Universidad autónoma y rendición de cuentas

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    R e s u m e n

    A b s t r a c t

    Fecha de recepcin: 27 de septiembre de 2007Fecha de aceptacin: 25 de enero de 2 008

    En este trabajo se aborda el examen de las implicaciones que tienen para

    la autonoma universitaria las exigencias de la rendicin de cuenta desde pers-

    pectivas diversas y a partir de algunos de los planteamientos de la reforma de laeducacin superior que emergen en varios pases, especialmente de la Amrica

    Latina y el Caribe desde nales de la dcada de los ochenta del siglo XX. En

    correspondencia con ese propsito, la atencin se centra en la consideracin

    de los siguientes tpicos: i) La emergencia de la evaluacin de la calidad y la

    rendicin de cuentas en la educacin superior; y ii) la rendicin de cuentas y la

    autonoma universitaria.

    Palabras clave: autonoma, autonoma responsable, rendicin de cuen-

    tas, evaluacin institucional.

    In this paper we tackle the examination of the implications it has for uni-versity autonomy the demands of accounting for actions from different pers-

    pectives and from of the statements of the educational reform of university

    education emerging in several countries, especially in Latin America and the

    Caribbean since the late 80s in the 20ieth century. In correspondence to this

    purpose, we focus the attention on considering the following topics: i) The

    emergency of evaluating quality and accounting for actions in university edu-

    cation; and ii) accounting for actions and university autonomy.

    Key words: autonomy, responsible autonomy, accounting for actions, ins-

    titutional evaluation.

    UNIVERSIDAD AUTNOMAY RENDICIN DE CUENTASAUTONOMUS UNIVERSITY AND ACCOUNTINGFOR ACTIONS

    ELEAZAR NARVEZ*[email protected]

    Universidad Central de VenezuelaCaracas, Venezuela.

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    no de los rasgos que cabe destacar en el re-

    corrido histrico de la autonoma universi-

    taria en distintos pases, sin importar el nivel

    de desarrollo de stos, son las interpretaciones diversas yhasta contrapuestas que se hacen de ese principio. En esa

    trayectoria donde se evidencia el carcter polismico del

    concepto de autonoma universitaria en diferentes con-

    textos nacionales, ciertamente se detectan valoraciones y

    posiciones de distinto tenor acerca del ejercicio auton-

    mico por parte de la universidad, las cuales, por supuesto,

    expresan las circunstancias concretas en las cuales se ha

    movido esta institucin a lo largo de su vida en cada pas.

    En reconocimiento de esto se comprende lo plantea-

    do por Soriano (2005), al armar que ...habra que exa-

    minar... la medida en la cual el signicado y el sentido de

    la autonoma han sido, de un lado homogneos, y de otroen funcin de la persistencia de la palabra que la desig-

    na, resistentes o trascendentes al paso de los siglos (p.

    5); a n de ir ...mostrando similitudes y contrastes reve-

    ladores de una esencia ms portadora de lo que se hubiera

    pensado, de una validez universal de la universidad (y de

    su autonoma) trascendente en el tiempo (dem).

    Y adems cabe proponerse, de igual modo, el desafo

    de indagar las interpelaciones que en diversos momentos

    de la vida universitaria de cada pas se le hacen al signi-

    cado y al sentido de la autonoma desde varias pticas y en

    relacin con determinadas obligaciones que hoy exige la

    sociedad, como la rendicin de cuentas, la transparencia yla responsabilidad social, por ejemplo.

    Precisamente, ese es el reto fundamental que asumi-

    mos en el presente trabajo, al interesarnos en el examen de

    las implicaciones que tiene para la autonoma universitaria

    las exigencias de la rendicin de cuenta desde perspecti-

    vas diversas y a partir de algunos de los planteamientos de

    la reforma de la educacin superior que emergen en varios

    pases, especialmente de la Amrica Latina y el Caribe

    desde nales de la dcada de los ochenta del siglo veinte.

    En correspondencia con ese propsito, nuestra aten-

    cin se centra en la consideracin de los siguientes tpicos:

    1) La emergencia de la evaluacin de la calidad y la rendi-

    cin de cuentas de la educacin superior.

    2) Rendicin de cuentas y autonoma universitaria.

