UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR LICENCIATURA EN...
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"EL MISTERIO PASCUAL, COMO UNA EXPERIENCIA ACTUAL EN LA VIDA DEL CRISTIANO"
CAMPUS DE QUETZALTENANGOQUETZALTENANGO, ABRIL DE 2018
FRANCISCA DEL SOCORRO LÓPEZ FAJARDO CARNET 15522-03
TESIS DE GRADO
LICENCIATURA EN TEOLOGÍAFACULTAD DE TEOLOGÍA
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
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TEOLOGÍATRABAJO PRESENTADO AL CONSEJO DE LA FACULTAD DE
"EL MISTERIO PASCUAL, COMO UNA EXPERIENCIA ACTUAL EN LA VIDA DEL CRISTIANO"
EL TÍTULO DE TEÓLOGA EN EL GRADO ACADÉMICO DE LICENCIADA
PREVIO A CONFERÍRSELE
QUETZALTENANGO, ABRIL DE 2018CAMPUS DE QUETZALTENANGO
FRANCISCA DEL SOCORRO LÓPEZ FAJARDO POR
TESIS DE GRADO
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVARFACULTAD DE TEOLOGÍA
LICENCIATURA EN TEOLOGÍA
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ING. JOSÉ JUVENTINO GÁLVEZ RUANO
DRA. MARTA LUCRECIA MÉNDEZ GONZÁLEZ DE PENEDO
P. JULIO ENRIQUE MOREIRA CHAVARRÍA, S. J.
LIC. ARIEL RIVERA IRÍAS
LIC. FABIOLA DE LA LUZ PADILLA BELTRANENA DE LORENZANA
SECRETARIA GENERAL:
VICERRECTOR ADMINISTRATIVO:
VICERRECTOR DE INTEGRACIÓN UNIVERSITARIA:
VICERRECTOR DE INVESTIGACIÓN Y PROYECCIÓN:
P. MARCO TULIO MARTINEZ SALAZAR, S. J.
VICERRECTORA ACADÉMICA:
RECTOR:
AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE TEOLOGÍA
DECANO: MGTR. RODOLFO ALBERTO MARÍN ANGULO
SECRETARIO: MGTR. HERBERT MAURICIO ALVAREZ LOPEZ
TERNA QUE PRACTICÓ LA EVALUACIÓN
NOMBRE DEL ASESOR DE TRABAJO DE GRADUACIÓNMGTR. MARLENE TERESINHA RUPPENTHAL WOLFARTH
MGTR. ALFONSO DARÍO DE LEÓN CAMACHO
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AUTORIDADES DEL CAMPUS DE QUETZALTENANGO
P. MYNOR RODOLFO PINTO SOLIS, S.J.DIRECTOR DE CAMPUS:
MGTR. NIVIA DEL ROSARIO CALDERÓN SUBDIRECTORA ACADÉMICA:
MGTR. MAGALY MARIA SAENZ GUTIERREZSUBDIRECTORA DE INTEGRACIÓN UNIVERSITARIA:
MGTR. ALBERTO AXT RODRÍGUEZSUBDIRECTOR ADMINISTRATIVO:
MGTR. CÉSAR RICARDO BARRERA LÓPEZSUBDIRECTOR DE GESTIÓN GENERAL:
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Agradecimientos
A Dios, por su Amor infinito, misericordioso e incondicional, en mi vida.
A mis Padres, por haber sembrado y cultivado en mí, los valores espirituales.
Los Padres de la Compañía de Jesús, por su apoyo.
A la Universidad Rafael Landívar por el apoyo, en mi estudio.
A mis compañeros, que me han apoyado.
A mis amistades, que siempre están conmigo.
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Dedicatoria
De corazón dedico este trabajo:
A mi Padre. Ricardo de Jesús López Calderón, Q.D.D.G.
A mi Madre: Sofía Fajardo de López, Q.D.D.G.
A mi Hermana: Lupita, Q.D.D.G.
A mis Hermanas y hnos. por animarme siempre.
A los Padres Jesuitas, por acompañarme, en los procesos más significativos de mi
vida.
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Índice
Pág.
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………..… 1
JUSTIFICACIÓN……………………………………………………………………….. 3
Personal……………….………………………………………….....………………….. 3
Pastoral………………………………………………………………………..………… 3
Teológica……...…….…………………………………………………………………... 3
CAPÍTULO I…………………………………………………………………………….. 5
ANTECEDENTES HISTÓRICOS………………………..……….…………………... 5
1.1 La Pascua Judía…………….........……………………………………........ 5
1.2. La Pascua de Cristo…………………………………….…......................... 6
1.2.1. La Última Cena de Jesús despide la antigua pascua e inaugura
la Nueva………………………………………………………………………. 7
1.2.2. Cristo nuestra Pascua………………..…………………………….…..…… 8
1.2.3. La temporada de la Pascua…………….…………………………….…….. 9
1.2.4. La Pascua de los primeros cristianos……………………………………… 9
1.2.5. ¿Dónde encontrar hoy a Cristo Resucitado?........................................... 11
1.3. La presencia de Cristo en los cristianos anónimos o encubiertos……… 11
1.3.1. La presencia de Cristo en los cristianos explícitos o declarados…….… 12
1.3.2. La Pascua cristiana………………………………………………………..… 13
1.3.3. La Pascua en el Concilio de Nicea………………………………………… 13
1.3.4. La Pascua en el Vaticano II………………………………………………… 15
1.3.5. La Pascua en la Iglesia Católica………………………………………….... 16
CAPÍTULO II………………………………………………………………................... 30
AUTORES………………………………………………………………………………. 30
Presentación del autor 1 referencia de Leonardo Boff ……..………........ ………. 30
Presentación del autor 2 referencia de Santiago Arzubialde, SJ…….................. 32
2.1. Pasión de Cristo, pasión del mundo………………………………………. 32
2.1.1. La cruz y la muerte de Jesús…………………………..…........................ 33
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2.1.2. El interés de los relatos evangélicos sobre la pasión de Jesús…..……. 33
2.1.3. El interés de nuestra lectura de la pasión de Jesús…………….……….. 34
2.1.4. La muerte violenta de Jesús en la cruz, consecuencia de una praxis
y de un mensaje……………………………………………………………… 34
2.1.5. El proyecto histórico de Jesús……………………………………………… 34
2.2. El Reino de Dios traducido en liberación se instaura en la historia….… 35
2.2.1. Aceptación de la mortalidad de la vida……………………………………. 36
2.2.2. La muerte criminal de Jesús……………………………………………….. 37
2.2.3. La muerte de Jesús introduce un nuevo orden…………………………… 39
2.2.4. Un recorrido del camino de Jesús…………………….…………………… 40
2.2.5. El significado trascendente de la muerte humana de Jesús………….… 43
2.2.6. La resurrección como sentido último de la muerte de Cristo………….… 44
2.3. La muerte de Cristo en las primitivas comunidades cristianas…….…… 44
2.3.1. La muerte de Cristo en las reflexiones teológicas de San Pablo…….… 45
2.3.2. Las principales interpretaciones de la muerte de Crsito en la tradición
teológica: su caducidad y su actualidad…………………………………... 47
2.4. Amor personal a Jesucristo y la adhesión a su misterio…………….…... 48
2.4.1. El doble movimiento, descendente y ascendente de la mediación
salvífica de Cristo en virtud de su doble naturaleza……………………… 49
2.4.2. Dos claves indispensables a la hora de aproximarse a la pasión
de Jesús………………………………………………………………………. 50
2.4.3. La alianza veterotestamentaria como una clave hermenéutica
de la última Cena y de toda la pasión……………………………………… 51
2.4.4. El arresto o prendimiento…………………………………………………… 53
2.4.5. EL proceso judío y la identidad mesiánica de Jesús………………..…… 54
2.5. El presupuesto exegético de la fase siguiente: ¿Cómo vivió y entendió
Jesús la causa de su condena y su propia suerte?................................. 56
2.5.1. El proceso romano y la realeza de Jesús…………………………………. 57
2.5.2. La libre auto-entrega por amor de Jesús revela paradójicamente el Ser
de Dios y su reinado en la ………………………… 59
2.5.3. La presencia de María junto a la cruz y su papel en la adhesión
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definitiva del discípulo al Maestro ……………………………………….… 60
2.6. El Padre despierta a su Hijo de entre los muertos por el poder del
Espíritu………………………………………………………………………… 61
2.6.1. Relación y complementariedad entre autores……………………………. 62
CAPÍTULO III………………………………………………………………….……….. 64
COMPROMISOS ANTE EL MISTERIO PASCUAL…………………………..……. 64
3.1. Asumir el dolor y el sufrimiento, con la mirada puesta en el Crucificado 64
3.2. Una actitud positiva, hace la diferencia en situaciones que no tienen
cambio………………………………………………………………………… 65
3.3. Orientar a otras personas a vivir con amor, paz, esperanza, alegría
y gozo el Misterio Pascual, frente a la cultura de muerte…………..…… 66
3.4. Frutos del encuentro con El Resucitado…………………………………… 67
CONCLUSIONES…………………………………….………………………………… 69
SUGERENCIAS PASTORALES……………………………………………………… 71
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………….………………………… 73
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Resumen
La Pascua era la fiesta más importante de los judíos. Según Ex 12 y Dt 16, la Pascua
es el «paso de Dios» para salvar a su pueblo de la esclavitud y llevarlo a la libertad.
Según la tradición judía, la Pascua era asimismo aniversario de la creación.
Cristo, en su Pasión, muerte y Resurrección. Es la Nueva Pascua, inicio, centro y
cumbre de la Liturgia de la Iglesia y de la vida del cristiano. En el Misterio Pascual
está el fundamento de la fe. Nuestro Salvador, en la Última Cena, instituyó el
Sacrificio Eucarístico de su Cuerpo y Sangre, para perpetuar el Sacrificio de la Cruz y
confiar a la Iglesia, el Memorial de su Muerte y Resurrección: sacramento de piedad,
signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se come a Cristo,
el alma se llena de gracia y se da una prenda de la gloria futura.
