Una Navidad diferente (Spanish Edition) - Leer Libros...
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UNANAVIDADDIFERENTE
MinervaHall
UnaNavidaddiferente ©1ªediciónnoviembre2015 ©MinervaHall Portada:©Fotolia Quedatotalmenteprohibidalapreproduccióntotaloparcialdeestaobraporcualquiermediooprocedimiento,yaseaelectrónicoomecánico,alquilerocualquierotraformadecesióndelaobra
sinlapreviaautorizaciónyporescritodelpropietarioytitulardelCopyright.
Paratiquemelees.Nuncapierdaslafe.Quenoloveas,nosignificaquenoexista.
ÍNDICE
PRÓLOGOCAPÍTULO1CAPÍTULO2CAPÍTULO3CAPÍTULO4CAPÍTULO5CAPÍTULO6CAPÍTULO7CAPÍTULO8CAPÍTULO9CAPÍTULO10CAPÍTULO11CAPÍTULO12CAPÍTULO13CAPÍTULO14EPÍLOGO
PRÓLOGO
Lamúsicadelgrupodecámaraempezóa sonar, llegandoa todos losrecovecosdelaiglesia.Sabrinasesentíanerviosa,caminandodeunladoaotroenlasacristía;lugarimprovisadoqueutilizabadeescondite.Todoelmundosabíaquelanoviaeralaúltimaenllegar,peroensucasonohabíasidoasí.Nohabíaseñalesdelnovioporningunaparte.Se detuvo un momento, al escuchar el delicado sonido de un violín
solitario, que se mantuvo tocando por unos instantes hasta quedar ensilencio comoel resto de sus compañeros.Su corazón se aflojóypudopor fin respirar; eso solo podía significar que, finalmente, Cole estabaallí.Yaerahora.Cuandosequedaranasolas, ibaacantarle lascuarentay
quizá alguna más. ¿Quién se creía que era para destrozar así su bodaperfecta?Respiróprofundoyobservóasusdamasdehonorquelamirabancon
pena;tambiénsefijóensusuegra,queparecíaavergonzada.Aúnnoestusuegra-sedijoensilencio-.Aunquedespuésdeesto,yano
habrámarchaatrás.—Siento tanto el retraso de Cole, no mereces esto. Yo no sé qué ha
podidopasar...La puerta se abrió dando paso a un niño vestido de monaguillo, no
tendríamásdeochoaños,perolasmirócontodasuinocenciayanunció:—Elpadredicequepuedenprepararse,elnovioyahallegado.—Ya era hora—dijo sumejor amiga,Lena,mirando al pequeño que
saliócorriendoantesdepagarporhaberseconvertidoenmensajero.—Vamos,noasustesalapobrecriatura,notienelaculpadequeCole
seauncapullocontodassusletras—añadióSandra,suotramejoramiga.Eranun trío inseparableycariñoso, seadoraban.Nosabíacómopodríahaber soportado la humillación y la vergüenza de no haber estado ellasallí,acompañándola.Supadrellamóalapuerta,pidiendoqueledejaranpasar,Sabrinasalió
paraabrazarlo.—Porfinhallegado,papá.Deverdad,voyamatarloporhacermeesto.
—Sequitó la chaquetade lanaquehabía colocado sobre la fina tela delvestido para luchar contra el frío y enlazó su brazo con el del hombremayor.—Hija,quizádebamoshablarantesdequesalgasahí.Despuésdeesto
yonosési...—Vamospapá,noquieroesperarnipensarlomás;porquesi lohago,
nocaminaréporesepasillo,correréhastael finalparagolpearleconeltacóndemizapatoporimpresentable.Lesupliquéquecerotrabajoeldíade nuestra boda y ¿qué hace? ¡Llegar tarde! Seguro que tenía algunaconferencia con Japón o con cualquier otro lugar igual de lejano yexótico.¡Solovoyacasarmeunavezenlavida!Lasdamasdehonorsalieron,dirigiéndosealpasillojuntoalamadrede
Cole, tras darle un apretón en señal de ánimo para que la ayudara aafrontarloqueestabaapuntodesuceder.Lenamurmuróentredientes:—Silacaga,lecortoloshuevos.—¡Lena!—sequejóSandra, tratandode llevársela antesdequedijera
algoquepusieramásnerviosaalayahistéricanovia.—Sabrina,hija,quizádeberíaspensarestounpocomejor.Tumadre...—Mamánoestáaquí,papá.Yestaesmivida,asíquepor favor, solo
acompáñameydeséamequeseafeliz.Coleesuncapullo,peroloamo.Elhombrelamiróyasintió,suspirando.—Es tuvida,perosi tehacedaño,nadieevitaráque ledéelpuñetazo
quesemereceporhacersufriramipequeña.—Papá... —dijo ella achuchándolo—. Me harás llorar, se correrá el
rimelypareceréunabrujasalidadelpeordemiscuentos.—Soloquieroqueseasfeliz,soloeso.Ella asintió, aspirando para tratar de contener las lágrimas que sabía
estaban a flor de piel. Le picaban los ojos y la nariz y eso no era nadabueno.¡Nopodíacasarseconunanarizroja!Secolocóenposiciónysuspiró,esperandoaquelamúsicaledierala
entrada.Caminaronunidos,conseguridad,haciaelprincipiodelpasilloydespuésavanzaron.Sabrinamiróhaciael frente,odiónohabersepuestolasgafas,porquenopodíadistinguirel rostrodelhombreconelquesecasaba.Erademasiadomiopeyteníatolerancia0alaslentillas,perouna
noviacongafas...Concentrósuatenciónenaferrarsefuertealbrazodesupadreyseguirhaciadelantecondecisión.Ibaobservandoalosinvitadosyregalando sonrisas, especialmente a los niños, mientras seguía haciaadelante.Cuandosedetuvieronfrentealaltar,Coleextendiósumanoyselallevóaloslabiosparabesarla.Ellaobservóelgesto.¿Desdecuándosehabíavueltoéltancaballeroso?—Lamento la ausencia de Cole, pero por esta vez seré el novio en
funciones. Se unirá a nosotros en el banquete, no ha podido escaparseantes.Losiento,hermosa.Séquenomeesperabasamí.Sabrinase fijóentoncesenel rostroconocidodeMichael,unode los
sociosdeconfianzadesuprometidoynegóincrédula.—No.Nomepuedeestarhaciendoestoamí.Nohoy.Nootravez.Se apartó del contacto del hombre y negó con insistencia,miró hacia
sus invitados y a su padre, con un gesto de súplica, para terminardirigiéndose aMichael—: ¿Qué era tan importante comopara no podervenirasujodidaboda?Searrancóelvelodelacabezayseloposóalsustitutoenelpecho,que
locogióenunactoreflejo.Hizolomismoconelramoyvolvióanegar,seagarrólafaldalargadelvestidoconlasmanos,miróasuaudienciaygritó:—Seacabó.¡Estoseacabó!¡Secancelalaboda!Disfrutendelbanquete.Un instante después salía corriendo tan rápido como sus elegantes
taconesselopermitían,hacialalibertad.Abriólaspuertasdelaiglesiaydescubrióunainmensanevadaalotro
lado,inclusosobrelacarrozadecuentoquehabíacontratado.Dejando caer la falda, se irguió y caminó con elegancia hacia el
carruaje.Nadie ibaaquitarle la satisfacciónde seresedíaunaprincesa,mañanaafrontaríalarealidad.El lacayo, vestido tal cual el del cuento de la Cenicienta, le abrió la
puertaytendiólamanoparaayudarlaasubir,lamiróconextrañeza,peronodijonada;unavezacomodadadentro,seretiróasu lugaren lapartetraseradeladeliciosayhermosacalabaza.Elcocheroiniciólamarchayella observó, desde el mullido, cómodo y solitario asiento, las lucestitilantesqueanunciabanlasfiestas.—FelizNavidad,Sabrina.Hoyeselprimerdíadelrestodetuvida.Yporsilafiestanohubierasidolosuficientementedesagradabledepor
sí, tenía una mala experiencia más, para añadir a su lista negra de
recuerdos.HabíatenidoquesereldíadeNavidad,cuandodescubrióqueelamor
era unamentira.De algunamanera había sabido que nunca debió haberescogidoesafecha.Ensucaso,estabamaldita.Y allí, en el interior de la carroza de cuento, con el vestido de sus
sueños y la soledad como única compañera, tomó la decisión dearrancarseelcorazón.No quería saber nada más de hombres, almas gemelas o amor
verdadero.Seacabó.
CAPÍTULO1
1añodespuésRefugiodeanimalesQuiérelos,quiérete.
—¿Dónde quieres que deje estas cajas, Bree? —preguntó Lena, su
mejoramigaysociaenelrefugio—.Creoquesemeestáncongelandolosdedos.Laaludidahizoungestohacialapuertatraseradelalmacén.—Dejaqueterminedeponerelestúpidopino,teayudaré.—Soyunamujerforzuda,yomeencargo.Ycambiaesacara,atodoel
mundolegustalaNavidad.—Amíno.—OlvidaalidiotadeColedeunavez,chica.Yaeshora.—¿Cole?—preguntóarqueandounacejayponiendogestodesubicado
—.¿QuéCole?LosojosdeLenabrillarondivertidosmientrasasentíacomplacida.—Eso me gusta más, no olvides las luces. A los niños le gustan las
luces.—Ya lo sé.—Sacó lamaraña de cables demasiadomosqueada como
para apartarlas con cuidado y las dejó en el mostrador mientras seinclinaba para seguir sacando el resto. Iba tirando adornos de formadescuidada a su alrededor, porque su amiga quería poner primero lasluces,cuandotodoelmundosabíaqueeramejorponerlasdespués.Unacarasonrienteseinclinóporencimadelmostradoryesquivó,por
unmilímetro,suataque.—Perdona, pero creo que has perdido algo —dijo la voz ronca y
divertidadeNick,elentusiastaplastadelaNavidadquenoparabadeiralrefugioa fastidiar, cadavezque ledaba lagana.Leestaba tendiendounSantaClausgordiflónyconcaraalegre.Sabrinalocogiómolestayloarrojóenlacajaconelresto.—OtroestúpidoSanta—murmuróporlobajo,levantándoseydándose
enlacabezaenelproceso,conlamaderadelaencimera,omitiendounamaldición.Nickrodeóellugarparaofrecerlesuayuda.—Vamos, no puedes estar enfadada con laNavidad.Menos con Santa
Claus, no tiene la culpa de que la gente haya decidido representarlo deformatanpocofavorecida.Ella alzó la vista sorprendida ante el tono de queja y molestia que
percibióensuvoz.Estabaindignado.—¿Sugieres que Santa Claus no tiene sobrepeso? ¿Quizá no necesita
rejuvenecerseydejardechochear?YporDios... ¡esa risapatética!—Loimitó—.Ho.Ho.Ho.FelizNavidad.—Pusogestodedesagradocomosihubieraprobadoalgoamargo—.Quéasco,odiolaNavidad.OdioaSantaClaus. Y odio que la gente se vuelva idiota cuando llegan las fiestas.¿Sabescuántosanimalesabandonanaldíasiguientedequeeloh-grande-gordo-feo-y-chocho haga su aparición?—gruñó de nuevo y se levantóalejándosedeél—.Ynometoques,noséquéseapeor,siSantaClausovosotros, los hombres—escupió la última palabra con un escalofrío—.Meharélesbiana.—Ey,Sabrina.Queyonotehehechonada.—Alzólasmanosenseñal
depaz—.Nomecrucifiques,solopretendoayudar.Hetraídoprovisiones,nadamás.Lamujermiró las cajas al otro ladoyquisogolpearse, dejó caer los
hombros, cerró los ojos y aspiró con fuerza tratando de relajarse yrecuperarlacalma,lomiróynegó:—Tedebounaenooormedisculpa,Nick.Noséquémepasa,laNavidad
meponedemalhumor, tehedichocosashorribles.No ibacontra ti, lojuro.—Lo sé —admitió comprensivo y le colocó el pelo tras la oreja,
colocándole las gafas que habían resbalado por su nariz—. No todo elmundodisfrutadelaNavidadcomoyo,perosemeolvida.—No tengo buenos recuerdos de Navidad y sí, una escritora
independientedecuentoscomoyodeberíaserunpocomás...ilusa,perolavidamehajodidomucho,Nick.Creoqueyanomequedanada.El hombre negó, agitando su cabeza y haciendo que su larga trenza
rubiasebalanceara.—Noescierto,tequedamucho.Además,noentenderásbienelespíritu
navideñohastaquenomeacompañesadarunpaseo—leguiñóunojoy
secruzódebrazos,exponiendosusmúsculos,exhibiéndoseyhaciéndolareír.—Notienesremedio.—Soltóunacarcajadacasisinquerer, lomiróy
dijo—:¡Quénarices!Venaquí.—Loachuchóconfuerzaylediounbesoen la nariz—. Feliz Navidad, mañana te espero para recoger a loscachorritosabandonados,nomefalles.—¿Algunavezlohehecho,Bree?La joven sintió un escalofrío al escuchar cómo el diminutivo se
deslizabaporsulengua,sonrióunpoconerviosaynegó:—Nunca.—Entonces,yalosabes:aquíestaré.Asíqueprepárateparasoportarme.
¿Estanochetetocaguardia?Ellaseencogiódehombros.—Amí nome importa quedarme, ya lo sabes.—Lomiró y lamentó
haberlollamadopesadoparasí,erabueno,noseparecíaennadaaaquelotro cuyo nombre no tenía intención de recordar—. Hoy he sido muydesagradablecontigodiciendotodasesascosasymearrepientodeello.SéqueeresfandeSantaClaus.Nickseencogiódehombros,restándoleimportancia.—Noespara tanto,puedoentenderqueasocies todoesto—señaló las
luces y los adornos esparcidos por el suelo y el mostrador— con unasituaciónnegativadetupasado;lapartebuenaesquepuedesdecidirdejarelpasadoatrásydarunanuevaoportunidadatupresenteytufuturo.—¿Ysi,enrealidad,nopuedo?—Larespuestaaesapreguntaesfácil,dejaquetemuestrelaNavidada
travésdemisojosycaerásrendidaasuspies.Otravez.—NuncahecaídorendidaalaNavidad,Nick,creoquebuscaslograrun
imposible.—Peroyo, adiferenciademuchosotros, sí tengoesperanza,Sabrina.
Tantaesperanzaytantafequepuedocompartirlacontigo.Sitúquieres.Nosepuedeobligaranadieaamar,nisiquieracuandoeseamortienequeverconalgotansencillocomolasgalletas,laslucesolosregalos.La joven lo miró especulando y preguntándose hasta qué punto el
hombrequesealzabafrenteaella,conaspectoachuchable,pelolargoyrubio,ojosazulesyunabarbaunpelínmáslargadeloqueseconsideraríaatractivo,creíayteníatantafeenlosdemáscomoaprioriparecía.¿Seríaque teníaganasdecreerenélporqueera tanmiopecomoella?¿Podría
serunhombremiopeobjetodesusmássecretaseinconcebiblesfantasías?Nisiquieraqueríaplanteárseloporquehabíadecididohacerselesbiana.—Nosé,Nick.LaverdadesquelaNavidadnoesmifiestafavorita.No
creo que ni siquiera tú lograras convencerme de lo contrario.Probablemente,nisiquieracreíacuandoeraniña,nisiquieralorecuerdo.—Todosperdemosagenteaquienamamos,Bree.LaNavidadnotiene
la culpa de que ellos se vayan y Santa Claus tampoco. Solo pasa ydebemos aprender a vivir con ello. Piensa en qué desearían ellos paranosotros.¿Amarguraofelicidad?—Teniendo en cuenta que mi madre me abandonó porque le dio la
gana,nosabríadecirte,Nick.—Eltonosonómásmordazdeloquehabíapretendido y se arrepintió un instante después de que las palabrasabandonaransuslabios—.Mira,losiento.Nosoybuenacompañíahoy.Lenaaparecióeneseinstantesalvándoladelabochornosasituación.Se
dirigióconconfianzahaciaNickyloabrazóbesándoloenlaboca.—HolaSanta,¿quévasatraermeesteaño?Nickcontinuóeljuego,bajólavozunpardetonosycasigruñó:—¿Hassidobuenaesteaño,preciosa?Suamigalehizoojitos,agitandolaspestañas,ylerodeóelcuellocon
susbrazos.—Siempre,Santa;peropodríasermuymala,si túmelopidieras...—
Acariciósupechoconeldedoíndiceyseapartóriendo,cuandoNickrioalamaneradeSantaClaus.Sabrinanegóexasperada.—Esejuegoesabsurdo,¿losabéis?Deberíaisliarosyacabarconello.—¿Y qué diversión tendría eso exactamente, Bree? —preguntó Lena
dándole un azote a Nick y apresando su trasero—. Sigues en forma,colega.Elhombreserio.—Es que ya sabes, hay que estarlo para poder bajar por todas esas
chimeneas y llevar los regalos a los niños. Sin contar las carreras quetengoquedarparallegaratiempoatodosloshogares—sedirigióaBreeentonces—.No enciendas la chimenea esta noche ome chamuscaré estetraseroquetantolegustaatuamiga.LeguiñóunojoySabrinasuspiró.—Vosotros dos, amantes de las fiestas, llevaos vuestra celebración a
otraparte.Aúntengoquedesliarlasluces,anoserquequeráisencargaros
vosotrosdeesto...—Quizánosotrospodamosayudar—dijounavozdesconocidamásallá
deNick.Elhombre segiróy saludóal recién llegadoconcamaradería,acercándose a los dos niños que lo acompañaban y observando a laancianayalajovenqueobservabancuriosastodoasualrededor.—¿Yvosotrossois...?Uno de los niños corrió hacia el mostrador, ignorando a Nick, y se
pusodepuntillasparaalcanzaraverla.—Minombre esDylany ese esmi amigoEric.Santanosha traído a
panillarunperrito,porquenecesitamosunamigoespecial.Sabrina sonrió antes de poder evitarlo. Miró al niño y rodeó el
mostrador para colocarse a su altura; Eric corrió con rapidez parareunirseconellos.Breelosmiróaambos:—Asíquevosotrosdosqueréisapadrinaraunperrito.Puesvaisatener
queveracuáldeellos,porquehaymuchossinfamiliauhogar.Yhayqueasumir una responsabilidadmuy grande, quererlosmucho y aprender acuidarlos.¿Vaisaquererhacereso?Ambos asintieron vehementemente con la cabeza, estaba claro que
estabandispuestosacualquiercosa.—¿Hayalgúnperropeludo?—inquirióEriccurioso—.Hevistounos
dibujosconmimamádeunperroqueteníaunbarrilasí,enelcuello,ycuando la gente tenía frío les daba el barril y cuando bebían se poníanbuenos y ya el perro los ayudaba a volver otra vez a casa y todos sonfelicesyyoquierounperroasíparacuidarloyqueveaquelaspersonastambiéncuidana losperros.Mamádicequehaymalaspersonasque leshacendañoynosotrosdebemoscuidarlos.Dylanasintió a laspalabrasde su amigo, como si hubieradichouna
verdaduniversal.—Yo también he visto esos dibujos y, además, la abuelame ha dicho
quehayque sermuy serioparapoderpanillar unperroyqueno esunjuguete,porquesufreylloraylepodemoshacerdaño.—Puestuabuelatienemucharazón—dijodirigiéndoseaDylan,había
ternura en su voz y una gran sonrisa que nunca abandonaba su rostro,despuésmiróaEricy finalizó—:y tumamá también.Ellas sonmujeressabias.A los animales se les cuida, formanparte denosotros y nuestrasfamilias.Ambosniñosparecieronconformesconsurespuesta,Ericfueunpoco
másallá:—¿YlosrenosdeSantaClaustambiénvivenaquí?Sabrina rio, su carcajada fue sincera y dulce y acarició la cara del
pequeñonegando:—La verdad es que, en esta época del año, ellos estánmuy ocupados
trabajandoconSanta.Tienenquetransportar todosesosregalosysuelenllevarlosaun lugarespecialenelPoloNorte.—Bajó lavozen tonodeconfidenciaehizoungestoalosniñosparaqueseacercaranmás—.Heoído que les dan zanahorias y otrosmanjaresmágicos para que puedanvolarenNavidad.Los niños se miraron boquiabiertos y después la observaron a ella,
hablando en loque era su ideadevozbajita, peroquepodía escucharlacualquiera:—¿Ysiledejamosunazanahoriaestanoche,losrenosselacomen?—
preguntóDylan.Eric,casialmismotiempo,preguntótambién:—¿Laszanahoriassonmágicas?Las carasde credulidad e ilusiónhicieronque el pechodeSabrina se
calentaraynopudoevitarmiraraambosconcariño,mientrasasentía:—Sí, sonmágicas, pero solo para los renos.Las personas no pueden
volar.—¿Y los perros, si comen zanahorias, vuelan? —preguntó Eric
entonces.Dylanserioynegómirandoasuamigo.—¡Quéva!¿Novesquealosperrosnolesgustan?Elloscomencarney
otrascosas,perozanahoriasno.—Alomejorlaszanahoriasmágicassíselascomen...Losniñosempezaronadebatir entreellos,discutiendosobreelmodo
de alimentación de los caninos, haciéndola sonreír. Alzó los ojos deformadescuidaday,sinquerer,sumiradaacabóatrapadaconladeNick.Sus ojos azules brillaban mientras la contemplaban y había una muecacariñosaeinteresadaensurostro.Nolaperdíadevista,tanintensaerasuatenciónquetragósaliva,sintiendodeprontolabocaresecaysetocóelpelonerviosa.Enunintentopordominarnuevamentelasituación,bajólavistaytrató
dedisimular,comosinolohubieravistocomoelhombremásatractivodeluniverso,mostrandounabiertointerésenlamujermástonta.
Loshombresestabanfueradesumenúynopensabavolveracaerenlasgarras del amordenuevo,menos conun entusiasta de laNavidad.Eranpolos opuestos y, en su opinión, las diferencias entre ellos eraninsalvables.Además,parecíainteresadoenLenayellaenél,jamásseinterpondría
entreambos.Cuando volvió a mirarlo, estaba enredado en una conversación
amistosa con los adultos recién llegados, así que se levantó, se secó elsudordelasmanosenlosvaquerosehizounaseñalalosniñosparaquela acompañaran a una de las salas de recreo, donde varios animalesdescansabantranquilamenteencamasacolchadasyagradables.Dylan y Eric corrieron felices en el interior y los cachorritos se
volvieron locos con ellos. Sabrina sonrió, aunque aún podía sentir latensióndesucuerpoylaapasionadamiradadeNick.Nunca hubiera imaginado que unos ojos azules, tanto como el hielo,
pudieranllevarasuinterioruncalortancálidoyabrasadorcomoelmáspuroeintensofuego.
CAPÍTULO2
Nick acababa de despedirse de Thomas y sus acompañantes, cuando
salióalacalleysequedóparalizadoenlamitad.Unasensaciónextraña,cálida y a la vez inquietante, se había colado en su interior desde elinstanteenquecontemplaraalapreciosaysiempreesquivaSabrina,unamujer que odiaba tanto laNavidad, como él los rumores de que era unviejogordoygruñón.Podía comprender que, en ocasiones, la gente asociara una mala
experiencia con la festividad, al finy al cabo, ni lamágica fecha estabalibrededolor,siempresucedíandesgracias,pero¿porquécondenartodala esperanza del mundo por un solo momento? No podías quedarteatrapadoenelpasado,renunciaratodoescudándoteenquealgotedolióote hizo mucho daño. El pasado estaba en un tiempo lejano y solo deaquellosquesufrierondependíaqueelpresenteyelfuturoestuvierallenode luz, así como que los deseos perdidos encontraran otra forma dehacerserealidad.Sedescubriópensandoenelmejormododeacercarlaasumundo,de
enseñarle cómo mirar, despojándola de aquella gruesa venda que leimpedíaverlabondadenlosdemás.Habíasidotraicionada,peronoeralaúnica, mucha gente perdía, se enamoraba, les partían el corazón, losabandonaban,peronotodosledabanlaespaldaalailusión.«Sabrina»,sunombrelehacíasonreír.Eraunaestupidezquenopodía
controlar. Quizá tuviera que ver con el reto o con algo más profundo,perofueracomofueranopodíanideseabadarlaespaldaaunamujerqueenunaépocalejana,habíacreído.Sucorazónhabíaestadollenodefe.Nola recordaba, peropodía sentirlo.Seguía arraigadamuyprofundo en suinterior,luchandoconuñasydientesporsaliralasuperficie.Pero el escudo de la mujer era mucho más fuerte, tanto que había
recluidoesapequeñavoz,relegándolaalolvido.Eltintineodeloscascabeles,quemarcabalaentradadeunmensajeenel
móvil, lo sacó de su ensoñación y lo devolvió a la realidad. EraNochebuena, no tenía tiempo parameterse enmás problemas, había un
montóndeniñosesperandoporél.Erasunoche,paraesotrabajabatodoel año, para llevar la ilusión, especialmente a aquellos que no teníanmuchosmotivosparasonreírenesosdías.«Problemaconlista.Presenciainmediatarequerida.Jack».Soltóunlargosuspiro,susegundodeabordovolvíaaestresarse.Tenía
que regresar a casa, calmar los ánimos y mostrar que tenía todo bajocontrol.No importabacuánto trabajohubiera, todos losniños recibiríansuregalo.Todosycadaunodeellos.Apareció en el hangar, observó el ajetreo de elfosmoviéndose de un
ladoparaotro,torresderegalos,enormessacosabiertosesperandoaserllenados y al hombrecillo en cuestión, rojo como un tomate, sudandoprofusamente y dando rígidas indicaciones a todos a su alrededor,mientrastecleabacondesesperaciónenelordenadorcentral.—Ya estoy aquí. Déjame a mí —lo apartó con delicadeza para
introducir sus claves en el sistemayproceder aocuparsede resolver elproblema.Descargó la lista y la revisó varias veces.Nonecesitó que leindicaranelerror,pudodetectarlode inmediato—.¿Dóndeestán losquefaltan?Jackseencogiódehombros,seguíaangustiadoperoaélnoseatrevióa
gritarle.Respetabademasiado lasnormascomoparahacerloyallíNickeraeljefe.—Nolosabemos,señor.Lalistaestabacompletaayer,elprogramade
selecciónestáhaciendodelassuyas.Otravez.Nickrespiróhondoyestirólosdedosmientrastecleabauncódigotras
otro, tratando de descubrir en qué punto había descarrilado; lo localizódiezminutos después y sonrió complacido. Se envió la nueva lista a suPDAysecolocólasgafas.—Quiero que vuelvas a revisarla dentro de cuarenta minutos. Voy a
comprobarladisponibilidaddelostrineosyacambiarme.—Sí,señor—dijoJackservil—.Meocuparédetodo.—Bien,gracias—lediounpardepalmadasenlaespaldayseapresuró
aencontrarseconcadaunodeloselfosquedirigiríanlamisiónenotraszonas del mundo. Esa noche él iba a quedarse en San Francisco. Teníamuchoquehacerallí.Y no era que quisiera ver a Sabrina. No solo eso, aunque no podía
ocultar que era cuestión de peso, estaba deseando darle algo en lo quecreer, sino que también había más niños que necesitaban tener fe, sin
olvidar que le debía una aThomas y a cierto niño llamadoEric.Nuncahabíaestadodeacuerdoconsupadrerespectoaldestierro,peronohabíapodido interferir. En aquella época era poco más que un chiquillo queencontrabaemocionanteaqueltrabajoquelecorresponderíaenelfuturo,inclusosincomprenderdeltodoloquesignificabaserSantaClaus.—Señor —la voz de Magnus lo detuvo, llegando a toda prisa. Le
costaba respirar, su pecho subía y bajaba con gran ímpetu mientras seconcentrabaenrecordarquémotivolohabíallevadoallí.—¿Quésucede,Magnus?Los ojos del elfo brillaron. Siempre lo hacían, todos ellos se
reconfortabangraciasalhechodequeél reconocierasusnombres.Pero¿cómonohacerlo?Estabanjuntosenaquello.—Nosécómodecirleesto,señor—dijoelelfo,moviéndoseinquietoy
pasandoelpesodeunpiealotro—,perosenoshaterminadoelpapelderegalo.Ensutonoestuvoclaraladesolación,peroNickseapresuróacalmarlo.—¿Ynuestroalijodepapelesdeprueba?¿Habéisintentado...?—¡Pero son para la próxima Navidad y no han sido revisadas aún,
señor!No tenemos lagarantíaplenadequeseanóptimosydelgustodelosniños.Nopodemosarriesgarnos.—Mejorunpapelquenohapasadoeltestqueunoinexistente.—Perolosniños,señor...—Confíaenmíenesto.Puedequequedepor realizarelestudio final,
pero es de calidad y seguro. Lo primero que pasan son las pruebas deseguridad,noimportaqueeltonoseaelmalvaoelvioleta.—Hablóconcalma, dejando claro que todo saldría bien. Sus elfos se alteraban encuantopisabaenlasfábricas,comosideprontohubieranolvidadocómoresolverproblemasdesiglos, solopor supresenciaallí—.Séqueharásquefuncioneypuedesañadirunaetiquetaespecialparacompensara losniños.Sabrásexactamentequéhacer.—Bueno, señor...—se sonrojó—, tengo un par de ideas que podrían
funcionar.—Yyonoteníaningunadudadequeasísería.Gracias,Magnus.—Nick
serio—.Ve,anda.Tienesmuchotrabajopordelante.Elhombresalióatodaprisa,haciéndolesonreírporsuurgencia.Nick
revisó su PDA de nuevo, con la ruta de vuelo y se acercó a su propiotrineo.
