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Universidad de Jaén Facultad de Trabajo Social
Trabajo Fin de Grado
Se necesitan voluntarios: el camino hacia el
empleo de los trabajadores sociales
Alumno/a: Tamara Cano Sánchez Tutor/a: Carmen Rodríguez Guzmán Dpto: Organización de Empresas,
Marketing y Sociología.
Julio, 2015
ÍNDICE
1. RESUMEN ........................................................................................................................... 2
2. JUSTIFICACIÓN ............................................................................................................... 3
3. MARCO TEÓRICO ........................................................................................................... 4
3.1. LAS DIFERENCIAS DEL COLECTIVO JUVENIL EN RELACIÓN A SU ORIGEN,
EDUCACIÓN Y EMPLEO ........................................................................................................... 4
3.2. INTRODUCCIÓN AL VOLUNTARIADO ........................................................................... 9
3.3. MARCO CONCEPTUAL ..................................................................................................... 11
3.4. EL PERFIL DEL VOLUNTARIO ................................................................................... 12
3.5. VOLUNTARIADO COMO CAMINO HACIA LA INSERCIÓN LABORAL .............. 17
4. OBJETIVOS ...................................................................................................................... 21
5. METODOLOGÍA ............................................................................................................. 22
6. PLAN DE TRABAJO ....................................................................................................... 26
7. UTILIDAD, APLICABILIDAD, RELEVANCIA Y VINCULACIÓN CON LA
DISCIPLINA DE TRABAJO SOCIAL .................................................................................. 27
8. CONCLUSIONES ............................................................................................................. 28
9. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................... 30
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1. RESUMEN
Teniendo como punto de partida que el colectivo juvenil puede ser muy distinto
debido a los orígenes sociales de cada uno, influyendo tanto en su trayectoria escolar como
profesional, la presente propuesta de investigación tiene como propósito el estudio del
voluntariado como uno estrategia para muchos jóvenes trabajadores sociales que escogen
este vía para poder acceder a un empleo. Con ello se plantea investigar qué jóvenes de la
provincia de Jaén son aquellos que consiguen un trabajo a raíz del voluntariado y quiénes
no. Ahondar en esta cuestión nos permitirá conocer los factores sociales que inciden en la
inserción laboral de los trabajadores sociales.
Palabras clave: colectivo juvenil, orígenes sociales, trayectoria escolar, trayectoria
profesional, Jaén, voluntariado, trabajadores sociales, inserción laboral.
ABSTRACT
Taking as a starting point the youth group can be very different because of the social
origins of each, influencing both their school career as a professional, the present proposal
of investigation aims the study of volunteerism as one strategy for many young social
workers who choose this route to gain employment. Therefore, it arises investigate what
young people from the province of Jaén are those who get a job as a result of volunteering
and who is not. Delve into this question provides an idea of the social factors affecting to
employment of social workers.
Keywords: youth group, social origins, school career, professional career, Jaén
volunteerism, employment, social workers.
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2. JUSTIFICACIÓN
El siguiente trabajo consiste en una propuesta de investigación desarrollado por la
alumna Tamara Cano Sánchez para la asignatura Trabajo Fin de Grado de la Universidad de
Jaén.
Para realizar el marco teórico que permitiera adentrarse en el tema de nuestra
propuesta de investigación, se ha realizado una revisión bibliográfica sobre las diferencias
educativas y en relación al mercado laboral que existen dentro del mismo colectivo juvenil.
Partiendo de esta base, el tema central del siguiente trabajo se ha centrado en el
voluntariado como uno de los caminos que escogen los trabajadores sociales para conseguir
un puesto de trabajo. No obstante, la mayoría de estos jóvenes pertenecen a clase obrera,
media, lo que implica que gente que venga de este origen social se vea en la posibilidad de
tener sus necesidades cubiertas, pero no durante toda la vida. El voluntariado implica un
tiempo de inversión. La persona que decide que este camino sea una opción para conseguir
un futuro empleo debe contar con el apoyo económico suficiente para cubrir sus necesidades
básicas, al menos durante el tiempo que este ejerciendo el voluntariado.
Teniendo como referencia el marco teórico que nos ha permitido conocer las
diferencias que pueden existir dentro del mismo colectivo y en relación con el voluntariado,
el objetivo de nuestra propuesta tiene como propósito conocer, a través de las diferencias
sociales de los jóvenes trabajadores sociales de la provincia de Jaén, quiénes son aquellos
que consiguen acceder a un puesto de trabajo y quiénes no, pues a pesar de los números
estudios de voluntariado, las investigaciones en relación a los orígenes sociales de los
voluntarios son inexistentes.
Como hemos mencionado anteriormente, el trabajo se estructura teniendo como
punto de partida un marco teórico en el que se expone la diferenciación dentro del colectivo
juvenil para tener una base que nos permite adentrarnos en el voluntariado como vía de
inserción laboral, conociendo previamente los conceptos más importantes que lo definen y
el perfil más común. En función del marco teórico se establecen los objetivos, tanto generales
como específicos, considerados interesantes para nuestra propuesta de investigación. A
continuación, se expondrá la metodología más adecuada para la misma. Por último, se
finalizará con un plan de trabajo en que se incluirá el cronograma y el guion de la entrevista
de la propuesta.
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3. MARCO TEÓRICO
3.1. LAS DIFERENCIAS DEL COLECTIVO JUVENIL EN RELACIÓN A SU
ORIGEN, EDUCACIÓN Y EMPLEO
En plena crisis económica no es extraño escuchar tanto en los medios de
comunicación como en nuestro entorno, que las medidas y recortes adoptados para
solucionar la situación están afectando de manera más directa en los jóvenes que en el resto
de población. Sin embargo, antes de dar veracidad a tal afirmación, es conveniente plantear
qué entendemos por jóvenes en la actualidad.
Al hablar de joven no sólo podemos remitirnos a la variable edad. El concepto de
joven es una construcción social que se determina por la cultura, el territorio o el tiempo, por
ejemplo (Bourdieu, 2000, pág. 143). En la actualidad, gente con 30 años se les ha llegado a
considerar como parte de este colectivo, ya que pueden optar a un contrato en prácticas, no
han formado una familia y viven en casa de sus padres. No obstante, a esta misma edad
muchos de nuestros padres ya llevaban a sus espaldas varios años de trabajo y seguramente
ya habían sido padres de algunos de nosotros. Pero, ¿cómo es posible está amplitud de edad
en el concepto de juventud?
Como se ha dicho anteriormente, no se puede definir un grupo atendiendo a una única
variable, la edad, el sexo o la cultura. Estamos acostumbrados a atribuir una serie de
problemas comunes a todos los jóvenes, sin tener en cuenta que la forma en la que cada
joven va a hacer frente a ellos va a depender de otras características independientes de la
edad como pueden ser los recursos de los que disponen y la posición social. Debemos tener
en cuenta que la posición social puede llevar a ser muy diferente para cada joven,
condicionando indudablemente tanto su trayectoria académica como profesional en el
camino hacia un puesto de trabajo (Martínez, 2013, págs. 80-88).
Las desigualdades sociales no solo manifiestan su presencia en el mercado laboral.
En la década de los 60, solo los jóvenes mejor posicionados dedicaban periodos largos a la
educación. Además, la trayectoria profesional por sexos estaba muy marcada. A pesar de
que ahora la introducción a la educación es mayor para jóvenes de distinta posición social,
las desigualdades sociales en el mercado laboral siguen teniendo como punto de partida la
trayectoria escolar. Ya desde pequeños los jóvenes pertenecientes a distinta posición social
encaminan sus estudios en función de ésta. Eso si no optan por abandonar el sistema
educativo antes de lo previsto. Con esto no nos referimos a que tan solo los jóvenes
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pertenecientes a la clase alta quieran estudiar, sino que las posibilidades para acceder a un
mejor puesto de trabajo ya se hacen visibles desde que comienzan sus estudios (Santos &
Martín, 2012, págs. 95-97).
