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ENSAYOS SOBRE EL CAMPO DEL ARTE. ENSAYOS DE AUTOR SANTIAGO RUEDA FAJARDO

UNA LNEA DE POLVO. ARTE Y DROGAS EN COLOMBIA

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CONTENIDO

INTRODUCCIN HACIA UNA DEFINICIN DEL TRMINO CAPITULOS PUNTO ROJO UNA TUMBA EN COLOMBIA: LOS AOS 80 LOS NOVENTA : RETRATOS MUDOS MUSA HBRIDA COSMOCOCA 2000 LA REINA DEL SUR: FLORA POLTICA Y BOTNICA NECROLGICA NARCO CHIC LA NUESTRA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . SNIFF!! BIBLIOGRAFA

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Agradecimientos: Este libro es producto de diferentes encuentros y conversaciones a lo largo de los aos. Se inici como una investigacin sobre el trfico de drogas entre Colombia e Inglaterra hace una dcada y se amplio hasta adquirir su forma definitiva como ensayo en el 2008. Por ello quisiera agradecer tanto a los artistas quienes generosamente me concedieron entrevistas, imgenes e informacin, como a quienes directa e indirectamente me ayudaron a concebir y producir este texto: Karen Aune, Fernando Arias, Alejandro Archila, Mnica Benavides, Chcolo, Elkin Caldern, Wilson Daz, Daro Fajardo, Pablo Fajardo, Juan Pablo Fajardo, Stephen Ferry, Beatriz Gonzlez, Nelson Guzmn, lvaro Herrera, Leonardo Herrera, Juan Fernando Herrn, Juan Pablo Mndez, Marta Mndez, Rafael Mndez, Fabin Montenegro, Maria Eugenia Nio, Nadin Ospina, Lus ngel Parra, Andrs Romero, Mnica Rubio, Lus Alejandro Sanabria, Boris Sardo, Camilo Turbay, Mauricio Toquica y Jairo Valenzuela. Y muy especialmente a mis padres, Jos Olinto y Marta.

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INTRODUCCION

Camilo Restrepo. De la serie Esto no es una pipa (2009) Durante varios meses recolect en tres de las mas grandes ollas de Medelln (Barriotriste, La Paz y el Paseo del ro) alrededor de un centenar de pipas utilizadas para fumar bazuco: pipas construidas con objetos dismiles que fueron fabricados para realizar funciones que nada tienen que ver con el acto de fumar: lapiceros, marcadores, jeringas, ampolletas, tubos de PVC, pequeos contenedores plsticos, cauchos, bolsas, etc; pipas de diferentes estilos y tamaos que elaboran los mismos drogadictos o que compran en las ollas y las que el uso y el abuso han terminado por personalizar y diferenciar aun mas

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Hay que notar que cuando una nacin, atrada por la grandeza y progresos de otra perteneciente a una raza distinta a la suya, es llevada a imitar sin lmites sus caractersticas nacionales busca las cualidades nocivas, y menos compatibles con su ndole Sergio Buarque de Hollanda Nuestra sociedad tiene una visin distorsionada de la realidad por culpa del disparate cristiano, que hace que tendamos a percibir las cosas como completamente buenas o completamente malas Irvine Welsh

Desde sus inicios en la dcada de 1970 el trfico de drogas define en buena medida la realidad colombiana, afectando su poltica exterior e interior, su economa, su cultura, su produccin artstica y su vida cotidiana. Si bien gran cantidad de cineastas, documentalistas y artistas han tratado el tema, son pocas las reflexiones que este fenmeno ha generado en los estudios histricos, tericos y crticos sobre artes visuales. Aunque la omnipresencia del tema en la realidad cotidiana lo convierta en ocasiones en inabordable y aunque un problema complejo con caractersticas eminentemente delictivas no necesariamente debe ocupar tales estudios, es necesario realizar una valoracin de la respuesta que los miembros de la comunidad artstica han tenido frente a este fenmeno, considerando las implicaciones del problema en la historia reciente: como modo de ascenso social; como instrumento de intervencin poltica; como factor determinante en la destruccin ecolgica; como elemento clave en la financiacin de la principalmente como una de las expresiones ms crudas del modo de capitalismo y la sociedad de consumo. Adems de ser un gnero en s en el periodismo y la literatura, en los ltimos aos el problema narco se ha impuesto en el cine, como lo prueban largometrajes recientes como Rosario Tijeras, Mara llena eres de gracia, El Rey, Sumas y restas y El colombian dream entre otros. Curiosamente, en el medio artstico la reaccin ha sido lenta y slo hasta la dcada actual puede encontrarse una respuesta articulada frente a este fenmeno. En los aos 70 cuando el problema de las drogas aparece, el medio artstico colombiano ocupado en resolver y articular la modernidad como un proyecto eminentemente formalista ignor este fenmeno. Simultneamente escritores, fotgrafos, cineastas y artistas acompaaron un proceso de descontento civil y toma de conciencia de unas guerra; y operar del

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dimensiones desconocidas

hasta entonces. En las artes visuales no se produjo una

transformacin esttica tan profunda como en el campo de las letras,1 pero en conjunto, los artistas colombianos participaron activamente de la vida poltica de la nacin, acompaando aguerridamente las diferentes expresiones y manifestaciones crticas con el status quo. Mas que en una respuesta en bloque, uniforme y organizada, los artistas respondieron al complejo e inestable devenir de su sociedad, tomando partido y opinin de una manera diversa, a veces contradictoria, a veces irnica, a veces dramtica, e incluso sensacionalista. Denuncia, porno miseria, caricaturizacin, son los contenidos presentes en los trabajos polticos de la Colombia de los aos 1970 y sin embargo, el tema de las drogas apenas fue sealado. En la siguiente dcada, tomada inicialmente por el arte conceptual2 y posteriormente por el neo expresionismo, las interpretaciones subjetivas y las ficciones personales dominaron3. A pesar del relevo generacional y la potencia de los nuevos artistas, el tema que ocupa este estudio no aparece ni en las obras, ni en las exposiciones, ni en el campo de la crtica, la historia y la teora de arte.4 Finalmente, a inicios de la dcada de los 90 y por efecto de eventos desmedidos y brutales como el asesinato de tres candidatos presidenciales en 1989, la exterminacin de la izquierda civil, el desmadre del cartel de Medelln y la corrupcin poltica, el problema de las drogas se hace imposible de ignorar. Aparecen entonces las primeras reacciones y algunas obras y exposiciones aisladas empiezan a tratar el tema, aunque solo al final de la dcada parece articularse una respuesta definida. A partir de ah y en buena parte impulsado por el nuevo arte poltico global que surge alrededor de 1999-2001, el medio del arte colombiano incluyendo artistas, crticos, curadores, periodistas culturales, empieza a ocuparse del problema de una forma crtica, que merece ser relatada y analizada, porque an hoy en da y como1

No debe menospreciarse el papel jugado por los escritores del llamado boom latinoamericano, quienes se acercaron a una nueva forma de contar y vivir la historia y la literatura que en gran medida, ha ayudado a construir los elementos simblicos del pensamiento crtico latinoamericano.2

Barrios, Alvaro. Orgenes del arte conceptual en Colombia. Alcalda Mayor de Bogot, 2000.

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Aguilar, Jos Hernn. Balas privadas, Corazones pblicos, en Nueva Imgen, 19 artistas colombianos exponen su plstica. Ediciones Alfred Wild, Bogot, 1994.4

Sobre la ausencia del debate sobre el tema histricamente vase por ejemplo Caldern Camilo (Edicin, reseas y seleccin de textos). Saln Nacional de Artistas. 50 Aos. Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura, Bogot, 1990. Primera edicin,

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afirma Guillermo Vanegas en este campo las investigaciones brillan por su ausencia en el mbito de la academia y los crculos de discusin terica."5 El calificativo de artista somtico-poltico ha sido dado para aquellos artistas que provienen de pases donde las exigentes condiciones para la existencia Cuba, Israel, Nigeria, Palestina, Sudfrica - hacen imposible el no somatizar su situacin nacional, entendida sta como el conjunto legal, poltico, econmico y geogrfico que regula la vida de los ciudadanos. Sin exageracin puede afirmarse que los artistas colombianos actuales pertenecen a esta categora, y esto en buena parte les ha hecho merecer el reconocimiento internacional en los ltimos quince aos. En la obra de quienes trabajan sobre el tema puede encontrarse una clara intencionalidad poltica y un anlisis conjunto de los diversos factores y situaciones que envuelven la produccin, el trfico y en menor medida, el consumo de las drogas, ocupndose de las condiciones actuales de la vida, la diversidad y la guerra en la que el pas se encuentra envuelto. En los artistas del gnero narco, entre los que se cuentan Fernando Arias, Wilson Daz, Victor Escobar, Leonardo Herrera y Miguel Angel Rojas, existe una constante bsqueda de referencias a hechos concretos, a una historia y una geografa especfica relacionada con el cultivo de la coca y la amapola, los casos de corrupcin poltica e infiltracin del dinero conjunto a las versiones caliente en la economa legal, y los prejuicios e respondiendo en intereses de los oficiales

perseguidores/promotores/beneficiarios de este gigantesco negocio. No sobra mencionar en esta introduccin que estos artistas han tenido que enfrentar la carga sensacionalista y vindicativa del tema, los estereotipos de barbarie y exotismo impuestos tanto desde fuera como desde dentro, teniendo que vadear los lugares comunes que rodean otro de los temas emblemticos de la cultura colombiana actual, la violencia, como seala Nadn Ospina uno de nuestros filones de exportacin informativa y cultural ms apetecidos en el exterior, fundamenta su xito en la ingenuidad, el puritanismo, y la mala conciencia de un pblico vido de imgenes desgarradoras y en el paternalismo de una

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Vanegas Flrez, Guillermo. El naufragio de la crtica. Publicado en revista Lpiz, 210-211, febrero-marzo 2005, Madrid, pgs. 42-47. http://esferapublica.org/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=472&Itemid=79

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crtica deseosa de artistas victimas y victimas registradas por el arte, ojal reales y garantizadas.6 En octubre de 2006 Felipe Aljure estren El colombian dream, brillante largometraje sobre el trfico de drogas en el pas. Segn el director: Nos abrimos a una cosa que pareca divertida y poco a poco nos fuimos dejando permear de una situacin que ya no podemos controlar. Yo creo que ha habido permisividad de todos nosotros, al no ver la gravedad de lo que se nos vena encima. Pero tambin ha habido una poltica internacional que mont una guerra alrededor de todo esto. De 100 muertos que hay en el negocio de la droga, 99 son por el negocio y uno por sobredosis. La idea central es que es mucho peor la adiccin a la plata, que a las drogas.7 A diferencia de otros artistas y escritores que han afrontado el tema, Aljure est interesado en asumir responsabilidad en esa cosa que pareca divertida, y en esa permisividad de todos nosotros al no ver la gravedad de lo que se nos vena encima. Este argumento, demostrado en su film, es particularmente interesante pues el problema narco es un asunto que nos corresponde solucionar, an frente a las presiones internacionales y el huracn de dinero que las drogas dejan ante s. En este ensayo se realiza una breve revisin de la relacin entre las artes visuales y el fenmeno de produccin y trfico de drogas en Colombia, el nico pas de Amrica latina con la excepcin de Mxico, donde el tema ha sido tan importante en la produccin cultural reciente. Este anlisis, que cubre desde los inicios del problema en la dcada de 1970 hasta el presente, considera las respuestas, los trabajos, exposiciones y las reacciones que los artistas y el medio del arte han tenido al respecto. Las relaciones con otras reas de las artes, la cultura, la economa y la vida poltica del pas son expuestas para ofrecer una visin integral del fenmeno. Tambin he querido ofrecer algunos nuevos puntos de vista que enriquezcan este estudio, considerando las problemticas asociadas: las relaciones productivas, la internacionalizacin econmica, la globalizacin y el neo colonialismo; los contextos de fronteras, legalidad e ilegalidad, y el devenir de las soberanas nacionales; la prohibicin, los usos recreativos de las drogas y

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Ospina, Nadn. Colombia Land. http://www.geocities.com/nadinospina/Colombia_land_intro.html Vease tambien Diners, No. 434, mayo de 2006. http://www.revistadiners.com.co/noticia.php3?nt=251527

Arias, Jimmy. Felipe Aljure y su Colombian dream: Cine, pepas y sicodelia. Eskpe, lunes 2 de octubre de 2006.

