UNIDAD 5 La gestión del riesgo clínico. · MS 3 SS I Seguridad del Paciente U5 Como complemento a...

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5 Seguridad del paciente y prevención de Eventos Adversos relacionados con la asistencia sanitaria UNIDAD 5 La gestión del riesgo clínico.

Transcript of UNIDAD 5 La gestión del riesgo clínico. · MS 3 SS I Seguridad del Paciente U5 Como complemento a...

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Seguridad del paciente y prevención de Eventos

Adversos relacionados con la asistencia sanitaria

UNIDAD 5

La gestión del riesgo clínico.

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Seguridad del Paciente

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CONTENIDO

1. GESTIÓN DEL RIESGO CLINICO. .............................................................................. 6

1.1 ANÁLISIS DE SITUACIÓN Y CONTEXTO (FASE 1). .............................................. 10

1.2 IDENTIFICACIÓN DE RIESGOS (FASE 2). ........................................................... 13

1.2.1. Indicadores de seguridad del paciente. ................................................... 13

1.2.1.1. Tipos de indicadores ............................................................................... 14

1.3 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN DE RIESGOS (FASE 3). .............................................. 19

1.3.1 Análisis de Modos de Fallo y de sus Efectos (AMFE). ................................ 20

1.3.2 Análisis de causas raiz (ACR). ................................................................... 27

1.4 PLANIFICACIÓN DE RESPUESTAS (FASE 4). ...................................................... 37

1.5 DESPLIEGUE DE LA GESTIÓN DE RIESGOS (FASE 5). ........................................ 39

1.6 IMPLEMENTACIÓN Y SEGUIMIENTO (FASE 6). ................................................ 39

2. PUNTOS CLAVE ................................................................................................... 41

3. REFERENCIAS ...................................................................................................... 43

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Como complemento a estos contenidos existe una presentación con las tablas y figuras

incluidas en el texto y otras adicionales que pueden resultarle de utilidad.

Así mismo se ha elaborado el ejercicio con unas recomendaciones de utilización y una

presentación ad hoc.

Dispone de información más exhaustiva sobre el tema en el curso de Gestión de

Riesgos disponible en la página web de seguridad del paciente del Ministerio de

Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de España:

https://cursos.seguridaddelpaciente.es/formacion-gestion-riesgos-herramientas-

asociadas-mejora-seguridad-del-paciente/

https://cursos.seguridaddelpaciente.es/

Este material es propiedad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Fue encargado a

la Universidad de Zaragoza en el marco del contrato nº 201607CM0015.

Autores: Carlos Aibar-Remón (Universidad de Zaragoza), Jesús M. Aranaz-Andrés (Hospital Ramón y

Cajal de Madrid) y Miguel Recio Segoviano (Universidad Carlos III de Madrid).

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Unas frases para la reflexión:

“Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar,

fortaleza para cambiar lo que soy capaz de modificar y sabiduría para entender

la diferencia”.

Oración de la serenidad. (Reinhold Niebuhr 1892 -1971)

“Siete hechos para guiar el pensamiento constructivo sobre las decisiones que

afectan a los riesgos relacionados con la salud: 1) La vida no está y no puede

estar libre de riesgos; 2) Actuaciones dirigidas a reducir riesgos pueden traer

consigo otros riesgos. 3) El coste económico de la reducción de riesgos puede

inducir otros riesgos; 4) Una muerte “estadística” es diferente a una muerte

conocida; 5) La evaluación de los riesgos está basada en unos valores sociales y

culturales; 6) Es necesario priorizar objetivos y actuaciones en relación con los

riesgos para tomar decisiones efectivas; 7) Sopesar riesgos y costes de las

actuaciones frente a los mismos no supone falta de ética”

Keeney RL. Decisions about life-threatening risks. New England Journal of

Medicine 1994; 331: 193-196.

Razón de ser de la unidad:

Como se destaca en el artículo de Keeney del que se han entresacado las frases para la

reflexión de esta Unidad, la vida y por consiguiente la atención a la salud no está libre de

riesgos. Poner en funcionamiento programas de gestión de riesgos sanitarios es una de las

recomendaciones realizadas por diferentes instituciones y organizaciones internacionales

comprometidas con la calidad de la asistencia (OMS, JCAHO, AHRQ, etc.…). La finalidad de esta

unidad es describir las fases esenciales de la gestión de riesgos en el ámbito asistencial.

Objetivos:

Describir los diferentes riesgos existentes en el entorno de las organizaciones sanitarias.

Identificar los componentes del riesgo clínico.

Diferenciar las etapas de la gestión del riesgo.

Planificar el análisis del riesgo clínico.

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Definir indicador, estándar y monitorización.

Describir los rasgos de un suceso centinela.

Enumerar los sucesos centinelas de mayor gravedad.

Diferenciar las cualidades de un indicador.

Construir un indicador de seguridad en un servicio clínico.

Diagnosticar un riesgo en función de su magnitud, trascendencia y probabilidad de

prevención.

Situar los riesgos existentes en los servicios sanitarios en una matriz de gestión del riesgo.

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1. GESTIÓN DEL RIESGO CLINICO.

Una vez traspasa el paciente las puertas de un centro sanitario comienza su exposición

a lo que denominamos como riesgos asistenciales.

El termino riesgo implica probabilidad y en general se utiliza, para referirse a la

posibilidad de que acontezcan sucesos o desenlaces negativos o desfavorables. El

riesgo asistencial lo podemos definir como la probabilidad de que se produzca un

resultado indeseable -o la ausencia de un resultado deseable- a lo largo de la cadena

de la acción sanitaria (durante cualquiera de los componentes de la prestación de un

servicio).

Los riesgos que rodean la asistencia sanitaria son múltiples y, con frecuencia, se

gestionan de forma descoordinada y sin disponer de la información precisa para ello.

Existen planes de evacuación, normas de prevención de la infección hospitalaria, de

seguridad transfusional, anestésica…

Por otra parte los riesgos de los centros sanitarios son variados y pueden afectar a:

Las personas: pacientes, personal sanitario, directivos y demás trabajadores.

Las instalaciones: edificios, equipos y dispositivos médicos, mobiliario, medio

ambiente…

Los recursos económicos: inversiones, fondos de crecimiento y desarrollo, recursos

de investigación…

El prestigio y el renombre de la institución y sus profesionales: satisfacción del

personal, reputación, propiedad intelectual, relevancia, atracción de clientes…

Una visión global de la gestión de riesgos forma parte de la cultura proactiva de la

calidad y la seguridad y requiere que todos los profesionales se sientan implicados en

la seguridad de la atención a la salud. La presencia de los riesgos, junto con la

posibilidad de producirse errores en sistemas complejos, hace necesaria una adecuada

gestión de riesgos, que implica un compromiso, por parte de los profesionales y

gestores sanitarios, para adoptar una actitud proactiva orientada al uso de

metodologías que permitan identificar los problemas, y las causas que los originan, con

el fin de desarrollar estrategias que los prevengan o reduzcan su repetición.

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Consecuentemente con la definición de riesgo que estamos utilizando, nos referiremos

a la gestión de riesgos como aquella actividad de identificación, evaluación y

respuesta a los riesgos acaecidos o que puedan llegar a producirse, con el objetivo de

prevenir que ocurran en el futuro o minimizar sus consecuencias.

La gestión del riesgo asistencial, también denominado como riesgo clínico, -el

concerniente a los pacientes-, es clave para la seguridad de estos y combina tres tipos

de riesgos interdependientes (FIGURA 1):

- El riesgo inherente al paciente en sí mismo, relacionado con el proceso que padece

y que a su vez puede estar condicionado por factores como la edad, la

comorbilidad, el nivel educativo u otros factores.

- El relacionado con las decisiones médicas sobre las estrategias preventivas,

diagnósticas y terapéuticas.

- El ocasionado por la implementación de estas decisiones que se van tomando y

que tienen que ver con ámbitos como la comunicación, el trabajo en equipo…

FIGURA 1: INTERDEPENDENCIA DEL RIESGO ASISTENCIAL.