    1. La emergencia de la evaluacin de la calidad

    y de la rendicin de cuentas

    A n de comprender mejor la preocupacin por la

    evaluacin de la calidad y la rendicin de cuentas de la

    educacin superior en la Amrica Latina y el Caribe de

    hoy,1 es necesario tener presente el contexto de origen

    en el cual esos temas comienzan a llamar la atencin de

    diversos actores sociales en esa regin. Dicho con otras

    palabras, es preciso que dirijamos la mirada a un conjun-

    to de exigencias y presiones ligadas fuertemente a ciertas

    orientaciones en ese nivel educativo que emergen al nal

    de los aos ochenta del siglo pasado en varios pases lati-

    noamericanos.

    Entre esas orientaciones relacionadas especcamen-

    te de una manera ms estrecha con los temas antes men-

    cionados, cabe sealar, adems de otras, las siguientes: la

    reduccin del papel del Estado benefactor; la expansin

    del sector privado y la incorporacin de mecanismos del

    mercado; y la consideracin de indicadores de rendimien-

    to en el nanciamiento gubernamental de la educacin

    superior.

    As, no slo se reconoce que la educacin superiorde esos aos se volvi ms compleja, masiva y diversi-

    cada, sino que al mismo tiempo estaba enmarcada en una

    situacin de recesin o de debilitamiento del apoyo esta-

    tal. Como dice Brunner (1990): El Estado-benevolente,

    que era nuestra propia versin local (y a veces populista)

    del Estado-benefactor de los pases desarrollados, no slo

    ha perdido su legitimidad ideolgica sino, lo que es ms

    grave, su propia base econmica-poltica de sustentacin

    (p. 170).

    Kent (1997), al sealar que En el contexto de la cri-

    sis econmica que marc al perodo, qued de maniesto

    para algunos sectores (notablemente los gobiernos, algu-nos grupos empresariales y los medios masivos de comu-

    nicacin) que los patrones prevalecientes de expansin,

    nanciamiento y gestin de la educacin superior haban

    llegado a su lmite (p. 94); sostiene que en ciertos casos,

    entre otros, este lmite es concebido en trminos de ...las

    limitaciones nancieras generadas por la crisis scal de los

    Estados, que obligaban al abandono de modelos de nan-

    ciamiento pensados para pocas de crecimiento (p. 94).

    Precisamente, este es uno de los elementos del marco en el

    que el autor antes mencionado sita el aparecimiento delEleazar

    Narvez:Universidadautnomayrendicindecuentas.

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    tema de la evaluacin como instrumento de las polticas

    gubernamentales de algunos pases latinoamericanos.2

    Es en el contexto de esa crisis y de la sustitucin del

    concepto de Estado benefactor por el de Estado evalua-

    dor, donde surgi la preocupacin por la evaluacin de

    la calidad en la educacin superior latinoamericana como

    parte del llamado discurso de la modernizacin, bajo laconsideracin de que las restricciones en el nanciamien-

    to pblico, entre otros factores, que afectaron a ese nivel

    educativo fueron generalmente asociadas a percepciones

    sobre su baja calidad y pertinencia (Tnnermann, 2001).

    En este cambio de conceptos, con las diferencias del caso

    en lo que respecta a Latinoamrica, no deja de ser vlida la

    armacin de Neave (2001) referida a varios pases del

    mundo occidental de que ello en modo alguno signica-

    ba que en pocas anteriores los gobiernos no se ocupaban

    de la evaluacin. Ms bien, como lo expresa este autor,

    el ascenso del Estado evaluador es acompaado por una

    reasignacin fundamental de la tarea misma de evaluar:

    superar la forma de una vericacin administrativa formal(vericacin de rutina y la modalidad de mantenimiento,

    por un lado, y la exploratoria, por el otro), para ponerla al

    servicio de ... una revisin ocasional y profunda de la po-

    ltica de enseanza superior de la nacin, del rendimiento

    de lo que hoy se llamaran los recursos institucionales y

    humanos; y todo esto se haca con una profundidad mucho

    mayor que la que poda alcanzar la vericacin de mante-

    nimiento (Neave, 2001: p. 215).

    Acerca de la crisis del Estado benefactor en Amrica

    Latina y el Caribe, arma Gmez Buenda (1998) que la

    misma estuvo asociada con la globalizacin:

    (...) ni el modelo de sustitucin de importaciones poda

    sostenerse, ni las aduanas podan seguir siendo una

    fuente esencial de recursos para el sco.