El Misterio Pascual de Cristo influye en la vida del cristiano y del ser humano en
general, porque es intrínseco a la vida, ya que, el Misterio pascual de Cristo es
vivencial y dinámico. Dios en su misericordia hace partícipe de la vida de Cristo en su
Misterio Pascual, para que descubrir el verdadero sentido de la existencia.
De esta manera el dolor, sufrimiento, muerte o resurrección, al confrontarse con
Cristo en su pasión, muerte y resurrección, hace experimentar esperanza, paz,
serenidad, alegría y más, se llega a comprender que la meta es la vida con el
Resucitado.
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1
INTRODUCCION
Con el presente estudio se pretende una mejor comprensión del Misterio Pascual de
Cristo y su influencia en la vida cotidiana del cristiano y del ser humano en general,
ya que el mismo es intrínseco a la dinámica de la vida, y muchas veces sin darse
cuenta experimenta una a una las distintas fases del Misterio Pascual, por el mismo
dinamismo de la vida, ya que: el Misterio pascual de Cristo es experiencial y
dinámico.
Por lo mismo, se pretende que el lector tome conciencia, de cómo Dios en su gran
misericordia lo hace partícipe de la vida de Cristo en su Misterio Pascual, para que
adquiera un verdadero sentido de su existencia.
De esta manera el lector puede estar atravesando diversos momentos en su vida,
como dolor, sufrimiento, muerte o resurrección, por lo que la vida encuentra una luz
al confrontar la propia experiencia con la de Cristo en su pasión, muerte y
resurrección, así llega a experimentar esperanza, paz, serenidad, alegría y mucho
más, hasta comprender que al final, la meta es la vida plena con el Resucitado.
Así como dice San Pablo: “ni el dolor, ni las persecuciones…, ni la muerte puede
apartarnos de Cristo, ni del gozo que da la experiencia del encuentro con Él, vivo y
resucitado1, la cual no es exclusividad de una sola persona, sino de todo cristiano,
aunque de diferentes formas, ya que cada ser humano por su individualidad e
historia, vive experiencias únicas.
Cuando el lector se adentra en la lectura del Misterio Pascual, profundiza y
comprende mejor cuán grande es el gozo que da la adhesión a Cristo en su misterio
pascual, que sólo la naturaleza humana no alcanza a comprender en su justa
dimensión. De ahí que es necesario que cada cristiano haya experimentado un
encuentro con Cristo vivo y resucitado.
1Pablo Apóstol. (57 d. C) Romanos8:31-39. Corinto
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2
Es un deseo profundo de contribuir a la valoración del dolor y el sufrimiento, sin
importar la magnitud que tengan, siempre lleva a crecer y madurar como persona,
para sentir y disfrutar el gozo que produce la Resurrección de Cristo.
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3
JUSTIFICACIÓN
Personal:
Elegí trabajar sobre el Misterio Pascual, porque siento la necesidad de profundizar
más sobre el mismo, ya que da sentido a mi vida en cada momento y circunstancia,
puede ser de dolor, sufrimiento, muerte, o alegría.
Considero además que al descubrir el valor del Misterio Pascual, se mantiene viva la
esperanza, y al asumirlo se puede testimoniar a los cuatro puntos cardinales, a la vez
se espera que este estudio sirva para iluminar a otras personas, animarlas a vivir
con un mayor sentido su ser cristiano.
Pastoral:
Considero necesaria una formación sólida para descubrir el dinamismo del Misterio
Pascual, que se actualiza constantemente en cada eucaristía y en la vida de cada
cristiano, el dolor, el sufrimiento, la muerte, la vida y la alegría, encuentran sentido en
el Misterio Pascual de Cristo, ya que los cristianos deben enfocarse en Jesucristo
para encontrar el verdadero sentido de la existencia.
Además el Misterio Pascual es luz y fortaleza para las personas que creen haberlo
perdido todo, al verse ante una tragedia personal o familiar, humanamente es difícil,
pero al confrontar ese dolor con el Crucificado se encuentra la respuesta a tantas
preguntas que surgen de lo más profundo, porque al igual que en Cristo, la muerte
no fue el final, sino la Resurrección, de igual manera es necesario despertar la
esperanza en todo cristiano, aún ante el dolor o sufrimiento más grande, porque la
vida tiene sentido cuando Cristo está presente.
Teológica:
En el Misterio Pascual está el fundamento de la fe de la Iglesia. Nuestro Salvador, en
la Última Cena, la noche que le traicionaban, instituyó el Sacrificio Eucarístico de su
Cuerpo y Sangre, con lo cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el
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Sacrificio de la Cruz y a confiar a su Esposa, la Iglesia, el Memorial de su Muerte y
Resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete
pascual, en el cual se come a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una
prenda de la gloria venidera. Es el centro y cumbre de toda celebración litúrgica de la
Iglesia.2
La Liturgia de los sacramentos y de los sacramentales hace que, en los fieles bien
dispuestos, casi todos los actos de la vida sean santificados por la gracia divina que
emana del misterio pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, del cual
todos los sacramentos y sacramentales reciben su poder, y hace también que el uso
honesto de las cosas materiales pueda ordenarse a la santificación del hombre y
alabanza de Dios.3
2Participantes del Concilio. (1963) SacrosanctumConcilium, Capítulo 2°: El misterio eucarístico N° 47.Roma
3Participantes del Concilio. (1963) SacrosanctumConcilium, Capítulo 3°: Los demás Sacramentos y los sacramentales N° 61. Roma
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CAPÍTULO I
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
La pascua se remonta al año 1513 antes de Cristo, cuando, según la tradición, el
pueblo judío emprendió su éxodo desde Egipto hacia la Tierra Prometida. Al finalizar
la décima plaga que Dios envió sobre Egipto, todos los primogénitos murieron (el
ángel de la muerte pasó por todos los hogares egipcios exceptuando a los del pueblo
de Israel). Luego, los israelitas huyeron de la esclavitud, atravesando el Mar Rojo,
bajo el liderazgo de Moisés.
Se celebraba cada año, como recordatorio de la liberación del pueblo hebreo de su
esclavitud en Egipto. En la víspera del primer día, se comía hierbas amargas
mojadas en vinagre, para recordar la tristeza de la servidumbre. Y se narraban en
tono cadencioso cánticos que hacían alusión a las diez plagas de Egipto.
El cordero era escogido por cada familia. Con el tiempo, la ceremonia de inmolación
fue llevada a cabo por la clase sacerdotal. El animal debía ser macho, cordero o
cabrito, sano y de un año de edad. Se inmolaba al finalizar el día y por la noche lo
comían con verduras amargas. No estaba permitido romper sus huesos, ni dejar
restos de carne. Por esta razón, si la familia no era suficientemente grande para
comer un animal ellos solos, los israelitas se reunían en grupos, para cumplir con las
prescripciones de orden sagrado.
1.1. La Pascua judía
La Pascua era celebrada desde sus orígenes con una cena. A los panes ázimos
se añadió el rito del sacrificio y banquete de un cordero. Así se recordaría
anualmente la pascua del Señor, la liberación del pueblo.
El éxodo de Israel y su salida de Egipto hacia la tierra prometida se conmemoró
con la institución de la pascua, memorial de liberación: salida hacia la libertad,
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final de la antigua vida y nacimiento de nueva vida. Celebrada por las tribus en su
lugar de asentamiento, la Pascua se redujo más tarde a Jerusalén y al Templo,
convertidos en lugares de peregrinación.
La Pascua era la fiesta más importante de los judíos. Según Ex 12 y Dt 16, la
Pascua es el «paso de Dios» para salvar a su pueblo de la esclavitud y llevarlo a
la libertad. Según la tradición judía, la Pascua era asimismo aniversario de la
creación.
El rito fundamental de la Pascua era la cena en familia o en fraternidad, a base de
cordero (signo de la compasión de Dios), pan ázimo (miseria sufrida), hierbas
amargas (esclavitud) y salsa roja (trabajos forzados en Egipto). Se conmemoraba
la liberación de la servidumbre de Egipto, la alegría por la libertad adquirida y la
espera de la venida salvadora del Mesías.
Las muchedumbres se agolpaban en Jerusalén. Los padres de familia iban
oportunamente al templo con su correspondiente cordero para ser degollado en la
parasceve (preparación) por un sacerdote. Era noche de rebelión y de «cuchillos
largos» o de espadas. Pero, sobre todo, noche de esperanza escatológica en la
liberación definitiva que llevaría a cabo el Mesías.4
1.2. La Pascua de Cristo
El evangelio de Juan menciona tres pascuas de Cristo: la que coincide con la
expulsión de los mercaderes (Jn 2,12-22), la que pone de relieve el tema del pan (Jn
6) y la de la acogida triunfal de Jesús, coincidiendo con el día en que se escogían los
corderos pascuales (Jn 12ss), para manifestar que Jesús es el verdadero «cordero
de Dios que quita el pecado del mundo».
La palabra «pascua», en el NT, equivale a la fiesta de la Pascua o de los ázimos, a la
cena pascual y al cordero pascual. La pasión de Jesús se desarrolla en un contexto
4Juan Pablo II. (1998)DIESDOMINI. Editores. Biblioteca de Autores cristianos. Roma
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pascual, ya que en ese tiempo tuvo lugar la última cena de Jesús, su prendimiento,
su interrogatorio y su condena.
Según los sinópticos, Jesús fue condenado en la noche de Pascua y crucificado al
día siguiente. La última cena de Jesús fue pascual (Mc 14,12-26). En cambio, según
San Juan, todos estos acontecimientos tuvieron lugar veinticuatro horas antes (Jn
18,28; 19,14), ya que Jesús murió cuando se degollaban los corderos de Pascua, en
la tarde del 14 de Nisán. Los sinópticos ponen de relieve que la última cena es la
Pascua nueva. Juan acentúa que Jesús es el nuevo cordero.
