte», el drama tiene su origen en las asechanzas de la víbora:Herodias insidiabatur ei. Herodías es la verdadera causante de la de-colación del Profeta: «Propter Herodiadem. Ésta es la causa desta pri-sión [...] Todo esto puede una muger [...) Por ella haze este Rey esto[...] porque esso que él manda, lo manda, Propter Herodiadem»(CFDSJB, pp. 520-521 y 525), repite Fray Hernando obsesivamente alo largo del discurso sacro. La censura inquisitorial sospechó del ser-món del mercedario, toda vez que, en su opinión, exoneraba del crimena Herodes, y no le faltaba razón, pues podría deducirse —como vere-mos más adelante— que Hernando de Santiago, por su antifeminismo,propusiera en la tradición de los exempla a Herodes como figura en elcatálogo de «sabios caídos», junto a Salomón.

En el uso por parte de nuestro autor del topos de las molestiae nup-tiarum y la consiguiente dissuasio matrimonial, podemos ver la miso-gamia del Maestro Santiago, que utilizará exempla bíblicos, históricos,alusiones al mundo del derecho clásico y a un jurista contemporáneo.Nos referimos a Andrea Tiraquelli27. En cada exemplum describirá a laesposa como una compañera proveedora de amarguras y sinsabores,como el peor enemigo28.

Citando unos versos de un texto de Andrea Tiraquelli, define con sá-tira cruel y jocosa la naturaleza de la esposa (misogamia y dissuasio),

Trae Tiraquelo, unos versos de un Poeta de su t iempo, que es-crivió a un su amigo, diziéndole en qué y cómo, y quándo era sumuger, mala, peor, y malíssima, y buena, mejor, y boníssima quepor encarecerse todo en pocas palabras lo pongo aquí. Uxor ami-ce tibí est semper mala, cum mole tractas, Fit peior: sed fit pes-sima, quando bene. Sed bona si moriatur erit: melior tamen idte, Si faciat vivu: est óptima si propere29.

27 Nuestro autor debió de conocer la obra jurídica de Andreae Tiraquelli Ex comenta-ras in pictonum consuetudines: Sectio Legibus connubialibus et Iure maritali, cuyaprimera edición data de 1513. La obra tuvo una amplísima difusión en España. Sonmás de cien los ejemplares repartidos por las. Bibliotecas Públicas del Estado. Hemospodido trabajar a partir del ejemplar de la edición Lugduni, apud GulielmumRovillium, 1581, en la BPE de Mallorca, sig. Mont. 4371. En la p. 189 de la obracomienza la «letanía» de las mulleres malae. El largo catálogo incluye todos los tó-picos de la misoginia ancestral.

28 CFDSJB, pp. 524-525.29 Fue el jurisconsulto en derecho matrimonial más célebre del siglo xvi, llamado en su

época «el legislador matrimonial». Tuvo que ser censurado por la propia InquisiciónRomana debido a su extremosidad misógina. Véase Tiraquelo, 1. 9 Connubio, 23.



En la Cengura del Santoral de Fray Hernando el autor anónimo se-ñala y traduce:

entre las proposiciones de mala y sospechosa doctrina [...] dicemuchas cosas muy injuriosas contra el Matrimonio donde tra-tando de Herodías y haviendo dicho muchas cosas de la ira yotros defectos de las mugeres, y no mal porque presupone algúndefecto callentósele [sic] después la boca y ablando de solo elsexo femenil en común y del matrimonio dice muchas insolen-cias y entre otras refiere unos versos cuya sentencia es que lamuger casada siempre es mala, y peor si la tratáis mal, y péssi-ma si bien, y es buena si se muere y mejor si dexando vivo almarido, y bonsíssima si presto y esto dilata con otras cosas to-das trasladadas de Tiraquelo en quien en todos ha parecido cosadigna de corrección quanto más en un sermón evangélico.{Cengura, fol. 5).