    Pero esta crisis tuvo cuando menos tres peculiarida-

    des. Primera: que aquel Estado benefactor en reali-

    dad no haba madurado todava; si bien la red de pro-

    teccin social se haba extendido notablemente desde

    los aos cincuenta, an quedaban enormes bolsones de

    pobreza. Segunda: que el desequilibrio scal se agudi -

    z ms tarde y por una razn distinta de los Estados

    benefactores clsicos, durante los ochenta, y para cu-

    brir los intereses de la deuda externa, el dcit scal

    se elev en muchos pases al nivel insostenible de un7% u 8% del Producto Interno Bruto. Y tercera: que la

    administracin pblica estaba trabada por la serie de

    apropiaciones particulares... (p. 144)

    Por otra parte, esa reduccin del Estado benefactor

    tiene consecuencias que se articulan con la segunda de las

    orientaciones de la educacin superior a las cuales se hizo

    referencia anteriormente: la expansin del sector privado

    y la incorporacin de la dinmica del mercado. Al respec-

    to, dice Schugurensky (1998) que los recortes en el nan-

    ciamiento pblico a las universidades por la reduccin del

    Estado benefactor:

    (...) no slo afectan la infraestructura fsica de las

    instituciones de educacin superior, los procesos de

    enseanza y aprendizaje, la frecuencia de la interac-

    cin maestro-alumno, la calidad de las actividades de

    investigacin, as como los salarios, las condiciones

    laborales y la moral, tanto de los acadmicos como del

    personal de apoyo, sino que tambin han provocado

    cambios importantes en la mentalidad de los adminis-

    tradores y acadmicos (quienes estn teniendo una ac-

    titud ms empresarial) y han estimulado la aparicin

    de un clima propicio para el establecimiento de nuevas

    reglas del juego basadas en criterios de costo-ecien-

    cia y en las demandas del mercado (p. 133).

    Como consecuencia de esas restricciones, para ex-

    presarlo con las palabras de Cortzar (2002), se multipli-

    can los esfuerzos que:

    (...) tratan de incorporar una racionalidad empresarial

    en las dinmicas universitarias, lo que se traduce en

    la presencia de valores y prcticas de mercado, en la

    progresiva incorporacin de esquemas que propician

    una actitud competitiva en la bsqueda de fondos,

    subsidios, captacin de estudiantes, conformacin de

    equipos, redimensionamiento de la funcin de exten-

    sin, en el inters por incrementar las relaciones entre

    las instituciones de educacin superior y las empresas

    (p. 24)

    En tal perspectiva, no slo se fomenta la diversi-

    cacin institucional mediante la creacin de instituciones

    no universitarias de menor costo, sino que se expande laprivatizacin de la educacin superior en un sentido am-

    plio: aumentan las instituciones privadas y se incorporan

    criterios de privatizacin en las universidades pblicas;

    acompaado esto del propsito de incentivar la compe-

    tencia y elevar la eciencia y la calidad, un asunto al cual,

    por cierto, se le asigna ...singular relevancia en funcin

    de los fenmenos de la globalizacin y la competitividad

    internacional...que demandan recursos humanos de la ms

    alta calicacin (Tunnermann, 2001: p. 59).

    En lo que respecta a la tercera orientacin aludida

    anteriormente, la consideracin de indicadores de rendi-

    miento en el nanciamiento gubernamental, lo planteado

    por Schugurensky (1998) nos ayuda a entender con bas-

    tante claridad de qu se trata:

    En estos tiempos de restricciones presupuestarias,

    existe un supuesto ampliamente difundido entre los fun-

    cionarios estatales en el sentido de que las universidades

    no son instituciones efectivas en trminos de costos, que

    no responden a las necesidades sociales y que es poco pro-

    bable que por ellas mismas lleven a cabo reformas serias.

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    Como resultado de las presiones gubernamentales

    para una mayor rendicin de cuentas (generalmente en-

    tendida como la seguridad en la calidad y el valor del

    servicio que se paga [value for money]), se est dando

    una gran importancia a la evaluacin externa de las activi-

    dades universitarias, y con ella ocurre tambin un rpido

    incremento en el nmero de agencias evaluadoras de la

    calidad alrededor del mundo. En trminos generales, laevaluacin de la calidad en las instituciones de educacin

    superior est cambiando de un enfoque basado exclusiva-

    mente en los insumos (gastos por alumno, grados y diplo-

    mas del personal acadmico, inventarios en las bibliotecas,

    equipos e instalaciones para investigacin, proporciones

    de maestros por alumno y de personal acadmico y de

    apoyo, etc.) a uno que incluye tambin los productos. Sin

    embargo, los productos son medidos generalmente en tr-

    minos de indicadores de rendimiento discutibles (ndices

    de titulacin, tiempo de nalizacin de programas acad-

    micos, calicaciones obtenidas por los estudiantes, grado

    de satisfaccin de egresados y empleadores, contribucio-

    nes econmicas de exalumnos, etc.) los cuales tienden arestar importancia a los datos cualitativos y los factores

    contextuales, y generalmente ignoran las misiones hist-

    ricas particulares de cada institucin. Los indicadores de

    rendimiento son discutibles no slo porque constituyen

    estndares arbitrarios capaces supuestamente de valorar

    el xito de los profesores, departamentos y universidades,

    sino tambin porque generalmente estn vinculados con la

    asignacin de recursos nancieros. (pp. 138-139).