1.2.1. La Última Cena de Jesús despide la antigua pascua, e inaugura la Nueva
La Última Cena de Jesús, fue celebración de la pascua judía, un "séder", una
solemne comida sacrificial llevada a cabo de acuerdo con los antiguos ritos judíos
por nuestro Señor y sus apóstoles. Aquí queremos reconstruir los acontecimientos de
esa solemne comida, según se narra en el Evangelio y de la que los estudiosos nos
dicen de la pascua en el tiempo de Cristo. Realmente la Última Cena fue la "última",
en parte porque fue la celebración final de los ritos pascuales de la antigua ley, la
Pascua Cristiana.
La última Cena es el momento decisivo cuando los símbolos y profecías de antaño
del Antiguo Testamento son reemplazados para siempre por los hechos y
cumplimiento del Nuevo Testamento. Los evangelistas omitieron a la hora de narrar
esa Cena muchos detalles que daban como conocidos por sus lectores judíos. ¿Por
qué nuestro Señor toma el cáliz dos veces en la narración de San Lucas en la Última
Cena? (Lc. 22: 17-20). Por qué San Pablo habla de la "Copa de bendición" (1Cor
10,16). Por qué se dijo un salmo antes de que los Apóstoles dejaran el Cenáculo?
(Mt. 26: 30).
Estas y otras frases cobran nuevo significado a la luz de los antecedentes
judaicos. La Cena Pascual también nos ayudará a entender y a profundizar en las
ceremonias litúrgicas de la Semana Santa y la Pascua en la Iglesia, empapadas
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como están de figuras y alusiones al Antiguo Testamento. "Esta es la solemnidad
pascual en la cual el verdadero Cordero, fue sacrificado..." "Oh noche bendita que
desposeyó a los egipcios y enriqueció a los hebreos...". Al mismo tiempo
comprendiendo más claramente el contexto en el cual Cristo quiso instituir la Santa
Eucaristía, esto debe contribuir a una participación más consciente en cada Misa.5
1.2.2. Cristo nuestra Pascua
Jesucristo, es el verdadero Cordero Pascual. Él fue inmolado, su sangre fue
derramada para la salvación del mundo. El Nuevo Testamento declara repetidamente
que Jesús es “el Cordero de Dios” que quita los pecados del mundo. San Pablo
describe claramente a Jesús como el Cordero Pascual en (1a Corintios 5, 7).
Límpiense, pues, de la vieja levadura, para que sean nueva masa, como son sin
levadura; porque nuestra pascua, que es Cristo, Él ya fue sacrificado por nosotros. El
siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo.
No hay duda que la sangre del cordero Pascual es el tipo de Jesucristo. Es
interesante saber que a los hebreos no sólo se les mandó marcar sus puertas con la
sangre del cordero; sino, también se les ordenó comer el cordero. Éxodo 12, 7-8: “Y
tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en
que lo han de comer. Y aquella noche comerán la carne…”.
Éxodo 12, 11: “Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en
vuestros pies, y vuestro bastón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es
la Pascua de Yhavé”.
La necesidad del consumir el cordero Pascual nos muestra la necesidad de comer la
carne del Hijo del hombre en la eucaristía. No basta con ser marcados con la sangre
del cordero; también se debe consumir el Cordero de Dios, Jesucristo, para ser
5Quemada S. (2017). La pascua judia y la ultima Cena, institucion de la Eucaristia. Jerusalén.
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salvos. Es necesario recibirlo en la eucaristía. Él se hace presente en cada
eucaristía. También es interesante saber que nadie que no fuera de la familia de Dios
podía comer el cordero (Éxodo 12, 43-45), al igual que nadie que no tenga la
verdadera fe debe recibir la eucaristía.6
1.2.3. La temporada de la Pascua
La pascua se celebra durante 50 días, desde el domingo de Pascua hasta
Pentecostés. Según la liturgia, la cuaresma termina en la tarde del Jueves Santo con
la liturgia de la Cena del Señor, que da comienzo al Triduo Pascual. El Viernes Santo
se hace el "ayuno pascual" que se continúa el sábado santo, preparatorio a la gran
celebración pascual. El triduo culmina en la Vigilia Pascual, madre de todas las
vigilias, el sábado por la noche.
Los primeros ocho días de la pascua constituyen la octava y se celebran como
solemnidad del Señor. El agua bendecida en la Vigilia pascual se usa para los
bautismos en toda la temporada de pascua.
En el día 40 de la pascua se celebra la ascensión del Señor y los 9 días de la
ascensión a Pentecostés (la novena original) son días de intensa preparación para la
venida del Espíritu Santo. Novena bastante olvidada por la Iglesia, porque algunas
parroquias si mucho hacen un triduo preparatorio.7
1.2.4. La Pascua de los primeros cristianos
Se sabe que, en coincidencia con la celebración pascual de los judíos, los primeros
cristianos velaban durante esa noche leyendo las Escrituras, orando y participando
del ágape eucarístico. Al principio, y sobre todo en oriente, la Pascua según una
interpretación etimológica del nombre representaba la bienaventurada pasión de
Cristo, inmolado por nuestra redención.
6Dimond M.(2015). Última cena Jesus eucaristia. Disponibleen:www.vaticanocatolico.com
7Fortea P. (2017). Recursos -pascua-en-el-antiguo-testamento-.Disponibleen:https://www.aciprensa.com
https://www.aciprensa.com/fiestas/pascua/octava.htm
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Jesús, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, murió a la hora en que,
en el templo de Jerusalén, eran inmolados los corderos para la Pascua judía: su
sacrificio, obediencia de amor al Padre y entrega por la humanidad, cumplía y a la
vez declaraba abolidos los sacrificios de la antigua alianza.
Los fieles actualizaban ese misterio de salvación y participaban de él mediante el
bautismo y la eucaristía. Otro acento se desarrolla en occidente: Pascua se entiende
más bien como paso; así como el antiguo pueblo de Dios, liberado de la esclavitud,
atravesó el Mar Rojo rumbo a la tierra prometida, Cristo pasó a través de la pasión y
la muerte a la vida imperecedera conduciendo hacia ella a cuantos creen en su
resurrección y se integran en la Iglesia, pueblo de la nueva alianza.
La iniciación cristiana por el bautismo, el sello del Espíritu y la comunión del Cuerpo
y la Sangre del Señor- son una imitación sacramental de la muerte y resurrección de
Jesús. Los cristianos hacen así su Pascua. A lo largo de los siglos, el cambio
circunstancial de los ritos ha dejado siempre intacto el núcleo esencial.
La celebración anual de la Pascua se concentra en el sagrado triduo pascual de
Cristo muerto, sepultado y resucitado: viernes, sábado y domingo del plenilunio de
primavera. El triduo comienza en la noche del jueves con la Misa de la Cena del
Señor, que evoca la institución de la Eucaristía, sacramento del sacrificio de Jesús y
del sacerdocio apostólico que hace posible la actualización permanente de ese
misterio y de la obra de nuestra redención.
El Viernes Santo, primera jornada del triduo, día de ayuno y contemplación, tiene
como principal contenido celebratorio, el anuncio de la pasión -el relato
correspondiente del Evangelio según San Juan es solemnemente leído- y la
adoración de la cruz, no como objeto, sino como signo, en un acto de fe que es ya
proclamación de la victoria pascual.
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San Agustín, recordando que el que era inmortal asumió nuestra mortalidad y sufrió
la muerte para darnos la vida a nosotros mortales, dice hermosamente:
"reconozcamos, mejor aún, proclamemos que Cristo fue crucificado por nosotros;
digámoslo no con temor sino con gozo, no con vergüenza sino con orgullo".8
1.2.5. ¿Dónde encontrar hoy a Cristo Resucitado?
Él se encuentra presente en la realidad cósmica, en la realidad humana, personal y
colectiva, de un modo anónimo o palpable, que culmina en la Iglesia católica,
sacramento primordial de la presencia del Señor. El sentido de ser cristiano consiste
en tratar de reproducir siempre de un modo nuevo, dentro de la vida, aquello que una
vez emergió en su máxima intensidad y se transformó en fenómeno histórico en
Jesús-Verbo-encarnado-resucitado.
1.3. La presencia de Cristo en los cristianos anónimos o encubiertos
Jesús resucitado está presente y actúa de un modo especial en aquellos que, en el
inmenso ámbito de la historia y de la vida, laboran por su causa. Independientemente
de los matices ideológicos y de la adhesión a una u otra religión o credo cristiano,
siempre que el hombre busque el bien, la justicia, el amor humanitario, la solidaridad,
la comunión y el entendimiento entre los hombres, siempre que se esfuerce por
superar su propio egoísmo, por hacer este mundo más humano y fraterno y se abre a
un Trascendente normativo para su vida.
Podemos decir con toda certeza que ahí se encuentra presente el Resucitado,
porque está siendo llevada adelante la causa por la que él vivió, sufrió, fue
procesado y ejecutado. «El que no está contra nosotros, está por nosotros» (Mc 9,
40; Lc 9, 50), llegó a decir Jesús, con lo cual derribó las barreras sectarias que
dividen a los hombres y les hacen ver a sus hermanos únicamente en aquellos que
se adhieren a su credo.
8 Aguer H.(2016). La Pascua de los cristianos. Disponible en: www-Arzolap.org.ar
file:///C:/Users/Toshiba/Downloads/Arzolap.org.ar/textos/%20http:/La%20Pascua%20de%20los
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El Espíritu, de Jesús resucitado actúa donde quiere. Ahora, en la plenitud de su
realidad humana y divina, ha trascendido ya todas las posibles barreras del mundo y
de la Iglesia, del espacio y del tiempo, y su acción alcanza a todos, pero
especialmente a aquellos que luchan durante su vida por lo que el propio Jesús luchó
y murió, aun cuando no hagan ninguna referencia explícita a Jesús y a su significado
salvífico, precisamente por lo mismo pueden ser llamados cristianos anónimos o
encubiertos.
1.3.1. La presencia de Cristo en los cristianos explícitos y declarados
Pero de un modo más profundo está presente Cristo resucitado en aquellos que se
han propuesto seguirle e imitarle por la fe, por el amor y por la adhesión explícita y
patente a su divina realidad y a la absoluta significación que, para nuestra existencia,
posee ante Dios.
