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CISMA N º 5 2º año 2014 1 Figueredo Benzaquen, Júlia (2014) “UNITIERRA: Una Universidad de los Movimientos Sociales”, CISMA, Revista del Centro Telúrico de Investigaciones Teóricas. (5). 2º año. 1-27. UNITIERRA: Una Universidad de los Movimientos Sociales A university of social movements Júlia Figueredo Benzaquen Resumen Abstract La pregunta que tratamos de responder en este artículo es si la Universidad de la Tierra (Unitierra) en Chiapas – México, es un espacio de educación no formal decolonial y de emergencia emancipadora. Una experiencia decolonial y emancipadora es la que reacciona a la colonialidad vigente y constituye utopías realistas. Dentro de la educación esto significa apostar en "otra educación". La Unitierra constituye una comunidad educativa que busca la resistencia y transformación social. La Unitierra está vinculada con la lucha del Movimiento Zapatista. Para reflexionar sobre esta experiencia, hemos adoptado como técnicas de elección como colección de datos la observación participante y entrevistas semi-estructuradas. El análisis se realizó a partir de la descripción interpretativa del contexto, de la historia y de la estructura de funcionamiento de la iniciativa. Se concluye que la Unitierra se configura como una experiencia decolonial y emancipadora, a partir de las prácticas, saberes y agentes que apoyan a esta idea. The question we try to answer in this article is whether the Universidad de la Tierra (Unitierra) in Chiapas - Mexico is a non- formal education of decolonial and emancipatory emergency. An experience decolonial and emancipatory is responsive to react coloniality and constitutes realistic utopias. Within education it means invest in "other education". The Unitierra constitutes an educational community that seeks resistance and social transformation. The Unitierra is linked with the struggle of the Zapatista Movement. To reflect on this experience, I adopted as techniques of data collection participant observation and semi-structured interviews. The analysis was made from the interpretive description of the contex, the history and structure of operation of the initiative. To say that the Unitierra is configured as decolonial and emancipatory experience I nominate practices, knowledge and subjects supporting this idea. Palabras claves Educación Decolonialidad Sociología de las Emergencias Universidad Movimiento Zapatista Keywords Education Decoloniality Sociology of University The Zapatista El artículo presenta los resultados parciales de la tesis defendida en marzo de 2012, que se titula “Universidades de los Movimientos Sociales: apuestas en saberes, prácticas y sujetos decoloniales”. La investigación tuvo el financiamiento de la CAPES (Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nivel Superior del gobierno brasileño). El Profesor Doctor Boaventura de Sousa Santos y la Profesora Doctora Maria Paula Meneses eran los asesores de la investigación. Universidad Federal Rural de Pernambuco (UFRPE), Recife – Brasil, Profesora Doctora. E-mail: [email protected]. RECIBIDO: 4/06/2014; ACEPTADO: 8/09/2104

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    Figueredo Benzaquen, Jlia (2014) UNITIERRA: Una Universidad de los Movimientos Sociales, CISMA, Revista del Centro Telrico de Investigaciones Tericas. (5). 2 ao. 1-27.

    UUNNIITTIIEERRRRAA:: UUnnaa UUnniivveerrssiiddaadd ddee llooss MMoovviimmiieennttooss SSoocciiaalleess

    A university of social movements

    Jlia Figueredo Benzaquen

    RReessuummeenn AAbbssttrraacctt La pregunta que tratamos de responder en este artculo es si la Universidad de la Tierra (Unitierra) en Chiapas Mxico, es un espacio de educacin no formal decolonial y de emergencia emancipadora. Una experiencia decolonial y emancipadora es la que reacciona a la colonialidad vigente y constituye utopas realistas. Dentro de la educacin esto significa apostar en "otra educacin". La Unitierra constituye una comunidad educativa que busca la resistencia y transformacin social. La Unitierra est vinculada con la lucha del Movimiento Zapatista. Para reflexionar sobre esta experiencia, hemos adoptado como tcnicas de eleccin como coleccin de datos la observacin participante y entrevistas semi-estructuradas. El anlisis se realiz a partir de la descripcin interpretativa del contexto, de la historia y de la estructura de funcionamiento de la iniciativa. Se concluye que la Unitierra se configura como una experiencia decolonial y emancipadora, a partir de las prcticas, saberes y agentes que apoyan a esta idea.

    The question we try to answer in this article is whether the Universidad de la Tierra (Unitierra) in Chiapas - Mexico is a non-formal education of decolonial and emancipatory emergency. An experience decolonial and emancipatory is responsive to react coloniality and constitutes realistic utopias. Within education it means invest in "other education". The Unitierra constitutes an educational community that seeks resistance and social transformation. The Unitierra is linked with the struggle of the Zapatista Movement. To reflect on this experience, I adopted as techniques of data collection participant observation and semi-structured interviews. The analysis was made from the interpretive description of the contex, the history and structure of operation of the initiative. To say that the Unitierra is configured as decolonial and emancipatory experience I nominate practices, knowledge and subjects supporting this idea.

    PPaallaabbrraass ccllaavveess

    Educacin Decolonialidad Sociologa de las

    Emergencias

    Universidad Movimiento Zapatista

    KKeeyywwoorrddss Education Decoloniality Sociology of University The Zapatista

    El artculo presenta los resultados parciales de la tesis defendida en marzo de 2012, que se titula Universidades de los Movimientos Sociales: apuestas en saberes, prcticas y sujetos decoloniales. La investigacin tuvo el financiamiento de la CAPES (Coordenao de Aperfeioamento de Pessoal de Nivel Superior del gobierno brasileo). El Profesor Doctor Boaventura de Sousa Santos y la Profesora Doctora Maria Paula Meneses eran los asesores de la investigacin. Universidad Federal Rural de Pernambuco (UFRPE), Recife Brasil, Profesora Doctora. E-mail: [email protected].

    RECIBIDO: 4/06/2014; ACEPTADO: 8/09/2104

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    Emergencies movement

    I. PRESENTACIN

    En Amrica Latina, nos encontramos con una diversidad de

    experiencias y una proliferacin de prcticas de educacin popular en Amrica Latina. Estas experiencias han surgido de la necesidad de que los movimientos sociales fomenten nuevos espacios de produccin y difusin de saberes. Y es a ese conjunto de nuevos espacios que empezaron a denominar universidad, sealando de ese modo una apropiacin y reinterpretacin de lo que se considera tradicionalmente con ese nombre. Este artculo pretende analizar la Universidad de la Tierra (Unitierra) en Chiapas Mxico.

    La primera seccin del texto est dedicada a explicar lo que comprendemos por investigacin decolonial y por Sociologa de las Emergencias. La discusin es una gua: son los puntos de partida bsicos tericos y empricos que dan pistas sobre el curso del estudio, es decir, son fundamentos metodolgicos y, en este sentido, son las teoras que guan. Luego se discute el concepto de educacin, por lo que nos detendremos en las teoras de Ivn Illich y de la educacin popular. Esta discusin terica es esencial para comprender hasta qu punto la Unitierra se caracteriza como otra educacin. De all pasaremos a describir la metodologa de investigacin, es decir, las medidas adoptadas para captar la realidad y analizarla.

    La cuarta seccin del texto establece el contexto en el que la Unitierra se inserta. El Movimiento Zapatista es el fondo principal de esta experiencia educativa. Despus de localizar la experiencia, contamos la historia de Unitierra y luego se analiza su estructura y su funcionamiento.

    Concluimos el texto con el encuentro de la teora y de la parte emprica. El anlisis seala cmo la Unitierra forma parte de una otra educacin, y explica cmo la experiencia de la Unitierra es decolonial y de emergencia emancipadora, a travs del anlisis de los saberes, de las prcticas y de los sujetos involucrados.

