Universidad autónoma y rendición de cuentas
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8/7/2019 Universidad autnoma y rendicin de cuentas
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R e s u m e n
A b s t r a c t
Fecha de recepcin: 27 de septiembre de 2007Fecha de aceptacin: 25 de enero de 2 008
En este trabajo se aborda el examen de las implicaciones que tienen para
la autonoma universitaria las exigencias de la rendicin de cuenta desde pers-
pectivas diversas y a partir de algunos de los planteamientos de la reforma de laeducacin superior que emergen en varios pases, especialmente de la Amrica
Latina y el Caribe desde nales de la dcada de los ochenta del siglo XX. En
correspondencia con ese propsito, la atencin se centra en la consideracin
de los siguientes tpicos: i) La emergencia de la evaluacin de la calidad y la
rendicin de cuentas en la educacin superior; y ii) la rendicin de cuentas y la
autonoma universitaria.
Palabras clave: autonoma, autonoma responsable, rendicin de cuen-
tas, evaluacin institucional.
In this paper we tackle the examination of the implications it has for uni-versity autonomy the demands of accounting for actions from different pers-
pectives and from of the statements of the educational reform of university
education emerging in several countries, especially in Latin America and the
Caribbean since the late 80s in the 20ieth century. In correspondence to this
purpose, we focus the attention on considering the following topics: i) The
emergency of evaluating quality and accounting for actions in university edu-
cation; and ii) accounting for actions and university autonomy.
Key words: autonomy, responsible autonomy, accounting for actions, ins-
titutional evaluation.
UNIVERSIDAD AUTNOMAY RENDICIN DE CUENTASAUTONOMUS UNIVERSITY AND ACCOUNTINGFOR ACTIONS
ELEAZAR NARVEZ*[email protected]
Universidad Central de VenezuelaCaracas, Venezuela.
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no de los rasgos que cabe destacar en el re-
corrido histrico de la autonoma universi-
taria en distintos pases, sin importar el nivel
de desarrollo de stos, son las interpretaciones diversas yhasta contrapuestas que se hacen de ese principio. En esa
trayectoria donde se evidencia el carcter polismico del
concepto de autonoma universitaria en diferentes con-
textos nacionales, ciertamente se detectan valoraciones y
posiciones de distinto tenor acerca del ejercicio auton-
mico por parte de la universidad, las cuales, por supuesto,
expresan las circunstancias concretas en las cuales se ha
movido esta institucin a lo largo de su vida en cada pas.
En reconocimiento de esto se comprende lo plantea-
do por Soriano (2005), al armar que ...habra que exa-
minar... la medida en la cual el signicado y el sentido de
la autonoma han sido, de un lado homogneos, y de otroen funcin de la persistencia de la palabra que la desig-
na, resistentes o trascendentes al paso de los siglos (p.
5); a n de ir ...mostrando similitudes y contrastes reve-
ladores de una esencia ms portadora de lo que se hubiera
pensado, de una validez universal de la universidad (y de
su autonoma) trascendente en el tiempo (dem).
Y adems cabe proponerse, de igual modo, el desafo
de indagar las interpelaciones que en diversos momentos
de la vida universitaria de cada pas se le hacen al signi-
cado y al sentido de la autonoma desde varias pticas y en
relacin con determinadas obligaciones que hoy exige la
sociedad, como la rendicin de cuentas, la transparencia yla responsabilidad social, por ejemplo.
Precisamente, ese es el reto fundamental que asumi-
mos en el presente trabajo, al interesarnos en el examen de
las implicaciones que tiene para la autonoma universitaria
las exigencias de la rendicin de cuenta desde perspecti-
vas diversas y a partir de algunos de los planteamientos de
la reforma de la educacin superior que emergen en varios
pases, especialmente de la Amrica Latina y el Caribe
desde nales de la dcada de los ochenta del siglo veinte.
En correspondencia con ese propsito, nuestra aten-
cin se centra en la consideracin de los siguientes tpicos:
1) La emergencia de la evaluacin de la calidad y la rendi-
cin de cuentas de la educacin superior.
2) Rendicin de cuentas y autonoma universitaria.