Cristo está presente de un modo cualificado en los cristianos. Cristiano es, aquella
persona que se decide a imitar y seguir a Cristo, el bautismo es el símbolo de dicha
decisión, y el sentido de la imitación de Cristo es, en sí misma, bien sencilla; tratar de
comportarse, en la propia situación existencial, de un modo semejante a como Cristo
se comportó en la suya.
Así, el ser humano que ultrajado sufra como Cristo, sometido a la injusticia, no
respondía con insultos y, al ser atormentado, no replicó con amenazas (1 Pe 2, 23).
Imitar a Cristo no consiste en copiar o remedar sus gestos, sino en poseer la misma
actitud y el mismo espíritu que Jesús, encarnándose dentro de la situación concreta,
la cual es diferente de la de Jesús.
En todos los cristianos sinceros, aun en aquellos que no están en plena comunión
con la Iglesia Católica, se encuentra presente el Resucitado; por eso «son
justamente reconocidos como hermanos en el Señor por los hijos de la Iglesia
católica».9
9Boff L. (2009). Jesucristo el Liberador. Cristología crítica para nuestro tiempo, 8va. Edición, Editorial SalTerrae. España.
-
13
1.3.2. La Pascua cristiana
Es posible que desde los orígenes cristianos hubiese una celebración específica
pascual cada año. Recordemos que el domingo, día del Señor, fue fiesta pascual
semanal. Pero no es fácil precisar cuándo se hizo el tránsito de la pascua semanal a
la pascua anual.
Algunos aseguran que antes del año 50 se celebraba una vigilia pascual en las
Iglesias de Roma, Corinto, Asia Menor y Jerusalén; incluso hay quienes piensan que
la Segunda Carta de Pedro es una homilía pascual pronunciada en Roma y dirigida a
los cristianos de entonces como una especie de primera encíclica.
Desde finales del siglo Il la Pascua anual es la fiesta más importante de la Iglesia. De
hecho, hubo en ese siglo, con respecto a la Pascua, dos corrientes que originaron
una tensa controversia. La corriente oriental defendía que la Pascua debía
celebrarse el Viernes Santo, al atardecer, con una eucaristía.
La corriente occidental pensaba que había de festejarse en las primeras horas del
domingo siguiente a ese viernes. A finales del mencionado siglo, por decisión del
papa Víctor, se impuso la tradición romana, y empezó a celebrarse la Pascua el
Domingo de Resurrección.
La fe cristiana se fundamenta en la muerte y resurrección del Señor, o Pascua de
Cristo; por consiguiente, el misterio pascual es el centro del cristianismo, de la
Iglesia, de la acción pastoral y de la vida espiritual cristiana. Por estas razones
decimos que el bautismo es sacramento de la fe o de la Pascua, y la eucaristía
memorial pascual.
1.3.3. La Pascua en el Concilio de Nicea
El concilio de Nicea del año 325 determinó que ese domingo de Resurrección fuera
el siguiente a la luna llena del equinoccio de primavera (entre el 22 de marzo y el 25
de abril).
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14
La reforma del calendario llevada adelante por el papa Gregorio XIII siguió estos
lineamientos para que la Pascua de Resurrección se celebrara en la misma fecha
que propuso el concilio, pero incluyó algunas modificaciones de forma tal que la
fecha se mantuviera en el mismo rango.
Desde el punto de vista estrictamente astronómico hay dos cuestiones que harían
bastante complicado el cálculo preciso de la fecha de la Pascua de Resurrección.
determinación la fecha exacta del equinoccio
determinación del momento exacto de la Luna llena
La fecha en la que tiene lugar un equinoccio es variada, en el caso del equinoccio de
primavera en el hemisferio norte (y de otoño en el hemisferio sur) puede caer entre el
19 y el 21 de marzo producto de la complejidad del movimiento de la Tierra alrededor
del Sol. Por otro lado, describir con suma precisión la órbita lunar y, por ende,
determinar los instantes en que se producen las fases lunares también tiene
importante grado de dificultad.
Lógicamente estas cuestiones no podían estar en discusión en el año 325 durante el
Concilio de Nicea ya que no existían ni los conocimientos ni los instrumentos
necesarios para resolver este tipo de problemas. Para el cálculo de las fases de la
Luna, el Concilio de Nicea adoptó el ciclo de Metón, método ideado por el astrónomo
ateniense Metón que vivió en el siglo V a.C. y que consiste en calcular las 235
lunaciones que tienen lugar en un lapso de 19 años.
Si llegara a existir una superposición entre la Pascua de Resurrección y la Pascua
Judía, la primera se adelanta al domingo anterior o se pasa al siguiente, de acuerdo
a las tablas confeccionadas por el Vaticano en la reforma de 1582.
Si bien el origen de la celebración de la Pascua se basa en hechos históricos y en
antiguas tradiciones con un profundo sentido espiritual para el judaísmo y el
cristianismo, no deja de ser interesante aprender sobre sus connotaciones
-
15
astronómicas. Durante siglos la humanidad tuvo un único reloj que no es otra cosa,
sino la esfera celeste.10
1.3.4. La Pascua en el Vaticano II
El Vaticano II revalorizó el sentido pascual del cristianismo. «Esta obra de la
redención humana y la perfecta glorificación de Dios la realizó Cristo principalmente
por el misterio pascual de su bienaventurada pasión, resurrección y gloriosa
ascensión».
No sólo los envió a predicar el Evangelio a toda criatura y a anunciar que el Hijo de
Dios, con su Muerte y Resurrección, nos libró del poder de Satanás y de la muerte, y
nos condujo al reino del Padre, sino también a realizar la obra de salvación que
proclamaban, mediante el sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gira toda
la vida litúrgica. Y así, por el bautismo, los hombres son injertados en el misterio
pascual de Jesucristo: mueren con El, son sepultados con El y resucitan con El;
reciben el espíritu de adopción de hijos "por el que clamamos: Abba, Padre" (Rom.,
8,15) y se convierten así en los verdaderos adoradores que busca el Padre.
Asimismo, cuantas veces comen la cena del Señor, proclaman su Muerte hasta que
vuelva. Por eso, el día mismo de Pentecostés, en que la Iglesia se manifestó al
mundo "los que recibieron la palabra de Pedro "fueron bautizados. Y con
perseverancia escuchaban la enseñanza de los Apóstoles, se reunían en la fracción
del pan y en la oración, alabando a Dios, gozando de la estima general del pueblo"
(Act., 2,14-47).
Desde entonces, la Iglesia nunca ha dejado de reunirse para celebrar el misterio
pascual: leyendo "cuanto a él se refiere en toda la Escritura" (Lc., 24,27), celebrando
la Eucaristía, en la cual "se hacen de nuevo presentes la victoria y el triunfo de su
10
Mitre B.(2017). Efemerides de la Pascua. Argentina. Disponible en: www.observatoriosanjose.com
http://www.observatoriosanjose.com/
-
16
muerte", y dando gracias al mismo tiempo "a Dios por el don inefable" (2 Cor., 9,15)
en Cristo Jesús, "para alabar su gloria" (Ef., 1,12), por la fuerza del Espíritu Santo.11
1.3.5. La Pascua en la Iglesia Católica
La Pascua es la fiesta principal, corazón y cumbre del calendario litúrgico, la llamada
“Fiesta de las Fiestas” opaca incluso a la Navidad, pues en sí en la natividad nació el
Salvador y nos llenó de gozo su venida, aún mayor alegría nos causa el
cumplimiento de las promesas de Dios al enviarnos a un Salvador que rescatara a la
humanidad entera del pecado.
La Iglesia celebra en la mesa eucarística la presencia del Resucitado y vive el
vínculo del amor, de la fe, de la esperanza, de la caridad y de la comunión con la
jerarquía, y el pueblo de Dios. El cuerpo del Señor no se limita exclusivamente a la
Iglesia, sino que en ella se hace presente de una manera única: «Yo soy Jesús, a
quien tú persigues», dice el Resucitado a Pablo… (Hech 9, 5).
En el magisterio infalible, en los sacramentos y en el anuncio se hace presente Cristo
resucitado: es él quien bautiza, consagra y perdona; es él quien enseña cuando, de
un modo solemne e irreformable, la Iglesia establece orientaciones en asuntos de fe
y de moral para toda la Iglesia universal; la Iglesia toma decisiones que implican a
todo el Pueblo de Dios. Ella constituye, pues, el sacramento primordial de la
presencia del Señor Resucitado.
En la palabra, especialmente en la oración y meditación de sus misterios, el Señor
está presente, en la liturgia Dios habla a su pueblo; y, de hecho, los actos litúrgicos,
los gestos, palabras y objetos sagrados asumen un carácter simbólico: simbolizan el
encuentro del Resucitado con sus fieles y le hacen mistéricamente presente dentro
del mundo viejo.
11
Pablo VI y Asamblea Conciliar.(1963). SacrosantumConcilium #s 5 y 6. Roma.
-
17
Es aún más en la Eucaristía donde el Señor resucitado adquiere su más alto grado
de densidad y presencia: la transubstanciación del pan y el vino hacen presente al
Resucitado bajo unas especies sencillas: Ahí está El, en la totalidad de su misterio y
en la realidad de su transfiguración.
Al comer el Cuerpo de Cristo en la Eucaristía, el Pueblo de Dios se hace también
Cuerpo de Cristo. La presencia eucarística no constituye un fin en sí mismo, sino que
es el medio por el que Cristo desea vivir en la intimidad de los suyos. La Eucaristía
celebra la entrega y la auto-comunicación del Señor: «Esto es mi cuerpo que se
entrega por vosotros... Este es el cáliz de mi sangre (vida) que es derramada por
vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados».
La Eucaristía es un llamamiento a la reciprocidad, que ha de ser vivida también fuera
del sacramento, dentro de la vida, a fin de que el católico sea realmente un
instrumento del Espíritu y sacramento de la presencia del Resucitado en el mundo.