    II. TEORAS QUE GUAN 1. Una investigacin decolonial

    Los tericos decoloniales proponen una reestructuracin, decolonizacin o postoccidentalizacin de las ciencias sociales. El primer paso, por lo tanto, es reconocer y evidenciar que los trabajos cientficos son producidos por un cuerpo poltico del conocimiento,

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    no pudiendo haber, en consecuencia, pretensin de neutralidad. Todo el conocimiento posible se encuentra incorporado, encarnado en sujeto y atravesados por contradicciones sociales, vinculados a luchas concretas, enraizados en puntos especficos de observacin y no en un punto cero (Castro Gmez y Grosfoguel, 2007).

    La colonialidad, as nombrada por Quijano (2002), enfatiza la continuidad entre el tiempo colonial y el tiempo postcolonial. La modernidad desenvuelve un mito irracional, un justificante de la violencia genocida, que est oculto. La colonialidad es la faz oculta de la modernidad. El concepto de colonialidad evidencia que las relaciones coloniales no se limitan al dominio econmico-poltico y jurdico-administrativo de los centros bajo las periferias, sino que tambin abarcan una dimensin epistmica y cultural de ese dominio.

    La colonialidad opera en tres niveles: la colonialidad del poder o la colonialidad de la economa, de la poltica y de las instituciones; la colonialidad del saber que se encuentra en los niveles epistmico, filosfico, cientfico y en la relacin lengua-conocimiento; y la colonialidad del ser que opera en la subjetividad, en el control de la sexualidad, en los papeles atribuidos.

    La idea de colonialidad supone la imposicin de un sistema de clasificacin jerrquica de conocimientos, espacios y personas. La colonialidad del saber es lo que permite deslegitimar unos saberes y legitimar la supuesta supremaca y superioridad de otros. Son superiores los saberes de quien est en un lugar ms alto en la escala jerrquica de la colonialidad. Es un concepto que est muy cerca del concepto de eurocentrismo. De esa manera, se cuestiona la supuesta superioridad de un saber con relacin a tantos otros.

    La colonialidad del ser es un concepto desarrollado por Maldonado Torres (2008) a partir de Quijano, Levinas, Fanon y otros filsofos. Quijano (2002) discute cmo a travs del ejercicio del poder surgen categoras que identifican los sujetos, como por ejemplo, las categoras de europeos, indgenas y negros. El autor demuestra cmo el poder naturaliza esas categoras, haciendo que algunas sean superiores y otras inferiores. Maldonado Torres (2008) dice que un ser colonizado fue violentamente separado del ser pensado en Europa, un ser colonizado que se ve como inferior.

    La perspectiva decolonial, adems de ser un proyecto intelectual crtico, es un proyecto poltico. La teora decolonial, que exige la explicitacin del lugar de enunciacin del investigador, busca estar en sintona con la perspectiva del colonizado, del oprimido. As piensa en alternativas, en lo que la modernidad excluy o puso al margen. De esa manera, es posible dar relieve a temticas y sujetos que fueron invisibilizados, por no encajar en una

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    lgica eurocntrica. As, adems de decolonial, este es un trabajo de Sociologa de la Emergencia que pone en relieve las posibilidades de reaccin a la colonialidad imperante.

    2. Una Sociologa de las Emergencias Santos (2002) defiende que el paradigma epistemolgico

    emergente, o el marco de una teora crtica eficaz, designado como conocimiento prudente para una vida decente, necesita identificar y valorar lo que el canon moderno, o la colonialidad del saber, margin, suprimi y subvirti.

    La Sociologa de las Ausencias hace una arqueologa del presente, convirtiendo ausencias en presencias. La Sociologa de las Emergencias contrae el futuro al convertir prcticas que, en una Sociologa guiada por una razn indolente, seran imaginables slo en un futuro lejano, pero que sin embargo son vividas en la actualidad. Son posibilidades concretas. La Sociologa de las Emergencias sustituye el vaco del futuro por un futuro de posibilidades plurales y concretas, utpicas y realistas, que se construyen en el presente a travs de las actividades de cuidado. La Sociologa de las Ausencias evidencia las alternativas disponibles; ya la Sociologa de las Emergencias, evidencia las alternativas posibles (Santos, 2006).

    Respecto a este artculo, el mismo pretende ser una Sociologa de las Emergencias, o sea, estar atento a las posibilidades de transformacin social, concretas y plurales, utpicas y realistas (Santos, 2006). Es un trabajo sobre cmo el mundo puede enriquecerse a travs de la ampliacin de saberes, prcticas y agentes.

    Existen diversas concepciones de universidad propuestas por los movimientos sociales, que no se encuadran en la perspectiva de universidad occidental. Es muy interesante percibir como aquellos que no tuvieron acceso a la universidad convencional, interpretan y/o subvierten, a travs de propuestas prcticas, un trmino fuertemente congelado en el imaginario de las lites. La intencin es analizar ms de cerca una de estas experiencias: la Unitierra en Chiapas - Mxico.

    III. OTRA EDUCACIN

    El trmino educacin cubre un universo que va ms all del escolar. La escuela es una institucin con un rol central en la formacin de las personas que pasan por ella. Sin embargo, hay otras instituciones educativas ms all de las legitimadas por el Estado-nacin. Tericamente podemos distinguir entre la educacin formal, no formal e informal.

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    La educacin formal se refiere al tipo de enseanza estructurada con una secuencia propia y proporcionada por las escuelas, mientras que la designacin educacin informal abarca todas las posibilidades educativas en el curso de la vida, lo que constituye un proceso continuo y no organizado. Por ltimo, la educacin no formal, que si bien tambin se ajusta a una estructura y una organizacin (distinta de la escolar) y puede conducir a la certificacin (incluso si ese no es el fin), difiere de la educacin formal pues no establece tiempos y lugares fijos y tiene flexibilidad en la adaptacin de los contenidos de aprendizaje para cada grupo especfico. (Afonso, 1989:88)1.

    La estructura que caracteriza a la educacin no formal no indica que no haya una formalidad y una intencin. Estas condiciones estn presentes, pero de una manera diferente que en la escuela. Las entidades, asociaciones, organizaciones y grupos ya sea religiosa, pblica u organizada por la sociedad civil que trabajan con la educacin, de una forma diferente de la actuacin escolar institucionalizada, son ejemplos de agentes de la educacin no formal. Los valores sociales y la disciplina interna de las instituciones de educacin no formal pueden ser an ms estrictas que los de la educacin formal, pero se basan en el consenso interno y voluntario.

    Vale destacar aqu el hecho de que Illich (2007) hace crticas radicales a la educacin formal. La tesis principal del autor es que la escuela, por perpetuar el status quo, debe ser abolida. Illich va ms all que los tericos reproductivistas de la educacin escolar, como Althusser (1996), afirmando que no es suficiente recrear la forma y el contenido de la educacin sino que se debe abolir la escuela por completo y proponer otras formas de educacin.

    Illich y los autores decoloniales tambin hacen una fuerte crtica a la modernidad. La violencia con que la modernidad se ha impuesto est oculta en los discursos oficiales. De esta manera, el papel de la escuela es el de reproducir y perpetuar los discursos oficiales donde la modernidad aparece como verdad nica. La idea de progreso y desarrollo son ejemplos de conceptos totalizadores de la modernidad que homogenizan las diversas realidades, etiquetando desde un referencial eurocntrico muchas comunidades que, desde esa perspectiva, se califican de retrasadas.