1. La emergencia de la evaluacin de la calidad
y de la rendicin de cuentas
A n de comprender mejor la preocupacin por la
evaluacin de la calidad y la rendicin de cuentas de la
educacin superior en la Amrica Latina y el Caribe de
hoy,1 es necesario tener presente el contexto de origen
en el cual esos temas comienzan a llamar la atencin de
diversos actores sociales en esa regin. Dicho con otras
palabras, es preciso que dirijamos la mirada a un conjun-
to de exigencias y presiones ligadas fuertemente a ciertas
orientaciones en ese nivel educativo que emergen al nal
de los aos ochenta del siglo pasado en varios pases lati-
noamericanos.
Entre esas orientaciones relacionadas especcamen-
te de una manera ms estrecha con los temas antes men-
cionados, cabe sealar, adems de otras, las siguientes: la
reduccin del papel del Estado benefactor; la expansin
del sector privado y la incorporacin de mecanismos del
mercado; y la consideracin de indicadores de rendimien-
to en el nanciamiento gubernamental de la educacin
superior.
As, no slo se reconoce que la educacin superiorde esos aos se volvi ms compleja, masiva y diversi-
cada, sino que al mismo tiempo estaba enmarcada en una
situacin de recesin o de debilitamiento del apoyo esta-
tal. Como dice Brunner (1990): El Estado-benevolente,
que era nuestra propia versin local (y a veces populista)
del Estado-benefactor de los pases desarrollados, no slo
ha perdido su legitimidad ideolgica sino, lo que es ms
grave, su propia base econmica-poltica de sustentacin
(p. 170).
Kent (1997), al sealar que En el contexto de la cri-
sis econmica que marc al perodo, qued de maniesto
para algunos sectores (notablemente los gobiernos, algu-nos grupos empresariales y los medios masivos de comu-
nicacin) que los patrones prevalecientes de expansin,
nanciamiento y gestin de la educacin superior haban
llegado a su lmite (p. 94); sostiene que en ciertos casos,
entre otros, este lmite es concebido en trminos de ...las
limitaciones nancieras generadas por la crisis scal de los
Estados, que obligaban al abandono de modelos de nan-
ciamiento pensados para pocas de crecimiento (p. 94).
Precisamente, este es uno de los elementos del marco en el
que el autor antes mencionado sita el aparecimiento delEleazar
Narvez:Universidadautnomayrendicindecuentas.
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tema de la evaluacin como instrumento de las polticas
gubernamentales de algunos pases latinoamericanos.2
Es en el contexto de esa crisis y de la sustitucin del
concepto de Estado benefactor por el de Estado evalua-
dor, donde surgi la preocupacin por la evaluacin de
la calidad en la educacin superior latinoamericana como
parte del llamado discurso de la modernizacin, bajo laconsideracin de que las restricciones en el nanciamien-
to pblico, entre otros factores, que afectaron a ese nivel
educativo fueron generalmente asociadas a percepciones
sobre su baja calidad y pertinencia (Tnnermann, 2001).
En este cambio de conceptos, con las diferencias del caso
en lo que respecta a Latinoamrica, no deja de ser vlida la
armacin de Neave (2001) referida a varios pases del
mundo occidental de que ello en modo alguno signica-
ba que en pocas anteriores los gobiernos no se ocupaban
de la evaluacin. Ms bien, como lo expresa este autor,
el ascenso del Estado evaluador es acompaado por una
reasignacin fundamental de la tarea misma de evaluar:
superar la forma de una vericacin administrativa formal(vericacin de rutina y la modalidad de mantenimiento,
por un lado, y la exploratoria, por el otro), para ponerla al
servicio de ... una revisin ocasional y profunda de la po-
ltica de enseanza superior de la nacin, del rendimiento
de lo que hoy se llamaran los recursos institucionales y
humanos; y todo esto se haca con una profundidad mucho
mayor que la que poda alcanzar la vericacin de mante-
nimiento (Neave, 2001: p. 215).
Acerca de la crisis del Estado benefactor en Amrica
Latina y el Caribe, arma Gmez Buenda (1998) que la
misma estuvo asociada con la globalizacin:
(...) ni el modelo de sustitucin de importaciones poda
sostenerse, ni las aduanas podan seguir siendo una
fuente esencial de recursos para el sco.