12
1.3.6. El primer registro definitivo de la celebración de la Pascua cristiana
Este registro está a partir de la visita de Policarpo de Esmirna a Aniceto, obispo de
Roma en el año 154 o 155, a fin de llegar a un acuerdo acerca del tiempo para la
observancia de la Pascua. Policarpo representaba la costumbre más antigua de
observar la Pascua con una vigilia, finalizando con la Cena del Señor, durante la
noche del día catorce del mes Nisán (mes del calendario judío), como la Pascua
judía, sin importar el día de la semana que cayera este día.
Aniceto representaba la costumbre romana, que también se seguía en algunas
partes del Este, de tener siempre la fiesta de la Pascua un domingo. Ellos no llegaron
a un acuerdo, pero continuaron cada uno con sus propias prácticas. Después de más
disputas sobre las fechas dentro de la iglesia del Asia Menor, el problema se volvió
12
BOFF L. (2009). Jesucristo el Liberador. Ensayo de Cristología crítica para nuestro tiempo, 8va. Edición, Editorial SalTerrae. España.
-
18
tan serio que se sostuvieron reuniones alrededor del año 190 que decidieron celebrar
la Pascua el domingo.
1.3.7. Tradiciones Pascuales alrededor del mundo
La Pascua tiene distintas manifestaciones, en diversos lugares del planeta. En
Jerusalén cuyo nombre significa doble procesión de paz, la celebración comienza
con una serie de procesiones. El Viernes Santo, miles de feligreses cristianos
reconstruyen las últimas pisadas de Jesús. Más tarde, los peregrinos visitan el Santo
Sepulcro; la tumba donde, según la tradición se colocó a Cristo, mujeres vestidas de
negro ungen la piedra sepulcral con aceite; lloran sobre ella y la besan.
En la Ciudad del Vaticano, el Papa celebra una misa especial. Para esta ocasión
acude todo el cuerpo diplomático; centenares de cardenales, prelados y sacerdotes y
religiosas, además de miles de peregrinos, que llenan la Plaza de San Pedro. Sin
embargo, la Pascua no siempre es sinónimo de solemnidad, misa y peregrinación.
Pues muchas de estas “nuevas formas” de celebración tienen raíces en costumbres
autóctonas.
Para algunos filipinos, por ejemplo, la Semana Santa -conocida como “Mahalna
Araw”- es una época para infligirse castigo. Pese a que esta práctica ha sido
condenada por la Iglesia, muchos, queriendo hacer expiación pública de sus
pecados, siguen practicando la flagelación.
Algunas mujeres se dirigen a distintos santuarios y limpian las imágenes de Cristo
con un pañuelo. Luego, se aplican la prenda sobre el cuerpo, creyendo que de ese
modo curarán alguna afección.
En ciertas regiones de Guatemala, los indios quichés oran arrodillados ante
mazorcas de maíz (alimento básico de este pueblo). Sucede que la celebración de
estos ritos tradicionales, en honor a la fertilidad, coincide con la Semana Santa. Su
esperanza es que la Pascua les traiga una cosecha abundante.
-
19
En otros países, los agüeros influyen notablemente en esta celebración. Los
finlandeses, en la noche anterior al inicio de Semana Santa están a la caza de los
gnomos…, unas “criaturas parecidas a brujas” -según narra la tradición-, que
cometen todo tipo de vandalismos, contra su ganado y sus propiedades. Se cree que
estos supuestos gnomos, son en realidad mujeres ancianas, que llevadas por la
envidia encuentran un malicioso placer causando infortunio a los vecinos más
prósperos.13
En varios países, el Jueves Santo, y a media mañana, se celebra la misa Crismal en
catedral u otro lugar apropiado. Así se da comienzo al triduo pascual durante la
Semana Santa, que antecede al Domingo de Pascua. Participan de esta ceremonia
todos los sacerdotes de la arquidiócesis o diócesis; ocasión en la que el clero
renueva las promesas sacerdotales que realizó cuando fue ordenado. Por la tarde en
cada parroquia se oficia la misa de la cena del Señor, en la que se rememora la
última cena de Cristo, junto a sus doce apóstoles, y la institución de la Eucaristía.
Durante el oficio, el sacerdote celebrante lava los pies de doce personas escogidas
como gesto de humildad.
En tanto que el Viernes Santo -día de ayuno y abstinencia-, el párroco preside la
Celebración, que evoca la pasión y muerte de Cristo. Previo se realiza el Vía
Crucis, al fin de la jornada se realiza la procesión del Santo Entierro. El sábado está
dedicado al recogimiento y contemplación de la muerte de Jesús, por la noche se
lleva a cabo la Vigilia madre de las vigilias, la del triunfo del Señor, ya el domingo se
celebra la máxima fiesta de los cristianos pues es el centro del año litúrgico cristiano.
Hoy la Semana Santa es para muchos, sinónimo de “mini-turismo”. Y como si fuera
poco, desde el inicio de la Cuaresma, tiempo llamado al recato y a la penitencia, los
obispos advierten la desnaturalización de esta conmemoración, provocada en parte
por la continuidad de los festejos de carnaval. Como quiera que sea, y pese a las
13
Anonimo.(2016).Diario castellanos-noticia-tradiciones-pascuales-alrededor-del-mundo. Disponible en: www.diariocastellanos.net
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20
distintas interpretaciones que tiene la celebración de la pascua; este suceso continúa
conmoviendo al mundo entero. Porque la pascua es una maravillosa conjunción de
ritos, cultura, creencias y leyendas del imaginario y de la realidad.
1.3.8. Ser cristiano es seguir a Jesús
No se puede ser cristiano al margen de la figura histórica de Jesús de Nazaret, que
murió y resucitó por nosotros y Dios Padre le hizo Señor y Cristo (Hch 2,36). Lo
cristiano no es simplemente una doctrina, una ética, un rito o una tradición religiosa,
sino que cristiano es todo lo que dice relación con la persona de Jesucristo.
Sin él no hay cristianismo. Lo cristiano es El mismo. Los cristianos son seguidores de
Jesús, sus discípulos. En Antioquía, por primera vez los discípulos de Jesús fueron
llamados cristianos (Hch 11,26).
La vida cristiana es un camino (Hch 9,2), el camino de seguimiento de Jesús. Los
Apóstoles, primeros seguidores de Jesús, son el modelo de la vida cristiana. Ser
cristiano es imitar a los Apóstoles en el seguimiento de Jesús. De los Apóstoles se
dice que siguieron a Jesús. (Lc 5,11) y a este seguimiento es llamado todo bautizado
en su Nombre.
Los Apóstoles no fueron únicamente los discípulos fieles del Maestro, que
aprendieron sus enseñanzas, como los alumnos aprenden de sus profesores. Ser
discípulo de Jesús comportaba estar con él, entrar en su comunidad, participar de su
misión y de su mismo destino (Mc 3,13-14; 10, 38-39). Seguir a Jesús hoy no
significa imitar mecánicamente sus gestos, sino continuar su camino proseguir su
obra, perseguir su causa, conseguir su plenitud. El cristiano es el que ha escuchado,
como los discípulos de Jesús, su voz que le dice: "Sígueme" (Jn 1,39-44; 21,22) y se
pone en camino para seguirle.
1.3.9. Lo que supone seguir a Jesús
El cristiano no sigue, pues a cualquiera, sino al Señor de quien parte la iniciativa para
que le sigamos. Él es quien siempre llama y nos dice a cada uno de nosotros
"Sígueme". El llamado viene de Él, a través de la Escritura, de la Iglesia o de los
-
21
acontecimientos de la historia. Ante esta vocación el cristiano exclama como Pedro:
¿"Señor a quién iríamos"? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos y
sabemos que tú eres el Santo Dios " (Jn 6,68).
La fe cristiana no consiste propiamente en aceptar doctrinas, sino en reconocer a
Jesús como Señor y seguirle. El Credo es la profesión de fe del que sigue a Cristo. El
Credo que se enseñaba a los catecúmenos en el tiempo de preparación al bautismo,
no era una simple lección de memoria, sino la contraseña que les identificaba como
seguidores de Jesús ante el mundo. Sabían a quién seguían, sabían de quién se
habían fiado, y como Pablo, todo lo consideraban basura en comparación de haber
conocido y poder seguir a Cristo (Flp 3,7-21).
Seguir a Jesús es convertirse al Señor, cambiar la orientación de la vida. Significa
escoger la vida en vez de la muerte (Dt 30,19). Significa renunciar al Maligno y su
imperio de muerte (Jn 8,44) y adherirse a Cristo. Los primeros cristianos en el
catecumenado realizaban una solemne renuncia a Satanás y sus estructuras antes
de adherirse a Cristo por el bautismo. Todavía quedan en nuestra liturgia bautismal
los vestigios de esta renuncia.
Los Apóstoles ante el proyecto de Jesús, dejan sus barcas y redes y le siguen (Lc
5,11), mientras que el joven rico se alejó triste de Jesús porque tenía muchas
riquezas y no quería aceptar el proyecto de fraternidad universal de Jesús (Mt 19,22).
Para seguir a Jesús las riquezas son un gran impedimento (Mt 19,23-21; Lc 6,24-26;
12,13-24), lo cual contrasta con la opinión y la práctica de muchos ricos de América
Latina, que se consideran muy cristianos.14
1.3.10. El Misterio pascual de Cristo en Aparecida
Durante su vida y con su muerte en cruz, Jesús permanece fiel a su Padre y a su
voluntad (cf. Lc 22, 42). Durante su ministerio, los discípulos no fueron capaces de
comprender que el sentido de su vida sellaba el sentido de su muerte. Mucho menos
14
Codina V. SJ, (2017.)Ser-cristiano-en-america-latina. Disponible en: www.curasopp.com.
http://www.curasopp.com.ar/web/es/por...%20%20%20%20%20Victor-codina
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22
podían comprender que, según el designio del Padre, la muerte del Hijo era fuente
de vida fecunda para todos (cf. Jn 12, 23-24).