    1 Traduccin del portugus para el espaol de la autora.

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    En relacin a eso Illich habla de la escuela como la iglesia de hoy, en el sentido de ser una institucin de adoctrinamiento y la nica manera de lograr un progreso, es decir, la salvacin. Para el autor no es slo la educacin la que est escolarizada, sino toda la sociedad. En este sentido, actualmente no se confa en cualquier cosa que no sea educada, es decir, que no obedezca a las reglas de las instituciones modernas o que no tenga una garanta del Estado. Por lo tanto, la principal crtica realizada por Illich se refiere a la institucionalizacin que limita las autonomas. Segn el autor, las instituciones son responsables de obstaculizar la autonoma de los seres humanos y de tener la intencin de predecir y de manipular toda la realidad.

    Illich (2007) explica como la libertad individual de eleccin sobre lo que se quiere aprender se ve obstaculizada y definida por una institucin. En este punto, el autor puede ser acusado de individualista, mientras que el contenido de aprendizaje no puede ser definido exclusivamente por una institucin moderna-colonial, ni siquiera por el individuo solo. Sin embargo, en su libro La sociedad desescolarizada, l describe formas educativas que podran sustituir la escuela, en que lo que uno debe aprender es algo construido por el individuo junto con la comunidad a la que pertenece y que sirva al bienestar de la sociedad.

    Illich inspir tericos de la educacin popular, pero la gran referencia en este tema es Paulo Freire (2002). Para Freire (2002), la educacin popular tiene un ideal de transformacin social que se puede aplicar tanto en las instituciones formales de educacin como en las no formales. El concepto de educacin popular est estrechamente relacionado con su meta explcita poltica de transformacin social, lo que lleva a que el educador popular est muy cerca del papel de un activista. La educacin popular establece relaciones horizontales y se centra en la realidad histrica concreta. Su metodologa tiene el objetivo de ser democrtica y participativa, permitiendo el cuestionamiento, la investigacin y la problematizacin. El contenido de la educacin popular considera el conocimiento acumulado por cada sujeto de la accin y lo que histricamente se ha producido desde un punto de vista dialctico y de forma contextualizada (Freire, 2002).

    El adjetivo popular que se le agrega a la palabra educacin no quiere decir que es una educacin para la gente o es la educacin del pueblo. Aqu se habla, ms precisamente, de una construccin con el pueblo de prcticas liberadoras. La educacin liberadora condena las lgicas excluyentes del sistema capitalista. De all, que Paulo Freire (2002) nombra a su pedagoga de pedagoga de la liberacin.

    Boaventura de Sousa Santos logr avanzar en un punto central de la educacin popular, explicando lo que no haba hecho

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    Paulo Freire en su tiempo, que es la intertematicidad. El trabajo de traduccin intercultural reinventa la metodologa de Freire, sin oponerse a l. La traduccin es lo que hace que las diferentes luchas sean mutuamente inteligibles y permite a los actores colectivos hablen sobre las opresiones a que resisten y de las aspiraciones que los animan (Santos, 2006).

    En este sentido surge el concepto de interculturalidad, que es fundamental en las prcticas educativas de los movimientos sociales.

    Mientras que el multiculturalismo sostiene la produccin y administracin de la diferencia dentro del orden nacional, volvindola funcional a la expansin del neoliberalismo (Muyolema, 2001), la interculturalidad pensada desde lo indgena (y ms recientemente desde lo afro) apunta a cambios radicales a este orden. La meta no es simplemente reconocer, tolerar ni tampoco incorporar lo diferente dentro de la matriz y estructuras establecidas. Ms bien, es implosionar desde la diferencia en las estructuras coloniales del poder, del saber y del ser como reto, propuesta, proceso y proyecto; es hacer reconceptualizar y re-fundar estructuras sociales, epistmicas y de existencias que ponen en escena y en relacin equitativa lgicas, prcticas y modos culturales diversos de pensar y vivir. Por eso la interculturalidad no es un hecho dado, sino algo en permanente camino y construccin (Walsh, 2006: 34-35).

    Catherine Walsh (2006) considera que el concepto de interculturalidad va ms all de la idea de interrelacin o comunicacin. Interculturalidad indica los procesos de construccin de los pensamientos, las voces, las prcticas y otros poderes sociales; otra forma de pensar y actuar en relacin a la modernidad y contra la colonialidad. As, para la autora, la interculturalidad y la decolonizacin son procesos entrelazados de lucha continua.

    Hay una pluralidad de pedagogas alternativas, u otras formas de educacin que no son la escolar. La teora de la educacin popular de Paulo Freire es una enorme contribucin a los estudios sistemticos de estas otras pedagogas en Latino Amrica. En la Unitierra, Ivan Illich es una gran referencia, pero no es la nica luz. Las ideas y los textos de Anbal Quijano, de Walter Mignolo, de Edgar Morin, de Gonzlez Casanova, de Imanuel Wallerstein, de Catherine Walsh, de Boaventura de Sousa Santos, entre otros, son ledos y debatidos, y muchas de sus ideas se ponen en prctica. La

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    Unitierra es profundamente freiriana, pues busca la educacin liberadora, y es en la Unitierra donde la interculturalidad est en el centro de su prctica pedaggica.

    IV. METODOLOGA

    La seleccin de conceptos para realizar esta investigacin surgi de las caractersticas de la realidad por investigar y no el acomodamiento de la realidad a ser investigada por el contenido de los conceptos. La metodologa de esta investigacin est estrechamente relacionada con las teoras que guan el trabajo, es decir, la de una metodologa decolonial y una sociologa de las emergencias. Esta investigacin tiene como objetivo hacer una crtica a la ciencia eurocntrica, a travs de una perspectiva decolonial que ve a la ciencia como un saber construido por sujetos de conocimiento epistemolgicamente situados. Esta es una obra de Sociologa de las Ausencias y Emergencias por la que se hizo en relieve las posibilidades de reaccin al colonialismo imperante. En este sentido, la investigacin parte desde la perspectiva de la defensa de los oprimidos.

    Indicar los lmites de la metodologa proporciona una mejor comprensin del alcance de la investigacin. Por lo tanto, tenemos que indicar que el trabajo no tiene una mirada total de la realidad, y que lo que se intenta es que estemos atentos a la solicitud que hace el Subcomandante Marcos:

    No les pedimos humildad (aunque creo que a ms de uno no le vendra mal recibir un taller sobre el tema), sino honestidad. La mirada de ustedes, cientficos sociales, intelectuales, tericos, analistas, artistas, es una ventana para que otras, otros, nos miren. Por lo regular no se es consciente de que esa ventana est mostrando slo una pequea parte de la gran casa del zapatismo, as que no vendra mal advertrselo a quienes nos miran a travs del suyo. (Marcos, 2009.a: 277).

    La conciencia de los lmites de la ciencia lleva a cientficos sociales, como Pablo Gonzlez Casanova (2007), a advertir sobre la necesidad de que la investigacin social parta de los intereses de los involucrados y no del escritorio de un intelectual. l habla sobre el ejemplo del antroplogo Andrs Aubry que, cuando lleg a un espacio zapatista, fue a explicar los problemas que quera investigar y las contrapartes locales dijeron: No, no, perdn... pero los problemas los ponemos nosotros (Casanova, 2007: 293). Aubry se

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    emocion con esta nueva antropologa en la que el investigado es el investigador, el actor, el hacedor, el que piensa.

    As, para una investigacin verdaderamente decolonial, lo mejor sera un trabajo de co-labor:

    () la co-labor desde la definicin de los objetivos del proyecto hasta el anlisis final, as como la redaccin en coautora () parte de la construccin de una agenda compartida que pretendi beneficiar de manera diferencial, pero igualmente importante, a las partes involucradas (Leyva e Speed, 2008).