Según la EPA, el paro en los menores de 25 años ha bajado un 1,7%, pasando de
53,1% en Junio de 2014 a 51,4% en Mayo de 2015. No obstante, debemos tener en cuenta
que tanto la EPA como el INE no realizan con exactitud un recuento de cuantos parados hay
en España. Se basan en un sistema activo/inactivo, ocupado/parado (INE, 2015). La EPA
contabiliza a los parados que se encuentran ejerciendo trabajos dentro de la economía
sumergida, considera como ocupado a aquella persona que ha trabajado al menos una hora
a la semana y no tiene en cuenta las personas que ya no están registradas porque ya han
perdido la esperanza de encontrar un empleo (Martín, 1998).
A pesar de los “esperanzadores” datos que la EPA ha publicado recientemente, las
últimas noticias que podemos encontrar con respecto al paro juvenil es que Bruselas califica
de “insostenible” su alto nivel. Para ello, la comisaria de empleo Marianne Thyssen apuesta
por una reducción de la segmentación del mercado laboral (Europa Press, 2015).
La teoría de la segmentación en el mercado laboral mantiene que no hay un único
mercado de trabajo sino que, al menos, dentro del mercado de trabajo podemos diferenciar
tres grupos. Por un lado, el primero superior es el de empleos profesionales cualificados. Por
otro lado, el primero inferior cuanta con empleos estables de la industria y servicios de
cualificación media. Por último, los secundarios se corresponden con empleos inestables,
mal considerados y de baja cualificación. Por lo que los procesos de segmentación tienden a
reproducir las desigualdades. La existencia de colectivos condenados al subempleo y la
marginación es utilizada como un medio para presionar los salarios a la baja, disciplinar el
conjunto de los trabajadores y obtener una mano de obra móvil que cargará con la mayor
parte de las fluctuaciones en el nivel de producción (Recio, 1995, págs. 109-113).
Cuando hablamos de que la posición social condiciona el mercado laboral, nos
referimos a que el mercado de trabajo no sólo se regula por mecanismos de oferta y demanda,
no funciona con competencia perfecta. Es una institución social en la que hay estrategias y
mecanismos entre los distintos grupos sociales, es decir, funciona con todos los
determinantes sociales que hay en el mercado de trabajo y reproduce esas desigualdades. La
tasa de paro aumenta a medida que disminuye el status socioeconómico familiar (Martín,
1998, págs. 89-93). El origen social de los individuos, a través del capital económico y de
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relaciones es fundamental para su colocación en el mercado de trabajo. Por tanto, no todos
compiten por el mismo puesto de trabajo, hay barreras. Por ejemplo, un inmigrante sin
papeles no va a competir por un puesto de profesor en un colegio, ni un graduado en Derecho
va a querer trabajar en el campo durante la época de la aceituna.
El aumento de formación es considero tradicionalmente como la clave de la
consecución de la igualdad de oportunidades. En este sentido, el aumento de la
escolarización a finales de los 70 y principios de los 80 fue protagonizado en su mayor parte
por la incorporación de las mujeres y las clases populares al sistema educativo, lo que llevó
a pensar que acabaría con las desigualdades sociales en las que, años atrás, tan sólo los hijos
de las familias más acomodadas podían estudiar. La posibilidad de que todo el mundo
pudiese estudiar una carrera universitaria fue una vía esperanzadora para muchos que no
contaban con capital económico suficiente para poder hacerlo. Sin embargo, para los que
deciden seguir educándose en la universidad, también existen diferencias. Las jóvenes de
familias con menos capital tienden a cursar carreras de ciclos cortos, mientras que los de
familias acomodadas prefieren carreras que requieren más años de enseñanza. Además, las
clases populares tienden a escoger carreras con menor prestigio social asociadas a un menor
status social e ingresos, debido a que son las carreras más solicitadas con una amplia oferta
en comparación con la demanda. La elección de determinadas carreras con la posición social
tiene relación con la demora de muchos jóvenes para estudiar carreras cortas que le permitan
acceder al mercado de trabajo lo antes posible. Sin embargo, al contrario de lo que pueda
parecer, la consecuencia de la introducción de las clases populares en la universidad es una
inflación de los títulos escolares, haciendo que se desvalúe su valor. Ya no importa tanto la
carrera que se haya elegido, ahora lo único importante es qué sujeto es poseedor de ese título
universitario y con ello poder acceder a través de su capital económico y su red de influencias
a un puesto en el mercado laboral, es decir, las redes sociales pueden ser importantes en
numerosas titulaciones universitarias. Según el origen de los individuos y, por tanto,
dependiendo de su capital económico y social así será la oportunidad de acceso a un empleo.
Por ejemplo, hijos de padres funcionarios o abogados tendrán mayor facilidad de
incorporarse en el mercado laboral si deciden estudiar una carrera, como por ejemplo
Derecho, en la que sus padres puedan tener contactos que le permitan a su hijo acceder a un
puesto de trabajo más fácilmente que otra persona que estudien esa misma carrera pero que
no posee ningún conocido que le pueda emplear (Martín, 1998, págs. 80-87).
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Además, actualmente, uno de los temas de especial preocupación entre los jóvenes
estudiantes es modelo 3+2, la duración de los grados universitarios, en el que pasarían de 4
a 3 años. Esta modificación no supone un beneficio para la clase trabajadora. Con la
reducción de un año, y si no se lleva a cabo ninguna modificación del precio de los estudios
de grado, está claro que el ahorro de las familias en educación aumentaría. Sin embargo, la
implantación de 2 años de máster supone para muchas familias obreras la imposibilidad de
que sus hijos puedan continuar sus estudios, sin olvidar que un crédito de máster es más caro
que uno de grado. Nos encontraríamos ante un adelgazamiento de la clase obrero en los
estudios universitarios (Cortina, 2015).
Una precarización de los estudios universitarios lleva como consecuencia a una
situación de crisis laboral más relacionada con las clases populares que con los jóvenes. El
centro de atención de las consecuencias de la crisis en los jóvenes se pone en la edad en vez
de en la desigualdad de recursos de las familias, tergiversando la realidad. Preferimos pensar
que tenemos problemas juveniles en vez de pensar que los jóvenes tienen oportunidades
diferentes. Además, políticas que apoyan a este colectivo, sin tener en cuenta las diferencias
dentro del mismo, llevan a discriminar a otros colectivos que pueden estar en peor situación.
Y es que no todos los jóvenes viven la crisis laboral de igual manera. Dentro del
colectivo, a los que se les han atribuido una serie de características comunes, podemos
encontrar varios tipos. Por un lado, aquellos jóvenes con escasa cualificación que están
condenados a no trabajar. En España, hay unos 800.00 jóvenes que ni estudian ni trabajan
(Martínez, 2013, págs. 90-93).
Por otro lado, nos encontramos con aquellos que consiguen integrarse en el mercado
laboral aunque de forma más precaria. Aquellos que, como hemos mencionado
anteriormente, consiguen tener una carrera universitaria pero no una red de contactos o
recursos que les sirva como puente hacia un buen empleo. Por último, los que tienen recursos
económicos o sociales, y cuentan con la posibilidad de apoyarse en ellos para emplearse.
Como podemos comprobar, cuando la gente es abandonada a su suerte sólo sale bien parada
aquella que tiene recursos - determinantes sociológicos de base - (Castel, 2009, págs. 143-
144).
Dependiendo de la clase social a la que se pertenezca, los problemas afectan de
manera distinta. Una de las formas de acabar con el modelo establecido es a través del
aumento de la productividad, es decir, renovación productiva, inversión en tecnología, en
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I+D, etc. España, en vez de apostar por este modelo, adoptó como forma de aumento de la
productividad la intensificación de la fuerza de trabajo y la reducción de los costes laborales.
La Reforma Laboral la clase obrera ha tenido como consecuencia la privación de derechos
mediante los despidos masivos, la reducción de sueltos o los convenios (Martín, 1998, págs.
144-145).
La reforma laboral actual es la misma que se hizo hace 30 años. Durante los años 80,
el mercado de trabajo ha ido haciendo que el empleo se haya ido precarizando tanto en las
leyes como en la práctica de los empresarios. En definitiva, se ha ido adecuando a la
legislación lo que ya estaba pasando en la economía, se hace lo mismo pero de forma
legal(Bourdieu, 2000, págs. 150-153). Claro ejemplo de ello son las empresas de trabajo
temporal y el abaratamiento e intensificación del mercado de trabajo, es decir, hacer lo
mismo e incluso más por el mismo salario. Con el objetivo de hacer atractiva la contratación,
se regula los contratos temporales, en prácticas y de formación, el voluntariado, a ello hay
que sumarle las bonificaciones que reciben los empresarios por ello (dar de alta de manera
más barata, subvenciones, etc.). No obstante, lo único que se consigue con esto es una
continua precarización del mercado laboral, ya que un empresario que tiene a su disposición
a una persona con un contrato en prácticas, cuando se le acabe tendrá a otra en las mismas
condiciones. Es de extrañar que dicho empresario decida pagar más a una persona pudiendo
tener a otra que lo hará igual y de forma más barata o gratuita como veremos más adelante.