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la adiccin, entendida como reflejo y respuesta a la sociedad de consumo y como problema de salud pblica, ste ltimo poco entendido y afrontado. Ms que un ensayo terico, ste es un texto histrico y debe ser considerado como tal, ya que como afirma Vctor Gaviria el conocimiento de la historia tiene que ser hoy. Los historiadores no slo tendran que estar buscando el pasado, sino que deben tomar el pulso del presente." Entendiendo que la funcin del historiador de arte es la de ser, siguiendo a Vitor Serrao un intrprete poltico comprometido con el futuro este texto intenta hacer real dicha demanda de tomar el pulso al presente.

Victor Escobar Caleta en oro (2007) y Caleta en dlares (2006). Fotografia: Galeria Valenzuela Klenner

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HACIA UNA DEFINICIN DEL TRMINO

Juan Fernando Herrn. Terra incgnita (Detalle)

Fotografia: Juan Fernando Herrn.

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En este ensayo utilizamos el trmino problema de las drogas o problema narco y no el ms trajinado narcotrfico. Esta decisin se debe al reconocimiento de la insuficiencia del ltimo trmino, pues como ha sealado Daro Betancur el trmino narco-trfico esconde, en realidad, una intencionalidad poltica, econmica y cultural imperialista y pronorteamericana; puesto que adems de no ser narcticos ni la marihuana ni la cocana, dicha definicin no involucra a los consumidores ni a los lavadores de dlares en Norteamrica, pretendiendo de este modo darle una calificacin latinoamericana y racista a la produccin, comercializacin y consumo de psicotrpicos.8 Margarita Jcome por su parte ha preferido utilizar el trmino problema narco en reemplazo de narcotrfico, siguiendo a Sal Franco en su libro El quinto: no matar. Segn Franco: Como en general se habla del problema del narcotrfico, conviene empezar por aclarar que considero ms adecuada la categora problema narco, dado que sta incluye los momentos de produccin, procesamiento, trfico y consumo de ciertas sustancias psicoactivas ilegales. Su trfico es slo uno de los momentos del proceso.9 Si el trmino narcotrfico es problemtico, tambin lo es el de droga, que igualmente enmascara una clara intencionalidad poltica: Como el de toxicomana, el concepto de droga supone una definicin instituida, institucional, necesita una historia, una cultura, unas convenciones, evaluaciones, normas, todo un retculo de discursos entrecruzados, una retrica explcita o elptica... Para la droga no se da una definicin objetiva, cientfica, fsica. De aqu hay que concluir que el concepto de droga es un concepto no cientfico, instituido a partir de evaluaciones morales o polticas, que lleva en s mismo la norma de la prohibicin.10 El problema de las drogas legales e ilegales - ms all de los esquemas prohibicionistas, debe ser entendido histricamente en el contexto del capitalismo post industrial y las dinmicas de la sociedad de consumo, como seala Jaime Carmona la irracionalidad consustancial al desarrollo de la industrializacin capitalista ha generado el problema de una productividad virtualmente ilimitada que dio lugar a las sucesivas recesiones mundiales de principios de siglo. El8

Betancur, Daro. Los cinco focos de la mafia colombiana. Elementos para una historia. http://72.14.209.104/search?q=cache:xwv711Xf34sJ:www.pedagogica.edu.co/storage/folios/articulos/fol02_04arti.pdf+bo nanza+marimbera&hl=es&gl=es&ct=clnk&cd=109

Jcome,Margarita, La novela sicaresca: Exploraciones ficcionales de la criminalidad juvenil. http://etd.lib.uiowa.edu/index2006.html 10 Derrida, Jacques. La ley del gnero. Retricas de la droga. Traduccin Bruno Mazzoldi. En: Revista Colombiana de Psicologa, No. 4. Universidad Nacional de Colombia. Bogot. 1997.

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problema del capitalismo no es, desde entonces, producir bienes y servicios para una demanda existente, sino, al contrario, generar demanda para una produccin enloquecida de bienes y servicios. El recurso al consumo compulsivo de alcohol y otras drogas es, con frecuencia, el emblema del desengao rabioso de muchos sujetos que, habiendo sido convocados por la publicidad a la fiesta del consumo, una vez en ella, su lugar es el de espectadores de una abundancia y un derroche del cual no participan.11

Fabio Serrano , Marihuana (1976) y portada de Time (1979). Fotografias: Gaceta de Colcultura (1981) y Time

Para Baudrillard Cuando se produce una prdida colectiva de las defensas inmunitarias o una prdida individual de las defensas simblicas, algunas sociedades se vuelven vulnerables al terrorismo, a la droga, a la violencia (pero tambin a la depresin y al fascismo). Nos damos perfecta cuenta de que la nica solucin consistira en restaurar esas inmunidades y esas defensas simblicas, pero sabemos que nuestro sistema tiende, en nombre incluso de la ciencia y del progreso, a destruir todas las inmunidades naturales y sustituirlas por sistemas de inmunidad11

Carmona P, Jaime Alberto. Toxicomana y sociedad de consumo http://www.funlam.edu.co/poiesis/Edicion002/poiesis2.Carmonap.htm#_ftn1

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artificiales: prtesis. Cmo esperar que un sistema semejante no vaya cada vez ms lejos en la misma direccin? Al mismo tiempo podemos considerar el consumo de drogas bajo otro aspecto, exactamente inverso: a la vez que forma parte del sndrome de inmunodeficiencia, constituye l mismo una defensa. Las hay sin duda mejores, pero no es imposible pensar que este uso y este abuso constituyan una reaccin vital, simblica, aunque en apariencia desesperada y suicida, contra algo todava peor.12 En el ao 2004 Juan Fernando Herrn edita su libro Papaver Somniferum13 en el que resume su completa investigacin sobre el cultivo de la amapola en Colombia incluyendo sus obras visuales en su mayora fotogrficas -. Desde inicios de la dcada anterior Herrn se encontraba reflexionando sobre el tema y su inters sobre la amapola tiene inicio a principios de los aos 90. Tanto en Inglaterra como en otros lugares que visita, entre ellos Turqua y Portugal, Herrn encuentra usos legales y de fuerte contenido simblico a una planta que en Colombia es objeto de persecucin, desarrollando una lectura del problema de las drogas en el que las ideas de vigilancia y control ocupan un lugar central. En uno de los textos que acompaan el libro Jos Roca seala: Es irnico, por decir lo menos, que en las reas rurales de un pas en guerra, miles de personas subsistan as sea de manera precaria - de la produccin de sustancias que permitirn a personas en otros contextos escapar de su propia realidad, desplazar su subjetividad, y acceder a otros estados de conciencia. En los pases industrializados, como en las utopas de Orwell y Kubrick, la presencia constante de los instrumentos de control establece un espacio pblico total, en donde no existe un "afuera". Y como en ellas, la nica forma de situarse en el margen es a travs de la ms profunda interioridad. No es casualidad que formas tradicionales de interiorizacin como el Yoga hayan cobrado una popularidad creciente en momentos en los cuales la vida cotidiana est sujeta al escrutinio pblico. Las drogas son otra forma de rehuir esta "exterioridad total" creando un espacio hermtico que la mirada panptica puede controlar pero nunca penetrar.14

Baudrillard, Jean, Texto extrado de Pantalla total pgs. 113/118, editorial Anagrama, Barcelona, Espaa, 2000. Edicin original: Galile, Pars, 1997. http://www.con-versiones.com/nota0514.htm. 13 Herrn, Juan Fernando. Papaver somniferum. Universidad de los Andes, Bogota, 2004. Con una amplia investigacin sobre el tema y citas que van desde Coleridge y De Quincey a Derrida, el texto de Herrn es indispensable para los interesados en la relacin entre arte y drogas en Colombia. 14 Roca, Jos Ignacio. El Panptico observado: notas sobre la obra de Juan Fernando Herrn. Columna de Arena, Reflexiones crticas desde Colombia, nmero 66. http://universes-in-universe.de/columna/col66/index.htm12

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Colombia Land de Nadin Ospina y portada de National Geographic, Julio, 2004.Fotografias: Nadin Ospina y National Geographic

Desde hace un par de dcadas Colombia se ha convertido en un pas amenazado por las fuerzas ilegales de cualquier ideologa - que han confrontado con xito al Estado gracias al financiamiento que les otorgan las drogas. Al igual de lo que sucede con los grandes productores de opiceos en Asia, Pakistn, Afganistn, Kazajstn, Birmania, esta nacin sudamericana debe afrontar los costos de una guerra colonial en la que los frmacos son la excusa y el mecanismo con los que se le manipula y controla. La demanda mundial de frmacos legales e ilegales proviene de los pases ms ricos, los que imponen a los pases productores polticas que ignoran los conflictos sociales y no contribuyen a la eliminacin del problema.15 El beneficio que los pases desarrollados obtienen de cada uno de los aspectos del virus de la droga es amplio y comprende desde el lavado de activos, el trfico de qumicos y armas que articulan el negocio, el financiamiento de operaciones militares encubiertas como en el caso Irn-Contra la insurreccin de los talibanes contra los soviticos en Afganistn - hasta el control poltico y econmico de los territorios en conflicto.