—Todoestáenorden,cargaremoslossacosencuantosellemoslalista.Leenviaremoslaactualización.Alvinalomiróconresolución,esperandosurespuesta.—Bien—nolaestabaobservando,sinoqueseinclinósobreelasiento,
pararevisarquetodoestabaenorden.Revisóelalmacenajedechocolateygalletasparaelviajeylosdepósitosdecombustible.—Suequipoestarálistoendiezminutos,estanochelesacompañaré.Sabíaque eramuy importanteparauna elfa joven comoella, ir en el
trineo alfa, junto al jefe, así que se tomó un momento para mirarla ysonreír,conlaintencióndedarlebuenánimo.Suselfosyelfaseran laesenciamismade laNavidad,nohabíanadie
que comprendiera tan bien como él la magia de la fecha. Si tan solopudiera llevárselos al refugio y mostrarle a Sabrina aquellainquebrantablefe...Unaideaseiluminóensumenteenaquelmomento.¿Ysirebuscabaen
susviejosregistrosyencontrabaelregaloespecialqueellahabíapedido?Nopodíanrepartirsiempreloquelosniñosquerían,aunquequisieran,noeratanfácil.Habíanormasyteníaqueexistirciertoequilibrio.—Alvina,¿podríashacermeunfavor?Esextraoficial.Laelfasecuadróyasintióconvehemencia.—Porsupuesto,señorK.—Necesito algunas cartas viejas, de una niña llamadaSabrinaTurner.
Deberías remontarte unos 24 años atrás, quizá algo más. ¿Crees quepodráshacerlopormí?Apesardequenoestabaentresustareas,seapresuróaasentir.—Lastendráantesdedespegarestanoche.—Gracias.Teestaréeternamenteagradecido.La elfa salió corriendo a toda prisa hacia el archivo, sabía que no le
defraudaría.Recibiríalascartasinclusoantesdesalir.PodíaserqueesaNavidad,fuerademasiadomayorparaserunodesus
elegidos,peropodíasertambiénquenohubieranadiequenecesitaramásunmotivoparadarunanuevaoportunidadalafiesta.Iba a intentarlo como Santa Claus y después ya se vería. Podía tener
éxitoofracasar,peroteníaqueprobarsuerte,antesdedarlaporperdidaparasiempre.Revisó laactividadasualrededorysesintiócomplacido.Eraposible
queaveceshubieraerrores,quesetorcieranlascosasoqueparecieraque
todosaldríamaljustoenelúltimomomento,perosiemprelograbansaliradelante.EnNavidadtodoeraposible,lamagialoacompañaba,asícomola fe de incontablesNicks antes que él.Todos ellos grandes luchadores,quehabíanpugnadoporlograrsobreponersecontravientoymarea,parallevarlaalegríaaloscorazonesdelosniños.Saliódelhangaratodaprisa,dejandoatrásasugente,quecolocabael
trineoalfaenlaplataformadedespegue,habíallegadolahoradevestirseyocuparsupapel.Ibaa tenermucho trabajo,peroal finalde lanoche,cuando rayarael
alba y los pequeños bajaran corriendo las escaleras o, simplemente,abrieran losojos,descubriríanunaseñal,porpequeñaque fuera,dequesiempreteníanqueteneresperanza.Ysoloporeso,lashorasdeintensotrabajomereceríanlapena.
CAPÍTULO3
Sabrina comprobó que todas las jaulas estuvieran cerradas y los
animales cómodamente en ellas. Todos tenían agua y comida suficiente,asícomounlechoblandoylimpioparadormir.Noeralamejoropción,mantenerlostraslosbarrotes;unapartedeellaserebelabacontraaquello,perocomoanimales,necesitabantenerlosrecogidos,asalvoyenorden.Erantratadoscomoreyesyseguiríansiéndolo.Apagólaslucesysedirigióhaciaelmostrador,dondesesentólomás
cómodaquepudoparapasarlanoche.Revisósusnotasdetrabajoparasupróximocuento,aunquenologróconcentrarse.Eldíahabíasidointenso,pero ni toda la actividad pudo opacar la presencia de aquel al que trasatacarsinmotivo, tansolopodíarecordar,añorandoesafeyesa ilusiónqueparecíanacompañarlo.Erasexyymuyguapo,habríasidosutipo,sinohubieraterminadoparasiempreconloshombres.Una traición podía ser superada; la segunda, mal, pero bueno. ¿Una
tercera? No, no abriría su corazón para acabar escaldada de nuevo yperdida en ese mar de sensaciones y sueños que nunca iban a ningunaparte.Observó las luces parpadeantes, pasando de un color a otro, casi
hipnotizándola, y se permitió pensar en un tiempo en que esa noche lohabía significado todo para ella. La risa de su padre, el olor a galletasrecién hechas de su madre y el papel rasgándose, para dar paso a unaestupenda ymaravillosa sorpresa. No siempre era lo que había pedido,peroaveces,erainclusomejor.Soltó un largo suspiro. Nick y Navidad parecían formar parte de la
mismadefinición.Aúnasí,noqueríaevocarloyperderseenelrepasodesusperfectasformas.Especialmente,aquellasonrisallenadesinceridadycalidez,quelahacíasentirmásliviana,máscapaz,másrisueña.Como si todos los problemas y sus miedos se esfumaran en el aire,
graciasasumerapresencia.Oh,sí.Eraunhombremuypeligroso.Unoquenopodíapermitirse.Se levantó para coger su bolso. Tenía que llamar a su padre para
invitarle a comer con ella el día siguiente. No le gustaba dejarlo solo,incluso aunque no fuera una celebración en toda regla, era importantepasarjuntosesedesagradabledía,paranoacabardeprimido.Nohablabandeella,sinoquetratabandemirarconoptimismoalfuturo
ypensarenquécosas ibanamejoraren sus respectivasvidas.Marcóelnúmeroyelhombremásimportantedesuvidacontestóalsegundotoque.—Hola,papá.—Sabrina,hija.¿Hapasadoalgo?Nopudo contener su sonrisa.Como si cada vez que lo llamaba fuera
paradarleunamalanoticia.—No. No ha pasado nada. Estoy de guardia en el refugio—explicó,
tomando asiento de nuevo—. Quería recordarte que mañana es nuestracomida.—Noesnecesario...—carraspeó—.Sélomuchoquedespreciaseldía
deNavidad,nohacefaltaquelacelebremos.—No, papá. No celebraremos Navidad, celebraremos que soy
afortunada de tenerte en mi vida y celebraremos lo muchísimo que tequiero.Sintinohabríallegadohastaaquí.—Eso no es cierto, eres lista. Lo que has conseguido ha sido por tus
propiosmediosyestoymuyorgullosodeti.—Sabes que no me refiero a eso —pero igualmente se sintió
reconfortada. La gente no entendía lo mucho que ayudaba un pequeñoelogio que provenía de la fuente adecuada, para que una persona fueracapazdelograrcualquiercosa,porpequeñaquefuera.Siemprehabíacontadoconeseapoyoy,apesardenotenerasumadre,
sabía que era mucho más afortunada que otras personas. Tenía a JoeTurner,elmejorpadredelmundo.Nuncaexigíamás,sinoquevalorabasuesfuerzoylapremiaba.Cuando
fracasaba,estabaasulado,tendiéndolelamanoypreguntándolequéhacerparaquelapróximavezfueracapazdeconseguirlo.Siempreasulado,siempreoptimista.Relegandoaunsegundoplanoel
dolordelapérdidayelabandonopropios,paraofrecerunasonrisayunapoyoasupequeña.Inclusoahoraqueeraadulta.Éleralaconstantedesuvidaysiemprelo
sería.—Quiero estar contigo, papá. Prepararé algo delicioso y comeremos
juntos.
—Estábien,sabeslomuchoquemegustatupavoasado.—Papá—soltóconregocijo—.Sabesquelocompraréenelchinodela
esquina. Saldré del refugio por la mañana, seguro que me quedarédormida.Loqueesseguroesquelaensaladalahagoyo.—Lo único importante es que nos lo comemos juntos —aportó él
lograndoquesesintieragenialymuyquerida.—Loes,papá.—Deseóabrazarlo,perodemomentoel teléfonono lo
permitía,asíquesecontentócondespedirse—.Tedejodescansar,mañanateveo.Duermeynoledesvueltasalacabeza.—Noloharé.—Tequiero—declaróconsinceridad.—Yyoati,hija.Cuando colgó y regresó a su lugar tras el mostrador se dijo que no
teníaderechoaquejarse,nisiquieraadespotricarsobrelasinjusticiasdesuvida,alfinalcaboteníagrandesmotivosparaestarviva,paralucharyseguiradelante.Miróelárboly losadornos, recuperó la imagendeNickysacudió la
cabeza,expulsándolodesumente.Noibaacaerenesootravez.Ymenosestanoche.Se acomodó con sus folios de notas y procedió a revisar
minuciosamentelaestructurainternadesupróximotrabajo.—Trineobeta enel aire, señor—informóJackpor radioaNick,que
sobrevolaba el Atlántico, de camino a su destino—. La operación SacoRojoestáenmarchaynohahabidoningunaincidencia.—Buen trabajo, Jack —premió Nick revisando las secuencias que
aparecíanensupantallay la rutamarcadaporelGPS—.Llegaremosendiezminutos,pasoaconducciónmanual.Mantengoradioabierta.—Oído,señor.Buenanoche—deseócortandolacomunicación.Nickse reclinóen lacomodidaddesuasientoy tomólosmandosdel
trineo, observó a su acompañante y sonrió cuando la vio agarrarse elgorroenelinstanteenquehizoundescensorepentino.—¿Asustada?—Laelfaestabadeuncolortanverdecomolateladesu
atuendo.—No,señor.—LlámameNick, esta noche somos compañeros.Voy a necesitar que
estésrelajada,losnerviossoloprovocanqueunamisiónperfectasellenedeproblemas.—Losiento.Nick manipuló un par de botones en el tablero de mando y pronto
aparecióunatazarepletadechocolateconnataycanela,queleofreció.—Teayudaráacentrarteyarelajarte.Notepreocupes,todosaldrábien.Laelfalatomóconmanostemblorosas,mientrasSantaClaussedirigía
a losotrosdosquerevisaban laparte traseradelvehículoycontrolabanquelossacosestuvieranfirmesyancladosensulugar.—¿Todobien,muchachos?Sendos asentimientos y gestos de pulgares alzados, aparecieron en la
pantalla,haciendoqueserelajaraaúnmás.Sucompañerateníaproblemasparamantenersecentrada.—¿Te da miedo volar?—le preguntó de forma casual. No pretendía
incomodarlaoasustarla.Sabíaloimportantequeeraparaellaestamisión,perositeníamiedoalasalturas,noseríamuyconvenientequetuvieraqueforzarse a enfrentarlo en una noche que ya de por sí, era losuficientementecomplicada.—Nuncalohabíatenido.Creoqueesporlasturbulencias—explicó—,
peromesientomuchomejorya.Nicksupoquenoeracierto,estabainclusomáspálida.Decidióqueera
horadedistraerla.—¿Pudistehacerloquetepedí?Lachicadejólatazamientrassusemblanteseiluminaba,asintiendocon
vehemencia.Registróensubolsaysacóunacarpeta.—AquíestántodaslascartasquehemosrecibidodeSabrinaTurner.Es
curioso,perosolohaytres.El hombre extendió la mano para hacerse con la carpeta, mientras
dejabael trineoenconducciónautomática,al finyalcabolarutaestabamarcada,podíaecharunvistazoantesdeocuparsedelaterrizaje.—Veamosquétenemosaquí.Lasletrasgrandesyredondasdecorteinfantillograronprovocarleuna
sonrisa. Siempre se sorprendía de que un niño, que apenas teníaexperiencia delmundo, pudiera conseguir algo tan especializado en tanpoco tiempo. Era la ilusión y la fuerza que ponían en alcanzar susobjetivos, a menudo de adultos el esfuerzo era menor, o quizá solo eldesencantoylafaltadeilusiónacudieranaellos.
Nofuedifícilreconocerlainocenciadelaautora,habíaescritoaquellode su propio puño y letra, con gran dificultad, pero sus peticiones erancuriosas. Lamayor parte de los niños solían escribir una larga lista dejuguetes y, para finalizar, algún deseo espiritual referente a sus padres,abuelosohermanos;Sabrinahabíahecholomismo,peroalrevés.Primeropedíacosasparasupadre,parasumadrey,finalmente,parasí
misma.Cuentos,unamuñecayunaszapatillas.Lociertoesque,aunqueseesforzó por recordarla de niña, no lo consiguió. Era posible que enaquellosmomentos,nohubiesedirigidolaoperaciónenesazona.—¿Todobien,señor?—seinteresóAlvina.Sutonoverdeacompañaba
ahora a una mirada llena de preocupación, mientras el aire agitaba sumelena y hacía que su rostro se sonrojara, producto de las bajastemperaturas.Hacíaunpocodefríoallíarriba,sinembargosabíaquenohabría quejas por parte de ninguno de sus acompañantes, así comotampocoélsequejaría.—Sí—corroboró—.Todoestábien,nadafuerade...—Suafirmaciónse
atascóensugargantaenelinstanteenqueleyólaúltimacarta.Sucorazónseparalizóyahogóunamaldición—.Mierda.—¿Señor?—repitiólaelfa.Nick sacudió la cabeza y le entregó el papel,mientras recuperaba los
mandosyadvertíaasusayudantes.—Poneosloscinturonesdeseguridad,estanoche,tenemosprisa.Tengo
quehacerunaparadaantesderepartirlosregalos.Loselfosdelapartetraserasemiraronalerta,podíapercibirlasdudas
yeltemorensurostro.—Peroseñor...Nickcortóladiatribaacelerandoydescendiendoatodaprisa.Alvinase
aferróconfuerzaalasiento,justodespuésdelamentarseporlaspalabrasdeunapequeñaSabrina.—Pobrecriatuuuu—lavozseleatascóenlagarganta.Santa Claus se dolía de sus elfos, pero Nick necesitaba encontrar un
mediodemostrarlobuenodesupapelaunamujerquehabíaperdidolafe,trasperderloquemásqueríaenelmundo.«Siyopudieraarreglartodoslosmales,acabarconlasenfermedadesy
laestupidezhumana...».Peronisiquieratodalamagiadelmundoseríacapazdehaceraquello,
con lo que iba a tener que tirar de litros de imaginación y convencerla
sobrelamarcha.Laradiosonó,Alvinatomóelmensaje.—Trineoalfa,alhabla.—Situación—exigió lavozdeJackalotro lado—.Sehasuperado la
velocidaddecrucero.Describaelmotivodesuemergencia.Nicktomóelaparato.—Tengo una paradamás, Jack. No haymotivo de alarma, tengo que
recogeraunapasajera.—Peroseñor...—empezósuasistente—,nopuedocontrolarsurutasi
cambiaeldestino.ElprogramaGPS...—Llegaréatiempoatodoslospuntosdeencuentro,siemprelohago.—Sí,señor.Peroestoesmuyinusualynocreoque...—No te estreses, tenecesitoechandounojoaThomasyamimadre,
puedoencargarmedeesto.—Noqueríainsinuarqueustednofueracapazde...—Puesnolohagas—espetó—.Dejaquemeocupedemitrabajo,voya
aterrizar,teavisarécuandovuelvaaestarenruta.Alvina, siguiendo sus instrucciones,desconectó la radio.Lomiró, sin
estarmuyseguradeaquello,peropodíaver laconfianzaplenareflejadaensusprofundoseintensosojosverdes.—¿Está seguro de que es buena idea?No podemos interferir con las
personas,noesalgoquepodamosenvolverenpapelderegaloespecialycolocarleunacinta.Nickrioanteelextrañohumordesucompañera.—¿Sabes,Alvina?Tengounamisiónespecialparatiestanoche.Pudopercibirlaalegríaapenasdisimulada.—¿Enserio?—Ajá—confirmó dirigiendo el trineo hacia el espacio aéreo de San
Francisco—.Pasamosamodo invisible—advirtióparasusayudantes—,no queremos alertar a las autoridades y ponerlos en pie de guerra —comentó, casi más para sí mismo que para los demás. Contempló a suacompañanteque seguía esperando información sobre las característicasdesutrabajo—.VasasermienlaceenTierra.EnSanFrancisco.—¿EnTierra?¿Entrehumanos?¿Yosola?—Susojosseabríanmásy
másconcadapregunta,hastatalpuntoqueNicktemióquesesalierandesusórbitas.—Asíes.Estanocheyduranteeldíademañana.Necesitoaalguiende
confianza.¿Creesqueseráscapaz?—PeroJackfuemuycategóricorespectoamifuncióneneltrineoesta
noche,señor.Podía ver el temor y la indisposición que su conducción estaba
provocando en la mujer, sabía que no sería capaz de soportar toda lanocheasulado.Ylociertoeraque,enrealidad,necesitabaquecubrieraelpuesto de Sabrina, mientras él se la llevaba a sobrevolar ciudadesdormidasyniñosllenosdeesperanza.—Jackestarádeacuerdoconmidecisión.Nohabíaopciónaréplicaensutonoynolarecibió.Seconcentróenelpaneldemandosypresionóunpardebotones,que
abrieron las pequeñas compuertas que preparaban su trineo para elaterrizaje.Podíavereltejadodelrefugio,endosminutosharíancontactoconlaresbaladizasuperficieynecesitaríatodossusreflejosparanohacertemblareledificio.—Estábien,señor.Cuenteconmigoparaesamisión.—Eres clave esta noche, Alvina —informó mientras se colocaba en
paraleloalasuperficie,paratomartierra(másbientejado)consuavidad.El contacto resultó unpocomásbruscode lo esperadoyprovocóun
ligero estruendo. Lo suficiente como para que cualquiera que estuvieradentrolonotara.Maldijo,peroavecessucedía.Eltrineomantuvosucapainvisible, mientras saltaba fuera de él y ayudaba a Alvina a descender,miróasusotrosdoselfos.—Cincominutos,muchachos.Ocuparosdelosalrededores.—Señor,larutamarca...—Sé lo que marca la ruta, vamos a hacer un pequeño cambio. En
marcha.No tuvo que repetirlo, los dos cargaron sus respectivos sacos y
desaparecieronalavelocidaddelaluz.Nickabrióunapuertaeneltejadoyaparecióenelinteriordeledificio,laelfasetambaleóasuladoyhabríacaídoalsuelo,siélnolahubierasostenido.—Tranquila,yaestásensuelofirme.Se aferró a él, agradecida. La sentó en una silla libre y se dirigió
pisando con sus fuertes botas lleno de decisión hacia el mostrador.Cualquiertranseúntecasual,pensaríaenélcomounlocodisfrazado,soloSabrinapodríaleerlaverdadenél,porqueélselopermitiría.Nohabíanadieenelmostrador,peropudoverlaesteladelamujeren
lapuerta,asomándosealtejado.Sonrió,deberíahaberusadoloscascabelesparadarungolpedeefecto.
Habría sidomuchomás divertido ver su cara entonces. Sabiendo que éleraloque,enrealidad,era.Caminó a toda prisa tras ella, tras dejar claro a su compañera que se
quedaradondeestaba.Noparecíacapazdedardospasos,asíquelehizocaso,mientrastomabaalgoquesacabadesusaquito.Seguramente,algúntipodemedicacióncontraelmareo.Sacudiólacabeza.HablaríaconJacksobrelaspruebasdeaccesoalos
trineos.Noqueríadiscriminarasuselfos,perotenerpánicoalasalturasoavolar,noerabuenocuandoteníasquesaltaravecesdesdeelaire,parallegaraunazonaespecialmentedifícil,mientraseltrineosobrevolabalazonaenmodohibernación.Tomonotamentaldeelloylodejóaunladomientrasaparecíatrasla
mujerydecíaenvozbienalta.—ParecequeSantaClaushadecididoaterrizarentutejado.—¡Nick!—sellevóunamanoalpecho,mientrassegirabaparamirarlo
—.Heoídounruidoy...—notósuatuendoysequedósinpalabras—.¿Porquévasvestido...?¿Porquéllevasuntrajede...?Nocontestóasupregunta,sinoquetendiósumano,conlapalmahacia
arriba,esperandoquelacogiera.—Hacefríoaquífueraynisiquierallevasunabrigo.Sabrinaparecíaincapazdeprocesarloqueveía,sinembargo,sítomó
sumano,lograndoreconfortarlo.Ensuinteriorsabíaqueaqueleraunpequeño-granpaso.—Sí, hace frío—concordó ella—. ¿Por eso vas así vestido? ¿Por el
frío?—Sobrevolar la ciudad con este tiempo implica ir bien abrigado—
entróconellahastadondelesesperabasuelfaylaspresentó—.Sabrina,estaesunabuenaamiga,vaaocuparsedelrefugioennuestraausencia.—¿De qué hablas?—Había fruncido el ceño y lomiraba como si se
hubieravueltototalmenteloco—.Yonovoyaningunaparte.—CreoqueSantaClaustedebeunregalo,noesquepuedacumplircon
tu petición, pero sí puedo mostrarte algo que va a hacerte cambiar deopiniónrespectoamifunción.—Ahora confesarás que tú eres San Nicolas o Santa Claus o Kris
Kringleocomodiablosquierasllamarte.
—Soy todos esos, aunquemis amigosme llamanNick. Vamos.—Laenvolvió con el abrigo y le colocó el gorro y la bufanda—. Los vas anecesitar.—Noloentiendes,yonovoyaningunaparte.Mehecomprometidoa
quedarme aquí y no pienso salir —espetó, tratando de quitarse lasabrigadasprendas.Alvinainterfirió.—Señor,unminuto.Sinosaledeinmediato,nopodrácompletarlaruta.Nickmaldijo, sepasó lamanopor la cabeza,haciendocaer elgorro,
pararecogerloconrapidezyvolveracolocarloensusitio.—Notengotiempoparadiscutir,Bree.Vasatenerqueconfiarenmíy
perdonarme.—¿Perdonarte?—Inquirió con cierta sospecha—. ¿Por qué habría de
perdo...?Nick intercambió con su elfa una mirada de conocimiento, la mujer
aceptó con un seco asentimiento, ocupando el lugar que le habíanasignado, tomando con firmeza el comunicador para mantenerseactualizadadelosavances.Santaabrióelportaldevueltaaltrineo,suselfosyaestabanesperando,
lasentóenellugardelcopilotoyleatóloscinturonesdeseguridad.Suselfos hicieron el gesto óptimo, dejando claro que el trabajo había sidohechoyNicksepusoalosmandos.—¿Quémierdaesesto?—Shhh, mis elfos no toleran las palabrotas —advirtió, mientras se
elevabanenelaire—.Voyahacerteunregalo,Bree,inclusoencontradetuvoluntad.—Noquieroestaraquí,Nick.Tengountrabajoquehaceryno...¿Qué
teatroeseste?¿Quiénessonellos?No hubo respuesta por parte de sus muchachos, como sabía que
ocurriría. Sabrina no necesitaba saberlo todo de golpe, lo iríacomprobandoa lo largodelanoche.Ibaaencargarsedequelohiciera;era clave que saliera de allí comprendiendo losmotivos por los que supeticiónnohabíasidoatendida.—Noimportaquéoquiénessonellos,soloimportaquiénerestúylo
quevoyahacerporti.—Noquiero regalos, nome gusta... volar. ¿Qué diablos...? ¿Eso es el
suelo?—seasomó,mientraselvientoleagitabaelcabello.
—Agárrate fuerte, mujer, porque este es el principio de una granaventura.—¿Quéaventura?—dijoincidiendoenelqué.Nicksonrióllenodeperversadiversión,mientrashacíaquesuvehículo
salieraatodapastilla.—La que empieza contigo descubriendo la verdadera magia de la
Navidad,eneltrineodeSantaClaus,yatravésdesusojos.Bienvenidaamimundo,Bree,estanochevoyacambiartuperspectivaparasiempre.
CAPÍTULO4
Sabrinaestabaenshockyapuntodeempezarahiperventilar.Noesque
nolegustaravolar,esqueleteníaauténticopavor.—¿Porquémehacesesto?—preguntóapenassinvoz,conelestómago
revuelto, sintiendo ganas de vomitar—.LaNavidad no trae nada bueno.Nada.—Esonoesverdad.¿Quieresunchocolatecaliente?—Quieroqueme llevesdevuelta,Nick.Comobromayaestábien, te
doylarazónentodo.Fuedemasiadoeducada,loqueteníaenmenterespondereraalgocomo
«voyameterteeljodidochocolatepordondeyotediga,pirado»,peroselas ingenióparaponerunamiradaderesignaciónycasidesúplica.Conunpocodesuerteladejaríatranquila,queaéllegustaradesafiarlafuerzade la gravedad, no significaba que ella fuera a subirse a ese tren. Deningunamanera,malditoshombres.Lateníanharta.Elúnicobuenoerasupadre.Elhombrenegó,sindignarseamirarlasiquiera.«Cabrón».—Tedijequeteenseñaría laNavidada travésdemisojosyesoes lo
quepiensohacer.Vamosentiempo—añadiómientrasreactivabasuradio—. Alfa en ruta —dijo esperando respuesta, en cuanto Jack contestó«recibido», se giró hacia Sabrina—. Sé que te asusta un poco, pero esetemornoestáarraigadoenti,soloessuperficial.Paracuandotermineestanoche,descubrirásquetegustamitrineo.«¿Superficial?Yunamierda».—¿Tehascreídotodosloscuentosylasleyendas,verdad?Estáslocoy
mehasarrastradocontigoenestamisiónsuicida.Miraba el suelo, tan lejos, las diminutas luces de la ciudad parecían
merospuntitosparpadeantes,ycerrólosojostratandodeconcentrarseenqueaquelloerauntontosueñoyquesehabíaquedadodormidadurantesujornadalaboral.Eraesoosaltaryacabarconsumiseriadeunajodidavez.