Interdependencia del riesgo asistencial

PacienteDecisiones

médicas

Aplicación

de la decisión

• Diagnóstico

• Tratamiento

• Prevención

• Edad

• Comorbilidad

• Nivel educativo

• …

• Comunicación

• Trabajo en equipo

• Cuidados

• …

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En los sistemas sanitarios europeos la introducción de la gestión de riesgos es

relativamente reciente y se ha desarrollado como consecuencia tanto de la

preocupación por mejorar la calidad asistencial, como por el incremento de

reclamaciones y demandas.

La existencia de programa de gestión de riesgos sanitarios puede proporcionar

beneficios para todos los involucrados en la atención a la salud:

Los pacientes, a quienes aporta una mayor seguridad en la atención recibida.

Los profesionales, incrementando la seguridad en sus actuaciones y una mayor

satisfacción y sosiego en el desempeño de su actividad.

Los responsables de la administración y la financiación, a los que proporciona un

mayor rigor en la gestión de sus propias responsabilidades.

El modo de afrontar el riesgo clínico puede considerarse desde diferentes puntos de

vista o enfoques complementarios. Desde la perspectiva de la aceptabilidad del mismo

podemos diferenciar, como proponen Amalberti y Vincent, entre tres modelos:

ultraseguro, de alta fiabilidad y ultraadaptativo.

El modelo ultraseguro se caracteriza por tener como objetivo final la eliminación

del riesgo, por medio de normas y supervisión por parte de las autoridades para

evitar una exposición innecesaria de quienes están en la primera línea de la

atención sanitaria. Importado de contextos como la aviación civil o la industria

nuclear es aplicable en el ámbito sanitario a la radioterapia o las transfusiones

sanguíneas.

El modelo de alta fiabilidad, asume que existen ciertos riesgos no erradicables pero

si con importantes posibilidades de reducción y de control. Utilizado en sectores

como el de los bomberos, petroleras,... se aplica en el ámbito sanitario a la cirugía

programada, la anestesia,... su planteamiento de actuación se centra en la

formación y el entrenamiento de los profesionales para hacer frente a la actividad

diaria.

El modelo ultraadaptativo, asume que el riesgo no es modificable y lo acepta como

parte de la actividad diaria y algo que hay que asumir tal cuál es. El ejemplo más

extremo sería la actividad militar en campañas de guerra o la escalada de alta

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montaña. Trasladado al ámbito sanitario sería el existente en situaciones como las

intervenciones quirúrgicas de urgencias traumatológicas, perforaciones intestinales

y otras actuaciones en condiciones muy adversas. En tales situaciones el modo de

afrontar el riesgo se fundamenta en la autonomía, la capacidad, la experiencia y la

pericia previas de los profesionales.

Asumiendo que los límites de los tres modelos no son nítidos y que existen zonas

grises entre ellos, la mejora de la seguridad del paciente en un sentido amplio exige

combinar actividades y estrategias de todos ellos: desde la formación de los

profesionales que están en primera línea para afrontar problemas en condiciones

adversas hasta la aplicación de normas y procedimientos dirigidos a minimizar los

riesgos y hacer organizaciones fiables en circunstancias cambiantes.

Desde otro planteamiento, el centrado en el punto de partida de las actividades, la

gestión del riesgo implica una combinación entre el aprendizaje de aquéllas cosas que

han funcionado mal (enfoque reactivo) y la prevención de riesgos potenciales para

evitar que tengan consecuencias e impacto sobre las actuaciones que realizamos.

(enfoque proactivo) que nuestra organización presta (proactivo). Esta combinación es

un proceso tan efectivo como costoso de implementar.

Combinando tanto la visión reactiva como la prospectiva consideraremos las fases,

técnicas y herramientas con que se lleva a cabo de forma habitual la gestión de

riesgos.

El proceso de gestión de riesgos puede visualizarse en la FIGURA 2 como un ciclo de

diferentes etapas.

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FIGURA 2: DIAGRAMA DE FLUJO CON LAS FASES DEL PROCESO DE GESTIÓN DE

RIESGOS.

Fases del proceso de gestión de riesgos

1Análisis de la situación y

del contexto

2Identificación

3Análisis y evaluación

4Planificación de

respuestas

5Despliegue

6Implementación y

seguimiento

Comunicación

1.1 ANÁLISIS DE SITUACIÓN Y CONTEXTO (FASE 1).

Para poder conocer los “puntos débiles” de una estructura, por ejemplo un puente

sobre un río, debemos conocer a fondo sobre qué bases se asentará, los elementos

que la componen, las características que deberá soportar (avenidas de agua, paso de

vehículos,... De la misma forma, para poder gestionar los riesgos de una organización

sanitaria debemos previamente conocer en profundidad nuestro servicio, nuestras

actividades, nuestros clientes -aquellos cuya necesidad son la razón de ser de nuestra

existencia- y su entorno. Esta primera fase del ciclo de gestión de riesgos nos servirá

como referente y contribuirá a hacer más efectivo el abordaje de las siguientes fases.

La metodología y herramientas que se emplean como apoyo en esta primera fase del

ciclo de gestión de riesgos persiguen alinear cada uno de los procesos que componen

el servicio que presta una organización con los objetivos de la misma y con los

destinatarios de dicho servicio.

El análisis DAFO, acrónimo de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades, es

una de las herramientas más utilizada para realizar este diagnóstico de situación y

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contexto, aunque a veces de forma intuitiva y sin conocer su nombre técnico. El

beneficio que se obtiene con su aplicación es conocer la situación real en que se

encuentra una cierta la organización/servicio/proceso sanitarios, así como el riesgo y

oportunidades que le brinda el entorno en que presta su servicio. El objetivo del

análisis DAFO es lograr que todas las partes involucradas en la actividad identifiquen

aquellos factores que en forma de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades

puedan afectar en mayor o menor medida a la consecución de la los resultados y

objetivos pretendidos.

Este análisis, realizado en común, con la participación de los distintos actores

involucrados en la organización/servicio/proceso, permite identificar una cantidad de

ideas sensiblemente superior a la que generarían los mismos individuos trabajando por

separado. En un buen análisis realizado en equipo, cada miembro del equipo presenta

y confronta las ideas de los demás con las propias y los resultados son consecuencia de

muchas contribuciones. Los factores a analizar son los siguientes:

Debilidades o puntos débiles. que son aspectos que limitan o reducen la capacidad

de desarrollo efectivo de la función de la propia organización y deben, por tanto,

ser controladas y mejoradas. Pueden referirse a los recursos humanos (formación,

adecuación,..) recursos materiales, organización, liderazgo, organización...

Amenazas que están formadas por todos aquellos factores del entorno económico

y sanitario que bien pueden impedir o dificultar la consecución de los resultados y

objetivos de una organización, bien reducir su efectividad, bien incrementar los

riesgos de la misma, o bien los recursos que se requieren para su funcionamiento.

Fortalezas, también denominadas puntos fuertes, son capacidades, experiencia,

recursos, resultados, impacto, prestigio alcanzado,.. , que proporcionan ventajas

que deben y pueden servir para explotar oportunidades.

Oportunidades: son todos aquellos factores del entorno que pueden suponer una

ventaja para la propia operativa de una organización, o bien representar una

posibilidad para mejorar la eficacia de su servicio.

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Las debilidades y fortalezas pertenecen al ámbito interno de la organización en tanto

que llas amenazas y oportunidades pertenecen siempre al entorno externo de la

organización. (TABLA 1)

TABLA 1. FACTORES DEL ANALISIS DAFO.

Factores del análisis DAFO

Debilidades Recursos humanos Recursos materiales Liderazgo interno y organización …

Amenazas Entorno económico general Habituales de la organización a

que pertenece el servicio, hospital,…

Fortalezas Capacidad y experiencia Prestigio Resultados e impacto,…

Oportunidades Necesidad real y percibida Planes generales,…

Fortalezas y oportunidades constituyen nuestras potencialidades y es obligado

aprovecharlas. Debilidades y amenazas son limitaciones que debemos conocer y tratar

de reducir y controlar.