    A esto agregaramos, ampliando lo dicho por Nar-

    vez (2002), que la universidad en modo alguno constitu-

    ye una organizacin asimilable en lo esencial a un sistema

    de produccin y consumo, y, de igual manera, que la cali-

    dad de los resultados o del rendimiento en la vida de esa

    institucin no es slo la expresin del mecanismo y de los

    factores determinantes de su ecacia, como cabra esperar

    bajo una orientacin reduccionista-empresarial, sino que

    tiene que ver tambin con la realizacin prctica de los

    valores educativos en las transacciones entre profesores y

    estudiantes (Elliott, 1993).

    Cabe agregar, adems, que las propuestas de cambio

    de la educacin superior inspiradas en las orientaciones

    antes consideradas, con sus implicaciones en cuanto a las

    exigencias de calidad y rendicin de cuentas, traducen loque algunos autores denominan las tendencias hacia la

    convergencia3 de ese nivel educativo, y otros llaman el

    pensamiento nico4 expresado en el consenso de Was-

    hington, para designar los acuerdos de fundaciones inter-

    nacionales o agencias multilaterales que prestan ayuda

    nanciera a pases como los nuestros.

    Lo que interesa destacar an ms de esta referencia,

    es precisamente cmo a partir de tales exigencias se debili-

    ta la autonoma y se estimula la heteronoma universitaria,

    al asumirse en esos acuerdos determinadas perspectivas en

    la denicin y evaluacin de la calidad y en la denicin,

    metodologa y propsito de la rendicin de cuentas en la

    educacin superior. Digamos por los momentos, tal como

    sostiene Schugurensky (1998), que el principio de autono-

    ma ha sido cuestionado y redenido de manera drstica

    en el contexto de las presiones de la globalizacin, las re-

    formas neoliberales favorables al mercado y las demandasde rendicin de cuentas. Con ello hay una prdida gradual

    de la autonoma que ...permite a las instituciones estable-

    cer, de manera colegiada y libre de interferencias externas,

    sus propios objetivos y misiones, contenidos y mtodos de

    enseanza, criterios de evaluacin, admisin y requisitos

    de graduacin, agendas de investigacin, procedimientos

    de promocin y expulsin, entre otros (pp. 140-141); y se

    transita hacia un modelo heternomo, con una universidad

    que ...cada vez es menos capaz de disear por s misma

    su propio desarrollo, y cuyo xito deriva de la rapidez y

    ecacia de su respuesta a las demandas externas (p. 141)

    Y, asimismo, es preciso poner de relieve cmo losretos de la evaluacin de la calidad y de la rendicin de

    cuentas pueden ser asumidos desde perspectivas que po-

    dran implicar o no el resquebrajamiento de la autonoma

    institucional, al plantearse esos desafos en mltiples crti-

    cas y presiones ejercidas ante los problemas confrontados

    por la educacin superior por diversos actores sociales no

    identicados con las orientaciones que acaban de exami-

    narse. Las valoraciones de estos actores, que tambin for-

    man parte del contexto en el cual surge la preocupacin

    por la evaluacin de la calidad y la rendicin de cuentas en

    la educacin superior, se expresan, entre otras crticas, y

    con diferentes motivaciones, en severos cuestionamientos

    a este nivel educativo en lo concerniente a su pertinencia,

    racionalidad del gasto, legitimidad ante las comunidades

    institucionales, la sociedad y el Estado y capacidad de in-

    clusin social, por ejemplo.

    2. Rendicin de cuentas y autonoma

    universitaria

    Ms all de la impronta de las orientaciones ante-

    riores en el signicado y alcance y repercusiones de la

    rendicin de cuentas, como expresin de una particular y

    muy cuestionable manera de concebir la calidad educati-va, es necesario tomar en consideracin otras dimensiones

    de aquel concepto para abrirnos a otras perspectivas en

    el anlisis de sus implicaciones en un espacio acadmico

    como el de la universidad autnoma. En tal sentido, tres

    aspectos sern objeto de atencin en esta seccin del tra-

    bajo: el concepto y los usos de la rendicin de cuentas, la

    exigencia de sta en mbitos diversos y su relacin con el

    principio de autonoma en la institucin universitaria.