—Noesunsueño—dijoNick,provocándoleunagranirritación.—Cállate, joder—escupió furiosa. ¿Por qué no podía dejarla en paz
consuensoñación?NoqueríaestareneltrineodeSantaClaus.QueNickfuera un loco de laNavidad era comprensible, que hubiera dedicado loquepodríanserañosenungaraje,paraconstruirsemejantenaveyhaberconvencidoaunoscuantoslocosparaquelosiguieranconsacosrojosyvestidosdeaquellaguisa...—Estoy en un puto psiquiátrico—murmuró queriendo golpearse por
sertantonta.Los entesmasculinos de su existencia habían sido especímenes raros.
Todos ellos, Nick todavía no era nada para ella, no además de susecuestrador.Ypensarquehabíacreídoqueeramono...¡Uncuernoqueeramono!A
losúnicosmonosquelopodíacomparareraalosdelzoo.—¿Por qué no haces aterrizar esta cosa y me dejas en el suelo? Ni
siquiera necesitas llevarme al refugio, cogeré un taxi —se apresuró aasentir a toda prisa—. En serio, Nick, me parece muy... muy bonito—«dalelarazón,Bree.Antesdequeteataqueoalgopeor»—,peroyahevistolaNavidadatravésdetusojosy...Suacompañanteparecíallenodeunaindignantediversión.Lahilaridad
se reflejaba en sus ojos, en su gesto y en la risa contenida que sacudíaapenasperceptiblementesupecho.—¿Dequécoñoteríes?—explotófuriosa.Alamierdaeltacto.—Deti—confesó,haciendoquesucabreoseincrementaraalamáxima
potencia.—¿Demí?Detodosloscabronesquemehecruzadoenmivida,túeres
elpeor.Elhombrenegó.—Estásahísentada,pensandosoloDiossabequé,quizáplanteándotela
posibilidad de saltar al vacío solo para negarte a ver la magia de estanoche. Eso, querida Sabrina, es una autentica bobada y una verdaderalocura. —Hizo un gesto a sus acompañantes del asiento trasero queparecieroncomprender,sinnecesidaddepalabras,loqueteníanquehacer.Cargaronsendossacosysaltaronsinpensarlo;Nicklamiró,soltandolosmandosde lanave—.SoyunSantaClausgeneroso,voyadejartesaltar,Bree.—Noqueríadecir...niinsinuar—losnervioslaatenazaron.¿Deverdad
ibaahacerleeso?¿Eraalgúntipodemaniaco?Nose lohabíaparecido,pero...Tocóunpardebotonesylaatrapóentresusbrazos.—Yoquetú,meaferraríabienfuerte.El trineonovaasacudirse,está
enhibernación,perotenemosundurotrabajohoy.Ysinañadirmás,saltóporelborde,provocándoleunauténticoataque
al corazón. El grito que abandonó sus pulmones cortó la fría noche;despuéssequedósinvoz.Nick sabía que quizá se había apresurado. Podía ser que Sabrina
necesitara más tiempo, pero tampoco quería que pensara que se habíavuelto rematadamente loco de pronto. No iba a convencerse solo conpalabras, iba a necesitar una gran cantidad de hechos. Lo había sabido,aunquetambiénhabíaesperadonotenerquesacarlaartilleríapesada.Aterrizaronsuavementeenel tejadoyabrióelpequeñoportalque los
llevaríaalinterior.Lamujerestabaaturdidayseaferrabacontantafuerzaa él que debía de tener los nudillos blancos. En sus ojos se reflejabaclaramenteelmiedo.—Sabrina—susurróNick, para no alertar a los dueños de la casa—,
mientrasestésconmigo,notevaapasarnada.¿Mehasentendido?Lamujersololomiraba,comosiselehubieraolvidadocómoformar
laspalabrasparacomunicarseconél.Nickacariciósumejilla.—Nomehasdadoopciones, teestabasponiendodifícil,cariño—dijo
con ternura, dejándola en el suelo. Sin embargo, sus uñas siguieronclavadasenelrojoterciopelodelachaquetadesutraje—.Vasatenerquesoltarme,Jacksemosqueasivamosconretrasoytodavíatengoquedejarlos regalos para Jacquie y su hermano Jimmy. ¿Crees que podráspermaneceraquíquietaunmomentoyensilencio?Ellaasintió,comounaautómata.Nicksuspiró.«Genial», pensó. «Si no empieza a reaccionar, tendré que acabar
llevándola a un psiquiátrico. ¡Mierda, Nick!», se vapuleó interiormentemientras sacaba su saquito personal, que en un instante se volvió de untamañosuficientecomoparasacarlosregalosdelosniños.Loscolocójuntoalrestoysonrióalverlastarjetasquesuselfoshabían
decoradoespecialmente.Alparecer,elpapelderegalonuevoibaaserla
bombaelpróximoaño,especialmentecuandopidieraquemantuvieranlascómicasetiquetas.Colocó todo para crear el efecto deseado cuando abrieran los ojos y
guardó el saquito de nuevo de tamaño portátil en su bolsillo, atrapó aSabrina entre sus brazos y lamiró. Sus ojos azules tiernos y llenos desinceridad.—Cierralosojos,confíaenmí.No parecía dispuesta a hacer aquello, pero Nick tomó su cabeza con
delicadeza,paraqueladejaradescansarcontrasucuello.Después,conunabolaespecialqueabríaelcaminoderegresoasutrineo,atravesóeltúnely laacomodóenelasientodelcopiloto.Suselfosyaestabanesperando,necesitadosdeavanzarmásdeprisa,pero ibaa tomarseunsegundoparatranquilizar a la chica. Quería que amara la Navidad, no que tuvieramiedo.—Sabrina, cariño, suéltame. No voy a dejar que te caigas, ¿me
entiendes?Sintiómásqueviosuasentimiento,hizoquesusdedossesoltaranunoa
unoyselosmasajeó.Teníanquedolerledespuésdetantatensión.Tocólapieldesufrenteenapenasunrocedesus labiosy lanotómuyfría.Suselfos seanticiparona susdeseos, comosiempre,y leentregaronunadesuschaquetasderepuesto.Raroeraelañoquenonecesitaracambiarseamitaddeltrayecto.—Gracias,Ed—dijo atrapando la prenday envolviendo aSabrina en
ella—. Esto te ayudará a entrar en calor—preparó un chocolate a todaprisaenunadesustazasfavoritas.UnalíneaexclusivadelPoloNorte,quehabía diseñado élmismo en colaboración con algunos niños del ala deoncologíadelhospital,yselaentregóconmuchanata—.Bebe.—No eres normal —dijo escudándose en la prenda de abrigo y
tomandolatazaconmanostemblorosas.Surostroseguíapálido,peroyano tanextremo.Susmejillas empezabana recuperar el tono rosadoy latazahumeanteentresusmanos,lareconfortaría.—Tienes razón,preciosaSabrina, no soynormal.SoySantaClaus—
sonrióysesentódenuevotraslosmandos.Retomandolamarcha—.Vaaser una noche movida, no te pido que creas en mí, solo te pido queobserves.Sinprejuicios.Acompáñame,todoirábien.Sémielfaayudanteestanoche,Bree,ymañanasinomequieresentuvida,desapareceréynovolverásasabernadamásdemí.
«Como si fueras a cumplir esa promesa, Nick. Sabrina te gusta y teintriga.Comonuncaunamujerhizoantes».—¿Tratohecho?—¿Por qué? —preguntó en cambio ella—. ¿Qué tengo yo para que
quierasquetevea,Nick?¿QuémástedaquecreaonocreaenlamagiadelaNavidad?—Meimportaporqueunaveztuvistefeytefuearrebatada.—Señalóun
compartimento en la guantera del trineo—. Ábrelo, hay tres cartas queescribiste hace mucho tiempo. ¿Recuerdas a esa niña, Sabrina? ¿Larecuerdas?La aludida observó el compartimento como si se tratara de una
serpientedecascabelyaferróconmayorfirmezalataza,negándosealeernada que pudiera tener. No tenía ninguna intención de formar parte deaquello.Nicklosabía,noeramásquealgúntipodeteatroparaella.—Nopuedoobligarteacreer,tampocoquieroforzarteahacerlo.Solo
quédateamilado,concédemeunashorasdetutiempo.Dejatuteoríadelalocura o cualquier otra cosa que pase por tu cabeza, trata de abrir tucorazón. Para cuando termine la noche, estarás de vuelta en el refugio,sanaysalva.Tienesmipalabra,Sabrina.¿Puedesconfiarenqueteestoydiciendolaverdad?Soloesunanoche.El rostro de lamujer que lo acompañaba cambió de una expresión a
otra tandeprisaquesepreguntócómoeraposible.Delmiedoalenfado,paratornarsecuriosayquizáunpocoresignadaalfinal.—Unanocheydespuésnohablaremosdeestonuncamás.—Novolveréamencionarlo,hastaquetúdeseesquelohaga.—Bien—aceptó,haciendoungestoconlacabezahacialaguantera—,
peronoquierosabernadadecartasnidenada.Solo...veréyescucharé,sinpalabrasnigrandesrevelaciones.—Lojuro—pronuncióconfirmezaNick.Conesotendríaquebastarle,
almenosporahora.—Está bien, procede. Demuéstrame qué es eso que te mueres por
enseñarme,PapanatasNoel.—PrefieroSantaClaus,Nicko...—¿Ah,sí?Puesyoprefieroestarsentadacalentitaenelrefugioyaquí
metienes.Nickpusolosojosenblanco.Ibaatenerquehacerdetripascorazón.—Comoquieras,Sabrina.Estanoche,salteconlatuya,mañana...
—Mañanatodaestalocurahabráterminadoypodrérecuperarmivida.«No, si yo tengo algo que decir al respecto», pensó Nick para sí.
Sabrinanecesitabamuchaayuda,teníaquemirarmásallá,noquedarsetansoloenlasuperficie.Le iba a costar trabajo, pero la traería de vuelta. Hasta el punto que
nunca debió haber abandonado y, cuando eso sucediera, quizá ellos dostuvieranunainteresanteoportunidad.Noeraquefuera la futuraseñoraK,peroaúnasí...unaaventuraentre
losdosseleantojabasugerenteymuyinstructiva.Semoríadeganasdeprobarhastaquépuntopodíallegarsinrendirsea
sufe.Lapobremujernosabíadóndesehabíametido,yanoteníasalvación.Yélestabaencantadoconaquello.
CAPÍTULO5
La caja quemaba entre lasmanos de la señoraKmientras posaba los
piesenaquelespartanosalón.Nohabíaadornosnavideños,niunosolo,comosifueracualquierotrodíadelaño.Unoquenomerecíalapenalacelebración.LedolióelcorazónportodoloquehabíaperdidoSabrina,sabíaquea
veces las cosas se escapabande lasmanosyni lamagia ni ningúnotropodíanhacernadaparadarunfinalmásfeliz.Loshombresylasmujerescometíanerrores,inclusoloselfos,también
SantaClaus,suhijoNickyellamisma.Colocóelpaqueterojoconelbrillantelazoblancosobrelamesa,sabía
queeralaúltimaentrega,quedespuésdeesanochetodoseacabaríaparaella yno sintiópena, tan solouna cálida sensacióndebienestar.Por finpodríaocuparellugarquelecorrespondía,juntoalhombrequelohabíasido todo para ella. SuNick, el hombre que le había robado el corazóncuando era una joven salvaje y llena de anhelos. Ninguno de ellosrelacionadosconlamagiaysíconpasarlobiencadasegundodeldía.Sonrió, no había sido muy navideña por aquel entonces. Puede que
aquelfueraelmotivodequesumaridosehubierafijadoenella.Elmismomotivoqueatraíaahoraasuhijo,haciaaquelpuntollenode
insatisfacción y dificultades para poder alcanzar lo que todos ellosdeseaban.Lapazdeunarelaciónduradera,laconfianzadecompartircadadía,consuscosasbuenasysuscosasmalas,conlacompañera.Almas afines, que con el tiempo aprenderían a entenderse y
completarse.EsoeratodoloquequeríaydeseabaparasupequeñoNick.Unhijoqueyaeraunhombre.Unhombrequeyanolanecesitaba.Lalunabrillabaatravésdelcristaldelapuertaquedabaaccesoauna
minúsculaterraza.Abrióysalió,observóelfirmamento.Lasestrellasdelos antepasados familiares brillaron con más ímpetu, hablando en unidiomadesconocido,listosparaaceptarlaensusenoydarlelabienvenida.Unadeellasbrillabaporencimadelasdemás,provocandoquesusojos
sellenarandelágrimas.Defelicidad,desatisfacción,deanhelo.
»Muypronto,amormío.Muyprontoestaremosjuntosdenuevo.Elpequeñoastro,elalmadeaquelquehabíaacompañadocadapasode
sucamino,brillóaúnmásdándoleánimosparallegaralfinaldeaquellasendaqueseguía.Teníatiempoparadespedirse,paramirarasuhijoalosojosydecirle
queelmundoeramejorporqueél estabaenélyquenunca jamásdebíaperdersufe.Teníaqueseguiradelante,conaquelcorazónllenodecariñoybondad,paraentregarunfuturomejoralosniños.Salvarlosdeldolorabsurdo de guerras sin sentido, en las que no tenían culpa. Deenfrentamientos entre padres perdidos, que habían olvidado que loimportanteeralaemociónylosbienesmateriales,tansolomerosobjetosquesedesvanecíanconeltiempo.Losañosdelainfanciaeranbreves,losniñoscrecían,ysilosdejabas
pasar,yanopodíasrecuperarlos.Lavidaeraasí,siemprehaciaadelante,habíaquedisfrutarcadainstante,porquenosabíascuandoseríaelúltimo.Trabajoydineropodían esperar, siempre. ¿Loshijos?No. ¿El amor?
Tampoco.Eranesaspequeñascosasyalaveztangrandes,quemarcabanladiferencia,trayéndonoslafelicidadplena.EstabafelizporNick,sabíaquehabíaencontradolahormadesuzapato.
Incluso aunque resultara difícil la conquista, era consciente de quefinalmentevaldríalapena.Yellaestaríaallíparaverlo.Regresó al interior y con una sonrisa hizo que el lugar brillara. Las
lucesdecolores,elpequeñoárbol,inclusolosregalos.Calcetinesconelnombredelaqueseconvertiríaensunuera,algúndía,cuandolosjóvenesabrieranlosojosalaverdad,alfuturoquevendría.Peinócon ternurael lazoblancodeaquellaúltimaentrega,deaquella
bola que concluiría con un trabajo intenso que había realizado durantedécadas,durantesiglos.»Noterindas,hijo.Habló para la habitación vacía, preguntándose si allí sería donde
Sabrinarecuperaralafeosi,porelcontrario,necesitaríamuchomásparacreer.Porexperiencia sabíaqueavecesnipresenciar lamagiabastabapara
ser convencida de una realidad imposible. No había garantías de queaceptaralaherenciaqueplaneabaponerensusmanos,perosilohacía,siasumía el papel que iba a entregarle, la vida deNick no solo seríamás
difícil, como lo había sido la de su padre antes, sino mucho másinteresante.YSabrinadescubriría queperder unamadre, no significabaperder el
corazón.Habíaencontradoaunhombrequelacuidaría,unamisiónquellevaría
elamorporelmundo,soloanhelabaquenofueratancabezotacomoellaunavezfue,yabrieralosbrazosalaesperanza,abrazandounfuturoquecambiaríatodasuvidaparasiempre.Elcomienzodeunaeternidaddestinadaalamor;nadamerecíamás la
pena.Y con una sonrisa, la señora K se desvaneció, no sin antes iluminar
aquel oscuro rincón, entregándole la primera semilla de lo queverdaderamenteeralaNavidad.»No has perdido la fe; solo necesitas reencontrarte con ella y lo
recordarástodoenapenasuninstante.Suoptimismoquedó impregnadoenaquellascuatroparedes,esperaba
que la destinataria de ese desinteresado afecto, supiera entender lo queaquellosignificaba.
CAPÍTULO6
Sabrina no podía negar que la noche había sido diferente. Todavía
intentabalidiarconsusemociones,conloquesehabíapresentadoantesusojos, pero le costaba decidir si estaba despierta o, en realidad, todo eraproducto de alguna comida en mal estado o un alocado sueño de unamujerlejana,quehabíacreídoencuentosdehadasyfinalesimposibles.Nick parecía brillar con algún tipo de luz diferente. Su larga trenza,
semiocultaporelcalientegorronavideño,seagitabaconelvientocuandoel trineo tomaba impulso para descender. Sus manos reposaban firmessobre losmandosde lanavey suspiesnoparabande seguir a ritmoelhilomusical,quereproducíaunaymilvecestodaslasmelodíasnavideñastípicas de esa época. El aroma del chocolate se había convertido en undulce perfume que incluso empezaba a gustarle y los murmullossofocados de los dos hombres que los acompañaban, cerraban aquelcuadrodesigualeimposible.Ella estaba en medio de todo aquello, sin apenas poder apartar las
manosdelasiento,aferrándoseaélcomosilefueralavidaenello,perosinpoderdejardemiraralhombrequehabíahechoposibleaquellanoche.Sehabíancoladoen loqueparecíanser todas lascasasde laciudady
siempreseguíanelmismoprocedimiento:aquelsacoextrañoquesehacíaenorme, sacar regalos, colocar regalos, dar una vuelta por el hogar yabandonarlo enunminuto, conuna satisfecha sonrisa.Sabrina tenía queaceptarqueerauntipobastanteentregadoconlacausa.Estabaconvencidadequelasupuestamagianoeranmásquetrucos,debíaserunilusionistaespecialmentebuenoparalograraquello.Encuantoasugenerosidad,noconocíalímites.Eraciertoquehabíavisitadohogaresdetodotipo,grandes,pequeños,
conenormesárbolesdeNavidaddedecorador,perotambiénotrosconundiminutopinodeplástico;inclusoenunadesusparadas,tansolohabíanencontradoeldibujo infantildeunniñopegadoa laparedyapenasdosminúsculospaquetes.
Nickseamoldaba, sin juiciosnidespreciosen su rostro, sino todo locontrario. Destilaba emoción, de todo tipo. También había vistoindignaciónenocasiones,reflejadaensurostro,habíacontempladocómoapretabalospuñoscasisindarsecuentaalveralgunassituacionesbastantedesesperadas, pero sin importar qué encontraran, se había esforzado endejaralgoespecialencadalugar.Regalos, bastones de caramelo, un pequeño adorno, bolas de nieve...
Detallespersonalizados,paratalocualpersona.Habíavecesquesoloeranparalosniños,perolohabíadescubiertodejandoalgoaunpadresolitarioounamadreviuda.Desdeluego,noeraSantaClaus,perosíeraunbuenhombre.Unoalquemerecíalapenaconocerunpocomás.Alprincipiosehabíamostradototalmentereaciaaacompañarlo,pensó
queeraalgúntipodesecuestroobromapesada,peroahorayanoestabatanseguraalrespecto.Casicreíaenloqueéltratabadevenderle.Lo hacía tan bien que estaba dispuesta a comprar esa idea. La de su
Navidad.Sinmagia,soloconunporróndecienciaymagiademercadillo,peroconuncorazón llenodebuenosdeseosyunabondadquenohabíavistonuncaennadie.—Has hecho algo precioso esta noche —comentó cuando el trineo
descendió sobre el tejado del refugio—. Llevaste alegría y magia a unmontón de niños, con ayuda de tus amigos también—miró a los elfos,regalándolesuna sonrisa llenade admiración—.Eres tandiferente a loshombres que he conocido, Nick. Todos lo sois. No pensé que hubieranadiecomotú.Elaludidosonrió,asícomosuscompañeros,mientrasseencogíande
hombroscomorestándoleimportancia.—EsNavidad,Bree—dijo,usandounavezmásaquel tiernoapelativo
quetansoloutilizabasupadreosusamigosmáscercanos.—Losé,peroestaNavidadtuya,notienenadaqueverconlareal.Santa
Clausesunmito;túeresunhombremuygeneroso.—¿Cómoexplicaseltrineoylosportalesatravésdeltejado?—Nolo
preguntóenmodoirónico,sinoconsinceracuriosidad.Sabíaquepensabaqueseestabaaferrandoaalgúnclavoardiendo,peronoeraasí.¿Nopodíaelhombrepisarlaluna?Puesaquellotampocoeratanextraño,seguroquetípicodeunespía,claroquenoesquetuvieramuchaideasobreespías,detodosmodos.—Ciencia,Nick.Ciencia.
Elhombresacudiólacabezaconincredulidad,peronolaforzóacreer,la tomó de lamano y la llevó de vuelta, dondeAlvina esperaba con uncachorroentrelosbrazos.—Lo encontré en una caja en la puerta—se lo entregó a Sabrina—.
Alguienloabandonó.—Y hasta aquí la magia del ser humano —soltó, haciéndose con el
animal—. Ojalá todos fueran como tú —dijo al hombre mientrasacariciabaalanimal—,peroeresunaexcepción.«Una gloriosa excepción, Nick», dijo para sí. «Y un hombre muy
peligroso.Unamujerpodríaenamorarsedeti».Algoqueellanoplaneabavolverahacerenlavida.—Nopuedesrenunciaralafeoalaesperanzaporquehayaunapersona
omuchasquetehayanhechodaño.Siemprehaygentebuenaesperandoaque alces la vista y los veas. Pero de verdad, Bree, no solo de formasuperficial,achacándoloaunaespeciedeanomalíagenéticaoquéseyo.—Nick,hace tiempoque terminécon todoesto—añadióseñalando la
decoraciónasualrededor—,séque túcreesyque teesfuerzasparaqueesta noche sea especial para unos cuantos niños y personas, pero tienesque entender que eso no es magia, ni algo milagroso, eres tú con uncorazóndeoro.—Teequivocas,Sabrina.MinombreesNicholasClaus,mimadreesla
señora K y mi padre fue el anterior Santa y antes de él mi abuelo, mibisabuelo,mitatarabuelo...Sabrinarioantesdepoderevitarlo,¿seríacierto?¿Todosloshombres
de su familia habrían sido tan honorables como para dedicar su tiempovolcándoseenlosdemás?—Yyosoyunaelfa—sonrióAlvina, tratandodeecharleunamanoa
Nick.Elhombreatrajoasunuevaayudanteylaachuchó.—Ahílotienes.—Creoquetienesbuenosamigos,Nick,esoesloquecreo.Sugestoseoscurecióyellalopercibió.Larisarelegadaaunsegundo
plano,mientrasconunamiradaintensadecía:—Siento no haberte devuelto a tumadre. Leí tu carta, pero no puedo
influirenlaspersonas,Sabrina.NoeslaNavidadlaquetetraicionó,fuelamujerquetediolavidaynotuvoelvalorsuficientecomoparaquedarseatulado.Unnudoquenuncalaabandonabasealojóensugargantaapretandocon
fuerza, teníaganasde llorar ygritar.Dequejarsepor la injusticia de loque había tenido que vivir cuando era muy pequeña, pero Nick no eraculpableyellalosabía.—Nofue tuculpa,Nick.Laspersonas tomandecisionesypuedovivir
conello.—¿Entonces por qué perdiste la fe? ¿Por qué dejar de esperar la
Navidadylaesperanzaqueestaconlleva?—Porqueyanoesperabanada.—¿Yahora?—inquirióNick,dandounpasohaciaella—.¿Quéesperas
ahora?—Quepaselanoche,llegaracasaydisfrutardeunaagradablecomida
encompañíademipadre.Esoespero,peronadamás.NohayNavidadniregalosparamí.Nohaynada.—Ojalápudierascomprender...—Hevisto tuNavidad, podría creer en ti,Nick.De hecho, creo en ti,
pero no me pidas que haga ojos ciegos a la realidad. No puedo,¿entiendes?Laverdadesquemimadrenosdejó tirados,SantaClausnocumplió conmis deseos y entonces no lo entendí, ahora lo hago; no leguardorencoranadie,séquelosniñosdebencreer,megustaloquehacesporellos,peroyoyadejéesaetapademividamuyatrás.LosojosazulesdeNickseoscurecieron,sabíaquequeríaayudarla,que
susintencioneseranbuenasperohabíacosasquenosepodíancambiar.—Tenemosquemarcharnos,jefe—dijoAlvinacasienunsusurro.—Reúneteconlosotros,estaréarribaendosminutos.Lamujerasintióylesdioespacio;Nickesperóaqueestuvieralejosde
suvistaynopudieraescucharsuspalabras.CaminóhastaSabrina, tomósurostroentresusmanosylacontempló.Nopudoevitarcerrarlosojosante el escrutinio del hombre, la emoción la golpeó fuerte y tuvo quehacerunenormeesfuerzoparanodejarcaerlaslágrimas.—Mírame,Sabrina.Obedecióasupeticióndeinmediatoysolotuvotiemposuficientepara
observarelmovimiento;éldescendiósobresubocaylabesóconternuraenloslabios.Nohabíaexigencia,nideseo,tansoloalgúntipodeextrañapromesaque logróenviarunaoladecalora loshelados rinconesdesuinterior. Su corazón se aceleró y las lágrimas retenidas abandonaron suprisiónrodandoporsusmejillas.—Porfavor,Nick...
—¿Quénecesitas,Bree?Dímeloyloconseguiréparati.—Nopuedoquereranadie.Yanopuedo.Duelemucho.Elhombrebajósufrentealadeella,elcontactofuemágico,mientras
sentíasucálidoalientorozandosupiel.—No tiene que dolerte—murmuró, sin tratar de besarla de nuevo, a
pesar de lomuchoque lodeseaba—.Noesperoque sea rápidoni fácil,peroaspiroaquemepermitasseguirmostrándotemipunto.MiNavidad.—Nocreoquepuedatenerlafequetúdeseasquetenga.Nosoycomo
tú.—¿Me darás al menos una oportunidad de seguir enseñándote mi
mundo?Habíatantaesperanzaensuvoz,enaqueltonoqueconseguíacalmarlay
hacerla sentir en paz. Incluso pensando que estaba medio loco porsobrevolarlaciudadycolarseencasasdeextraños;porelhechodecreerqueeraalgoparecidoaunSantaClausmoderno.Parecíaque,depronto,todoaquellonoimportaba,tansoloqueríahacerlofeliz.Así que de su boca solo salieron dos palabras que estaban llenas de
sinceraintención.—Lointentaré.
CAPÍTULO7
Nickllegóacasacuandolosrayosdelsolanunciabaneldespertardel
nuevo día.Había tenido que ampliar su recorrido, visitar algunos otroslugares después de dejar a Sabrina. Los diferentes horarios en lasdiferentes partes del mundo lo mantenían despierto durante más de 24horas,peromerecíalapena.Cuandoentróenelhangar,elequipodelimpiezayaestabaesperándolo.
