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Vicaría de la Esperanza JovenArzobispado de Santiago

etapaperegrinos

Unidad Temática:

jesús es el reino6

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FICHA 20

abre tu corazón:¡EL REINO ESTÁ AQUÍ!

1. DESCRIPCIÓN DE LA FICHA

1.1. PRESENTACIÓN

A las primeras comunidades cristianas una de las cosas más impresionantes que les sucedió fue comprender que Jesús de Nazareth, el que caminó y comió con ellos, no era simplemente un buen hombre, un profeta más, ni el rey político esperado por Israel. Jesús, desde que se manifiesta como Mesías, (significa “el enviado”), comienza a hablar del Reino de Dios que quiere establecer entre los hombres.

Los judíos de la época de Jesús esperaban la llegada del Reino de Dios, que sería traído por el Mesías prometido que los libertaría del poder romano, de la sumisión política y las injusticias. Esperaban un Mesías poderoso, que se impondría por la fuerza y reinaría sometiendo a todos los opre-sores del pueblo de Israel. Comprender que Jesús era Dios, el Mesías esperado, les transformó la vida.

El Señor Jesús, ante todo y por sobre todo, viene a anunciar la Buena Noticia del reinado del Padre Dios, una soberanía amorosa que no se im-pondría por el poder ni la fuerza, sino por la entrega generosa de la vida del Siervo de Dios, humillado en la cruz.

El Reino proclamado por Jesús es pura gracia, puro amor: es el don de Dios que todo hombre debe buscar como su gran tesoro por el cual vende y abandona todo. Frente a esta realidad nueva anunciada por Jesús, el hombre debe tomar una decisión. No se puede ser de Dios y seguir en la muerte, seguir a Jesús y oprimir al hermano, no se puede seguir al Maestro sin la conversión del corazón.

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El Reino que irrumpe se funda en el amor incondicional de Dios por nosotros.

Crece en la experiencia amorosa de diálogo y encuentro entre Dios y el mundo: desde la creación del universo y la historia del pueblo de Israel, hasta la culminación en la presencia del Hijo amado en medio nuestro que espera para que su plenitud se realice en todo hombre y mujer.

1.2. OBJETIVOS

• Descubrir las características del Reino de Dios.

• Reconocer signos del Reino en el en-torno en que viven los jóvenes.

1.3. MATERIALES

• Dulces.• Tarjetas de colores donde aparezcan las ca-

racterísticas del Reino de Dios (no los textos del Evangelio).

• Biblias.• Papelógrafos y scotch.

2. DESARROLLO

2.1. ACOGIDA

• Al inicio en distintos rincones de la sala, hay tarjetas de colores con una característica del Reino.

• El animador invita a los jóvenes a tomar una o dos tarjetas y reunirse en grupos para comenzar la sesión.

• El animador invita a una competencia.

CARACTERÍSTICAS DEL REINO:• Es un Reino cuyos comienzos son pequeños y humildes. Mt 13,31-32 • Es un Reino que se extiende por el mundo. Mt 13, 31-32• Es un Reino oculto, que crece sencillamente, sin que se note. Mt 13,33• Es un Reino cuyo valor está por encima de todas las cosas del mundo. Mt 13,44-46• Es un Reino no político, sino espiritual: un Reino de amor y de paz, de justicia y de verdad.

Jesús establece como ley fundamental de su Reino la ley del Amor. Jn 13, 34-35• Es un Reino para los pequeños como niños. Mt 18, 1-5

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• Presenta los papelógrafos con los textos de los Evangelios referidos al Reino, e invita a los jóvenes a pegar debajo del texto la tarjeta correspondiente.

• El grupo que primero termina se lleva los dulces.

2.2. MOTIVACIÓN

• Finalizado el juego anterior, el animador anima a los jóvenes a descubrir signos del Reino de Dios en nuestro entorno, para introducir el tema les cuenta un extracto de la película “Cadena de fa-vores”.

“CADENA DE FAVORES”

En una ciudad de Estados Unidos, en una escuela secundaria, que equivale a un segundo medio nuestro, un profesor de Ciencias Sociales les plantea a sus alumnos la siguiente tarea: hacer un proyecto que “pueda cambiar el mundo”.

Sin dar más explicaciones lanza a los jóvenes en este proyecto.