    Lamentablemente, no fue posible partir de preguntas de los sujetos investigados ni realizar una investigacin de co-labor, aunque este fuera nuestro deseo. As, en la medida de lo posible, hemos buscado respetar los sujetos de investigacin y construir un anlisis que sea original y til no slo para la academia, como tambin para los sujetos investigados.

    Esta investigacin fue un estudio de caso. Stake (1995), distingue entre el estudio de caso intrnseco e instrumental. Se realiza un estudio de caso intrnseco cuando hay un inters de aprender ms acerca de un caso concreto. En el estudio de caso instrumental, un caso particular es examinado para promover ms informacin sobre un tema, o para refinar una teora. En otros trminos, el caso tiene un papel de apoyo para facilitar la comprensin de algo ms. El anlisis de la Unitierra ser un estudio de caso instrumental, con el fin de comprender mejor las universidades de los movimientos sociales en general.

    Estuvimos apenas los meses de junio y julio de 2010 en la ciudad donde est la Unitierra, San Cristbal de las Casas. Llegar a San Cristbal fue llegar a un nuevo mundo. A pesar de haber estudiado el espaol y tener un razonable dominio de la lengua, no es fcil expresarse en otro idioma que no sea el propio. Existe una fuerte presencia de varias lenguas indgenas (tzeltal y tzotzil, principalmente) de las cuales no tenemos conocimiento de su uso. Adems de tratarse de una cultura diferente, necesitbamos entender la historia reciente de Mxico. Ms especficamente la historia del neozapatismo, que est tan presente en esta ciudad. Libros, pelculas y amigos nos ha ayudado en esta tarea.

    Las tcnicas de investigacin utilizadas fueron la observacin participante y la entrevista semi-estructurada. La observacin participante se hizo en la medida que estuvimos inmersos, en lo posible, en el desarrollo de dichas actividades. Durante la observacin, siempre estbamos hablando informalmente con los involucrados. Estas conversaciones fueron registradas en el diario de

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    campo y las utilizamos aqu. Adems, llevamos a cabo algunas entrevistas. Las entrevistas tuvieron un guion bsico, que fue adaptado a los casos especficos. No se pudo grabar todas las entrevistas, debido al no consentimiento de algunos de los entrevistados. Sin embargo, todas las entrevistas fueron registradas en el diario de campo.

    Las fuentes sobre las que escribo en este trabajo se basan en nuestra participacin en actividades de la Unitierra, la observacin de la vida cotidiana de la misma; plticas con los participantes de ese nuevo espacio educativo, lecturas y pelculas. Una de las principales limitaciones del trabajo es que no hemos experimentado un tiempo mayor en las comunidades indgenas. El Dr. Raymundo, el coordinador de la Unitierra, nos dijo que para conocerla de manera precisa es necesario vivir un tiempo en una comunidad indgena, porque ah radica la razn del por qu, del para qu y de cmo funciona la universidad. Por lo tanto, lo que escribimos est limitado a la posibilidad y capacidad de observacin que tuvimos.

    V. UNITIERRA 1. Contexto

    Es importante decir que las condiciones de despojo material y de destruccin cultural de la poblacin indgena del Mxico, y ms especficamente de Chiapas, se dieron desde la conquista. El contexto que se describe se refiere al histrico reciente, especficamente sobre el zapatismo, movimiento poltico esencial para comprender la Unitierra.

    El estado de Chiapas es una regin de grandes desigualdades sociales. Adems de la desigualdad estructural, un conjunto de factores fue convirtiendo poco a poco la indignacin en rebelda. El fraude electoral en 1988, en la que el candidato popular Cuauhtmoc Crdenas perdi, signific para los mexicanos el principio del fin de la creencia que an permanece en la posibilidad de transformacin social a travs de las urnas. En este perodo tambin ocurri la cada de los precios del caf, importante mercanca de la regin, y epidemias de mononucleosis y otras enfermedades. Tambin hubo una incursin fallida del ejrcito federal en el paraje, denominado El Bosque, con la excusa de la lucha contra el cultivo de marihuana, lo que hizo que los indgenas se dieran cuenta de que el ejrcito no era invencible. Otro factor fue una fuerte ofensiva de las fuerzas paramilitares con una ola de asesinatos de la poblacin pobre (Ouvia, 2007).

    En 1994, Salinas de Gortari (presidente electo en 1988) celebra la incorporacin de Mxico al Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte (TLCAN). El TLC prev la desregulacin de los

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    mercados y la privatizacin de empresas pblicas, de la educacin, de la salud y de bienes comunes, dando mayor poder a las empresas transnacionales. Mientras tanto, miles de indgenas, con sus rostros cubiertos, han tomado las principales ciudades del estado de Chiapas con el grito de Ya Basta.

    Pero esta indignacin no se convertira en el Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional (EZLN), si no fuese por un pequeo grupo revolucionario que haba llegado a la Selva Lacandona en 1983. El grupo tena el objetivo de crear conciencia en las comunidades indgenas y proporcionar formacin a los que optaban por la lucha armada. A medida que conocen las poblaciones locales, el grupo descubre que los indgenas estaban muy lejos de esperar un salvador, ellos tenan una tradicin de lucha colectiva muy fuerte (Ouvia, 2007).

    El movimiento zapatista tiene una gran influencia de la cosmovisin indgena. Jan de Vos (2001), habla de la larga resistencia indgena anticolonial, que fue siempre activa. Una resistencia que iba desde la insubordinacin annima y subterrnea, hasta la confrontacin abierta. En la dcada de 1970 y 1980 existe una creciente politizacin de los grupos indgenas en Chiapas. En 1974 fue el Congreso Nacional Indgena (CNI), que reuni por primera vez en los tiempos recientes a los pueblos de la regin.

    Adems de la cosmovisin indgena, la Revolucin Mexicana de 1910 fue otra influencia importante para el nuevo movimiento zapatista, como lo seala el nombre del movimiento. Emiliano Zapata, lder de una de las tendencias polticas populares de la Revolucin de 1910, propuso una nueva forma de enfrentarse al poder de los polticos y de los terratenientes. El lema de (la Revolucin de) los zapatistas de aquel entonces fue Tierra y Libertad. La Comuna de Morelos, lugar de origen de Emiliano Zapata, uno de los logros de la Revolucin, tena un alto grado de autonoma y capacidad de toma de decisiones en relacin con las reas municipales y distritales. Fue una regin autnoma, gobernada por el pueblo a travs de leyes revolucionarias y medidas propias de educacin, salud, comunicacin y produccin (Ouvia, 2007).

    Otra influencia del movimiento zapatista, a travs de muchos de los catequistas que se unieron a la causa, fue la Teologa de la Liberacin. La relacin entre religin indgena y cristiana remonta a la poca colonial. El primer obispo de San Cristbal de las Casas fue Bartolom de las Casas, quien jug un papel crucial en la defensa de los indgenas. La importancia de Fray Bartolom en Chiapas se expresa en el apellido de la ciudad de San Cristbal. El nombre del Fray tambin aparece en muchos de los espacios que estn a favor de las luchas indgenas.

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    Segn el Dr. Raymundo: la referencia a Bartolom de las Casas se refiere a algo duradero e inspirado por Don Samuel. El obispo Don Samuel Ruiz fue obispo de San Cristbal desde 1960 hasta 2000 y tuvo una accin poltica muy fuerte. En Chiapas, la Teologa de la Liberacin, a travs de Don Samuel Ruiz, signific la revalorizacin de las culturas antiguas de los pueblos indgenas, la difusin del evangelio y de los ideales igualitarios.