El misterio pascual de Jesús es el acto de obediencia y amor al Padre y de entrega
por todos sus hermanos, mediante el cual el Mesías dona plenamente aquella vida
que ofrecía en caminos y aldeas de Palestina. Por su sacrificio voluntario, el Cordero
de Dios pone su vida ofrecida en las manos del Padre (cf. Lc 23, 46), quien lo hace
salvación “para nosotros” (1Cor 1, 30). Por el misterio pascual, el Padre sella la
nueva alianza y genera un nuevo pueblo que tiene por fundamento su amor gratuito
de Padre que salva.
Al llamar a los suyos para que lo sigan, les da un encargo muy preciso: anunciar el
evangelio del Reino a todas las naciones (cf. Mt 28, 19; Lc 24, 46-48). Por esto, todo
discípulo es misionero, pues Jesús lo hace partícipe de su misión al mismo tiempo
que lo vincula a Él como amigo y hermano. De esta manera, como Él es testigo del
misterio del Padre, así los discípulos son testigos de la muerte y resurrección del
Señor hasta que Él vuelva. Cumplir este encargo no es una tarea opcional, sino parte
integrante de la identidad cristiana, porque es la extensión testimonial de la vocación
misma.
Cuando crece la conciencia de pertenencia a Cristo, en razón de la gratitud y alegría
que produce, crece también el ímpetu de comunicar a todos, el don de ese
encuentro. La misión no se limita a un programa o proyecto, sino que es compartir la
experiencia del acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo
de persona a persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los
confines del mundo (cf. Hch 1, 8).15
1.3.11. El misterio de la muerte según la Constitución Gaudium et spes
El enigma de la condición humana alcanza su vértice en presencia de la muerte. El
hombre no sólo es torturado por el dolor y la progresiva disolución de su cuerpo, sino
15
CELAM. (2007) V Conferencia General, #s. 143b -145. Brasil.
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23
también, y mucho más, por el temor de un definitivo aniquilamiento. El ser humano
piensa muy certeramente cuando, guiado por un instinto de su corazón, detesta y
rechaza la hipótesis de una total ruina y de una definitiva desaparición de su
personalidad.
La semilla de eternidad que lleva en sí, al ser irreductible a la sola materia, se
subleva contra la muerte. Todos los esfuerzos de la técnica moderna, por muy útiles
que sean, no logran acallar esta ansiedad del hombre: pues la prolongación de una
longevidad biológica no puede satisfacer esa hambre de vida ulterior que,
inevitablemente, lleva enraizada en su corazón.
Mientras toda imaginación fracasa ante la muerte, la Iglesia, adoctrinada por la divina
revelación, afirma que el hombre ha sido creado por Dios para un destino feliz que
sobrepasa las fronteras de la mísera vida terrestre. Y la fe cristiana enseña que la
misma muerte corporal, de la que el ser humano estaría libre si no hubiera cometido
el pecado, será vencida cuando el omnipotente y misericordioso Salvador restituya al
hombre la salvación perdida por su culpa.
Dios llamó y llama al hombre para que, en la perpetua comunión de la incorruptible
vida divina, se adhiera a él con toda la plenitud de su ser. Y esta victoria la consiguió
Cristo resucitando a la vida y liberando al hombre de la muerte con su propia muerte.
La fe, por consiguiente, apoyada en sólidas razones, está en condiciones de dar a
todo hombre reflexivo la respuesta al angustioso interrogante sobre su porvenir; y, al
mismo tiempo, le ofrece la posibilidad de una comunión en Cristo con los seres
queridos, arrebatados por la muerte, confiriendo la esperanza de que ellos han
alcanzado ya en Dios la vida verdadera.
Ciertamente, urgen al cristiano la necesidad y el deber de luchar contra el mal, a
través de muchas tribulaciones, y de sufrir la muerte; pero, asociado al misterio
pascual y configurado con la muerte de Cristo, podrá ir al encuentro de la
resurrección robustecido por la esperanza.
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24
Todo esto es válido no sólo para los que creen en Cristo, sino para todos los
hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de un modo invisible;
puesto que Cristo murió por todos y una sola es la vocación última de todos los
hombres, es decir, la vocación divina, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a
todos la posibilidad de que, de un modo que sólo Dios conoce, se asocien a su
misterio pascual.
Éste es el gran misterio del hombre, que, para los creyentes, está iluminado por la
revelación cristiana. Por consiguiente, en Cristo y por Cristo se ilumina el enigma del
dolor y de la muerte, que, fuera de su Evangelio, nos aplasta. Cristo resucitó,
venciendo a la muerte con su muerte, y nos dio la vida, de modo que, siendo hijos de
Dios en el Hijo, podamos clamar en el Espíritu: «¡Abba!» (Padre).16
1.4. Cristo en su pasión da sentido al dolor y al sufrimiento del ser humano
La pasión de Cristo es el marco referencial en el que el ser humano doliente puede
mirarse, en búsqueda de sentido para su sufrimiento. Del ser humano doliente puede
emerger la figura del crucificado y El signo negativo, horizontal de todo dolor humano
ha sido plenificado y optimizado con la cruz vertical, positiva, en que murió por
nosotros el Hombre doliente.
Cristo le da sentido al dolor y al sufrimiento va más allá, el misterio del dolor humano
encamina al misterio del amor divino: Sin el sufrimiento de Cristo es locura tratar de
entender el sufrimiento del ser humano, el amor de Dios al ser humano probado en el
sufrimiento ilumina el sentido de su dolor que se muda en amor de Dios y amor a
Dios.
Jesús con su vida y su sufrimiento enseñó a divinizar el dolor. Tanto se acercó al
sufrimiento que Él mismo se hizo sufrimiento. A partir de aquí, el sufrimiento será
redimensionado de una forma nueva: el dolor será vinculado al amor. Sufrir no será
16
Pablo VI y Asamblea Conciliar.(1965). Gaudium et spes, #18-22. Roma.
-
25
en adelante, sino amar. El hombre se realiza en tanto que sufre y su sufrimiento se
asocia a la cruz.
El dolor en la medida en que se une al sufrimiento de Cristo, se colma de valor y se
transforma en corredención. Cristo no es un Dios solitario, quiere que lo
acompañemos con nuestro dolor en sus sufrimientos y en su tarea redentora. La
debilidad del dolor, ni debilita, ni expolia, ni empobrece, sino que enriquece, porque
trascendiendo la situación colabora en la salvación de uno y de los demás. La
aparente debilidad del dolor vigoriza al hombre, lo ayuda a vivir en paz y alegría. El
sufrimiento deviene en una nueva realidad transformante.17
Desde su nacimiento Jesús es considerado oprimido y liberador porque no hubo
lugar para ellos en la posada y por ello muchos consideran que la mesianidad de
Jesús está ligada a la humillación y por ello los humillados y ofendidos pueden sentir
consuelo pues Jesús fue uno de ellos. Toda la actividad, la vida, la muerte y la
resurrección de Cristo, cobran un significado liberador profundo, trascendente,
ejemplar y universal. En Jesús la resurrección significa la victoria de la vida, el
derecho del oprimido y la justicia del débil.
1.4.1. La Sagrada Escritura es un gran libro sobre el sufrimiento
La Revelación enseña que muchos de los males que padecemos los provoca la
humanidad misma. Pero otros no tienen explicación: ¿acaso el mundo y el hombre
están mal hechos, son una equivocación de Dios? Job, el justo duramente probado,
plantea el misterio del sufrimiento de los inocentes, y refuta la explicación simplista
de que sea un castigo divino.
Pero, aun en medio de sus padecimientos y perplejidades, este justo no reniega de
Dios, sino que confía plenamente en Él. Y así hay muchos ejemplos de sufrimiento
en el Antiguo Testamento, como los comienzos de la verdadera Pascua.
17
Lucero I.(2011) El dolor y el sufrimiento humano. Enciclopedia de Bioética, # 8, párrafo 3- 6. Argentina.
-
26
Jesús, al acercarse a la miseria en que vivían muchas personas, manifiesta la
compasión del Padre eterno hacia sus hijos atribulados. Él, siendo por completo
inocente, abrazó libremente la Cruz en obediencia al Padre. Para mostrarnos la
gravedad tremenda de nuestros pecados, que Él cargó como Cordero sacrificado. Y,
sobre todo, para demostrarnos la profundidad sin límites del Amor de Dios por
nosotros. En Cristo crucificado el enigma del sufrimiento se convierte en cauce de
salvación y de vida eterna.18
1.4.2. Celebración de la Vida
Que la liturgia sea celebración de la vida, es necesario aclarar la expresión para
evitar equívocos, podemos entender por celebrar la vida la presencia de la vida
concreta, familiar y social, de la asamblea celebrativa, en la liturgia, vida concreta
ofrecida allí para ser iluminada por la Palabra y los ritos, y en cierto
modo transfigurada para continuar, al salir de la celebración, desplegándose con
nueva fuerza y esperanza.
En realidad es celebrar el misterio pascual de Cristo, en el contexto de la vida y para
el aumento de la vida. La liturgia, solo celebra el misterio pascual de Cristo,
su vida, los acontecimientos sociales tienen cabida en la liturgia porque forman parte
de la vida contextual de la asamblea.
Están presentes y quedan ofrecidos en el momento celebrativo para ser asociados al
misterio pascual e iluminados por él. Si la vida social quedase excluida de la liturgia
como contexto, como objeto de la oración de la Iglesia, como campo de misión al que
los cristianos regresan después de celebrar su fe, ¿cómo entender la actualización
de la salvación, cómo la encarnación de Dios, cómo la acción del Espíritu Santo en la
historia humana?
Bernhard Häring afirma que "en la liturgia celebramos la presencia poderosa de
aquel que es la vida”. Él sale a nuestro encuentro como Señor de la historia del
18
Juan Pablo II.(1999). Salvifici doloris. Editorial Palabra. España.
-
27
mundo y de la historia de la salvación para asumirnos como sus colaboradores. Si
nuestra celebración es expresión agradecida de nuestra fe en este tipo de presencia
de aquel que viniendo se dona, entonces el aquí y ahora aparece inserto en una
dinámica completamente nueva.