Un joven, al que llamaremos Pablo, se le ocurre que lo que podría cambiar el mundo en que vive es hacer favores, que para él signifiquen un esfuerzo, y que para otras personas, signifique un cambio en su vida.

Paseando en bicicleta acude a un basural y observa la miseria que hay a su alrededor; su mirada se cruza con la de un hombre un poco mayor que él, que escarba en un basural para encontrar comida. Pablo se acerca al hombre, y nota que es drogadicto. Se asusta y su primer impulso es retroceder, pero recordando su tarea, le habla y lo convence para que lo acompañe a su casa. Pablo le da comida, ropa limpia y conversa con él, descubre que su gran problema es la adicción a las drogas y que por eso perdió familia, amigos y trabajo.

Nuestro protagonista le da todos sus ahorros para que se pueda comprar ropa y conseguir un trabajo. El hombre consigue trabajo, pero al poco tiempo vuelve a caer en las drogas.

Pablo lo busca, pero éste se le niega.

Esta muy desilusionado y al momento de presentar su tarea, se siente completamente frustrado con su idea. Sus compañeros de clase han inventado muchas cosas para cambiar el mundo; una campaña de limpieza para la escuela, pintar la reja de su casa, etc.

Pablo presenta su tarea como “la cadena de favores” en la que a cada persona a la que se le haga un favor importante que cambie su vida, queda comprometida a hacerle un favor a otra perso-na.

Los compañeros encuentran su proyecto muy utópico y no creen que dé resultado, Pablo se siente fracasado.

Pasa un tiempo y el joven drogadicto que ya ha vuelto a su mundo de pobreza y drogas se en-cuentra con una mujer que está a punto de saltar de un puente. Al verla recuerda “ la cadena de favores” y se siente llamado a ayudarla por una fuerza que no puede explicar, logra salvarla y darle una razón para seguir viviendo. Así esta cadena continúa y pasa de una ciudad a otra.

Un periodista que recibe un favor decide investigar de dónde viene la cadena, hasta que encuentra a nuestro protagonista.

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2.3. ORACIÓN PERSONAL

• El animador invita a los jóvenes a meditar qué cosa o situación de su vida puede ser como una semilla del Reino, que casi crece por sí sola. Para ayudar a la meditación los invita a rezar con el siguiente texto:

• Mt 13, 31-33.

2.4. TRABAJO PERSONAL

• ¿Qué cosa o situación de tu vida es como una semilla del Reino?

• Los jóvenes las van anotando en un pape-lógrafo. El animador las recoge y las com-plementa con las características propias del Reino, que están expuestas en la sala.

2.5. TRABAJO GRUPAL

• Como hemos visto, el Reino de Dios no es una realidad distante ni ajena a nosotros. El Reino de Dios está presente en nuestra vida.

• El animador invita a los jóvenes a pensar en su barrio, y reconocer, y compartir signos del Reino de Dios.

2.6. CELEBRACIÓN

• Se reúnen en torno al altar, el animador enciende el cirio y repite una a una las ca-racterísticas del Reino que trabajaron con anterioridad.

• Se toman de las manos y ponen en común sus oraciones de alabanza, petición o acción de gracias.

• El animador los anima en la misión que van a comenzar y cantan la “ Canción del mi-sionero”.

2.7. TRABAJO PARA LA SEMANA

• Se dividen en dos equipos para realizar una investigación.

• Buscan un nombre afín con la tarea, por ejemplo “Por las huellas del Reino” o

“ Buscadores de Esperanza”, etc.

• El animador le entrega a cada equipo una pauta de Investigación.

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2.8. ANEXO

Pauta de investigación

• Averiguar en nuestro barrio si existen instituciones de voluntariado que ayuden al desarrollo y la promoción humana. (colonias urbanas, grupos de solidaridad, talleres para la tercera edad, Hogar de Cristo, bomberos, damas de rojo, etc.).

• Buscar a personas que colaboren en estas instituciones.

• Preparar una pauta para realizarles una entrevista con las siguientes preguntas u otras que cada comunidad crea convenientes: • ¿Qué los motiva a entregar su tiempo y dedicación a esta labor?• ¿En qué consiste su aporte?• ¿Qué frutos han obtenido con esta experiencia?

• Cada equipo prepara durante la semana el material obtenido para luego presentarlo en la reunión siguiente.