    Con estas influencias clave la cosmovisin indgena, la revolucin mexicana y la teologa de la liberacin los zapatistas han formulado sus principios. A pesar de aparecer al pblico por primera vez como una organizacin armada, ellos esperan que su estructura militar tienda a disolverse tan pronto como sea posible, en formas ms democrticas de organizacin. Los zapatistas no estn destinados, al igual que otras guerrillas de Amrica Latina, a tomar el poder pero pretenden avanzar en una solucin pacfica basada en el dilogo.

    Probablemente el ms conocido lema de los zapatistas es la lucha por Un mundo donde quepan muchos mundos. El movimiento aspira a ser capaz de convocar a una multitud de experiencias que tengan caractersticas comunes que permitan la articulacin en los niveles locales, nacionales e internacionales. La lucha es obtener el derecho a estar juntos con los dems, sin dejar de ser diferente.

    En consecuencia, vale la pena reflexionar sobre el lema zapatista Para todos todo, nada para nosotros, que se dirige desde un espacio concreto (Chiapas) para todos los oprimidos de Mxico y del mundo. Tiene una vocacin universal pero sin ser hegemonizantes o totalitarios. Los zapatistas no estn pidiendo nada para ellos como actores particulares, debido a que sus demandas y reivindicaciones son las mismas de los que resisten a diario, en muchos sentidos, a la barbarie capitalista (Ouvia, 2007). El Subcomandante Marcos ha dicho que el indio quiere ser mexicano pero sin dejar de ser indgena, quiere un Mxico donde pueda ser reconocido y escuchado. Es universal, no a pesar de su propia identidad indgena, sino a causa de sta (Le Bot, 1997: 22).

    Desde 1994, hasta la actualidad el movimiento zapatista ha pasado por varias fases, que se pueden entender a travs de sus demandas expresadas en seis diferentes declaraciones de la Selva Lacandona y tambin en otros comunicados. En agosto de 2003, los zapatistas anuncian el nacimiento de los cinco Caracoles y la creacin de las Juntas de Buen Gobierno.

    Los Caracoles son espacios que organizan y garantizan la autonoma de los territorios zapatistas. As, por ejemplo, la educacin es totalmente autnoma, es decir, independiente del Estado, siguiendo un currculo, metodologa y estructura propios,

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    desarrollados por los promotores de educacin que son de las mismas comunidades en resistencia. La salud autnoma combina la medicina occidental y la sabidura de los pueblos indgenas. En los Caracoles se promueve la produccin cooperativa, la proteccin del medio ambiente a travs de los promotores de agroecologa y la lucha por otro tipo de comunicacin como, por ejemplo, a travs de radios libres.

    Con la Sexta Declaracin de la Selva Lacandona, en junio de 2005 naci la Otra Campaa. El objetivo es lograr la unidad de los diversos movimientos particulares que buscan otra forma de organizarse desde abajo y lograr as una campaa nacional para construir otra forma de hacer poltica, un programa de lucha nacional y de izquierda. Cientos de organizaciones, grupos y movimientos se adhirieron a la Sexta Declaracin y participaron, en igualdad de condiciones, de su planificacin y realizacin, juntamente con el movimiento zapatista.

    2. Historia de la Unitierra El Centro Indgena de Capacitacin Integral Fray Bartolom

    de las Casas (CIDECI las Casas), como es ms conocida la Unitierra, tiene una profunda solidaridad con las comunidades en resistencia. En la Unitierra la ayuda es solicitada por las comunidades indgenas, zapatistas y no zapatistas, y la Unitierra tambin va a los Caracoles zapatistas y a las comunidades para ofrecer ayuda.

    Ya en 1983, bajo la tutela del Estado, muchos de los actuales maestros de la Unitierra desarrollaban actividades dirigidas a la poblacin indgena. Por varios desacuerdos con el gobierno, en 1989 la organizacin se independiza del Estado. El obispo Don Samuel Ruiz reconoce la importancia del trabajo, por lo que apoya e inspira la creacin del CIDECI. La primera estructura fsica del CIDECI perteneca a la orden de la iglesia de los Salesianos. El CIDECI surgi como un espacio abierto, especialmente para los jvenes indgenas que no tenan acceso a la escuela o la haban abandonado. De all que empezara a ofrecer la opcin de aprender artes y oficios, independiente de la escolaridad que tuvieran.

    El Dr. Raymundo (Garca, 2009) cuenta que la historia del CIDECI pas por tres etapas: la primera fase, entre 1989 y 1993, se caracteriz por la expansin horizontal, formando una red de centros. En ese momento las actividades se llevaron a cabo en una variedad de lugares dispersos en todo el estado de Chiapas. En 1994 y hasta el ao 2000, con el levantamiento zapatista, el CIDECI entra en otra fase. Por ser muy conocido en las comunidades indgenas, jug un papel en las iniciativas polticas y pacificas de los zapatistas.

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    Cumplimos nuestro papel, fuimos refugio de desplazados, fuimos espacio y animadores, cuando la Convencin Nacional Democrtica y despus cuando los dilogos en San Miguel primero y despus en San Andrs con apoyos muy modestos logsticos y dems que nos fueron solicitados y que aportamos, cuando el Encuentro Intercontinental y luego en los apoyos tambin a la Comisin Nacional de Intermediacin, la CONAI, (), s, todas esas cosas de carcter logstico y dems. Cumplimos ese papel con la modestia de nuestros recursos, la pobreza de nuestros medios (Garca, 2009).

    En los aos siguientes, y hasta el da de hoy, el CIDECI sigue siendo un espacio importante para los zapatistas.

    En el ao 2000, el obispo Don Samuel Ruiz de Chiapas, al cumplir la edad cannica de 75 aos, tuvo que dejar la Dicesis de San Cristbal de las Casas de acuerdo a las reglas de la Iglesia Catlica, pero despus de varios momentos de presin poltica que buscaron la salida del Obispo. Por lo tanto, los Salesianos piden que el CIDECI entregue el espacio de sus actividades. El CIDECI recibe una indemnizacin, ya que desde 1989 hasta 2000, haba construido y mejorado este espacio. Con el dinero de la indemnizacin compraron el espacio donde hoy funcionan.

    La tercera etapa en la historia del CIDECI parte desde el 2000 con su propio espacio y para concebirse como Sistema Indgena-Intercultural de Aprendizajes y Estudios: Abya Yala. Un sistema que es integral, abierto y flexible. Un sistema cuyo centro son las prcticas y los conocimientos de los pueblos indgenas, un sistema basado en la democracia radical donde el conocimiento se produce desde abajo con las fuerzas de la sociedad, dando pasos pequeitos, para recuperar la capacidad de autodeterminacin expropiada por esa hipstasis que es el Estado (Snchez Barraza, 2005).

    As, desde el ao 2000, CIDECI Las Casas, a partir de su historia anterior, va adquiriendo una nueva fisonoma y dinamismo mediante la operacin de varios nuevos componentes, como la formacin en la Universidad de la Tierra Chiapas Ivn Illich, el Centro de Estudios Interculturales R.Pannikkar y R. Fornet-Betencourt y el Centro de Estudios, Informacin y Documentacin Immanuel Wallerstein, entre otros centros. Cada uno de estos centros corresponde a una serie de actividades que desarrolla el CIDECI. Es interesante observar que todos ellos tienen el nombre de alguna persona que por su pensamiento inspir la creacin del Centro. Segn el Dr. Raymundo: Los nombres de los

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    espacios son presencias virtuosas, las cuales los participantes de la Unitierra conocen y estudian. Todos estos Centros tambin poseen un nombre en lengua indgena.