Los pasos necesarios para elaborar un DAFO son los siguientes:

1. Identificación y valoración de los factores internos de nuestra organización que

afectan negativamente (Debilidades, D) y positivamente (Fortalezas, F) a la

efectividad de los servicios que presta nuestra organización.

2 Identificación y valoración de los factores externos de nuestro entorno que afectan

negativamente (Amenazas, A) y positivamente (Oportunidades, O) a la efectividad

de los servicios que presta nuestra organización.

3 Gráfico DAFO de diagnóstico de situación.

4 Análisis del diagnóstico e identificación de factores clave para el éxito.

5 Re-enfoque de nuestros servicios para que estos sean prestados de una manera

más eficaz.

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1.2 IDENTIFICACIÓN DE RIESGOS (FASE 2).

Una vez realizado el diagnóstico de situación y contexto de nuestra

organización/servicio, estamos en mejor disposición de abordar la identificación de los

riesgos de nuestra organización, área o proceso de la misma.

Una identificación de riesgos exclusivamente reactiva, ¿qué ha salido mal? posterior a

la aparición de un evento adverso es insuficiente, y deberá complementarse con una

identificación a priori de riesgos potenciales, ¿qué puede salir mal? a fin de prevenir

que estos originen finalmente eventos adversos.

Las fuentes de información habituales en esta fase serán: profesionales con

experiencia en las diferentes funciones y procesos de nuestra organización sanitaria,

otros expertos externos, documentos, informes, protocolos, sistemas de notificación

de incidentes, rondas de seguridad, encuestas a pacientes, reclamaciones, auditorías,

encuestas de opinión...

En cualquier caso, para conocer de forma válida y precisa los riesgos potenciales para

los pacientes son necesarios datos o indicadores al efecto.

Algunos datos que pueden obtenerse periódicamente de las bases de datos clínico-

administrativas de los hospitales como el conjunto mínimo básico de datos (CMBD);

junto con la información proporcionada por sistemas de información extendidos en

mayor o menor grado entre los hospitales sobre infección nosocomial, mortalidad,

incidentes por medicamentos, caídas de pacientes, quejas y reclamaciones,… pueden

facilitar una primera aproximación al conocimiento del riesgo clínico.

Complementariamente, instrumentos que se comentan posteriormente como el

análisis modal de fallos y efectos (AMFE) y la investigación de sucesos centinelas

mediante el análisis de causas-raíz (ACR), pueden permitir hacer una valoración más

precisa de los factores contribuyentes a la existencia del riesgo y a las medidas de

tratamiento y control a desarrollar.

1.2.1. Indicadores de seguridad del paciente.

Según el diccionario de la RAE, un indicador es aquello que indica o sirve para dar a

entender o que ayuda a conocer. En el caso de los servicios sanitarios, los indicadores

son datos, preferentemente cuantitativos, que proporcionan información sobre la

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estructura, el funcionamiento y los resultados de los servicios sanitarios, con el fin de

facilitar la toma de decisiones en la gestión de los servicios sanitarios.

Un buen indicador debe reunir una serie de cualidades, tales como utilidad, facilidad de

obtención e interpretación, validez para medir lo que realmente pretende, capacidad

discriminante, comparabilidad y reproducibilidad.

1.2.1.1. Tipos de indicadores

En función de la metodología de evaluación utilizada, los indicadores pueden

clasificarse en dos grandes clases:

Aquellos que miden la aparición de sucesos infrecuentes, de manifiesta gravedad,

con un marcado componente de evitabilidad, y que por tanto, requieren una

investigación puntual de cada caso que aparezca. Son los llamados sucesos

centinelas.

Aquellos que evalúan la frecuencia de sucesos sobre los que se espera, de forma

mantenida, una cierta frecuencia; pero que requieren seguimiento continuo o

monitorización a fin de valorar su evolución, la influencia que tienen decisiones

encaminadas a su mejora y comparar sus valores con los de otros centros. Estos

suelen basarse en índices.

Por otra parte, dependiendo del aspecto que pretenden evaluar, los indicadores suelen

clasificarse en tres categorías:

Indicadores de estructura, cuya finalidad es evaluar la cantidad y previsiblemente,

la adecuación de los recursos a las necesidades (Ej. Razón de personal asistencial

por cama hospitalaria...).

Indicadores de proceso, dirigidos a valorar las actividades desarrolladas (Ej.:

Porcentaje de pacientes de alto riesgo que reciben quimioprofilaxis antibiótica

adecuada en intervenciones de colecistectomía laparoscópica...).

Indicadores de resultados, cuya finalidad es considerar si se han conseguido los

fines perseguidos con las actividades realizadas, con los recursos disponibles y los

procesos utilizados (Ej. tasa de infección en el sitio quirúrgico, tasa de mortalidad

intraoperatoria…).

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Sucesos centinela

Los sucesos centinela son hechos inesperados e infrecuentes que producen o pueden

producir muerte o lesión grave de índole física o psíquica. Ejemplos de los mismos,

destacados por la Joint Comission pueden apreciarse en la TABLA 2.

TABLA 2. EJEMPLO DE SUCESOS CENTINELA.

Suicidio de un paciente durante el ingreso o 72 horas tras el alta

Dosis excesiva de radioterapia

Fallecimiento de un recién nacido a término Retraso en un tratamiento vital

Muerte materna Caída de paciente con lesión

Muerte de un paciente en sala de espera de Urgencias

Error grave de medicación

Pérdida de función permanente no relacionada con la evolución de un paciente

Shock anafiláctico en un paciente ingresado

Intervención quirúrgica en un paciente o en una localización equivocada

Alta de un recién nacido a familia equivocada

Reacción hemolítica post-transfusional Violación, maltrato sexual u homicidio de un paciente, un visitante o un profesional

Olvido de material tras intervención Confusión de la documentación de un paciente en quirófano o en pruebas diagnósticas de riesgo.

Estudio radiológico en pacientembarazada Errores graves en documentación clínica (informes,…)

Ejemplos de sucesos centinela

El matiz - pueden producir- de la definición, tiene por finalidad considerar como sucesos

centinela, a aquellos incidentes que no han llegado a ocasionar daño pero que de

mantenerse las condiciones que permitieron su aparición, alguna variación en las

circunstancia podría tener consecuencias fatales. Ej. Un paciente que ha estado a

punto de sufrir una intervención programada para otro paciente, pero que en última

instancia, ya en quirófano, no ha sido intervenido...

El término centinela refleja tanto la necesidad de la alerta para detectarlos cuando

ocurren como la relevancia del accidente, tanto por su gravedad, como por su presunta

evitabilidad y por la necesidad de realizar inmediatamente un análisis cuidadoso para

valorar cuales han sido los factores condicionantes que han facilitado su aparición y

establecer los cambios precisos para que no vuelva a ocurrir. El método de análisis

recomendado es el análisis de causas raíz.

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La información sobre la existencia de sucesos centinela puede obtenerse, bien a partir

de sistemas de notificación voluntaria, bien porque se detecten en la práctica diaria, o

bien a partir de reclamaciones y quejas de los pacientes.

Indicadores de seguridad del paciente basados en índices.

Aquellos sucesos sobre los que es admisible una cierta frecuencia de aparición,

requieren un seguimiento continuo que permita valorar su evolución. Para ello un

indicador precisa de los siguientes componentes:

Establecer un criterio, consistente en una característica observable que debe

cumplir la práctica para ser considerada de calidad. Se formulan mediante un

enunciado preciso: Ej. la proporción de partos por cesárea en el hospital X es del

20%La quimioprofilaxis antibiótica perioperatoria es una medida de eficacia

probada para reducir la frecuencia de infección de herida quirúrgica de

determinado tipo de intervenciones

Un índice o relación entre dos magnitudes, generalmente en forma de un

numerador y un denominador. Dicha relación suele expresarse en forma de razón,

proporción o tasa. En la razón, la magnitud incluida en el numerador no forma parte

del denominador, en tanto que en la proporción o tasa, el numerador está incluido

en el denominador. Ej. La proporción de partos por cesárea en el hospital X es del

20%.