Un estudio ampliamente citado de la Corporacin RAND financiado por el ejrcito de los EEUU y la Oficina de Poltica Nacional de Control de Drogas encontr que los fondos gastados en el tratamiento domstico de los adictos fueron 23 veces ms efectivos que el "control del pas de origen" (Plan Colombia), 11 veces ms efectivos que la limitacin de la oferta y 7 veces ms efectivo que la ejecucin de las leyes domsticas. Pero no se seguir el camino barato y efectivo. En contraste, la guerra de las drogas ataca a campesinos pobres en el exterior y gente pobre en los EEUU; por medio del uso de la fuerza, no de medidas constructivas para aliviar los problemas a un costo mucho menor () Y una pregunta final, qu derecho tiene Estados Unidos de llevar la guerra biolgica, con fumigacin y ataques militares, a otro pas si ese pas est produciendo cultivos que los Estados Unidos no quiere?. Entrevista a Noam Chomsky: Estados Unidos es un "estado ilegal. Por Andrew Graham-Yool http://ar.geocities.com/veaylea2002/chomsky/00-11-13USAilegalhtm.htm15

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Como notara William Burroughs en El almuerzo desnudo, en la pirmide de la droga cada nivel devora al de abajo hasta el punto ms alto los puntos ms altos; porque hay muchas pirmides de la droga alimentndose de las gentes del mundo y todas construidas sobre el principio bsico del monopolio.16 No es exagerado afirmar que el problema de las drogas transform la sociedad colombiana en los ltimos 30 aos con resultados desastrosos en todo sentido. Los costos ecolgicos, econmicos, polticos, militares y sociales - han sido altos, pero quiz lo que menos hemos evaluado es la prdida de la tica, y por ende, del juicio, donde quiz radique el origen del problema. Esta prdida de la razn encuentra forma en la implantacin de la cultura mafiosa, como anota Alfredo Molano la mafia, tanto la siciliana como la criolla, se ha hecho contra la ley, ha construido con sangre sus propios canales de ascenso al poder econmico y poltico y, sobre todo, ha impregnado de su cultura la del no me dejo, la del soy el ms vivo, la del todo vale huevo al resto el pas, o para ser exactos al 84%. Es la cultura de la fuerza a la fuerza, de la justicia por mano propia, de las recompensas por huellas digitales y memorias digitales, del vndame o le compro a la viuda, del le corto la cara marica, del quite o lo quito. Su escudo de armas: un corazn incendiario () En nuestro medio hay una herencia poltica que va de los chulavos y pjaros de los aos 50, pasa por las bandas de esmeralderos y contrabandistas de los 60 y 70, y entrega su legado a los narcos, llamados mgicos juego burln con la palabra mafia , que reinan hasta hoy y que ya compraron boleta a futuro bajo el nombre de los emergentes. Fue sin duda la aristocracia del pas blanca y rica la que primero sinti, resinti y ridiculiz los sntomas externos de la mafia () pero al fin, se alzaron de hombros con un plata es plata, lo dems es loma.17

Burroughs, William. El almuerzo desnudo. Editorial Bruguera, Barcelona, 1980. Pgina 6. Bravo ,Alfredo. Cultura mafiosa.El Espectador. http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/alfredo-molano-bravo/columna-cultura-mafiosa. 28,Marzo 200816 17Molano

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Investigando delincuentes Caricatura de Chcolo

El Espectador. 23 de Septiembre, 2008

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PUNTO ROJO

Portada de la Re-Vista del Arte y la Arquitectura en Amrica Latina, ao I, nmero 4, 1980. Fotografa: Alberto Sierra

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Desde fines de la dcada de los 60 el consumo de drogas se dispara en Occidente y especialmente en los Estados Unidos, atribuido a causas diferentes como la ya mencionada alienacin del capitalismo post industrial, la constante estimulacin del consumo, la guerra sucia contra los movimientos contra culturales, el conflicto en Vietnam y a las polticas prohibicionistas promovidas por los Estados Unidos que han tenido efectos similares a los que produjo en ese pas la ley seca. Para otros autores, como Franco Berardi la epidemia de polvos que invadi Occidente es el resultado de los ajustes neurolgicos del ser humano con un nuevo entorno tecnolgico. Antes de la llegada de los espaoles en el territorio de la actual Colombia se consuman en contextos rituales plantas medicinales como la coca, el yopo, el yag, el tabaco, las daturas y los hongos mgicos, lo que permite pensar que los mayores tesoros descubiertos en Amrica fueron botnicos.18 Progresivamente, algunas de estas plantas, extradas de su contexto cultural y las prcticas sagradas en las que se consuman, han sufrido cada una a su manera los efectos de las polticas prohibicionistas globales impulsadas por los Estados Unidos desde el fin de la primera guerra mundial. Desde la Colonia la produccin y uso del tabaco se manej por leyes que combinaban el monopolio de la produccin y la restriccin de uso, constituyndose a travs de la historia en una de las pocas plantas psicoactivas americanas que mantienen su condicin legal. La coca se utiliz indistintamente y segn la necesidad como moneda de intercambio y transaccin con el trabajador indgena utilizndose la hoja como pago de salario - prctica que fue prohibida en 1947 - o como uso social proscrito que justificaba el atropello a los indgenas. El cultivo y los usos rituales y alimenticios asociados a ella por parte de los indgenas andinos representa un conflicto de intereses con el Occidente desarrollado, en un enfrentamiento bio-cultural que pretende imponer la transculturacin forzada por medio de la penalizacin.19

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Salazar J, Alonso. Drogas y narcotrfico en Colombia. Bogot: Planeta, 2001, pg. 27.

Mejor suerte ha corrido la ayahuasca, que por su enraizamiento en prcticas sagradas, el prolongado trance al que induce su ingestin y su bajo poder adictivo no ha cado an en la categora de las plantas malditas.

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Stephen Ferry. Tropas del ejercito Nacional de Colombia patrullan en la Sierra Nevada cerca al pueblo kogui de UBLEIZHI. Fotografa: Stephen Ferry

El problema narco en Colombia se dio a conocer con la llamada bonanza marimbera, la siembra y trfico de marihuana en la Costa Atlntica a inicios de los aos 70, siendo esta regin un punto estratgico de cultivo de esta planta y emplazamiento seguro y cercano de embarque hacia Centroamrica, Mxico y la costa de la Florida, aprovechando la experiencia de las rutas del contrabando, que comprendan el ro Atrato, el litoral caribe y la frontera con Panam y que funcionaba tanto hacia afuera (azcar, cemento, caf, ganado, esmeraldas, etc.), como hacia adentro (cigarrillos, whisky, electrodomsticos y alimentos procesados).20 Aunque la marihuana se consuma en el Caribe desde el siglo XIX y su uso se haba expandido a lo largo del Siglo XX21 su cultivo a gran escala no dur ms de 10 aos y seBetancur, Ibid. informe confidencial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia en 1952 sealaba que Santa Marta se haba convertido en un muy importante origen de marihuana exportada a diferentes puertos de la Florida, adonde era enviada en buques que transportaban banano () De hecho, segn un reporte del gobierno norteamericano, el uso de la marihuana en los Estados Unidos se notaba, particularmente, entre los latinoamericanos y la poblacin de hispanohablantes. Fue cuando comenz a notarse que los jvenes anglos la consuman, cuando se desat la cacera de brujas. El ESPECTADOR, La prehistoria de la marihuana en Colombia. 14 Junio 2008.20 21Un

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consider como otro aspecto pintoresco de una banana republic, mientras el trfico de cocana proveniente de Per y Bolivia vena tomando un impulso gigantesco22 y tena en Medelln su centro de operaciones, una ciudad que desde los aos 50 aprovisionaba a la mafia cubana y que contaba con laboratorios de procesamiento de herona y cocana.23 Para regular y aprovechar el enorme flujo de capitales provenientes desde el exterior por cuenta del trfico de frmacos, el presidente Alfonso Lpez Michelsen (1974-1978) cre un mecanismo impensable hoy en da, la "Ventanilla Siniestra" del Banco de la Repblica, que permita la legalizacin de los capitales de la droga y que adems blanqueaba el dinero proveniente del contrabando de caf. Al parecer, la "ventanilla siniestra" facilit el ingreso al pas, a partir de 1974, de unos US $ 500 millones en promedio anual.24 Para diversos autores estos ingresos permitieron los resultados exitosos de la economa colombiana25 frente a sus vecinos continentales y la aparicin de un mercado paralelo asociado al sector financiero, que ha creado una economa invisible muy importante en el funcionamiento del pas, representando entre el 30 y el 50 % de su produccin econmica. En el cine, la msica, la literatura y el periodismo empezaron a aparecer obras que respondieron de diversas maneras a estas bonanzas la mayora de ellas en un tono celebratorio, ya que como seala Alonso Salazar en una curiosa inversin de valores de la sociedad colombiana tradicional, en los aos setenta el narcotrfico entr a ser calificado comohttp://www.elespectador.com/noticias/actualidad/articulo-prehistoria-de-marihuana-colombia Vase tambin el video sobre el cultivo de la marihuana en el Cauca en el ao 2008. http://www.elespectador.com/noticias/actualidad/video-bonanza-marimbera-el-cauca. Segn Fabio Castillo El 10 de abril de 1972 el presidente de la Repblica, Misael Pastrana Borrero, neg la extradicin de un narcotraficante colombiano, Jos lvaro Crdoba Bojassen, vicecnsul en los Estados Unidos, a quien la justicia de ese pas acus de "importacin ilegal y posesin y ocultamiento ilcitos de drogas narcticas". Ingres 15 kilos de cocana a Nueva York. () En 1973 haban sido detenidos en Bogot 96 extranjeros con diferentes cantidades de cocana. En ese mismo ao, el 17 de mayo, las autoridades capturaron en el aeropuerto Eidorado de Bogot al jefe del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, de Leticia, Pablo Gmez Garca, quien tena en su poder una tula en cuyo interior la polica descubri 18 kilos de cocana. Un informe oficial de 1973 deca que por su aeropuerto salan cada ao 1.200 kilos del alcaloide. Los jinetes de la cocana. Fabio Castillo. Bogot: Editorial Documentos Periodsticos, 1987. Sobre las dimensiones del trfico de drogas en sta dcada vase el ya mencionado trabajo de Betancourt, quin recurri a los reportajes publicados en ese periodo por la revista Alternativa.22 23 24

El Espectador, 22 de mayo de 1959. p. 3 Corresponsal. Federico Montoya. Castillo, Ibd.

Las reservas internacionales ascendieron de US$35 millones en 1968, a US$5.630 millones en 1981. Las exportaciones de servicios pasaron entre 1975 y 1976, de US$ 465.3 millones a US$ 873 millones.25

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negocio en vez de delito.26 En 1978 se estrena el largometraje de Gustavo Nieto Roa Colombia connection, una comedia protagonizada por la tristemente clebre Virginia Vallejo. En el campo de la msica popular los compositores e intrpretes vallenatos, que se encontraban en el rea de influencia de la Sierra Nevada, se dedicaron a narrar las historias y desventuras de los sembradores y comerciantes de marihuana. Vallenatos como "Yo tena mi Cafetal" precedieron a los corridos prohibidos que aparecieron en la dcada de los 90. Un punto de vista diferente sobre las drogas lo ofrece la nica e insular Que viva la msica! de Andrs Caicedo, la primera obra en la literatura colombiana que se ocup de narrar lo que sucede en la lnea final de la cadena de produccin de las drogas: el consumo.27 En 1980 la Re Vista del Arte y la Arquitectura en Amrica Latina editada en Medelln publica en su portada una parodia de la revista Time que en el ao anterior haba dedicado uno de sus nmeros al problema de las drogas en nuestro pas. En este nmero de Re Vista Eduardo Serrano publicaba un artculo Los aos setentas: Y el arte en Colombia en el cual resuma lo sucedido en este periodo, siendo el primer crtico de arte que menciona el problema en una publicacin especializada, sealando que en esa dcada se mantuvo intacta la tradicional injusticia del sistema en la distribucin de los ingresos incluidos aquellos los ms altos! - percibidos por el cultivo ilcito de marihuana que cubre inmensas regiones del pas (y que goza de merecida popularidad por su potencia y calidad). Y que exageradas medidas punitivas contra quienes la consumen, as como la persecucin sin las consideraciones sociales pertinentes de quienes la cultivan, trajeron como consecuencia, adems del enriquecimiento desmedido de unos pocos (no precisamente los agricultores), una cadena aparentemente inextinguible de chantajes y sobornos, y la organizacin del crimen en Colombia. El dinero fcil que deja lo ilegal, fue sin duda, durante los setentas, uno de los mas eficaces incentivos de sta sociedad cuyas bonanzas econmicas legales no se traducen en obras de inters comn, aunque sobrevivir conlleve para muchos caractersticas dramticas. 28 La columna de Serrano es quiz la primera y nica respuesta del medio del arte alSalazar, Ibd., pg. 30. La obra de Caicedo es paralela a la de los mexicanos Gustavo Sainz y Jos Agustn, quienes compartieron temas similares. 28 Serrano, Eduardo. Los aos setentas: Y el arte en Colombia, en Re Vista del Arte y la Arquitectura en Amrica Latina. Vol. 1, nm. 4, 1980. pp. 24 43.26 27