Pero esta crisis tuvo cuando menos tres peculiarida-
des. Primera: que aquel Estado benefactor en reali-
dad no haba madurado todava; si bien la red de pro-
teccin social se haba extendido notablemente desde
los aos cincuenta, an quedaban enormes bolsones de
pobreza. Segunda: que el desequilibrio scal se agudi -
z ms tarde y por una razn distinta de los Estados
benefactores clsicos, durante los ochenta, y para cu-
brir los intereses de la deuda externa, el dcit scal
se elev en muchos pases al nivel insostenible de un7% u 8% del Producto Interno Bruto. Y tercera: que la
administracin pblica estaba trabada por la serie de
apropiaciones particulares... (p. 144)
Por otra parte, esa reduccin del Estado benefactor
tiene consecuencias que se articulan con la segunda de las
orientaciones de la educacin superior a las cuales se hizo
referencia anteriormente: la expansin del sector privado
y la incorporacin de la dinmica del mercado. Al respec-
to, dice Schugurensky (1998) que los recortes en el nan-
ciamiento pblico a las universidades por la reduccin del
Estado benefactor:
(...) no slo afectan la infraestructura fsica de las
instituciones de educacin superior, los procesos de
enseanza y aprendizaje, la frecuencia de la interac-
cin maestro-alumno, la calidad de las actividades de
investigacin, as como los salarios, las condiciones
laborales y la moral, tanto de los acadmicos como del
personal de apoyo, sino que tambin han provocado
cambios importantes en la mentalidad de los adminis-
tradores y acadmicos (quienes estn teniendo una ac-
titud ms empresarial) y han estimulado la aparicin
de un clima propicio para el establecimiento de nuevas
reglas del juego basadas en criterios de costo-ecien-
cia y en las demandas del mercado (p. 133).
Como consecuencia de esas restricciones, para ex-
presarlo con las palabras de Cortzar (2002), se multipli-
can los esfuerzos que:
(...) tratan de incorporar una racionalidad empresarial
en las dinmicas universitarias, lo que se traduce en
la presencia de valores y prcticas de mercado, en la
progresiva incorporacin de esquemas que propician
una actitud competitiva en la bsqueda de fondos,
subsidios, captacin de estudiantes, conformacin de
equipos, redimensionamiento de la funcin de exten-
sin, en el inters por incrementar las relaciones entre
las instituciones de educacin superior y las empresas
(p. 24)
En tal perspectiva, no slo se fomenta la diversi-
cacin institucional mediante la creacin de instituciones
no universitarias de menor costo, sino que se expande laprivatizacin de la educacin superior en un sentido am-
plio: aumentan las instituciones privadas y se incorporan
criterios de privatizacin en las universidades pblicas;
acompaado esto del propsito de incentivar la compe-
tencia y elevar la eciencia y la calidad, un asunto al cual,
por cierto, se le asigna ...singular relevancia en funcin
de los fenmenos de la globalizacin y la competitividad
internacional...que demandan recursos humanos de la ms
alta calicacin (Tunnermann, 2001: p. 59).
En lo que respecta a la tercera orientacin aludida
anteriormente, la consideracin de indicadores de rendi-
miento en el nanciamiento gubernamental, lo planteado
por Schugurensky (1998) nos ayuda a entender con bas-
tante claridad de qu se trata:
En estos tiempos de restricciones presupuestarias,
existe un supuesto ampliamente difundido entre los fun-
cionarios estatales en el sentido de que las universidades
no son instituciones efectivas en trminos de costos, que
no responden a las necesidades sociales y que es poco pro-
bable que por ellas mismas lleven a cabo reformas serias.
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Como resultado de las presiones gubernamentales
para una mayor rendicin de cuentas (generalmente en-
tendida como la seguridad en la calidad y el valor del
servicio que se paga [value for money]), se est dando
una gran importancia a la evaluacin externa de las activi-
dades universitarias, y con ella ocurre tambin un rpido
incremento en el nmero de agencias evaluadoras de la
calidad alrededor del mundo. En trminos generales, laevaluacin de la calidad en las instituciones de educacin
superior est cambiando de un enfoque basado exclusiva-
mente en los insumos (gastos por alumno, grados y diplo-
mas del personal acadmico, inventarios en las bibliotecas,
equipos e instalaciones para investigacin, proporciones
de maestros por alumno y de personal acadmico y de
apoyo, etc.) a uno que incluye tambin los productos. Sin
embargo, los productos son medidos generalmente en tr-
minos de indicadores de rendimiento discutibles (ndices
de titulacin, tiempo de nalizacin de programas acad-
micos, calicaciones obtenidas por los estudiantes, grado
de satisfaccin de egresados y empleadores, contribucio-
nes econmicas de exalumnos, etc.) los cuales tienden arestar importancia a los datos cualitativos y los factores
contextuales, y generalmente ignoran las misiones hist-
ricas particulares de cada institucin. Los indicadores de
rendimiento son discutibles no slo porque constituyen
estndares arbitrarios capaces supuestamente de valorar
el xito de los profesores, departamentos y universidades,
sino tambin porque generalmente estn vinculados con la
asignacin de recursos nancieros. (pp. 138-139).