    Uno de la inspiracin y estmulo para el establecimiento de la universidad fue la relacin fraternal del CIDECI con el Dr. Gustavo Esteva, quien es coordinador de la Unitierra Oaxaca. La relacin entre las dos Unitierras es fraternal y no implica ningn tipo de subordinacin. En Oaxaca las actividades son muy diferentes, pero ambas estn inspiradas por Ivn Illich.

    3. Estructura y funcionamiento

    La Unitierra est organizada en cinco sectores: sector granja integrada, talleres tcnicos, talleres de artesanales, sector de nutricin y salud y sector albergue y servicios. Cada sector cuenta con un coordinador. Segn el coordinador general, el Dr. Raymundo, los sectores se materializan en la vida cotidiana: no hay jerarquas, sino ms bien lo que se requiere en cada momento.

    La Unitierra est situada en las afueras de San Cristbal. El espacio es grande, con un hermoso bosque detrs de las instalaciones. Los edificios fueron hechos por los participantes del proyecto, construidos bajo las directivas de la arquitectura verncula, es decir, una arquitectura de la regin, con materiales propios y, sobre todo con el conocimiento local, es decir, sin la ayuda de arquitectos o ingenieros formados en las universidades convencionales.

    En varias salas de estudio se organizan una gran cantidad de libros que constituyen una excelente biblioteca. Tambin hay una pequea editora, que es donde se preparan los textos que se debatirn en los seminarios de los das jueves, las divulgaciones de las actividades abiertas al pblico y que tambin sirve para la produccin de libros.

    La Unitierra tiene un generador propio de energa que forma parte de la lucha por la autonoma. Esa autonoma, la autofinanciacin y la autosuficiencia se han mostrado cada vez ms creciente. El CIDECI tuvo un fuerte apoyo nacional e internacional de algunas Organizaciones No Gubernamentales, pero es evidente que trata de independizarse. Este financiamiento no fue indiscriminado, como ya fue explicado por el Dr. Raymundo: hasta donde se pueda, donde nos puedan entender y no nos pongan condiciones, porque luego t te encuentras solidaridad, pero es una solidaridad digamos condicionada o te doy pero mantienes la legitimidad de este sistema (Garca, 2009) y este tipo de financiamiento interesado nunca fue aceptado.

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    En el sentido de la autonoma, no se cobra nada a los cursantes, pero se les pide que trabajen, contribuyendo as con la comunidad. Sobre la pobreza de recursos, el Dr. Raymundo (Garca, 2009) dice:

    () la pobreza de medios agudiza la imaginacin, este material con el que est hecha esta oficina es material, sus muros son material de desperdicio, lo que aqu llaman costera es con la que el pobre puede levantar una casita precaria. Pero aun con los medios pobres le buscamos el detalle para que el joven o la joven mire como con recursos pobres se puede buscar tambin un espacio que le signifique, si no confort, por lo menos dignidad.

    De acuerdo con el Maestro David, responsable de la Granja Integrada y maestro en el campo agropecuario, muchos de los cursantes son de comunidades base de apoyo zapatista y muchos sern los futuros lderes de estos espacios. Otros cursantes no son de comunidades liberadas, pero s de otras comunidades indgenas o de la periferia de San Cristbal y por estar en la Unitierra, muchos pasan a participar en movimientos sociales.

    Despus de dar esta descripcin general de cmo es y cmo funciona la Unitiera describiremos las actividades abiertas al pblico, en las cuales hemos tenido la oportunidad en participar. El seminario de los jueves es la principal actividad abierta al pblico.

    Despus del almuerzo de los jueves, el CIDECI se prepara para recibir a los visitantes que llegan al seminario. Miguel, el responsable de la estructura fsica de la Unitierra, organiza la clase y ve si todo est en orden. Son organizados los puestos de venta de los libros que ellos editan y de la Otra Campaa. Desde la cocina llega la gran olla de caf y panes calientes.

    El seminario est programado para empezar a las 5 pm, pero siempre se inicia alrededor de 6 pm y este es un momento importante para que la gente llegue, hable, firme la hoja de asistencia, vea los libros, revise los textos a ser discutidos, tome un caf, etc. Cualquiera puede contribuir, de forma voluntaria, con unas pocas monedas para la fabricacin del material (un nmero considerable de textos actuales, con noticias de los medios corporativos, medios de comunicacin libres, los informes de comunidades, textos de grandes acadmicos, entre otros).

    En la sala de seminario podemos ver una gran mesa y sillas hermosas alrededor. Siempre estn presentes muchas personas: de todas las edades, indgenas, universitarios, locales e internacionales. A una persona que haba sido invitada a hacerlo la semana

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    anterior, presenta un resumen de lo que fue ledo en espaol. Otra persona presenta en tzeltal y otra en tzotzil. Es interesante la valorizacin de las lenguas locales. Aunque muchas personas en la sala no comprendan ni el tzeltal y ni el tzotzil, or estas lenguas es un ejercicio importante que hace reflexionar sobre la imposicin de la lengua colonial y alienta a aprender al menos algunas palabras de las lenguas locales.

    Despus de las exposiciones se inicia el debate, que siempre se hace en espaol. Todos estn invitados a participar, pero los que hablan ms son los intelectuales y los extranjeros. Sin embargo, otros tambin se animan a hablar, por ejemplo, un artesano local que hizo un largo discurso valorizando la lengua y la cultura indgena y criticando el sistema capitalista. Cuando este seor termin de hablar, alguien dijo que lo vio como un intelectual.

    Adems de ser un espacio para el anlisis de la coyuntura, es un espacio abierto donde la gente puede exponer sus preocupaciones. Uno jueves, un seor lleg, acompaado de dos amigos, para contar un problema de su comunidad. Es una manera de apropiarse del espacio. l dijo: Perdn si les molesto, pero qu hacemos? Cmo podemos intervenir? No tenemos asesora de nadie, as que estamos aqu pidindoles ayuda.

    Los temas de los debates son muy variados. Las lecturas proporcionan un anlisis de la situacin en espiral, que parte de lo que est ms cerca, con los problemas ms locales, y llega a cuestiones internacionales. Algunos temas recurrentes son: la autonoma (la dura crtica al Estado, las posibilidades de un Estado plurinacional y la autonoma vista como la solucin de los problemas de injerencia del sistema capitalista), la perspectiva indgena, las actividades actuales de resistencia, entre otros.

    En algunos momentos aparecen evaluaciones del seminario que ayudan a caracterizar mejor esta actividad: Los seminarios del jueves son un trabajo de contra-informacin. Los medios de comunicacin hegemnicos repiten mentiras, as que este espacio es importante. Todos los jueves son un montn de hojas, muy pesado, muchas catstrofes. La carga es pesada. Lo que estamos encontrando con las lecturas de los jueves es que falta armona. Lo que buscamos es estar en armona con la naturaleza, entre los seres humanos, en los procesos sociales y econmicos. Es necesario tener un espacio ideolgico para intercambiar ideas. Este espacio nos anima y alimenta nuestra ideologa para nuestra prctica. Aqu es un arma. Un fortalecimiento ideolgico. Hay una diversidad de opiniones. Y de aqu sale como venas para alimentarnos. Aclara donde estn los enemigos. Tenemos que valorar y felicitar a este espacio esta es la lucha.

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    Otra actividad importante es el primer sbado de cada mes. Este es un tiempo dedicado a discutir cuidadosamente la obra de un autor importante para las reflexiones de la Unitierra. Se elige un libro que se lee durante el mes anterior para ser discutido y debatido. En estos seminarios hay un pblico ms acadmico, pero todos estn invitados a asistir. Una persona es responsable de hacer una presentacin del libro y despus ocurre el debate.