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problema narco en toda la dcada. Ningn artista colombiano abord las drogas ni como problema de corrupcin ilegalidad, ni como fuente de creatividad medio recreativo con la excepcin muy intermitente de la escena contracultural.-29 El mismo nmero de Time que utiliz Re-vista para su portada, ocasion la reaccin del ex presidente Alberto Lleras quin escribi una columna en el diario El Tiempo, de sorprendente lucidez. En el artculo, publicado el 28 de enero de 1979, con el ttulo: En portada de Time Lleras afirma: El informe de Time sobre The Colombian Connection, en el cual se nos concede el dudoso honor de estar narcotizando, envenenando y corrompiendo a millones de norteamericanos ya va camino de todos los archivos, todos los computadores especializados, todas las fuentes de informacin sobre nuestro pas y la Amrica Latina, y se seguir usando por los prximos diez aos, o ms, en las universidades, en las escuelas, en los colegios de segunda enseanza y donde quiera que alguien quiera saber qu pasa con Colombia, despus de la guerra no declarada donde murieron trescientos mil colombianos, que es el dato ms prximo sobre nuestra existencia. La guerra y la droga teirn la reputacin de nuestros compatriotas en ese tiempo futuro. Y cuando un senador, o un representante de los Estados Unidos, o un pedagogo europeo, o un gegrafo de cualquier parte del mundo necesite saber algo de Colombia, all se enterar de nuestra perniciosa influencia sobre una sociedad en su mayor parte, blanca anglosajona y protestante, influencia que en pocos aos sustituy a Francia y a Mjico en el mercado mundial de la marihuana y de la cocana, e invent los ms audaces y mejores mtodos para llegar hasta el corazn de un pueblo honesto y puritano con sus barcos, sus aviones, sus mafias, sus asesinos, sus contrabandistas, sus mulas, y toda la parafernalia de la deletrea contaminacin de nuestro tiempo (.) De todas maneras algo anda mal, pero no por la Colombian Connection, que sera otro caso de un pas pervertido por la mafia de las drogas, y no, sbitamente, un maestro de corrupcin internacional. La coca, que sola masticar una minora indgena en nuestras montaas aisladas, se convirti en un artculo de lujo gracias a la poltica del Gobierno norteamericano. Poco tuvimos que ver con ella, ni en sus orgenes, ni en sus

La excepcin, no solo en Colombia sino en todo el continente fue el brasileo Hlio Oiticica (Rio de Janeiro, 19371980), quien junto a Neville DAlmeida realizaron los objetos, ambientaciones, experimentos cinematogrficos denominados Quasi-cinemas, que incluan los Block Experiments in Cosmococa, registros cinema- fotogrficos de dibujos hechos con lneas de cocana sobre fotografas de Marilyn Monroe, Jimi Hendrix, Luis Buuel y Yoko Ono Las obras de Oiticica- DAlmeida pueden enmarcarse como parte del movimiento Tropicalia y como parte de la experimentacin psicodlica del periodo.29

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fatales resultados. Pero ahora somos The Colombian Connection.30 Lleras, quin entendi desde muy temprano la desigual interpretacin del problema de las drogas en las relaciones Norte-Sur, de cierta manera encubre el papel que las clases dirigentes jugaron en los orgenes del trfico de drogas31 favoreciendo las economas dobles, la corrupcin y el contrabando, desde el periodo del Frente Nacional que l mismo haba promovido y establecido.32 Posteriormente y por dcadas, el pas sufrira las consecuencias de la alianza de algunos sectores de la clase dirigente con el crimen organizado, teniendo que rendirle cuentas tanto a sus aliados en la ilegalidad como al gobierno de los Estados Unidos, que desde 1979 sostiene un tratado de extradicin con Colombia.

Los viejos tiempos. Caricatura de Chcolo.30 31

El Espectador el 14 de septiembre de 2008

En portada de Time, El Tiempo, 28 de enero de 1979. : Bajo el Frente Nacional la corrupcin administrativa se desarroll vertiginosamente en todas las direcciones, pues el acuerdo formal de repartirse adecuada y equitativamente los cargos pblicos y dems arandelas del Estado, dej a los dos partidos libres de cualquier fiscalizacin y control por parte de la oposicin, pues los grupos oponentes, al ser catalogados como subversivos fueron excluidos de la administracin pblica. Entonces, los aos de gobiernos compartidos fueron tambin la institucionalizacin compartida del peculado, la mordida, el serrucho y el contrabando. En Colombia la corrupcin administrativa fue abarcando cada vez ms un radio mayor. Tanto en retenes de polica, aduanas, oficinas de trnsito, construccin de obras pblicas, adjudicacin de licitaciones, contratos oficiales, como en lujosos despachos ministeriales o instituciones descentralizadas, siempre est de por medio la propina o la tajada, irregularidades, contrabando y trfico de drogas. La podredumbre viene de arriba. Alternativa, nm. 118, Bogot, junio de 1977, pg. 17. 32 Alternativa, nm. 12, Bogot, julio de 1974, pg. 23.

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UNA TUMBA EN COLOMBIA: LOS AOS 80

Nelson Guzmn Limusina, Auto clsico y Antiguos (2006)Fotografa: Nelson Guzmn

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En Colombia la dcada de los 80 est caracterizada por el crecimiento desmedido de la produccin de coca. Aunque la mayor parte de la base de coca se importaba de Bolivia y Per los cultivos se expanden por los departamentos de Amazonas, Arauca, Casanare, Vichada, Guaina, Putumayo, Vaups y Boyac, y se procesa en departamentos mas cercanos a los ncleos urbanos como el Meta, el Valle del Cauca, Cundinamarca y Antioquia, convirtiendo a Bogot, Medelln, Villavicencio, Leticia y Cali en los principales centros de negociacin de la droga. El surgimiento de estos focos de produccin, comercializacin y trfico responda tambin al declive de las economas regionales en las diferentes zonas del pas y se resume en las crisis en los cultivos de algodn en la Guajira, Cesar y Magdalena y el consecuente receso de la industria textil antioquea; la cada de los precios internacionales del azcar que afect la economa del Valle del Cauca. La violencia en la regin esmeraldera (Cundinamarca y Boyac), la cada del bolvar y el contrabando fronterizo en la regin nororiental (Bucaramanga-Ccuta), y la gran migracin de antioqueos y habitantes del occidente hacia EE. UU.33 Se conforman as las poderosas organizaciones de traficantes en Medelln y Cali, criminales del bajo mundo convertidos en poderosos millonarios y caracterizadas por su extrema brutalidad. La mafia creci asociada y en buena manera protegida por sectores del gobierno colombiano y de los Estados Unidos, en el intricado juego de intereses y beneficios dudosos de la guerra fra: En los aos 80, cuando las guerrillas negociaban el trnsito hacia la lucha electoral, se asesin a miles de partidarios de la va legal. Por la misma poca, el narcotrfico adquiri carta de ciudadana sobre un acuerdo tcito con sectores del establecimiento: liquidar la oposicin a cambio de permitir el traqueteo, inclusive con la anuencia de la CIA. El paramilitarismo se fortaleci sobre este acuerdo, que en el fondo equivala a permitir el uso de la motosierra y, al mismo tiempo, los embarques de droga."34 En el campo literario novelas como La mala hierba (1981) de Juan Gossan35 y El Divino de Gustavo lvarez Gardeazbal36 (1985), ambas adaptadas como telenovelas, cubren la etapa de la luna de miel de la sociedad colombiana con el narcotrfico, que finaliza cuando el Ministro de Justicia Rodrigo Lara es asesinado en Bogot el 30 de abril deBetancur, Ibd. Molano Bravo,Alfredo. Tiempo real. http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/alfredo-molanobravo/columna-tiempo-real. 17 Mayo 2008. 35Cine, telenovela, poltica http://extroversia.universia.net.co/html/reportajes/rep2006/hayFestival/fiestaLiteraria3.html 36 lvarez Gardeazbal, Gustavo. El Divino. Plaza y Jans, Bogot. 1985.33 34

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1984. Lara intentaba hacer efectivo el tratado de extradicin, nico mecanismo legal que tema la mafia, cuyo poder sobornando e intimidando a la justicia colombiana era casi absoluto. A partir de su muerte se desencadena una horrorosa guerra entre los narcos y el Estado. El asalto al Palacio de Justicia en 1986, el asesinato de tres candidatos presidenciales en 1989 y el exterminio de ms de 2000 militantes la izquierda civil marcan el punto lgido de este conflicto colombiano. Virgilio Barco, presidente de Colombia entre 1986 y 1990 lleg a afirmar desesperado la nica ley que los traficantes respetan es la ley de la oferta y la demanda. El grupo comandado por Pablo Escobar, los extraditables, somete al Estado y negocia la no extradicin y el pago de penas irrisorias, tras secuestrar a miembros de la clase dirigente, quienes dieron su brazo a torcer al verse afectados personalmente.37 Esta guerra finaliza al menos en su primera fase - con la muerte de Escobar en 1993, en una alianza entre sectores de las Fuerzas Armadas, la DEA y traficantes rivales -entre los que se contaba el paramilitarismo- mientras la persecucin a los movimientos de izquierda y la cocana, reactivan a la guerrilla de las FARC especialmente en las zonas de cultivo de coca, como el Caquet y la Amazonia. Sin embargo, el drama social colombiano no tocaba an a los artistas. La situacin era muy similar a la que sealara Serrano casi diez aos atrs, cuando afirmaba que sobre los efectos de tales relaciones slo podemos bosquejar hiptesis cuya validez nicamente en el futuro podr dilucidarse.38 Podran plantearse varias hiptesis que expliquen por qu los artistas ignoraban el problema: Por una parte, el limitado espacio para el surgimiento de nuevos artistas y las pocas oportunidades que ofrecan los Salones nacionales39 y dems muestras dedicadas a la plstica local, donde el predominio de unos pocos nombres limitaba el acceso a muchos otros. Por otra, las corrientes y las tendencias dominantes de los 80 que no incluan en su programa las preocupaciones sociales y polticas que tanto eco tuvieran en la dcada anterior, y que llevaron del conceptualismo que se impuso tardamente en Colombia a fines de los 70 - al rotundo y37 38

rpido xito de la generacin post

Garca Mrquez, Gabriel. Noticia de un secuestro.Editorial Norma, Bogot, 1996. Serrano, Ibd., pgina 25. 39 Vanse los diferentes catlogos del Saln durante la dcada, desde el XXVIII Saln de 1980 hasta el XXXII en 1989. Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura, Bogot,