Delimitar valores estándar, que evalúen el grado de cumplimiento exigible o

aceptable para un criterio. Ej. La proporción de partos por cesárea no debe de

exceder del 14%.

Existen varias iniciativas encaminadas a seleccionar un conjunto de indicadores de la

seguridad del paciente que cumplan los requisitos ya comentados anteriormente,

destacando, entre otras, las realizadas por la Agency for Health Care Research and

Quality de los EEUU (AHRQ) y por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo

Económicos (OCDE).

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La AHRQ ha propuesto a lo largo de los últimos años diferentes indicadores cuya

estimación puede hacerse, en gran parte a partir de las bases de datos clínico-

administrativas. Una actualización reciente de los mismos es la señalada en la TABLA 3.

TABLA 3. AHRQ. INDICADORES DE SEGURIDAD DEL PACIENTE. 2017.

Por su parte, un grupo de expertos de la OCDE elaboró en 2004 una propuesta de un

listado de 21 indicadores agrupados en cinco grandes áreas: Infecciones nosocomiales,

incidentes centinela, complicaciones operatorias y postoperatorias, obstetricia y otros

eventos adversos relacionados con la atención sanitaria que permitieran realizar

comparación de resultados a nivel internacional (TABLAS 4. y 5).

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TABLA 4. Indicadores de seguridad del paciente de la OCDE. 1

OCDE. Indicadores de seguridad del paciente. 1

Área indicador

Infecciones nosocomiales

Neumonías causadas por la respiración asistida

Infecciones de heridas

Infecciones debidas a los cuidados sanitarios

Úlceras por decúbito

Complicaciones operatorias y

postoperatorias

Complicaciones de la anestesia

Fractura de cadera postoperatoria

Embolia pulmonar postoperatoria o trombosis venosa

profunda postoperatoria

Sepsis postoperatoria

Dificultades técnicas en el curso de la operación

Millar J, Mattke S et al. Selecting Indicators for Patient Safety at The Health Systems Level in OECD Countries.OECD health technical papers NO. 18. París 2004 https://www.oecd.org/els/health-systems/33878001.pdf

TABLA 5. Indicadores de seguridad del paciente de la OCDE. 2

OCDE. Indicadores de seguridad del paciente. 2

Área indicador

Incidentes centinela

Reacción a la transfusión

Error de grupo sanguíneo

Error de punto de operación

Olvido de cuerpo extraño en intervención quirúrgica

Eventos adversos relacionados con el instrumental médico

Errores de medicación

Obstetricia

Traumatismo neonatal

Traumatismo obstétrico en parto vaginal

Traumatismo obstétrico en parto por cesárea

Partos difíciles

Otros eventos adversosCaídas de pacientes

Fractura de cadera o caída en el hospital

Millar J, Mattke S et al. Selecting Indicators for Patient Safety at The Health Systems Level in OECD Countries.OECD health technical papers NO. 18. París 2004 https://www.oecd.org/els/health-systems/33878001.pdf

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La elección de indicadores para monitorizar avances en seguridad del paciente no es

una cuestión baladí y sujeta a constante discusión. Depende del aspecto a valorar

(estructura, proceso o resultados), de la disponibilidad de datos fiables, del ámbito o

actividad a vigilar ya que bastantes de ellos son específicos de determinadas

especialidades y de los fines que se persiguen (medir avances, comparar

organizaciones...)

En este sentido, con el fin de evaluar los logros de la Estrategia de Seguridad del

paciente para el periodo 2015-20 se dispone de un conjunto de indicadores tanto para

para evaluar avances de diferentes proyectos y líneas estratégicas como de estructura y

procesos (TABLA 6).

TABLA 6. INDICADORES DE LA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD DEL PACIENTE EN ESPAÑA

2015-20.

Indicadores de la estrategia de seguridad del paciente correspondientes al periodo 2015-20

Grupos de indicadores

Indicadores de los programas de implantación de prácticas seguras en el SNS:

• Programa de higiene de las manos.

• Programa de seguridad en los pacientes críticos: Bacteriemia zero, Neumonía zero y

Resistencia zero

• Programas de seguridad en el bloque quirúrgico: Infección quirúrgica zero y cirugía

segura

• Programa para el uso seguro del medicamento

Indicadores de los sistemas de notificación del SNS (SiNASP y otros)

Indicadores de seguridad del paciente del sistema de información sanitaria del SNS

Conjunto de indicadores de estructura y proceso consensuados con las CCAA

1.3 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN DE RIESGOS (FASE 3).

Una vez identificados los riesgos de nuestra organización, actividad o proceso, y dado

que nuestros recursos para gestionarlos son limitados, nos deberíamos cuestionar la

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priorización en base a tres cuestiones: ¿Cuáles de ellos son los más urgentes?, ¿Cuáles

son reducibles?, ¿Qué riesgos podemos erradicar?, ¿Por dónde empezar a actuar?

Una gestión efectiva del riesgo asistencial requiere erradicar de la mentalidad de

pacientes, profesionales sanitarios, gestores, etc..., una creencia arraigada pero falsa:

el mito de la perfección. Lo perfecto –la seguridad absoluta, no existe como tal.

De nuevo en esta fase, el enfoque será una combinación de análisis reactivo (análisis

de causa raíz, posterior a un evento adverso) y proactivo (a priori) a partir de dos

estrategias complementarias de prevención de eventos adversos y de la mejora de la

cultura de la seguridad:

El análisis proactivo de los riesgos tiene por finalidad analizar aquellas áreas,

servicios, procesos, productos etc. en los que es previsible que se pueden producir

sucesos adversos, con el fin de modificar los aspectos que pueden ocasionarlos. La

herramienta que dará soporte a este análisis es el análisis modal de fallos y efectos

(AMFE).

El análisis retrospectivo o estudio de las causas raíz (ACR) es un procedimiento para

la investigación de eventos adversos graves (incidentes y sucesos centinelas) que

han acontecido en un determinado centro, servicio o proceso. Dicho análisis

consiste en identificar qué factores contribuyeron a la aparición del suceso con el

fin de evitar que vuelva a ocurrir.

1.3.1 Análisis de Modos de Fallo y de sus Efectos (AMFE).

El AMFE es un instrumento sistematizado de trabajo dirigido a valorar fallos

potenciales en el diseño y la prestación de servicios, previniendo que ocasionen daños

para el paciente. Su objetivo es examinar los modos en que un servicio, proceso o

producto puede fallar, establecer las áreas prioritarias donde se deben concentrar los

esfuerzos y, a continuación, medir los resultados de los cambios aplicados al proceso o

sistema. Puede ser de utilidad para reducir riesgos en técnicas diagnósticas, procesos,

aparataje, procedimientos, protocolos, vías clínicas etc,… bien en la fase de “diseño” -

antes de poner en funcionamiento-, bien cuando ya lo están, pero se considera que su

rendimiento no es óptimo.

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La denominación del instrumento proviene de las tres preguntas que se plantean para

resolver:

¿Qué puede fallar? (modos de fallo)

¿Por qué puede ocurrir? (causas del fallo)

¿Qué consecuencias puede ocasionar el fallo? (efectos del fallo)

En la actualidad, el AMFE es la herramienta de uso más extendido para analizar los

riesgos asistenciales de un modo prospectivo y priorizar riesgos y medidas preventivas.

Esto es debido, fundamentalmente, a dos motivos. Por una parte es una forma

estructurada para cuantificar los efectos de posibles fallos, permitiendo priorizar las

acciones encaminadas a minimizarlos o eliminarlos; y por otra, es una metodología

sencilla y sistemática que aborda problemas, preocupaciones, desafíos, errores y fallos

con el fin de buscar respuestas para su mejora.