    Eleazar

    Narvez:Universidadautnomayrendicindecuentas.

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    A. Concepto, usos y exigencias de la rendicinde cuentas

    Si bien es considerado un concepto tan fundamental

    como elusivo, la rendicin de cuentas puede denirse, en

    trminos generales, como el mecanismo que est llamada

    a utilizar cualquier organizacin social que se desempee

    en el mbito pblico para informar y explicar sus accionesy responsabilizarse por las mismas al someterlas al escru-

    tinio crtico de la sociedad.

    Concebida as, la rendicin de cuentas implica sin

    duda en el papel una transformacin cultural en la con-

    cepcin y el ejercicio del servicio pblico, y en el plano de

    la vida poltica debe constituirse en un componente esen-

    cial de la democracia y de los gobiernos democrticos, por

    medio del cual se establecen y fortalecen los canales de

    comunicacin y dilogo5 entre el Estado y los diversos ac-

    tores sociales, a n de propiciar y apoyar la participacin

    necesaria de la ciudadana en la formulacin, ejecucin y

    evaluacin de las polticas pblicas.

    En la discusin contempornea de la rendicin de

    cuentas sostiene Schedler (2004) sta es la traduccin

    ms comn y ms cercana del trmino ingls accountabi-

    lity,6 el cual en unos casos se traduce como control, otras

    veces como scalizacin y tambin como responsabilidad.

    Precisa dicho autor que en el mbito poltico la nocin

    de rendicin de cuentas tiene, por un lado, una dimensin

    informativa la obligacin de polticos y funcionarios de

    informar acerca de sus decisiones y otra argumentativa

    de justicarlas en pblico (answerability7); y por el otro,

    incluye la capacidad de sancionar a quienes hayan violado

    sus deberes pblicos (enforcement). Y asimismo, la rendi-

    cin de cuentas implica el derecho de los actores sociales

    a recibir informacin y explicacin de quienes estn obli-

    gados a informar y a justicar su ejercicio del poder.

    Esta denicin de la rendicin de cuentas, con esas

    dimensiones e implicaciones, y adaptndola a las parti-

    cularidades de cada caso, se justica y es fundamental en

    todos los espacios de una sociedad democrtica donde se

    desarrolle un servicio pblico o, en un sentido general,

    donde se realicen actividades de reconocida importancia

    para el bienestar colectivo.

    Desde luego, estas consideraciones son vlidas y

    esenciales para un espacio acadmico como el universi-

    tario. Claro est, lo deseable y necesario es que esa ren-

    dicin de cuentas sea asumida como parte y expresin de

    un sistema de evaluacin institucional concebido por la

    universidad para asegurar y fortalecer su calidad, en sin-

    tona con su compromiso con la sociedad y en el marco

    de una corresponsabilidad con el Estado que no lesione

    o ponga en entredicho el cumplimiento de su misin pri-

    mordial. As, desde esta ptica, la rendicin de cuentas

    representara un valioso recurso para hacer ms visibles

    las realizaciones de la universidad en el cumplimiento

    de sus actividades de docencia, investigacin, extensin

    y gestin; para transparentar ms sus procedimientos y

    acciones en la administracin de los recursos que utiliza;

    para brindarle a la comunidad universitaria y a la socie-

    dad la informacin necesaria y la justicacin de la labor

    que lleva a cabo; para propiciar una mayor cooperacin eintegracin en el desarrollo de sus funciones en el mbito

    nacional e internacional; y, asimismo, para promover una

    cultura de participacin ciudadana y obtener mejores re-

    sultados de gestin.

    Lo lamentable es que la mayora de los regmenes

    en nuestros pases latinoamericanos incluidas poliar-

    quas8 antiguas como Venezuela y Colombia tal como

    dice ODonnell (1997), tiene una rendicin de cuentas d-

    bil o intermitente.

    B.Tres perspectivas en la relacin de la rendicin

    de cuentas con la autonoma universitaria.El examen de la relacin de la rendicin de cuentas

    con la autonoma universitaria no puede verse slo desde

    una perspectiva nica. En este trabajo se sostiene que es

    posible y adems necesario tomar en consideracin por

    lo menos tres puntos de vista acerca de ese asunto, los

    cuales remiten a posiciones diferentes en el modo de con-

    cebir la vinculacin de la universidad con la sociedad y el

    Estado. Ellos son: la perspectiva neoliberal, la perspectiva

    del fundamentalismo autoritario y la perspectiva del com-

    promiso con el fortalecimiento del ejercicio autonmico.