Nos han intentado hacer creer que estas reformas laborales han ido orientadas a la
contratación de jóvenes en paro, ya que se cree que el problema está en la falta de
experiencia. Para ello se ha optado por salarios más bajos para compensarla, invertir más en
formación para equilibrar esa misma falta de experiencia y políticas públicas que pretenden
potenciar la contratación de jóvenes a costa de disminuir derechos laborales., como por
ejemplo la Ley de Medidas Urgentes para la Reforma Laboral1(Martínez, 2013, pág. 83)
La cuestión es, ¿qué hace pensar que medidas que no funcionaron en el pasado puede
hacerlo ahora? ¿O es que realmente están funcionando a beneficio de las grandes fortunas
de este país? Los jóvenes no son el colectivo al que con la crisis le esté sucediendo todo lo
malo, sino que con ellos se puede experimentar. Al tratarse de nuevas incorporaciones se les
puede aplicar reformas que a otros no, es decir, a una persona de cuarenta años que lleva
trabajando en la misma empresa veinte años, difícilmente se le podrá hacer un contrato en
1 Ley 3/2012, de 6 de Julio, de Medidas Urgentes para la Reforma Laboral.
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prácticas. Sin embargo, cuando se empieza a practicar con un grupo de jóvenes que acaban
de entrar a formar parte del mercado de trabajo, se va extendiendo al resto de
incorporaciones.
El adecuar lo que ya estaba pasando a la legislación, es decir, reformar la legislación
para acomodar la realidad laboral, ha provocado un aumento del empleo a tiempo parcial, lo
que conlleva a una gran rotación de ocupados entre los puestos de trabajo, favoreciendo la
contratación en el ciclo económico, contratando mucho cuando la economía crece y
despidiendo mucho cuando decrece (Martínez, 2013, págs. 82-84). Además, el favorecer el
empleo a tiempo parcial lleva a los empleados a trabajar más horas de las que aparecen en
su contrato. A esto hay que añadirle los salarios cada vez más bajos. Por tanto, las reformas
y medidas adoptadas, más que a la inserción laboral, están orientadas a una ampliación
cronológica de la incertidumbre laboral, despido libre, contratación a tiempo parcial. En
definitiva, una intensificación de la explotación laboral.
Todas estrategias son asimiladas por jóvenes que se ven en la necesidad de tener que
aguantar con el fin de poder adquirir una experiencia que les lleve a conseguir un empleo
mejor. Igualmente, en muchas ocasiones, muchos jóvenes optan por la vía de incluso realizar
el trabajo gratuitamente para tener esa experiencia o “pasar por el puente” que le llevará al
empleo deseado mediante el trabajo gratuito como voluntarios (López, 2007, pág. 60).
Es por tanto la figura del voluntario, donde se une la idea de trabajo gratuito,
solidaridad y estrategia de búsqueda de empleo, en la que centraremos nuestra atención.
3.2. INTRODUCCIÓN AL VOLUNTARIADO
Desde antiguo es conocido por todos la existencia de grupos que se han dedicado a
las tareas de la solidaridad, la benevolencia y la filantropía con los más necesitados de
manera altruista, siendo un claro ejemplo de ello la Iglesia. Sin embargo, con el surgimiento
del Estado de Bienestar en los países más desarrollados, las tareas dedicadas a entender a
personas excluidas pasaron a manos del Estado. Toda acción social que no estuviera en
manos de las Administraciones públicas era desvalorizada, ya que no se consideraba que
esta acción social sin profesionalidad fuese la mejor manera de hacer frente a los problemas
de los más necesitados (García, 1994, pág. 13).
La participación social, y el voluntariado en particular, durante el periodo de
consolidación del Estado de Bienestar se encontraban totalmente al margen de las estrategias
de las políticas sociales, es decir, de la producción del bienestar social. Los servicios directos
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prestados por el Tercer Sector eran mínimos. Sin embargo, a partir de los años ochenta, con
los cambios asociados a la reestructuración del Estado de Bienestar, el papel de las ONG
cambió radicalmente. Como iremos comprobando, la intervención por parte de estas se ha
venido introducido con fuerza en las nuevas políticas de bienestar (Zurdo, 2006, pág. 174).
Aunque no se puede ser tajante en cuanto al papel que las relaciona con el Estado y las
administraciones públicas, debido a la heterogeneidad de las mismas, hay diferencias entre
ellas en cuanto a su cometido y a sus funciones, así como los motivos que justifican su
relación con las administraciones (Izquieta, Callejo, Prieto, & De la Rosa, 2007, pág. 67).
Si echamos la vista atrás, podemos ver como anteriormente los servicios que se
prestaban las personas entre sí o de manera altruista respondían a servicios de “amistad,
benevolencia y buena vecindad”. Estos servicios correspondían a una forma de sentir social,
una vinculación de prestación y recepción de favores. Sin embargo, con el término
“voluntario” se alude a lo individual, no a lo colectivo. ¿Cómo explicar entonces la
relevancia pública que tiene hoy día el voluntariado? Históricamente los poderos públicos
siempre se han mostrado reacios a aquellas actividades que supongan una amenazada para
el orden (social, económico, cultural, político). Si volvemos hacia atrás, y no tan atrás, claro
ejemplo de ello podría ser el movimiento obrero, el movimiento feminista o, más
recientemente, el movimiento 11M. A pesar de ello, la necesidad de reducir el gasto público
ha llevado a que la satisfacción de buena parte de las necesidades sociales quede en manos
de entidades no lucrativas en las que se organiza el voluntariado, coordinando buena parte
de su actuación a través de las políticas sociales de las distintas administraciones (Madrid,
1999, págs. 80-81).
En la actualidad, somos conscientes de la crisis global por la que estamos
atravesando, afectando a todos y cada uno de los sectores de población y viendo modificado
nuestro Estado de Bienestar. Por un lado, el Estado se ha visto en la necesidad de derivar las
actuaciones que le corresponden, con el fin de seguir manteniendo el Estado de Bienestar,
en manos del mercado y de las entidades sin ánimo de lucro del Tercer Sector (De Nieves,
2001, pág. 279). Por otro lado, otros de los efectos que ha tenido la actual crisis es la
exigencia de una mayor cualificación para desempeñar puestos de trabajo que cada vez son
menos cualificados. Sin embargo, estos puestos de trabajo son aceptados por la mayoría, ya
que uno de los requisitos indispensables para poder llegar a optar a un puesto de trabajo
mejor, es la experiencia laboral. Pero muchas veces esta experiencia laboral no se adquiere
mediante un puesto de trabajo precario, sino que hemos llegado a un punto en el que el
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trabajo desempeñado para adquirir experiencia se hace de forma gratuita a través del
voluntariado (López, 2007, pág. 60).
Y es aquí donde se encuentra el punto clave de nuestro trabajo; el voluntariado como
una vía para todos aquellos que necesitan la adquisición de una experiencia laboral o que lo
ven como un camino de acceso para poder optar a un puesto de trabajo desde entidades no
lucrativas.
Cuando empezaron los recortes en Servicios Sociales, muchos profesionales de la
acción social como los trabajadores sociales, fueron despedidos y dichos puestos de trabajo
han sido ocupados por personal voluntario. No obstante, para poder desempeñar la labor que
está siendo suplantada de profesionales por personal voluntario, es necesario unos
conocimientos del ámbito social, y es que estos voluntarios son el anteriormente mencionado
colectivo que se ven en la necesidad de ejercer una labor profesional sin una remuneración
a cambio, sin ser en la mayoría de las ocasiones conscientes de que están quitando puestos
de trabajo a sus compañeros de profesión y a ellos mismos, ya que un trabajo que se hace de
manera gratuita, es poco probable que llegue a ser recompensado económicamente (Denche,
2015).