Seiselfosconbuenánimoyllenosdeeficiencia,ledieronlabienvenidayprocedieron a hacerse cargo de sus tareas. Alvina y sus otros dosacompañantessedespidieronconcortesíayabandonaronlaenormesala,mientras él se internabamás allá, para comprobar lamáquina central yreunirseconJack.—¿Quétalsediolanoche?¿Hemoscumplidoconlasprevisiones?—
preguntóasumanoderecha.—Unéxitodel100%—asegurócomplacido.Parecíamásvivoqueunas
horas antes, como si el cansancio no hiciera mella en él. Era un buencompañero,unamigo.—¿Hablastecontuhermano?—ApesardeseruntematabúparaJack,
quede algunamanerahabía ignorado aThomasdurantemucho tiempo,necesitabasaberquesehabíareconciliadoconlaideadequesuhermanohubieracontinuadosucamino.—No.Nohabléconél—contestó,otronolohabríanotado,peroNick
descubriólachispadepenaquemostrabansusojos—.Novolverá.—Seráfelizconsupareja,Jack,notienesquepreocuparteporél.—Nolohago,señor—dijoesforzándosepormostrarsuconvicción.Nickdecidiónocomentarnada,siélqueríacreeraquello,noplaneaba
llevarlelacontraria.—Estábien,Jack.¿Porquénovasadescansar?Voyacerrarlanochey
yahashechosuficienteporhoy.Telomereces.—Peroseñor...—Sinperos,veydescansa.
Vio sus dudas durante un instante, pero poco después asintió ydesaparecióatodaprisa.Lasalaestabamuysilenciosa,suscompañerosyamigos habían trabajado muy duro y hoy era día de fiesta. Primero adescansar,despuésunpequeñoperíodovacacional(undía,alosumodos)ydevueltaalarutina.LaNavidadacababadeterminar,perolasiguientellegaríamuypronto.Nunca lo defraudaban, todo estaba listo y dispuesto y, al final de la
noche,sabíaquetodosestabansatisfechosporuntrabajobienhecho.—¿Hasterminadoya,cariño?Sumadre.Nolahabíaoídollegar,perocuandoqueríaeratansilenciosa
comounninja.No se sobresaltó, estaba acostumbrado y no era un tipomiedoso.Setomósutiempoparagirarseyasentiralamujer.—Otroañomás,mamá.Estabacerrandolosarchivosconelhistorial.—¿QuétalestáSabrina?¿Había algo que se le escapara a la mujer? No lo creía, a veces se
preguntabasinollevaríaalgúntipodemicroocultoounacámaraespía.—¿Dequéhablasmamá?—De lamujerqueestá llenando tuspensamientosdesdeel instanteen
que vuestros caminos se cruzaron. Sabrina Turner. ¿Acaso crees quepuedesocultarlelascosasatumadre?—Tampocolopretendía.—¿Ybien?—Escabezota.ParaellanosoySantaClaus,sinoun locoque...—rio,
no pudo evitarlo—, que ha pasado gran parte de su tiempo libre en untaller construyendo una especie de trineo espacial volador y que es unilusionistadelujo.LaseñoraKsonrió,casipodíadecirloqueestabapensando,queerala
chicaperfectaparaél,peronoibaairahítodavía.Sabrinaeraunreto,unoprecioso,sexyyquesemoríadeganasdeconseguir,peronadamás.Nohabía un felices para siempre para ellos, eso era complicado. Muycomplicado.Noalgoquepudieradecidirseenunascuantashorasoenunpardenoches.—Mamá...—advirtióantelamiradadelamujer.—Nohedichonada,hijo.Niunapalabra.—Peroteconozco.—Ellaesbuenaparati,muybuena,ytienesmibendición.—¿Quetengotu...?¡Mamá!Novoyacasarmeconella—advirtió.
—Estanocheno,desdeluego.Nickpodíaleerlatanfácilmentequeempezóasentirsemuyincómodoy
unpocopreocupado.—¿Quéhashechoestavez?—¿Yo?Yonohehechonada,hijo.¿Quéibaahacer?Estanochenohe
salidodemi dormitorio, preparando algunas cosas paramañana.TengohorasdecuentoenelhospitalyenElrincóndeNick.Podía disimular cuanto quisiera, la conocía, había hecho algo. El
problema iba a ser averiguar concretamente qué, solo esperaba que notuvieraqueverconbolasnavideñasypredicciones,siemprequesumadreintervenía, se formaba una pareja, una familia o un lío de tamañodesproporcionado. No era infalible y, en ocasiones, había tenido que irdetrásparaarreglaralgúndesaguisadodemarcamayor.—Espero que eso sea cierto, porque ahora mismo no puedo
concentrarmeenarreglar...—No hay nada que arreglar —sonrió la mujer un instante antes de
bostezarsonoramente—.Creoqueiréadormirporestanoche,hasidoundíamuylargo.Nicksabíaquesetraíaalgoentremanos,odiabanosaberqué.—Claro,mamá.—Laabrazó,agradeciendoensilencioelcontactoque
siemprelotranquilizaba.Nohabíanadieenelmundoqueloconocierayloquisieratantocomoellay,probablemente,jamáslohabría.Seguíaallí,cuidandodeélyvelandoparaquetodoloquedeseabasehicierarealidad.Sumadreerasugran tesoro,nosabíaquéharíasi laperdiera,comoyahabíaperdidoasupadre.Loañorabamucho.Surisaalegreysusconsejos.—Nopiensestanto,Nick.Aveceslacabezanosconfundeyloúnicoque
tenemosquehaceresescucharanuestrocorazón.Nosdasabiosconsejos.—A veces el corazón nos vuelve locos sin sentido, mamá. Nos hace
cometergrandeserrores.Unalocuratrasotra.—Benditalocura,hijo.Amímediolavida,¿porquénodejarsellevar
porella,aunquesoloseaporunavez?—Porque Sabrina no es como tú, mamá —dijo, sabiendo a qué se
referíaexactamente.Poralgúnmotivosumadreteníauninteréspersonalenaquello.LaseñoraKtansoloseencogiódehombros.—Nohemencionadosunombre.
—Perolohaspensado.—Noes tandiferenteamí.Yoestabarebotadacon laNavidadcuando
conocíatupadre,habíaperdidomuchoyéllogrómostrarmeuncaminollenodeesperanza.—Túestabaspredispuestaylocadeamorporpapá.—Te pareces mucho a él.—Lamano de su madre llegó a su rostro
mientras lo acariciaba con todo su amor, haciéndole cerrar los ojos ydeleitarseenaquellacaricia.—Ojaláestuvieraaquí,paraaconsejarmeestavez.—Tediríaloqueyotehedicho,queescuchesatucorazónydejesde
buscarloqueyatienes.—Papánodiríaeso—riodivertido.Elhombrehabíasidohoscoenlo
quesereferíaasushijosysusposiblesconquistas—.Habríasoltadoalgocomo... —carraspeó, poniendo una voz más gruesa—: Mantén tuspantalonespuestosylacabezafría,muchacho.LaNavidadnovaaesperarporti,tellamescomotellames.Ponteenmarchayreparteesosregalos.Ho.Ho.Ho.Su madre rio ante su imitación y lo rodeó con sus brazos antes de
permitirlenotarlaslágrimasqueseagolpabanensusojosproductodelaemoción.Sin embargo, la conocía, sabíaque lo echaba terriblementedemenos.Tantocomoélmismolohacía.Almenosseteníanelunoalotro.—Sientoquenosdejaratanpronto,mamá.—Tupadreteformó,teguioyyanolonecesitabas.Medejócuidando
deti,duranteuntiempo.—Tequedarás conmigo para siempre—la levantó en sus brazos y la
miróalosojos—.Notedejoquetevayas,mamá.Noloharás.—Inclusoyo algúndía tendréque seguirmi camino, esonadiepuede
cambiarlo, hijo. Ni la magia ni la ciencia, ni siquiera un tozudo SantaClaus.Yestarábien,porqueregresaréa tupadre,asusbrazos,queesellugaralquepertenezco.—Nohablesasí.—Sintióeltemoranidarprofundoensualma.Perdera
supadrehabíasidoduro,perderasumadreseríadevastador.Nopodríaseguirsinella,erasumundo.Sequedaríasolo.—Puedoescucharlosengranajesdetucerebrogirar,Nick.Permanece
tranquilo,hoyestoyaquí,cuidandodeti.Estanochenitútecasasniyome
marcho,asíquecelebremoslailusiónunaNavidadmás.—Lapróximaloharemos.—El contador de magia está lleno, Nick —dijo sonriente, mientras
señalaba lasgráficas, tratandodedesviarsuatención.Cuandoalgono leinteresaba, simplemente se iba a otro lugar, a otro motivo depreocupación—.Elpróximoañoserámuybueno.—¿Cambiasdetemaapropósito?—Solodigo...—¿Cuántas han sido esta vez, mamá? —preguntó devolviéndola al
suelo y caminando hacia los contenedores especiales. Eran grandescilindros de cristal donde un liquido ambarino con destellos brillantesgirabaenunremolino,creandounafuentedeluzinigualable.—Hasta ahora, ninguna —dijo mirando el contenedor con ojos
brillantes—.Estáesperando,Nick,porella.—Hemosquedadoenquenohabríamás.—Nitúescogistetudestinoniyoelmío.EslaNavidadquiéndirige,la
magiaquiennosselecciona.Soloellapodrádeterminarcuántosmilagrosseharánycuantasvisionesmostrará.—Lomiró,sabíaqueestabaapuntodedarundatorevelador,algoquecambiaríasupercepcióndelmundo,delavidaydetodaslascosas—.Heentregadolaúltima,tumadredejarádedartedoloresdecabeza,hijo.Unapromesaesunapromesa.—Notecreo.¿Vasaretirarte?—A todos nos llega elmomento, ya venías pidiéndomelo desde hace
algúntiempo,asívoyadartedescansoypaz.—Peronovasairteaningunaparte,quedejeselrepartodeesasbolas
delinfiernonosignificaquevayasa...—Noesmaloquedigaslapalabra,hijo.Lamuerteespartedelavida.—Nohablesdeeso.—Seacercómás,posósusdedossobreelcristal—.
¿Cómosabrécuándoentregaresamagia,mamá?¿Cuándoaparecerándenuevo?—Nopodemospredecirlo—contestóella—.Lamagiaharásutrabajo,
esenuncahasidonitutareanitudestino.Lamarcaráycuandoellallegueaocuparsedesumisión,descubrirácómoycuándohacerlo,asícomoaquién entregárselo. No será algo inmediato, Nick. Tardé años antes deocuparmedeestamisión,tupadre...—Mi padre se ponía nervioso cada vez que sucedía. Recuerdo eso.
¿Tenía cuatro o eran cinco aquella primera vez? Tú brillabas, mamá,
como si hubieras encontrado algo que habías estado buscando durantetantotiempoypapá...Estabamuypreocupado.Teníamiedoporti,dequealgotesucediera.—SantaClausfueelegidohacemuchísimotiempo.Tusantepasadoshan
llevadoconorgulloelabrigorojo,tupadreimpulsómuchasmejorasytúhas modernizado todo esto. No importa que la magia sea limitada, nisiquierasi llegaraadesaparecer,encontrarías laformadellegara todosesosniños,hijo.Teconozco.ConlaseñoraKpasalomismo.Esuntítulo,una posición, una labor —explicó mirándolo—, algo que no debesdetener. No es malo repartir magia, segundas oportunidades, amor. Laposibilidaddehacerrealidadunaimagenfutura,noesunaobligación,esunregalo.Comolosque túhaces,soloquenosotras, todas laseñorasKdesde el inicio de los tiempos, entregamos algo raro y precioso, unapequeña chispa de esa magia que vosotros, Santa Claus de todos lostiempos,recolectáisdelosmáspequeños.Esachispa,esapequeñamagia,nosdaunsinfíndeposibilidades.—Yproblemas...—Elamornoesalgoquepuedasometerseoserobligado,hijo, tiene
que florecer entre dos personas. Nosotras damos la oportunidad deconocer un breve instante de un futuro posible, pero son ellos, loshombresylasmujeresalosquelamagiaguía,losquetienenqueabrirlasmanosyaceptar elpequeñomilagrodeunavidacompartida. Incluso tú,Nick,tendrásqueaceptarodesechareseregalo.—Nonecesitounasegundaoportunidad,mamá.—¿Esocrees?—preguntóconunalevedosisdemisterio,paraterminar
bostezandounavezmás—.Meiréaacostar.—Mamá —llamó tratando de detenerla. ¿Cómo que necesitaba un
empujónmágico? Eso no era posible, no estaba en esa posición.No loestaría—.¿Aquéterefierescon...?Peroungestodesumanofueloúnicoquerecibió,unadióstemporal,
mientrassubíalasescalerasyseperdíaensuhabitación.¿Enamorarse?¿Abrirelcorazónyentregarseaotrapersona?¿Aalguna
mujerqueestabaesperandoqueunachispamágicailuminarasucamino?¿YsiSabrinay él...?No, sumadrenohabíadadonadaaSabrina, era
imposible.Paraserreconocidoporlamagia,habíaquecreer,almenosenelfondodelcorazónyesamujererauncasoperdido.Nohabíamaneradedemostrarlequeerareal,quetodoloqueeraysignificabaexistía.
Inclusoloselfos,eltrineo,losrenosvoladoresyelPoloNorte.Inclusoél,elmágicoysiempresexy(sinbarrigasobscenas)Nick,Santa
Claus.ElsímbolomásgrandedelaNavidad.Aquelquecumplíalosdeseosdelosniñosyquedeseabacumplirlosde
unamujerquehabíaabandonadosucamino.Sabrinaeralaelegidaparaél,pocoleimportabalamagia,lasbolasdel
futuroolasprediccionesdesuamadamadre.Ni la señora K ni sus predecesores podían indicar a quién elegía su
corazón.Nisiquieraél.
CAPÍTULO8
Sabrina llegó a casa, ignoró deliberadamente el salón y entró
directamenteasuhabitación.Nisiquierasedesnudó,se limitóaquitarselasbotasylanzarsesobrelacama,paracubrirseconelagradable,suaveycalentitoedredón.Cerrólosojosysequedóprofundamentedormida.Hastaqueel irritantesonidodel timbrelaobligóadespertarseconun
sobresalto.Al principio no supo por qué interrumpían su descanso, pero poco
despuésrecordóquehabíaquedadoconsupadreparacomer.Observóelreloj:lasdosymedia.«Mierda.Mehedormido».Se levantó a toda prisa, se colocó sus suaves pantuflas y llegó en un
suspiroalapuerta.Abrióysaludóasupadre.—Mehedormido.Elhombresonrióentrandoymostrandovariasbolsasdecomida.—Lo supuse, así que pasé por el chino —le guiñó un ojo—. Las
mejorescomidasnavideñasdelmundo.Tomóelcaminohaciaelsalónysequedóestáticoenlapuerta.Lamiró,
como si encontrara algo muy extraño en ella, y después esbozó unasonrisa.—Mealegraquehayascambiadodeopinión,Bree—comentóentrando
en el salón y colocando las bolsas en la mesa, para terminardeshaciéndose del abrigo, la bufanda y los guantes—. Una excelentedecoración.—¿Dequéhablas,papá?—preguntóconunasonrisaunpocoaturdida,
entrandoconél.Encuantolas lucesparpadeantes, losadornos,elpinoylos regalos entraron en su campo de visión, se quedó absolutamenteestática.Incapazdedecirnadaodarunpasoenalgunadirección.Su mente no podía coordinar dos pensamientos seguidos, pero sí un
nombre:Nick.Soloélpodíahaberhechoaquello. ¿Cuándo?No teníaniidea,peroibaaenterarsemuypronto,encuantolotuvieracaraacara.
—¿Te encuentras bien?—El tono de preocupación de su padre logróatravesarsuaturdimiento,haciendoquesearmaradevalorparaenfrentaralhombre.Terminóporasentir,conintencióndetranquilizarlo.—Sí,papá.Loestoy.—Parecessorprendida.¿Habíasolvidadoladecoración?—Es que no sé dónde tengo la cabeza... —Sonrió, no quería que el
hombre se preocupara. Además, parecía haber cierta chispa detranquilidadensuporte,quehacíatiemponoveía.Ignorabaquesupadrequisieraquedejaraatráseseodioacérrimoporlafiesta.Parecíacontentoycómodorodeadodeaquelambientefestivo.—Tu madre nos dejó, pero la Navidad no es mala. Me preocupaba
muchoquenuncatereconciliarasconella.Recuerdocuandoeraspequeña,te encantaba. Solía disfrazarme y no te apartabas de mí. Otros niñospodríanhabertenidomiedodelhombrederojoconbarrigadealgodón,pero tú no. Eras muy valiente y decidida. —La contempló, haciéndolasentir un poco incómoda y arrepentida. Por su culpa su padre habíasufridomás de lo que semerecía.Quizá si no lo hubiera tomado tan apecho, si sehubieraesforzadounpocomás, las cosashabrían resultadoser diferentes—. Me alegra verte tan animada, incluso con esa cara desueño.—Ah,sí.Tienesrazón,creoqueiréa...lavarmeunpoco.Aversiasíme
despierto.Salióantesdequesumascaradefelicidadseresquebrajarayseocultó
enelbaño,comosifueraunrincónseguro.«Nick,Nick,Nick.¿Quéhashecho?».Seapoyóenellavaboyobservósureflejoconunamuecadedisgusto.
Tenía los ojos hinchados por el sueño, apenas abiertos, su pelo era unrevoltijoysuropaestabamásquearrugada.Teníaunaspectocansadoydemildemonios.Dispuestaaganarunconcursoalapersonamáshastiadadevivirydelasfiestas.Sinembargo,aquelsalóndecoradohablabadeotracosa.Unhechoque
habíallenadodefelicidadaunhombrequehabíaperdidoesamagiahacíamucho.Oalmenosesopensabaél.Oella.Olosdos.Abrióelgrifoydejócorrerelaguaunmomento,esperandoaquese
templara.Nopodíasacardesumentelasimágenesdelapasadanoche,apesar de que estaban hoy un poco borrosas. ¿Lo había soñado o habíapasadodeverdad?Estabaconfusaalrespecto.
Fueracomofuera,NicknoeraSantaClaus,porqueesteeraunmito,uncuento para niños. Desde luego, no una realidad. Así que no podía darcréditoa laposibilidaddequeel tipo sehubieracoladoen sucasaparacolocaraquelpino,laslucesy...Losgolpesenlapuertainterrumpieronsuspensamientos.Seapresuróa
lavarselacaraysepeinó.—¿Pasaalgo,papá?—alzólavoz.—Alguienhadejadounregaloentumesacontunombreynohesido
yo.¿Algoquedecir?—SeguramentehayansidoLenaySandra,papá.Abriólapuertaylomiró,Joesonrió.—Entiendo. Bueno, entonces comamos y después podrás abrir tu
regalo.Sabrina asintió no muy convencida, pero sí lo suficiente como para
seguirlohastael comedor.Lamesayaestabapuestayundeliciosoolorinundabalaestancia.—Graciasporocuparte.—Sabía que estarías demasiado agotada como para madrugar y me
quedaba de camino.Además, soy tu padre,me gusta invitar ami hija acomerdevezencuando.Tomóasientoylaobservó.—Deberíasdejarelturnodenocheparaotro.Notesientabien.—¿Aquiénlesientabienpasarenvelatodalanoche?Elhombreriosuavemente.—Enesotienesrazón,hija.—Sequedócalladounmomento,mientras
dabavueltasalasopa.Sabíaquealgolepreocupaba,peronosabíacómodecírselo.Soloesperabaquenofueraunamalanoticia,yahabían tenidodemasiadasparaloquelerestabadevida.—¿Sucedealgo?—preguntó,empezandoaponersemuynerviosa.—Podría decirse así —empezó, soltando el cubierto y limpiándose
sutilmente con la servilleta—.Hay algo que tengo que contarte y no sécómovasatomártelo.—¿Estásbien?¿Enfermo?Dimequeno tepasanadamalo,por favor,
papá,nocreoque...—Sabrina—advirtiócortandosuperorata—,respira.Noesnadamalo.Lomiró,siéllodecía,confiaríaenél.Esperó.—Estábien,habla.Nometengasasí,conestaintriga.
—Ya eres mayor. Tienes trabajo, este piso, incluso has vuelto adecorar... —la contempló lleno de esperanza—. Sé que te ha costadomucho superar loquenoshizo tumadre,perocreoqueesmomentodequesigasadelante,dequeambossigamosadelante.—¿Quéintentasdecir,papá?Nolopensó,tansololodijo.—Estoyviendoaalguien,hija.Nofueplaneado,solopasó.Tumadre...
no fue unamalamujer, sé que te quería. No entiendo el motivo que lallevóaabandonarnos,peroenningúncasofuetuculpa.—Papánolajustifiques,sefueyyaestáhecho.—No lo hago, justificarla, pero no quiero que la odies. Es tumadre,
siempre será tu madre y no quiero que vivas oculta del mundo, de lascosasbuenas,soloporloqueellanoshizo.Quedanalmascándidasenlatierra,Sabrina.Porunerror...—Lamujerquemetrajoalmundonosefueporerror,sefueporqueno
podíasoportarlaideadeestarconnosotros.Eraunaarpía,papá,entoncesno lo entendí, pero ahora sí. Una arpía egoísta y ni tú ni yo nosmerecíamos lo que hizo.No le guardo rencor, pero no la quiero enmivida.—Y sin embargo, durante todos estos años, ha tenido más peso en
nuestras vidas del que tuvo cuando vivía con nosotros. No quiero quesigamos llorando por alguien que nomerece nuestras lágrimas.No eramalamujer,tomómalasdecisiones,peronosotrosdebemosdejardevivircon este dolor, seguir adelante. Yo lo estoy haciendo, quiero que tú lohagas.Supadresehabíaenamorado.Almenos,parecíatenerunromancecon
alguien,lepedíaqueelladieraunpasoadelanteylucharaporalcanzarlafelicidad también. Sin embargo, lo había intentado. Con ahínco, inclusoestuvoesperandoenlaiglesia,paraencontrarseaotrotipofrentealaltar,unodiferentealhombrealquehabíajuradoamar.Peroque,sierasincera,jamáshabíaamado.—Estás enamorado —pronunció dejando a un lado todos sus
pensamientos—ymealegro.Joe Turner dejó salir el aire que había estado conteniendo sin darse
cuenta, Sabrina comprendía que estuviera nervioso, pero nunca podríaenfadarseconélporelhechodequefuerafeliz.Elladeseabaquelofuera.—Papá, te quiero. Tú has sido todo para mí. Padre, madre y mejor
amigo.¿Acasocreesquepuedodesearalgomenosquetotalfelicidadparati?—Selevantóparaabrazarloconfuerzayéllahizosentarensuregazo,comocuandoerapequeña—.Háblamedeella.—SellamaAlyssa,hija,yesunamujerardiente.—¡Papá!—loregañóentrerisas.—No me refiero a eso. —Rio el hombre—. Está tan viva. Tiene
muchísimaenergía,siempredispuestaaembarcarseencualquieraventura,a descubrir cosas nuevas. Está sacudiendo el mundo de tu viejo padre.Sacudiéndometodalacarcomaquesemeestabametiendoenloshuesos.—Exagerado—seburló,sindejardemirarloconesebrillodeilusión
enlosojos.Podíasentirsufelicidadyelreflejodeellaensuinterior.Enparte,saberqueJoe,elhombrequelohabíasacrificadotodoporella,porfin había encontrado a alguien que ponía aquella sonrisa en su rostro yaquella vida en sus ojos, la hacía sentir como que había logrado algograndeenelmundo.Sufelicidaderatanimportanteparaellacomolasuyapropia,sinoloeramás.—Medavida,quieroque laconozcas.Cuando tesientascómodapara
hacerlo.Tienehijosmayoresynietos,creoquetegustará.Esperoqueteguste—susurróalgosonrojado.—Meencantará,si tegustaa tiy tehacefeliz,es todo loquenecesito
saber.—¿Notendrásproblemasencompartiraesteviejosolitario?—Noeresunviejoyyanoestás solo.Quieroque tengas todo loque
mereces,papá.Asíquemeencantaráconocerla—lobesóenlamejillaysonrió—. Además, estamos olvidando lo malo, dejándolo atrás. Tú hasencontradounacompañera,yoheencontrado...—hizoungestoabarcandotodalasala—,laNavidad.—Has superado tu alergia a los adornosy los regalos, por fin.Pensé
quenuncatesobrepondríasaloquepasó.—Soyunachicafuerte,siemprelohesido.—Nomerefieroa tu fuerza,hija,merefieroa laesperanza.A luchar
por los sueños, a no conformarse. Te habías convencido de que nomerecíasamor,niNavidad,nifantasías.Estoquetienesaquíesunenormesueño y quiero que lo vivas, que lo sientas.No puedes dejarlo pasar, laNavidaderatuépocafavorita,debesreconciliarteconella,comoyohiceconmigomismo.—¿Por qué debías reconciliarte, papá?No hay nadiemejor que tú en
estemundo.—Porque cometí un error, escogiendo a lamujer equivocada.Nome
arrepientoporquetetuve,peroDiossabequehesufridoylloradoduranteañosloquepasó.Nopierdaseltiempocomoyohice,Sabrina.Aprovechacadasegundo,noledeselpoderparaquesigahaciéndonosdaño.Sus sabias palabras llegaron a su corazón, pues eranmuy ciertas. Sin
embargo,noresultabafácildejaratráslarutinadeodiar.Odiaralamujerque la abandonó, odiarse a sí misma. Porque tampoco había tomadobuenasdecisiones.Dehaberlohecho,quizánolahabríandejadoplantadaenelaltaryquizá,soloquizá,habríadadounasegundaoportunidadalamagiaquesiemprehabíaestadotancercadeella,peroalaveztanlejos.—No, papá.Tú no sabías lo que iba a pasar.No fue tu culpa.No fue
nuestraculpa.—¿Teescuchas,hija?Ponloenpráctica.Vive.Vivecadasegundocomo
sifueraelúltimo,porquenosabemoscuandollegaráelfinal.—Estoytrabajandoenello.Perosuspalabrassalieronenunsusurro.Todavíanoestabaconvencida
de todo aquello. ¿Qué quería? ¿Qué soñaba? ¿Qué anhelaba? Subsistir.Hubo un tiempo en el que no, pero ahora había perdido las ganas delucharporlascosas,deencontraruncaminodiferenteyespecial.Preferíaestarcómodaensucírculoseguroyolvidar lospeligrosque
seencontrabanunpardemetrosmásallá.—Tevoyatomarlapalabra,Bree—dijosupadre—,tevoyatenermuy
vigilada.Sabrinarioanteeltonodesupadre,asintiendo.—Meparecebien.—¿Porquénoabreseseregaloyacabamosconlaintriga?—¿Estásintrigado?—Tupadreesunviejocotilla,hija.Venga,enséñamequéteregalaron
esas locas amigas tuyas, que nos han invitado a tomar el postre en elRudolph's.—¿Qué?—Tedijequequeríaque...—¿Hoy?¿Laconoceréhoy?—Vive cada minuto, cada segundo, hija, intento seguir a rajatabla el
consejo.—AyDios...