    A.1. La perspectiva neoliberal

    Tal como arma Puiggrs (1996), de acuerdo con

    las polticas educativas neoliberales los grandes sistemas

    escolares son inecientes, carentes de equidad y sus pro-

    ductos de baja calidad, por lo cual se justica desde la

    ptica de esas polticas la reduccin de la inversin y,

    en particular, la responsabilidad del Estado en la educa-

    cin superior, por cuanto se estima que sta ha fracasado.

    As, en correspondencia con ese debilitamiento del Estado

    benefactor se promueve junto con la privatizacin y la

    descentralizacin de los servicios educativos, con el mer-

    cado como principal mecanismo de regulacin social la

    mercantilizacin creciente tanto de los bienes culturalescomo de la produccin y el esparcimiento del conocimien-

    to. En un panorama como ste, donde aparece disminui-

    da la consideracin de las universidades como inversin

    pblica vital, se atenta contra la calidad acadmica y la

    autonoma de las universidades pblicas (Narvez, 2005),

    entre otras razones, al ponerse el acento en la evaluacin

    externa de las funciones universitarias en respuesta a pre-

    siones gubernamentales por una mayor rendicin de cuen-

    tas, y al concebirse dicha calidad a partir de un enfoque

    que privilegia fundamentalmente el uso de indicadores de

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    rendimiento y subestima o ignora la importancia que en

    ella tienen ciertos datos cualitativos y factores contextua-

    les, as como el peso particular de las misiones histricas

    de cada una de esas instituciones.

    En el marco de una evaluacin de la calidad as asu-

    mida, en la cual su discusin no puede abordarse en tr-

    minos estrictamente tcnicos, al tornarse ciertamente unproblema esencialmente poltico, ... tanto desde el punto

    de vista de su concepcin y de sus consecuencias para la

    universidad, cuanto por las dicultades de su asimilacin

    por la comunidad acadmica (Trindade, 1997: p. 594), la

    rendicin de cuentas estara al servicio de los propsitos

    de los gobiernos de obtener informacin supuestamente

    objetiva para castigar o premiar a la universidad con el

    presupuesto econmico, y para hacer sentir su inuencia

    de manera impositiva en distintas dimensiones de la vida

    universitaria:

    Por medio de la vinculacin del presupuesto (que se

    reduce gradualmente) a las evaluaciones del desempe-o basadas en criterios de rendimiento, la inuencia

    que ejerce el Estado en la denicin de la direccin del

    sistema en trminos generales, y en el de cada institu-

    cin en particular, aumenta considerablemente.

    Como parte del nanciamiento condicionado, defen-

    dido por los funcionarios estatales con base en la rendicin

    de cuentas, el gobierno puede asignar una proporcin cre-

    ciente del nanciamiento a determinados investigadores

    y proyectos de investigacin, con la consiguiente prdida

    del poder que la universidad tiene para distribuir esos fon-

    dos econmicos. Al incrementarse el nanciamiento de

    los gobiernos a la investigacin aplicada, las universida-des estn desatendiendo la investigacin bsica y estn in-

    volucrndose en proyectos que la industria podra realizar

    por s misma. Se supone tambin que el nanciamiento

    condicionado promueve mercados ms competitivos den-

    tro del mundo acadmico. Este modelo permite al Estado

    desempear un papel clave en la determinacin del tamao

    de la matrcula en las distintas reas, el tipo de habilidades

    y destrezas que se adquirirn, la clase de instituciones del

    tercer nivel que habrn de ser fortalecidas, los recursos

    para la investigacin en las distintas disciplinas, el nmero

    de acadmicos por estudiante, etc. (Schugurensky, 1998:

    p. 144)

    A.2. La perspectiva del fundamentalismo autoritario

    Asimismo, la rendicin de cuentas en el mbito uni-

    versitario no puede ser considerada solamente en trminos

    tcnicos en pases donde, a contracorriente del equilibrio

    de poderes propio de un Estado de Derecho, hay claras

    seales de imposicin de un fundamentalismo autoritario

    que lleva al aparato del Estado a secuestrar todas las deci-

    siones en materia educativa, con exclusin del pluralismo

    y el debate, y de espalda a los compromisos con la educa-

    cin que en el mundo de hoy se le atribuyen en diferentes

    lugares del mundo: la denicin de prioridades mediante

    mecanismos de concertacin democrtica con otros acto-

    res de la sociedad; la evaluacin de resultados y su amplia

    difusin entre los usuarios; y la proteccin especial a los

    grupos socialmente vulnerables (Gmez Buenda, 1998).