Por lo que nos disponemos a desmantelar el voluntariado como la visión que muchas
personas tienen y que muchos autores han defendido, siendo mayoritariamente una vía de
acceso al mercado laboral para jóvenes en posesión de titulaciones relacionadas con los
Servicios Sociales, ya sean trabajadores sociales, psicólogos o educadores.
3.3. MARCO CONCEPTUAL
La descripción ideal de voluntariado según Zurdo es: «El voluntariado no es mano
de obra barata, ni suplencia de profesionales remunerados, ni prácticas profesionales, ni tan
siquiera, una vía de acceso a un puesto de trabajo.» Además, el voluntariado debe ejercerse
de manera gratuita a través de entidades sin ánimo de lucro (Zurdo, 2004, pág. 12).
En cuanto a las entidades sin ánimo de lucro, son aquellas que se encuentran dentro
del Tercer Sector. Sin embargo, el Tercer Sector es muy heterogéneo por lo que se suele
definir diciendo que es aquello que ni pertenece al ámbito público del Estado ni al ámbito
privado del mercado. Por lo que las entidades no lucrativas se definen como un conjunto de
organismos voluntarios, sin ánimo de lucrarse, encargadas de canalizar demandas y
necesidades sociales, gestionadas mediante fondos públicos(De Nieves, 2001, págs. 279-
280).
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Volviendo al voluntariado, dentro del concepto se encuentran características
esenciales para su comprensión como el altruismo, la solidaridad o la benevolencia.
Características que, si no son entendidas, es imposible comprender en qué consiste el
voluntariado, ya que se encuentran estrechamente relacionadas.
Algunos autores definen la solidaridad como una respuesta de injusticia social, como
la capacidad que tienen algunas personas de prestar su ayuda para mejorar el bienestar social
de los más desfavorecidos (Sarasola, 2000, pág. 99). Por otro lado, el altruismo es la ayuda
que estamos dispuestos a ofrecerle a otra persona sin esperar ninguna compensación a
cambio. Esta ayuda debe ser voluntaria e intencional motivada por reacciones de empatía y
simpatía (Lorenzana, 2012).
En cuanto a la benevolencia, el Diccionario de la Real Academia Española la define
como la «simpatía y buena voluntad hacia las personas». Aunque se pueda confundir con la
amistad, lo que diferencia a la benevolencia de ésta es que la benevolencia puede incluir a
un colectivo más amplio de personas, mientras que la amistad se refiere al sentimiento que
uno siento por otro, más individual. Otra diferencia es que la amistad se manifiesta hacia un
ser humano, mientras que la benevolencia, como en el caso del voluntariado, puede ir
dirigida hacia una entidad, asociación o persona jurídica (De Nieves, 2001, pág. 290).
A raíz de los conceptos explicados, podríamos realizar una propia definición del
voluntariado como aquellas acciones de personas dentro de entidades sin ánimo de lucro,
orientadas a mejorar el bienestar social de los más desfavorecidos, sin el objetivo de una
contraprestación, sea del tipo que sea, moviéndose tan solo por la buena voluntad.
Sin embargo, hay autores que no piensan lo mismo, y que no ven el voluntariado
como lo que hemos explicado anteriormente. Según Zurdo, «el voluntariado a veces sí
funciona como mano de obra barata, a veces supone una suplantación de personal
profesional remunerado, cada vez más, el voluntariado funciona como vehículo de
adquisición de experiencia práctica rentabilizable en el mercado de trabajo. »(2004, pág. 13).
3.4. EL PERFIL DEL VOLUNTARIO
Cuando hablamos de voluntarios es poco probable que a alguien se le venga a la
mente la imagen de un perfil determinado de persona. Hoy día hay una gran cantidad de
personas que deciden ejercer una labor solidaria, ya sean jóvenes, adultos o de la tercera
edad, y los motivos que llevan a ello probablemente sean muy distintos y diversos. Una de
las principales características que tienen que tener una persona voluntaria es la solidaridad.
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Sin embargo, como iremos comprobando, no es el único factor que lleva a una persona a
ejercerlo.
En una encuesta realizada por el Observatorio del Voluntariado a 658 voluntarios y
voluntarias, de los cuales 269 eran hombres y 389 eran mujeres, el 34% de los voluntarios
eran menores de 34, el 30% tenían entre 35 y 54 años, y el 36% restante eran personas
mayores de 55 años. Uno de los datos de interés de la encuesta es el referido al estado civil
de las personas encuestadas, el 44% de las personas voluntarias eran solteras, casadas o con
pareja el 40´4%, viudas un 6´9% y divorciadas un 5´6%, (el 2´7% restante no contestó a esta
pregunta). Además, el 60% de los hombres casados son voluntarios a partir de los 55 años,
mientras que el ejercer el voluntariado a partir de los 55 sólo ocurre en el 12% de las mujeres
casadas(Observatorio del Voluntariado 2013, 2013, págs. 58-60).
Como podemos comprobar, el número de voluntarios mayores de 55 años es más
elevado que en el resto de los grupos de edad. Como hemos mencionado anteriormente, no
podemos atribuir los mismos motivos a los diferentes grupos de edad que realizan
voluntariado. Sin embargo, si algo sabemos de la tercera edad, es que las personas jubiladas
se ven con más tiempo libre y la necesidad de ampliar su marco de relaciones, lo que puede
llevar a indicar que la propensión del voluntario es el interés por dedicar su tiempo libre a
realizar una tarea que les satisfaga, además de aumentar su círculo de amistades. Por otro
lado, no podemos olvidarnos de lo fundamental, y es que las personas pertenecientes a la
tercera edad ya tienen sus necesidades cubiertas, es decir, cuentan con sus pensiones para
poder vivir el día a día. Sin embargo, la mayoría de jóvenes con carreras sociales en paro
que deciden ejercer el voluntariado no cuentan con ese respaldo, con esa ventaja de tener sus
necesidades cubiertas, lo que no lleva a decir que el motivo por el que distintos colectivos
ejercen el voluntariado es muy distintos.
Según un estudio realizado por el equipo del centro de la Fundación Tomillo, en el
año 2000 el número de personas que desarrollaban su actividad en las ONGs ascendía a
1.370.000, de los cuales 1.073.000 eran personas voluntarias, el resto asalariados. Hablando
en porcentajes, nos encontramos con un 78% de “trabajadores voluntarios” (término
recogido tal cual en la investigación), frente al 22% de asalariados. En cuanto a la edad, los
trabajadores de este sector se concentran en un intervalo de entre 25 y 35 años, y los
voluntarios, más de la mitad tenía menos de 25 años. Si atendemos al sexo, tanto en el empleo
asalariado como el voluntario, el porcentaje de mujeres supera el 60%. Por último, en la
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investigación se recoge que, en cuanto a los voluntarios, el 50% posee titulación media o
superior, un 30% ha cursado estudios de grado medio, y sólo un 10% tiene estudios primarios
o inferiores. Los trabajadores asalariados también presentar un nivel educativo alto, aunque
inferior al de los voluntarios(Fundación Tomillo, 2000, págs. 59-60).
En la actualidad, los datos de la Encuesta de Población Activa (INE) muestran como
el número de mujeres en paro supera en todos los grupos de edad al de los hombres.
Concretamente, si relacionamos el número de parados con el de voluntarios, vemos como
los grupos de edad donde se produce el mayor número de voluntarios, coincide con los
grupos de edad en que hay mayor número de parados (INE, 2015).
En el 2010 el “II Anuario del Tercer Sector de Acción Social en España” cifraba el
número de voluntario en algo más de un millón, en entidades singulares (Cáritas, Cruz Roja,
ONCE y la obra social de las cajas de ahorro) de nuestro país, produciéndose un aumento de
alrededor de 200.000 voluntarios más con respecto al año 2008. Así, un 82% de entidades
de Tercer Sector de Acción Social (TSAS) contaban con la colaboración de personas
voluntarias. Además, de ese 82% de entidades, el 13´9% funciona exclusivamente con
personal voluntario. La labor de los voluntarios en dichas entidades refleja un total de 53´3%
de personas voluntarias que realizan trabajos dentro de la propia entidad. El estudio también
muestra una clara feminización de las personas voluntarias del TSAS, representando un total
de 64´4%, suponiendo más de la mitad del total del personal voluntario (Edis, 2010, págs.