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expresionista40, a la que pertenecen Diego Mazuera, Luis Luna, Victor Laignelet, Vctor Robledo, Cristina Llano, Bibiana Vlez, Carlos Serrano y Carlos Salas, entre otros, quienes hicieron a su regreso una inesperada toma de los espacios del arte luego de haberse educado en Europa y los Estados Unidos, con intereses plsticos que quiz por primera vez coincidan con los de los grandes centros internacionales. Curiosamente sern los propios narcotraficantes los encargados de realizar una agitada revolucin en la arquitectura y las artes decorativas, imponiendo su propia esttica en la que los caballos, la msica ranchera, los santuarios, los grifos de oro y otros elementos habituales de su cultura reflejaban una cultura oscilante entre lo ancestral y lo consumista.41 Un ejemplo es la estatua de John Lennon desnudo, encargada a Rodrigo Arenas Betancur por Carlos Lehder para su Posada Alemana en cercanas al municipio de Salento.42 En esta dcada la mafia se interesa en la adquisicin masiva de obras de arte, no solo como medio de ascenso social, sino en su funcin econmica, ya que es precisamente en este momento cuando el mercado del arte global se dispara, asociado al sistema financiero -legal e ilegal - permitiendo grandes mrgenes de especulacin, circulacin de bienes ficticios y lavado de activos. El mercado de arte local no era ajeno a la demanda que generaba el trfico de drogas y aunque an no se ha establecido el papel que los marchands, galeristas y dealers de arte han tenido como beneficiarios directos o indirectos, concientes o no del trfico de drogas, el boom narco explica en gran medida los elevados precios que el arte colombiano empezara a tomar a partir de entonces. Posteriormente, el mundo del arte tendra que pagar el precio de esta asociacin, con el aumento del nmero de robos a galeras, coleccionistas y museos, el incremento del mercado de obras falsas y la consecuente depresin de la demanda en este campo. La obra que mejor define el fenmeno de las drogas en Colombia en la dcada de los 80 es la pelcula de Vctor Gaviria Rodrigo D No Futuro, dedicada a los jvenes de los barrios pobres de Medelln. El film de Gaviria impone en el imaginario nacional la imagen del sicario, tan utilizada en la ltima dcada por directores como Barbet Schroeder en La Virgen de los sicarios (2000) y Emilio Maill en Rosario Tijeras (2005), dando inicio a unAguilar, Jos Hernn. Balas privadas, Corazones pblicos, en Nueva Imagen, 19 artistas colombianos exponen su plstica. Ediciones Alfred Wild, Bogot, 1994. 41 Salazar, Ibd., p. 60.40

Lehder tena su propio peridico que regalaba en las esquinas de todas las ciudades, Quindo Libre, editado en tinta verde para proclamar "la civilizacin de la marihuana". Castillo, Ibd.42

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gnero de la ficcin literaria y cinematogrfica- que Margarita Jcome ha denominado como la sicaresca.43 Segn Gaviria NO FUTURO es una mxima del punk en todo el mundo. Indica la amenaza de la guerra nuclear, pero sobre todo el abandono que en la sociedad postindustrial se tiene para todo aquello que no sea la imagen de un producto consumible, devorable. NO FUTURO es la mxima de lo que se ha llamado postmodernismo, el mundo de la publicidad, en donde todo se ha reducido a un inmenso basurero. El tiempo se ha detenido en un presente comestible, en la inminencia del consumo. El presente en que vive el producto encerrado en su empaque al vaco, que de un momento a otro ser comido, consumido, y luego ser basura en el basurero de todas las cosas.44

Jaime Avila Nia rbol, de la serie La vida es una pasarela (2002-2005)Fotografa: Jaime Avila

43 44

Citado por Jcome, Ibd. Ibd.

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LOS NOVENTA: RETRATOS MUDOS

Juan Pablo Fajardo, El Doctor (1998). En esta obra Fajardo toma una estatuilla de Jos Gregorio Hernndez y transforma al santo en la figura del capo Pablo Escobar.Fotografa: Juan Pablo Fajardo

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Con el fin de la guerra fra se instala en Colombia el modelo neo liberal que impuls la privatizacin de las empresas pblicas y aceler el establecimiento de relaciones comerciales desventajosas para el pas, cuyos efectos se vieron amortiguados por el dinero del trfico de drogas: A ojos del mundo entero, a Colombia entraron en 20 aos no menos de 50.000 millones de dlares - 2.500 por ao -, cifra que explica la singular estabilidad econmica del pas durante estas dcadas. Con semejantes ingresos el pas casi no sinti la implantacin de las polticas neoliberales. Pero la realidad fue que la industria manufacturera en grandes dificultades, sin duda - y la agricultura comercial quedaron muy golpeadas por la apertura econmica.45 Este neo conservadurismo disfrazado de liberalizacin, se vio acompaado por una contra- reforma agraria que iba de la mano del negocio de la droga. La acumulacin de tierras por parte de los narcotraficantes lograda a menudo a travs de la expulsin violenta de sus propietarios - y el mal uso de estas empobreci an ms la economa legal en Colombia. Para 1995 se estimaba que 7 de las 20 millones de hectreas que el pas tena destinada a la agricultura estaban en manos del gran capital: Mirada en conjunto, la poltica agraria de los ltimos gobiernos ha sido en la prctica una obra en tres actos: primer acto, entrada de los paramilitares motosierra en mano y desplazamiento de campesinos; acto segundo, negociacin con los paramilitares, y acto final, entrega de tierras a grandes inversionistas.46 En contraparte la marginacin de la poblacin campesina aceler el crecimiento de la produccin de drogas, especialmente del naciente negocio de la amapola que floreci en las montaas del Cauca y el Tolima - fortaleciendo a la guerrilla de las FARC, extendiendo el conflicto y convirtindolo en una guerra interna a gran escala. Ser esta la dcada en que se impone en Europa y Estados Unidos el heroin chic, mistificacin del consumo de drogas en el mundo de la msica, la moda y el arte, surgido a partir de films que examinaban la cultura de las drogas y el trnsito entre la herona inyectada que haba cobrado tantas vctimas en la dcada anterior a la herona aspirada. Pelculas como The Basketball Diaries, Trainspotting, y Pulp Fiction, las fotografas de Vincent

Alfredo Molano Bravo. El Plan Colombia y el conflicto armado. Texto ledo ante el Parlamento Europeo. Comisin de Cooperacin al Desarrollo. Bruselas, septiembre 12 de 2000. 46 Molano Bravo,Alfredo. Carimagua inc. El Espectador, 21 Febrero 2008.45

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Gallo y la campaa de 1993 de Calvin Klein con la modelo Kate Moss, implantaron este estilo.

A la izquierda Kate Moss, representante del heroin chic. A la derecha Carlos LehderFotografas: The Independent, Daily Mirror y fotografa annima.

En Inglaterra el traficante de drogas Howard Marks alcanza el status de icono cultural, publicando un libro donde relata abiertamente sus mtodos y ganancias en el trfico de drogas, mientras la brutalidad terrorista de los narcos colombianos y el asesinato del futbolista Andrs Escobar en 1994 terminaran de perfilar la imagen de Colombia como uno de los peores lugares del mundo, imagen alimentada por los medios de comunicacin internacionales y por Hollywood, cuyas estrellas, desde Harrison Ford a Jhonny Depp - incluyendo al agente 007- se haban enfrentado a los peligrosos traficantes colombianos. En Colombia la desestabilizacin poltica producida por las fuerzas ilegales, la aplicacin de las polticas neo liberales, la reduccin de los espacios de opinin y participacin y el control de los medios de comunicacin por parte de unos pocos grupos econmicos, son acontecimientos cruciales que directa e indirectamente generan respuesta en los trabajadores de la cultura, quienes decidieron comprender, enfrentar y encontrar alternativas y soluciones a una crisis social generalizada. Los intelectuales y artistas de Medelln, entre los que se cuentan Vctor Gaviria, Jorge Franco, Fernando Vallejo y

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Alonso Salazar sern los que mejor articulen esta problemtica, quiz porque dicha ciudad haya sido la ms afectada por el fenmeno narco.47 La ausencia de reflexiones visuales o escritas sobre el tema en las artes plsticas sigue siendo una constante que puede corroborarse al inspeccionar los trabajos crticos, las diferentes publicaciones y los catlogos de las principales exposiciones de la dcada. En las columnas de prensa y los artculos de revista de Eduardo Serrano y Carolina Ponce de Len escritos en esa dcada, compilados y publicados posteriormente en Arte colombiano contemporneo48 y El efecto mariposa49 respectivamente, el problema de las drogas apenas es mencionado. Esta ausencia se hace evidente al revisar exposiciones importantes como las Bienales de Bogot de 1990 50 y 1992 y los Salones Nacionales de 199451 y 1996.52 La pasividad ante la urgencia de la realidad local tambin impregna las muestras internacionales de arte colombiano durante la primera parte de la dcada. En 1991 en la 21 edicin de la Bienal de Sao Paulo, que planteaba problemticas identitarias muy actuales53, Colombia particip con una muestra colectiva excesivamente conservadora que inclua los trabajos abstractos con referencias indigenistas de Edgar Negret, Carlos Rojas y Ramrez Villamizar.54 Un ao despus con las celebraciones del Quinto Centenario del Descubrimiento de Amrica se realizaron varias exposiciones encaminadas a ensear el arte colombiano y latinoamericano contemporneo. Pero tanto en Arte Contemporneo Colombiano presentado en el Pabelln de las Artes ExpoSevilla9255, como en la seleccin de artistas colombianos hecha para ArtistasSin embargo, vale la pena mencionar que La virgen de los sicarios (Fernando Vallejo, 1994) y Rosario Tijeras (Jorge Franco Ramos, 1999) apenas siguen lo que tempranamente lograron definir Vctor Gaviria con Rodrigo D No Futuro y Alonso Salazar con su anlisis sociolgico No nacimos pasemilla.. 48 Serrano, Eduardo. Arte colombiano contemporneo. Alcalda Mayor de Bogot, Bogot, 199947

Ponce de Len, Carolina. El efecto mariposa. Alcalda Mayor de Bogot, Bogot, 2003. Vase los catlogos 1 Bienal de Arte de Bogot, Museo de Arte Moderno, Bogot, 1988 y 2 Bienal de Arte de Bogot. Museo de Arte Moderno, Bogot, 1990. 51 XXXV Saln Nacional de Artistas. Instituto Colombiano de Cultura, Litografa Arco. Bogota 1994. 52 XXXVI Saln Nacional de Artistas. Instituto Colombiano de Cultura, Bogota, Litografa Arco? 1996.49 50

21 Bienal de Sao Paulo. Fundacin Bienal de Sao Paulo, Sao Paulo, 1991. Este texto constituye los trminos de referencia del seminario Identidad artstica y cultural en Amrica latina, realizado entre el 23 y el 25 de noviembre de 1991 en Sao Paulo. Participaron Ivo Mesquita, Pastor Mellado, Aracy Amaral, Charles Merewether, Mari Carmen Ramrez, Ral Anteio y por Colombia Germn Rubiano.53

Quienes ya haban sido premiados en la Bienal dcadas atrs, Ramrez en 1969 y Rojas en 1975. Donde participan Bernardo Salcedo, Miguel ngel Rojas, Edgar Negret, lvaro Barrios, Juan Antonio Roda, Alejandro Obregn, Fernando Botero, Santiago Crdenas, David Manzur, Mercedes Hoyos, Mara de la Paz Jaramillo, Manuel Hernndez, Saturnino Ramrez, Lus Caballero, Carlos Rojas, Eduardo Ramrez Villamizar. Arte Colombiano Contemporneo. Expo 92 Sevilla, Serrano, Eduardo. OP Graficas Ltda. Bogota, 1992.54 55