Epigrama, añadimos nosotros, que parece inspirar a Guzmán deAlfarache: «Hice luego discurso, pensando lo que son las mujeres, quesi por mal se llevan, son malas; y si por bien, peores...»30.

Vistos los diversos motivos y tópicos misóginos expresados en losdiversos topoi nos queda establecer el pensamiento interno que recorrecomo unidad temática lo que Fray Hernando denomina «Apología osátyra».

Articula la primera Consideración en torno a un texto del capítulotercero del tercer libro de Esdras31, apócrifo del Antiguo Testamento, aligual que lo haría Gradan32 en el Criticón unos años más tarde, consi-

CFDMB, p. 522. En la Pars IX, 23, p. 189, op. cit., nota 55, escribe Tiraquelli: «nectamen volui praetermittere non inelegans Epigramma hominis Latini, et nostrae tem-pestatis, quo plañe demonstrat, mulieres semper malas esse: 'Uxor amice, tibi estsemper mala: cum male tractas, / Fit peior: sed fit pessima, quando bene. / Sed bona,si moriatur erit: melior tamen, id te / Si faciat vivo: est óptima, si propere'».

30 Véase Alemán, Mateo, Guzmán de Alfarache, ed. S. Gili y Gaya, Madrid,Espasa-Calpe, 1962, t. IV, p. 180.

31 Véase el texto en Díaz Macho, Alejandro, Apócrifos del Antiguo Testamento, Madrid,Ediciones Cristiandad, 1983, vol. II, pp. 458 y ss.

32 Para calificar al ser femenino utiliza, al igual que Fr. Hernando, el texto de III Esd.3. «Fue Salomón el más sabio de los hombres y fue el hombre a quien más engaña-ron las mujeres; y con haber sido el que más las amó, fue el que más mal dixo deellas: argumento de cuan gran mal es del hombre la mujer mala, y su mayor enemi-go. Más fuerte es que el vino, más poderosa que el rey y que compite más con laverdad, siendo toda mentira» (véase Gracián, B., El Criticón, I, XII, ed. SantosAlonso, Madrid, Cátedra, 2000, p. 246). Véase también Cacho, Ma Teresa, «Misoginiay Barroco: Baltasar Gracián», en Literatura y vida cotidiana... cit., (Nota 11), pp.173-186.



derando al ser femenino. Establecido el principio de que sobre el vinoy sobre el rey fortiores sunt mulieres, el mercedario señala su debilidadfísica e intelectual, y por lo tanto afirma que «justamente la naturaleza,no avía permitido que mandassen las mugeres [...] y en todo género deanimales (dize Plinio) se guarda esto» (CFDSJB, pp. 516-517). No obs-tante, esa debilidad contrasta con una fuerza demoníaca que las hace su-periores a los dos elementos citados, porque

Con todo son fortíssimas, como dixo Iuvenal, para execución desus torpes amores, y no ay animal más atrevido que ellas [...] Deldelicio que a otros acobarda, toman ellas ánimo: aunque segúnSéneca mejor llamaremos a esto furor precipitado que fortalezaconstante [...] Si con la rabia y furor se les encienden las entra-ñas, precipítanse como dixo Iuvenal (CFDSJB, pp. 516-517).

Imbecilitas et furor serían los elementos básicos en la composicióndel ser feminal. En la peroratio de esta consideración, y, partiendo deesa fuerza, el Maestro Santiago describe los elementos en un amplio pa-ralelismo y antithetum múltiples, que originan la caída del Bautista,

Y a esta crueldad de ramera con esta borrachez de sangre [deHerodías], lleguémosle poder de un Rey tyrano como Herodes.Y a todo esto juntemos la fuera del vino, que es el salitre másafinado para la pólvora de ambos, y veamos la furia, con que dis-paran, la gula, y la borrachez contra la abstinencia, y ayuno [...]la luxuria y deshonestidad contra la limpieza de Ángel; la tyra-nia contra la verdad, que da la vida del cuerpo diziéndola, porno perder la del alma, callándola (CFDSJB, p. 520).