108-110).
Este mismo estudio realiza especial mención al perfil de joven voluntario. Según
refleja, dos de cada cinco personas voluntarias tienen entre 20 y 34 años. En cuanto a la
diferencia del año 2010 respecto al 2008, también se puede comprobar un aumento de tres
veces más del joven voluntario. Por otra parte, el menor de 20 años también empieza a cobrar
un papel importante como voluntario ya que representa el 6´4% del total. Por último, el
Anuario marca con interés la intención de un futuro estudio que refleje la relación entre estas
cifras y la posibilidad de futuros empleos, pues es probable que las entidades, tras la crisis
económica, deriven cada vez más el trabajo en colaboradores voluntarios (Edis, 2010, pág.
113).
Si alguna conclusión podemos sacar de los datos obtenidos es que el perfil de
voluntario corresponde con una mujer de entre 20 y 35 años, que se encuentra en posesión
de estudios medios o superiores. Sin embargo, hoy día es difícil generalizar en cuanto al
15
sexo ya que, la mayoría de las ONG no tienen datos de voluntariado desagregados por esta
variable (Laviña, 2011, pág. 1).
La población juvenil parece ser un segmento social que tras la crisis económica se
anima a ejercer, en mayor proporción que el resto de la sociedad, la labor voluntaria. Pero,
¿a qué se debe que sea este colectivo en particular y no el resto de grupos de edad? El elevado
crecimiento del perfil de joven voluntario no se puede atribuir a “algo que está de moda” ya
que en ese caso se debería preguntar por qué está de moda ahora y no antes (Callejo, 1999,
pág. 54).
Uno de los intereses por parte de los jóvenes de ejercer el voluntariado se debe a la
preocupación de estos por elaborar una nueva identidad que les sirva como camino para
llegar a la edad adulta (Fuentes, 1999, págs. 87-89). Cuando un joven termina sus estudios
y se ve en la imposibilidad de trabajar, decide, aunque sea de manera gratuita, ejercer el
voluntariado, ya que eso supondría para él la satisfacción de considerarse útil y tener un
aliciente en la vida al desarrollar una vivencia de trabajo, aunque sea de forma altruista.
Veamos la situación contraria: un joven recién titulado que busca empleo o, peor aún, uno
que lleva ya un largo periodo de tiempo buscando empleo sin tener suerte, se verá frustrado
y sin ningún motivo en el que pueda ver reflejado los frutos de sus estudios, en definitiva,
sin la capacidad de autodesarrollarse. Se podría decir que el voluntariado proporcionaría a
los jóvenes una satisfacción laboral que el empleo no les ha ofrecido aún.
Como veíamos antes, la edad es una construcción social que implica que una persona
con 30 años puede seguir considerándose joven porque sigue viviendo en casa de sus padres,
no ha formado una familia y/o cuenta con el respaldo económico de estos. Estas
características también influyen a que una persona con titulación puede ejercer su labor para
adquirir experiencia en una ONG.
Sin embargo, dentro del colectivo podemos diferenciar los que utilizan el
voluntariado sin importarles tanto si eso les llevará a conseguir un empleo, pero sí con la
satisfacción de sentirse útiles. Estos jóvenes cuentan, como en el caso de la tercera edad, con
las necesidades cubiertas gracias a la situación económica de sus padres. Por otro lado, otros
jóvenes no buscan tan sólo la necesidad de sentirse útiles, sino que ven en el voluntariado
un camino estratégico que les permita acceder lo antes posible al mercado laboral, ya que no
cuentan con las ventajas de ver sus necesidades cubiertas. Y es que, como hemos
mencionado, los jóvenes pertenecientes a carreras relacionadas con la acción social que
16
deciden ejercer el voluntariado, suelen pertenecer a familias de clase media-baja, por lo que
difícilmente esos padres puedan seguir manteniendo a sus hijos mientras estos utilizan el
voluntariado como experiencia.
En un estudio realizado por MacDonald, señala como el número de voluntarios que
deciden ejercer el voluntariado se corresponde a jóvenes pertenecientes a la clase
trabajadora, a la clase media-baja, jóvenes con grandes dificultades para encontrar un
empleo(MacDonald, 1996, pág. 26).
Nos han ido haciendo creer que ha habido un “boom” de jóvenes voluntarios
atribuyéndolo, entre otras causas, a un fenómeno de solidaridad juvenil. No obstante, como
podemos comprobar, no podemos meter a todo el colectivo en el mismo saco. Si nos
preguntásemos que características comunes podríamos sacar de los jóvenes voluntarios
comprobaríamos que no es tarea fácil. Repitiendo nuestro comienzo, cuando hablamos de
juventud no sólo importa la edad, son numeras las variables que distinguen a cada joven.
Los universitarios pertenecientes a carreras relaciones con el Estado de Bienestar
(psicólogos, sociólogos, trabajadores sociales,…) son los que tienen más posibilidades de
ser voluntarios de una ONG. Al mismo tiempo, estas carreras son las que más paro producen
en nuestra sociedad(Callejo, 1999, pág. 57). Además, la trayectoria profesional siempre ha
venido muy marcada por sexos y el ámbito de la acción social donde podemos apreciar con
mayor claridad el asunto. No es extraño el alto índice de feminización en ONG. Las carreras
universitarias relacionadas con la acción social siempre han ido obteniendo un mayor índice
de mujeres universitarias que de hombres, que después queda reflejado en los puestos de
trabajo o, en este caso, en el voluntariado (Zurdo, 2004, pág. 8).
El porcentaje de un mayor número de mujeres que realizan estudios relacionado con
la acción social no es casualidad. El voluntariado es solidaridad, y la solidaridad se viene
atribuyendo desde hace años a las mujeres. Ya en la Edad Media, la solidaridad era algo que
ejercían las mujeres cuando no existía la institucionalización de los servicios sociales. Eran
ellas las que se encargaban del cuidado de personas mayores, enfermas, en definitiva,
dependientes. Además, por mucho que nuestra sociedad se empeñe en que cada vez son
menos las desigualdades que existen entre hombres y mujeres, siguen existiendo. La
flexibilidad horaria de las que disponen muchas ONG permite a la mujer conciliar su vida
personal, laboral y familiar en la que se encuentra inmersa (Laviña, 2011, pág. 1).
17
3.5.VOLUNTARIADO COMO CAMINO HACIA LA INSERCIÓN LABORAL
En relación a la ampliación de títulos universitarios que permitió a jóvenes de clase
trabajadora su incorporación en la universidad pero que se veían en la necesidad de optar
por carreras de ciclo corto que les permitiese lo antes posible su incorporación en el mercado
laboral, nos encontramos con que gran parte de estas carreras están relacionadas con el
Tercer Sector y, a su vez, con el voluntariado.
Las condiciones precarias y los bajos salarios a los que se encuentran sometidos los
empleados relacionados con el Tercer Sector, son justificadas desde las propias
organizaciones de voluntarios y la administración aparándose en la idea de vocación y
altruismo del propio profesional. Esta precarización se encuentra más acentuada en las
jóvenes como consecuencia de la fuerte feminización de carreras relacionadas con los
servicios sociales, así como de un mayor número de empleadas que de empleados trabajando
en ONG(Zurdo, 2004, págs. 19-22).
Actualmente, la mayoría de jóvenes voluntarios que se encuentran estudiando o están
parados con carreras relacionadas con el bienestar social, utilizan el voluntariado como
estrategia de personal de colocación que como una muestra de solidaridad por parte de este
colectivo. Para poder argumentar lo expuesto nos remitiremos al sociólogo Javier Callejo.
Según este, en numerosos cuestionarios se tienden a recoger respuestas que se entienden
como políticamente correctas. Por ejemplo, en una encuesta es más probable ver escrito “me
gustaría participar en una ONG dedicada al bien social, con independencia de las
condiciones y su campo de actividad”, que “sólo participaría en una ONG que me garantizase
una formación y un futuro empleo”, borrando la idea de joven solidario por la de un joven
con una actitud interesada y egoísta. Una actitud por parte de los jóvenes, de carácter fatalista
con tendencia a no ver un futuro claro, una actitud competitiva que nada tiene que ver con
la participación voluntaria. En definitiva, una actitud que tienen que ver más con buscarse la
vida de estos jóvenes especializados en la acción social que con la solidaridad (Callejo, 1999,
págs. 53-58).