—Notepongasnerviosa,venga,abreturegalo.Dejaqueveaquées.Sabrinasemovióenpartesonámbula.¿Ibaaconocera lanoviadesu
padreantesdepoderhacersealaideadeeseenormecambio?Queríasufelicidad,peroibaatenerqueconcentrarseenseratentaycaerlebienalamujer.Despuésdepasarunanochesindormir,noestabaseguradeestaralaaltura.Necesitabaquesupadresesintieraorgullosodeellaylibreparahacer
suvida,pero¿ysimetíalapata?«Nopuedesmeterlapataenesto.Esimportanteparapapá.Vasahacerlo
bien; hablarás con ella y pensará que eres la chica más agradable delmundo. Hasta tratará de emparejarte con uno de sus hijos, lástima queesténcasadosytenganniños.Sí,manténesepensamientoenmente,eslomejor».Tomóelpaqueteenlasmanosydesatóellazosindarsecuenta,levantó
latapayrebuscódentro.Tocóelcristalantesdedarsecuentaysacóunaturbiaboladenievedelinterior.Toda su atención quedó ahora presa de esa borrosa imagen. Lamiró
ceñuda,sincomprender,hastaquesinmáselaguadejópasoaunaescena.Unaescenaquepareciómoverseyvivirantesusojos.Las risas de los niños se escucharon acercándose, mientras el fuerte
cuerpodelhombresepegabaasuespalda,rodeándole lacinturaconlosbrazos. La besó en el cuello, instándola a que se recostara en su pecho,mientrassusmanosacariciabansuabultadovientre.Sabrina sonrió. Se sentía feliz, estabaen casa, por fin.Laalegría era
inmensaysucorazónrebosabadeella.Unavocecita infantilatravesóelvientomientrassuposeedora llegaba
corriendo;uninstanteantesdequeNickpararaconelbrazounaboladenieve,queibaaimpactardirectamenteensupecho.—Mamá,Joeseestáportandomal.Tienesquecastigarlosinjugar.¡No
sepuedentirarbolasporlaespalda!—Nodiscutascontuhermano.¡Joe!—llamóalniño—.Comoteportes
mal,nohabráchocolateparatiestanoche.Elniñodetresaños,pelotanrubiocomosupadreyunosojosclarosque
laobservabantraviesosdesdedetrásdesusgafas,apareciódelamanodesuabuelo.—Nofuiyo—sonriópillo.Nuncahabíaimaginadoquepudierasertan
salvajementeinquieto—.FueRudolph,mamá.
—¡Esoesmentira!—dijolaniña—.Mamá,nodejesqueteengañe.—Niños...—empezóNickmientrasdabaunpasoalladoparatomaren
brazosalapequeña—.Túquédateconmigo,quenodejaréquetevuelvanatirarbolasdenieve,niRudolphniJoe.—¿Mecuidastú,papá?—¿Lodudas?Laniñaocultólacaritaenelcuellodesupadre,negando.—Nunca.Elhombresonrióyguiñóunojoasumujer,pasandoelotrobrazoporsu
cinturayatrayéndolaaél.Labesóenloslabiosymurmuró.—Siempreprotegeréamischicas.YSabrinasupo,enesemomento,queesaspalabraserandeverdad.Trastabillóuninstante,sequedópálidaypalpóelsillónenbuscadeun
asiento estable, la bola rodó de susmanos por la alfombra, pero no serompió.LlegóhastalospiesdeJoe,quelalevantóladejósobrelamesayseacercórápidoasuhija.—¿Estásbien?Parecesapuntodedesmayarte.—Hasidounmareo,creoqueporlafaltadesueño.Elhombresonrió.—Sigues necesitando diez horas de descanso, como cuando eras
pequeña.Sabrinaseforzóasonreír.—Esoparece,papá.Perosusojosseguíanfijosenaquellaboladenieve.Elaguanoestaba
turbia, pequeños copos caían sobre una figura feliz en el interior, unafamilia.Una pareja abrazada se besabamientras el hombre sostenía unaniñapequeñaentresusbrazosy,muycercadeellos,unhombremayoryunniñoqueseaferrabaaquellamano,conunaboladenieveapuntoparaser lanzada. Incluso los pinos, las casas y un Rudolph presentándosemedio escondido en una esquina, con su roja nariz. Todos ellos ledevolvían una imagen llena de esperanza que, incluso en contra de suvoluntad,selealojóenelcorazón.—EsunaboladeNavidadpreciosa—comentóelhombre.Sabrina estaba de acuerdo, lo era, pero también un imposible. ¿Nick?
¿Ella?¿Treshijos?Imposible,esonopasaríanunca.Noestabadestinadaasermadre,carecíadelmodeloadecuado.—Demasiadobonitaparamí—comentóenunsusurro.
—Nohaynadatanbonitocomotú,hija.—Labesóenlamejilla—.Teharéuncafé,tedevolveráelcolor.Lo observó marcharse, decidido, la mágica bola reposando sobre la
mesa.Lanievesehabíadetenidoylafiguranosemovía,sinembargosucorazón seguía acelerado, las manos le temblaban y se sentíarepentinamentedébil.Unsueñocomoese,undeseotangrande...unimposible.Sitansoloexistieralaposibilidaddequeesofuerareal...«Nopuedesdesearlo,Sabrina».Su subconsciente la regañó, porque lo cierto era que lo anhelaba.
Incluso a Nick, de alguna extraña manera, aunque fuera un loco, habíaalgoensu interiorque lomarcabacomosuelegido,comoelúnicoquepodríasacarladeesapenayesedolorquelahabíanacompañadodurantetantotiempo.PerounaboladeNavidad,compradaenalgúnsupermercadoporunpar
delocasamigas,nopodíaconocerelgransecreto.Su imaginación era demasiado activa y su pasión por los cuentos
infantilestambién.Teníaqueseguiradelante,unavidaadultaycentrada,sinlocasideas.Tomóunpardebocanadasprofundasyasintió,resuelta.Ibaaconocera
lanoviadesupadre, ibaavestirseyaseguirconsustareasdeldíay,siporalgúncasualveíaaNick,ibaahacercomoquenohabíatenidoellocodeseo de lanzarse a sus brazos, besarlo y hacer realidad una estúpidavisiónquenihabíaexistido,niexistiría.Quizáensumente,perojamásensurealidad.SabrinaTurnereraunalmasolitariayasíloseguiríasiendo.Hastaelúltimodíadesuvida.
CAPÍTULO9
Nick abrió los ojos y se estiró, haciendo que la sábana que cubría su
cuerpo desnudo se deslizara por su cuerpo. Bostezó levantándose ydirigiéndosealbaño.Afiló el oído, pero solo escuchó el silencio, lo que le provocó una
sonrisa tranquila y satisfecha.Aquello solo significaba una cosa, que eltrabajo bien hecho había llegado a su fin. Todos estarían en casacelebrando y desenvolviendo los regalos que él, en secreto la nocheanterior,habíarepartidoparaellos.Noeraungransecreto,pueslohacíatodoslosaños,perosuselfoseran
almascándidasqueteníanelbuenhacerdedisfrutardealgoqueapesardeseresperado,lotomabancomoinesperado.No era ni tonto ni soberbio y tenía muy claro que la Navidad no
existiría sin ellos. Podría ser el famoso, aquel al que todos los niñosadoraban,escribíanyenviabanesosestupendosdibujosque lecaldeabanelcorazón,perolociertoeraqueunsolohombrenopodríahacerfrenteatodoeltrabajoqueNochebuenayNavidadtraíanconsigo.Sushermanos,porqueesoeraloquetodoselloseranparaél,sellevabanlamayorpartedelacargaylesgustabadejarlesunpequeñoobsequio,algoqueélhacíaalolargodelañoconsuspropiasmanos,ensufamosoRincóndeNick.Aquelerasuescondite,supequeñafábricadondedabariendasueltaasu
imaginaciónypasión.Siemprehabíasidounartista,amabalosjuguetesylo que conllevaba el trato directo con los niños, por eso mantenía esasucursalelSanFrancisco(yenotraspartesdelmundo),dondesededicabaa pasar esos tiempos entre año y año, disfrutando de las pequeñas ysencillas cosas de la vida sin descuidar, ni por un solo momento, susresponsabilidadesenlaSedeCentraldelPoloNorte.Sintióelaguatempladadesentumecersusmúsculos,mientrasapoyado
sobrelafríapareddeazulejoscoloridos,dejabavagarsumentehastaunamujer que en ese momento estaba lejos de él, pero a la que no podíadesterrardesuspensamientos.
Sabrina,laincrédulayapesardetododulceSabrina,sehabíacoladoensu interior, incluso sin esperarlo. No estaba enamorado, dudaba quealguien pudiera enamorarse tan rápido, pero símuy intrigado.Además,eracuestióndeorgulloelhacerleverlarealidadsobreél.Ellateníaqueaceptar que él era Santa Claus. No sabía cómo lo haría, pero tenía quehacerlo.Eraconscientedequesehabíaprecipitado.Atraparlaenunanochetan
activa,enun trineovolador,conelfosrepartiendoregalosySantaClauscolándose en las casas era demasiado para cualquiera, incluso para uncreyente;lociertoeraquenohabíapensado.Quizáhabíatenidoeldeseodeverlamirándolocomosifueraalgo...increíbleyespecial.Sí, esa era la palabra: quería ser especial para Sabrina, incluso sin
quererpensarenellugaralquelollevaríaesedeseo.Saberquesumadrehabíaentregadosuúltimabola loponíanervioso.
Sepreguntósiquizáhabríaejercidosumagiaconlamujerqueahoraloacompañaba a cada momento, o si habría complicado más la vida delpobreNoah,atrapadovigilandoalosotrossintenerunavidareal,entodocaso.Habíatenidovariasprotegidas,peronuncahabíaencontradoelamorconellas, tan solo lashabíaguiadoen su camino. ¿Lehabría llegadoelmomento?¿HabíaentregadolaSeñoraKlaúltimabolaaunelfo?Cerró el grifo, mientras se enrollaba una toalla en la cintura y salía
tratandodedesterrar lapreocupaciónporello.Elhombreeramayor, losuficiente comopara tomar las riendas de su vida y si por algún casualsucedía,quizáno fuera tanmalo.Unaeternidadde soledadnopodía serbuena. Si no que se lo preguntaran, a veces ser Santa Claus significabaestarsolo,sinunacompañeraatuladoquefueracapazdecomprendertumisióny tupapelysaberque, tras todoeso, traselmito,soloexistíaunhombre.Unocomocualquierotro,consueñosyesperanza,condeseos.Si el hubiera podido escoger su camino, habría sido un juguetero
artesano.Habríaestadocercadelosniños,perodesdeotropuntodevista.Quizá todo se reducía a la herencia, el primer Nick de la historia esomismohabíasido.Empezóunamágicalabor,sinmagia,peroprontofuerecompensado, nombrado y acompañado hacía el que sería el hogardefinitivo.Asíhabíaempezadoelmitoysabíaque,pasaraloquepasara,jamásse
extinguiría.NomientrashubieraunniñocreyendoenSantaClaus.SepusounosvaquerosyunjerseyconRudolphenelfrentemientrasse
secabaelpeloysehacíasuyafamosatrenza.Serecortólabarbaysonrióa su reflejo. Podía ser que fuera un tipo miope, que quizá fuera casidemasiado feliz a primera vista para tratar con almas perdidas, pero¿acasolavidanosetratabadeeso?¿Decogertodosuoptimismoyayudaralosdemás?Una vez el trabajo había sido hecho, Sabrina se iba a convertir en su
misión.Tomandolascosasconcalma,porsupuesto.Lanocheanteriorsediluiría en sumentehastaque tan solo lapercibieracomoun sueño, asíque ibaa tenerunaoportunidadparaacercarlaasumundounavezmás,estavezdelamaneracorrecta.Sinprisas,perosinpausas.«¿Vasaseducirla,Nick?»,preguntóasureflejo.Yensuspropiosojospercibiólarespuesta.«¿Yporquéno?».Caminó hacia la zona antigua, esa que se había transformado en un
museo.Quizáeltrineotradicional,llenodedibujosinfantilesyconunoscuantos renos ansiosos por volar, podría ser una buena elección paraplantarsefrentealrefugioydecirle:«¿Meves,mujer?SoySantaClaus».Hablandodetenertacto...—Melvin —llamó entrando en el garaje. El trineo estaba reluciente,
peropodía escuchar los sonidosde sus amigosnomuy lejos.Sus fielescompañerosestabanmuydespiertos,seguramentevolviendolocoalpobreelfo—.¿Melvin,estáisvisibles?El tono sonó divertido, pero no lo podía evitar. El hombre se había
convertido en unomás de lamanada y no sería la primera vez, que sepaseabaenpañosmenoresentreellos,sacadodesusueñodeprontoporalgunanecesidadespecial.Escuchó alguna palabra sofocada, mientras Rudolph entraba a toda
prisa,yendohaciaél,haciendoruidoconsuspezuñas.Loacaricióyrodeósucuelloconlosbrazos.—¿Cómoestásamigo?¿Thomasseportóbien?El reno se dejó acariciar, eufórico de tenerlo cerca, cuando Melvin
aparecióenfurruñado.—Siempre dando problemas, algún día le voy a cortar la nariz —
refunfuñómolesto,llenodepajaportodoslados.—¿Otraveztehasportadomal,Rudolph?—El próximo año no lo sacaré,me niego—resopló el hombrecillo,
provocandounasonoracarcajadaensujefe.—Vamos,soloesrevoltoso.Estáansiosoporsaliracorrer.—Pues no puede ser. Ya salió con Thomas ayer, hoy tendrá que
quedarse en casa reponiendo fuerzas. No podemos permitirnos unRudolphherido,losniños...—Vamos,loquelosniñosquierenesquelossaquemosalascallespara
jugarconellos.Todaslasmascotassaldránhoyapatinaryjugarconlosmáspequeños—dijoNick—.¿Acasonopuedesescucharlasrisas?—¿Quérisas?Todoestáensilencio.—Melvin,Melvin,Melvin.¿Dóndehasdejadotuespíritunavideño?Elelfosuspiró,apoyándoseenunaparedconcansancio.—SelocomióRudolph.Elrenohizounsonidodedisgusto,Nickacariciósupelajeynegó.—No se lo tomes en cuenta, amigo, el pobre Melvin está agotado.
Deberíasiradormirunrato.—¿Yquiénvaaocuparsedequeestossecomporten?—Hoyeseldíadelosniñosylosniñosloscuidarán.Confíaenmí,soy
el jefe aquí y mi mandato dice que te vayas a la cama y dejes depreocuparte.NiRudolphnilosotrosvanamarcharsedelPoloNortesinnosotros—tomó la cara del animal entre lasmanos—. ¿Verdad que no,muchacho?Elrenotansololelamiólacaracomorespuesta,Nickpusounamueca
cómica.—Besosconbabasno,quevoyairaencontrarmeconunadama.Melvinlomiróconunamezcladesorpresaydesconfianza.—¿Quédama?—No cantes victoria, no estoy hablando de matrimonio. Una amiga
nadamás,necesitocomprobarqueestábien,quizáanochelediunsusto.—Ah,esadama—soltóMelvin,desterrandolapreocupación—.Nunca
podrá convertirse en la SeñoraK. Todos sabemos que hay que tener feparaquelamagiateelija.—Notepreocupes,esonopasará.PeroSabrinanecesita...¿Quénecesitabaexactamente?Noteníaidea,perolodescubriría.Melvinsonrió.—Yaveo.Creoqueharécasoymeiréalacama.—Yomeocuparédeque los renos salgana las calles, descansa, te lo
mereces.
—Thomasnovaavolver—ledijoseguroMelvin—.Lahaencontrado.—Losé—aceptóNick.—Ynohasidoelúnico,parecequehallegadoelmomentodemuchos
deencontrarunaalternativa.Otrocamino.—NovoyaabandonarelPoloNortenimimisión.—¿Acasolodeseas?Norespondiódeinmediato.¿Lodeseaba?No.Nolodeseaba,sutrabajo
eramuy importante,aúnasíno le importaríaserunpocomásnormalomenoslocoaojosdesupequeñaysexyBree.—SoySantaClaus,esoesloquedeseo.—Perononecesitashacertuvidasolo.Tumadresevaajubilarpronto,
quizáeselmomentodequeteplantees...—Ve a dormir —exigió cortando el tema y avanzando hacia las
enormespuertasdelasalacontiguaparadarriendasueltaasusqueridosamigos—.Nonecesitoguía,conozcoelcamino.Elelfomurmuróalgoquenoalcanzóaescucharydespuéssemarchó.
Nicknopudo evitar soltar el aire que inundaba sus pulmones, dehechoperdióelritmodesurespiraciónyempezóatosercomounloco.Esamujeribaamatarlo,antesinclusodeformarpartedesuvida.Losanimales salieronal trote,Rudolph sequedóunmomentoconél,
disfrutando de sus caricias, pero también terminó por desaparecer en elhorizonte;felices,dandosaltos,volandopequeñostrechosparaaterrizaryjugarenlanievedenuevo.Erancomoniños,enundíalibredeinvierno.Yéleraunhombreperdidoconunamisión.Sepusoelabrigoyabrió
un portal a su hogar en San Francisco. Lo atravesó sin incidencias ysonrió al escuchar las pequeñas charlas en el piso inferior. Inclusoaquellos que creían en la Navidad, acudían en masa a su tienda al díasiguiente, deseando intercambiar, agradecer o comprar algo más paraalguienespecial.Atravesó el taller y llegó a la parte frontal, sonrió a los clientes y se
dirigióasuempleada.—¿EstátodolistoparamivisitaalHospitalinfantil?Lamujerasintió,señalandodosenormessacos(deaspectonatural,por
supuesto)enunrincón,asícomoeldisfrazdelapercha.Eraunavarianteunpocomenosseriadesuatuendooficial,perosería
interesante para los niños. Odió la barriga artificial, la barba blanca
postizaylapeluca,perohabíaqueserfielalmitoy,poralgunosmotivos,merecíalapenadeseargolpearseaunomismocontraunapared.Desearía decir a todos: «Santa es sexy como el infierno», pero claro,
eso podría alterar a los pequeños y tan solo quería repartir un poco deilusión.Nadamás.Se llevó el traje a la trastienda y se cambió a la velocidad de la luz,
cargóconlossacosysehizoconlasllavesdelcoche.Unutilitariodediezaños que solía conducir habitualmente, en el que se sentía cómodo yseguro, con buena calefacción. Guardó los regalos en el maletero yarrancó, ibaapaso tranquilo,cuandoundestellorojoyblanco llamósuatención.«Sabrina».EntrabaacompañadaenelRudolph's.Unhombremayorqueseparecía
mucho a ella, seguramente su padre, le abrió la puerta y le dejó paso.Sonrió. La mañana estaba a punto de mejorar, antes incluso de lo quehabíaplaneado.Aparcó frente a la puertaydescendió.Quisoquitarse eldisfraz, deseó haber esperado, pero no tenía tiempo. Iba a convencerlaparaquefueraconélacumplirsumisióny,unavezhecho,ellaempezaríaver al auténtico Nick, un hombre real lejos de la locura, pero con unincreíbleatractivo.Almenosesoesperabaél.AbriólapuertayseencontrócasideinmediatoconlasonrisadeNoah,
que lomiró y decidió tomar el asunto a broma, como siempre, un elfogigantequeteníaganasdetocarlelaspelotas.—ParaNickhoynohaychocolate.Deberíasponerteadieta,muchacho
—tocó su prominente vientre de algodón y sonrió perverso. Sus ojosbrillaban llenos de travesura, anticipando que planeaba tomarle el peloduranteunalargatemporada—.¿Aquédebemoselhonor,oh-gran-Santa?Ytenencuentaquehedicho«gran».—Capullo —espetó sin vergüenza alguna, fulminándolo. Si hubiera
tenido rayos láser en los ojos, lo habría dejado reducido a cenizas ensegundos,peroesanoeraunadesushabilidades.¡Quélástima!—Vamosnoteenfurruñes,hombre.¡QueesNavidad!Nickleenseñógustosamenteeldedocorazónysesentóenuntaburete
junto a la barra, no sin antes localizar lamesa en la queSabrina estabahaciendosupedidojuntoalhombreconelquelavioentraryunamujer.—Notengoeldíaparabromas,estoyagotado.
—¿Yquéhacesaquí?Nosuelesveniraestashoras.—¿Nopuedeunhombredesayunarantesdeiracumplirconsutarea?
—inquirió,peroNoahyalehabíacolocadounmontóndegalletasyunajarraespecialdechocolatellenadenataycanela.—Puedes.¿Vasanecesitarayudacon lodelhospital?Podría tomarme
undescansoyacompañarte.—Esperoconseguirunaelfaespecialhoy—dijosinmiraralhombre,
pues sus ojos estaban fijos sobreSabrina—. ¿Crees que el granNick laconvenceráolabarrigadepegaserásuficientemotivoparaquemedejetirado?—¿SabrinaTurner?¿Tehasvuelto loco?¡Odia laNavidaddesdehace
años!—Estoytrabajandoeneso—loinformó.Noahguardósilencio,observándolo.Susojosveíanmásde lacuenta,
comosiempre.—¿Estás seguro de lo que vas a hacer,Nick?No tienes tarea sencilla
junto a aquellos que creen, ¿cómo piensas que podrás sacar adelante laNavidad junto a alguien que dejó de tener fe antes de saber escribir sunombrecorrectamente?—Cállate,Noah.Nolaconocescomoyo.Elaludidoalzólasmanosenseñalderendición.—Ignóramesiquieres,perocreoquehastenidounaexplosióninternay
tusneuronashanmuerto inevitablemente.Nopareces estar ejerciendo lacapacidaddepensar.—Ytúnoparasdetocarmeloscojones,Noah.Déjameenpaz.—Enpaztedejo,señorNavidad.—Hizoungestohaciaellugarenque
la chica trataba de esbozar una sonrisa conciliadora, pero quemás bienparecía una mueca nerviosa—. Creo que necesita un poco de ayuda, teagradeceráquelasalvesyquizátengassuerte.—¿Nodecíasqueno?¿Quiénosentiende?¡Elfos!—Maldijo,molesto.
Peroesonoleimpidiócomerunagalletayterminarseelchocolatecasideun trago.Se limpió labocay tomóaire—.¿Creesquesivoyallínomelanzaráunasillaalacabeza?—Creo que puedo dejarte ser el camarero durante quinceminutos, si
jurasnorompernada.Laúltimavez...—¡SoyNick!—exclamó,comosiesasdospalabrasloaclararantodo.—Poreso,tío—negóNoah,colocandounabandejafrenteaél—.Vea
porella,Santa,yasegúratedehacer tumejormovimiento,porquedudoquetengasunasegundaoportunidadhoy.—Nolanecesitaré.Se hizo con la bandeja. Las tazas tintinearon peligrosamente y Noah
pareció palidecer un grado, pero de inmediato se pusieron firmes ydispuestas y el hombre las llevó con bastante diligencia.No derramóniunagota,loqueeramuchodecir,ytampocohuboplatosrotos,graciasaDios.—Señoritas,caballero...—dijosirviéndolesconunasonrisa,colocando
todoconagilidad.LeguiñóunojoaSabrina—.Esperoquetodoestéasugusto.Sabrinasesonrojó,inevitablemente.Sabíaquelohabíareconocido.El
padredelamujerlediolasgraciasysuacompañantesonrió.—Espero que Santa Claus se haya portado bien esta noche —soltó
mientras tomaba la mano de la joven y se la llevaba a los labios—.¿Algunaqueja,señorita?Surespiraciónseaceleró,inclusopodíasentiraquelcorazóngolpeando
más rápidoy firme.Lahizo levantarse, giró unpar de vueltas con ella,haciéndolacaerentresusbrazos.—Hola,Bree.—Nick.—Elmismo.—Leapartóelpelodelrostroyacariciósubarbillaconel
pulgar. Deseaba besarla, se moría de ganas de hacerlo, pero los dosadultos los observaban con intensidad. Bajó la voz, para hablarexclusivamente para sus oídos—. Preciosa y sugerente Sabrina. Venconmigo.—Nopuedo—contestóazorada—.Mipadreysunovia...—¿Novia? —La sorpresa estuvo presente en su voz, antes de que
pudieradesterrarla.Sabrinasoloasintió,estabanerviosa,peroaúnasí lehabía rodeadoel
cuelloconlosbrazos,apretándosecontraél.—Te traeré pronto, Bree, acompáñame al hospital. Necesito una elfa,
losniños...¿Podríaellanegarse?Seguroqueporlosniñosloharía.Carraspeóysealejó.Dandounpasoatrás,miróasupadre.—Papá,esteesNick.Unbuenamigo.Colaboraconelrefugioamenudo
—comentó,despuéssedirigióhaciaAlyssa,apenassimiróalamujer,no
porqueledisgustarahacerlo,sinoporquesesentíaunpocoincómoda.Laconocíalosuficientecomoparaleerlasemocionesenella—.Nick,ellossonAlyssa,lanoviademipadre,ymipadre,Joe.Elhombremayorseapresuróalevantarseparaestrecharlelamano,en
ungestoamistoso.Sin embargo, pudo ver en sus ojos que estaba evaluándolo.
Seguramentetratandodeentreversieraonoerabuenoparasupequeña.Lamujerfuemuyatenta,tambiénselevantó,extendiósumanoqueNick
tomóenuncastobesoylosaludó.—Me alegra mucho conoceros, a los dos —dijo la mujer cariñosa.
Parecíamuymaternal, pero también enérgica. Era perfecta para Joe, lomiraba como si fuera superman y a la vez como si necesitara todo elcuidadodelmundo.Élestaríabienconella,deesonoteníadudas.—Unplacer—contestóNickafable.DespuéssedirigióhaciaJoe—.Me
preguntabasileimportaríaquelerobeasuhijaduranteunrato.Voyairaentregarunosregalosalhospitalymiayudantemehafallado.Unpequeñoaccidente,serecuperará,peronoestádisponiblehoy.Joe observó a su hija, esperando algún tipo de señal. Sabrina no lo
defraudó,sepegóaélyasintió.—Puedohacerlo,sinoosimporta—miróasupadreyaAlyssa—.Sé
quehabíamosquedadoparapasarunratojuntos,pero...—Veconél,Sabrina—seapresuróadecirlamujerconamabilidad—.
Tendremosmuchotiempoparaponernosaldíayconocernosmejor.—Sientonohaberpasadomástiempocontigo,pero...—Locomprendo.Losniñossonloprimero,Nickagradecerátuayuda.Alyssa la abrazó con cariño y la besó en la mejilla, Joe también la
abrazó.—Pasadlobien,hija.Tellamarémástarde.Sabrina asintió, Nick se sintió bien. Tenerla solo para él, durante un
buenrato,eraunafantásticaoportunidadparaquevieramásalládeél.Deesafachadavivarachaydicharachera.—Seladevolverésanaysalva.—Losé,muchacho.Idydivertíos.YconlabendicióndeJoe,NicktomólamanodeSabrina,ylasacódel
local,endirecciónasucoche.TansolosetomóuninstanteparahacerungestodedespedidaaNoah,
quenopodíaocultarsuevidentesonrisa.
Ese elfo tenía que estar tramando algo, siempre tramaba algo.Más levalíaquenoestuvieraconfabuladoconsumadreporqueestavez...estaveznoplaneabaconsentirlo.Peroesoseríamástarde,despuésdedisfrutardeSabrina,delosniñosy
deunaenormemontañaderegaloshechaamano,alaformatradicional,porelpropioycreativoNick.«Hoyestudía,muchacho—searengóensilencio—,disfrútalo».Yesoeraprecisamenteloqueplaneabahacer.