La segunda Consideración del sermón se enmarca con una redditioa partir de un fragmento del tema, Propter Herodiadem. La afirmaciónes rotunda: «Propter Herodiadem. Ésta es la causa desta prisión de hom-bre tan santo, ávido, y tenido por tal por el mismo que lo prende, y con-dena» (CFDSJB, p. 520). Para definir a la mujer como instrumetum dia-boli Fray Hernando se remonta a tres episodios bíblicos del AntiguoTestamento. Sobre la orden del Faraón a las comadronas, para eliminara los hijos nacidos varones de las hebreas en Egipto33, declara:

¿Qué será la causa, que Faraón manda matar los hijos todos delas Hebreas, y que le guarden las mugeres, como lo dize aquel

33 CFDSJB, p. 522. Véase Éxodo, 1, pp. 15-22.



vando suyo, notificado a las parteras de Egypto? [...] Orígenesrespondió a esto, que no era por mejor, guardar lo peor, muge-res bastan para destruyrlo todo34.

Caso contrario ocurre en la repartición de la tierra prometida. Sobreel segundo episodio histórico-bíblico35 escribe:

Y Dios quando mandó hazer padrón, para el repartimiento de latierra prometida, no quiere entren mugeres en la lista [...] Dioslas echa de parte: Faraón, y el demonio quieren guardarlas: juz-gue cada qual para qué las querrán éstos, y por qué las excluyeDios (CFDSJB, p. 522).

Y en un tercer texto bíblico nos presentará el Maestro Santiago a lamujer como «ministra de idolatría». Nos referimos al episodio de la caí-da de Salomón, en el que convierte al mismo tiempo a Herodes en «sa-bio caído»:

Basta ver lo que dize S. Augustín, de un hombre tan discretocomo Salomón, con ciencia infusa de cielo, que no es possible,que en la idolatría creyó avía algo bueno, o provechoso, sino quemugeres le obligaron a esto, a cuyo amor no pudo resistir y porquien padecía [...] Hizo lo que sabía que era malo, por no eno-jar las que amava [...] Salomón, hombre tan discreto, y santo, porno enojar una muger [...] vino a idolatrar (CFDSJB, p. 522).

A Herodes va a sucederle algo semejante, preguntándose

... obligaron a hazer el que no sabe tanto? [...] qué mucho queun Herodes, por no enojar a Herodías haga un sacrilegio tal? [...]Herodes [...] oía con gusto su dotrina [...] la Herodías vía queHerodes estava bien afeto al Bautista [...] pues dize le oya congusto, por tenerle por justo [...] aún la ceguedad de Herodes co-noce lo bueno, que ay en el Bautista, de vida y doctrina [...] comoSalomón lo malo que ay en los ídolos: y es tan poderosa la malamuger, que le obliga a hazer lo que vee que no sólo es injusto;pero contra su entendimiento, y voluntad [...] Para esto las guar-dan Faraón, y el demonio, y por esto las desecha Dios (CFDSJB,pp. 512, 522-523 y 534).

34 Véase Orígenes, Homilías sobre el Éxodo, Intr. y notas María Ignazia Danieli, trad.del latín Ángel Castaño Félix, Madrid, Ciudad Nueva, 1992, p. 52

35 CFDSJB, p. 522. Se refieren al texto del cap. 1 de Números.



Nuestro autor trata de salvar el escollo que podría suponer la excul-pación de Herodes (como así constató el censor del Santo Oficio en sumanuscrito de expurgo)36. Resolverá el asunto con un malabarismo ver-bal entre los nombres de Herodes y Herodías, y recurriendo, curiosa-mente, a una serie de exempla de metamorfosis tomadas de Ovidio yPropercio (CFDSJB, pp. 523-524), para concluir la Consideración conuna peroración en redditio exonerando a Herodes,

Triste Imperio el suyo ganado por tyrannía, y cohecho, conser-vado con violencia, governado por una muger, que a él le go-vierna, y le obliga a tal sin razón y desafuero, como prender, ycondenar al justo: porque esso que él manda, lo manda, PropterHerodiadem (CFDSJB, p. 525).