A una inmensa mayoría de jóvenes les ha tocado vivir en un mundo en el que la
palabra “solidaridad” la vienen escuchando diariamente. No es extraño, sobre todo en la
situación de crisis actual por la que se encuentra el país, escucharla en boca de políticos,
periodistas, sindicatos u organizaciones no lucrativas, con el objetivo de que esta se convierta
en remedio para muchos de los males por los que estamos atravesando. A pesar de ello, los
18
jóvenes han crecido en un mundo en el que solidaridad y competitividad forma parte de sus
vidas. La precarización del mercado laboral, los salarios bajos, la prolongación el hogar
familiar, la imposibilidad de poder formar una familia, hacen que los jóvenes vivan en un
mundo injusto en el que continuamente tienen que competir con el fin de poder desarrollarse
y no estancarse (Madrid, 1999, págs. 77-80).
Cuando hablamos de voluntariado y empleo parece estar clara cuál es la principal
diferencia entre uno y otro, dicha diferencia viene de la existencia de la presencia o ausencia
de una remuneración económica. No obstante, hemos llegado a un punto en el que el
contraste entre ambos conceptos no está tan claro, ya que el voluntariado ha sobrepasado la
línea que lo diferenciaba del trabajo remunerado. De manera más clara, un voluntario no
debe hacer el mismo trabajo que una persona profesional. Además, no es necesario que
cuente con una posesión de un título para poder ejercerlo. No obstante, cada vez más nos
encontramos con voluntarios que sustituyen el puesto de un profesional, como también es
más común encontrarnos con ONG en busca de un perfil de voluntario específico, con
posesión de un título en Trabajo Social, Psicología o Educación Social, por ejemplo
(Plataforma del Voluntariado de España, 2013, pág. 14).
En este sentido, el voluntario jugaría el papel de un sujeto que asume
responsabilidades que no le toca asumir. Responsabilidades en las que muchas veces la
persona voluntaria no se encuentra profesionalmente formada para hacer frente y que el
Estado le atribuye evadiéndose de ellas (Béjar, 2001, págs. 36-38).
Cuando somos conscientes de esta realidad todos nos preguntamos cómo es posible
que las distintas ONG capten cada vez más voluntarios para la realización de trabajos
profesionales de manera gratuita, ya que de esta forma se podría decir que son ellas mismas
las que están destruyendo su verdadera labor. La respuesta es fácil, gran parte de la
financiación de las ONG proviene de la administración del Estado. Cada vez es más
frecuente la externalización de los servicios por parte de este, por lo que algunas entidades
pueden verse interesadas en esta precarización del mercado laboral, teniendo voluntarios que
hagan el trabajo que les corresponde a los trabajadores, ya que se ven sin dinero suficiente
para poder contratarles. Un continuo proceso de desgaste y precarización. De esta forma, las
ONG se convierten en prestadoras de servicios, vistas como auxiliares de los poderes
públicos y del sistema de bienestar. Las ONG ven reducida su labor a programas
asistenciales debido a que no puede “morder la mano que le da de comer”, creándose una
19
dinámica de voluntarios realizando trabajos asistenciales (Plataforma del Voluntariado de
España, 2013, pág. 11).
La propia Ley de Voluntariado de Andalucía2 reconoce que haber hecho voluntariado
favorece el acceso a un puesto de trabajo, fomentando el voluntariado como reconocimiento
para el mercado laboral y favoreciendo que un gran número de estudiantes sociales lo
ejerzan. Además, las organizaciones cada vez demandan un perfil determinado de
voluntariado en función de titulaciones específicas, lo que conlleva a la captación de
voluntariados profesionales que realizan un trabajo profesional gratuito en sustitución de la
contratación de profesionales cualificados. Así, podríamos relacionar el voluntariado como
una estrategia de inserción laboral de estudiantes, o una adquisición de experiencia laboral
hasta encontrar un empleo(Zurdo, 2004, pág. 23).
No podemos negar que el voluntariado ofrece a la persona voluntaria una experiencia
y una cierta cualificación que puede llegar a ser muy útil en la búsqueda de empleo, ya que
la experiencia laboral se ha convertido en el requisito indispensable que hay que tener para
acceder a un puesto de trabajo pero que, sin embargo, el propio mercado laboral no te da la
oportunidad de adquirir dicha experiencia. Es evidente que el voluntariado dota a la persona
de una adquisición de experiencia laboral imposible de adquirir en el mercado laboral. Según
de Nieves, Profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad
Complutense de Madrid, la participación de un voluntario en una organización sin ánimo de
lucro aumenta las posibilidades de que esa persona alcance un puesto de trabajo (De Nieves,
2001, pág. 306).Sin embargo, ¿es posible acceder a un puesto de trabajo si cada vez son más
los voluntariados que están ejerciendo esa labor de manera altruista, sin un salario a cambio?
Para poder esclarecer el tema nos remitiremos a las palabras de Zurdo «El
reconocimiento de derechos sociales en el marco de la consolidación del Estado de Bienestar
supuso la legitimización profesional de una parte de la asistencia y el cuidado social que
anteriormente dependía de la caridad, la atención familiar y vecinal, es definitiva se produjo
la solarización/profesionalización parcial del cuidado social. En la actualidad, el riesgo es
la desalarización consciente de los profesionales del cuidado; desalarizacion fundamentada
sobre la creciente profesionalización funcional del voluntariado» (2004, pág. 22).
Debido a la crisis económica y laboral por la que estamos atravesando, hay muchas
personas que deciden ejercer la labor voluntaria. Sin embargo, tal vez esas personas no sean
2 Ley 7/2001, de 12 de Julio, del Voluntariado.
20
conscientes de que, aunque su verdadero propósito sea la inclusión laboral o la adquisición
de experiencia para un futuro empleo como camino alternativo, se encuentran haciendo
totalmente lo contrario. Lo que realmente consiguen con su labor voluntaria es ocupar
puestos de trabajo que han desaparecido de los servicios sociales a causa del despido de los
trabajadores de la acción social, reduciendo la plantilla de asalariados a un aumento de los
voluntarios. Puestos de trabajo ocupados por personas supuestamente altruistas y solidarias,
que en muchas ocasiones no están cualificadas para desempeñar las funciones que hay que
llevas a cabo (Denche, 2015).
Ya en el año 2012, la Alcaldesa de Madrid planteó que tras el cierro de los Servicios
Municipales por falta de dinero, se llegara a la solución de ser atendidos por personas
voluntarias. Por otro lado, otro ejemplo de sustitución laboral por personal voluntario podría
ser la retirada de subvenciones de una organización para prestar la ayuda a domicilio. Sin
embargo, la organización quiere seguir prestando el servicio y para ello sustituye a la persona
remunerada por una persona voluntaria. Si algo nos lleva esto es a la precarización de
profesiones relacionada con los profesionales del ámbito de la acción social como el Trabajo
social, haciendo creer que el trabajo realizado por estos profesionales lo puede realizar
cualquier persona sin la necesidad de una formación, desprestigiando a todas aquellas
personas que se dedican laboralmente a ello, haciéndoles sentir que su trabajo no tiene
ningún valor. La duda está en hasta qué punto dichos servicios que antes se llevaba a cabo
de modo remunerado han de ser mantenidos por personas voluntarias (Denche, 2015).
Hemos llegado a un punto en que las entidades quieren seguir ejerciendo su labor
hacia las personas más vulnerables y que puedan estar en mayor riesgo de exclusión social.
Por otro lado, las administraciones quieren que se siga haciendo aunque ello conlleve que
no se pueda pagar (Plataforma del Voluntariado de España, 2013, pág. 15).
Cierto es que tanto entidades como organizaciones están de acuerdo en seguir
queriendo que la acción social continúe. No obstante, ¿a qué acuerdo han llegado ambas si
las entidades no cuentan con los recursos económicos suficientes para poder recompensar el
trabajo realizado?
21
4. OBJETIVOS
- Objetivo general
Conocer quiénes son aquellos jóvenes trabajadores sociales que consiguen
acceder a un puesto de trabajo relacionado con el Trabajo Social a raíz del
voluntariado y quiénes no.
- Objetivos específicos
Conocer las estrategias de inserción laboral de los jóvenes trabajadores
sociales.