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Latinoamericanos del Siglo XX56, realizada tambin en Sevilla, se tuvieron en cuenta a artistas consagrados quienes se haban mostrado indiferentes ante los problemas recientes del pas. La excepcin la constituy Ante Amrica57, un proyecto de Carolina Ponce de Len, Gerardo Mosquera y Rachel Weiss, una de las pocas muestras que se interes por cuestionar los estereotipos y atribuciones que le asignan al continente, que van desde la nocin de un territorio primitivo, lo extico, lo folclrico hasta la de ser un espacio de eternas revoluciones y convulsiones sociales.58 Ante Amrica y la muestra fotogrfica que le acompaaba, Cambio de Foco,59 a diferencia de las exposiciones anteriormente mencionadas, efectivamente cuestionaron la imagen de un continente donde supuestamente las nociones de lo folclrico y lo irracional permean cada relacin y produccin. Sin embargo, en los salones regionales y de arte joven las imgenes de las narco guerras empiezan a hacerse frecuentes. El rostro de Pablo Escobar, las siluetas de las armas y los cuerpos abatidos aparecen en los trabajos de los artistas, especialmente de los nacidos en las dcadas de los aos 60 y 70. La conciencia crtica de los jvenes se presenta de una manera masiva e indita en el medio local, moldeando hasta el da de hoy la imagen pblica del arte colombiano. Simultneamente, algunos artistas consagrados, como Beatriz Gonzlez y Ethel Gilmour, empiezan a tratar el tema. Los Retratos mudos de Gonzlez (1991) eran dibujos extrados de las fotografas de prensa publicadas despus de la muerte de Gacha, su hijo y sus guardaespaldas. Los cadveres deformados del mafioso y su hijo, transfigurados por el fuego de las ametralladoras de los helicpteros artillados que les dieron caza en un platanal cerca de Tol, causaron una honda impresin en el pas, tanto por el estado de los cuerpos, como por la sospecha generalizada que se estuvieran entregando los cuerpos de otras personas. Con agudeza y sentido de la oportunidad Gonzlez escogi una imagen que simbolizaba la brutalidad de Gacha, representante de la fusin de las mafias de las esmeraldas y la cocana, jefe del brazo

Participaron Botero, Negret y Ramrez Villamizar. Rassmussen, Waldo. (Curadura) Latin American artists of the XX Century, MOMA, Nueva York, 1991. 57 Vase Mosquera, Gerardo. Ante Amrica (Presentacin). Ante Amrica, Banco de la Repblica, Bogot, 1992. 58 21 Bienal de Sao Paulo. Fundacin Bienal de Sao Paulo, Sao Paulo, 1991. Pginas 383 y 384. 59 Cambio de foco. Banco de la Repblica, Bogot, 1992.56

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militar del Cartel de Medelln, gestor del paramilitarismo y exterminador de la izquierda civil en Colombia.

Beatriz Gonzlez , Retratos mudos (1990)

Fotografa: Beatriz Gonzlez

Como hemos mencionado con anterioridad, sern los artistas jvenes los encargados de impulsar una transformacin ideolgica en las artes visuales, que ocurrir de adentro para fuera. Pulsiones60 organizada por Miguel Gonzlez en el Museo de Arte Moderno La Tertulia de Cali en 1993, constituye quiz la primera muestra organizada a partir de la realidad urgente del pas. En ella participaban Fernando Arias, Jos Alejandro Restrepo, Doris Salcedo y Elas Heim, junto a dos miembros de la generacin anterior, Miguel ngel Rojas y Alicia Barney. A pesar que ninguna de las obras en la muestra trataba especficamente el problema narco, Pulsiones en su abordaje constituye una muestra pionera, presentando las preocupaciones ecolgicas de Alicia Barney, el cuestionamiento del exotismo de Jos Alejandro Restrepo, las obras que aludan al SIDA de Fernando Arias y la iconografa prehispnica-postmoderna de Miguel Angel Rojas. En el catlogo de la exposicin Gonzlez declaraba: Una sociedad corrupta, narcotizada por el dinero fcil y estigmatizada por un caos climtico y energtico provocado por una tradicin de violaciones a60

Gonzlez, Miguel. Pulsiones. Catlogo de la exposicin Museo de Arte Moderno La Tertulia, Cali, 1993.

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la naturaleza, es capaz igualmente de enfrentar su drama y convertirlo en motivo argumental de su arte. El cmo esos recursos se emplean y se empecinan en formar asociaciones, denuncias o simplemente en sealar situaciones, es el motivo de esta muestra. 61 Parte del grupo de artistas presentes en ella y que nos ocuparn ms adelante, se va perfilando a travs de la dcada, participando en la V Bienal De La Habana62 en 1994; en Arte, Religion, Poltica, Arte Figurativo Colombiano O Realismo Mgico? en 1995;63 Forests Revisited realizada el mismo ao en el Colombian Center de Nueva York; Cultura VitaNatura Mors, realizada en Stuttgart y Bonn, la XXIII Bienal de Sao Paulo;64 y en Por mi raza hablar el espritu en 1996, esta ltima un intercambio con artistas mexicanos realizada en el Museo del Chopo en Ciudad de Mxico y en la Biblioteca Lus ngel Arango de Bogot.65 Llegado a este punto el arte colombiano haba cambiado de perfil y orientacin, alcanzando nuevos niveles de reconocimiento. La directora de la contraparte mexicana de Por mi raza hablar el espritu, Paloma Porraz declaraba en este momento que desde Mxico, parecera que entre los artistas colombianos existe un consenso sobre la realidad y la forma en que la violencia y la incertidumbre alimentan su creatividad e intensifican su reflexin. Despus de analizar las actitudes de los artistas hacia su realidad circundante nos preguntamos por qu los artistas mexicanos no estn interesados en su entorno.66

Gonzlez, Ibd. Participan Carlos Uribe, Eduardo Pradilla, Fernando Arias, German Botero, Jos A. Restrepo, Jos Antonio Surez, Miguel ngel Rojas, Nadin Ospina, Ofelia Rodrguez, Rodrigo Facundo. V Bienal de la Habana. Arte, Sociedad y Reflexin. Instituto Colombiano de Cultura, Bogota 1994.61 62

Galera Mead, Centro de Arte de la Universidad de Warwick, Coventry, Inglaterra; Galera -Concourse- Centro Barbican, Londres; Galera Theorems, Bruselas, Blgica; Centro Cultural Melina Mercury, Atenas, Grecia. Participan: Jorge Julin Aristizabal, Ral Cristancho, Ethel Gilmour de Uribe, Beatriz Gonzlez, Vctor Laignelet, Horacio Martnez Mndez, Miguel ngel Rojas, Gabriel Silva Rubio, Juan Camilo Uribe.63

Ardila, Maria Elvira. Rooms for resistance. Jos Alejandro Restrepo, XXIII Bienal de So Paulo, Brasil, XXIII Bienal de So Paulo, 1996. http://www1.uol.com.br/23bienal/paises/ipco.htm. Consultado Enero, 2004.64 65 66

Por mi Raza Hablar el Espritu. Banco de La Republica, Bogota, 1996. Porraz, Paloma. Por mi Raza Hablar el Espritu en Ibid, pgina 12.

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Juan Fernando Herrn, Anexo 273 (1996)

Fotografa: Juan Fernando Herrn

El tema narco aparece con toda su intensidad en el mismo ao de 1996 en la V Bienal de Arte de Bogot67 cuando Juan Fernando Herrn presenta las obras Cajas fucsia con estrellas brillantes y Anexo 273. Ambos trabajos aludan al proceso judicial que investigaba el ingreso de dineros a la campaa del presidente Ernesto Samper por parte del Cartel de Cali. A pesar que el contubernio entre poltica y el dinero negro es de vieja data y de normal aceptacin una dcada atrs con la ventanilla siniestra de Lpez Michelsen,68 el "Proceso 8000" despert un inters enorme y reacciones airadas por parte de la opinin pblica, ya que delataba la profunda alianza entre la clase poltica y los traficantes de Cali. La pieza fotogrfica Anexo 273 escenificaba uno de los pasajes extrados de los testimonios del proceso donde se aseguraba que el dinero aportado por los traficantes se transport en cajas fucsia con estrellas brillantes. En la imagen unos hombres custodian el ingreso de unas cajas con papel de regalo fucsias con estrellas brillantes - en un67.

V Bienal de Arte de Bogot, Museo de Arte Moderno de Bogot, Bogot, 1996. Textos de lvaro Barrios; Miguel Gonzlez; Carmen Mara Jaramillo; Jos Ignacio Roca; lvaro Ramrez; Luis Fernando Valencia. 68 Y las sospechas de financiamiento de las campaas del mismo Lpez y sus sucesores en el poder, Julio Csar Turbay (1978-1982) y Belisario Betancur (1982-1986). Castillo, Ibd.

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automvil. En Cajas fucsia con estrellas brillantes Herrn ensambl 6 de estas cajas una sobre otra en tamaos decrecientes formando una especie de zigurat u obelisco, un irnico monumento a la evidencia ausente.69

Juan Fernando Herrn, Cajas fucsia con estrellas brillantes (1996-2008). Esta segunda versin de la obra, presentada en el 41 Saln Nacional de Artistas en Cali en 2008, incluye una serie de dibujos a lpiz sobre pared que ilustran diferentes situaciones del proceso 8000. Fotografas: Juan Fernando Herrn Roca, Ibd.

69

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Vale la pena mencionar que uno de los principales implicados en el Proceso 8000 era el entonces Ministro de Defensa Fernando Botero Zea, hijo del pintor Fernando Botero y la directora del Museo de Arte Moderno donde se realizaba la Bienal, Gloria Zea. Una de las bromas que circulaba en ese entonces afirmaba que Gilberto Rodrguez Orejuela, jefe del Cartel de Cali deca que el cheque dado a Botero Zea era el Botero ms chiquito y ms caro que he pagado. En la misma edicin de la Bienal Fernando Arias present Sin titulo, una instalacin con cocana y sangre. Sobre un rectngulo de sangre enmarcado en un cubo transparente escriba con la droga extractos del texto de respuesta que le enviaba la Directora del Museo de Arte Moderno excusndose por no poder financiar su proyecto para la muestra. Segn Arias: "En cuanto a la sustancia que utilic para hacer las letras, yo le ped por carta a la Direccin Nacional de Estupefacientes la cantidad de coca que requera. Pero nunca hubo respuesta. Entonces junt unos amigos que me suministraran cada uno la cantidad de uso personal permitida y la mezcle con Borax. As me curaba en salud."70

Fernando Arias Sin Titulo (1996)70

Fotografa: Fernando Arias

En comunicacin con el autor, febrero 9 de 2009.