Imbecilitas et furor, constitutivas. Instrumentum diaboli como per-sistencia paradigmática de Eva en la historia. El adulterio es el objetode la tercera Consideración, que hace resaltar la proyección y el dañosocial que supone el delito cuando alcanza la cabeza del cuerpo políti-co. El orador repasa algunos exempla históricos y bíblicos confirmando«el daño que en los opulentíssimos, y más floridos Reynos ha hecho eladulterio» (CFDSJB, p. 527). Los personajes masculinos aparecen ob-viamente en pareja: los deseos de Faraón y Abimelech hacia Sara, Davidy Bersabé, Paris y Elena, Tarquino y Lucrecia... pero las calamidadespersonales que sobrevienen a los protagonistas demuestran la clara orien-tación misógina de nuestro autor: Herodes padecerá la deshonra que pro-vocó en su hermano (habere uxorem fratris sui), al igual que David ensus propias mujeres, mientras que Herodías pagará con la muerte su de-lito (como causante de la muerte del inocente), según un relato fantás-tico del historiador bizantino Nicéforo, en una versión amplificada y pin-toresca, traída por nuestro autor:

y que Herodías [...] muera baylando, y cortada la cabega, quedize que passando un río elado, resbaló, y cayendo se cortó unyelo, en que dio de cabeca, y pateando por levantarse sobre los

36 Anota el censor: «1. En el sermón de la decolación de San Joan baptista haviendoponderado la malicia de Herodías con decir mucho mal de mugeres en común satis-ficiendo a la tácita obiección que le podrán poner de que mayor havía sydo en aquelcaso la culpa de Herodes que era hombre. 2. Responde fol. 710 que como Herodesy Herodías son tan unos en el nombre lo eran también en la condición y que ansí yamandava él, y ya ella y sin otro propósito se passa a referir fábulas ob^enas de hom-bres que se convirtieron en Mugeres y al contrario y gasta en ello mucha parte delsermón», Censura, fol. 14.



carámbanos, como si dancara, sele cortó la cabera, y el cuerpoquedó capateando encima. (CFDSJB, p. 529 ).

El mismo antifeminismo aparece en la parénesis dirigida a los fielesy tomada de San Ambrosio, pues toda ella se centra en la exhortacióny amenaza a la mujer ante tamaño delito, quedando el hombre fuera deldiscurso:

que está Dios presente, que es el Patrón y defensa del matrimo-nio, si el marido está ausente [...1 Y si engañares o huyeres delmarido, no engañarás, ni huyrás del Señor [...] Mayor delito espensar, que encubriendo la ofensa al marido, la encubrirás alSeñor, autor del honesto, y lícito, tálamo, pues con no pensar,que el te veía, le despreciaste (CFDSJB, p. 527).

El adulterio, traición efectuada en la proyección social de la mujer, vaa convertirse en una característica femenina, pues ya en la mitología (ci-tando a Propercio)37, las mismas diosas fueron adúlteras. Finaliza la ter-cera consideración asociando en la redditio la relación adúltera (non licettibi habere uxorem), con el fragmento del comienzo de la Consideracióncuarta (fratris tui), donde el incesto y el bestialismo no tendrán en abso-luto iniciativa masculina. Una vez apreciada la mujer en su naturaleza dé-bil, furiosa, satánica y adulterina, pasará en la parte final a su descripcióncomo ser incestuoso y bestial38.