    En este caso se trata de una perspectiva de la rendi-cin de cuentas propia de regmenes que en verdad no la

    asumen como un mecanismo democrtico de gobernanza

    en el sentido expuesto anteriormente en el punto referi-

    do a dicho concepto aun cuando s la ponen en prctica,

    con una visin muy limitada del signicado, del alcance

    y de la importancia de la misma, como instrumento po-

    ltico de acoso e intervencin a la universidad autnoma

    bajo el disfraz de un supuesto propsito de saneamiento

    y transparencia de la administracin de los recursos pre-

    supuestarios en esa institucin.9 Se ataca a la universidad

    autnoma con el argumento de que sta no le rinde cuentas

    al pas, pues se esgrime que la autonoma representa para

    las autoridades universitarias una clusula de seguridad oun privilegio especial de soberana para funcionar como

    un Estado dentro de otro Estado y no cumplir con su obli-

    gacin de decir cmo y en qu son utilizados los recursos

    asignados por el Estado.

    A.3. La perspectiva del compromiso con el fortalecimien-

    to del ejercicio autonmico

    Bien entendido, como un mecanismo fundamental

    de gobernabilidad democrtica de las instituciones y orga-

    nizaciones de la sociedad que prestan un servicio pblico,

    por medio del cual stas informan y justican sus acciones

    y adems asumen su plena responsabilidad por las deci-siones tomadas con el establecimiento y fortalecimiento

    de canales de comunicacin y dilogo entre los miembros

    de su comunidad y con diversos actores sociales, y a n de

    propiciar y apoyar una verdadera cultura de la participa-

    cin ciudadana el ejercicio de la rendicin de cuentas no

    slo ha de ser un compromiso ineludible de la universidad

    autnoma con la sociedad, sino igualmente una exigencia

    esencial de ella consigo misma para la potenciacin de su

    prctica autonmica.

    En tal sentido, se habla aqu de una rendicin de

    cuentas multidimensional mucho ms compleja y rica

    que aquella centrada en una concepcin administrativis-ta que ayudara a hacer ms visibles las realizaciones de

    la universidad autnoma en el cumplimiento de sus acti-

    vidades de docencia, investigacin y gestin; y adems

    con mltiples propsitos, no con el solo afn de satisfacer

    requerimientos administrativos para que el gobierno asig-

    ne los recursos nancieros que demanda la institucin. Sin

    duda, esa mayor visibilidad le permitira a la universidad

    lograr una mayor conanza en ella de los miembros de su

    comunidad y de los diversos sectores de la sociedad, con

    lo cual, por supuesto, adquirira una mayor legitimidadEleazar

    Narvez:Universidadautnomayrendicindecuentas.

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    Ar t culos

    tanto hacia adentro como hacia afuera que le permitira, de

    una manera bien fundamentada, con una mayor concien-

    cia y propiedad, salirle al paso a los frecuentes y muchas

    veces infundados ataques que se le hacen a esa institucin

    con base en su supuesta no pertinencia social y bajo nivel

    de capacidad de inclusin social.

    Y tambin, desde luego, servira para abrir las puer-tas a un mayor fortalecimiento del ejercicio autonmico

    de la universidad con el estmulo y el apoyo que pueda

    generarse con la rendicin de cuentas, en lo que respecta

    a una mayor participacin ciudadana de los miembros de

    su comunidad y de la sociedad en general en el desarrollo

    de las actividades de esa institucin, y en lo concernien-

    te a la generacin de condiciones ms favorables para la

    articulacin e integracin de los esfuerzos acadmicos y

    administrativos en el plano interno de cada institucin y

    tanto en el mbito nacional como internacional.

    En denitiva, vista en esta perspectiva, la rendicin

    de cuentas permitira conocer mejor y fortalecer la uni-versidad como locus donde, a contracorriente de la idea

    de un mundo uniformado, conviven mltiples expresiones

    del saber; y en el cual se dan las condiciones necesarias y

    sucientes para el ejercicio de la libertad, es decir, de la

    capacidad de conjugar conocimiento, imaginacin y de-

    cisin en el campo de lo posible: en su vida acadmica;

    en la eleccin de sus autoridades; en la escogencia de su

    personal; en el cuestionamiento a s misma y a todo lo que

    le concierna; en sus normas de gobierno, funcionamiento

    y administracin de su patrimonio; y en la proposicin y

    contribucin en la construccin de soluciones y alternati-

    vas de cambio que la universidad misma y la sociedad en

    general requieran.