Su empleo puede hacerse con dos fines:

Antes de implementar nuevos servicios, procesos o productos con el objeto de

identificar posibles fallos en su empleo o en los que ya existen y son de alto

riesgo. Es el llamado AMFE de diseño.

Dentro de un ciclo de mejora de la actividad habitual, con el propósito de

rediseñar un proceso tras la aparición de un evento adverso grave. Es el

llamado AMFE de proceso.

Las fases del AMFE se indican en la TABLA 7.

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TABLA 7. FASES DEL AMFE.

1. Identificación de la cuestión a analizar

2. Selección del equipo de trabajo

3. Descripción detallada de las fases del proceso

4. Análisis de posibles modos de fallos, causas y efectos• Para cada fallo identificar

• Probabilidad de que ocurra

• Probabilidad de que se detecte

• Cuantificar la importancia de los efectos (matriz de riesgos y RPN – Risk Priority Number)

5. Elaboración de un plan de actuación

6. Implementación de las medidas y evaluación de resultados

Fases del AMFE

Fase 1: Identificación de la cuestión a analizar.

Existen muchas maneras de identificar prioridades pero es importante utilizar el AMFE

para procesos que impliquen un riesgo alto para el paciente, bien en función de su

frecuencia o bien en función de su gravedad ya que el AMFE requiere tiempo y

esfuerzos.

Los criterios habituales para priorizar cualquier problema de salud pública: magnitud o

frecuencia; trascendencia expresada en términos de gravedad, impacto económico,

repercusiones sociales, legales... y probabilidad de prevención en función de la

factibilidad científica y económica de las medidas de prevención, son los criterios de

selección básicos de los problemas a analizar (FIGURA 3).

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Seguridad del Paciente

U5

FIGURA 3.-MAGNITUD Y TRASCENDENCIA DEL RIESDO ASISTENCIAL.

Magnitud y trascendencia del riesgo

FRECUENCIAFrecuente – Probable – Ocasional – Infrecuente – Raro

GRAVEDADExitus – Amenaza - Incapacidad - Intervención – Prolongación

de muerte permanente médica o de estancia/o total quirúrgica reingreso

IMPACTOCatastrófico – Importante – Moderado – Pequeño - Insignificante

Fase 2: Selección del equipo de trabajo.

Se debe formar un equipo multidisciplinar que incluya personas con experiencia en el

tema a analizar, un facilitador y un coordinador. Con un equipo multidisciplinar se

pretende garantizar que se tienen en cuenta los distintos puntos de vista, de modo

que las personas con experiencia aportan su conocimiento sobre cómo se llevan a

cabo en realidad los procesos. Sin embargo, contar también con personas que no

conozcan los procesos puede suscitar un análisis crítico de los mismos. El coordinador

debe ser una persona con experiencia en dinámica de grupos ya que su misión es

garantizar que el equipo funciona con eficacia. El facilitador actúa como un consultor,

ayuda al grupo a realizar las tareas necesarias e interviene cuando ello es necesario

para que el equipo se ajuste a los objetivos.

Fase 3: Descripción detallada de las fases del proceso.

El objetivo de esta fase es esquematizar y precisar la secuencia de etapas que son

necesarias para lograr un resultado. Generalmente, el procedimiento usado son los

diagramas de flujo o flow charts, que son representaciones gráficas de las diferentes

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MS SS I

Seguridad del Paciente

U5

etapas de un proceso. Para ello es fundamental que se identifiquen todos los pasos del

proceso y subprocesos.

Es útil para tener una visión global del mismo, para ver las relaciones entre las

diferentes etapas, identificar pasos innecesarios, oportunidades de mejora, generar

ideas…

Fase 4: Análisis de posibles modos de fallo, sus causas y sus efectos.

Apoyándose en el diagrama de flujo, la finalidad de esta fase de AMFE es analizar para

cada una de las etapas del mismo: fallos potenciales (modos de fallo) que pueden

ocurrir, posibles causas de los mismos y efectos o consecuencias.

Una lluvia de ideas o una espina de pescado son buenos métodos para establecer los

tipos de fallo. La sinergia que generan los procesos en grupo facilita la aparición de

ideas para ayudar a identificar los modos de fallo.

Así mismo procede para cada posible modo de fallo, estimar la probabilidad de que

acontezca (Índice de frecuencia), la probabilidad de detección (índice de detección) y

la gravedad (índice de gravedad) puntuando de 1 a 10 puntos cada uno de estos

criterios y las posibles acciones de reducción (TABLAS 8 y 9).

TABLA 8. FRECUENCIA, GRAVEDAD Y DETECTABILIDAD COMO CRITERIOS DE

PRIORIZACIÓN DE LAS ACCIONES DE REDUCCIÓN.

Frecuencia Gravedad Detectabilidad

Frecuente 9-10

Ocasional 7-8

Infrecuente 5-6

Remoto 1-4

Catastrófico 9-10

Mayor 5-8

Moderado 3-4

Menor 1-2

Baja 9-10

Ocasional 7-8

Moderada 5-6

Alta 1-4

Criterios de priorización

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TABLA 9. MODELO DE PLANTILLA DE TRABAJO PARA LA REALIZACION DE UN AMFE.

Modo de

fallo

Causas del

fallo

Efectos del

fallo

Índice de frecuencia

(IF)1-10

Índice de gravedad

(IG)(1-10)

Probabilidad de detección

(ID)(1-10)

IPR Accionesde

reducción

1

2

3

4

5

Plantilla para la realización del AMFE

Las puntuaciones obtenidas se utilizan para calcular el IPR=IF x IG x IDIG= Indice de Gravedad, IA= Indice de Aparición, ID= Indice de Detección

El producto de las puntuaciones obtenidas en los índices de frecuencia, gravedad y

detección se utiliza para calcular el IPR o índice de priorización de cada riesgo el cual a

su vez puede utilizarse para proponer medidas de mejora y acciones de control.

Una primera representación gráfica de la relevancia de cada riesgo es la denominada

matriz de riesgo, que se muestra en la FIGURA 4. La matriz permite relacionar

gráficamente la frecuencia o probabilidad de aparición con la trascendencia o impacto

de las consecuencias y clasificar los riesgos en intolerables o muy graves, importantes,

moderados o reducidos.

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Seguridad del Paciente

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FIGURA 4. MATRIZ DE EVALUACION DE RIESGOS.

Matriz de evaluación de riesgos

Insignificante Tolerable Moderado Importante Catastrófico

Frecuente** ** ** **** ****

Probable** ** ** *** ***

Ocasional* ** ** ** ***

Infrecuente* * ** ** ***

Rara* * ** ** **

TRASCENDENCIAIMPACTO/GRAVEDAD DE LAS CONSECUENCIAS

PR

OB

AB

ILID

AD

**** Riesgo intolerable*** Riesgo importante

** Riesgo moderado* Riesgo bajo

Fase 5. Elaboración del plan de actuación.

La finalidad del análisis de riesgos es su erradicación o su reducción y control –lo más

frecuente- o, en el peor de los casos, su mitigación.

A fin de conseguir que dichas acciones sean efectivas es conveniente asignar

responsabilidades, recursos y tiempos, así como el planteamiento de unos criterios de

evaluación de la efectividad de las acciones y el compromiso de los responsables

institucionales.

Fase 6. Implementación de medidas y evaluación de resultados.

Entre las acciones que pueden favorecer una reducción de riesgos destacan: rediseño

de procesos, cambios en el entorno, mejoras en la capacitación, asignación precisa de

tareas… A fin de conseguir que dichas acciones sean efectivas es conveniente, tal como

se ha señalado, asignar responsabilidades. Esto incluye el identificar a la persona

responsable de realizar o asegurarse de la realización de cada acción. recursos y

tiempo, gestionar el compromiso de los responsables institucionales, así como el

planteamiento de unos criterios de evaluación de la efectividad de las acciones.