Alegará numerosos exempla39 míticos, bíblicos e históricos. En to-dos ellos la iniciativa será siempre femenina. El incesto de la mujer su-cede con los padres (casos de las hijas de Loth, de Mirra, Pelopeya,Harpalyce, Hipodamia, Pocris, Nictimene, Valeria Tusculunaria), con suspropios hijos (casos de Semíramis, Parisátidi, Agripina), y muchas consus hermanos (Biblis, Canulia, Canace) o con sus yernos.

Todos ellos han sido víctimas de ellas. Ahora la propia naturalezabestial de la mujer la lleva al ayuntamiento con el congénere. Desfilanen la lista de perversas los nombres de Pasíphae, que se ayuntó con untoro, Semíramis, con un caballo,

37 CFDSJB, p. 528. «dic mihi, quis potuit lectum servare pudicum, / quae dea cum solovivere sola deo?», Propercio, Elegías, liber II, XXXII, Barcelona, Alma Mater, 1963,p. [116].

38 Sobre esta Consideración observa el censor: «3. y luego fol. 782 dice que el pecca-do de Herodías fue incesto y porque dixiste [sic] incesto refiere muchas fábulas deincestos sucíssimos poniendo los amores obcenos entre madre y hijo y hermano yhermana y las palabras con que Ovidio y Marcial los representan sin sacar de ellootra doctrina que dar compañeras a Herodías», Cenqura, fols. 14-15.

39 CFDSJB, pp. 531-532.



Y Volaterrano cuenta, que en Roma en tiempo de Pió Tercio, unamoga Toscana se postró a un perro, de quien se hizo preñada, yparió la criatura con manos, pies, y orejas de perro, y lo demásde hombre. Y no fue ésta la primera, que de otra mucho antes,cuenta lo mismo Eliano [...] dize Luciano de aquella ínsula deEgyipto [...] donde son tan suzias y bestiales las mugeres, quemuy de ordinario se juntan con los cabrones40.

El castigo para estas prácticas de degeneración femenina ya estabaprevisto en el plano providencial: «bien vía Dios lo avía de aver en elmundo, pues en su ley señaló no una vez, sino muchas, penas para él»41.

Cerrará la Consideración cuarta en forma arborescente, como con-clusio a todo el sermón, reiterando la debilidad esencial de la mujer ysu fruto de traición bestial, ya puestos de manifiesto en la primera par-te: «Es propia la trayción y astucia, del animal a quien falta la fuerca»(CFDSJB, p.535)42. Así, Herodías vence al mismo Heredes, que quedaexculpado.

A través de los cuatro capítulos de la pieza oratoria hemos podidoconstatar una sistematización en las concepciones misóginas del MaestroSantiago. La obra se nos presenta como algo más que un simple sermónevangélico. Es la doble faceta de un predicador barroco, lengua y plu-ma, pulpito y mesa, lo que produce la Apología o Sátira antifeminista,el tratado de misoginia.

40 CFDSJB, pp. 784-785 de la edición de 1603. En las sucesivas ediciones estos textosno aparecen. Fueron expurgados a partir de la censura inquisitorial de 22 de Agostode 1605, AHN, Inquisición, leg. 4473, n. 3, Madrid. Una carta datada en 12 de sep-tiembre del mismo año prohibió el libro, y se mandó recoger para realizar manual-mente las correcciones. Véase Pinto Crespo, Virgilio, Inquisición y control ideológi-co en la España del siglo xvi, Madrid, Taurus, 1983, p. 211.

41 CFDSJB, p. 533. Levítico, 18, 20. Se refiere al ayuntamiento de la mujer con el asno.42 At crudele genus, nec fidum faemina nomen\, exclama al final del discurso citando

a Tibulo. Véase Tibulo, Carmina, Elegías de Lígdamo, ed. Enrique Otón, Barcelona,Bosch, 1979, Lib. III, IIII, 61.


Una «Apología» antifeminista en un Sermón barroco ... · 16 El sermón forma parte de la obra...

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