Se hace participación en el kairós, que es toda la vida de Cristo, quien dio
cumplimiento a todo. Y como Cristo en la gran hora de su muerte y glorificación
anticipa la parusía, el cumplimiento definitivo, así para el cristiano modelado por la
liturgia, cada hora decisiva es iluminada y colmada por la energía que procede de
toda la historia de la salvación, cuyo Señor es para nosotros camino, verdad, plenitud
de luz y de vida. Así, el ahora no es un momento efímero, sino un punto de empalme
de la historia en su totalidad.
El ahora no es solo la vida que cada cristiano trae a la liturgia-culmen, sino también
la liturgia misma, momento de la historia de la salvación en el que toda su vida queda
ofrecida e iluminada por el misterio pascual, posibilitando el sentido, la esperanza y
la fuerza del compromiso.
Celebramos la vida en medio de la vida. Ese contexto vital es en cierto modo, él
mismo, la razón por la que en las comunidades pobres de América Latina se hace
tan importante incorporarlo en la liturgia. La "vida" por la que la asamblea transita
antes y después del momento litúrgico es a menudo una vida extremadamente dura,
una vida con la muerte o las muertes siempre al acecho: falta de trabajo y cesantía,
salarios insuficientes, precariedad en la salud, mortalidad infantil, conflictividad en las
relaciones humanas familiares y comunitarias, marginación cultural, deficiencias en la
educación, y tantas otras "muertes" enquistadas en la vida cotidiana del pueblo
sencillo.
Y todo esto sin mencionar el pecado personal, que todo creyente lleva consigo a la
liturgia para ser perdonado con vistas a la abundancia de vida. Por eso, la liturgia se
transforma en un tiempo y en un espacio en los que la vida precaria celebra su
-
28
vocación y su esperanza de ser vida plena, abundante, vida que Dios ofrece, que
Jesús inaugura y que la comunidad está llamada a construir desde su fe.
La liturgia es, efectivamente, celebración de la vida, pero no de cualquier vida. Es la
celebración de la vida que Dios va suscitando, reparando, edificando cada día, vida
que vence a la muerte, a todas las muertes, y que se abre paso en la historia de
salvación, desde la pequeña y anónima alegría de un recién nacido hasta la
celebración de la caída del muro de Berlín. Esa vida que es la de los cristianos, no
puede sino estar presente en la liturgia. Si la liturgia no celebrara, en este sentido, la
vida, se quedaría sin contexto, no podría ser culmen de fondo, pues la liturgia es
desde y para la vida.
Pero la vida que se celebra en la liturgia no es la vida contextual en sí misma, sino la
fuerza y la victoria del misterio pascual que, una vez más, se reconoce en el
acontecimiento de la vida, en las comunidades pobres, que traen con mayor
naturalidad a la liturgia, para ser "celebrados", los acontecimientos que afectan su
día a día: lo hacen con una clara conciencia de que en esos hechos Dios está
salvando y actuando, que son signos del amor que tiene por todos, más allá de los
directamente beneficiados. No solo los acontecimientos positivos, sino también los
dolorosos, que disminuyen o suprimen la vida, son "celebrados" en la liturgia.
Los pobres saben celebrar, saben hacer fiesta. En la precariedad de su existencia y
en la escasez de sus medios, la fiesta surge mucho más fácilmente, como un
momento de abundancia de vida y de confirmación de esa existencia, a pesar de su
dificultad y precariedad. La brecha entre lo ordinario y lo extraordinario es mucho
más ancha para los pobres, de modo que la fiesta irrumpe como una
sobreabundancia de sentido y de alegría. Los pobres saben celebrar sin muchos
medios ni mucha preparación, espontáneamente, de un momento a otro. La fiesta,
surgida en medio de la dificultad, manifiesta de modo extremo la gratuidad.
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29
La vida es celebrada como reafirmación de la victoria de Cristo, que ilumina y se
desborda sobre toda la vida de la asamblea: la que trae a la celebración, la que es la
celebración y la que espera más allá de la celebración.19
19
Rosas G.(2007), Teología y Vida. Revista cielo. vol.48 no.1 , #s 57 – 71.Chile.
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CAPÍTULO II
2. AUTORES
AUTOR I LEONARDO BOFF
Genézio Darci Boff. Ex Religioso brasileño, Escritor, teólogo y pensador Boff es
conocido por ser uno de los pioneros de la Teología de la Liberación, y es conocido
por su labor a favor de las clases marginadas de Brasil.
Nació el 14 de diciembre de 1938 en Concórdia (estado de Santa Catarina) en el
seno de una familia de once hijos. Tiene otro hermano sacerdote, Clodovis Boff y una
hermana Monja.
Con diez años ingresó en un seminario menor en la ciudad de Petrópolis, cercanías
de Rio de Janeiro. Años más tarde cursó estudios en el seminario mayor en la misma
ciudad.
Fue ordenado sacerdote en 1964. Cursó estudios en la Facultad de Teología de los
franciscanos, en Petrópolis, Río de Janeiro, y en 1970 recibió su doctorado en
Filosofía y Teología por las universidades de Wurzburgo (Alemania) y Oxford (Gran
Bretaña).
De 1970 a 1973, impartió clases como profesor titular de Teología Fundamental,
Sistemática y Ecumenismo, en el Instituto Filosófico y Teológico Franciscano de
Petrópolis.
También enseñó Teología espiritual y franciscanismo, en el Centro de Estudios
Franciscanos y Pastorales para América Latina (CEFEPAL).De 1970 a 1983, es
asesor teológico de la Conferencia de los Obispos de Brasil (CNBB) y del Instituto
Nacional de Pastoral (INP). Hasta 1982 asesoró a la Confederación Latinoamericana
de Religiosos (CLAR), en Bogotá (Colombia).
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Dejó el sacerdocio y se casó, aunque mantuvo sus intenciones de difundir la teología
de la liberación. Boff es considerado uno de los mayores renovadores de la teología
de la liberación latinoamericana, cuyo referente principal es la figura de Cristo como
defensor de los pobres. Su doctrina quedó expuesta principalmente en obras
como Pasión de Cristo, pasión del mundo (1977), Las comunidades de base
reinventan la Iglesia (1979) o La vida religiosa en el proceso de liberación (1979).
En el año 1980 se doctoró en Filosofía de la Religión, por el Instituto de Filosofía y
Ciencias Sociales de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Volvió a replantear
sus tesis en 1987 con la publicación de Y la Iglesia se hizo pueblo. Sin embargo, sus
problemas con la ortodoxia de la Iglesia católica fueron constantes y en 1991
abandonó la cátedra de teología de Petrópolis por discrepancias con el entonces
cardenal Joseph Ratzinger (designado Papa en 2005 con el nombre de Benedicto
XVI). También fue sustituido al frente de la revista Voces y en Roma se impuso
censura previa a todos sus escritos.
En mayo de 1992 volvió a tener dificultades con la publicación de su libro América
latina: de la conquista a la nueva evangelización y, finalmente, abandonó la editorial
franciscana Voces.
Un mes después, renunció al sacerdocio para luchar libremente por sus ideas. Con la
llegada del nuevo siglo, se convirtió en el máximo representante de la llamada
"teología de la ecología", una ampliación, a su juicio, de la "teología de la liberación".
En 2001 recibió el Premio Correcto Modo de Vida, galardón conocido como el Nobel
Alternativo instituido en 1980 para premiar las tareas en beneficio de la humanidad
que quedan fuera de los tradicionales premios de la Academia sueca.
Participó en congresos nacionales e internacionales en América Latina, Estados
Unidos, Canadá, China, Lituania, Rusia, y escribe numerosas obras.
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/ratzinger.htmhttps://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/ratzinger.htm
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AUTOR II SANTIAGO ARZUBIALDE, SJ
Nació en 1940 en San Sebastían (Guipúszcoa) provincia española, cerca de la
frontera con Francia. Entró en la Compañía de Jesús en 1958. Fue ordenado
Sacerdote en Loyola en 1970, la mayor parte de su ministerio sacerdotal la ha
dedicado a los Ejercicios Espirituales, de ese trabajo surge el libro Ejercicios
Espirituales de San Ignacio: historia y análisis (1991,2009), publicada en coedición
por Ediciones Mensajero y la Editorial Sal Terrae.
Fue docente desde 1976 ha venido impartiendo la asignatura de Teología Espiritual
Sistemática, primero en la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto y
posteriormente en la Universidad pontificia Comillas, hasta su jubilación en el año
2011.
2.1. Pasión de Cristo, pasión del mundo20
De Leonardo Boff
La cruz nos hace reflexionar sobre la humanidad de Jesús que es la humanidad de
Dios, diferentes posiciones teológicas, dos son las aceptadas, la real humanidad y la
verdadera humanidad de Jesucristo y en Él subsisten dos naturalezas distintas, sin
mutación, sin confusión y sin división.
Hay dos líneas en la teología: una que acentuó en Jesús-Dios-Hombre la divinidad y
otra la humanidad. En el mundo antiguo la Escuela de Alejandría representa la
primera línea y la Escuela de Antioquia la segunda. En el mundo medieval la escuela
tomista se refiere a Jesús desde su divinidad y la escuela franciscana desde su
humanidad.
En los tiempos modernos se habla de una cristología descendente, de Dios que se
encarna y de una ascendente de Jesús como hombre que revela su divinidad. Si
aceptamos a Jesús en su humanidad, nos aceptamos a nosotros mismos con
20
Boff L. (1978). Pasión de Cristo, pasión del mundo. Editorial Voces ltda. Colombia Bogotá.
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nuestra fragilidad humana. La reflexión sobre la humanidad de Jesús nos descubre el
verdadero rostro cristiano de Dios.
2.1.1. La cruz y la muerte de Jesús
Aceptar que Jesús murió en la lucha por las causas que generan sufrimiento y
muerte, la cruz de Cristo no debe ser interpretada para permitir una
instrumentalización de esa naturaleza, ya que la gloria de Dios no permite el
sufrimiento humano. La muerte de Cristo fue un crimen y no la voluntad de Dios. La
cruz no puede legitimar las prácticas opresoras.