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Seguridad del Paciente

U5

Estos criterios de evaluación se pueden basar en medir resultados de pasos de

implementación específicos o en resultados de paciente (como una disminución de las

infecciones sanguíneas). Una vez implementada cada acción es necesario medir los

resultados atribuibles a la misma para determinar el grado de éxito.

1.3.2 Análisis de causas raiz (ACR).

El análisis de causas raíz (ACR) es un proceso sistemático de investigación retrospectiva

de eventos adversos o incidentes realizado con el fin de determinar los factores

subyacentes que han contribuido a su aparición. Más que en las causas aparentes y los

posibles errores de los profesionales se centran en el análisis de las condiciones

latentes (sistemas y procesos).

Su meta es dar una respuesta sosegada a tres interrogantes: ¿qué ocurrió? ¿Por qué

paso? y si ¿puede evitarse que ocurra de nuevo? o dicho de otro modo aprender de lo

ocurrido, identificar factores causales y emprender mejoras potenciales para disminuir

la probabilidad de que ocurran en el futuro.

Las fases para llevar a cabo un ACR son los siguientes:

1. Identificación del suceso.

2. Formación del grupo de trabajo: equipo y consultores.

3. Recogida de información.

4. Descripción del efecto: Mapa de los hechos.

5. Análisis de causas y factores contribuyentes.

6. Exploración e identificación de estrategias de reducción del riesgo.

Fase 1: Incidentes y sucesos centinela: ¿Qué eventos adversos deben analizarse?

Desde una perspectiva fundamentada en la mejora continua de la atención sanitaria,

deberían analizarse obligatoriamente aquellos hechos inesperados que han ocurrido en

el proceso asistencial y que han producido o pueden producir muerte o lesión grave

física o psíquica. Son los llamados sucesos centinela.

Adicionalmente el ACR puede aplicarse puntualmente a otros incidentes y eventos

adversos, a criterio de los involucrados en un incidente o en un evento adverso La

detección en la práctica diaria.

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La identificación de los sucesos a analizar puede hacerse a partir de diferentes fuentes:

informes de incidencias de responsables de guardia, incidentes notificados a sistemas

de notificación y aprendizaje, reclamaciones y quejas de pacientes o el análisis del

conjunto mínimo básico de datos (CMBD).

El ACR suele restringirse a sucesos caracterizados total o parcialmente por las

siguientes cualidades:

Trascendencia y gravedad real o potencial. Particularmente aquellos que han

supuesto un daño evitable para el paciente. Ej. Fallecimiento de un paciente en

la sala de espera de urgencias, shock anafiláctico en un paciente ingresado...

Carácter emblemático o representativo. En concreto aquellos en los que han

concurrido una serie de factores o circunstancias contribuyentes, que son

frecuentes y que podrían ocasionar daño en otras situaciones. Ej. errores en la

documentación clínica, retrasos en tratamientos...

Probabilidad de prevención. Su aparición sugiere que existen condiciones

latentes que permiten su aparición y que es factible evitarlas Ej. Intervención

quirúrgica en un paciente equivocado...

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U5

Fase 2: Grupo de trabajo: equipo y consultores.

Para algunos, la principal fuente de soluciones a los problemas de seguridad del

paciente radica en la experiencia del equipo, cuyo aprovechamiento puede ser tan

fructífero o más que la recopilación masiva de datos y el análisis de datos estadísticos.

Reunir a las personas apropiadas para crear un equipo eficaz es un primer paso

fundamental en el proceso de ACR.

Es deseable que el grupo de trabajo esté formado por personas involucradas en el

suceso que se está analizando; con visión y formación en instrumentos de mejora de la

calidad y una asignación precisa de tareas. Asimismo, conviene contar con personas con

experiencia en el proceso o ámbito bajo análisis, que puedan aportar información

específica del caso que está siendo sometido a investigación, ya se trate del proceso de

atención médica, del manejo adecuado de una parte del equipo, de los detalles de una

determinada tarea o de cómo debería llevarse a cabo un proceso. También debe haber

personal de atención al paciente que tenga experiencia de primera mano sobre cómo

funcionan las cosas realmente, incluidos los peligros y barreras ocultas que pueden no

ser tan evidentes para los otros. Con frecuencia, son los mejores para avistar las nuevas

amenazas para la seguridad que van surgiendo, sobre todo como consecuencia de los

cambios en los procesos y sistemas de la organización. La interdisciplinariedad

contribuye a analizar desde una perspectiva más amplia el suceso o incidentes

analizados.

La coordinación del grupo, el establecimiento de un calendario realista de reuniones, la

asignación de tareas, el acuerdo sobre unas normas de confidencialidad, la redacción

de un informe final, etc... Son cuestiones que pueden verse facilitadas por la

designación en el grupo de un facilitador y un coordinador.

Fase 3: Recogida de información.

El conocimiento de un hecho es más que la acumulación de datos y números sobre el

mismo. A tal fin, la recogida de información procedente de la revisión de la

documentación clínica y de indicadores de funcionamiento puede complementarse a

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través de entrevistas, examen de las instalaciones, revisión del estado de los equipos y

dispositivos médico-quirúrgicos, etc.

Las entrevistas tienen como objetivo ayudar a conocer qué sucedió y por qué, y

además proporcionan información obviamente subjetiva, pero importante, sobre

cómo puede explicarse lo sucedido.

La descripción de un suceso en esta fase inicial requiere información sobre los

siguientes aspectos:

Fecha, hora, día de la semana y lugar donde ocurrió.

Características del paciente, como gravedad, comorbilidad, personalidad, grado

de autonomía (comunicación, movilidad,…) y factores educativos y sociales.

Factores relacionados con el equipo de trabajo y sus actividades: Incluye

cuestiones sobre: departamentos y servicios involucrados: servicios clínicos,

anestesia, quirófano, radiología, urgencias, mantenimiento, asignación de

tareas, normas y procedimientos de actuación, factores relativos al entorno de

trabajo (equipamiento, dispositivos, carga asistencial habitual y en el proceso

con el paciente objeto de análisis, clima laboral...

Fase 4: Descripción del efecto y sus causas: mapa de los hechos.

Tras la recogida de información, procede cartografiar la misma, de manera que se

pueda tener una visión de conjunto.

Para ello se necesario conocer la secuencia de los hechos acaecidos a lo largo del

tiempo. Instrumentos útiles con este fin son, entre otros, las tablas de narración

cronológica de los hechos y tablas de ocupación persona-tiempo como las mostradas

en las TABLAS 10 y 11.

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Tabla 10. MODELO DE TABLA DE NARRACION CRONOLOGICA DE LOS HECHOS.

Fecha:Hora:

Fecha:Hora:

Fecha:Hora:

¿Qué ocurrió?

¿Qué se hizo adecuadamente?

¿Qué no se hizo bien?

Información complementaria

ACR: Tabla de narración cronológica de los hechos

TABLA 11. MODELO DE TABLA DE OCUPACION PERSONA-TIEMPO.

ACR: Tabla de persona/tiempo

Fecha:Hora

Fecha:Hora

Fecha:Hora

Facultativo 1

Facultativo 2

Enfermera 1

Enfermera 2

Administrativo

….

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Es recomendable que la revisión de los acontecimientos se realice conjuntamente con

los involucrados para que puedan exponer su punto de vista sobre los factores

causales.

El mapa de hechos pretende reconstruir los hechos y circunstancias más relevantes en

el proceso de atención al paciente hasta la aparición del el evento adverso.

Fase 5: Análisis de causas y factores contribuyentes

Reconstruidos los hechos se deben identificar y analizar las causas subyacentes. El

análisis obliga a diferenciar entre causas próximas, cercanas al contacto con el

paciente y causas más profundas origen de las primeras.

Las primeras son las que se relacionan con las personas que realizan su trabajo en

“primera línea” o en el “filo del bisturí”. Sobre las que hay que profundizar o

“escarbar” es sobre aquellas más remotas relacionadas con el entorno de trabajo y el

contexto institucional.