Indagar en los factores sociales (trayectoria profesional, nivel económico,
vida familiar, redes sociales) que han llevado a la persona a encontrarse en
su situación actual.
22
5. METODOLOGÍA
La investigación planteada se ha orientado a realizar una diferenciación entre
aquellos jóvenes que consiguen acceder al mercado laboral por medio del voluntariado y los
que no, mediante un análisis de los factores sociales influyentes. Por lo que la metodología
propuesta corresponde con el enfoque cualitativo, planteando la técnica de la entrevista en
profundidad. De manera más detallada:
La metodología escogida para abordar nuestra cuestión será la cualitativa, la cual nos
permitirá profundizaren las circunstancias sociales que han permitido a ciertas personas
conseguir el empleo y a quienes sus circunstancias se lo han impedido.
Dentro de una a realidad podemos encontrar una realidad fáctica estructurada,
externa, que nos permitirá obtener datos. Por otro lado, una realidad simbólica estructurada,
que es la que nos interesa en nuestra investigación. Ésta nos permitirá conocer los discursos
de los sujetos, sus sentimientos personales, sus relaciones cotidianas, en definitiva, conocer
su mundo y los elementos sociales que lo componen. La investigación cualitativa nos
permitirá mantener contacto directo con el sujeto del que aún se sabe poco o se tienen escasas
referencias (Alonso, 1998, pág. 38).
La investigación cualitativa hace registros narrativos de contextos situaciones y
estructurales, de gran relevancia para nuestro estudio. El enfoque cualitativo nos permitirá
conocer la manifestación de los trabajadores sociales en relación a sus intereses con respecto
ejercer el voluntariado como vía hacia un empleo, así como las creencias (expectativas y
orientaciones) que tengan en relación a la posibilidad de ver en el voluntariado como un
camino hacia el empleo teniendo en cuenta que las ONG se sirven de voluntarios para al
verse sin el presupuesto suficiente para contratar empleados que les permitan poner en
marcha sus proyectos. Finalmente, la metodología cualitativa proporcionará la oportunidad
de analizar los deseos y motivaciones de aquellos sujetos que optaron por esta elección para
conseguir el empleo que querían (Valles, 2007, pág. 185).
Con el fin de poder cumplir los propósitos de conocer la realidad del sujeto, así como
mantener contacto directo con él con el objetivo de saber más sobre su persona, la técnica
elegida para nuestro estudio será la entrevista en profundidad. La entrevista en profundidad
pertenece a una técnica dentro de la metodología cualitativa, que permite una comunicación
directa entre el investigador y el sujeto a investigar, es decir, el entrevistado. Dicha técnica
no se ciñe por preguntas cerradas, se trata de preguntas abiertas y libres por medio de las
23
cuales el investigador deberá ir orientando al entrevistado con el fin de dar respuesta a los
temas de interés planteados por este. Por medio de esta técnica podemos obtener información
suficiente que el investigador se habría propuesto conocer con el objetivo de indagar en los
determinantes sociales del entrevistado. Además, la ventaja de que el entrevistado tenga vía
libre para ir relatando los temas en cuanto al objetivo de investigación, nos permitirá obtener
información mencionada por el sujeto a investigar que el investigador no había tenido en
cuenta pero que puede ser puntos clave a la hora de dar respuesta a nuestro estudio. No
obstante, la entrevista en profundidad no sólo nos permite obtener la información verbal
expuesta por los entrevistados, en nuestro tema a investigar es de especial importancia la
expresión no verbal que pueda transmitir el entrevistado durante el desarrollo de la
entrevista. Una observación del investigador tanto de la expresión gestual como de la
reacción ante determinados temas, movimientos, postura corporal, sentimientos reflejados
en su rostro, y no verbal a la hora de expresarse como por ejemplo, entonación, pausas,
nerviosismo, puede dar información interesante en cuanto a nuestra investigación (Canales,
2006, págs. 219-220).
Por otro lado, con la elección de la entrevista en profundidad como técnica para
nuestra investigación, debemos ser consciente de la vital importancia del papel del
entrevistador/investigador durante el discurso del entrevistado. Además de prestar especial
atención a los elementos de comunicación no verbal, el entrevistador debe estar atento al
discurso pues, en muchas ocasiones, ira respondiendo a temas que se nos han planteado pero
que todavía no le habíamos preguntado. Una repetición de sus respuestas le generará mayor
desconfianza, perdiendo la empatía en ambos y la fluidez de la entrevista (Valles, 2007, pág.
80).
La selección de la muestra se hará mediante muestro no probabilístico (no toda la
población tiene la misma posibilidad de ser elegida), con el tipo bola de nieve, es decir, las
unidades muestrales van escogiéndose a partir de las referencias aportadas por los sujetos a
los que ya se ha accedido. A su vez, los nuevos casos identifican a otros sujetos en su misma
situación y la muestra va aumentando o haciéndose una bola de nieve.
En nuestro caso nos centramos en los graduados de Trabajo Social que hayan ejercido
voluntariado y que a su vez, esos casos identificados nos puedan dar acceso a otros
compañeros de estudios que también han estudiado Trabajo Social y hecho voluntariado en
la provincia de Jaén.
24
Para seleccionar la muestra objeto de estudio se determinaran cuatro filtros: jóvenes
en posesión del graduado de Trabajo Social, que hayan desempeñado una labor voluntaria
en alguna ONG de Jaén, con una edad comprendida entre los 23 y 26 años y residentes en la
provincia de Jaén.
No podemos olvidar nuestros comienzos: la juventud no se puede atribuir a un
intervalo de edad ni a un único factor. Sin embargo, el motivo de la selección de este
intervalo de edad se debe a que, en nuestro caso, lo que nos interesa son estudiantes de
Trabajo Social que hayan ejercido voluntariado. El mayor auge del voluntariado se dio en
los comienzos de una crisis (año 2007 aproximadamente) en los que el Estado se vio en la
necesidad de acudir a las ONG con el fin de atribuirle las competencias de bienestar social
que ellos no podían solventar económicamente. Por otro lado, las ONG también se
encontraron con el escenario de no poder sacar en marcha sus proyectos, teniendo que acudir
a profesionales de la intervención sin poder pagarles, es decir, el voluntario. A su vez, está
promoción de estudiantes, que era una de las primeras que pasaba de diplomatura a grado se
encontraba, además de con la incertidumbre que esto le ocasionaba, con un escenario de
crisis consolidada en la que el paro juvenil alcanzaba sus máximas cifras. Sin duda un
escenario que les planteaba un futuro cuanto menos incierto, en el que muchos de ellos
seguramente se vieran en la necesidad de ir construyendo sus propias estrategias de inserción
laboral.
Actualmente, nos encontraríamos con un grupo de jóvenes de Trabajo Social en los
que hace un año que obtuvieron su título. Un año en el que los que decidieron hacer
voluntariado puede que hayan alcanzado por medio de este el acceso a un empleo o puede
que no.
La residencia en la provincia de Jaén se debe a que nos encontramos con que su
universidad cuenta con una Facultad de Trabajo Social que nos ayudará a la hora de obtener
con más facilidad la muestra. Por otra parte, ello significaría que una gran parte de estos
jóvenes se encuentren viviendo todavía con sus padres, siendo estos los que le han financiado
sus estudios. Además, Jaén es una de las provincias con mayor tasa de paro juvenil de toda
España, lo que hace difícil un futuro profesional de los jóvenes en la misma.
Una primera aproximación a la fuente de extracción de los primeros casos de nuestra
muestra se realizará mediante la puesta en contacto con la Oficina del Voluntariado de la
Universidad de Jaén. Sin embargo, teniendo en cuenta el anonimato, se considerara más
25
eficaz la extracción de los primeros casos de la muestra mediante la puesta en contacto con
Cruz Roja y Cáritas, las cuales nos proporcionaran de manera informar algún tipo de
localización (correo, teléfono, red social) de las personas que nos interesan. Posteriormente,
una vez elegidos nuestros primeros casos, se les informará sobre nuestra investigación y
nuestro interés en que formen parte de ella. Como hemos mencionado anteriormente,
mediante el acceso a sujetos que se correspondan con el perfil buscado, se localizará a los
demás sujetos de la muestra, a raíz de contactos en la misma situación de los sujetos a los
que ya ha accedido el investigador. En definitiva, los entrevistados nos ponen en contacto
con otros entrevistados.