A esto agregaramos, ampliando lo dicho por Nar-
vez (2002), que la universidad en modo alguno constitu-
ye una organizacin asimilable en lo esencial a un sistema
de produccin y consumo, y, de igual manera, que la cali-
dad de los resultados o del rendimiento en la vida de esa
institucin no es slo la expresin del mecanismo y de los
factores determinantes de su ecacia, como cabra esperar
bajo una orientacin reduccionista-empresarial, sino que
tiene que ver tambin con la realizacin prctica de los
valores educativos en las transacciones entre profesores y
estudiantes (Elliott, 1993).
Cabe agregar, adems, que las propuestas de cambio
de la educacin superior inspiradas en las orientaciones
antes consideradas, con sus implicaciones en cuanto a las
exigencias de calidad y rendicin de cuentas, traducen loque algunos autores denominan las tendencias hacia la
convergencia3 de ese nivel educativo, y otros llaman el
pensamiento nico4 expresado en el consenso de Was-
hington, para designar los acuerdos de fundaciones inter-
nacionales o agencias multilaterales que prestan ayuda
nanciera a pases como los nuestros.
Lo que interesa destacar an ms de esta referencia,
es precisamente cmo a partir de tales exigencias se debili-
ta la autonoma y se estimula la heteronoma universitaria,
al asumirse en esos acuerdos determinadas perspectivas en
la denicin y evaluacin de la calidad y en la denicin,
metodologa y propsito de la rendicin de cuentas en la
educacin superior. Digamos por los momentos, tal como
sostiene Schugurensky (1998), que el principio de autono-
ma ha sido cuestionado y redenido de manera drstica
en el contexto de las presiones de la globalizacin, las re-
formas neoliberales favorables al mercado y las demandasde rendicin de cuentas. Con ello hay una prdida gradual
de la autonoma que ...permite a las instituciones estable-
cer, de manera colegiada y libre de interferencias externas,
sus propios objetivos y misiones, contenidos y mtodos de
enseanza, criterios de evaluacin, admisin y requisitos
de graduacin, agendas de investigacin, procedimientos
de promocin y expulsin, entre otros (pp. 140-141); y se
transita hacia un modelo heternomo, con una universidad
que ...cada vez es menos capaz de disear por s misma
su propio desarrollo, y cuyo xito deriva de la rapidez y
ecacia de su respuesta a las demandas externas (p. 141)
Y, asimismo, es preciso poner de relieve cmo losretos de la evaluacin de la calidad y de la rendicin de
cuentas pueden ser asumidos desde perspectivas que po-
dran implicar o no el resquebrajamiento de la autonoma
institucional, al plantearse esos desafos en mltiples crti-
cas y presiones ejercidas ante los problemas confrontados
por la educacin superior por diversos actores sociales no
identicados con las orientaciones que acaban de exami-
narse. Las valoraciones de estos actores, que tambin for-
man parte del contexto en el cual surge la preocupacin
por la evaluacin de la calidad y la rendicin de cuentas en
la educacin superior, se expresan, entre otras crticas, y
con diferentes motivaciones, en severos cuestionamientos
a este nivel educativo en lo concerniente a su pertinencia,
racionalidad del gasto, legitimidad ante las comunidades
institucionales, la sociedad y el Estado y capacidad de in-
clusin social, por ejemplo.
2. Rendicin de cuentas y autonoma
universitaria
Ms all de la impronta de las orientaciones ante-
riores en el signicado y alcance y repercusiones de la
rendicin de cuentas, como expresin de una particular y
muy cuestionable manera de concebir la calidad educati-va, es necesario tomar en consideracin otras dimensiones
de aquel concepto para abrirnos a otras perspectivas en
el anlisis de sus implicaciones en un espacio acadmico
como el de la universidad autnoma. En tal sentido, tres
aspectos sern objeto de atencin en esta seccin del tra-
bajo: el concepto y los usos de la rendicin de cuentas, la
exigencia de sta en mbitos diversos y su relacin con el
principio de autonoma en la institucin universitaria.