• En el próximo encuentro deberán presentar creativamente el resultado de su investigación. Puede ser con teatro, títeres, papelógrafos, dibujos, etc.

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FICHA 21

LOS SIGNOS DEL REINO EN MI BARRIO

1. DESCRIPCIÓN DE LA FICHA

1.1. PRESENTACIÓN

Los jóvenes presentan su “tarea semanal” que consistía en buscar signos del Reino de Dios en su entorno.

El animador procura motivar a los jóvenes a mirar y descubrir que ellos también son capaces de ser semillas del Reino, al igual que todas las per-sonas que ayudan silenciosamente a la comunidad desde distintas actividades.

1.2. OBJETIVO

• Descubrir que estamos llamados a ser semillas del Reino.

1.3. MATERIALES

• Trabajo de investigación que realizó cada equipo.

• Tarjetas que digan:

YO

SOY SEMILLA DEL REINO DE DIOS

CUANDO

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2. DESARROLLO

2.1. ORACIÓN INICIAL

• Canto: «Jóvenes, cristos jóvenes, necesita el mundo de hoy”.

• El animador invita a los jóvenes a acoger la Palabra de Dios.

• Se lee Mt 13, 44-46.

2.5. TRABAJO GRUPAL

• Presentación por equipos.

• Al finalizar, el animador hace un paralelo entre las características del Reino (pág. 4 de la unidad temática 6) con sus trabajos de investigación.

2.6. CELEBRACIÓN

• Los jóvenes contestan por escrito a la si-guiente afirmación:

Yo..... soy semilla del Reino de Dios cuan-do..........

• Cantan «Jesús estoy aquí».

• Luego se lee Mt 7, 24-27.

• El animador invita a los jóvenes a dar gracias a Dios y a pedirle el don de fortaleza para perseverar en el camino del Reino.

• Todos ponen su tarjeta sobre el altar, y se cierra el encuentro con un Padre Nuestro.

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FICHA 22

CONSTRUCTORES DEL REINO

1. DESCRIPCIÓN DE LA FICHA

1.1. PRESENTACIÓN

Este es un encuentro que sintetiza temas que ya hemos trabajado anteriormente. Nos invita a ofrecer a Jesús nuestra vida, para que Él cuente con nosotros. Esperando así que el Espíritu suscite en nuestros corazones un deseo verdadero de ser-vir al Señor Jesús en nuestros hermanos. Para ello nos preparamos a ser comunidad constructora del Reino.

Dios cuenta con nosotros para ser su voz, sus manos y sus pies en medio de nuestros her-manos. Jesús cuenta conmigo para ser mediador de su salvación, para llevar una palabra de aliento, de consuelo, de sentido al hermano que pasa por mi vida, a mi prójimo. Dios se ha hecho hombre, y es tan hombre que necesita de sus hermanos para hacer saber a todos que el Dios omnipotente y bueno, es nuestro Padre. Nuestra fe requiere de nuestro compromiso por la transformación del mundo. Y este compromiso es el único criterio de comprobación de nuestra fe. «Si alguno dice: «Yo amo a Dios» y odia a su hermano, es un menti-roso» (1 Jn 4, 20). No hay compromiso con Dios sin compromiso con el hombre, no hay fe en Dios sin fe en el hombre. Nuestra fe nos mueve, nos urge a la transformación del mundo y de la sociedad. Y es que Dios quiere la salvación del hombre no a costa del hombre, sino con él y para él.

Esta vocación cristiana nos amarra de for-ma irrenunciable, nos compromete con la salvación del hermano. Lo que el mundo ve de Dios es lo que nosotros mostramos de Dios. Por esto, debemos constantemente confrontar nuestras acciones y pensamientos con el Evangelio, de forma de pre-

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dicar a Jesús y no nuestras propias ideologías o convicciones. Confrontar nuestra vida con el Evangelio de manera de mostrar al Dios de Jesucristo, Dios de amor, de bondad, de misericordia.