En la selección de los casos se tiene que ir buscando contactar con jóvenes de distinto
sexo, de distinta edad dentro del intervalo seleccionado, con diferente experiencia laboral y
con diversas situaciones familiares, con el fin de abrir al máximo el abanico de posibilidades
en los determinantes que influyen en ver el voluntariado como vía de inserción laboral.
En un principio los casos a entrevistar serán 15, pero atenderemos a los criterios de
saturación. El objetivo de nuestro estudio persigue conocer la diversidad de factores sociales
que favorecen al voluntario su acceso a un empleo futuro. Por ello, una vez encontremos
repetición en el transcurso del discurso de las entrevistas en cuanto a las diferencias sociales
de los que acceden al puesto de trabajo y los que no, sabremos que hemos llegado a la
saturación.
Una vez grabadas las entrevistas con el consentimiento y anonimato del entrevistado
conforme a la Ley 15/99 de Protección de Datos3, se procederá a la transcripción de la misma
para posteriormente proceder al análisis de la información obtenida, con el fin de darle
respuesta a nuestro interrogante de investigación.
3Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal.
26
6. PLAN DE TRABAJO
- Cronograma
MESES
PASOS Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Enero Febrero
Selección de
la muestra
Realización
de las
entrevistas
Transcripción
de las
entrevistas
Análisis de la
información
Evaluación
- Guion de entrevista
Datos personales: sexo, edad, estado civil, barrio de residencia, origen social
de los padres.
Situación familiar: número de personas que componen la unidad familiar,
estudios de los componentes (obligatorios, ciclos formativos, carrera
universitaria), tipo de empleo que tiene cada uno, algún familiar
desempleado, ingresos que entran al hogar, organización de las tareas que se
desarrollan en la misma.
Voluntariado: ONG para las que ha sido voluntario, motivo, horario en el
que ejercía el voluntariado, exigencias atribuidas por el personal profesional,
tiempo que duró o dura su experiencia voluntaria, perspectivas de futuro en
dicha Organizaciones, en qué consistía su labor, relación con el Trabajo
Social, satisfacción, experiencia adquirida, pensamientos sobre un puesto
laboral futuro a raíz del voluntariado en las mismas.
Trayectoria profesional: estado laboral actual, experiencia laboral,
condiciones de trabajo, tipo de contrato, estrategias para encontrar empleo,
a través de qué medio llegó a conseguir el empleo (SAE, entrega directa del
currículum, por medio de alguna persona de contacto).
27
7. UTILIDAD, APLICABILIDAD, RELEVANCIA Y VINCULACIÓN
CON LA DISCIPLINA DE TRABAJO SOCIAL
En relación a la utilidad de nuestra propuesta de investigación con el Trabajo Social, es
interesante comprobar, partiendo de la base de que la mayoría de los estudiantes de Trabajo
Social son personas de clase obrera, como influye en su decisión de ejercer el voluntariado
con el fin de conseguir un empleo.
Ya hemos mencionado en nuestros principios que no son pocos los estudios que se
han realizado de voluntariado. Sin embargo, pocos recogen los orígenes e intereses de las
personas que optan por esta vía, en especial, los trabajadores sociales. Son ellos, juntos con
otros profesionales de la intervención social, los que encajan con el perfil del voluntariado
y, por tanto, los que mayoritariamente van a ejercerlo. Queda en evidencia la aplicabilidad
que el voluntariado tiene con respecto a la disciplina del Trabajo Social.
Sin dejar de recalcar que no hay ningún estudio hasta la fecha de nuestra propuesta
de investigación, cobra gran relevancia. Dicha propuesta no solo permitiría conocer los
motivos por las que el voluntario trabajador social ha decidido ejercer el voluntariado.
Además, permitiría saber si realmente ha logrado el objetivo propuesto, en qué condiciones,
bajo qué circunstancias, pues el voluntariado implica desempeñar una labor sin recibir nada
a cambio durante un periodo de tiempo determinado en el que el voluntario tenga la certeza
de que sus necesidades van a estar cubiertas durante esa etapa. En definitiva, nos
encontramos ante una investigación pionera que nos permitiría conocer una situación de
plena actualidad de la que se tienen pocos estudios.
La vinculación con respecto al Trabajo Social ha ido siendo evidente en el transcurso
del trabajo. Las ONG necesitan voluntarios que realicen tareas propias de un profesional
gratuitamente y los trabajadores sociales se sirven de ello para así poder adquirir experiencia
en una época en la que no tienen trabajo con la esperanza de que, en un futuro, el voluntariado
les permita acceder a un empleo.
En conclusión, la siguiente propuesta de investigación es un tema que repercute, ya
no solo a los trabajadores sociales, sino a todos los profesionales de la intervención social a
los que muchas veces se desprestigia su profesionalidad. A ello hay que añadirle que a pesar
de escuchar continuamente que el voluntariado proporcionará al voluntario una situación de
satisfacción consigo mismo, ello no quita que su actual auge se debe a un recorte en el
28
sistema de bienestar, haciendo que los propios voluntarios, en nuestro caso trabajadores
sociales, estén desempeñando laboral que deberían repercutir en un profesional asalariado.
8. CONCLUSIONES
Partiendo de la base de que el colectivo juvenil es un grupo con características y
orígenes sociales distintos que conllevan a que dichas características y orígenes sean
relevantes a la hora de acceder al sistema educativo y laboral, se ha realizado una propuesta
de investigación de cómo los diversos factores influyen a la hora de que un trabajador social
utilice el voluntariado como camino hacia la obtención de un puesto de trabajo.
Hay que tener en cuenta que los jóvenes trabajadores sociales que apuestan por la
elección del voluntariado para así poder entrar en el mundo laboral, se ven implicados en
asumir/aceptar:
Que el “privilegio” de optar por este camino no puede ser elegido por todos los
jóvenes trabajadores sociales que quieren trabajar.
Que cuentan con los recursos suficientes para cubrir sus necesidades durante el
tiempo que decidan ejercer el voluntariado al no percibir un salario.
Que disponen de un periodo de tiempo concreto que deberá ser elegido por ellos
mismos, ya que pueden ver sus necesidades cubiertas durante un periodo
determinado, pero no para toda la vida.
A su vez, debemos ser conscientes que los trabajadores sociales que utilizan el
voluntariado como estrategia, dejan al margen el altruismo del que, como hemos aprendido,
supuestamente se basaría el concepto. Por otro lado, ven en el voluntariado una oportunidad
para ejercer la labor de un profesional del Trabajo Social, lo que conlleva a quitar puestos
de trabajo a sus compañeros de titulación.
El desempeñar un trabajo gratuitamente a raíz del voluntariado no solo puede perjudicar
a la hora de quitar puestos de trabajo. Además, pueda acarrear a que se ponga en duda la
profesión de un trabajador social, ya que si puede ser desempeñada por cualquiera
(trabajador social o no) que decide ejercer voluntariado se pondrían en duda los
conocimientos que ha podido aprender un profesional del Trabajo Social.
Se puede dar el caso de que un voluntario trabajador social que realice funciones de su
titulación lo haga peor que otro trabajador social que no ha elegido el voluntariado para
acceder a un empleo, pero que, sin embargo, se ha elegido al voluntario ya que es totalmente
29
gratuito. Esto conlleva a que no solo pueden verse perjudicados los propios trabajadores
sociales, sino también el usuario al que va destinado la ayuda.
Finalmente, sería interesante poder aplicar la propuesta de investigación planteada, ya
que no ha estudios de ninguna investigación que hable sobre el tema. Si ello se hiciese,
podríamos dar veracidad a todo lo mencionado en el marco teórico y las cuestiones surgidas
a raíz de ello.
30
9. BIBLIOGRAFÍA
Alonso, L. (1998). La mirada cualitativa en sociología: una aproximación interpretativa.
Madrid: Fundamentos.
Béjar, E. (2001). El mal samaritano. El ilustrismo en tiempos del escepticismo. Barcelona:
Anagrama.
Bourdieu, P. (2000). La juventud sólo es una palabra. Madrid: Istmo.
Callejo, J. (1999). Voluntariado estratégico en un contexto no elegido: una hipótesis sobre
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