Técnicas cualitativas como el grupo nominal, la lluvia de ideas, el diagrama de Ishikawa

o espina de pescado (FIGURA 5) o la cascada de los ¿por qué? (FIGURA 6) pueden ser

instrumentos útiles en esta fase.

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FIGURA 5. ACR: DIAGRAMA DE ISHIHAWA PARA EL ANÁLISIS DE FACTORES

CONTRIBUYENTES DE UN INCIDENTE.

ACR: Diagrama de Ishikawa

Problema

en estudio

Contexto institucional

y organizativo

Factores

individuales

Factores del

paciente y familia

Factores relativ

os

a las ta

reas

Factores relacionados

con la comunicación

Factores relacionados

con el equipo

Factores relacionados

con la fo

rmación y el

entrenamiento

Entorno inmediato de

trabajo y fa

ctores

ambientales

Equipamiento,

recursos y dispositivos

La cascada de los ¿por qué? es una representación o de las causas más profundas de

los incidentes y eventos adversos. Tras una causa aparente, por ejemplo un error en la

administración de un medicamento, hay siempre varios ¿por qué? a analizar y que

vienen a ser como las capas superpuestas de una cebolla.

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Seguridad del Paciente

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FIGURA 6. ACR: LA CASCADA DE LOS ¿POR QUÉ?

Los factores contribuyentes en la aparición de incidentes y eventos adversos,

obviamente distintos en cada situación, pero sobre las que es deseable indagar en

cada ocasión se resumen en las TABLAS 12 y 13.

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TABLA 12. ACR: FACTORES CONTRIBUYENTES, 1

Categoría Aspectos a valorar

Contexto institucional y organizativo

Limitaciones económicas, estructura organizativa, cultura de seguridad, prioridades, profesionales, recursos económicos disponibles, externalización y subcontratas de servicios, predominio de “lo administrativo” sobre “lo clínico”

Pacientes Edad, complejidad clínica (comorbilidad, gravedad, ..), creencias, lenguaje y comunicación con paciente y familia, problemas familiares, nivel socioeconómico,…

Individuos Problemas personales y familiares, problemas domésticos, salud física y mental, aspectos de la personalidad (actitudes y conductas en relación a los riesgos) discapacidades, relaciones laborales, estrés, precariedad laboral, falta de motivación, carga de trabajo,…

Tareas a desarrollar Guías, procedimientos, normas y protocolos (existencia, accesibilidad y utilización de los mismos, sencillez, actualización, consenso de aplicación, control del cumplimiento), asignación precisa de tareas,..

ACR: Factores contribuyentes.1

TABLA 13. ACR: FACTORES CONTRIBUYENTES, 2

Categoría Aspectos a valorar

Comunicación Verbal, escrita, no verbal. Difusión de la información, ambigüedad, confusión, retrasos, falta de estandarización,..Con el paciente, entre el equipo, entre servicios, entre niveles asistenciales, entre centros

Equipo Nº de profesionales, estructura del equipo (consistencia, liderazgo, estilo de gestión, respeto a miembros jóvenes, acatamiento al líder, definición de responsabilidades,…), relaciones y conflictos entre el grupo, relaciones con otros equipos asistenciales, carga de trabajo, apoyo administrativo,…

Formación y entrenamiento

Competencia, formación, entrenamiento, actualización, desconocimiento de las tareas, existencia de plan de acogida, supervisión de tareas, formación en trabajo en equipo, formación en situaciones de emergencias …

Equipamiento y recursos

Equipamiento disponible, diseño, usabilidad y mantenimiento de equipos y dispositivos, almacenaje adecuado, instrucciones de manejo (legibilidad, idioma, claridad),…

Entorno inmediato de trabajo y factores ambientales

Diseño arquitectónico, limpieza, falta de espacio, ruido, interrupciones, calor o frío excesivo, iluminación, equipamiento disponible, diseño y mantenimiento de equipos y dispositivos,…

ACR: Factores contribuyentes.2

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U5

Las causas raíz más comúnmente implicadas en la aparición de efectos adversos son de

las siguientes categorías:

Fallos en la comunicación efectiva entre departamentos, unidades estamentos,

niveles jerárquicos, equipos de trabajo…

Fallos en la organización: turnicidad excesiva, falta de asignación precisa de

tareas…

Insuficiente información disponible.

Problemas de la continuidad asistencial.

Escasa estandarización de procedimientos.

Falta de entrenamiento o habilidades en determinados procedimientos.

Instalaciones y recursos obsoletos.

Insuficiente automatización de procesos de control de pacientes.

Fallos en la evaluación del paciente.

Fase 6. Propuesta de plan de acción.

La finalidad del análisis de causas raíz es aplicar las medidas necesarias para conseguir

que el evento adverso no vuelva a producirse o que al menos sea más improbable y que

en caso de producirse sus consecuencias sean lo menos lesivas posibles. Estas medidas

deben de concretarse en un plan de acción. Dicho plan debe identificar los cambios que

se pueden aplicar para reducir el riesgo e identificar al responsable de la

implementación de cada una de las acciones planificadas, el momento en que se debe

implementar la acción, incluyendo cualquier prueba experimental, y el método para

evaluar su eficacia. Si se descubre que hay una causa directa o especial que no es

exclusiva de este incidente, sino que se aplica a otros segmentos de la organización,

entonces puede que las estrategias deban aplicarse de forma más generalizada.

Para garantizar el éxito de cualquier plan es preciso actuar de acuerdo a una

metodología sencilla, pero en la que siempre estén bien definidas las actividades a

realizar, el cronograma de las mismas, los recursos necesarios, los indicadores de

control y evaluación y los responsables y profesionales involucrados en su desarrollo

(TABLA 14).

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MS SS I

Seguridad del Paciente

U5

TABLA 14. ACR: SEGUIMIENTO DE ACCIONES DE MEJORA.

Hechos CausasRaíz

Posiblessoluciones

Barreras ResponsableTiempo

Indicadoresde evaluación yseguimiento

ACR: Tabla de seguimiento de acciones de mejora

Complementariamente puede ser de utilidad la implementación de “barreras

preventivas” como listas de verificación, códigos de barras, requerimientos de doble

identificación, limitación de práctica de determinados procedimientos, uso de

dispositivos y aparataje a prueba de fallos…

1.4 PLANIFICACIÓN DE RESPUESTAS (FASE 4).

Una vez conocidos los riesgos que afectan a nuestra actividad, cuáles de ellos son los

más relevantes, cuáles son sus causas y factores contribuyentes, procede planificar la

respuesta ante los mismos conscientes de que no podemos afrontar el 100% de ellos y

tratando de responder a preguntas como: ¿cómo podemos prevenirlos o

minimizarlos?, ¿qué nivel de riesgo podemos aceptar? y ¿cómo vamos a reaccionar si

suceden?

La respuesta a estas cuestiones debe ser planificada y va a depender de múltiples

factores de cada organización o área como su estrategia y objetivos, recursos

disponibles, cultura de gestionar los riesgos...

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Seguridad del Paciente

U5

En función de sus objetivos, los planes de respuesta pueden agruparse en tres

categorías: de erradicación, de control y de mitigación; tal y como se muestra en la

TABLA 15.

TABLA 15. OBJETIVOS DE LOS PLANES DE RESPUEST ANTE LOS RIESGOS.