De esa cuenta la resurrección sólo alcanza su significado cristiano si está
intrínsecamente ligada a la crucifixión.
2.1.2. El interés de los relatos evangélicos sobre la pasión de Jesús
Los Evangelios, fueron escritos mucho tiempo después de la pascua y bajo la luz de
la resurrección, punto de partida de la cristología. Para el Nuevo Testamento la
resurrección equivale a una nueva dimensión. En todo ese proceso se aclaró que no
fue un falso profeta sino que Dios estaba con Él. Las comunidades primitivas al
referirse a él lo hacen como el Resucitado.
Los evangelios son testimonios, su principal propósito era convencer, defender y
atestiguar a Jesús como el Cristo y Salvador de la humanidad. Esa unidad
contempla historia, teología, profesión de fe y tesis dogmática. Para los discípulos la
crucifixión es un escándalo que se justificó con la resurrección. Con la resurrección
se comprende el plan de Dios, ese Dios que no abandona a Jesús en la cruz, sino, lo
resucita de entre los muertos, es por ello que la esperanza del cristiano está en el
resucitado.
En sus reuniones los cristianos meditaban sobre la vida, muerte y resurrección del
Señor y en oración alzaban sus voces recitando el Salmo 2 que se refiere a la
pasión. En la celebración litúrgica se festeja la acción salvadora de Dios. El discurso
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litúrgico y cultico posee un orden y se concentra en una línea que es profesar la fe y
celebrar la presencia del Salvador viviente, resucitado.
2.1.3. El interés de nuestra lectura de la pasión de Jesús
El relato de la pasión de Jesús en el Nuevo Testamento está impregnado de
interpretaciones teológicas acordes a los oyentes y lectores de la época. Era
necesario justificar la unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Pero, el
Crucificado y el Resucitado, el Viviente es el mismo Jesús.
Dios entra en la historia. Los motivos históricos que llevaron a Jesús a la cruz están
ocultos en los Evangelios, fueron responsabilidades humanas las que condenaron al
Justo. Hubo intriga, traición, tortura. Sobre todo ello se dio una interpretación
teológica y operó la revelación de Dios. Pero, definitivamente todo ello era una
respuesta coyuntural a la conflictividad de la época.
2.1.4. La muerte violenta de Jesús en la cruz, consecuencia de una praxis y
de un mensaje
Ontológicamente la muerte humana es parte de la vida, pues la vida estructuralmente
es mortal. Morimos desde que nacemos, de tal manera que para hablar de muerte
debemos hablar de la vida mortal del ser humano, por tanto no se puede circunscribir
la muerte hasta el último momento de la vida, sino desde la vida misma.
Al referirnos a Jesús su muerte fue violenta, no fue un proceso, por lo que solo puede
entenderse desde su praxis histórica, su mensaje y los conflictos que generó.
2.1.5. El proyecto histórico de Jesús
Concebimos a Jesús como el Hijo de Dios, el Salvador del mundo, primogénito,
Señor del Universo y nos olvidamos del judío de Nazaret, humilde que se mezclaba
entre el pueblo, las palabras fluían de su boca, su acción es coherente de antemano.
Todo estaba decidido en los planes eternos del Padre y él solo debía cumplirlos, pero
esta visión es dogmática, de los postreros que se asociaron a Jesús, pero
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únicamente hasta la resurrección que ve claro quién es el profeta, el Hijo de Dios, el
Salvador.
Para ellos Jesús es el que ora, el que es tentado, el que va al desierto para descubrir
cuál es el plan de Dios, por ello San Lucas decía que Jesús crecía en estatura y en
gracia delante de Dios y de los hombres. En su condición de judío participó de todo
lo de su época.
Creemos que la encarnación de Dios en Jesús de Nazaret, revelada en la humanidad
de Jesús, el proyecto divino exalta el proyecto humano de Jesús, sin exclusión ni
confusión. La encarnación no es pasiva sino activa pues Dios asume la vida de
Jesús desde su concepción. El proyecto histórico de Jesús como una opción y
decisión fundamental que marca la orientación de la vida, todo proyecto contiene una
dimensión de futuro.
2.2. El reino de Dios traducido en liberación se instaura en la historia
Relativización de la autosuficiencia humana. Cuando Jesús arribó a este mundo
encontró una serie de absolutizaciones en la religión, la ley y la tradición. La religión
no era ya la apertura hacia Dios sino una serie de ritos y sacrificios. Jesús ligado a la
tradición profética instaura el amor, la justicia y la misericordia, más que el culto, ya
que la salvación se alcanza a través del amor al prójimo. Así cuando Jesús habla del
amor a Dios, habla del amor al prójimo.
Por eso cuando preguntan a Jesús ¿cuál es el camino hacia la salvación?, les
responde citando los mandamientos de la segunda tabla, manifestando esa unidad
entre el Amor a Dios y el amor al prójimo, expresada por San Juan Bautista de esta
manera: “Si alguien dice yo amo a Dios, pero odia a su hermano, miente, pues quien
no ama a su hermano a quien ve, no es posible que ame a Dios a quien no ve.”21. La
salvación pasa por el prójimo. Jesús desabsolutiza la formas culticas, legales y
21
Juan el Presbítero.(95-100 d. C).1ª Jn 4, 19-20. Efeso.
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religiosas para orientar de manera permanente al hombre en el verdadero amor al
prójimo que se esconde en el misterio de Dios.
La redención se encarna en un nuevo tipo de solidaridad entre los hombres. La
sociedad del tiempo de Jesús era extremadamente estructurada y discriminatoria,
entonces Jesús se solidariza con los oprimidos que constituían la mayoría y con su
actitud les hace entender que no están fuera de la salvación, porque Dios los ama a
todos, incluso a los malos,22 porque no son los buenos los que necesitan médico y
su tarea consiste en salvar lo que estaba perdido, sin temer las consecuencias que
se deriven de esa solidaridad manifiesta y a causa de ello es injuriado, difamado,
acusado de hereje y subversivo. Prójimo es cualquier ser humano que se acerque,
independientemente de su ideología.
2.2.1. Aceptación de la mortalidad de la vida
Jesús vive la vida con todas sus contradicciones, vive la vida como donación y no
como autoconservación y es auténticamente humano: con ira, alegría, tristeza,
bondad, tentación, hambre, pobreza, su actitud es ser para los otros. La muerte no
es el último momento de la vida, es oportunidad para la persona, de acoger en su
voluntad la finitud y la mortalidad de la vida para abrirse a algo mayor.
La vida de Cristo desde el primer instante fue abrazar la muerte con valentía, asumió
la vida mortal dentro de su compromiso de profeta y de Mesías liberador de la
humanidad, porque habitualmente entendemos la muerte de Jesús como la relata la
pasión e indica que fue por nuestros pecados y como consecuencia de las profecías
del Antiguo Testamento, como una misión encomendada por el Padre, lo que revela
la verdad trascendente de la entrega total de Jesús.
La muerte es desligada del resto de la vida de Jesús y empieza a poseer un
significado salvífico propio. Un teólogo católico dice que la pasión de Jesús no es
separable de la vida terrena. Su vida al igual que la resurrección da sentido a su
22
Lucas Evanagelista. (70-80 d. C). 6, 35. Grecia.
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muerte. Jesús no fue condenado por un mal entendido sino por su actitud real,
cotidiana e histórica.
La muerte de Cristo fue humana no impuesta desde fuera por un decreto divino sino
infligida por hombres y murió por los motivos que mueren los profetas de todos los
tiempos: colocar por encima de su propia vida, los valores que predicaba, prefirió
morir antes que renunciar a la verdad, la justicia, el derecho y el ideal de la
fraternidad universal, a la verdad de la filiación divina y la bondad irrestricta de Dios
Padre. Su muerte es el resultado de los sistemas cerrados y del pecado.
2.2.2. La muerte criminal de Jesús
Faltaban dos días para la pascua, se dirigen a un lugar llamado Getsemaní y dice a
sus discípulos: “Mi alma está triste hasta el punto de morir, quedaos aquí y velad.”
Luego cayó en tierra y oró: “Abbá, Padre, todo es posible para ti, aparta de mí esta
copa, pero que no sea lo que yo quiero sino lo que quieras tú”. Los discípulos no
sabían qué contestar, luego les dice: “Levantaos, vámonos, mirad el que me va a
entregar está cerca”.
Jesús dice a los presentes: “¿Cómo contra un salteador habréis salido aprenderme
con espadas y palos? Todos los días estaba junto a vosotros enseñando en el
templo y no me detuvisteis. Pero es para que se cumplan las escrituras.”23
Los sumos sacerdotes y el Sanedrín buscaron testimonio en contra de Jesús para
darle muerte pero no lo encontraron. Entonces el sumo sacerdote interroga a Jesús
que permanece callado y vuelve a preguntar: “¿Eres tú el Cristo, el hijo del Bendito?
Respondiendo: Sí. El sumo sacerdote se rasga la túnica y dice: “¿Qué necesidad
tenemos ya de testigos?”24 Habéis oído la blasfemia? Todos juzgaron que era reo de
muerte, unos le escupían, otros lo abofeteaban.
23
Marcos Evangelista. (50-60 d.C. ). 14,48-49. Roma. 24
Mateo Evangelista. (50-70 d.C.). 26,63. Antioquía.
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Al amanecer prepararon una reunión los sumos sacerdotes con los ancianos, los
escribas y todo el Sanedrín y luego de atar a Jesús lo entregaron a Pilato. Los
sumos sacerdotes te acusan de muchas cosas, qué respondes preguntó, pero Jesús
no respondió, entonces Pilato entregó a Jesús después de azotarlo para que fuera
crucificado.
Los soldados llevan a Jesús al Pretorio, lo visten de púrpura y trenzan una corona de
espinas y se la ciñen, burlándose de él, gritándole “salve rey de los judíos”. Luego de
burlarse lo visten con sus ropas y lo sacan para crucificarlo. Lo llevaron al Gólgota
que quiere decir calvario y le dieron vino con mirra pero Jesús no lo bebió