CAPÍTULO10
¿Cómo había llegado hasta allí? Sabrina no paraba de repasar la
mañana y el día anterior. De apenas conocer a Nick a que el hombreformarapartedesudíaadía.Primeroenelrefugio,despuésensussueños(porque había sido un sueño, ¿verdad? Eso de trineos voladoresmotorizados,portalesalascasasydemásnopodíaserreal)yahoraenelhospital.Era un buen hombre, era algo que sabía intrínsecamente, ni siquiera
necesitaba pensarlo. Se veía reflejado en sus palabras y acciones.Desdeque atravesaron las puertas del ala infantil de oncología, el hombre sehabíametidotantoensupapel,quenisiquieralanotabaallí.Losniñosloabrazaban, se sentabanensuspiernasy recibíanunospreciosos regalos.Parecían contener magia y buenas vibraciones, aunque aquello eraimposible.Losojosdelhombrebrillaban,sesentíaensusalsa.NopodíaserSanta
Claus,noeloriginal,con lospoderes, los renosy todasesaschorradas,pero desde luego sí tenía un corazón enorme y un alma bondadosa. Seentregaba a ellos como si fuera lo quemás le importaba en el mundo.Nuncahabíaconocidoanadieasí.Sacrificarsutiempo,sudinero,sufiestaparaestarconaquellosniños
en cuyos ojos apenas brillaba la esperanza. Había tanto dolor entreaquellasparedes...RecordólaspalabrasdeNickenelcoche,justoantesdepararfrenteala
enormepuertadelhospital.«NosotroshacemoslaNavidad,Bree,nolafechaolosregalos.Somos
nosotros,connuestrasaccionesydeseos.TodoslosdíassonNavidad,siasí deseas que sea. No necesitas creer en Santa Claus ni en renosvoladores, solo necesitas creer en que tú puedesmarcar la diferencia yhacerdeestemundounlugarmejor.Nopodemosresolverlotodonicurartodaslasenfermedadesoacabarconlapobreza,ojalápudiéramos,perosípodemoshacerqueeltiempoqueestánaquínoestéllenodetristeza,sinode esperanza, de buenos recuerdos y de risas.Nunca te rindas,Bree, no
dejesquelapenadirijatuvida,ríeporquealfinal,cuandotodotermina,loúnico que nos queda son los buenos recuerdos.No las posesiones ni lariqueza,tansololasexperienciasvividasyesospequeñosmomentosquemarcaronladiferencia».¿CómopodíahacerunamujerparanoenamorarsedeNick?Porqueella
no estaba dispuesta a vivir aquello otra vez. No podía permitírselo, nodespués de todo lo que había perdido, pero él era diferente. El príncipeazulde sus sueños.Elhombre ante el quepodríaperderlo todoy jamásrecuperarlo.«Noteenamores,Sabrina».Era demasiado peligroso, jamás debió haberlo acompañado, pero no
pudo evitarlo.No había estado cómoda con su padre y su novia; estabafeliz por él, había encontrado un motivo, se lo merecía, pero no sabíacómolidiarconaquellanuevasituaciónynohabíaqueridohacerquesesintieranviolentos.Nickapareciócualsalvadory,cuandoselallevó,solopudo sentir que un pesado peso se desalojaba de sus hombros. Susextremidades semovíanmás rápido,más ligeras, y su corazón voló yalibredesuencierro.ConNick, aunquegruñona, haría las cosasbien.En realidad, la había
vistoensupeormomentoynohabíacorridoasustado,¿verdad?Mástardellamaríaasupadreparadecirlequelamentabahaberhuido,
pero también para asegurarle que era muy feliz por él y que debíadisfrutaralmáximodeaquellanuevaaventura.—Esunhombremuyespecial,¿verdad?Unavozdemujerlasacódesuensimismamiento,trayéndoladenuevo
a la realidad. Era bastante mayor, pero tenía en su gesto una paz queenvidiódeinmediato.Lasonrisaerasinceraysusmanerasmuysuaves.—Nick es... —¿Qué palabra decir? ¿Guapo? ¿Sexy? ¿Encantador?
¿Tremendamentebuenoconlosniños?—,diferente.—Loes.Loheconocidodesdesiempre,esechiquillohasidolailusión
de muchos niños —tomó su mano presentándose—. Me llamo Cassie,aunquelosniñosmellamanSeñoraK.—¿SeñoraK?Quécuriosonombre—dijoSabrinaconunasonrisa—.
¿Tambiénreparteregalos?—Oh,no.LodelosregalosselodejoaNick.Loadoranyhacemejor
elpapeldeSantaClaus,yosololeocuentosyguioalasalmasperdidas.La sorpresa que debió reflejarse en sus facciones hizo sonreír a la
mujermayor.—A veces las personas necesitan un consejo desinteresado. ¿Lo
necesitastú,Sabrina?—¿Cómosabe...?—Nick—dijoseñalandoalhombrequehablabaconunaniñapequeña.
No podría tener más de cinco años, llevaba un pijama de princesa yabrazaba con fuerza unamuñeca que le acababan de entregar—.Nos lodijocuandollegasteis.EresSabrina,laayudantedeSantaClaus.—Ah,sí.Esverdad.Aunquenomesientomuynavideña.—¿Porquéno?Lamujerjovenseencogiódehombros.—Supongo que pasé la edad, pero debo admitir que Nick hace que
quieracreerenmilagros.Élesunmilagroandante.Laimagenqueasaltósumentealtocaraquellabolanavideña,regresóa
sumemoriadepronto.Lasrisasdelosniños,lasvoces,lasmanosdeNickrodeándola.Teníaquedejar ese sueño lejosdeella, puesnunca seharíarealidad.—Aveces solohayque abrirse a la posibilidad.Losmilagros surgen
porsísolos.—Meparece difícil.Viendo lo que nos encontramos a diario, si algo
comolamagiaexistiera...—Nilamagianiloshéroes.Nadieesinfalible.Tampocolamedicinao
la ciencia. Eso no significa que tengamos que tirar la toalla. El amor amenudosepresentacomoelmayorregalodetodos,perosinoadelantasla mano para atraparlo, se escapa. Pasa por delante de tus narices y elmomento se esfuma.Hay que arriesgarse, a veces tenemos que hacerlo,inclusoapesardelmiedo.—Nocreoqueyoseadeesetipodemujer.Tanvaliente.Mehanhecho
daño.Muchodaño.—La vida no es perfecta, Sabrina. A veces lloramos, pasamosmalos
momentos,peroesonoimplicaquetengamosquellorarparasiempre—dijo la señoraK—.El amor hay que agarrarlo con fuerza y no dejarlomarchar.Nicknecesitaunabuenamujer,alguiencomotú.—No. Nick no necesita a alguien como yo, él es todo luz, yo soy
tinieblas.Créame,esmejorquemeapartedesucaminomientrastodavíatengatiempo.Ledolíanaquellaspalabras,laspronuncióyrechazóhaberlohecho.Por
algún extraño motivo, incluso a pesar de todo lo que decía, no queríaalejarse de él. Algún tipo de imán místico la atraía en su dirección,haciéndoladesearabrazarloconfuerzaparanuncadejarlomarchar.—Tanta luz,Sabrina,necesita sucontrapartida.Unequilibrioparaque
no se pierda. A veces la fe en los demás lo pierde, comete errores, lehacendaño.Noestálibredeldolor.Nadieloestaba,¿verdad?Nisiquieraunalmatancándida.Lomirabacontantaatención,observandosusmovimientos,escuchando
el tonoroncodesuvoz, lasvocesque imitabapara losniños,el sonidodelpapelderegaloalserrotoconinquietudporlospequeños.MirabaaNick y lo veía. Eso era lo que estaba pasando. No era un hombrecualquiera, era el hombre. Se había equivocado con su ex, nunca habíatenidotiempoparanada,paranadie,perojamásseequivocaríaconNick.Conéltodoseríaclarocomoelagua,sincero.Loquesintierasereflejaríaensusfaccionesysusbrazossiempreestaríandispuestosarodearlaparaqueellaseperdieraenél,sesintieraprotegida.No quería enamorarse pero quizá, de alguna extraña manera, ya lo
habíahecho.SegiróhacialaseñoraK,lamiróysupoqueellahabíaadivinadosus
pensamientos.—Noestoyseguradequeseaunabuenaidea.—Entoncesnopiensesenello.Solovívelo.Avecestenemosquedejara
unladolacabezayescucharanuestrocorazón.Habíaunagranverdadenlaspalabrasdelamujermayor,peronocreía
sercapazdeatreverseadaresepasonecesariohastaNick.¿Cómopodríahacerlo?Sumiradaquedóengarzadaen ladeél,cuandoalzó lavistay lapilló
mirándolo. Su sonrisa se congeló y la intensidad se grabó en sus ojos,comoreconociéndola.Sipudieraleersumentesehabríasonrojado,perosabía que no podía, así que se limitó a quedarse allí, anhelando queacortaraladistanciaentrelosdos,latomaraentresusbrazosylabesaracontodalapasiónquesabíaguardabaensuinterior.Era un hombre guapo, incluso disfrazado con aquel tonto traje rojo.
Cariñosoyprotector.Senotabaensuformademoverseycontrolarquetodos losniños estuvieran sanosy a salvo; incluso en lamanera enquesiempreestabapendientedeella,demostrandoquenolaolvidaba,queeraimportanteparaélquedisfrutaradeaquellavisitayqueseimplicara.
Cuando miró un poco más allá, hacia la mujer mayor que laacompañaba,fruncióelceñoylapreocupaciónsereflejóensurostro.Noeraunhombrededoblessentidos,eraimposibleparaélocultarsu
emoción.AlgohabíaenlaSeñoraKqueloinquietaba.Cassie sonrió y enlazó su brazo con el de Sabrina llevándosela a un
rincón.—No dejes que te asuste. Mi hijo es un poco posesivo contigo, no
quierequeyotedigacosasvergonzosasdecuandocorríaconelculoalairedepequeñoocuandojugabaadisfrazarseconeseadorabledisfrazdereno.—¿Nickessuhijo?¿Había estado hablando con la madre del hombre sin ni siquiera
saberlo?¿Habíadichoalgobochornoso?Esperabaqueno,pero¿lohabíahecho?—No te preocupes, Sabrina, no me escandalizo fácilmente. Una vez
tambiénfuijoven.Yahorasesentíacomounaestúpida.QuizáNickno leíamentes,pero
¿sumadre?Oh,sí,desdeluegoquelohacía.—Puedover cómo semueve a todaprisa tu cerebro encontrandouna
víadeescapeynonecesitashacerlo.SoloquierolomejorparamiNickyséquelomejorerestú.Dateunaoportunidad,nocreerenNavidad,enelmitoquerodeaestasfechasnoesmalo,peroábreletucorazónaél.Creeenelhombrequeesyteprometoquetodolodemásserásencillo.No quería que fuera sencillo, no quería amar a alguien que podría
dejarlasolaencualquiermomento.—Séqueavecespasancosasmalas—insistiólaSeñoraK—,peroNick
jamás te dejará sola. Tienes que confiar enmí en esto, pequeña. Nuncajamás.Ysuspalabraseranciertas,Sabrinalosabía.Nickeraunhombrebueno.
Unodeesospocosespecímenesqueaúnquedabanenelmundo.Formarpartede suvida sería un regalo; amarlo, unmilagroy formarunavidacon él... eso sería el mayor sueño de todos, su cuento de hadas hechorealidad.—Nickesincreíble,peroyono.—Nickesunhombremuynormal—leacaricióel rostro,animándola
—.Túerespreciosaymedaréisunosnietosmuyguapos—sonrióllenadeternura—.Muyprontomemarcharé,comosupadrehizoantesqueyo,
necesitosaberquevasacuidardeél,quenolodejarássolo.Cuandomevaya,élsufrirá,necesitoquealguienseocupedequeestébien.Quenosehundaenlatristeza.—¿Se va? —¿Recordando viejos demonios, Sabrina? La voz de su
menteerainsidiosaymalvadaenlospeoresmomentos—.¿Porqué?—Nomevoyporgusto,mimomentoestácerca,losientoenloshuesos
—sus palabras eran sinceras y tristes. Aquella mujer no quería seguiradelantesinsuhijo,perodealgunamanera,parecíatenerquehacerlo—.Memuero Sabrina,mi tiempo se agota cada vezmás rápido y eso estábien,porqueyaeshoradedejarmipuestoamiheredera,peronecesitosaberquevasaquedarteasulado.—Peronosotrosnosomosnada...Nounapareja,desdeluego.—Pasoapaso.Conoce amiNicky el restovendrá solo—murmuró,
muyconvencidadesuspalabras,mientrasmirabamásallá,alhombrequehabíaempezadoasumergirserápidamenteensucorazón,másprontodeloquedeberíaserposible,teniendoencuentaloreaciaquesemostrabaalamor—. Date una oportunidad y otra a él. Calma los temores de estaanciana que no puede soportar la idea de su hijo solo y perdido sin suamor.—Noestarásolo.Nosésipodréserlaparejadealguien,perosípuedo
sersuamiga.Voyaestarpendientey...—Esoessuficienteparamí.Gracias,Sabrina.Eresunabuenachica,sé
quecumplirástupromesa.—Loharé.La mujer la abrazó con fuerza, como si la quisiera y ella se sintió
querida,inclusoencontradetodasulógica.Aquelladesconocidateníalafacilidad para tocar algún punto interno que le otorgaba una confianzainmediata.—Undía tendrásquevermásqueél, cuandoesemomento llegue,no
temas.No tengasmiedo, acepta tu destinoyvive cada instante demagiaque este te dará. Cuando tú seas la guía, cuando seas la esperanza quetodosnecesitarán,notemas.Soloacéptalo.—Noentiendo.¿Dequéhablabalamujer?¿Quémomento?¿Quédestino?—Nonecesitasentenderlohoy,nimañana.Cuando llegueelmomento
lo sabrás, hasta entonces, quiérete mucho y quiere a mi Nick. Solovosotrospodéiscrearvuestrodestino.Elcaminocambiaconcadaunode
nuestrospasos,Sabrina,recuérdalo.Todoloqueves,todoloquesueñas,puedehacerserealidad,sisigueslasendacorrecta.Cada vez se volvía todomás confuso, sabía que tenía que decir algo,
pero no quería parecer una tonta frente a la mujer. Se limitó a asentir,conforme.—Loharé.—Buena chica—la besó en la mejilla—.Muy pronto tendrás lo que
siemprehasdeseado,antesinclusodeloqueesperas,ytelomereces.Sabrina asintió nuevamente, casi aceptando aquello como una verdad
absoluta. ¿Por qué no? Si lo creía quizá se hiciera realidad en algúnmomento.YsoloDiossabíalomuchoquedeseabaaquello.
CAPÍTULO11
Nick estaba nervioso.Había visto a sumadre con Sabrina y no pudo
evitarqueelpánicoloatacara.¿Ysiledecíaalgoquenodebía?¿Ysilaasustaba? ¿Y si le entregaba una bola mágica? Dios, no sabía cómoarreglaríaaquello.Se obligó a concentrarse en una de las madres que estaba
agradeciéndole por su labor, cuando vio salir a Sabrina de la sala. Sedespidióeducadamentedelamujerypasóasumadre,despuésdelanzarleunamiradaquedecíasinpalabras:«yahablaremostúyyomástarde».Localizóalachicaenrecepciónyladetuvoantesdequesalieraatoda
prisa.—¿Dóndevas?—Nick —dijo como si le hubiera dado un susto de muerte—. Solo
necesitabaunpocodeaire.Nadamás.—¿Estásbien?—Genial.Hablabacontumadre.—Esohe visto—semostró un poco cauto, sin saber qué decir o qué
hacer.Esperabaquenolahubieraasustado.—Es una mujer encantadora. ¿Está enferma? —preguntó con la
preocupaciónreflejándoseensurostro—.Hadichoqueibaamorir.Lassuciasgarrasdelmiedoseleclavaronenelestómago,sumadreno
iba a morir, era demasiado pronto y no estaba emparejado ni habíaposibilidadesdequeloestuviera.Esonoibaapasar.—Mimadreestábien,novaamorirse.—Elladijo...—Noladejaré,asídesimple.—Sabíaquehabíauntonocortanteensu
voz;Sabrinacasidiounpasoatrás,pero seobligóapermanecerdondeestaba.—Comprendo.—Perdona que haya sido tan insensible. Es que mi madre... Es muy
importante para mí. Si algo le sucediera, no sé cómo saldría adelante.
Dudopoderhacerlo.Esmipilar.—Nick,tumadretequiere,perosialgolepasara,novasaestarsolo—
le acarició la cara, provocando que sus ojos se cerraran casiinvoluntariamente—.Yoestoyaquí,somosamigos.—¿Losomos?—Sí,porsupuesto.Creíaenaquellaspalabras,bien.Asínotendríaqueponersepesadopara
cosecharesaamistadqueyanecesitabatenerconella.Másqueamistad,enrealidad,peropodíaesperar.Quisobesarla.Susonrisaerapreciosaysudeterminacióntambién.—Gracias,significamuchoparamí.—Te he visto de forma diferente, pensaba que eras un loco de la
Navidad, ya sabes, pero eres bueno de veras. Eso es raro, pero muygratificante.Losniñosteadoran.SiexistieraSantaClaus,nomecabedudadequeseríastú.Paraellosloeres.—¿Inclusosinlabarriga?—preguntócontonodivertido.—Creoquetesientamuybien,laverdad.Eserellenorealzatusonrisa
—leguiñóunojo.¿Sabrinabromeando?¡Inauditoyreconfortante!—Noconocíaeseladodetucarácter.Eltravieso.—Quizáloextirpéhacedemasiadotiempoynodebíhacerlo.—Estoy de acuerdo.—La abrazó, la miró a los ojos—. Deseo tanto
besarte,Sabrina.Enestemomentonopuedopensarenotracosa.Lasmanosfemeninasseapoyaronensupecho,mientrasélbajabaasu
cuello,paraaspirarsuaroma.—HuelesamiregalodeNavidad.Lamujerrio,antesdepoderevitarlo.—Ligón.—Solocontigo,mujer.La carcajada sonó alegre y llena de fortaleza, justo como quería. Le
rozólanarizconlasuyayposóunsuavebesoensuslabios.—Algúndía,Sabrina,serámásqueunabromaytedaréelbesoqueme
merezco.—¿Quetútemereces?—Puesclaro,perotendrásquesertúquiendéelprimerpaso,yotendré
queserpacienteyesperar.Nickladejóescapar,dirigiéndosea lasala.Cuandocasi ibaaabrir la
puerta,ellapronunciósunombre.—Nick—llamó, haciendo que se girara. Entonces corrió hacia él, se
impulsó hacia su cuerpo y lo rodeó con sus piernas. Él la atrapó sindificultad y ella fundió su boca con la de él en un beso caliente yprofundo,llenoderespetoydeseo,inclusoconunapizcademagia.Pudo ser solo su percepción, pero tembló el suelo un instante y su
mundosereorganizó.Todoloquepodíasentir,oler,veryescuchareraaella. Su sabor resultaba adictivo y todo su cuerpo chisporroteaba denecesidadporella.—Feliz Navidad —pronunció sonrojada, con sus labios hinchados,
productodeldevastadorbeso.Bajó las piernas lentamente y Nick necesitó un instante para
recomponerse.—FelizNavidad,Sabrina.—¿Teverémástarde?—Siemprevolveréati,siempre.Lamujersonrió,secolocóelpeloysepusolosguantes.—Entonces te estaré esperando,Nick.En el refugio, podríamos cenar
juntos.—Considéralohecho.Estanoche,Sabrina,eresmía.Su risa lo reconfortó, haciéndolo sentir más grande y poderoso.
Observó sus decididos pasos, incluso la manera en que alzó la vista elcielo,unavezalotroladodelaacristaladapuerta,ypareciórejuvenecermientras loscoposdenieve lecaíanen lacara.Sugestoeraeldeplenadicha,comosihubieraperdidopartedesupreocupaciónysudolorporelcamino.—Espreciosa—murmuróparasí.—Unaexcelentecompañera,hijomío.—¡Mamá! —Tuvo el poco tino de sonrojarse, como si lo hubieran
pillado con lasmanos en lamasa y quizá eso es lo que lamujer habíahecho—.Yono...—Túsíypermítemedeciresto:yaerahora.Lediounospequeñostoquesenlaespaldaysonrió.—Veconesosniños,terminaturondaydisfruta.Porquepuedequehoy
seaelprimerdíadelrestodetuvida.—Mamá...Peroyanopudodecirnadamás,pueslaSeñoraKsehabíaesfumado.
De vuelta a casa, iría tras ella, en unos minutos. Había cosas quenecesitabanarreglarycuantoantesaclarara lospuntosmuchomejor.Sumadre no iba abandonarlo, especialmente ahora que era cuando másnecesitabadesusabiduríaysusconsejos.No,nopodíapermitirqueseretirara,menoscuandoentendíaloqueeso
significaba.Unadióseterno.No,noviviríasinella.Perderasupadrehabíasidosuficientepara lo
quelequedabadevida.Perderasuamadamadre,asuúnicaconsejera,asumejoramiga...Esoerasimplementeinaceptable.
***LaSeñoraK,másconocidacomoCassieensusañosjóvenes,llegóasu
salita. Aquel lugar en el que había pasado grandes e importantesmomentosdesuvida.Nopodíanegarquesentíaciertanostalgiayunpocodemiedoanteel
siguientepasoensucamino.SeguiradelantesinsuNick,pararegresaralhombrequehabía amado;dejar su lugar en la tierrapara ascender aunlugar privilegiado en el cielo, uno que ya no podría abandonar jamás,podíaatemorizaracualquiera.Agradeció el hecho de ser consciente de que al igual que otras en su
puestoantesqueella, teníaquedejarsu lugara laheredera,quenosolocuidaría delmundo y sus almas perdidas, sino que haríamuy feliz a suhijo.Nickpodíamostrarseunpocoreacioalaideadelemparejamiento,pero
loconocía tanbienquesabíaque tansoloeraunaoposiciónsuperficial,basadaenunconfundidodeseodeindependencia.Todavíanoeracapazdecomprenderque el tenerunapareja, una compañeradevida, no eraunacárcel, sino la libertad más absoluta y plena. Compartir tus días, tusnoches, tusmiedos y alegrías con ese ser que tenía la curiosa y extrañacapacidad de completarte, de una manera con la que nunca te hubierasatrevido a soñar antes, era en sí mismo un fabuloso regalo. Uno que,llegadoelmomento,agradeceríayatesoraríacomoellamismahizoantesqueél.Pasó lamanopor susviejosbaúlesde recuerdos.Acariciando fotosy
telas, ropa de bebé, de hacía siglos, pero sin importar el tiempo que
hubierapasado,jamásolvidaríaasupequeñoNick,laprimeravezquelotuvoensusbrazos.Se preguntó ahora por qué no tuvomás hijos, pero lo tuvo claro de
inmediato,másniñoshabríaninterferidoensumisiónysepodríanhabercreadorivalidadesconlasquenohabíaqueridolidiar.Eraotrotiempoyellaunamujermástorpe,menossabia.Sifueraahora,quizáhabríahecholascosasdeformadiferente,perolohecho,hechoestabayeraimposiblecambiarlo;nisiquieracontodalamagiadelmundo.Tampoco lo haría, pues cada uno de sus actos trabajaron en conjunto
paratraerlahastaaquí,hastaestemomentotanespecialcomoaterrador.Caminóhaciaelcentrodelahabitación,alapequeñamesaredondacon
aquellaboladenievequelehabíamostradosucaminoyquetanfielmentehabía custodiado a lo largo de su vida. Ahora tenía que entregarla, nocomo un recuerdo sino como una promesa. Su magia nunca sedesvanecería,loquehabíasidopermaneceríagrabadoafuegoenlaruedadeltiempoynohabíanadaenelmundocapazdetrastocarsupasado,asícomonadiepodíacambiarsupresenteoalteraresefuturoqueyalaestabaesperandoconlosbrazosabiertos.Sacudió su propia bola una última vez y observó los copos de nieve
caer sobre la pareja que se abrazaba en aquel viejo trineo mágico demadera,tiradoporrenos,conuninquietoRudolphalacabeza.¡Qué joven era entonces! ¡Qué incrédula! Y al final... tan enamorada
comocualquierotramujer,delhombrecorrecto.«Nuestrotiempollega,amormío—pronuncióacariciandolabrillante
bola—.Nosreuniremosporfin,denuevo».Estabaansiosaportrascender,porsentirlafamiliaridaddelhombreque
lahabíaamado,delúnicoalquehabíasidocapazdeentregarsucorazón,peroantes...Con un elegante gesto de sus manos hizo que sus pertenencias se
desvanecieran,dejandolasalavacíaaexcepcióndeunpequeñocofre,consulibrosagrado,unlibroquesemostraríaasímismocuandollegarasumomento.Elenormebaúlconlosrecuerdosyelrecuentonodeunavida,sinode
milesdeellas,quedóabuenrecaudo,esperandoalasiguienteSeñoraK.Lamesa del centro también permaneció en su lugar. Lamadera talladahablabadeellaydeNick,elpadredelactual,aquelquehabíatalladoaquelhermoso regalo con sus propiasmanos.Elmágico objeto que reposaba
sobre lasuperficiecambió.Laescenaempezóadesdibujarse lentamente,hastaquesusaguassetornarontanturbiascomoaquellaprimeravez.«Guíaelcaminodemipequeño,ábrelelosojos,algúndíapodrámirar
alcieloyperdonarmeporhaberleabandonadoahora».Eraunmomentocomplicado,justoeseinstanteenelqueibaasentirse
perdido, pero tenía que tomar la decisión más importante de su vida ynadiepodíainterferir,tansoloél.Tomó una bocanada profunda de aire, sintiendo que se acercaba, que
pronto estaría allí. Se observó las manos, donde brillaba el relucienteanillo que su marido le había entregado y lo sacó de su dedo,depositándolo en la mesa y cuadrándose para tener esa última charla,necesaria,peronoporellomenosdolorosa.—¿Mamá? —La voz de su hijo sonó un instante antes de sentir la
enorme mano apoyada en su hombro. Mano que la obligó a girar y aconfrontar al niño que una vez fue y al hombre en el que se habíaconvertido.—Nick...—Apenaspudopronunciarsunombreantesdequelapenala
asaltara. Se armó de valor, desterró las lágrimas y se forzó a sonreír.Estabafelizporaquello,perotambiénmuytriste.Dejarloatráseralomásduro que alguna vez haría—.Ambos sabíamos que este día llegaría,mibebé.—No tan pronto, mamá. No hoy. ¿Por qué ahora? —El hombre no
parecióunhombre, solounpequeñoperdido.Las lágrimasbrillaron ensusojosunsolosegundo,pararodarporsusmejillas.Abundantesytristeslágrimas—.Nomedejes,porfavor.—Yanomenecesitas, hijo.—Acarició su rostro, recogiendo su pena
con las yemas de sus pulgares y besando su mejilla. Lo abrazó,hundiéndoseenaquelabrazo,ansiandotodoelcontactoquepudieratener,almenosunaúltimavez—.Lahasencontrado,Nick.Nolapierdas.—¿Porquétengoqueperderteatientonces?¿Cuandotodoibatanbien?