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A. Concepto, usos y exigencias de la rendicinde cuentas
Si bien es considerado un concepto tan fundamental
como elusivo, la rendicin de cuentas puede denirse, en
trminos generales, como el mecanismo que est llamada
a utilizar cualquier organizacin social que se desempee
en el mbito pblico para informar y explicar sus accionesy responsabilizarse por las mismas al someterlas al escru-
tinio crtico de la sociedad.
Concebida as, la rendicin de cuentas implica sin
duda en el papel una transformacin cultural en la con-
cepcin y el ejercicio del servicio pblico, y en el plano de
la vida poltica debe constituirse en un componente esen-
cial de la democracia y de los gobiernos democrticos, por
medio del cual se establecen y fortalecen los canales de
comunicacin y dilogo5 entre el Estado y los diversos ac-
tores sociales, a n de propiciar y apoyar la participacin
necesaria de la ciudadana en la formulacin, ejecucin y
evaluacin de las polticas pblicas.
En la discusin contempornea de la rendicin de
cuentas sostiene Schedler (2004) sta es la traduccin
ms comn y ms cercana del trmino ingls accountabi-
lity,6 el cual en unos casos se traduce como control, otras
veces como scalizacin y tambin como responsabilidad.
Precisa dicho autor que en el mbito poltico la nocin
de rendicin de cuentas tiene, por un lado, una dimensin
informativa la obligacin de polticos y funcionarios de
informar acerca de sus decisiones y otra argumentativa
de justicarlas en pblico (answerability7); y por el otro,
incluye la capacidad de sancionar a quienes hayan violado
sus deberes pblicos (enforcement). Y asimismo, la rendi-
cin de cuentas implica el derecho de los actores sociales
a recibir informacin y explicacin de quienes estn obli-
gados a informar y a justicar su ejercicio del poder.
Esta denicin de la rendicin de cuentas, con esas
dimensiones e implicaciones, y adaptndola a las parti-
cularidades de cada caso, se justica y es fundamental en
todos los espacios de una sociedad democrtica donde se
desarrolle un servicio pblico o, en un sentido general,
donde se realicen actividades de reconocida importancia
para el bienestar colectivo.
Desde luego, estas consideraciones son vlidas y
esenciales para un espacio acadmico como el universi-
tario. Claro est, lo deseable y necesario es que esa ren-
dicin de cuentas sea asumida como parte y expresin de
un sistema de evaluacin institucional concebido por la
universidad para asegurar y fortalecer su calidad, en sin-
tona con su compromiso con la sociedad y en el marco
de una corresponsabilidad con el Estado que no lesione
o ponga en entredicho el cumplimiento de su misin pri-
mordial. As, desde esta ptica, la rendicin de cuentas
representara un valioso recurso para hacer ms visibles
las realizaciones de la universidad en el cumplimiento
de sus actividades de docencia, investigacin, extensin
y gestin; para transparentar ms sus procedimientos y
acciones en la administracin de los recursos que utiliza;
para brindarle a la comunidad universitaria y a la socie-
dad la informacin necesaria y la justicacin de la labor
que lleva a cabo; para propiciar una mayor cooperacin eintegracin en el desarrollo de sus funciones en el mbito
nacional e internacional; y, asimismo, para promover una
cultura de participacin ciudadana y obtener mejores re-
sultados de gestin.
Lo lamentable es que la mayora de los regmenes
en nuestros pases latinoamericanos incluidas poliar-
quas8 antiguas como Venezuela y Colombia tal como
dice ODonnell (1997), tiene una rendicin de cuentas d-
bil o intermitente.
B.Tres perspectivas en la relacin de la rendicin
de cuentas con la autonoma universitaria.El examen de la relacin de la rendicin de cuentas
con la autonoma universitaria no puede verse slo desde
una perspectiva nica. En este trabajo se sostiene que es
posible y adems necesario tomar en consideracin por
lo menos tres puntos de vista acerca de ese asunto, los
cuales remiten a posiciones diferentes en el modo de con-
cebir la vinculacin de la universidad con la sociedad y el
Estado. Ellos son: la perspectiva neoliberal, la perspectiva
del fundamentalismo autoritario y la perspectiva del com-
promiso con el fortalecimiento del ejercicio autonmico.