• Erradicar el riesgo:

• Eliminando la actividad o factores contribuyentes

• Reducir el riesgo:

o reduciendo la probabilidad de que ocurra

o aumentando la capacidad de detectarlo

oMitigar el riesgo y su impacto

• Actuando rápidamente

• Externalizando la actividad

• Contratando seguros

Objetivos de los planes de respuesta

Los planes de erradicación tienen por finalidad la eliminación de todos aquellos

factores que pueden contribuir a la aparición de un evento adverso claramente

evitable e incluso, si es posible de la propia actividad. Ello dependerá del conocimiento

disponible, factibilidad económica,….Ej. Programas para prevención de transfusiones

erróneas, protocolos dirigidos a evitar el olvido de cuerpos extraños en el curso de

intervenciones quirúrgicas…

Los planes de reducción están dirigidos a controlar aquellos aspectos que pueden

reducir de forma significativa la aparición de sucesos adversos no evitables por

completo y a aumentar la capacidad de detección mediante sistemas de vigilancia

(sistemas de notificación de incidentes, control de infecciones,..). Ej. Protocolos de

prevención de infecciones asociadas a catéter, caídas de pacientes, errores de

medicación…

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MS SS I

Seguridad del Paciente

U5

Por último, los planes de mitigación están encaminados a minimizar las posibles

consecuencias de la aparición de un suceso adverso, asegurándolos o actuando

precozmente sobre el mismo o externalizando determinadas actividades (ej.

programas de actuación ante parada cardiorrespiratoria).

1.5 DESPLIEGUE DE LA GESTIÓN DE RIESGOS (FASE 5).

Si se entiendo la gestión de riesgos como una actividad meramente burocrática se

pierde en gran medida la esencia de la misma, no hay expectativas de mejora de la

seguridad y los problemas y riesgos se convierten en crónicos. Por eso es importante

la acción de despliegue de acciones.

El despliegue es el proceso de comunicación, asignación y delegación de

responsabilidades, tareas, procedimientos e indicadores relacionados con el plan de

gestión de riesgos, trabajando en equipo e involucrando a las personas y grupos que,

en primera línea, se encargarán de su gestión y seguimiento.

En esta fase, cada área/unidad de la organización, se encargará de: comunicar todo lo

relacionado con los riesgos que involucran al área/unidad, habilitar procesos de

detección e información de riesgos, detallar procedimientos y designar responsables

para cada plan de respuesta (a priori y a posteriori) y dotarse de los recursos

necesarios para gestionarlos.

1.6 IMPLEMENTACIÓN Y SEGUIMIENTO (FASE 6).

En esta última fase la organización aborda la gestión de riesgos como parte del

desempeño de sus funciones y de su trabajo diario (cultura proactiva y generadora de

la seguridad) lleva a cabo un seguimiento y gestiona sus riesgos e incorpora las

“lecciones aprendidas” a sus procesos con el fin de robustecerlos.

El papel de la comunicación y el respaldo por los directivos a una cultura de gestión de

riesgos y mejora continua en esta última etapa es esencial.

En la FIGURA 7 se muestra la evolución esperable de la gestión de riesgos en una

organización.

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Seguridad del Paciente

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FIGURA 7: EVOLUCIÓN DE LA PERCEPCIÓN DE LA GESTIÓN DE RIESGOS.

Evolución de la percepción de la gestión de riesgos

Evolución en el tiempo de la Gestión de Riesgos

TiempoBajo

Alto

Niv

el d

e co

mp

rom

iso

ind

ivid

ual

Contactooigo de la

existencia de la GR

Comprendoel impacto de la GR en mi área y organización

Entiendoel alcance y

conceptos de la GR

Percibo de forma

positivael impacto y

beneficios de la GR

Dispuestoa trabajar para

implementar la GR

Standardmejora continua

de GR es la forma de trabajo en mi

organización

Personalizola GR, innovo y

la mejoro

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Seguridad del Paciente

U5

2. PUNTOS CLAVE

El riesgo asistencial lo podemos definir como la probabilidad de que se

produzca un resultado indeseable -o la ausencia de un resultado deseable- a lo

largo de la cadena de la acción sanitaria.

Una visión global de la gestión de riesgos requiere que todos los profesionales

se sientan implicados en la seguridad de la atención a la salud.

Desde la perspectiva de la aceptabilidad del riesgo podemos diferenciar, tres

modelos de gestión: ultraseguro, de alta fiabilidad y ultraadaptativo.

En dependencia del inicio de las actividades, la gestión del riesgo implica una

combinación entre el enfoque reactivo y el enfoque proactivo.

El punto de partida de la gestión del riesgo es conocer fuerzas, oportunidades,

debilidades y amenazas.

Los indicadores son datos que proporcionan información sobre la estructura, el

funcionamiento y los resultados de los servicios sanitarios y tienen por finalidad

facilitar la toma de decisiones en la gestión de los servicios sanitarios.

En función de la metodología de evaluación utilizada, los indicadores se

clasifican en sucesos centinelas que requieren una investigación puntual e

índices que requieren monitorización.

En dependencia del aspecto que pretenden evaluar los indicadores pueden ser

de estructura, proceso y resultados.

Los sucesos centinela son hechos inesperados e infrecuentes que producen o

pueden producir muerte o lesión grave de índole física o psíquica.

Los indicadores basados en índices requieren un criterio y un estándar.

El AMFE es un instrumento sistematizado de trabajo dirigido a valorar fallos

potenciales en el diseño y la prestación de servicios, previniendo que ocasionen

daños para el paciente.

La denominación del instrumento proviene de las tres preguntas que se

plantean para resolver: ¿Qué puede fallar? (modos de fallo) ¿Por qué puede

ocurrir? (causas del fallo) y ¿Qué consecuencias puede ocasionar el fallo?

(efectos del fallo).

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MS SS I

Seguridad del Paciente

U5

Los criterios de priorización de los riesgos abordados en un AMFE dependen de

su frecuencia, su gravedad y su probabilidad de detección. En base a ello se

calcula el IPR o índice de priorización.

El análisis de causas raíz (ACR) es un proceso sistemático de investigación

retrospectiva de eventos adversos o incidentes realizado con el fin de

determinar los factores subyacentes que han contribuido a su aparición. Más

que en las causas aparentes y los posibles errores de los profesionales se centra

en el análisis de las condiciones latentes (sistemas y procesos).

Técnicas cualitativas como el grupo nominal, la lluvia de ideas, el diagrama de

Ishikawa o espina de pescado (FIGURA 5) o la cascada de los ¿por qué? pueden

ser instrumentos útiles para analizar los factores contribuyentes.

Las causas raíz más comúnmente implicadas en la aparición de efectos

adversos son fallos en la comunicación, fallos en la organización, déficits de la

continuidad asistencial, escasa estandarización de procedimientos, falta de

entrenamiento o habilidades, instalaciones obsoletas, insuficiente

automatización de procesos y fallos en la evaluación del paciente.

En dependencia de su objetivo, los planes de respuesta ante los riesgos

pueden ser: de erradicación, eliminando la actividad de riesgo y factores

contribuyentes; de reducción, disminuyendo probabilidad de que ocurran y

aumentando la capacidad de detectarlos; y de mitigación de su impacto por

medio de rapidez de respuesta, externalizando actividades o contratando

seguros.

43

MS SS I

Seguridad del Paciente

U5

3. REFERENCIAS.

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orientada hacia la calidad y seguridad de los pacientes. Madrid: Fundación Mapfre 2017. p. 547-554

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seguridad de los pacientes. Madrid: Fundación Mapfre 2017. p.569-581

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calidad y seguridad de los pacientes. Madrid: Fundación Mapfre 2017: p.581-594.

4. De Rosier J, Stalhandske E, Bagian JP, Nudell T. Using Health Care Failure Mode and Effect

Analysis™: The VA National Center for Patient Safety’s Prospective Risk Analysis System. Journal of

Quality Improvement 2002;28(5):248-267. (Acceso 6 de noviembre d 2017) Disponible en

http://www.patientsafety.va.gov/docs/hfmea/HFMEA_JQI.pdf Vincent C.

5. Vincent C, Amalberti R. Seguridad del paciente. Estrategias para una asistencia sanitaria segura.

Madrid: Modus Laborandi. (Consultado 6/10/2017) Disponible en

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http://www.insht.es/InshtWeb/Contenidos/Documentacion/FichasTecnicas/NTP/Ficheros/601a700

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9. La seguridad del paciente en 7 pasos (resumen en castellano) Disponible en:

http://www.msc.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/excelencia/opsc_sp5.pdf

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