¿Ahoraquemividaempezabaaestarcompleta?Nomedejes,mamá.Porfavor,nolohagas.Noibaa llorar,eramásfuertequeeso.Estabaporencimade lapena,
aqueleraunmomentofeliz.Yaerasutiempo,teníaquedejarsulugaralaherederaquehabíaseleccionadosuhijo.Nuncaella,nisiquieralamagia,tansoloelcorazóndeunhombre.Las señales habían estado allí, el destino los había acompañado, ella
habíaseñaladoladirección,pero¿quémáshacer?Desvanecerse,esaerasuobligaciónahoraytambiénsuderecho.Igualquesupadreantesqueél,ahoraelhijo tendríaqueencontrarsu
camino y tomar sus decisiones.Todos respetarían eso, porque así debíaseryasísería.—Ayúdala, Nick. Tiene que recuperar su fe —buscó sus ojos con
seriedad—. Es muy importante, una vez que lo haga, encontrarás a tuigual. Una compañera que estará a tu lado a cada paso del camino, lafelicidadplena.Vuestrasdecisionesmarcaránvuestroauténticodestino—Recogió el anillo de lamesa y lometió en su palma—.Dáselo cuandoestéslisto,hijo.Elhombreempezóanegar,nopodíaaceptarlo.Sabíaexactamentequé
pensaba, porque ella había rozado el mismo pensamiento. Una vezaceptadalaofrenda,yanohabríamarchaatrás.Nuncavolveríanaverse,simplemente se desvanecería, como hizo su padre cuando él aceptó eltrineoAlfa.—Noquiero.Nodejaréquepaseotravez.—Es ley de vida, hijo. Y está bien, no puedo estar a tu lado para
siempre. Tu padre me espera, lleva mucho tiempo esperando y yo loañoro.—Nomedejes solomamá.—Lamirabaconangustiaybuscandouna
razónparaquenosemarchara.Cassiesabíaquenoencontraríaninguna,porquesupapelenestemundohabíallegadoasufin.Esemismodía,esanoche,enesteprecisoinstante.—No vas a estar solo, Nick. Nunca lo estarás, ya no. Toma buenas
decisionesycreeentujuicio,perosobretodo,creeentucorazón.Porqueeslaúnicamaneradeconseguirlaauténticafelicidad.Tomólaesferamágicadelamesayselaentregó.—Lamagiaquenosunióa tupadreyamí, ahoraes tuya.Custódiala
pormí.Lasostuvoentresusmanosantesdecomprenderloquesucedía.Cuando
bajólavistayviolasturbiasaguasremoverseylaintensaluzquesurgiódesu interior,quisosoltarladenuevo,perosumadrenose lopermitió.Mantuvo las manos sobre las de Nick, con fuerza, mientras su propiapersonaempezabaadesvanecerse lentamente, tansoloconvirtiéndoseenpuraesencia.—Séfeliz,cariño—suvozsonólejana,retumbandoenlahabitaciónun
instante,comoenuneco,hastaqueelbrillosedesvanecióyNicksequedócompletamentesolo;rodeadodesilencio.
***Noah,muylejosdelPoloNorte,sintiólasacudidaunavezlamujerse
liberó del plano terrenal. Salió al exterior y alzó lamirada a la oscuranoche.Unaestrellafugazpasóatodaprisa,atravesandoelcieloantesusojosyseunióalpequeñogrupoque,brillante,esperabaporella.«TraviesaCassie»,murmuróconuna sonrisanostálgica. Ibaaecharla
mucho de menos, muchísimo. ¿Quién lo ayudaría a encontrar a sucompañera?Suspiró, soltó una carcajada y negó, sacudiendo la cabeza con
diversión.Ibaaechardemenosasuamigaycolegadetravesuras.Habíanpasado mucho tiempo juntos, habían vuelto locos a dos Nick y habíandisfrutadodecadamomento.La vida pasaba, sus amigos se emparejaban y ahora, Noah, el elfo
perdido,elcustodioyelguardiándelossolitarios,teníaquecomenzaruncaminodiferente,lejosdeallí,enotrolugar.Regresó a la trastienda. Colocó el verde gorro sobre la mesa,
sacudiéndoselamelenaytomóelabrigo.Ensubolsillonotóalgopesadoycuandosusdedostocaronelfríomaterial,estesecalentó,brillando.Sacóunaúltimabolamágica,unregalo.Negóensilencio,suadorada
señoraK,laniñaquehabíaconocidohacíatantotiempo,alfinyalcabonosehabíaolvidadodeél.Giróelobjeto,contemplólabaseyleyólainscripción.«Un día llegará.Hasta entonces, custodia tu futuro,Noah. Te vigilaré
desdeelcielo».Alfinyalcabosudestinosoloestabaensuspropiasmanosylamisión
deencontrarla,era,comosiemprehabíapedidoquefuera,suya.Sucaminoempezabaestanoche,elfindeloqueconocíayelprincipio
dealgoqueprometíacambiarsuvidaparasiempre.
CAPÍTULO12
—Sabrina —Alguien la estaba llamando, desde algún lugar; podía
sentiraNick,lejosyalavezmuycerca.Comositansoloconestirarlamanopudierarozarladeél.—¿Nick?—Lobuscóportodaspartes.Estabaensupropiodormitorio,
acababadeponerselasbotasyteníaelabrigomediocolgadodesucuerpo—.¿Dóndeestás?Una ventana se abrió ante ella, no tuvo tiempo de nada, sino que la
masculinamanolaatrapóytiróhaciaél.AcabóenelregazodeNick,sinsaber cómo, totalmente custodiada entre aquellos fuertes brazos. Laslágrimas rodabanporel rostrodelhombre, tenía lasgafasempañadasylosojosrojos.Lanarizyloslabioshinchados,mientrasselamentaba,casidesesperado.Nopudoevitar reconfortarlo,noconpalabras, sinoconsupresenciaysuscaricias.Cuidódeél,escuchósuslamentos.—Sehamarchado,Bree.Sehaido,ellanovolverá.Nolohará.¿Sumadre?¿Sumadresehabía...?No,esoeraimposible,nadieeraconscientedeenquémomentoylugar
moriría. Aquella mujer parecía poseer una gran sabiduría, pero no eravidente.Nadieconocíaelfuturoanoserquesesuicidaraynohabíatenidoaspectodesuicida.—¿Cómoesesoposible,Nick?Ellaestababien, tumadreestaba sana
cuandolahevistoantes.Esimposibleque...—Siguiósucamino.Erasuhoraysemarchó.—Oh.—Entoncesquizálohubierahecho,despuésdetodo.—No, no es lo que crees—buscó sus ojos—.Es complicado, sé que
serádifícildeentenderparatiynoquieroconfundirtemás,peroyo...yotenecesito.Estanoche,tienesquecreerenmí,soloporhoy.—Nick, no voy a ir a ninguna parte. Háblame. —Apartó los largos
mechonesquehabíanescapadodesutrenzaylequitólasgafas,dejándolasaunlado.—Apenasteveo—pronuncióelotro,ronco,porelllanto.—No lo necesitas, solo siénteme.Estoy contigo.—Besó sus ojos con
todalaternuraqueteníadentro.Hoy,estanoche,ibaacuidarlo.Lohabíaprometido y podía ser muchas cosas, pero no una mentirosa—.Desahógate,cariño.No soportaba verlo triste. Era un hombre jovial, lleno de energía y
optimismo,peroahoraestabaderrotado.Comosilehubieranarrebatadoelcorazónyconéltodasuenergía.—Mimadremurió,erasuhora.Lascosasaquísondiferentes.Y tanto que lo eran, si no estaba dormida había atravesado un portal
mágico, algún vórtice que algún científico había abiertointencionadamente,quizáporerroroquésabíaella;loúnicoqueentendíaeraquenohabíaexplicaciónytampocoibaabuscársela.Estanochenoibaapensar,estabahartadepensaryequivocarse.Hoysedejaríallevar,porNick,porquelanecesitabaynuncanadielahabíanecesitadodeesamaneratan intensa, como si fuera su única vía de escape; todo su oxígeno, sumundo,suesperanza.—Losé.Séqueesdiferente.—Nopuedeinterferirenmisdecisiones,noahoraqueteheencontrado.
—Una de susmanos palpó el suelo a su lado,mostrándole una bola deNavidadsimilaralaqueellahabíatenidoentresusmanos—.Elamordemispadresmehaguiadoalnuestro.Séqueapenasnosconocemos,quedebes de pensar que estoy loco, con toda esta mierda mágicaensuciándonos lasbotas,peronoquieroobligarteaquerermeporalgúnestúpido destino, solo quiero... —Tomó aire, armándose de valor,mientras ella recuperaba el objeto mágico para dejarlo a un lado,descartándolo.Losojosazulesdelhombrebrillaronalentrarencontactoconlossuyos—.Quequierasalhombre,amí,sincondiciones,sinmagia.Nosoyespecial,soysencillo.Disfrutodelosjuguetes,detrabajarconlosniños,demirarteysentirtuincredulidadluchandocontraloqueves;sinquerercreerpero,enelfondo,anhelandohacerlo.Sumanoacariciósupecho,justodondeguardabasucorazón.Nohabía
nadasexualeneltoque,tansolonecesidaddesentirlamáscerca.—No tengo nadamás que el hombre imperfecto que ves, siento algo
diferenteporti,llámaloamor,afinidad,química...Pusosudedoíndiceenlosmasculinoslabiosparaacallarlo.Éllobesó,
ellaloretiróylointercambióporsuslabios.Seaferróaél,conbrazosypiernas,quedandopegados,sinapenasseparaciónentrelosdos.Susurróensuoído.
—Nonecesitasdarmeexplicaciones,estarcontigoessuficientehoy.—¿Solohoy?—Apenasseapartóparamirarla.Sabrinaasintió.—Estodoloquetengo.Desearía prometer todo; entregarle sus sueños, su vida, su esperanza,
pero no podía hacerlo. No estaba lista, confiaba en Nick, él no era elproblema; ella lo era. No sabía si sería capaz de amar a alguien y nodesconfiar.Lahabíantraicionadotantasvecesquenoqueríaarrastrarloasudolor.Eratanbueno,eratanincreíble.Tancariñoso.Eraunpríncipedecuento,susueñohechorealidad,sucaballerodebrillantearmadura.Y nada de aquello era real, no podía serlo, porque ella era una tonta
mujerquesoloseequivocaba.—Novoyaconformarme,Sabrina.Noquieroacostarmecontigohoyy
olvidartemañana.Nosoyasí,¿entiendes?—Lamiró,consucaraatrapadaentreaquellascálidasyenormesmanos—.Medanigualtodoslosdemás,todoslosconvencionalismos,novoyaaprovecharmedeti.Apoyósufrenteenladeella,Sabrinasuspiró.Oh,sí,seríatanfácilamarlo.—Quizáyoquieraaprovecharmedeti.—Noesasí,túquierestantocomoyoquieroynoesnuestromomento.
Desearía tumbarte y hacerte el amor como te mereces, pero entoncestendríasunaexcusaparadejarmemañana.Ylaconocíatanbien...Esoeraloqueharía,enajenaciónmentaltransitoria.Podríaaferrarsea
eso,pero¿aunhombrehonorablequesoloqueríaabrazarla,darleunoscuantosbesosyabrirlesucorazón?¿Quémujerpodríaresistireso?Lobesócontodoelhambrequesentíaporél,paraevitarpensarentodo
loqueanhelabaynodebíaser.Nick respondió a su beso con anhelo, durante un par de minutos,
despuéslaapartóylamirónegando.—Novamoshaceresto.Nohoy,peronopiensesquevasa librartede
mí.Algúndíaserásmíaycuandoesedíallegue,novanaquedartedudasdecuálestulugar,dequéposiciónocupasenmividaydelascosasqueconseguiremosjuntos.—¿Aquí?¿Enestelugarextraño?—Este lugarque tanextraño tepareceesmihogar.Aquínací,crecíy
aquíquieroenamorarme.Quierovivircontigo.Venamimundo,Sabrina.
Déjamemostrártelo.No te pidounanoche, te pidoun año.Un añoparaqueveasalauténticoNickymeacompañes.Solomírameyaprendeloquesoy.Descúbreme,sinsecretos,sinmentiras,sindeclaracionesenpalabras,solohechos.—Perotengoresponsabilidadesynopuedosimplementedesaparecer.—Noloharás.Quieroqueveasmimundoytambiénvereltuyo.Sabrina apenas podía dar crédito a lo que le estaba diciendo. ¿Quería
quevivieranjuntosunañoparaconocerseydespués...?—¿Quieresvivirconmigo?—Penséquenuncamelopedirías—dijoNick,sonriendodenuevo,la
besó,se levantóconella—.Noes loconvencional,puedesnegarte,perodesearíaquenolohicieras—comentóserioahora—.SéquenocreesenSantaClaus,quealgodentrode ti te impidehacerlo.Séque tumentehacatalogado de sueño lo que pasó la otra noche, cuando repartimos losregalos,yséquenotengoningúnderechoaobligarteaentendermeamíyamimundo.Mimisión. Pero sime dieras una oportunidad, Bree, solouna.Sitepermitierasconoceralhombrequesoy,quizápodríamosformarla pareja que el destino anticipa. Sin presión, sin obligaciones, sin sexoocasional.—Nopuedoprometerteunarelación,Nick—dijoconsinceridad—.No
sésiestoylistaparavolveracreerennadie.—Noquieroquecreasenmí,niquemeregalestuconfianza,Sabrina,
quiero ganármela. Día a día, minuto a minuto. No soy perfecto, tengomuchosdefectos,haycosasenmíqueodiarásyyoodiarénoacostarmecontigo,perosiqueremosqueestofuncione...—Yotambiéntengodefectos.Muchos,dehecho.Esposiblequeenuna
semanasimplementequierasquedesaparezca.—Lodudo,perosiasí fuera, siporalgúnmotivo túoyonoestamos
cómodosconestetrato,conestasituación,seráslibredeseguirtucamino,tellevedondetelleve.Sintió la tensión que inundó el cuerpo del hombre cuando pronunció
aquellas palabras, pero también su decisión. Nick no era de los que seolvidaban convenientemente de una boda, enviaba un sustituto o no secomprometía.Tenía la sensación de que con él todo sería... bueno, peropodíaequivocarse,yalohabíahechoantes.—Nopuedodarteun año,Nick.Esdemasiado. ¿Vivir juntos? ¡Esuna
locura!
—¿Y acaso no es una locura el sexo ocasional con un casidesconocido? ¿Qué locura hay en compartir tu vida durante un brevesuspirodeestaconalguienqueestádispuestoaenamorarsedeti,siesquenolohahechotodavía?—Nopuedesamarme.—Teconozcodesdesiempre,Bree.—Noesciertoyesraro.InclusoaunquecompraraesodequeeresSanta
Claus...Prefieronopensarenello.—Si te incomoda no lo hagas, pero dame una oportunidad. Dánosla,
ambosnoslamerecemos.Sabrinasentíacómoibaconvenciéndola,unapartedeellaqueríagritar
quesí,queteníarazón,quequeríapermanecerasulado.¿Ysisearriesgaba?Nickmerecíalapena,lohabíavistoconlosniños,
habíavistosusalónyesaestúpidavisiónqueahoraseempeñabaenllegaraella.Hijos,amor.Muchoamor.Mierda,lodeseaba.Esedeseo,esapromesa,conNick.Soloconél.¿Ysi
lointentaba?—¿Yquepasacon...?—Hizoungestoentrelosdos,provocandolarisa
delhombrequeentendiósupreguntaapesardenoesbozarlaenvozalta.—Tedeseo,Sabrina,notenemosqueobligarniforzarnada,cuandosea
nuestromomento,pasará.—¿Estanoche?Nickrioconmásganas,lalevantóensusbrazosysaliódelasalacon
ella,parallevarlaasuhabitación.—¿Quién sabe, pequeña pícara? Todo es posible. Dejemos que cada
pasodelcaminollegueensutiempo.Yonotengoprisa,meconformoconacurrucarmecontigoydisfrutardeunañoatulado.Nopodrásresistirteamídespuésdeeso.—Uuh,¿asíqueresultaquePapáNoelesunengreído?—Prefiero Nick, si no te importa—le guiñó un ojo—. Ese título es
incómodo, especialmente si tienes en cuenta que no soy el «papá» denadie.Todavía—añadióconunachispadeanheloensusojos.—Cuandoloseas,brillarás.—Tendremosquecomprobarlocuandollegue.Sabrina sabía que lo harían, en algúnmomento.A pesar de su reacia
aceptación,unapartedeellalegritabaqueeracorrecto,queibaporbuensitio,quealfinalencontraríasuhogar.ConNick,enaquelextrañolugar.
Unmomento,¿reaciaaceptación?¿Acasohabíaaceptado?Fruncióelceño,lomiró.—Nohedichoquesí.Nick rio, aún quedaban restos de lágrimas, pero el sordo dolor de la
ausenciadesumadre,parecíaestaraliviándoseconalgomás.Quizáconsu presencia allí, entre sus brazos, con la esperanza de hacer algo raro,peromagnificojuntos.—En realidad, lo has hecho. SantaClaus puede leer en el corazón de
todossuselfos—dijoconvozmásgruesa,simulandoaalguienquesoloélconocía,paraterminarañadiendo,yadeformasincera—yeneldesucompañera.—¿Compañera?Todavíaesprontopara...—Esunmaravillosoprincipio,Sabrina.Ellaserecostóensupechoyasintió.Lociertoeraqueteníarazón,así
quenoplaneaballevarlelacontraria.—Estoydeacuerdo,loes.Creyóveraungrupodepersonasdisfrazadasdeverdeconcascabeles
tintineando, pero se dijo que era solo un sueño y, si era cierto, pues loentendía.EralaguaridadeSantaClaus,¿no?Rio,borrachadefelicidad.—Síqueloes—murmuróconunsuspirofeliz.Unamujerpodíaacostumbrarseaello.Ninguno de los dos lo notó, pero una vez fuera de la sala, esta se
clausuró. La mágica bola retornó a su lugar, presidiendo la mesa y lapuertasecerró.Hastaelmomentoenquelaherederaaceptarasuposición,el puesto de la Señora K y lo que ello conllevaba permanecerían a laespera.Quizá durante un año, o dos, puede que diez, pero sucediera cuando
sucedería,seríaenelmomentoadecuado,porqueelamoreraunamagiatanfuertequenadiepodíamanipularla.Nisiquieralosimplicados.
CAPÍTULO13
Unañodespués
Lasrisasllenabanelairejuntoalvaporquedesprendíaelaguacalientede la ducha. Nick la besaba bajo el cálido chorro, mientras le dabapequeñosmordiscosdeamor,acariciándola.Sesentíapleno,comonuncaantes.Habíapasadounañodesdelafatídicanocheenquesumadresehabía
marchado. Un año de echarla de menos, pero también uno en que lasoportunidadesdeserfelizhabíansurgidoportodaspartesyatodaprisa.Sabrinahabíaestadoasulado.EnelPoloNorteaquellaprimeranocheydespuésenSanFrancisco.Cercadesutienda,enelrefugio,visitandoalosniñosdelhospital,elRudolph's, inclusocoincidiendoconviejosamigos.Habíanganadomucho,habíanaprendidoaconocerse.Sabía que cuando estaba preocupada, su ceja izquierda se elevaba
apenasperceptiblemente;quesesonrojabacuandolaatrapabamirándolocondeseoyaquelhoyuelodiminutoqueaparecíaensumejilla,eraseñalde que estaba a punto de gastarle alguna broma que él terminaríadisfrutandoconcreces.Nosoloeraelhechodeacabarpringadosdeingredientesinexplicables,
eraeljuego,lapersecución,laluchayposteriormenteesareconciliaciónqueteníalaposibilidaddevolverlolocodedeseo,llevarloalpuntodenoretornoyhacerquedesearallevarlaalacamayhacerleelamor.Seconocían.Seanhelaban.Seamaban.Dormían juntos, incluso le había hecho el amor. Tantas veces que no
podíacontarlas,peroqueríahacerlodenuevo.—Sabrina—murmuróensuoído.—Shhh,nohaytiempo,tienesquemarcharte.—Navidadhapasado,notengomástrabajo.—Teequivocas,tienestrabajoynovoyaentretenerte.Hoyno.—Te deseo, mujer. No puedes dejarme así—ella lo besó, tirando la
ropaempapadaalsueloyacariciandosuvelludopecho.Besósucuelloyasintió.
—Sí,puedo.Dijistequepasaraloquepasaranodejaraqueteretrasarashoy,asíquenoplaneohacerlo.Eselaniversariode...—La desaparición demimadre—suspiró él, cerrando el grifo de la
duchayabrazandoalamujerquesehabíaconvertidoentodosumundo.Salióconella,laenvolvióenunatoallaylasecódeformaminuciosa—.Hayalgoespecialparaestanoche,tengoqueponermeenmarcha.—Simehubierasdichodequése trataba,podríahaberteayudadocon
lospreparativos.Yanosoytantorpecontodoesode...SantaClaus—soltóelnombrecomosifueraunapalabrota,provocándoleunagenuinarisa.—Mi pequeña Sabrina que no puede decir Santa Claus sin pensar
«malditasea».—¿Quéquieres,Nick?Noesfácilparaunaateacomoyo,entrarentu
mundotanrápidamentey...—Cariño,nohasidorápido.—Yocreoquesí.—Te digo que no. Si hubieras querido hacerme caso, a estas alturas
tendríamosporlomenosunrenodemás,viviendoconnosotros.—No es por despreciar tu intención de ser generoso, pero Nick, los
renosnosonmascotas.—Enmimundosí.Empezóacambiarseobservando la resignaciónde lamujerque ibaa
convertirseensuesposaantesdeloqueesperaba.LaNavidaddeeseañohabíasidoagotadora,inclusohabíaechadodemenoslaposibilidaddeunromance inesperado, pero teniendo en cuenta quenohabríamás esferasmágicas, nimásSeñoraKpor un tiempo, había podido concentrarse enllevaracabolasentregassindistracciones,conunaSabrinacuriosayaúnunpocoincrédula,decopiloto.Habíasidounaexperiencia,deesonolecabíaduda,especialmentever
cómo Jack, su mano derecha, se indignaba con cada comentario de lamujer,quecuestionabahastalamismaexistenciadelhombrecillo.Menos mal que no era diminuto, de haberlo sido, habría acabado
ofendiéndoloyélhabría tenidoque intervenir,perono lohabíahechoySabrinaselashabíaapañadomuybienporsuspropiosmedios.—Laverdadesquealprincipiofuecomplicado,peroahoranolollevo
tanmal—seencogiódehombros,mirándolo.Élnopudoapartarlavistadeesegloriosotrasero—.¡Nick!—loregañó.—¿Sabesqué?—Seestaba relamiendomientras lodecía, noplaneaba
posponerpormuchomásloqueteníaquehacer,peroantesdeir,teníaqueconcluiralgo—.Voyadarunbocadoamipostrefavorito.Lamujernotuvotiempodeprepararse,sinoqueelgolosoSantaClaus
llegó a ella y amasó su trasero con deseo, le dejó notar cuán ansiosoestaba por ella, listo para poseerla una vez más y entregarse de formacompleta.Paradarleplaceryrecibirtodoacambio.Sabrina no pudo resistirse. ¿Cómo hacerlo? La tenía loca de amor y
pasión.Nick sonrió y sus manos cubrieron sus pechos, la acarició con
conocimiento,sabiendoexactamentequéteclaspulsarparavolverlalocaytanrápidocomolanievecaíaenNavidadsobreelPoloNorte,lareclamó,entrandodeformaplenaenella.Mordisqueó su cuello, la acarició entre las piernas, haciéndola gemir
necesitadademás.—Rápidoeintenso—murmuróél.—Duroysalvaje—exigióella.YNicknopudohacerotracosaquecomplacerla.
***Aún sentía el hormigueo provocado por el placer en todo su cuerpo.
Sentía lanecesidaddeaspirarelaromadeNick,deenvolverseenél.Deamarlodenuevo.«Gracias a quien sea que hizo posible que por una vez tomara la
decisiónadecuada».Miró al cielo, ignoraba si alguien escucharía, pero no importaba. Se
sentíaplenamentefeliz.Sunovio,amigo,compañerodepiso,amanteytodaaquellapalabraque
aportaraunacualidadderelación,eraparteentrelosdos.Noselimitabaaserelhombreconelqueseacostaba,conelquehacíaplanesocompartíaeltiempo,eratodoyeramás.Nohabíamagiaensusdías,noensentidoliteral,pero lahacían juntos.Cadavezque seencontrabanparamiraralmundoyverquetodavíaquedabaesperanza.«¿Quiénmeloibaadecir?».ObservóaquellabolamágicaquerecibiólapasadaNavidadylaagitó
entresusdedos,observando la formaenque lanievedescendíasobre laescenaquetantolehabíagustado.
Quizá no fuera el futuro, o podía ser que sí, pero desde luego elpresente era maravilloso. Disfrutaba de cada instante, sin importar quévinieradespués.SupadreyAlyssaeranfelices,Nickyellatambién,inclusosusamigas,
lasdoslocasquenopodíanentenderquéleestabapasando,parecíanmásfelices de pronto, como si algún ser con capacidades omnipotenteshubieradecididobendecirlosatodosellos.YnohabíasidoSantaClaus,deesodabafe.Rioconganastapándoseconlacolcha,Nick...¿Quiénlohubieradicho?
EllocodelaNavidaderaenrealidadPapáNoel,SantaClaus,SanNicolás,elSeñorK.Sí,tantosapelativosparaunhombretansencillo.Ungeniodela mecánica y amante de los juguetes. Un entusiasta de hacer reír a sumujeryacadaniñoopersonaquesecruzabanensucamino.Unbuenhombre, eso era.Unhombre conun corazón tangrandeque
apenas si lo podía custodiar, por eso la necesitaba. Ella podía ponerlelímites,límitesbuenos,noimposiciones,guiarledelamismamaneraqueélteníalacapacidadparaguiarlaaella.—Sabrina—dijo la voz de Jack al otro lado de la puerta—. ¿Puedo
entrar?—Un momento —pidió mientras alcanzaba una bata para ponérsela.
DesdequeNicksefuesehabíaquedadodescansando,agotada,singanasdemoverse, tansoloacurrucadaenaquellacamaqueaúnconservabasuolor.Encuantoestuvodispuesta,atravesólahabitaciónenunpardezancadas
yabriólapuertaasuvisita.Elelfoseapresuróaentrarconunalargalista.—NecesitoayudapararevisarestoyNicknoestádisponible—comentó
contonocasual—.¿Quésabesdeflores?¿Flores?¿Paraquénecesitaríanflores?—Nomucho,¿porqué?—Nosotros repartimos juguetes, pero el jefe quiere flores. Rosas,
azucenas, margaritas y tulipanes. Ni siquiera sé que son tulipanes—sequejórevisandolalistaunavezmás—.Soyunelfo,nounflorista.¿Acasotengopintadeflorista?Lahizoreír,JackeratanpropiocuandoNickestabacerca,peroperdía
los nervios en cuanto desaparecía. Cuando estaba con ella, se relajaba,menosmal.Casiselohabíaexigido,noerasujefa,eraunamásymásle
valíaquelatrataracomoaunaamigaynocomoaotracosa.—Vamos Jack, no te alteres.Podemos resolver esto.No séde elfoso
magia,peroconlasflorespodemosapañárnoslas.Déjameesalista.El hombrecillo se la entregó, tomando asiento a su lado, mientras
revisabaalgunosdatosensuPDA.—¿Para qué querrá Nick tantas flores? —preguntó sin esperar
respuesta,Jacktampocoselaofreció.Hizorecuentoytratóderecordarlaubicacióndealguna floristeríacercana—.Creoquepodríamosencargaralgunasdeestas,peronocreoquetodas.Enestetiemponecesitamosflordeinvernaderoysiplaneastraerlasaquí...—Nosonparaestelugar,sinoparaelPoloNorte.Sabrinapusolosojosenblanco.Claro,mejorabatantoelclima.—Daigual,allípeor.¿Novesqueconelfríosemorirán?—Sonórdenesdeljefeytenemosqueocuparnos,Sabrina.Parahoy,no
paramañana.Meestoyhaciendoviejo.—No te estás haciendo viejo, eres joven ymuy guapo. ¿No será que
quieresseduciraunachica,verdad?—¿Yo?¿Pareja?¡Niloco!¿Túhasvistolodescuidadoquesehavuelto
el jefe?—Negóconvehemencia,paradespuésenrojecer,aldarsecuentade lo que había dicho—. Oh, no pretendía... incomodarte, insultarte.Discúlpame,estoysaturadoydespuésdeNavidadtodoestelío,semevalafuerzaporlaboca.—Nomeincomodas.Yopensabacomotú...antes.—¿Quétehizocambiardeopinión?—Nick —sonrió, porque era cierto. No había promesas ni palabras
suficientesparaconvenceraalguiendealgoquenoqueríahacer,peroveralaotrapersona,verladeverdad,nadiepodíaresistirseaeso.—Tiene mucha labia —dijo el hombrecillo con un suspiro, tras
seleccionarlasiguientelistadetareas—.Yono.—Nomehasentendido,Jack.FueNick,supersona,suformadeactuar,
de comportarse, conmigo y los demás, no sus palabras.Ni su labia.Dehecho,carecedeella.—Ahínotecreo,hablasdeSantaClaus.—Oh,sí.Semeolvidaba—rioentredientes.Inclusoconsuspegasparacreerenello,había llegadounpuntoenel
quenopodíahacerlomás.Élerareal,porextrañoquefuera.Real,guapo,cariñoso,sexyyunamantemaravilloso.