A.1. La perspectiva neoliberal
Tal como arma Puiggrs (1996), de acuerdo con
las polticas educativas neoliberales los grandes sistemas
escolares son inecientes, carentes de equidad y sus pro-
ductos de baja calidad, por lo cual se justica desde la
ptica de esas polticas la reduccin de la inversin y,
en particular, la responsabilidad del Estado en la educa-
cin superior, por cuanto se estima que sta ha fracasado.
As, en correspondencia con ese debilitamiento del Estado
benefactor se promueve junto con la privatizacin y la
descentralizacin de los servicios educativos, con el mer-
cado como principal mecanismo de regulacin social la
mercantilizacin creciente tanto de los bienes culturalescomo de la produccin y el esparcimiento del conocimien-
to. En un panorama como ste, donde aparece disminui-
da la consideracin de las universidades como inversin
pblica vital, se atenta contra la calidad acadmica y la
autonoma de las universidades pblicas (Narvez, 2005),
entre otras razones, al ponerse el acento en la evaluacin
externa de las funciones universitarias en respuesta a pre-
siones gubernamentales por una mayor rendicin de cuen-
tas, y al concebirse dicha calidad a partir de un enfoque
que privilegia fundamentalmente el uso de indicadores de
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rendimiento y subestima o ignora la importancia que en
ella tienen ciertos datos cualitativos y factores contextua-
les, as como el peso particular de las misiones histricas
de cada una de esas instituciones.
En el marco de una evaluacin de la calidad as asu-
mida, en la cual su discusin no puede abordarse en tr-
minos estrictamente tcnicos, al tornarse ciertamente unproblema esencialmente poltico, ... tanto desde el punto
de vista de su concepcin y de sus consecuencias para la
universidad, cuanto por las dicultades de su asimilacin
por la comunidad acadmica (Trindade, 1997: p. 594), la
rendicin de cuentas estara al servicio de los propsitos
de los gobiernos de obtener informacin supuestamente
objetiva para castigar o premiar a la universidad con el
presupuesto econmico, y para hacer sentir su inuencia
de manera impositiva en distintas dimensiones de la vida
universitaria:
Por medio de la vinculacin del presupuesto (que se
reduce gradualmente) a las evaluaciones del desempe-o basadas en criterios de rendimiento, la inuencia
que ejerce el Estado en la denicin de la direccin del
sistema en trminos generales, y en el de cada institu-
cin en particular, aumenta considerablemente.
Como parte del nanciamiento condicionado, defen-
dido por los funcionarios estatales con base en la rendicin
de cuentas, el gobierno puede asignar una proporcin cre-
ciente del nanciamiento a determinados investigadores
y proyectos de investigacin, con la consiguiente prdida
del poder que la universidad tiene para distribuir esos fon-
dos econmicos. Al incrementarse el nanciamiento de
los gobiernos a la investigacin aplicada, las universida-des estn desatendiendo la investigacin bsica y estn in-
volucrndose en proyectos que la industria podra realizar
por s misma. Se supone tambin que el nanciamiento
condicionado promueve mercados ms competitivos den-
tro del mundo acadmico. Este modelo permite al Estado
desempear un papel clave en la determinacin del tamao
de la matrcula en las distintas reas, el tipo de habilidades
y destrezas que se adquirirn, la clase de instituciones del
tercer nivel que habrn de ser fortalecidas, los recursos
para la investigacin en las distintas disciplinas, el nmero
de acadmicos por estudiante, etc. (Schugurensky, 1998:
p. 144)
A.2. La perspectiva del fundamentalismo autoritario
Asimismo, la rendicin de cuentas en el mbito uni-
versitario no puede ser considerada solamente en trminos
tcnicos en pases donde, a contracorriente del equilibrio
de poderes propio de un Estado de Derecho, hay claras
seales de imposicin de un fundamentalismo autoritario
que lleva al aparato del Estado a secuestrar todas las deci-
siones en materia educativa, con exclusin del pluralismo
y el debate, y de espalda a los compromisos con la educa-
cin que en el mundo de hoy se le atribuyen en diferentes
lugares del mundo: la denicin de prioridades mediante
mecanismos de concertacin democrtica con otros acto-
res de la sociedad; la evaluacin de resultados y su amplia
difusin entre los usuarios; y la proteccin especial a los
grupos socialmente vulnerables (Gmez Buenda, 1998).