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En retrospectiva, parece que la verdadera victima de la Guerra a las drogas en la Bienal de Bogot de 1996 fue la Directora del Museo, Gloria Zea, quien admita a travs de las obras de los artistas, los errores cometidos por su hijo. A pesar del escndalo del proceso 8000, instigado por el perdedor de estas elecciones, el futuro presidente Andrs Pastrana cuyo primo result preso en Argentina por lavado de dinero- el gobierno Samper termin de desarticular al Cartel de Medelln y acab con el Cartel de Cali. Para 1997 la mayora de los grandes jefes de estos grupos se encontraban muertos en la crcel, cerrndose as otro ciclo del trfico de drogas en el pas. Ese mismo ao Arias es invitado a INSITE 97, un evento dedicado a explorar las tensiones polticas, econmicas y sociales de la frontera Mxico/USA. La lnea y la mula, obra presentada por el artista en la muestra, aluda a los correos humanos de la droga las mulas71-, a la persecucin a los inmigrantes ilegales y a la arquetpica y cinematogrfica lnea de coca, aumentada brutalmente de tamao como la propia poltica anti-drogas estadounidense-. Segn Jos Manuel Valenzuela "En La lnea y la mula, del colombiano Fernando Arias, se presentan fragmentos de la malla ciclnica construida en diversas partes de la frontera, que impide la visibilidad hacia el otro lado, cortando el encuentro de miradas. La barda se apoya en una superficie metlica, de brillo especular, en la cual podemos reflejarnos y seguir su trayectoria agresiva de guillotina que casi llega al piso, donde se encuentra una columna de polvo blanco. La lnea de coca, visible desde ambos lados de la frontera, podra proyectarse hasta la mula, personificada por su autor, quien representa a los que transportan la droga. Un endoscopio permite mirar dentro de su cuerpo, en su identidad ms ntima. El espectador deviene voyeurista de la interioridad expuesta del artista, desafindonos a ver dentro de nosotros mismos."72

71

Sobre las mulas y su rara y extremamente arriesgada forma de adiccin al dinero vease Molano, Alfredo. El

rebusque mayor. El ncora Editores. Bogot. 1997.72

Arte in situ. Valenzuela, Jose Manuel.

La Jornada semanal, 9 nov 1997. http://www.jornada.unam.mx/1997/11/09/sem-valenzuela.html

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Fernando Arias, La lnea y la mula (1997)

Fotografa: Fernando Arias

Los efectos de la poltica anti drogas se ven inmediatamente reflejados en el mercado de arte y la desarticulacin de los grandes carteles coincide con una crisis generalizada en el mercado local, cuando la mayora de las galeras son cerradas. Junto a la detencin de sus miembros y a la desarticulacin de sus organizaciones, el Estado incaut una gran cantidad de obras de arte. Entre agosto de 1989 y diciembre de 1995 se haban recogido ms de 20.000 cuadros, litografas y afiches, entre los que figuran pinturas de Pablo Picasso, Fernando Botero y otros reconocidos artistas.73 Unos pocos meses despus, en febrero de 1996 se supo que 20.000 de estas obras, valoradas en 40.000 millones de pesos de ese entonces, desaparecieron del Consejo Nacional de Estupefacientes.74 Otro dato interesante sobre las colecciones de los grandes jefes fue dado a conocer posteriormente, cuando el Ministerio de Cultura confirma que otras obras incautadas las restantes - de las colecciones de Escobar, Santacruz y otros traficantes como Alberto Orland Gamboa, entre las que se contaban supuestos cuadros de Botero, Manzur, Caballero y Grau, eran falsas.75

73

Espinosa, Javier. Se pierden 20.000 obras de arte decomisadas a los narcotraficantes. El Mundo. Jueves 1 de febrero

de 1996. http://www.elmundo.es/papel/hemeroteca/1996/02/01/cultura/81899.html74

. Este organismo declar que al menos 84 de estos cuadros fueron transferidos a Colcultura. Al ser cuestionado

sobre el destino de estas piezas el entonces director de esta entidad Juan Lus Meja declar: A m jams me entregaron un cuadrito porque si lo hubieran hecho lo habra colgado en el museo nacional.Ibd..

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MUSA HBRIDA Curiosamente la obra de arte que con mayor profundidad y agudeza habla sobre las drogas en Colombia es una investigacin que no trata sobre ellas. Musa Paradisaca76 (1993-1997) de Jos Alejandro Restrepo indaga sobre la relacin entre colonialismo, capitalismo y clasificacin taxonmica, articulndose en el contexto de la guerra en Colombia. Restrepo examina en diferentes direcciones las implicaciones histricas, culturales y econmicas que se derivan del carcter dual del fruto prohibido/del paraso -Musa Paradisaca es el nombre cientfico del banano comn- cuya explotacin ha desatado violentos conflictos en Colombia durante todo el Siglo XX. En la vdeo instalacin del mismo nombre, el artista colg racimos de banano entrelazados con el cableado de monitores de vdeo, proyectando en el suelo imgenes tomadas de los cuerpos inertes de los cados en las masacres que las FARC y las autodefensas realizaban contra los trabajadores del banano acusados de pertenecer a uno u otro bando. En palabras del autor: La maduracin de los bananos la transformacin del color como paso del tiempo y como diagrama del proceso histrico - exacerba el olor impregnado de experiencia cotidiana y lo territorializa. El territorio de la vdeo instalacin, que es ocupado por el monocultivo del banano, indica el rgimen econmico y las relaciones de poder que se estructuran. La putrefaccin y el tiempo comprimido de la propia crisis de la economa colombiana, dejando entrever su momento actual de sustitucin por la droga y la crisis poltica.77 La violencia bananera de los aos 80 y 90 es particularmente interesante en cuanto delinea el tipo de conflicto en que estas fuerzas se enfrascaran ms adelante. En los aos ochenta los movimientos guerrilleros infiltran los sindicatos de trabajadores de Urab, desatndose una lucha armada por el control de la regin entre stos y los nacientes grupos de ultra derecha asociados con los terratenientes, que luego se vendran a conocer como las AUCC y las AUC. Cada bando empez a realizar una serie de

75http://www2.noticiasdot.com/stilo/contenido/noticias/2004/0404/2604/noticias_stilo-260404-2.htm

Restrepo, Jos Alejandro. Musa Paradisaca. Apuntes para una investigacin. Bogot, Colcultura, 1997. Vase tambin Gutirrez, Natalia. Cruces: Una reflexin sobre la crtica de arte y la obra de Jos Alejandro Restrepo, IDCT, Bogot, 2000. 77 Herkenhoff, Paulo. El hambre polismica de Jos Alejandro Restrepo, Transhistorias, Historia y mito en la obra de Jos Alejandro Restrepo. Bogot, Banco de la Repblica, 2001. p.p. 44-51.76

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matanzas colectivas donde caan indiscriminadamente los trabajadores y sus familias hasta que finalmente en 1996 y con el apoyo del Ejrcito los grupos paramilitares toman el control de la zona.78 regiones del pas. El xito en la estrategia empleada ser utilizado posteriormente Musa Paradisiaca seala un ciclo que se repite, basado en la El latifundio bananero, Restrepo, ese islote anacrnico, especie de vacuola espaciopor los grupos paramilitares para ejercer un enorme dominio territorial sobre amplias acumulacin y la explotacin del hombre y de la tierra. parafraseando al propio

temporal fuera del flujo de la historia del progreso79 cobra actualidad al momento de escribir estas pginas, cuando la multinacional Chiquita Brands International sucesora de la United Fruit - es multada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos con 25 millones de dlares por financiar a las Autodefensas Unidas de Colombia, a las que pag casi todos los meses desde 1997 hasta 2004 una cifra de al menos 1,7 millones de dlares.80 En 1995 en la exposicin Scars = Pleasure + Sacrifice, presentada en el Consulado General de Argentina y en el Colombian Center de Nueva York, Restrepo present el vdeo Metanoia en el psicotrpico, utilizando el cuadro Campo de amapolas de Monet, para contraponerlo a imgenes similares de fumigaciones en Colombia incluyendo una pieza musical impresionista Daphne y Chlo de Ravel - acercando al pblico norteamericano a la realidad de la guerra contra las drogas. Restrepo es quiz el primer artista colombiano en sealar las polmicas aspersiones reas de los cultivos ilcitos81 y en ocuparse del naciente problema de los cultivos de amapola que empezaba a tomar fuerza en este

Aranguren, Mauricio. Mi confesin, captulo XVI, La guerra de Urab. Editorial Oveja Negra, Bogot, 2001. http://www.mauricioarangurenmolina.com/confesionXVI.htm78 79 80

Restrepo, Jos Alejandro. Psicogeografas y transhistorias, En Transhistorias, pp. 53-54.

Goodman ,Amy . El gran traspi de Chiquita Democracy No http://www.rebelion.org/noticia.php?id=53929&titular=el-gran-traspi%E9-de-chiquita81 Los programas del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) demandan que los pases abran sus fronteras a una lluvia de productos agrcolas (altamente subsidiados) de los pases ricos, con el efecto obvio de desmantelar la produccin local. Aquellos desplazados o bien son empujados a los barrios marginales de las ciudades (bajando as los salarios para los inversores extranjeros) o son instruidos para convertirse en "campesinos racionales" que produzcan para el mercado externo y busquen los precios ms altos - lo que se traduce como "coca, cannabis y opio." Habiendo aprendido su leccin en forma adecuada, son entonces recompensados con ataques con helicpteros de asalto mientras sus campos son destruidos por medio de productos qumicos y armas biolgicas, cortesa de Washington. Chomsky, Ibd.

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periodo. La produccin de opiceos se desarrollaba en reas montaosas del Tolima, Cauca, Huila, la serrana del Perij y Nario, favorecida tanto por los beneficios evidentes del mercado ilegal, -procesada y convertida en herona, representaba una utilidad mayor que la coca- como por el fracaso de la economa agraria, y era tan intensa que para 1995 se estimaba que existan en el pas entre 16 y 20 mil hectreas de amapola sembrada. 82 Como en Musa Paradisiaca la pregunta est dirigida al uso que hacemos de los frutos del paraso y las flores del mal. En la conferencia ofrecida por el artista en marzo del 2004 en La Fundacin La Caixa en Barcelona, en el marco de la exposicin Botnica Poltica. Usos de la ciencia, usos de la historia83 Restrepo afirm: Quisiera retomar el punto de desencuentro fatal de las flores del mal, porque seguimos siendo sordos a estos signos que estn all, mientras la historia sigue arrogantemente arrasando los bosques y el mundo sin escuchar esos signos, que estn all, hablndonos.84 Mientras el arte colombiano se fortaleca y defina su perfil, las muestras europeas dedicadas a exponer la produccin latinoamericana eran duramente criticadas, como sucede con Artistas latinoamericanos del siglo XX,85 Cocido y crudo (1994), 86 por el agotamiento de los discursos de la otredad y el multiculturalismo, el resurgir del pensamiento post colonial y la aparicin de una nueva forma de experimentar arte y poltica surgida en 1999 en las protestas ante el encuentro de la Organizacin Mundial de Comercio (OMC) en Seattle en 1999 y las manifestaciones contra el capitalismo87 en varios lugares del mundo a fines del mismo ao. El carcter nico de estas protestas, que unificaron a fuerzas y comunidades tan distintas entre s como el Movimiento de los Sin Tierra del Brasil, el EZLN mexicano, las organizaciones de inmigrantes en Europa y los Estados Unidos, los movimientos indgenas y ecologistas de todo el planeta, estaba dado

82

Salazar, pgina 101.