    Otro momento para profundizar temas especficos son las conferencias. Las conferencias estn organizadas a partir de dos vas: personas (en su gran mayora acadmicos) que buscan y quieren presentarse en la Unitierra; y tambin la Unitierra que busca e invita a la gente a hablar sobre un tema determinado. Muchos intelectuales prominentes han estado en Unitierra. Algunos intelectuales de la izquierda ven esta oportunidad como una manera de acercarse a una zona zapatista. En las conferencias aparecen ms personas que a los jueves, por eso las conferencias son realizadas en el auditorio. Muchos internacionales y muchas personas de comunidades indgenas cercanas llegan para asistir a las conferencias. Algunas de las conferencias se organizan con colaboradores de la Unitierra, como el CIESAS (Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social).

    Adems de los seminarios de los jueves, el primer sbado del mes y las conferencias, en el espacio de Unitierra se organizan muchas otras reuniones. Un ejemplo fue la realizacin del Encuentro de familiares, colectivos, amigos y organizaciones de presos polticos, celebrado en los das 12 y 13 de junio de 2010. Este fue el primer evento nacional de la campaa Nuestr@s pres@s. Asistieron unas 300 personas de todo el pas. Otro ejemplo de encuentro en que participamos fue una reunin de feministas, que ocurri el 26 de junio, al que asistieron intelectuales, activistas e indgenas. A la reunin estuvieron alrededor de 40 mujeres.

    As, es posible observar que las actividades abiertas al pblico son muy plurales. Adems de los talleres, de los cuales participan los cursantes, hay una variedad de actividades educativas que la universidad ofrece.

    VI. SABERES, PRCTICAS Y SUJETOS DECOLONIAIS Y EMANCIPATORIOS

    Para investigar la Unitierra hicimos tres preguntas bsicas: qu, cmo y para quin; que, respectivamente, son las unidades de anlisis: los saberes, las prcticas y los sujetos. Las unidades de anlisis fueron el lugar donde estaba mirando mi investigacin de campo. Por lo tanto, importa desentraar como se aborda la colonialidad del saber; que adoptan y cmo se configuran las prcticas pedaggicas de la Unitierra que la configura en "otra

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    educacin" mediante la adopcin de prcticas de traduccin intercultural, por ejemplo; y quines son las personas que forman parte de Unitierra y cmo se oponen a la colonialidad del ser. El anlisis se realiz con el fin de entender por qu la Unitierra se considera una universidad.

    Para afirmar que la Unitierra es una universidad de los movimientos sociales, es necesario discutir qu tipo de educacin se aplica en la Unitierra. Hemos visto anteriormente que la misma no es un espacio de educacin formal, ya que no es legitimada por el Estado. Entonces, por qu reclamar el nombre de universidad? Gustavo Esteva, coordinador de la Unitierra Oaxaca, explica por qu: Nosotros llamamos de universidad para rernos del sistema oficial. Nosotros jugamos con sus smbolos2 (Esteva, 2004:12).

    La Universidad de la Tierra no tiene por objeto el reconocimiento oficial del Estado, pero s el reconocimiento de los pueblos indgenas y de las comunidades a que sirven. De esta manera es una educacin no escolar, o no formal. Es una re-significacin de la palabra universidad, que ya no es sinnimo de educacin superior legitimada por el Estado. El Dr. Guillermo Villaseor Garca, un profesor jubilado de la Universidad Autnoma Metropolitana en la Ciudad de Mxico y actual participante Unitierra, me ha dicho:

    Lo que pasa es que las universidades actuales se han apropiado del concepto y se definen en cuanto universidad y todo lo que no sean ellos, dicen que no es universidad. Pero a partir de la autodefinicin, y no de lo que la historia ha marcado como la razn de ser del conocimiento universitario (diario de campo, junio de 2010).

    Y el Dr. Raymundo aade: por qu, si lo que hacemos es tambin la profesionalizacin de ciertas actividades, stas no van a tener tambin el prestigio que dan las universidades?. Esta apropiacin y reinterpretacin del concepto de universidad provoca una profunda reflexin sobre la universidad convencional y sobre cul sea su funcin.

    Es interesante que las tres caractersticas fundamentales de una universidad: docencia, investigacin y difusin, estn presentes en la Unitierra. La enseanza se presenta de muchas maneras diferentes en las distintas actividades: en los talleres, en los seminarios de los jueves y de los sbados, en las conferencias, etc. La difusin se produce en momentos distintos de actividades abiertas al pblico, y tambin a travs de la intensa interaccin que

    2 Traduccin del ingls para el espaol de la autora.

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    existe con las comunidades. Y la investigacin es descrita as por el Dr. Guillermo:

    Hay un tipo de investigacin que se est dando. Los cursantes, como parte de su formacin, tienen que vincularse con alguna comunidad y hacer algn trabajo para la comunidad. Estn haciendo un trabajo de investigacin sobre qu es lo que pide la comunidad?, qu es lo que podemos hacer aqu? Cmo es que podemos elaborar una tecnologa que sea adecuada a lo que se est pidiendo ac y el cmo la vamos a hacer para desarrollarla? No hay investigacin de laboratorio, de ciencias nucleares. Pero hay una verdadera investigacin, una bsqueda para el conocimiento del tipo operativo, a travs de una tecnologa adecuada (diario de campo, junio de 2010).

    Aparte de decir que la Unitierra desarrolla las tres principales actividades de una universidad: la docencia, la investigacin y extensin tambin hay que decir que, muy probablemente, la Unitierra cumple su funcin social mejor que la mayora de las universidades convencionales. Segn Villaseor (2003), con la mercantilizacin actual de las universidades convencionales, su funcin social est en peligro. Sin embargo, la Unitierra tiene una profunda razn de existencia que se relaciona con la transformacin social, lo que la caracteriza como una educacin popular.

    As, en la Unitierra la bsqueda por la transformacin social se inspira en su vnculo con las comunidades indgenas de Chiapas. Y es por eso que es una universidad de la tierra. Cuando decimos de la tierra no es porque pretendamos competir con la globalizacin. No. Lo que queremos hacer es poner los pies en la tierra, respetar la tierra, verla de otra manera y que este proyecto educativo tenga tanto valor aunque est descalzo () (Garca, 2009).

    Segn el Dr. Raymundo, estamos hablando de un proyecto educativo que se configura como una comunidad de comunidades abiertas de aprendizaje, estudio, reflexin y accin articuladas con comunidades indgenas, luchas anticapitalistas y movimientos populares (diario de campo, julio de 2010); en este sentido, es una educacin informal, ya que es un proceso continuo y no organizado. Las personas se ven todos los das, hay una relacin personal, y el funcionamiento de la Unitierra depende de las exigencias de la vida.

    Se trata de una educacin informal pero, sin embargo, hay una estructura y una organizacin propia de la educacin no

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    formal. Un ejemplo es la definicin de quin puede ser cursante. Cada cursante es recomendado por su comunidad y hay un responsable en la comunidad de origen que mantiene el vnculo entre la comunidad y el CIDECI. De acuerdo con el Dr. Guillermo: No cualquiera llega. Para llegar, para poder ser cursante aqu en CIDECI, se requiere que alguna persona relevante en la comunidad lo presente y sea el responsable de l (diario de campo, junio de 2010). Sobre el cmo son enviados por la comunidad, podemos decir que el objetivo est centrado en que hay que aprender para servir a la comunidad de origen, aspecto este defendido por Illich.