Peroeraunmejorcompañero.SiparateneraNick,teníaquemiraralamagiayaceptarla,puesestabadispuestaaello.Atodalamagia.—Creo que podemos salir, si te vistes apropiadamente. Visitaremos
directamenteunodeesosinvernaderosparaconseguirnuestrasflores.—NosésiseráfácilJackpusolosojosenblanco.—PorDios,¿acasonadie te lohadicho?—Susojosbrillaroncuando
pronunció extasiado—. Tengo un trineo personal, último modelo. Unobsequio por mi buen trabajo—pareció crecer varios centímetros conaquellaspalabras—.Esbiplaza,puedollevarteadondeseaquetengamosqueir.—¿Estássegurodequequieresmicompañía?—Podría ser peor... —dijo con un toque de diversión. ¿Jack?
¿Divertido?¿Sinnormas?Letocólafrente.—¿Tienesfiebre?—Unelfotienederechoaemocionarsecuandotieneunvehículonuevo.
¿Acasonosabesnadademiraza?—Empiezoadescubrirlascosasmásinquietantes.—Bueno,inclusoyomerio.Medivierto.Estoyvivo,¿sabes?—Yaveo,solotefaltaunanovia.—No, no me falta una novia. He tenido novias. Me falta una pareja,
como tú y Nick. Pero los elfos a menudo se quedan solteros,especialmenteconunpapeltanimportantecomoelmíoenlamisióndelaNavidad.—Seríasmásfelizconunacompañera.—Nolocreo.Sabrinanoeradelamismaopinión,anotómentalmentehablarconNick
alrespecto.QuizáunaayudanteparaJackpodríaserunalivioenmuchasfacetas de la vida del hombrecillo. Se estaba ablandando, cada díamás.Cuando lo vio la primera vez, casi la acusóde secuestro de su adoradoSantaClaus,ahoraerasuamigo.Ylosamigosteníanqueayudarse.Ibaahacerlo.Porél.—¿Sabes?Creo que no podré salir, pero conozco a alguien que sabe
tantodefloresquetevaadejarextasiado.¿Funcionaría?¿HacerlascosasporsucuentasinNick?Bueno,¿porqué
no?Ellapodíaprobar,sinofuncionaba,acabaríahablandoconNick.Sí,
de todos modos lo haría, porque Alvina merecía un ascenso. Era muybuenaensutrabajo,inclusoaunquelaaterrorizaravolar.Sabía que no dejaría que Jack notara su angustia. Era tozuda y muy
dedicada.—¿Extasiado? Bueno, no creo, pero si crees que no puedes
acompañarme...Sabrina alcanzó sumóvil, envió unmensaje a la joven elfa y esperó.
Casidosminutosmástarde,lamujerllegabacorriendoatodaprisayalgoverde.Habíaolvidadoquetambiénsemareabaconlosportales.—¿Sabrina?¿Cuáleslaurgencia?—Flores—dijo guiándola hasta Jack. El hombre se quedó estático y
quizá algo rígido. Ella le dio un ligero empujón—. Jack, te presento aAlvina. Acompaña a Nick en el trineo alfa y no conozco a nadie tancapacitadapararesolverproblemas.—¿Flores?—preguntóperdida,miróaJackyalgopasóenel instante
enquesusmiradassechocaron,dejándolosenlazados.Lachicaabriómáslosojos,suslabiosseparados,apuntodedeciralgo;aJackselecayólaPDAyempezóacomportarsecomounadolescentenervioso.Sabrinasonrió.«Buenmovimiento,tengoquedecírseloaNick».Había
sentidoqueesosdosencajaríanynosehabíaequivocado.—¿Creéisquepodréisresolverlodelasflores,Jack,Alvina?Losdosasintieronhipnotizados (o idiotizados, segúnsequisieraver).
Elhombreatrapólamanodelamujerysolodijo.—Tengountrineonuevobiplaza.—Meencantavolar—contestóAlvina,provocandolarisadeBree.—Puesvenga,chicos,avolar.Ambos asintieron, caminando hacia la puerta; Bree se apresuró a
recogerlaPDAylalista,selapegóalpechodeJack.—Noolvidestusguías,Jack.—Gracias —pronunció aturdido, para carraspear y guiar a la otra
mujer hacia el vehículo. Pudo escuchar cómo alardeaba de este y cómoAlvinaprestabaatención,comosifueralomásimportantedelmundo—.De0a300kilómetrosporsegundoenmediominuto.—Oh...Sabrinareíaaúncuandolasvocesseperdieronenladistancia.Recogió
sumóvilparaescribirasuchico.
«Nick,acabodeformarunapareja.Despídetedelasflores.Aesosnolesvemoselpelohastaañonuevo».Larespuestanotardóenllegar.«¿Quépareja?».Seguramente no estaba prestandomucha atención, sabía que tenía una
misión,peronosabíacuál.Eratanmisteriosocuandoseponía...«JackyAlvina.Sontalparacual,llevabapensándolountiempoylohe
hecho.Poreso,despídetedelasflores,vanaestardándoseelloteentresminutos. Nunca había visto a Jack tan... despistado. Incluso perdió suPDA».—JacknuncapierdesuPDA—dijolavozdeNicktrasella,atravesando
elportal.Lamiródearribaabajo,susojosbrillaroncondeseo—.Esperoquenolohayasrecibidoasí,voyatenerquearrancarlelosojos.—Quéva,Nick.Lorecibídesnuda—leguiñóunojoyrodeósucuello
conlosbrazos—.Daigualcómoesté,JacksoloteníaojosparaAlvina.—¿Tevasahacercasamentera?Sabrinaseencogiódehombros.—Losentícorrecto,soloeso.Nicklamirócomosiestuvieracontemplandoalgoquenadiemásveía.—¿Correcto,eh?—Sí.¿Temolesta?Primeropenséenpedirteayuda,peromedicuenta
dequeeraelpuntoexacto,sihubieraesperado...—Elmomentohabríapasado.—¿Quépasa?—preguntólamujer—.¿Porquémemirasasí?—¿Asícómo?—Comosi fuerasungatoqueacabadecomerseal canario—dijoun
pocodesconfiada.Nickselimitóasonreírmás.—Pornada,megustaverquete implicasconmigentey tepreocupas
porsufelicidad.—¡Jackesmiamigo!YAlvinatambién.Nofuealgorepentino,llevaba
pensandoenellountiempo,soloquenomehabíaatrevidoperohoy...—Sentistequeeraelmomento.—Así es—entrecerró sus ojos, señalándolo con un dedo—. Ni se te
ocurraburlartedemí.Élatrapósudedoylobesó.—Jamásmeatrevería.
—Puescambiaesacara,meestásponiendonerviosa.—Esquenosémirartedeotramanera—seexcusó.—Puesmeponesnerviosa,Nick.Noséquéestásplaneandoy...—Unaboda.—¿Qué?—Lomirócomosisehubiesevueltoloco—.¿Tanpronto?No
creo que debas apresurarte, quiero decir, tan solo los he enviado acomprartusfloresydudoquelohagan.—NoladeJack,Bree,lanuestra.Sabrina se quedó muda de la impresión. ¿Acaso iban a casarse? No,
desdeluegoqueno.Ellanoplaneabacasarse.Selevantóponiendodistanciaentreellosylediolaespalda,negando.—Esonoesposible,Nick.Nomelohaspedido.—Planeo resolver eso—comentóy cuando ella lomiródenuevo, lo
encontróarrodillado,conunanilloentreelpulgaryelíndiceymirándolacontodoeseamorquesentíaporella—.Siestásdispuestaaprescindirdelas flores y a soportar mis obligaciones y mis defectos, seríainmensamentefelizdequeaceptarasconvertirteenmiesposa.Hoymismo.Ahora.Lomiró, sintió lamezclade emociones en su rostro, bailandoen sus
ojosysedijoquenoeraunadecisiónquedebieratomarsealaligera.Yasehabíaequivocadounavez,ahora...«Escuchaatucorazón».Laspalabraslejanasdelamujeralaquesolo
habíavistounavez,lallenarondeinquietudyalavezledejaronclaroloqueteníaquehacer.Asintió,tomóvalor,avanzóhaciaNickyselanzóasusbrazos.—Teamo,Nick.Sí,síquierocasarmecontigo.Elhombrelaabrazó,pusoelanilloensudedosinqueapenassediera
cuentaymurmurólaspalabrasdeamorquenecesitabaescuchar,apesardenoprestarleatención.Aquello era lo correcto, así lo sintióydepronto...Todo estaba en su
lugar.Comounpuzleenelquehabíasencajadolaúltimapieza.
CAPÍTULO14
Ya no estaba nervioso. Lo había estado,malditamente nervioso, tanto
queinclusohabíaolvidadosunombre,peroahora,esperandodepieensutrineo,consusrenospacientes(ycoronadosconflores),conlagentequequeríaasualrededor,mirandoconemociónellugarporelqueaparecíalamujerdesuvida,todoestababien,enellugarcorrecto.JackyAlvinateníansusmanosenlazadas,nomirabananadiemásque
elunoalotro.Sabrinahabía tomadounabuenadecisión,porqueestabanhechosparaestarjuntos.Jack estaba relajado, expectante; Alvina sonreía como si hubiera
encontradountesorolargotiempoperdido.Nicksabíaexactamentecómosesentía,porqueelsentimientoeraafínal
suyo.Sepreguntósi trataríadeescapar,sihuiría.ElPoloNorteeraunpalo
para ella, pues batallaba contra todo lo que había creído, pero se estabaacostumbrando tan rápido, dejando a un lado la incredulidad. Habíasucedido algo que nunca creyó posible. Se había enamorado de unaincrédulamujerquenosolohabíatenidoelbuentinodeamarloacambio,sinoquehabíaabiertolosbrazosasumundomuchomásrápidodeloquecualquierahabríaesperado.Seremoviódentrodesutrajedegala;sintióqueelcuelloloahogabay
queelsudorcaíafríoporsuespalda.Sabrinanolodejaríaplantado,ellairía,caminaríahastaélyloaceptaría.Noporqueestuvieraescrito,sinoporqueambosestabanenamorados.Suselfos iniciaron lamelodíanupcialenelmismo instanteenque,al
fondo, Sabrina aparecía aferrada al brazo de su padre, vistiendo unprecioso vestido blanco de invierno, con una capa tan roja como supropio traje y tan caliente, que hacía una bonita figura al caer por suespalda. Era tan larga que debió rozar el suelo, pero Melvin, lleno deorgullo, portaba la cola de la novia, avanzando lentamente y con gestoextasiado.Todos suselfosyelfasdeconfianzahabíancaído rendidosen tiempo
recordantelamujer.Loqueerabueno,puescuandoaceptarapermanecer
su vida a su lado, pasaría a ocupar un puesto de gran importancia paratodosellos.Yparamilesdealmassolitarias.Unavezsumadrelehabíadichoquealgúndíacomprenderíasumisión.
El porqué hacía lo que hacía. Reunir a gente incluso en contra de suvoluntad,deladeél,claro;nodeladeellos.PerodespuésdeescucharaSabrina, ingenua aún de los hilos y engranajes delmundomágico, quehabíasidoelmomentocorrecto,quelohabíasentido,encontróelsecretoquetanfielmentehabíaguardadolamujerquelehabíadadolavida.No era por irritar a SantaClaus por lo que la SeñoraK reunía a las
parejas,sinoparalograrlafelicidaddeaquellosqueaunmereciéndola,nolateníanyquesinintervención,noseríancapacesdedescubrirla.Jack no lo habría hecho y, posiblemente, Alvina tampoco. Ahora se
miraban como una pareja, se tocaban como una y, a pesar de lo quevaticinó su preciosa y futura esposa, habían regresado, cumpliendo sumisión.Nuncalohabríadudadodeningunodelosdos.Alparecerelamornovolvíalocosydespistadosatodos,soloaunos
cuantos.Lamúsicaterminóenelinstanteenqueéldiounpasohaciasumujery
seinclinóparaofrecerlesumano,amododeayudaparasubiral trineo.Joe,elpadredesuesposa,lomiróentrecurioso,sorprendidoybastantecomplacido.Nuncasehabríareveladoanteél,peroSabrinalonecesitabaallí y no podía arrebatarle nada, además, era un hombre amistoso ycariñoso.Leal.Estabafelizporsuhija.Trashablarconélyexplicarlelasituación,casi
esperóquellamaraaalgunainstituciónmentalparaponerleunacamisadefuerza,perosolosehabíaquedadofrenteaél,mirándoloconunasonrisade conocimiento y pronunciado un simple «ya veo»; después había idoconélalPoloNortesinunapalabradedudaopreguntasincómodasquenopodríaresponder.Siempre tuvo miedo de su suegro, hasta que en realidad tuvo uno.
Ahorasesentíabien.Lehabíaayudadoconelaspectolegaldesuunión,aunque no fuera tan importante, de hecho estaban casados para loshombres, pues habían firmado aquellos papeles, ahora tenían queunirsefrenteatodoslosdemás.En cuanto su mujer estuvo a su lado, la besó. Sabía que se estaba
precipitando,queesoibadespués,peronopodíaevitarlo.
Noah,elviejoconfidentedesumadre,carraspeóyelevósuvoz.—Comopuedenver,estabodaesespecial.Elnoviohadecididosaltarse
todoslospasoseirdirectamentealdesenlace.Suaudiencia rioun instante, suficienteparaqueellos se apartaran sin
vergüenza alguna y sin apartar la mirada. Eran almas afines, erancompañerosytodolodemáseraunmeroproceso.—¿Podemosempezar,jefe?—preguntóunNoahmuydivertido,consu
largamelenaalvientoyaquellasbarbasperfectamentedespeinadas.Desdeluego, parecía un oso enorme y mandón, con aquella voz gruesa y suactitud,peroteníauncorazóndeoro.Casitangrandecomoél.—Adelante.—Estamosaquíreunidos...Nickobservóa sumujer.Se lamía todoel tiempo los labios,unpoco
ansiosa,yapretabasumanoconfirmeza,comosinecesitaraconstatarqueestabaallí,quenosemarcharíaaningunaparte.Noescomosiplanearahacerlo,claro.Peroellapodíatemerlo,envista
de lo que había vivido antes. No se sintió ofendido, sabía que con eltiempodescubriríaquelaamabatantoqueerairreemplazable.Sepreguntaba cuáles habrían sido las palabras de supadre en esedía
especial, si hubiera estado allí. Seguramente, habría hablado sobre laesperanza,elcariño,elrespeto,elamor...habríamencionadotodosycadauno de los elementos que se solían mencionar. Entonces, él le habríapreguntadocómosehabíasentidoéllaprimeravezquevioasumadreyelviejoNickhabríareído,alegandoqueesoeraprivadoyquenopensabacompartiresepensamiento.Siempre había sospechado que el viejo había sido bastante caliente y
audazensujuventud,aunquetampocoeraquehubieraqueridoconstatarlo.Habíacosasqueloshijosnonecesitabansaberdesuspadres.—¿Nick?—Sabrina lo llamó, lomiró algo preocupada. En su frente
había parecido una arruga, lo que le dio la pista necesaria para darsecuentadequenohabíaestadoprestandoatención.—Atodosí.Estáspreciosa.Noah rio divertido, tosió tratando de disfrazar su risa, pero resultaba
bastante complicado hacerlo, después de todo. Especialmente con laestupendaacústicaquehabíaenlaviejaplataformadedespegue.—Nick—lo regañó, pero elmiedo fue sustituido por unamirada de
complicidad.CuandoNoahlerepitiólapreguntaaella,respondióigual—.
Atodosí.—Puessinadiedicelocontrario,yoosdeclaroSeñorySeñoraK.¡A
volar!SeapartódesucaminoyconRudolphalacabeza,eltrineoempezóa
moverse,haciendoquelosnoviostomaranasientodepronto.Nickatinóaalcanzar lasriendas,despuésdeamenazaraNoahconun
puño.Esemalditoelfosiemprehaciendodelassuyas.—Melasvaapagar—soltócasisinrespiraciónmientrascogíalacinta
enelúltimomomento.—Nick—Sabrinaserio—.Creoquecomonosdimoselbesoprimero,
pensóqueyatuvimosbastantediversión.—Esunmalnacido—dijobromista,provocandoquesumujer,ahoraya
erasumujer,seacurrucaramáscercadeél,juntoasupecho.—PensabaquelosrenossolovolabanenNochebuena.—Unmito—leexplicó—.En realidad, cuandoun reno sabevolar, es
capazdehacerlotodoelaño.Elproblemaesquenotodosaprenden,perono voy a entrar en una conferencia sobre costumbres de cría de lasmascotas.—Pasósubrazoderechoporsucinturaylaacercómás—.Notesepares,mujer,enestetrineonotenemoscalefacción.Yotecalentaré.Sabrinario.—Nomecabeduda.¿DóndevamosdeLunademiel?—Aalgúnlugarenelquehagacalor,peroantestenemosquehaceruna
parada.¿Teimporta?Eramuyimportanteparaél,sabíaqueSabrinalocomprenderíayquelo
acompañaríaadondequisierair.Aúnasí,sesintióporunmomentotonto,sepreguntósinopensaríaquesehabíavueltototalmentetarumba.—Iremosdondequieras,Nick.Háblame.Y esa era otra de las facultades que había adquirido, la de saber sin
necesidaddeexpresarloconpalabrasquehabíaalgoquenoestabaenellugarcorrecto.Algoquelopreocupaba.—Mispadresymisantepasadoscuandosevan,subenalcieloenforma
deestrellayvelanpornosotrosdesdeallí.Noseburló,siempresupoquenoloharía.—¿Aquellas?—preguntóseñalandounpocomásallá,alpequeñogrupo
quebrillabaconmásintensidadqueelresto.—Sí.Allí.Quiero...quecompartanestemomentodedichaconnosotros
—guioasusmuchachoshastaallíyellossedetuvieronenelpuntoexacto.Rudolphhizounsonidodealertaque logróqueel restode los renossequedaran estáticos. El trineo se movía apenas, lo suficiente para poderpermanecerenelaireynocaerenmediodelOcéano.—Sabrina,perdí amispadresmuypronto,mehubieragustadoque te
conocieranylesconocieras,peronofueposible.Fueronunosexcelentesguías,tambiénamigos,nohabríallegadohastaestemomentosinsuayudaytampocohabríallegadoati.—Tomósusmanos,lasbesócondevoción—.Quiero una vida larga a tu lado, quiero hacerte feliz y aquí frente aellos,quemehicieron todo loquesoyhoy,quiero recordarte lomuchoqueteamo.Tienesmicorazónymetienesamí.Metendrássiempre.Labesócon ternura,probó sus labios apenasy secó las lágrimasque
rodaronde susojos con suspulgares.Estaba emocionada,pero tambiénfeliz, lo sabía. Podía sentirlo. No había nada en el mundo que pudierahacerlomásdichosoqueverlaallíconél,compartiendoaquelmomento.—Tehasconvertidoenelpilarmás importantedemivida,Nick.Has
cambiadomimundo,hasahuyentadomismiedosyespecialmente,mehasenseñadoaamarotravez.Quizáahacerloporprimeravez.Nuncavoyaalejarmede ti,quiero todocontigo.—Miróhacia lasestrellasyelevó lavoz—.Lesprometoquecuidarémuybiendesuhijo,porqueloquierocontodomicorazón.Loharéfeliz.Las estrellas brillaron conmás fuerza, dando su consentimiento y, de
pronto y sin aviso, una pequeña lluvia empezó a iluminar el cielo. Allíarriba,lejosdeellos,peroalaveztancerca.Todos losantepasados, losviejos fantasmasde lasNavidadespasadas,
ledieronlabienvenidaalafamilia.YlosactualesherederosdelaNavidad,ladisfrutaron.Porque había empezado su ciclo, uno lleno de esperanza. Con la
promesadeunamoreternoquevenceríaaltiempoydelacontinuidaddelamagia.Lafehabíasidorestauradayconellatodoserepondría...coneltiempo.LarisadelaviejaseñoraKlosrodeó,aellaseunióladeunhombrey
una imagen de los dos abrazados, tan transparente como el viento, sedibujófrenteaellos.Losdoslosmiraronylesdieronsubendición.Nohuboconsejos,tansoloun«FelizNavidad»yunalejanarisa.
EPÍLOGO
Variosañosdespués
»Todoelmundoensuspuestos...La voz de Nick resonó en cada rincón de la enorme sala, decorada
especialmente para la ocasión. Sus elfos contenían las risillas a duraspenasysuhijopequeño,detansoloseismeses,observabatodocomosilagentesehubieravueltolocadepronto.Sinembargo,nohablónidelatósupresencia.Su hija mayor entró corriendo a toda prisa, buscó a su abuelo y se
ocultó con él, tras susurrar «ya viene». Entonces escucharon laemocionadavozdeLiamqueguiabaatodaprisaasumadre.—Mamá, vamos a llegar tarde. Tenemos que correr que esta noche
vienepapáconlosregalosynoquerrásquenosretrasemos.—Yavoy,yavoy.Tupadretardaráunratoenllegar,todavíaespronto.
No te pongas nervioso. ¿Dónde está tu hermana? ¿Jack tiene a Cody?¡Liam,nocorras!Peroelniñosesoltódesumanoyentróatodaprisa,encendiólaluzy
cuandosumujeralzólavista,todosgritaronalavez:—Sorpresa.Sabrinasellevólamanoalpechoproductodelsustoylosmirósindar
crédito.Nicksonriódivertidoycorrióaabrazarla,elbebéselanzóhaciasumadre,reclamándoladeinmediato,yBreelotomóensusbrazoscasisindarsecuenta.—¿Nick?—Felizaniversario,mivida.—Labesóen los labios—.Alguien tenía
queacordarse,envistadelomalaqueeresconlasfechas.—Nosoymalaconlasfechas.Soloteníacosasquehacer.—Siempretienescosasquehacer,cariño—Labesóenlabocaysonrió
—.¿Algúndesventuradoquehayaperdidooencontradoelamor?—No hablo contigo de mi trabajo —dijo tozuda. Era imposible
sonsacarle nada de nada, en el fondo, prefería que fuera así, pero solíapicarla.Disfrutabapicándola.—Bien—aceptó.Jack y Alvina dieron un paso al frente y le entregaron un enorme
regalo,mientrasJackatrapabaalniñopequeño,paraquesumadrepudieradesenvolverlo.Codydescubrióqueelgorrodesunuevoportadoreraunjuguete interesante y se esforzó en agarrarle el cascabel. El elfo se lopermitió.—Queremosagradecertodoloquehacesportodosnosotros,asíquete
hemoshechoesteregalo,paraquenoteolvidesjamásdelomuchoquetequeremos.EnnombredetodosloselfosdeSantaClaus,felizaniversario.Se emocionópero se esforzóporocultar las lágrimas.Despuésde lo
mucho que había llorado durante los embarazos, trataba de hacer comoquenoleimportaba,quepodíasoportarlosinmuchoesfuerzo.Nicksabíaquesoloeraunapose.CuandoSabrinaabriólacajaencontróunenormealbum.Enlaportada,
una foto de los dos, con sus trajes de gala, celebrando en la fábrica elresultado de otra Navidad bien hecha. La primera que habían pasadojuntos.Eldiqueartificialestuvoapuntodeceder,Nicklediodeespaciounpar
depáginasquizá,antesdequenopudieraevitarlopormástiempo.Serompióenlaprimera.—Los conociste en el Rudolph's —comentó Nick, al mostrar a la
sonrienteparejadeMathewyEliza—.Hacetiempofueunelfo,encontróasuparejay ahora son felices.—Se sentíamuyorgullosodelhombreenquesehabíaconvertido.Cuidabadelosniños,undefensordelainfanciaque se esmeraba en hacer del mundo un lugar mejor. Sin magia nihabilidadesextremas,soloabasedeesfuerzoydedicación—.Hantenidounahijayadoptarondoshermanosmayores.Tina,BillyyMathewJr.En la siguiente página aparecían los tres chicos muy guapos y
tranquilos, para una foto más allá mostrarlos en medio de algunatravesura,conunMathewllenodeharinayunaenormesonrisaenlacara.—Parecenmuyfelices.—Mimadre siempre supo encontrar a la pareja adecuada—comentó
mientras pasaba la página—, talento que tú has heredado y me alegromucho.—Notanto...
Jacksonrió.—Connosotroslohiciste.—PasólapáginaymostróunafotodeJack
con un hombre muy parecido a él, los dos jóvenes y felices—. MihermanoThomas—explicó—,tambiénloconoces.EselmejoramigodelbrutodeNoah—comentómientrasseñalabaalosotrosniñosdelafoto—.Sushijos.Dylanesadoptado,EriceshijodeJuliayahoratienenaJackySam. —En los ojos del elfo surgió una chispa de emoción que Nickdetectó.De algunamanera, habíahecho laspaces con supasado, con suhermano, ahora que él mismo tenía a Alvina—. Y aquí nosotros, connuestro pequeño bebé—señaló la foto de la ecografía—.He dejado unespacioparaponerlafotodenuestrahijacuandonazca.SabrinarioenternecidayabrazóaJack.—Esunregalomaravilloso,Jack.Elhombrecilloseencogiódehombros.—Hemospuestofotosdetodaslaspersonasalasquehasayudadodesde
queteconvertisteenlaSeñoraK—comentó,señalandovariosrostrosdealmas perdidas—, todos han encontrado el amor y su camino. TambiénhayfotosespecialesdeNick,peroesasmejorlasvesenprivado.—¡Jack!—loregañóNick.Sumanoderechaleguiñóunojodivertido,
hecho que no dejó de sorprenderlo. Había perdido gran parte de surigidez.DebíaagradeceraAlvina.Dedicóunamiradadegratitudalaelfa,queseacurrucójuntoasumarido.—Creoquelasverémástarde,haycosasqueesmejornocompartir—
comentóburlonasuesposa.Todosrieronasualrededorcelebrandoelamor,losbuenosmomentos,
la compañía. Habían formado juntos una extraña familia, una familiadiferente. Aquellos que los vieran descubrirían tan solo a un grupodisfrutandodelhechodeestarjuntos,delosbuenosrecuerdos.Nicksabíalaverdad.Eraunhombreafortunado,unhombrerico.Enamor,enrisas,ensueñoshechosrealidadynadateníaquevercon
quiéneraél,sinoconquiéneseranellos.PorquesihabíaunacosaclaraeraquelaNavidadnoeraSantaClauso
unafechadelcalendario.LaNavidaderaunaemoción,unsentimiento,unactodesinteresadodeamor.LaNavidadera,habíasidoysiempresería,unmilagro.