    As concebida, desde el punto de vista de sus mo-

    tivaciones e implicaciones, la rendicin de cuentas tiene

    incluso una mayor signicacin para la Universidad en

    comparacin con aquella posicin donde se le reivindi-

    ca como expresin del ejercicio de una autonoma curio-

    samente denominada responsable, vale decir, como una

    prctica a la que simplemente est obligada la institucin

    ante s y los otros, sin argumentarse sucientemente y de

    manera convincente el porqu de esa obligacin. Que sir-

    va como ejemplo de esto lo que plantea Villarroel (2006):

    (...) la rendicin de cuentas no slo no es una amena-

    za para la autonoma universitaria, sino ms bien se

    convierte en uno de los principales mecanismos con

    que cuenta la institucin universitaria para evidenciar

    su carcter autonmico. En otras palabras, la rendi-

    cin de cuentas es consustancial al ejercicio de una

    autonoma responsable; desde este punto de vista, las

    instituciones responsables se caracterizan porque no

    necesitan que se les exija una rendicin de cuentas,

    porque ellas motu proprio se ofrecen a rendirlas. De

    este modo, la evaluacin se convierte en el principal

    medio para desarrollar el mejoramiento constante dela institucin... (p. 88)

    Respecto a esos sealamientos caben las siguientes

    interrogantes, Por qu se habla de autonoma responsable

    cuando la institucin rinde cuentas? Slo porque sta lo

    hace sin que le pidan esa rendicin? En qu se traduce

    esa autonoma responsable al rendir cuentas? Qu posi-

    bilidades de accin en el ejercicio autonmico en la vida

    universitaria surgen con la rendicin de cuentas? Acaso

    es suciente decir que las mismas estn relacionadas con

    la evaluacin y el mejoramiento de la institucin?

    * Licenciado en Educacin. Magster en Diseo de Polticas. Profesorasociado de la Universidad Central de Venezuela. Miembro de la Aso-ciacin para el Progreso de la Investigacin Universitaria.

    N o t a s

    1 Tnnermann (2001) indica que si bien como dicen varios autores la preocupacin por la calidad ha estadopresente desde el momento mismo del nacimiento de las universidades, su consideracin en compaa de losconceptos de evaluacin y acreditacin es reciente en muchos pases y en la educacin superior latinoamerica-na, siguiendo lo dicho por Rollin Kent.2 Adems, Kent seala otros elementos de ese marco: las apreciaciones crticas de diversos grupos sociales hacia

    la educacin superior, en cuanto a su baja calidad y pertinencia y la inoperancia de ella por su misma estructura ysus desbordamientos polticos. Vase, Kent (1997: p. 94)3 Schugurensky (1998) habla de la convergencia de los sistemas de educacin superior hacia el modelo norte-americano, la cual ...no signifca que todos los sistemas de educacin superior se conviertan en uno solo, sino

    ms bien que son gobernados en forma creciente por presiones, procedimientos y patrones organizacionalessimilares (p. 125)4 Cortzar (2002) utiliza esta expresin como ...modelo de interpretacin de los fenmenos sociales...que re-defnir el rol desempeado por la educacin superior y las polticas que deber instrumentar el Estado en este

    sector (p. 17)5 Seala Schedler (2004) que el dilogo crtico est en el corazn de la rendicin de cuentas. Se trata de un juegoiterativo, un ir y venir de preguntas y respuestas, de argumentos y contra-argumentos.

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    Ar t culos

    6 Este autor, Schedler (2004), indica que hay matices para diferenciar los dos trminos. Mientras que accounta-bilityconlleva un sentido claro de obligacin, la rendicin de cuentas sugiere la idea de ser un acto voluntario; deall que pueda precisarse que el primer trmino denota una rendicin obligatoria de cuentas, e incluye, ademsde la obligacin, la exigencia, el derecho.7 Se le considera el sinnimo ms cercano a la rendicin de cuentas (Schedler, 2004)8 ODonnell (1997) habla de las democracias polticas o poliarquas, y refere los atributos que deben cumplir los

    pases para ser considerados como tales.9 Al decir esto en modo alguno se pretende desconocer que existan en nuestras universidades latinoamericanasproblemas de esa naturaleza y se quiera obviar su consideracin en el ejercicio de la rendicin de cuentas queestamos obligados a cumplir.

    B i b l i o g r a f a

    N o t a s

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    Eleazar

    Narvez:Universidadautnomayrendicindecuentas.