Botnica Poltica, Sala Montcada de la Fundacin La Caixa, Barcelona: www3.lacaixa.es/salamontcada Consultado en Julio, 2004.83

En su conferencia Musa Paradisaca. Fundacin La Caixa, Barcelona, Marzo 28, 2004. Indita. Cameron, Dan, Cocido y crudo, Centro de Arte Reina Sofa, Madrid, 1994. 86 Guasch, Anna Mara: Multidiversidad y multiculturalismo en el arte de los aos noventa, pginas 397-407, en El arte del Siglo XX en sus exposiciones, 1945-1995. Ediciones del Serbal, Barcelona, 1997. 87 El 18 de junio de 1999, cuando se celebr el Carnaval contra el Capital en el corazn de los centros financieros de Londres, Sydney, Montevideo, Nueva York, Dhaka, Toronto, Buenos Aires y otras ciudades de todos los continentes.84 85

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por una voluntad de diversin indita.88 El nfasis en el territorio, la participacin, el deseo y el gozo hicieron convergir arte y poltica, ocasionando indirectamente un giro inesperado en la escena global del arte, que se oficializa dos aos mas tarde en Documenta 11 (2002).89 En 1999 se realizaba en Bogot Status Quo, una exposicin que coincida plenamente con las intenciones de reemplazar las grandes narrativas a travs de nuevas demandas ticas en los modos de interpretacin histrica90 en la que participaban Adriana Arenas, Juan Fernando Hernn, Jos Alejandro Restrepo, Beatriz Gonzlez, Miguel ngel Rojas y Wilson Daz. Esta exposicin, realizada en la Galera Valenzuela & Klenner coincidi con las muestras internacionales que rescataban el papel del conceptualismo de los aos 70 en Amrica latina como Global conceptualism y la Primera Bienal de MERCOSUR, donde eran mostradas las estrategias de respuesta poltica y cultural de artistas como Helio Oiticica, Cildo Meireles, Vctor Grippo, Len Ferrari, Artur Barrio, los grupos AI-5 y Tucumn Arde. Status Quo anuncia para las artes visuales colombianas su ingreso al gnero narco. 91 En ella Adriana Arenas present Football 1979, una fotografa ampliada del equipo de ftbol Deportivo Pereira en un estadio. La artista, hija de un dirigente deportivo aparece como mascota del equipo. Cabe aclarar que el control del narcotrfico en el ftbol colombiano fue casi absoluto92 y la obra no deja de ser una pregunta sobre cmo lo pblico redefine lo privado, y cmo el contexto global redefine lo local.93

Cambiar el mundo no consista en un trabajo rutinario: no se trataba de luchar, sino tambin de gozar. Las exigencias ya no se cien exclusivamente al mbito de las necesidades de tierra, comida, control de la produccin, sino tambin el control de nuestros propios deseos. El deseo de una vida mejor, una vida maravillosa, el total reencantamiento con el mundo. (..) A pesar que en el siglo XX se purg el espritu radical del carnaval, convirtindolo en otro espectculo para el consumo y el ocio, asistimos hoy a un nuevo espritu revolucionario que devuelve el carnaval a sus races. El carnaval y la revolucin tienen objetivos idnticos: invertir el rden social mediante la entrega al disfrute, celebrando nuestro indestructible deseo de vivir, un deseo que el capitalismo pugna por destruir con su montona espiral de trabajo y consumo. Jordan, ,John. El olor a carnaval: La revolucin est en el aire. En Modos de hacer. 89 Enwezor, Okwui, The Black Box, Documenta 11, Kassel, Alemania, 2002, pgina 45.88

Enwezor, Ibd. Segn Jos Roca Aunque en la invitacin a los artistas no se estableci eje conductor o tema alguno, sorprende constatar que la totalidad de las obras tocan lo que aparentemente parece ser el tema nacional por excelencia: el narcotrfico. Roca, Jos. Status Quo, Columna de Arena. Reflexiones crticas desde Colombia. # 20: Febrero de 2000. http://universes-in-universe.de/columna/col20/col20.htm 92 Castillo, Ibd.90 91 93

Gutirrez, Natalia. Status.quo.co 1999-2000. Galera Valenzuela & Klenner. Art Nexus No. 36 - May 2000. En

http://www.artnexus.com. Consultado en Enero de 2004.

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Juan Fernando Herrn presentaba Trptico judicial, una fotografa de prensa de dos hombres arrestados por transportar semillas y flores de amapola, acompaada en ambos lados para construir el trptico, por las fotografas del cliz de la flor de la amapola.94

Segn Natalia Gutirrez un statu quo que no se ha modificado, en este caso, durante siglos, y tiene que ven con una flor condenada y todo un montaje judicial armado alrededor de ella, para condenan tambin: a quin? Es una pregunta sin respuesta. La flor, entonces, se vuelve la metfora casi milenaria de una condena, dirigida tal vez a los menos condenables.95

Juan Fernando Herrn Trptico judicial, (1998)

Fotografa: Juan Fernando Herrn

Miguel ngel Rojas ense un dibujo titulado At the other side, hecho con hojas de coca secas recortadas con sacabocados y que formaban un paisaje esquemtico en el que dos cowboys cabalgan. Rojas utilizaba la esttica del western para narrar las historias de la narco colonizacin y sus narcowboys96, una imagen que recuerda una ilustracin publicitaria (el Hombre Marlboro) o una historieta del Far West, y pone de presente ese vicio de la historia de perpetuar los mtodos: la conquista de un territorio mediante la accin violenta encuentra otro escenario y otros actores, pero los roles son los mismos. Aludiendo a la conquista de los territorios al oeste a sangre y fuego - convertida por Hollywood en una saga mtica. 97

94 95 96

Ibd. Ibid. Quiz al aludir al hombre Marlboro, Rojas hace un guio recordando al contrabandista y traficante de drogas

Santander Lpesierra, El hombre Marlboro.97

Roca, Ibd.

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Rojas se refera al inicio de una injerencia cada vez mayor de los Estados Unidos en Colombia: La aceptacin oficial de la ecuacin guerrilla/narcotrfico es la puerta para que la intervencin (ayuda) militar comience su marcha.98 En este punto es necesario explicar lo que aconteca en ese momento. Durante el gobierno Samper las FARC se haban convertido en otra cabeza de la hidra de la coca, creando unas condiciones econmicas, sociales y militares muy favorables para su crecimiento en un modelo de grupo armado neoliberal 99 destruyndose como proyecto revolucionario. Para fines de la dcada el nmero de soldados secuestrados era enorme y el conflicto colombiano pareca llegar a ser una guerra civil a gran escala.

Stephen Ferry. Ceremonia de Liberacin de soldados secuestrados por las FARC. En la formacin aparecen algunos de sus comandantes; de izquierda a derecha el segundo Germn Briceo alias Granobles. Tercero Jorge Briceo alias Mono Jojoy. Municipio de La Macarena, Meta. Junio 28-2001. Fotografa: Stephen Ferry.

Ibd. La guerrilla deja las reas marginales y se proyecta a las zonas ms ricas en recursos naturales (cultivos ilcitos, petrleo, esmeraldas, banano, etc.), aumenta considerablemente su capacidad de reclutamiento y poder de fuego por va de grandes ingresos, va perdiendo su ethos revolucionario al entrar en contacto con el narcotrfico, preserva un desdibujado proyecto poltico y contina su avance hacia el poder nacional. Reveiz, E. El Estado como Mercado. La gobernabilidad econmica y poltica en Colombia antes y despus de 1991,Santaf de Bogot: Fonade, Carlos Valencia Editores,199798 99

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Andrs Pastrana, elegido presidente en 1998 se involucr en un proceso de paz con las FARC y cre el Plan Colombia, una estrategia conjunta de inversin social y fortalecimiento institucional con la ayuda de los Estados Unidos y la Unin Europea, que termin convirtindose en un plan militar contrainsurgente donde Colombia aportaba 4.000 de los 7.000 millones de dlares del proyecto. Se apoy a Colombia para que invirtiera en equipos militares que le vendan empresas norteamericanas- y en la fumigacin de cultivos ilcitos realizada tambin por empresas norteamericanas-. El progresivo involucramiento de los Estados Unidos en la guerra intensific el grado de corrupcin en las agencias policiales y de inteligencia de ambas naciones, y algunos de sus miembros se dedicaron, con mayor conocimiento del terreno y el mercado a traficar con drogas, como el Coronel Hiett, a cargo del entrenamiento de fuerzas antinarcticos en Colombia, implicado junto a su esposa en el contrabando de herona desde la Embajada de su pas en Bogot a Nueva York.100

En Noviembre de 1998 la Aduana de EEUU e inspectores de la (DEA) encontraron 415 kg de cocana y 6 kg de herona en un avin de la Fuerza Area Colombiana que aterriz en Florida, lo cual condujo al arresto de varios oficiales y personal de la Fuerza Area.100

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COSMOCOCA 2000

Derechos humanos. Caricatura de Chcolo

El Espectador, 18 de octubre de 2008

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Es una equivocacin querer explicar nada oponiendo la Mafia al Estado: nunca son rivales. La teora verifica con facilidad lo que todos los rumores de la vida prctica haban demostrado demasiado fcilmente. La Mafia no es ajena al mundo; est perfectamente integrada en l. En el momento de lo espectacular integrado, la Mafia reina como el modelo de todas las empresas comerciales avanzadas. Guy Debord

La dcada actual est definida principalmente por el fenmeno del narco paramilitarismo, que creci de una manera exorbitante, como afirma Antonio Caballero A sus centenares de millares de vctimas entre muertos y desplazados, hay que sumar su capacidad corruptora de las instituciones, no igualada ni por el propio Escobar: se aduearon de por lo menos un tercio del poder legislativo, y no sabemos de cunta parte del judicial, ni qu tan alto llegaron en el ejecutivo, del DAS y el Inpec para arriba, ni hasta dnde se infiltraron en la Polica y el Ejrcito. Porque, a diferencia de la guerrilla y del narcotrfico "limpio", si as puede llamarse, el narcoparapolimilitarismo no se levant en armas contra el Estado, sino a su favor: para complementarlo, y con su respaldo militar y poltico.101 Por su parte, las FARC derivaron hacia un tipo de organizacin neo conservadora que termin sirviendo a los intereses de sus enemigos: Su poltica es slo estrategia militar, y parece dirigida a un pas enemigo. Recuerda la expuesta hace 30 aos por un general norteamericano tal vez Westmoreland que anunci que su pas se propona bombardear a Vietnam hasta devolverlo a la Edad de Piedra. Sin haberlo anunciado, es eso lo que estn haciendo las Farc en Colombia. Es el resultado habitual de la poltica de mientras peor, mejor que mucha veces ha practicado la izquierda en muchos sitios, cuando la ciega esa ansia de poder que es el distintivo de la derecha. Pues no es verdad que la estrategia del arrasamiento arroje a las masas en brazos de la izquierda: las arroja en los brazos de la derecha verdadera con los resultados que vemos: cuatro millones de desplazados, cuatro millones de hectreas robadas, y un reguero de muertos que todava no hemos terminado de contar (ni de matar). Y dos detalles: la conversin de Colombia de pas exportador de alimentos en importador; y la destruccin de los bosques y las selvas para cultivar coca.102

101

Caballero, Antonio . Gaviria otra vez. Revista Semana, 1364. 06/21/2008 Caballero. Ibd.

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En las artes el inicio de la actual dcada marca la aparicin de una nueva generacin de artistas quienes utilizan la stira, la irona y la burla para sealar las paradojas y contradicciones del problema de las drogas, como lo son Fabin Montenegro, Leonardo Herrera, Vctor Escobar y Wilson Daz. Snow (2000) es el nombre del proyecto de Montenegro incluido en el XXXVIII Saln Nacional de Artistas en el ao 2001.103 Snow drogas E. U. (Empresa unipersonal) es una marca registrada, una empresa legalmente constituida con el fin de realizar la fabricacin y comercio al por mayor de drogas y medicinas para uso humano cuyo propsito es la comercializacin de cocana 100 % colombiana. Con el lema Es tu decisin! el proyecto inclua una completa campaa publicitaria y un trabajo de imagen corporativa variada, que inclua un jingle con una pista sonora electrnica con el sonido de una larga aspirada, un video comercial y productos variados como botones, afiches y recipientes. Uno de los productos ms notables del proyecto era el grupo de dosificadores diseados por el artista en diversos materiales plstico, metal- que tanto cumplan con su funcin