Con razón el último concilio ecuménico de la Iglesia, el Concilio Vaticano II, ha asumido la res-ponsabilidad de los cristianos en el fenómeno del ateísmo contemporáneo. Y es que somos el rostro y la palabra de Dios para el mundo. Si mostramos un Dios castigador, sin misericordia ni perdón con el pecador, aunque aborrezca el pecado porque deshumaniza al hombre, un Dios envejecido, anticuado, sin nada que decir hoy, un Dios híbrido, ¿quién va a creer? No se trata por esto de mostrar a un Dios carente de exigencias, fácil, que no requiere compromiso. Sino mostrar, testimoniar con nuestra vida al Dios de Jesús, que invita y compromete al hombre en su propia salvación y la de sus hermanos.

La salvación que nos propone Jesús es la salvación de todo su pueblo, de toda la humanidad. No nos salvamos solos, como si nuestra relación con Dios se diera sólo en el ámbito del espíritu, del interior. La fe en nuestro Dios, en Éste y no en otro, nos obliga a un compromiso activo con el hermano. Tenemos una responsabilidad social que asumir al confesar nuestra fe. Soy cristiano, esto es, creo en el Dios de Jesucristo y me comprometo por Él y en Él en la transformación del mundo.

Seguir a Jesús supone un estilo de vida, una forma de ver, de amar, de ser. La fe en Jesús no nos propone una vía de escape, olvidándonos del mundo, y mirando sólo hacia un futuro más amable que está por venir. El Reino de Dios ya está en medio nuestro y espera alcanzar su plenitud en un futuro prometido y amoroso. Es justamente por este futuro, por esta promesa, por esta herencia que nos ha sido adelantada y mostrada en la Resurrección del Señor, que nuestro compromiso está en la construcción de un hoy más humano y fraterno para que venga su Reino. De nosotros depende. Dios confía en nosotros como constructores de un mundo mejor, en el cual se pueda realizar la plenitud prometida de la Vida Eterna. Y este hoy de los jóvenes debe traducirse en un compromiso activo en favor del hermano, nuestro Cristo de hoy, crucificado, que aguarda la Resurrección del Señor.

1.2. OBJETIVOS

• Fortalecer la adhesión personal a Jesucristo desde la propia vida, en lo concreto, día a día.

• Disponer el corazón para que el Señor tome mi vida y para que cuente con-migo para realizar entre mis hermanos su proyecto amoroso.

1.3. MATERIALES

• Hoja con el texto escrito de 1 Reyes 17, 7-15. • Fotocopias de las oraciones para iniciar y

concluir el encuentro.• Pedazos de cartulina de 20 por 7 centí-

metros.• Papel para cada joven.• Plumones o lápices de cera para cada jo-

ven.

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2. DESARROLLO

2.1. ACOGIDA

• En el lugar del encuentro puede ambientarse con la frase: «Ella dió de lo que tenía para vivir». • El animador acoge cariñosamente a cada joven y les da la bienvenida. Los invita a hacer oración.

2.2. ORACIÓN INICIAL

• Al iniciar se lee Lc 21, 1-4.

• Luego se comparte la siguiente oración:

Señor, tu alegría es la felicidad del hombre,tu dolor, el dolor de mis hermanos.

Te pido me des los sentimientos de tu corazónpara amar con el ardor de tu amor,para servir con el celo de tu Hijo,para mirar con tus ojos de amor.

Aquí estoy Señor, ¡cuenta conmigo!.

Toma Señor mi pequeñez.y en la humildad de este siervo tuyo

haz maravillas como las que has hecho en María.No tengo grandes cosas para dar,

sólo mi deseo de que los hombres te conozcanpara hacerles ver un camino en la oscuridad,

y que te amen para que descubran el amor que Tú les tienes.

Aquí estoy Señor, ¡cuenta conmigo!.

No dejes que este propósito desfallezca,no permitas que mi corazón se acostumbre

al dolor del hombrea la injusticia, a la falta de solidaridad.

Aquí estoy Señor, ¡cuenta conmigo!

Toma lo que soyy haz de mi conforme a Tu voluntad

Amén.

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2.3. MOTIVACIÓN

• El animador entrega a cada joven una hoja con el texto de 1 Reyes 17, 7-15. Los invita a leer en silencio y a meditar por un minuto. Les pide que se imaginen la situación, que elijan uno de los personajes y vivan la historia como si fueran ellos, repasándola una y otra vez.

2.4. TRABAJO PERSONAL

• El animador entrega hojas en blanco y pide a los jóvenes que dibujen en tres escenas la historia.