    Una vez que los cursantes llegan, rpidamente hacen un primer recorrido por las instalaciones de la Unitierra y eligen los talleres que quieren participar. Esto est en consonancia con los ideales de la autonoma en la educacin defendida por Illich. Estos jvenes se comprometen a pasar un perodo de tiempo en los talleres y luego ensear a sus compaeros lo que aprendieron. Hay un requisito mnimo de frecuentar por lo menos 3 meses los talleres. Sin embargo, el tiempo es flexible y abierto para que se adapte a las necesidades y deseos de las comunidades y de los cursantes.

    La Unitierra tambin ofrece espacios de traduccin intercultural. Los cursantes son jvenes de diferentes comunidades, con idiomas diferentes (en su mayora tzeltales y tzotziles); as que las actividades se caracterizan por ser multilinges y ocurren en su mayora (a excepcin de las actividades abiertas al pblico, donde domina el espaol) en los idiomas locales. Los jvenes aprenden otras lenguas indgenas, adems de la suya propia, y el espaol, all. De esta manera, los cursantes se sienten parte de algo ms grande que su comunidad de origen, y se solidarizan con los dems. Por otra parte, los jvenes cursantes se dan cuenta de que diferentes personas llegan a la Unitierra, y que estas personas tambin forman parte de esta gran comunidad de aprendizaje:

    Me parece que esto se est haciendo evidente que hay otra comunidad de aprendizaje, y que esa comunidad de aprendizaje habla a los jueves, y que esa comunidad de aprendizaje es mencionada en las conferencias, y que esa comunidad de aprendizaje est reflejada en las paredes de su casa y saben que los zapatistas, estn resistiendo. Y estn aprendiendo que su formacin tiene que ver con resistencia, tiene que ver con la vinculacin con otras comunidades, que tambin son importantes (diario de campo, julio de 2010).

    Y as, los cursantes experimentan una prctica profunda de interculturalidad). Al valorar la interculturalidad, la Unitierra permite a los sujetos ser ellos mismos y reforzar sus intercambios con los otros.

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    La interculturalidad es contraria a la colonialidad del ser. La Unitierra tambin cuestiona la colonialidad del saber al adoptar la ecologa de los saberes, que es una metodologa que reconoce la infinita pluralidad de los saberes y la necesidad de conjugaciones especficas de esos saberes para realizar determinadas acciones. Entonces, el concepto de traduccin, aparece como fundamental, no para crear una teora nica de emancipacin social, pero para hacer con que las diversas concepciones de emancipacin dialoguen entre s. En las diversas reuniones que tienen lugar en la Unitierra, existe la presencia de diferentes personas, grupos y organizaciones que de alguna manera se conocen y se articulan a partir de y con la ayuda de este espacio.

    La Unitierra tambin cuestiona la colonialidad del saber al replantear el concepto de universidad, como ya se ha expuesto. La crtica de los conocimientos cientficos se hace de forma explcita. Uno de los participantes del seminario del jueves dijo: Vale la pena ir a las universidades? Qu podemos aprender ah? Es que con nuestros conocimientos o nuestra ignorancia seramos capaces de hacer monocultivos, o provocar desastres ambientales, como el del Golfo de Mxico?(Diario de campo, junio de 2010). Otro momento de cuestionar la Academia se llev a cabo en el Encuentro Feminista. Las jvenes indgenas, a menudo intervenan pidiendo aclaraciones de palabras, como por ejemplo hegemona, que no entendan. El mundo acadmico habla con palabras complejas, y la presencia de personas ajenas a ese mundo llama la atencin y nos pide que sea ms concreto y ms claro, o sea, que est ms cerca de la tierra.

    El cuestionamiento de la ciencia eurocntrica no significa una negacin de tales conocimientos. La Unitierra est preocupada en saber lo que se produce en la universidad convencional, como lo demuestra la amplia biblioteca de la Unitierra, las conferencias de reconocidos acadmicos y las discusiones de libros y textos producidos en las universidades. Los principios de la Unitierra pueden ser bien aclarados por las palabras del Subcomandante Marcos:

    Nosotros pensamos que no se trata solo de evitar las trampas y concepciones, tericas y analticas en este caso, que el centro pone e impone a la periferia. Tampoco se trata de invertir y ahora cambiar el centro gravitacional a la periferia, para de ah irradiar al centro. Creemos, en cambio, que esa otra teora, (), debe romper tambin con esa lgica de centro y periferia, anclarse en las realidades que irrumpen, que emergen, y abrir nuevos caminos. (Marcos, 2009.b: 324 e 325).

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    La Sociologa de las Emergencias (Santos, 2006), contribuye a esta otra teora, a que el Subcomandante se refiere. As que la Unitierra es un espacio decolonial y de emergencia emancipatoria.

    VII. CONSIDERACIONES FINALES

    El artculo abarc una gran variedad de temas que revela la importancia de fomentar la discusin cientfica sobre las Universidades de los Movimientos Sociales, ms especficamente de la Unitierra, como parte de una ciencia comprometida con la transformacin de la injusta realidad social. La investigacin de campo ha permitido profundizar esta reflexin, sin embargo, todava hay mucho que reflexionar. Las limitaciones de la investigacin fueron muchas. Futuros estudios son necesarios para dar ms atencin al caso que ha sido investigado. El caso es extremadamente complejo y hay varios aspectos que no han sido explorados adecuadamente en este estudio. Por ejemplo, haba que explorar ms el tema de los talleres que son ofrecidos. Queramos hacer una observacin participante en los talleres, pero no fue posible. Otra cosa es que no hemos tenido el tiempo suficiente para vivir en las comunidades indgenas y as percibir la cosmologa indgena, que es tan importante para la Unitierra).

    Podemos decir que la Unitierra es descolonial porqu cuestiona el eurocentrismo al valorar los saberes locales y contextualizados. La decolonialidad de la Unitierra tambin se expresa en la idea de una comunidad de convivencia que, resumidamente significa prcticas de democracia radical interna. Se puede aadir que la Unitierra estima a las identidades descolonizadoras, pues en su prctica los pueblos originarios son sujetos activos.

    Para afirmar que la Unitierra es emancipadora apuntamos sus prcticas de conjugacin de diferentes saberes, o sea, de la ecologa de saberes. Un ejemplo es la conjugacin de tcnicas acadmicas e indgenas en prcticas agrcolas. La Sociologa de las Emergencias aparece en la Unitierra cuando percibimos prcticas utpicas de liberacin en el presente. Ejemplos de estas prcticas son el generador de energa para no depender del sistema oficial y el propio apoyo a las comunidades zapatistas. Y por fin, la Unitierra es emancipadora ya que trabaja con la interculturalidad, pues la cuestin indgena es muy presente y en este sentido hay una ampliacin del sujeto contra-hegemnico.

    El tema del artculo, as como la Unitierra, era una apuesta. Una apuesta que tuvo xito ya que revel una realidad variada e interesante. Sin embargo, como una apuesta, no se termina, porque todava hay mucho que aprender. Pero el texto requiere un fin. Termino el texto con la sensacin de que otros mundos son

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    posibles y que la Unitierra colabora activamente para esto a travs de otra educacin. La Unitierra es una apuesta para el futuro, con consecuencias concretas en el presente, una utopa realista, como el Dr.Guillermo dijo:

    Y es apostarle a algo que en esta sociedad no tiene futuro, pero que pensamos que sienta las bases de un futuro de situacin de declive del capitalismo, que nadie sabe cuando eso se va a dar. Pero se va teniendo las bases de una comunidad acadmica diferente, que puede tener, que puede hacer muchos aportes positivos, para cuando la situacin empiece a cambiar en el mundo. Es una apuesta al futuro. Totalmente incomprendida, pero yo creo que valiosa (diario de campo, julio de 2010).

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