En este caso se trata de una perspectiva de la rendi-cin de cuentas propia de regmenes que en verdad no la
asumen como un mecanismo democrtico de gobernanza
en el sentido expuesto anteriormente en el punto referi-
do a dicho concepto aun cuando s la ponen en prctica,
con una visin muy limitada del signicado, del alcance
y de la importancia de la misma, como instrumento po-
ltico de acoso e intervencin a la universidad autnoma
bajo el disfraz de un supuesto propsito de saneamiento
y transparencia de la administracin de los recursos pre-
supuestarios en esa institucin.9 Se ataca a la universidad
autnoma con el argumento de que sta no le rinde cuentas
al pas, pues se esgrime que la autonoma representa para
las autoridades universitarias una clusula de seguridad oun privilegio especial de soberana para funcionar como
un Estado dentro de otro Estado y no cumplir con su obli-
gacin de decir cmo y en qu son utilizados los recursos
asignados por el Estado.
A.3. La perspectiva del compromiso con el fortalecimien-
to del ejercicio autonmico
Bien entendido, como un mecanismo fundamental
de gobernabilidad democrtica de las instituciones y orga-
nizaciones de la sociedad que prestan un servicio pblico,
por medio del cual stas informan y justican sus acciones
y adems asumen su plena responsabilidad por las deci-siones tomadas con el establecimiento y fortalecimiento
de canales de comunicacin y dilogo entre los miembros
de su comunidad y con diversos actores sociales, y a n de
propiciar y apoyar una verdadera cultura de la participa-
cin ciudadana el ejercicio de la rendicin de cuentas no
slo ha de ser un compromiso ineludible de la universidad
autnoma con la sociedad, sino igualmente una exigencia
esencial de ella consigo misma para la potenciacin de su
prctica autonmica.
En tal sentido, se habla aqu de una rendicin de
cuentas multidimensional mucho ms compleja y rica
que aquella centrada en una concepcin administrativis-ta que ayudara a hacer ms visibles las realizaciones de
la universidad autnoma en el cumplimiento de sus acti-
vidades de docencia, investigacin y gestin; y adems
con mltiples propsitos, no con el solo afn de satisfacer
requerimientos administrativos para que el gobierno asig-
ne los recursos nancieros que demanda la institucin. Sin
duda, esa mayor visibilidad le permitira a la universidad
lograr una mayor conanza en ella de los miembros de su
comunidad y de los diversos sectores de la sociedad, con
lo cual, por supuesto, adquirira una mayor legitimidadEleazar
Narvez:Universidadautnomayrendicindecuentas.
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tanto hacia adentro como hacia afuera que le permitira, de
una manera bien fundamentada, con una mayor concien-
cia y propiedad, salirle al paso a los frecuentes y muchas
veces infundados ataques que se le hacen a esa institucin
con base en su supuesta no pertinencia social y bajo nivel
de capacidad de inclusin social.
Y tambin, desde luego, servira para abrir las puer-tas a un mayor fortalecimiento del ejercicio autonmico
de la universidad con el estmulo y el apoyo que pueda
generarse con la rendicin de cuentas, en lo que respecta
a una mayor participacin ciudadana de los miembros de
su comunidad y de la sociedad en general en el desarrollo
de las actividades de esa institucin, y en lo concernien-
te a la generacin de condiciones ms favorables para la
articulacin e integracin de los esfuerzos acadmicos y
administrativos en el plano interno de cada institucin y
tanto en el mbito nacional como internacional.
En denitiva, vista en esta perspectiva, la rendicin
de cuentas permitira conocer mejor y fortalecer la uni-versidad como locus donde, a contracorriente de la idea
de un mundo uniformado, conviven mltiples expresiones
del saber; y en el cual se dan las condiciones necesarias y
sucientes para el ejercicio de la libertad, es decir, de la
capacidad de conjugar conocimiento, imaginacin y de-
cisin en el campo de lo posible: en su vida acadmica;
en la eleccin de sus autoridades; en la escogencia de su
personal; en el cuestionamiento a s misma y a todo lo que
le concierna; en sus normas de gobierno, funcionamiento
y administracin de su patrimonio; y en la proposicin y
contribucin en la construccin de soluciones y alternati-
vas de cambio que la universidad misma y la sociedad en
general requieran.