• Luego se reúnen en tríos y comparten brevemente los dibujos comentando y pidiéndose que expli-quen por qué dibujaron las cosas de esa manera y no de otra, qué significado tienen los dibujos, a quién o qué representan etc.

• Luego comparten lo siguiente:• ¿Qué persona conozco que necesita mi ayuda, mi consuelo, mi visita?• ¿Existe otra instancia en la que creo que el Señor me está llamando y me necesita como al

profeta Elías?

• Al reverso del dibujo del texto bíblico y sobre la base de estas reflexiones, cada joven escribe un pequeño diálogo inventado, cambiando los personajes y la situación, poniéndonos en el papel del profeta Elías. Cada uno hace el trabajo pensando quién es hoy la viuda, cuál es hoy su necesidad y cuál es también nuestra respuesta profética para ella.

2.5. SÍNTESIS GRUPAL

• El animador los invita a compartir con todo el grupo situaciones concretas de nuestra sociedad en las que Dios necesita de los jóvenes para producir un cambio, reco-nociendo los temas que duelen a nuestra sociedad. (La falta de oportunidades, la de-presión de muchos santiaguinos, la carencia de sentido de la vida, el SIDA, la violencia en todas sus formas, la mentira etc.)

• Cada uno de los participantes escribe en la tarjeta de cartulina una característica que le parezca fundamental en la sociedad que sueña.

• El animador sintetiza diciendo que trabajar por el Reino es entonces esforzarnos por una sociedad más justa, verdadera y solidaria, tolerante y que quiere rescatar a aquellos que ha perdido. Es asumir el compromiso de construir un país mejor para todos; es poner nuestro empeño en un mundo abierto a la esperanza. Para esto es necesario dejarnos conducir por el Espíritu, abriendo nuestra vida al proyecto que el Padre Dios nos llama a vivir.

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2.6. CELEBRACIÓN

• El animador invita a un joven a leer Lc 21, 1-4.

• Al finalizar, cada uno de los jóvenes se para y le regala la tarjeta que anotó a otro joven del grupo. El animador los invita a compartir en oración.

2.7. ANEXO

• Trabajo personal

1 Reyes 17,7-15

Al cabo de los días se secó el torrente, porque no había lluvia en el país. Le fue dirigida la palabra de Yahvé a Elías diciendo: -Levántate y vete a Sarepta de Sidón y quédate allí pues he ordenado a una mujer viuda de allí

que te alimente-. Elías se levantó y se fue a Sarepta. Cuando entraba por la puerta de la ciudad había una mujer

viuda que recogía leña. La llamó Elías y dijo: -Tráeme, por favor, un poco de agua para mí en tu jarro para que pueda beber-. Cuando ella iba a traérsela, le gritó: -Tráeme, por favor un bocado de pan-.

Jesús, Señor y amigo nuestrotantas veces te buscamos donde no podíamos verte,

muchas veces nos hirió tanto el dolor que encontramos.

Ayúdanos a descubrirte sufriendo con el que sufrey haciéndote solidario en los hombres y mujeres

que comprometen la vida para dar vida al hermano.

Danos fuerza para ser testigos de esperanzay signos de tu amor vivo en la historia cotidiana.

Envíanos tu Espíritu para comprometernos más allá de las pala-bras

amándote cada día en los que están a nuestro lado.

Acoge Señor estos anhelos que tenemos en el corazón,danos tu amor

y así poder ser luz y signo de vidapara nuestros hermanos.

Amén.

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Ella dijo: -Vive Yahvé tu Dios, no tengo nada de pan cocido: sólo tengo un puñado de harina en la tinaja y

un poco de aceite en la jarra. Precisamente estaba recogiendo un poco de leña para preparar algo para mi hijo y para mi; lo comeremos y luego moriremos-.

Pero Elías le dijo: -No temas. Entra y haz como has dicho, pero primero haz una torta pequeña para mí y tráemela,

y luego la harás para ti y para tu hijo. Porque así habla Yahvé, Dios de Israel: «No se acabará la harina en la tinaja, no se agotará el aceite en la jarra hasta el día en que Yahvé

conceda la lluvia sobre la tierra-.

Ella se fue e hizo según la palabra de Elías y comieron ella, él y su hijo.

No se acabó la harina en la tinaja ni se agotó el aceite en la jarra, según la palabra que Yahvé había dicho por boca de Elías.