As concebida, desde el punto de vista de sus mo-
tivaciones e implicaciones, la rendicin de cuentas tiene
incluso una mayor signicacin para la Universidad en
comparacin con aquella posicin donde se le reivindi-
ca como expresin del ejercicio de una autonoma curio-
samente denominada responsable, vale decir, como una
prctica a la que simplemente est obligada la institucin
ante s y los otros, sin argumentarse sucientemente y de
manera convincente el porqu de esa obligacin. Que sir-
va como ejemplo de esto lo que plantea Villarroel (2006):
(...) la rendicin de cuentas no slo no es una amena-
za para la autonoma universitaria, sino ms bien se
convierte en uno de los principales mecanismos con
que cuenta la institucin universitaria para evidenciar
su carcter autonmico. En otras palabras, la rendi-
cin de cuentas es consustancial al ejercicio de una
autonoma responsable; desde este punto de vista, las
instituciones responsables se caracterizan porque no
necesitan que se les exija una rendicin de cuentas,
porque ellas motu proprio se ofrecen a rendirlas. De
este modo, la evaluacin se convierte en el principal
medio para desarrollar el mejoramiento constante dela institucin... (p. 88)
Respecto a esos sealamientos caben las siguientes
interrogantes, Por qu se habla de autonoma responsable
cuando la institucin rinde cuentas? Slo porque sta lo
hace sin que le pidan esa rendicin? En qu se traduce
esa autonoma responsable al rendir cuentas? Qu posi-
bilidades de accin en el ejercicio autonmico en la vida
universitaria surgen con la rendicin de cuentas? Acaso
es suciente decir que las mismas estn relacionadas con
la evaluacin y el mejoramiento de la institucin?
* Licenciado en Educacin. Magster en Diseo de Polticas. Profesorasociado de la Universidad Central de Venezuela. Miembro de la Aso-ciacin para el Progreso de la Investigacin Universitaria.
N o t a s
1 Tnnermann (2001) indica que si bien como dicen varios autores la preocupacin por la calidad ha estadopresente desde el momento mismo del nacimiento de las universidades, su consideracin en compaa de losconceptos de evaluacin y acreditacin es reciente en muchos pases y en la educacin superior latinoamerica-na, siguiendo lo dicho por Rollin Kent.2 Adems, Kent seala otros elementos de ese marco: las apreciaciones crticas de diversos grupos sociales hacia
la educacin superior, en cuanto a su baja calidad y pertinencia y la inoperancia de ella por su misma estructura ysus desbordamientos polticos. Vase, Kent (1997: p. 94)3 Schugurensky (1998) habla de la convergencia de los sistemas de educacin superior hacia el modelo norte-americano, la cual ...no signifca que todos los sistemas de educacin superior se conviertan en uno solo, sino
ms bien que son gobernados en forma creciente por presiones, procedimientos y patrones organizacionalessimilares (p. 125)4 Cortzar (2002) utiliza esta expresin como ...modelo de interpretacin de los fenmenos sociales...que re-defnir el rol desempeado por la educacin superior y las polticas que deber instrumentar el Estado en este
sector (p. 17)5 Seala Schedler (2004) que el dilogo crtico est en el corazn de la rendicin de cuentas. Se trata de un juegoiterativo, un ir y venir de preguntas y respuestas, de argumentos y contra-argumentos.
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Ar t culos
6 Este autor, Schedler (2004), indica que hay matices para diferenciar los dos trminos. Mientras que accounta-bilityconlleva un sentido claro de obligacin, la rendicin de cuentas sugiere la idea de ser un acto voluntario; deall que pueda precisarse que el primer trmino denota una rendicin obligatoria de cuentas, e incluye, ademsde la obligacin, la exigencia, el derecho.7 Se le considera el sinnimo ms cercano a la rendicin de cuentas (Schedler, 2004)8 ODonnell (1997) habla de las democracias polticas o poliarquas, y refere los atributos que deben cumplir los
pases para ser considerados como tales.9 Al decir esto en modo alguno se pretende desconocer que existan en nuestras universidades latinoamericanasproblemas de esa naturaleza y se quiera obviar su consideracin en el ejercicio de la rendicin de cuentas queestamos obligados a cumplir.
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